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lnOlce

Título original Prólogo 13

Mechanization Takes Command. Introducción 17

A Contribution to Anonimous History Historia anónima 17

Procedimiento 21

Versión castellana de Esteve Riambau i Saurí


Revisión bibliográfica por J oaquim Romaguera i Ramió
Parte l. Los resortes de la mecanización 29

Movimiento 30

Movimiento: la actitud clásica y la medieval 30

El siglo XIV. primero en representar el movimiento 32

El siglo XIX y la captación del movimiento 33

Movimiento orgánico en forma gráfica, c. 1860


33

Visualización del movimiento en el espacio, c. 1880


35

El movimiento investigado
39

.,(.: :
Notas 44

.; ~ . ~ \,
~ .: . .,-: .
~r El credo del progreso 45

,... . ,
:: . Aspectos de la mecanización

La invención y lo milagroso

Lo milagroso y 10 utilitario

47

47

49

~r
1~ . La mecanización de la producción
51

1 ~.
, .. El oficio simple y el oficio complicado
Las raíces góticas del oficio altamente desarrollado
52

53

.'
r •
" f• Perfil de las décadas
54

\ '·.f -"/, 1,.,

El decenio de 1860
54

El tiempo de la plena mecanización, 1918-1939


55

Notas 58

© Oxford University Press, Ine., Oxfcird, 1948

y para la edición castellana


Parte 11. Los medios de la mecanización 61

Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1978


La mano 62

Estandarización e intercambio 64

Printed in Spain
Mecanización de un medio complicado 68

ISBN: 84-252-0720-7
El arte del cerrajero 68

Depósito legal: B. 23411-1978


De la artesanía a la pr~ducción mecánica 69

Las cerraduras de seguridad de Linus Yale 76

Grafos, S. A. Arte sobre papel El invento de Linus Yale 78

Paseo Carlos 1, 157 - Barcelona 13


Los mecanismos de Linus Yale 79

Arquetipos 86 r La granja familiar y la granja factoría 176


El tipo de llave de madera 88 Las implicaciones humanas 179
El tipo de ll~ve de madera en Pennsylvania 90 Notas 180
Notas 90
La mecanización y la sustancia orgánica: el pan 184
La linea de montaje y la gestión científica 94 La mecanización del amasado 184
La linea de producción continua en el siglo XVIII 96
Oliver Evans
96 ¡ La mecanización de la hornada
El horno del panadero en la era de los oficios manuales
187
187
Los inicios de la linea de montaje
103 I
La influencia de la tecnología 188
1833
105 El horno y la cinta transformadora 189
I
1839
106 La mecanización de la panificación 193
El decenio de 1860
108 !
r Pan y gas 194
1869
111 ,,• El aspecto humano: el pan bajo la mecanización 200
La aparición de la gestión científica
111 t
Plena mecanización: pan en la linea de producción 203
Alrededor de 1900 111 La naturaleza cambiada del pan de máquina 207
Gestión científica y arte contemporáneo 116
1
1 Uniformidad 208
El registro exacto del movimiento, c. 1912 117 Cambios en la estructura 210
El movimiento en fases sucesivas, c. 1912 121 Ir
La mecanización' altera el gusto del público 211
El movimiento por derecho propio, c. 1920 122 I
Sylvester Graham (1794-1851) y la devaluación del pan 212
¿Precursores o sucesores?
127 Notas 218
Charles Babbage
127
Charles Bedaux
128 • Mecanización y muerte: la carne 224
La .línea de montaje en el siglo XX 129 Centralización y artesanía 224
1913-1914 129 París, el Matadero de La Villette (1863-1867) 224
La línea de montaje automática, c. 1920 131 La Villette y los Union Stock Yards (1864) 226
El aspecto humano de la línea de montaje 134 La mecanización de la producción de carne en EE.UU. 228
Notas 140 •
Los comienzos de la mecanización: Cincinnati (1830-1860) 229
Ampliación de la mecanización: Chicago (1860-1885) 232
El vagón y el almacén frigoríficos 233
Parte lII. La mecanización encuentra lo orgánico 145 Los envasadores y la industria del envasado 236
La mecanización y el suelo: la agricultura 146 Mecanización y sustancia orgánica 242
El agricultor y el cambio estructural 146 Captura y suspensión del cerdo vivo 245
El redescubrimiento de la naturaleza en el siglo XVIII 150 Máquinas endidoras del espinazo 246
Ciencia natural 150 Desollado mecánico 246
,
I
El suelo 151 Raspado mecánico de los puercos 248
La agricultura, vocación innata del hombre 152 La mecanización de la muerte 252
La nueva administración agrícola 153 Notas 258
El Middle West y la agricultura mecanizada 156
La pradera 156 Semilla 262
El tiempo y el momento social 157 El huevo 262
Los portadores de la mecanización 160 La fertilización mecánica 265
La reforma de las herramientas en Norteamérica 160 Notas 269
Mecanización de la siega 163
La siega
163
Siega, rastrillado y gavillado
166 Parte IV. Encuentro de la mecanización con el entorno humano 271
La agricultura en plena mecanización
173 El confort medieval 273
El tractor
174 La Edad Media y la mecanización 273
Procesos combinados
174 El concepto variable del confort 274
6
7
La postura en la Edad Media 277
La mecanización del ornamento y la Gran Exposición de 185 1 361

Tribunal Supremo de Francia presidido por Carlos VII,


"No tenemos principios rectores" 363

1458
278
La búsqUeda de los principios básicos del diseño 363

Carnaval en una cocina holandesa, c. 1475 280


Objetos estándar como modelos 366

Interior renano de clase alta, c. 1450 281


Limitación de la reforma 366

Aula de escuela suiza, 1516 282


Purismo y objetos estándar como símbolos 369

La mesa de un rey: Salomé baila ante Herodes 282


Surrealismo y adorno mecanizado 370

La silla hace su aparición, c. 1490 283


El reinado del tapicero 372

El mobiliario nómada de la Edad Media 284


El tapicero ·372

El cofre como mueble universal 287


. Contracorrientes: el ingeniero y el reformador 374

El cajón 289
El mobiliario del tapicero 374

Movilidad del mobiliario gótico 294


La influencia oriental 375

El pivote 294
Tipos de mobiliario almohadillado 378

La bisagra 298
La mecanización y el mueble acolchado 385

La mesa desmontable
303
¿Qué fue el entorno del hombre en el siglo XiX? 391

Las sillas en época románica 307


Notas 394

Flandes y la creación de tinos entornos íntimos 308

El confort medieval, confort del espacio 309


El mobiliario constitutivo del siglo XIX 399

Notas
314 El mueble patentado y el gusto imperante 399

Mobiliario y mecanización 402

Confort en el siglo XVIII


319
Las décadas del mueble patentado, 1850-1890 403

Francia: el Rococó y la naturaleza 319


U na aproximación al mobiliario del siglo XIX 404

La .construcción de receptáculos 319


Mobiliario para las clases medias 405

La mesa escritorio . 320


La postura en el siglo XIX 405

El bufete 320 Movilidad 407

La cómoda
321 La postura considerada fisiológicamente 408

.La postura en el siglo XVIII 322


Sentarse 410

La "Rocaille"
325
La silla adaptada a las necesidades especializadas 415

El modelado de la silla
326
Echarse 417

M uebles para reclinarse 329


La mecanización del sillón de barbero 422

Inglaterra: forma y mecanismo 331


Mecanización de la silla rec1inable 427

El gentleman fija el estilo 332


Convertibilidad 431

La biblioteca
335
Metamorfosis en la mecánica 431

El comedor
336
La capacidad de transmutación de las superficies planas 434

Redescubrimiento del aseo personal 336


Combinaciones y remedos 440

Movilidad
337
El ferrocarril y el mobiliario patentado 445

Notas
340 La comodidad del pasajero 449

El vagón de pasajeros y el asiento regulable 450

El siglo XIX: mecanización y gusto imperante 342


El coche cama: asiento convertible y cama plegable 455

Los comienzos del gusto imperante: el estilo Imperio 342


George M. Pullman y el lujo en los viajes 458

N apoleón y la devaluación de los simbolos 342


Precursores del coche-cama (1836-1865) 463

Percier y Fontaine, los fundadores del estilo Imperio 345


La expansión de Pullman 467

¿Qué ocurre en el estilo Imperio? 349


El coche-cama en Europa 468

La devaluación de los símbolos 350


La ampliación de la comodidad en el viaje:

El mobiliario alcanza el predominio 353


vagón restaurante y coche-salón 468

La influencia del tapicero 354


El mobiliario nómada del siglo XIX 473

La mecanización del adorno 355


Mobiliario ligero para acampar 473

El Journal 01 design de Henry Cole, 1849-1852 359


La hamaca, mueble indio 475

8 9
La mecanización de la limpieza: la aspiradora 579
Mecanización de la hamaca 476 581
La-hamaca y Alexander Calder 478 Las primeras máquinas portátiles c. 1860
El mobiliario constitutivo y su significado 480 La calle y la alfombra 582
Contra la mecanización del mobiliario 482 Primeras etapas de la aspiradora 582
El- mobiliario patentado y el decenio de 1920 482 La aspiradora c. 1900 584
Notas 484 La cuestión de los orígenes 584
El vacío se convierte en instrumento hogareño 586
El mobiliario constitutivo del siglo XX 489 Refrigeración mecanizada.- Hielo natural 591
El mobiliario y sus creadores 489 La refrigeración mecánica después de 1800 ,594
El "artesano" . 489 La refrigeración doméstica mecanizada 596
El arquitecto, formador de tipos 490 Alimentos congelados 598
La formación de los tipos 492 Aerodinámica y plena mecanización 600
Genit Thomas Rietveld, el precursor 492 El diseñador industrial 602
La formación 'del tipo tubular 494 Los orígenes del estilo aerodinámico 604
La silla tubular tipo "cantilever" 499 Organización del proceso de trabajo c. 1935 605
La silla tubular móvil 502 La industria salta al ruedo 606
Llj. silla "cantilever" de contrachapado 508 La cocina en el hogar sin servicio doméstico 611
La difusión 512 Abandono de la cocina y del comedor aislados 613
Notas 514 ¿Cocina-comedor? 615
La casa y el núcleo mecánico 616
Notas 618
Parte V. La mecanización Uega al hog~r 517
La mecanización llega al hogar 519
El movimiento feminista y el hogar racionalizado 519 Parte VI. La mecanización del baño 629
El status de la mujer 519 La mecanización del baño 629
La educación femenina y la cuestión feminista 520 Tipos de regeneración 629
El problema del servicio 522 ¿Ablución externa o regeneración total? 629
Organización del proceso de trabajo 523 Regeneración en la Antigüedad 633
Organización del proceso de trabajo en 1869 523 Itinerario de los tipos de regeneración 636
Organización del proceso de trabajo después de 1910 526 Regeneración en el Islam 638
Organización del proceso de trabajo en Europa alrededor El baño de vapor como institución social 645
de 1927 527 El baño de vapor del gótico 645
Mecanización de los fogones 532 El baño de vapor ruso 646
El fogón, concentración de la fuerza calorífica 532 La regeneración popular a través de ojos occidentales 648
El fogón de hierro 533 La decadencia de la regeneración 650
La época de la cocina de gas, 1880-1930 540 La regeneración en la Edad Media 650
La fuente térmica eléctrica 545 Los siglos XVII y XVIII 652
El confort mecánico en el hogar 551 La medicina abre el camino 652
El motor ligero 558 Educación natural 654
La mecanización de la limpieza: lavado de ropas 562 El baño en el siglo XIX 656
Imitación de la mano 562 La hidropatia y el retorno a la naturaleza 658
Los dos senderos de la mecanización 563 El baño de vapor como cubículo privado, c. 1830 660
Introducción titubeante 566 Intentos de regeneración total, c. 1850 663
La colada doméstica totalmente mecanizada 568 El baño atmosférico, c. 1870 667
La mecanización de la limpieza: el planchado 571 El baño popular en 1880: la ducha 671
La mecanización de la limpieza: la máquina lavavajillas 576 El cuarto de baño se mecaniza
675
La mecanización de la limpieza: el eliminador mecánico De lo nómada a 10 estable
676
de basuras 578 El agua corriente 678

10 11
El cuarto de baño inglés alrededor de 1900 680 Prólogo
El equipo del cuarto de baño y el gusto imperante 681
La célula del baño norteamericano, c. 1915 685
La influencia del hotel 685
El cuarto de baño compacto 689
El estándar y el módulo del cuarto de baño compacto 692
El caos alrededor de 1900 693
El tipo estándar cobra forma, c. 1920 694
El cuarto de baño y el núcleo mecánico 697
La regeneración, medida de cultura 702
Notas 703 En Espacio, tiempo y arquitectura (1941) intenté mostrar la di­
visión existente, en nuestro tiempo, entre pensamiento y sentimiento. Aho­
ra voy a tratar de dar un paso más: el de enseñar cómo se produjo esta
A modo de 'conclusión 711 ruptura, investigando un aspecto importante de nuestra.vida, el de la meca­
El hombre en equilibrio 713 nización.
Sobre la ilusión del progreso 714 En el origen de la investigación existía el deseo de comprender
El fmal de las concepciones mecanicistas 716 los efectos de la mecanización sobre el ser humano, de discernir hasta qué
Equilibrio dinámico 718 punto la mecanización corresponde a las leyes inalterables de la naturaleza
humana, y hasta qué punto las contradice. La cuestión de los límites de la
mecanización surge en cualquier momento, ya que el aspecto humano, que
Indice honomástico y conceptual 721 es fundamental, no puede ser ignorado.
El próximo período ha de reinstaurar valores humanos básicos.
Debe ser un tiempo de reorganización en el sentido más amplio, un tiem­
po que debe buscar su camino hacia el universalismo. El periodo próximo
debe traer orden para nuestros pensamientos, nuestra producción, nuestros
sentimientos, y nuestro desarrollo económico y social. Ha de tender un
puente sobre el foso que, desde los inicios de la mecanización, ha separado
nuestro modo de pensar de nuestro modo de sentir.
Mi primera intención era la de esbozar brevemente los efectos
de la mecanización, basando el estudio en una investigación especializada
en ·los campos particulares que hemos de tratar, pero pronto comprendí
que esto era imposible. En temas muy vastos no se disponía de investiga­
ción alguna; no me fue posible encontrar ningún relato acerca de unos acon­
tecimientos tan revolucionarios como la creación de la línea de producción
o la introducción de las comodidades mecánicas y sus utensilios en nues­
tro entorno intimo. Por 10 tanto, tuve que volver a las fuentes, ya que no
podía esperar comprender los efectos de la mecanización sin conocer, por
lo menos en esbozo, su evolución.
En ningún otro lugar como en Estados Unidos se puede observar
mejor el proceso conducente a la misión actual de la mecanización, ya
que allí fueron aplicados por vez primera los nuevos métodos de produc­
ción, y allí la mecanización se halla inextricablemente vinculada a la nor­
ma de pensamientos y costumbres.
Pero una sorprendente ceguera histórica ha impedido la conser­
vación de importantes documentos históricos, modelos, archivos de fa­
bricantes, catálogos, folletos publicitarios, y otros materiales. En general,
la opinión pública juzga los inventos y la producción exclusivamente desde
el punto de vista de su éxito comercial. Para excusar esta actitud, la res­

12 13
puesta típica, es: "Nunca miramos atrás. Siempre miramos hacia adelante." trical Mfg. Co., de Cleveland; al señor A.W. Robertson, presidente del
Esto equivale a descartar el tiempo, tanto pasado como futuro. Consejo de Administración de la Westinghouse Electrical Corporation, de
Sólo importa el presente. Las épocas posteriores no comprenderán estos Pittsburgh; al señor William Eitner, de la General Electric Mfg. Co., y a
actos destructores, este asesinato de la historia. otros muchos, mencionados en el texto.
No es posible culpar al industrial que arrojó al río unos documen­ Quedo en deuda con el señor Martin James, quien, con una me­
tos que en apariencia carecían de valor, y acaso tampoco lo sea echarle ticulosidad incansable, preparó la versión inglesa en colaboración con el
la culpa al Registro de Patentes por desprenderse (en 1926) de los modelos autor; y también con la señorita Lotte Labus, por su ayuda constante y
originales patentados. Los culpables son los historiadores que no supieron la preparación del índice, que será de valiosa aplicación para relacionar
despertar afecto por la continuidad de la historia. Los preciados vestigios hechos y nociones. El señor Herbert Bayer y la señora Elisabeth Wolff
del pasado jamás habrían sido reunidos o cuidados si varias generaciones me ayudaron con la maqueta general.
de historiadores no nos hubieran enseñado su significado. La recopilación de datos y el manuscrito, con la excepción de la
La actitud citada tuvo varias consecuencias directas para la in­ conclusión, que mi amigo J.M. Richards, de Londres, corrigió amable­
vestigación subyacente en este libro. Una labor para la cual se debería mente, quedaron terminados durante mi segunda estancia en Estados Uni­
haber dispuesto de un personal especializado considerable, tuvo que ser dos, desde diciembre de 1941 hasta diciembre de 1945. Y por último, aun­
efectuada. casi individualmente. Esto dio, inevitablemente, un carácter que no en postrer lugar, conté con los valiosos consejos de mi estimado
incompleto a la obra, y sin embargo aportó la ventaja de que, desde un amigo, el malogrado L. Moholy-Nagy.
buen principio, la selección del material fuese hecha por un individuo. La Especial mención merece la Oxford University Press y su planti­
presente obra tal vez sirva más para revelar los huecos existentes que para lla, que lograron producir este libro gracias a una labor que resultó ser
rellenarlos. más dificil de cuanto se había previsto.
Estos huecos mostrarán, esperamos, hasta qué punto es necesaria Para facilitar la lectura, se prestó especial atención a la selección
la investigación en la historia anónima de nuestro periodo, al trazar nues­ y colocación de las ilustraciones. Los pies de las mismas están dispuestos
tra modalidad de vida en su aspecto afectado por la mecanización, con de modo que su texto, muy resumido, mantenga llila independencia y al
. el impacto de ésta en nuestras viviendas, nuestros alimentos o nuestro mo­ propio tiempo discurra simultáneamente con el texto.
biliario. Es necesaria la investigación en los vinculos existentes entre mé­
todos industriales y métodos utilizados fuera de la industria, por ejemplo SIEGFRIED GIEDION
en arte o en visualización. ZURICH, DOLDERTAL
Esta es una tarea ímproba, para la que se requiere un adiestra­ Noviembre de 1947
miento especial. Se trata de cribar lo históricamente importante para se­
pararlo de lo menos importante, y exige una capacidad de discriminación,
incluso de visión, en una dura tarea para la que se necesitan especialistas
cuidadosamente preparados. Nada por el estilo se tiene en cuenta por el
curriculumde las actuales universidades. Deberían ser creadas cátedras
de historia anónima, no sólo con la misión de enseñar cómo reunir hechos
y cifras, sino también con la de revelar el impacto de éstos sobre la cultura
y su significado para nosotros.
La primera condición, y la de más dificil cumplimiento, es, desde
luego, la de que la gente en general debería comprender cómo su· trabajo
y su invención -sea o no consciente de ello- están formando y refor­
mando continuamente las normas de la vida. Una vez despierta la con­
ciencia histórica, también despertará el amor propio, aquel amor propio
que inspira toda cultura auténtica. Este interés renovado hallará los medios
para preservar las fuentes clave de la historia de Norteamérica.
He mencionado las condiciones primitivas en las que tuvo que
ser escrito este libro, como excusa para sus aparentes carencias. Sin em­
bargo, deseo expresar mi profunda gratitud por toda la ayuda personal que
recibí por diversos conductos, y quiero mencionar particularmente al his­
toriador Herbert C. Kellar, director de la McCormick Historical Society
de Chicago; a un industrial como C.F. Frantz, presidente de la Apex Elec­

14 15
Introducción

Historia anónima
La historia es un espejo mágico. Quien se mira en él ve su propia
imagen en forma de. acontecimientos y cambios. Nunca está inmóvil.
Siempre está en movimiento, como la generación que lo contempla. Su
totalidad no puede ser abarcada, ya que la Historia sólo se desnuda por
facetas que fluctúan según lo ventajoso de la posición del observador.
A veces, los hechos pueden estar contenidos en una fecha o un
nombre, pero no ocurre lo mismo con su significado más complejo. Por
esto, escribir la historia tiene menos que ver con los hechos como tales que
con sus relaciones. Estas relaciones variarán con el desplazamiento del
punto de vista, ya que, al igual que constelaciones de estrellas, están some­
tidas a un cambio incesante. Cada auténtica imagen histórica se basa en
la relación y aparece en la opción del historiador entre la plenitud de los
acontecimientos, una opción qile varia con el siglo y a menudo con la dé­
cada, tal como las pinturas difieren en tema, técnica y contenido psíquico.
Unas veces son pintados grandes panoramas históricos, y otras veces unos
fragmentos de cosas cotidianas bastan para aportar la sensación de una
época.
El historiador maneja un material perecedero: hombres. No puede
calcular el curso de los acontecimientos futuros, como hace el astrónomo,
pero, al igual que éste, puede ver la aparición en el horizonte de nuevas
constelaciones y de mundos hasta entonces invisibles. Y, como el astró­
nomo, puede ser un espectador siempre alerta.
Su papel consiste en poner orden, en su cuadro histórico, en
aquello que experimentamos fragmentariamente día tras día, de modo que,
en lugar de la experiencia esporádica, resulte visible la continuidad de los
acontecimientos. Una época que haya perdido su conciencia de las cosas
que informan su vida, no sabrá donde se encuentra ni, mucho menos, qué
es lo que busca. Una civilización ha perdido su, memoria y tropieza un
día tras otro y de un suceso a otro; vive de modo más irresponsable que el
ganado vacuno, el cual tiene por lo menos sus instintos en los que apoyarse.
La historia, considerada como percepción del proceso móvil de
la vida, se aproxima a los fenómenos biológicos. Aqui hablaremos poco
de líneas generales y grandes acontecimientos, y sólo cuando sea nece­
sario relacionar acaecimientos con el lecho rocoso en el que estén
arraigados.
17
Investigaremos en primer lugar los utensilios que han moldeado tiempo, y también disponemos de búsquedas especializadas en los diversos
nuestra existencia actual, para saber cómo se instauró esta modalidad de campos. Pero se han tendido pocos puentes entre ellas.
vida, y algo también acerca del proceso de su desarrollo. Si buscamos una percepción más general del ascenso de nuestra
Trataremos aquí de cosas humildes, cosas a las que no se les suele forma de vida -de nuestras comodidades, de nuestras actitudes- nos ve­
prestar viva atención, o al menos no evaluadas por su importancia histó­ mos detenidos en cada recodo por fosos y por preguntas sin respuesta.
rica. Pero en historia la impresión del tema no cuenta más que en pintura, Sabemos, además, que los estudios aislados son inadecuados
puesto que el sol se refleja incluso en una cucharilla de café. para abarcar la compleja estructura del siglo XIX. Más que la escueta
En su conjunto, los objetos humildes de los que hablaremos han historia de una industria, de un invento o de una organización, hemos de
conmovido nuestro modo de vivir hasta sus mismas raíces. Son cosas mo­ observar lo que ocurría al mismo tiempo en otros campos diversos. Vemos
destas de la vida cotidiana, pero se acumulan en fuerzas que actúan sobre entonces que, sin una consciente reflexión previa, surgen simultáneamente
todo cuanto se mueve dentro de la órbíta de nuestra civilización. unos fenómenos que presentan entre sí unas similitudes notables. Basta
La lenta formación de la vida cotidiana tiene la misma importan­ con exponerlos uno junto al otro para llegar al conocimiento de las ten­
cia que las explosiones de la historia, puesto que en la vida anónima las dencias. y a veces del significado, de su período.
partículas se acumulan en una fuerza explosiva. Utensilios y objetos son Con la intervención de un imán, las limaduras de hierro, esas
retoños de actitudes fundamentales para el mundo, y estas actitudes fijan partículas insignificantes, se convierten en forma y dibujo, revelando lí­
el curso seguido por el pensamiento y la acción. Cada problema, cada neas de fuerza existentes. También así es posible lograr que los detalles
imagen y cada invención se fundamenta en una actitud específica sin la de la historia anónima revelen las tendencias dírectrices de un período.
cual nunca hubiera llegado a ser. El ejecutante es guiado por impulsos ex­ Nuestra tarea queda claramente perfJlada: investigar cómo llegó
teriores -dinero, fama, poder-, pero detrás de él, ignorada, se halla la a ser nuestra vida contemporánea, con su mescolanza de elementos cons­
orientación del período, su inclinación hacia ese problema particular o esa titutivos y caóticos. La dificultad radica en cribar y separar aquellos hechos
forma particular. que pueden ser llamados constitutivos y aquellos que auténticamente se­
Para el historiador no hay cosas insignificantes. Al igual que el ñalan su época. Una vez hecho esto, el material hace lo restante.
científico, el historiador no da nada por supuesto. Ha de ver los objetos, La historia anónima está directamente relacionada con las ideas
pero no tal como éstos aparecen ante el usuario cotidiano, sino como los generales y rectoras de una época, pero al mismo tiempo debe ser revi­
vio el inventor cuando por primera vez cobraron forma. Necesita los ojos sada hacia atrás, hasta llegar a las circunstancias particulares de las que
incólumes de los contemporáneos, ante los' cuales estos objetos aparecían procede.
como maravillosos o atemorizadores. Y al propio tiempo, ha de estable­ La historia anónima presenta numerosas facetas, y sus diferen­
cer las constelaciones de ellos, antes y después, y con ello ha de esta­ tes departamentos fluyen unos dentro de otros. Sólo con gran dificultad
blecer su significado. pueden ser separados. Lo ideal en la historia anónima sería mostrar si­
La historia escrita siempre va unida al fragmento. Los hechos multáneamente las diversas facetas tal como existen una junto a otra, y
conocidos suelen estar ampliamente diseminados, como las estrellas en el junto con el proceso de su mutua penetración. La naturaleza hace esta
firmamento. No se debe suponer que formen un cuerpo coherente en la operación en el ojo de un insecto -una lente de múltiples facetas- al fu­
noche histórica y, conscientemente pues, los representamos como frag­ sionar sus imágenes distintas del mundo exterior en una visión integrada.
mentos y no titubeamos, cuando ello es necesario, en saltar de un período El individuo no tiene este poder y debemos estar contentos si este obje­
a otro. Imágenes y palabras no son sino unos elementos auxiliares, y el tivo es cumplido tan sólo en el fragmento.
paso decisivo debe ser dado por el lector. En mente de éste, los fragmentos
de significado aquí expuestos deberían cobrar vida en nuevas y múltiples
relacíones.

Antes de acometer la presente obra, en la Universidad de Yale


y en el invierno de 1941, tratamos de sugerir a grandes rasgos lo que nos
conducía a la historia anónima. En aquel momento no podíamos prever
que la investigación nos llevaría tan lejos, y precisamente por esta razón
tal vez no esten fuera de lugar algunos párrafos de lo entonces hablado:
Hoy endia, toda investigación acerca del ascenso de nuestra mo­
derna forma de vivir debe quedar incompleta. No faltan obras que señalen
las amplias tendencias políticas, económicas o sociológicas de nuestro
18 19
Procedimiento

En Espacio, tiempo y arquitectura tratamos de mostrar cómo


nuestro período sólo conseguía conocerse a sí mismo en un campo, el de
la arquitectura.
Ahora, con el fin de ampliar el enfoque, observaremos la apari­
ción de la mecanización, esa influencia casi inevitable en nuestro tipo de
existencia, en nuestras actitudes y en nuestros instintos.
Trataremos de la mecanización desde un punto de vista humano.
Sus resultados y sus implicaciones no pueden ser simplemente expuestos.
El prerrequisito consiste en que deberíamos comprender sus herramien­
tas, aunque nuestro interés no sea aquí el técnico. A un médico no le basta
saber que un cuerpo humano está atacado por una enfermedad. Aunque
no sea un bacteriólogo, debe llevar su búsqueda a unos reinos usualmente
invisibles, debe poseer unas modestas nociones de bacteriología, debe
saber cuándo fue atacado el organismo y cómo se extendió la tuberculosis.
Asimismo, tampoco el historiador puede prescindir del microscopio. No
puede contentarse con seguir el tema hasta sus origenes. Ha de mostrar
cuándo aparece una idea por primera vez, y cuán rápidamente o lenta­
mente ésta se extiende o desaparece. No puede limitarse tan sólo a la me­
canización, como tampoco puede limitarse el médico a las bacterias. Debe
tener en cuenta los factores psíquicos, ya que a menudo estos ejercen una
influencia decisiva. En nuestro caso, el arte representa el factor psíquico
y servirá, como la ayuda más segura, para la comprensión de ciertos fe­
nómenos.

Empezamos con el concepto de Movimiento, subyacente en toda


mecanización. Siguen la Mano, que ha de ser suplantada, y la Mecaniza­
ción como fenómeno.

Mecanización del oficio complicado y los medios de mecanización

La eliminación del trabajo manual complicado señala el comienzo


de la alta mecanización, transición que en Estados Unidos tuvo lugar
durante la segunda mitad del siglo XIX. La veremos al hablar del agri­
cultor, del panadero, del carnicero, del ebanista y del ama de casa, pero
sólo en un caso la seguiremos con detalle: en la magistral transformación
de la cerradura de puerta, al pasar de la artesania a la producción me­
canizada. .

2J
H
¡
El síntoma de la plena mecanización es la línea de montaje, en El pan
la que toda' la fábrica se conforma como un organismo síncrono. Desde
su primera aparición en el siglo XVIII hasta su posterior y decisivo per­ ¿Qué ocurre cuando la mecanización topa con una sustancia or­
feccionamiento entre las dos guerras mundiales, la línea de montaje es una gánica como el pan, que, al igual que la cerradura de la puerta o el agri­
institución norteamericana. Lo que diremos a su respecto no es más que cultor, pertenece a la simbología de la humanidad? ¿Cómo alteró la me­
un tosco esbozo, ya que, por lo que nos es dable saber, ningún relato histó­ canización la estructura del pan y los gustos del consumidor? ¿Cuándo
ríco cubre todavía este importantísimO factor en la capacidad productiva fue instaurada esta mecanización? ¿Qué relación guardan entre sí el gusto
de Estados Unidos. Por esta razón, pero especialmente porque tocan de popular y la producción?
cerca problemas humanos, trataremos también, algo más de cerca, la línea
de montaje y la dirección científica.
La carne
La mecanización encuentra lo orgánico
¿Cuáles son los límites de la mecanización al habérselas con un
¿Qué ocurre cuando la mecanización topa con una sustancia or­ organismo tan complicado como es un animal? ¿Y cómo se efectúa la eli­
gánica? Aquí nos enfrentamos a las grandes constantes que persisten a minación de un oficio tan complicado como el de carnicero?
través del desarrollo humano: suelo, crecimiento, pan y carne. Las pre­ Todavía es de más inconmensurable importancia la intervención
guntas implicadas no son sino estrechos sectores de un conjunto mucho de la mecanización en la procreación de plantas y de animales.
más amplio: la relación actual del hombre con aquellas fuerzas orgánicas
que actúan sobre él y dentro de él. Las catástrofes que amenazan con des­
truir la civilización y la existencia no son sino signos exteriores de que Encuentro de la mecanización con el entorno humano
nuestro organismo ha perdido su equilíbrio. Sus causas se encuentran pro­
fundamente enraizadas en los grandes movimientos anónimos de la época. ¿Qué le ocurre al entorno humano en presencia de la mecaniza­
Nuestro contacto con las fuerzas orgánicas, exístentes dentro y fuera de ción?
nosotros, ha sido interrumpido, lo que ha creado en nosotros una situación Se declaraban tendencias peligrosas antes del advenimiento de
paralizada, desgarrada y caótica. Este contacto se ve cada vez más ame­ la mecanización (a la que se le achaca toda culpa) e independientemente
nazado a medida que se deteriora el vínculo con los valores humanos bá­ de ella. No cabe duda de que la mecanización del siglo XIX propició estas
sicos. Aquí, el trastorno se ha hecho inevitable, más que en cualquier otro tendencias, pero éstas aparecen claramente implícitas antes de que se haga
aspecto. notar el impacto de la mecanización.
Por tanto, debemos empezar con la pregunta: ¿Qué ocurre cuando
la mecanización se encuentra con una sustancia orgánica? Y concluire­
mos con una investigación sobre la actitud de nuestra cultura con respecto
a nuestro propio organismo. El confort medieval

Examinaremos el último período medieval en busca de un punto


Mecanización de la agricultura de partida seguro. Ahí radican las raíces de nuestra existencia y de nues­
tro continuo desarrollo. Puesto que, por desgracia, carecemos de búsque­
Tras permanecer estacionaria durante un millar de años, la es­ das tipológicas en este campo, la Edad Media quedará incluida y será tra­
tructura del agricultor ha pasado por una revolución. Al principio en as­ tada desde este prisma; lo que aquí nos interesa, en primer lugar, es el tipo
pectos literarios y de tanteo, en el siglo XVIII; experimentalmente en la de confort desarrollado en diferentes períodos. ¿Cómo entendía este
primera mitad del siglo XIX, y con impetuosidad en la segunda mitad. confort la Edad Media? ¿Hasta qué punto la concepción medieval difiere
Inglaterra constituye el núcleo del movimiento durante el siglo XVIII, y de nuestra visíón contemporánea? ¿Dónde existen los vinculos de co­
el Medio Oeste norteamericano lo es durante la segunda mitad del XIX. nexión?
Aquí comienza lo que tal vez sea un nuevo capitulo en la historia del Para tomar un atajo, seguiremos la relación entre hombre y es­
hombre: una relación cambiada con el suelo y con el desarraigo del agri­ pacio. ¿Cómo ordena el hombre su entorno íntimo en el siglo XV, en el
cultor. XVIII, en el XIX y en el XX? En otras palabras, ¿cómo ha cambiado
Entre los instrumentos de la mecanización tocaremos tan sólo su noción del espacio?
la segadora, que, al sustituir a la mano, ocupa el lugar más importante entre Una pregunta paralela es la de la postura humana en los diversos
las herramientas de la agricultura mecanizada. períodos, y la de proyección de la postura en el asíento.

22 23
Confort en el siglo XVIII encauzada a la apertura de nuevos campos. Aquí, donde no es observado,
el instinto creativo del siglo XIX se revela a sí mismo, satisfaciendo ne­
La creación del confort moderno para la postura sentada hay que cesidades que antes carecian de solución. Ese mobiliario que responde a
buscarla en el Rococó. El gran poder de observación del Rococó en las la postura del siglo XIX es la obra del ingeniero. Se basa en la movilidad
formas del asiento, formas orgánicas para favorecer el relajamiento del y el ajuste al cuerpo. En Estados Unidos, entre 1850 y fmales de la dé­
cuerpo, constituye una contrapartida a la exploración del mundo vegetal cada de. 1880, surgió una facilidad hasta entonces desconocida en Europa
y animal en aquel periodo. para solucionar problemas de movimiento de esta clase, facilidad que los
La Inglaterra de finales del XVIII se ocupa primordialmente del Estados Unidos volverian a perder ante la influencia del gusto imperante
virtuosismo técnico del constructor del ebanista, y ostenta, junto con el después de 1893.
tipo más refinado de artesania, un anticipo del mobiliario mecanizado del
siglo XIX.
El mobiliario constitutivo del siglo XX
El siglo XIX
La iniciativa pasa entonces a manos europeas. El nuevo mobi­
Los comienzos del gusto imperante liario creado en este período va unido a las concepciones espaciales de
la nueva arquítectura. Es un mobiliario de tipos, no de piezas individua­
Más que en el Rococó, en el que el papel de Luis XV no fue muy les. Con escasas excepciones, es la obra de arquitectos que, al propio
activo, un tipo humano particul~ llega a ser decisivo en el Imperio: Na­ tiempo, se convirtieron en los lideres del edificio contemporáneo.
poleón. Aquí aparecen fenómenos~, tales como la devaluación de simbolos,
que se encuentran en el umbral de la mecanización.
La mecanización llega al hogar
La mecanización del 'adorno La mecanización de la labor de ama de casa no difiere de la me­
canización de otros oficios complejos. El alivio del penoso trabajo do­
El mal uso de la mecanización para imitar la producción artesana méstico procede a lo largo de más de un camino: primero, a través de la
y el empleo de materiales sustitutivos hacen su aparición en Inglaterra mecanización del proceso de trabajo, y también mediante su organización.
entre 1820 y 1850. La confusión de los instintos es claramente recono­ Ambos son muy detectables en Estados Unidos al principiar el decenio
cida por los Reformistas ingleses alrededor de 1850. A través de la critica de 1960, y -en su apogeo- en el período entre las dos guerras mundiales.
y del estimulo, se hacen intentos para influenciar directamente a la in­ Preguntas, entre otras, que requieren una respuesta:
dustria. ¿Está la racionalización del hogar vinculada con el status de la
mujer en Norteamérica? ¿Está arraigada en el concepto cuáquero o pu­
El reinado del tapicero ritano?
La organización de la cocina tuvo su punto de partida en el nuevo
De mano del tapicero llega aquel mobiliario almohadillado de la movimiento arquitectónico en Europa alrededor de 1927. Surgió con
segunda mitad de siglo que parece haber perdido toda estructura. Estos la reforma general de la casa.
son los productos transitorios de una sorprendente longevidad. Para evitar Hemos situado la mecanización del fogón al frente de los diversos
juicios vagos, hemos pensado que será útil considerarlos tipológicamente. mecanismos. Se observan una concentración y una automatización cre­
¿Qué tipos se encuentran? ¿De qué modo están vinculados con cientes de la fuente de calor, desde la gama de carbón hasta la cocina eléc­
la mecanización? ¿Cómo se relaciona su forma con la introducción de trica, y parece que esta tendencia sigue progresando.
los muelles espirales? ¿Cuándo se aplicaron éstos por primera vez? Observaremos los diversos elementos auxiliares para el confort
Los surrealistas nos han dado pistas con respecto a la inquietud mecánico del hogar, su aspecto individual y su aceptación general. Ocupan
psiquica que caracterizó al adorno mecanizado, al mobiliario capitoné lugar central entre ellos los dispositivos de la limpieza mecánica, para
y a todo el interior. lavar, para planchar, para limpiar la vajilla, para eliminar el polvo, etc.
La influencia del significado sobre el aspecto de estos auxiliares no puede
El mobiliario constitutivo del siglo XIX ser omitida: estilo aerodinámico.
Sólo cuando los auxiliares mecánicos hubieron sido ya probados
Por encima del gusto imperante se encuentra el complejo inex­ y empezaban a popularizarse, el interés de la industria norteamericana
plorado del "mobiliario patentado". En este caso, la mecanización es se dirigió hacia la integración de los mismos dentro del proceso de tra­
24 25
bajo. Y así, mediado el decenio de 1930, la cocina aerodinámica fue ele­ foque tipológico. La historia de los estilos sigue su temática a lo largo de
vada, junto con sus accesorios, a la categoria de ídolo de la casa. una dirección horizontal, y la historia de los tipos lo hace a lo largo de una
Fue en la época de la plena mecanización cuando la cuestión del dirección vertical. Ambas son necesarias si hay que ver las cosas en el es­
servicio doméstico,· reconocida alrededor de 1860 como irreconciliable pacio histórico.
con la democracia, se convirtió en un problema inmediato: el del hogar sin El enfoque especializado que cobró vigor durante el siglo XIX sus­
este servicio. Estuvo relacionado con el problema del servicio un in­ citó la aparición de la historia estilística. El pensamiento tipológico rara
tento encaminado a reducir el costo cada vez más elevado de los dispo­ vez encuentra lugar aquí, y casi siempre cuando es inevitable, como ocurre
sitivos mecánicos medíante un núcleo mecánico de la casa, racionalmente en las enciclopedias del mobiliario. Las contribuciones francesas alre­
planificado. . dedor de 1880, en las que todavía funciona una vena de universalismo,
son las más satisfactorias a este respecto. El gran Oxford English Dic­
tionarY es también, a veces, un amigo necesitado.
La mecanización del baño
Nos interesa seguir el crecimiento de fenómenos o, si se quiere,
leer su línea del destino a 10 largo de amplios tramos temporales. Las sec­
La historia de su equipamiento técnico no dispone de ningún ciones verticales permiten seguir los cambios orgánicos de un tipo.
estándar con el que evaluar el cuarto de baño moderno. Se consigue in­ Hasta qué punto un tipo requiere ser seguido, remontándose a
mediatamente una visión más detallada al registrar la incertidumbre y el través de la historia, es algo que varía según los casos. No hay reglas ni
titubeo a través del siglo, desde el momento en que resultó necesaria una recetas. No es el historiador el que guía, sino el material. Algunos de los
elección entre los tipos. perfeccionamientos exigirán una lejana mirada retrospectiva, y otros tan
Del mismo modo que no dejó intacto ningún estilo, el siglo XIX sólo rápidas miradas hacia atrás. Lo esencial es la visión panorámica y
tampoco dejó sin probar ninguno de los tipos históricos. Pero el progreso simultánea, y esto puede llevar a un tratamiento discontinuo, ya que sólo
realizado fue escaso, aparte de la propaganda reformista o la evolución a través de la percepción simultánea de varios períodos y diversos campos
. de los cuartos de baño de lujo. Para las masas de la población, sólo fue dentro de un período, cabe alcanzar la visión de la evolución interior.
objeto de serio debate la manera más barata de tomar un baño. Al concebir la historia como constelaciones, el historiador puede
El caos alrededor de 1900 aparece en la imposibilidad por parte arrogarse una libertad más. Asume el derecho de observar desde cerca
del experto en cuanto a recomendar una sola bañera satisfactoria, pero ni ciertos fenómenos, ciertos fragmentos de significado, mientras omite otros
siquiera esto pudo ofrecer un estándar histórico aceptable, y sigue en pie en su campo de atención. Esto puede conducir a unas proporciones inde­
la pregunta: ¿Es el baño una simple ablución, o forma parte de un concepto seables, como ocurre en la pintura contemporánea cuando se hace que
más amplio, el de la regeneración del organismo humano? Mirando hacia una mano invada el cuadro mientras el cuerpo se mantiene como un in­
atrás, hallamos que, en las culturas del pasado, el baño estaba personi­ dicio o un fragmento. Esta libertad en el manejo de la proporción no es
ficado en tipos que mostraban una regeneración total. Aunque acortada menos necesaria cuando uno trata de representar el significado de com­
plejos históricos.
al máximo, habrá que trazar una tipología de la regeneración occidental.
La regeneración antigua, la islámica, la del gótico tardío y la rusa parecen
reflejar un arquetipo común, con su trayectoria detectable hacia el interior
de Asia. Fechas
Todos estos tipos no buscan meramente una ablución exterior,
sino una vivificación total del cuerpo por diferentes medios que varían con
la cultura. Nuestra civilización ha creído, desde la lejana Edad Media, que La objetividad del historiador puede ser pregonada en un trata­

puede pasarse sin un tipo sistemático de regeneración para ayudar al or­ miento fiel a la naturaleza del material, así como a sus constelaciones en

el tiempo.
ganismo a resarcir el daño que cada civilización entraña a su modo.
La mecanización no hizo sino conferir una fachada resplande­ Las fechas son la cinta métrica del historiador, ya que le permiten
ciente al tipo de baño más primitivo. medir el espacio histórico. En sí mismas o cuando van unidas a hechos
aislados, son tan carentes de significado como los números en un billete
de tren; pero, concebidas en interrelación, o sea conectadas vertical y
Hacia un enfoque tipológico horizontalmente dentro de la red de objetos históricos, delimitan conste­
laciones. En tales casos, las fechas adquieren significado.
Las fechas que señalan cuando y donde aparecen fenómenos por
Un tratamiento de problemas apropiado para nuestro tiempo ten­ primera vez o éstos se convierten en lugar común en diversas esferas, for­
drá constantemente en cuenta las interrelaciones, y esto conduce a un en­ man complejos que otorgan una visión objetiva dentro del crecimiento.
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27
-

que casi consiguió aplastar la nueva idea de un mundo basado en el mo­


Movimiento vimiento (Galileo). Al propio tiempo, los escolásticos retaron a Aristó­
teles en una cuestión principal. La indagación de Tomás de Aquino res­
pecto a cómo fue creado el mundo a partir de la nada, y qué principios
y primeras causas había bajo la acción divina, condujeron a una búsqueda
en la cuestión del cambio y, estrechamente relacionada con ésta, en la
naturaleza del movimiento.
Análogamente a como el templo griego simboliza las fuerzas en
equilibrio, en las que no predominan ni verticales ni horizontales, en la
visión clásica la Tierra constituía el centro, eternamente inamovible, del
cosmos.
Ya sea en flujo o en proceso, la realidad nunca puede ser enfoca­ Las majestuosas verticales de las catedrales góticas no marcan
da directamente. La realidad es demasiado vasta, y los medios directos un equilibrio de fuerzas. Parecen los simbolos de un cambio persistente,
fallan. Se necesitan herramientas apropiadas, como al erigir un obelisco. de un movimiento. La inmovilidad y contemplación que emanan de estas
En la técnica, al igual que en la ciencia y el arte, debemos crear iglesias no escapan a nadie, pero, al propio tiempo, toda la arquitectura, a
las herramientas con las que dominar la realidad, y estas herramientas la vez por dentro y por fuera, es prendida en un torrente incesante de mo­
pueden diferir. Pueden tener la forma adecuada para la mecanización, vimiento.
para el pensamiento, o para la expresión del sentimiento. Pero entre ellas Paralelos al tiempo, los escolásticos se mostraron todavía más
hay vinculos internos, lazoS metodológicos. U na Y otra vez, recordaremos preocupados por la explicación de la naturaleza del movimiento. La hi­
pótesis de la rotación diaria de la Tierra era cada vez más discutida, como
estos lazos.
ha señalado Pierre Duhem, por el círculo de los filósofos parisienses a
partir del XIV en adelante. Nicolas Oresme, obispo de Lisieux (1320?­
Movimiento: la actitud clásica Yla medieval
1382), concedió amplio apoyo a esta hipótesis,! y -como dice Duhem,
En todas sus ramificaciones, nuestro pensamiento Y nuestro sen­ el gran físico, matemático e historiador francés- con mayor precisión que
Copérnico más tarde. Oresme propuso la teoría en un profundo comen­
timiento están llenos· del concepto de movimiento. En gran medida, de­ tario a la primera traducción al francés, hecha bajo el patrocinio de
bemos nuestro conocimiento del mundo a los griegos. De ellos heredamos
Carlos V, del tratado aristotélico Del cielo (Du Cíel el du Monde). Cali­
unos fundamentos magníficos: matemáticas y geometría, modalidades de ficó el capítulo relevante como: "Varios argumentos excelentes... para
pensamiento Y de expresión. Y sin embargo, nos hemos distanciado un demostrar que la Tierra se mueve en un movimiento diario, y el cielo no
gran trecho de los griegos. En muchos aspectos, hemos salido ganando, lo hace."2
pero en conjunto hemos perdido. Una de las esferas en las que hemos ido Aquí propuso que el movimiento de los cielos puede ser igual­
más allá que Grecia es en la de la comprensión del movimiento. El afán
mente explicado por la rotación de la Tierra alrededor del Sol; es la
de explorar el movimiento -es decir, el cambio en todas sus formas- de­ Tierra la que gira, y no el firmamento alrededor de ella. A la pregunta
terminó los canales a través de los cuales fluye nuestro pensamiento cien­
de Pierre Duhem sobre si Oresme inspiró a Copérnico, se ha objetado que
tífico y, en último término, nuestra expresión emocional. Copérnico partió de las contradicciones lógicas y geométricas del siste­
Si los griegos no encontraron una explicación adecuada del mo­
ma de Tolomeo,3 lo que en modo alguno disminuye los logros de Oresme.
vimiento, si no lo redujeron a unos términos lógicos exactos, no se debió Nicolas Oresme procedía del brillante círculo de los escolásticos
a que fuesen incapaces de ello, sino a su visión fundamental del cosmos.
parisienses, y fue su último gran representante después de lean Buridan
Ellos vivían en un mundo de ideas eternas, un mundo de constantes, Y en
(1300-c.1358) y Alberto de Sajonia (1316-1390). En sus discusiones y
ese mundo eran capaces de encontrar la formulación apropiada para el cogitaciones siempre se encuentra presente la figura gigantesca de Aris­
pensamiento Y el sentimiento. Nosotros hemos heredado su geometría Y tóteles, y es que no había otro guía. En él ponían a prueba su pensamiento,
su lógica. Aristóteles, Y con él toda la antigüedad, pensaba en el mundo y en él se encendía éste, ya que él proporcionaba el único punto de apoyo.
como en algo que reposaba en sí mismo, como algo que había existido
Andaban a tientas a través de la noche de la ciencia, tanteando cuidado­
desde losEI1
comienzos
oposicióndel tiempo.
a esto, llegó la idea religiosa de que el mundo fue samente su camino en lo desconocido. Unas veces argumentaban que la
Tierra giraba, en contra de la antigua autoridad, y otras veces aseguraban
creado y puesto en movimiento por un acto de voluntad. En la alta época
que no lo hacía. Debemos procurar no leer en sus conceptos teológicos
gótica, esta concepción del mundo "movido" aportó unas consecuencias
y aristotélicos nuestro propio concepto matemático, el que ha estado cre­
científicas. Los escolásticos rehabilitaron a Aristóteles y, como es bien ciente en nuestra consciencia desde Descartes. Entre sus pasos a tientas,
sabido, la autoridad aristotélica llegarla a ser tan poderosa en el siglo XVII
31
30
pensaron tan audazmente como los maestros de la construcción gótica; Oresme sigue empleando este método básico a medida que in­
dejaron de lado la fantástica concepción aristotélica del movimiento y co­ vestiga la esencia del movimiento, y con ello gana percepción en la natu­
locaron en su lugar otra nueva... la que todavía prevalece. raleza de la velocidad (velocitas) y de la aceleración. Con un método grá­
fico, representa movimiento, tiempo, velocidad y aceleración. 6
El siglo XIV, primero en representar el movimiento ¿Qué novedad representaba el sistema gráfico de Oresme ? Él
fue el primero en reconocer que el movimiento sólo puede ser represen­
Cuanto nos afecta a nosotros a este respecto es la primera re­ tado por el movimiento, y el cambio sólo por el cambio. Esto se logra re­
presentación gráfica del movimiento. El tratado en el que Nicolas Oresme presentando el mismo sujeto en diversos momentos. Retratar libremente
consigue esto, el titulado Sobre las intensidades,4 procede, de acuerdo con un sujeto varias veces en una sola pintura o dibujo, no era inusual en el
la modalidad aristotélica, a partir de la investigación general de las cua­ arte medieval. Basta con pensar en las obras del gótico tardío, en las que la
lidades y cantidades de un objeto. Oresme busca una percepción en la in-. misma figura (por ejemplo, Cristo en la Via Crucis) aparece más de una
tensidad cambiante de una cualidad, y lo determina mediante un método vez dentro de un mismo marco de referencia. Cuando Descartes repre­
gráfico. Traza la extensión (extensio) del sujeto o portador sobre una linea sentó, en su Geometría (1637), las leyes de las secciones cónicas por un sis­
básica que corresponde al eje x de Descartes en el siglo XVII, y señala tema de coordenadas, la concepción aristotélica-escolástica había desapa­
la intensidad del portador en diferentes etapas con lineas rectas trazadas recido y las variables se habían hecho básicas, no sólo en representación
gráfica, sino también en matemáticas. Por medio de variables, Descartes
bltf"lmr" t'nífomtíttr wrtlldo rtddit m(fOl Cap.'t {i4( ad il~ relacionó matemáticas y geometría entre sí.
In.t~r ~llfoz~lt~ Olff~rm~;. (I ~atitn:· mi _

forl11 ( blilOf4J 1: d.a qUlC e,l-(~JlU& gradwij

El siglo XIX y la captación del movimiento


eq OLtláuUJ ~U"E cu\1C .pponóJ "la IÍl a,p'

portóe equtJcítl. TIá .& LIle' '}."Uue gr~duU; olffóni oúfo~

inca ¡e eq olll'¡¡lUÜ ~Uíircnc ,pportOJ c.qnra '


lle UC'" .Q¡IW: l'lUfolmlc' tllt..Qhe ut~; ~~
A!11llJ

Movimiento orgánico en forma gráfica, c. 1860

El siglo XIX dio el gran salto y, literalmente, aprendió a sentir


el pulso de la naturaleza. A principios de su carrera, el fisiólogo francés
·CijflllWOlUbu~ ItlfIl1br~lum fecu.1c OlUII¡oUJ
Étienne-Jules Marey, 1830-1904, inventó el esfigmógrafo (1860), que ins­
'Rurfu~ 11 nuU~ proporClo ferua{ tune nnUa
cribía en un cilindro ahumado la forma y frecuencia del pulso humano.
polt'a ~rcend1 VI\.lornUta8 mlatltndlne ca11 't ot) oÍ' I oltf~fil En este período, cientificos como Wundt y Helmholtz se entregaban a
fu n~~e¡rCIl'llIt"v2mlcCI olfio.m i OlffÓ%1llltl idear aparatos para medir el movimiento en músculos y nervios (fig. 2).
Marey es uno de aquellos grandes savants que hoy aportan un testimonio
(I Lat.OJ~ o¡ffozmucr olffolf1Uccr oltfonms clave para la parte constituyente del siglo XIX.
i ¡LU qmrer e~cdrLhl graduú eque OlflantlUJ
ftOIlIenJ3C candcm prvpornon,m ft,u.~rn fe
cumb p¡rce paceblt. TIocandum rlamen tft .
4' ficuc In fnpradlcna tllftll1lCÓlb9 ubl lugtur
De t.tcdflJ graduum mccr fe eque olllanuum
1. Nicolas Oresme: La primera representación gráfica del movimiento. c.1350. Las '
cualidades cambiantes de un cuerpo fueron interpretadas gráficamente, por vez primera,
por Nicolas Oresme, obispo de Lisieux. La variación es presentada con verticales alzadas
sobre una horizontal, el ulterior eje X. (Tractatus de Latitudine Formarum, 2. a ed., Padua,.
1486.)

verticalmente a partir de la línea básica (eje y). La relación de las inten­ 2. Étienne-Jules Marey: El
Miógrafo, aparato para regis­
sidades entre sí está representada en la figura geométrica delimitada por trar los movimientos de un
las cimas de las lineas verticales. El tratado de Oresme va acompañado por músculo. Antes de 1868. Re­
figuras marginales, en una de las cuales (fig. 1) las intensidades ascienden gistrando las reacciones de la
pata de una rana a repetidos
una junto a otra como los tubos de un órgano. 5 La curva que delimitan re­ estímulos eléctricos. (Marey,
presenta variación en la calidad. Du mouvemenl dans les fonc­
tions de la vie, Paris, 1868.)
32
; - Giedion 33
El movimiento, el movimiento en todas sus formas -en el torrente
sanguíneo, en el músculo estimulado, en el trote del caballo, en los moluscos
y otros animales acuáticos, en los vuelos de insectos y de aves- fue eltema
incesante en las investigaciones de Marey. Desde el inicio de su carrera,
cuando construyó el registrador de la pulsación humana, hasta sus últimos
estudios en 1900, cuando investigó los remolinos en el movimiento de las
corrientes de aire y los registró en placa fotográfica, desde su primer libro
sobre la circulación sanguínea, "basado en un estudio gráfico de la sangre",
hasta su obra postrera y más popular, Le Mouvement (1894), traducida al 4. E.-]. Marey: Trayectoria de respuestas en una pata de rana. Antes de 1868. Coagu­
inglés el año siguiente, el pensamiento de Marey gira continuamente al­ lación del músculo y pérdida gradual de función como efecto de la temperatura ascen­
rededor de un concepto central de nuestra época: el movimiento. dente. (Marey, Du mouvement dans les fonctions de la vie, París, 1868.)
Conscientemente, Marey se inspira en Descartes,? pero, en vez

de representar gráficamente las secciones cónicas, traduce el movimiento

o
dentro del cilindro el trabajo efectuado por el vapor".9 Estos indicadores,
orgánico a una forma gráfica. En su libro La Méthode graphique dans les que de forma diagramática registran el movimiento de! vapor, constitu­
sciences expérimentales, que refleja su dominio del tema y su persp(ctiva yen un puente hasta la actividad de Marey. Éste une el genio del fisiólogo
universal con toda su brillantez, muestra su reconocimiento a sus antepa­ experimental con el del ingeniero. En la primera mitad de su carrera, es
sados espirituales 8 con el respeto qUe sólo los grandes pueden otorgar. inagotable como inventor de un "aparato registrador" (fig. 2) cuyas agujas
El siglo XVIII había asistido a los tempranos esfuerzos encami­ registran el movimiento sobre cilindros ennegrecidos. lO Las formas ob­
nados a extender la representación gráfica a nuevos campos. El objeto tenidas poseen a menudo una fascinación propia (figs. 3 y 4). Estas curvas,
consistía en dar un carácter inteligible a un movimiento de dimensiones dice el sabio, podrían ser llamadas el "lenguaje de los propios fenóme­
históricas, como hizo Playfair en 1789, cuando trazó la gráfica de la fluc­ nos".1I A principios del decenio de 1880, Marey empezó a utilizar la fo­
tuante deuda nacional entre 1688 Y 1786 en curvas que denotaban clara­ tografía.
.mente el efecto de las guerras. Más tarde, las fases de la epidemia de có­
lera de 1832 quedaron plasmadas por el mismo método. Según Marey, el Visualización del movimiento en el espacio, c. 1880
trazado de lineas de contorno en los mapas fue intentado ya en el siglo
XVI, pero no adquirió extensión hasta los tiempos posteriores a N apo­ Finalmente, Marey llegó al dominio que a nosotros nos es par­
león. Marey menciona también un intento del siglo XVIII para representar ticularmente interesante: presentar la verdadera forma de un movimiento
las fases sucesivas del paso del caballo (fig. 11). tal como éste es descrito en el espacio. Este movimiento, destaca Marey
James Watt, el inventor de la máquina de vapor, tiene cierto de­ una y otra vez, "escapa alojo".
recho a ser llamado antecesor directo de Marey, ya que Watt, como nos A finales de la década de 1860, intentó primero un retrato grá­
informa éste, "introdujo el primer aparato registrador en la mecánica, pe­ fico del movimiento. Una paloma sujeta a un aparato de registro (fig. 5)
netró de golpe en uno de los problemas más difíciles: medir gráficamente, transmite la curva de su batir de alas a unos cilindros ahumados, y en
éstos queda registrado el movimiento punto por punto.
Al comenzar e! decenio de 1880, Marey empezó a emplear la fo­
tografia para la representación del movimiento. La idea se le ocurrió en
1873, cuando un astrónomo enseñó en la Académie des Sciences cuatro
fases sucesivas del sol en una sola placa. Halló otra sugerencia en e! "re­
o vólver astronómico" de su colega Janssen, el cual -aproximadamente en
aquel mismo tiempo- captó en su cilindro giratorio el paso del planeta
Venus a través del Sol. Marey trató entonces de utilizar este procedi­
miento para objetos terrestres, y así ideó su "fusil fotográfico" (fig. 6) para
3. E.-J. Marey: Registro seguir el vuelo de las gaviotas. En vez de estrellas en movimiento, él re­
del movimiento de un trató aves en pleno vuelo. 12
músculo. Antes de 1868. Los asombrosos estudios fotográficos de movimiento que Muy­
Respuestas de la pata de bridge estaba efectuando en California estimularon también a Marey para
una rana al estímulo de una
corriente eléctrica. (Marey, trabajar en el mismo sentido, aunque este método, como veremos, diferia
Du mouvement dans les considerablemente del anterior. Muybridge disponía una seríe de cámaras
fonctions de la v/e, Paris, fotográficas una junto a otra, de modo que cada una de ellas captase una
1868.)
35
34
~ 7. E.-J. Marey:
1

Registrando el vue­
lo de una gaviota
fotográficamente,
en tres proyeccio­
nes. Antes de 1890.
En el laboratorio
de Marey, en el
Parc des Princes

~~
de París, tres cá­
maras fijas situa­
das perpendicular­
mente con la linea
de vuelo, registran
simultáneamente el
paso de una gavio­
ta ante paredes
negras y suelo ne­
-~--==--
gro. (Le Vol des
oiseaux. P aris,
1890.) _

un gran hangar, ante cuyo techo y


paredes negras, la gaviota volaba
sobre un suelo también negro. Estas simples realidades, normalmente

ocultas para el ojo humano, poseen un toque impresionante que no nece­

5. E.-J. Marey: Registro de movimientos más amplios - Vuelo, 1868. Para trazar los mo­ sita ulterior explicación.

vimientos más extensos de un ave en vuelo, Marey ató una paloma al brazo de un tíovivo. Para lograr un mejor conocimiento del vuelo del ave, más tarde
Las alas, conectadas a unos tambores neumáticos, registran su trayectoria en un cilindro. Marey trazó diagramas en los que separó las fases coincidentes de la fo­
fase aislada del movimiento. Marey, como fisiólogo, deseaba captar el tografia (figs. 8 a 10). Incluso modeló la gaviota en sus actitudes suce­
movimiento en una sola placa y desde un solo punto de vista, para obtener sivas (fig. 9), escultura que hubiera entusiasmado a Boccioni, el creador de
el claro registro de un movimiento continuo, tal como había conseguido Botella evolucionando en el espacio (1912) y del Hombre caminando
plasmarlos en sus cilindros ennegrecidos. (1913). En sus últimas investigaciones,13 Marey hizo amplio uso de la cá­
Marey invitó a Muybridge a visitarle en Paris (1881), yen su casa mara cinematográfica, que no resultó ser especialmente adecuada para
le presentó a una reunión de los fisicos, astrónomos y fisiólogos más bri­ este propósito.
llantes de Europa, quienes dieron la bienvenida a Muybridge Y abordaron Más importantes fueron los anteriores experimentos de Marey con
inmediatamente el problema. el retrato del movimiento por si mismo, un movimiento separado de lo que
La fotografia de aves en vuelo, tomada por Muybridge, no sa­ lo efectuaba. No fue Marey quien llevó este pensamiento a su conclu­
tisfizo por completo a Marey, quien deseaba conseguir la plena percep­ sión, pero sus trayectorias de un ala de ave (c.1885) y de un hombre cami­
ción del carácter tridimensional del vuelo, tal como Descartes habia pro­ nante (c. 1890) merecen un lugar en el registro histórico.
yectado las formas geométricas, puesto que el vuelo de los insectos y de Para visualizar el movimiento tal como éste evoluciona en el es­
las aves es espacial y se desarrolla libremente en tres dimensiones. Alre­ pacio, Marey trató primero de escribir su nombre en pleno aire con una
dedor de 1885, Marey enfocó tres cámaras de tal modo que pudiesen vi­ bola de metal brillante, y halló su firma claramente escrita en la placa fo­
sualizar simultáneamente el ave desde arriba, desde el lado y desde el tográfica. Sujetó una tira de papel blanco al ala de un cuervo, al que hizo
frente (fig. 7). En su laboratorio del Parc des Princes, en París, levantó volar ante un fondo negro (c.1885), y la trayectoria de cada ala apareció
como un rasgo luminoso (fig. 18). Alrededor de 1890, colocó un punto
brillante en la base de las vértebras lumbares de un hombre que caminaba
alejándose de la cámara (fig. 17). En una conferencia posterior (1899),
habló de estas curvas como de "un rastro luminoso, una imagen sin fin,
6. E.-J. Marey: Regis¡ranao mo­
vimiento por medio de la foto­ a la vez múltiple e individual". 14 Este científico veia sus objetos con la sen­
grafía. Fusil fotográfíco para re­ sibilidad de un Mallarmé, y Marey llamaba a su procedimiento cronofo­
,¡ gistrar fases del vuelo de un ave, tografía, cuyo objeto era hacer visibles "movimientos que el ojo humano
1885. El cañón alberga una lente
de cámara. Las placas están con­ no percibe".
,\ tenidas en un cilindro giratorio y
son cambiadas por la acción de
un gatillo. Dieciséis exposiciones
Por falta de medios técnicos, estas tempranas promesas no alcan­
zaron plena madurez. La culminación llegaría de otra procedencia, de
I
por minuto. (La Méthode gra­
phique, Paris, 1885.) 37
8. E.-J. Marey: que tratará de exponer el apartado referente a "gestión científica y arte
Proyección hori­ contemporáneo".
zontal de la gavio­
ta en vuelo. Antes
de 1890. (Le Vol El movimiento investigado
des oiseaux.)
Una línea lleva desde el siglo XIV hasta el presente: Oresme­
Descartes-Marey-Gilbreth: el teólogo-ftlósofo - el matemático-ftlósofo ­
el fisiólogo - el ingeniero de la productividad. Tres de estos hombres na­
cieron en el país que sobresale en la visualización en todos sus aspectos.
El cuarto, un norteamericano, apareció apenas la eficiencia exigió el co­
nocimiento de "la única y la mejor solución para hacer un trabajo".
Nicolas Oresme, obispo de Lisieux, fue el primer investigador
que presentó en forma gráfica el cambio incesante, es decir, el movimiento.
Frank B. Gilbreth (I 868-1924) fue el primero en captar, con toda
precisión, la complicada trayectoria del movimiento humano.
No deseamos extremar la comparación. Nicolas Oresme marca,
9. E.-J. Marey:
en un punto decisivo, el cisma entre el mundo antiguo y el moderno. Una
Modelo en bronce tarea aparentemente tan fácil como la representación del movimiento exige
de la gaviota en una capacidad de pensamiento y abstracción que a nosotros nos cuesta
vuelo. (Le Vol des hoy comprender. El ingeniero americano de la productividad, Frank B.
oiseaux.)
Gilbreth, no es sino un eslabón en el gran proceso de la mecanización,

10. E.-J. Marey: ~j~~.(~~T(··­


~~'t N'~
El vuelo de la ga­
viota registrado en ..

l~i_~.'h
tres proyecciones
por el aparato de
la Fig. 7. La linea
sinuosa representa
la proyección so­ B ¡ '<.. :\~,,-.; . ;,1·- ..... " .. : .
x
bre el plano verti­ <".~ ~.:\ ~ .' .'

ci~{fJJ~
1,
cal. Las lineas de

puntos que unen

las cabezas mar­

can fases idénticas.

Para mayor clari­

dad, la distancia

entre las fases ha

sido exagerada en

el diagrama. (Le

Vol des oiseaux.)

la esfera industrial, cosa que ocurrió en 1912, en el campo de la "direc­


ción científica". El objeto consistía en registrar un ciclo de movimiento
dado con el mayor detalle, pues sólo de este modo cabia observar con pre­ 11. Griffon y Vincent:
cisión el proceso de trabajo. Por primera vez, se obtuvieron imágenes de Representación gráfica
del trote de un caballo,
movimiento puro con una exactitud absoluta, imágenes que explicaban 1779. Marey señala que
perfectamente la conducta de la mano al ejecutar ésta su tarea. Entramos un punto débil de este mé­
en un terreno acotado. Frank B. Gilbreth, el ingeniero de la productividad todo es que el movimiento
es presentado como si se
norteamericano, creó este método, etapa por etapa, alrededor de 1912, centrase en un punto es­
y consiguió la visualización del movimiento. Cómo se desarrolló esta in­ tático. (Marey, La Mé­
vestigación, y qué paralelos surgieron simultáneamente en pintura, es cosa thode graphique.)

38 39
.. ,c?
15. Marcel
Duchamp:
"Desnudo ba­
jando por la
escalera", 1912.
(Colección
Arensberg, Ho­
llywood lCal.].
12. Posiciones suce­ Cortesía del
sivas en el caminar del Museum of
hombre. (De The Modern Art,
Mechanism oI Human Nueva York.)
Locomotion, por los
anatomistas alemanes
y E. H. Weber, 1830.)
(Marey, La Méthode
graphique.)

13. E.-J. Marey: Oscilaciones de la


pierna al correr, Antes de 1885. El
modelo fotografiado iba vestido de
negro, con una franja de brillo me­
tálico en los lados de brazos, cuerpo y

!;"":"~;~~.'\
piernas.

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~?~~\ .. ;"-'r' ... I
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16. Eadweard Muybridge: Atleta bajando pOI' una escalera. c.i880. Maybridge instaló
una serie de cámaras a intervalos de 30 cm, accionando sus obturadores electromagnética­
~ ¡ mente con el fin de obtener una secuencia de fases de movimiento. Cada foto mostraba
una fase aislada. (The Human Figure in Molion. 6.' ed., Londres, 1925.)

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14. E.-J. Marey: Salto desde una


altura con las piernas rígidas, c.1890.
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40 41
19. Frank B.
Gilbreth: Registro
ciclográfico del re­
corrido de la punta
17. E.-J. Marey: Hombre ale­ de una espada ma­
jándose de la cámara. Trayecto­ nejada por un es­
ria estereoscópica de un punto en grimidor experto.
la base de las vértebras lumbares. 1914. "Esta ima·
c.1890. "Un sendero luminoso, a gen ilustra la bella
la vez múltiple e individual." ­ y suave acelera­
Marey. ción y decelera­
ción, así como el
pero en nuestra conexión no titubeamos en señalar un puente entre Nicolas control total del
Oresme y Gilbreth. Oresme comprendió la naturaleza del movimiento y recorrido del mo­
lo representó por métodos gráficos. Gilbreth, unos cinco siglos y medio vimiento." (Foto
y pie por cortesía
más. tarde, desprendió el movimiento humano de su portador o sujeto, y de Lillian M. Gil­
consiguió su visualización exacta en espacio y tiempo (fig. 19). Gilbreth breth.)
es un innovador en el campo de la gestión cientifica. Su pensamiento y
sus' métodos surgen del gran cuerpo de la ciencia del XIX. dudr el pensamiento a una experiencia emocional, no pueda hacer otra
Un nuevo reino se abre, con nuevas formas y nuevos valores ex­ cosa que formular la pregunta: ¿Están las trayectorias, tal como las re­
presivos que transcienden el dominio del extranjero. gistra un ingeniero de producción, es decir, "para eliminar movimientos
El movimiento, el cambio incesante, se muestra, cada vez con innecesarios, mal dirigidos e inefectivos", relacionadas de algún modo
con el impacto emocional de los signos que aparecen, una y otra vez, en
mayor vigor, como la llave para nuestro pensamiento. Está subyacente ,
nuestro arte contemporáneo? Sólo en nuestro período, tan poco acostum­
al concepto de función y de variables en altas matemáticas. Y en fisica,
brado a asimilar procesos de pensamiento en el dominio emocional, podría
la esencia del mundo de los fenómenos ha sido contemplada, creciente­ surgir una seria duda.
mente, como proceso de movimiento: sonido, luz, calor, hidrodinámica,
aerodinámica, hasta que en nuestro siglo también la materia se disuelva
o ,.
~.-
en movimiento y los fisicos reconozcan que sus átomos consisten en un
núcleo, alrededor del cual unos electrones con carga negativa describen
"
órbitas con una velocidad superior a la de los planetas.
/
/ /'"'
/' .
/.~
~ .
En mosofia y literatura ocurre un fenómeno paralelo. Casi simul­ //
táneamente con el cinematógrafo de los Lumiere (1895-1896), Henri Berg­
son disertaba en el College de France sobre el "Mecanismo cinematográ­
fico del pensamiento" (1900). Y más tarde, James Joyce abriria palabras
como si fuesen ostras, y las mostraría en movímiento.
Entra en lo posible que nuestra ápoca, desacostumbrada a tra­
18. E.-J. Ma­
rey: Trayecto­
ria fotográfica
del ala de un
cuervo. c.1885.
Cinco aletazos.
Marey sujetó
una tira de pa­
pel blanco a 20. WassilyKan­
un ala del ave dinsky; Cuadro
y dejó que ésta rosa. Oleo, 1923.
echase a volar (Cortesía de la
ante un fondo Buchholz GalJery,
Nueva York.)
negro.
o "
Notas El credo del progreso
1. 'Pierre Duhem, 1861-1916, ha revelado este aspecto de Nicolás Ores­
me en "Un précurseur franyais de Copernic, Nicole Oresme (1377)", en Revue
Générale des Sciences Pures el Appliquées, vol. 20, París, 1909, pp. 866 a 873.
2. Le Livre du Cíel el du Monde, traducción de Aristóteles al francés
por Oresme, ha sido publicado recientemente en Medieval Sludies, vals. m a V,
Nueva York, 1941, con un comentario de Albert D. Menut y A. J. Denomy.
3. El tercer volumen de los Eludes sur Léonard de Vinci, de Duhem,
Les Précurseurs parisiens de Galilée, París, 1913, demuestra de modo monumen­
tal que los principios de la mecánica de Galileo ya habían sido formulados en este
círculo. .
4. Tractatus de uniformitate el difformitale intensium. MS, Bibliothe­
que Nationale, París. Impreso en varias ediciones a finales del siglo XV. Una vez más hay que destacar el contraste entre la antigua pers­
5. Véase también H. Wieleitner, "Ueber den Funktionsbe,griff und die pectiva y la moderna. Los antiguos percibian el mundo como eternamente
graphische Darstellung bei Oresme", en Zeitschrift fuer die Geschichle del' ma­ existente, en tanto que nosotros lo percibimos como Creado y existente
lhematischen Wissenschaflen, dritte Folge, vol. 14, Leipzig, 1913. dentro de unos limites temporales, es decir, como un mundo determinado
6. Resumido en la tesis doctoral de Ernst Borchert "Die Lehre van der hacia una meta y un propósito específicos. El concepto del racionalismo
Bewegung bei Nikolaus Oresme", en Beitraege zur Geschichle und Philosophie
des Mittelallers, tomo XXXI, vol. 3, Münster, 1934, p. 93.
está estrechamente vinculado con la creencia de que el mundo tiene un
7. Marey, La. Méthode graphique dans les sciences expérimenlales,
propósito definido. El racionalismo, conserve o no creencia en Dios, llega
París, 1885, p. iv. a su apogeo ideológico en los pensadores de la segunda mitad del siglo
8. Ibídem, pp. 11 a 24. XVIII. El racionalismo va de la mano con la idea del progreso. El si­
9. Ibídem, p. 114. glo XVIII casi llegó a identificar el progreso de la ciencia con el progreso
10. Cuando Marey estudió el vuelo de las aves, construyó un modelo social y con el carácter perfectible del hombre.
móvil de monoplano provisto de dos hélices (1872), ímpulsado por un motor de En el siglo XIX, el credo del progreso fue elevado a la categoria
aire comprimido (hoy en el Musée de l'Aeronautique, París). En 1886 inventó de dogma, un dogma al que se le dieron diversas interpretaciones en el
una película impresionable a la luz del día, y con la prímera cámara cinematográ­ curso del siglo.
fica (que contenía ya todas las partes esenciales) captó una breve escena con un En las primeras décadas, la industria asumió de modo creciente
hombre que se apeaba de una bicicleta en los Champs-Elysées. el prestigio detentado por la ciencia. Para Henri de Saint-Simon, la indus­
11. Marey, op. cit. tria era la gran libertadora. Había de barrer nacionalismo y militarismo,
12. Marey también ideó la primera cámara cinematográfica con bo­ y un ejército de trabajadores había de ceñir la tierra. La explotación del
binas de película (1886), y mostró a Edison su primer film breve durante la Expo­ hombre por el hombre desaparecería. La mayor parte de la vida de Saint­
sición de Paós en 1889. Como la mayoría de los grandes científicos del siglo XIX,
Marey no estaba interesado en el valor de sus ideas en el mercado. Las solucio­ Simon transcurrió en el siglo XVIII y sus conceptos se apoyan en terreno
nes prácticas procedieron de Edison al comenzar la década de 1890 y de los Lu­ universal. No ve en la mecanización lo que se hacía de ella, sino lo que
miere en 1895. podia llegar a ser.
13. Marey, La Chronopholographie, Paris, 1899, pp. 37 Y ss., o, tal Con el comienzo del XIX, la facultad para ver las cosas en su
como él lo llamaba, "images chronophotographiques recueillies sur pellicule mo­ totalidad se oscurece, y sin embargo la perspectiva universalista no dejó
bile". del todo de existir. Seria una tarea remuneradora la de seguir la supervi­
14. Ibídem, p. 11. vencia y el declive de esta tendencia hasta llegar a la infiltración del aisla­
15. Véase Bergson, Crealive Evolulion, versión inglesa, Nueva York, miento en sus diversas ramas: en el estado (nacionalismo), en la economía
1937, p. 272. (monopolismo), en la producción masiva, en la ciencia (enfoque especia­
lizado sin parar mientes en las implicaciones universales), y en la esfera
de los sentimientos (soledad del individuo y aislamiento del arte). Una
cosa es cierta: la perspectiva universal todavía se manifiesta en vestigios
alrededor de mediados del siglo. A veces, puede ser notada en la vida pú­
blica. La primera de las exposiciones mundiales al terminar los años revo­
lucionarios (Londres, 1851) sería una manifestación de paz mundial y de
cooperación industrial. La idea, estrechamente vinculada, del libre comer­
cio alcanzó su breve apogeo bajo Gladstone, en la década siguiente.

44 45
Cabe encontrar también un destello de universalidad en los escri­ Aspectos de la mecanización
a
tos de los grandes savants, por ejemplo, en la Introduction la physique
expérimentale de Claude Bernard, de 1865.
Herbert Spencer, el portavoz más influyente del credo del pro­
greso cuando la segunda mitad del siglo llegó a comprenderlo, seguramente
no encauzaba sus enseñanzas evolutivas en la esfera sociológica (antes
de Darwin) como licencia para una irresponsabilidad comercial en nombre
del laissez-jaire. La evolución es utilizada ahora de modo intercambiable
con el progreso, y la selección natural con los resultados de la libre com­
petencia. De este modo indirec;to, Herbert Spencer fue convertido en el
ftlósofo del gusto imperante. El facilitó el baluarte teórico. Un sociólogo La mecanización, tal como es contemplada y realizada en nuestra
ha observado recientemente que, en el espacio de cuatro décadas, fueron época, es el producto final de una visión racionalista del mundo. Mecani­
vendidos más de 300000 ejemplares de las obras de Spencer en Estados zar la producción significa diseccionar el trabajo en sus operaciones com­
Unidos.! ponentes, un hecho que no ha cambiado desde que Adam Smith enunció
La fe del siglo XVIII en el progreso, tal como lo formuló Condor­ asi el principio de la mecanización, en un párrafo famoso de su Riqueza
cet, comenzó a partir de la ciencia, y la del XIX a partir de la mecaniza­ de las naciones en 1776: "La invención de todas esas máquinas mediante
ción. La industria, que aportó esta mecanización con su chorro incesante las cuales el trabajo queda tan facilitado y abreviado, parece haber sido
de inventos, tenia algo del milagro propio para excitar la fantasia de las debida, originariamente, a la división del trabajo." Sólo falta añadir que,
masas, sobre todo en el periodo de su mayor popularidad y expansión, la en productos de manufactura tan compleja como el automóvil, esta divi­
segunda mitad del siglo. El periodo en que las grandes exposiciones in­ sión va unida a una reunión.
ternacionales son históricamente significativas -desde Londres en 1851 El enfoque racionalista de las cosas apareció en escena en el Re­
hasta Paris en 1889- delimita más o menos ese tiempo. Esos festivales en nacimiento. Acontecimientos complejos -el movimiento de los cuerpos,
.honor de las ideas de progreso, mecanización e industria declinarian ape- por ejemplo- fueron desmontados en sus componentes y unidos en una
/'
I
nas la fe en el milagro mecánico sin que resultara disminuidá. resultante (paralelograma de fuerzas). El siglo XIX y el nuestro agigan­
,I
La creencia en el progreso sería sustituida por la fe en la produc­ taron este principio de división y reunificación, hasta que toda la fábrica
ción. Producción por producir había existido desde que los hiladores de al­ se convirtió en organismo con una división y una reunión que ocurrían
godón del Lancashire demostraron por vez primera al mundo lo que la me­ casi automáticamente.
canización en gran escala era capaz de hacer. Con el declive de la fe en el La segunda mitad del XVI, especialmente en Italia, asistió a un
progreso, flotante como bandera metafisica sobre las fábricas, surgió allí incremento de los libros técnicos. Estos eran prácticos y ofrecían gran va­
aquella fe en la producción como un fin en sí misma. El fanatismo de la riedad de proyectos para elevar la eficiencia del trabajo manual o para
producción como tal había estado hasta entonces limitado a los grupos sustituirlo por energia mecánica. Tornillos de Arquimedes, ruedas hidráu­
manufactureros. En la época de la plena mecanización, la fe en la produc­ licas, máquinas de bombeo y transmisión por engranajes experimentaron
ción penetró en toda clase y ramificación de vida e impulsó a segundo tér­ considerable desarrollo. No obstante, apenas en punto alguno avanzaron
mino todas las demás consideraciones. más allá de los tiempos helenisticos. En su conjunto, sus dispositivos eran
incomparablemente más primitivos; no eran sino ejercicios balbuceantes
de mecanización. Y lo que todavía era más chocante, por tratarse de un
período posterior, es que no se intentó la mecanización de la producción.
La mecanización no podía convertirse en realidad en una época de gre­
mios. Pero las instituciones sociales cambian apenas lo hace la orientación,
y los gremios se hicieron anticuados apenas la visión racionalista se hizo
dominante y se movió continuamente hacia unas metas utilitarias. Esta
fue la hora predestinada para la mecanización.

La invención y Jo milagroso

Nuestro punto de vista actual tiende a identificar el impulso in­


ventivo con la mecanización de la producción, una identidad que no puede

46 47
darse por sentada. Los antiguos pensaban según unas directrices totalmente Cabe ofrecer fácilmente razones económicas que expliquen la
diferentes; colocaban sus dones de invención al servicio del milagro. Ellos ausencia de interés por la produccíón. Los antiguos disponían de una mano
creaban maquinaria y autómatas mágicos, aunque también utilizaban sus de obra barata en forma de esclavos, pero esto no logra explicar porqué
conocimientos matemáticos y fisicos con fines prácticos. Herón de Alejan­ no aplicaron sus conocimientos de forma práctica, porqué no utilizaron sus
dría, cuyos escritos se han conservado y cuyo nombre se ha convertido raíles para dar mayor velocidad a los vehiculos en sus carreteras, porqué
en una especle de nombre genérico para la invención helenística, construyó emplearon sus autómatas para repartir agua consagrada y no los comer­
y perfeccionó almazaras y bombas contra incendios, e inventó lámparas cializaron para vender bebidas, y porqué no dieron un uso cotidiano a su
con mechas de avance automático o calentadores de agua para el baño. facilidad con el vacío, la presión del aire y los dispositivos mecánicos.
El equipo técnico de las más recientes termas romanas, según permiten Lo cierto es que poseian una orientación interna, una percepción
creer las recientes excavaciones, tuvo su origen en Egipto, en la época de de la vida diferente de la nuestra. Tal como nosotros fuimos incapaces de
los Tolomeos. Volveremos sobre 'este punto cuando hablemos de la meca­ inventar una forma de relajamiento apropiada para nuestra modalidad de
nización del baño. vida, tampoco los antiguos tuvieron gran interés en canalizar su capacidad
En un enfoque práctico, la única aplicación sistemática de los co­ inventiva hacia fines prácticos.
nocimientos fisicos de la Antigüedad fue en el arte de la guerra. Los in­ Inagotables fueron las propuestas de aves que movían sus alas y
ventores alejandrinos construyeron cañones que funcionaban con aire piaban cuando la presión del agua impulsaba aire a través de unos tubos
comprimido, con unos tubos de bronce de ánima tan precisa que dispara­ ocultos, de órganos de água basados en el mismo principio, y de autómatas
ban apenas soltada la carga. Sin embargo, la idea de poner sus grandes que servían, alternativamente, agua y vino, o que suministraban una ra­
talentos de inventiva al servicio de la producción fue ajena a su visión. ción de agua consagrada al introducir una moneda.
El tema de este libro nos obliga a pasar por alto el período que, Esta afición a lo milagroso fue transmitida a los árabes, y entre
por su experimentación, está más cercano que casi cualquier otro al siglo las miniaturas islámicas figuran los autómatas, todos ellos basados en
XIX: el de la Alejandria helenística de los siglos III y II a.c. 2 pincipios alejandrinos.
Entre las ideas más fecundas de Alejandro Magno se contó la de Este afán por poner la invención al servicio del milagro sobrevi­
helenizar el Este, y para ello fundó la ciudad de su nombre en el Delta vió a través del Islam y hasta el siglo XVIII. Lo que creó una sensación
del Nilo, tal como los griegos habían fundado antes Mileto o cualquier a finales de dicho siglo no fue la nueva maquinaria de hilatura, sino los
otra de sus ciudades colonia. Allí, a través de pensadores y científicos autómatas de forma humana que caminaban, tocaban instrumentos musi­
griegos, surgió una civilización orientada hacia la ciencia exacta. Sus mé­ cales, hablaban con voces humanas, escribían o dibujaban. Fueron exhi­
dicos sentaron las bases de la anatomía del cerebro, de la ginecología y bidos en las cortes de Europa y, finalmente, pasaron de una feria a otra,
de la cirugía, y lo mismo ocurrió con los fundamentos de la geometria ya muy avanzado el siglo XIX. El perfeccionamiento de los autómatas
(Euclides) y de la astronomía (Tolomeo). en el siglo XVIII guarda relación con el alto nivel de los oficios y, espe­
En este ambiente, bajo los Tolomeos, prosperó la Escuela Ale­ cialmente, con el refinamiento de la industria relojera. Están basados en
jandrina de inventores, cuyos escritos, esquemas y experimentos reflejan una minuciosa descomposición y reintegración de los movimientos, y esto
el tranquilo bienestar así como el carácter complejo de esta ciudad hele­ constituyó la mejor de las disciplinas para la invención de las máquinas
nística: por un lado, la precisión del pensamiento griego, y por el otro, la de hilar.
admiración por lo maravilloso que florecía en Oriente.
Los inventores alejandrinos eran maestros en combinar las lla­
madas "máquinas simples", tales como el tornillo, la cuña, la rueda y el
eje, la palanca o la polea, impulsadas por combinaciones de agua, vacío o Lo milagroso y lo utilitario
presión del aire, para lograr complicados movimientos o manipulaciones.
Así, las puertas del templo se abrian automáticamente apenas se encendía Dando un paso más, al observar los elementos constitutivos de
el fuego en el altar, y se cerraban cuando la llama se extinguía. Las obras aquellas herramientas que fueron decisivas para el primer período de la
del teatro religioso, en diversos actos, eran representadas con figuras mo­ mecanización, la maquinaria textil y las máquinas de vapor, observamos
vidas mecánicamente que, con un mínimo de fricción, Herón montaba que son el último término de un progreso que se extiende desde los tiempos
sobre ruedas que se deslizaban sobre raíles de madera. Que nosotros sepa­ de Alejandría en adelante. Lo que ha cambiado es la orientación, desde
mos, no se ha encontrado señal de aplicación alguna al transporte prácti­ lo milagroso a lo utilitario. La máquina de vapor, tal como la dejó James
co. Se dice que a principios del siglo XVII aparecieron, en las minas ingle­ Watt, combina la utilización del vacío (condensador) con la transmisión
sas, vías de madera, pero hubo que esperar hasta 1770 para que el uso del movimiento, y las máquinas de la industria textil muestran el mismo
general de material rodante sobre raíles de madera asombrase a los visi­ ingenio para descomponer y recombinar los movimientos que creó el autó­
tantes continentales de las minas de carbón de Inglaterra. 3 mata de figura humana.
48 49
Para ilustrar con sencillez cómo coexistieron lo milagroso y lo cionaban por medio de clavijas o ranuras. Los telar'es de Vaucanson sitúan
utilitario en el siglo XVIII, recurriremos a uno de los grandes inventores a éste en la larga serie de inventores que, a partir de! siglo XVII, trata­
del Rococó: Jacques de Vaucanson, 1709-1782. Este fue un genio de la ron de resolver la fabricación automática de tejidos. El telar de Vaucanson
mecánica cuya existencia corrió paralela a la de Luis XV y Buffon. En él, no tuvo unas consecuencias inmediatas. En 1804, Jacquard, un inventor
las dos concepciones opuestas habitan la una alIado de la otra. Sus autó­ de Lyon, reunió los fragmentos del telar de Vaucanson en el Conservatoire
matas atestiguan una capacidad asombrosa para convertir máquinas en des Arts et Métiers de París 9 y así inventó su autómata tejedor, el telar
ejecutores de complejos movimientos orgánicos. Vaucanson habia estudia­ Jacquard que reproducía mecánicamente los más intrincados dibujos y
do anatomía, música y mecánica, y mezcló íntimamente todos estos cono­ que hasta hoy se ha mantenido vigente.
cimientos en sus autómatas más famosos: el flautista, el tamborilero y el Son las actividades prácticas de Vaucanson las que resultan plás
pato mecánico. interesantes en el aspecto histórico. En 1756 10 instaló una sedería en Au­
El flautista, al que Vaucanson sometió al examen de la Academia benas, cerca de Lyon, mejorando e inventando todos los detalles del edi­
de Ciencias de París en 1738 y que, según afirma Diderot, fue visto por ficio y de la maquinaria, incluso las bobinas que, ingeniosamente, reunían
todo París, tenía unos labios que se movían, una lengua también móvil que los hilos de los capullos cuando éstos se encontraban en remojo, y hasta
hacía las veces de válvula para el paso del aire, y unos dedos anímados las retorcedoras que los hilaban. Que nosotros sepamos, tratóse de la pri­
cuyas puntas de cuero abrian y cerraban los orificios de la flauta. Bajo mera planta industrial en el sentido moderno, construida casi dos décadas
el mismo principio, Vaucanson construyó un tamborilero que, al pro­ antes de que Richard Arkwright fundase las primeras hilaturas auténticas
pio tiempo, tocaba una flauta pastoril de tres- agujeros. Más admirado to­ en Inglaterra. Vaucanson había comprendido que la industria no podía
davía fue el pato mecáníco, capaz de anadear y nadar. Sus alas imitaban estar alojada en barracones de madera o en unos edificios cualesquiera,
a las naturales en sus menores detalles y batían el aire. Movia la cabeza, sino que requería una instalación concentrada en la que cada detalle estu­
graznaba y picoteaba el grano cuya ingestión podía ser observada en los viese cuidadosamente pensado, y cuyas máquinas fuesen movidas por una
movimientos para tragarlo. Un mecanismo interior molia el grano y pro­ sola clase de energía. Su tratado expone detalles completos del plan. 11
vocaba su salida del cuerpo, de modo similar a las circunstancias natu­ Las fábricas -más tarde construyó una segunda fábrica- tenían tres pisos
rales. "Era necesario construir, en un pequeño espacio, un laboratorio de altura y estaban bien planificadas en todos los detalles. La fuente ener­
.químico, descomponer los principales elementos constitutivos (del grano) gética era una sola rueda hidráulica. El edificio exigía una luz mitigada,
y suscitar a voluntad su expulsión." Así fue descrito el pato en la Ency­ que se obtenía a través de ventanas provistas de papel aceitado. Una ven­
clopédie de 1751,4 nada menos que por un colaborador de la talla del tilación primitiva y un abovedado aseguraban, hasta cierto punto, la atmós­
matemático D'Alembert. Según la Encyclopédie, Vaucanson exhibió su fera húmeda y templada necesaria para hilar la seda. Vaucanson instaló
pato en 1741, y ésta refleja la impresión que causó tan maravilloso meca­ sus máquinas de hilar (moulins d organsiner) en salas grandes y bien
nísmo en los más ilustres de sus contemporáneos. En su descripción del iluminadas. Los modelos pequeños guardados en el Conservatoire des Arts
flautista,5 D'Alembert indica que está reproduciendo la mayor parte de la et Métiers de París muestran una notable elegancia en su construcción y
descripción del propio Vaucanson,6 "que nos pareció digna de ser conser­ poseen un número impresionante de husos verticales. En ellas se anticipan
vada", y el agudo crítico Diderot no puede menos que exclamar, con abier­ las mecheras que aparecerían a finales del siglo. ¡Qué contraste con las des­
to entusiasmo, al·fmal del articulo de D'Alembert: "¡Cuánta precisión en 1 garbadas construcciones de cuatro o de ocho husos, utilizadas en las pri­
1 todos estos detalles, cuánta delicadeza en todas las partes de este meca- ~' meras máquinas hiladoras de algodón en Inglaterra!
l· nismo... !"7 Ciertamente, además de un afecto a lo maravilloso, los autó- 1 y sin embargo, estos esfuerzos no condujeron a nada. La Francia
matas de Vaucanson y la larga serie de creaciones debidas a otros reflejan· I¡. del XVIII era un campo de pruebas en casi todos los aspectos, en el que
la extraordinaria sutileza mecánica del siglo XVIII. surgían ideas que sólo podrían convertirse en realidad en el siglo XIX, ya
El f¡Jósofo Condorcet, que sucedió a Vaucanson en la Académie i que eran incapaces de arraigar en la Francia católica bajo e! Ancien
des Sciences, menciona en su éloge que Federico el Grande trató de atraer- I Régime. Una de ellas era la mecanización.
le a la corte de Potsdam en 1740. 8 Pero en 1741, el cardenal Fleury, el •
auténtico gobernante de Francia, nombró a Vaucanson "Inspector de las ¡
Manufacturas de Seda", y fue entonces cuando el genio de éste se orientó I La mecanización de la producción
hacia la mecanización de la producción. Introdujo numerosos perfecciona­
mientos en la hilatura y la tejeduría, y demostró ser un brillante organiza­ Para avanzar hacia la mecanización de la producción fueron ne­
dor. Por el año 1740, construyó un telar mecánico para sedas labradas, cesarias otra clase de inventores, otra clase de constructores, otra clase
en el que los lizos subían y bajaban por medio de un tambor agujereado, de condiciones y otra índole de industria textil.
según el mismo principio que controlaba la entrada de aire y la selección de La seda era un tejido de lujo para una clase de lujo. Los ingleses
notas en su flautista. En Alejandría encontramos ya mecanismos que fun­ experimentaron con el algodón desde un buen principio y construyeron
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todas sus máquinas pensando en el algodón. En él estaba el camino hacia modo desde el primer momento. América empezó por la mecanización del
la producción masiva. Y tal como el propio tejido era más basto, también oficio complicado.
de fibra más' basta eran la clase y el medio ambiente que impulsaron su Mientras Richard Arkwright, alrededor de 1780, se abría camino
mecanización. hacia un poder sin precedentes, en las orillas de un arroyo solitario, no
En este sector, los inventores no eran nobles ni sabios. Ninguna lejos de Filadelfia, Oliver Evans mecanizaba el complicado oficio del mo­
academia publicaba sus experimentos, y el conocimiento actual de sus co­ linero. Esto fue conseguido mediante la producción en línea continua, en la
mienzos debe ser reunido a través de fragmentos. Ningún gobierno instaló que la mano humana quedó eliminada, desde la descarga del grano hasta
fábricas privilegiadas, y la mecanización de la producción comenzó en el la obtención de la harina.
Norte, en el Lancashire, lejos de las clases dirigentes y de la Alta Iglesia En aquel tiempo no existía industria norteamericana. Los obreros
de Inglaterra. Puntos aislados como Manchester -que no alcanzó catego­ especializados escaseaban. Las familias acomodadas importaban de In­
ría corporativa antes del siglo XIX y que carecía del obstáculo de las res­ glaterra sus excelentes muebles, cristalerías, alfombras y telas, y el pione­
tricciones gremiales- y una clase proletaria de inventores eran lo que se ro campesino del interior se construía sus propios utensilios y muebles.
requeria. Uno de los primeros grandes fabricantes de Manchester obser­ El súbito salto desde unas condiciones robinsonianas en el bosque
vó estos hechos en 1794. "Las ciudades en las que las manufacturas son virgen hasta una fase avanzada de la mecanización, es un fenómeno que
más florecientes rara vez son organismos corporativos, ya que el comercio se repitió una y otra vez en este período, impulsado por la necesidad de
requiere un estímulo universal en vez de privilegios exclusivos de los nati­ economizar mano de obra y por la escasez de trabajadores especializa­
vos y los hombres libres de un distrito particular. Los que primero introdu­ dos. El modo en que, simultáneamente con la apertura de la pradera a la
jeron la manufactura algodonera en Lancashire fueron refugiados protes­ agricultura alrededor de 1850, fue creada la maquinaria necesaria y el
tantes que, probablemente, hallaron escaso aliento para sí y para sus in­ complicado oficio del labrador se vio cada vez más mecanizado, consti­
dustrias entre las ciudades corporativas de Inglaterra."12 tuye uno de los capítulos más interesantes del siglo XIX. Sin embargo, el
John Wyatt, que estiró el hilo entre pares de cilindros giratorios impulso estuvo presente antes. Sólo así podemos comprender que, en 1836,
en vez de hacerlo manualmente, y montó la primera pequeña hilatura en un dos agricultores del Medio Oeste tuviesen en sus campos una máquina co­
almacén de Birmingham, en 1741, acabó en la cárcel por deudas. James sechadora (fig. 89) que efectuaba en una línea continua de produccíón las
Hargreaves, inventor de la máquina hiladora jenny entre 1750 y 1757, tareas de la trilla, la limpieza y el ensacado del grano, y que apareció un
era un pobre tejedor. Y Richard Arkwright, 1732-1792, el primer hilador siglo antes de su época. Estos sintomas trazan la orientación de la que
de algodón al que acompañó el éxito y que puso en práctica ideas cuyos brotaria todo el desarrollo de Estados Unidos. Las dimensiones del terre­
cimientos habían echado otros, era barbero de oficio. No antes de 1767 no, su escasa población, la carencia de mano de obra especialízada y los
abandonó su negocio normal, que consistía en comprar cabello deslucido salarios consecuentemente elevados, explican suficientemente por qué en
y, mediante un método propio, convertirlo en utilizable. En 1780 poseía Norteamérica fue mecanizado el oficio complicado desde un buen prin­
veinte fábricas y, al morir, dejó a su hijo una pingüe fortuna. Procedente cipio.
de la nada -era el hijo número trece de una familia pobre-, armado con No obstante, cabe que exista en otra parte una razón esencial. Los
una inquebrantable voluntad de conquista y poseedor de especial olfato colonos habían llevado consigo su modalidad de vida europea, su experien­
para el éxito, ejemplifica en todos sus rasgos el tipo del hombre emprende­ cia europea, pero desde la organización del oficio complicado y de toda la
dor del XIX. En un entorno hostil, sin protectores, sin subsidios del go­ cultura en la que tales instituciones se habían forjado, quedaron repenti­
bierno, pero nutrido por un implacable utilitarismo que no temía a ningún namente desheredados. Tuvieron que comenzar a partir de cero. Se había
riesgo fmanciero ni a ningún peligro, fue llevada a cabo la primera meca­ dado a la imaginación un ámbito en el que modelar sin obstáculos la rea­
nización de la producción. En el siglo siguiente, la mecanización de la hi­ lidad.
latura del algodón llegaría a ser en todas partes casi el sinónimo de la
industrialización. Las raíces góticas del oficio altamente desarrollado

El oficio simple y el oficio complicado Pese a guerras y tumultos, el desarrollo europeo había discurrido
ininterrumpidamente hasta que la mecanización hizo su aparición en es­
A menudo, los primeros experimentos son decisivos para el desa­ cena. El oficio altamente desarrollado tiene sus raíces en el último pe­
rrollo futuro. Esto es cierto, en más de un aspecto, en lo que a la mecaniza­ ríodo gótico, y su ascenso está inseparablemente vinculado a la resurrec­
ción se refiere. Lo que distingue a la mecanización europea de la americana ción de la vida municipal. La necesidad de una vida organizada en una
puede ser observado tanto en los comienzos del siglo XVIII como un si­ comunidad explica por qué, en los siglos XIII y XIV, la existencia urbana
glo y medio más tarde. Europa comenzó con la mecanización del simple que había estado en continuada disminución empezó a funcionar de nuevo,
oficio: hilatura, tejeduria, fundición del hierro. América procedió de otro y por qué, tanto en los nuevos suelos de cultivo como en los antiguos, fue­
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ron fundadas ciudades en número superado tan sólo por los progresos de! periodo. En el siglo XVII, el afán inventivo era posesión de un grupo li­
XIX en Norteamérica. Las modestas casas de madera de las villas góticas, mitado de eruditos: filósofos y sabios como Pascal, Descartes, Leibnitz
cada una con', similar fachada y construida en un terreno igual, constituye­ y Huygens, o, más adelante, el hombre universal tipo Leonardo. La orien­
ron el lugar natal del oficio especializado. tación que más tarde conmovería a las masas primero cobró forma en las
Sólo ,al aproximarse el periodo gótico a su fin, tras la construc­ mentes de unos pocos. Hasta finales del siglo XVIII, la actividad inven­
ción de las catedrales urbanas, la nueva clase burguesa procedió a la crea­ tora, por lo menos tal como se encuentra registrada en los archivos de
ción de un ambiente doméstico adecuado: el interior burgués. Hasta el patentes británicas, no pasó de ser una insignificancia. Hacia mediados
siglo XIX, este interior de finales del gótico se mantendria como núcleo del XIX, ganó el apoyo de las masas, y tal vez en ningún otro lugar como
de ulteriores perfeccionamientos. Paralela a ello, la cultura de las artesa­ en la N orteamérica del 1860. La invención pasó a formar parte del curso
nías pasó por un refmamiento continuo hasta el tiempo en que finalmente normal de las cosas. Todos inventaban, y quienquiera que poseyera una
se impuso la mecanización. empresa buscaba caminos y medios con los que fabricar sus artículos con
Es entonces cuando ocurre una notable simbiosis. La artesania mayor rapidez y perfección, y a menudo con mayor belleza. Anónima e
vive al lado de la producción industrial, o entremezclada con ella, ya que inconspicuamente, los antiguos utensilios fueron transformados en instru­
las raíces góticas no perecieron de golpe. Prueba de ello era la obligación mentos modernos. En ninguna otra ocasión el número de inventos per ca­
de pasar por las etapas tradicionales de aprendiz, oficial y maestro. In­ pita de la población rebasó la proporción del 1860 en Estados U nídos,
cluso el mecáníco de fábrica era adiestrado de un modo similar. Esta cui­ pero debemos guardarnos de suponer una identidad entre el afán de in­
dadosa formación en todas las ramas procuraba excelentes trabajadores ventar y el grado de industrialización. No fue este el caso, ni mucho me­
cualificados y condujo a divergencias básicas, para bien o para mal, entre nos. Si se toma como indice la industria clave del XIX, Europa, y en par­
Norteamérica y el Continente. El panadero, e! carnicero, el ebanista y ticular Inglaterra, iban en cabeza con gran ventaja. Alrededor del medio
el labrador han persistido desde los tiempos góticos. En algunos países siglo, según la Revue des Deux Mondes,13 Estados Unidos poseian cinco
como Suiza, además del núcleo gótico de la ciudad han permanecido vivos millones y medio de husos de energía motriz, Francia cuatro millones e
muchos usos, incluso en la manera de hablar. Una resistencia interior a la Inglaterra dieciocho millones. Todavía mayor, incluso en época posterior,
mecanización impide que ésta penetre con exceso en la esfera de la vida era el potencial europeo en la tejeduría. En 1867 había en Estados Uni­
Ítltima, y cuando esto ocurre probablemente lo hará tras un titubeo y si­ dos 123000 telares de energía motriz, en Francia 70000 Y en Inglaterra
guiéndole los pasos a América. 750000,14
El oficio manual complicado tiende, sin embargo, a producir una Quien desee saber qué ocurría en la psique americana en aquel
cierta rigidez y lentitud. En América, donde no existe, su ausencia se ve tiempo, no sólo encontrará pruebas en el arte folklórico americano. La
compensada por el hábito de afrontar directamente los problemas. El ha­ actividad del inventor anónímo es más reveladora, pero sólo una fracción
cha, el cuchillo, la sierra, el martillo, la pala, los utensilios y aparatos ca­ del hábito popular de la invención se conserva en la Patent Oflice. Si nos
seros, es decir, la panoplia de instrumentos cuya forma habia permanecido dirigimos tan a menudo a los dibujos de las patentes, es en su calidad de
estática durante siglos en Europa, cobran alli nueva forma a partir del pri­ testigos objetivos, aunque los dibujos en sí tienen a menudo un enfoque
mer cuarto de siglo XIX en adelante. La contribución original de Améri­ artístico que los distingue de la rutina técnica de épocas posteriores. En
ca, la mecanízación del oficio complicado, brota con vigor después de me­ ellos no se oculta pequeña porción del arte popular.
diados de siglo, especialmente a principios del decenio de 1860, con una En las listas de patentes estadounidenses de finales del decenio
segunda oleada de adelanto entre 1919 y 1939. Comentaremos breve­ de 1830, se encuentran pocos esquemas para el perfeccionamiento de las
mente el signíficado de estas décadas. máquinas de vapor o de la fabricación textil, en tanto que resultan conspi­
cuas las ideas para facilitar los oficios complicados y los esfuerzos ini­
Perfil de las décadas ciales para mecanízar el entorno humano. Esto se hace más que evidente
en el 1860 en la agricultura, en la panificación, en el proceso masivo de la
El decenio de 1860 carne, y en el hogar. La mecanízación penetró con éxito en muchos sec­
tores; para otros, como el del hogar, todavía no había llegado el momento.
En cada sector hay momentos que pronostican los progresos del Sin embargo, a partir de este período faltaba sólo un paso para llegar al
futuro con extraordinaria agudeza, aunque no se consiga inmediatamente momento de la total mecanización que realizara lo que la década de 1860
un resultado tangible ni una intensa secuela. El decenio de 1860 en Amé­ había pronosticado.
rica fue uno de ellos. No en grandes nombres ni en grandes inventos, pero
en el período posterior a 1850 detectaremos una y otra vez, en este libro, El tiempo de la plena mecanización, 1918-1939
impulsos y tendencias que han influido intensamente a nuestra época.
U n fervor colectivo por el invento parece correr a través de este Designamos el período entre las dos guerras mundiales como el
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tiempo de la plena mecanización. Esta evolución es demasiado fluida para Alrededor de 1900, la industria conservera -exceptuada la carne
quedar sujeta dentro de unos limites estrictos. Antes de 1918, estaba cua­ envasada- se encontraba todavía en un estado bastante caótico, tanto
jando ya la plena mecanización, y en 1939 distaba de haber llegado a su en lo que se refiere a la producción como a la calidad. La época de la plena
término. Incluso dentro de estos años, hay instantes de intensidad amplia­ mecanización trajo consigo un incremento enorme en la producción y
mente variante. No obstante, cabe denominar con entera propiedad era de variedad de los alimentos preparados, desde excelentes sopas en lata, espa­
la plena mecanización al intervalo entre las dos guerras. guetis en salsa y alimentos concentrados para bebés, hasta comida en lata
Nuestro punto de vista está demasiado circunscrito para permitir para perros, gatos e incluso tortugas. El tiempo de la plena mecanización
una identificación total de lo que ocurrió en estas dos décadas, o de lo que se identifica con la época de la lata de conservas.
sus consecuencias pueden significar para nosotros. Sin embargo, una cosa El fenómeno de someter la comida a la producción masiva es
es segura: de golpe, la mecanización penetró en las esferas íntimas de la observado, asimismo, en la proliferación de las cadenas de restaurantes.
vida. Lo que había iniciado el precedente siglo y medio, y especialmente En Nueva York, una sola empresa prepara, en un mísmo edificio, comida
lo que había estado germinando desde mediados del XIX en adelante, para 300000 personas al día. Rosquillas bañadas en grasa caliente son
maduró de pronto y se adentró en la vida con todo su impacto. transportadas sobre cintas sin fin, y el desfile de las tartas de manzana
Es cierto que los cambios afectaron a la forma de vida apenas se se efectúa sin cesar a través de un inmenso horno de túnel y en hileras de
anunció la mecanización al principiar el XIX; sin embargo, la influencia doce, como una formación militar.
quedó limitada a unos sectores bastante angostos, a aquellos lugares en los Nosotros nos limitaremos casi exclusivamente al progreso de la
que, como en Manchester, Roubaix y Lille, empezaban a prosperar las mecanización en la esfera privada, y a cosas más sencillas, tales como la
grandes factorías textiles y que, con sus suburbios pobres, socavaban cocina, el cuarto de baño y sus adminículos, pero la mecanización se im­
la estructura de toda la ciudad. El cuerpo general de la vida no sufrió alte­ plantó más profundamente. Incidió en el mismo centro de la psique huma­
ración. na, y a través de todos los sentidos. Para el ojo y el oido, puertas de en­
Como veremos más adelante, el nivel de la agricultura británica trada para las emociones, fueron inventados los medios de reproducción
¡ nunca fue más entusiásticamente ensalzado que en la mitad del siglo XIX.
También en la Europa continental, la población agrícola, incluso la de las
mecánica. El cine, con su posibilidad ilimitada de reproducción de un pro­
ceso óptico-fisico, desplaza al teatro. El ojo se acomoda a su represen­
1: naciones industrializadas, superaba en número a la de todas las demás ocu­ tación bidimensional, y la adición de sonido y de color tiende a un cre­
J
paciones. En Estados Unidos, en 1850, alrededor de un 85% de la pobla­ ciente realismo. Nacen nuevos valores con este nuevo medio, asi como
ción era rural, y sólo un 15 % era urbana. Esta relación empezó a declinar una nueva modalidad de imaginación. Por desgracia, la demanda de pro­
poco a poco a finales del siglo, y en 1940 menos de uno de cada cuatro ha­ ducción masiva fue causa de que el medio fuese utilizado a lo largo del
bitantes vivía en el campo.15 camino de menor resistencia, en detrimento del gusto del público.
En la segunda mitad del XIX, con la ampliación de la red ferro­ Para la reproducción del sonido a través del espacio, se abrieron
viaria, el crecimiento acelerado de la metrópoli y, en Améfica, la mecani­ unas posibilidades todavía mayores. Más que cualquier otro medio, la ra­
zación de numerosos oficios complicados, la influencia de la mecanización dio llegó al poder en la época de la plena mecanización, e influenció todos
calaba ya más profundamente en la existencia. los aspectos de la vida. Ahora, la música está mecanizada en gama tonal
Alrededor de 1920, la mecanización abarca la esfera doméstica. completa, y el fonógrafo, que tuvo su origen en el siglo XVIII, no fue sino
Por vez primera, toma posesi6n de la vivienda y de todo lo que en ella sea un precursor de esta mecanización. Su perfeccionamiento corrió paralelo
susceptible de mecanización: la cocina, el baño y sus respectivos equipos, a la aparición de la radio, y al serIe añadido el sonido a la imagen móvil,
que captan la fantasía y suscitan el instinto adquisitivo del público hasta también fue incorporada la visión a la radio, con la televisión como re­
un grado asombroso. En el tiempo de la plena mecanización, surgieron en sultado.
las necesidades del hogar más dispositivos de los que habían sido introdu­ Para cerrar el círculo, el transporte irrumpe en la vida intima. El
cidos en todo el siglo anterior, y éstos absorbieron una parte sin preceden­ transporte fue uno de los objetos favoritos de la mecanización del siglo
te del espacio, el costo y la atención. Para establecer en qué momento las XIX. Pero la locomotora es un vehículo neutral, y el automóvil es una per­
diversas aplicaciones de la electricidad alcanzaron la popularidad, envia­ tenencia personal que llega a ser interpretada como una parte móvil del
mos un cuestionario a una de las grandes empresas de ventas por correo,16 hogar, una cosa que el americano no está dispuesto a abandonar. Con la
y resulta que los aparatos menores -ventiladores, planchas, tostadores de exageración que le es permisible a un crítico moral, John Steinbeck obser­
pan y exprimidores- ingresaron en los catálogos en 1912, la aspiradora vó en 1944 que una mayoria de los chiquillos "fue concebida en Fords
eléctrica en 1917, la gama eléctrica en 1930 y la nevera eléctrica en 1932. Modelo T, y que no pocos nacieron en ellos. La teoria del hogar anglosa­
La mecanización de la cocina coincide con la de la nutrición. Al jón quedó tan torcida, que ya nunca más volvió a enderezarse"Y
mecanizarse con mayor profusión la cocina, más intensa se hizo la deman­ En todo caso, la red de carreteras fue adaptada al automóvil en
da de alimentos semipreparados o listos para servir. las décadas entre las dos guerras mundiales. El automóvil es un precursor

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de la plena mecanización; su producción masiva comenzó en la segunda La misma soledad y la misma ansiedad invaden las melancólicas
década, pero ,no ejerció un efecto decisivo hasta el comienzo de la plena arquitecturas de su primer período y sus trágicos muñecos mecánicos, re­
mecanización. Primero llas carreteras asfaltadas y más tarde las grandes tratados con todo detalle y, sin embargo, inquietantemente fragmentados.
avenidas bordeadas por árboles, lograron que conducir requiriese tan poco Por otra parte, están las grandes telas de Léger que, alrededor
esfuerzo que. cualquiera se sentía inclinado a hacerlo por simple placer, de 1920, construyeron la imagen de la ciudad a base de signos, señales
para superar la inquietud de su interior o para escapar de sí mimo con la y fragmentos mecánicos. Y rusos y húngaros, distantes unos y otros de la
presión del pie sobre el acelerador. Esta tendencia puede ser observada mecanización y sin embargo inspirados por su poder creativo.
por doquier, pero en ningún btro lugar tan intensamente como en Estados , En manos de Marcel Duchamp y otros, las máquinas, esas mara­
Unidos. En la tierra donde, en la década de 1840, Henry Thoreau descri­ villas de eficiencia, son transformadas en objetos irracionales, cargados
bió con tanta profundidad pero qe un modo tan poco sentimental la vida de ironia a la par que introducen un nuevo lenguaje estético. Los artistas
del trampero, basada en el estrecho contacto del hombre con la naturaleza, recurren a elementos tales como las máquinas, los mecanismos y los ar­
el automóvil casi ha elirrlÍnado ya al peatón. Caminar, relajarse por lo que tículos de serie como algunos de los pocos productos auténticos del pe­
esto representa, porque 'el cuerpo lo exige, o porque el cerebro necesita ríodo, para liberarse a sí mismos del arte corrompido del gusto imperante.
una pausa en la que recuperarse, es cosa que el coche está eliminando pro­
gresivamente.
Investigar las implicaciones sociológicas del automóvil o los efectos Notas
de la radio yel cine, es una tarea tentadora, pero esta búsqueda pertenece
a campos diferentes del nuestro y exige una labor en equipo a cargo de
1. Thomas Cochran y William Miller, The Age 01 Enterprise. A Social
varias disciplinas. History 01 Industrial America, Nueva York, 1942, p. 125. Véase todo el capitulo
En el periodo de la plena mecanización, todavía se iniciaron nue­ "A Philosophy for Industrial Progress", ibídem, pp. 119 a 128.
vas evoluciones cuyos impulso e implicaciones no pueden ser previstos. 2. Las siguientes observaciones están basadas en estudios no publica­
Ya no se trata de sustitución de la mano humana por la máquina, sino de dos del autor sobre El impulso inventivo.
la intervención en la sustancia de la naturaleza inorgánica así como de la 3. T. S. Ahston, ¡ron and Steel in the Industrial Revolution. Londres,
orgánica. 1924, p. 63.
En lo inorgánico, la exploración de la estructura del átomo y su 4. Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné, vol. 1, p. 196.
aplicación para unos fines todavía desconocidos. 5. Ibídem bajo el título "Androíde", pp. 448 a 451.
Una esfera está cobrando ya una forma más clara, y es la que 6. J. de Vaucanson, Mécanisme d'un j7uteur mécanique, París, 1788.
interviene directamente en la sustancia orgánica. En ella, la demanda de 7. Encyclopédie, p. 451.
producción profundiza en los resortes de la vida, controla la generación 8. Condorcet, "Éloge de Vaucanson", en Histoire de l'Académie Roya­
y la procreación, influencia el crecimiento, y altera la estructura y las es­ le des Sciences, Année 1782, París, 1785.
pecies. Muerte, generación, nacimiento y hábitat están sometidos a ra­ 9. El propio Vaucanson inició una colección de modelos de máquinas
cionalización, como en las últimas etapas de la línea de montaje. El cúmulo de varias clases, que se convirtió en el núcleo del Conservatoire des Arts et Métiers
de incógnitas que tales procesos implican hace que resulte dificil despejar durante la Revolución.
las inquietudes, pues ya sea la sustancia orgánica o inorgánica, se trata de 10. Damos la fecha como 1756 puesto que en sus Mémoires, 1776,
una experimentación con las mismísimas raíces del ser. Vaucanson habla de un experimento efectuado veinte años antes en Aubenas.
Lo que en este período ocurre con el arte ofrece la más íntima Véase J. de Vaucanson, "Sur le Choix de l'Emplacement et sur la Forme qu'il
faut donner au Batiment d'une Fabríque d'Organsin", en Histoire de l'Académie
visión con respecto a la profundidad con la que la mecanización penetró Royale. Année 1776, p. 168.
en la existencia interior del hombre. La reveladora selección en "Cubism 11. Se ofrecen en él ilustraciones precisas de la instalación de Vaucan­
and Abstract Art" de Alfred Barr (Nueva York, 1936) nos indica de qué son. Véase en especial las Planchas V y VI.
modos distintos el artista sismográfico replicó al comienzo de la plena 12. T. WaIker, Review 01 Some 01 the Polítical Events Which Have
mecanización. Sobre este punto, sólo podemos ofrecer unas breves pince­ occurred in Manchester During the Last Five Years, Londres, 1794. Citado en
ladas acerca de la multilateralidad de esta percepción. Witt Bowden, Industrial Society in England Toward the End 01 the Eighteenth
La mecanización ha penetrado en el subconsciente del artista. Century, Nueva York, 1925, pp. 56 Y 57.
El sueño que Giorgio de Chirico presenta como el más obsesivo entre los 13. Revue des Deux Mondes, 1855, vol. IV, p. 1305.
suyos (1924) mezcla la imagen de su padre con la fuerza demoníaca de 14. Blennard, Histoire de ['industrie, París, 1895, vol. 1Il, pp. 60
la máquina: "Lucho en vano con ese hombre cuyos ojos son suspicaces y y ss.
muy cariñosos. Cada vez que le sujeto, él se suelta extendiendo calmosa­ 15. Sixteenth Census 01 the United Sta tes, 1940, "Agriculture", vol.
mente los brazos... como aquellas grúas gigantescas... "'8 IlI, p. 22.

58 59
16. Debemos esta información al profesor Richard M. Bennett, que Parte II
durante algún tiempo estuvo en Chicago con Montgomery Ward.
17. '1ohn Steinbeck, Cannery Row, Nueva York, 1944. Los medios de la mecanización
18. J. Thrall Soby, B. de Chirico.

60
La mano ción. En su misma manera de efectuar movimientos, la mano es inadecua­
da para trabajar con precisión matemática y sin pausa. Cada movimiento
depende de una orden que el cerebro debe repetir constantemente. Sufrir
automatización contradice totalmente lo orgánico, basado en el creci­
miento y el cambio.
Frank W. Gilbreth, el maestro de los estudios de movimiento,
que tanto profundizó en la naturaleza de la actividad manual, subraya en
su último ensayo, A Fourth Dimension for Measuring Skill (1924), que
ningún movimiento puede repetir exactamente otro.
La mano puede ser adiestrada hasta un cierto grado de facilidad
Son innumerables los dominios de la mecanización y todas las automática, pero tiene negada una facultad: la de permanecer invariable­
técnicas que han contribuido a construir la vida que hoy conocemos, pero mente activa. Siempre debe estar asiendo, sosteniendo o manipulando. No
el método que constituye la base de toda mecanización es asombrosa­ puede continuar un movimiento en rotación incesante, y esto es lo que pre­
mente simple. cisamente ocasiona la mecanización: una rotación incesante. La diferencia
La mano humana es una herramienta prensil, un instrumento para entre caminar y rodar, entre las piernas y la rueda, es básica para toda
asir. Puede empuñar, sostener, apretar, empujar y moldear con toda facili­ mecanización.
dad. Puede buscar y palpar. Flexibilidad y articulación son sus palabras
clave. .
Los dedos, con su triple articulación, la muñeca, el codo, los hom­
bros y, a veces, el tronco y las piernas, incrementan la flexibilidad y la
adaptabilidad de la mano. Músculos y tendones determinan cómo asirá y
sostendrá el objeto. Su sensible piel toca y reconoce los materiales. El ojo
dirige su movimiento. Pero lo más vital de todo este trabajo integrado son
. la mente que gobierna y las sensaciones que le confieren vida. El amasado
del pan, el doblado de una pieza de tela, la evolución del pincel sobre una
tela, son todos ellos movimientos que tienen su raiz en la mente, pero, por
complicadas que sean las tareas que esta herramienta orgánica pueda eje­
cutar, hay una cosa para la que está muy mal preparada: la automatiza­

21. Producción en serie a cargo de obreros especializados en el siglo XVIII: El arle


de convertir cobre rojo. 1764. Este grabado, titulado Artesanos trabajando procede de
Descriptions des arts el métiers, una de nuestras fuentes más valiosas para la mecaniza­
ción en el XVIII. Los grandes mazos planos golpean con fuerza y velocidad variables
según el volumen del agua que cae sobre la rueda. Los artesanas dan al metal forma de cinta,
planchas o recipientes. (Duhamel du Monceau, L 'Arl de converlir le cuivre muge. Des­
criptions des arts el métiers, vol. V, lámina X, París, 1764.)

62 63
Estandarización e intercambio 23. Una primera aplicación de
la prensa hidráulica y grandes
troqueles: formación de mitades
de botes salvavidas. 1850. Joseph
Bramah inventó la prensa hidráu­
lica en 1796. Al progresar la me­
canización, estampado, prensado
y troquelado adquirieron una im­
portancia cada vez mayor, desde
los baratos adornos de interior
en la década de 1830, hasta el
prensado de carrocerias de au to­
móvil enteras en Detroit. alre­
La primera fase de la mecanización consiste en transformar los dedor de 1920.
gestos de empujar, tirar y apretar de la mano en una rotación continua.
La segunda fase afecta a los medios de mec·anización: ¿Por qué procedi­
mientos han de ser los objetos mecánicamente reproducidos2 Ya en las
primeras décadas del siglo XIX se efectuaba la reproducción por diversos
medios, tales como estampado, prensado, relieve y otros métodos, como
los describen, por ejemplo, Charles Babbage en 1832, o Peter Barlow en
1836. Los troqueles adquirieron creciente importancia, desde la acuñación
de monedas (fig. 200) hasta el prensado de mitades de botes salvavidas
metálicos, conseguido alrededor de 1850 (fig. 23). "Se colocan planchas HYDRJ,ULIC pnESS.

de hierro galvanizado entre unos troqueles enormes, ranurados de modo lugar una transformación simultánea en su producción, y martillos, hachas
que encajen entre si." Este procedimiento no fue explotado en gran escala (fig. 71), sierras y guadañas 1 cobraron forma mediante troqueles.
hasta la época de la plena mecanización, en la industria del automóvil. El prensado, el estampado y el forjado dieron como resultado la
. Junto a la diferenciación y remodelado de las antiguas herramientas, tuvo estandarización y, estrechamente relacionada con ella, la capacidad de
intercambio de las piezas. Suelen ser conocidos ciertos hechos y fragmen­
tos de los primeros inicios. Eli Whitney, el inventor de la desmotadora
de algodón, es considerado el primero en haber introducido el intercam­
bio de piezas en la fabricación de armas de fuego en su factoría de Whit­
neyville, y Simeon North, el fabricante de pistolas que tenía sus talleres
en la cercana Middletown (Conn.), trabajaba según el mismo principio.
Cabe afirmar, pues, que la idea estaba en el aire. En Francia - Thomas
Jefferson lo explicó en una carta a menudo citada-, un mecánico fabricaba

24. Partes intercam­


biables: dientes de sie­
rra sustituibles. 1852.
El director de un ase­
rradero californiano
"observó, mientras se
entregaba a su trabajo,
cuán grandes eran las
objeciones al uso de
....-~ ,..... ~...'-.. -'--$ sierras de dientes só­
lidos en lugares muy
alejados de las fábricas
22. Producción en serie en la segunda mitad del siglo XIX: Wholesale Grange Supply de sierras... Las sierras
House, Chicago. 1878. Se amontonan en las mesas sombreros y otras prendas de vestir 'circulares con dientes
confeccionadas en serie. "Delante, uno de nuestros vendedores enseña telas de Buffalo. insertados harán más
Hoy, Norteamérica destaca en las prendas producidas en serie, especialmente en ropas de trabajo con menos
trabajo, baratas y resistentes, confeccionadas a partir de un número minimo de piezas. gastos". Manufactu­
Tuvieron su comienzo en el esfuerzo realizado en el siglo XIX para crear unas ropas de rer and Builder. Nueva
trabajo satisfactorias." (Montgomery Ward.) York, enero de 1869.)

64 65
3- G'ed.on
No entraremos aquí en más detalles sobre este campo, pues im­
plica numerosos procedimientos técnicos y, además, su irvestigación con
la precisión necesaria exige una búsqueda múltiple que, sin duda, sólo será
efectuada cuando la industria estadounidense haya superado su histórica
timidez.
Aquí sólo es necesario tocar un punto: la pieza intercambiable se
convierte en una cuéstión interesante apenas es aplicada a las máquinas
más grandes, y cuando el intercambio puede ser realizado independiente­
mente de la mano de obra especializada. Uno de los más buscados catá­
logos de la época, la Circular Jor the Year 1867, del más elegante de los
constructores de maquinaria agrícola, Walter A. Wood, de Hoosick Falls,
N.Y.,3 publica seis "diagramas parciales" (fig. 25) de su segadora y Hand­
rake Reaper, con cada pieza ilustrada y numerada, de modo que al agri­
cultor le bastaba con pedir por escrito la pieza necesaria citando su número.
Desde un buen principio, al campesino con mentalidad mecánica se acos­
tumbró a montar las máquinas por su propia cuenta. La casa McCormick,
10 0+ •
por ejemplo, enviaba su segadora mecánica en cuatro cajas numeradas.
A"., ~_
~<""~'N. . I Por lo que de momento podemos saber, Walter A. Wood, cuyo
nombre volveremos a encontrar, fue el primero en instituir el intercambio
25. Primeras utilizaciones de partes intercambiables para grandes máquinas: partes de de piezas sin ayuda técnica para las grandes máquinas. Ese catálogo de
cosechadora. 1867. Las partes intercambiables para articulos pequeños -pistolas, fusiles, 1867 dedica mayor espacio a la enumeración de las partes intercambiables
relojes- habian sido utilizadas desde el comienzo del siglo XIX, Pero el hoy raro catálogo que a las propias máquinas. Y esto ocurría medio siglo antes de que Heilry
de Walter A. Wood, ej emprendedor proyectista de máquinas agricolas de Hoosick FaUs,
N.Y., muestra una amplia gama de partes intercambiables antes de gue Henry Ford intro­ Ford, en la industria automovilística, familiarízase al gran público con el
dujera la estandarización en la industria del automóvil. (Cortesla de la McCormick mismo principio.
Historical Society, Chicago.) Como pronto veremos, el advenimiento de las partes intercambia­
bles para las máquinas más grandes y la eliminación de la mano de obra
I armas de fuego a partir de piezas intercambiables (1782). No obstante,
sólo disponemos de escasos conocimientos acerca de lo que se realizó en
Francia, en este aspecto, a finales del siglo XVIII, y todavía se requiere
1
especializada coinciden en el mismo período de los inicios de la moderna
cadena de montaje en la industria cárnica.
~
una investigación sistemática. Las máquinas que Brunel inventó o combinó I
con las ya existentes para la producción de sistemas de poleas basados en
la estandarización y la posibilidad de intercambio, son descritas e ilustra­
das detalladamente en las ediciones de la Encyclopaedia Britannica de
I
principios del XIX.
\
Por razones que no es dificil comprender, Norteamérica era un
.,¡I
terreno fértil para la estandarización y la intercambiabilidad de piezas.
No obstante, se trataba todavía de una cuestión de pequeñas dimensiones,
incluso ya mediado el siglo, cuando los relojes montados con piezas in­
tercambiables eran fabricados por la factoría de Waltham. Se necesitaba
mano de obra especializada para la reparación de los relojes y para la
sustitución de sus piezas. I

Al principiar el decenio de 1950, en diversos sectores hubo pro­


puestas para conseguir el intercambio de las piezas más grandes. La idea
de sierras con dientes de repuesto (fig. 24) surgió en un aserradero de Cali­
l
I
fornia muy distante de toda fábrica en la que pudiesen ser reparados los
dientes estropeados. Más tarde, el inventor regresó a los estados del Altán­
tico, donde puso en práctica su idea. 2 En la Exposición Internacional de
París, en 1867, fue exhibida una sierra circular de este tipo, con un diáme­
tro de dos metros.
67
66
Mecanización de un oficio complicadQ torcido a voluntad y transformado en luz y en hojas móviles; eliminada
su aspereza, se ve animado por una especie de vida."
Pero todo pereció al aparecer la Revolución Industrial. Lo que
antes el cerrajero había forjado a mano a partir del hierro, fue confiado
entonces al molde. Entre 1825 y 1845, como se indica en un informe de!
jurado de la Exposición Internacional de París en 1867, en las grandes
ciudades desaparecieron los herreros más especializados. Verjas, baran­
dillas y balcones eran hechos ya con hierro fundido. En tiempos de la
transformación de París por Haussmann, cuando el Segundo Imperio,
habian aparecido ya grandes empresas que ofrecían depósitos de piezas
El arte del cerrajero de hierro fundido, desde las barandillas continuas de bulevares hasta las
copias en hierro fundido de las esculturas de Migue! Ángel. Sus catálogos
Durante varios siglos después de finalizado el periodo gótico, eran como libros de texto de la historia y no tenían menos de trescientas
el cerrajero fue conocido como el artesano que dominaba el oficio más a cuatrocientas páginas.
complicado. En él, la maestria de la mano se unia al don de la inventiva Sin embargo, aquí no nos extenderemos más en este aspecto del
constante. Aparte las cerraduras, su tarea abarcaba toda clase de hierros oficio del cerrajero. Fue infructífero desde el punto de vista histórico,
artísticamente forjados: verjas, rejas, manecillas de puertas, asas y la fan­ pues siguió el fácil camino de la mecanización, cuyo fm era el de hacer
tástica ornamentación en hierro de las cómodas. copias al menor precio posible. La mecanizacíón en la esfera de la cerra­
El periodo gótico fue muy parco en las comodidades del cuerpo, jería sólo ofrece interés histórico cuando opta por el camino más dificil,
pero tuvo e! profundo convencimiento de que la imaginación debía animar es decir, cuando es conseguida mediante la creación de nuevos métodos
a los objetos que rodeasen al hombre. El trabajo sobre madera de una puer­ y nuevos objetivos. No hay creatividad en la producción mecánica de
ta era tosco y no presentaba un gran acabado, pero es que el artesano de­ rejas y ornamentos de hierro fundido.
dicaba todos sus esfuerzos a la zona sensible de la puerta: la cerradura. Lo Para conseguir la percepción de la auténtica naturaleza de la me­
,enmarcaba con una delicada ornamentación, como si estuviese iluminando canización, tendremos que limitarnos a la cerradura. A este respecto, en
un manuscrito, y el asa en que termínaba el picaporte la transformaba en ningún otro lugar se produjo la transición de la artesanía a la producción
una abstracta forma serpentina que acababa en una cabeza de animal, mecáníca con tanta rapidez y eficiencia como en Estados Unidos. Los
como la perteneciente a una puerta de Visp, en Suiza (fig. 26). Más tarde, pasos para este cambio se dieron durante las dos décadas entre 1830 y
en el siglo XVIII, que fue el último período de la artesanía refinada, los ar­ 1850, décadas de sobresaliente importancia en la formación de los rasgos
tesanos canalizaron sus energías hacia la creación de trabajos en gran distintivos de la industria norteamericana. Al principio, la práctica euro­
escala, como las verjas de hierro forjado que separaban el coro de la nave pea del uso de hierro forjado para las diversas partes de la cerradura fue
en las iglesias monacales, que rodeaban parques, o que formaban el recinto seguida en América, pero casi desde el comienzo se inició una diferencia­
de las plazas públicas. Tejían transparentes velos de hierro ante el altar o ción mediante la sustitución del "material forjado por el fundido ... Este
el parque, y en un caso el artista cerrajero llegó a enmarcar dentro del es­ cambio de material redujo considerablemente el costo de la producción, y
pacio arquitectónico su alta estructura de hierro, las cortinas de agua de sus no tardó en llevar a modificaciones en el diseño... ".6
fuentes esculpidas, y el verde situado más allá. 4
La evolución de esta actividad artistica corrió paralela con los
logros del mobiliario del siglo XVIII y el "confort" que se inició con los De la artesanía a la producción mecánica
últimos años de Luis XIV y la Regencia. 5
Louis Sébastien Mercier, el notable crítico de las postrimerías El cambio de la producción manual a la mecanizada tiene tam­
de! Ancien Régime, fue uno de los primeros en ver una ciudad desde el bién otro punto de partida en las cerraduras de bancos y cajas de seguri­
pdsma de un sociólogo. Se ha dicho de él que describió e! sótano y e! ático dad. A partir de la experiencia en la construcción de aquellas cerraduras
pero olvidó el salón, pero en lo tocante a la artesanía refinada el crítico carísimas, que costaban de 100 a 400 dólares, evolucionó allá por el 1860
se deja llevar por el entusiasmo. Con el enfoque directo del contemporá­ un nuevo tipo de cerradura mecánica, eficiente y barato. A partir de fi­
neo, Mercier describe el alto nivel de la artesanía unos años antes de la nales del XIX en adelante, el problema de la cerradura a prueba de robo
'Revolución Francesa: "Nuestro cerrajero se ha convertido en artista. fascinó a los inventores casi tanto como el del revólver alrededor del 1840,
El arte ha forjado el metal hasta confundirlo con la arquitectura, y ha sido cuando se proponían las soluciones más extravagantes para el cambio
convertido en rejas soberbias que tienen la ventaja de realzar la vista sin automático de las balas.
de~truirla. El hierro ha llegado a ser tan flexible como la madera. Es re­ Entre la multitud de soluciones ofrecidas para el problema de la

68 69
cerradura, separaremos la presentada por Linus Yale, Jr. Esta surgió
con la gran corriente de inventos del 1860, y puede quedar como simbolo
de la transición a la producción mecánica de las cerraduras. Con el tiem­
po, han variado detalles pequeños de la cerradura Yale, pero, en lo que al
principio se refiere, desde un buen principio ésta representó la solución
defmitiva para el problema de la cerradura.
Hemos elegido este mecanismo para nuestra exposición porque
en él cambia por completo el principio de la cerradura construida manual­
mente, porque traduce las antiguas tradiciones, así como las recientes, en
términos de perfeccionada producción mecánica.
Esta interrelación de cosas procedentes de la Antigüedad con
adelantos más recientes tiene su contrapartida en el arte de nuestros días.
Las expresiones directas de periodos muy diversos, desde las pinturas ru­
pestres hasta la escultura del Africa negra, han ayudado a los artistas mo­
dernos a encontrar un camino hacia nuestra propia vida subconsciente.

La primera fase: las cerraduras de cajas fuertes a prueba de robos


La historia de la cerradura de cilindros, conocida con el nombre
de "Yale",? está estrechamente relacionada con la creación de cajas fuer­
tes y sus cerraduras para la protección de valores contra el fuego y el robo.
Alrededor de 1780, se fabricaron en Inglaterra arcas de hierro
fundido para uso común, cuando el hierro fundido empezaba a ser utiliza­
do para columnas e incluso para los ataúdes. Las primeras arcas portátiles
a prueba de fuego se construyeron en Francia alrededor de 1820. Sus pa­
! redes consistían en dos planchas de hierro con una capa de material re­
sistente al calor entre eilas. 8 Poco después, hicieron su aparición en Es­
tados Unidos.
A fmales de la década de 1820 y principios de la siguiente, los
americanos trataron de perfeccionar la construcción del arca y el mate­
ria! aíslante de sus paredes.
Su primer éxito lo obtuvieron a principios del decenio de 1830,
con ocasión de un gran incendio, pues el público quedó impresionado al
comprobar que una caja fuerte había sobrevivido, con su contenido intacto,
a la destrucción de un edificio. Espontáneamente se le dio el apodo de "Sa­
lamander'',9 pero su nombre oficial fue al principio fireproof (como reza la
Guía de Filadelfia de 1838), y más tarde, allá por 1850, el de iron-safe
(figs. 27 y 28).
Fue en la década de 1850 cuando la caja a prueba de fuego consi­
guió su formato estándar. Ampliamente anunciada como excelente pro­
ducto americano, se extendió desde los bancos, las compañías de seguros
y las fábricas hasta el simple almacén y la casa particular. Más bien pa­
rece que, incluso entonces, había algo maravilloso en la idea de un reci­
piente resistente a la catástrofe.

El almacén de maderas de este lugar ha sido consumido por el fuego


fa noche pasada... El fuego derritió los goznes de las puertas, y una vaharada ca­ 26. Cerradura gótica en una casa de Visp, Suiza. La obra en madera es-relativamente
liente salia de la caja fuerte que contenia todos nuestros libros y dinero... se con­ tosca. El artesano puso especial cuidado en acentuar con obra metálica la parte significati­
gregó una multitud a su alrededor para asistir a su apertura... pero, ante su asom­ va de la puerta, el agujero de la cerradura.

70 71
~s y el comercio,1I tuvieron a su alcance las arcas a prueba de fuego y las
) cerraduras a prueba de robo.
1
¡
j
El refinamiento de la cerradura de bancos

En el aspecto técnico, la cerradura mecánica de Linus Yale tiene


sus raíces en el complicado mecanismo de las cerraduras de banco a prue­
ba de robo.
Los franceses sobresalían en todo lo relacionado con los oficios
más refinados, desde el mobiliario y la pintura -las máximas habilidades
de la mano humana- hasta sus asombrosos e ingeniosos autómatas.
La cerradura, tal como fue utilizada normalmente desde el siglo
XV, mantiene la puerta cerrada por medio de un pestillo accionado por un
resorte. La llave, introducida en el agujero de la cerradura, actúa directa­
mente con su extremo saliente sobre el pestillo, de modo que, al dar vuelta
a la misma, mueve el pestillo y se cierra o se abre la puerta. El principio
consiste en que el extremo de la llave actúa directamente, sin intermedia­
27. Dibujo en acuarela para un anuncio de caja fuerte a prueba de incendio. Principios rio alguno, sobre el pestillo.
de la década de 1850. Sacando los documentos después de un incendio. Raro ejemplar En el siglo XVIII, las cerraduras se hicieron más complicadas
conservado en la colección Bella C. Landauer, New-York Historical Society.
al ser insertadas en ellas, entre llave y pestillo, series de placas móviles
sobre pivotes. Estas placas paralelas tenían que ser alineadas por la llave
bro, todos los libros y papeles y el dinero a~arecieron en perfecto estado en lo
que se refiere al papel y a lo escrito en él. 1 antes de permitir el disparo del pasador.
Muy pronto, todavía en el XVIII, Inglaterra se situó en cabeza,
y mantuvo su posición hasta mediados del siglo XIX, cuando los Estados
La evolución de la cerradura a prueba de fuego y la de bancos
coincide con el ascenso de la industria, la banca y las fmanzas a gran Unidos salieron a la palestra. Los ingleses crearon un mecanismo todavía
escala, el crecimiento de la bolsa, la expansión de la riqueza y la mul­ más complicado entre cilindro y pestillo, al practicar ranuras y muescas
tiplicación de fortunas. Al ser construidas las primeras residencias opu­ en el extremo del cilindro en contacto con la llave. 12
lentas a lo largo del Regent's Park de Londres, para la anónima clase as­ La cerradura (inventada en 1784) relacionada con el nombre de
cendente establecida alrededor de 1825 gracias al desarrollo de la industria Joseph Bramah, el inventor de la prensa hidráulica, se convirtió en la ce­
rradura antirrobo por excelencia en su período, y su fama perduró durante
toda la primera mitad del siglo XIX (fig. 30). Su principio era el de las
cerraduras anteriores, pero con una disposición interior totalmente va­
riada. Cabe considerarla ya como precursora de la cerradura de caja
fuerte de banco, ya que, por ejemplo, los cilindros estaban distribuidos
circularmente alrededor de la llave, con lo que se resolvía el problema de
la cerradura de caja fuerte antes de que existiera la caja fuerte. Y aunque
la cerradura de Bramah cedió por fin en la gran Exposición de 1851 en
28. Caja fuerte de Londres, lo hizo sólo tras grandes esfuerzos que no podían ser efectuados
Herring. a prueba de en breve tiempo.
fuego. Anuncio, 1855. Fue un tal A. G. Hobbs, de Nueva York, quien ganó las doscien­
Para hacer una de­
mostración de su caja tas guineas que los fabricantes de la cerradura Bramah ofrecían a quien
fuerte en la Exposición fuese capaz de forzarla. Hobbs, que se jactaba de "poder forzar cualquier
de Londres en 1851, cerradura en Inglaterra en pocos minutos", se había distinguido al abrir
el dueño de la patente
encerró mil dólares oro otra cerradura famosa tras breve pugna, pero la Bramah le tuvo ocupado
en ella, y retó a todos casi un mes, desde el 24 de julio hasta el 23 de agosto, día en que final­
los especialistas del mente se salió con la suya. Con ello, Hobbs demostró que "cualquier cerra­
mundo a que se ru­
cieran con el dinero. dura que deje sus cilindros expuestos a la vista o al tacto a través del agu­
....... " \: :jllll1" .• 1 ~H • 1 •• H, 1 1'1'" '1" l' r.·. - 1\. ;:.. '·f .ji• •~f Ninguno lo consiguió.
jero, puede ser abierta".
i1l'1'rill:!', l'ar"lIi 4'llilllllJiflll fird't'IIHf Io;all'~.
73
g~CHAMPION
m
BANK LOCK.
y
29. La cerradura de X
Yale padre, patentada en
1844. La cerradura de ~O
ti. ~ Also, Locks for
'" <l> '" t""
.0 f{
I :c
puerta del may~r de los
YaJe representa una tran­ '0 O11
1'4 '"
3M12~. ~¡a!l3~nJ3.
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~
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sición desde la complicada
~
cerradura de banco hasta r::::'l~. . '1
lo.
...~
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5TORES, C/l
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-1
la simple cerradura me­
canizada para puertas, de
Linus Yale Jr. Sus cuatro
-1 h
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cilindros van montados ·rn "li R Gr••' V.rie,y of <l> ~.::o ; tj -.
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radialmente alrededor del ~~ DOOR KNOBS, Which rwi'od,~~c pnze Med.I.! ~ ""tl ~ '"t'\! ~ 0-<
cilindro móvil con perfo­ ~
raciones para albergarlos.
Cada uno de los cilindros
~I
ti.
SILVER PUTED, WORLD'S FAIR
'
§ ~ ;-' ;:
= -1 ....'
~ t<>
-= lII]()
ti·
(todavíallamados pistones) 1'4 POllCELAIN, GLASS, \\'ilh Sprcl3l Approh.lIon ~ - 3 ~ :;
" ~ ~
- MINERAL. D ay & N ewe11' ; M 1 »,l.
está compuesto de dos BRASS &
piezas que unos resortes ~ ~J~::' ~
~ EspagneolellS & Cro~s Dolts : ;

(G) mantienen apretados ~ fur ~


"'::C
~ ~
~O
wU
hacia el centro. La llave, ~ 5R9 ~1'O~U\nq~
que acciona los cilindros

hacia el exterior, es de

&--s J?M1lJ¡glll Wt:!:«lDD'IJl13. ;.1 EW-YORK ' ~ ~


OJ

~ UDU~9])b!!'\:P !! UD 8AFE8 , OJ
forma cilindrica y en

q [ron Doors lo en
muchos aspectos se parece
~ !HJgUE&t!!~and Fire-PIO~r Vaulls ~ Orrier.
a la llave de Bramah. Ac­

túa sobre los "pistones"


31. Cerradura de seguridad norteamericana: la ''Parautoplic Lock" de Day y Newell,
(D, F) de forma muy si­
1851. Presentada en América en la década de ¡ 840, fue sin duda la campeona de su
milar a la de la llave de
tiempo, "de la que no cabia sacar impresiones". Su vendedór, A.C. Hobbs, se hizo fa­
Bramah sobre sus "co­
moso al abrir las cerraduras de Bramah durante la Gran Exposición de Londres en 1851.
rrederas".
Unos años más tarde (1856), la Champion Parautoptic fue abierta a su vez por Linus Yale,
:ro. La cerradura de seguridad de Joseph Bramah, 1784. Existe
JL, quien se jactó de haber hecho una llave de madera para ella "sólo con una inspección
una estrecha relación entre la cerradura de caja fuerte del XVIII
a través del agujero". Obsérvese la libre pero sensitiva tipografia de este anuncio de 1850.
y las soluciones de Yale para la cerradura mecanizada de puerta.

Esto es visible en un detalle de la famosa cerradura de banco


Tenía una llave provista de partes móviles con diferentes combi­
del siglo XVIII, ilustrada en la Edinburgh Encyclopedia publi­

cáda en Filadelfia en 1832. "En la lámina f f, todas las corre­


naciones. Según aseguraba la Newell, el usuario "puede cambiar con la
deras son empujadas hacia arriba, u obligadas a subir por sus
mayor facilidad y a su antojo la disposición interna de su cerradura en
ranuras, hasta lo alto del Cilindro E, por medio de un muelle
cualquier momento, con la simple alteración de los paletones de la llave".
espiral, enrollado flojamente alrededor de la clavija b. Las pri­

meras cerraduras fueron fabricadas con un muelle separado e


Y la descripción prosigue: "No se puede tomar impresión alguna de la ce­
independiente para cada corredera, pero es una notabilisima !
rradura, ni siquiera por parte de su propio constructor... Ha resistido vic­
mejora la introducción de un resorte común para alzar la tota­
toriosamente todos los esfuerzos de los más hábiles e ingeniosos para
lidad."

abrirla."14 Y, verdaderamente, tal como anunciaba la empresa Day &


Newell, era la "campeona" de las Cerraduras de seguridad de su época.
El teatral procedimiento de Hobbs fue al propio tiempo una bri­
llante publicidad para la cerradura que él estaba exhibiendo por cuenta de
Day & Newell, de Nueva York (fig. 31), que consiguió la medalla en la Ex­
posición de Londres. Se trataba de la "Parautoptic lock", cuya empresa
fabricante ofrecía un premio de doscientas guineas para quien consiguiera
forzarla. N adie pudo hacerlo.
A. G. Hobbs fue el inventor de un procedimiento para sujetar 32. Linus Yale, Jr.: La ce­
rradura de seguridad mágica e
los tiradores de vidrio de las puertas a sus soportes, pero antes destacó infalible. Linus Yale, J L,
sobre todo como el gran vendedor de la compañía Day & Newell de redujo la llave a un mínimo
Nueva York, y adquirió una gran destreza en forzar las cerraduras de sus compacto, llenando totalmen­
competidores con el fin de vender las de su empresa. La "Parautoptic lock" te el orificio de la cerradura.
A partir del agujero, los pa­
("parautoptic" aludía a la imposibilidad de efectuar una inspección .interior) letones eran llevados a una
empezó a ser utilizada en América a mediados del decenio de 1840 y era parte remota de la cerradura,
conocida también en Europa antes de la Exposición de Londres, en 1851. 13 para actuar sobre los cilin­
dros.
74 75
El éxito de Hobbs en Londres fue completo, y los bancos britá­ En 1851, el año en que el señor Hobbs obtuvo su mayor éxito al
nicos no tardaron en instalar cerraduras americanas. Súbitamente, los abrir las famosas cerraduras de los bancos ingleses, Linus Yale construyó
productos americanos se situaron en primera ma, ya que el revólver Colt, una cerradura a prueba de robo a la que dio un nuevo nombre: el de Ce­
los productos :de caucho Goodyear y las máquinas herramienta estado­ rradura Infalible para Bancos o Cerradura Mágica. En verdad, no es po­
unidenses se .contaron entre las presentadas en la Gran Exposición ante sible negar que había en ella algo de mágico.
un asombrado público europeo. En contraste con las complicadas llaves de aleta, la de esta ce­
rradura era extramedamente simple. A primera vista, parecía la llave de
Las cerraduras de seguridad de Linus Yale un reloj de pared e incluso recordaba un abrelatas (fig. 32). Consistía en
un vástago redondo, terminado por un cilindro más pequeño y trabajado.
Vivía en Filadelfia, mediada la década de 1850, un joven cerra­ Una vez insertado este instrumento en el agujero de la cerradura, el cual
jero oriundo de Nueva Inglaterrá y llamado Linus Yale Jr. En los años llenaba por completo, su extremo de menor diámetro era tomado por una
1855-1861, se hizo un nombre en dicha ciudad con sus dispositivos a clavija. "Un juego de ruedas conducía los paletones -que constituían el
prueba de robo. Linus Yale Jr. no estaba de acuerdo, ni mucho menos, extremo pequeño- a una parte remota de la cerradura, fuera de todo po­
con la aseveración del señor Hobbs, según la cual no era posible "tomar sible alcance de herramientas que pudieran forzarla, donde actuaba sobre
impresión alguna, ni siquiera por parte del mismo constructor". El "vio
un defecto que juzgó vitalmente erróneo"J5 y, después de hacer varias
pruebas, procedió a abrir una cerradura parautóptica tras otra con toda
facilidad. "El método para forzar la mejor cerradura parautóptica -ase­
guró- es tan sencillo que cualquier muchacho ingenioso puede hacerse una
Plug
llave de madera con la que abrirá estas cerraduras y volverá a cerrarlas."16
El folleto del propío Yale ofrece diferentes relatos de banqueros en los que
éstos explican cómo procedia este constructor. Uno de ellos aporta cierta
luz a la situación; se trata de un banquero de Nueva York, cuya cerradura
Day & Newell -popularmente llamada cerradura Hobb- había sido for­
zada, y que escribe con fecha del 12 de enero de 1856:
El señor Yale forzó mi cerradura de diez cilindros, la mejor en su clase
y por la que yo había pagado trescientos dólares... sólo con una inspección de la
cerradura a través de su agujero, cortó una llave de madera con la que corrió el
pestillo tan fácilmente como lo hubiera hecho mi llave. Y seguidamente, para
completar mi desaliento, cortó un paletón de su llave de madera y cerró de modo
que yo nunca hubiera podido volver a abrir con mi propia lIave. 17

33. Linus Yale, Jr.: Primera ~La e


cerradura de cilindros. Paten­

Pt99m

te de 1861. En esta primera


patente fueron desarrolla­
das las ideas básicas de la
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cerradura de cilindro y cla· Plug
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_--{_J_ - m =1 vijas. Las clavijas o cilindros
se alinean uno tras otro en una
a
sola ma, y la cerradura queda
dividida en un estuche fijo e
F~:70 cilíndrico y otro cilindro 34. Linus Yales, Jr.: Segunda cerradura de cilindros. Patente de 1865. Aparte algunos
~
más pequeño, situado excén­ cambios menores, la cerradura de Yale ha llegado a su fase final. La llave es "una delgada
;p
tricamente. Las cámaras para pieza de acero con la forma apropiada para situar en la misma línea las lineas de división
las clavijas están formadas entre los cilindros". (Patente EE.UU., 27 de junio de 1865.)
por orificios correspondientes

~.
en la caja de la cerradura y en 35. Cerradura Yate, 1889. (A) Sección transversal desde uno de los orificios para los
el cilindro. Sin embargo, para cilindros. (B) Sección longitudinal. La llave está puesta y levanta las clavijas, o cilindros, a
alinear las clavijas, Yale utili­ la altura en la que está nivelada la ranura en las clavijas con la división del cilindro, dejando
;.~
E ~
za todavía una llave redonda a éste en libertad para girar. (C) Vista frontal con el cilindro y el agujero. (Catálogo de
Fis:ILf ~. Inv"nck>r: insertada con la ranura hacia
abajo, al modo tradicional.
Yale and Towne Manufacturing Company#12, 1889.)

.r ~~J4.;t. (Patente EE.UU., 29 de enero


de 1861.) 77
los cilindros y abría el pestillo. Hecho esto, eran devueltos automática­ tenía un taller de cerrajería. El joven Yale se crió en un ambiente de in­
mente a la manecilla o vástago." vención y construcción de cerraduras, que era el que se respiraba entonces
Linus Yale pregonó entonces una recompensa de 3000 dólares por doquier en el nordeste de Estados Unidos. Poco es lo que sabemos con
al que lograse forzar su "mágica e infalible ·cerradura antirrobo". El señor respecto a su breve existencia; 18 murió repentinamente a consecuencia
Hobbs nunca logró ganarlo. de un fallo cardíaco a la edad de 47 años, mientras se encontraba de viaje
Pero Linus Yale no estaba totalmente satisfecho con su cerra­ de negocios en Nueva York, en la Navidad de 1868. Al parecer, su po­
dura y finalmente manifestó que toda cerradura basada en una llave y sición financiera nunca fue desahogada. En julio de 1868, seis meses antes
un orificio corría el peligro de ser forzada más tarde o más temprano. Ha­ de su muerte, conoció a Henry R. Towne y, en octubre, ambos organiza­
bía llegado a la solución de no utilizar llave alguna. Sus "cerraduras de ron una sociedad para la fabricación de cerraduras, que se convertiría en
combinación de discos" tenían dos manecillas que, al coincidir en una la gran empresa conocida como Yale and Towne Manufacturing Com­
cierta combinación, soltaban varios pestillos gruesos. El principio de la pany, de Stamford, Conn., y cuya marca registrada es "Yale". Pero quiso
cerradura de discos selectores no era desconocido en siglos anteriores, el destino que Yale no llegase a ver la fábrica donde sus cerraduras de
pero fue Linus Yale Jr. quien logró que esta idea primitiva pasara a formar puerta, nuevas y mecanizadas, serían producidas por máquinas.
parte de un mecanismo muy complejo que abriría el camino para todos Linus Yale Jr. nunca fue un hombre de negocios avispado. El vi­
los demás progresos posteriores. vía absorto en sus inventos. Su actitud con respecto a la vida era más afin
al espíritu de Concord, de Thoreau y de Emerson, que al del sagaz nego­
El invento de Linus Yale ciante de la segunda mitad del siglo. Los pocos hechos que conocemos
acerca de su vida coinciden con el retrato que tenemos de él. Es un rostro
Estas intrincadas cerraduras de seguridad no aportan la nece­ pequeño, con ojos hundidos y que parecen mirar hacia su interior. Las
saria percepción del cambio de la producción manual a la mecánica en facciones suaves y apacibles denotan al músico o al artista antes que al di­
la esfera de la cerrajería. Las piezas de sus complicados mecanismos rectivo eficaz. Y es que, al principio, Linus Yale Jr. quiso ser un pintor,
están hechas, casi por completo, a mano. Son el producto refinado de una pintor retratista. De haber nacido en Francia, probablemente habría en­
s·electa artesanía, la haute serrurerie. Lo que causó revolución en la fa­ contrado su camino en el Quartier Latin, pues no le faltaba, desde luego,
bricación de cerraduras fue la sencilla y familiar cerradura de puerta que ese raro don que es la fantasía. Pero en aquellos días las fuerzas más crea­
todavía ostenta el nombre de su inventor, Yale. El cambio que nos interesa tivas de Norteamérica no se interesaban por la pintura; se sentían apre­
no es el de la mera producción a máquina de las piezas que antes habían miadas por el afán de inventar y actuar en la gran revolución que trans­
sido hechas a mano. Lo interesante, en este caso, es la transformación de formaba la actividad humana en cada esfera.
todo el organismo interior de la cerradura, desde la construcción técnica El padre 19 de Linus Yale ya era famoso como constructor de ce­
hasta su llave. rraduras de seguridad, pero el hijo no permaneció junto a él mucho tiempo.
Al hombre no le resulta fácil abandonar el camino trillado, ya Pronto independizado, Linus Jr. pasó sus años más creativos en Filadel­
que hacerlo significa a menudo romper con un hábito tan arraigado como fia, donde vivió y donde tuvo su taller desde 1855 hasta 1861,2° durante
el de abrir o· cerrar el cajón de su escritorio o "la puerta principal de su cuyos años ideó la mayoría de sus propias cerraduras antirrobo. Tam­
casa del modo acostumbrado. Sin embargo, éste fue el cambio que forjó bién allí, en 1856, sometió su Mágica e Infalible Cerradura para Bancos
Linus Yale Jr., con su cerradura de cilindros. Salvo los especialistas, pocos al examen del Comité de Ciencia y Artes del Franklin Institute. Todavía
conocen este aparato por su nombre técnico; ha sido denominado, indis­ sigue expuesta en éste, y ostenta el autógrafo de su inventor. 21 En Filadelfia
criminada y simplemente, "cerradura Yale". Sin embargo, su uso se pro­ concibió, asimismo, cada uno de los sucesivos diseños que le llevaron,
pagó con lentitud, y no es mencionado en el excelente libro de Pitt-Rivers paso a paso, a la cerradura de caja fuerte sin agujero, la cerradura de com­
On the Development and Distribution of Primitive Locks and Keys, pu­ binación cuyo principio tiene hoy un uso tan extenso. Y allí inventó
blicado en Londres en 1883. En Europa, esta cerradura sólo llegaría a la famosa cerradura de cilindros. En 1861 presentó su primera patente
ser de uso general a partir de la década de 1920, incluso en países que, para esta cerradura, y para entonces él ya era conocido en todo el país
como Suiza, gozan de un alto nivel de vida. Es probable que la introduc­ y su empresa reconocida como la primera en su género en Filadelfia. 22
ción de los automóviles americanos en Europa guarde relación con la di­
fusión de esta cerradura en el continente. En cambio, la cerradura de Linus Los mecanismos de Linus Yale
Yale para los bancos, que data de 1851, fue conocida en Inglaterra muy
poco después de ser inventada. La cerradura de cilindros inventada por Linus Yale Jr. incluye
LinusYale Jr. nació en 1821 en Salisbury, Conn., donde su padre varias partes esenciales.
78 79
En primer lugar, el mecanismo accionador de la cerradura con­
siste -con la, excepción de su primera patente en 1861 (fig. 33)- en un
juego de cinco cilindros, dispositivo que desde entonces jamás ha vuelto
a ser alterado. A los cilindros se les llama de aguja o clavija (pin tumb:tl,))
por su extremada delgadez si se les compara con las piezas normalmente
utilizadas en cerrajería. 'Son delgadas varillas de acero o alambres de
acero y, por razones que en seguida veremos, están distribuidos en dos
secciones separadas (figs. 33, 34, 35).
Segundo, la caja que encierra la totalidad de la cerradura -par­
te llamada escudo- es cilíndrica y puede ser atornillada a la puerta. Es
un cilindro hueco a lo largo del cual hay una hendidura con cinco orificios
verticales. Estos agujeros albergan las clavijas (fig. 35). El propio Yale,
en su petición de patente en 1865, describe la "caja de cilindros" provista
de "un orificio cilíndrico a través de la misma". El orificio es practicado
excéntricamente.
Tercero, en este taladro va ajustado un cilindro más pequeño,
posteriormeJ1te descrito como un "tubo". También éste tiene, como dice
Yale, "agujeros perforados en el mismo, en planos perpendiculares a su
eje".23 Los orificios del tubo corresponden a los cilindros fijos y los pro­
longan. Sin embargo, en ciertos casos, este segundo cilindro puede girar,
1 de donde procede el nombre técnico de "cerradura cilindrica" dado a
I
la de Yale, y que la distingue del mecanismo en uso desde el siglo XV.
¡ Para resumir, en la cerradura Yale tenemos los elementos si­
guientes: la caja cilíndrica y fija de la cerradura, o escudo; el cilindro más
I
I
pequeño y situado excéntricamente, o tubo (ambos cilindros tienen orifi­
! cios correspondientes); y, ajustadas verticalmente en estos orificios, cinco
clavijas redondas, cada una en dos secciones. (La sección superior fue
llamada posteriormente "guia", y sólo la inferior conservó el nombre de
I clavija.) Comprimen constantemente las clavijas hacia abajo cinco pe­
36. Fernand Léger: Las llaves. 6leo, c.1924.

queños muelles espirales situados en la parte superior de los agujeros. nada del tipo antiguo de llave. Tal como el propio Yale la describió por
Por lo tanto, la cámara de los cilindros o clavijas se halla en parte vez primera, en su patente de 1865, la llave es "una delgada lengüeta de
en la caja de la cerradura (cilindro fijo) y en parte en el tubo (cilindro más acero con la forma apropiada para situar las líneas divisorias entre los
pequeño y móvil). Bajo la presión de los muelles, las clavijas mantienen fiadores en una misma línea". Por consiguiente, la llave actúa solamente
unidos escudo y tubo, como los clavos que, al atravesar dos trozos de ma­ para ajustar los cilindros, y los cortos planos inclinados de la misma, que
dera, evitan su deslizamiento. En esta posición, el tubo es inamovible. El sirven para este fin, hacen que se parezca, en palabras de un contempo­
mecanismo está cerrado. ráneo, a "una sierra desgastada".
Para accionar este mecanismo, se inserta una pequeña llave Al propio tiempo, el cuadrado paletón de la llave, con sus dientes,
plana en una estrecha ranura que hay en el tubo. La llave pasa por debajo ha desaparecido. La llave se ha hecho pequeña y delgada, y puede ser tro­
de las clavijas que presionan hacia abajo, y las alza hasta un punto en el quelada o estampada en pocos momentos. Y, sobre todo, su función ha
que junturas entre ellas -divididas como están. por dos secciones sepa­ cambiado. Ya no actúa directamente sobre el pestillo, como había hecho
radas- corresponden exactamente con la juntura entre la caja de la cerra­ desde que el hombre inventó el mecanismo de cierre, sino que se limita,
dura y el tubo, es decir, precisamente entre los cilindros fijo y móvil (figu­ meramente, a hacer girar el cilindro rotatorio. La llave es ahora una mera
ra 35). Cuando han llegado a este punto preciso, ya no se oponen a la ro­ manivela destinada a este fm.
tación del tubo, el cual gira al hacer girar la llave. El mecanismo queda "Con anterioridad al invento de Yale, el tamaño de la llave es­
abierto. \ taba proporcionado al de la cerradura, y su longitud era, necesariamente,
Después de las innovaciones de Yale, no quedó prácticamente tal que le permitiese llegar a través de la puerta."24 Sin embargo, tal como
80 81
patente (1865), pero en una patente póstuma, concedida varios años des­
pués de su muerte (fig. 38),26 presentaba con detalle las ventajas esenciales
derivadas de la independencia del mecanismo de la llave con respecto al
pestillo. Las cerraduras de las cajas postales serían equipadas con este
37. Cerradura Yale, in­

dependiente del grosor de


sistema.
la puerta. La llave ya no
Sólo por etapas Yale pudo desprenderse de sus concepciones
necesita atravesar la
heredadas. Cuando presentó su primera cerradura, él la destinaba a ar­
puerta. Accionada por el

cilindro, una varilla de


marios y cajones, no a puertas (fig. 33). Todavía alineaba sus cilindros
acero, en la que esta ilus­
con una llave redonda (que tenia una ranura o acanalado en vez del canto
tración de un catálogo de
de los modelos posteriores), y es interesante observar que insertaba su
1889 señala las pulgadas,

atraviesa el grueso de la
primera llave al modo tradicional, con la ranura hacia abajo, como si to­
puerta para conectar el
davía tuviese la lengüeta de las llaves ordinarias. Pero en su segunda pa­
mecanismo compacto de tente (1865), que declaró abiertamente como cerradura de puerta, situó
la cerradura con el grueso
pestillo. (Yale and Towne audazmente el conjunto en su posición lógica, con los cilindros sobre el
Manufacturing Company, tubo y descansando en él. Esto significaba que la llave había de ser in­
Catálogo 1112, 1889.)
sertada de modo inusual, con los dientes hacia arriba. Con ello, incluso
Yale la concibió, el tubo giraria al ser accionado por la llave, en tanto que la manera de cerrar la puerta rompió el hábito, ya que era necesario hacer
el pestillo podía ser colocado independientemente de ésta. Por tanto, la girar la llave en la dirección opuesta a la que ya había llegado a ser ins­
puerta podía ser de cualquier grosor, y cerradura y llave se mantenian tintiva.
inalteradas en tamaño y uniformes con todas las demás cerraduras y llaves Finalmente, cada parte de la cerradura fue concebida de modo
que pudiera ser fabricada por máquinas herramienta. La llave plana fue
del mismo tipo. Esto condujo a la adopción universal de cerraduras es­
tándar y de llaves de tamaño estándar para puertas de las más diversas troquelada o estampada desde el principio. Cabe que los cilindros hubieran
clases. La esmerada ilustración en el catálogo de la Yale and Towne de sido también cortados a máquina en sus primeras versiones, pero más
1889 (fig. 37) permite ver parte del mecanismo mediante un corte parcial tarde serían fabricados por tornos automáticos que los cortaban y les
en la madera. Muestra cómo una barra de acero unida al tubo giratorio daban forma en una sola operación. Los muelles estaban ya disponibles,
puede atravesar una gruesa puerta para actuar a distancia sobre el pestillo producidos por máquinas. Ni siquiera los dos tubos, el interior y el exte­
25
al otro lado. Linus Ya1e Jr. previó este perfeccionamiento en su segunda rior, exigian intervención manual. Procedentes de fundición al principio,
más tarde fueron hechos a máquina como todos los demás componentes,
I .F~. -2. automáticamente.
Linus Yale hijo dio a la cerradura una forma para nuestro tiempo.
El ingenio que demostró con ello recuerda una cierta etapa en la evolu­
ción de los relojes, cuando, en la Nuremberg del XVI, éstos fueron redu­
cidos a tamaño de bolsillo mediante el uso de muelles. Pero la transforma­
ción de Linus Yale fue todavía más radical.
¿Cómo se produjo? Su padre, Linus Yale, patentó en 1844 una
curiosa cerradura de puerta (fig. 29) cuyo mecanismo incluía un anillo ci­
líndrico (e en la figura), "dicho cilindro atravesado desde la circunferencia
exterior a la interior con aberturas redondas en las que se colocan pistones
38. Linus Yale: Cerra­
cilíndricos".27 (Lo que Yale padre denominaba pistones, como los gruesos
dura para oficinas de co­ de la cerradura de bancos, se convertiría en los cilindros o cla­
pistones
rreos. Patente EE.UU., vijas de su hijo.) Estos pistones, con palabras del mayor de los Yale,
1871. Linus Yale previó
las ventajas de un meca­ "pasan a través de dichas aberturas y entran en las aberturas correspon­
nismo de llave indepen­ dientes de un rodillo giratorio" (E). Están distribuidas radialmente alre­
diente del pestillo. El dedor del rodillo, y cada pistón se compone de dos piezas separadas, "di­
brazo (a) controla el dis­
tante pestillo (d). chos pistones presionados continuamente hacia el centro por muelles (G)
sujetos a la placa que enmarca la caja".28
83
39. Llave de hierro, período Tolomeico.
Longitud: 14 cm. Procedente de las excava­
ciones de lord Carnarvon en Drah abu'l
Negga, en Tebas. La cerradura de YaIe no
pudo derivarse de la llamada cerradura egip·
cia, como se creía generalmente. Esta com­
plicada forma de llave procede del muy téc·
nico periodo de los Tolomeos, en el siglo III
o n a.C. Recuerda más bien a sus antece­
sores griegos que a los egipcios. (Cortesía del
Metropolitan Museum, Nueva York.)

Esta cerradura, concebida desde el principio para puerta, era


un derivado de las pesadas cerraduras de banco. Incluso en la célebre ce­
rradura de Joseph Bramah para caja fuerte en 1784 (fig. 30), "las clavijas
(estaban) situadas alrededor del cilindro de la llave... por medio de mue­
lles".29 La idea relacionada de una "placa giratoria atravesada por una
serie de orificios y provista de una clavija que movia el pestillo", así como
de una "serie de muelles, cada uno de ellos con una clavija en un extre­
mo"30 no era inusual ni siquiera mucho tiempo antes.
Los elementos esenciales que más tarde serian utilizados por el
hijo de Yale estaban ya presentes en 1844 (fig. 29): las clavijas cilindricas
divididas en dos partes, los muelles, un rodillo fijo y otro rotatorio, y una
llave (K) sin paletón que actuaba directamente para ajustar las clavijas.
La llave sin paletón es "un cilindro que contiene en su periferia tantas
cavidades o ranuras en forma de cuña (X) como pistones haya".3l ¿Acaso
no se parece esta petición de patente de 1844 a la descripción de la obra
de Yale hijo?

40. Cerradura de madera de sicomoro,


e.BOO d.C., procedente del monasterio de
Epiphanius, en Tebas. Más de un milenio
después del ejemplo tolomeico, el principio
de la cerradura se mantiene invariable. En
ninguno de los dos casos, los cilindros están
alineados en la dirección de la inserción de
la llave, como en el tipo de llave de madera
de los isleños de las Feroe o los holandeses
de Pennsylvania, que emplean una llave de
forma ·totalmente distinta. 41. Cerradura de madera con
doble cilindro, islas Feroe. Perfil
y sección. Sus dos clavijas (d,
d) caen en agujeros (f, f) del
pestillo (a) para bloquear el me­
canismo, como en la cerradura
holandesa de Pennsylvania (arri­
ba). Las dos cerraduras difieren
poco: la de Pennsylvania tiene
la llave situada debajo de los cilin­ 42. Cerradura holandesa de Pennsylvania, en madera. (Arriba) Cerrada, llave fuera
dros; en la de Feroe, la llave de la cerradura. Los dos cilindros descansan en las ranuras del pestillo (líneas de puntos),
pasa (b, b, c) a traves de una asegurándolo como si fuesen clavos. (Abajo) Abierta, llave insertada y alzada, levantando
ranura a mayor altura en la ce­ los cilindros y soltando el pestillo. La cerradura moderna es presentada en la misma fase:
rradura. (Pitt-Rivers.) la llave ha alineado los cilindros, lo que permite que llave y cilindro principal giren.

84 85
Para cerrar el pestillo, la llave debe ser introducida hasta el tope, el En sellos cilíndricos babilonios que datan incluso del tercer mi­
plano inclinado de la llave entra en contacto con los pistones (E) y los hace re­ lenio a.C., se ha observado que el dios Sol lleva un símbolo mellado. 36 Al­
troceder hasta que su punto de unión entre las dos partes del juego de cilindros gunos arqueólogos han interpretado este instrumento simbólico como una
coincide con la'. juntura entre el cilindro giratorio interior y el cilindro exterior sierra, y otros como una llave. No es tarea para profanos en la materia
fijo que puede. hacer girar ahora la llave. 32 aventurar una opinión, de modo que aquí nos limitaremos a señalar las
diversas interpretaciones y la incertidumbre de su pasado.
Como hemos visto, no es posible detectarla con certeza ni si­
Arquetipos quiera en Egipto. Las pruebas tangibles no se inician hasta el período he­
lénico, pero las suposiciones referentes a su tiempo de origen varían d~ntro
Cuando surge la pregunta acerca de la procedencia de la cerra­ de la amplitud de un milenio.
dura de Linus Yale Jr., una y otra vez la respuesta es: "Procede de la ce­ Con respecto a la cerradura griega de los períodos homérico y
rradura egipcia." No obstante, ni siquiera las excavaciones más recientes post-homérico, se dispone de una información cuidadosamente recopi­
revelan gran cosa acerca de la antigua cerradura egipcia y su posible evo­ lada. 37 Pinturas en jarros y relieves en tumbas áticas confirman la exac­
lución. Sin duda, la llamada cerradura egipcia entra en la categoría de las titud de la descripción de Homero cuando Penélope abre la puerta del
cerraduras de cilindros, pero carece de uno de los rasgos esenciales que cuarto en el que se guarda el arco de Ulises "y tomó la: bien curvada llave
ésta tuvo eri la época medieval: sus cilindros no están alineados en una hi­ en su mano vigorosa, una hermosa llave de bronce cuyo mango era de
lera; las clavijas de hierro se proyectan en diversos planos a través de la marfil... desató rápidamente la correa de la anilla de la puerta, introdujo
anchura de su base horizontal, como las cerdas de un cepillo. Todavía es la llave y con directo impulso corrió los cerrojos".38
utilizada en esta forma en las viviendas egipcias más humildes. Esta primitiva llave griega no era sino una especie de impulsor
Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankhamon, en­ de pestillos. Las sacerdotisas llevaban una de estas llaves de bronce, lar­
contró varias llaves metálicas (fig. 39) en él transcurso de la expedición gas y pesadas, sobre sus hombros. Sus dos ángulos en L y su larga tija
de lord Carnarvon. 33 Según Carter, datan del período de los Tolomeos recuerdan, en cierto modo, la manivela de un gato de automóvil. Tal como
.(332-330 a.C.). El metal está doblado en forma de L y los dientes están el manubrio de ésta ha de hurgar bajo el coche hasta encontrar el gato, tam­
dispuestos a lo largo de una linea sinuosa en el brazo más corto. La ce­ bién la llave homérica había de pasar a través de un orificio abierto a
rradura en la que encajaban era el producto de un período técnicamente cierta altura en la puerta para encontrar el cerrojo en el interior y co­
avanzado que floreció bajo los Tolomeos, cuando Egipto se convirtió en rrerlo. Más tarde, sus ángulos contundentes se suavizaron en una fácil
el centro de la ciencia y de la invención griegas. En realidad, se trata de curva en forma de S, parecida a la clavícula humana, lo que le valió el
un período post-egipcio. nombre de llave de clavícula. 39
Más de un milenio después, la "cerradura egipcia" parece inva­ Apenas nos aproximamos al aspecto de la cerradura griega de ci­
riable en principio. Una cerradura de madera, tallada su caja a partir lindros en el siglo V, la certidumbre desaparece de nuevo. Las mujeres de
de un bloque de madera de sicomoro (c.SOO d.C.), fue hallada por la ex­ Aristófanes, tal como se ha indicado más de una vez,40 se lamentan de
pedición del Metropolitan Museum, enterrada en los escombros de una que unos hombres malos han cerrado la puerta de la despensa con la ayuda
celda en el monasterio de Epiphanius en Tebas (fig. 40).34 Es el mismo de una "llave secreta" laconia de tres púas. Esto indica, meramente, que
tipo de cerradura que la del período de los Tolomeos, pero mucho más la cerradura laconia era una variante de la cerradura de cilindros. Sus tres
simplificada. También tiene la forma de L, pero sus clavijas, aunque sólo púas y, sobre todo, su nombre posterior -ballanos o cerradura de bello­
son dos, no están alineadas. Para cerrar, había que alzar el pestillo por de­ ta- 41 la emparentan con las llaves pertenecientes al período helenístico,
bajo, insertando y levantando la llave de hierro. Ya que este tipo ha per­ halladas por Carter y otros. Esta cerradura tenía clavijas cilíndricas
sistido -todavía sigue en uso en las viviendas modestas de Egipto-, parece cuyas cabezas, para evitar su deslizamiento total, podían estar algo en­
como si la cerradura medieval de cilindros, con sus clavijas alineadas una sanchadas, en forma de bellota,42 en tanto que la cerradura de cilindros
tras otra y con su llave plana y mellada, tuviese su origen fuera de Egipto. en madera, propagada casi en todo el mundo, tenía clavijas de sección
Los arqueólogos dudan incluso de que se originase en este país cerradura cuadrada y que en nada se asemejaban a la bellota. Es ímprobable que
alguna de este tipo. Las cerraduras construidas según el principio de los el idioma griego, con figuras retóricas tan plásticas y precisas, utilizara la
cilindros (la cerradura de Laconia) fueron utilizadas, al parecer, en Grecia palabra "bellota" para describir una clavija cuadrada.
desde el siglo VI a.C. en adelante, y cabe que llegasen a Egipto en tiempos En la Grecia del siglo V, este tipo fue llamado cerradura laco­
de los griegos o de los romanos. 35 nia ya que desde Laconia, el centro mínero griego donde florecía la in­
Las pruebas con respecto al lugar de origen de esta cerradura dustria metalúrgica, se extendió a Atenas y el resto del mundo heleno. 44
-en Babilonia, en Egipto o en la Grecia del siglo V a.C.- sólo permiten Cabe pensar que, para Laconia, su ruta pudo haber sido desde Egipto a
unas interpretaciones harto ambiguas. través de Jonia y las islas griegas. 45

86 87
El tipo de llave de madera Llegamos a la conclusión de que el tipo plano de llave de madera
fue la fase temprana, y que el tipo más complicado de llave metálica cur­
Más .interés nos ofrece el origen del tipo de cerradura de llave vada surgió de ella, a la par con la cultura mediterránea, más organizada.
de madera, que distribuye sus clavijas en ranuras verticales alineadas y Pero, comparado con el tipo de llave de madera, nunca viajó muy lejos.
las alinea con Una llave plana de madera. Los etnólogos han considerado Sigue en pie la pregunta: ¿De dónde surgió la cerradura que des­
que, con ciertas cerraduras cuyos cilindros o clavijas están alineados en plazó a los tipos más antiguos? La cerradura que inventó Yale padre era
una hilera, se alcanzó un "nuevo momento",46 aunque no 10 distinguen también una cerradura de cilindros, con éstos divididos en dos secciones,
en principio de la llamada cerradura "egipcia". Sin embargo, éste es un con su tubo interior giratorio y su rodete exterior fijo, y con sus muelles
tipo distinto; que señala hada un origen diferente. para accionar los cilindros. Más de dos decenios transcurrieron antes de
No se dispone de pruebas reales en 10 referente a dónde y cuándo que los elementos que el mayor de los Yale había utilizado en Su cerradura
fue creada. El tiempo y el país de origen son un enigma, pero ciertos tipos de puerta hallaran su forma definitiva en la cerradura del joven Yale. Los
son sugerentes. hechos a nuestra disposición pueden sugerir un amplio esbozo de este
UnQ de ellos es que los diversos ejemplares del tipo de llave de proceso.
madera, tal como éste aparece en las más diversas culturas y épocas, son En la década de 1850, Yale hijo estaba totalmente absorto en
notablemente similares. No puede ser casualidad el hecho de que cerra­ el problema de la cerradura a prueba de robo para los bancos, en aquella
duras en las islas Feroe, al norte de Gran Bretaña (fig. 41), se parezcan época todavía no resuelto. Cada una de sus cerraduras de seguridad fue
tanto a las cerraduras de las islas de Grecia o a la de una vieja casa árabe recibida con plácemes, pero él no se dio por satisfecho hasta haber con­
en la isla de Zanzíbar, que den la impresión de haber sido fabricadas en seguido una solución que él mismo reconociera como fiable. Como hemos
el mismo pueblo. Seguramente, han de poseer un antepasado común. visto, esta solución fue la cerradura de combinación, sin agujero para la
Deben poder ser investigadas hasta llegar a un arquetipo que no sea el tipo llave.
de llave metálica curvada o la llamada cerradura egipcia, cuya llave curva, Cada dia, al manejar la pesada llave de la puerta de su taller, se
con su complicada disposición de púas, es el producto de una cultura dife­ preguntaba si ésta no podía llegar a ser más sencilla y práctica. ¿No era
rente, experta en el trabajo del metal. absurdo que la llave que abría su "Cerradura Mágica de Bancos" apenas
. El tipo de llave de madera se encuentra en toda Asia: en China, fuese mayor que la llave del reloj colocado sobre la repisa de la chimenea?
en la India y en Arabia. Algunos relacionan su difusión con las incursiones Algo no marchaba debidamente si una puerta corriente de una casa exi­
árabes en el África tropical,47 llevada por los conquistadores moros al gía un artilugio tan voluminoso, en tanto que la puerta de una caja fuerte,
norte de dicho continente. Por otra parte, este tipo ha sido descubierto con un espesor de 30 centímetros, podía ser abierta con una llave que
en fuertes germanos que datan del Imperio romano. 48 Se ha supuesto que cabía en el bolsillo del chaleco.
el tipo de llave de madera fue llevado a través de Europa por los pueblos Por extraño que ello pueda parecer, era más fácil concebir com­
de las Grandes Invasiones en sus marchas hacia el oeste. Para cerrar el plicadas cerraduras para cajas fuertes, cuando este invento estaba en el
círculo, llegó hasta América por dos rutas diferentes: mediante los colonos aire, que resolver un problema como el de la cerradura de la puerta, que
alemanes, escoceses o suizos hasta Pennsylvania, y a través de los negros había permanecido inmóvil durante siglos.
hasta Guayana. 49 ¿Era posible progresar más a lo largo del camino de su padre?
Siguiendo estas irradiaciones hacia atrás, convergen un un centro Los cilindros eran utilizables, pero dispuestos tal como 10 estaban entonces
de origen: el núcleo interno de Asia. Allí, en las estepas, sin datos ni his­ no resultaban fiables en su funcionamiento. ¿De qué podía servir una com­
toria, estuvo, muy probablemente, el lugar natal del tipo de llave de ma­ plicada distribución radial de cilindros en una sencilla puerta de casa? Lo
dera. adecuado para la maciza puerta de una caja de caudales no era, necesa­
Otra cosa señala también hacia el interior de Asia. Cuanto más se riamente, 10 apropiado para el uso doméstico, y 10 peor era, en este caso,
familiariza uno con la cerradura plana de cilindros, del tipo de llave de los cilindros dispuestos radialmente detrás del agujero de la llave, supe­
madera, más tiende a llegar a la conclusión de que no se trata meramente ditados a la vista y al tacto de cualquier amigo de 10 ajeno. Era tarea fácil
de una simplificación de la cerradura egipcia o de su transposición a la la de insertar una herramienta y hurgar hasta encontrar el punto exacto.
técnica del carpintero. Todo el mecanismo está concebido en madera. Evi­ Una nueva cerradura de puerta había de ofrecer mayor resistencia que la
tando estrictamente las curvas, cada parte del mismo puede ser fácilmente antigua ante eventuales ladrones; de 10 contrario, seria inútil. En su cerra­
trabajada por campesinos, pastores o nómadas. No requiere mano de dura para bancos, el joven Yale introdujo el mecanismo mucho más
obra especializada, como ocurre con la llave metálica curvada. El tipo de adentro, más allá del alcance de quien quisiera hurgar en ella. Deseaba
llave de madera surgió en el seno de una cultura primitiva y una región también seguir este principio en su cerradura de puerta, pero no era po­
que se apoyaba en la madera como material básico para sus edificios y, sible recurrir a mecanismos complicados, por 10 que se requería un plan­
dentro de lo posible, para sus utensilios. teamiento diferente.

88 89
La idea de su padre -no utilizar la llave para accionar el pestillo, con gráciles verjas de hierro (Véase Lamour, Recueil des ouvrages de serrurerie
como en las .antiguas cerraduras de puerta- vino en su ayuda. Yale hijo sur la Place Royale de Nancy, París, 1767).
trató, a su vez, de limitar la función de la llave a la alineación de los cilin­ 5. Véase la obra del maestro cerrajero Louis Fordrin, Nouveau livre
de serrurerie, París, 1723, reeditado en facsimil por A. de Champeaux, París,
dros, para que pudiera tener lugar una rotación. ¿Pero cómo reunir sim­ 1891. Son especialmente interesantes los grabados 19, 23 Y 27, que describen
plemente los" cilindros, en profundidad, para oponer mayores dificultades las diversas partes de las grandes rejas de iglesia.
al ladrón? Para este fm, no se necesitaba ninguna búsqueda arqueológica. 6. Henry R. Towne, Locks and Builders Hadware. A Hand Bookfor
No hubiera conducido a parte alguna, ya que hasta hoy poco es lo que Architects, Nueva York, 1904, p. 39.
sabemos acerca de la cerradura egipcia que, como quiere la leyenda, inspiró 7. El nombre técnico de la cerradura de Linus Yale es cerradura de
a Yale. cilindros, pero nadie la llama asi, excepto los especialistas.
8. Ni siquiera en el decenio de 1830, esta caja fuerte era muy distinta
de las antiguas arcas cerradas con tapa. Se encuentran varías ejemplos en: Musée
El tipo de llave de madera en Pennsylvania industriel, description complete de l'exposition des produits de 1industrie fran­
9aise en 1834, París, 1838.
En cualquier lugar de Pennsylvania, en establos y, tal-vez en su 9. One Hundred Years of Progress, Hartford, 1871, p. 396.
tiempó todavía en las casas de campo, Yale pudo ver las cerraduras de 10. Herring's Fireproof Safe. Interesante e importante infonnación
cilindros de madera que los colonos trajeron consigo desde Escocia, Ale­ referente a la conservación de libros, papeles, etc., Nueva York, 1854, p. 36.
mania o Suiza. Sus cilindros estaban alineados en una sola hilera (fig. 42). 11. S. Giedion, Space, Time and Architecture, Cambridge, 1941, pp.
Este modelo es un superviviente de la vida gótica, como lo eran los uten­ 460 Y ss. (Versión castellana: Espacio, tiempo y arquitectura, Editorial Cienti­
fico-Médica, S. A.; Barcelona, 1968).
silios y muebles de los primeros colonos. Los holandeses de Pennsylva­
12. La cerradura Barran, 1778, precursora de las modernas cerra­
nia a menudo se divertían inventando nuevos dispositivos que prestaban duras de cajas fuertes.
variedad a sus cerraduras de madera, pero tenían una de ellas que había 13. Report of the National Mechanics Institute of Lower Austria on
protegido casas y establos medievales. Esta cerradura de madera, con Newell's Parautoptic Combination Lock, concesión del Diploma y la Medalla
sus cilindros alineados y su llave plana y con muescas, había servido du­ de Oro del Instituto, Nueva York, 1848. La cerradura Newell, o parautóptica,
rante largo tiempo como cerradura de la humanidad. Su sencilla estructura fue fabricada por vez primera en 1836.
de madera, sus simples ranuras, los cilindros y la llave, todo podia ser 14. Ibídem, pp. 8 Y 18.
creado por las herramientas más primitivas. 15. A Dissertation on Locks and Lock-picking y prinCIpIOs de las
Delata el vigor elemental de este tipo el hecho de que permane­ medidas antirrobo, junto con las ventajas inherentes al uso de la mágica e infa­
ciera en uso corriente hasta el siglo XIX, y que pudiese aportar un im­ lible cerradura de caja fuerte... inventada por Linus Yale Jr., Filadelfia, 1856.
pulso decisivo cuando hubo que inventar la cerradura mecanizada de nues­ 16. Ibídem, p. 16.
tro período. Fue la rústíca simplicidad de esta cerradura lo que provocó 17. Ibídem
el ramalazo de genío en el invento de Linus Yale: alinear los cilindros, uno 18. No se ha publicado ningún estudio sobre su vida. El articulo sobre
detrás de otro, de un modo tan sencillo y eficiente que, desde entonces, él en la Encyclopedia Americana, vol. XXIX (edición de 1940), contiene impre­
esta distribución nunca más ha vuelto a ser alterada. cisiones y no menciona su gran invento.
19. La familia llegó a Connecticut en el siglo XVII. Elihu Yale, que
daría su nombre a la Universidad de Yale, fue el hermano de un antepasado de
Linus Yale.
20. Linus Yale Jr. apareció en el Directorio de Filadelfia desde 1856
hasta 1861. El primer año estuvo inscrito en él como Yale, Linus Jr. - Cajas de
Notas seguridad, yen 1857 y 1858 como Yale, Linus Jr. & Ca. - Cajas de seguridad y
Cerraduras. Desde 1856 hasta 1859 vivió en Milestown y su taller estuvo en
varias direcciones de las calles Chestnut y Walnut. En los tres últimos años, 1859
1. Esta concomitancia de nueva forma con nuevos métodos de pro­ a 1861, su dirección comercia! fue 248 North Front Street, y tuvo su vivienda en
ducción puede ser establecida a partir del 1930 en adelante. El único ejemplo el 142 de North 15th Street. Debo esta información a Walter A. R. Pertuch,
que mostramos aqui es una hoja de guadaña inventada en 1834 (fig. 73). bibliotecario del Franklin Institute de Filadelfia.
2. American Manufacturer and Builder, Nueva York, enero de 1869. 21. Esta cerradura ya era ampliamente utilizada entonces, como lo
3. The Walter A. Wood Mowing and Reaping Machine Company, demuestran referencias en Linus Yale Jr., Dissertation on Locks and Lock­
Hoosick Falls, Nueva York, Circular for the Year 1867, Albany, 1867. Picking, Filadelfia, 1856. Fue patentada el 12 de julio de 1853 con el número
4. Fue Jean Lamour (1698-1771) quien realizó esto en Nancy, cuando 9.850.
adornó las tres plazas más elaboradas de finales del Barroco. En una de ellas, 22. Edwin T. Freedley, en Philadelphía and Its Manufactures, 1859,
la Place Stanislas (1751-1755), amplió el lado abierto entre dos de sus esquinas p. 332, habla con alabanzas de la cerradura de pennutación para cajas fuertes

90 91
fabricada por Mr. L. Yale Jr. and Company, y la considera como la cerradura 46. Luschan, op. cit., p. 409. Aunque no siempre sea posible estar de
más celebre de los tiempos modernos. acuerdo con sus conclusiones, la exposición de Luschan es de las más sólidas.
23: Especificación para la patente n.O 48475, 27 de junio de 1865. 47. Luschan, op. cit., p. 430.
24. The Yale and Towne Manufacturing Company, Catálogo 12, 1889. 48. L. Jacobi, Das Roemerkastell Saalburg, Homburg v.d. Hoehe,
25,. Ibídem. 1897, pp. 462 y ss. Pero incluso aquí prevalece la incertidumbre, ya que las llaves
del fuerte de Saalburg en Alemania -llaves planas de bronce, probablemente
26. "Perfeccionamiento en cerraduras para cajas postales", patente copiadas de modelos en madera- pueden datar de los tiempos de Augusto o de
n.O 120.177,24 de octubre de 1871. finales del siglo III. Si los romanos pudieron haberla tenido es pregunta que queda
27. Especificación de Linus Yale Sr., patente n.o 3630, 13 de junio abierta, ya que los mismos se esmeraban en la fabricación de cerraduras gira­
de 1944. torias de puerta.
28. Ibídem. 49. Luschan, op. cit., p. 430.
29. Pitt-Rivers, op. cit.; p. 25.
30. Compárese, por ejemplo, Charles Tomlinson, Rudimenlary Treatise
on lhe Construction of Locks, Londres, 1853, p. 83, en cuya obra se menciona:
"La cerradura de Stanbury inventada en Estados Unidos hace unos cuarenta
años".
31. Linus Yale, Sr., solicitud de patente, 1844.
32. Ibídem.
33. Debemos esta información a la amabilidad de Ambrose Lansing,
conservador del departamento de Arte Egipcio en el Metropolitan Museum of
Art de Nueva York.
34. Herbert E. Winlock y Walter E. Crum, The Monastery of Epipha­
nius al Thebes, Nueva York, 1926, parte J, p. 57.
35. Comparar Daremberg y Saglio, Dictionnaire des Antiquilés grec­
ques el romaines, artículo "Sera".
36. Felix von Luschan, "Ueber Sch10esser mit Fallriegel", en Zeitschrift
fuer Ethnologie, año 48, Berlín, 1916, p. 423.
37. Hermann Diehls, Antike Technik, Beilín, 1914; véase capítulo
sobre "Puertas y cerraduras antiguas", pp. 34 y ss., ilustrado con reproducción de
pinturas de jarrones y relieves; contiene una convincente reconstrucción de la
cerradura homérica.
38. Odisea, XXI.
39. Diehls, op. cit., p. 40, presenta, una junto a la otra, llave de cla­
vícula y llave de templo. Ha sido recuperada una de estas llaves, la de un célebre
santuario de Artemisa en el siglo V a.C.
40. Ibídem, p. 46.
41. Ibídem. Ballanoi = bellotas. La palabra ballanos era de uso ge­
neral en tiempos de Aristófanes. Véase Joseph Fink, Der Verschluss bei den Grie­
chen und Roermen, Regensburg, 1890, p. 28.
42. Se han conservado candados de los tiempos de Pompeya, con
cilindros en forma de bellota. Ilustrado en Daremberg y Salio, op. cit., p. 1.247.
43. Fink, op. cit., pp. 22 a 31, investiga detalladamente la cerradura
laconia.
44. Daremberg y Salio, op. cit., p. 1.244, artículo "Sera", con ilus­
traciones.
45. Todavía menos concluyentes en lo referente a cuestiones de origen
son los ejemplares hoy hallados en las islas de Grecia. Pertenecientes en su mayor
parte al tipo de cerraduras de cilindros con llave de madera, son fruto de una di­
seminación mundial. Véase R. M. Dawkins, "Notes from Karpathos", en Annals
01 the British School o/ Athens, vol. IX, pp'. 190 Y ss. Como indica Dawkins
(p. 195), se encuentra allí un tipo compuesto, con dos llaves, una de las cuales
es utilizada para empujar el pestillo: "descendiente de la cerradura homérica".

92
La línea de montaje y la gestión científica taderos de Cincinatti, donde, sin auxiliares mecánicos, fue introducido
un sistemático trabajo de equipo de sacrificio y desollado de los cerdos.
La actitud de línea de montaje estaba presente antes de que fuera posible
aplicarla en forma mecanizada a complicados procesos con máquinas.
La linea de montaje está basada en el transporte más rápido, y con la
menor fricción posible, desde un proceso de fabricación al siguiente. Para
este fm se emplean sistemas de transportadoras. Fue Oliver Evans el pri­
mero en incorporar los tres tipos básicos de transportador, tal como to­
davía se utilizan hoy, a una linea de producción continua.
Hacia 1830, apareció una nueva influencia: la introducción de
La línea de montaje 1 es una de las herramientas más efectivas los ferrocarriles, que excitaron la imaginación en todo el mundo. Raíles
de la mecanización. Su objetivo es un proceso de producción ininterrum­ y vagones parecían ser el medio de transporte más perfecto, y pronto se
pido, que se logra mediante la organización e integración de las diversas hicieron intentos para utilizarlos en las ramas más diversas de la in­
operaciones. Su última meta consiste en transformar la manufactura en una dustria.
sola herramienta en la que todas las fases de producción y todas las má­ En 1832, se concedió en Francia la patente para un horno con­
quinas se convierten en una gran unidad. El factor tiempo desempeña un tinuo "en forma de un gran tendido circular de vía. El pan pasaba por él
papel importante, ya que las máquinas deben estar reguladas unas con y se cocía durante el trayecto".3 Esto puede ser considerado como sinto­
otras. mático, pero en Inglaterra, durante esa misma década, se hicieron inven­
Más recientemente, la línea de montaje dispone de un título más tos importantes, basados en el uso de vías y troles. Entre ellos figura la
amplio: el de linea de producción. "La linea de producción se caracteriza grúa corredera -al parecer inventada por Johann Georg Bodmer en 1833-,
por el movimiento regular y continuo de materiale~ desde su almacén hasta que podía desplazar cargas a lo largo de un trayecto horizontal situado
el producto acabado, a través de las necesarias etapas de la fabricacíón ... a cierta altura. Fue Bodmer quien, como veremos, tendió vías en una fá­
La linea de produccíón requiere un trazado racional y a menudo, aunque brica de Manchester, sobre las cuales los materiales eran transportados en
'no necesariamente, implíca el uso de sistemas de cintas transportado­ vagonetas directamente hasta las máquinas.
ras..." 2 La grúa móvil horizontal es un paso hacia los sistemas de raíles
En general, emplearemos el término de línea de montaje, que elevados que aparecieron, a gran escala, en los mataderos del Middle West
se ha convertido casi en sinónimo de la mecanización total. norteamericano a finales del decenio de 1860 y que, finalmente, entra­
Humana y técnicamente, el problema de la línea de montaje Sto ron en servicio en la fabricación masiva de automóviles (Henry F ord,
resuelve cuando el obrero ya no ha de sustituir ningún movimiento de la 1913).
máquina y, simplemente, asiste a la producción como vigilante y compro­ En el sentido actual, la linea de montaje fue utilizada originaria­
bador. Esto se logró, casi repentinamente, a finales del siglo XVIII con la mente cuando Oliver Evans la aplicó por primera vez a la molienda del
mecanización del proceso de molido de grano por Oliver Evans, pero en grano en 1783. En 1833 se procedió a la fabricación mecánica de galle­
la fabricación a gran escala de maquinaria complicada (chasis de auto­ tas en un departamento de la intendencia naval inglesa, con las bandejas
móviles), la línea de producción totalmente automática no fue conseguida de cocido transportadas de una máquina a otra a través del horno, y de
hasta 1920. nuevo a su punto de partida, todo ello sobre unas plataformas de rodillos
En la fase de transición, todavia predominante en la industria, el en movimiento continuo. A finales del 1850, el proceso, más dificil, de la
hombre actúa como una palanca de la máquina. Debe efectuar ciertas ope­ cocción del pan fue mecanizado en diversos lugares de Inglaterra y Es­
raciones que todavía no son realizadas por los mecanismos. Cierto que tados Unidos, y en este último pais, en esa época, incluso la fruta era se­
el ritmo de trabajo está adaptado al organismo humano, pero, en un sen­ cada en cámaras de vapor con la ayuda de una cinta transportadora, por
tido más profundo, la regularidad inexorable con la que el obrero debe un método hoy olvidado (proceso Alden); y a finales de la década de 1860,
seguir el ritmo del sistema mecánico es antinatural para el hombre. habia raíles elevados, en combinación con diversas máquinas, en las gran-
El desarrollo de la linea de montaje con su ahorro en mano de i' des factorías de envasado de carne del Middle West.
obra y sus medidas de aumento de la producción, está estrechamente re­ Todo detalle de sistemas de transportador, de interés para el in­
lacionado con el deseo de una producción masiva. Vemos utilizarla poco geniero o el fabricante, posee una literatura casi inagotable... pero en ella
después de 1800 para productos tan complicados como la fabricación de no hay nada que resulte muy útil para nuestro propósito. El origen de la
galletas en un Departamento de Avituallamiento de la Royal Navy britá­ linea de montaje, su desarrollo casi inadvertido a través de todo un siglo
nica, a base de pura artesanía, es decir, sin el empleo de maquinaria. En hasta llegar a una dictadura virtual sobre todo y sobre cada uno, es ante
el decenio de 1830 se aplicó un proceso muy similar en los grandes ma­ todo un problema histórico y humano. Tal vez por este motivo estemos
94 95
tan mal informados acerca de su evolución. N o poseemos una amplia
visión sobre ese tema, ni, al parecer, ningún articulo que perfile la historia
de esta destacadísima herramienta de la producción.
Íntimamente relacionado con la línea de montaje, hay un problema
cuya import'ancia ha aumentado lentamente desde 1900: la gestión cien­
tífica. Al igual que la linea de montaje, la gestión científica tiene mucho
que ver con la organización. En fase muy temprana de sus experimentos
durante el decenio de 1880, Frederick Winslow Taylor regulaba ya la ve­
locidad de varias máquinas por medio de un mando individual, y fue uno
de los primeros en emplear motores eléctricos para este fin. Pero todavia
tiene mayor importancia la investigación de la gestión científica sobre la
manera de ser realizado el trabajo humano.
Su evolución ha llevado, en parte; a un alivio para la mano de
obra, y en parte a una inicua explotación del trabajador.
Su mejor resultado, fue la nueva comprensión de la naturaleza del
trabajo y el movimiento, gracias a investigaciones tales como las de Frank
B. Gilbreth. El sistema empleado por Gilbreth para hacer visibles los ele­
mentos asicomo la trayectoria del movimiento humano, es magistral tanto
en el método como en la audacia de su aplicación. Este aspecto de la in­
vestigación, con su profundización en el elemento humano, creemos que,
a largo plazo, demostrará ser e! más importante.

. La línea de producción continua en el siglo XVIII


I
Oliver Evans

Lo que es más tipico en la industria americana de hoy -la pro­


ducción en flujo continuo- fue una preocupación central desde el primer
momento. Antes de que existiera alguna industria americana, y mucho
antes de que se procediera a construir máquinas complicadas, una mente
solitaria y profética se dedicó a idear un sistema en el que el desplaza­
miento mecánico de una operación a otra pudiese eliminar el trabajo de
manos humanas.
En el último cuarto de! siglo XVIII, Oliver Evans (1755-1819)4
construyó un molino en el que el grano pasaba, fluida y continuamente, a
través de los diversos procesos de la molienda sin la ayuda de la mano
del hombre. Fluía en una línea continua y regular de producción.
Oliver Evans introdujo la cinta sin fin y diferentes tipos de trans­
portadoras, reguladas una con otra en todas las fases de la producción.
La "banda sin fin" (correa transportadora), el "tornillo sin fin" (transpor­
tador de tornillo) y la "cadena de cubos" (transportador de cangilones),
que él utilizó desde un buen principio, constituyen hasta hoy los tres tipos
del sistema transportador. Más tarde, estos tres elementos recibieron una 43. Agostino Ramelli: Má9uina para elevar agua por medio del torniilo de Arquímedes.
técnica exhaustiva en sus detalles, pero nada hubo que cambiar en el mé­ 1588. El interés por la mecanica se reavivó a finales del Renacimiento. Ello se refleja en
numerosos dispositivos, por ejemplo el llamado tornillo de Arquimedes, que no es sino
todo en sí. el actual transportador de tornillo sin fin. Para elevar el agua, Ramelli emplea tres torni­
En 1783, el modelo del molino automático quedó completado, llos de Arquimedes accionados por la propia corriente de agua. (Ramelli, Le Diverse
yen los dos años siguientes, 1784-1785, el molino propiamente dicho fue artifiose machine, París, 1588.)

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45. Oliver Evans: Esquema del molino mecanizado, 1783, La primera línea de produc­
ción completa, conseguida antes de que la industria norteamericana tuviese real existencia,
(Evans, Young Millwright and Miller's Guide, 1795.)

construido en el valle de Redclay Creek (figs. 44 y 45). La carga en este


molino podía ser efectuada a partir de barcazas o de vagones; una báscula
determinaba el peso y un transportador de tornillo (o "tornillo sin fm de
Arquímedes", como lo llama Evans) conducía el grano al interior, hasta
el punto en que era elevado hasta el piso superior por un transportador
de cangilones (o "ascensor para elevación vertical"). Este movía hasta
108 hectólitros de grano por hora. Desde este montacargas, el grano caía
en un plano levemente inclinado, el "descensor, una amplia banda sin fin
de cuero delgado y muy flexible, lona o franela, que giraba sobre dos po­
leas". Esta correa era puesta en movimiento por el peso del cereal y, como
~.
=1.. añade Evans, "se mueve por el principio de una rueda hidráulica saliente".
Un siglo más tarde, un notable ingeniero observaría: "Es el prototipo
de la correa transportadora de hoy, generalmente utilizada para trans­
44. Oliver Evans: Tomillos de Arquímedes y transportador de cangilones para la ele­ porte horizontal."5 Después de las correspondientes operaciones, el grano
vación y transporte de grano, 1783. Evans, inventor de la línea de producción, utiliza el 1 era bajado hasta las muelas y, desde éstas, de nuevo al piso alto. Por tanto,
tornillo de Arquímedes en un sistema de correa y transportadores de cangilones, para des­
plazar el material (grano) de un proceso a otro, sin intervención de la mano. "Un tornillo hacía su trayecto -que es 10 que nos interesa aquí- a través de todos los
sin fm de dos espiras continuas' mueve el grano horizontalmente. El "montacargas para pisos, desde el inferior al superior y viceversa, de modo muy parecido al
el ascenso vertical" es una cinta sin fm de cubos de chapa de hierro (CD). El dispositivo
de descenso (EF) es "una ancha tira sin fm de cuero muy delgado y flexible, o bien de lona de los automóviles en la fábrica de Henry Ford en 1914.
o franela, que gira sobre dos poleas... Por su propia gravedad, el grano pone la máquina La gente se negaba a creer que aquello pudiese funcionar. ¿Cómo
en marcha. Esta máquina funciona según el principio de una rueda hidráulica de corriente iba a ser tan repentinamente superada la mano del hombre? En unas lí­
alta". (Evans, Young Millwright and Mlller's Guide, 1795.)
neas bastante oscuras escritas como nota a pie de página en uno de sus
98
99
libros, veinte años más tarde, üliver Evans no pudo abstenerse del comen­
tario siguiente: nivel bajo a otro más alto, o viceversa. El agua de las paletas de la rueda
se transforma en grano que se desplaza constantemente, pero él no mue­
... La mente humana parece incapaz de creer nad 4 que ella no pueda ve, sino que es movido.
concebir y comprender... Hablo por experiencia, pues cuando se afirmó por pri­
mera vez que cabía construir molinos de harina comerciales que se valiesen por Las dificultades que surgieron y que condujeron a disputas, y
sí mismos, hasta el punto de tomar la cabezuela de las muelas y la harina de las
vagonetas y elevarlas hasta lo alto, extendiendo la cabezuela para enfriarla y fmalmente a un conflicto con el Congreso, las suscitaron los molineros.
reuniéndola mediante las mismas operaciones en la tolva, etc., hasta quedar la Una vez conocedores de las ventajas del molino mecanizado, no quisieron
harina lista para el ensacado, se le contestó al proyectista: No es posible hacer pagarle royalties a üliver Evans, y más tarde (1813) atacaron la patente
que el agua corra cuesta arriba, no es posible hacer molineros de madera. 6 en un "Memorial al Congreso", en el que solicitaban "alivio para las ac­
ciones opresivas" de la patente de üliver Evans. 10 Fue solicitada la opi­
Pero el molino que üliver Evans construyó para sí y para sus nión de Thomas Jefferson como experto. La opinión de éste sobre los
socios en Redclay Creek, 1784-1785, funcionó. Los molineros de la re­ aparatos de üliver Evans era baja, y vio tan sólo los detalles, no el con­
gión fueron a visitarlo y "vieron que todas las operaciones de la molienda junto como un todo. "El elavador -declaró- no es sino la antigua Rueda
procedían sin la atención de ningún ayudante: limpieza, molienda y criba­ Persa de Egipto, y el transportador es lo mismo que el tornillo de Arqui­
do... sin intervención humana".' medes."ll
Al regresar a sus casas comunicaron que "todo el artilugio era Si se despieza el invento de üliver Evans en sus diversos compo­
una serie de trastos indigna de la atención de hombres de sentido común".8 nentes, desde luego Jefferson tenía toda la razón. La cadena de recipientes
Pero las ventajas económicas no tardaron en ser evidentes, y al poco tiem­ fue utilizada en todo el Mundo Antiguo, desde Egipto hasta China, para
po la mecanización de los molinos fue aceptada. üliver Evans obtuvo una elevar el agua, 12 y el tornillo sin fin de Arquímides, el tornillo transportador,
patente en 1790 por su "método para fabricar harina y cabezuela". Sur­ aparece en casi todos los libros que, a finales del Renacimiento, tratan de
gieron nuevas dificultades; volveremos sobre ellas. maquinaria. En el Renacimiento servía como medio para "atornillar" agua
desde un nivel bajo a otro más alto, y asi Agostíno Ramelli utilizó una
¿Cómo surgió esta invención? serie de tornillos de Arquímedes para elevar agua l3 (fig. 43). Pero, que
üliver Evans se crió en el campo, en el estado de Delaware, y nosotros sepamos, üliver Evans fue el primero en utilizarlo para el trans­
las ruinas de la granja de su padre aún siguen en pie. Cuando se trasladó porte de sólidos.
a la ciudad de Filadelfia, entonces prímer centro cultural de Norteamé­ Los teóricos del Renacimiento se ocuparon de operaciones sim­
rica, frísaba en los cincuenta años. Evans no fue nunca a Europa, ní sos­ ples, con tendencia a elevar una carga pesada o a transmitir fuerza con
tuvo correspondencia con las grandes personalidades cíentíficas de su la ayuda de palancas o sistemas de engranajes o poleas. Sin embargo, su
tiempo. Tuvo que confiar únicamente en su propia capacidad. Vivía en un trabajo podía asumir a veces forma grandiosa, como ocurrió cuando Do­
territorio agrícola, donde el cultivo era efectuado por los métodos más menico Fontana (1543-1607), arquitecto, ingeniero y planificador urba­
primitivos, y sus lecturas consistían en los libros de texto populares refe­ nístico para Sixto V, bajó el obelisco del Vaticano en el ala sur de San
rentes a las leyes básicas de las máquinas, la mecánica de sólidos y fluidos. Pedro, lo transportó y volvió a alzarlo en su actual emplazamiento. En
Estas leyes, que llevaban ya tiempo admitidas, volvían a ser tan nuevas y contraste con las chapuceras propuestas de sus rivales, Fontana utilizó
apasionantes como lo habían sido en la época del Renacimiento. Habían cuarenta dispositivos de torno accionados por caballos para balancear
adquirido una nueva vitalidad, como ocurre cuando un artista inyecta nue­ el monolito alrededor de su centro de gravedad, mientras toda Roma lo
va vida plástica a objetos que se han vuelto mates y vulgares. contemplaba en silencio.
Estas no son simples conjeturas. Al revisar su libro sobre la me­
canización del proceso de la molienda, The Young Millwright and Miller's
Guide,9 se observa que casi la mitad del mismo trata de las leyes de "Me­ Todas éstas fueron tareas de simple elevación y movimiento, una
cánica e Hidráulica". El lector puede seguir, casi paso por paso, la trans­ categoría a la que también pertenecen las modernas grúas para manejar
formación de los simples teoremas, las "leyes del movimiento y fuerza carbón, minerales y otras mercancías en puertos, fábricas o patios de
de los cuerpos en caída, las leyes del tornillo y del movimiento circular", descarga.
en los dispositivos mecánicos de los que se compone el molino que funciona Para üliver Evans, elevación y transporte tienen otro signifi­
por sí mismo, el molino sin obreros, el autómata. cado. N o son sino vínculos con el proceso de producción continua: desde
Las paletas de la rueda del molino, cuyas leyes de movimiento la materia prima hasta el producto acabado, la mano del hombre será sus­
bajo la influencia del agua estudió Evaris, se convierten en cestos, en tituida por la máquina. De una sola vez, y sin precursor en este campo,
cubos o cangilones sobre una cinta sin fin que lleva los productos de un Oliver Evans conseguiría lo que iba a convertirse en el pivote de la pos­
terior mecanización.
100
101
Los inicios de la línea de montaje
En su época, el método de Evans no tenía analogía, y sin embar­
go, nada le ,es más dificil al hombre que forjar ideas para un futuro apenas Oliver Evans desmontó un material complejo (el grano) y, a
concebible, ya que por naturaleza tendemos a discurrir por analogia todas partir de él, fabricó un nuevo producto (la harina). En el siglo XIX, el pro­
las cuestiones, ya se trate de métodos científicos o productivos, o de fenó­ blema consistia también en fabricar mecánicamente un producto, por
menos emocionales, como en el arte. ejemplo una máquina. En este caso, las partes están "montadas" y com­
Arthur Schopenhauer describió en una ocasión el talento como binadas para formar un nuevo conjunto. Pero esto no es una norma, ya
lo que alcanzaba una meta inasequible para el hombre corriente, y el genio que, a menudo, un conjunto es desmontado en sus partes, como en el caso
como la percepción de un punto que los demás ni siquiera pueden ver. del molino de Evans (en el matadero mecanizado, por ejemplo). Lo que
De cara al exterior, el invento de üliver Evans era, como dijeron señala este periodo es el imperfecto estado de la maquinaria. Había: que
sus contemporáneos con desdép, "una serie de trastos". Además, Evans insertar hombres en los mecanismos, con el fin de asegurar una linea de
no era, como Benjamin Franklin, ducho en el trato con los demás. Nada producción ininterrumpida.
favorable surgió de sus demás inventos, entre los cuales uno por lo menos Desde el siglo XIX en adelante, la línea de montaje, aparte sus
nos deja estupefactos. 14 mecanismos economizadores de mano de obra, consiste ante todo en la
Sus sucesores fueron mucho más afortunados en la consecución cooperación racionalmente planificada de grupos, el trabajo de equipo.
de una linea de producción continua. Contaban ya con una tecnología Esto se logra mediante la división de trabajo, que Adam Smith reconoció,
avanzada y se veían apoyados por una época para la que la producción en el siglo XVIII, como la base de toda industria, en tareas reguladas entre
era el objetivo número uno. sí con respecto a la vez del tiempo y de la sucesión.
Al historiador no le importa que un hombre se una a los afortu­ Los comienzos sistemáticos de la línea de producción aparecen
nados o a los desamparados, que él en persona conciba su invento hasta en los métodos manuales antes del advenimiento de la mecanización.
la última rueda dentada o que cuente con una plantilla de míllares de in­
genieros para llevar a la práctica sus ideas. Lo que importa es el alcance .
~ ,,-­ -'~ ...
de su visión. Desde este punto de vista, el invento de üliver Evans abre un .... ".Ji
""",

nuevo capítulo en la historia de la humanidad.


i
46. Comienzo de la línea
de montaje mecanizada en la
fabricación de galletas: Vic­ -)
tualling Office, Inglaterra. 47. J. G. Bodmer: Primera
1833. Todo el tránsito se reja móvil para calderas, pa­
efectuaba sobre rodillos en tente británica de 1834.
constante rotación, excepto ··0
Este ingeniero suizo, que tra­
para una operación. (a) Mez­ bajó en Inglaterra durante la
cladora con agitadores rota­ década de 1830, aportó nue­
torios. (b) Rodillos mecáno­ vos métodos a la fabricación
coso (c) Máquina cortadora. de máquinas herramienta y
(pe~er Burlow, Manufactures. otras máquinas complicadas.
1836.) .d
Se le considera uno de los in­
(a)
ventores de la grúa elevada
móvil. No tenemos ilustra­
ción de su taller en M anches­
(b)
ter, pero existen especifica­
ciones detalladas en sus
patentes. Al igual que Evans,
Bodmer le interesaba la cinta
transportadora sin fm, que
utilizo para los materiales
más pesados y para nuevos
propósitos. Su reja móvil,
construida con secciones
articuladas, servía para la
alimentación continua de los
hornos.

103
102
1804

Dos décadas después del molino automático de Oliver Evans,


fue establecida una linea humana de montaje en un arsenal naval inglés
para acelerar la producción de galletas. El trabajo estaba dividido en va­
rias fases, y las operaciones manuales de los diferentes trabajadores esta­
ban sincronizadas unas con otras.
Una fuente de 1804, el Book of Trades,15 aporta un claro relato
de esta forma temprana de linea de montaje. Un equipo de cinco panade­
ros había de producir setenta galletas de barco por minuto, con doce
hornos, "cada uno de los cuales suministrará diariamente pan para 2040·
hombres".

El proceso de la elaboración de galletas, tal como es prapticado en el


Departamento de Avituallamiento en Deptford, es curioso e interesante.
La masa, que consiste solamente en harina yagua, es trabajada por
una gran máquina... Pasa a un segundo obrero, que la corta con un gran cuchillo
para los panaderos, de los que hay cinco. El primero, o moldeador, da forma a
la galleta, dos cada vez; el segundo, o marcador, las troquela y las arroja al divi­
sor, el cual separa las dos partes y las coloca bajo la mano del echador, el hom­
bre que alimenta el horno, y cuya tarea de echar el pan sobre la pala debe ser 49. Origen de la moderna línea de montaje. Cincinatti, c.1870. La moderna linea de
tan exacto que no puede distraerse ni por un momento. El quinto, o depositador, montaje tiene su origen en las postrimerias de la década de 1860, probablemente en los
recibe las galletas en la pala y las dispone en el horno. La tarea estriba en depo­ mataderos de Cincinatti. El principio de la moderna linea de montaje intervino en una
fase específica del proceso del matadero. Después de sacrificados, escaldados y raspados,
sitar en el horno setenta galletas por minuto y esto se logra con la regularidad los cerdos son colgados del raíl elevado, con intervalos de 60 cm, y desplazados con­
. de un reloj, pues el vaivén de la pala es como el movimiento del péndulo. tinuamente ante una serie de operarios. Cada hombre efectúa una sola operación. "Uno
raja el animal, el siguiente extrae las entrañas, el tecero saca el corazón, el rugado, etc., y
48. Proyecto de el hombre de la manguera lo lava." (Harper's Weekly, 6 de setiembre de 1873.)
Swift para un/erro­
carri/sobre Broad­
way. Decenio de Parece ser que esta fábrica de galletas de la Armada británica en
1850. La grúa Deptford fue bien conocida. Más de treinta años después,16 un observador
viajera elevada
traslada una carga todavía la juzgó digna de una descripción detallada; su relato no añade
pesada a través nada esencialmente nuevo, pero ofrece un cuadro más preciso de una insta­
del aire. El perio­ lación que ya se aproxima a la idea de la posterior linea de montaje: "El
do de 1860 se establecimiento de panificación consiste en dos largos edificios, cada uno
sentía fascinado
por la idea del de ellos dividido en dos secciones panificadoras con seis hornos en cada
transporte eleva­ una, los cuales están dispuestos espalda contra espalda... Las artesas de
do; hay patentes amasar y las tablas para arrodillarse están dispuestas alrededor de las pa­
para el traslado de
materiales por me­ redes exteriores del edificio, opuestas entre SÍ."17
dio de vagonetas Para entonces, el "proceso manual" empezó a ser sustituido por
de cable, y proyec­ "una ingeniosísima pieza de maquinaria".
tos tan fantásticos
como el de un tren­
globo a la cúspide 1833
del monte Rigi
(Fig. 95), o para El superintendente del Departamento de A vituallamiento de Dept­
un ferrocarril ba­
sado en el princi­ ford, un tal señor Grant que había ideado esta "ingeniosisima pieza de ma­
pio de la grua ele­ quinaria", aportó con ella lo que fue, probablemente, la primera línea de
vada, sobre el montaje en las industrias alimentarias (fig. 46). Sólo una operación, la
Broadway neoyor­
quino. (The Scien­ extracción de la masa de la artesa, era efectuada manualmente. Todo el
tiflc American, 15 restante desplazamiento de una operación a la siguiente tenia lugar mecá­
octubre 1853.) nicamente, sobre unos rodillos en rotación continua.
104 105
La disposición de las diversas máquinas debe ser lo más próxima po­ mente, una patente sólo ocupa unas pocas páginas, pero en este caso una
sible para que,las bandejas puedan pasar de uno a otro sobre rodillos... (¿No pare­ sola especificación llena cincuenta y seis páginas, y es, prácticamente, un
ce esto una doctrina de Henry Ford?). Han de estar fijos a la pared una serie de catálogo de mecánica: "Utensilios o aparatos para cortar, rectificar, per­
rodillos con la finalidad de devolver las bandejas a la primera mesa después forar o laminar metal" y "Nuevos dispositivos y construcción de los di­
de haber sido' vaciadas. En Portsmouth (Inglaterra), esta serie de rodillos era versos mecanismos". 24
mantenida en' continua rotación por la máquina de vapor, de modo que cuando las Entre 1830 y 1850, en Inglaterra se trabajaba intensamente para
bandejas vacías estaban situadas sobre cualquier parte de la línea, se desplazaban perfeccionar estas máquinas herramientas, y sobre esta base progresó la
sobre la mezcladora sin requerir atención alguna. lB
industrialización intensiva en la mayoría de los sectores, entre 1850 y
1890. Lo que a nosotros nos interesa en este aspecto es saber hasta, qué
Otros campos diversos presentan una división similar del pro­ punto, alrededor de 1830, la construcción y disposición de dichas máqui­
ceso de producción en fases, tal como lo popularizó la descripción de nas, y de los medios de transporte interior, se encaminaban hacia una
Adam Smith acerca de la división del trabajo en una fábrica de agujas en línea de producción unificada.
Birmingham. En Estados Unidos, donde habían prosperado lentamente los En construcción: "Los grandes tornos provistos en su parte supe­
almacenes por secciones a partir de la década de 1840, desde un buen prin­ rior de pequeñas grúas móviles equipadas con polipastos con la finalidad
cipio se produjeron trajes confeccionados, a diferencia de Europa. Antes de permitir a los trabajadores colocar, de forma más económica y con­
de la introducción de las máquinas de coser, esto condujo, en fecha muy veniente, los artículos que habían de operar en los tornos y quitarlos una
temprana, a una división del trabajo mediante labor de equipo, como en vez acabados."
la manufactura inglesa de galletas de barco. "También se montaban grúas pequeñas en número suficiente y al
Examinaremos tan sólo un ejemplo: la industria del envasado, de alcance fácil de las máquinas rectificadoras."
la que veremos más adelante su ulterior evolución. En Cincinatti, Ohio, En disposición: "Gradualmente, casi todas estas herramientas
donde fueron creados mataderos en gran escala, ya en el decenio de 1830 fueron construidas y fueron sistemáticamente dispuestas en hileras, si­
los viajeros recordaban la división del trabajo según Adam Smith, cuando guiendo un plan cuidadosamente establecido."
observaban el proceso de sacrificio de las' reses y su organización. 19 En el transporte: "Varias líneas de raíles atravesaban el taller
En 1837, llegó al parecer al punto en que, sin maquinaria, un de un extremo a otro para el fácil desplazamiento, sobre vagonetas, de
equipo de 20 hombres podía matar y limpiar, dejándolos a punto para el las partes de maquinaria que habían de ser trabajadas. Estos dispositivos
despiece, 620 cerdos en 8 horas. 2o no eran corrientes en aquellos dias (1839) cualquiera que sea el caso hoy
A mediados de siglo, "juzgóse económico otorgar a cada trabaja­ en día."25
dor un cometido especial... uno cortaba las orejas, otro quitaba cerdas
y pelos, mientras otros desollaban el animal con mayor cuidado... Para En la primera mitad del XIX, y especialmente entre 1830 y 1850,
dar a comprender la rapidez conseguida en Cincinnati en 1851, los tra­
aparecieron en todas partes mentalidades inventivas que se enfrentaron a
bajadores eran capaces de limpiar tres cerdos por minuto",21
los más diversos problemas de la industria. La extrema especialización
-excepto en las máquinas de hilatura, muy perfeccionadas- todavía que­
1839 daba distante; los tiempos todavía ofrecian la novedad de las tareas no
cumplimentadas. Bodmer fue uno de aquellos inventores versátiles, ya que
Los comienzos del trabajo en serie en la construcción de com­ trabajó con ruedas hidráulicas, máquinas de vapor, locomotoras, máqui­
plicada maquinaria de hilatura, son discernibles en Inglaterra alrededor nas herramientas, máquinas de hilar, e incluso en la producción mecánica
de 1840. Lo que ocurría en Estados Unidos en ese período nos es todavía de azúcar de remolacha. Pero hubo un problema que le ocupó desde el
desconocido en gran parte. Un inventor suizo, Johann Georg Bodmer principio hasta el final: el del transporte dentro de la producción.
(1786-1864),22 equipó una fábrica de máquinas herramienta que, a la vez Este comenzó ya en 1815, cuando Bodmer construyó un molino
con su disposición general y la construcción de sus máquinas, había de para su hermano en Zurich, "con ciertos detalles esenciales... un montacar­
economizar movimientos, mano de obra y energía en los transportes. El gas de simple construcción, de hecho consistente tan sólo en una gran
principio ofrecido por Henry Ford en My Lije and Work (1922) -"situar polea de anchos bordes y tambor enrollador... los sacos de grano podían
las herramientas y el hombre en secuencia de operaciones"- fue seguido subir o bajar cuando se quería y los operarios podían pasar de un piso a
allí con una similitud sorprendente. otro simplemente tensando o aflojando la correa".26
Era una especie de taller modelo, para el cual casi todo fue cons­ Al instalar una pequeña factoría para la construcción de máquinas
truido como novedad. Casi toda máquina era una patente, y las mejoras textiles en Bolton (1833), Bodmer construyó "lo que hoy se denomina grúa
introducidas en las diversas máquinas herramienta están todavía cuidado­ corredera".27 Fue, como observa Roe, uno de los primeros puentes-grúa,
samente registradas en los dibujos de las patentes de Bodmer. 23 Normal­ por no decir el primero. 28

106 107
Al igual que Oliver Evans, Bodmer estaba muy interesado en la Bodmer de unos talleres para la construcción de máquinas herramientas en
correa o banda sin fin, y la utilizó (1834) para transportar materiales pe­ Manchester, con grúas móviles y raíles para transportar el material a los
sados y atender a nuevas posibilidades. Fue el primero en emplearla para puntos convenientes, en 1839... todos estos fueron pasos encaminados ha­
el continuo suministro de combustible, y fue también el inventor de la pa­ cia la línea de montaje.
rrilla corredera para calderas (fig. 47) Y hornos,29 para "obtener la mayor A pesar de los escasos conocimientos sobre la historia anónima
economia posible en carbón de mina".30 Tal como ocurriría más tarde del siglo XIX, pasando por alto numerosos hechos, podemos decir cuándo,
en la línea de montaje, donde la velocidad de la cinta transportadora debía por qué y cómo apareció por primera vez la forma especifica de la actual
ser regulada con el paso del obrero, aqui la velocidad de la parrilla móvil linea de montaje. N o es ésta una mera fecha; marca la puesta en práctica
estaba sincronizada con el ritmo de la combustión. "Era necesario alimen­ del principio dominante en el siglo XX: la producción industrial basada
tar el horno con el combustible a un rítmo lento y continuamente. Estas en la eficiencia.
consideraciones indujeron al señor Bodmer a la adopción de una super­ La actual línea de montaje tuvo sus orígenes en la industria en­
ficie de parrilla móvil."31 Después de dividir la parrilla rígida en secciones vasadora, y ello se debió a que muchos de sus dispositivos fueron inven­
móviles, siguió ofreciendo las más diversas sugerencias para sus cadenas tados a finales del decenio de 1860 y en el siguiente, cuando los matadores
de parrillas, para desplazar o impulsar parrillas, y parrillas de fuego con­ y sus múltiples operaciones tuvieron que ser mecanizados.
tinuo, abarcando con ello el dominio del suministro automático de com­ Estos inventos ~conservados en la Oficina de Patentes de Was­
1 bustible. En 1839, probó una caldera alimentada con sus parrillas móviles, hington, y algunos de los cuales hemos elegido para ilustrar la industria­
en la fábrica de máquinas herramientas de Manchester, pero al cabo de lización del matadero- demostraron ser, con escasas excepciones, ina­
un tiempo el experimento fue suspendido. Todavía era demasiado prema­ propiados para el uso práctico. No funcionaron, y es que, en el proceso del
turo. Dos décadas más tarde, alrededor de 1850, la correa sin fin halló em­ matadero, el material que se debe manejar es un objeto complejo y de
pleo en las panificadoras mecánicas norteamericanas (fig. 100), para tras­ forma irregular: el cerdo. Incluso cuando muerto, el cerdo se niega a some­
1 ladar las hogazas, lenta y continuamente, a través del horno, con lo que terse a la máquina. Alrededor de 1850, cabía ya construir máquinas para
1 revivió la idea aplicada por el almirante Coffin en 1810, sobre la que vol­ rectificar superficies de hierro con una tolerancia de una millonésima de
, veremos en el apartado referente al horno y la correa sin fin.
¡ Al parecer, Bodmer siguió preocupado por el problema de la pa­
pulgada, pero hasta hoy nadie ha conseguido ínventar un mecanismo ca­
paz de seccionar el pernil con respecto al cuerpo. Se trata en este caso de
.,¡ rrilla móvil, y una de sus patentes más amplias (1843)32 revela nuevas pro­ un material orgánico, en continuo cambio, siempre diferente, que no es
puestas en este campo. posible intervenir con cuchillas circulares. Por lo tanto, todas las opera­
I Bodmer, como ya hemos dicho, utilizó sus grúas correderas en ciones esenciales en la producción masiva de carne ya preparada han de
estrecha coordinación con grandes tornos y rectificadoras en la fábrica ser efectuadas manualmente. Para acelerar la producción, sólo había una
de máquinas herramientas de Manchester (1839); a ello se añadió una dis­ solución: eliminar pérdidas de tiempo entre cada operación y la siguiente,
tribución racional de las máquinas y el traslado del material, sobre raíles, y reducir el consumo de energía del trabajador en la manipulación de los
hasta la máquina, allí donde era necesario. pesados cuerpos de los animales. En un flujo continuo, colgados de una
Johann Georg Bodmer fue un inventor incansable, de una índole cadena móvil sin fin y con intervalos de unos 600 mm, se mueven ahora
frecuente en sus tiempos. Fue impulsado de un país a otro, de invento en en procesión frente a una hilera de obreros de pie, cada uno de los cuales
invento, como si con ello ,quisiera situar los tiempos al mismo paso de sus efectúa una sola operación. Tal fue el nacimiento de la moderna línea de
ideas. Parece ser que fueron buscados sus consejos,33 pero no conoció un montaje 34 (fig. 49).
éxito deslumbrante, y finalmente murió en Zurich, el lugar donde había Esta línea de producción en el matadero no aparece hasta el ter­
empezado. El problema que Bodmer acometió una y otra vez, el del trans­ cer acto, después de sujetado y sacrificado el cerdo, escaldado y desolla­
porte dentro de la producción, le permitió auténticos progresos en fecha do.3~ Comienza tan pronto como el animal muerto, con un caballete de
tan temprana como 1830, en pos de la gestión integrada que más tarde suspensión entre los cuartos traseros, es colgado en el rail elevado, donde,
hallaría su elaboración en la linea de montaje. arrastrado por la cadena sin fin, queda dispuesto para ser abierto, casi de­
capitado, vaciado de sus intestinos, inspeccionado, dividido y marcado.
El decenio de 1860 Esta es la única fase del proceso del matadero en la que cabía conseguir
una línea de producción continua. El sacrificio del animal y la limpieza no
La división del trabajo, a la que Adam Smith contemplaba como podían ser efectuados con una mecanización completa, ni tampoco era
el pivote de la industrialización desde mediados del siglo XVIII; la súbita posible, tras una estancia en el frigorífico, llevar a cabo mecánicamente
consecución de la línea de producción continua por Oliver Evans, en 1783; la cuarta fase, la limpieza final y la división en partes.
la fabricación de galletas de barco, tal com'o fue organizada en los Depar­ En un sentido literal, Thomas JefTerson, que se divertía con dis­
tamentos de Avituallamiento, en 1804 y 1833; la organización por J. G. positivos para abrir automáticamente las puertas o para transportar bo­
108 109
tellas desde su bodega de vino de Monticello, tuvo razón al afirmar que los 1869
elevadores y transportadores de üliver Evans eran conocidos desde la
Antigüedad; desde los tiempos anteriores a Roma. También en un sentido Los sistemas de raíles aéreos en los grandes mataderos condu­
literal, nada hay en el mecanismo de la linea de montaje, o en los obreros jeron finalmente al sistema del transportador, el cual no alcanzó pleno
alineados en-los almacenes de envasado, de carne, que no hubiese podido desarrollo hasta el siglo siguiente. El tendido, muy por encima del nivel
ser inventado en la Antigüedad ya que un cerdo sacrificado colgado de de la cabeza, consta de pequeñas carretillas con ruedas, tiradas por cade­
una cadena en movimiento y en cierto modo con la ayuda de ruedas o nas o impulsadas por su propio peso a lo largo de un plano inclinado. In­
rodillos, no requería ningún descubrimiento nuevo y hubiera podido existir ventado por un ciudadano de Cincinatti en 1869 37 (fig. 50), un dispositivo
igualmente en los grandes mataderos romanos. Los dispositivos en sí de pesaje de reses para mataderos porcinos expone cómo los raíles eleva­
-influenciados, es cierto, por los raíles suspendidos o aéreos- eran ex­ dos -tal como aparecieron en las grúas correderas de J.G. Bodmer alrede­
tremadamente sencillos. Lo que si era revolucionario y no hubiera podido dor de 1830- se convirtieron en auténticos tendidos de vías. "Los cerdos
ser inventado en anteriores períodos, en otros países, o incluso en otras in­ son trasladados desde la sala de secado al bloque de cortado por medio
dustrias, fue la manera de utilizarlos para incrementar la rapidez en una de un ferrocarril elevado."38 El inventor habla llanamente de mejorar un
producción masiva de material orgánico que desafía toda intervención por equipo ya existente: "Mi mejora consiste en proveer el ferrocarril con una
medios puramente mecánicos. sección separable, conectada con la balanza... el cerdo cuelga de un ca­
Para atestiguar el período anterior, que nosotros sepamos, todo rruaje o vagoneta al que se le permite desplazarse por un tramo inclinado."
lo que queda, es una pintura panorámica que los matarifes de Cincinatti Los bien discurridos raíles aéreos de esta patente, suspendidos
enviaron a la Exposición Internacional de Viena de 1873 (figs. 49 y 109) desde el techo, señalan que no se trata ya de una novedad, que ya había
Y que, con ciertas libertades en la disposición, tal como observa el Har­ existido una experimentación a lo largo de esta linea. En el 1850, la idea
per's Magazine de septiembre de ese año,36 registra el proceso de la ma­ de construir un "Ferrocarril elevado" sobre Broadway (Nueva York), era
tanza de cerdos a través de todas sus etapas, desde la inmovilización del objeto de la atención de los ingenieros. "Una locomotra corre sobre los
cerdo hasta el hervido del tocino. Lo quenas interesa en este momento raíles y lleva suspendido un vagón que hade pasar entre el espacio de los
(la descripción completa aparece en nuestro capítulo "La carne") es una arcos de soporte..."39 (fig. 48).
'Sola fase, en la que radica la génesis de la linea de montaje. Si definimos
la linea de montaje como un método de trabajo en el que el objeto es trans­
portado mecánicamente desde una operación a otra, tal es, indudable­ La aparición de la gestión científica
mente, su origen.
A pesar de la meticulosa investigación y la ayuda de los historia­
dores locales de Cincinatti, no fue posible encontrar otra prueba pictórica Alrededor de 1900
relativll al período del nacimiento de la cadena de montaje. Se explicó, de
modo no muy convincente, que Cincinatti se sintió al principio avergonza­ La posición está clara. La competencia va en aumento. La re­
da de relacionar los origenes de su riqueza con la industria porcina. Todas ducción de salarios ha demostrado su inutilidad como medio para reducir
las actividades de, la ciudad, su vida musical por ejemplo, pueden ser se­ los costos de producción. Las máquinas herramientas están disponi(Jles.
guidas detalladamente, pero en lo que se refiere a seguir la primera meca­ De un modo continuado, se harán cada vez más diferenciadas y más espe­
nización de la industria cárnica y los comienzos de la linea de montaje, no cializadas, mas parecen ser pocos los progresos susceptibles de elevar la
disponemos de agarradero. productividad.
De momento, sólo nos cabe especular, como si estuviésemos estu­ La pregunta se está reduciendo a: ¿Qué puede hacerse dentro
diando una época apenas conocida que no hubiera legado documentos. La de la fábrica para disminuir los costos y aumentar la productividad? Antes
hipótesis es que la linea de montaje surgió en Cincinatti. Los dispositivos de cambiar el siglo, los nuevos inventos no llamaban tanto la atención de
para empleo relacionado con ella, patentados al final de! decenio de 1860, los industriales como la nueva organización. En las fábricas, el trabajo
proceden de inventores de Cincinatti, e indican que los raíles aéreos, col­ era computado por método empírico. Los métodos científicos debieron de
gados del techo, no eran inusuales en este período. ocupar el lugar de inventos, de donde la pregunta: ¿Cómo se efectúa el tra­
En 1850, funcionaban más de cuarenta industrias cárnicas en bajo? El proceso del trabajo es investigado, así como cada movimiento la
Cincinatti, y dicha ciudad se mantuvo como centro de esta actividad hasta manera de ejecutarlo. Esto último tenia que ser conocido a la fracción de
la guerra de Secesión. Son mayoría las patentes que conducen hacia ella. segundo.
En los últimos decenios del siglo, varios hombres, a menudo inde­
pendientemente unos de otros, se enfrentaron al problema de racionalizar
operaciones dentro de la fábrica, y fue, sin duda, e! esfuerzo incesante de
110 111
Frederick Winslow Taylor (1856-1915) y su circulo lo que, al cabo de un
cuarto de siglo, sentó los fundamentos de aquel campo en continuo cre­
cimiento al que el10s mismos dieron el nombre de gestión científica.

En 1880, cuando, después de trabajar dos años como obrero,


Taylor ascendió a capataz de la Midvale Stecl Company (Filadelfia), re­
solvió investigar el proceso del trabajo a través de los estudios de tiempo,
y recordó a uno de sus maestros en la escuela que empleaba un cronó­
metro para averiguar cuanto tardaban los diferentes alumnos para ter­
minar un ejercicio. Cuando joven, Taylor hab¡a pasado varios años en
Europa con su familia; había recibido enseñanza secundaria y pasado
aprendizaje como matricero y mecánico de herramientas en un pequeño
taller de Filadelfia. En 1878, comenzó a trabajar como peón en la Midvale
Steel Company, donde fue ascendido a capataz, encargado y técnico,
hasta que en 1889 empezó a reorganizar fábricas de diversas clases. Entre
tanto, había completado sus estudios de ingenieria aprovechando las
noches. Su nombre era ya conocido cuando, durante tres años -de 1898
a 1901-, estableció una estrecha colaboración con la Bethlehem Steel
Works. Este fue su periodo más fértil, tanto como técnico de producción
como en su calidad de inventor, ya que fue entonces cuando hizo su des­
cubrimiento del acero rápido. Alrededor de 1900, había creado ya su
método de la gestión cientifica.
Taylor habia dado ya trabajos a la imprenta, pero no fue hasta
1906, casi un cuarto de siglo después de terminados sus estudios, cuando
leyó una comunicación sobre "El arte de cortar el metal" ante un grupo de
ingenieros en Nueva York, y les ofreció una amplia perspectiva de sus
logros en el sector con el que estaba más familiarizado.
El problema con el que se enfrentó era el del análisis a fondo
de un proceso de trabajo. Todo lo superfluo debe desaparecer, en bien de
la eficiencia y, como Taylor recalcó siempre, para facilitar el trabajo y
su rendimiento funcional.
El trabajo debe ser efectuado con facilidad y, dentro de lo posi­
ble, sin fatiga. Pero detrás de esto siempre hubo la meta constante hacia
la cual el periodo se sentía mágicamente atraído: la producción, mayor
producción a cualquier precio. El cuerpo humano fue estudiado para ave­
riguar hasta qué punto podía ser transformado en un mecanismo.
En una ocasión, Taylor construyó un gran martillo de vapor,
cuyas partes componentes estaban tan bien calculadas que la elasticidad
de sus fuerzas moleculares servía para realzar su eficiencia. El martillo de
vapor "era mantenido en su posición exacta gracias a la elasticidad de sus
partes, que cedían bajo la fuerza del golpe y volvían a sus posiciones".4o
De un modo similar procedió en el estudio de la eficiencia hu­
mana, al aproximarse al limite de la elasticidad. Se ha señalado a menudo
que elegía a los mejores trabajadores para sus experimentos, y fijaba la
tarea como correspondía. El organismo humano es más complicado que el 50. Balanza automática para cerdos, utilizada en los mataderos. Cincinatti, 1869. Este
aparato, inventado por un ciudadano de Cincinatti, demuestra que en el período de 1860
m.artillo de vapor, cuyas fuerzas internas, que pueden ser incluidas en el se tenía una práctica considerable en cuanto a combinar el tren elevado con tramos de
cálculo. El cuerpo se desquita, aunque no siempre de un modo inmediata­ la linea de montaje. (patente EE.UU. N.O 92083, 29 de junio de 1869.)

112 113
mente identificable, cuando se le hace trabajar demasiado tiempo cerca de acero, arsenales, construcciones con hormigón armado, y fábricas de
del límite de su capacidad. cojinentes de bolas. Hubiera aplicado sus "principios fundamentales de
El invento más importante de Taylor, el acero rápido, que con­ la gestión científica" a todas las esferas de la vida, "en la gestión de nues­
siguió en 1898 en la Bethlehem Steel Works, también tiene su relación tros hogares, de las granjas, de la actividad comercial de nuestros vende­
con la exploración de un límite. Cuando las herramientas funcionaban a dores, de nuestras iglesias, y departamentos gubernamentales".44
su máxima velocidad, hasta ponerse al rojo, mostraban la "extraordinaria El significado de su tarea radica en un incremento ulterior de
propiedad de conservar toda su dureza. Resultó que, a un cierto grado de la eficiencia mecánica. Es un especialista típico del 1900, pues concibe
temperatura (por encima de los 385 0 C) mantenían el afilado del acero el objeto de su búsqueda -la fábrica- como un organismo cerrado, como
de corte, así como su dureza al rojo, y la más notable mejora tenía una meta en sí mismo. Lo que se fabrique en ella y con qué propósito son
lugar muy poco antes del punto de fusión".41 cuestíonescon las que nada tiene que ver. .
La extensión de las capacidades humanas y la de las propieda­ Poseyó acciones en industrias y percibió ingresos por sus patentes
des del acero proceden de las mismas raíces. y por su labor organizadora, mas al parecer jamás experimentó la ten­
La organización procede del modo siguiente: los directivos aúnan tación de convertirse a su vez en un gran hombre de negocios. Taylor se
su experiencia para explorar el campo de acción y, si es posible, identi­ encontraba sobre todo a sus anchas en el mundo práctico, pero en virtud
ficar reglas ya conocidas. Son elegídos para los experimentos los traba­ de su talento analítico, era uno de aquellos cerebros de laboratorio incli­
jadores más capacitados. Mediante una observación constante, los mé­ nados a los sinsabores y a las recompensas de la investigación. En 1901,
todos erróneos o lentos son sustituidos por los racionales. Esto, dice tras haber ganado lo que él juzgó como suficiente para sus exigencias, se
Taylor,42 significa una división de trabajo entre directivos y operarios, retiró para dedicarse por completo a sus investigaciones.
y a menudo era necesario un técnico del trabajo en la oficina de planifi­ Con la extraordinaria penetración de sus métodos de diagnóstico
cación o distribución, por cada tres trabajadores en la fábrica. y terapéutica, Freud abrió nuevo acceso a la estructura de la psique. El
Al principio por lo menos, se crea un sistema metódíco al que hecho de que F. W. Taylor hubiese nacido el mismo año que Freud (1856),
el propio Taylor denomina el "tipo militar de organización". Es sabi­ es, desde luego, una coincidencia, pero con el cambio de siglo un rasgo
do, dijo en una de sus conferencias en Harvard (a partir de 1909), que común a los grupos cientifico y artístico iba a hacer uso de una agudeza
45
uno de los prinCipios cardinales del tipo militar de gestión es el de que cada hombre analítica sin precedentes para revelar el interior de los procesos.
en la organización recibiril directamente sus órdenes a través de su inmediato
superior. El director general de los talleres transmite sus órdenes en forma de Estudios de espacio-tiempo en la gestión científica
tarjetas o cartulinas escritas, a través de los diversos oficiales, a los trabajadores,
como se transmiten las órdenes de un general al mando de una división. 43 Con el peso de su energía, Frederick Taylor abrió el camino para
Taylor y sus sucesores no quieren mandar únicamente. Faci­ un ulterior perfeccionamiento de su método. No tardaron en aparecer
litan departamentos a través de los cuales el propio obrero puede sugerir los refinamientos, y siguió una alianza entre gestión científica y psico­
mejoras y tener su parte en las economías. Los obreros dotados pueden logía experimental. Independientemente de la gestión científica, la psi­
tal vez beneficiarse, pero el hombre promedio no logra escapar de la auto­ cología ya había creado tests para determinar las personas mejor dotadas
matización. para ciertas ocupaciones. La base de estos tests era el tiempo empleado
Es indudable que la jerarquía desde el director general hasta el para reaccionar ante una impresión dada. Estas técnicas habían sido idea­
obrero, y la disciplina estilo soldado en pro de la eficiencia, ofrecen un das en laboratorios psicológicos. Hugo Muensterberg, un psicólogo ale­
paralelo industrial con la vida militar, pero no puede haber confusión, ya mán que impartió clases en Harvard, contóse entre los primeros en ex­
que el taylorismo y la actividad militar son esencialmente desiguales. Es plorar los resultados de la gestión científica, más tarde (1912) y ya por su
cierto que el soldado ha de obedecer, pero, cuando se halla bajo la mayor propia cuenta, en señalar que, desde el punto de vista psicológico, ésta
tensión, se enfrenta a tareas que exigen una iniciativa personal. Su arma calculaba todavía por el método empírico. 46 El test fue experimentado
mecánica deviene inútil apenas deja de haber un impulso moral tras ella. en Estados Unidos, y Stephen Calvin lo hizo con trabajos escolares.
En la situación presente, en la que la máquina no está lo suficientemente El enfoque psicológico por parte de la gestión científica estuvo
desarrollada como para efectuar ciertas operaciones, el taylorismo no relacionado con el abandono de los métodos de cronometraje de Taylor.
exige iniciativa a la masa de los trabajadores, sino automatización. Los Frank B. Gilbreth (1868-1924) Y su esposa, la psicóloga Lillian M. Gil­
movimientos humanos se convierten en palancas en la máquina. breth, crearon, a menudo en colaboración, métodos que condujeron a una
representación visual del proceso del trabajo. Gilbreth comenzó sus es­
La fábrica como organismo tudios mientras trabajaba como ingeniero contratista en Boston, e in­
vestigó la mejor manera de realizar trabajo, en la industria y en los oficios
Taylor organizó industrias de la índole más diversa: fundiciones de artesanía por igual.
114 115
La sencillez y claridad con las que fueron observadas antiquí­ 51. Frank B. Gilbreth: CicZo­
simas manipulaciones - Taylor estudió el paleador de carbón y Gilbreth grafía de un experto cirujano ha­
ciendo un nudo. 1914. Avanzan­
el albañil que coloca albañiles- constituyen lo que es tal vez el paralelo do en la línea de los experimentos
más cercano a la mejora funcional de herramientas tan tradicionales como de Marey, aunque tal vez no los
el martillo, la sierra, la laya o el cepillo en Estados Unidos desde 1830. conociera, Gilbreth fue el pri­
mero en ofrecer una represen­
Gilbreth nos ofrece un relato paso a pas0 47 de' cómo procedió, sin ningún tación de movimiento en el espa­
aparato complicado, para racionalizar la tradicional actividad de laco­ cio que pudiese ser medida con
locación de ladrillos. Una tarima ajustable para apilar los ladrillos fue precisión. Tomó esta fotografía
mientras se encontraba en Ale­
cuanto utilizó, y con ello eliminó la necesidad del trabajador en lo refe­ mania en 1914. "Se aprecia el
rente a inclinar y volver a alzar el peso de su cuerpo un millar de veces curso del movimiento, pero no la
diarias, con lo que casi triplicó el rendimiento diario de un hombre, al velocidad o la dirección. La foto
muestra la pauta repetitiva. bella
pasar de 1000 a 2700 ladrillos. y regular, del experto." (Cita y
El método responsable de este resultado fue el estudio del mo­ foto por cortesía de Lillian M.
vimiento. A partir de la pregunta ¿Cuánto tiempo se necesita para hacer Gilbreth.)
una parte de trabajo?, se llegó a la representación del trayecto y elemen­
tos de un movimiento. Pronto fue eliminado el reloj cronometrador, para Los métodos de cronometraje no fueron suficientemente exactos
ser sustituido por aparatos de registro objetivo. Asi, los Gilbreth profun­ para los sucesores de Frederick Taylor. El cronómetro es mudo y nada
dizaron cada vez más hacia el interior del movimiento humano y su vi­ puede decir acerca de cómo se realiza un movimiento. El ojo humano no
sualización, lo que se consiguió mediante los estudios de tiempo y espacio. es fiable, ya que el tiempo de reacción varia según el observador. La forma
del movimiento permanece invisible y no puede ser investigada. El proble­
ma de Gilbreth consistía en plasmar los elementos de este movimiento..
Gestión científica y arte contemporáneo En sus primeras investigaciones, el objetivo todavia no estaba
claro. Su estudio de la construcción con ferrohormigón (1908) expone unas
La gestión científica, al igual que la linea de montaje, está profun­ cuatrocientas reglas, en una especie de sistema de parte militar como el
damente relacionada con la organización, pero su logro más significativo preferido por Frederick Taylor. En su gran libro Concrete System, se anun­
es el estudio del proceso del trabajo humano, el modo de efectuar el tra­ cian ya nuevos conceptos, y está saturado de grabados que ilustran las
bajo el obrero. diferentes fases: "casi un informe taquigrafiado de lo que decia a sus obre­
En la gestión científica, el propósito de la investigación es "ana­ ros un próspero contratista".50 Pero en su Bricklaying System del año
lizar los movimientos de los obreros en el taller... todas las operaciones, siguiente, manifiesta claramente lo que desea: inaugurar: una era del es­
por ejemplo, que eran efectuadas al introducir o sacar trabajo en la má­ tudio del movimiento. "El estudio de movimiento en este libro -declara­
quina".48 no es sino el comienzo de una era del estudio del movimiento."51
Esto deberla eliminar movimientos innecesarios y reducir a un
minimo el tiempo de una operación. Si descartamos temporalmente todos El registro exacto del movimiento, c.1912
los detalles técnicos e inquirimos en la esencia de los métodos empleados,
descubrimos que se centran alrededor de los estudios de espacio-tiempo. No es sorprendente que Gilbreth hiciera uso de la cámara cine­
Su propósito consistía en determinar la trayectoria de un movimiento a matográfica apenas ésta hizo su aparición en Francia. Para una ulterior
través del espacio y su duración en el tiempo. percepción del proceso del movimiento, empleó un fondo negro con una
Al formular las leyes de la mecánica, los fisicos del Renacimiento red de coordenadas para comprobar las diversas fases.
investigaron la relación entre movimiento y tiempo. Las leyes del trabajo Pero ésta no fue una solución satisfactoria. No daba una clara
humano son hoy investigadas de un modo similar, modo que el cálculo visibilidad a la trayectoria del movimiento, y sólo lo describía en con­
aproximado y el método empirico puedan ceder el lugar a unas leyes junción con el cuerpo. Para conseguir la separación, Gilbreth construyó un
exactas, en lo posible dentro de la esfera humana. dispositivo de pasmosa simplicidad, pues una cámara corriente y una
Lo que aquí nos interesa es la exploración dentro del proceso del mera bombilla eléctrica fueron cuanto necesitó para hacer visible la tra­
trabajo. yectoria absoluta de un movimiento. Sujetó una lamparilla eléctrica al
Frank B. Gilbreth consiguió ampliar y perfeccionar el estudio del miembro que ejecutaba el trabajo, de modo que el movimiento dejase su
tiempo y del movimiento. "El estudio del tiempo -dice en su popular pista en la placa como una blanca curva luminosa, y llamó a este aparato
Primer 01 Scientific Management- es el arte de registrar, analizar y sin­ ciclógrafo, o "registrador del movimiento". Con él, la misma forma del
tetizar el tiempo de los elementos de cualquier operación."49 movimiento, invisible para el ojo desnudo, quedó entonces captada. Los

116 117
trazos luminosos revelaron cualquier titubeo o hábito que interfiriese en Hizo ciclografias de campeones en campos muy diferentes -cam­
la destreza y, automatismo del trabajador. En una palabra, abarcó las peones de esgrima (fig. 19), campeones en colocación de ladrillos, exper­
fuentes de error y, al propio tiempo, la ejecución perfecta.
Más tarde, Gilbreth tradujo la imagen del movimiento en forma
de modelos construidos con alambre. Estas curvas de alambre, con sus 53. Paul Klee: "Formación de
bucles y sinuosidades, mostraron exactamente cómo se efectuaba la ac­ laflecha negra". 1925. Mejor tal
vez que cualquier otro pintor,
ción, dónde fallaba la mano y dónde ejecutaba ésta su tarea sin vacilar. Paul Klee posee el secreto de
Así, al trabajador se le podia enseñar cuáles de sus gestos eran los ade­ proyectar el movimiento psico­
cuados y cuáles eran erróneos. Para Gilbreth, estos modelos fueron un lógico. En la obra de Klee, la
flecha señalizadora en fomia de
medio para lograr que el obrero adquiriese conciencia del movimiento. un rectángulo rematado por un
Revelaban el carácter del trabajo de cada individuo y el trabajador podía triángulo, apareció primero como
comparar el registro de sus movimientos con los modelos de alambre, y símbolo artístico antes de que se
corregir sus. defectos. Por otra parte, los gestos plasmaban en el alambre hiciera internacionalmente fa­
miliar en el empleo ordinario.
una vida propia, y no es casualidad que los artistas modernos recurran a "El blanco dado es aceptado por
veces al mismo material para construir sus gráciles esculturas. el ojo como acostumbrado, pero
Lo que siguió al ciclógrado de Gilbreth no fue sino un perfec­ la contrastante extrañeza de la
acción (negro) agudiza la viveza
cionamiento del método, y el principio se mantiene invariable. de la visión para el clímax, o fi­
Frarik B. Gilbreth investigó las formas del movimiento, y no es nal." (Klee, Pedagogical Sketch­
sorprendente que sus trayectorias se convirtieran para él en unas entida­ book, versión inglesa de Sybil
Peech, por cortesía de la Nieren­
des dotadas de leyes independientes. dorf GaIlery, Nueva York.)
Empezó a estudiar las similaridades de las actividades humanas.
El creia que "la habilidad en los oficios y en todas las formas del atle­
tismo, e incluso en profesiones tales como la cirugía, está basada en una
serie común de principios fundamentales".52

52. Frank B. Gilbreth: Movimiento traducido en modelos de alambre, c.1912. Gilbreth


modeló el trayecto del movimiento en construcciones de alambre. El obrero, al poder ver
sus propios gestos en representación espacio-tiempo, debía llegar a ser lo que Gilbreth 54. Frank B. Gilbrelh: Movimiento perfecto. Modelo de alambre, c.1912. (Cortesía de
llama "consciente del movimiento". (Cortesía de Lillian M. Gilbreth.) Lillian M. Gilbreth.)

118 119
tos del béisbol, cirujanos famosos (fig. 51), Y el campeón de apertura de se convierten cada vez más en lenguaje pictórico para expresar contenido
ostras en Rhode Island- para encontrar "los puntos de similaridad entre psíquico.
sus movimientos".53
Las curvas luminosas y los modelos de alambre revelan el movi­ El movimiento en fases sucesivas, c.1912
miento en toda su plasticidad. El movimiento adquiere una forma. y una
vida propias. Para los ojos adiestrados por el arte contemporáneo, hay Los futuristas italianos trataron de representar el movimiento en
un directo atractivo emocional en estas formas que el ojo no encuentra fases sucesivas; tal fue el caso de Carla Carra con su Taxi traqueteante,
en la naturaleza. y de Giacomo Balla con su Paseo de perro atraillado (1912).
Las curvas luminosas que visualizan los movimientos de "una La demostración más audaz de representación de fases fue el
joven que dobla un pañuelo" (fig, 60) Y muestran todas las intrincaciones "Desnudo bajando por la escalera" de Maree! Duchamp (fig. 15). Li se­
inconscientes, pertenece a ese tipo de fenómenos en los que el movimiento cuencia de movimientos -que el ojo sólo percibe sumariamente- cons­
lo es todo, y el objeto que lo ejecuta no es nada. tituye el punto de partida del cuadro. A partir de su sucesión, emerge una
No hemos encontrado mención de la labor de Marey en los es­ nueva síntesis, una nueva forma artística, que da representación a lo que
tudios de Gilbreth, mas para nuestros fines poco importa que GiJbreth hasta entonces era irrepresentable: el movimiento en sus fases.
hubiera oído hablar de ella o no. Marey había registrado trayectorias en Se reconoce fácilmente en esta tela la influencia de los futuristas,
una sola placa, y había mencionado que un científico de Ginebra utili· de las primeras esculturas de Archipenko con sus formas huecas, y del
zaba lámparas incandescentes para el mismo fin. Gilbreth, con su crono­ cubismo en su apogeo. Sin embargo, la cuestión de la influencia no sólo
ciclógrafo, fue el primero en darnos una visión íntima del camino puro, queda eclipsada por la ejecución magistral, sino también por la cuestión
así como el elemento tiempo, de un movimiento. más universal: ¿Qué intentos se hacen desde otros lados para solventar el
Se presentaban problemas de movimiento a los científicos, a los problema de Marcel Duchamp? ¿Qué dicen los cientificos a este res­
ingenieros de producción y a los artistas, y de forma independiente éstos pecto? Visto desde este prisma,el problema de Duchamp aparece profun­
encontraron métodos similares para solventarlos. Inesperadamente, en­ damente entremezclado con el período. Ya hemos visto que los fisiólogos
contramos la misma tendencia en arte y en gestión científica apenas esta mostraron ínterés por estos problemas en fecha muy temprana. En sus
última toca absolutos e ilumina la estructura de las operaciones manuales célebres estudios del año 1870 sobre los movimientos de hombres y ani­
al penetrar en los elementos y en e! carnina del movimiento. males, Eadweard Muybridge instaló una serie de treinta cámaras foto­
El hecho de que resulte posible hallar una similaridad de métodos gráficas a intervalos de treinta centímetros, y accionó sus obturadores
en trance de surgir inconscientemente en campos tan heterogéneos, es uno electromagnéticarnente apenas pasaba el objeto móvil ante la placa. Muy­
de los síntomas más esperanzadores de nuestro periodo. bridge intentó registrar -y desde diversos lados simultáneamente- las
fases de movimientos simples, como levantarse, sentarse y bajar por una
Esta investigación toma un nuevo punto de partida. Utiliza el escalera. Con ello obtuvo una secuencia de fases de movimiento, y cada
factor tiempo para hacer visibles los elementos de un movimiento. "El fotografia mostraba el objeto en una fase aislada tal como lo había cap­
timing... se hace en los elementos del proceso."54 Las relaciones espacio­ tado cada cámara (fig. 16).
tiempo constituyen la base precisa del método: el movimiento es sometido Étienne-Jules Marey se aproximó más a la reconstrucción de la
a una disección en fases con el fin de revelar su estructura interna. trayectoria de un movimiento a partir de sus fases. El utilizó una sola
Esta característica no queda limitada a la gestión científica. Está
1, cámara y, en su búsqueda del mayor interés actual, una sola placa. Al prin­
profundamente arraigada en nuestra época. Casi al mismo tiempo, aparece cipio, sus personas en movimiento llevaban prendas blancas y actuaban
la disección del movimiento, con total independencia, como un problema frente a un fondo negro, pero e! resultado fueron series con superposicio­
artístico en pintura. Desde el punto de vista del movimiento, nos cabe nes. En vista de ello, vistió de negro a su modelo, con una brillante franja
distinguir una estrecha sucesión de dos etapas en el arte contemporáneo. metálica que se extendía a lo largo de los pies, el torso y los brazos, lo que
En primer lugar, se procede a la disección del movimiento en fases permitió una coherente secuencia de movimiento en la que las formas ya
separadas, de modo que las formas aparecen una alIado de otra o super­ no se confundían entre sí 55 (figs. 13 y 14). Medio siglo más tarde, E. E.
puestas. Esto ocurre alrededor de 1910. Edgerton inventó el estroboscopio, cuyo equipo técnico muy perfeccio­
La segunda etapa convierte laforma del movimiento en un objeto nado (interruptor de radio) podía helar el movimiento a una millonésima
de expresión. La gestíón científica lo hace con fines de análisis. En arte, de segundo. El problema fue concebido, tanto por Marey como por Ed­
las formas caligráficas están dotadas del poder de los símbolos. Esto su­ gerton, a lo largo de unas líneas que son metodológicamente similares.
cede en 1920, más o menos. Aunque el Desnudo bajando por la escalera, de Marcel Duchamp,
La evolución continúa en una tercera fase, de la que sólo conoce­ causó sensación al ser expuesto en el Armory Show de Nueva York en
mos el comienzo. Durante el decenio de 1930, las formas de movimiento 1913, estaba más allá de la comprensión del público, incomprensión no

120 121
¿Acaso no es el flujo ínterminable de movimiento en el patinaje
más significativo que el cuerpo del patinador? Cuando contemplamos un
castillo de fuegos artificiales, ¿es, meramente, la trayectoria luminosa
contra el fondo oscuro lo que nos seduce? ¿No será, más bien, el movi­
miento incorpóreo de los cohetes a través del espacio lo que tanto atrae
a nuestra imaginación?
Lo ocurrido en la pintura alrededor de 1920 no es más que la ex­
tensión artística de esta facultad. Para que un proceso de trabajo sea com­
prensible, debe resultar visible, ya que quien lo lleva a cabo no conoce su
propio movimiento. Y esto es igualmente aplicable a los procesos de
nuestro subconsciente.
Estos símbolos de movimiento son condensaciones espontáneas,
como los poemas de sonido de los dadaístas y, más tarde, la búsqueda de
una "escritura automática" por los surrealistas (1924). Es lo que confIrma
un poeta como Paul Eluard (1939) en sus comentarios sobre la vérité to­
tale buscada por Picasso y todos los artistas auténticos de la época:
"Picasso ha creado fetiches, pero unos fetiches que poseen una vida propia.
No son meros signos intermediarios, sino signos en movimiento. Su mo­
vimiento los convierte en cosas concretas."56

SS. loan Miró: Composición. Óleo sobre 56. Frank B. Gilbreth: Cronociclografía
papel de lija, 1935. Detalle. (Cortesía de la de un movimiento. (Cortesía de Lillian M.
Galería Pierre Matisse, Nueva York.) Gilbreth.)

limitada a un lugar o a un país. No basta con decir que el público nortea­


mericano establecía aquí su prímera relación con las nuevas tendencias.
La razón debe ser buscada en la falacia, de profundo origen, según la cual
los problemas del sentimiento nada tienen que ver con los problemas de la
ciencia, pese al hecho de que toda cultura auténtica ha dado por sentado
que pensamiento y sentimiento son interdependientes.

El movimiento por derecho propio, c.1920

En la segunda fase, laforma pura del movimiento se convierte en


objeto artístico por derecho propio. No tiene que reproducir con natu­
ralidad un objeto exterior. Cada época ha conocido el impacto de lineas,
curvas y signos en el sentimiento, cosa que atestigua todo ornamento de
calidad.
y esto es lo que ocurre tambíén con el movimíento en el espacio; 57. loan Miró: "Ecritures. paysages et tetes d'hommes", 1935. Detalle. Miró, al que
Klee consideraba como el pintor más cercano a sí, utiliza movimiento en signos y sím­
también él puede ser experimentado como un absoluto, igualmente desem­ bolos para lograr una expresión asombrosamente directa, sin interposición de motivos
barazado del que lo ejecuta. filosóficos o reflectivos. (Cortesía de la Galería Pierre Matisse, Nueva York.)

122 123
Signos en movimiento, movimiento en signos. Paul Klee, tal vez maestro hacía algo más que enseñar: nos admitía en el taller. La eluci­
el explorador más audaz del subconsciente, sostenia que "el arte pictó­ dación de un problema artístico por parte de Klee se aproxima asombro­
rico brota de! movimiento, es en sí mismo movimiento interrumpido y es samente a la estructura del pensamiento de Oresme. Nada es estático. Una
concebido como tal". 57 linea, comienza Klee, "una línea activada, una línea que se mueve libre­
El Pedagogical Sketchbook de KIee destaca, cada vez con mayor mente a lo largo, es un recorrido por el gusto de pasear. Su ejecutante es
claridad, como una clave para el arte contemporáneo. Esta sustanciosa un punto en tránsito."58 Para él, todo es el resultado del movimiento, in­
libreta de notas resume su enseñanza en la Bauhaus de Weimar; allí, el cluso el círculo que, plásticamente hablando, parece descansar en sí mismo,
y al que la geometría defme como una curva cuyos puntos están situados
a igual distancia del centro. Para Klee, el círculo se origina en la rotación
de un péndulo, y a partir del círculo Klee desarrolla La espiral (1925)
(fig. 59), Y una cabeza en espiral remata, La reina de corazones (I921)
(fig. 58).
Desde luego, no es casualidad que en la obra de Klee apareciese
.·~:!T~-~t~é/(~~~'~~%1t':f':':
. 1,[ 1 i ¡ . ";~tt."1;'
. ,. primero la flecha indicadora de dirección como un rectángulo encabezado

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: ~:. "A." por un triángulo, forma que adquirió difusión internacional. En su Peda­
gogical Sketchbook, Klee explica a su manera, que es a la vez simbólica
t
1
1 1., y directa, la concepción de esta forma (fig. 53). La tela de Kandinsky Cua­
drado rosado (1923) (fig. 20), es una tempestad cósmica, una cosmogonia
de lineas disparadas, de flechas, de anillos planetarios, y la figura 3 ex­
pansionada en forma de hoz.

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'-:"~':~_"': ;.;: '}oJ' '~ ~. 59. Panl Klee: "La espíra1", 1925.
.... : I .•
"La espíral móvil se origina con la
"('''' 1 '" 1 prolongacíón del radio. Acortar el
radio progresivamente reduce la cír­
cunferencia hasta que el hermoso es­
pectáculo perece repentinamente
cuando llega a un punto de éxtasis. Al
no ser ya infinito el movimiento, la
cuestión de la dírección se hace de­
cisiva." (Klee, Pedagogical Sketch­
book, versión inglesa de Sybil Peech
" por cortesía de la Galena Nieren­
dorf, Nueva York.)
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60. Frank B. Gilbreth: Muchacha doblando un pañuelo. Toda la inconsciente intrinca­


58. Paul Klee: "La reina de corazones", litografía. 1921. (Cortesía de la Galería Buch­ ción de un progreso de movimiento queda registrada en curvas de luz. (Cortesía de Lillian
holtz, Nueva York.) M. Gilbreth.)

124 125
Dibujos y litografías, la expresión favorita de Paul Klee alrededor
de 1920, ofre~en el medio natural para un movimiento rápidamente eje­
cutado y continuo. Muy pronto sus símbolos de movilidad se extendieron
a lo orgánico. Un paso audaz fue, en 1921, el de formar la imagen del
hombre a partir de los símbolos del movimiento, como para retratarle
por las cosas que hace y piensa.
Se anuncia a sí misma una tercera etapa, una evolución de la que
sólo conocemos el comienzo: la forma del movimiento se convierte en
medio de expresión en pintura, tal como la perspectiva había sido ante­
riormente el medio para expresar, un contenido específico, una escena ais­
lada. Cuando el movimiento, en vez de la perspectiva, es el elegido como
medio de expresión, aporta una imagen estática en vez de dinámica. Los
títulos que Klee da a sus cuadros -Dama en el Sur, Solterona, Anclado,
Parque con aves, Templo reflejado en el agua, Pareja envejecida- podrían
ser títulos del género estático de pinturas del gusto imperante.
Aquí, el mismo título sirve para algo muy diferente. Tal como
Gilbreth hizo visibles la forma y el verdadero significado del movimiento
corporal, también Klee supo dar forma visible a los procesos más inter­
nos de la psique, cosa que la perspectiva no puede hacer. La búsqueda se 61. Paul Klee: "Pareja envejeciendo", óleo. 1931. La reproducción en blanco y negro
orienta ahora hacia relaciones que son múltiples y fluctuantes, y que distan no muestra las luminosas relaciones de color de Klee, pero basta para señalar cómo uti­
de ser estáticas. liza las formas de movimiento como lenguaje plástico para interpretar un proceso psi­
quico. (Cortesía de la Galería Nierendorf, Nueva York.)
Todo el cuadro se convierte en proceso de movimiento.
Tomemos, por ejemplo, una pintura del período posterior de Klee:
Pareja envejecida (fig. 61). En realidad, apenas necesita titulo, pues vive Reina de corazones, es ahora admitida sin discusión. Personajes, animales
en su forma-movimiento con una existencia que le es propia. Como en y constelaciones eróticas se convierten en signos, formas de movimiento
una buena obra pictórica del Renacimiento, su fuerza no procede tanto imbuidas por la fuerza de los símbolos, y este artista de la generación pos­
de su contenido como del destacado manejo de ,los medios de expresión. terior a Klee parece casi predestinado a traducirlas en murales.
Al principio, un ojo todavía no acostumbrado al lenguaje pictórico, acos­ Con signos y formas, los artistas expresan lo desconocido que
tumbrado al proceso de la movilidad no verá más que esto, y acaso la hay dentro de nosotros, para interpretar los senderos sinuosos de la mente
chocante interacción de los colores: amarillo brillante, pardo, rosa violá­ de un modo tan real y eficiente como la ayuda que prestan las curvas de
ceo y verde. Quien haya aprendido el lenguaje pictórico basado en sím­ movimiento a la gestión científica.
bolos verá retratado todo lo que es parecido a máscara, antagónico y ma­ Ambas cosas están igualmente arraigadas en nosotros, ya que el
ligno en este Pareja envejecida y cómo, en un solo circuito, el movimiento movimiento y los símbolos del movimiento llegan a ser carne de nues­
abarca y encuadra las dos caras. Sin la despiadada intervención quirúr­ tro ser.
gica de Picasso, y sin supathos, la anatomía queda sometida a la expre­
sión y al movimiento. Este es el año de Guernica. ¿Precursores o sucesores?
En menos de dos décadas, el arte aprendió a utilizar formas de
movimiento para representar procesos psíquicos con forma lapidaria y Charles Babbage
color dinámico. Bien puede ser éste el comienzo de un tercer paso que
conduzca al dominio de un lenguaje simbólico libre de referencias atávicas. ¿Tienen precursores históricos los estudios de tiempo y movi­
En la pintura de Joan Miró, alrededor de 1924, aparecen signos, miento?
números y curvas serpentinas. Su utilización es titubeante al principio, Se indicó en 1912 59 que a principios del siglo XIX e incluso en
casual y dadaísta. Pero hacia 1930 ganan en vigor (figs. 55 y 57), cuando el XVIII hubo esbozos del método de Taylor, y se citaba como testigo
en Miró despierta la facultad de dotar al color con una cualidad luminosa principal a un discípulo de Adam Smith, Charles Babbage, profesor de
que linda en lo mágico, tanto por la forma que éste rellena, como por su matemáticas en Cambridge. Su libro On the Economy of Machinery and
relación con toda la imagen. Las formas de Miró, que solían ondear li­ Manufacture (Cambridge, 1832, y reeditado muchas veces) ofrece tablas
geramente como vapores de papel a través del espacio, adquieren peso "para el costo y el tiempo de cada operación" en la fabricación de agujas.
y defmición. Lo que era una audacia en 1921, cuando Klee litografió su Babbage cita la tabulación del francés Perronet,60 quien en 1760 crono­
126 127
metró con reloj y calculó el costo de cada operación en la fabricación de La línea de montaje en el siglo XX
doce mil agujas.
Sería poner en peligro la verdad el contemplar a esos hombres
como precursores del método de Taylor, o suponer que lo anticiparon. La 1913-1914
utilización de un reloj es externa, ya que Babbage sólo lo empleó para cla­
rificar las ventajas de la división del trabajo, y así se lee en su capítulo Esta es la época en la que Henry Ford presentó la línea de mon­
sobre este punto. taje ante las candilejas del éxito. La línea de montaje funcionaba plena­
Taylor estuvo perfectamente en lo cierto al dar la simple res­ mente en la factoría HighJand Park de Ford, en 1915, el año de la muerte
puesta: "Los estudios de tiempo empezaron en el taller de maquinaria de de F. W. Taylor. Eran dos métodos coincidentes, pero Henry Ford no
la Midvale Steel Company, y en 1881."61 hace mención de Taylor; él es el autodidacta, que lo hace todo por sí solo.
Las mediciones de tiempo efectuadas por Babbage mostrarían las Los resultados alcanzados por Taylor a través de decenios de perseve­
ventajas inherentes a la división del trabajo. El factor tiempo en la gestión rancia se han convertido en conocimiento común, y las fichas de instruc­
científica sirve para revelar los propios elementos del movimiento. ciones a las que Taylor adjudicaba tanto valor, Ford pudo descartarlas,
sustituidas por la cinta transportadora, la plataforma móvil, los raíles
aéreos y los transportadores de materiales. Estas eran instrucciones auto­
Charles Bedaux máticas que funcionaban con mayor eficiencia que las tarjetas escritas de
Taylor. El análisis de movimiento se había hecho en gran parte innece­
¿Ha de ser considerado el éxito de Charles Bedaux, sobre todo sario, ya que la tarea del trabajador de cadena de montaje quedaba redu­
en la década de 1930,62 como ulterior desarrollo de la gestión científica? cida a unas pocas manipulaciones. Sin embargo, el cronómetro de Taylor,
Indudablemente, su "minucioso análisis y su sistemática observación de permaneció para medir el tiempo de las operaciones con precisión de una
las operaciones industriales" fueron tomados de Taylor y, sobre todo, de fracción de segundo.
Gilbreth, pero la finalidad principal consistia en establecer unos sistemas Cuando fue introducida la línea de montaje en Cincinatti y des­
salariales más perfectos. Bedaux, que en 1911 llegó a Nueva York pro­ pués en Chícago, más de treinta años antes que Ford, el estímulo surgió
cedente de Francia, dijo que aplicaba "correcciones para la rapidez de en la mecanización de un oficio mecánico, el de matarife. En este período,
ejecución". Con este fin creó una unidad de fuerza humana similar a la se hizo acopio de abundante experiencia con respecto a la velocidad con
dina, que los físicos emplean para medir el trabajo mecánico. Bedaux llama la que debía desplazarse la línea móvil y la conducta adoptada por los
a
B esta unidad, y la define como: "Una B es una fracción de un minuto trabajadores ante ella. En 1900, se utilizaban sistemas de transportadoras
de trabajo más una fracción de un minuto de descanso que siempre suman incluso en los almacenes de venta al público, pero sin proporcionar un
la unidad, pero variando en proporción acorde con la naturaleza del es­ flujo continuo.
fuerzo."63 Su B constituye la base de un sistema de salarios que ha susci­ Después de 1900, la industria de la maquinaria cayó en aquella
tado, entre los obreros, más hostilidad que cualquier otra medida en gestión rutina que conduce a la anulación del impulso creador. Fue como si su ex­
científica, puesto que puede ser utilizada para explotar la mano de obra periencia se inmovilizara irrevocablemente en las fórmulas. Este fue el
con una virulencia poco corriente. período en el que los expertos recurrieron a las analogías y arguyeron
Los objetivos han cambiado. Con Taylor y sus sucesores, se car­ la imposibilidad de todo lo que se encontraba más allá de su rutina. Nadie
gaba el acento· en el análisis y la organización de las operaciones; con ha escrito al respecto con mayor amenidad que el propio Henry Ford. 64
Gilbreth y la elucidación de los procesos del trabajo humano a través de En tales períodos, todo problema parece resuelto y todos los caminos tri­
la visualización del movimiento, entra en escena el factor humano: elimi­ llados. Nada quedaba del frescor matinal del 1830, cuando un J. G. Bod­
nación de los gestos inútiles, reducción de la fatiga, y adiestramiento de mer podia inventar y construir desde el principio hasta el fin tanto las
los minusválidos. Con Bedaux, la atención se centra en la "medición del máquinas como las herramientas con las que fabricarlas. Sólo podía brotar
trabajo" a escala salarial. Representa una concepción muy anterior de un impulso a partir de un nuevo producto, un producto que tuviese que ser
la empresa negociante. Las sospechas de espionaje que cayeron sobre él, creado a partir de cero, y alrededor del 1900 este producto fue el auto­
asi como su poco glorioso fmal durante la segunda guerra mundial, mues­ móvil.
tran los métodos de Bedaux bajo una luz todavía más crudamente mate­ La función de Henry F ord es la de haber reconocido el primero
rialista. unas posibilidades democráticas en el vehículo que siempre había estado
clasificado como privilegio. La idea de transformar un mecanismo tan
complicado como el automóvil de articulo de lujo a objeto de uso común, y
de poner su precio al alcance del hombre corriente, hubiera sido impen­
sable en Europa.

128 129
La fe en la conversión del automóvil .en articulo de producción qué medida los ha estimulado y en qué medida los ha destruido? ¿Hasta
masiva y, a partir de esta convicción, la revolución total en la fabricación qué punto, pues, su producción debe ser alentada y hasta qué punto fre­
del producto, aseguran a Ford su posición histórica. nada?
Al igual que la producción en serie en la industria cárnica, la pro­ Como fenómeno, Henry Ford cristaliza de nuevo el independiente
ducción masiva de un nuevo medio de transporte, el automóvil, se con­ espíritu pionero de 1830 y 1860. En un periodo de complicadas institu­
virtió en estimulo para la línea de montaje, que, a partir de este punto, se ciones bancarias y crediticias, un periodo gobernado por la bolsa, en el
extendió hacia la inflexibilidad rutinaria de los talleres de construcción de que los abogados eran necesarios en toda operación, Henry Ford no con­
maquinaria. fió en nada de todo esto y actuó sin bancos.
"La práctica del taller de montaje de Ford consiste en colocar
En una época en la que las sociedades anónimas cobraban pro­
los componentes más apropiados sobre vías o raíles elevados y despla­
zarlos ante grupos sucesivos de obreros que montan los diversos compo­ porciones gigantescas, él ejercia un poderio patriarcal sobre sus obreros,
nentes en el principal, hasta que el conjunto queda completado."65 Cómo como un maestro sobre sus jornaleros. Era independiente de todos en todo,
se realizó esto en la fábrica High1and Parkde Ford en Detroit, en 1913­ ya que reunia en sus manos bosques, minas de hierro y de carbón, fundi­
1914; cómó, en abril de 1913, se intentó "el primer experimento de una ciones, plantaciones de caucho, y otras materias primas.
línea de montaje para ajustar el volante de una magneto";66 cómo fue Pero, tal como las grandes ciudades se vuelven cada vez más ingo­
dividido el montaje del motor en ochenta y cuatro operaciones diferen­ bernables cuando su crecimiento es ya excesivo, las grandes concentra­
ciones industriales eluden el tono patriarcal cuando se desarrollan hacia
tes, con sólo un tercio del tiempo anterior; y cómo fue colocado el chasis,
por primera vez, sobre raíles, y movido por una cuerda y una polea, todo el gigantismo.
Ford no tuvo que pasarse la vida, como Oliver Evans, exponiendo
ello puede ser leído en el libro del propio Ford o en relatos detallados pu­
ideas no captadas por sus contemporáneos. Pudo haber tenido la misma
blicados ya en 1915. 67
energía indomable, pero tuvo también la ventaja de no llegar al comienzo,
Para llevar a la realidad su convicción de que el automóvil debía
sino al fmal de la fase mecanicista. El éxito no depende tan sólo del genio
convertirse en vehículo popular, Henry Ford empleó los medios y las ideas
de su tiempo, y las empleó como piedras de construcción, a menudo con o de la energía, sino de la medida en la que los contemporáneos de cada
·un nuevo significado, y simplificándolas siempre que ello era posible. La uno han sido preparados por los acontecimientos anteriores.
También la línea de montaje, tal como la concibiera Henry Ford,
linea de montaje suplantó los estudios de movimiento de Taylor y los es­
constituye en muchos aspectos el disfrute de una larga evolución.
tudios sobre la fatiga, todavía más complejos, efectuados por sus sucesores.
El intercambio de piezas, ya conocido en el sector de la maquinaria agri­
cola en 1860 para el mantenimiento de la segadora, adquirió otro matiz La línea de montaje automática, c.1920
en manos de Ford. Éste destaca su utilidad para el automóvil: "La maqui­
A fmales del siglo XVIII, Oliver Evans consiguió de golpe una
naria de hoy, especialmente la que es empleada en la vida general lejos
del taller, ha de tener sus partes absolutamente intercambiables, de modo linea de producción continua, una unidad automática en la que el hombre
que pueda ser reparada por hombres no especialistas."68 actuaba tan sólo como observador.
Sigue el método de Taylor, nada usual en la época, de reducir Más de un siglo y medio después, la curva se cierra gradualmente.
en lo posible las horas de trabajo y aumentar los salarios. También aqui De nuevo nos acercamos al punto en el que una línea de producción con­
el capataz conserva su función. Pero cuando Taylor, en sus famosos ex­ tinua, con el hombre presente únicamente como observador, es el objetivo.
perimentos sobre el trabajo de los paleros, dice a sus trabajadores en el Ya no sirve ahora para el molido automático del grano, sino para la cons­
patio de la Betblehem Steel Company: "Pete y Mike, vosotros compren­ trucción de maquinaria complicada, 10 que implica centenares de opera­
déis perfectamente vuestra tarea; los dos, muchachos, sois trabajadores ciones diferentes.
de primera clase, y queremos pagaros doble jornal",69 todavía está cen­ Está cada vez más claro que la linea de montaje, tal como se de­
trado en aumentar la producción dentro de la fábrica. Henry Ford llega sarrolló a partir de los mataderos, a través de la industria del automóvil
más allá y considera los salarios bajos como "la merma del poder adqui­ y más allá, constituye una etapa intermedia: el hombre todavía ha de eje­
sitivo y la reducción del mercado local".7o En realidad, Henry Ford con­ cutar cualesquiera movimientos que el ingeniero aún no pueda delegar en
templa la producción y las ventas como una unidad y, mucho antes de la máquina. Muy posiblemente, en algún día del futuro esta forma de labor
la venta a presión del decenio de 1930, construye una organización a es­ mecánica será señalada como un síntoma de nuestra barbarie.
cala mundial para distribuir sus productos. La eficiencia de sus medios El impulso hacia una nueva fase, la línea de montaje automática,
de venta está tan bien calculada como el ritmo de la línea de montaje. tiene también su punto de partida en la industria del automóvil. La razón
Una ulterior ampliación del circulo podria suscitar las siguientes es sencilla, puesto que por primera vez una industria se enfrentaba al pro­
preguntas: ¿Cómo ha afectado el automóvil a los hábitos de vida? ¿En blema de construir un mecanismo muy complicado en cantidades enor­
mes, con 10 que se introducía una nueva escala.
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Una vez en marcha la linea de montaje de Ford, L. R. Smith, un
fabricante de,Milwaukee, formuló en 19161a pregunta: "¿Pueden ser cons­
truidos los bastidores de automóviles sin intervención de hombres?"
"Las respuestas al respecto estaban en el subconsciente de los
ingenieros, y nos dispusimos -dice- a construir bastidores de automóvil,
sin hombres. Queríainos hacerlo a una escala muy superior a la necesaria
para satisfacer las necesidades de la industria automovilistica."71
y es entonces cuando surge la cuestión que no podia ser perma­
nentemente soslayada, y surge desde el interior de la industria, y no a partir
de influencias externas: "Es muy probable que presenciar cómo nuestros
obreros hacen la misma cosa una y otra vez, un día tras otro, nos moviera
a buscar la mecanización al 100% de la fabricación de bastidores."72
Fue ese optimismo, a menudo c1<i.rividente, el que, en una época
en la que toda la industria no producía más de un millón y medio de auto­
móviles por año, concibió, y al cabo de cinco años construyó, una factoría
capaz de producir por si sola más de un millón de coches anualmente. "Un
bastidor completo abandona el terminal del transportador, limpio y puli­
mentado, a punto para la linea de pintura, cada diez segundos del turno
de producción. Sólo se requieren noventa minutos para que la chapa de
acero tal como procede del taller se convierta en el esmaltado chasis de
automóvil que pasa al almacén."73
Aquí, la gestión científica, en cuanto análisis de movimientos hu­
manos, es sustituida por nuevas herramientas de producción. Quinientos
ingenieros transforman una fábrica en unidad automática que produce
con mayor rapidez y a mejor precio, con beneficio y liberando al hom­
bre del movimiento mecánico.
La línea de montaje automática comienza con una "máquina de ;.
'1
inspección", que "endereza y verifica cada pieza de chapa de acero reci­ 1. "
bida de los talleres".74 Este material es trabajado y recorre la factoria
sobre los más diversos tipos de sistemas de transporte, en un proceso inin­ .. "" ". . l.4

terrumpido. Primero, en una linea de submontaje, a menudo en operaciones
paralelas, las barras de acero, son cortadas y agujereadas, y cobran forma.
Un segundo grupo de máquinas reune las diversas partes hasta que éstas
quedan finalmente montadas en la linea general (fig. 62). "Unos cabezales
que suministran automáticamente remaches se colocan en posición, y
éstos son introducidos en los orificios que esperan recibirlos. El aire com­
primido es el que ejecuta esta tarea."75 Los remaches son introducidos a
presión en hileras de remachadoras automáticas, con unas enormes man­
díbulas como cabezas de aves miticas (fig. 63). Siguen los procesos de
limpieza y pintado.
Algo del espíritu del Johann Georg Bodmer, de 1830, sobrevive
en la invención, construcción e integración de las herramientas de fabri­
cación, tales como prensas, remachadoras y sistemas transportadores.
Ya no es la máquina individual la única automatizada, como suele ocurrir 62. Línea de montaje totalmente automática: remachado en una unidad general de mon­
taje. En el tiempo de la plena mecanización, la linea de montaje se convierte en instrumento
en la fabricación a granel. Aquí, unas fichas de tiempo, extremadamente automático sincronizado. Todo el mecanismo de la fábrica debe funcionar como un reloj
precisas, guían la cooperación automática de instrumentos que, como el de precisión ajustado al segundo. Una larga evolución iniciada por Oliver Evans culmina
átomo o un sistema planetario, consisten en unidades separadas pero gra­ aquí, cuando la producción es obtenida sin manos. El hombre, no obligado ya a repetir
vitan unas con otras en obediencia a sus leyes inherentes. incesantemente su movimiento, se limita a vigilar y dirigir. (Cortesía de A. O. Smith Corp.,
Milwaukee, Wis.)
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64. Línea de montaje totalmente automática: almacenado de chasis de automóviles.
Un chasis cada ocho segundos. Diez mil diarios. "Hemos logrado lo que nadie habia lo­
grado antes", dice el fabricante. (Cortesía de A. O. Srrúth Corp., Milwaukee, Wis.)
6.3. Línea de montaje totalmente automática. Remachado. Una serie de remachadoras
automáticas, con mandibuJas enormes parecidas a cabezas de aves rrúticas, ajustan los
remaches de un solo mordisco. Este es el punto fmal del montaje, después de 552 opera­ se convirtió casi en simbolo del período entre las dos guerras mundiales.
ciones automáticas. (Cortesía de A.O. Smith Corp., Milwaukee, Wis.) Al contemplar el impacto de la mecanización sobre el hombre,
debemos destacar aquellos aspectos que afectan a la misma naturaleza
El aspecto humano de la línea de montaje del hombre. Hemos de distinguir claramente el impulso que originó la línea
de montaje y la gestión científica de las repercusiones humanas. El im­
No es fácil obtener una visión histórica de periodos recientes, es­ pulso brotó de la imperiosa demanda de la época: producción, producción
pecialmente en un aspecto tan sensible y ramificado como es el de la in­ cada vez más rápida, producción a cualquier precio. Apenas interviene
vestigación del trabajo humano. una evaluación, encontramos unas opiniones a menudo diametralmente
La línea de montaje y la gestión científica son, esencialmente, opuestas: por un lado, un ohrero disgustado, y por el otro el entusiasta
medidas racionalizadoras. Las tendencias en esta dirección se remontan promotor de la idea.
a época relativamente lejana, pero sólo en el siglo XX fueron perfecciona­ Taylor. 1912: "Tras una larga pugna, trabajador y patrono se miran
das y se convirtieron en influencia predominante. En el segundo decenio como amigos." 77
(con Frederick Taylor como figura central), fue la gestión científica lo y se queja el obrero: "oo. movido a un ritmo inhumano por capa­
que suscitó la mayor atención: el interés de la industria, la oposición de taces elegidos por su brutalidad".78
los trabajadores, la discusión pública, y las investigaciones gubernamenta­ El defensor de la gestión científica, 1914: "El encargado de la
les. 76 Este fue el período de su ulterior refinamiento y de su unión con la velocidad no mueve en absoluto a los hombres. El es su servidor... La velo­
psicología experimental (con Frank B. Gilbreth como figura central y la cidad correcta es aquella con la que los hombres pueden trabajar un día
más universal). tras otro, un año tras otro, y mejorando continuamente su estado de
En la tercera década (con Henry Ford como figura central), la salud." 79
línea de montaje pasa a ocupar una posición clave en toda la industria. y se queja el obrero: "Nunca hubo un momento de respiro o una
Su objetivo es cada vez más ambícioso. En los tiempos de la plena meca­ oportunidad para volver la cabeza... Los hombres no tienen descanso al­
nización, el ingeniero de producción conseguía el control sobre las manu­ guno, salvo los quince o veinte minutos para el almuerzo, y sólo pueden
facturas de los más diversos tipos buscando todo posible resquicio en el ir a los lavabos cuando hay sustitutos preparados para relevarlos."80
que insertar una línea de montaje. La consecución de un cuadro más ex­ Estas son declaraciones personales elegidas al azar. Los sindica­
tensivo recompensó sobradamente el esfuerzo, ya que la línea de montaje
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65. Reses sacrificadas en el matadero de Chicago. (Cortesía de Kaufman and Fabry.)
66. Hombres en la línea de montaje. Charlie Chaplin en "Tiempos modernos", 1936.
tos eran hostiles a la gestión cientifica, pero la organización sindicalista "El individuo mecanizado enloquece y pasa a convertir la fábrica en el manicomio que
síempre ha sido." (Cortesía de United Artists Corp.)
tardó en penetrar en Estados Unidos. En la Bethlehem Steel Works, por
ejemplo, donde Taylor realizó sus famosos experimentos con los paleros y
con el acero rápido, "ni un solo empleado era miembro de un sindicato", Henry Ford habla (1922)84 de un obrero que tenía que efectuar
ni siquiera diez años más tarde (1910).81 Los siridicatos consideraban pe­ una tarea particularmente monótona, consistente en realidad en un solo
ligrosas sus tácticas "al crear lealtad a la gestión"82 y, sobre todo, veian movimiento de la mano. A petición del interesado, fue trasladado a otro
eri la gestión científica un nuevo medio de explotación. puesto, pero al cabo de unas semanas solicitó que se le reintegrase de nuevo
Más tarde, un cambio en la política sindical condujo a una nueva a su anterior trabajo. Aquí, Henry Ford toca un fenómeno concocido por
formulación del programa. "El trabajador es plenamente consciente de todo urbanísta que tenga la misión de trasladar a nuevas viviendas a los
que el mundo necesita cosas para su utilización y de que los niveles de habitantes de un barrio de barracas: Por primitivas e insalubres que pue­
vida sólo pueden mejorar con el incremento de la producción... El traba­ dan ser las condiciones, siempre habrá unos cuantos que se negarán a cam­
jador es consciente de que ha de crear mejores métodos industriales."83 biar sus barracas por nuevas casas, y que preferirán sin titubear sus an­
No deben ser ignorados aquellos aspectos que guardan relación teriores y familiares condiciones de existencia.
con la lucha de clases, pero se encuentran al margen de los problemas tra­ La moderna línea de montaje, tal como aparece, probablemente
tados en este libro, cuya misión es la de describir el impacto de un mundo por vez primera, en los mataderos de Cincínatti, y ciertas medidas de ges­
mecanizado en el organismo y en los sentimien~os humanos. tión científica, que emplean al hombre como parte de un proceso automá­
tico, son fenómenos de transición que sólo prevalecen mientras la maqui­
En un matadero de. Chicago, los cerdos, colgados cabeza abajo, naria es incapaz de efectuar ciertas operaciones por su propia cuenta.
pasaban ininterrumpidamente ante una robusta mujer negra, situada en la Un documento que traduce la respuesta humana a esta fase en
curva del sistema transportador. La tarea de esta mujer consistia en mar­ símbolos artísticos es el film de Charlie Chaplin Tiempos modernos
car con un sello de goma los cuerpos de los animales, ya examinados por (Modern Times) (fig. 66).85 Cuando fue estrenado en Nueva York, en fe­
los inspectores. Con un amplio gesto estampaba el sello en cada piel. brero de 1936, un periódico radical adoptó la siguiente actitud: "En cuanto
Tal vez partamos de premisas falsas, mas en el observador ex­ a sus opiniones políticas, no las conozco ni me importan...)"86 El punto de­
terno brotaba un sentimiento extraño al ver a una criatura de la raza hu­ cisivo en este documento es la rebelión contra la subordinación a la má­
mana adiestrada para no hacer otra cosa que marcar, día tras dia y ocho quina.
horas diarias, millares y millares de animales muertos, en cuatro lugares Se trata de la historia de un individuo que, a razón de ocho horas
diferentes. diarias, año tras año, ha de efectuar el mismo movimiento, y para el cual
el mundo entero llega a convertirse en tuercas a las que ha de dar vuelta
136
137
67. Almuerzos en la La línea de montaje y la gestión científica pueden ser aplicadas
línea de producción: al trabajo dentro de sistemas económicos totalmente opuestos. Sus impli­
planta de alin¡entos caciones, como las de la mecanización en su conjunto, no están unilateral­
congelados, Queens
Village, N. Y. "La mente vinculadas a un solo sistema; alcanzan las profundidades de un
cocina se está, aca­ problema humano básico -el trabajo- y el veredicto histórico dependerá
bando... Una ~b'anda de hasta qué punto podamos esperar que el ser humano se convierta en
transportadora en lí­
nea de montaje tras­ parte de un autómata.
lada bistecs, chuletas Antes de ser puestos en práctica tales métodos, el reverendo Wi­
y verduras a través de lliam Ellery Channing, uno de los grandes predicadores de Nueva Ingla­
un horno, a la veloci­
dad exacta que cada terra en la década de 1830, formuló contundentemente el problema de la
tipo de alimento re­ línea de montaje y de toda utilización puramente mecánica del hombre:
quiere para su preco­ "Yo no veo al ser humano como una máquina. construida para ser man­
cinado." En la ban­
deja de cartón se
reunen tres platos pre­
cocinados y el conjun­
to, debidamente pesa­
do por operarias
enguantadas y hermé­
ticamente envasado,
pasa a la congeladora
rápida. (New York
Sun, 25 de junio de
1945. Foto por corte­
sía de Maxson Food
Systems, Nueva York.)

con su llave. La monotonía y la tiranía de una cinta transportadora de gran


velocidad destruyen su equilibrio mental. "El individualista mecanizado
enloquece y procede a convertir la fábrica en el manicomio que, en reali­
dad, siempre ha sido."87 Afloja tornillos peligrosos que aceleran la línea
de montaje y le confieren un ritmo insoportable. Ante las narices de un en­
cargado, en los botones de una oficinista, en los pechos de una mujer gorda
y en todo lo que le rodea ve tuercas que han de ser apretadas. Mediante
una exageración grotesca, queda revelado el núcleo humano del problema.
¿Qué son ese automatismo, ese movimiento reflejo del atornillado, sino
la observación que cabe hacer cada día con respecto a los obreros que
salen en tropel de una fábrica, que lleva la máquina incluso en sus andares?
Es el incesante impulso de la mecanización el que conduce a Cha­
plin a inventar la máquina de comer, que alimenta al obrero automática­
mente, sin pérdida de tiempo; con ella, ya no necesita hacer un alto para
almorzar, y la línea de montaje sigue funcionando.
Todo esto, aunque intensificado hasta lo grotesco, posee el des­
tello de aquella verdad interna que emana de las comedias de Shakespeare.
Cierto que la máquina de comer es rechazada por el gerente por
ser demasiado complicada, pero ¿acaso unos años más tarde no empieza
la realidad a aproximarse a ese símbolo del almuerzo a ritmo de fábrica?
En los mostradores del almuerzo, ¿acaso no son cintas transportadoras
las que conducen los platos calíentes desde la cocina hasta el cliente? En
los drug stores y en los sótanos de los almacenes de todo a 5 y 10 centa­
vos, ¿acaso no serpentean las barras de los mostradores como senderos 68. Aves de corral en la línea de producción. 1944. Tras el perfeccionamiento de la línea
de producción de maquinaria, la plena mecanización fue aplicada a un materia! tan deli­
de las montañas, para alimentar al mayor número de personas en el menor cado como las aves de corral. (Cortesía de Bereníce Abbott.)
tiempo posible?
139
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tenida en funcionamiento por una fuerza exterior, para realizar una in­ 19. Harriet Martineau, Retrospect of Western Travels, vol. 2, Nueva
variable sucesión de movimientos, para ejecutar una cantidad fija de tra­ York, 1838, p. 45. Citado en R. A. CIernen, The American Livestock and Meat
bajo, y para caer después, hecha pedazos, al morir... "gg Industry, Nueva York, 1923.
20. R. A. CIernen, op. cit.
21. Ibídem, p. 121.
Notas 22. El redescubrimiento de Johann Georg Bodmer en nuestro tiempo
es debido a J.W. Roe, que en su libro English and American Toolbuilders, New
l. El ténnino "linea de montaje" es de fecha reciente. Sólo en el suple­ Haven, 1916, pp. 75 a 80, otorga a Bodmer el lugar que se merece. Basa su ar­
mento del Oxford English Dictionary (1933) fue añadido este nuevo significado tículo en las Minutes ofthe Institution ofCivil Engineers, Londres, 1868, XXVIII,
de montaje: "Acción O método para montar una máquina o sus partes" (1897); 573 y ss., que poco después de muerto Bodmer publicaron una memoria detal.lada
la linea de montaje, o assembly line, no es citada, y en cambio, assembly-room que terminaba con una lista de sus patentes en ocho páginas.
es defmido como "una sala en un taller en la que son reunidas las partes de un
articulo compuesto". Hay referencia a una fuente norteamericana del 1897. 23. Patente británica N.O 8070, 1839 - Patente británica N.o 8912,
1841.
2. Definición de Wartime Technological Developments, Senado de 24. Patente británica N.O 8070, 1839, p. 2.
EE.UU., monografia n.o 2 del Subcomité, mayo de 1945, p. 348.
25. La mejor descripción viene dada por un intacto relato contemporá­
3. Patente de Aribert. neo, el de la memoria de la Institution of Civil Engineers sobre Bodmer, op. cit.,
4. Hay detalles sobre la vida y actividades del inventor en la documen­ p. 588.
tadísima obra de Greville y Dorothy Bathe, Oliver Evans, Filadelfia, 1935. 26. Ibídem, p. 579.
5. Coleman Sellers, Jr., "Oliver Evans and His Inventions", en The 27. Ibídem, p. 581.
Journal of the Franklin Institute, vol. XCII, (1886), Filadelfia, p. 4.
28. J.W. Roe, op. cit.
6. En una breve historia de la máquina de vapor en Young Steam Engi­
neer's Guide (Filadelfia, 1804), donde se compara a si mismo con el marqués 29. Patente británica N.o 6617, 1834.
de Worcester y añade el párrafo anterior. 30. Institution of Civil Engineers, op. cit., p. 584.
7. Coleman Sel1ers, Jr., op. cit., p. 2. 31. Ibídem.
8. Ibídem. 32. Patente británica N.o 9899, 1843. La especificación ocupa 17 pá.
9. The Young Millwright and Miller's Guide, Filadelfia, 1795, con ginas.
un apéndice sobre administración comercial por su socio Elincott, también tra­ 33. Fue en esta época (1834) cuando se consideró la construcción de
ducido al francés, tuvo quince ediciones hasta 1860. Todas han sido cuidadosa­ un ferrocarril entre Londres y Binningham. Uno de los directores invitó a Bod­
mente cotejadas por Greville Bathe. El libro fue utilizado como obra de texto clá­ mer a expresar sus puntos de vista sobre el mejor sistema de vagones. En esta
sica durante más de medio siglo. ocasión, Bodmer propuso la construcción de los vagones a partir de entonces
10. G. Bathe, op. cit., pp. 189 Y 190. adoptados en EE.UU., partes de Alemania y Suiza, y cuya característica distintiva
11. Ibídem, p. 91. era un pasillo longitudinal que cruzaba la mitad de cada vagón, de modo que el
inspector pudiera pasar de un extremo del tren al otro, con la mayor seguridad
12. A partir de un dibujo de Pieter Breughel, estudios recientes han se­ y facilidad. Minutas de la Institution of Civil Engineers, op. cit., p. 585.
ñalado que la cadena de recipientes "fue utilizada en Holanda como draga du­
rante la construcción de un canal en 1561". Zimmer, "Early History of Con­ 34. Importa poco que el proceso sea aquí de desmontaje y no de mon­
veying Machines", eri Transactions of the Newcomen Society, vol. 4, Londres, taje, como en la industria del automóvil. Lo que cuenta es el método de producción
1924-1925, p. 31. masiva que constituye el común denominador.
13. Agostino Ramelli, Le Diverse et Artificiose Machine del Capitano 35. Véase pp. 228 y 229.
Ramelli, A. Parigi, 1588. 36. Harper's Magazine, 6 de septiembre de 1873, p. 778.
14. No pensamos tanto en su "excavadora anfibia", una draga de 37. T. Morrison, Aparato de pesaje de cerdos, Patente EE.UU. N.O
vapor para limpiar los muelles de la ciudad (1804, véase G. Bathe, op. cit., p. 108), 92083, 29 de junio de 1869.
o en su máquina de vapor de alta presión, como en la asombrosa precisión con 38. Ibídem.
la que expuso un método para la fabricación mecánica de hielo que pennaneció 39. The Scientific American, vol. IX, parte 1, Nueva York, 15 de
vigente durante medio siglo. Véase más adelante, p. 599. octubre de 1853.
15. The Book ofTrades, or Library ofthe Useful Arts, Londres, 1804, 40. Iron Age, Nueva York, vol. 96, p. 1029.
pp. 107 y 108. La primera edición norteamericana de esta fuente fue publicada
en Filadelfia, 1807. 41. Frank Barklay Copley, Frederick W. Taylor, Father of Scientific
Management, Nueva York, 1923, vol. 2, p. 84. El término dureza al rojo es de
16. Peter Barlow, Manufactures and Machinery in Britain, Londres, FW. Taylor, The Art of Cutting Metal, Nueva York, 1906, p. 223.
1836.
42. Compárense la publicación básica de Taylor Shop Management,
17. Ibídem, p. 801. 1903, y PrincipIes of Scientific Management, 1911.
18. Peter Barlow, op. cit., p. 804. 43. F.B. Copley, op. cit., vol. 2, p. 213.

140 141
44. F.W. Taylor, The Principie of Scientific Management, Nueva 67. Arnold y Fanrote, op. cit.
York, 1911, p. 8.
68. H. Ford, Moving Forward, Nueva York, 1930, p. 128.
45. Freud publicó sus estudios sobre la histeria al mismo tiempo (1895) 69. Copley, op. cit., vol. 2, p. 58.
que Taylor pronunciaba sus primeras conferencias ante ingenieros estadouni­
denses. 70. H. Ford, My Life and Work, capítulo sobre los salarios.
46. Hugo Muensterberg, Psychology and Industrial Development, Bos­ 71. L.R. Smith, "We Build a Plant to Run Without Men", en The
ton, 1913. Este libro fue importante también por los experimentos de Muenster­ Magazine of Business, Nueva York, febrero de 1929.
berg encaminados a mejoras en el ferrocarril eléctrico y el servicio telefónico, 72. Ibídem.
el examen de oficiales de marina incapaces de hacer frente a emergencias, y 73. Ibídem.
por su investigación en el campo, mucho más activo a partir de entonces, de la 74. Sidney G. Koon, "10000 Automobile Frames a Day", en ·The
publicidad y las ventas. Iron Age, 5 de junio de 1930.
47. Frank B. Gilbreth, Bricklaying System, Nueva York, 1909.
75. Ibídem.
48. F.B. Copley, op. cit., vol. 1, p. 223. 76. Hearings before special committee ofthe House of Representatives
49. F.B. Gilbreth, Primer of Scientific Management, Nueva York, to investigate Taylor's and other system of Shop Management, 3 vols., Gobern­
1914, p. 7. ment Printing Office, 1912.
50. F.B. Gilbreth, Concrete System, Nueva York, 1908. 77. Bulletin of the Taylor Society, junio-agosto de 1912, p. 103.
51. F.B. Gilbreth, Bricklaying System, Nueva York, 1909, p. 140. 78. Robert L. Cruden, The End of the Ford Myth, International Pam­
52. Frank B. y Lillian M. Gilbreth, Motion Study for the Handicapped, ph1ets N.o 24, Nueva York, 1932.
Londres, 1920, p. 15. 79. Gilbreth, op. cit., p. 65.
53. Ibídem, p. 16. "Un destacado cirujano -escribe Gilbreth con re­ 80. R.L. Cruden, op. cit., p. 4.
ferencia a uno de sus experimentos- está perfectamente dispuesto a ser fotogra­ 81. Drury, Scíentific Management, Nueva York, 1915, p. 176.
fiado mientras efectúa una operación delicada, pero cuando se menciona el hecho
de que esto se hace para encontrar la similaridad entre sus acciones y las de otros 82. Ibídem, p. 175.
trabajadores especializados, se muestra desdeñosamente incrédulo. ¿Cómo es 83. Ibídem, p. 27.
posible tal cosa? ¡El, un producto tan meticulosamente preparado, tan altamente 84. H. Ford, My Life and Work, en el capitulo "The Torture of the
formado por largos años de estudio, comparado con un albañil!" Con la misma M achine".
incredulidad despreciativa, un famoso físico rechazó la idea de una relación entre 85. Chaplin trabajó durante cinco años en este film mudo. Comenzó
los .métodos de la fisica actual y los del arte contemporáneo. en 1931, al mismo tiempo que, con A nous la Liberté!, René Clair llevaba al cine
54. F.B. Y L.M. Gilbreth, Motion Study for the Handicapped, Londres, la cinta sin fm y el hombre mecanizado. Pero un romanticismo un tanto primitivo
1920, p. 7. y unas comparaciones excesivamente superficiales -vida en la prisión y línea
55. E.-J. Marey, La Méthode graphique dans les sciences expérimen­ de montaje- destruyen la fuerza simbólica de la sátira de Clair.
tales, con el apéndice: "Développement de la méthode graphique par I'emploi de 86. New Masses, 18 de febrero de 1936, vol. 18, n.O 6.
la photographie", Paris, 1885, p. 34. 87. Herald Tribune, Nueva York, 7 de febrero de 1936.
56. Paul Eluard, Picasso, London Bulletin 15, 1939. 88. Rvdo. William ElIery Channing, Self Culture, alocución de intro­
57. W. Grohmann, The Drawings of Paul Klee, Nueva York, 1944. ducción a las Conferencias Franklin, pronunciadas en Bastan en septiembre de
58. Paul Klee, Pedagogicai Sketchbook, publicado primero como se­ 1838.
gundo Bauhausbuch, bajo la dirección de Walter Gropius y Laszlo Moholy-Nagy,
versión inglesa, Nueva York, 1944.
59. Por el Subcomité de Administración de la American Society of En­
gineers.
60. Babbage, op. cit., p. 146.
61. Copley, op. cit., vol. 1, p. 226.
62. The Bedaux Company, More Production, Better Morale. A pro­
gramfor American Industry, Nueva York, 1942. Eri 1942,720 compañias con
675000 trabajadores adoptaron el sistema Bedaux.
63. Charles Bedaux, Labor Management, folleto, Nueva York, 1928
(numerosas ediciones subsiguientes).
64. Henry Ford, My Life and Work, Nueva York, 1922, p. 86.
65. Horace Lucien Arnold y Fay Leone Fanrote, Ford Methods and
the Ford Shop, Nueva York, 1915, p. 102.
66. H. Ford, op. cit., p. 80.

142 143
función del agricultor la de resistir, invisiblemente, los vientos adversos del
La mecanización y el suelo: la agricultura destino. Cuando el desastre se abatió sobre la Antigüedad, se ha señalado
que no fueron el menor factor aquellas fuerzas que, a partir del siglo UI,
conspiraron para sacar al campesino romano de sus lares y llevaron al
abandono de las tierras. l
Hasta fmales del XIX, el agricultor era en todas partes un produc­
tor y consumidor local, que todavia protagonizaba el arquetipo de la hu­
manidad sedentaria. Cuando Emerson pronunció su alocución sobre la
agricultura, "El hombre de la azada", en una exposición de ganado en
Massachusetts, en el año 1858, fue como si hablase uno de los fisiócratas:

El agricultor y el cambio estructural La gloria del agricultor consiste en que, en la división de tareas, su papel
es el de crear. Todo oficio se apoya en último término en su primitiva actividad...
Los cambios estructurales que la mecanización ha traído no pue­ ...El es permanente, se aferra a su tierra como lo hacen las rocas. En la
den ser seguidos en ninguna otra parte con tanta facilidad como en la esfe­ población en la que yo vivo, las granjas continúan en las mismas familias durante
ra agrícola, pero tan sólo a lo que las máquinas se refiere. La cosa cam­ siete y ocho generaciones, y si reaparecieran hoy en estas granjas la mayoría de
bia con el impacto de la mecanización en la estructura del agricultor, que los primeros colonos (eh 1635), encontrarian todavía su propia sangre y sus pro­
pios nombres como propietarios de ellas.
puede tener implicaciones para la sociedad que trasciendan las puramente
económicas. El agriculturalista, tal como lo consideraba Emerson, era el cam­
Investigamos un sector demasiado breve y nuestra experiencia es pesino artesano, el "hombre de la azada".
todavía demasiado corta para pregonar juicios con seguridad. Tenemos Aquel mismo año (1858), McCormick manufacturó 4.095 sega­
detrás de nosotros tan sólo un siglo de mecanización agrícola, y nuestra doras. Para entonces, el agricultor del Middle Western había cambiado ya
experiencia está limitada a las condiciones capitalistas. Lo que la meca­ de estructura, y en las colinas de Vermont había propiedades agrícolas de­
nización le ha reportado al campesino del koljose es tema cuyo juicio siertas cuyos dueños se habían marchado al Oeste.
todavía resulta más dificil. La mecanización alteró para siempre la estructura del agricultor.
En el sector industrial, nos cabe ver con mayor aproximación lo De productor y consumidor local, que llevaba sus excedentes directamente
que ha significado el cambio desde la artesanía a la mecanización. En al mercado y negociaba con el cliente, pasó a ser un productor comercial
el agrícola, surgen preguntas que todavía carecen de respuesta. La rela­ que en dennitiva dependía del benencio de sus géneros. El angosto circulo
ción del hombre con el suelo está implicada, pero no en el sentido de pro­ de la producción local quedó roto apenas intervino la mecanización, y en él
piedad, ya que el cambio estructural es igualmente manifiesto en Estados entró la dependencia con respecto al mercado internacional, a los altibajos
Unídos y en la Unión Soviética. El campesino, símbolo de continuidad, ha del comercio mundial. Hoy, el agricultor y su producto se ven sometidos al
sido arrastrado por la corriente. poderío financiero de las organizaciones que influyen el nivel de precios.
El cambio estructural desde la autosunciencia a la especialización
En el seno de la sociedad, el labrador es un eslabón, un vinculo de es irresistible, y para mantenerse competitivo el agricultor debe limitarse a
unión entre el hombre y la vitalidad de la naturaleza. El artesano y el tra­ unos productos especincos. En Estados Unidos, esta tendencia a la espe­
bajador industrial crean artefactos: prendas de vestir, mecanismos, casas; cialización se implantó hace un siglo, cuando apareció trigo más barato,
el agricultor cuida el crecimiento orgánico: animales, plantas, suelo. procedente del Middle West, en los estados orientales, y las tierras labra­
Asi, el cultivador del suelo es visto como el elemento constante das se convirtieron en pastos.
dentro de una civilización, y esto no ha cambiado desde que Hesíodo, con­ Regiones enteras se especializaron en la cria del ganado vacuno y
temporáneo de Homero, ensalzó la misión del campesino como sagrada en laboreo cotidiano. 2 El mismo proceso surgió en Europa apenas las na­
por encima de todas las demás, incluida la del comerciante e incluso la del ciones con alto nivel de vida descubrieron que el bajo precio del trigo
guerrero. Esta actitud se repetiría, con notable consistencia, sobre todo en mundial anulaba todo benencio en el cultivo del trigo local.
los períodos de muy alta civilización, tales como bajo la Roma del Imperio La transformación estructural del agricultor, con el paso de la au­
o durante el siglo XVIII. Poco importa que, en contraste con la corte y la tosunciencia a la especialización, ha ocurrido en todas partes, allí donde la
vida urbana, el trabajador de la tierra quede simplificado en la imaginación
industrialización ha seguido su marcha, pero en Estados Unidos cabe ob­
de moralistas y poetas.
servar este proceso con tanta claridad como en un laboratorio. Allí la me­
El agricultor no destaca en una civilización, pero, al igual que el canización pudo desplegarse sin ser obstaculizada por las dimensiones, el
plomo estabilizador, se halla profundamente situado dentro de la quilla.
terreno o la estructura social.
Las ciudades constituyen el contenido de una cultura, el cargamento. Es

146 147
En Europa, el agricultor sólo puede mantenerse hoy como pro­ nado el titulo de "gran laboratorio de la naturaleza para la producción de
ductor y consumidor local en aquellos países en los que el nivel de vida es frutos nuevos y mejorados".4
bajo. En países' tales como Suiza,donde el nivel de vida se aproxima al de La influencia de la mecanización -o, para ser aquí más exactos,
Estados Unidos, el agricultor debe estar apoyado por subsidios de toda de la producción masiva- conduce a la estandarización del fruto en unas
índole. En apariencia, nada ha cambiado. Las antiguas propiedades siguen pocas variedades. Se habla de un millón de melocotoneros en una sola
en poder de los mismos amos que, tal como Emerson proclamó en 1858 huerta comercial, y hemos visto una plantación de 42 000 manzanos
para Nueva Inglaterra, tal vez no hayan cambiado de nombre durante si­ McIntosh, cuyas manzanas eran tan uniformes que parecían haber sido fa­
glos. Los campos están tan meticulosamente cuidados como las casas, bricadas con molde.
cada una de las cuales parece poseer una fisonomía propia. Sin embargo, El consumidor ha sido educado para contentarse con una escasa
en el aspecto económico la existencia del agricultor se encuentra en peligro, variedad. La gran manzana roja, que atrae la vista del consumidor, goza
ya que sus productos no pueden competir en el mercado mundial. Su su­ de especial favor, y se la cultiva menos por su bouquet que por su piel y
pervivencia sobre la antigua base es considerada como un imperativo so­ pulpa resistentes al transporte. Al parecer, su sabor ha sido deliberadamen­
cial. La legislación se cuida de él y le protege. En Estados Unidos, los for­ te neutralizado, y creemos que la multiplicidad de sabores, desde el leve­
jadores de leyes actuaron en interés de hombres de negocios, banqueros y mente ácido al dulce, así como la apreciación de las diversas calidades de
compañías de ferrocarriles, y la legislación en pro del agricultor (la Homes­ pulpa, en ningún otro lugar han sido tan poéticamente expresadas como en
tead Act de 1862) fue interpretada más tarde en favor de estas últimas y de la obra de N athaniel Hawthorne Mosses Irom an Old Manse (1846):
los trusts. 3 Sin duda alguna, adoraba cada árbol como si hubiera sido su propio hi­
La especialización procede sin conceder respiro. Si quiere mante­ jo. Un huerto tiene una relación con la humanidad y en seguida se vincula con
nerse competitivo, el agricultor debe limitar cada vez más sus productos a cuestiones sentimentales. Los árboles poseen un carácter doméstico. Han perdido
un tipo específico de maíz, de tomate, de ganado vacuno o de ave de co­ la naturaleza silvestre de sus parientes del bosque, y se han llegado a humanizar al
rral, e incluso dentro de un mismo producto se ve forzado a adoptar una recibir los cuidados del hombre, así como al contribuir a los requerimientos de és­
estandarización cada vez más estricta. En la huerta comercial crecen dece­ te. Hay, también, tanta individualidad de carácter entre los manzanos... Uno es
nas de millares de árboles frutales de una misma clase, y esto es el resulta­ tosco y áspero en sus manifestaciones, y otro nos da un fruto tan benévolo como
do 'de un cultivo más sistemático de los árboles, con una cuidadosa protec­ la caridad. Uno es mezquino, poco generoso, y es evidente que se aferra a las po­
ción contra los parásitos, mejor exposición a la luz solar, poda de las ra­ cas manzanas que posee, y otro se agota a si mismo con su generosa benevolencia.
mas superfluas, y separación de los brotes inútiles. También el clima de­ Hawthorne no utilizaba una exageración poética cuando hablaba
sempeña su papel. A mediados del siglo pasado, Norteamérica se había ga­ de la relación peculiar entre manzanas y hombres. Su contemporán~o, An­
.......---_._--­
"" ~ .. - ~_.-.-._.---- -~- .. " , - ­ - . .­ i drew Jackson Downing, conocido arquitecto paisajista de la primera mitad
del siglo, recomienda -en The Fruit and Fruit Trees 01America- s 186 va­
riedades de manzana y 233 variedades de pera. Al cuidador de un huerto
pequeño le recomienda, entre otros árboles, treinta clases de manzano para
que "maduren sucesivamente", cuyos nombres todavía son, en su mayor
parte, corrientes en Europa. Entre ellos figura la clásica Canada Rennett,
L una delicada manzana de aroma especialmente sutil y que parece haberse
extinguido en Estados Unidos. Estas impresiones no son meramente litera­
1 rias, pues en 1854 la Rural Cyclopedia escribía: "Durante un periodo con­
siderable, Norteamérica ha sido célebre por el gran número y la sorpren­
dente riqueza de sus variedades de manzano."6

La producción masiva de manzanas, melocotones, maiz, to­


--f­
mates, vacas, cerdos, huevos o aves de corral por parte del agricultor nor­
,.-1 teamericano no admite comparación con la reducida escala europea. Sin
69. Comienzos de la mecanizacion: maquina trilladora. Década de 1770. Este aparato embargo, incluso en Europa, tras la fachada tranquilizadora del campesino
tipifica las primeras fases de la mecanización de la agricultura. Multiplica el número de sigue su camino la misma especialización, si bien reducida a unas dimen­
golpes y, por rotación mecánica, imita el movimiento del brazo humano. La máquina tri­ siones artesanas. Así, en muchos de los altos valles de los Grisones, en Sui­
lladora fue adoptada en la práctica en la Inglaterra de fmales del XVIII, y fue el primer
instrumento empleado con éxito en la agricultura mecanizada. (Pennsylvania Magazine, za, el granjero se concentra cada vez más en un producto: la leche. Su seco
Filadelfia, 1775.) tor es el de la cría de ganado vacuno,. y dentro del mismo la obtención de

148 149
productos lácteos. El no fabrica queso ni mantequilla, pero en verano, des­
de las alturas alpinas, suministra leche a su cooperativa lechera, tal vez dis­ El suelo
tante muchos kilómetros, y allí es sometido a proceso su producto. Para su
propia familia; este granjero suele comprar margarina. La tierra, por tanto tiempo aceptada en su complejidad como algo
en lo que son depositadas semillas y que es trabajado según unas reglas
tradicionales, se convierte en objeto de investigación científica. Surgen las
preguntas: ¿De dónde sacan las plantas su sustento? ¿Extraen agua de la
El redescubrimiento de la naturaleza en el siglo XVIII tierra, o "nitrato"? ¿O es que chupan diminutas particulas del suelo? Jeth­
ro Tull (1674-1740) creía que las plantas vivían a expensas de diminutos
Como todos los períodos, el siglo XVIII es a la vez un comienzo y fragmentos de tierra, y en ello basó su revolucionaria teoría del cultivo, en
un final. Abre caminos para el siglo XIX y resume la experiencia de tiem­ la que la "División de las partes del suelo" era el único medio para incre­
pos anteriores. El don maravilloso del XVIII es el de absorber las cosas a mentar la fertilidad. Jethro Tull consideraba innecesarias la aplicación de
titulo universal, como sólo pueden hacerlo los períodos posteriores. Exami­ abonos orgánicos y la alternativa de cosechas, y la primera sembradora
naremos más detenidamente sus modalidades en un solo ejemplo: el del mecánica práctica fue inventada para poner en práctica su idea. El aparato
mobiliario del Rococó. de Tull permitía sembrar el grano en hileras perfectamente rectas, entre las
cuales la tierra había de ser labrada seis veces dentro del período de creci­
Ciencia natural miento. Esto requirió su segundo invento, la azada arrastrada por caballo. 9
En su propia granja, Jethro Tull demostró que era posible obtener trigo en
En el XVIII, la naturaleza fue redescubierta e investigada en to­ un mismo campo durante trece años seguidos.
dos sus aspectos, desde el nostálgico, el económico y el agrícola hasta la Tull, que tenía inclinaciones musicales, heredó una pequeña finca
clasificación de todo el reino de la creación. Las vidas de los grandes natu­ y estudió en Oxford. El mecanismo del órgano fue el que inspiró su sem­
ralistas del período -el conde Buffon (1707-1788) y Charles Linneo (1707­ bradora mecánica, y se convirtió en un práctico en agricultura, en un ob­
1778) corrieron paralelas al siglo. En su Systema Naturae (I735), el na­ servador directo al que no preocuparon las teorías contemporáneas hasta
turalista sueco impondría definitivamente la nomenclatura binaria de las que, más tarde y de mala gana, expuso sus ideas en The New Horse
plantas, al nombrarlas .por género y por familia. Hoeing Husbandry, 1731. Era la época en la que la teoría agrícola desper­
taba ya una atención creciente.
Buffon, con su perspectiva típica de finales del Barroco, se mues­
tra contrario a las diferenciaciones tajantes e indica la fusión, a menudo En Francia aportó un nuevo impulso la generación nacida alrede­
imperceptible, de las especies animales. Butron posee una suprema com­ dor de 1700, con hombres que fueron eruditos, como Réaumur, cuyo in­
prensión de la continuidad de los fenómenos, tanto en el cuerpo como en el terés se extendió a los problemas agrícolas, y como Henri Louis Duhamel
cosmos. Muchas de sus hipótesis, entre ellas la que situaba la sede de la Dumonceau (1700-1782), primero en crear una fisiología sistemática, o fí­
vida en las "moléculas orgánicas", ya no parecen hoy tan ridículas como sica como él la llamaba, de las plantas. No nos es posible extendernos
en el siglo XIX. como merecen en la cita de la Physique des arbres de Duhamel (1758), o
René Antaine Ferchault de Réaumur (1683-1757) observó la vida en la de sus tan leídos Eléments d'agricultura (I762), donde, con aquella
de los insectos. Su Mémoire sur la vie des insectes fue planeada como una maravillosa capacidad de observación y de concreción tan propia del siglo
obra en diez volúmenes, cada uno de ellos con más de quinientas páginas, XVIII, este autor reveló las leyes que rigen el crecimiento de las plantas:
seis de los cuales salieron de imprenta entre 1734 y 1742. Era anterior a sus tipos de raíces adecuados a las clases de suelo, la transformación de
Buffon y Linneo, pero, al igual que éstos, llamó por vez primera la atención sus ramitas en raíces, la formación de la corteza, la circulación de la savia,
en el decenio de 1730. El nombre de Réaumur está estrechamente vincula­ y la respiración de las hojas.
do con el termómetro, y también aquí su labor fue de clasificación, a partir Duhamel, hijo menor de un noble francés, fue ingeniero e inspec­
de dos puntos fijos: el de congelación y el de ebullición del agua, cuyo in­ tor general de la Armada, y autor de un tratado clásico sobre arquitectura
tervalo dividió en ochenta grados (1730). Pero esto no fue sino un produc­ naval, pero su pasión era el estudio de la agricultura. En la propiedad de su
to colateral de sus estudios. Fue Réaumur quien clasificó el mundo de los padre, investigó la naturaleza del suelo, lo lavó y analizó los elementos res­
insectos en toda su engañosa amplitud; Jean-Jacques Rousseau fue un en­ tantes, y parece ser que, a partir de 1740, fue el primero en llevar un diario
tusiasta de sus estudios, y Thomas Henry Huxley le consideró como el úni­ meteorológico. Rindió honores a Jethro Tull y, aunque totalmente opuesto
co naturalista capaz de parangonarse a Darwin. 7 Réaumur y Butron pose­ a la sustitución del estiércol por la labranza del terreno,lO y partidario de
yeron aquel don de los hombres universales, que consiste en ser a la vez ilustrar el tipo francés de sembradora mecánica,l1 dio a su obra en seis
sencillos y científicamente exactos. 8 Los naturalistas constituyen las pie­ volúmenes (1751-1760) el titulo de Traité de la cultura des terres suivant
dras angulares en el redescubrimiento de la naturaleza. les principes de Mr. Tull.

150
151
no tenía status alguno; la industria era sinónimo de la artesanía. Los refi­
La agricultura, vocación innata del hombre nadísimos oficios de aquel período eran cosa corriente para los contem­
poráneos, y los enciclopedistas, a cuyos grabados tanto debemos en nues­
En forma creciente, la atención se dirigía hacia la agricultura, y a tra percepción de la historia anónima del siglo, estaban realizando una ta­
ella se subordinaban todas las demás ocupacion.es. Cuando los fisiócratas rea fuera de lo corriente. En el Discours Prélíminaire de la Grande Ency­
elaboraron una teoría económica científica a finales del período del Ro­ clopédie, 1751, Diderot nos dice que no se disponía entonces de fechas o
cocó, entre 1758 y 1770, asumieron la opinión más extrema en lo tocante a datos para los diversos oficios. El y sus colaboradores tuvieron que apren­
la soberanía de la agricultura sobre las actividades, muy secundarias, de derlos, viva voce, de los propios trabajadores. 1? En la misma época en la
las finanzas, el comercio y la industria. La agricultura era la fuente de to­ que los fisiócratas, J.-J. Rousseau y Adam Smith escribían sus obras, y la
das las riquezas y el puntal de la vida económica, y abarcaba las cinco sex­ Encyclopedie, 1751-1772, era publicada lentamente, un volumen tras otro,
tas partes de la riqueza nacional. "La agricultura es productiva, la indus­ a pesar de una fuerte oposición, unos cuantos operarios del Lancashire,
tria es estéril."12 Con ello, fmanzas, comercio e industria eran actividades hombres sin medios y pertenecientes a la más humilde clase social, ideaban
consideradas como opuestas a los caminos de la naturaleza. aparatos para mecanizar la hilatura, y James Watt completaba su invento
Los fisiócratas no eran unos idealizadores románicos del cam­ de una máquina de vapor de funcionamiento práctico. Lo que más tarde
pesino, sino portavoces de la grande culture y partidarios del "cultivo de llegaría a ser sinónimo de industrialización estaba entonces encarnado en
cereales en grandes fincas, con una extensión mínima de 180 hectáreas"Y centenares de experimentos, cuyos resultados muchas veces ní siquiera vie­
Con otras palabras, ellos deseaban unas propiedades y una mecanización ron la luz del dia.
en gran escala. "¿Quién, sino un rico terrateniente -alegaban- dispondrá Si en el primer tomo de Transactions of the Society ofArts, 1783,
de los útiles necesarios para obtener un producto mejor a menor costO?"14 comparamos los modelos expuestos en los "depósitos" de la Society hasta
La actitud fisiocrática con respecto a las demás ocupaciones re­ aquel momento de su existencia, encontramos 63 ejemplos en la clase 1,
petía las quejas de los autores romanos bajo el Imperio, tales como las de "máquinas y modelos pertenecientes a la agricultura",18 contra unos 20
Junius Columella en De Re Rustica, posteriormente traducida al inglés yal ejemplos en la clase III, "máquinas y modelos pertenecientes al fabrican­
francés. Las finanzas- eran "odiosas", la vocación militar era sangrienta y. te", con unas cuantas ruecas y bobinas de hilatura, etc., pero ni una sola
d~structora, y la abogacía fomentaba "ladridos y rugidos"Y innovación industrial importante. Estos números reflejan perfectamente el
La ley y los derechos naturales se reflejan también en los escritos interés proporcional prestado a la agricultura y a la industria.
de Jean-Jacques Rousseau en esta época, pero en otra dirección. Para
Rousseau, la naturaleza lo significa todo para el hombre desprovisto de ar­
La nueva administración agrícola
tificios y sin cultivar. Tampoco este autor piensa en el campesino, sino en
el hombre primitivo, conocido entonces como el""salvaje", obediente a su El edificio teórico de los fisiócratas franceses, pronto demolido en
propio instinto. Y en vez de ensalzar al gran terrateniente, Rousseau sostie­ la Revolución, se convirtió en realidad en Inglaterra.
ne que fundó la sociedad el primer hombre que sembró un pedazo de terre­ A diferencia de la aristocracia francesa, la nobleza terrateniente
no, diciendo "Esta tierra es mía", y que encontró a otros que le creyeron. de Inglaterra en ninguna otra época se mostró más activa que en las postri­
Mencionamos esto para mostrar cómo el punto de vista de la naturaleza merías del siglo XVIII. El resultado fue que los aristoerates perdieron sus
proporcionó la base ideológica para los más diversos fenómenos, desde cabezas o quedaron empobrecidos, en tanto que los terratenientes británi­
poetas y economístas hasta pedagogos, reyes y los primeros teóricos in­ cos consiguieron poderio y riquezas. La energía productiva que circulaba a
dustriales. través de todas las clases y estamentos de Inglaterra también afectó al
Adam Smith, primero en reconocer la división del trabajo como gentleman agricultor. Algunos de ellos dedicaron sus esfuerzos a un aspec­
la base de la industria, identificó también al agricultor como puntal de la to particular de la agricultura. Lord Townsend estudió la rotación de las
sociedad y a su labor como "la más productiva de las empresas económi­ cosechas. Robert Bakewell, 1725-1795, se especializó, allá por el 1760, en
cas y el tipo fundamental de todas ellas".16 Este economista, que redactó la cria sistemática de ganado ovino y bovino para matadero, y dio nuevo
su Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones vigor a la raza de caballos de labor, con excelentes resultados. Montó en el
durante las dos décadas anteriores a su publicación en 1776 -es decir, vestíbulo de su casa los esqueletos de sus animales más célebres, pero nun­
mientras los fisiócratas se hallaban en su apogeo y Rousseau en su período ca hizo públicos sus principios, a los que consideraba como secretos del
más fértil-,también valoró la "seguridad y tranquilidad de la vida del agri­ oficio. Esencialmente, éstos consistían en aparear los mejores ejemplares
cultor". de varias razas, procurando no mezclar un linaje superior con otro in­
Al mirar hacia atrás, la perspectiva se nos ofrece con una aparen­ feriar. 19
temente fácil brevedad. La preparación de la hilatura y la tejeduria mecani­ William Cake, conde de Leicester (1752-1842), heredó la propie­
zadas no tuvo lugar de la noche a la mañana, sino que fue un proceso in­ dad de Holkham, 19200 hectáreas de suelo pobre de Norfolk, asumió su
conspicuo. En el siglo XVIII, la industria tal como fue entendida más tarde
153
152
administración y logró darle fertilidad exponiendo a la intemperie el sub­ inventos "con la finalidad de diseminar el conocimiento de las nuevas in­
suelo. Su vasta finca, rodeada por una valla de dieciséis kilómetros, se venciones en todo el mundo y para el libre uso de todos" (1795).25
convirtió en hi primera granja experimental, en la que Cake hizo pruebas En cuanto a los inventos mecánicos destinados a la agricultura,
con cultivos de toda clase. Gracias a sus esfuerzos, los ingresos del terreno no hubo escasez. Todos los elementos de la segadora McCormick estaban
aumentaron qe 2200 a 20000 libras, y la lana de sus ovejas, conservadas abarcados por patentes inglesas al finalizar el siglo XVIII y en las primeras
en Holkham hasta 1821, llamó la atención en Europa. Corresponde al vigor décadas del XIX, pero no había un poder que los reuniese y permanecían
de este gentleman farme,. el hecho de que su matrimonio a los sesenta y sin explotar. La expansión de las propiedades agrarias no vino a alterar esta
nueve años con una muchacha de dieciocho le aportase cinco hijos y una situación y, alrededor de 1830, el movimiento concluyó con una resigna­
hija. 20 Ninguno de estos caballeros agricultores escribió sobre agricultura. ción temporal, mientras la industria textil, aquella intrusa, empezaba a
La transformación del señor feudal en empresario a gran escala mostrar un poderío hasta entonces sin parangón en cualquier otro sector
corrió parejas con la expansión de'su riqueza a través del vallado de las tie­ de la producción. No obstante, los esfuerzos del siglo XVIII para intensifi­
rras comunales. Se trataba de rodear una parcela con sotos, fosos y otras car la agricultura no dejaron de dar sus frutos. La agricultura inglesa había
barreras para evitar el paso libre de hombres y animales, quedando abolido alcanzado una categoría extraordinaria. "Rara vez llegará el viajero a un
su uso colectivo. 21 Con ello, el labrador viose desposeído de sus derechos y pais en el que el aspecto de la campiña impresione de modo más favorable
pasó a ser totalmente dependiente de los salarios. La desposesión del labra­ al visitante", escribió un agriculturalista alemán en 1845. "Visto desde
dar acomodado y libre y la administración por parte del terrateniente ga­ cualquier altura, un condado agrícola inglés tiene el aspecto de un vasto y
naron ímpetu a lo largo del siglo XVIII, y el movimiento llegó a su apogeo rico jardin; los amplios campos... rodeados por setos crecientes, los vigoro­
al comenzar el XIX,22 con el resultado que es bien conocido. Aqui, sólo sos tiros que arrastran elegantes y atractivos aperos, los excelentes rebaños
queremos recalcar un punto: la concentración de los trabajadores en gran­ de vacas lecheras en los pastos... las pulcras viviendas de los arrendatarios
des fmcas parecía pronosticar una mecanización de la agricultura similar a entre huertos y C?.mpos de cereales..."26
la que se estaba preparando en este periodo en la industria textil. La labor ¡Qué contraste con la campiña norteamericana en esa época! Ex­
de los anónimos, así como la de la nobleza rural, mejoraria el suelo y su tensiones sin fin de suelo virgen... pero esto, al fm y al cabo, es lo que pa­
producto, y la mecanización poco tuvo que ver con este cambio. recía indispensable para la mecanización de la vocación más antigua del
Los portavoces literarios, Arthur Young (1741-1820) y sir John hombre. No fue casualidad que, incluso en el continente americano, los es­
Sinclair (1754-1835) surgieron en la fase fmal del movimiento de la noble­ tados del Atlántico, tempranamente colonizados, permanecieran relativa­
za rural, y presenciaron su apogeo y su declive. Sus escritos y su influencia mente pasivos, mientras la mecanización era llevada a cabo en un suelo
tuvieron una extensa repercusión, desde Rusia y Catalina 11 hasta Wa­ que hasta entonces no había tocado el arado: el del Middle West.
shington y Jefferson en Norteamérica. Arthur Young pertenecía a la clase El súbito salto de lo agreste a una fase avanzada de mecanización,
media, y Sinclair era un retoño de la nobleza terrateniente escocesa. El pri­ pasando por alto etapas intermedias, no sólo es observable en la agricultu­
mero, poco más afortunado como agricultor que su contemporáneo el pe­ ra, sino que es uno de los fenómenos más curiosos del desarrollo norteame­
dagogo Pestalozzi (1746-1827), pero como éste fanáticamente atraído por ricano, cuyas repercusiones merecen atento estudio y una labor de equipo
la tierra, suscitó amplia atención con sus viajes agrícolas, los Tours. y con por parte de sociólogos, psicólogos e historíadores.
sus Annals 01 Agriculture, cuyos volúmenes contaron con la colabora­
ción de las más destacadas autoridades. Además de atender a su finca,
Sinclair compiló en 1791 un Statistical Account of Scotland en 21 tomos. '.'. /j; . - ~ ~" ¡) )
¡
El nombre de Sinclair está asociado a la fundación del semioficiai
Consejo de Agricultura en 1791,23 del que fue secretario Arthur Young. La
intención consistía en educar el país en los rudimentos de la agricultura,
pero cuando ésta adoptó un talante de resignación en el decenio de 1820, el
I
consejo perdió su vitalidad. El prestigio moral de su organismo pudo haber ~
inspirado el Departamento de Agricultura de Estados Unidos que, desde
sus comienzos en 1862, ha informado de modo creciente la teoría y la
) d'~"''-
, '

práctica agrícola en dicho país, desempeñando un papel más afectivo que


el de las instituciones similares en otros paises. Para los comienzos de la in­
'.

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-.,
dustria textil, debemos recurrir a pistas fragmentarias; para el estado de la
70. "Máquina para desplazar tierra a cortas distancias mediante fuerza animal", 1805.
agricultura inglesa, poseemos la completisima documentación de sus porta­ A principios del siglo XIX hubo en Narteamérica diversos intentos para sustituir la pala
voces, Young y Sinclair. 24 Conservador en aparencia, Sinclair tenia al mis­ manual por mecanismos, tendencia que condujo a la excavadora mecánica actual. Esta
mo tiempo planes cosmopolitas, y deseaba un control internacional de los máquina era arrastrada por tres caballos. "Puede hacer más trabajo que veinte hombres."
(S. W. Johnson, en üliver Evans, Young Steam Engineer's Guide, Filadelfia, 1805.)
154
155
El Middle West y la agricultura mecanizada Esta eliminación del tiempo, junto con el misterio de la dimensión,
produjo la mecanización de la agricultura.
La revolución de la agricultura a través de la mecanización está
vinculada a una región especifica, una época específica y una específica ¿Cómo se verificó esta evolución? ¿Cuál era el aspecto de las pra­
capa de la sociedad, y se explica por el encuentro de estos tres factores. deras de Illinois en ese período inicial, en 1833? Uno de los mejores relatos
Por lo tanto, va estrechamente unida en el escenario en el que tuvo lugar: el de que disponemos es el de un escocés que hizo una prospección en aque­
Middle West. llas tierras todavia intactas, con el ojo avizor de un agricultor. Patrick Shi­
Tal como el origen de la ciudad griega planificada está vinculado rreff, de Mungoswells (East Lothian), recorrió territorios de Canadá y Es­
con Jonia, el Gótico con la Ile de France, y el Renacimiento con Florencia, tados Unidos con el objetivo primordial de averiguar si su hermano podría
también la mecanización de la agricultura está indivisiblemente relaciona­ encontrar un medio de subsistencia. Fue de Detroit a Chicago, parte en
da con las praderas del Middle West. posta y parte en carreta de bueyes. Desde Chicago, ShirrefT atravesó la
pradera hacia el Sur, a pie, puesto que todavia no había una comunicación
La pradera completa con Sto Louis, y fue entonces cuando se sintió impresionado por
El Middle West abarca la amplia pradera que se extiende como un el encanto de aquel paisaje:
abanico desde la cuenca de los Grandes Lagos, desde el Lago Michigan,
hacia el Noroeste y el Sudoeste. El contorno irregular de la Pradera atra­ Cobré plena consciencia de la belleza y sublimidad de las praderas. Es­
viesa varios estados hasta perderse al Norte en Canadá y al Sur en la tas abarcan todas las texturas del suelo y el perfil de la superficie, con altas hierbas
Grandes Llanuras de Texas. Illinois constituye el corazón y el comienzo de entremezcladas Gon plantas de toda especie... de vez en cuando, se alzaban grupos
de árboles en la superficie, como islas en el mar.
la Pradera, tal como Chicago se convirtió en el centro económico e indus­ A veces me encontraba en medio de la zona sin árboles u objeto de cual­
trial del Middle West. quier clase al alcance de mi vista... cubierta la superficie con interesante vegetación
En su mensaje al Congreso, elide diciembre de 1861, Abraham a mi alrededor, con aspecto de mar, sugeria ideas para las cuales no tenía yo en­
Lincoln, nacido él mismo en una cabaña de troncos de las praderas, definió tonces medio de registrarlas y que no pueden ser recordadas. 27
el Middle West en frases dignas del tema: "El Egipto del Oeste... la gran re­
gión del interior limitada al Este por los Alleghanys, al Norte por los domi­ y Shirreff viaja de una casa rural a otra. Ha de compartir la cama
nios británicos, al Oeste por las Montañas Rocosas, y al Sur por la línea en de otros o dormir sobre un sucio cutí que, dispuesto en el suelo, constituya
la que coinciden el cultivo del maíz y el del algodón." el lecho para cinco personas. "Descansaba la cabeza en mi talego. "28 Lo
Las praderas eran suelo virgen, de una naturaleza variable. A ve­ que narra acerca de los interiores recuerda los barrios miseros de las ciuda­
ces, es margoso y rojo como en Italia, pero más a menudo es pardo oscu­ des industriales de Inglaterra o de Francia en aquella época. Se trata de un
ro, aterronado y con presencia de fina arena negra. Durante miles de años nivel de mera subsistencia. "El granjero -dice más adelante- parecía sa­
se ha estado acumulando el humus, resultante de la hierba muerta y sus tisfecho con vivir... no había graneros a la vista, y en todas partes el trigo
largas y reptantes raíces. Para labrar por vez primera esa red, los colonos era trillado al aire libre o sobre la tierra desnuda."29
tuvieron que uncir seis bueyes al arado, pero seguidamente el terreno se Estas condiciones temporales no le engañan, y es interesante ob­
hizo tan benigno como el suelo de un jardín y demostró una fertilidad sor­ servar con cuanta agudeza este campesino escocés penetra en las teorias
prendente. El que está acostumbrado a la delgada' capa de humus en Euro­ de Malthus: "La amplia expansión (de la pradera) parecía un don de Dios al
pa queda estupefacto al tomar una azada, acaso para plantar unos árboles hombre para que este ejerciera su industria, y al no existir obstáculos para
frutales, y encuentra que el suelo disgregado alcanza más de un metro de el cultivo inmediato, la naturaleza parecía invitar al agricultor a trabajar el
profundidad, sin que se llegue a su fmal. La generosidad de esta tierra atra­ suelo y participar en su generosidad. La doctrina del señor Malthus, según
jo primero a los agricultores de las colinas de Vermont y más tarde a los de la cual la población aumenta más deprisa que los medios de subsistencia,
Gran Bretaña y la Europa occidental. parecia más que dudosa." Y compara la pradera, "donde los campos culti­
Otras grandes planicies habían sido sometidas al arado, pero la vados forman una simple mota en su superficie", con las condiciones en
apertura de las llanuras rusas y de las vastas extensiones de China duró si­ Gran Bretaña: "Me sentí agradecido por contemplar un campo tan bien
glos, y en comparación el desarrollo del Middle West tuvo lugar en unas provisto para alivíar a la misera y hambrienta población de Gran Bretaña
pocas décadas, casi por eliminación del factor tiempo. e Irlanda, en tanto que la conducta de sus terratenientes y gobernadores
Cuando, a través de la ventanilla de un vagón Pullman, el viajero devoradores de diezmos, al restringir la circulación de las riquezas de la
ve ponerse el Sol detrás de los maizales de Illinois y a la mañana siguiente naturaleza, aparecia como pecaminosa."3o
alzarse de nuevo sobre maizales como si el tren no se hubiese movido del
mismo lugar, experimenta el significado de una dimensión de la cual los
números apenas pueden dar idea.
156 157
El tiempo y el momento social

En comparación con Ohio, al sur, el Middle West dormitó casi


hasta mediados de siglo. Incluso en 1850, la densidad de población en mu­
chos lugares de I1linois variaba entre dos y seis habitantes por milla cua­
drada,31 y en 1859, es decir, en el período de la gran expansión, una fuente
inglesa aseguraba a los emigrantes: "Ni una décima parte del suelo ha sido
cultivada todavia."32
El salto desde una modalidad de existencia primitiva y colonial a
la bien organizada mecanización es tipico de todo el desarrollo norteameri­
cano. Pasarían dos siglos antes de que este salto resultara posible.
Una vez más, pero comprimido en unas pocas décadas, el proceso
se repitió cuando los pioneros avanzaron haCia el Middle West al princi­
piar el siglo XIX. Casi como en el XVII, estos colonos quedaron abando­
nados a sus propios recursos, sin ayuda y sin comunicaciones. Se conten­
taban con sobrevivir. Todo lo que los pioneros necesitaban, debían llevarlo 71. Remodelado de herramientas manuales
en Norteamérica: "Hacha española" for­
con ellos. "Sus carretas de bueyes iban cargadas de herramientas, semillas, jada. Aquí, la producción mecánica va para­
aves de corral, utensilios y sencillo mobiliario, y el ganado marchaba junto lela con el refmarniento de la forma. (Pa­
a ellas." Eran autárquicos y vivían al día. Se instalaban cerca de los lindes tente EE.DU. n.o 172.251, 18 de enero de
1876.)
de los bosques, y había caza en abundancia. Se dice que, en otoño, a veces
quemaban bosques o prendían fuego a la pradera, para facilitar la caza. 33
Y, al igual que en los tiempos coloniales, los colonos empleaban pues durante la misma fue posible suministrar a la vez a los ejércitos y al
utensilios y aperos de madera: arados de madera y gradas de madera con mercado mundial.
mango de nogal, casi todos fabricados por ellos mismos. El primitivo ara­ Hoy podemos comprender por qué, en 1859, un miembro del Par­
do de la pradera, el arado de lengua de buey, fue utilizado, según se dice, lamento británico aconsejó a los emigrantes que sólo se llevasen consigo
en Illinois hasta el 1850. 34 "En su mayoría, los cultivadores lo hacen todo un baúl de ropas, ya que en Illinois encontrarían unas herramientas mejo­
por sí mismos -observa un inglés que viajó a través de Ohio en 1818-, in­ res que las británicas. Había segadoras y trilladoras de alquiler, y cabía co­
cluso fabricar los aperos agrícolas."35 sechar a razón de 2 chelines y medio el acre. Las máquinas podían segar
A mediados de siglo, se produjo en el Middle West el salto repen­
casi 6 hectáreas, y trillar 100 hectolitros de grano en un día. Además, "nu­
tino desde la economía hogareña hasta la producción mecanizada. Se ins­
merosos agricultores solían unirse para la adquisición de los aperos ca­
tauró una mecanización de la agricultura como no había existido anterior­
ros".38 Los ferrocarriles circulaban "a la vista de la finca rural, con exce­
mente en ningún otro lugar. Al relato de su viaje a través del sur de IUinois
en 1833, Patrick Shirreff añadió, a guisa de apéndice, esta observación: lentes mercados para los productos". "Un suelo reciente e inagotable de la
pradera" esperaba el cultivo. Finalmente, cabía obtener casas prefabri­
"En 1834 se utilizaba en Jacksonville una máquina segadora, y es en esta
cadas "en Chicago e instaladas en cualquier parte, a una distancia razo­
herbosa superficie de la pradera donde esta y cualquier otra descripción de
nable del ferrocarril, en menos de 30 días a partir de la fecha del pedido".39
maquinaria agrícola pueden ser utilizadas ventajosamente."36 También
Estas casas eran, desde luego, en su mayor parte del tipo de construcción
aquí el agricultor escocés estuvo en lo cierto, ya que era la llana superficie
"balloon frame",4o excepcionalmente ligero, inventado en Chicago en el de­
de la pradera, tan parecida al césped, lo que requería segadoras mecánicas
cenio de 1830 y transportables a cualquier lugar con el debido embalaje.
y "toda otra descripción de maquinaria agrícola".
Esta segadora solitaria de 1834 es perfectamente comparable a La impetuosa mecanización de la agricultura en el Middle West se
los 27,3 hectólitros enviados desde Chicago en 1838. La cantidad de grano produjo gracias a una coincidencia de evoluciones en un punto y al mismo
producido crece en relación con el número de máquinas. La curva empieza tiempo. Entre éstas se contaba el transporte. El sistema de canales que en­
a elevarse marcadamente mediada la década de· 1850. Chicago enviaba laza el Middle West con el Hudson y Nueva York por una parte y con
Quebec por la otra, nació entre 1825 y 1850, pero la auténtica conquista
tres millones y medio de hectólitros en 1860, y el doble en los años de la
del Middle West se produjo gracias al ferrocarril.
guerra de Secesión. Correspondientemente, fueron construidas 70 000 se­
Cuando, alrededor de 1850, surgieron desde Chicago los primeros
gadoras en 1864, y doble cantidad en 1862; La demanda era tan grande
kilómetros de raíles para adentrarse en la Pradera, ello representó la señal
que la industria no podia atender a la misma. 37 Alrededor de 1860, el desa­
para un desarrollo irresistible. 41 Al cabo de una década, una densa red fe­
rrollo estaba en pleno auge y la gue~ra civil no hizo más que intensificarlo,
159
158
rroviaria, con su punto de convergencia en Chicago, atravesaba por do­ 72. Refinamiento de
quier la praderaY Las líneas fueron tendidas en cortos tramos, y era co­ la guadaña: mango
rriente que los colonos llegasen a la zona que iba a ser cubierta por el ferro­ curvado y empuñadura
móvil. 1828. Oriundo
carril muy poco antes que los mismos railes. 43 El período de desarrollo más de la Europa continen­
vigoroso se concentra en el breve intervalo entre 1855 y 1865, al concluir tal, el mango curvado
la guerra de Secesión. fue rápidamente per­
feccionado en Nortea­
El Transiberiano, construido .entre 1891 y 1905, atrajo igualmen­ mérica. (P atente
te a los colonos y amplió la zona bajo cultivo. Allí, al igual que en la prade­ EE.UU., 28 de diciem­
ra del Middle West, el suelo era fértil y dotado de fina arena negra, pero bre de 1928.)
aquél fue tan sólo un acontecimiento limitado al imperio del zar, casi
herméticamente cerrado. Allí no 'llegaron audaces aventureros agrícolas ni
nuevos métodos, y a diferencia de lo que ocurrió en el Middle West, el
ferrocarril Transiberiano permaneció como unas vías solitarias que atrave­
saban una árida inmensidad.

Los portadores de la mecanización ~JJ~e

La reforma de las herramientas en Norteamérica 73. Refinamiento de la guadaña: "Un borde alzado en la superficie de la hoja", por
Dies. 1834. "Fabricada con menos mango, más barata y mucho más rígida", la guadaña
La agricultura entra en la esfera de los oficios complicados. Ani­ norteamericana adquirió su forma estándar en la década de 1830. (patente EE.UU. n.O 56,
otorgada de nuevo el 17 de diciembre de 1843.)
males, plantas y tierra abarcan en su serta toda la variedad y todas las ri­
quezas de la naturaleza. Lograr que las máquinas ejecutasen el trabajo de
la mano humana demostró ser, en este campo, una tarea más dificil y fati­ 1870, al visitar las exposiciones unos directores de museos europeos, cons'
gosa que en la industria, que al fin y al cabo se relaciona con el proceso de tataron que "una exhibición de hachas americanas podia ser fuente de un
deleite estético tan vigoroso como el de una auténtica obra de arte".44 Este
los materiales.
Pasarla casi un siglo y medio antes de que el agricultor americano alto nivel fue conseguido ya en el segundo cuarto de siglo, y fue inmediata­
-bajo su sombrero de amplias alas- pudiese conducir su tractor en gran­ mente reconocido por los especialistas. El hacha norteamericana, tal como
des franjas rectangulares en los campos, y con ello obtener su cosecha.
Poco más tuvo entonces que hacer -aparte mantener una vigilancia- que
manejar su volante. El trabajo requiere una máquina de tamaño asequible,
capaz de funcionar en una línea de producción concentrada y ejecutar toda
las operaciones, desde cosechar el grano hasta ensacarlo. En caso necesa­
1
~
~ ~~
~1 SilverBted Gn,in.
rio, el agricultor puede completar su cosecha sin otra ayuda, o bien le bas­
ta con un niño de diez años que, de pie en la plataforma, observe si los sa­ ~\\\\\\\i~ .' >:¡._s:
cos se llenan debidamente. Rara vez se han combinado de un modo tan fe­ 2
liz el incremento de la producción, la liberación de la fatiga, humana y ani­
mal, y la rentabilidad en el trabajo. 3 ~ NewEnglandOra...

Tal vez unas pocas observaciones tipológicas ayuden a situar el


progreso en el espacio histórico. Apenas captado el principio de toda me­
canización -sustitución, movimiento por movimiento, de la actividad de la
4 p-- ~ Venuont Grass.

mano- la secuencia aparece con toda claridad. Sólo se requiere especificar .....~~~::::.-----.-::.
~ Yo ,k 0' W."ern 0,.... 74. Diferenciación de
las fases del desarrollo. 5 la guadaña: "Para
cualquier clase de
Durante el segundo cuarto del siglo XIX, en Estados Unidos hierba o grano". 1876.
BEARDSLEY SCYTHE COMPANY,
hubo una reformaintensiva de las herramientas de todos los oficios (figura (Asher y Adarns, Pic­
71). También a los aperos agrícolas se les dio una nueva forma estándar y Manufacturers of tural Album of Ame­
rican Industry. Phila­
una mayor diferenciación (figs. 72 y 73). Posteriormente, en el decenio de GRAIN, LAWN, BUSH AND WEED SCYTHES. delphia, 1876.)

160 161
6-Giedion
f
,;~, ~
r;;.;';' ..:
Mecanización de la siega

Puesto que aquí nos interesan los métodos y no el detalle tecnoló­


gico, hemos de decidir cuál de todos estos aperos aportará una visión más
clara de la sustitución de la mano por un mecanismo. La elección no es
dificil. La segadora mecánica fue para la mecanización de la agricultura lo
que la selfactina había sido para la hilatura. Ambas incrementaron radical­
mente la producción. Ambas son últimos tipos en sus respectivas esferas.
La selfactina consiguió una forma estándar alrededor de 1830, y la segado­
ra, completada por sus mecanismos accesorios, alrededor de 1880. Estas
fechas señalan el intervalo de tiempo entre la mecanización de la hilatura y
la de la agricultura.
En muchos aspectos, la cosechadora parece ser la más crucial de
las dos. Una cosecha rápida es una necesidad; hay que proceder a ella ape­
nas el grano esté maduro y el tiempo sea favorable. Aquí, la intervención
de un mecanismo, en vez de la necesidad de buscar ayudantes en el último
instante, aporta un doble beneficio.
-
75. Herramientas agrícolas estándar, c.1850. La renovación en Norteamérica de uten­ La siega
silios que habian permanecido ínvariables durante .siglos casi alcanzó su apogeo en 1850.
Este anuncio de mediados del siglo XIX muestra la "variedad de arados, cortadoras de
heno y tallos, máquínas trilladoras, trituradoras de cortezas, cortadoras de salchichas de En 1783, la Society for the Encouragement of Arts de Londres
carne, cadenas de todas clases". Hay hachas, guadañas, azadas y martillos destínados ofreció una medalla de oro por "la invención de una máquina que respon­
a diversos fmes.
da al propósito de segar o guadañar trigo, centeno, cebada, avena o habi­
viene descrita en el Handbookfor Settlers in the United States (Frankfurt chuelas, y mediante la cual ello pueda ser realizado de forma más expediti­
am Main, 1848), exhibe claramente el contraste con el apero europeo, que va y barata... La máquina, junto con certificados de haber segado por lo
todavía hoy mantiene su mango rígido y su equilibrado irregular, apenas al­ menos tres acres, ha de ser presentada a la Sociedad el segundo jueves de
terados desde los tiempos del Gótico: noviembre de 1783, o con anterioridad al mismo... La sencillez y economía
en la construcción serán consideradas como elementos principales de mé­
ríto".41
El hacha, ese apero tan esencial para los colonos de nuestros bosques ha
sido perfeccionada aquí (Norteamérica, 1848) en muy alto grado. Su fUo curvado, Jethro Tull dedicó su fortuna y su fanatismo al perfeccionamiento
su cabezal más pesado, contraequilibrado por el mango, confieren al hacha mayor de la agricultura y la realización de su sembradora (1701) y su cultivado­
poder en su balanceo, facilitan su penetración, reducen el consumo de energía hu­ ra movida por caballos (1716). En 1732 hizo su aparición la primera má­
mana y aceleran el trabajo... El mango del hacha es curvado, con lo que resulta quina trilladora, la cual, cuando la Society of Arts convocó a su concurso
más fácil guiarlo y se le imprime un balanceo más potente (hacha de Kentucky). medio siglo más tarde (1783), había sido ya objeto de mejoras esenciales
y se había convertido en un instrumento práctico. 48
Herramienta tras herramienta, fueron reformadas y diferencia­ ¿Por qué no iba ser también posible cosechar a máquina? La des­
das de un modo parecido para actuar en el medio ambiente americano, cripción de Plinio acerca de la desmochadora gala que arrancaba las espi­
mucho más exigente. Cierto que la diferenciación del arado habia comen­ gas y dejaba la paja en pie, había aparecido en traducción francesa e ingle­
zado ya en Inglaterra y en Francia durante la segunda mitad del siglo sa, y era de conocimiento general. La Society of Arts pedía más: la máqui­
XVIII,4s pero a mediados del XIX más de sesenta arados diferentes -"ge­ na debía dísponer las mieses "de manera que éstas pudieran ser fácilmente
neralmente de hierro forjado"- habían cobrado forma para finalidades es­ reunidas y agavilladas".49
pecíficas, entre ellas "ruptura de raices, pradera, prado, rastrojo, autoafila­ Durante algún tiempo no fue presentada ninguna idea válida.
do, maiz, algodón, arroz, caña de azúcar, así como arados para subsuelos ¿Cómo suplantar el movimiento de la mano? Las máquinas lava­
y laderas montañosas".46 doras inglesas de aquellos tiempos trataban, como veremos más adelante,
La diferenciación para los diversos tipos de hierba, cereales o ma­ de encontrar mecanismos que imitasen directamente el frotado y la presión
tas se dio también en la hoz, la guadaña (fig. 74), y más tarde la azada. To­ de la mano. Las segadoras, desde un buen principio (1786), recurrieron al
dos estos útiles adoptaron una nueva forma estándar a mediados de siglo, principio de la rotación continua, meta de toda mecanización. En 1811 fue
y adquirieron un nuevo vigor en su aspecto (fig. 75). patentada una segadora mecánica (fig. 76) con una cuchilla circular mon­
162 163
.... ,1Il
76. Introducción Unidos... Todos los intentos de introducción de maquinaria han fallado, di­
de la segadora me­
cánica. Patente gamos que más por la escasa inclinación del público en cuanto a alentar­
británica. 1811. los, que por falta de méritos."55 Tan sólo, en fecha muy reciente, había he­
Uno de los nume­ cho su aparición la máquina gracias al éxito de la segadora de McCor­
merosos esfuerzos mick. 56
para mecanizar la
siega, que fracasó La segadora no estuvo sola en cuanto a esperar la mitad del siglo,
debido a su enfo­ ya que la plena expansión de la industria -aparte la metalúrgica y la tex­
que excesivamente til- data de esa época. C.W. Marsh, que dio el paso siguiente después de
simple. El gran
tambor rotatorio, McCormick en el perfeccionamiento de la máquina de segar, subraya que
bordeado por una mostraba una audacia poco corriente la fábrica que, en 1846, se aventura­
cuchilla circular, ba a construir una serie de un centenar de segadoras (fig. 77).
fue un intento de
copia del principio
de la sierra circu­ Era ciertamente dificil encontrar gente con el suficiente atrevimiento, o
lar. {The Edín­ ímpetu y energía, para emprender la arriesgada empresa de la construccíón de se­
bur~ Encyclope­ gadoras, e igualmente dificil convencer a los agricultores para que asuman el ries­
día.)
go de segar su grano con ellas, o contemplar favorablemente semejante innova­
ción. Pero el centenar de máquinas construídas este año han funcionado con éxi­
tada en la periferia de un tambor cónico. 51 En otras palabras, el principio to... y el acontecimiento ha inaugurado una revolución en la manera de segar y co­
de la sierra circular 52 fue aplicado aquí a la siega del trigo. Sin embargo, los sechar el grano. 57
tallos del trigo no son árboles ni tablones, por lo que, pese a ser intentada
53
una y otra vez, la rotación continua no consiguió su objetivo. Apenas McCormick se trasladó al Oeste y fundó su fábrica en
Los tallos debían ser cortados tal como lo hacía el instrumento Chicago, la producción anual ascendió notablemente. 58 Se había llegado a
manual: golpe tras golpe, a 10 largo de una línea de avance continuado. La. la forma estándar, pese a las numerosas modificaciones más tarde introdu­
.mano armada con la hoz corta una mies segmentaría; con la máquina, ésta cidas en ella.
podia llegar a ser recta. En vez de la guadaña, fueron alineados, uno junto La máquina de segar no fue invención de un solo hombre. Apoya­
a otro, cortos dientes triangulares. Unos dedos metálicos fijos sostenían los do en su prolongada experiencia, C.W. Marsh se expresa así: "Fue produ­
tallos mientras los dientes los cortaban, pero de la misma forma que con la cida gradualmente una segadora práctica... uno inventó una máquina que
guadaña: golpe tras golpe. A intervalos, una ancha bobína depositaba tan­ tal vez tenía una sola característica útil; su máquina pereció, pero esa ca­
tas mieses como podian cortar los dientes en un solo movimiento. Y así se racteristica sobrevivió."59 Los siete elementos esenciales de la segadora de
ha mantenido el principio hasta nuestros dias. McCormick, ya mencionados, habían aparecido ya en patentes inglesas del
Pronto resultó evidente que la hierba se comportaba de modo di­ primer cuarto de siglo. Si él los conocía o no es cosa que carece de impor­
ferente en comparación con los tallos huecos, y que podía ser segada de un tancia, y los copiosos argumentos que lo describieron como un genio en­
modo más efectivo cuando se utilizaban unos dedos más largos.54 Estas viado por el cielo pertenecen a la faceta menos admirable de los escritos
segadoras de dedos largos trabajan más bien según el principio de las tije­ históricos. Que poseía un auténtico talento inventivo -y no, como Pull­
ras, más tarde utilizado en las maquinillas de cortar el cabello. Hierba y ca­ man, su contemporáneo en Chicago, un mero olfato para aquello que pro­
bello, ambos bien arraigados, tienen estructuralmente un parentesco más metiese el éxito- es cosa que cabe juzgar a partir de toda su normalización
próximo que tallos y madera, y por 10 tanto cabe aplicarles el mismo prin­ de la máquina de segar y del mecanismo cortante en forma de dientes de ti­
cipio. burón, que se ha mantenido hasta nuestros dias. Poseía el secreto nortea­
El dispositivo de cortado de Cyrus McCormick consiste, hasta el mericano de hacer funcionar las cosas y, al propio tiempo, explotarlas.
momento actual, en unas cortas cuchillas triangulares, poseedoras de pe­ Ningún otro inventor procedia de una granja sudeña. De haber permaneci­
queños mas cortantes en forma de sierra. Son parecidas a los dientes del ti­ do él en Virginia, en vez de trasladarse a Illinois en 1847 -un año después
burón y, como éstos, son perfectamente apropiadas para hincarse en el de construir la empresa pionera un centenar de sus máquinas segadoras en
material. serie-, probablemente habría vegetado para siempre en la larga lista de los
Ya en 1783 fue formulada la idea de la segadora. McCormick ob­ inventores anónimos. Fue cauteloso, conservador incluso. En los últimos
tuvo su patente medio siglo después (1834) (fig. 79), cuando la máquina de años, sólo aceptaba los inventos cuando podia estar seguro de que darian
segar todavía figuraba entre los inventos archivados. En 1854, un cronista resultado y cuando presentaban escaso riesgo. Sin embargo, no se quedaba
de Filadelfia al que debemos una valiosa visión de este período, informaba: a la zaga, y sabía cuando llegaba el momento de actuar. En 1851, por
"La guadaña armada y la hoz continúan siendo los principales instrumen­ ejemplo, se personó en la Gran Exposición londinense, punto de reunión de
tos utilizados para segar el heno y los cereales en Europa y en Estados las naciones, y su principal rival, que se quedó en América, sufrió un revés

164 165
decisivo. El 'Times de Londres se mofó del grotesco aspecto de la máquina
segadora de McCormick, "ese lúbrido de carreta Astley, carretilla de mano
y máquina vpladora". Pero esta opinión fue rápidamente rectificada cuan­
do la máquirla: demostró su superioridad indiscutible en el campo. En la
persona de McCormick, coincidían el inventor, el financiero, el fabricante,
el vendedor y el técnico en relaciones públicas. En el decenio de 1850, fue
uno. ·de los primeros hombres de negocios que distribuyeron sistemática­
mente a sus agentes en todú un territorio.

Siega,' rastrnIado y gavillado

La siega había quedado resuelta. El paso siguiente consistía en eli­


minar el hombre que, caminando junto a la plataforma al principio, y más
tarde de pie sobre la misma, rastrillaba el grano a intervalos en ef suelo. Su
puesto fue ocupado por rastrillos mecánicos de diversos tipós,60 lo que se
logró a mediados del siglo.
SoluCión mediante cinta sin fin: El grano quedaba en el terreno, y
sólo su 'siega había sido mecanizada con buen resultado. Las tareas restan­ 78. Walter A. Wood: Segadora-rastrilladora. 1864. La siega mecánica estaba resuelta,
tes todavía habían de ser efectuadas manualmente. El primer paso con­ pero el problema estribaba ahora en eliriJinar la mano de obra en el rastrillado. Líl primera
sistía en combinar la siega con el agavillado, es decir, proceder a la forma­ rastrilladora mecánica, que sustituía al hombre de la plataforma y era accionadá a la ma­
ción de gavillas antes de que el grano llegara al suelo, y esto fue objeto de nera del brazo humano, data de 1853. Poco después, el conductor se sentaba en el asiento
alzado de la parte posterior. Su peso ayudaba a contrapesar la máquina y podía vígiJar su
muy diversos intentos. Finalmente, dos jóvenes granjeros de Il1inois, C.W. trabajo. (Walter A. Wood's Self-Raking Reaper, 1864, Catálogo. McCormick Historical
,y W.W. Marsh consiguieron un resultado satisfactorio. En 1858 constru­ Society, Chicago.)
ye¡;on en su fmca solitaria, con el espíritu aventurerú que diferenciaba al
agricultor del Middle West de sus colegas europeos, un tosco modelo de se­ bre la plataforma, dos hombres ataban las gavillas y las arrojaban al suelo
gadora mecánica, en cuya plataforma fijaron una mesa. Una correa sin fin mientras la máquina seguía avanzando.
inclinada depositaba las mieses en la parte superior de la mesa y, de pie so­ La idea esencial de los hermanos Marsh, una idea todavia no
abandonada en nuestros días, radicaba en el transporte del grano hasta un
nivel más elevado. La correa transportadora, tan vinculada con la mecani­
M'CORMICK'8 PATENT VIRGINIA REAPER.
zación en N orteamérica -Oliver Evans, 1784- fue utilizada de nuevo en
este caso, con un efecto casi mágico. En realidad, había dos, una transpor­
tadora inferior que llevaba el grano desde la plataforma, y otra superior

77. Segadora de McCormick, 1846. Esta hoja de pedido de 1850 muestra el primer mo­
delo de la "Virginia Reaper", como se la llamaba todavía, del que se construyó una serie
de un centenar en 1846. Un hombre cabalga en uno de los caballos, mientras otro, situado
en la máquina, amontona el grano en el suelo. (Biblioteca de la McCormick Historical 79. Primera patente de segadora McCormick, 1834. Inventada en 1831. (Patente
Society, Chicago.) EE.UU., 21 de junio de 1834.)

166 167
82. La primera pa­
tente de los hermanos
Marsh para una cose­
chadora, "Rastrillo
cosechador", 1858.
Este invento pivotante
sustituyó a la plata­
forma rastrillo por
"rastrillos sin fm, for­
mados por tiras D, E",
que conducen el grano
a un mesa donde dos
hombres lo agavillan.
(patente EE.UU. n.o
21207, 17 de agosto
de 1858.)

montada inmediatamente encima de la primera (fig. 82). Entre las dos, las
mieses eran transportadas hacia la parte superior del plano inclinado y ba­
jaban por el otro lado hasta la superficie de trabajo. Este dispositivo en for­
Tbe aboveCut shows Wood's New Self-Delivery Reaper on the Road. ma de tej ado (fig. 81) se convertiria en la característica distintiva de las
posteriores máquinas segadoras, incluso cuando, al reemplazar a los dos
80. Segadora-rasmlladora de Wood, 1875. Movilidad en las máquinas agrícolas. "La
barra y la plataforma pueden ser levantadas en breves minutos. Así, dispuesta, la máquina hombres, un autómata se ocupó del agavillado y del atado. Por lo tanto, al­
pasará por un camino de cuatro pies de anchura. Es la cosechadora más eficiente jamás rededor de 1890 el inventor pudo subrayar con un orgullo justificado que
presentada. En 1872 se fabricaron unas cuantas, casi 1.000 en 1873. y cerca de 4.000 la Cosechadora Marsh "nunca ha cambiado materialmente, en principio o
en 1874." (Walter A. Wood, Catálogo en inglés, 1875. McCormick Historical Society,
Chícago.) en forma, desde entonces, y si la misma antigua máquina tal como fue utili-

MARsa HARVESTER.

81. Eliminación de la auto-rastrilladora: la cosechadora Marsh en 1881. Unas cintas


sin fm transportan el grano desde la plataforma hasta la plataforma gavilladora en la má­
quina. Dos hombres (no representados en el grabado) atan las gavillas antes de que toquen 83. Cosechadora y gavilladora manual McCormick con dotación de dos hombres. 1880.
el suelo, como se puede ver en la figura 83. (Catálogo de fábrica, William Deering, Chicago. (Catálo~o de McCormick Harvesting Machine Ca., Chícago, 1880. McCormick Historical
McCormick Historical Society.) Society.)

168 169
~ Hovel in every fealure. perfecflyaulomalic. Grain' compressed and delivered in sheaves o{ uni{orm sizB. en
g~ -1
zada en 1858, pintada como lo son hoy las otras, apareciera hoy en cual­
quier campo de América, Europa o Australia sin la mesa de agavillado",61
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el modeio, cualquiera que fuese el lugar de su construcción, apenas se dis­
tinguiría. En realidad, todos los constructores tuvieron que amoldarse a ~~; 0 Z
este tipo. Harvester -cosechadora-, el nombre que le dio Marsh, no tardó z Ii!l ~ tri
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en convertirse en el término categórico para unas máquinas que hacían o N 10 :1:>
algo más que una simple recolección de grano. C. W. Marsh se cuenta en­ :: ~ ~ me::
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tre aquellos inventores norteamericanos que, como üliver Evans, carecie­ "' [$O >(j
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ron del talento necesario para transformar sus ideas en dólares. Al final, O "!~
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Marsh ocupó el cargo de director de The Farm Implement News, y sus en­ g. CP
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sayos escritos para dicho periódico, en los que elucidaba para sí y para los -f _~

demás el significado de los diversos inventos, constituyen una de nuestras


z ~ e. z
Ji> O a,

fuentes indispensables. El librito American Agricultural Implements (Chi­ ¡}bl

. ~ o
cago, 1894), en el que estos inventos fueron recopilados por R.L. Ardrey, y :;;1:1 m
al que recurrimos una y otra vez, sirve de Vasari para los años clave de la "'t'!!
910 Price, with Two Knives and extras .c65
!:o
,!I)
agricultura norteamericana.
.' 85. El agavillado mecanizado: primera agavilladora de Walter A. Wopd, con bramants,:
1880. La breve época de la agavilladora con alambre tocó a su fin cuando fue inventada
una máquina que ataba satisfactoriamente con alambre. (Catálogo en inglés de Wood,
La gavilladora mecánica: No había ningún dispositivo anudador para 1880. McColinick Historical Society.)
procedente de la industria textil, y cuando se presentó la idea de utilizar
bramante para atar las gavillas, no surgió ninguna solución satisfactoria. 62
La cosechadoraautogavilladora era un problema candente de mecaniza­
ción, y C.W. Marsh indica la magnitud de los desafortunados intentos,
uso general; y durante este tiempo se perdió tanto capital en esfuerzos in­
cuando explica: "Pasaron veinticinco años antes de que fuesen perfectas en
fructíferos como el que está invertido en la industria en el momento ac­
diseño y funcionamiento, hasta el punto de poder ser fabricadas para el tual."63
El material rígido que era el alambre ofrecía menos dificultades, y
al principiar la década de 1870 surgió un autómata que funcionaba y ataba
~~~i¡fl;~~{::;~~~~ las mieses por medio del alambre (fig. 84).64 Sin embargo, el metal no resul­
taba grato para este propósito, y la queja de que quedaban trozos de alam­
~
:­ bre en el forraje bien pudo ser menos decisiva que el desagrado de tener
g t'
El:. H
~
":o que trabajar con un material tan refractario.
El alambre tuvo que ser sustituido por el cordel, y en 1880 quedó
'" •1­
:<l lista la gavilladora de cordel. John F. Appleby, el tercer nombre y otro im­
;¡ ~
:'l o portante hito en la mecanización de la siega, había patentado en 1858 un
80 dispositivo para atar las mieses con bramante, lo babía abandonado para
fH
'1.[ utilizar el alambre y, fmalmente, alrededor de 1875, volvió a adoptar su
.,: :11:­ idea original.
~ \Il La gavilladora de Appleby (fig. 87), como la máquina segadora de
:: 1
" l'l
~ ~
McCormick, combinaba felizmente la labor pionera de varios inventores,
.'" :ol
>: de modo tan efectivo que, hasta el presente, no ha sido necesaria ninguna
;: desviación importante con respecto a su principio. "Ninguna máquina
-añade Marsh- inundó jamás el mundo con tan abrumadora rapidez."65
Hoy en día, las cosechadoras con el perfil de tejado todavía gua­
84. El agavillado mecanizado: Cosechadora con producción de gavillas atadas con dañan los campos. Las cintas sin fin elevan el grano por un lado y lo bajan
alambre, Walter A. Wood. 1876. Los dos hombres han desaparecido de la plataforma, por el otro, donde, en vez de dos hombres, está montado el autómata. Las
y ahora es un autómata el que sujeta el alambre. Patentada en 1871, esta máquina ata­ mieses son reunidas y comprimidas en una gavilla, y en este momento es
dora sobre la cosechadora de Wood fue lanzada al mercado en 1873. La agavilladora de
McCormik fue perfeccionada al mismo tiempo. cuando se pone en marcha el mecanismo (fig. 88). Un trozo de cordel de

170 171
cáñamo es enrollado alrededor del haz, anudado y cortado, y una palanca
de descarga expulsa la gavilla.
El aparato anudador (fig. 87) tiene, aproximadamente, el tamaño
86 Marca de Walter A. Wood, registrada en 1875. Walter y la forma de un pico de gallina. Para anudar el cordel, se mueve a un lado
A. Wood construyó la maquinaria agricola más elegante en y a otro, y su lengüeta móvil desempeña un papel importante al formar el
la segunda mitad del siglo XIX. Fue también uno de los pio­ bucle. Todos los constructores, con una sola excepción, se convirtieron en
neros en el uso de piezas de recambio en las grandes máquinas licenciatarios de JohO Appleby.66 El éxito del autómata reside en la mayor
(lig. 25). Esta empresa cerró sus puertas en 1904 y sus archi­
vos fueron destruidos. (Circular de Wood para el año 1876.) producción. "Esta máquina -se ha dicho retrospectivamente- ha posibili­
tado, más que cualquier otra, el incremento de la producción."67 Con el
anudador automático, alrededor de 1880 se alcanzó el nivel estándar de la
mecaniZación agrícola. Fue estp la época en la que las cuatro quintas par­
tes del trigo cultivado en Estados Unidos eran ya segadas a maquina. Pa­
ralelamente con la segadora mecánica, fueron perfeccionados y mecaniza­
dos otros aperos, tales como arados, escarificadoras, gradas y sembra­
doras.
En la época de la plena mecanización, un nuevo tipo ocupó su lu­
gar junto a la segadora y combinó todas las operaciones, desde la siega
hasta la trilla, en un proceso continuo. Sin embargo, esto no mermó el va­
lor de la gavilladora de Appleby, ya que sólo en regiones con un clima muy
regular puede ser transportado el grano directamente desde la espiga hasta
el saco, sin peligro de fermentación.
Visión retrospectiva: Empezando desde el tiempo en que la meca­

nización inició su influencia en la producción, cabe distinguir tres fases.

Siega: alrededor de 1850. Segadora McCormick (inventada en

1831).
87. La a{J"avilladora satisfactoria: aparato de Appleby, para atar y anudar. Formación Siega con agavillado a mano: alrededor de 1870. Cosechadora
del nudo. 'Ninguna máquina recorrió jamás el mundo con tan extraordinaria rapidez", es­
cribe R. Ardrey, el Vasari de la mecanización agricola (1894). Tanto Appleby como Wood Marsh (primer modelo en 1858).
lanzaron al mercado sus aparatos, que podian ser añadidos a la cosechadora tipo Marsh, Gavillada automático: alrededor de 1880. Agavilladora Twine de
el mismo año de 1880. (Ardrey, American Agricultural Implements. 1894.) Applesby (ideada en 1858).
Con ello se consiguió el nivel estándar. Hasta el advenimiento de
la plena mecanización, las máquinas agrícolas fueron mejoradas en volu­
men, eficiencia y estabilidad (bancadas de acero). El perfeccionamiento de
los mecanismos quedó reflejado en el aumento, gradual y constante, de la
producción en el período 1880-1920.
Vista en la dimensión del tiempo, la segadora mecánica fue per­
feccionada entre 1850 y 1880 con asombrosa celeridad, con su periodo
más interesante desde fmales del decenio de 1850 hasta el de 1870. Como
veremos, esto se aplica también a otras esferas de actividad de Estados
Unidos en este período.

La agricultura en plena mecanización


Fase tras fase, las operaciones de la mano fueron sustituidas por
mecanismos, pero la sucesión de procesos se mantuvo como antes en los
88. Gavilladora. Decenio de 1940. La agavilladora estándar conseguida en 1880 se métodos artesanos: segado y gavillada.
mantuvo invariable esencialmente hasta el tiempo de la plena mecanización, cuando apa­ En 1880, según se ha calculado, se necesitaban 20 horas-hombre
reció la pequeña "combine". (Foto de Martin James.) para cosechar un acre de terreno plantado con trigo. Entre 1909 y 1916,
172 173
este número quedó reducido a 12,7 horas-hombre, y entre 1917 y 1921 para integrar el comienzo -arado-siembra-fertilización- y el final -de la
-es decir, con el advenimiento de la plena mecanización- a 10,7 horas. La siega al ensacado- en la línea de producción.
década siguiente redujo esta cifra a 6,1 (I 934-6),68 o sea casi en la misma El grano está sobre el terreno, y para el secado las mieses deben
proporción de las cuatro décadas anteriores. ser movidas a mano. En el transporte del grano se pierde un tiempo adicio­
nal. La combinación de cosechadora y trilladora, conocida simplemente
El tractor como combine, reúne estas operaciones en una sola (fig. 90). En 1936
-cuando hicieron su aparición en primera fila los tractores provistos de
Este salto en la productividad tuvo su origen en el exterior, ya que neumáticos- fue construida una segadora trilladora apropiada para las ne­
una energía móvil, el pequeño motor eléctrico, posibilitó la mecanización cesidades de la fmca de tipo familiar. Cortaba las mieses como la segadora,
del hogar, y otra -el motor de combustión interna- permitió la mecaniza­ en el tramo acostumbrado de 1,5 a 1,8 metros, y se decía que, en circ'uns­
ción total de la agricultura. Alrededor de 1905, hicieron su aparición los tancias favorables,69 recorria de 6 a 8 km en una hora, segando, trillando y
primeros tractores, que eran monstruos, al igual que los dispositivos ensacando el trigo. Esta combinación fue conocida como la baby com­
eléctricos de aquel tiempo. El tractor resultó posible gracias a la produc­ bine. 7o
ción más barata del automóvil, pero fue pregonado con suma cautela. To­ La idea de cosechar en una sola operación es de fecha temprana,
davía en 1915, cuando en diciembre de ese año la International Harvester y fue uno de aquellos inventos temporalmente archivados. La primera pa­
Company (McCormick) publicó el primer número de Tractor, el carácter tente para estos procesos combinados fue obtenida en 1828 -antes de que
único de esta revista quedó expresado en la frase: "La primera publicación McCormick hubiese construido su primera segadora- pero, aparte la espe­
dedicada exClusivamente al cultivo con tractor." Se formulaban en ella pre­ cificación, nadase sabe acerca de ella. La primera "máquina para recolec­
guntas tales como: ¿Es dificil manejar un pequeño tractor agrícola? y ¿Es tar, trillar, limpiar y ensacar el grano" fue construida en 1836 (fig. 89),71 de
rentable adquirir ahora un tractor? El tractor era comparado con el caba­ modo que existe un periodo de espera de un siglo entre la creación de este
llo: "Esta energía no consume ni un centavo cuando está ociosa." Y, final­ tipo y su introducción en la granja familiar. Las razones para ello son fáci­
mente, para estimular la imaginación del agricultor, se mostraba un tractor les de comprender. No sólo las máquinas arrastradas por una reata de
al lado de un avión, con el comentario: "Esta mariposa y esta hormiga doce bueyes costaban varios millares de dólares, sino que, además, exigían
son, en realidad, hermanas." Era la época en la que Henry Ford había un clima regular y unas fmcas comerciales bien organizadas, de las que ca­
alcanzado la producción anual de un millón de automóviles. Al cabo de recía el Middle West. Siempre dentro del espíritu de la pradera, esa combi­
pocos años, llegó el gran aumento en la popularidad del tractor. De 80000 ne de 1836 fue construida por dos agricultores de la llanura y probada di­
en 1918, el número se dobló el año siguiente, y alcanzó 1600000 en 1939. rectamente en aquellas tierras silvestres.
En.la época de la plena mecanización, 1919-1939 la producción se había En el decenio de 1880, la cosechadora trilladora hizo su aparición
decuplicado.
El progreso desde la voluminosa locomóvil, que los ingleses apli­
caron a sus arados de vapor en 1860-1870, hasta los tr.actores, primero
más grandes y finalmente más ligeros, refleja las fases normales de la me­
canización. El instrumento popular para el granjero corriente es el tractor
ligero para todo uso. En vez de ruedas de acero, éste obtuvo en 1932
neumáticos de caucho, con lo que se dejó de perder tiempo al pasar de un
campo a otro.
Es decisiva en el tractor su concentración de energía en una uni­
dad ligera. No sólo trabaja con mayor rapidez, sino también con una pro­
ducción muy superior a la de tres caballos uncidos a una segadora, y
además, puede arrastrar más máquinas que ellos, y atender a mayor varie­
dad de tipos de éstas.

Procesos combinados
89. Línea de producción continua: patente EE.UU.. 1836, "Máquina para cosechar.
trillar, limpiar y ensacar el grano". Construida en el salvaje Michigan de 1836, estapri­
Nos encontramos en el tíempo en el que la línea de montaje o de mera combine, que cosechaba sin intervención de la mano del hombre, manifiesta la misma
producción se extiende a cada esfera. Aunque la naturaleza se niegue a fu­ tendencia que las realizaciones de Oliver Evans en la línea de producción de la molienda,
sionar principio y fin en un rápido proceso, y necesite tiempo para creci­ 1783. Pasaría un siglo antes de que la combine, que siega, trilla y ensaca automáticamente
el grano, estuviese a la disposición de la granja de tipo familiar. (patente EE.UU., 20 de
miento y maduración, no por ello dejan de encontrarse medios y sistemas junio de 1836.)

174 175
en California, donde prevalecía un clima regular, y donde había gigantes­
cas fmcas prósperas en las que la maquinaria pesada resultaba rentable. A
estos autómatas se les uncían tantos caballos como los que podian resultar
necesarios para levantar un obelisco, y la locomóvil no vino a solucionar el
problema.
Sólo el tractor poseia la adaptabilidad necesaria. Alrededor de
1920, hubo continuadores de los gigantes californianos, capaces de guada­
ñar en una anchura de 5 ó 6 metros. Su tamaño y su precio disminuyeron
progresivamente, hasta que en 1939 hizo su aparición la segadora trillado­
ra enana para anchuras de un metro, que costaba menos que una agavilla­
dora, y que proporcionaba al agricultor "una ventaja en los costos que
hasta entonces sólo disfrutaban los poseedores de grandes fincas". 72
En el comienzo de las operaciones se utilizaban máquinas compa­
rables. La combine para el trigo no es sino un exponente de la tendencia
imperante: ejecución simultánea de lo que antes eran operaciones distintas.
Tanto si se trata de sembrar trigo como de plantar patatas, las labores de
arado, de preparación para la siembra y de abono eran realizadas todas
ellas en una linea de producción continua.
90. Línea de producción agrícola continua, década de 1930: la pequeña "combine", Antes
La granja familiar y la granja factaria de que la recolección totalmente mecanizada pudiese estar al alcance de la granja pequeña,
fue preciso reducir tamaño y precio, y perfeccionar una nueva fuente de energía: el tractor
de gasolina. De las enormes cosechadoras-trilladoras calüornianas, que segaban de golpe
A la vista de todos, en la gran caballeriza de techo a la holandesa, tramos de 6 metros, procedió la "baby combine" (1936) y, fmalmente, el tipo enano con
se encuentra la maquinaria del granjero norteamericano. Y allí cerca, 65 una guadaña de un metro (1939), apropiada en tamaño y precio a la granja familiar. El
motor compacto de gasolina tuvo, en agricultura, un papel similar al del pequeño motor
hectáreas de hierba, trigo o maíz esperan la siega. Tres personas bastan eléctrico en el hogar. (International Harvester Co., Chicago.)
para ejecutar la tarea. En los establos, veinte vacas son ordeñadas por má­
quinas que se detienen automáticamente apenas cesan de manar las libres. mas el incremento de las propiedades rurales independientes. Mantenga­
No es necesario ya que el agricultor haga acto de presencia en los campos mos el arado en la mano del propietario."73
a las cinco de la madrugada. A veces, sale de su casa entre las nueve y las La situación en esta época favorecía el ascenso del agricultor li­
diez, para sembrar o para cosechar. bre. La escala agrícola, como se llamaba este ascenso desde mozo de la­
Por vez primera desde que lo trabajó el hombre, el campo ya no branza a agricultor independiente, funcionaba tan bien que los granjeros se
exige sudor ni incesante tenacidad. Los mecanismos realizan el trabajo. Lo quejaban de falta de personal auxiliar. "Escasea mucho la buena mano de
que los teorizantes del siglo XVIII no previeron ni en sueños se ha conver­ obra agrícola, debido a que, tan pronto un joven progresa en este país de
tido ya en realidad cotidiana. Si alguna vez la mecanización ha actua­ tierras baratas, toma sus disposiciones para hacerse con una finca pro­
do para aliviar al hombre de un trabajo penoso, ha sido en este aspecto. pia."74
El trabajador ya no está condenado a repetir incesantemente el mismo En este período, la siega se hacía ya mecánicamente, y la mecani­
movimiento. La maravillosa multiplicidad de labores se mantiene como zación había alcanzado una etapa avanzada. Las fábricas textiles exigían
siempre: contacto con las grandes fuerzas naturales, con las estaciones grandes acumulaciones de capital. Una segadora mecánica sólo costaba
cambiantes, con el viento y el sol, con el animal y el suelo. 125 dólares, y era la herramienta democrática por excelencia.
Ciento sesenta acres (64 ha) era el área de la finca con la que lle­
gamos a familiarizarnos. No es esta una cifra casual. Ciento sesenta acres, Como en todas partes al intervenir la mecanización, la situación
de acuerdo con las disposiciones de la Homestead Act firmada por Abra­ se complicó. Constantes depresiones ensombrecían el cuadro agrícola. Tal
ham Lincoln, eran lo que debía ser entregado a cUalquier ciudadano de los fue el precio pagado por el acceso al mercado mundial. Al ser exportados
Estados Unidos, o cualquier persona que hubiese solicitado esta ciuda­ grano, carne y fruta después de la guerra de Secesión, comenzaron las ba­
dania, y que lo pidiera. La tierra entregada bajo la Homestead Act en nin­ jas de precios, y con ellas una nueva inquietud como jamás la había cono­
guna circunstancia podia ser utilizada para saldar deudas contraídas ante­ cido la agricultura. Ya no se trataba de una cuestión de masas campesinas
riormente. desprovistas de derechos, como en los tiempos de la Reforma, sino de unos
Para apoyar esta medida estaban los amplios y vírgenes espacios granjeros libres, unidos en diversas pugnas de tipo político y organizativo
de N orteamérica y la voluntad democrática. "En vez de baronías, facilÍte­ contra la dictadura de las grandes compañías y los intermediarios. Era una
176 177
campaña contra la fijación de precios desde el exterior y a niveles por de­ Las implicaciones humanas
bajo de los normales en el mercado.
La reducción de las horas de trabajo, la productividad en aumen­ Como dijimos al comienzo, en ningún otro lugar es másconspi­
to y la complicación de las condiciones sociales surgieron a la par con el cuo el cambio estructural precipitado por la mecanización que en la esfera
cambio en laesiructura social del agricultor. La mecanización tuvo una in­ de la agricultura. Sin embargo, es dificil investigar las consecuencias. La fi­
fluencia decisiva en la expansión en el tamaño de la finca agrícola observa­ gura del vagabundo en su propio país, el campesino migratorio, puede ser
da a partir del 1880. abolida, como lo demostró la segunda guerra mundial, y sin embargo el
"¿No sabe usted que los tiempos cambian? N o es posible ganarse fenómeno permanece. El agricultor se ha visto arrojado a la corriente. Ha
la vida. El cultivo ya no es para los infelices como nosotros... N ada puede sido alterada su relación con el suelo, y esta relación se ha visto neutraliza­
hacerse al respecto. Hay que procy.rar ganar tres dólares al día en un lugar da. La mecanización ha acelerado el proceso. No cabe duda alguna al res­
o en otro. Esta es la única solución."75 pecto.
La comercialización de la finca agrícola es señalada, en 1926, por Veremos más adelante 78 cómo fenómenos a menudo contempla­
agriculturalistas californianos: "Aquí ya no cultivamos trigo, lo fabrica­ dos tan sólo como consecuencia de la mecanización habian surgido ya an­
mos... No somos campesínos, no somos agricultores. Estamos producien­ tes de que ésta fuese puesta en práctica. La relación con el suelo empezó a
do un artículo para su venta..."76 Este comentario satisfecho sobre el cam­ ser alterada cuando, a principios del XIX, antes de que existiera la agricul­
bio estructural del agricultor en hombre de negocios tiene también su lado tura mecanizada, los colonos abandonaron los antiguos estados del Atlán­
oscuro. El producto agrícola se encuentra a la merced de una bolsa fluc­ tico y emigraron hacia el Oeste.
tuante. Los precios agrícolas fueron los primeros en padecer la tendencia a Fue entonces cuando el labrador entró en acción. La mecaniza­
la baja. 77 Los ingresos del campo fluctúan en curvas absurdas. La incerti­ ción no hizo sino ampliar una tendencia latente hacia lo gigantesco. El
dumbre económica ya no procede de fallos en la cosecha, sino del exceso agricultor en trance de cambio no hace sino reflejar, de un modo más cons­
de producción. picuo, un proceso que ya actúa en todas partes. ¿Puede ser lo que está te­
La situación del agricultor independiente se ve gravemente ame­ niendo lugar en el agricultor, una proyección de algo que sucede por do­
nazada en las grandes zonas productoras del Midwest. Cuando los granje­ quier? ¿Corresponde la transformación en parados errantes de una gente
ros se vieron incapacitados para saldar sus deudas en los días de prueba de que durante siglos habia trabajado la tierra, a lo que está sucediendo en
principios del decenio de 1920, los bancos constituyeron "Sociedades de cada uno de nosotros? ¿Yen este proceso, ha sido transferido el movimien­
gestión agraria" que enviaron curtidos administradores, procedentes de to, concepto básico de nuestra imagen del mundo, al destino humano con
muy diversos lugares, para cultivar las tierras de los granjeros arruinados. un aspecto deformado? Durante y después de la segunda guerra mundial,
Una de estas compañías amplió sus dominios en pocos años desde 280 el desarraigo violento de millones de personas se convertiría en una prácti­
hectáreas hasta 100000. Un proceso -entonces aumentado hasta unas di­ ca fríamente aceptada.
mensiones gigantescas y sin impulso creador- que recuerda el vallado de Otros períodos han tenido también sus desplazamientos masivos,
las tierras comunales por los señores feudales en el siglo XVIII. Aquí, ya sea por libre voluntad, por la violencia, o por la fuerza de las circuns­
tancias, y no obstante, a su debido tiempo estas gentes se detuvieron para
como antes, la consecuencia fue el desempleo y el desarraigo de las pobla­
ciones. descansar. ¿Son lo que hoy estamos presenciando las convulsiones de un
período de transición, diferente de otros períodos anteriores, pero penetra­
Más que a la erosión y a las tormentas de polvo, se culpó al trac­
tor y a las segadoras trilladoras de la emigración de las familias rurales. do como ellos por la necesidad de una continuidad? ¿O representa, acaso,
John Steinbeck ha descrito detalladamente este proceso en su obra Las un remodelado de la vida por unos caminos todavia carentes de forma, y
uvas de la ira, en la que el tractor despeja los campos y derriba las casas en los que la alteración estructural de la agricultura, vocación básica del
de los ya superfluos aparceros. hombre, se alza como primer síntoma?
-y esto me recuerda -dijo el hombre del tractor- que será mejor Estas son unas preguntas a las que todavía no es posible contestar
que se larguen pronto. Después de comer, me ocuparé del patio anterior. inequívocamente. Trascienden las diferencias del sistema económico, y se
-Pero, ¿adónde iremos si nos marchamos? ¿y cómo vamos a encuentran ligadas a las grandes constantes humanas. Hasta el momento
marcharnos? N o tenemos dinero. presente, ningún fruto, ninguna obra y ninguna cultura han prosperado
Esta era la pregunta que los aparceros fonnulaban a los propieta­ como no fuese gracias a la intención y a la .concentración.
rios. Pero éstos sólo sabían que sus tierras debían ser entregadas al banco.
De estos propietarios rurales y aparceros desposeídos surgieron
los Okies, trabajadores agrícolas migratorios que viajaban de un estado a
otro, pasando de las fresas a los pomelos, de los melocotones a las naran­
jas o el algodón, nómadas en su propio país.
178 179
Notas 20. William MacDonald, The Makers of Modern Agriculture, Londres,
1913.
1. Mi<¡:hael Rostovtzeff, "The Decay of the Ancient World", en Econo­
mic History Review, Londres, 1929, vol. 11, p. 211. Descartando las teorías de la 21. Gilbert Slater, The English Peasantry and the Enclosure ofCommon
decadencia causada por el agotamiento del suelo o el cambio climático, Rostovt­ Fields, Londres, 1907, pp. 1 Y 2.
zeff considera factor decisivo el abandono del suelo. 22. Ibídem, p. 267. Se dan estadisticas de los cercados anuales en dife­
2. Rus'sell H. Anderson, "New York Agriculture Meets the West, 1830­ rentes períodos, desde 1727 hasta 1815.
1850", en Wisconsin Magazine ofHistory, vol. 16, 1932, p. 186. "En 1840, sólo el 23. John Sinclair, Account ofthe Origin ofthe Board ofAgriculture and
trigo que llegó a Buffalo equivalía al 30 por ciento de la cosecha de Nueva York. Its Progress for Three Years after Its Establishment, Londres. 1793.
En 1850 había aumentado a más del 70 por ciento... Los agricultores de Nueva 24. Véase colección en el Museo Brítánico citada en Witt Bowden, In­
York, con unas tierras de precio más alto, unos suelos más pobres y una creciente dustrial Society in England Towards the End of the Eighteenth Centu ry, Nueva
competencia por parte de los baratos terrenos del Oeste, se vieron obligados al York, 1925, pp. 316 Y 317.
cambio (p. 292)... los años cuarenta presenciaron cómo el interés por el grano se 25. Ibídem, pp. 34 y 35.
desplazaba hacia el ganado (p. 293)."
26. Wilhelm von Hamm, Die Landwirtschaftlichen Maschinen und Ge­
3. Allan Nevins y Henry S. Commager,The Pocket History ofthe United raete Englands, Braunschweig, 1845.
States, pp. 372 Y 373. "Los hombres que escribían las leyes nacionales mostraban
mucho mayor celo en servir los intereses de fabricantes, banqueros y propietarios 27. Patricl Shirreff, A Tour through North America, Edimburgo, 1835,
de ferrocarriles, y la legislación reflejaba este celo... Las leyes destinadas a regular p.244.
los trusts y los ferrocarriles eran escritas o interpretadas de tal modo que causaban 28. Ibídem, p. 237.
pocos inconvenientes." 29. Ibídem. p. 225.
30. Ibídem, p. 245.
4. The Rural Cyclopedia, vol. L, Edimburgo, 1854, p. 222.
31. P.W. Bidwell y John L. Falconer, Hist01Y ofAgriculture in the Nort­
5. AJ. Downing, op. cit., 9.a ed., p. 148. hern United States, Washington, 1925. Véanse mapas con las densidades de po­
6. The Rural Cyclopedia, p. 222. blación, 1790-1840, pp. 148 a 151.
7. "No conozco a nadie que pueda ser cvlOcado a su nivel, excepto 32. James Caird, M.P., A Brief Description of the Prairies of Illinois,
Réaumur." Citado en Will Morton Wheeler, The Natural History of the Ants, de Londres, 1859, p. 4.
un manuscrito no publicado en la Academia de Ciencias de Paris, por René­ 33. Hubert Schmidt, "Farming in Illinois a Century Ago as IIIustrated in
Antaine Ferchaúlt de Réaumur, Nueva York y Londres. 1926. Bond County", en Journal ofIllinois State Historical Society, vol. 31, Springfield,
8. Jean Torlais, Réaumur, un esprit encyclopédique en dehors de I'A­ Illinois, 1938, p. 142.
cadémie, París, 1936, revela los dones multifacéticos e inventivos de un erudito del 34. Ibídem.
siglo XVIII.
35. The Farm Centennial History of Ohio, 1803-1903, Departamento
9. Tratamiento crítico de Jethro Tull y referencia a sus predecesores en de Agricultura, Springfield, Ohio, 1904, p. 10.
T.H. Marshall, "Jethro Tull and the New Husbandry ofthe Eighteenth Century",
en Economic History Review, vol. 11, Londres, 1929, pp. 41 a 60. 36. Shirreff, op. cit., p. 463.
10. Ibídem, pp. 51 Y 52. 37. E.D. Fite, "The Agricultural Development of the West during the
11. Duhamel Dumonceau, Eléments d'agriculture, vol. 11, París, 1762, Civil War", en Quarterly Journal of Economics, vol. 20, Bastan, 1906, p. 260.
p. 37. "Ces machines -dice, reftriéndose al aparato de Tull- étoient trop compli­ 38. James Caird, M.P., A Brief Description of the Prairies of Illinois,
quées et d'une trap forte dépense." Londres, 1859, pp. 16, 20.
12. G. Weulersee, Les Physiocrates, París, 1931, p. 62. 39. Ibídem, p. 4.
13. Ibídem. p. 88. 40. S. Giedion, Space, Time and Architecture, cit., pp. 269 a 277.
14. Ibídem, p. 83. 41. Se encontrarán algunas observaciones al respecto en nuestro capitu­
15. Pau1 H. Johnstone, "In Praise of Husbandry", en Agricultural His­ lo sobre "La carne", pp. 218 Y 219.
tory, Wisconsin, 1937, investiga extensamente la literatura a partir de la Antigüe­ 42. El desarrollo de la red de ferrocarriles hasta 1860 ha sido represen­
dad. Para tiempos más recientes en Inglaterra y Francia, véase del mismo autor tado con claridad en una serie de mapas por P.W. Bidwell y J.L. Falconer, op. cit.
"Turnips and Romanticism", ibidem, vol. XIII, 1938, pp. 244 a 255. 43. Joseph Schafer, A History of Agriculture in Wisconsin, Madison,
16. Johnstone, "Turnips and Romantícism", ibídem, p. 245. Wis., 1922, p. 42. "El Ferrocarril de MiIwaukee y Mississippi, comenzado en
17. "Tout nous déterminait donc a recourir aux ouvriers." 1849, fue construido gradualmente hacia el oeste por tramos cortos, y precedidas
sus cuadrillas de construcción por los topógrafos. Nuestro registro de entrada
18. Transactions ofthe Society, Instituted at London,for the Encoura­ de tierras demuestra que los colonos en busca de terreno llegaron a una zona que
gement of Arts, Manufactures and Commerce, with the Premiums Offered in the
muy pronto cubriría el ferrocarril."
Year 1783, Londres, 1783, vol. 1, p. 309. Aperos agrícolas: máquinas para sem­
brar nabos, sembradoras parajudias y trigo, arados de reja, máquinas para cortar 44. Para esta y otras citas, véase Giedion, op. cit., pp. 262 Y ss.
paja, máquinas trilladoras y aventadoras, etc. 45. Ejemplos en Henri Duhamel du Mónceau, Eléments d'agriculture,
19. Lord Ernle, English Farming Past and Present, nueva ed., Londres, vol. 11, París, 1762.
1936, pp. 176 a 189. 46. A. and B. Allen & Ca., Catálogo, Nueva York, 1848.

180 181
47. Transactions 01 the Royal Society 01 Arts, vol. I, (1783), p. 107. 64. En 1871, por la firma pionera de este período: Walter A. Wood,
48. ¡:.,a primera máquina auténticamente práctica fue inventada por el Hoosick Falls, N.Y. Este constructor produjo máquinas de diseño singularmente
escocés Andrew Meikle, en 1786. La trilladora estacionaria, movida por bueyes, elegante y figuró.en primera línea en muchos de los más interesantes inventos. En­
fue el primer dispositivo mecánico que consiguió popularidad en el mundo rural. tre ellos se contó el empleo de armazones de tubo de acero en las máquinas agríco­
49. Transactions, op. cit., vol. I, p. 107. las. Al disolverse la sociedad en 1904, se dice que el nuevo propietario arrojó sus
50. "Bennett Woodcroft, Specifications 01 English Patents lor Reaping archivos al río, con lo que se perdió una de las fuentes más valiosas para la histo­
Machines, Londres, 1853; The Evolution 01 the Reaping Machine in the United ria de la mecanización. Esta conducta parece menos extraña cuando se recuerda
States, Departamento de Agricultura, Office of Experimentation Bulletin n.O 103, que la Oficina de Patentes no actuó de modo muy distinto al deshacerse de sus
Washington, 1902; William T. Hutchinson, Cyrus Hall McCormick, Nueva York modelos en 1926, con la sanción del Congreso.
y Londres, 1835, pp. 49 a 73. 65. Ardrey, op. cit., p. 77.
51. Una inventada por ~err y otra por Smith. 66. Sólo la empresa de Walter A. Wood siguió su camino independiente
52. Inventada por el general Bentham, 1790, y mejorada en 1804. hasta qUe cerró sus puertas en 1904.
53. En lo referente a la historia de la agricultura y la evolución de las se­ 67. Thomas N. Carver, citado en Yearbook 01Agriculture, 1940, p. 230.
gadoras, incluida la fase norteamericana, estamos incomparablemente mejor infor­ Departamento de Agricultura de EE.UU., Washington, D.C., 1941.
mados que en el caso de la mecanización en la industria. La bibliografía preparada 68. Technology on the Farm. Departamento de Agricultura de EE.UU.,
por Everett E. Edwards y publicada por el Departamento de Agricultura de Wa­ 1940, p. 63.
shington, da alguna idea acerca de la extensión del material. Nos sentimos en deu­ 69. Ibídem, p. 14.
da, en primer lugar, con nuestro amigo Herbert A. Kellar, director de la McCor­ 70. Para ellas no fue necesario inventar nuevas máquinas agrícolas, sino
mick Historical Association, el cual, durante nuestra investigación en el Institute, tan sólo "nuevas combinaciones". El motor de combustión interna permitió com­
puso generosamente a nuestra disposición este riquisimo depósito de fuentes para binar los mecanismos existentes en una línea de prOducción sobre ruedas. En
la historia de la agricultura. Tampoco podemos olvidar a los granjeros de Rouses 1939, siguió la baby combine, tras la que vino, a su vez, una nueva reducción en
Point, en la parte norte del estado de Nueva York, quienes nos informaron acerca escala, la midget combine, que trabajaba en una anchura de un metrO.
de las ventajas y desventajas de su maquinaria agricola, ni al señor Earle Wood­
roffe, granjero, de Perkasie, Buck's Ca., Pa., con el que segamos maíz. 71. Por H. Moore y J. Haskell, Patente EE.UU., 28 de junio de 1836.
Descrita detalladamente por Ardley, op. cit., pp. 54 y 55. Poseía un mecanismo de
54. La máquina de Obey Hussey, que al principio superó a la segadora siega, una cinta sin fin que conducía el grano a la trilladora, un mecanismo aventa­
McCormick, Se basa en esta disposición. dor, un ventilador, y un aparato para llenar sacos.
55. Edwin T. I:"reedly, Leading Pursuits and Leading Men, Filadelfia, 72. Technology on the Farm, op. cit., p. 14.
1854, p. 29.
73. Citado en Carey McWilliams, Jll Fares the Land, Migrants and Mi-
56. Entre 1846 y 1854 fueron vendidas y utilizadas más de 8000 sega­ grating Labor in the United States, Bastan, 1942, p. 301.
doras McCormick, principalmente en el Middle West. (Comunicado por Herbert
A. Kellar.) 74. Citado en Yearbook 01 Agriculture, 1941, p. 150.
57. R.L. Ardrey, American Agricultural Implements, Chicago, 1894, p. 75. John Steinbeck, The Grapes 01 Wrath, Viking, Nueva York, 1939.
229. Fueron fabricadas en "The Oldest Reaper Factory in the World", la de Sey­ 76. Carey McWilliams, op. cit., pp. 301 a 303.
mour and Margan, Brockport, Nueva York. Estas máquinas fueron construidas 77. "Los precios agrícolas fueron los primeros en romperse en 1920...
con licencia de McCormick. Este golpe cayó sobre los agricultores casi al mismo tiempo que la cosecha de gra­
58. En 1849, 1500 máquinas; en 1856,4000; en 1874, 10000; en 1884, no de Estados Unidos llegaba al mercado... En cambio, no hubo un desct:nso nota­
el año de la muerte de McCormick, 80000. ble en los productos no agricolas hasta cerca de fin de año." Chester C. Davis,
59. R.L. Ardrey, op. cit., p. 47. "The Development of Agricultural Policy since the World War", en Yearbook of
60. En las primeras patentes inglesas habia ya estos dispositivos, pero Agriculture, 1941, pp. 298 y 299.
hasta entonces no había sobresalido el rastrillo mecánico. Las primeras pruebas se 78. En nuestro capítulo sobre "Los comienzos del gusto imperante".
hicierOn con mecanismos que imitaban a la mano humana (1852), con movimien­
tos de barrido a través de la plataforma, a intervalos regulares. Más tarde (1860),
el rastrillo fue conectado con la "bobina" que depositaba las mieses.
61. Inventada en 1858, la Cosechadora Marsh fue paulatinamente em­
pleada en la segunda mitad de la década de 1860. Veinticinco de ellas fueron fabri­
cadas en 1865, y un millar en 1870. Véase Ardrey, op. cit., pp. 58 y 59.
62. En 1851, un abogado de patentes, muy versado en maquinaria agrí­
cola, se unió a varios inventores para patentar una máquina segadora, y protegió
todo lo que creyeron de posible interés para el.futuro desarrollo de la máquina.
Previendo debidamente el paso siguiente, se preocuparon principalmente por el
mecanismo de agavillado. .
63. Ardrey, op. cit., p. 115.

182
183
La mecanización y la sustancia orgánica: el pan para amasar los hubo incluso en tiempos preindustriales, y existe, por
ejemplo, la braga castellana,3 un gran cilindro colgado del techo, que osci­
laba, adelante y atrás, sobre enormes artesas. Esta idea renacentista fue
aplicada en las cocinas del Vaticano, aunque aquí la masa era trabajada
por palas en vez de rodillos. Ciertas características, cada vez más pronun­
ciadas en las últimas fases de la panificación mecanizada, pueden ser ya
observadas en el producto de esta sencilla máquina española, cuyo pan
era "más blanco que el amasado a mano, con una corteza no crujiente,
pero extremadamente delicada y no demasiado elástica".4
. A fmales del XVIII, Italia, país de los alimentos a base de harina,
La comida es uno de los puntos más inmediatos de contacto entre empezó a emplear amasaderas mecánicas en mayor escala. En 1789, fun­
hombre y naturaleza. El sustento del hombre debe estar adecuado a las le­ cionaban ya máquinas de amasar en las panificadoras municipales s de Gé­
yes que gobiernan su cuerpo. Nuestra capacidad de adaptación no puede ir nova, en las que se utilizaba un mecanismo rotatorio. Una rueda de pedal,
más allá de unos límites estrechos, ya que cuando estos límites son rebasa­ como la que encontraremos en la principal panificadora de París a media­
dos nuestros órganos se rebelan -según sea la dosificación- ya sea inme­ dos del XIX, impulsaba unas barras verticales situadas a intervalos en la
diatamente, o bien en un momento más tardío de la vida, y cabe incluso artesa, y se insistía en que este mecanismo podia proporcionar un "pain lé­
que 10 hagan imperceptiblemente y en el curso de generaciones. ger et délicat".6 El pan de los establecimientos municipales de Génova era
En todo el campo de la mecanizacióri, ningún sector es tan sensi­ el único vendido en el mercado, e incluso hoy la fabricación de pan en gran
ble al maltrato como el de la nutrición. Aquí, la mecanización se enfrenta escala ha sido adoptada, en Europa, sobre todo por cooperativas.
al organismo humano (cuyas leyes de salud y enfermedad son todavía En 1796, J. B. Lembert, un panadero de París, empezó a trabajar
completamente desconocidas), y el paso de lo apropiado a lo inapropiado en una máquina amasadera que no haría pública hasta 1810, cuando la
en ningún otro aspecto es tan breve como en cuestión de dieta. Société d'Encouragement pour l'Industrie N ationale ofreció un premio de
Esto no siempre es inmediatamente perceptible, y en general los 1500 francos para la máquina capaz de producir "la masa más perfecta".
efectos definitivos no pueden ser previstos. Si el hombre se desvía por de­ Lembert empleó el principio del batido. Un gran cilindro, con tapas muy
masiado tiempo de la constante de naturaleza, su gusto se vicia poco a po­ bien ajustadas, giraba a razón de siete u ocho vueltas por minuto alrededor
co, y todo su organismo se ve amenazado. Imprudentemente, deteriora jui­ de un eje horizontal, y en media hora la masa quedaba, al parecer, debida­
cio e instinto, y sin ellos todo equilibrio se pierde con facilidad. mente mezclada (fig. 91). 7
La máquina de J. B. Lembert es considerada a menudo como el
La mecanización del amasado comienzo del amasado mecánico y, aunque su principio no perduró, pare­
ce ser que al principio dio los mejores resultados. Varias décadas más tar­
Hacia el fmal de la era de la artesanía, el farmacéutico y agróno­
de, es mencionada como la mejor amasadera un modelo que aplicó con
mo Antaine Augustin Parmentier (1737-1813), que, al modo universal de
éxito la idea de Lembert, con una artesa que giraba sobre su eje. 8 Lembert
su tiempo, combinaba la precisión cientifica con un conocimiento de los
tuvo pocos competidores, y hasta el final del decenio de 1820, cuando
oficios, llegó a la siguiente definición: "El amasado es una operación en la
Francia se encaminaba lentamente hacia la industrialización, nadie intentó
que la mezcla de levadura, harina, agua y aire produce una nueva sustancia
con propiedades especiales, blanda, flexible y homogénea."1 mecanizar hornos y mezcladoras de panificación. En 1829, fueron regis­
tradas cinco patentes francesas correspondientes a amasaderas, y a partir
Este trabajo de la masa es una actividad agotadora, que consiste a de entonces casi cada año tuvo nuevas propuestas y combinaciones para
la vez en estirar, comprimir y golpear. Era efectuada manualmente y, para 1 sustituir los diversos movimientos de la operación del amasado -estirar,
grandes cantidades, incluso con los pies. Con el advenimiento de la indus­ comprimir y golpear- por medio de operaciones mecánicas. A veces, esto
trialización, la desaparición de los gremios y la expansión de las ciudades, era efectuado por medio de brazos de hierro que giraban dentro de un cilin­
surgió una demanda de máquinas para amasar. La amasadera mecánica dro cerrado, y otras mediante un tornillo de Arquímedes o unos conos ad­
permite que se produzca con mayor rapidez y más higiene. yacentes, que poco a poco conducían la masa desde la circunferencia hasta
Los comienzos se remontan a tiempos ya muy distantes. Los ro­ el centro. Había también otros mecanismos que, en un intento para imitar
manos utilizaban amasaderas rotatorias, y conocemos varios experimentos los movimientos de la mano, balanceaban el dispositivo agitador como si
de finales del Renacimiento, época inclinada a la mecánica aplicada. 2 To­ fuese una cuna. Un innovador, Rollet, cuya Mémoire sur la Meunerie,
dos estos son aparatos primitivos que, de las diversas fases del amasado, 1847, es fuente de meticulosa información sobre el desarrollo mecánico
quedan restringidos casi únicamente a bregar la masa, por medio de plan­ hasta mediados de siglo, construyó una amasadera que golpeaba y com­
chas o barrotes de madera unidos a un eje central. Aparatos elementales primía a la vez. Eran tiempos de experimentación en las direcciones más
184 185
diversas, con la finalidad de efectuar la compleja actividad de la mano del experimenta con cada revolución, es decir, la aceleración de la velocidad
hombre por ¡nedios mecánicos, y hubo una mezcladora, inventada poco de mezcla. Los choques administrados por este proceso son tan intensos
antes de mediado e! siglo (1847),9 que contenía e! principio que en las dé­ que el trigo europeo, más delicado, no puede resistirlos, y por tanto las
cadas subsiguientes acabaría por ser adoptado. mezcladoras de gran velocidad no han tenido éxito en Europa.
La adopción de los inventos, pese al número asombroso de éstos, Sin embargo, en Norteamérica se han convertido en uno de los pi­
era extraordinariamente lenta, y la razón que se ofrece a este respecto es la lares de la plena mecanización, y tal vez no sólo porque permiten una pro­
de que "las necesidades ordinarias del panadero no eran suficientes para el ducción acelerada, sino también porque consiguen una mezcla más ho­
uso ventajoso y provechoso de las máquinas, ya que incluso con máqui­ mogénea y una interpenetración de los ingredientes, los cuales son llevados
nas, varias fases de la confección de masa debían ser efectuadas manual­ de un lado a otro con extraordinaria rapidez entre los brazos de acero, con
mente".lO Esta observación, referente a las condíciones en Alemanía en el lo que se produce una masa de estructura más uniforme. Si "en 1925 toda
1840, no difiere en lo esencial dé una información, en el Scientific ameri­ la industria se volcó en pregonar el carácter deseable de la mezcladora de
can para 1885, en la que una mezcladora francesa a la que cabía ver en gran velocidad", como ha afirmado un contemporáneo,I3 la razón princi­
pleno funcionamiento en una elegante panadería de la Avenue de l'Opéra, pal parece haber sido la de que la mezcla energética posibilitó la fabrica­
en París, donde "el amasado manual generalmente empleado en todas las ción de un pan todavía más blanco que el anterior.
tahonas, es sustituido aquí por maquinaria".u De hecho, la primera mez­
cladora giratoria no fue patentada en Estados Unidos hasta finales de la La mecanización de la hornada
década de 1860, en la época en la que se hacían intentos para introducir
la mecanización en cada esfera de la vida cotidiana. El horno del panadero en la era de los oficios manuales
Se necesitó más de medio siglo antes de que se pudiera dar el paso
decisivo en pos de la mecanización completa. Este sobrevino con la intro­ La forma de! horno de panificación se ha mantenido casi invaria­
ducción de la mezcladora de gran velocidad, la cual no se generalizó hasta ble a través de los siglos. Como e! hacha y el cuchillo, ha sido un utensilio
una fecha sorprendentemente tardia: después de 1925.J2 La mezcladora de básico del inventario humano. El horno evolucionó hasta la cámara de for­
gran velocidad ya no trata de imitar los diversos movimientos de la mano ma ovalada, excelentemente adaptada para retener y distribuir el calor.
humana; el dispositivo batidor suele consistir en dos brazos unidos a unas Sin embargo, hubo excepciones, como por ejemplo en Apulia, en
sencillas varillas de acero que efectúan de sesenta a ochenta revoluciones la Italia meridional, donde el horno asumió la forma de una cúpula above­
por minuto. La "gran (o alta) velocidad" alude al mayor número de revolu­ dada. Se dice que ésta era la más apropiada para conseguir un calor econó­
ciones, pero todavía más a la increíble velocidad y agitación que la masa mico por medio de estiércol de caballo o de vaca. Pero la Italia meridional
r es también la tierra de los truili. aquellas chozas de paja o de piedra, con
extraña techumbre en forma de cúpula y emparentadas con las tumbas de
los reyes micénicos. Todavía son inciertos los conocimientos acerca de
cuándo y cómo aparecieron estas estructuras de la Italia del sur.
Antoine Augustin Parmentier nos ofrece una descripción clásica
de la fase de desarrollo alcanzada por el horno en su tiempo: "Su tamaño
varia, pero su forma es muy constante. Normalmente, se parece a un hue­
vo, y hasta hoy la experiencia ha demostrado que esta forma es la más
ventajosa y la más económica para concentrar y almacenar el calor nece­
sario, comunicándolo al objeto al que circunda."14
Por lo tanto, el horno de panificación era una cámara ovalada en­
cerrada en una espesa bóveda a prueba de fuego y construida con arcilla,
ladrillos o piedra. En su interior ardía un fuego de troncos y haces de leña.
Una vez las piedras habían almacenado calor suficiente, las cenizas eran
'¡(~~tf$li-!':'t ...tiJ;f:'i .~
extraídas y, seguidamente, se introducía la masa, que tomaba lentamente el
91. Máquina amasadora, 1810. J. B. Lembert. Una máquina de amasar basada en el calor conservado por las piedras. La temperatura más elevada afectaba a
principio del batido, y con un gran cilindro de madera rotatorio sobre un eje horizontal, la masa al ser introducída ésta en el horno, y el calor descendía gradual­
fue inventada por el panadero francés Lambert a fmales del siglo XVIII. El aparato tuvo
éxito, y lo siguieron numerosas amasadoras mecánicas. Antes de 1850, fue desarrollado mente en el curso de la cochura, en un proceso natural que coincidía con
en Francia el principio de la amasadora moderna, pero las necesidades corrientes del pa­ las necesidades de la cocción del pan. Cada detalle de este simple dispositi­
nadero europeo no eran lo suficientemente crecidas como para utilizar ventajosamente estas vo -la bóveda, el hogar inclínado, la posición de la chimenea- era fruto de
máquinas. (C. H. Schmidt, Das deutsche Backerhandwerk in Jahre 1847, Weimar, 1847.)
una experiencia de incalculable antigüedad.
186
187
La influencia de la tecnología: el horno calentado indirectamente

El método en el que la cámara era calentada, las brasas elimina­


das y el pan introducido, llegó a ser considerado como excesivamente lento
para las grandes cantidades de pan que exigía el siglo XIX. Con él no era
posible ningún flujo continuo de producción. El horno de panificación no
podía ser mecanizado en su forma tradicional. El primer paso, por tanto,
consistió en construir la cámara en la qué el pan era cocido separadamente
con respecto al fuego. La cámara de cochura y la cámara del horno se hi­
cieron independientes entre sí; se bacia pasar los gases calientes, a menudo
por sistemas ingeniosos, alrededor y por encima de la cámara de cocción,
y este tipo de calentamiento indirecto se convirtió en la base de la mecani­
zación futura. El conde Rumford (1753-1814), aventurero en Nueva Ingla­ 92. Panificación mecanizada. Mouchot Freres, 1847. La primera panadería mecanizada
terra, general en Baviera, horticultor, fundador de las cocinas de la sopa con éxito en Francia. La mecanización parcial aquí presente es característica de las taho­
nas europeas hasta hoy. Su equipo a pequeña escala sólo permite efectuar mecánicamente
pública e ingenioso pionero en la termodinámica fue uno de los primeros las tareas más fatigosas. CC. H. Schmidt, Das deutsche Biíckerhandwerk.)
en conseguir economia de combustible al dirigir la llama y los gases calien­
tes alrededor de las cámaras de cochura de los seis departamentos, en su Esto cierra la serie de tipos que sólo alcanzaron la perfección
cocina pública de Munich (fig. 348). Estas cámaras habían sido construi­ cuando la panificación alcanzó la fase plenamente mecanizada, sobre todo
das con planchas de hierro forjado y su tiro podía ser regulado, con lo que después de 1910. En contraste con la caldera de vapor que, con el tipo tu­
se creó el moderno dispositivo en serie. 15 bular de Wilcox (1856), alcanzó una perfección considerable alrededor de
El siglo XIX asistió al desarrollo de la técnica de calentamiento 1850, los hornos de panificación del mismo periodo son meros inicios y, en
de aire en cámaras especiales, antes de conducirlo a la cámara de cocción.
su conjunto, inventos archivados.
Este tipo recibió el nombre de aerotermo, y en principio no es más que la
calefacción mediante aire caliente, utilizada en las viviendas durante la se­
El horno y la cinta transportadora
gunda mitad del XIX, con la diferencia de que los hornos aerotérmicos for­
maban un circuito cerrado de calor. El aire, caleritado en canales y depósi­ Aribert, cuyo horno aerotérmico (1832) con sus bandejas sobre
tos especiales, no entraba en contacto con los gases del fuego. No sólo era raíles indicó una clara tendencia mecanizadora, dio a su invento el nombre
el método más eficiente, sino que el aire en la cámara de cochura se man­ defour continu, es decir, horno de funcionamiento continuo. Alrededor de
tenia perfectamente puro. Este horno fue utilizado con éxito en hospitales 1850, los esfuerzos en este campo se concentraron en lograr una operación
franceses en la década de 1840. 16 continua por medio de un mecanismo móvil dentro de la cámara de coc­
El horno aerotérmico (1832) del francés Aribert conserva ciertas ción. Los hornos ordinarios de aire caliente podían ser calentados conti­
características -del antiguo horno panificador. Las bandejas del pan eran nuamente, pero cambiar las hogazas requería demasiado tiempo. Se nece­
trasladadas lentamente sobre raíles a través de los túneles de aire caliente, sitaban operarios bien adiestrados para manipular la larga pala de madera
rectos o circulares, desde una zona más caliente a otra más fria. Este hor­ utilizada para meter y sacar las hogazas.
no aerotérmico, que muestra comienzos de una operación claramente Los intentos encaminados a incrementar la producción tomaron
mecánica, apareció en varias ciudades francesas alrede,dor de 1840,17 dos caminos.
Finalmente, hacia mediados de siglo, fue empleado el calor por Uno fue el empleo de unas bandejas que podían ser introducidas
vapor. 18 El primero en hacerlo fue Angier March Perkins (1799-1881), ex­ en el horno o sacadas de él por trabajadores no especializados, y en un
ponente principal de la calefacción por agua caliente en las viviendas. Nor­ solo movimiento. Este tipo se ha conservado y ha evolucionado en las for­
teamericano residente en Inglaterra, trabajó primero con la calefacción por mas más diversas.
aire caliente, pero no tardó en pasarse a los serpentines de agua caliente,19 El paso decisivo hacia la producción masiva radica en el uso de
e incluso esperaba poder utilizar el vapor en la producción de hierro. Más un mecanismo de funcionamiento continuo. Fueron consideradas muchas
tarde, en 1851, calentó el interior de un horno panificador mediante tu­ posibilidades para equipar la cámara de cocción con dispositivos móviles.
berías de 25 mm conectadas con serpentines que pasaban a través del En una variante, esto fue realizado por medio de ruedas de rotación hori­
fogón. 2o "Se ha propuesto con anterioridad calentar hornos mediante la zontal o vertical, y en la confección mecánica de empanadas se han con­
circulación de agua caliente en canales ramificados en planchas de hierro", servado hasta nuestro tiempo las ruedas giratorias alrededor de un eje ver­
recalca en su patente, y sólo reivindica la "distribución de calor mediante tical. Esto significa que la placa del fogón, que normalmente era fija, se
una serie de ramificaciones" de tuberías de circulación. vuelve móvil y es transformada en una rueda. Esta manera de pensar pare­
188 189
del horno, la cinta discurría alrededor de unos grandes cilindros de hierro
de fundición, que la mantenian en continuo movimiento.
La independencia de Comn con respecto a las soluciones conven­
cionales era perfectamente acorde con su temperamento. Incluso cuando
se le formó consejo de guerra por desobediencia y desacato, siguió negán­
dose a tener oficiales inadecuadamente adiestrados a bordo de su barco.
Comn nació en Baston (Massachusetts) y era hijo de un oficial de adua­
nas. Sería erróneo considerar americano a ese oficial británico, pero cabe
citar que pasó su juventud en Boston.
La propuesta del almirante Comn, en 1810, difiere de la larga se­
rie de patentes entre 1850 y 1860 en un aspecto: todas las patentes de me­
93. Panificación mecanizada, Mouchot Freres, 1847. Las máquinas de amasar son accio­
nadas por perros que hacen funcionar una noria en el exterior. Los hornos son aerotér­ diados de siglo colocan la cinta sin fm enteramente dentro de la cámara de
micos, alimentados con coque. Con el tiempo progresaron las amasadoras y los hornos, cocción, con el fin de evitar pérdida de calor. La primera proposición de
pero la pequeña escala ha prevalecido en Europa hasta la fecha. CC. H. Schmidt, Das esta índole,24 presentada por un inventor de Filadelfia, alegaba ser la pri­
deutsche Backerhandwerk.)
mera ocasión en que una plataforma de cadena sin fin fue combinada con
un horno de cocción de pan (figs. 100 y 102). Históricamente hablando
ce que sólo haya sido posible en el siglo XIX, pero el XVIII habia jugue­ esto no es cierto, pero lo que sí era nuevo y ofrecia promesas futuras era la
teado con la idea de movilidad. En 1788 fue otorgada una patente inglesa idea de situar la transportadora dentro de la cámara de cochura. Todos los
para un horno de hierro fundido en el que e! fogón permanecía fijo, mien­ sucesores adoptaron esta característica. Una proposición siguió a otra en
tras el horno propiamente dicho giraba. 2l En 1851, I. F. Rolland inventó la cuanto al aumento de producción, las cintas transportadoras se multiplica­
forma moderna del horno giratorio 22 con las ruedas movibles. ron, y pronto se hicieron intentos con cadenas de funcionamiento vertical,
Las ruedas giratorias alrededor de un eje horizontal permitian que en las que el pan se cocia durante su breve trayecto a través de la cámara
las bandejas de cochura permanecieran horizontales, de modo muy pareci­ de cocción.
do a las vagonetas de la gigantesca noria de la Exposición de Chicago del
año 1893. Alrededor de 1860, el problema del horno de panificación parece
Pero mucho más persistentes fueron los esfuerzos para obtener un haber estimulado a ingenieros tan sobresalientes como William Sellers, el
flujo continuo mediante la construcción de un transportador de cadena a constructor de máquinas herramientas. 25 La organización ideada por Wi­
través de la cámara de cocción. Entre 1850 y 1860, fueron intentadas las lliam Sellers para el interior del horno, su disposición de las cadenas verti­
soluciones más diversas: cadenas de recorrido horizontal, cadenas de cur­ caJes sin fin para que "casi se equilibren una con otra, con e! fin de auto­
so vertical, solas O en serie, hasta que, al principiar la década de 1860, el matizar la recepción y descarga del material",26 así como su modalidad de
horno panificador de 1800 se había convertido ya en un mecanismo alta­ regulación del caJor, revelan al ingeniero experto.
mente complicado. Cuando aparecieron estos hornos automáticos, Boston, Chicago,
Nueva York y especialmente Filadelfia, disponían de panificadoras mecá­
nicas en las que se empleaban hornos, a veces con una altura de varíos pi­
La primera utilización de la cadena sin fiil tuvo lugar en fecha sor­ sos, alimentados por cínta sin fm. Algunas de ellas prosperaron, pero otras
prendentemente temprana. En el primer decenio de! XIX, el almirante sir no tuvieron suerte, debido a sufrir incendios o bien a pasar de una mano a
Isaac Comn (1759-1839) construyó para la Armada británica un horno otras por faJta de pago. Pero, con éxito o sin él, en conjunto representaron
"destinado a la cocción de galletas de barco" (figs. 99 y 101) Yal que dio e! otras tantas piezas de exposición. Las panaderías de pequeño tamaño eran
nombre de "horno perpetuo".23 Su invención corresponde aJ final de su lar­ lo corriente y, durante mucho más tiempo que la europea, el ama de casa
ga y ajetreada carrera, cuando, obligado a dejar el servicio activo a conse­ norteamericana siguió elaborando el pan en su propio hogar.
cuencia de una "fatiga accidentaJ", fue nombrado superintendente del asti­ Hubo también otro factor: el hecho de la fabricación automática
llero de Portsmouth. La "sección de avituallamiento" de Portsmouth ha del pan sea una tarea de una exigencia poco corriente. En la segunda mitad
sido mencionada anteriormente en relación con importantes innovaciones. del siglo XIX, sólo se disponía de la primera y la última fase del proceso:
Coffm explica así el nombre que dio a su horno: "Se le llama hor­ amasaderas mecánicas y hornos con transportador. FaJtaban los eslabones
no perpetuo porque la operación de la cochura puede proseguir por un intermedios: máquinas para pesar automáticamente la masa, para dividir­
tiempo indefinido." Era calentado indirectamente..Una cinta sin fin, de una la, para darle forma de bola, para cilindrarla, y para conducirla sobre cin­
yarda de anchura y confeccionada con una floja malla de alambre, re­ tas sin fin a través de pasillos con paneles de cristal y exactamente contro­
corría la cámara de cocción en toda su longitud. En cada extremo, ya fuera lados en cuanto a calor y humedad. Y no se disponía todavía de la levadu­

190 191
ra moderna, que como sabemos reduce casi a la mitad el tiempo necesario Las gruesas paredes de ladrillo desaparecen ahora para ser reem­
para la fermentación. plazadas por placas de acero aislantes, que permiten una regulación más
Después de 1900, al aproximarse la panificación mecánica a la precisa de la temperatura, una mayor flexibilidad, y reducción del tiempo
mecanizacióndefmitiva, todos los experimentos tuvieron que remontarse a de calentamiento a una cuarta parte, y se instala luz eléctrica en la cámara
los inicios. La asombrosa diversidad de los hornos de cocción de 1850 y de cocción.
1860, que claramente desarrollaron los principios subyacentes en todos los
tipos, habia sido olvidada, y estos hornos pertenecían al gran reino de los
inventos archivados. Esta continuidad truncada impresiona al historiador La mecanización de la panificación
tanto como puede impresionar el pozo de una mina que haya quedado sin
explotar. Hasta el momento, hemos tratado de fases individuales en el pro­
Alrededor de 1907, ante una convención de panaderos canadien­ ceso de la panificación. Mientras no hubo una linea de producción ininte­
ses, un tal señor Roberts, representante de una empresa londinense de hor­ rrumpida, la producción masiva fue imposible.
nos de panificación, esbozó lo que él denominó horno delfuturo, en el que Como recordaremos,3o la primera linea de montaje surgió en una
la masa entraría por un extremo y el pan acabado saldria por el otro.21 Ta­ "sección de avituallamiento" británica, en la que se relacionaron entre si
les son las palabras exactas que leemos en las especificaciones de 1850. las diversas máquinas para fabricar galletas de barco. Esto ocurriaen 1833,
Entre sus oyentes había un panadero emprendedor, Dent Harrison, de exactamente medio siglo después de que Oliver Evans hubiese ideado
Westmount, Quebec, que se convertiria en el iniciador de la actual evolu­ su molino mecánico. En este departamento de intendencia, las cantidades
ción. En aquella época existían hornos de desplazamiento, pero sólo eran de harina y de agua que fluian en la mezcladora, así como el cilindrado de
utilizados en las fábricas de galletas. En una de éstas, en Montreal, Harri­ la masa, eran reguladas automáticamente (fig. 46). "Pesados rodillos de
son y Roberts cocieron hornadas experimentales, pero las hogazas que sa­ hierro... llevados alternativamente con gran rapidez de un extremo de una
lieron por el otro lado del horno aparecieron negras de puro quemadas. Sin mesa al otro por medio de un brazo unido a la máquina de vapor situada
embargo, Dent Barrison siguió juzgando practicable la "nueva" idea y debajo."3l Estos pesados rodillos, según dicen los escritores franceses, fue­
pasó a Roberts un pedido "para el primer horno corredizo del mundo para ron inspirados por la braga castellana. "Cuando concluye esta operación,
la cocción de pan". 28 la masa es llevada sobre rodillos a una segunda mesa, donde es dividida en
porciones, y finalmente, todavia desplazada sobre mesas de fricción, a la
En 1913, este horno construido en Inglaterra fue instalado en máquina que, al mismo tiempo, corta y marca las galletas."32
Montreal. Su batea de cocción tenia 15 metros de longitud por casi 2 de Así, las tres fases principales de la moderna producción en serie
anchura. Alimentado con carbón, funcionó desde un buen principio, y -mezclado, laminado y moldeado- fueron mecanizadas a la vez y unidas
-por tanto- todo un siglo transcurrió entre el "horno perpetuo" (1810) in­ en una sola linea de producción.
ventado por Isaac Coffm para la Armada británica y este horno de túnel La masa sin fermentar de las planas galletas de barco es de una
que señaló, finalmente, la plena mecanización del proceso. estructura mucho más simple que la sensible masa del pan, pero no pasaria
Crecía el número de empresas panificadoras tendentes a la pro­ largo tiempo antes de que también el pan fuese obtenido en fabricación
ducción en gran escala, y éstas empezaron a experimentar con hornos si­ continua e incluso en producción masiva. Los franceses contaban ya con
milares. Uno de ellos, construido en Chicago en 1914-1915, tuvo que ser establecimientos que así trabajaban, en el 1840. La panadería mecanizada
desmontado varias veces. Todos fueron hornos pesados, con macizas pare­ de los hermanos Mouchot en París (figs. 92 y 93) consiguió fama en todo
des de ladrillo, que representaban una carga considerable sobre el suelo y el continente. Utilizaba los últimos modelos de hornos de aire caliente y
exigían cimientos especiales. grandes y eficientes máquinas de amasar. Estas amasaderas eran acciona­
El gas no tardó en sustituir el carbón para calentar los hornos, y das por una rueda de pedales, como las empleadas en el Renacimiento y en
en 1917 fue dispuesta una serie de quemadores de gas en intervalos fijos las panificadoras municipales de Génova a finales del siglo XVIII. La rue­
por encima y por debajo de la placa de hornear y en toda la .longitud del da estaba suspendida fuera de la sala de panificación, y era accionad~ por
horno. perros bien adiestrados. Cuando la amasadera había realizado las revolu­
Finalmente, ya en el decenío de 1920, fue utilizado el vapor a alta ciones necesarias y la mezcla quedaba completada, sonaba automática­
presión, que circulaba a través de una serie de tubos alrededor del hogar. 29 mente un silbato y los animales interrumpian su trabajo. Los nuevos hor­
Al parecer, las explosíones de gas condujeron a tomar esta medida, pero nos aerotérmicos eran alimentados con coque (fig. 92), que era un 50 por
no cabe olvidar que este dispositivo tan moderno renueva el principio que, ciento más barato y ofrecía mayor "capacidad de producción".33 Dos hor­
en 1851, Angier March Perkins reivindicó modestamente como suyo: el nos producían 6240 kilos de pan en 24 horas, y el gas utilizado para
control exacto de la temperatura de cocción mediante radiación directa a iluminar esta tahona, montada en un sótano, era fabricado por el mismo e
apartir de tuberias de vapor. ingenioso panadero.

192 193
7-Giedion
En esta misma época no cabia encontrar en Inglaterra ruedas de en el curso de la fermentación. Los quimicos han demostrado que una
pedal para f¡¡.bricar pan. En 1850 empezó a funcionar en Glasgow un me­ abundante y rápida generación de ácido carbónico da como resultado una
canism0 34 del que se decía que elaboraba una tonelada y media de pan en pérdida de aroma. 39
una hora; osea unas cuatro veces más que la panadería parisiense de los En el decenio de 1850, el pan fue atacado, en su misma sustancia,
hermanos Mouchot. Esta instalación inglesa era una fábrica de pan con­ por la mecanización, cuando, para conseguir un incremento de la produc­
centrada en unos pocos metros cuadrados. Todo en ella era automático y ción, se mezcló ácido carbónico con la pasta, en vez de los fermentos de
estaba concentrado en una sola máquina. Un volante regulador, como el acción más lenta.
utilizado en las máquinas de vapor, controlaba la entrada de harina yagua A partir de mediados del siglo XVIII, en la fabricación del pan se
en la mezcladora, y unas cuchillas giratorias o deslizantes cortaban la recurrió a productos químicos, con el fin de lograr mayor peso del que el
masa en porciones que eran mecánicamente moldeadas como hogazas y contenido de harina permite, o dar un aspecto más blanco del que cabría
conducidas hacia el horno. Esta panificadora en miniatura recuerda aque­ esperar de la calidad de la harina: yeso, alumbre,40 sulfato de cobre -"una
llas extrañas combinaciones que forman una orquesta a base de un solo copa de las de licor de solución débil de sulfato de cobre por cada 200 ho­
instrumento, pero este diseño grotesco abarcaba dos ideas ingeniosas: utili­ gazas de pan"_4! o sustitutivos tales como harina de patata o de alubias. 42
zación de serpentines para calentar dos de sus cámaras de cochura, y soda Estas manipulaciones daban la ilusión de una mayor cantidad o de una
para saturar la masa. En Francia, este dispositivo hubiera sido impensable, mejor calidad. Fueron adoptadas medidas punitivas para reducir o elimi­
ya que la gente jamás hubiera aceptado su pan, y tampoco obtuvo gran nar la adulteración.
éxito en Inglaterra. Sin embargo, es uno de los puntos de partida para mé­ En el decenio de 1850, los intentos para aumentar la producción
todos más refinados. no sólo recurrieron a los medios mecánicos, sino también a las ciencias na­
turales. Las leyes de la expansión y la contracción de los gases, que John
Pan y gas Dalton y Gay-Lussac descubrieron poco después de 1800, encontraron su
Por lo general, para que la masa resultara sabrosa y porosa, se aplicación práctica en la fabricación del pan, medio siglo más tarde. Las
empleaban dos clases de fermento: recentadura y levadura. En la elabora­ investigaciones de John Dalton sobre la "absorción de gases por el agua"
ción de pan con recentadura se aparta un poco de masa de una hornada y (1803) son especialmente relevantes.
·se la utiliza para la siguiente. La recentadura actúa como una especie de La solubilidad de los gases aumenta correlativamente con la pre­
iniciador y produce un pan esponjoso y gustoso, con aquel ligero aroma sión; cuanto mayor la presión sobre un líquido, más gas absorberá éste.
agrio que muchos prefieren todavia. 35 La recentadura fue utilizada durante ¿Por qué no aplicar esto a la masa del pan?
toda la Edad Media, y largo tiempo después. Los italianos todavia la exi­ El doctor John Dauglish, fisico británico (1824-1866), partió de
gen para su pan blanco, los alemanes para sus panes coil centen0 36 y los
rusos para su pan negro.
En muchos paises altamente mecanizados, la recentadura ha sido
esta idea. Mientras estudiaba en Edimburgo (1852-1855), experimentó con
°
la introducción del ácido carbónico en la masa bajo una presión de 1 a 12
atmósferas. En la especificación de su Método perfeccionado para la ela­
totalmente suplantada por la levadura. Al principio se utilizaba levadura de boración del pan,43 para el que obtuvo una patente en 1856, declara que
cerveza, pero las opiniones varían con respecto a cuando se inició esta "el agua cargada de ácido carbónico" había sido utilizada con anterioridad
práctica. Algunos dicen que la levadura no pasó a ser de uso general hasta en la fabricación de pan, pero que la sustancia de su invento era la mezcla
mediados del siglo XIX,37 en tanto que otros indican que la levadura de de agua y harina sometida a elevada presión. Desde hacía largo tiempo, se
cerveza ya fue utilizada en las tahonas de París en el siglo XVII.38 La masa utilizaba un aparato de alta presión para saturar el agua como en la fabri­
con levadura, al igual que la masa con recentadura, se deja que suba du­ cación de soda. No podía haber mucha diferencia entre la elaboración de
rante una noche. En este tiempo, sube lentamente a causa del gas formado soda o de pan mediante este proceso; bastaría, simplemente, con un apara­
por la fermentación, y se crea un calor natural. to adaptado a un material de diferente consistencia. Dauglish no podía as­
En Europa surgieron más tarde tipos especiales de levadura de pirar a un monopolio sobre tales perfeccionamientos y, en el mismo mes de
alta fermentación, vendidos en forma comprimida, y éstos condujeron des­ 1857 en el que le fue otorgada su segunda patente,44 surgieron dos nortea­
pués a la moderna levadura de panificación que varias compañías nortea­ mericanos con "Mejoras en la preparación de masa (con mezcla de
mericanas producen en grandes cantidades. La levadura de alta fermenta­ gas)".45 Pocos años antes, éstos publicaron un folleto cuyo título era un lla­
ción reduce el tiempo de este proceso de diez horas a cinco. mativo slogan para el producto gasificado: Pan para millones. 46
Antes de la mecanización de la panificación, el aroma del pan era Dauglish también señaló las ventajas de su pan sin fermentar. En
tenido en gran estima. Este procede del bouquet natural del grano cocido, una comunicación leída en la Society of Arts de Londres, en 1860, de­
de los esteres volátiles creados por la fermentación o durante la cocción, y mostró que podía ser conservado por tiempo indefinido y que su consumo
a veces de la adición de hierbas aromáticas (semilla de alcaravea). Estos era también más saludable. Los autores americanos de Pan para millones
esteres volátiles, junto con el ácido carbónico, son producidos lentamente dieron un paso más allá al suscitar alarma contra el pan eláborado con le­
194 195
l,',­
96. Pan y gas: el aparato de
, ­
presión del doctor Dauglish, pa­
tente posterior. Paralelamente a
la idea de saturar la masa con
gas bajo presión, surgen otras en
:el la producnión masiva de acero
~o de agua de soda. El recipiente
: b estándar de soda fue inventado en
este periodo (1851), igual que el
proceso mecanizado de Bessemer
para la producción de :;tcero
(1856). Pero el pan es un pro­
ducto más delicado que el agua
o el hierro. (Patente EE.UU. n.O
52252, 23 de enero de 1866.)

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94. Pan y gas: aparato panificador del doctor Dauglish, principios de la década de
1860. La panificación gueda reducida de diez horas a pocos minutos. El primer experi­
mento en la mecanizacion de la elaboración del pan a gran escala fue el realizado en 1856
por el fisico británico John Dauglish, quien inyectó ácido carbónico en la masa bajo pre­
sión, reduciendo el periodo de nueve horas de fermentación a veinte minutos. Al no gene­
rarse el calor natural de la fermentación, el resultado fue una mezcla homogénea con pe­
queñas burbujas, pero fria como un cadáver. De ello surgieron graves desventajas en la
panificación. (American Artisan and Patent Record, Vol. lII, Nueva York, 9 de mayo de
1866.)

95. Proyecto de tren-globo


para el monte Rigi, 1859. En
los decenios de 1850-1870
reinó la fascinación por toda
clase de experimentos que pre­
tendiesen utilizar los aerosta­
tos con fines de tracción. Aqui, 97. La aeronave "CUy of New York". Nu­
se espera que un globo tire merosos proyectos fantásticos, a lo Julio
de un coche, suspendido de Veme, se basaron en la poco prometedora J
unos raíles elevados, hasta la combinación de gas y fuerza motriz. Todos

i~~·mrl;ezfi¡;.t

cima de la montaña. (Har­ ellos tuvieron tan poco éxito como el pan
per's Weekly, 1E59.) "aireado". (Harper's Weekly, 1859.)

196 197
vadura. "Un fermento o levadura -escribieron- puede ser descrito como entre sí como perros. "El descubrimiento realizado por el doctor Andrews
un cuerpo en estado de prutrefacción."47 Pasteur, que poco antes (1857) -si hemos de dar crédito al prospecto- fue tan sólo el siguiente: la atrac­
había descubierto el bacilo de la levadura, tal vez hubiera mostrado una ción de la gravedad es un motor suficiente para la navegación." En el otro
cierta sorpresa ante esta definición. lado del océano tampoco faltaban planes similares para ponerle riendas al
JohnDauglish era un fanático que se agotó en su cruzada en fa­ globo aerostático. Se proyectó un tren de globos hasta la cima del monte
vor de su pan, y que murió a los cuarenta y dos años. Su nombre está to­ Rigi, en Suiza (1859) (fig. 95), Y se esperaba que su bolsa de gas arrastrase
davía asociado con esta idea. un coche, colgado de unos raíles aéreos, cuesta arriba. 50
Su primer aparato era sencillo. Agua carbonatada y harina eran En este período, hubo también considerable interés por el uso de
mezcladas bajo elevada presión atmosférica en un recipiente de gruesas pa­ la presión del vapor para conservar leche y frutas. Charles Alden fue famo­
redes. Cuando terminaba el amasado, se eliminaba la presión, lo que per­ so en su día por sus experimentos en el secado y conservación de frutas, to­
mitía la expansión del gas y, a los pocos minutos, sus diminutas burbujas mates y leche mediante un proceso con vapor. "El evaporador neumático
levantaban la masa. La alta presión y la súbita expansión hacían que se ex­ reduce toda la pulpa del tomate a una condición semejante a la de un higo
tendiese frío a través de la masa, como puede ocurrir en un cadáver. Falta­ seco."51 En los comienzos del decenio de 1850, Gail Borden efectuó tam­
ba el calor natural desarrollado cuando el gas es generado por fermenta­ bién sus experimentos con la leche condensada. 52
ción. Antes, en cambio, la masa se levantaba en seis a ocho horas, y ahora Aunque la soda había sido producida comercialmente por un far­
lo hacía instantáneamente. macéutico de Ginebra en 1788, su uso no se empezó a generalizar hasta
¿Qué sendero seguían estas mentes inventivas? 1850, más O menos, y en Norteamérica hubo que esperar a los años de la
¿Existe alguna relación entre la curiosa idea de fabricar pan con guerra civil. Su primera aplicación fue, primordialmente, con fines medici­
ácido carbónico y la invención contemporánea en otros campos? La déca­ nales y como agua mineral. Entre 1840 y 1850 fueron registradas en Ingla­
da de 1850, y todavía más la de 1860, se sintieron particularmente fascina­ terra 17 patentes, pero los franceses figuraron indiscutiblemente en cabeza;
das por el dominio de vapor y gases con fmalidades ilimitadas. El globo ae­ aunque menos aficionados a las patentes que los ingleses, de 1844 a 1851
rostático había sido inventado largo tiempo antes. Pero ahora aparecían registraron 34 "appareils a faire des eaux gaseuses", y a mediados del siglo
planes fantásticos. La popular diversión de los fabricantes de papel herma­ un francés lanzó al mercado la forma actual de sifón de soda, "con el cue­
nos Montgolfier (1782) iba a hacerse dirigible y adaptarse a la navegación llo de peltre provisto de una vuelta de tornillo".53
aérea. De la aeronave "City ofNew York", por ejemplo, aquella combina­ La levadura en polvo se hizo de uso general durante el mismo
ción de globo, cesta y lancha salvavidas motorizada (1859), se esperaba período. En 1836 el doctor John Whiting, lector de las obras de química de
seriamente que cruzara el océano (fig. 97).48 Justus Liebig, patentó su método para "preparar ciertos alimentos fariná­
Fue entonces cuando Julio Verne publicó Cinco semanas en globo ceos".54 Esta primera levadura química para levantar la masa no se popu­
(1863), su primera novela, cuyo gran éxito determinó la carrera del autor. larizaría hasta el decenio de 1850. 55 La publicidad contemporánea, en la
Pero la vida real estaba poblada también de Julio Vernes, deseoso de trans­ que los bizcochos son representados clavados a la bandeja para que no le­
formar sus fantasías en realidad. En 1863, un fisico norteamericano pro­ vante el vuelo en el horno (fig. 98), indica que incluso en 1860 la levadura
yectó el "Aereon", que consistía en tres globos en forma de cigarro, unidos productora de gas era todavía novedad.
HARPER'S WEEKLY. Un gran contemporáneo trabajaba siguiendo lineas similares a la
de John Dauglish, para obtener una producción más rápida y más barata
por medio de gases y presión: en 1856, Henry Bessemer anunció por vez
primera su método de producción de acero, que tanta repercusión habría
de tener, consistente en insuflar un chorro de aire a través de un converti­
dor en forma de pera que contenia el metal fundido.
En su segunda patente, Dauglish trató de conseguir algo similar
en el campo de la panificación, ya que, abandonando la soda de sus prede­
cesores, introdujo ácido carbónico puro, desde un frasco de acero, en el
convertidor.
Su nueva máquina recordaba en cierto modo una caldera vertical,
o tal vez unos cascos de buzo uno sobre el otro (figs. 94 y 96). El recipiente
esférico superior era un mezclador de paredes resistentes, en el que entra­
ban agua y harina con una regulación exacta. El ácido carbónico era intro­
98. La levadura y las galletas
clavadas a la mesa. (Harper's ducido, a presión, en este mezclador. Debajo, y separado de la cámara
Weekly, 1865.) mezcladora por una gruesa válvula deslizante, había el segundo depósito,

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un recipiente desde el cual la masa podia fluir continuamente dentro de los tantes entre sí, que estrujan el grano de un modo mucho más gradual. Esta
moldes. De este modo, Dauglish podia conseguir un flujo continuo, que re­ '''alta molienda" es efectuada por etapas. Después de cada paso a través de
ducía el tiempo de la panificación de diez horas a treinta minutos. "Desde los cilindros, el grano es separado por máquinas cribadoras en sus diversos
que la harina es vaciada desde el barril en la máquina, hasta el momento en componentes. El proceso es repetido cuatro, seis, ocho o diez veces.
que sale el pan del horno, no lo toca mano alguna."56 ¿Cuándo tuvo su comienzo este proceso?
Estas son, más o menos, las palabras cón las que Oliver Evans ex­ La reducción gradual del trigo a harina por medio de rodillos reci­
puso las ventajas de la línea de producción ininterrumpida en su molino bió el nombre de sistema húngaro. Aunque Francia y otros paises trabaja­
automático. Pero el pan es un producto más sensible. De hecho, la masa de ron con este proceso, fue elaborado sistemáticamente en un país muy rico
Dauglish tenía una textura porosa muy fina al estar equitativamente distri­ en trigo y muy aficionado a una repostería delicada que requería una hari­
buidas por doquier las burbujas de gas, pero el pan era elástico, esponjoso na finísima: Hungría. Esto tuvo lugar entre 1834 y 1873. 57 En Estados
y desprovisto de sabor. Sus contemporáneos decían lo mismo, y añadian U nidos, la transformación del proceso de la molienda se efectuó entre 1870
que "en realidad no era pan, sino tan sólo una imitación". Ante todas estas Y 1880, en las regiones trigueras del Middle West (Minneapolis). Había co­
acusaciones, el médico encontró fáciles contraargumentaciones. menzado ya a finales del decenio de 1860, con intentos encaminados a se­
El pan gasificado fabricado en diversas ciudades norteamericanas parar las delgadas y glutinosas capas que rodean el grano. 58
alrededor de 1860 nunca alcanzó gran popularidad. Una sola compañia, la El año 1871 aportó un dispositivo purificador, buscado ya por los
Aerated Bread Company, instigada por el propio doctor Dauglish, todavia franceses alrededor de 1860, mediante el cual una clase de trigo, hasta en­
ostenta las letras A.B.C. en su cadena de restaurantes londinenses. tonces considerada como baja, podia producir harina del más alto precio.
El doctor Dauglish no fue uno de los inventores realmente creati­ La harina de Minnesota fue el resultado de este "nuevo proceso purifica­
vos. Perfeccionó el pensamiento que con tanto fanatismo persiguió a través dor", conocido popularmente como el nuevo proceso. "El producto de
de su carrera, pero se trataba de una idea que no era nueva. Hay algo de Minnesota reinó, con carácter supremo, en todos los mercados en los que
quijotesco en el objetivo y en el fanatismo del hombre que dedicó toda su fue introducido como la harina más sabrosa, más blanca y más lustrosa
vida :l perseguirlo. Su aparato no puede ser desdeñado como mero juguete jamás conseguida", indica un folleto contemporáneo anónimo. 59 Este pro­
mecáníco, ya que, en una fecha temprana, reveló, cómo acabaria la meca­ ceso depurador fue ideado antes de que los cilindros fuesen probados en
nización por cambiar la naturaleza del pan. Norteamérica en 1873, pero a partir de entonces la productividad y el ta­
maño de las factorias harineras aumentaron enormemente. Alrededor de
1881, todas las grandes harineras de Minneapolis fueron adaptadas al nue­
El aspecto humano: el pan bajo la mecanización vo proceso y extensamente automatizadas.
La producción en gran escala y la creciente concentración de la
Vamos a considerar aquí dos cuestiones. propiedad, marcharon paralelamente. Este fue el periodo en el que las fac­
¿Cómo fue afectada la harina, el componente del pan, por la me­ tonas cárnicas de Chicago pasaron a ser monopolio.
canización? En el siglo, no había tenido lugar ningún cambio radical desde
¿Cómo alteró la mecanízación la estructura del pan, durante tan­ Oliver Evans y su "nuevo proceso de elaboración de harina con maquina­
tos siglos simbolo del sustento humano? ria automática"60 hasta el "nuevo proceso de harina de acemite". Tampoco
ocurrió ninguna mejora básica en la maquinaria de molinería después de
La harina en la producción en serie 1890, pero hubo,en cambio, variaciones técnicas en la dirección de la no­
La harina utilizada hoy por los panaderos tiene una blancura muy vedad. El interés se centró en la obtención de una harina todavia más fina
superior a la que tenía en 1850. Esta blancura no es el resultado de adulte­ y más blanca, y los esfuerzos se concentraron en aparatos, cada vez más
ración con sustancias extrañas (alumbre, sulfato de cobre, etc.), sino el de complicados, para el blanqueo artificial de la harina. El público -asegura­
un proceso revolucionario en la molienda. Las piedras de los molinos ban los molineros- exigía una harina de una blancura superior a cuanto
aplastaban el grano de tal manera que mezclaban inseparablemente, en la pudiera ser obtenido sin un blanqueo artificia1. 61 Bien pudo ser, pero la
primera molienda, la mayor parte de los componentes del grano, el interior razón decisiva era otra. Antes se había considerado necesario imponer a la
feculento, la capa nutritiva de las células de gluten y el valioso germen o harina un periodo de envejecimiento de varios meses, durante los cuales
embrión aceitoso. La sustancia oleosa del germen penetraba en la mezcla, perdía su color natural cremoso y adquiría un blanco impoluto. Pero el
dándole un tacto aceitoso y un aspecto a menudo desagradable. Además, factor tiempo implicado en este proceso de envejecimiento era oneroso
existia el riesgo de que los ingredientes oleosos se ranciaran con un almace­ para la producción a gran escala, ya que significaba grandes almacenes y
nado prolongado. En esta simple molienda; las piedras de molino, con sus capitales ociosos. "Los molineros buscaron un medio para evitar esta carga
cortantes aristas, eran ajustadas tanto como era posible una con otra. -nos informan los especialistas-, y el remedio que encontraron fue el
Estas piedras son sustituidas hoy por cilindros, relativamente dis­ blanqueo y el envejecimiento artificiales de la harina."62 Esto se hizo me­

200 201
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101. Primer horno con transfor­
99. Primer horno con transportadora sin fin. 1810. Almirante Issac Coffin. Inventado madora sin fin, 1810. Almirante
por un bostoniano que llegó a ser almirante británico, este horno para gáIletas de barco Isaac Coffin. Este "horno perpe­
aportó un eslabón hacia la linea de producción continua. tuo", sorprendentemente pionero,
dispolÚa de una cinta sin fin que,
diante corrientes de alto voltaje o infJ1tración de gases (cloro). El blanqueo en parte, circulaba dentro de la
cámara de cocción.
comercial fue introducido por primera vez en Francia allá por el cambio
de siglo, después aplicado con éxito en Inglaterra, y fmalmente encontró La mecanización del proceso de la molienda aportó una fachada
su aplicación en gran escala en Norteamérica. 63 La cabina en la que el brillante y un producto más o menos artificial. El gérmen oleaginoso que
blanqueo se produce en breves minutos no ocupa más lugar que una có­ antes proporcionaba a la harina un tacto algo untuoso, y que contiene los
moda. Insuflado a través de tubos, el cloro penetra instantáneamente en elementos más valiosos, ha sido rigurosamente excluido. En fechas más re­
el remolino de las particulas, y la harina desciende desde cierta altura para cientes, hemos visto intentos para sustituir los valores eliminados de la ha­
caer directamente en la bolsa de papel. rina mediante refuerzos vitaminicos añadidos a la levadura o a la masa. La
El blanqueo artificial no fue aceptado sin debate; hubo controver­ blancura de la harina permanece inmaculada, pero tales medidas recuer­
sias e investigaciones tan largas como enconadas, y a menudo los expertos
dan al dentista que extrae unos dientes naturales saludables y los reempla­
adoptaron posturas diametralmente opuestas. No nos incumbe a nosotros za por otros resplandecientes y magníficos, pero falsos. El dispositivo para
juzgar si la razón asiste a quienes sostienen que el proceso de blanqueo no la adición de vitaminas es muy sencillo. Consiste en una cabina metálica
tiene efectos deletéreos,64 o a los que aseguran que los presentes métodos con ranura, como un buzón. Las vitaminas en pasta que cae en la harina,
de molienda extraen del grano los valores nutritivos más importantes. Bas­ en pequeños grumos, son perfectamente mezcladas con ésta mediante un
ta con señalar que los nuevos métodos se originaron en la demanda de una transportador de tornillo como el utilizado por Oliver Evans.
mayor producción, y que las consideraciones humanas tienen escaso peso
en la cuestión. Plena mecanización: pan en la línea de producción
Muchas de las máquinas que posibilitaron la fabricación en serie
ny. L de pan y la línea continua de producción, fueron ideadas primero en Euro­
pa. La panificación es un oficio complicado y, aunque mucho antes se uti­
lizaron ya amasaderas y otros dispositivos que ahorraban mano de obra,
en ninguna otra actividad fue tan vacilante el paso a la plena mecanización
como en la de los productos alimentarios.
Incluso en Inglaterra, donde esta mecanización tuvo sus inicios,
"las fábricas de pan son menos numerosas que las pequeñas tahonas. Des­
pués de 1900, la proporción es de 80:1 a favor de es.tas últimas",65 Desde
entonces, en comparación con Norteamérica, la situación se ha mantenido
casi igual.
100. Horno con cadena sin fin. 1850. La década de 1850, y especialmente la de 1860, Tal es, sin duda, el caso en el continente, incluso en países con un
vieron patentar numerosos hornos, todos ellos comunicados por una correa sin fin con la alto nivel de vida. Sus pequeñas tahonas están ampliamente equipadas con
cámara de panificación. "Las plataformas sobre las.cuales se colocan el pan, las galletas, dispositivos mecánicos y hornos eléctricos. Cada uno encuentra diferen­
etc., están hechas con delgadas chapas metálicas que constituyen la plataforma de la ca­
dena sin fm. Una vez cocido, el pan se desprende y cae desde el final de la plataforma cias en el sabor del pan de las diversas tahonas locales, y selecciona la pa­
sin fin." (Patente EE.UU. n.O 7778, 19 de noviembre de 1850.) nadería que es más de su agrado.

202 203
Yo/A. derretirse. Nos hallamos en el período del diseño aerodinámico. La linea de
montaje, que funciona casi sin intervención humana, ha evolucionado has­
,JI' ta llegar a un punto rara vez alcanzado en otros campos.
Indudablemente, hay un algo de impresionante en la precisión,
;,
sincronización y pulcritud de una panificadora moderna, con su produc­
:r .
ción horaria de 30000 hogazas. En Filadelfia, visitamos una de las mayo­
":0:· .~o:

.-.:~."
res instalaciones en su género: un edificio de cinco pisos construido en hor­
migón armado, con una fachada de cristal y un aparcamiento capaz para
'o),
500 camionetas de reparto. 68
El método de producción allí es el mismo que en casi todas las fá­
/1 bricas modernas, es decir, la producción comienza en los pisos altos, y sis­
temas de transportadores enlazan una operación con la siguiente. En su
molino de Red Clay Creek (1784), Oliver Évans fue el primero en aunar la
102. Horno con cadena sin fin. 1850. Sección. Por el año 1860, hicieron su aparición al­ fuerza de la gravedad con los sistemas mecánicos de transportador. En la
gunas panificadoras mecánicas, después de haber sido ingeniosamente perfeccionada la
construcción del horno de túnel. No obstante, ninguna tuvo éxito, y la linea de producción moderna fábrica de pan, la harina es elevada primero hasta el piso alto,
en la panificación sólo se hizo efectiva en la época de la plena mecanización, que perfec­ donde están alineadas baterías de mezcladoras de gran velocidad. Cada
cionó los hornos de túnel automáticamente controlados y calentados por gas o electricidad. una de estas mezcladoras tiene capacidad para tres barriles y medio (unos
Para entonces habían quedado olvidados los primeros experimentos. y todos los esfuerzos
tuvieron que partir de cero. (patente EE.UU. n.O 7778, 19 de noviembre de 1850.) 250 kg). Las mezcladoras gigantes han sido abandonadas, pues recalenta­
ban la masa. La fábrica que visitamos antes disponía de la mayor mezcla­
dora de esta clase, capaz de mezclar 30 barriles, o sea unos 2500 kg, de
Sólo en aquellos países donde han sido alcanzadas las fases más masa de una sola vez, pero las mezcladoras y las artesas gigantescas no
avanzadas de la mecanización, como en Estados Unidos y, en este aspecto, eran adecuadas para un material tan sensible.
Canadá, ha desaparecido casi por completo la tahona y la producción ma­ Al cabo de unos pocos minutos de mezclado, la masa espesa y es­
siva se ha convertido en norma. Según el censo de Estados Unidos en ponjosa -primera mezcla- es v.ertida desde cada máquina en una artesa.
1939, las empresas corporativas fabricaban pan y otros derivados de la pa­ Las artesas giran sobre pivotes, como carretillas de mina pero mucho más
nificación (salvo galletas dulces o saladas y rosquillas) por valor de largas, y cuelgan de recias barras unidas a vagonetas que circulan por un
514000000 de dólares, contra 20000000 de dólares los establecimientos monorraíl cercano al techo. En principio, el sistema es el mismo que el utili­
pequeños. 66 Esto seguia el mismo curso que la creciente mecanización de zado para desplazar reses muertas en los mataderos, pero mucho más
la vida cotidiana entre 1914 y 1930, Y especialmente en el periodo 1925­ completo. Las artesas son desviadas hacia la sala contigua, donde tiene lu­
1930. gar la fermentación. Una bandeja sigue a otra a lo largo del techo, un tren
En este período, la fábrica de pan quedó consolidada en unidad de después de otro, y un monoraiJ tras otro, como en un muelle de mercancías
producción. 67 Todas las operaciones y máquinas eran coordinadas y sin­ suspendido. En cuatro horas y media, la masa esponjosa asciende desde el
cronizadas con la precisión de un mecanismo de relojería. La elaboración fondo de la artesa hasta el borde. En su lenta formación, el gas hincha la
de masa llegó a ser automatizada en todas sus fases, hasta obtener una ho­ masa como si fuese un globo, y si se abre la capa elástica y membranosa
gaza de estructura extremadamente regular y de una uniformidad absoluta. que cubre el recipiente, sale el gas carbónico caliente y es posible contem­
Las dimensiones de los hornos han aumentado con respecto a las plar innumerables cámaras de gas que actúan en forma invisible. En esta
de 1850, y ello en todos los tipos -hornos de vapor, hornos de bandeja, fase, la masa viviente tiene todavía los huecos, burbujas y cavidades irre­
hornos rotatorios- y en especial en los del tipo de cinta sin fin, que ha al­ gulares de la hogaza hecha a mano.
canzado longitudes de 30 a 40 metros. El término "horno de túnel" no es Tras esperar cuatro horas y media la masa, el tren se pone en mo­
ninguna exageración. vimiento. Artesa tras artesa son propulsadas hacia la parte posterior de la
Los ingenieros utilizan su experiencia en termodinámica para ais­ sala y vaciadas, y la masa esponjosa cae, a través de grandes aberturas en
lar los hornos y para regular el calor con gran precisión. Toda suciedad ha el suelo, en el piso inferior.
quedado eliminada, y no hay polvillo de carbón que contamine la atmósfe­ Pasa allí a una segunda bateria de mezcladoras, donde la esponja
ra, puesto que el gas, la electricidad o el petróleo han sustituido al carbón. irregular recibe los ingredientes que necesita para convertirse en una masa
La cámara de cocción está ya tan limpia como una central hidroeléctrica. uniforme. Antes de la fermentación, sólo se utiliza alrededor del 60 % de la
Con sus brillantes cubiertas esmaltadas, las amasaderas exhiben a harina, pero ahora se le añade el otro 40 %, junto con leche, agua, grasas,
menudo una sorprendente belleza de forma. Desaparecen los bordes y es­ un 6 % de azúcar, vitaminas y cualquier otro ingrediente que pueda pare­
quinas contundentes, y las formas tienen la fluidez de un bloque de hielo al cer deseable. La masa alcanza ahora su composición definitiva.

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Tras este segundo paso a través de las mezcladoras de gran velo­ para ello. Para trabajar satisfactoriamente, la moderna máquina cortadora
cidad, hay que concederle a la masa un reposo de media hora o una hora, de pan, como observa un gran experto, requiere un pan como sólo puede
para que se depositen las moléculas agitadas, y 'queda entonces a punto producir la actual mecanización: hogazas de uniformidad absoluta, blan­
para ser dividida. Baja de nuevo al piso inferior, donde un dispositivo divi­ das en la corteza y regulares en la miga.n
sor secciona la masa en porciones, cada una de ellas COij el peso de una ho­ Como norma, las cortadoras constituyen unidad con las máqui­
gaza. Una segunda máquina da a estas porciones forma de bolas, como nas de envolver, también aparecidas relativamente tarde, en 1913-1914. A
hacía antes el panadero manualmente. Esto perptite la formación de una partir de ellas, el producto envuelto es transportado directamente a las ca­
fina piel alrededor de estas porciones de masa para evitar que escape el mionetas que, en hileras, esperan en la planta baja.
gas, o, como dicen los panaderos, para impedir que "sangren". Estas bolas Al contemplar el ciclo entero, observamos que el tiempo ahorrado
de masa caen, cada una de ellas, en una cadena sin fin de recipientes y, du­ por tales mecanismos está fuera de toda proporción con respecto a su
rante un cuarto de hora, pasan por unas cámaras con vidrieras, calentadas, complejidad. En el método de la mezcla doble (masa esponjosa) que acaba­
donde están al abrigo de cualquier corriente de aire. mos de describir, se necesitan unas ocho horas y media antes de que la ha­
La preparación fmal de la masa tiene lugar en un molde que, al rina se transforme en pan ya acabado. El principal ahorro de tiempo con
imitar mecánicamente los últimos movimientos manuales del panadero, respecto a métodos anteriores radica en el empleo de levadura de acción
confiere a las bolas una forma cilindrica. Quedan entonces a punto de ser rápida, que reduce el periodo de fermentación de nueve horas a unas cuatro
depositadas en la bandeja, operación que se puede efectuar de manera au­ y media, si bien hay sistemas más rápidos, como el de masa directa, en el
tomática, pero que incluso las grandes panificadoras prefieren hacer a ma­ que todos los ingredientes son mezclados a la vez, y con el cual el tiempo
no. La fermentación es estimulada de nuevo. En las cabinas con elevada de fermentación puede quedar reducido a tres horas y media. Pero, en
humedad, la levadura actúa vigorosamente y, en el transcurso de una hora, general, la preferencia se inclina en favor del método, más prolongado,
la masa asciende hasta el borde de su bandeja. de la masa esponjosa.
Comienza entonces el proceso de la cocción. Las bandejas desa­ La economia decisiva no radica en la aceleración del proceso,
parecen en los tres metros de abertura de los hornos de blancas paredes, sino en la enorme producción que la mecanización y la línea de montaje
colocados uno junto a otro. Durante media hora, viajan en su banda sin fin posibilitan.
a 'través del túnel de 50 metros. Totalmente cocidos, sus cargamentos son El proceso de la panificación no permite verse acelerado más allá
automáticamente sacados por el otro extremo. Por segunda vez, interviene de unos límites bien definidos, ya que la mecanización choca aquí con una
la mano humana, y unos operarios provistos de guantes muy gruesos sa­ sustancia orgánica cuyas leyes son inviolables. Antaine Augustin Parmen­
can las hogazas de las bandejas calientes. Un transportador los conduce tier defmió la masa (1778) como la sustancia blanda, flexible y uniforme
hasta el piso inferior donde, en unas dos horas, 'se enfrian lentamente en obtenida por una mezcla homogénea de harina, agua, aire y levadura (to­
unos estantes móviles a través de cámaras' con un control exacto de la tem­ davia no se utilizaba el fermento en la elaboración del pan). Hoy cabria
peratura y de la humedad. añadir que esta sustancia no es estática, sino un cuerpo orgánico en conti­
En la década de 1930 aparecieron métodos con los que el tiempo nua fluidez, un cultivo altamente sensible cuya incubación debe ser cuida­
de enfriamiento se reducía a dos fases: "El primer paso bajo una presión dosamente controlada en cada fase de su fabricación masiva, con la ayuda
atmosférica, y seguidamente enfriamiento más rápido del pan por eva­ de termómetros y de cámaras de aire caliente. Hemos teniqo ocasión de
poración de la humedad bajo presión subatmosférica."69 ver cómo, después de cada intervención mecánica, se requiere una pausa
Sólo falta cortar las hogazas en rebanadas, envolverlas y distri­ de duración variable para restablecer la interrumpida actividad de las enzi­
buirlas. mas. En el proceso mecanizado son necesarias más subdivisiones y pausas,
Las máquinas automáticas que cortan sesenta barras de pan por y una cautela mucho mayor, que en la elaboración manual.
minuto en rebanadas de tamaño uniforme, son de recién aparición en la fa­ Cada vez que la mecanización se encuentra con una sustancia vi­
bricación del pan. Inventadas en 1928. ac~ptadas con titubeos en 1930,70 viente, bacteriana o animal (10 que es casi indiferente), es la sustancia orgá­
en 1940 eran juzgadas ya indispensables. Cuando en 1942, en tiempo de nica la que determina la ley.
guerra, el Gobierno de Estados Unidos prohibió el uso de estas máquinas
para ahorrar acero, el enojo entre las amas de casa fue tan grande que esta
orden hubo de ser cancelada. La naturaleza cambiada del pan de máquina
Señalemos que la idea de cortar a la vez toda una hogaza de pan
había surgido ya en Norteamérica allá por el 1860, cuando se patentó un Sigue en pie la pregunta: ¿hasta qué punto ha cambiado el pan
dispositivo cortador de pan provisto de diez cuchillas en forma de hoz y bajo la influencia de la mecanización?
acopladas a una palanca. 71 Pero esta máquina, al igual que la aspiradora y El pan carbonatado del doctor Dauglish tenía una estructura en
la máquina lavaplatos, se unió a los inventos archivados. Había razones extremo uniforme, finamente porosa, producida por el chorro de gas inyec­
206 207
103. Anuncio
de pan cortado
y envasado.
1944.

Get Sliced Wond~b::~dFresh Toda,!


tado a presión. La corteza era relativamente dura, pero el interior era tan
elástico como una esponja de goma e insípido por completo. De poco sir­
vió mezclar la masa con vino en vez de con agua, como se hizo más tarde
con la esperanza de que los ingredientes ácidos realzaran su sabor.
La fórmula del doctor Dauglish no prevaleció, pero sí lo harían
las caracteristicas que distinguen el pan de máquina del pan del período
preindustrial.

Uniformidad

¿Cómo consiguieron las grandes compañías panificadoras, des­


pués de 1900, eliminar a los modestos panaderos que hasta entonces
habían sído dueños del mercado? Los expertos ofrecen siempre la explica­
ción siguiente: el producto de las pequeñas tahonas, según ellos, siempre
estaba cambiando; un dia era de un modo, y el 'otro era ya diferente. La
mecanización, en cambío, ofrecía un pan que era totalmente uniforme. Tal
vez sea cierto que el público exigiera uniformidad, pero no cabe duda de
que los factores económicos fueron más decisivos. Después de 1900 entra­
mos en el período en el que las sociedades anónimas penetraron en casi to­
dos los sectores de la vida.
Un pan tan perfectamente homogéneo como el obtenido por el
doctor Dauglish con su proceso gaseoso siguió siendo imposible de obtener
con levadura, es decir, con la fermentación, hasta que se introdujo por do­
quier la mezcladora de gran velocidad (1928). La tremenda potencia de ba­
tido de su agitador diseminaba las partículas de levadura a través de la ma­
sa. La uniformidad y la creciente importancia dada al aspecto iban a
la par.
Hoy, el público exige que los huevos tengan yemas de un color
uniforme. Una ciudad prefiere un amarillo claro, y otra un anaranjado os­
curo. La industria facilita la correspondiente alimentación para las galli­
nas, la cual, con la ayuda de colorantes artificiales, nunca deja de producir
yemas de la misma tonalidad.
El gusto del público no es tan exigente con el color de la corteza
del pan, pero también aquí todo tinte requerido puede ser obtenido exacta­ 104. Herbert Mauer: Pan italianú, Nueva York. 1944.

208 209
mente por medio de termostatos y de la adición de ingredientes. Un pulcro Al hacerse la hogaza cada vez más blanda y espumosa, se desa­
envoltorio, a menudo altamente efectivo desde el punto de vista publicita­ rrolla la demanda de una corteza de máxima delgadez y de un pan que sea
rio, además de mantener el pan limpio y fresco, satisface la demanda de absolutamente fresco. En el 1830, Sylvester Graham, el gran reformador
uniformidad (fig. 103). del que más adelante hablaremos, condenó la afición de sus compatriotas
al pan humeante y recién salido del horno, y cabe que la mecanización
Cambios en la- estructura
haya nutrido esta tendencia al utilizar sus medios para crear la blanda y
aérea textura que es característica del pan recién cocido. Pero no es ésta,
El pan de la plena mecanización tiene la elasticidad de una espon­ desde luego, la única causa. Esta textura coincide con todo el proceso de la
ja de goma, pues al ser apretado vuelve a su forma original. La hogaza es producción rápida, ya que, mucho antes de que se implantara la mecaniza­
cada vez más blanca, más elástica y más esponjosa. Esto no es tan sólo el ción, Sylvester Graham demostró que el pan de corteza delgada, hecho
resultado de la mecanización, y es que, con la maquinaria cada vez más con harina fmamente molida, se cuece más deprisa que cualquier otro, y,
complicada y mayores aportaciones de capital, había que idear nuevas for­ de un modo imperceptible, el gusto del público se adaptó a este hecho.
mas para impulsar el consumo. . Hoy, el árbitro del gusto en la industria del pan indica a los panaderos lo
Desde la mecanización, como se ha señalado con frecuencia, el que considera como los principales defectos en la corteza: aspereza, grosor
pan blanco se ha enriquecido con grasas, leche y azúcar, pero tales ingre­ y grietas, y recomienda, muy en especial, blandura yuniformidad. 76
dientes son añadidos sobre todo para estimular las ventas mediante un au­ Una extrema cualidad de recién hecho ha llegado a convertirse en
mento en el atractivo visual de la hogaza. Las grasas de repostería utiliza­ una demanda que no es posible negligir. "Los tenderos consideran que el
das en el pan, como dice una destacada autoridad, tienen "el objeto pri­ pan rancio, es decir, el pan que cuenta un dia o incluso menos, es invendi­
mordial de proporcionar una calidad tierna, apta para la masticación, al ble."77 Para conservar su virtud de "acabado de salir del horno", el pan es
producto acabado".73 Producen la "corteza aterciopelada", una estructura envuelto en papel grueso y encerado que ostenta un dibujo cuidadosamen­
de tipo reposteria, para que el pan esté a medio masticar, por asi decirlo, al te impreso, costumbre que fue respetada incluso durante la escasez de pa­
llegar a la boca.. pel de la segunda guerra mundial. Según un experto norteamericano, el
Por regla general, al pan blanco se le añade alrededor de un 6% de ama de casa palpa el pan a través del envoltorio, y si no es tan elástico
azúcar, lo cual también reblandece la estructura y proporciona una leve como para permitir que sus dedos casi se encuentren en el centro, lo de­
dulzura, aparte de estimular la fermentación. Pero, sobre todo, el azúcar es vuelve. En el hogar sólo se tolera pan absolutamente fresco, factor que
"la fuente del color de la corteza". Si la cantidad ~e ve reducida, la delgada conduce a su despilfarro, y esta tendencia al despilfarro favorece más a la
corteza adquiere un aspecto "pálido y poco atractivo" en vez de mostrar expansión de la producción que a la digestión humana.
aquel brillo amarillo dorado, como aquellas manzanas rojas y brillantes No se han escatimado esfuerzos para restablecer artificialmente
cuyo exterior apetitoso casi ha desterrado a otras variedades de aspecto los valores naturales eliminados en favor de la apariencia. En 1916, una
menos seductor, pero de aroma más delicado. gran compañía vendedora de pasas empezó a anunciar sus productos para
La mecanización no se duerme en sus laureles. Hemos menciona­ alentar a los panaderos a utilizarlos en el pan. Al cabo de dos años, la ven­
do ya aquellas propuestas del decenio de 1930 para enfriar el pan con ma­ ta de pasas se había decuplicado. 78
yor rapidez, bajo presión atmosférica seguida por presión subatmosférica. Las sugerencias para añadir vitaminas a la masa datan de finales
En una patente más tardía,74 el inventor aprovecha la oportunidad de la del decenio de 1920, pero ello no se hizo a gran escala hasta 1940, fecha en
fase de enfriamiento para actuar de nuevo sobre la apariencia. Mientras se la que las vitaminas se convirtieron en preocupación pública. 79 "Se le ha di­
le extrae a la hogaza su humedad en la cámara de vacío, se la perfora con cho al público americano que hoy puede obtener un nuevo pan blanco que
un dispositivo inyector provisto de una válvula de aguja, tal como es atra­ contiene las vitaminas y minerales propias del trigo."80
vesada la piel humana por la aguja hipodérmica del médico. Según nos
asegura el inventor, es posible conseguir "cualquier penetración deseada". La mecanización altera el gusto del público
Hay en su discurso algo de la fantasia del doctor Dauglish, y vale la pena
citarlo por su valor sintomático. Indudablemente, el pan de calidad, como tantos otros lujos, se
abarató tanto gracias a la producción en serie que llegó a estar al alcance
Otro objeto del invento es el de facilitar el inyectar sustancias tales como de todos. Ningún rey de Francia tuvo en su mesa un pan tan blanco ni de
limón, naranja, uvas u otros aromas o extractos aromatizantes, y materias colo­ textura tan sedosa. Pero la posición del pan como base de la vida ha sido
rantes... Asi, el pan puede ser tratado con una materia colorante para que asuma minada. La complicada maquinaria de la plena mecanización ha alterado
el tinte deseado. Esta materia puede tener el sabor que se desee y, por lo tanto, su estructura y 10 ha convertido en un cuerpo que no es pan ni torta, sino
además de coloreada, la hogaza tendrá también un gusto fijo De modo similar, algo situado a mitad de camino entre ambos. Cualesquiera nuevos enrique­
cabe inyectar vitaminas mediante agentes portadores volátiles Para reforzar las cimientos que puedan ser ideados, en realidad nada puede servir de ayuda
cualidades de conservación, pueden ser introducidos gases tales como el ozomo. 75 mientras esa blandura dulzona siga afectando a su estructura.
210 211
Si el tipo de pan preferido en Estados Unidos fuese sometido a vo­ puede comprar cada día pan recién hecho en la tahona. Este es un uso a la
tación popula,r, no sería dificil prever el veredícto. El censo de 1939 se en­ vez tradicional y económico, ya que el pan guardado varios días cunde
carga de pronunciarlo: la cantidad de pan blanco consumido es unas cua­ más que el pan recién hecho. 85
tro veces superior que la de pan de centeno o el de trigo integral. 81 Y hemos Esta era antes la costumbre por doquier. Al parecer, los habitan­
de indicar que el pan de harina de trigo integral no se diferencia mucho del tes de Pennsylvania86 utilizaban altos cestos de mimbre, en forma de barril,
pan blanco en cuanto a esponjosídad y sabor, y que, como norma, se mez­ que "contenían el suministro semanal de pan hecho en casa" (fig. 106). Sus
cla de un 40 a un 50% de harina blanca muy refinada con el pan de cente­ "hogazas de otros tiempos tenían un tamaño varias veces superior al de las
no, y que tambíén en éste la corteza se mantiene tan delgada como es po­ actuales hogazas de panadería, y toda una hornada cabría perfectamente
sible. en una de esas cestas".87
El cambío de sabor a través de la mecanízación presenta un cua­ El pan había de estar bien cocido, sin ser blando ni esponjoso. La
dro todavía más claro cuando la'cantídad de harína blanca empleada en el dura corteza constituía una protección natural contra el despilfarro y el se­
pan y otros productos de tahona en 1939 es comparada con la de trígo ín­ cado de la miga. Había que masticarla concienzudamente, y proporciona­
tegral (incluída la de trigo sin cerner), y se observa que la relación es de ba a los dientes algo que morder.
27:1. 82 A menudo, el área normal de la corteza era considerada insufi­
La adulteración del sabor, similar a la que acompañó ala mecani­ ciente, y se ideaban formas especiales del pan para incrementarla. El pan
zación del pan, fue observada un siglo antes en un campo muy distinto. El de un panadero italiano de Nueva York muestra en su estructura plástica,
gusto artístico imperante en el siglo XIX se formó a través de la explota­ tan bien captada por Herbert Matter, el esfuerzo encaminado a ampliar al
ción de ciertos deseos latentes entre el público. Al público le agrada lo que máximo la corteza (fig. 104).
es dulce, suave, y con un aspecto exterior atractivo, y tales deseos pueden Los italianos son maestros en esta extensión de la superficie de la
ser reforzados y debilitados, o bien encauzados hacia canales positivos. hogaza, y a menudo dan a sus productos formas barrocas. De hecho, fue
Los pintores del gusto imperante se dedicaron a satisfacer, cada vez con en el siglo XVII cuando aparecieron las hogazas alargadas, con su mayor
mayor ahínco, esta demanda del público, y con ello se asegurarán un mer­ área de corteza. Las largas barras de París, los diversos tamaños de los pa­
cado y unas remuneraciones. El resu1tadofue una confusión de los instin­ necillos de Viena, la trenza salada, el cañón, la media luna del Kaiser, eran
tos en todas las clases de la sociedad, una desorientación que todavía hoy todos ellos productos enrollados o doblados a partir de delgadas tiras de
sigue causando perjuicios. masa, con lo que se favoreciala formación de corteza y se permitía que el
No es posible demostrar detalladamente cuál era la trama de los calor del horno penetrase totalmente en cada pieza. Normalmente, este pan
antiguos instintos cuando el pan sufrió el impacto de la mecanización, pero es partido o roto en vez de cortado. 88
había un juego impenetrable de acción y de reacción, la estiinulación de los Funcionalmente considerado, esto significa que quien lo come
deseos y su satisfacción. Las características cambiantes del pan siempre debe poner en juego sus dientes y los músculos de sus mandíbulas, y que
redundaron en beneficio de su productor, y era como si el consumidor con ello experimentará plenamente el sabor del pan.
adaptase inconscientemente su gusto al tipo de pan más apropiado para El pan debe tener una corteza dura si ha de dar trabajo a las
una producción ,en serie y un giro comercial rápido. mandíbulas. Durante el importante período preparatorio en Norteamérica
entre 1830 y 1850, numerosos reformadores acometíeran el problema de la
Sylvester Graham (1794-1851) y la devaluación del pan nutrición con el ánimo y la independencia que otros compatriotas suyos
aplicaron a la reforma de las antiguas herramientas.
La demanda de pan recién hecho por la mañana condujo a la coc­ Sylvester Graham (J 794-1851) fue la figura prominente cuyo
ción nocturna en fecha muy temprana. Esta costumbre de la sociedad cor­ nombre todavía anda asociado en todos los países con la harina de trigo
tesana y burguesa comenzó, según se creyó durante largo tiempo, a finales entero, groseramente molida, por él recomendada. Graham no estuvo solo,
del Ancien Régime, cuando un astuto panadero parisiense quiso poner su pues inició un movimiento que consiguió apoyo de los expertos y despertó
pan a la venta antes que sus competidores. Pero hoy sabemos que la inicia­ un eco en los circulos universitarios. 89
ción de esta tarea alrededor de la medianoche se efectuaba ya en las ciuda­ "El pan -escribió Graham en 1837-90 debería ser cocido de for­
des a finales de la Edad Media. Unas' ordenanzas detalladas regulaban ma que, como indicación general, exigiera y asegurase un total ejercicio de
la elaboración nocturna del pan en la segunda mitad del siglo XV. 83 los dientes en la masticación." Pero esto no es todo. La materia de la que
Esta práctica beneficiaba a una reducida clase privilegiada, pero está hecho debe ser apropiada para tales requerimientos. Debe ser el trigo
la gente de las zonas rurales sólo horneaba una vez a la semana, y a veces entero y toscamente molido. El pan, sostenía Graham, debería conservar
cada quince días. 84 Las hogazas eran guardadas en estantes de madera cer-' algo del "sabor delicioso y de la delicada dulzura que los órganos puros
ca del techo. En muchas regiones montañosas todavía persiste la costum­ perciben en la ingestión del buen trigo nuevo recién desprendido de la
bre de comprar la provisión semanal de pan, incluso cuando el campesino mies". Y da un paso más. Sabe cuan ímportante es el suelo en el que el gra­

212 213
no maduró y el fertilizante utilizado para enriquecer este suelo, y ahí es El interés de Sylvester Graham por la nutrición surgió del deseo
donde se aprclximó a las investigaciones recientes. de reconciliar al hombre con las constantes que gobiernan su organismo. A
Suelo, harina y pan eran concebidos Como constítutivos de una veces, las ideas de Graham lindan con lo extremo, pero en conjunto sus
entidad índívísíble en relación con otra entidad: el organismo humano. Syl­ reglas, muy avanzadas para su época, van acompañadas por un instinto
vester Graham deseaba restablecer el contacto del hombre con lo orgáni­ sorprendentemente seguro. 96 Él no podía saber con exactitud qué vitales
co, y la nutríción era su medio. elementos albergaba, el germen o el hollejo del grano, ni cuál era el secreto
El sentimiento romántico inspirado por la naturaleza se funde con de la fruta cruda o de las hortalizas frescas que con tanto celo recomenda­
las tendencias del XVIII hacia un regreso a la vida natural, y ello llega a ba, pero por doquier es identificable su gran preocupación: en el curso de
ser una llamada a esa clase de existencia. Graham consideraba la nutríción su preparación, a los alimentos no se les debe despojar de sus valores más
como el camino, tal como Vincent Priessnitz (1799-1851), el campesino de importantes. En el capítulo "Leyes de la díeta",97 se leen estas líneas: "Si el
Silesia, veía el agua como el medio para el acceso directo a lo que era cen­ hombre tuviera que subsistir sólo a base de sustancias alimenticias en su
tral en la naturaleza humana. Cuando hablemos de regeneración en el siglo estado natural, o sin ninguna preparación artificial culinaria, se vería obli­
XIX, veremos cómo Priessnitz, el fundador de la hidropatia, realizaba sus gado a utilizar con frecuencia sus dientes para masticar la comida, y con
curas de agua fría, entre 1830 y 1850, utilizando masajes, baños y duchas ello no sólo preservaría sus dientes del deterioro, sino que, al propio tiempo
frias para tratar enfermedades crónicas y para restaurar y acelerar la cir­ y por los mismos medíos, mezclaría concienzudamente su comida con el
culación en cuerpos debilitados por una existencia muelle. En su enfoque, fluido de su boca."
tanto Graham como Priessnitz siguen las lineas que lean J acques Rous­ Por la misma razón, Graham previene contra el puré de patatas,
seau trazó medio siglo antes y que, en 1830, habían conseguido una difu­ que casi elimina la necesidad de masticar y llega al estómago como una
sión general. masa espesa y concentrada. En nuestros días, es evidente que la batidora
Sylvester Graham procedía de una familia de predicadores, tem­ ha aventajado visiblemente a todas las demás modalidades de preparación
pranamente establecidos como colonos en Connecticut. Cuando niño, dis­ de la comida.
taba de ser robusto, en su juventud conoció tiempos muy dificiles y, tras En el curso de nuestro siglo, cada vez se ha hecho notar más la
probar varias vocaciones, se convirtió en ministro presbiteriano como lo preferencia por alimentos que puedan ser ingeridos con un mínimo de tiem­
había sido su padre. En Filadelfia, donde tuvo su primera congregración, po y de esfuerzo, desde la carne picada (hamburguesa) hasta los helados, y
se asoció con cuáqueros y ligas de templanza, aunque la abstinencia le in­ ambas cosas merecen, en Estados Unidos. el título de platos nacionales. El
teresaba mucho menos que las relaciones de nuestro cuerpo con los ali­ sistema favorito para la ingestión de la fruta es en forma líquida (zumos) o
mentos que ingerimos. Estudió fisiología y anatomía; "las leyes de relación menudamente troceada (macedonia). Se ha observado que los niños a me­
bajo las cuales existe el hombre", atrajeron su atención, así como "las re­ nudo se niegan a comer melocotones enteros, por haberse acostumbrado
ciprocidades y mutuas dependencias de mente y cuerpo".91 sobre todo a los frutos cortados en fmas rodajas. Cómo cobraron forma
Su ascenso empezó en 1832, cuando el cólera azotaba a la vez a estas tendencias o hasta qué punto este deseo de ganar tiempo ha repercu­
Europa y América. Esta epidemia condujo a mejorar el sistema de alcanta­ tido en la alimentación humana, son cuestiones que requieren una investi­
rillado de Londres, así como las viviendas de la clase trabajadora. Sylves­ gación más a fondo. Si pensamos en los ingredíentes en polvo y envasados
ter Graham, en conferencias que pronunció en Clinton Hall (Nueva York), para preparar sopas y repostería, el café vendído ya molido y en lata, o el
con gran afluencia de público, abogó por un retorno a los hábitos de ali­ azúcar granulado utilizado con preferencia a los terrones de disolución me­
mentación natural como preventivo contra la enfermedad, y consiguíó un nos rápida, parece casí imposible trazar los límites de este campo en conti­
buen número de seguidores. 92 En Nueva York y otras ciudades se estable­ nuo crecimiento.
cieron hoteles que observaban sus normas. 93 Graham vivió más tarde en El pan fue el punto de partida de Graham, y al pan siempre retor­
una pequeña ciudad de Massachusetts y consiguíó numerosos y activos na éste. Entona las alabanzas de aquel "pan delicioso" que, según sus re­
partidarios en Boston que, mediante periódicos y sociedades, prosiguieron miniscencias, elaboraban las mujeres de Nueva Inglaterra alrededor de
sus enseñanzas después de su muerte. El grahamismo en la dieta se asoció 1800: "Había en él una dulzura y una riqueza naturales que siempre lo
más tarde con la hidropatia de Priessnitz en una cura combinada,94 y con hacían deseable", y si bien incluso la levadura casera "podia ser de una ca­
diversas formas esta unión de díeta, ejercicio y tratamiento hidroterápico lidad muy superior" a la que cabía obtener en las fábricas de cerveza,90 el
ha sobrevivido en los países europeos hasta hoy. propio Graham sospechaba que estas posibilidades estaban sentenciadas a
Más de medio siglo antes de que la mecanización llegase a domi­ largo plazo y que nadaban contra la corriente de los tiempos.
nar la vida, Sylvester Graham pronunció la más contun<;lente acusación No muy lejos de lo posíble andaba su recomendación de que el
contra sus efectos. Lo que en aquel tiempo se hallaba en sus comienzos y pan tuviese una dura corteza protectora y que se guardase veinticuatro ho­
esencialmente limítado al "gusto viciado de la sociedad refinada"95 ha ab­ ras antes de comerlo. Lo que Sylvester Graham enseñaba en 1832 se pre­
sorbido desde entonces a las grandes masas de la población. senta hoy como una advertencia contra los instintos equivocados, una ad­

214 215
vertencia contra el pan blando, siempre fresco y desprovisto de corteza que gloso Una cierta aspereza, como ocurre en tantas cosas legadas de genera­
exige hoy el g4sto imperante en la mayoría de los países industrializados. ción en generación, es uno de los rasgos básicos del pan. Entre los alimen­
Por otra parte, Graham ataca con dureza los hábitos norteameri­ tos, el pan siempre ha mantenido una categoria lindante con lo simbólico.
canos: Las observaciones de Graham inciden una y otra vez en la natu­
raleza esencial del pan, y se apoyan en una antiquísima experiencia huma­
Es un defecto general en el pan de todos los tipos elaborados en este país na. Él comprendió que el pan de un pueblo revela toda la actitud de éste
el que no esté suficientemente cocido... La gente come el pan caliente y humeante, con respecto a la nutrición. Ningún progreso técnico, ninguna cultura de la
recién salido del horno y a medio cocer. píldora, ningún alimento concentrado -contra todo lo cual él formuló
1 Pan duro: esto debería estar escrito en mayúsculas en cada plato. Todo oportunas advertencias- cambiará nada en este aspecto.
niño, apenas tuviese dientes, debería ser enseñado a comer pan duro, de días. La Graham estuvo relativamente solo en su época. Las cuestiones
corteza es lo más recomendable, pues responde a más de una buena finalidad. Es
mejor para los dientes, más agradable para un paladar equilibrado, y más adecua­ que él suscitó han sido presentadas de nuevo, y en un contexto más amplio,
do para el estómago. 100 en Europa. En Europa, precisamente en aquellos países que disfrutan de al­
tos niveles de vida, se ha desencadenado una reacción, pero no contra la
Un siglo más tarde, en el auge de la panificación mecanizada, las harina de serie en sí, sino contra todo lo artificial en materia alimenticia. Es
más fiables directrices instruyen a los panaderos para que la corteza de su una rebelión demasiado vinculada a la renovada tendencia a 10 orgánico
pan sea tan tierna y delgada como resulte posible: "Algunos de los defec­ como para poder ser reprimida en ningún país. La tendencia aparece en
tos en las caracteristicas de la corteza son: demasiado gruesa, demasiado sectores siempre nuevos, y a largo plazo deberá derrocar a la dictadura de
dura... Un rasgo deseable de la corteza debe ser descrito como tierna, de la producción.
superficie y uniformidad regulares... "IOI Es dificil concebir una transforma­ La mecanización pura y simple ha rebasado ya su apogeo. Ha
ción más radical del gusto. comenzado el recurso a lo almacenado y, al propio tiempo, se ha iniciado
Cabe suponer que Sylvester Graham reaccionaría ante el pan de la critica. La cuestión de "¿cómo alteró el pan la mecanización?", no pue­
máquina como lo hizo un famoso pintor francés, quien observó acerca de de quedar descartada y no puede haber duda alguna en cuanto a la res­
.... .
Su pan blanco: "e'est de la neige, il n'a pas de gout." ~r.L."" -----:1

La nutrición fue el instrumento a través del cual Graham trató de


enfocar las leyes inherentes del organismo humano. En este aspecto, el pan
era para él la columna central, o, tal como él mismo dijo: "El pan ha sido,
en casi todas las partes del mundo y en todo periodo de tiempo, uno de los
primeros y más importantes articulos universales de la comida."102 Pero no
se detuvo aquí, y en sus "Leyes de la dieta" se aproxima al régimen de ali­
mentos crudos que ha influido extensamente los hábitos en ciertos países
con alto nivel de vida, como por ejemplo Suiza, a partir de 1930. Muchas
de sus reglas tienen esta implicación, por ejemplo esta observación suya:
"Esta objeción delata tanta ignorancia de... las causas finales y las leyes
constitucionales... que apenas merece la más leve atención."104
Toca aquí un problema que le inspiró una gran preocupación y
que, en nuestros tiempos, ha adquirido peligrosa magnitud: la creencia en
que los elementos primarios perdidos a causa de una preparación inade­
cuada, pueden ser sustituidos por píldoras. "La naturaleza no produce,
para el uso alimentario del hombre, nada que sea sustancia nutritiva sim­
plemente concentrada."los
Para el científico actual seria fácil señalar en rojo las falacias exis­
tentes en las normas de Graham. Sin embargo, pocos reformadores de su lOS. Pablo Picasso: "La mujer de las 106. Cesto holandés de Pennsylvania,
hogazas". 1905. (Cortesia del Museum para el pan. Al igual que en Europa, se
tiempo han dejado, en sus enseñ.anzas, tantos elementos que todavía son of Art de Filadelfia.) elaboraba pan suficiente para el consumo
válidos para nosotros. Con unos comentarios apropiados, hay páginas de de la semana. "Las hogazas de otros
las "Leyes de la dieta", del Treatise on Bread que bien podrían ser utiliza­ tiempos eran varias veces mayores que
das en escuelas y en la radio hasta que se fIltrasen en el conocimiento ge­ las hogazas de panadería actuales, y una
neral. hornada llenaba fácilmente una de estas
cestas." (Cortesía del Landis Valley
La naturaleza del pan poco ha cambiado en el transcurso de si- Museum, Lancaster County, Pa.)

216 217
puesta. La mecanización ha devaluado el carácter constante del pan y lo
19. Perkins, Aparato para calentar el aire en edificios, Patente brítánica
ha convertidq en artículo de lujo para el cual deben ser ideados, incesan­
n.O 6146, 30 de julio de 1831. Aparato para transmitir el calor mediante la circula­
temente, nuevos encantos.
ción de agua. Patente británica n.O 8311, 16 de diciembre de 1839; aparato para
. Como Graham proclamó en 1832, con no disimulado fanatismo:
calentar mediante circulación de agua. Patente británica n.O 8804, 21 de enero de
"Mientras los pobladores de nuestro pais estén tan por completo entrega­
1841.
dos, como lo están hoy... a la incansable búsqueda de la riqueza, tal vez
20. Perkins, Hornos calentadores, Patente británica n.O 13 509, 11 de fe­
brero de 1851.
sea vano para el individuo aislado alzar su voz en un tema de esta índole...

21. John Naylor, Patente británica n.o 1656,29 de julio de 1788. "Un
Sea oida o no mi voz, yo obedeceré al dictado de mi sentido del deber... "I06

horno para hacer pan colocado o colgado sobre el fuego de una cocina... puede
Como ya preveía Graham, su clamor pasó desapercibido. Nadie girar mientras el pan que contiene permanece en una posición fija... y al que lla­
podía desviar el curso del siglo XIX, pero hoy sus esfuerzos por reconciliar mo Horno Retatorio." •
al hombre con lo orgánico cobr'an toda su oportunidad y su urgencia. 22. I. F. Rolland, Four de boulangerie, Patente francesa n.O 7015, 8 de
abril de 1851. Description de brevets d'inventions, vol. 23, p. 176.
Notas 23. Patente británica n.O 3337, 15 de mayo de 1810.
24. H. Ball, Horno de cocción, Patente EE.UU. n.O 7778, 19 de noviem­
1. Parmentier, L'Art du boulanger, París, 1778, p. 361. bre de 1850.
2. Baker's Weekly, 18 de agosto de 1923. 25. William Sellers (1824-1905), de Filadelfia, pertenece a la temprana
3. "Este dispositivo, parecido alos rodillos de amasar utilizados en va­ generación de industriales norteamericanos, en la que fabricante e inventor se
rios puertos marítimos británicos para la confección de galletas, parecen ha­ combinaban en una sola persona. Se mostró activo en varios campos, desde la
ber dado la idea para la máquina empleada en Portsmouth y en Plymouth." construcción de máquinas herramientas hasta la de puentes y rascacielos. Como
Véase Augustin Rollet, Mémoire sur la meunerie, la boulangerie et la conservation presidente de la Midvale Steel Co., fue el jefe de Frederick Winslow Taylor, y fue
des grains et des farines, París, 1847, p. 383. él quien ayudó a Taylor a desarrollar su sistema en la Midvale SteeI.
4. Benoit, Fontenelle y Malpeyre, Nouveau Manuel du boulanger, vol. 2, 26. W. Sellers, Mejoras en hornos, Patente EE.UU. n.O 31192, 22 de
París, 1778, p. 47. enero de 1861.
5. Ibídem, vol. 2, p. 48. 27. Gordon E. Harrison, "The First Travelling Oven", en The Baker's
Helper, número del L Aniversario, 17 de abril de 1937, p. 832.
6. Ibídem.
28. Ibídem.
7. Ibídem, vol. 2, p. 47.
29. V.C. Kylberg, "Baking for profit", en The Northwestern Miller and
8. La máquina amasadera de Fontaine, véase C. H. Schmidt, Das American Baker, Minneapolis, 6 de octubre de 1937.
Deutsche Backerhandwerk in Jahre 1847, Weimar, 1847, p. 234.
30. Véanse pp. 89 y s.
9. Patente francesa n.O 2754, Description des brevets d'invention, vol.
10, Boland, 15 de enero de 1847, p. 216. 31. Barlow, op. cit., p. 803.
10. Christian H. Schmidt, op. cit., p. 230. 32. Rollet, op. cit.
11. Scientific American, 17 de octubre de 1885. 33. Descripción detallada en C.H. Schmidt, op. cit., pp. 320 y ss.
12. En 1898 apareció un primer modelo de batidora de alta velocidad, y 34. G.A. Robinson y R.E. Lee, Fabricación de pan, Patente británica
se dice que en 1916 se obtuvo un modelo práctico de este aparato. La utilización n.O 12703, 10 de julio de 1849.
comercial de la batidora de alta velocidad data de 1925-1927. 35. Algunas autoridades modernas parecen preferir la recentadura. En
13. Con ocasión de una exposición en Buffalo en 1925. Le Pain et la panification, L. Boutroux considera que el pan elaborado con recen­
tadura es más saludable que el hecho con levadura, porque los ácidos que contiene
14. Parmentier, Nouveau Cours complet d'agriculture théorique et pra­ ayudan a digerirlo. Citado en Emil Braun, The Baker's Book, Nueva York, 1903,
tique, 16 vals., nueva ed., París, 1821-1823, vol. 6, p. 565, articulo en "Four". p. 52.
15. Augustin Rollet, op. cit., p. 437. En su sexto capítulo, "Des Fours", 36. Pumpernickel y Schwarzbrot.
pp. 411 a 478, Rollet ofrece un excelente relato sobre la evolución del horno.
37. J.C. Drummond y Anne Wilbraham, The Englishman's Food, Lon­
16. Fue introducido en el decenio de 1830. En 1836 la Société d'Encou­ dres, 1939, p. 353.
ragement pour l'Industrie Nationale ofreció un premio para un "four aerotherme",
con un sistema especialmente eficiente de circulación de calor. Véase Benoit, op. 38. E. Y L. Bunyard, The Epicure's Companion. Londres, 1937.
cit., vol. 1, pp. 231 Y ss. 39. Arkady, colección de articulos reproducidos de Arkady Review,
17. Rollet, op. cit., p. 440, asegura que en Gap, Grenoble, Avignon y Manchester, Inglaterra, 1938.
otras ciudades, "es calentado con antracita o carbón blando". Véanse grabados M 40. "El alumbre fue utilizado en las tahonas de ciudad en proporción
y N, y vol. Atlas, grabo 45. que llegaba a las cuatro onzas (113 gramos) por saco de harina; este producto quí­
18. La idea de "utilizar el vapor de la ebullición de licores para hervir y mico incrementa el volumen y al propio tiempo la textura y el color de una hogaza
cocer" fue patentada a principios del siglo XVIII (patente británica n.O 430, 25 de elaborada con harina de clase inferior." Drummond y Wilbraham, op. cit.. p. 342.
junio de 1720). 41. Schmidt, op. cit., p. 146.

218 219
42. Sylvester Graham escribe en su Treatise on Bread and Breadma­ 65. Emil Braun, The Baker's Book, vol. 1, Nueva York, 1901, p. 182.
king, Bastan, ~837, que en 1829 nada menos que 25 panaderos fueron castigados 66. U.S. Census, vol. 1, Estadísticas y sujetos, 1939, p. 234:

por utilizar sulfato de cobre. El primero en atacar la adulteración de los alimentos Númeto de establecimientos de propiedad asociada = 1160.

fue F. Accum, Treatise on the Adulteration of Food, Londres, 1820. Su descrip­ No asociada = 329.

ción de "métodos ilícitos" no le sirvió de nada y se vio obligado a abandonar In­ Asalariados en establecimientos de propiedad asociada = 80074.

glaterra. En los de propiedad no asociada = 3561.

43. Patente británica n.O 2293, 1 de octubre de 1856. 67. Los datos encontrados en diversos artículos sobre la introducción
44. Patente británica n.O 2224, 21 de agosto de 1857. de las diferentes máquinas, a menudo muestran disparidad. Sin embargo, el desa­
45. George Tom1inson Bousfield, "Mejoras en la preparación de la ma­ rrollo puede ser seguido con una cierta precisión. Si comenzamos con los puntos
sa", comunicado por Perry y Fitzgerald de Nueva York, Patente británica n.O de partida de la plena mecanización -las batidoras de alta velocidad y los hornos
2174, 15 de agosto de 1857. de gas en forma de túnel-, resulta evidente que el actual horno de túnel con plan­
cha de acero y la batidora rápida fueron de uso general después de 1928. Corre
46. Perry y Fitzgerald, Bread for the Millions, a brief exposition of paralela a esto su primera aparición como modelos de servicio corriente: la batido­
Perry and Fitzgerald's patent process, Nueva York, 1861, con ilustraciones. ra de alta velocidad en 1916, y el túnel con horno de gas (con paredes de ladrillo)
47. -Ibídem. en 1917.
48. Harper's Weekly, 1859, p. 612. Están asociados con éstos los dispositivos que efectúan las operaciones
49. The Aereon, invented by Solomon Andrews, Nueva York, 1866, con intermedias y finales, tales como los moldes alrededor de 1900, las máquinas de
ilustraciones. empaquetar en 1913-1914, y las máquinas cortadoras automáticas en 1928.
50. Harper's Weekly, 1859, p. 276, con ilustraciones. 68. Estamos en deuda con el señor W. A. Sieber, director de la Freiho­
fer Baking Ca., de Filadelfia, por sus amables orientaciones e informaciones.
51. The Great Industries ofthe United States, Hartford, 1872, p. 673.
69. Patente EE.UU. n.O 2012722, 19 de noviembre de 1935. Como ve­
52. GaiI Borden, Patente EE.UU. n.O 15533, 19 de agosto de 1856. remos más adelante (véase "Cambios en la estructura"), este proceso fue ampliado
53. Fevre, Brevets d'Inventions n.O 5981, 16 de abril de 1851. Patente posteriormente hasta el punto de inyectar en el pan cualquier aroma o color.
británica n.O 13525,22 de agosto de 1851. 70. "Cuando se sugirió por primera vez el corte del pan... los panaderos
54. Patente británica n.O 7076, 3 de mayo de 1836. pensaron que esta operación iba a afectar la calidad y el aspecto de sus hogazas",
55. En 1859 la Rurnford Chemical Works, de Rumford, R.L, lanzó al EJ. Frederick, "Slicing latest development", en Canadian Baker & Confectioner,
mercado el primer fosfato de calcio como polvo de levadura. Véase Albert E. Taranta, julio de 1938.
Marshall, "Eighty Years of Baking Powder Industry", en Chemical and Metallur­ 71. W.B. Vincent, Máquina para cortar pan, jabón y grafito, Patente
gical Engineering, Nueva York, 1939. EE.UU. n.O 52627, Bastan, Mass., 13 de febrero de 1866.
56. American Artisan, vol. 3, n.O 1, Nueva York, 1866. 72. Julius B. Wihlfahrt, Treatise on Baking, Nueva York, 1934.
57. Este sistema húngaro fue perfeccionado en Budapest entre 1834 y 73. Julius B. Wihlfahrt, op. cit.
1873, principalmente por tres inventores suizos: en 1834 por Jacon Sulzberger, en 74. Patente británica n.O 13974-76, 19 de enero de 1937.
1850 por Abraham Ganz, que introdujo unos rodillos de hierro helados, y final­
mente, en 1873, por Friedrich Wegmann, quien utilizó unos cilindros de porcelana 75. Ibídem.
muy lisos y automáticamenteregulados. (Véase Wilhelrn Glauner, Die Historische 76. Wihlfahrt, op. cit., p. 380.
Entwicklung der Müllerei, Munich y Berlín, 1939.) Estos cilindros son típicos in­ 77. J.S. David y W. Eldred, Stale Bread as a Problem ofthe Baking ln­
ventos archivados, pero se necesitaron dos siglos y medio para convertirlos, a par­ dustry, Lelan Stanford Jr. University, Food Research Institute, Miscellaneous Pu­
tir del laminador portátil de Ramelli (1588), en una máquina. En el siglo XVIII, se blications, n.o L p. 11.
encuentran varias propuestas de esta indole, en su mayoría destinadas al hogar, en 78. Cumrnings, op. cit., p. 151.
Francia y en Inglaterra. Al igual que en todo el campo de la panificación, en los 79. "La publicidad y la promoción por medio de revistas representaba
años veinte se realizaron numerosos intentos, pero no condujeron a ninguna solu­ 32 millones de lectores; durante seis meses aparecieron 50000 anuncios del pan
ción satisfactoria. enriquecido en la prensa diaria." Véase Baker's Weekly, 21 de setiembre de 1941.
58. Charles B. Kuh1mann, Development of the Flour-Milling Industry 80. Ibídem, "El futuro del pan enriquecido".
in the United States, Bastan, 1929, pp. 115 Y ss. 81. Consumo de pan blanco = 7218843271 libras. Valor =
59. The original inventor for the purifying ol middlings, Nueva York, 491520741 $ Consumo de trigo entero, centeno y panecillos = 1731 225 O18 li­
1874, p. 4. Este folleto es una de las numerosas obras sobre el inventor del nuevo bras. Valor = 128210418 $.
proceso. Véase Sixteenth U.S. Census, vol. 2, parte 1, 1939, "Manufactures",
60. De la especificación de üliver Evans. p. 164.
61. Kuh1mann, op. cit., p. 283. 82. Panes de consumo, véase Sixteenth U.S. Census vol. 2, parte 1,
62. Ibídem, p. 234. 1939, "Manufactures", p. 165.
63. Al parecer, el blanqueo comercial- data de una patente francesa de Consumo en pan y otros productos de panificación (excepto galletas,
1898. Véase C.H. Baily, The Chemistry ol Wheat Flour,Nueva York, 1925. crackers y rosquillas), 1939:
64. Véase Baily, op. cit., p. 213. Harina blanca = 41867698 barriles. Valor = 188033486.

220 221
Trigo entero (incluida harina sin cerner). =·1949 517 barriles. Valor = que, como dice Graham al referirse al pan de Nueva Inglaterra, lo hace "siempre
9214166. deseable".
83. Ambroise Morel, Histoire illustrée de la boulangerie en France 99. Ibídem, pp. 39, 49 Y 131.
París, 1924, p. 114. ' 100. Ibidem, p. 97.
84. Schmidt, op. cit., p. 298.
101. Wihlfahrt, op. cit., p. 380.
. 8~. 'Para aliviar la escasez de harina en tiempo de guerra, el Gobierno
102. Graham, op. cit., p. 16.
SUIZO or~e~o que. el pan pasara 48 horas antes de ser puesto a la venta. Esta medi­ 103. Ibídem, p. 53.
da reduJo mmedlatamente el consumo en un 10 por ciento.
104. Ibídem, p. 18.
86. Colonia holandesa en Lancaster County.
105. Ibídem, p. 19.
87. Véase Lancaster Sunday News, 12 de enero de 1930.
106. Graham, op. cit., pp. 35 Y 36.
88. Hay excelentes grabados ilustrativos de la elaboración de esos tipos
de pan en John Kirkland, The Modern Baker, vol. l Londres 1924 pp. 198 a
202. ' "
89. The Boston Medical and Surgical Joumal, n.O XIII, 21 de octubre
de 1835, p. 178, resume asi una conferencia que sobre el tema "La ciencia de la
vida humana" Graham pronunció en esta ciudad: "Nos sorprende profundamente
el ridiculo que se leha achacado a este caballero en otros lugares... Con tan estric­
ta atención a las indicaciones positivas de la naturaleza como él exhibe, basada en
leyes físicas conocidas, no es posible negar sus proposiciones. Tanto su charla
como sus ilustraciones estaban de acuerdo con los mejores autores médicos..."
Véase Richard Osborne Cummings, The American and His Food, Chicago, 1940,
pp. 47 Y48. Este libro es indispensable para la historia de la nutrición norteameri­
cana, y en muchos casos nos ha dispensado de la necesidad de entrar en más deta­
lles. El autor ha combinado amplitud de miras con la utilización de fuentes prima­
rias, y ofrece una breve pero muy completa perspectiva de la actividad de los re­
formadores norteamericanos entre 1830 y 1850 (pp. 43 a 53). La mejor percep­
ción del tema es la obtenida a partir de los escritos del propio Graham. Véase tam­
bién Richard H. Shyrock, "Sylvester Graham and the Popular Health Move­
ment", en Mississippi Valley Historical Review, Cedar Rapids, vol. 18, 1931, pp.
172 a 183.
90. Sylvester Graham, Treatise on Bread and Breadmaking, Bastan,
1837, p. 87.
91. S. Graham, Lectures on the Science of Human Health, Bastan, :,
I
1839, p .12.
92. S. Graham, Aesculapian Tablets of the Nineteenth Century, Provi­
dence, 1834. Un centenar de páginas están dedicadas a testimonios que demues­
tran que sus ideas suscitaron gran interés entre el público de la época.
93. Las normas y modalidades de vida en una de estas pensiones son
descritas brevemente por el propio Graham en (Asenath Nicholson) Nature's Own
Book.
94. El doctor T. H. Trall, de Nueva York, tuvo éxito en la fusión de es­
tas dos tendencias; su período se mantuvo, bajo diferentes titulas, durante cuaren­
ta años. (The Water Cure Journal, The Herald ofHealth, The New York Joumal
of Hygiene.) Véase Shryock, op. cit., p. 177.
95. (Asenath Nicholson) op. cit., 2." ed., Boston, 1835, p. 6.
96. Ibídem, pp. 13 y ss.: "Rules and Regulations of the Temperance
Boarding House in New York, 1832".
97. S. Graham, Treatise on Bread and Breadmaking, Bastan, 1837,
cap. "Laws of Diet", p. 17.
98. Ibídem. En algunas localidades todavía es posible corroborar las ob­
servaciones de Graham. En el alto valle del cantón de Wallis, en Suiza, junto con
antiguas casas góticas y un lenguaje de antigua plasticidad gótica, parte del vigor
de ese período se ha conservado en el pan nativo. Tiene un contenido distintivo

222 223
Mecanización y muerte~ La carne para organizar un matadero a lo largo de unas normas más higiénicas.
El primer decreto de Napoleón data del año 1807, en el que ordenó la
construcción de mataderos públicos. Se exigió a los carniceros que no sa­
crificaran animales en ningún otro lugar, y con ello fueron erigidos cinco
mataderos fuera de las murallas que entonces rodeaban la ciudad, tres al
norte y dos al sur del Sena. En 1810, Napoleón firmó un segundo decreto
en el que se requería la construcción de mataderos públicos en cada ciudad
de Francia, y -se especificaba- fuera de los confines de la ciudad. 4 Esta
reforma sanitaria pondría fin a las antihigiénicas prácticas de los siglos
precedentes, y en pocos años los mataderos públicos se propagaron rápi­
Centralización y artesanía damente en Francia y Bélgica. Con excepciones cada vez más escasas,
quedaron de propiedad municipal, y no eran contemplados como fuentes
París, el Matadero de La Villette (1863-1867) de ingresos, sino como centros en los que los animales podían ser sacrifi­
cados bajo supervisión. Con ello, la posición del modesto carnicero per­
El prefecto del Departamento del Sena, George Eugene Hauss­ maneció prácticamente invariable, y hasta la fecha, en Europa, las zonas
mann, supo aprovechar tan bien sus poderes casi dictatoriales que, en el desde las cuales es suministrado el ganado vacuno han permanecido pre­
espacio de diecisiete años, cambió todo el aspecto de P ans y reformó su ponderantemente locales.
organización técnica de pies a cabeza. Tras las medidas iniciadas por N a­ Los abattoirs de Napoleón 1 dieron también su nombre a los es­
poleón 1, la ciudad no se habia mantenido a la altura de los tiempos. pero tablecimientos norteamericanos y, poco antes de la inauguración de La
Haussmann transformó a Pans en una metrópolis del siglo XIX. 1 Él fue el Villette, todavia eran considerados como modelos en su género. Un folleto
primero en contemplar la ciudad primordialmente como un problema de de 1866 comenta: "Aunque se ha dado el nombre de abattoir a estas edi­
ingeniena y de organización. Siempre con su previsión y su preferencia por ficaciones (los mataderos norteamericanos) -tomando los abattoirs de
la gran escala, no titubeó en dotar a su plan magistral de un matadero cen­ Pans como nuestros modelos- ni hemos perfeccionado disposiciones para
tral que exigía un dispendio de 23 000 000 de francos. Y cumplió su come­ su limpieza, ni protección contra el fuego, ni servicios." Más adelante nos
tido mientras se maquinaba su caída en cada paso que daba. Comenzó el enteramos de que todos los abattolrs de Napoleón "son dirigidos con la
edificio en 1863, lo inauguró el 1 de enero de 1867, el año de la espléndida máxima rigidez por un gremio o corporación de carniceros... Todo el tra­
Exposición Internacional, y sin embargo la instalación no había sido com­ bajo de los carniceros es ejecutado por matarifes de oficio, por un precio
pletada cuando el Segundo Imperio se vino abajo. módico". Además, los matarifes conservan "un prerrequisito adicional
El Matadero Central de La Villette (fig. 107) fue erigido en ellí­ en la sangre, los despojos, etc.", y entre estos últimos la sangre es consi­
mite exterior de! cinturón fortificado. Un lado estaba flanqueado por múl­ derada como la parte más valiosa. Señalemos que a mediados de siglo
tiples ramales ferroviarios, y el otro por la extensión portuaria del Canal la sangre era ya aprovechada y poco más tarde fue explotada en estable­
S1. Denis, uno de cuyos brazos discurna a través del recinto, cuyos edifi­ cimientos industriales. "Es guardada por separado en pozos de piedra, y
cios se alzaban en cada orilla. En los otros dos lados, el Matadero lindaba más tarde sometida a un proceso cientifico, tras el cual se la utiliza para
con una amplia carretera militar y una avenida de menos anchura. refmar el azúcar y como abono del suelo."5
Este fue el primer matadero central al servicio de una población Tal como Haussmann había ampliado la napoleónica Rue de
de millones. Sus establos, como señaló Haussmann, podían acomodar "el Rivoli, también con el matadero de La Villette aprovechó una mejora ya
número de animales necesarios para el consumo parisiense durante un iniciada previamente y le dio un curso más amplio. Haussmann laboró
período de varios días".2 En Inglaterra y en Alemania, intereses creados en el matadero de La Villette con gran esmero, cabría decir que toda la
cerraban el camino de todo progreso como el concebido por Haussmann, conciencia de una misión que cumplir, y en una escala tan generosa que
y en ninguna parte se hizo nada comparable en aquella época. En sus Mé­ nada en la época puede parangonarse con ella. Se convirtió en el matade­
moires, Haussmann da a su empresa el relieve que ésta merece: "El vasto ro, en un prototipo para el resto del siglo, tal como los bulevares y los par­
establecimiento es una de las obras más considerables realizadas por mi ques públicos del París de Haussmann se convirtieron en modelos que co­
administración, paralela a las grandes construcciones del alcantarillado... piaron todas las crecientes metrópolis del continente europeo.
No olvidaré mencionar que los millones que costó quedaron compensados, Toda la instalación atestigua el cuidado con el que era tratado
en gran parte, por la venta... de las parcelas mejor situadas de los antiguos cada animal. Las grandes bergeries, con sus heniles bajo los altos techos
mataderos a los que sustituyó.") y su cuidadoso diseño, podian haber pertenecido a una granja, y cada buey
Los "antiguos mataderos" a los que se refiere Haussmann en sus tenia un pesebre para sí. Dominaban las largas hileras de bajos edíficios
Mémoires fueron obra de Napoleón I y representaron el primer esfuerzo para mataderos y para la administracíón tres gigantescos pabellones de
224 225
8 - Gledion
cristal y de hierro, de elegante diseño. El pabellón central, con sus nueve
pasillos de 286 m de longitud, servian de refugio para las reses (abri pour
boeufs). Allí era donde los animales eran comprados y vendidos. Las dos
construcciones en hierro que los flanqueaban estaban destinadas a cerdos,
ovejas y terneros.
Críticos posteriores formularon severos reparos al matadero cen­
tral de· Haussmann. Alrededor de 1900 se le imputó "no haber aportado
modificación alguna a las disposiciones adoptadas en 1810 para los cinco
primeros mataderos".6 En lo que se refiere al esquema técnico esto es per­
feétamente cierto, pero tales mejoras no aparecían en ningún sitio de la
Europa de 1860. En esa época, incluso en América, la ayuda mecánica 107. París, Matadero de La Villette, 1863-7. Estos pabellones de hierro y cristal, pro­
para el sacrificio de reses no había salido de su fase experimental. totipo del abattoir, fueron construidos por Haussmann, prefecto de París bajo el Segundo
Desde luego, esta critica es admisible para los métodos de ope­ Imperio, a una escala única en Europa. Cada res se encontraba sobre un pedestal ante su
matarife, en un recinto separado. La rutinaria matanza en serie es ajena a esta atmósfera
ración que prevalecían en La Villette. Un vistazo a los pabellones en los tranquila, de artesanía. La convicción, profundamente arraigada en Europa, de que cada
que las reses eran descuartizadas atestigua la calma de un oficio que nin­ animal necesita una atención individual, explica esta simbiosis de artesanía y centraliza­
ción.
guna rueda dentada y nínguna transportadora habían venido a turbar, y
ello a finales del decenio de 1880, cuando en Chicago se había creado ya
la línea de montaje. ya que, tras haber inaugurado La Villette, Haussmann no volvió a posar
En esa curiosa simbiosis de artesanía con centralización radica su mirada en las instalaciones durante su administración. La decisión de
la peculiaridad de ese establecimiento, así como la de otros muchos en fundar los Unían Stock Yards fue tomada a finales de 1864. "Las obras
Europa. En La Villette -otro punto de crítica- cada buey tenia un pese­ se iniciaron el 1 de junio de 1865, Y en la N avidad de ese mismo año, los
bre separado en el que era apuntillado. Esto representa una supervivencia cercados quedaron abiertos para el negocio. Los cercados fueron trazados
de prácticas artesanas, para las cuales era desconocida la rutina de la ma­ como una figura rectangular, con calles y callejones que se cruzaban en
tanza en serie. Los largos edificios en los que eran ajusticiados los anima­ ángulo recto. Al inaugurarse los Yards, unos 120 acres (casi 50 ha) esta­
lesconsístían en hileras de cabinas individuales unas junto a otras. Desde ban ocupados por rediles... Todo ferrocarril que pasa por Chicago está
entonces, las instalaciones técnicas y el sacrificio de las reses en grandes en comunicación con los Stock Yards."7 En 1886, cuando Andreas escri­
pabellones han relegado al olvido este sistema, pero bien puede ser que bió su historia de Chicago, el tendido ferroviario que rodeaba los cercados
ese tratamiento en cabinas separadas expresara la experiencia profunda­ del ganado alcanzaba ya más de 150 km.
mente arraigada según la cual los animales sólo podían ser criados a costa Allí no había pabellones metálicos ni establos para las reses, ya
de unos cuidados y una atención constantes para cada uno de ellos. que esos animales, traídos desde las grandes llanuras, jamás habían co­
Las Grandes Llanuras más allá del Mississippi, donde desde la nocido pesebres. En verano o en invierno podían permanecer en la red de
silla de montar se dominan libres extensiones de pastos y donde los re­ cercados al aire libre que constituían los Stock Yards. Por tanto, los rediles
baños se crían casi sin cuidarlos, están implícitamente relacionados con (fig. 108) formaban un mercado central desde el cual las reses eran condu­
la línea de montaje. Casi del mismo modo, la granja rural en la que cada cidas directamente a través de una pasarela al piso alto de los edificios
vaca tiene su nombre y ha de ser atendida cuando da a luz su ternerillo, donde se preparaban sus carnes.
está vinculada a los métodos artesanos en el matadero. Allí no había ningún plan arquitectónico.

La Villette y los Union Stock Yards (1864) 108. Los corrales de Chicago a
principios del 1880. Comenzados
Esta diferencia entre el animal meticulosamente criado y los re­ en 1865, mientras La Villette
baños que crecen con un esfuerzo mínimo en la pradera, queda reflejada, se encontraba todavía bajo cons­
asimismo, en la planificación de los centros de matanza. trucción, los Unían Stockyards
corresponden a la condición nor­
¿Qué ocurría en Norteamérica en los tiempos en que Haussmann teamericana. Los rebaños traídos
construía el matadero de La Villette? desde las grandes llanuras no ne­
Chicago estaba entregado a su primera y más impetuosa expan­ cesitaban albergue. En verano y
en invierno, podían esperar en
sión. Tenía el mismo problema para centralizar el ganado bovino, para corrales abiertos, y desde este
reunirlo en un solo lugar, y esto condujo a fundar los Unjan Stock Yards, punto de reunión ascendían hasta
a partir de entonces el mayor mercado de reses vacunas en todo el mundo, lo alto de ta factoria cárnica me­
diante pasarelas descubiertas.
226
227
Construido enteramente en madera, y sin duda gradualmente, nadie ha
pensado jamás 'en trazar un plan general. Todo ha sido construido con premura y del país obtendrían su provisión de carne a partir de un lugar central. La
de acuerdo con las necesidades del momento. Es un auténtico laberinto de cober­ carne era trasladada por tierra, en rebaños, o embarcada, salada y enva­
tizos y de enormes pabellones que se comunican diversamente por medio de pasi­ sada en barriles, para descender por el Mississippi. Más tarde, cuando
llos, escaleras-y puentes suspendidos por los que pasan los trabajadores y Chicago ganó ascendente, allá por el 1860, las reses eran cargadas en va­
sobre los cuales circula el tren. Sin un guía, nadie podría encontrar su camino gones y remitidas al Este, y finalmente, al comenzar el decenio de 1880,
en esas estructuras inmensas. 8 se inició el sistema actual de suministro, y los vagones frigorificos distri­
buían las reses ya en canal a los diversos centros de consumo.
Esta descripción es de la época en la que el proceso de las carnes De estos comienzos se derivó la mayor industria de Estados Uni­
había alcanzado un nivel elevado, y más de cinco millones de cerdos pasa- . dos, que alcanzaría un giro de 3300000000 de dólares en 1937, con" una
ban cada año por íos Union Stock Yards de Chicago. Las instalaciones producción de unos 50000000 de libras diarias
tenían capacidad para disponer de unos 200000 cerdos diarios, cifra que,
en aquellos tiempos, La Villette no igualaba en todo un año. 9 Los comienzos de la mecanización: Cincinnati (J 830-1860)

Todavía es dificil determinar cómo surgieron lentamente las fases


separadas que habrían de constituir una industria cárnica de proporciones
La mecanización de la producción de carne en Estados Unidos continentales, con un formato y una operación que la convierten casi en un
instrumento de precisión. El impulso y la inventiva que esto representa
La industria cárnica norteamericana está arraigada en la misma pueden ser juzgados en comparación con la misma industria en Sudamé­
estructura y las dimensiones del país. Sólo estos rasgos pueden explicar rica. No obstante, hoyes posible reconstruir ciertos detalles de su evo­
su origen y su carácter. Mucho antes de que la industrialización se asen­ lución.
tara en este sector, sus prerrequisitos estaban ya enmarcados en la confi­ La industria tuvo su origen en el estado de Ohio, centro de la pro­
guración del territorio. ducción durante los comienzos del XIX, y se asentó alrededor de la ciu­
Mientras sólo estuvieron colonizados Pennsylvania o los estados dad que, hasta el 1850, los observadores europeos consideraron como el
de Nueva Inglaterra, fue posible conservar la escala típica europea, con punto más occidental en el que la colonización era factible con una cierta
explotación agraria reducida y granjas independientes y casi autónomas. seguridad. Cincinnati se encuentra junto al rio Ohio, el afluente más cau­
Las ciudades eran modestas, pero se encontraban a escasa distancia de daloso del Mississippi, casi a mitad de camino entre la ciudad industrial
los distritos de cria de ganado, y había numerosos pueblos diseminados a de Pittsburgh y la confluencia de los dos ríos. El río era para Cincinnati
través de la campiña. La agricultura y la ganadería seguían las tradiciones lo que serian más tarde los ferrocarriles para Chicago: su arteria vital; el
importadas de Europa, pero después de la guerra de 1812, y apenas los Sur era el consumidor natural, y el comercio de exportación pasaba a tra­
colonos traspasaron las sierras de los Alleghenies y encontraron unas di­ vés de Nueva Orleans. Durante el período del ascenso de Cincinnati -el
mensiones auténticamente americanas, la situación cambió por completo. apogeo fue alcanzado mediado el siglo- no existía una modalidad conve­
Era fácil criar grandes rebaños de cerdos, ovejas o vacas, pero no vivían niente de transporte para los centros consumidores del Este.
consumidores en las cercanías. En el mismo lugar, los productos no tenían Al principio, los productos casi carecían de valor, incluso en Cin­
valor, y los rebaños habían de ser conducidos a través de amplios llanos cinnati. "He citado el hecho notable -dice Charles Cist,1O historiador de
y de las montañas hasta las ciudades del Este, sin parar mientes en peli­ Cincinnati, en 1866- de que hubo un período en el Oeste en el que, en cier­
gros y pérdidas. tos lugares, el maíz no llegaba a valer seis centavos por bushel, y en otros
Estos extremos de zonas escasamente pobladas y alejadas de los era de tan escaso valor que sustituía a la madera como combustible."
centros de consumo persistieron en Norteamérica hasta muy entrada la
En un esfuerzo para absorber una abundante cosecha de maíz,
segunda mitad del siglo XIX. Semejante contraste entre concentración ur­ Cincinnati recurrió a condensarlo en forma de whisky o de cerdos. La
bana y gigantescas regiones subdesarrolladas no existían en Europa, e amplitud del territorio permitió dejar a los cerdos en libertad en los bos­
incluso hoy el suministro de carne en Europa es en su mayor parte local, ques para que se alimentasen con bellotas y bayas "hasta cinco o seis se­
en tanto que en Norteamérica productor y consumidor se encuentran muy manas antes de matarlos, momento en que se les dirige de nuevo hacia el
distantes. campo de maíz para engordarlos".1I Las cifras de la producción no tar­
En el curso del siglo, las condiciones técnicas cambiaron, pero, daron en alcanzar un nivel que a los europeos les pareció tan extraordi­
alrededor de 1820, apenas el sacrificio de reses tendió a concentrarse en nario como el método para criar a los animales. "Algunos de estos gana­
una sola localidad, Cincinnati, que no podía consumir los productos y se deros disponen en una sola temporada hasta de un millar de reses de
veía obligada a exportarlos, la raison d'etre de la industria cárnica nortea­ ganado porcino en sus campos; sin embargo, de 150 a 300 son las cifras
mericana qUedó bien patente: actuar en el supuesto de que grandes zonas más corrientes."12
228
229
Esto llevó directamente a la superproducción. La industria cár­
nica no podia absorber todo el material producido, y en este aspecto no
tardó en aparecer un síntoma que, en el transcurso del siglo, resultó cada
vez más conspicuo en la vida norteamericana: la producción de excedentes
y su disipación artificial. Aunque surgió primero en el sector agrícola y
en distritos relativamente poco poblados, fue transmitido más tarde a casi
todas las ramas de la producción por una industria muy intensificada.
Cuando se asentó la industrialización a gran escala de la produc­
ción de carne, los excedentes obligaron a Cincinnati a utilizar únicamente
las partes más valiosas y arrojar al río lo restante:
No menos extraordinario es el hecho, hoy conocido ya por cientos de

personas en Cincinnati, de que en los primeros tiempos de la preparación de car­

ne de cerdo, digamos en 1828, había tan escasa demanda de todo lo que en el cer­

do no fuesen los jamones, las paletillas, las faldas y la manteca, que las cabezas,

las costillas, los cuellos, los espinazos, etc., iban a parar regularmente al río Ohio,

para desembarazarse de estos restos.J3

En esta época, Cincinnati sacrificaba unos 40000 cerdos anual­


mente. 14

Existe un buen trecho desde esta fase hasta la industria cárnica


de hoy, que trata de utilizar todos los subproductos, desde la glándula pi­ 109. Cincinatti, matanza y envasado del cerdo: pintura panorámica, 1873. Sujeción

y matanza: "Los extremos de los brazos de la pinza se unen a una cadena

neal del buey, que es del tamaño de un guisante y 15000 producen una conectada con una polea que descansa en un raíl aéreo de hierro, colgando el cerdo cabeza

libra de sustancia pineal, hasta los cálculos biliares, enviados a Japón abajo, Yo los animales suspendidos son empujados hacia delante hasta la posición del eje­

donde son vendidos como talismanes o amuletos. cutor... '

Escaldado y raspado: A~uí, esto todavía se efectúa manualmente. La fase siguiente re­

En los primeros tiempos de Cincinnati, la mataza de las reses era presenta el origen de la linea de montaje:

llevada a cabo como un proceso distínto del descuartizamiento Y conser­ Vaciado de entrañas: "Los tendones del cerdo pasan sobre el extremo de un caballete

vación, y la tarea era efectuada en lugares separados, división que todavía de suspensión colocado sobre un gancho sujeto a una polea acanalada que gira sobre un

solo raíl suspendido. Un hombre raja el animal, el siguiente extrae las entrañas, el tercero

constituye la práctica en Europa. "Las plantas de envasado estaban ubi­ quita el corazón, el hígado, etc., y la res en canal es lavada por el hombre de la manguera,

cadas en los muelles o cerca de ellos, para el transporte por vía acuática, después del cual es llevada a lo largo del raíl hasta el Secadero". (Véase fig. 49.)

en tanto que los mataderos estaban situados fuera del área poblada de la Secadero y mesas de desbastado. Sótanos de curado y obtención de la manteca. (Harper's
ciudad. La carne para envasar era transportada a través de la ciudad, Weekly, 6 de septiembre de 1873.)
desde los mataderos a las naves de envasado."15 sacrificados en el piso superior. Así, a mediados de siglo aparece ya el
Muy distinto era el método para sacrificar y preparar las reses.
principio de las plantas envasadoras: utilizar el peso del propio animal
Como ya se ha dicho,16 todavia en el decenio de 1830 el viajero quedaba para transportarlo de un piso a otro, hacia abajo, por la fuerza de la gra­
impresionado por la organización cuidadosamente planificada del ma­ vedad.
tadero. La tarea sólo podía ser efectuada en la estación fría, y la produc­ No sin cierto sarcasmo, William Chambers añade que, en Ingla­
ción de todo un año llegaba a los mataderos en otoño. Grandes volúmenes terra, la víctima goza del privilegio de dar a sus vecinos la noticia de su
de productos perecederos habían de ser manipulados con la mayor celeri­ muerte profiriendo agudos chillidos. "En Cincinnati, no hay tiempo para
dad posible, y esto obligaba a una minuciosa división del trabajo, paso a ello. Cada cerdo, al entrar en la cámara de la muerte, recibe un mazazo
paso y con una manipulación tras otra. De un modo muy parecido, en In­ en la frente que le priva de conocimiento y movimiento. Inmediatamente
glaterra y en el mismo periodo, la elaboración de galletas de barco recu­ después, muere desangrado."
rrió a dispositivos mecánicos allí donde lo permitia la naturaleza del ma­ Frederick L. Olrnsted, diseñador del Central Park de Nueva York
terial. Todas las demás consideraciones quedaron subordinadas a la pre­ y uno de los arquitectos paisajistas más avanzados de su época, visitó las
gunta: "¿Cómo asegurar una linea de producción ininterrumpida?" naves de adobo de Cincinnati en esta misma época, pero prefirió no pre­
Alrededor de 1850, matadero y planta de envasado estaban ya
senciar esta fase del procedimiento. Al parecer, vio alguna otra instalación:
unidos bajo un mismo techo. William Chambers,17 de Edimburgo, editor "Decidimos no visitar las vastas naves de la matanza, dándonos por sa­
de la Encyclopedia, nos explica cómo era entonces (1854) el estableci­ tisfechos al contemplar el río de sangre que brotaba de elIas."18 Aunque
miento más grande de Cincinnati. Tenía cuatro pisos y un plano inclinado prescinde de tecnicismos, explica vividamente su impresión sobre la divi­
conducía a lo alto del edificio. Por esta rampa subían los cerdos, para ser
231
230
sión del trabajo, y reconoce que allí, a pesar de la ausencia de engranajes, instrumentos necesarios. La producción masiva de materia prima (grano,
las manos del.hombre están ya adiestradas para funcionar como má­ ganado) junto con la mecanización del proceso (maquinaria; línea de mon­
quinas. taje), el transporte y las facilidades de almacenamiento (ferrocarriles, va­
gones frigorificos y almacenes acondicionados), se desarrollaron en forma
Entramos en una inmensa sala de techo bajo y tuvimos la visión de una paralela.
hilera de cerdos muertos, tumbados de espalda y con las patas silenciosamente Cuando era una población modesta, Chicago tenia una zona de
alzadas hacia el cielo. Al caminar hacia el punto más lejano, encontramos allí suministro local. En 1839 "fueron traídas desde las praderas cercanas,
una especie de máquina trituradora humana, donde los cerdos eran convertidos envasadas en barriles y exportadas 3000 cabezas de ganado".22 No tarda­
en carne para el comercio. Una· mesa de tablas recias, dos hombres para levantar ron en quedar incluidos los estados próximos del Midwest, pero también
y dar vuelta, y dos para manejar las cuchillas, eran sus partes componentes. Nin­ esta zona de suministro resultó insuficiente.
gún engranaje metálico podíafuncíonar con un movimiento más regular. Con sor­ Los grandes llanos al oeste del Mississippi, que se extienden desde
do ruido cae el .cerdo sobre la mesa, plump, y ya funcionan las cuchillas: chop,
chop, chop; chop, chopo Todo ha terminado. Pero al cabo de un instante, de nuevo el golfo de México casi hasta la frontera canadiense, fueron transformados,
plump, chop,chop; chop, chop; chop, chopo No hay pausa para admirar la tarea. en poco más de una década, en una gigantesca reserva de ganado. Esta
Con diestos movimientos de la mano, jamones, paletilas, restos, y despojos salen oleada avanzó de sur a norte, hasta las tierras donde los colonos espa­
volando, todo bien cortado y dirigido exactamente al lugar que le corresponde, ñoles habian criado ya sus Longhorns de Texas. En el breve periodo entre
donde unos· ayudantes, provistos de carretillas y montacargas, lo envían a sus la guerra de Secesión y 1876, los rebaños se diseminaron en las llanuras
destinos separados: el jamón a México y el lomo a Burdeos. Vivamente sorpren­ de doce estados. En la pradera no habia limites ni vallas, y todo el terreno
didos ante aquella celeridad, sacamos los relojes y contamos treinta y cinco se­ se ofrecia libremente. "Es posible que la rapidez de esta expansión no ten­
gundos desde el momento en que un certo tocaba la mesa hasta que el siguiente ga paralelo en toda la historia de Norteamérica."23
ocupaba su lugar. Lamento no haber contado el número de golpes requerido. 19 La misma pregunta a la que se enfrentó Cincinnati alrededor de
1830 surge una vez más en los dominios gigantescos del Reino del Gana­
Ampliación de la mecanización: Chicago (1860-1885) do: ¿Qué se va a hacer con el excedente? ¿Cómo llegar hasta los compra­
Largo tiempo después de haber sido superada por Chicago, Cin­ dores?
cinnati se mantenía como el lugar con más amplia experiencia en la indus­ Los únicos senderos disponibles para conducir el ganado hasta
tria de la preparación de carnes. Se experimentaban nuevas aplicaciones, y los compradores estaban erizadas de peligros y, al hallarse ante esas dis­
la eficiencia de éstas era puesta a prueba. tancias casi insuperables, hasta los tratantes de ganado se convirtieron
A pesar del volumen del material sometido a proceso, Cincinnati en planificadores y estrategas. El de más talento, J.G. McCoy, de Chica­
todavía confiaba principalmente en los suministros locales. Cuando el ar­ go, estudió los mapas y calculó "donde la pista ganadera desde Texas atra­
quitecto paisajista Frederick Law Olmsted salió de Cincinnati para trasla­ vesaría las líneas de ferrocarril que entonces avanzaban hacia el Oeste".24
darse a Texas por carretera, los caballos de la diligencia se vieron obliga­ Abilene, una población abandonada en Kansas, al norte de Texas, parecía
dos a abrirse paso lentamente a través de "manadas de cerdos que, gru­ ser el punto más favorable. Consistía en una docena de cobertizos, donde
ñendo, trotaban obstinadamente hacia Cincinnati y el mercado... Aunque' se criaban perros de la pradera, pero al cabo de sesenta días McCoy habia
la región era muy boscosa -afirma- me atrevo a asegurar que encontra­ dispuesto acomodo para más de 3000 cabezas de ganado (I867). En el
mos tantos cerdos como árboles... ".2o otoño del mismo año, expidió 35000 reses. Casi todos los trenes pasaban
El aprovisionamiento local suficiente para los mataderos de Cin­ por Chicago, por lo que en 1869 esta cifra se había multiplicado por diez
cinnati contrasta vigorosamente con lo que ocurrió más tarde en Chicago. y, en 1871, fueron enviadas 700000 reses a los mataderos del Middle
Las enormes cantidades que pasaban por este centro requerian una zona West.
de suministro gigantesca. En Chicago encontramos unas dimensiones para
las que, ni siquiera hoy, existe una vara de medir. Como centro de fuerza El vagón y el almacén frigoríficos
y con un crecimiento espontáneo, contiene, como muy pocos lugares lo
consiguen, aquella vitalidad brutal e inventiva del siglo XIX, y de un modo Paralelamente a la formación de este depósito de ganado se pro­
creciente llega a convertirse en el vínculo más importante entre los gana­ cedió a múltiples experimentos que trataban de crear la maquinaria nece­
deros y los consumidores de un vasto país. saria para someter a las reses a un proceso en serie. Más adelante exami­
Al comenzar la década de 1870 -poco antes de la crisis mundial naremos con mayor detenimiento ciertas fases de estos logros, ya que sólo
de 1873- un observador 21 habla del incalculable potencial de esta ciudad, así se consigue una visión de los métodos que fueron intentados.
y esta disponibilidad para realizaciones de alcance ilimitado dio el impulso Chicago permaneció aislado durante un periodo relativamente
necesario para la experimentación a gran escala. Apenas la industria em­ prolongado, ya que hasta 1856 no tuvo su primer enlace ferroviario con
pezó a ocuparse del proceso de millones de reses, dispuso en seguida de los las ciudades del Este. En esta segunda mitad del siglo, se inició una amplia­

232 233
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York, 1882. Tras veinte , "; '. .'

años de fracasos, Gusta­ 'íll r:,'/.., _ " ce


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vus Swift consiguió" me­


diante cuidadosa planifi­
cación, llevar carne helada
a los mercados de una 111. Vagón frigoriflco norteamericano.
metrópolis distante. "El
nuevo desplazamiento
causó en el mercado una
depresión de tres a cuatro
dólares por quintal."
(Harper's Weekly, 21 de 112. El granjero y el conservero. (Cor­
octubre de 1882.) tesía de J. Ryerson Collection, Chicago.)
ción más intensiva de la red ferroviaria. "Fue en 1849 cuando se oyó por
vez primera el pito de la locomotora en las praderas al oeste de Chicago", puertos, e incluso en París, cabía obtener carne de cordero americano. Los
aunque sólo fuese a lo largo de un tramo de 15 kilómetros. 25 En 1850 se sudamericanos reivindicaron la primacía de este invento para su compa­
incorporó también una porción de la pradera del noroeste en el estado triota Francisco Lecoq, de Montevideo, que estaba estrechamente asocia­
de Il1inois, con Galena como limite. En el decenio de 1860, la repetida do con Tellier en Paris, y cuyo proceso de refrigeración se basaba en la
prospección de todo el continente fue acompañada por el éxito, y al co­ evaporación del éter. 3 !
menzar el de 1870 los ciudadanos de Chicago se jactaban de que salía de George Henry Hammond fue el primer envasador de carne que
su urbe un tren cada quince minutos. 26 En la misma década, las líneas com­ reconoció las potencialidades latentes en el vagón frigorifico. No se tiene
petidoras adquirieron tanto poderio que se produjo un caos, con una con­ seguridad con respecto a la fecha en que envió su primer cargamento de
tienda abierta contra las compañias ferroviarias. Chicago a Boston, pero fue en 1867 o 1868. Debido a su conservación en­
En el decenio de 1850, para soslayar las desventajas de la ope­ tre hielo, la carne se decoloraba ligeramente y ello le granjeó una cierta
ración estacional, la matanza estival fue implantada, tanto como resultó impopularidad.
posible, en Chicago. Ello exigía unos almacenes espaciosos y frescos, bien El éxito rotundo lo consiguió Gustavus Swift cuando conquistó el
provistos de hielo natural. Al poco tiempo, estas construcciones de madera mercado de Nueva York en 1882, tras hacer minuciosos preparativos. El
hicieron su aparición en todas las ciudades donde se realizaba el envasado vagón frigorifico que construyó con la ayuda de un ingeniero de Boston
de carnes, y a principios del 1870 comenzó gradualmente la introducción (1879)32 almacenaba el hielo en el techo, de modo que el aire frío circu­
de la refrigeración por medios artificiales. laba lentamente entre las reses colgadas, hasta llegar al suelo. De un modo
El derrocamiento definitivo del sistema de suministro 'local sólo similar equipó el almacén de Nueva York, entre cuyas paredes muy aislan­
se produjo con el advenimiento del vagón frigorificoY El período expe­ tes se depositaban 300 toneladas de hielo (fig. 110).
rimental duró más de quince años (1867-1882), desde la primera conce­ Tal fue el éxito de su primer envío que el Harper's Weekly publi­
sión de una patenta americana en 1867, y desde el traslado de las primeras có un artículo abundantemente ilustrado, bajo el titulo de "Carne más ba­
expediciones entre Chicago y Boston, hasta el éxito definitivo de la comer­ rata" y en el que se exponía la razón de su inmediato triunfo comercial:
cialización de las reses de matadero en Nueva York. "La nueva expedición ha causado ya en el mercado una baja de tres a
El problema fue solventado, a partir de la primera patente,28 por cuatro dólares por quintal... La presente agitación del mercado de la carne,
medio de una circulación regulada del aire, con evacuación del aire calien­ que debe dar como resultado un decidido y permanente descenso de los
te. En 1872, cinco años más tarde,29 el hielo se desplazaba desde el techo precios de la carne, no puede dejar de suscitar el más profundo interés...
hasta unos depósitos en forma de V, en el extremo del vagón. Hubo tam­ por lo menos, esa era de carne barata ha comenzado para Nueva York."33
bién intentos para lograr una autorrefrigeración a través de la evaporación Las estadísticas muestran cómo tuvo efecto el transporte masivo
del agua. ' de la carne helada, pues en un año el número de reses vivas enviadas desde
Entre tanto, el francés Charles Tellier 30 había'conseguido enviar Chicago descendió bruscamente en 170000. 34 Esto ocurría en 1884, en
carne fresca a través del océano en el buque Frigorifique (1876). En los un periodo en el que la producción aumentaba casi drásticamente en todos

234 235
los sectores, poco antes del gran boom de 1885, del que los primeros ras­ siglo de febriles actividades de Armour en Chicago. También él esperó
cacielos permanecen como el más duradero de los monumentos. al 1875 para establecerse en Chicago, donde montó su base operativa el
"

mismo año que Swift, que era siete años más joven que él. Fue esta la épo­
Los envasadores y la industria del envasado ca en la que, como dice la hija de Swift, "Chicago era el lugar en el que
cabia hacer dinero directamente en el piso bajo".39
El desarrollo de Chicago fue orgánico, y casi tan anónimo al prin­ El milagroso ascenso de Chicago comenzó en 1861-1862, cuando
cipio como el de una población de buscadores de oro. En la industria de los ferrocarriles consiguieron asegurar el suministro de ganado a la ciudad
la preparación cárnica no aparecen los nombres de fama mundial hasta y cuando la industria, al ocuparse de un millón de cerdos cada año, em­
cumplida la parte más ardua de esta tarea. pezó a superar a Cincinnati, el antiguo centro. La producción casi se dobló
Los dos grandes envasadores, Gustavus F. Swift y Philip D. Ar­ en los primeros años del decenio de 1860; en 1860, la cifra se hallaba to­
mour, decidieron establecerse en Chicago, no sin titubeos y relativamente davía por debajo de 400000, pero en 1862 se rebasó ya-la marca del mi­
tarde. G.F. Swift (1839-1903) inició el negocio de carne de una casa a llón (l 340000). En 1865, fueron fundados los Union Stock Yards para
otra. Más tarde, se convirtió en comprador de ganado y se dedicó a visi­ hacer frente al nuevo volumen del negocio. Como se ha dicho con acierto,
tar los mataderos principales: Albany, Buffalo y, finalmente, Chicago, la marcha ascedente de Chicago no fue resultado de la guerra civil,40 como
adonde llegó a los treinta y seis años y con una familia de cinco miem­ a menudo se ha aseverado, sino de fuerzas intrínsecas.
bros. Para entonces, después de un cuarto de siglo de trabajo, habia aho­ Este primer auge fue seguido por una segunda fase al comenzar
rrado 30000 dólares, un capital que, como explica su hijo,J5 "ni siquiera la década de 1870. Fue entonces cuando ingresaron mentes originales en la
en 1875 bastaba" para fundar una planta envasadora de modesto tamaño. industria envasadora, provistas de novedades adecuadas para una gran
Por tanto, al principio continuó su negocio de venta de ganado. Era un era de los negocios: la introducción de las máquinas refrigeradoras en los
experto conocedor que se enorgullecía de la infalibilidad de su ojo y, aun­ almacenes, y los tremendos esfuerzos encaminados a mecanizar el pro­
que obstaculizado por la insuficiencia de capital, acuciado por el afán de ceso de la matanza. Entre los conserveros, fue George M. Hammond
rivalizar con los grandes tratantes, eligió otro camino. quien, como hemos visto, empleó el vagón frigorífico para llevar carne
En el invierno de 1875, el año en que llegó a Chicago, y sin res­ hasta Bastan poco antes de 1870.
paldo de ninguna clase, empezó a transportar en vagones de carga, no Otro envasador, J.A. Wilson, introdujo un nuévo artículo alimen­
ganado vivo, sino carne. 36 Antes que él, otros habían experimentado tario al "descubrir y probar un método gracias al cual las carnes podían
con el coche refrigerado, pero Swift hizo de él su punto de partida y lo uti­ ser conservadas en forma compacta y sólida... la carne llegaba como una
lizó como trampolín, ya que vio en él una oportunidad para tender un sólida torta, sin una particula de grasa, en una condición natural y sabro­
puente entre su falta de capital y su ambición. Al negarle su cooperación sa... cocida, a punto para ser cortada y comida". Se trataba, desde luego,
los ferrocarriles que transportaban ganado, se vio obligado a expedir su del comed beef, nombre absorbido hoy por numerosos idiomas y artículo
carne por una línea de circuito, descartada para todo negocio normal. que cabe encontrar en la mochila de todo soldado. Wilson ideó una lata
Swift consiguió que esta linea se adhiriese a su plan, después de que una apropiada, en forma de pirámide truncada (figs. 113 y 114), que se ha
próspera empresa de Detroit le construyera diez vagones en un gesto mag­ mantenido hasta el presente sin calnbios apreciables. Como se leía en
nánimo... y no sin ciertas garantías. 37 Comenzó entonces su marcha as­ Frank Leslie's Illustrated Newspaper, en 1878, la "carne está comprimida
cendente, si bien ésta no le resultó fácil. En el libro de su hijo,38 se narra en latas, libre de todo hueso o cartílago", con una economía en peso de
cómo "perversamente (los vagones) no lograron mantener fresco su pere­ 3:1 con respecto a la carne envasada en barriles,41 es decir, casi el mismo
cedero contenido", y cómo Swift y sus ayudantes trataron de mejorarlos ahorro existente en el transporte de carne fresca en vez de reses vivas.
por medios muy simples. A finales del decenio de 1870, cuando los enva­ El inicio de la competición entre Armour y Swift señala la terce­
sadores boyantes habian establecido ya in situ sus grandes plantas, ese ra fase: la conquista del mercado nacional y, en cierto modo, del mercado
sector parecía estar ya totalmente repartido, con muy pocas posibilidades mundial. Esta fase ocasionó nuevos perfeccionamientos de la maquinaria y
para un forastero con un capital tan ridiculamente magro. el de la línea de montaje tal como ésta todavía es utilizada hoy, y el va­
Con la seguridad de un experto, Swift aplicó toda su energia a la gón frigorífico se convirtió en el arma ofensiva de esta expansión. El as­
ampliación de su empresa, y alcanzó el éxito porque sus vigorosas dotes censo de Swift y Armour procede indudablemente de un indomeñable im­
analíticas se unieron a la audacia. pulso empresarial, pero ambos gozaron de dos ventajas: encontraron una
Antes de llegar a Chicago, Philip D. Armour (1832-1901) había época propia para hombres con proyectos gigantescos, y pudieron apro­
sido ya un próspero conservero en Milwaukee, y junto con sus hermanos vechar la intensa experiencia que la industria había acumulado en este sec­
habia fundado factorias en las afueras de esta ciudad. Especialista en las tor. En realidad, al principio ninguno de los dos introdujo nuevos inventos,
conservas de cerdo, se mostraba también activo en el mercado de los ce­ y sin embargo sus figuras sobresalen con mayor intensidad que cualquier
reales, y era un especulador nato. A todo ello hay que añadir el cuarto de otra, ya que ambos se concentraron en el punto critico de la industria en­
236 237
y los carriles (monorraíles aéreos) de ambos están conectados
y la carne es trasladada fácilmente al almacén, cuya temperatura es la
misma que la del vagón, sin pérdida de tiempo y sin quitarla del gancho
en el que fue colgada la res al ser sacrificada".42
El riesgo financiero en el que Swift se vio envuelto varias veces
tiene su fuente en un negocio de expansión más rápida que la del capital
que había tras él. 43 Todos los intentos de expansión por parte de Swift
se centran alrededor de un objetivo: a través de qué canales podía ampliar
su esfera de influencia. Él exigía la mayor precisión y la mayor eficiencia
en las operaciones,44 y podia calibrar de un vistazo la calidad del producto
y la marcha del negocio. A ello unía su explotación a fondo de los subpro­
ductos, y se dice que más de una vez recorrió de noche los almacenes para
leer las temperaturas en sus termómetros. Esta fue su actitud, también,
siguió el cinturón ganadero, entonces ya en retroceso, y construyó nuevas
factorías tan al sur como Texas. A veces, elegía lugares considerados
113. "Fabricación de latas para el envasado de la carne", Chicago, 1878. (Frank Leslie's como perfectamente inapropiados, pero gracias a su estudio del suelo, su
Illustrated Newspaper, 12 de octubre de 1878.)
observación de lo que crecía en éste y su apreciación de lo que podría cre­
cer en él, sabía actuar con pleno acierto. 4s Es una medida del hombre en
vasadora: la organización. Gracias a ésta, alcanzarían una escala hasta cualquier esfera, cuando éste sabe unir a la agudeza de percepción una
entonces inconcebible en el proceso cárnico. atención para los detalles más menudos.
En la industria envasadora, y por razones sobre las que volvere­ Con respecto a Armour, Gustavus Swift comentó: "Era, exacta­

mos, el invento no desempeña ningún gran papel. Lo que la invención po­ mente, lo que él aseguraba ser: un especulador nato, y poseía la facultad

día hacer allí para mecanizar el proceso manual no admite comparación de mantener un gran número de hierros en el fuego al mismo tiempo."46 La

con lo que hizo en la creación de maquinaria de precisión para la hilatura. turbulencia y la confusión se adueñaron del mercado de cereales de Chi­

Los problemas del hilador casi concluyen cuando la materia ha sido hila­ cago al decidirse el precio mundial del pan, y en medio de esa vorágine

da, pero los del conservero empiezan cuando se trata de distribuir su pro­ de sobresaltos y bancarrotas, de pánicos y semipánicos reales o inducidos,

ducto perecedero y hacerlo llegar hasta el consumidor. ¡ Armour pasó un cuarto de siglo sumido en operaciones a la vista u ocultas.

Se dice que Swift cruzó el Atlántico más de veinte veces antes de Unas veces nadaba con la corriente y otras contra ella; unas veces se en­

encontrar en Inglaterra una salida para sus productos. Hasta qué punto frentaba a unos y otras veces se unía a ellos, y era cosa sabida de todos
era básica la organización para la empresa queda ilustrado tal vez con
mayor claridad a través de un solo incidente que a partir de largas descrip­
I, que se había extendido una orden para su arresto "por formar un monopo­
lio con la carne porcina".47 Sus transacciones no quedaban meramente so­
ciones. Cuando Swift logró introducir, con éxito extraordinario, su "carne II bre el papel, pues construyó los mayores silos del mundo para colocar sus
adobada de Chicago" en Nueva York, se adoptaron especiales precau­ compras.
ciones, como explicó entonces el Harper's Weekly, para aparcar cada
vagón frigorífico con "su puerta... enfrentada a la del edificio del almacén,
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En aquellos tiempos, las peleas se libraban sin guantes, y exigían
toda la energía inquebrantable de una primera generación. Armour tenía
100 dólares en el bolsillo cuando, unas veces a pie y otras en carreta de
B'iyl bueyes, emigró a California para probar allí su suerte, en 1851. George
Ii Harnmond comenzó con una pequeña carnicería en el Chicago de 1850,
con 13 dólares en caja y un billete de 50 como reserva. Y Swift inició su
actividad en Nueva Inglaterra con 25 dólares.
La cautelosa mentalidad de rentista que afligió a posteriores ge­
:i neraciones -ya se tratase de individuos o de naciones- no hubiera podido
~I <4
¡
.1
colocar ni una sola piedra en el edificio de aquellas empresas gigantescas.
114. Lata de carne en conserva (comed beej), Estas exigían hombres dispuestos a afrontar el peligro, prestos a ganar o
patente original de Wilson. 1875. "Un leve perder. No había término medio. Era una partida de todos contra todos.
golpe en la superficie más pequeña e hará que
la carne, sólidamente envasada, se deslice en En la época de Swift y Armour, la clave de la producción masiva
una pieza y pueda ser cortada inmediatamente." fue el vagón frigorífico que, al principio, topó con la oposición de los que
(patente EE.UU. n.o 161848,6 de abril de 1875.) más iban a beneficiarse con él. Las compañias de ferrocarriles no veían
238 239
por qué razón iban a meterse en dudosos experimentos en beneficio del sacrificados en Estados Unidos en 1850, como para los cinco millones y
envasador, el pual, si alcanzaba el éxito, reduciría sus fletes a la mitad. medio de dos décadas más tarde. s3
¿Qué iban a hacer con el enorme parque de material rodante que transpor­ Hoy, se cuentan unas veinticuatro operaciones diferentes antes
taba el ganado a las ciudades del Este? ¿Por qué iban los ferrocarriles a de que el cerdo vivo haya quedado reducido a las dos mitades que los
dejarse recortar sus beneficios y al propio tiempo permitir que su equipo transportadores conducen a los frigoríficos. Cabe distinguir tres fases, y
se hiciera casi inservible? Pero el progreso demostró ser el más fuerte. la organización ha procurado compensar la pérdida de tiempo que la na­
De poco sirvió obligar a los envasadores a construirse sus propios vago­ turaleza impone y, dentro de lo posible, aproximarse a un flujo continuo.
nes, y en realidad, esto fue lo que originó las "lineas de vagones priva­ La primera fase abarca el proceso de la matanza. El cerdo es
dos"48 que, directa o indirectamente, aportaron muy pingües beneficios a aprisionado por su pata trasera, alrededor de la cual se ciñe una ca<;iena,
los envasadores. mediante un gran tambor rotatorio de casi 4 metros de diámetro. Al gi­
Vino entonces la tarea de convertir a los carniceros del Este en rar leritamente este tambor (de dos a tres revoluciones por minuto) el ani­
vendedores de carne helada, abandonando su anterior oficio. Esto se con­ mal es arrastrado hacia atrás y hacia arriba hasta que, colgado cabeza
siguió directamente después de que los vagones frigorificos entrasen en ser­ abajo, se convierte en un objeto inerme. La rueda le sigue moviendo y,
vicio con éxito, ya que los envasadores podían "vender un 'corte' superior tras llegar al máximo de su trayectoria ascendente, un sencillo dispositivo
a menor precio que el carnicero con un 'corte' inferior obtenido de un ani­ lo traspasa a unos carriles aéreos por los que se desliza hasta quedar al
mal muerto en su propio matadero".49 alcance del matarife. La experiencia ha demostrado que este método para
Con la misma energía, la pugna fue llevada a cabo en la ciudad desplazar y levantar el animal es el mejor medio para evitar "pérdidas de
de origen, y más tarde se extendió a los demás centros de envasado y ado­ tiempo en capturar e izar... el medio más rápido para levantarlos hasta
bo. Las firmas más pequeñas fueron absorbidas, compradas o, por diver­ los carriles".s4 Todo el proceso exige menos de medio minuto, y un gran
sos medios, acorraladas. número de cerdos quedan dispuestos en el pasillo donde son desangrados.
El interés de Armour por el vagón frigorífico no comenzó hasta En la segunda fase, se limpia el animal para eliminar barro, san­
que éste hubo demostrado su eficiencia, y entonces volvió a la carga con gre y suciedad, y se le despoja de pelos y cerdas. El escaldador del carni­
redoblada energía. Al final del decenio de 1880, hubo intentos para llevar cero se ha transformado en depósito escaldador calentado por medio del
la 'fruta de la ya floreciente California al Este mediante la refrigeración. 50 vapor. El agua caliente confiere elasticidad a la piel y ablanda pelos y
No tardó en ofrecerse la promesa de unos beneficios enormes, lo que atra­ cerdas. Un carril inclinado traslada el animal hasta la máquina raspadora,
jo la atención de Armour (c. 1890). Éste entró en liza, como había hecho que lo afeita casi por completo, incluidos cabeza y patas. Esta segunda
ya.con los cereales, y, aunque de momento sin clientela, encargó más de fase termina cuando quedan al descubierto los tendones de las patas pos­
un millar de vagones. Entró como socio en una compañia, absorbió otras, teriores y se coloca entre ellas un camal colgado de una pequeña corre­
a menudo a muy alto precio, mientras obligaba a otros a retirarse. La so­ dera colgada de la cadena sin fin.
ciedad que efectuó los primeros y afortunados intentos en el transporte La tercera fase prepara la res para el frigorífico, donde debe per­
de frutas desde California, tuvo que apearse,SI y en el decenio de 1890, der su calor animal. Hasta el momento, el proceso de producción podía
las lineas Armour para el transporte ferroviario, que operaron bajo diver­ proceder de forma más o menos continua. Ha tenido lugar en planos as­
sos nombres, 52 se situaron en cabeza. cendentes y descendentes y a diversos niveles, como en unas montañas
Las perspectivas se ampliaron y las dimensiones crecieron, hasta rusas, pero ahora entra en acción la cadena sin fm, imponiendo una ve­
el punto de que pareció próxima la absorción total del mercado del apro­ locidad uniforme a su parte del proceso. Colgada del transportador, la
visionamiento en frutas, cereales y carne. El cambio de siglo señaló este res' es abierta por el pecho y el cuello, la cabeza es casi seccionada, las
punto. En el año 1902, J.O. Armour, Gustavus Swift y su yerno, Edward glándulas linfáticas son inspeccionadas por un veterinario, y los animales
Morris, se unieron para formar un "cartel", la National Packing Compa­ condenados pasan a una linea separada. Es abierto el estómago, se elimi­
ny, posteriormente disuelta por disposición legal. nan los intestinos, las entrañas son inspeccionadas, se extirpan el hígado
y el corazón, el espinazo es partido en dos, las superficies interna y exter­
Operaciones aisladas en la producción cárnica mecanizada na son limpiadas de nuevo, la carne es inspeccionada por segunda vez y
Las operaciones del carnicero, con la matanza por métodos arte­ estampillada, y fmalmente la res en canal es conducida lentamente al fri­
sanos, quedan a menudo tan confundidas unas con otras que resulta difi­ gorífico.
cil separarlas. Pero apenas se introdujo la producción en serie para conver­ Como ya hemos visto,ss la segunda fase es significativa desde
tir el animal vivo en carne de salazón, fue necesaria, como en toda meca­ otro punto de vista, ya que de todo el método existente tras este proceso
nización, la división escueta y completa en. operaciones individuales. surgió la linea de montaje. En la industria conservera, y en esta fase par­
El interés en la rápida conversión del animal en carne se centró, ticular, se ganaron décadas de experiencia en la línea de montaje. La in­
desde un buen principio, en el cerdo, tanto para el medio millón de cerdos dustria del automóvil pudo crear su propia linea de montaje con tan asom­

240 241
brosa celeridad gracias a la extensa práctica conseguida aquí al trab:j,jar
sobre un obje~o móvil.
Más directamente que en una descripción técnica, Upton Sinclair
expone en La selva lo que ocurre en esta fase:

El cerdo era entonces elevado de nuevo por la maquinaria y emprendía


otro recorrido mediante la carretilla aérea; esta vez pasaba entre dos filas de
hombres... sobre una plataforma elevada, cada uno de ellos efectuaba una deter­
minada y única operaCión en la res al llegar esta junto a él. Uno raspaba la parte
exterior de una pata, y otro raspaba el interior de la misma. Con un golpe rápido,
uno cortaba el cuello... Otro practicaba una incisión a lo largo del cuerpo, un se­
gundo abría éste en canal, un tercero aserraba el esternón, un cuarto desprendia
las entrañas, un quinto las extraía... Había hombres para raspar cada costado
y hombres para raspar el lomo; había hombres para limpiar el interior del cuerpo,
para desbastarlo y lavarlo. Al contemplar esa sala, uno veia avanzar lentamente
una hilera de cerdos colgantes... y a cada metro había un hombre que trabajaba
como poseído por un demonio. Al fmalizar este avance del puerco, cada centíme­
tro de su cadáver había sido repasado varias veces. 56

Mecanización y sustancia orgánica


En el período clave desde fmales de la década de 1860 hasta. ter­ 115. Matanza de cerdos en Chicago. 1886. Suspensión mediante cuerda y polea.
minar la siguiente, quedó construido el aparato para la matanza en serie. (Scientific American, 21 de agosto de 1886.)
El número de animales que pasaba por el centro de adobo de Chicago toda­
vía era comparable al de una metrópoli europea como Paris, y sin embar­
go, en lo fundamental todo era completamente diferente, ya que en 1867
la población de París, con sus suburbios, se aproximaba al hito de los 2
millones, en tanto que en Chícago apenas llegaba a los 220000. Chicago
no podía consumir su cupo. Antes incluso de la introducción del vagón fri­
gorífico, parte de la producción de Chicago era remitida a diversos canales
externos, y al finalizar el decenio de 1870 se exportaba carne fresca en
diversas formas a Inglaterra y Escocia.
Mucho antes de que la producción batiera su marca de propor­
ciones, se estaba creando el aparato necesario para el proceso en serie.
Cabe determinar con facilidad el momento de la mayor actividad inven­
.
.1
tiva. Después de 1860, aparecieron unas cuantas patentes para la mecani­
zación de las diversas operaciones, y desde mediados de esta década y a \; . .
través de la siguiente su número no cesó de aumentar y continuó sin merma 1[.

alguna hasta pasado el 1880. Los principios de mecanización básicos ' .... ,
): ."
jJ
creados durante este período permanecían inalterados incluso mucho más ,,
tarde. No menos de seis patentes fueron otorgadas para trampas destina­
das a los puercos en 1872-1873, y no menos de veinticuatro para máqui­
nas diversas en 1874. Pero, a partir de 1877, se observa una acusada dis­ ~---

minución, tras haber surgido la mayor parte de los inventos entre 1867 y
1877. Las máquinas raspadoras para eliminar pelos y cerdas en las reses
previamente escaldadas, constituyen la excepción. En su mayoría, éstas
fueron ideadas en los comienzos del decenio de 1880. En 1881, fueron
concedidas cuatro patentes por separado para esta clase de máquina que 116. Aparato de Koch,
tan importante papel desempeñaría en el proceso mecanizado del cerdo. para matar cerdos. (Dougla's
En diversos grados, hilatura y tejeduría, panificación y molienda Koch s Pi~ Killing App"ratus Encyclopedia.)

242 243
habían sido satisfactoriamente mecanizadas. ¿No iba a ser posible meca­
nizar también la producción de carne?
,..71' :L. Gente emprendedora e inventiva quiso enfrentarse a este proble­
ma y se hicieron esfuerzos para desarrollar máquinas destinadas a casi
cada una de las operaciones consumidoras de tiempo. Sin embargo, como
ya hemos indicado al comentar la evolución de la línea de montaje, una
..X" sustancia orgánica compleja, con sus contingencias, sus cambios y su es­
.r­ tructura fácílmente vulnerable, es algo muy diferente de un trozo de hierro
.:a amorfo. Cabe aplicar también lo mismo al animal muerto y; a pesar de los
.x numerosos intentos en este sentido, el proceso de preparación de su cuer­
JI i:f po no· pudo ser plenamente mecanizado.
'1 ..:r El primer choque entre mecanización y sustancia orgánica com­
¡ pleja es mucho más interesante desde el punto de vista histórico que desde
el tecnológico. ¿Cómo superar con dispositivos mecánicos las impredicti­
bies contingencias que produce la naturaleza? Tal es la raíz del problema
y, para anticipar la respuesta, diremos que el íngeniero no salió victorioso
.-Tz.,.~. de esta prueba.
Puede ser útil echar un vistazo a ese territorio en gran parte inex­
plorado, aunque las patentes oculten a veces unos propósitos algo tortuo­
sos (figs. 116 y 122) y, en sus primeras fases, recuerden unos instrumen­
tos medievales de tortura en vez de máquinas de notable progreso.

Captura y suspensión del cerdo vivo

Ningún otro invento para la mecanización de la matanza exigió


it tantos esfuerzos como el que trató de incorporar el cerdo vivo a la línea
de producción. Aquí, en el inicio de las operaciones, era más importante
evitar cuellos de botella capaces de retrasar toda la factoría.
En el decenio de 1870 fue abandonado el lento método consis­
tente en asestar un mazazo en la cabeza del cerdo y transportar a éste
sin sentidos. En cambio, cuando los animales vivos fueron colgados de
una pata y se les desplazó hasta el matarife por medio de un transporta­
dor, los inventos para "capturar y suspender cerdos" aumentaron nota­
blemente. s7 Gracias a este método, el carnicero dejó de verse obligado a
acorralar al cerdo en un rincón para asestarle un golpe frontal. Sin embar­
go, la captura y el sacrificio fueron divididos en dos operaciones. Un hom­
bre agarraba el animal por una de sus patas traseras, alrededor de la cual
sujetaba una cadena. Seguidamente, era cuestión de colgarlo del carril con
la mayor rapidez posible.
Al principio, esto se hacía de la manera más sencilla, como ve­
mos en el panorama de un matadero de Cincinnati en 1873, que muestra
al animal levantado por una polea (fig. 109). Con el incremento de la pro­
117. Aparato para sujeción y suspensión de cerdos. 1882. Aquí, el animal vivo debe ser ducción, se necesitaron métodos más rápidos para incluir el cerdo en un
introducido en la linea de "desmontaje". A partir de 1870, cuando aturdir a los animales
fue considerado demasiado lento, fueron propuestos aparatos para suspender el animal proceso continuo y, dentro de lo posible, a intervalos regulares. La tarea
del raíl aéreo sin lucha: "El puerco M actúa como señuelo para los otros, y así se econo­ consistía ahora en "capturar, suspender y transportar puercos hasta ellu­
miza mucho tiempo y trabajo. El freno es manipulado para permitir que la trampa D des­ gar donde habían de ser muertos".S8 Primero, se propuso conducir a los
cienda poco a poco hasta que los cerdos estén completamente colgados, y entonces se des­
lizan por la barra K hasta el lugar en que han de ser sacrificados". (patente EE.UU. n.O animales, uno tras otro, a un estrecho redil y disponer de un ayudante,
252112, 10 de enero de 1882.) invisible para ellos, que rápidamente sujetara, alrededor de una pata, una

244 245
cadena ya unida al carril transportador, tras lo cual se les pudiera alzar
o
sobre el suelQ por un procedimiento· u otro. Esto se podía realizar, por
ejemplo, con un plano inclinado al final de un estrecho pasillo. Este plano
descendente s~ convertiria en un tapiz rodante puesto en marcha apenas lo
pisaran los cerdos. De este modo, el carril aéreo horizontal alzaba gra­
dualmente el animal hasta colocarlo en la posición deseada.
Pero era más que probable que los animales concibieran sospe­
chas antes de pisar el plano inclinado, y tal vez se resistieran incluso al
ser conducidos hacia el estrecho pasillo. Un año más tarde, un inventor
propuso un método más ingenioso: "Es peculiaridad de los cerdos que sólo 'I

con dificultad excesiva se les pueda conducir por cualquier camino nuevo o

y desconocido, pero cuando uno de ellos llega, con aparente seguridad, a


un punto más allá del mismo, y especialmente si parece haber encontrado
comida allí, resulta mucho más fácil obligar a los otros a seguirle."59 Al
término del redil, colocó la figura de un cerdo con comida ante ella. El
suelo sobre el que descansaba el señuelo era sólido, pero la parte restante
era una trampa móvil (fig. 117). Ya sujeta la cadena al animal y colgante
del carril superior, un simple mecanismo hacía que el suelo "descendiera
lentamente hasta quedar los cerdos totalmente colgados, momento en que
118. Máquina limpiadora de puercos. 1864. La flexibilidad del acero y la goma es em­
son desplazados... Cuando todos los cerdos han sido retirados, la trampa pleada para actuar mecánicamente sobre un cuerpo. "La capacidad de esta máquina es
vuelve a la posición horizontal... otro grupo de cerdos es conducido enton­ de cinco a quince mil por día... El aparato consiste, esencialmente, en el empleo de sus­
ces al pasillo y se repite la operación".60 tancias de la elasticidad requerida para ceder a las irregularidades del cuerpo, aunque
adhiriéndose al mismo con la fuerza necesaria para eliminar el pelo." (Patente EE.UU. n.O
44021, 30 de agosto de 1864.)

Máquinas hendidoras del espinazo

Incluso hoy, cuando se dispone de sierras de mano eléctricas,


generalmente se utiliza un hacha para partir el puerco ya vaciado de sus
entrañas, a lo largo del espinazo. Alrededor de 1870, cuando la meta era
la producción en serie, no faltó el inventor que tratara de adaptar la sierra
circular -útil en tantas otras situaciones- a la mecanización de la matanza.
, Se juzgó suficiente hacer que los cerdos se deslizaran automática­
mente, sobre sus lomos, uno tras otro y a lo largo de un plano inclinado, o
I para ser aserrados en dos mitades por una cuchilla giratoria. Los puercos,
asegura el inventor, llegan por su propio peso a la cuchilla, y la operación
de hender el espinazo puede realizarse sin interrupción. 61
119. Instrumento para
Desollado mecánico extraer pelo de las pieles.
1837. Imitación de la
mano humana. "Una de
Cuanto más temprana la fecha, con mayor audacia trataron de las mandíbulas está desti­
sustituir los inventores las complicadas operaciones manuales por dispo­ nada a suministrar el lugar
y la función del pulgar
sitivos mecánicos. También el desollado sería efectuado mecánicamente,62 tal como éste se utiliza
a través de un sistema de palancas y poleas, mientras Jos animales -gana­ para extraer pelos con el
do bovino en este caso- quedaban anclados al suelo por la cabeza y las e cuchillo comun, y por lo
patas. El dibujo de este invento (fig. 122), al que no es posible negar un tanto está recubierto o
forrado en el interior con
cierto encanto artístico, muestra una vaca a medio desollar, con el cuero cuero, caucho u otro ma­
echado hacia atrás, mientras la piel de la cabeza, ya desprendida por el terial..." (patente EE.UU.
cuchillo, yace en el suelo, en primer término. Detrás, se ven la cabeza y n.O 244, 30 de junio de
1837.)
246
247
ción fue introducida la máquina con un éxito por lo menos parcial, pero
es característico que esta operación no tuviese lugar en el interíor del cuer­
po. Era la tarea de eliminar mecánicamente pelos y cerdas del ablandado
cuerpo del animal, apenas éste salía de la tina del escaldado. Esto se con­
sigue mediante un gran dispositivo de rasurado destinado a eliminar todo
el pelo del cuerpo, .meticulosamente y en el menor tiempo posible.
Tal como en las mezcladoras mecánicas de masa, la mano que
amasa, golpea y estira es sustituida por brazos mecánicos, tornillos y otros
mecanismos, también en el afeitado del cerdo la mano que empuña el cu­
chillo, y que tan bien se adapta a los contornos del cuerpo, da paso al
elemento mecánico.
La mezcladora de masa fue inventada en Europa y no fue utiliza­
da en Norteaméríca hasta después de la guerra de Secesión. En Europa,
la idea de crear una máquina raspadora de cerdos nunca había surgido,
y por diversas razones nunca hubiera sido utilizada.
El mismo esfuerzo para adaptar un mecanismo a los cuerpos irre­
gulares y orgánicamente formados, apareció en Norteamérica a finales del
XVIII, cuando fueron inventados numerosos dispositivos para mondar las
120. Máquina raspadora de cerdos. c.1900. "Una cadena sin fin arrastra el cerdo a
manzanas. Hasta mediados del siglo XIX, hubo máquinas mondadoras
través de una serie de pequeñas cuchillas, sujetas a muelles regulables... Se amoldan a la de manzanas en toda vivienda rural, en muy diversos modelos. De madera
forma del cerdo sin grandes problemas. Capacidad, 8 puercos por minuto." El raspado al principio y más tarde de hierro, se basaban sobre todo en el principio de
mecánico nunca resultó totalmente satisfactorio. .(Douglas's Encyclopedia, Londres.) hacer girar la manzana contra una hoja afIlada montada sobre un brazo
flexible. 63
A partir de 1830, cuando los americanos empezaron a modificar
los cuernos. Esta maquinaria no debió tener éxito, puesto que todavía hoy la forma de las herramientas, invariable a través de las épocas, para adap­
el desollado se afectúa manualmente. tarlas con mayor precisión a sus funciones, existe una propuesta "para
Toda la maquinaría parece quedar descartada cuando se trata de extraer pelos de la piel"64 (fig. 119). En vez de utilizar el pulgar para alzar
desollar, la separación de piel y carne. "El que desuella la cabeza y separa el pelo que ha de ser cortado por el filo, se dispuso una pinza recubierta
ésta del cuerpo, maneja el cuchillo con tanta habilidad que es capaz de de cuero, y en vez de cuchillo, una hoja de acero intercambiable. Estas
quitar la piel de la cabeza del animal y seccionar ésta exactamente en la piezas iban unidas a un brazo de resorte o a una empuñadura tipo tijera.
unión del cráneo y las vértebras en una fracción de minuto." El inventor neoyorquino dio a su instrumento, que se parecía "en forma y
Las ovejas son desolladas mientras se desplazan en un transpor­ tamaño a las pinzas comunes para el azúcar", el nombre de cuchillo aga­
tador. Sin embargo, esta operación es efectuada enteramente a mano, y rrador de pelaje. "El pellejo queda confinado en una forma o astil... seria
todo un equipo de obreros divide la tarea en operaciones individuales. El mucho mejor poder utilizar un astil tan ancho como el pellejo y ligeramen­
golpe final lo dan los desolladores de la parte posterior, que "agarran te romo... almohadillado y cubierto con caucho."
las pieles y las arrancan de la grupa de las ovejas, sin romper el grano
de las pieles ni rasgar la tierna grasa de los cuartos traseros y el lomo". Hay un trecho grande entre este instrumento de peletero y la pri­
Esto se efectúa en un solo movimiento. Parece una operación fácil y senci­ mera propuesta de "máquina limpiadora de puercos", como entonces era
lla cuando se ve arrancar la piel con un seco chasquido, pero requiere una llamada (fig. 118). La sugerencia fue presentada en 1864. La especifica­
gran habilidad. Por encima, el desnudo cuerpo de la res se mueve con la lí­ 'ción de este primer intent0 6S para hacer pasar toda una res a través de
nea de montaje, arrastrando la piel como un manto a través de la escarlata una máquina que le quitase pelos y cerdas, manifiesta claramente su ob­
alfombra de sangre que se forma en todas partes a lo largo del transporta­ jetivo: "La naturaleza de mi invento consiste en aplicar al cuerpo entero
dor. de puercos escaldados, discos, cuchillas u otros dispositivos... formados ...
para presentar suficiente fuerza o adhesión y sin embargo ser lo suficien­
Raspado mecánico de los puercos temente elásticos como para amoldarse a las irregularidades del cuerpo."
Una presión firme y una adaptación flexible -para no cortar ni estropear
Son mayoria los intentos encaminados a manipular sustancias la piel- eran lo que anhelaban las múltiples soluciones ofrecidas.
orgánicas por medios mecánicos que han fracasado. Sólo en una opera­ Este inventor de 1864 eleva sucesivamente dos aros de hierro de
248 249
122. Desollado de ganado par energía mecánica. 1867. Todavía imposible hoy en día,
el desollado mecanizado fue intentado en fechas tempranas. Pero la piel de los animales
es demasiado delicada para ser manipulada de otra forma que no sean el cuchillo y la mano.
Este díbujo, con sus ingenuos medios que tratan de ilustrar un dispositivo mecánico, cons­
121. Depilación de aves de corral mediante la cera. La depilación con cera fue aplicada tituy'e una pieza original del arte folk norteamericano. (patente EE.UU. n.o 63910, 16 de
también a las aves de corral cuando éstas fueron sacrificadas en la línea de producción
continua, en tiempos de la plena mecanización. Ninguno de los métodos de raspado me· abril de 1867.)
cánico alcanzó un éxito radical. Sólo lo orgánico puede adaptarse a lo orgánico. (Foto
cortesia de Berenice Abbott.)
ejes respectivos".66 La disposición de los rodillos individuales permite una
mejor adaptación a la forma del animal. En este segundo intento se basan
un diámetro de 90 cm, semejantes a los aros a través de los cuales saltan las máquinas modernas que depilan 750 reses por hora en la linea de
los perros del circo. El primer aro lo rellena un disco de caucho con un montaje.
agujero de unos 30 cm de diámetro en su centro. El segundo aro consiste Al finalizar el decenio de 1870, y con todos los refinamientos
en dos anillas de cuchillas de acero o raspadores. "Todos convergen en aportados por esa época de técnicas en rápido progreso, se consiguió una
un centro común, pero dejando un orificio de 10 cm"; en otras palabras, ulterior aproximación a la forma del animal. "La máquina debería autoa­
están dispuestos como las láminas de un diafragma. El cerdo, enganchado justarse por completo a los diversos tamaños de las reses que pasen por
por el hocico en una cadena sin fin, habia de pasar primero a través del ella y también a sus diferentes contornos... Mi ínvento consíste, por lo tan­
aro de caucho, y después por el de acero. El inventor tiene puestas grandes to, en una serie de cilindros, cada uno de ellos provisto dejuegos de raspa­
esperanzas en la eficiencia de la máquina. "Se ha' calculado que... la capa­ dores elásticos y distribuidos en diferentes puntos... Cada uno de estos ci­
cidad de esta máquina es de cinco a quince mil cerdos por dia." Todo esto lindros... posee un movimiento independiente y tiene libertad para avanzar
puede parecer fantástico e improbable, y sin embargo no sólo representa y retroceder con el fin de seguir el contorno del animal."67
un primer uso experimental del caucho "para amoldarse a las irregulari­ Con la expansión de la producción a principios del 1880 Y con
dades del cuerpo", sino que esta propuesta de unos raspadores de acero una producción anual en Chícago de unos cinco míllones de cerdos, la
elásticos, dispuestos concéntricamente, reaparece en modelos prácticos demanda de máquinas eficientes de esta clase se hizo cada vez más apre­
cuatro décadas más tarde, pero esta vez están ordenados en forma de chi­ miante. 68 En un periodo en el que disminuían rápidamente las mejoras de
menea y se aferran al cuerpo del animal como las patas de una araña otras máquinas para la industria cárnica, el número de patentes para el
(fig. 120). raspado del puerco fue en aumento. 69
En su forma primitiva, esta idea de 1864 poco éxito podia espe­ Ningún instrumento mecánico daba entera satisfacción. La mano
rar. Diez años más tarde, vuelve a hacer su aparición el mismo inventor que empuñaba el cuchillo todavia era necesaria para inspeccionar y aca­
con una segunda propuesta. Ha imaginado esta vez una "serie de rodillos, bar la obra de la máquina.
provistos de raspadores a resorte y que giran simultáneamente sobre sus El siglo actual se orientó hacia la práctica más minuciosa del de­

250 251
123. El sacrificador humanitario de Gree­ la que la Muerte se disfraza de demagogo. Unos versos moralizantes pre­
ner, para el ganado. (Douglas's Encyclope­
dia, Londres.) vienen contra las consignas de república, libertad y fraternidad.

Se levanta la chaqueta y, cuando ellos miran,


el terror paraliza sus corazones.

La muerte ha sido degradada a la categoria de mero disfraz. Un


grabado anterior, La muerte estranguladora (1847), representa a la Muer­
te tocando el violín con unos huesos. La elección de la escena es signifi­
cativa, ya que utiliza la descripción de Reine sobre el desencadenamiento
de la epidemia de cólera en 1831, en un baile de disfraces celebrado en
Creener"s Humane Cattle Killér, showing CQurse of buUet. Paris.
En el siglo XV, el Juício Final, inseparable de la muerte, era una
realidad tan amenazadora como la propia muerte, y tal vez más temida
pilada. Para esta última limpieza, el cuerpo del animal es sumergido en un que ésta. En el siglo XIX, sólo queda la muerte en su desnudez biológica,
depósito de cera derretida que, una vez fría, es arrancada a tiras, lleván­ e incluso esto queda bien oculto. Por lo tanto, todas las imágenes de aque­
dose consigo toda traza de pelos. 70 Sólo lo orgánico puede amoldarse a lla época que tratan de nuestra relación con la muerte, entre ellas las com­
lo orgánico (fig. 121). posiciones de Rethel, se han vuelto irreales, ya que utilizan símbolos deva­
luados y a los que no soporta la realidad viviente de la creencia.
Cuanto mayor el grado de mecanización, más se elímina de la
La mecanización de la muerte vida el contacto con la muerte. Esta es contemplada, meramente, como
un accidente inevitable a la postre, como indicaremos al comentar por
El fenómeno de la muerte mecanizada no será contemplado aquí qué la concepción medieval de la comodidad difería tanto de la de otros
i desde el punto de vista sentimentalista ni tampoco desde el de un fabri­ periodos posteriores. Es más honesto pintar la muerte en su tosquedad,
¡ cante de productos alimenticios. Lo que nos interesa es, únicamente, la re­
lación entre mecanización y muerte; esta es nuestra actual preocupación.
como hizo simbólicamente (figs. 128 y 129) el aragonés Luis Buñuel en

Ambas cosas están implicadas en la producción masiva de carne.


Donde mejor cabe contemplar la evolución de esa maquinaria
de la matanza es en los archivos de la Oficina de Patentes de Washington.
Alli es posible seguir de qué modo los cerdos son agarrados lentamente por
I su cuarto posterior con la ayuda de ingeniosos dispositivos, introducidos
en la maquinaria y, suspendidos en hilera, trasladados a la posición más
favorable para darles muerte, y de qué manera las reses bovinas son deso­
lladas por medio de poleas, cuerdas y palancas (fig. 122), Y los cerdos
raspados mediante cuchillas giratorias y mordazas.
El único propósito de los dibujos de la Oficina de Patentes es el
de ilustrar la reivindicación de patente tan claramente como sea posible.
y no obstante, vistos en su continuidad, sin parar mientes en su interpreta­
ción y significado técnicos, nos causan la impresión de una danse macabre
de nuestro tiempo. Su descarnado propósito es más directo y, por tanto,
más impresionante que los retratos novecentistas de la relación entre la
vida y la muerte. Este cisma resulta muy aparente en la famosa serie de
grabados del pintor histórico postromántico Alfred Rethel (1816-1859),
fechada a mediados del XIX (fig. 126). El llama a su serie Otra danza ma­
124. Anuncio para
cabra (1849) y, con siniestra habilidad y en la noble tradición del grabado una fábrica conserve­
a lo Albrecht Durero, la muerte es utilizada abusivamente con fmes de ra de Chicago. Década
propaganda política. Estos grabados no tratan del fenómeno de la muerte, de 1890. (Cortesía de
la J. Ryerson Collec­
sino que representan una sátira política contra la revolución de 1848, en tioo, Chicago.)
252
253
su película Un perro andaluz (Un chien andalOli, 1929). En ella, la sim­
bolización de. la muerte se encuentra en el juego de asociaciones irracio­
nales. Sucesos triviales cotidianos y acontecimientos fantásticos andan
entretejidos en una realidad artística, en la que una navaja de afeitar se
convierte en nube alargada que cruza ante la luna llena en el firmamento
nocturno, y después en el cuchillo de un asesino que corta el ojo de una
muchacha. El guión reza así:

J Un balcón en la noche.

I Cerca del balcón, un hombre está amando su navaja de afeitar. El


hombre contempla el cielo a través' de los cristales de la ventana y ve...
I¡ Una delgada nube que avanza hacia la luna, que es llena.
Después la cabeza de una joven, con los ojos abiertos.
La nube delgada pasa ahora ante la luna. .
71
La hoja de la navaja es movida a través del ojo de la joven, cortán­
dolo.

Todo esto es indiferentemente tosco, cruel y autentIco. Su ca­


rácter directo capta algo del terror eterno a la muerte. El horror reside
en la repentina e incalculable destrucción de una criatura orgánica. 126. La relación del siglo XIX con la Muerte: "Otra danza de la Muerte", Grabaau.
La transición de vida a muerte no puede ser mecanizada si la 1849. En contraste con el siglo XV, la era mecánica no tiene relación directa con la muerte,
muerte ha de ser producida con rapidez y sin dañar a la carne. Las herra­ ni tampoco la tiene, por tanto, el arte del XIX. Si se presenta una intervención de la
muerte, ésta aparece en forma literaria, cuando no carvanaIesca. (Alfred Rethel, Auch
mientas mecánicas probadas resultaron inútiles, pues o bien eran dema­ ein Tatentanz, 1849.)
siado complej¡¡.s, o totalmente dañinas. En su gran mayoría, obstaculizaban
un desangrado satisfactorio. Según se asegura, nuestra costumbre de co­ Sólo el cuchillo, guiado por la mano humana (fig. 127), puede
mer carne tan sólo después de haber sido privada ésta de todo resto de san­ efectuar la transición de vida a muerte del modo deseado. Para esta ope­
gre, debe tener su origen en los preceptos judíos, ya que tanto griegos ración se necesitan artesanos que combinen la precisión y la destreza de
como romanos procuraban que el precioso líquido no abandonase el cadá­ un cirujano con la rapidez de un trabajador a destajo. Se ha establecido
ver del animal. Estrangulaban a éste 6 lo atravesaban con lanzas previa­ hasta qué punto y a qué profundidad debería ser perforado el cuello de
mente calentadas para impedir que se desengrase. Y sin embargo, la gente un cerdo. Un golpe en falso perjudica el producto cárnico, y la operación
preferiría abstenerse de comer carne antes que abandonar unos hábitos debe ser realizada con celeridad: a razón de 500 puercos por hora. 12
que se han convertido en instintos. La sangre horroriza. Para seccionar la vena yugular, el matarife agarra el animal, sus­
.- 11\'n::'""''''''\''''-~~-~=- pendido cabeza abajo por su pata delantera, le da vuelta debidamente, y le
atraviesa la garganta hasta unos 15 centímetros de profundidad. La mis­
ma destreza y la misma cautela deben ser empleadas al sacrificar las ove­
jas, animales que, por ser más tranquilos, van colgados del carril por pare­
jas. La herida se les infiere con un estilete de doble filo, exactamente detrás
de la oreja.
Las vacas ya no son llevadas a los corrales, en manadas, para
ser apuntilladas. Cuando esto se hacía, el matarife acechaba agazapado
sobre unos tablones a menudo colocados de través sobre los corrales, en
espera del momento más oportuno para clavar su arma puntiaguda entre
los ojos de la víctima. Hoy se utiliza un martillo de un par de kilos que se
abate sobre los cráneos de las reses en un estrecho corral preparado con
esta fmalidad; al ser golpeados, los animales se desploman como bloques
de madera, y es entonces cuando los empleados sujetan la cadena alrede­
dor de las patas traseras y cuelgan la res del carril, cabeza abajo. Al pro­
125. Sacrificando reses. (Frank Leslie's R/ustrated Newspaper. 12 de octubre de pio tiempo, el matarife clava un cuchillo en la garganta del inconsciente
1878.) animal. La sangre suele ser recogida en unos recipientes especiales.

254 255
128. La muerte en su tosquedad: Luis
Buñuel, "Un perro andaluz", 1929. Nube
pasando ante la luna. ojo de una joven
en el momento de ser cortado por una
navaja. Es más honesto representar la
muerte en su brutalidad que implicarla
en una mascarada. En el film surrealis­
ta Un perro andaluz, Luis Buñuel comuni­
ca la ídea de la muerte mediante simbo­
los irracionalmente relacionados. (Corte­
sía de Luis Buñuel.)

129. Buñuel: "Un perro andaluz". El


127. Sacrificio manual de aves de corral en la línea de producción. 1944. (Foto cortesía ojo después de cortado. (Cortesía de
de Berenice AbboIt.) Luis Buñuel.)

El acto de la matanza en sí no puede ser mecanizado, por tanto,


y la carga recae sobre la organización. En uno de los grandes mataderos,
perecen dos animales cada segundo, lo que da un promedio diario de unas uno no siente; uno se limita a observar. Puede ocurrir que aquellos nervios
60000 cabezas de ganado. Los gritos de agonía de los animales cuyas yu­ a los que no sometemos a nuestro control se rebelen en algún lugar del sub­
gulares acaban de ser abiertas se confunden con el sordo rumor del gran consciente. Días más tarde, el olor a sangre que hemos inhalado se alza
tambor, el chirrido de los engranajes y el agudo silbido del vapor. Es casi de repente desde las paredes del estómago, aunque ni una sola salpicadura
imposible diferenciar entre los gritos de muerte y los ruidos mecánicos, de ella nos haya alcanzado.
ní tampoco puede el ojo captar lo que ve. A un lado del matarife hay los No nos es posible saber hasta qué punto la pregunta está justifi­
vivos, y al otro los muertos. Cada animal cuelga cabeza abajo y en el mis­ cada, pero a pesar de todo cabe inquirir: ¿Tiene esta neutralidad con res­
mo intervalo regular, con la diferencia de que, de las criaturas a su dere­ pecto a la muerte algún efecto ulterior sobre nosotros? Esta influencia más
cha, brota la sangre de la herida en la garganta con el ritmo de los latidos amplia no tiene porque hacer su aparición en el país en el que se desarrolló
del corazón. En veinte segundos, como promedio, se supone a un cerdo la matanza mecanizada, ni siquiera en la época en la que surgieron los mé­
desangrado hasta morir. Todo transcurre con tanta rapidez y constituye todos. Esta neutralidad ante la muerte puede estar alojada profundamente
una parte tan continua del proceso de producción, que apenas suscita emo­ en las raíces de nuestro tiempo, si bien no se reveló en toda su amplitud
ción alguna. hasta la guerra, cuando poblaciones enteras, tan indefensas como los ani­
Lo que es realmente asombroso en esta transición en serie de la
vida a la muerte es la absoluta neutralidad del acto. Uno no experimenta,
I males colgados cabeza abajo en la cadena transportadora, fueron aniqui­
ladas con diestra neutralidad.
I
256 257
I
I
9-Gledlon
Notas 21. James Parton, Triumphs of Enterprise, Ingenuity and Public Spí­
rit, Nueva York, 1872, cap. 11.
1. p'¡rra detalles de esta evolución, véase 'Giedion, op. cit., pp. 465 a 22. Parton, op. cit., p. 44.
501.
23. Walter Prescott Webb, The Great Plains, Boston, 1936, p. 207.
2. <!eorges Eugéne Haussmann, Mémoires, vol. 1II, París, 1890-1893,
p. 561. 24. Webb, op. cit., p. 219.
3. Ibídem, pp. 560 Y 561. 25. Webb,op. cit., pp. 222 Y 223.
4. Handbuch der Architektur, seríe IV, vol. 3 Darmstadt, 1884, p. 182. 26. Parton, op. cit., p. 46.
5. Thomas De Voe, Abattoirs, Comunicación leída ante la rama Poli- 27. Para más detalles, véase Harper Leech y John Charles Carrol!.
técnica del American Institute, Albany, 1866, p. 19. Armour and His Times, Nueva York y Londres, 1938, pp. 125 a 127.
6. L'Abattoir moderne, 2:· ed., París, 1916, p. 45. 28. Patente EE.UU. n.O 71423, J.B. Sutherland, 1867.
7. A.T. Andreas, History of Chicago, vol. 3, Crucago, 1886, p. 334. 29. Patente EE.UU. n.O 131722, J. Tunstel, 24 de setiembre de 1872.
8. Scientific American, 21 de agosto de 1886, p. 120. 30. Charles Tellier, L'Histoire d'une invention moderne: le frigorifi­
que, París, 1910.
9. Por sí solas, estas cifras dan un retrato deforme del conjunto. Por
lo tanto, hemos comparado la producción anual de Crucago y de París. Los da­ 31. Ramón J. Carcano, Francesco Lecoq. Su teoría y su obra: 1865­
tos parisienses están sacados de La Grande Encyclopédie, París, 1884, y los 1868, Buenos Aires, 1919. La patente francesa le fue concedida a Lecoq el 20
de Crucago de Andreas, op. cit., vol. 3, p. 335. La comparación de los requeri­ de enero de 1866.
mientos anuales no sólo arroja luz sobre las preferencias alimentarias, sino que 32. Patente EE.UU. n.O 215 572, Purificación, circulación y rarefacción
también señala los caminos divergentes de Europa y Norteamérica. París sacri­ del aire, Andrew J. Chase, 1879.
fica doble número de corderos y casi seis veces más terneras que Chicago. Cru­ 33. Harper's Weekly, 21 de octubre de 1882, p. 663.
cago mata veintitrés veces más cerdos y unas nueve veces más reses vacunas que 34. Véase A.T. Andreas\ The History of Chicago, vol. 3, Chicago, 1884­
París. Una sola empresa, la Swift and Ca., de Crucago, procesa este año el doble 1886, p. 335. Expediciones de ganado: 1883 = 966758; 1884 = 791884.
de reses vacunas que las consumidas por París en el mismo período (Producción
35. Louis F. Swift, The Yankee and the Yards, the Biography of Gus­
qe la Swift and Ca. para 1884-1885 = 429 483 reses). Cabe observar también que
tavus Franklin Swift, Nueva York, 1927, p. 18.
en Estados Unidos no se subdivide el término "cattle" (ganado vacuno). En Euro­
pa, la carne de vaca es tenida en poca estima, de donde la reducida cifra pari­ 36. Ibídem, p. 185.
siense; en cambio, la de bueyes muy apreciada. Sin embargo, en Estados Unidos, 37. Este paso tampoco se vio libre de dificultades, ya que el envasador
los bueyes, utilizados como bestias de tiro en las granjas pequeñas, son sacriii­ Hammond atacó los vagones basándose en una infracción de patente. Swift, op.
cados en número cada vez más reducido. cit., p. 189.
38. Ibídem, cap. "Nunca te des por vencido".
1883 Ganado vacuno Terneras Cerdos Corderos 39. Helen Swift, My Father and my Mother, Chicago, 1937, p. 127.
40. Ibídem.
Chicago . Reses = 1878944 30223 5640625 749917 41. Frank Leslie's Illustrated Newspaper, 12 de octubre de 1878, p.
París. Bueyes y toros = 184900 189400 170465 1570904 663.
Vacas = 43 099 42. Harper's Weekly, 21 de octubre de 1882, p. 663.
43. Louis F. Swift, op. cit., p. 118.
10. Charles Cist, "The hog and its products", en Commissioner of 44. Sin embargo, las condiciones higiénicas en las fábricas eran alar­
Agriculture Report, 1866, p. 391. mantes, al menos al finalizar el siglo. Más tarde, fueron instituidas reformas decisi­
11. Charles Cist, citado en C.F. Goss, Cincinnati, the Queen City, vas. La revista inglesa The Lancet despertó a la opinión pública (7, 14,21 Y 28 de
1788-1912,4 vals., Chicago, 1912, vol. 2, p. 334. enero de 1905) y fue seguida por La selva, de Upton Sinclair (I906), y por una in­
vestigación del Congreso (1906) en el curso de la cual Theodore Roosevelt de­
12. Ibídem. claró: "Las condiciones expuestas incluso por esta breve inspección y existentes en
13. Ibídem, p. 391. los mataderos de Chicago, son vergonzosas" (59th Congress, 1st Session, Docu­
14. Goss, op. cit., va!. 2, p. 334. ment 873). Estamos en deuda con el señor Wayne Andrews por esta información.
15. Malcoim Keir, Manufacturing, Nueva York, 1928, p. 257. 45. Swift, op. cit., p. 118.
16. En el capítulo "The Assembly Line". 46. H. Leech y J.e. Carroll, Armour and His Time, Nueva York, 1938,
p. 238.
17. Chambers, Things as They Are in America, 1854, p. 156.
47. Ibídem, p. 251.
18. Olmsted, A Journey through Texas, Nueva York, 1857, p. 9.
48. Louis D. Weld, Prívate Freíght Cars and American Railways, Estu­
19. Ibídem. dios de Historia de la Universidad de Columbia, Economía y Ley Pública, vol.
20. Olmsted, op. cit., p. 12. 31, n.O 1, Nueva York, 1908.

258 259
49. J. Ogden Armour, Packers, The Private' Car Lines and the People, Mecanización y crecimiento
Filadelfia, 1906,p. 24.
50. "La primera linea frigorifica de cierta importancia utilizada tan sólo
para el tráfico de fruta, fue la de F.A. Thomas en Chicago, un inventor de Detroit
que construyó cincuenta vagones frigoríficos en 1886." Véase L. D. Weld,
op. cit., p. 18.
51. Ibídem, p. 19. Mediante la reducción de los fletes.
52. Armour Car Line, Fruit Grower's Express, Continental Fruit Ex­
press.
53. Según Harper's Weekly, marzo de 1872 a marzo de 1873.
54. William Douglas & Són, Encyclopedia. Un libro de referencia para
todas las industrias asociadas con la carne bovina o porcina, provisiones y comer­ Alrededor de 1930 comienza una nueva revolución que se en­
cio en general de productos alimenticios, Londres, 1903, p. 451. cuentra ahora en el umbral de la plena realización y señala hacia una nue­
55. En el capítulo "Línea de Montaje". va época cuya tendencia está distante de lo mecánico. Se centra, como he­
56. Upton Sinclair, La selva, Nueva York, 1906, p. 42. mos sugerido, alrededor de la intervención del hombre en la sustancia orgá­
57. Mejoras en elevadores de cerdos, Patente EE.UU. n.o 27 368, 6 de nica. Animales y plantas van a ser cambiados en su estructura y en su na­
marzo de 1860. Elevador de cerdos, Patente EE.UU. n.O 94076, 24 de agosto de turaleza. El campo de la genética, responsable de esta intervención radical,
1869. Máquina elevadora de cerdos, Patente EE.UU. n.o 120946, 14 de noviem­ es un retoño de la biología, con la que nació.
bre de 1871.
Desde un buen principio, el hombre ha interferido en la naturale­
58. Patente EE.UU. n.O 245643, 16 de agosto de 1881.
za a través de la domesticación y la cría. Amoldó a su voluntad el carácter
59. Patente EE.UU. n.O 252112, 10 de enero de 1882. de los animales salvajes y de las plantas silvestres. Los domesticó. Crió bue­
60. Patente EE.UU. n.O 252 112, 10 de enero de 1882. yes y capones para sus fines. En la Antigüedad, acopló yegua y asno, y así
61. Patente EE.UU. n.O 130515, 13 de agosto de 1872. creó el estéril mulo. Se dice que los árabes del siglo XIII inseminaron artifi­
62. Patente EE.UU. n.O 63910, 16 de abril de 1867. cialmente yeguas con pedigree. Para la incubación de los huevos, los chi­
63 . Véase "La mecanización llega al hogar", p. 517. nos utilizaban cestos llenos de arroz caliente, y los egipcios empleaban hor­
64. Paten'te EE.UU. n.O 244, 10 de julio de 1837. nos. Los indios americanos cruzaron variedades de maíz con un éxito no­
65. Patente EE.UU. n.O 44021, N. Silverthorn, 30 de agosto de 1864. table.
66. Patente EE.UU. n.o 153 183, N. Silverthorn, 28 de enero de 1874. El siglo XVIII abrió el campo de la genética, como lo hizo con el
67. Patente EE.UU. n.O 235731, J. Bouchard, 21 de diciembre de 1880, de la agricultura mecanizada, mediante la experimentación y el análisis
(presentada el 4 de diciembre de 1879). . científicos. Desde el descubrimiento de que las plantas son organismos se­
68. Tampoco faltaban las propuestas para máquinas destinadas a "ras­ xuados (Camerarius, 1694) y desde la hibridización analítica de las plantas
par puercos haciéndolos pasar por una bandeja sin fm entre unas cuchillas en rápi­ (Thomas Fairchild, 1717; Vilmorin Andrieux, 1727)1 hasta los experimen­
do movimiento y sujetas de modo que fuesen flexibles y se ajustaran por si mis­ tos y descubrimientos revolucionarios de Gregor Mendel (1865),2 nunca
mas". Patente EE.UU. n.o 184390, 6 de setiembre de 1876. En otra ocasión, el
"perftl de los raspadores" es "curvilíneo" para permitir una acción más efectiva. decayó el interés por tales experimentos. A finales del siglo XVIII, la gené­
Patente EE.UU. n.O 196269, 29 de marzo de 1877. tica llegó hasta la inseminación artificial de los mamiferos.
69. 1881 = cuatro patentes; 1882 = dos patentes; 1886 = tres patentes. Por tanto, los principios de la genética, como tales, no son nue­
70. Cuando fue aplicada la linea de producción al proceso de las aves vos. La genética sigue el camino normal desde la experiencia transmitida al
de corral, en el decenio de 1930, se emplearon unos métodos similares: transporta­ experimento cientifico. El tema permaneció en esta fase durante largo tiem­
dores aéreos y máquinas de desplumar consistentes en un tambor provisto de unos po, y 10 que ocurriría después, en la época de la plena mecanización, no ad­
dedos de caucho elásticos. Hemos visto este aparato incluso en los más pequeños mite ninguna comparación con las fases anteriores, ya que seria una inter­
mataderos de aves. Los preparadores de aves de corral adoptaron también el mé­ ferencia mucho más profunda en el crecimiento orgánico. La alteración es­
todo de la cera para conseguir una limpieza completa. tructural de las plantas y los animales ha progresado con un ritmo que,
71. La Révolution surréaliste, París, 1930. comparado con 10 que existía antes, casi elimina el factor tiempo, y las di­
72. Scientific American, 21 de agosto de 1866. La destreza empleada mensiones han llegado a ser gigantescas.
en la que entonces empezaba a ser una producción en gran escala, apenas pudo
ser mejorada subsiguientemente. Todavía hoy, un matarife no puede matar más de Esta revolución guarda una cierta similitud con la revolución de
500 a 600 animales por hora. las herramientas y los equipos un siglo antes, cuando fueron reformadas de
pronto o transformadas en mecanismos. El ritmo impetuoso del desarrollo
presente y la sensibilidad de los sectores afectados, prometen unas conse­
cuencias todavía más impresionantes.
260 261
Semilla Dos años más tarde, Réaumur publicó su libro, lujosamente ilus­
trado y traducido al inglés el año siguiente. 7 En el prólogo, nos narra con
En la época de la plena mecanización, las plantas que nos dan co­ humor cómo empezó el experimento. Un amigo suyo, perteneciente al
mida o vestido recuperan su carácter sobresaliente. Con medidas especia­ cuerpo diplomático, le habia explicado minuciosamente cómo se practica­
les, particularmente las que intervienen en su fertilización, alteramos su es­ ba la incubación en la aldea egipcia. Pronto supo Réaumur que no iba a
tructura y su productividad. Se ha conseguido que el trigo, la avena, la ce­ ser aquél su método. El no contrataría expertos egipcios, como hubiera he­
bada, la caña azucarera, el algodón, la fruta y las hortalizas sean más vigo­ cho un príncipe en su lugar; su termómetro sustituiría al secreto de los
rosas y más resistentes a la sequía y a los parásitos. La soja, aunque intro­ egipcios. Primero, utilizó el calor natural de un montón de estiércol, en el
ducida a principios del último siglo, asume un nuevo significado, pero los que hundió un barril que contenia la incubadora (fig. 130); seguidamente,
resultados más conspicuos son los obtenidos con el maíz. experimentó con el horno de cocer el pan instalado en un convento de
"El maíz híbrido -asegura el Bureau of Agricultural Economics monjas cercano, y finalmente construyó por su cuenta una "estufa" cilín­
de Estados Unidos- es tan importante entre las plantas como el tractor en­ drica de madera que permitía una radiación equitativa. Todavía hoy, los
tre las máquinas."3 granjeros norteamericanos muestran preferencia por la incubadora cilín­
En virtud del clima norteamerícano, el maíz constituye el alimen­ drica calentada por carbón, en vez de la de tipo eléctrico que, según dicen,
to más importante para el ganado. Su mejora y su aumento en producción puede ser inadecuada en las épocas frías.
en unos pocos años, lindan en lo maravilloso. Los primeros intentos para No es posible leer el libro de Réaumur sin apasionado interés, ya
cultivar maíz híbrido comercialmente tuvíeron lugar en el decenio de 1920, que en ese tema corriente y moliente la observación del gran sabio es pro­
pero no se dispuso de él en cantidad hasta el principio de 1930. Seguida­ yectada vigorosamente sobre los más infimos detalles. Sabe con exactitud
mente, en cuatro años, de 1935 a 1939, su producción se quintuplicó. El cómo sale el polluelo de su cascarón, y cómo se forma el embrión, y diseña
área sembrada con maíz híbrido pasó de 200000 hectáreas a 9 600000, lo la madre artificial.
que representa más de un cuarto de la producción total. 4 En una habitación casi a oscuras de una factoría alimentaria de
El grano del maiz híbrido se congrega alrededor de la mazorca St. Louis, hemos visto unas jaulas bajas de tela metálica que albergaban
con una abundancia y una regularidad excepcionales. Es más prolifico (de polluelos salidos de la incubadora unos días antes. Había en ellas una tela
un 15 a un 30%), más resistente y más atractivo. 5 Fue observado un hecho de caucho inclinada y calentada eléctricamente, y los polluelos se intro­
notable en la segunda generación de maíz sembrado libremente en los cam­ ducían bajo ella, ya que sustituia a las alas de la madre para calentar sus
pos: perdía una parte de sus características deseables, y por lo tanto el pulmones. A mediados del siglo XVIII, Réaumur había logrado ya lo mis­
granjero ha de adquírir su simiente a cultivadores cuya producción de se­ mo al forrar una caja con vellón de oveja (fig. 130), inclinar la tapa como
milla tienda a mostrarse cada vez más centrada. la lámina de caucho en la incubadora del siglo XX, imitando también las
alas de la gallina, y al llamar a este dispositivo madre artificial.
El huevo Alrededor de 1944, sólo el 15% de los pollos producidos en Esta­
Un ejemplo, por lo menos, puede mostrar cómo el siglo XVIII dos Unidos habian sido incubados por gallinas. El 85% restante lo había
adoptó el análisis y la experimentación como su punto de partida en la me­ sido en unas 10000 instalaciones de incubación. En las incubadoras actua­
canización del crecimiento. les, calentadas mediante electricidad y controladas termostáticamente,
Los egipcios eran maestros en el empleo de incubadoras para ga­ cada unidad contiene unos 52000 huevos, y puede ser atendida por un
llinas y ni siquiera en épocas recientes han olvidado esta habilidad. En el si­ hombre. El dispositivo incubador de Réaumur era inmóvil; en cambio, los
glo XVIII, Berma, un pueblo del Delta del Nilo, todavía vívía de la cría ar­ estantes de las incubadoras modernas giran sobre un eje y cambian regu­
tificial del pollo, cuyos secretos pasaban de padre ahíjas. Réamur explica larmente la posición de los huevos, tal como lo haria la gallina, con lo que
que se incubaban hasta treinta mil unidades a la vez y que después las aves evitan que el embrión se adhiera al cascarón. En una granja, el número me­
eran vendidas por bushels, como los cereales. dio de gallinas frisa en el centenar, cuando ciertas factorías de incubación
Tal como las flores exóticas eran trasplantadas a climas septen­ artificial tienen una capacidad de más de un millón de huevos. Diez mil
trionales, también un nativo de ese pueblo egipcio fue llevado a Florencia factorías de éstas producen anualmente unos mil seiscientos millones de
por el gran duque de la Toscana,' para que la corte pudiese disfrutar de po­ huevos.
llos tomateros en todas las estaciones. En 1747, Antoine-Ferchault de El enorme incremento de la incubación artificial se ha producido
Réaumur, el gran naturalista, dirigió a la Academia de París una comuni­ paralelamente al período de la plena mecanización. De 1918 a 1944, los
cación sobre el tema de la incubación de pollos, y según nos dice su biógra­ huevos incubados artificialmente pasaron del 20 al 85% del total. Una de
fo obtuvo un éxito sensacional, ya qúe tener un pollo en la mesa durante las razones expuestas para explicar este hecho es la de que, después de
todo el año, en aquellos tiempos era un sueño de lo más tentador. 6 1918, fue posible enviar polluelos por correo, pero en realidad el aumento

262 263
,¡",.r...A• • • ~~_ ... • .(41-­

132. Madre artificial en tiempos de la plena mecanización: Incubadora eléctrica, 1940.


130. Intervención en la sustancia orgánica: Reaumur, madre artificial. c.1750. Los ex­ Entre 1918 y 1944, en Estados Unidos los huevos incubados artificialmente aumentaron
perimentos de Réaumur fueron sugeridos por las "madres artificiales" de los egipcios, del de un veinte a un ochenta y cinco por ciento del total. La incubadora, controlada eléc­
mismo modo que el esfuerzo de su siglo para explotar el vapor y el vacio atmosférico tricamente, contiene unos 52000 huevos. (Hawkins Mil/ion Dolar Hen, Mount Vernon,
constituye una tendencia paralela con la tecnología alejandrina. Es posible que la incuba­ Illinois.)
ción en horno se originase en el técnicamente avanzado período de los Tolomeos, Y en
los pueblos del delta del Nilo la práctica fue mantenida hasta los tiempos de Réaumur. corre parejas con la tendencia general. La producción en serie y la cria de
Izquierda: Madre artificial en forma de barril; con cámara forrada de plumón y colocada
pollos a partir de huevos selectos, son más provechosas. Un peligro es la
sobre un montón de estiércol.
Derecha: Madre artificial, formada por "un armazón de madera al que se ha clavado una diseminación de enfermedades, por lo que se requiere un control meticulo­
piel de oveja P, cuya parte velluda se encuentra dentro de la madre; una cortina suelta so, y otro es el de los comerciantes poco escrupulosos.
que cae casi hasta el fondo de la madre, y cubre toda la parte frontal de ésta, de modo que Para mantener la producción tan regular como sea posible, se uti­
no priva a los polluelos de la libertad para colocarse debajo de la madre. La mueven Y
levantan fácilmente". (A. F. de Réaumur, The Art of Hatching and Bringíng Up Domestic liza la luz artificial en las mañanas de otoño y de invierno, con el fin de es­
Fowl at Any Time of the year, Londres, 1750.) timular los ovarios. Aunque esto no awnenta la producción total, la regula­
riza tanto como es posible a lo largo de todo el año, y permite el proceso de
las aves en plantas mecanizadas, proceso que fue introducido hacia el de­
cenio de 1930. La exquisitez que el gran duque de Toscana quiso ofrecer a
su corte se halla hoy a disposición de todos.
Antes del advenimiento de la producción en serie de aves de co­
rral, los pollos solían ser dos veces más caros en invierno que en verano.
Hoy se dispone de estas aves durante todo el año, recién muertas, y se está
buscando un mecanismo que separe mecánicamente los huesos de la carne.

¡ La fertilización mecánica
131. Réaumur:
Madre artificial. Cómo se genera la vida orgánica era motivo de especial preocupa­
c.J750. Este gra­ ción para el siglo que hurgó en todo para hallar una respuesta a todo. En el
bado muestra el in­ XVIII, escepticismo y universalidad van codo con codo. Y tal como ese
terior de una sala
caliente destinada periodo rebuscó en la vida de plantas y animales, de insectos y mamíferos,
a criar los pollue­ trató también de explorar la vida microscópica.
los, y que puede En una de las grandes controversias científicas de la época, el je­
ser destinada a in­
cubarlos. A señala suita Lazzaro Spallanzani (1729-1799) refutó la teoria según la cual los in­
la tapa de una es­ fusoria eran generados espontáneamente por fuerza vegetativa, "energía
Q tufa cuyo cuerpo es sustancial" o "virtud oculta". Mediante obstinada experimentación, Spa­
cilíndrico. Sacando l1anzani demostró que las bacterias entran en las soluciones nutritivas pro­
?s esta tapa se puede
~~~
.~.
. / " J, meter leña cuando cedentes del exterior, y siempre se mostró interesado en la generación de la
es necesario. (Ibí­ vida, "il gran problema della generatione", desde mamiferos y plantas has­
dem.) ta infusorios.

264 265
En una sola generación, el vasto ciclo fue atravesado a partir de
¿Cómo se reproducen los microbios? Por copulación, se afirma"
las críaturas unicelulares hasta los mamíferos de más elevada organiza­
bao Horace Benedict de Saussure, el geólogo ginebrino, 1740-1799, primer
ción. Desde entonces, la jeringa ha sido técnicamente perfeccionada y
hombre que negó a la cima del Mont-Blanc, en 1770 descubrió que los in­
nuestros conocimientos acerca de características heredadas y de cómo se
fusorios se multiplican por división. Spallanzani lo demostró con uno de
desarrollan los órganos en el embrión han experimentado una vasta am­
sus geniales~ experimentos, y por primera vez (I776) ilustró las fases de
pliación, pero no hemos penetrado mucho más allá en los problemas de la
su desarrollo, maduración y división (fig. 133).
generación de la vida y de los efectos de una hibridización continuada.
De aqui a los experimentos con espermatozoides y fertilización
Rusia y Estados Unidos han realizado los mayores progresos en
artificial no había sino un paso, y Spallanzani procedió gradualmente en la fertilización mecánica, y' en fecha muy temprana los experimentos fi­
sus estudíos sobre la generación. Experimentó con sapos, ranas, salaman­ siológicos de los rusos frisaron ya en lo sensacional. En 1907, un fisiólogo
dras e incluso con gusanos de seda, y finalmente consiguió fecundar artifi­
ruso escribió sobre la fertilización artificial de los mamíferos. 10 En la época
cialmente a una perra.
de la plena mecanización, 10 que antes habían sido experimentos de labora­
torio se convirtieron en instrumentos de la producción en serie. En la
La simiente (refiere Spallanzani) fue inyectada en la matriz mediante
una jeringuilla... Me había ocupado de conferir a la jeringa el grado de calor que Unión Soviética, en 1936, más de 15000 ovejas fueron fecundadas a partir
poseen el hombre y los perros... La perra dio a luz tres graciosos cachorros, dos de un solo carnero, con una media de concepción de! 96,6 %. En un distri­
machos y una hembra... Por lo tanto. conseguí fecundar a ese cuadrúpedo, y en to, todas las ovejas -45000- fueron fecundadas por el semen de ocho
verdad puedo afirmar que jamás había sentido tanta dicha desde que cultivaba la carneros. En este mismo año, seis millones de vacas y ovejas de la Unión
filosofia experimental. No tengo dificultad en creer gue seremos capaces de traer Soviética fueron preñadas mecánicamente, II en un paralelo a la introduc­
al mundo varios grandes animales sin la concurrencIa de ambos sexos, siempre y ción del maíz híbrido en Norteamérica.
cuando recurramos al sencillo dispositivo mecánico por mí inventado. 8 En Estados Unidos, alrededor de 1945 la introducción de la inse­
minación artificial a gran escala se hallaba todavía en proceso. 12 El apara­
Bajo unas normas más rígídas, el experimento de Spalianzani no to está al alcance de la mano y es adaptable a vacas, ovejas, cabras, pe­
¡ tardó en ser repetído en Inglaterra y aplicado, un siglo más tarde, por un rros, zorros, conejos y aves de corral. 13 Se dispone de maniquíes con vagi­
I tratante en cría de perros a gran escala. 9 nas artificiales y de jeringas inyectoras, y las ventajas y desventajas inme­
j
diatas han sido calculadas, pero todavía no sabemos hasta qué límites o
por cuanto tiempo la naturaleza se someterá a nuestros mecanismos. Es
inútil discutir las consecuencias, pero, desde luego, hay un punto importan­
te en liza cuando la generación es tratada como un proceso mecánico.

Esta esfera, más que cualquier otra, exige adoptar una postura
que abandone la producción por mor de la producción. No se trata aquí de
la calidad fija del hierro o del acero, de un motor o de un refrigerador; es
una cuestión de calidad de la vida, de algo que es transmitido de una gene­
ración a la siguiente. Se halla implicada una responsabilidad muy grande.
Vistas bajo esta perspectiva, las demandas temporales del merca­
do cobran un aspecto grotesco. Antes de la segunda guerra mundial, debi­
do a la competencia de los aceites vegetales, los cerdos eran criados con un
mínimo de grasa; pocos años más tarde, circunstancias externas exigieron
una inversión total de estas características. Ejemplos como éste son los que
demuestran la debilidad de las urgencias cotidianas, por lo que es necesaria
una actitud díferente, como, por ejemplo, la que orientó al centro de inves­
tigación de la Animal Industry en Beltsville, Md.,14 en la adaptación de cer­
dos al clima meridional. Aquí, las ventajas de los cerdos de color claro,
procedentes del norte de Europa -cuerpos largos y rosados, buenos perni­
133. Inseminación mecamca: Lazzaro-Spallanzani, primera representación visual de les- se combinaron con los rasgos esenciales de la variedad americana.
la partición de infusorios. Lazzaro Spallanzani y los científicos de Ginebra demostraron
que los microbios se reproducían por fisión, y no por copulación. La investigación cien­ Las variedades de piel rosada no podían resistir el sol de los estados sude­
tífica sobre la creación de la vida data de esta época. Spallanzani estudió en pocos años ños, pero en pocos años, y mediante e! cruzamiento, se obtuvo un cerdo de
desde el ciclo de los organismos unicelulares hasta la inseminación artificial de la perra. coloración más oscura, rojo, negro o moteado, que satisfizo todos los re­
(L. Spallanzani, Opusculi di Fisica Animali e Vegetabili, vol. 1, Módena, 1776.) querimientos.
266 267
135. Inseminación me­

cánica. "Sección media

de la vaca, que muestra los

órganos reproductores

con la boquilla de la je­

ringa insertada en la

cérvix." La jeringa, aun­

que técnicamente refi­

nada, todavía es utili­

zada para la inseminación

artificial, como lo fue por

" Spallanzani en el siglo

XVIII. En tiempos de la
plena .mecanización, es­
pecialmente en la década
de 1930, la Unión Sovié­
tica hizo numerosos ex­
perimentos. Seis millones
de vacas y ovejas fueron
inseminadas mecánica­
mente, allí, en 1936. Sin
ir tan lejos en la práctica,
Estados Unidos creó una
134. Cruzamiento de variedades de tomates por el método de la polinización. H. J. Heinz extensa gama de aparatos
Nursery. Bowling Green, Ohio. (Cortesía de H. J. Heinz Co.) apropiados para las di­
versas especies. (Depar­
tamento de Agricultura de
El aspecto más llamativo de esta investigación es, posiblemente, el EE.UU., Circular 567,
de su penetración más profunda en los hábitos de los animales, y la corres­ W. V. Lambert.)
pondiente regulación de sus condiciones de vida. Si se le ofrece la oportuni­
dad, el cerdo expresa el mismo deseo de limpieza 'que puedan manifestar el
inseminación artificial de las yeguas en el Middle West de 1890, el propio
hombre o el gato; lo que resulta sorprendente es el breve tiempo necesario
propugnador del método formuló la pregunta de si la yegua "no debería es­
para producir un cambio en la raza. En Beltsville, en el espacio de pocos
tar como si dijéramos 'enamorada' del caballo".15 Una cosa es segura: la
años, el tamaño de las pavas experimentó tal alteración en su tamaño que
mecanización hace un alto ante la sustancia viviente. Ha de prevalecer una
satisfizo los requerimientos de una familia reducida y se adecuó al horno
nueva visión general si se quiere dominar a la naturaleza sin degradarla, y
moderno.
para ello es imperativa la mayor cautela. Ello exige una actitud que se aleje
Estos ejemplos, tomados al azar entre otros muchos, indican que
radicalmente de la idolatría de la producción.
los postulados de la experimentación todavía oscilan entre el amoldarse a
un mercado caprichoso y el pensar a lo largo de unas líneas más univer­
sales. Notas
Una nube de interrogantes se cierne sobre la mayoría de los pro­ I

cedimientos. Es indudable que la producción de h,uevos aumenta cuando el I


instinto maternal de la gallina es sistemáticamente reprimido y los pollue­ 1. J. Oppenheimer, "A Historical Introduction to the Study of Teleos­
tian Development", en Osiris, vol. 2, 1936, pp. 124 a 148, menciona los síguientes
los son incubados y criados sin ella, con el fin de no interferir en la activi­ trabajos del siglo XVIII en el campo de la genética:
dad de la puesta de huevos. 17 61: Koelreuter logra la fertilización artificial de las plantas y obtiene
Sin duda, un novillo es más fácil de dominar cuando le han sido híbridos por este medio. .
suprimidos los cuernos con cáusticos desde el principio, ya que se ve priva­ 1763: Jacobi informa sobre la fertilización de huevos de peces (Hanover
do de sus armas de combate, pero ¿no influirá esta ventaja sobre la cali­ Magazine, 1763).
dad, con el curso del tiempo? Sin duda, existe una selección más cuidadosa 1785: M.E. Bloch, /chtyologie, Berlín, 1785, con el capítulo "Sobre el
modo de incubar huevos (de pez)".
de huevos en las grandes incubadoras, y el modesto granjero puede obte­
2. Versuche ueber Pflanzenhybriden. 1865.
ner el semen de los toros de más alto pedigree, animales de los que él nunca
podría disponer. 3. Technology on the Farm, U.S. Govt. Printing Office, Washington,
agosto de 1940, p. 21.
Constituye un notable progreso el hecho de que 8 carneros pue­
4. En algunos lugares de la franja del maíz, en Iowa por ejemplo, el
dan preñar a 45000 ovejas, y no obstante queda en el aire la pregunta de si, maíz híbrido representa un 77 por ciento. Véase Technology on the Farm, cit., p.
en cierto modo, la naturaleza no es llevada al despilfarro. Al introducir la 136.
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5. Para regular el cruzamiento y conseguir las variedades deseadas, hay
que evitar que las espigas se fertilicen accidentalmente y que las plantas hembra se Parte IV
fertilicen a si mismas. En circunstancias normales, los granos de polen maduros Encuentro de la mecanización
caerian, por ley del azar, desde las inflorescencias macho del maiz en los brotes
de las espigas y las fertilizarian. Por lo tanto, las plantas hembras y machos son con el entorno humano
separadas. Entre cada dos o cuatro hileras femeninas se coloca una hilera masculi­
na. Las inflorescencias de las plantas hembras son arrancadas antes de que con­
tengan polen, y este proceso se repite a intervalos regulares, para que todo el cam­
po sea fertilizado exclusivamente .por plantas macho de una calidad determinada.
En el tiempo de la siega, las plantas macho son eliminadas, y sólo es utilizado el
grano de las mazorcas hembra para nuevas cosechas. Este proceso -la endoga­
mia- ha de proseguir durante cinco a siete años. Descrito con mayor detalle en
Technology on the Farm, cit., cap. 21, y en forma más popular por William R.
Van Dersal, The American Land, Its History and Its Uses, Nueva York, 1943, pp.
54 a 57.
6. Jean Torlay, op. cit., pp. 303 a 314.
7. Réaumur, L'Art defaire éclore des oeufs et d'élever en toute saison
des olseaux domestiques par la chaleur du fumier et par celle du feu ordinaire,
Paris, 1749.
8. Dissertation Relative to the Natural History ofA nimals and Vegeta­
bies, vol. 2, Londres, 1784, pp. 197 a 199.
9. Walter Heape, en Royal Society (Londres), Proceedings, n.O 16,
1897, pp. 52 a 63.
10. Elie Ivanoff, "De la fécondation artificielie chez les mammiféres",
en Archives des Sciences Biologiques, Leningrado, 1907, pp. 377 a 511.
11. W.V. Lambert, Artificial Insemination in Livestock Breeding, Cir­
cular n.O 567, Departamento de Agricultura de EE.UU., Washington, D.C.,
1940, pp. 2 Y 3.
12. Ibídem, p. 5.
13. Ibídem, pp. 20 a 61.
14. El Centro de Investigación Beltsville, anexo al Departamento de
Agricultura de EE.UU., está situado a 21 km de Washington D.C. Empezó en
1910 con 190 ha, y hoy abarca casi 5 600 ha y cuenta con dos mil empleados. Se
ocupa principalmente de la mejora de las plantas y del ganado, asi como del con­
trol de los insectos dañinos. Los señores R.W. Phillips, John H. Zeller y T.C.
By~rly' nos permitie~o~ amablemente el acceso al centr9 y pusieron a nuestra dis­
pOS1Clon sus conOClImentos.
"
15. "Pueden los científicos hablar largo y tendido acerca del carácter
no cambiable de los gérmenes plasmas, pero la experiencia del escritor le enseña
que, cuando los animales contrayentes se encuentran en una unión mental, es se­
guro que el retoño resultante será dócil." -"On Breeding Mares", en The Horse­
man, vol. XIV, Chicago, 8 de marzo de 1894. Con respecto a la introducción de la
inseminación artificial, el mismo escritor señala: "Cuando empecé a hablar por
primera vez sobre ella, fui objeto de las burlas de casi todos (esto ocurría en 1893),
pero hoy se la juzga casi como una necesidad por muchos de mis vecinos" (The
Horseman, 30 de mayo de 1895).

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