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El más antiguo de los humanos modernos vivió en lo que hoy es Etiopía hace unos
195.000 años. Sus restos fueron descubiertos en 1967 por el paleontólogo Richard
Leakey y su equipo en las riberas del río Omo y las dataciones de la época
apuntaron a una antigüedad de 130.000 años. Más de treinta años después,
científicos australianos y estadounidenses han reabierto la investigación y han
concluido que el hombre conocido como Omo I es mucho más viejo: tiene casi
200.000 años.
«Es una buena noticia, porque demuestra que las predicciones de la genética y los
hallazgos paleontológicos van acomodándose», destacaba ayer José María
Bermúdez de Castro, codirector de las excavaciones de Atapuerca. Según la
genética, nuestra especie tuvo que aparecer hace entre 200.000 y 150.000 años,
abanico temporal en el que encajan perfectamente los restos de Omo I, que se
presentan hoy en la revista 'Nature' como los del más antiguo 'Homo sapiens'.
Omo I es 35.000 años más viejo que el hasta ahora primer representante de nuestra
especie, descubierto por el paleoantropólogo estadounidense Tim White en 1997
en el curso medio del río Awash, también en Etiopía. «Es físicamente como
nosotros. Sin embargo, siendo igual que nosotros, no llegó a la Luna», puntualiza
Bermúdez de Castro para llamar la atención sobre la importancia que tuvo el tránsito
de la vida nómada, de cazadores recolectores, a la sedentaria, en el Neolítico, para
compartir el saber y favorecer la aceleración del desarrollo.
Físico y mente
El geólogo Frank Brown, de la Universidad de Utah y uno de los autores del nuevo
trabajo, cree que el hecho de que nuestra especie tenga al menos 195.000 años
«es importante porque los aspectos culturales humanos en la mayoría de los casos
surgen mucho después, hace unos 50.000 años, lo que implicaría 150.000 años de
'Homo sapiens' sin elementos culturales como arpones, instrumentos musicales,
agujas... Este tipo de cosas aparece mucho después».
Omo I era en apariencia un humano moderno, con una capacidad craneal de 1.400
centímetros cúbicos y una estatura similar a la nuestra. «De lo que no tenemos
pruebas es de que fuera mentalmente como nosotros», apunta Bermúdez de
Castro.
«Hay un gran debate en la literatura arqueológica acerca de la aparición de
aspectos del comportamiento humano moderno tales como la talla de huesos por
razones religiosas, las herramientas del tipo de arpones, los adornos, el dibujo...
Sólo se dan como un todo coherente hace unos 50.000 años, y los primeros
humanos que salen de África hace entre 50.000 y 40.000 años lo hacen ya con el
equipo completo. Como el humano físicamente moderno está documentado cada
vez antes, resulta evidente que existe una gran brecha entre el desarrollo del
esqueleto moderno y el del comportamiento moderno», explica John Fleagle, de la
Universidad de Stony Brook y miembro del equipo de Brown.
Hay un segundo individuo, conocido como Omo II, que tendría, según los
investigadores, rasgos más primitivos. «Que los dos cráneos daten de la misma
época indica que, cuando aparecieron los primeros humanos modernos, había otras
poblaciones (Omo II) que eran menos modernas». Bermúdez de Castro no cree que
pueda irse tan lejos en la interpretación de las diferencias entre los cráneos de los
dos individuos y piensa que éstas pueden deberse a la diversidad dentro de la
misma especie.
Al paleoantropólogo español no le sorprenden las nuevas fechas de los fósiles
descubiertos por Richard Leakey. «Hay muy pocos yacimientos bien datados. Hay
que tener en cuenta, por ejemplo, que estos restos se encontraron hace casi
cuarenta años, cuando no existían algunos métodos de datación que hoy aplicamos
o no eran tan perfectos».
El lejano descendiente de un chimpancé bípedo
Omo I está muy cerca del punto de partida de una especie que ha acabado
conquistando el mundo y a la que todavía queda por conocer mucho de sus
orígenes. ¿De quién desciende el 'Homo sapiens'? «No sabemos cuál es su padre
inmediato, pero la respuesta está aparentemente en África», indica José María
Bermúdez de Castro desde el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid.
Lo que la ciencia sabe es que los primeros homínidos, seres parecidos a
chimpancés bípedos, surgieron en África hace entre 6 y 7 millones de años. Durante
cuatro millones de años, hubo una sucesión de especies -ardipitecos,
australopitecos, parantropos...- con parentescos no claros. Eran todavía muy
primitivos, aunque todo empezó a cambiar hace 2 millones de años, cuando los
primeros de nuestro género -'Homo'- empezaron a fabricar herramientas -útiles de
piedra- y su cerebro comenzó a crecer espectacularmente desde los 775
centímetros cúbicos.
La familia 'Homo' se diversificó e hizo una primera intentona de asentarse en
Europa, donde evolucionaron los neandertales. Estos humanos sobrevivieron en el
viejo continente hasta hace unos 28.000 años. Desaparecieron poco después de la
llegada a Europa de los descendientes de 'Omo 1', nuestros antepasados africanos.