La Teología natural es el estudio de Dios mediante la luz natural de
la razón. Tomás de Aquino la divide en dos partes:
TEOLOGÍA EXISTENCIAL: Aquí se plantea el problema de la
existencia de Dios; y da una respuesta afirmativa, es decir, que la razón humana puede demostrar que Dios existe. Rechaza el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury, y para demostrar la existencia de Dios nos presenta cinco vías en las que llegamos a Dios a partir del mundo sensible.
1ª Vía: Prueba cosmológica o del movimiento:
-Todo lo que se mueve es movido por otro. -Con el fin de evitar el regreso al infinito debemos pensar en un motor que mueva todo lo demás sin que él sea movido a su vez por otro. -Existe, pues, un motor que sin moverse él, mueve todo lo demás, al cual llamamos Dios.
2ª Vía: Prueba por la causa eficiente:
-Hay un orden determinado entre las causas eficientes. -Es imposible proceder al infinito en el orden de las causas eficientes. -Es necesario que exista una causa eficiente primera, a la cual llamamos Dios.
3ª Vía: Hay dos formulaciones. Para entenderla hay que tener en
cuenta que según Aquino, entre otros, los seres se dividen en “necesarios por sí” y “necesarios por otro” (contingentes). a) Prueba por lo necesario: -El ser necesario tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no tiene la razón de su necesidad en sí mismo. -No es posible aceptar una serie infinita de cosas necesarias. -Por tanto tiene la razón de su necesidad en sí mismo. b) Prueba por la contingencia: -Si no existiera un ser necesario, ahora no existiría nada. -No es verdad que ahora no exista nada. -Luego no es el caso de que no hay algún ser necesario.
4ª Vía: Prueba de los grados de perfección:
-Hay en las cosas diversos grados de ser y perfección. -Los grados de perfección implican necesariamente un óptimo. -Este óptimo es al que llamamos Dios.
5ª Vía: Prueba por la causa final o teleológica, llamada
también del orden. Para Aquino es la prueba del sentido común, la más popular. Kant sentía por ella un gran respeto en razón de su claridad y poder persuasivo, aunque se negara a concederle un valor demostrativo.
-En la naturaleza se ve cierta finalidad.
-Las cosas naturales carecen de conocimiento; no pueden, pues, tender a un fin a menos que sean dirigidas por alguien inteligente. -Así, pues, existe un ser inteligente, por el cual todas las cosas naturales son dirigidas a un fin, al que llamamos Dios.
TEOLOGÍA ESENCIAL: Es la que se ocupa de qué es Dios, de
qué propiedades o características tiene ese Dios cuya existencia ya se ha demostrado. Para el conocimiento de tales propiedades, los atributos divinos, Aquino se apoya en la analogía o semejanza que hay entre el efecto y la causa, entre las criaturas y Dios. Es el llamado conocimiento analógico de Dios, que muy sumariamente formulado se desarrolla en tres vías: 1ª.- Vía afirmativa: consiste en atribuir a Dios todas las perfecciones que atribuimos a las criaturas y que no encierran en su esencia ninguna imperfección, como la inteligencia y la sabiduría. 2ª.- Vía negativa: consiste en negar de Dios todo aquello que encontramos en los seres creados que encierra imperfección, como la maldad y la ignorancia. 3ª.- Vía de la eminencia: consiste en elevar al infinito las perfecciones atribuidas en la primera vía.
Aquino señala como atributo esencial de Dios, es decir, como su
esencia, la aseidad, el “esse per se”, es decir, que en Dios se identifican la esencia y la existencia, o sea, que Dios es “causa sui”, causa de su propio existir.