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EXÉGESIS DE LC 19,11-28
El texto a analizar ha sido tomado de la Sinopsis de los cuatro evangelios, edición bilingüe greco-
española 152005 de Kurt Aland y traducción española y adaptación de Antonio Vargas-Machuca.
Nuestro texto está presente en dos composiciones evangélicas; como “Parábola de los talentos” en
Mt 25, 14-30 y como “Parábola de las minas” en Lc 19,11-27 (nosotros lo extenderemos hasta el
versículo 28). Hemos optado por la segunda opción por dos razones: estar más desarrollada
narrativamente que la versión de Mt, y por sus visos de mayor factibilidad histórica en cuanto al
trasfondo de la narración.
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Introducción al NT: Evangelios, Hechos y 1Jn
Prof. José Ramón Busto
2. CRÍTICA LITERARIA
2.1 RAZONES DE LA DELIMITACIÓN (CORTE INICIAL Y FINAL)
Este pasaje está ubicado en el marco del episodio de la comida de Jesús en la casa de Zaqueo,
ciudad de Jericó, y antes de su entrada en Jerusalén1. Es una respuesta a la expectación de la
irrupción del Reino de Dios, no solo de la gente, sino en especial de sus discípulos, sus
acompañantes en este camino hacia la Ciudad Santa.
El corte inicial que separa nuestro texto del relato anterior se avala por dos razones: en primer
lugar parece evidente que el v. 11 representa una sutura redaccional del autor, y en segundo lugar
se nota un salto formal y de contenido; hemos asistido a un relato de conversión, el de Zaqueo,
pero el panorama cambia a un relato parabólico cuya temática tiene como continuidad con el
anterior el tema del dinero, y la discontinuidad se apoya en la alusión al Reino de Dios y la
preparación para su llegada.
Sobre el corte final se puede decir que es más evidente; muchos sitúan la conclusión del pasaje en
el v. 27, pero nosotros nos inclinamos por extenderlo hasta el v. 28 porque a nuestro entender
retrata una verdadera conclusión, no sólo del relato, sino del contexto en general, estableciendo de
esta manera una relación estrecha con el motivo de la parábola anunciado en el v. 11, y representar
la transición para el relato siguiente que tiene que ver con la entrada en Jerusalén.2
2.2 UBICACIÓN3
El evangelio de Lc se divide en tres partes: 1) Orígenes de Jesús (1,5-4,13), 2) Actividad pública
de Jesús (4,14-21,38) y 3) Muerte y acontecimientos posteriores (22,1-24,53). La segunda parte
se divide a su vez en tres etapas: a) Actividad en Galilea (4,14-9,50), b) Actividad de camino a
Jerusalén (9,51-19,27) y c) Actividad en Jerusalén (19,28-21,38).
Atendiendo a las transiciones y sumarios presentes en la “etapa del camino a Jerusalén” se puede
proceder a continuar seccionando el texto evangélico en más partes:
1
Algunos autores como S. CARRILLO, El Evangelio según san Lucas, verbo divino, Navarra 2005, 312, colocan este
pasaje ya fuera de Jericó, probablemente apoyándose en el v. 11 que menciona la cercanía a Jerusalén, pero
entendemos que el mismo v. puede avalar ambas posturas, casa de Zaque-Camino, y nos inclinamos más por la
segunda opción por su engarce con el relato anterior.
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F. BOVON, El evangelio según san Lucas III, 15,1-19,27, Sígueme, Salamanca 2004, 350, apunta a que entre los vv.
11 y 28 no existe una inclusión, sino que los mismos representan una pausa en el camino hacia Jerusalén, algo en lo
que estamos de acuerdo, y a la vez pensamos que el relato parabólico como tal concluye en el v.27, pero si el mismo
es tomado desde el v. 11 consideramos justo incluir el v. 28 para no romper el hilo de la narración.
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En esta parte seguimos las propuestas de S. GUIJARRO, Los cuatro evangelios, Sígueme, Salamanca 22012, 365-85.
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TRANSICIÓN (9,51): “Y se dio el caso de que, cuando se cumplían los días de su partida, con
semblante duro se encaminó el hacia Jerusalén.”
PRIMERA ETAPA (9,52-13,21)
SUMARIO (13,22): “Y pasaba de camino por ciudades y aldeas, enseñando, y caminando hacia
Jerusalén.”
SEGUNDA ETAPA (13,23-17,10)
TRANSICIÓN (17,11): “Y sucedió el caso de que, cuando iba de camino hacia Jerusalén, pasaba
por entre Samaría y Galilea.”
TERCERA ETAPA (17,11-19,28)
TRANSICIÓN (19,28): “Y después de decir esto, caminaba en cabeza subiendo a Jerusalén.”
Vista la estructura podemos concluir que nuestro texto pertenece a la tercera etapa del viaje de Jesús a
Jerusalén, que a la vez es la segunda parte de su actividad pública y del evangelio de Lc, y que por lo tanto
estamos frente a la última enseñanza del Maestro fuera de Jerusalén.
Al comparar el relato lucano con el mateano se puede argumentar que ambos han recibido una
tradición común cercana al ámbito judío6, pero que Lc modifica para dar respuesta a una situación
de su comunidad, algo evidenciado en dos elementos básicamente; el estar en una época en la que
la irrupción del Reino de Dios no parece tan inminente como en la primera generación, manifestado
esto en el motivo del relato parabólico v. 11b “creían ellos que el Reino de Dios iba a aparecer de un
momento a otro.” Y el acento en el momento presente de la vida de la comunidad, v.13b “Negociad
hasta que vuelva”.
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Recogemos en este apartado las contribuciones de F. BOVON, op. cit. 358-59.
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“A diferencia de la parábola, no presenta un caso típico, sino un caso particular que resulta llamativo o
sorprendente” S. GUIJARRO, op. cit. 139.
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Esto ha dado pie a que se considere la versión mateana como la más fiel a la tradición en la transmisión del relato.
Cf. F. BOVON, op. cit. 354-58.
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Tanto Lc como Mt colocan este relato poco antes de iniciar el relato de la pasión
En ambos está la presencia de un contenido escatológico; retorno del amo-rey y rendición
de cuentas
Jesús va con sus discípulos hacia Jerusalén y en cierto sentido genera esperanzas en ellos, pues las
esperanzas mesiánicas se han de cumplir en la Ciudad Santa8, por lo que no es de extrañar que a
la duda o expectación de la llegada inminente del Reino Jesús haya tenido que disiparlas y poner
los puntos sobre las íes, ¿y qué mejor lugar que las cercanías del destino del trayecto, donde la
ansiedad acrecienta y la euforia puede confundir el verdadero motivo del viaje?
Al colocar a Jesús ya en Jerusalén9 y también este relato junto a otros que tienen como trasfondo
el tema de la vigilancia, Mt dificulta la localización geográfica, en cambio Lc habla expresamente
sobre la expectación de la llegada del Reino de Dios y ubica el lugar, aunque con un versículo
redaccional (v.11), fuera de Jerusalén, lo cual tendría sentido por el alto contenido escatológico
del texto. Visto esto podemos decir que ciertamente hay sentido teológico del viaje, eso no se
discute, mas ello no puede significar la negación de su factibilidad histórica y su espacio
geográfico; con mayor probabilidad la ciudad de Jericó.
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Cf. S. GUIJARRO, op. cit. 382.
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Cf. F. BOVON, op. cit. 359-60.
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Desde el capítulo 21 Mt coloca a Jesús con la entrada triunfal en Jerusalén, cuya estancia en la ciudad al parecer se
ve interrumpida sólo por la unción en Betania en Mt 26,6-13. Esto evidencia una imprecisión geográfica mayor en
comparación con Lc.
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Tomamos en cuenta el análisis de F. BOVON, op. cit. 354-59.
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Lo tradicional estará en negrita y lo redaccional en letra cursiva. Con esto estamos asumiendo que tanto Mt como
Lc toman como fuente común a Q, aunque tampoco damos por descartada la propuesta de S. CARRILLO, op. cit. 313,
que atribuye a la ingente elaboración lucana del texto, en comparación con Mt, la fusión de dos relatos distintos; rey-
siervos (Lc 19,12-13; 19,15-26) y rey-embajada de adversarios (Lc 19,14 y 27), y por ende la utilización de otra
fuente distinta a la de Mt.
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Cuando escuchaban estas cosas añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos
que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
Tanto Mt como Lc concuerdan en la marcha de un hombre a otro sitio, pero la identificación noble
del mismo sólo está en Lc, Mt se inclina más por un negociante. Es probable que esta identificación
con la nobleza sea utilizada por Lc para articular su relato con la vuelta del hombre convertido en
rey, relacionando el relato con la situación común de la época de los viajes de los nobles a Roma
para conseguir su título real.
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Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ´Negociad hasta que vuelva´.
Puesto que Lc no vuelve a hacer referencia a diez siervos sino a tres, concordando con Mt, es
probable que en el relato tradicional éste sea el número de sirvientes. En cuanto a lo entregado,
ambos autores usan denominaciones monetarias distintas; Mt habla de talentos, una cantidad
enorme de dinero, y los entrega según las capacidades de los sirvientes, Lc habla de minas, moneda
de menor valor, y recalca la entrega en igualdad de condiciones, agregando el encargo de ponerlo
a producir, algo que no está en Mt de forma directa, sino que los mismos siervos toman la
iniciativa. Debido a la parquedad de la rendición de cuentas es más probable que lo tradicional
fueran las minas y no los talentos por ser sumas exageradas.12
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Pero sus ciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada para decir: ´No queremos que éste
reine sobre nosotros´.
Toda la rendición de cuentas es material común con Mt, pero se pueden avistar pequeñas
variaciones que responden al sentido del relato; Lc mina-Mt talento, Lc gobernar ciudades-Mt
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Mina: salario de cien días. Talento: pago de jornadas de entre seis y diez mil días. Con esto se podría entender por
qué en Mt se habla de enterrar y en Lc de guardar en un pañuelo la suma entregada al siervo malo.
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Versículo redaccional que Lc utiliza para suturar de manera coherente la sentencia anterior con
este apotegma.
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–´Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Transición redaccional que concluye esta narración, la segunda parte del evangelio y da paso a la
tercera.
En síntesis podemos decir que el texto tradicional hablaba de: un hombre pudiente que tenía tres
siervos a los que entrega parte de sus bienes, minas, antes de irse de viaje. Durante su ausencia dos
siervos negocian y tienen éxito, el otro se queda rezagado. A su regreso hay una rendición de
cuentas; favorable y con recompensas incluidas para los servidores fieles, desfavorable y negativa
para el otro, cuya condena viene también de sus propias palabras.
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Verso dividido en dos hemistiquios que representa un evidente paralelismo antitético: el que
tiene/al que no tiene, y, se le dará/se le quitará.
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Optamos por la estructura propuesta por F. BOVON, op. cit. 351.
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El testimonio más antiguo del que se tiene conocimiento sobre la interpretación de este relato
parabólico es atribuido a los valentinianos, relacionándolo con un dicho puesto en boca de Jesús y
utilizado como apoyo hermenéutico: “Sed cambistas experimentados”.
A lo largo de la época patrística, y a partir de una exégesis que se volvió clásica con mayor base
en Mt que en Lc hecha por Justino Mártir y combinando el texto con la parábola del sembrador,
las diferencias significativas estarán en el plano de las atribuciones alegóricas que se hagan sobre
los sirvientes, las minas, la cantidad de las mismas y la condición de la entrega (equitativa o
gradual). Algunos de los autores en los que podemos encontrar referencias a estas interpretaciones
son: Clemente de Alejandría (Strom. I,1,4,1: Los dos sirvientes fieles son propagadores de la
Palabra, tanto oral como escrita), Tertuliano (Adv. Marc. I, 27-28; IV, 39,11 y en De
praescriptione 26,1), Orígenes (De principiis II, 10,7: cada mina es signo del Espíritu Santo) e
Ireneo de Lyon (Adv. Haer. IV, 11,3 y III, 17,3: la mina es la vida de cada uno).
En la Edad Media las influencias son más parcas pero muy desarrolladas, siendo la más relevante
la exégesis de Alberto magno sobre el evangelio de Lc: el hombre que sale de viaje es Cristo y el
viaje significa su vuelta al seno del Padre, los diez servidores pueden identificarse con el Decálogo,
la embajada de malos súbditos son los servidores del Diablo, etc.
3. CRÍTICA HISTÓRICA
3.1 TESTIMONIO HISTÓRICO APORTADO POR EL TEXTO
Según François Bovon, aunque muchos autores vean en la presencia regia del relato una referencia
implícita al nombramiento de Arquelao como rey de Judea de manos de Roma hacia el año 4 aC.
Y narrado por Flavio Josefo,15 el relato es más de carácter alegorizante, propio de Lc, pues el
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Cf. Id., 369-373.
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Cf. F. JOSEFO, Ant. XVII, 11, 1 §299-303.
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príncipe que se marcha para recibir la dignidad real no es otro que el mismo Jesús, aunque no se
puede confundir Roma con el Reino de los Cielos.16 Nosotros pensamos que está bien lo de la
alegoría, pero atendiendo al empeño de Lc por situar los hechos que articula en su evangelio con
la historia, pensamos que al ser una situación ordinaria, algo que no niega Bovon pues toda
Palestina es tierra conquistada por Roma, ciertamente no se puede descartar la posibilidad de que
el texto haga referencia a dicha coronación, pero al mismo tiempo mantenemos nuestras reservas,
pues como hemos dicho, es una situación común y pudo ser cualquiera.
4. EXÉGESIS
4.1 MENSAJE DEL TEXTO
Hay una ruptura con las expectativas mesiánicas de los espectadores; la venida del Reino de Dios
no puede darse si no es a través del sufrimiento del Enviado del Padre. A los siervos, en este caso
la comunidad de Lc, les corresponde “negociar” durante la ausencia de su Señor y no preocuparse
por el momento de su llegada, inminente o no, sino más bien por poner a producir los dones que
él les ha conferido. Las sentencias, favorables y desfavorables, irán de acuerdo a la responsabilidad
y la fidelidad del siervo.
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Cf. F. BOVON, op. cit. 361-362.
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