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Introducción
El presente trabajo describe que es el intelectualismo moral y como esta doctrina que tiene sus
inicios en la época de los griegos, tiene alguna vigencia en nuestra realidad y como se relaciona
con el ser humano. Hacemos una breve reflexión de como esta concepción ética sirve de guía
para nuestros valores y nos lleva en busca del bien y la justicia. Apelando al conocimiento como
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El intelectualismo moral es una doctrina que identifica conocimiento y virtud. Desde este
punto de vista, quien actúa de forma incorrecta actúa así por desconocimiento. Esta concepción
ética fue propuesta por vez primera por Sócrates. Por lo tanto, el intelectualismo socrático es una
teoría moral para que la conducta moral solo sea posible si se basa en el conocimiento del bien y
la justicia. Sócrates (470 a. C. al 399 a. C.), a diferencia de los sofistas, Sócrates intenta superar
el relativismo y alcanzar una verdad absoluta que sirva de fundamento a la ética personal y la
la base del dualismo antropológico, es decir, a partir de la afirmación que el hombre está formado
por una parte material (el cuerpo) y una parte no material (el alma), sin tener esta última un
significado religioso y a la vez siendo la parte más importante del hombre (de ahí la frase
“Conócete a ti mismo”). Por tanto, se da supremacía a los valores internos, y la salud del hombre
residirá en su alma. Esta salud será únicamente alcanzable a través de la virtud (hacer lo
correcto), la cual, a su vez, se alcanza mediante el conocimiento (de la verdad, no del erudito). Es
decir, ser virtuoso conducirá a una conducta justa, la cual llevará a la felicidad y la satisfacción.
Paradójicamente para un hombre que afirmaba que solo obra mal aquel que no conoce lo que es
el bien, fue condenado a morir por sus opiniones religiosas y políticas, contrarias a las leyes de la
conocimiento del bien. Sólo si se conoce qué es el bien y la justicia se puede realizar el bien y la
justicia. Sócrates hace las siguientes consideraciones a sus conciudadanos: cuando uno de
vosotros está enfermo no propone una votación entre los miembros de la familia para establecer
qué remedio es adecuado para curar la enfermedad: ocurre más bien que llama al médico y se
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realiza una consulta popular para establecer el modo de atacar, es el estratega quien decide el
modo de dirigir a los soldados y plantear las batallas; cuando queremos levantar un edificio no
hacemos una votación para decidir el modo de construirlo, dejamos que sea el arquitecto quien
imponga su criterio. Y pregunta a continuación Sócrates: ¿Por qué cuando se trata de lo más
importante de todo, que es el bien de la ciudad y todas las leyes que son adecuadas para la
convivencia entre los ciudadanos, dejamos que todo el mundo opine y nos sometemos a la
mayoría y no llamamos a aquél que sabe? Para el intelectualismo moral los asuntos morales y
políticos tienen que ser cosa de expertos. Para esclarecer un poco la visión de Sócrates los juicios
del bien y la justicia no debe de basarse en la opinión de la mayoría sino del hombre que sabe y
no ignora el significado de estos. Comprendemos que por todo lo anterior expuesto, la moral en
Sócrates consistía en creer que existe una unión inseparable entre el bien y el saber, y entre el
mal y la ignorancia.
Platón, discípulo de Sócrates, fue más allá de su maestro. Asumió el intelectualismo moral del
entendidas como contenidos mentales, sino como entidades abstractas que habitan en el mundo
espiritual de las ideas. El alma humana viaja, tras la muerte, al mundo de las ideas, donde
contempla lo bueno, lo bello, lo justo y las ideas de otras muchas cosas. Las ideas, por supuesto,
son las entidades reales por sí mismas. Lo que vemos en este mundo, por su parte, son copias
imperfectas de las ideas. Pero, en fin, conocemos lo justo y lo bueno por un proceso de recabar
en nuestra memoria, de tal modo que el alma recuerda aquellas ideas que vio en el mundo de las
ideas. Así que conocer es recordar lo justo y lo bueno y así somos virtuosos. Para Platón los
razonamiento.
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Pero vivimos en sociedad, pensó Platón, así que del mismo modo que hemos de ordenarnos
como individuos bajo la luz de la justicia, así lo hemos de hacer a nivel de sociedad. El Estado,
Sócrates considera la práctica moral como una areté, una capacidad semejante a la del zapatero,
la del piloto de naves o del comerciante. Y en la areté interviene tres factores: la capacidad
adecuada, un buen zapatero, un buen comerciante y un buen piloto de barcos; y por extensión, un
buen ciudadano. Pero quien hace malos zapatos, es porque carece de la areté del zapatero; y
quien obra mal, es porque carece de la areté moral, que supone el previo conocimiento
La moral, para Sócrates, requiere el conocimiento de su objeto, el bien. Todo el mundo persigue
su bien, pero los malos no conocen el bien, son ignorantes, actúan mal porque no saben lo que
hacen. Si el bien es el auténtico fin de nuestra vida, tal fin ha de ser conocido. Pero la areté moral
no puede ser enseñada, como sí ocurre con la areté del zapatero; ha de ser intuida tras el proceso
dialéctico que Sócrates utiliza, por el que obtenemos un criterio propio para distinguir lo bueno
identificación previa del conocimiento con la forma de vivir, o la forma de vida, donde el
Partiendo de la concepción que tiene Sócrates sobre el intelectualismo moral diríamos que «todo
delincuente es un ignorante», donde la ignorancia, más que una situación individual y subjetiva,
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remite a la falta de condiciones sociales, asistenciales y culturales que suelen producir muchas
formas de delincuencia.
Nuestras convicciones vulgares parecen contrarias al intelectualismo moral pues creemos que
alguien puede saber que algo está mal y sin embargo realizarlo. Para el intelectualismo moral la
perfección moral es una consecuencia de la perfección del intelecto o razón; sin embargo otros
autores como Aristóteles se acercarán más al punto de vista corriente al considerar que el
conocimiento no es condición suficiente para la conducta justa y buena. Este autor pondrá como
fundamento de la práctica moral la perfección de la voluntad más que la perfección del intelecto:
realización de las acciones justas. Así, desde el punto de vista de Aristóteles y en contra del
intelectualismo moral, cabe concluir que seguramente para ser justo es necesario saber realizar la
justicia, pero aquí esta palabra no designa un conocimiento explícito y teórico de la justicia sino
la posesión de una habilidad o disposición para la realización de acciones justas. Dicho de otro
modo, Aristóteles critica estos supuestos de Sócrates, apelando a la experiencia y aun a la propia
conciencia, por el hecho de que, se hace el mal también sabiendo que se obra mal, de modo que
el conocimiento de lo justo y lo injusto es condición necesaria para obrar mal, pero no suficiente,
Se han lanzado diversas críticas hacia esta doctrina, entre ellas: De que el Estado platónico es
una dictadura totalitaria bastante desagradable, lo cierto es que el intelectualismo moral resulta
bastante ingenuo e incluso determinista. Es ingenuo porque la experiencia diaria muestra una y
otra vez que la mayoría de las personas que actúan incorrectamente, desde un punto de vista
moral, lo hacen a sabiendas de lo que están haciendo. Es decir, hay quien tiene una moral dudosa
porque quiere. Por otra parte, es determinista en el sentido en que el individuo, en realidad, no
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tiene libertad para actuar desde un punto de vista moral, pues tal y como piensan Sócrates y
Otra crítica es la que realiza Nietzsche, el mayor de sus críticos, afirma que Sócrates olvida la
parte irracional del alma humana, apartando los instintos y las pasiones como posibles
Nietzsche se hace eco de una crítica bastante antigua y evidente afirma que "es posible tener
conciencia de lo que es moralmente correcto y sin embargo no desearlo; es decir, que sólo el
conocimiento no basta para determinar la voluntad" (Cornford). La réplica socrática diría que
nadie obra mal a sabiendas, sino en la ignorancia de lo que el verdadero bien significa. Cuando
obramos mal hacemos lo que nos viene en gana, pero no lo que nuestro yo nos dicta (como
ocurre con el daimon de Sócrates, que actúa como una autoconciencia). La intuición de ese yo
Bibliografía:
https://es.wikipedia.org/wiki/Intelectualismo_socr%C3%A1tico
https://filosofia.laguia2000.com/los-valores/intelectualismo-moral
http://phylosophyforlife.blogspot.com/2015/04/intelectualismo-socratico.html
https://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/8120705/Que-es-el-intelectualismo-moral.html
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