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Carta a mis mayores.

Hola padre.
Estos meses he pensado mucho en ti. Extrañé mucho no poder ver juntos aquella final de la Champions que no pudo ganar tu
Atlético de Madrid. Luego nos ganasteis la liga, y tampoco pude darte la enhorabuena.
Sabes que no creo en vidas eternas ni en paraísos celestiales. Aunque contigo voy a hacer una excepción, porque creo que
existen lugares hechos de memoria donde perviven los gestos, los trabajos y los amores, la historia de cada persona. Historias
que, en el caso de nuestros mayores, hablan de trabajo y esfuerzo, de manos siempre abiertas y de saber decir mucho con
pocas palabras. Es el lugar de nuestra memoria colectiva, la memoria de los de abajo.
Memoria también de mi adolescencia, cuando me decías que estudiase mucho y que trabajase para ganarme la vida
honradamente. Y, sobre todo, en algo que fuese útil para los demás. Supongo que la mayoría de los padres y madres han
querido algo parecido para sus hijos e hijas: que nos fuese mejor que a ellos, que viviéramos en un mundo mejor que el que
les tocó vivir. A veces pienso que me hice educador para enseñar muchas de las cosas que me enseñaste.
Me gustaría que supieses que he pasado de la educación a la política con la misma vocación. Hace algún tiempo empezamos
a hacer política activa y, gracias al trabajo y la ilusión de gente corriente, de gente como nosotros, estamos en las Cortes de
Castilla-La Mancha. Eso tampoco lo has visto, pero sé que te sentirías feliz y orgulloso de este momento. Allí intento
recordarles a quienes nos gobiernan las lecciones que aprendimos de nuestros mayores, de la gente sencilla como tú. Estamos
intentando construir, de nuevo, ese país que quisisteis legarnos con vuestro trabajo y dedicación; ese país que unos pocos nos
están robando.
Bueno padre, solo quería decirte que te debo mucho, que os debemos mucho a los mayores que nos hicisteis ser quienes
somos. Tenemos una deuda con vosotros, una deuda con el pasado y con el porvenir de nuestro país. Y el próximo domingo
podemos saldarla, y vamos a saldarla, votando.
PD: El camino llega a su fin. Comienza el viaje. ¡Sonríe, padre, vamos a ganar!

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