Sie sind auf Seite 1von 9

“Andaré en tu verdad”

“Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad” (SAL. 86:11).

CANCIONES: 31, 72

¿QUÉ RESPUESTA DARÍA?

¿Qué cosas podrían hacer que un cristiano vendiera la verdad?

¿Cómo evitaremos alejarnos de la verdad, sea de manera intencionada o sin darnos

cuenta?

¿De qué tres maneras podemos fortalecer nuestro deseo de seguir andando en la

verdad?

HOY día, es muy común que las personas compren cosas y después las devuelvan.

Se calcula que en algunos países devuelven casi un 9% de lo que compran en las

tiendas. En el caso de Internet, las devoluciones pueden superar el 30%. Quizás lo

hacen porque no están satisfechas con el producto, le encuentran algún defecto o

simplemente no les gusta. Así que deciden cambiarlo o pedir que les reembolsen el

dinero.

2 Esto es algo que jamás queremos hacer con el “conocimiento exacto” de la Biblia.

Una vez que compramos o aprendemos la verdad, no queremos venderla o renunciar a

ella (1 Tim. 2:4; lea Proverbios 23:23). Como vimos en el artículo anterior, para

adquirir la verdad, tuvimos que invertir mucho tiempo. Algunos tal vez tuvieron que

renunciar a una carrera que les daba mucho dinero o hacer frente a cambios en la

relación con familiares o amigos. Otros tuvieron que cambiar su forma de pensar o
actuar, y tal vez abandonar costumbres y tradiciones antibíblicas. Sea cual sea nuestro

caso, el precio que pagamos es muy pequeño en comparación con las bendiciones que

recibimos.

3 Para mostrar lo valiosa que es la verdad del Reino de Dios para quienes la hallan,

Jesús habló de un comerciante que viajaba buscando perlas. Cuando encontró una de

gran valor, enseguida “vendió todas las cosas que tenía” para comprarla (Mat.

13:45, 46). De manera parecida, la verdad del Reino de Dios y las demás enseñanzas

de la Biblia son tan valiosas para nosotros que enseguida hacemos los sacrificios que

sean necesarios para obtenerlas. Mientras sigamos valorándolas, nunca las

venderemos. Por desgracia, algunos siervos de Dios han dejado de valorar la verdad y

hasta la han vendido. Jamás hagamos eso. Más bien, sigamos el mandato bíblico de

continuar “andando en la verdad” (lea 3 Juan 2-4). Esto implica darle prioridad en la

vida y comportarnos en armonía con ella. En este artículo, responderemos las

siguientes preguntas: ¿Qué ha llevado a algunos a vender la verdad, y cómo lo han

hecho? ¿Qué nos ayudará a no cometer ese error tan lamentable? ¿Qué fortalecerá

nuestro deseo de seguir “andando en la verdad”?

POR QUÉ Y CÓMO HAN VENDIDO ALGUNOS LA VERDAD

4 En el siglo primero, hubo algunos que al principio aceptaron las enseñanzas de Jesús

pero luego dejaron de andar en la verdad. Por ejemplo, en cierta ocasión, Jesús hizo

un milagro para alimentar a una multitud que lo seguía. Más tarde, la gente cruzó con él

a la otra orilla del mar de Galilea. Pero allí Jesús les dijo algo que los dejó perplejos:

“A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en

ustedes”. En vez de pedirle que les explicara sus palabras, dijeron: “Este discurso es
ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “muchos de sus discípulos se

fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:53-66).

5 Por desgracia, hoy día ha habido quienes han dejado la verdad. Algunos han

tropezado por alguna aclaración de un pasaje de la Biblia o por algo que hizo o dijo un

hermano conocido. Otros se han ofendido porque recibieron algún consejo bíblico o

tuvieron un choque de personalidad con un hermano. Y otros quizás se han puesto de

parte de apóstatas o de personas que se oponen a nuestras creencias. Sea por un

motivo u otro, han decidido “alejarse” de Jehová y de la congregación (Heb. 3:12-14).

Habría sido mucho mejor que hubieran mantenido la fe y la confianza en Jesús, como

hizo el apóstol Pedro. Cuando Jesús les preguntó a los apóstoles si querían irse, Pedro

le contestó de inmediato: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida

eterna” (Juan 6:67-69).

6 En cambio, otros han dejado la verdad poco a poco, puede que incluso sin darse

cuenta de ello. La Biblia los compara a un barco que va “a la deriva” y se aleja

lentamente de la orilla (Heb. 2:1). Por lo general, no tenían la intención de dejar la

verdad, pero permitieron que su relación con Jehová se fuera debilitando hasta que al

final la perdieron. ¿Cómo podemos evitar que nos suceda algo tan lamentable?

QUÉ NOS AYUDARÁ A NO VENDER LA VERDAD

7 Para andar en la verdad, tenemos que aceptar y obedecer todo lo que Jehová nos

enseña. Debemos darle a la verdad prioridad en nuestra vida y guiarnos por los

principios bíblicos. En cierta ocasión, el rey David le dijo a Jehová con mucha

seguridad: “Andaré en tu verdad” (Sal. 86:11). Como él, tenemos que estar decididos a
seguir andando en la verdad de Dios. Si no lo estamos, podríamos empezar a pensar

en lo que pagamos para comprar la verdad e incluso sentir el deseo de recuperar parte

de ese precio. Pero eso es algo que nunca deberíamos hacer. Sabemos que

no podemos elegir qué enseñanzas aceptamos y cuáles no, pues tenemos que andar

en “toda la verdad” (Juan 16:13). En el artículo anterior, hablamos de cinco cosas a las

que tal vez tuvimos que renunciar con el fin de aprender la verdad y ponerla en

práctica. Veamos cómo asegurarnos de no volver a ninguna de esas cosas (Mat. 6:19).

8 Tiempo. Para no alejarnos de la verdad sin darnos cuenta, debemos usar bien

nuestro tiempo. Si no tenemos cuidado, podríamos empezar a dedicar demasiadas

horas al entretenimiento, las aficiones, Internet o la televisión. Aunque estas cosas

no son malas en sí, pueden robarnos el tiempo que antes usábamos para el estudio

personal y otras actividades espirituales. Veamos lo que le pasó a una hermana

llamada Emma. Desde que era niña, le encantaba montar a caballo. Lo hacía cada vez

que tenía oportunidad. Pero llegó a sentirse incómoda con el tiempo que le dedicaba,

así que decidió hacer algunos cambios. También la animó la historia de Cory Wells,

que hacía acrobacias a caballo en espectáculos de rodeo. Hoy día, Emma pasa más

tiempo en las actividades espirituales y con sus amigos y familiares cristianos.

Se siente más cerca de Jehová y está en paz consigo misma porque sabe que está

aprovechando bien el tiempo.

9 Cosas materiales. Si queremos seguir andando en la verdad, debemos mantener las

cosas materiales en su debido lugar. Cuando aprendimos de Jehová, nuestro interés

por lo material pasó a un segundo lugar, por detrás de los asuntos espirituales. Hicimos

con gusto sacrificios a fin de andar en la verdad. Pero, al pasar el tiempo, tal vez
veamos que otros se compran los últimos aparatos electrónicos o disfrutan de otras

ventajas materiales, y quizás sintamos que nos estamos perdiendo algo. Si ya

no estamos satisfechos con las cosas básicas, podemos dejar a un lado los asuntos

espirituales a fin de acumular más cosas. Esto nos recuerda el caso de Demas.

Su amor por “el presente sistema de cosas” lo llevó a abandonar una vida de servicio

junto al apóstol Pablo (2 Tim. 4:10). La Biblia no aclara si es que Demas amó las cosas

materiales más que su servicio a Dios, o si es que ya no quiso sacrificarse para servir

con Pablo. En cualquier caso, esto nos enseña que no debemos reavivar el amor por

las cosas materiales, pues eso puede enfriar nuestro amor por la verdad.

10 Nuestra relación con amigos y familiares. Para continuar andando en la verdad,

no debemos ceder a la presión de los demás. Cuando conocimos la verdad, nuestra

relación con amigos y familiares no Testigos cambió. Algunos respetaron nuestras

nuevas creencias, pero otros las rechazaron de plano (1 Ped. 4:4). Es cierto que nos

esforzamos por mantener una buena relación con nuestros parientes y tratarlos bien.

Pero debemos tener cuidado para no desobedecer a Jehová con tal de agradarlos.

En vista de la clara advertencia de 1 Corintios 15:33, solo seremos amigos de las

personas que aman a Jehová.

11 Malos pensamientos y acciones. Quienes andan en la verdad tienen que ser

santos (Is. 35:8; lea 1 Pedro 1:14-16). Cuando aprendimos las normas justas de la

Biblia, todos tuvimos que hacer cambios. Algunos tuvieron que darle un giro radical a

su vida. En cualquier caso, nunca debemos cambiar nuestra limpieza por la suciedad

moral de este mundo. ¿Qué nos ayudará? Reflexionar en el precio tan alto que Jehová

pagó para que seamos santos: la sangre preciosa de su Hijo, Jesucristo (1 Ped.
1:18, 19). Si en nuestra mente y corazón tenemos bien grabado el valor del sacrificio de

Jesús, seguiremos limpios ante Jehová.

12 Costumbres y tradiciones antibíblicas. Puede que nuestros familiares y los

compañeros de clase o trabajo nos inviten a celebrar con ellos ciertas festividades.

¿Qué nos ayudará a resistir la presión de participar en costumbres y fiestas que Jehová

odia? Tener claro por qué las ve así. También es útil repasar lo que han dicho nuestras

publicaciones sobre el origen de esas celebraciones. Cuando nos recordamos los

motivos bíblicos por los que no participamos en ellas, nos convencemos de que

andamos en el camino que le agrada a Dios (Efes. 5:10). Confiar en Jehová y en su

Palabra nos protegerá del miedo al qué dirán (Prov. 29:25).

13 Esperamos andar en la verdad por toda la eternidad. ¿Cómo podemos fortalecer aún

más nuestro deseo de continuar andando en ella? Veamos tres maneras.

QUÉ FORTALECERÁ NUESTRO DESEO DE ANDAR EN LA VERDAD

14 Primero, sigamos apartando tiempo con regularidad para estudiar las valiosas

verdades de la Palabra de Dios y meditemos en ellas. Mientras más estudiemos, más

amaremos la verdad y fortaleceremos nuestro deseo de no venderla nunca. Pero

no basta con tener conocimiento, también hay que actuar. Proverbios 23:23 dice que,

además de comprar la verdad, debemos adquirir “sabiduría y disciplina y

entendimiento”. Comprar sabiduría significa poner en práctica lo que aprendemos.

Cuando tenemos entendimiento, relacionamos lo que aprendemos con lo que ya

sabemos. Además, a veces la verdad nos disciplina, pues nos muestra los cambios que
necesitamos hacer. Siempre debemos aceptar enseguida la disciplina, pues la Biblia

enseña que es mucho más valiosa que la plata (Prov. 8:10).

15 Segundo, resolvámonos a vivir de acuerdo con la verdad todos los días. Llevemos

puesto el cinturón de la verdad (Efes. 6:14). En tiempos bíblicos, los soldados se

ponían un cinturón que les protegía la cintura y los órganos internos. Eso sí, tenían que

ajustárselo bien, pues de otro modo no cumpliría esta función. La verdad de la Biblia es

como un cinturón en sentido espiritual. Si lo llevamos bien apretado, nos protegerá de

ideas falsas y nos ayudará a tomar decisiones sensatas. Y, cuando nos veamos ante

una prueba o tentación, fortalecerá nuestro deseo de hacer lo correcto. Un soldado

jamás pensaría en ir a la batalla sin el cinturón. De manera parecida, tenemos que

estar decididos a nunca quitarnos o aflojarnos el cinturón de la verdad. Al contrario,

llevémoslo bien puesto viviendo de acuerdo con ella. Por otro lado, el cinturón también

le servía al soldado para llevar la espada. Esto nos conduce a la siguiente manera de

fortalecer nuestro deseo de continuar andando en la verdad.

16 Tercero, participemos todo lo posible en enseñarles la verdad de la Biblia a otros. Así

como el soldado debía tener bien agarrada su espada, nosotros debemos tener bien

agarrada “la palabra de Dios” (Efes. 6:17). Todos podemos esforzarnos por mejorar

como maestros y llegar a manejar “la palabra de la verdad correctamente” (2 Tim.

2:15). Si usamos la Biblia para ayudar al prójimo a comprar la verdad y rechazar las

falsedades de este mundo, grabamos aún más las enseñanzas divinas en nuestra

mente y corazón. Esto fortalece nuestro deseo de continuar andando en la verdad.

17 La verdad es un valioso regalo de nuestro Padre celestial. Gracias a ella, tenemos

nuestra posesión más preciada: nuestra amistad con él. Todo lo que Dios nos ha
enseñado es apenas el principio, pues nos ha prometido que podremos seguir

comprando la verdad por toda la eternidad. Por eso, veamos la verdad como una perla

de gran valor. Sigamos comprándola y nunca la vendamos. Entonces, como David,

cumpliremos nuestra promesa a Jehová de continuar andando en la verdad (Sal.

86:11).

[Notas]

Se ha cambiado el nombre.

Vaya a JW Broadcasting y entre en la sección ENTREVISTAS Y EXPERIENCIAS > LA

VERDAD CAMBIA LA VIDA DE LAS PERSONAS.

[Preguntas del estudio]

1-3. a) ¿Cómo debemos ver la verdad de la Biblia? Dé un ejemplo (vea las imágenes

del principio). b) ¿Qué preguntas responderemos en este artículo?

4. En el siglo primero, ¿por qué motivo vendieron algunos la verdad?

5, 6. a) ¿Por qué han decidido algunos hoy día dejar la verdad? b) ¿Cómo han ido

otros alejándose de la verdad?

7. ¿Qué nos ayudará a no vender nunca la verdad?

8. ¿Cómo podríamos alejarnos de la verdad sin darnos cuenta? Dé un ejemplo.

9. ¿Qué cuidado debemos tener con las cosas materiales?

10. Para continuar andando en la verdad, ¿a qué presión no debemos ceder?

11. ¿Qué nos ayudará a evitar los malos pensamientos y acciones?


12, 13. a) ¿Por qué es tan importante que veamos las festividades como Jehová las

ve? b) ¿Qué veremos a continuación?

14. a) ¿Por qué seguir comprando la verdad fortalecerá nuestro deseo de no venderla

nunca? b) ¿Por qué son tan importantes la sabiduría, el entendimiento y la disciplina?

15. ¿Cómo nos protege el cinturón de la verdad?

16. ¿Por qué enseñarles la verdad a otros fortalece nuestro deseo de continuar

andando en la verdad?

17. ¿Por qué valora usted la verdad?

[Recuadro de la página 12]

Estudie la verdad, viva de acuerdo con ella y enséñela a otros (vea los párrafos 14 a

16).

Das könnte Ihnen auch gefallen