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*Tema: Virtudes de santidad.

*Autor: Aparicio Linares*

Muchos consideran que alcanzar la santidad es imposible, debido a que se considera que solo Dios
es Santo, y es verdad pero se le olvida que la santidad es el camino por el cual se debe de conducir
el hombre si quiere alcanza el paraíso, pero mucho hombres desprecian este sendero debido a que
hay que sacrificar mucho de los placeres banales de esta tierra, principalmente por que es necesario
despojarse de si mismo si se quiere disfrutar de cada una de las promesas de Dios plasmadas en la
Biblia.

Ahora bien, Dios mismo nos pide que seamos santos en varios pasajes de las escrituras, tales como:

*-Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles. «Sed santos, porque Yo, el Señor, vuestro
Dios, soy santo. (Levítico 19,2)*

*Por eso, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. (Mateo 5,48)*

En estos versículos podemos observar que las escrituras nos piden que alcancemos la santidad, o
acaso Dios nos pide imposibles burlándose de nosotros, la verdad que Dios quieres que estemos
junto a Él y la única forma de lograrlo es seguir el sendero que Dios nos ha marcado.

*Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos, y caminad en el amor, lo mismo que Cristo
nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios. (Efesios 5,1-
2)*

Como podemos ver en este pasaje debemos de ser imitadores de Dios, debemos de serlo en todos
los aspectos de nuestra vida, y vemos que como principio debemos de basarnos en el amor y todos
aquellos dones y virtudes que giran alrededor.

Por lo tanto, debemos detenernos un momento para estudiar y analizar si se está siguiendo el
camino correcto o si no hemos desviado y que medidas se deben de tomar para regresar a este. Por
eso en esta ocasión veremos algunas de las virtudes que se deben de tener.

Por ello veremos las virtudes tanto teologales como las virtudes morales en las cuales se deben de
basar si se esta viviendo a plenitud el plan de Dios para nuestra vida, el cual es alcanzar la santidad.

Antes que nada que se entiende por virtud; según lo define Santo Tomas de Aquino *“buena
cualidad de la mente, por la que se vive rectamente y de la que nadie puede servirse para el mal”*,
es decir son aquellas cualidades que impiden que obremos de manera incorrecta, en la cual siempre
se busca realizar el bien dentro de nuestra vida.

*Virtudes Teologales.*

Las virtudes teologales, fe, esperanza y caridad; solo motores que nos mueven a buscar a Dios de
manera extraordinaria, buscando tener un encuentro personal y de forma casi continua, que nos
ayudan a depositarnos plenamente en su gracia, y fijar nuestra vista en el necesitado ya que somos
capaces de encontrar a Dios mismo en cada uno de estos.

*1.- Virtud de la fe.*

El cristiano ante todo es un creyente, que se ha depositado en las manos de aquel que no ve y confía
plenamente en Él. (hebreos 11, 1-2). Ahora bien, como sabemos si nuestra fe esta fuerte, si esta
correctamente alimentada, San Pablo nos lo explica de forma sencilla, Por tanto, *la fe viene de la
predicación, y la predicación, a través de la palabra de Cristo. (Romanos 10:17)*

Como vemos se nos aconseja encontrar en la palabra de Dios ese alimento continuo que va ayudado
a crecer la llama de la fe que nos invita a irnos enamorando continuamente de un Cristo que entrega
su vida por cada uno de nosotros.

La fe cree, y creer es *“acto de entendimiento que asiste a las verdades divinas bajo el impulso de
la voluntad, movida por la gracia de Dios” (Santo Tomas de Aquino II-II, 2-9)

*2.- Virtud de la esperanza*

Esta virtud nace de la fe, por eso sin fe no hay esperanza. Esta virtud nos lleva a confiar con certeza
de alcanzar la vida eterna. Al punto de considerar poca cosa todas las riquezas de esta tierra
comparado con lo que nos espera en la vida eterna. A despojarnos de aquello material que muchas
veces nos esclaviza y nos aleja de todo aquello que nos conduce a Dios, y en muchas ocasiones a no
ver el sendero que Dios quiere que sigamos y de esta manera nos atrevamos a decir como San Pablo:

*Sin embargo, cuanto era para mí ganancia, por Cristo lo considero como pérdida. Es más,
considero que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por
él perdí todas las cosas, y las considero como basura con tal de ganar a Cristo y vivir en él, no por
mi justicia, la que procede de la Ley, sino por la que viene de la fe en Cristo, justicia que procede
de Dios, por la fe. Y, de este modo, lograr conocerle a él y la fuerza de su resurrección, y participar
así de sus padecimientos, asemejándome a él en su muerte, con la esperanza de alcanzar la
resurrección de entre los muertos. (Filipenses 3:7-11)*

*3.- Virtud de la Caridad*

*-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él le respondió: - Amarás al Señor tu Dios


con todo tu corazón y con toda tu alma" y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer
mandamiento. El segundo es como éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. (Mateo 22:36-40)*

En esta virtud se le da cumplimiento a este mandamiento nos expone Jesús a ser preguntado cual
es el mas importante, cuando nuestro corazón se llena de gozo en el amor completo a Dios en el
cual se deja de lado el sentimentalismo y se toma la decisión de vivir por Dios y en Dios, por medio
del entregarse totalmente al prójimo y encontrar en estos a un Dios que nos acompaña y nos hace
participes de su amor pleno, en el cual se desvive en hacer la voluntad de Dios, en el cual se vive
con el corazón en la mano para complacer a Dios antes que a mi mismo, en ese momento se
comienza a vivir según Dios, en el cual sacrifico mi comodidad por tal de complacer a Dios haciendo
el servicio que se me pide y sin poner excusas para no estar con Él, en ese momento se comienza a
vivir en la virtud de la caridad.

*Virtudes Morales.*

Las virtudes morales sobrenaturales son hábitos operativos infundidos por Dios en la potencia del
hombre, para que todos los actos cuyo objeto no es Dios mismo se vean iluminados por la fe y
movidos por la caridad de modo que se ordenen siempre a Dios. Estas virtudes morales por tanto
no tienen por objeto inmediato al mismo Dios, es decir el fin, sino al bien honesto, es decir el medio
que conduce a Dios y de Él procede, pero es distinto de Dios.

Hay muchas virtudes morales pero tanto la tradición judía y cristiana, como la filosofía natural de
ciertos autores paganos han señalado cuatro virtudes cardinales (de cardonis, gozne de la puerta).
En efecto, la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, son las virtudes más provechas para
los hombres en la vida esto lo podemos encontrar en el libro de Sabiduría 8,7. Estas cuatro virtudes
regulan el ejercicio de todas las demás virtudes.

*1 – Virtud de la Prudencia.*

Es una virtud que Dios infunde en el entendimiento práctico para que, a la luz de la fe, discierna y
mande en cada caso concreto que debe hacerse u omitirse en orden al fin último sobrenatural. Ella
decide los medios mejores para un fin. Es la más preciosa de todas las virtudes morales, ya que debe
guiar el ejercicio de todas ellas, e incluso la actividad concreta de las virtudes teologales. Cristo nos
quiere “prudentes como serpientes y sencillos como palomas” lo podemos ver en San Mateo 10,16
y San Pablo *Esto pido en mi oración, que vuestra caridad crezca en conocimiento y en toda
discreción, para que sepáis discernir lo mejor.* Carta a los Filipenses 1, 9-10. Los espirituales
antiguos apreciaban mucho la diácrisis, que permite al asceta guiarse a sí mismo y aconsejar bien a
otros.

Por lo tanto alcanzar la santidad también nos tiene que llevar a ser prudentes, a tomar de forma
sabia cada uno de los caminos y al mismo tiempo discernir de acuerdo a la voluntad del mismo Dios.

* 2 – Virtud de la Justicia.*

Es una virtud sobrenatural por la que Dios infunde a la voluntad la inclinación constante y firme de
dar a cada uno lo que en derecho es suyo. Después de la prudencia, es la más excelente de las
virtudes cardinales, la que tiene un objeto más noble y necesario y también más amplio, pues
comprende el campo entero de las relaciones del hombre con Dios y con los hombres.

El cristiano por la justicia hace el bien, no cualquier bien, sino aquel bien precisamente debido a
Dios y al prójimo, y evita el mal. Aquel mal concreto que ofende a Dios o perjudica al hermano. La
caridad extiende más o menos su radio de acción según los grados del amor; pero la justicia impone
obligaciones estrictas, objetivamente bien delimitadas, aunque subjetivamente pueda en ocasiones
haber dudas. Y precisamente porque se trata de obligaciones objetivas y estrictas, pueden ser
exigidas por la fuerza.

En la justicia se distinguen tres especies:

La Justicia Conmutativa reluga los derechos y deberes de los ciudadanos entre sí, dando o exigiendo
a cada uno lo suyo.

La Justicia Distributiva reparte bienes y cargas, derechos y deberes entre los individuos,
considerando honestamente a sus méritos y necesidades personales.

La Justicia Legal fundada en la observancia de las leyes, inclina al individuo a contribuir al bien común
de la sociedad como es debido.

Muchas virtudes derivan de la justicia o están a ella conexas. La fiel observancia respeta las
cuidadosamente las normas, La obediencia reconoce la autoridad de los superiores, La afabilidad
sabe tratar bien a los hombres, La piedad nos mueve a prestar a los padres y a la patria honor y
servicio, La epiqueyao equidad nos lleva a apartarnos con justa causa de la letra de la ley para mejor
cumplir su espíritu. La veracidad, la gratitud.

La virtud de la justicia nos tiene que hacer cumplidores de las normas tanto Divinas como del
hombre eso es parte de comenzar a caminar el camino de Dios.

Muchas veces no vamos a estar de acuerdo con las normas que se nos dictan pero tenemos que
aprender a ser obedientes, tenemos que aprender en todo momento y en todo lugar respetar las
leyes que nos pongan a pesar de que esas parecieran que no nos conducen por el camino correcto,
pero tiene que ser el indicio que nosotros estamos siguiendo el caminos al cual Dios nos quiere
guiar.

* 3 – Virtud de la Fortaleza.*

Es una virtud infundida por Dios en el apetito arascible vigorizándole para que no desista de procurar
el bien arduo ni siquiera por los mayores peligros. La Fortaleza ataca y resiste, cohíbe los temores
atando y modera la audacia resistiendo, asiste el apetito arascible en cuanto está sujeto a la
voluntad y asiste también a esta por redundancia , el acto máximo de la virtud de la fortaleza es el
martirio por el cual el cristiano confiesa a Cristo con cruz y con muerte.

La Fortaleza inferior a la prudencia y justicia es superior a la templanza pues en el camino del bien
es más difícil superar los peligros y sufrimientos que vencer atracciones placenteras.

La fortaleza que es contraria a la pusilanimidad, o a la ambición o a la presunción y a la vanidad, no


es indiferencia impasible, ni audacia temeraria es potencia espiritual que da valor, decisión, aguante
y constancia. La fortaleza tiene como partes integrantes o como virtudes conexas: la magnanimidad
que se atreve a obras grandes, la paciencia tanta veces elogiada en el nuevo testamento podemos
ver la 1° de Pedro 2, 20 – 21; Romanos 5, 3; 2° Corintios 6, 4.
La Fortaleza nos tiene que guiar a poder vivir con valentía el evangelio sabiendo que es Cristo mismo
el que nos apoya y nos bendice en todo momento y en todo lugar.

* 4 – Virtud de la Templanza.*

Es una virtud sobrenatural infundida por Dios en el apetito concupiscente para moderar su
inclinación a los placeres mientras la fortaleza estimula el apetito arascible para que resista el mal
o se esfuerce en conseguir el bien arduo, la Templanza más bien refrena en el hombre la inclinación
al placer sensitivo y sensual, modera pero no destruye esa inclinación, en tal caso no sería una virtud
sino que la libra tanto de la intemperancia desbordada como de la insensibilidad excesiva.

No es la Templanza la más excelsa de las virtudes morales pero su desarrollo es imprescindible ya


que el hombre no puede ejercitar sus virtudes más altas en tanto sufre el lastre de la sensualidad
desordenada, la purificación acética del sentido es fase previa y necesaria para el vuelo del espíritu.

La Templanza modera en el hombre esa curiosidad ilimitada de noticias, conocimientos,


experiencias, esa avidez de impresiones, viajes, adquisiciones y gustos, la Abstinencia y la Sobriedad
regulan en la fe el consumo de comida y bebida, la Castidad con la ayuda de la Modestia y el Pudor
ordena según Dios el apetito Genésico, la Clemencia modera las reacciones de crueldad y ferocidad.

La Mansedumbre que da suavidad y paciencia al amor de la caridad es una de las virtudes más altas.
Es la praotes delos monjes antiguos, que hace posible la paz del corazón, el silencio interior
contemplativo, la apátheia, la hesychía. En Cristo se da en plenitud la mansedumbre lo podemos ver
en el evangelio según San Mateo 11,29 y hasta sus actos de violenta ira están sujetos por la
mansedumbre al impulso de su más perfecta caridad.

Como podemos ver la templanza nos va a ayudar a poder soportar de forma santa cada una de las
tentaciones que la carne nos va exigiendo y ello nos va a llevar a acercarnos cada día más Dios.

Las virtudes tienen que irse desarrollando cada día más y más dentro de nuestra vida si queremos
alcanzar la santidad. No son virtudes que no podemos estarle pidiendo y clamando a Dios, sino que
son virtudes que nosotros necesitamos día a día para llevar este camino de santidad que Dios nos
está pidiendo.

Las virtudes tienen que irse forjando cada día más y más dentro de nuestra vida, dentro de nuestros
hábitos y pedir y clamar a Dios que sea Él el que nos conduzca el camino correcto.

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