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Los efectos de las obligaciones son las consecuencias jurídicas que este
vínculo acarrea para el acreedor y el deudor.
En cambio, los efectos de los contratos son las obligaciones y derechos que se
generan para las partes o para una de ella como consecuencia de la
celebración de un contrato.
El art. 2465 señala que esta garantía para los acreedores nace de toda
obligación personal contraída por el deudor y se extiende respecto de todos
sus bienes, excluidos sólo los inembargables; se critica el uso de la expresión
“personal”, pues todas las obligaciones tienen ese carácter, en la medida que
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se identifica en ellas claramente al sujeto activo y pasivo. También se
cuestiona la denominación de prenda general, pues, en sentido estricto, la
prenda es una garantía real que recae sobre un bien mueble.
1.- Pedir que se apremie al deudor para que ejecute el hecho debido; al
igual que en el caso anterior, supone que la deuda conste en un título
ejecutivo. Este apremio consiste en la posibilidad de pedir al juez que fije un
plazo para el cumplimiento; si el deudor no lo hace, conforme al art. 543 del
CPC., es posible pedir el arresto del deudor hasta por 15 días.
2.- Solicitar que se le autorice para hacer ejecutar el hecho por un tercero, a
expensas del deudor.
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hecho prohibido, el art. 1555 establece que el incumplimiento se traduce en la
obligación de indemnizar los perjuicios, si no puede deshacerse lo hecho,
distinguiendo además algunas posibilidades:
Puede ocurrir que, por diversas circunstancias, el patrimonio del deudor sea
insuficiente para satisfacer a todos los acreedores. Por ello, en tales
condiciones, el principio de igualdad se rompe cuando algunos acreedores
gozan de una preferencia para el pago, concepto genérico que alude a la
característica que tienen ciertos créditos que permite que sean pagados antes
que los demás. Conforme al art. 2470 CC., las causales de preferencia son
sólo dos: el privilegio y la hipoteca. Respecto de los créditos no privilegiados o
no hipotecarios, rige el principio de igualdad.
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1.- Créditos de la primera clase: Estos créditos presentan algunas
características comunes, establecidas en el art. 2473 CC.
- Estos créditos que se pagan antes que todos los demás y prefieren entre
sí en el orden de su numeración legal.
c) Art. 2472 Nº 3: Los gastos de enfermedad del deudor. La ley los limita al
plazo de 6 meses; si fuere mayor, el juez debe fijar el monto.
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fondos de pensiones por los aportes que aquél hubiere efectuado de acuerdo
con el art. 42-3 del D.L. Nº 3.500.
i) Art. 2472 Nº 9: Los créditos del fisco por los impuestos de retención y de
recargo. Típico caso de impuesto de retención es aquel que se paga sobre la
renta. Son de recargo aquellos valores adicionales que se le agregan a los
productos y servicios, como el IVA.
a) Art. 2474 Nº 1: El crédito del posadero sobre los efectos del deudor
introducidos por éste en la posada, mientras permanezcan en ella y hasta
concurrencia de lo que se deba por alojamiento, expensas y daños.
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Conforme al art. 2477, es posible que exista un concurso particular de
acreedores hipotecarios, circunstancia que les permite realizar de inmediato la
finca hipotecada, sin esperar los resultados del juicio de quiebra. Si el
patrimonio del deudor no alcanza para cubrir los créditos de 1ª clase, el art.
2478 permite hacerlos efectivos en los bienes hipotecados, en la forma que
señala.
d) Art. 2481 Nº 4: Los créditos de los hijos sujetos a patria potestad, por los
bienes de su propiedad que fueren administrados por el padre o la madre,
sobre los bienes de éstos. Uno de los principales atributos de la patria
potestad consiste en la posibilidad que tiene el titular de la patria potestad de
gozar de los bienes del hijo. Como consecuencia de ese goce pueden surgir
créditos a favor del menor, que se hacen efectivos sobre los bienes del padre o
madre que ha ejercido dicha potestad.
e) Art. 2481 Nº 5: Los créditos de personas que están bajo tutela o curaduría
contra sus respectivos tutores o curadores. La hipótesis es muy parecida al
caso anterior, sólo que ahora se trata de personas sujetas a una guarda.
f) Art. 2481 Nº 6: Los de todo pupilo contra el que se casa con la madre o
abuela, tutora o curadora, en el caso del artículo 511. Según este número, es
un crédito que se tiene contra el marido de la madre o abuela que ejerce una
guarda respecto de su hijo o nieto, pero hoy no tiene aplicación práctica.
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afectan bienes específicos, una vez pagados los de 1ª clase, se pagan los de
4ª clase.
5.- Créditos de la quinta clase: Está compuesta por créditos que no tienen
ninguna preferencia para su pago, denominados créditos valistas, porque
constan en un simple vale, o quirografarios, porque constan en un documento,
reminiscencia del derecho romano y las obligaciones que nacen por la
escritura. Si son muchos los créditos valistas, al no existir enumeración legal,
respecto de su pago se restablece el principio de la igualdad de acreedores
(art. 2489).
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- un hecho ilícito que causa daño, dando lugar a la denominada
responsabilidad extracontractual;
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b) En cuanto al carácter subsidiario de la indemnización, consiste en
establecer si el acreedor, al momento de demandar al deudor, puede elegir a su
arbitrio entre pedir el cumplimiento o el pago de la indemnización. La respuesta
a esta interrogante supone distinguir según la naturaleza de la prestación
obligacional, esto es, si consiste en dar, hacer o no hacer. Cuando se trata de
prestaciones de hacer o no hacer, la ley permite al acreedor elegir entre el
cumplimiento o la indemnización; en las obligaciones de no hacer, hay que
distinguir si se puede o no deshacer lo hecho (arts. 1553 y 1555). Si la
prestación es de dar, la indemnización tiene un carácter subsidiario, toda vez
que el acreedor está obligado a pedir en primer término el cumplimiento de la
obligación; la facultad de pedir la indemnización nace cuando no se ha
cumplido la obligación o no se puede cumplir.
Por regla general, cada vez que una obligación deja de cumplirse, la ley la
presume que ese incumplimiento es culpable. Ello obliga al deudor a probar
que el incumplimiento se produjo por circunstancias ajenas a su voluntad,
concretamente que se debió a un caso fortuito o fuerza mayor, que en definitiva
constituye un modo de extinguir las obligaciones.
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una conducta humana. Para que se configure el caso fortuito o fuerza mayor
se requieren las siguientes condiciones:
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1.- La culpa: Se asocia con la idea de negligencia o descuido. El art. 44
distingue tres tipos de culpa: grave, leve y levísima
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Hemos dicho que todo incumplimiento se presume culpable, siendo el
deudor quien debe probar que ha sido diligente. Esta regla puede modificarse
asimismo a través de las cláusulas modificatorias de responsabilidad.
2.- El dolo: Desde el punto de vista conceptual, el dolo puede ser enfocado
desde distintos puntos de vista: como vicio de la voluntad, como elemento de la
responsabilidad extracontractual (que corresponde a la definición del art. 44
CC.) y como agravante de la responsabilidad contractual, que es la perspectiva
que nos interesa.
Por último, la mora supone una cierta voluntariedad del deudor, es decir, por
culpa o dolo ha dejado de cumplir oportunamente, con lo cual se excluye el
caso fortuito, a menos que exista una cláusula que lo haga responsable de
ello.
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El artículo 1551 establece los casos en que la ley entiende que el deudor se
ha constituido en mora:
4.- Los perjuicios: Entre el incumplimiento y los perjuicios debe existir una
relación de causa a efecto. Los perjuicios consisten en la valoración económica
o pecuniaria del daño o detrimento que ocasiona al acreedor el incumplimiento
de la obligación.
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El monto o avaluación de los perjuicios puede ser determinado de tres
formas: por la ley, por las partes y por el juez
- Art. 1559 Nº 3: Esta regla ha sido derogada por la Ley Nº 18.010, cuyo
artículo 9º permite la capitalización de los intereses, también llamada
anatocismo.
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además la indemnización contemplada en la cláusula penal, siempre que las
partes así lo hayan pactado. Asimismo, en general, la carga de la prueba de los
perjuicios le corresponde al acreedor, pero al estipularse una cláusula penal, no
se encuentra obligado a acreditarlos, aun cuando no exista un daño para el
acreedor (art. 1542).
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cuestión de hecho determinar cuándo un perjuicio directo es previsto o
imprevisto.
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Esta figura no opera de plena derecho, pues para que tenga lugar la retención
es necesaria una sentencia judicial. El procedimiento para obtener su
declaración está contemplado en el CPC., arts. 545 y siguientes. Cuando el
derecho de retención recae sobre bienes inmuebles, se asimila a la hipoteca,
gozando de un privilegio de 3ª clase.
- La situación prevista en el art. 1238 CC., que tiene lugar cuando el deudor
ha repudiado la herencia en perjuicio de los acreedores. Se trata de un caso
muy discutible.
- La situación del art. 2466, que produce cuando existen en el patrimonio del
deudor existirán bienes ajenos, sobre los cuales tenga derechos reales como
usufructos o prendas. En tal caso, los acreedores pueden subrogarse en el
ejercicio de esos derechos. También los acreedores pueden subrogarse en los
derechos del deudor como arrendador o arrendatario. Sólo quedan excluidos
de esta posibilidad los derechos personalísimos del deudor.
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Esta distinción nos permite explicar de mejor manera la concurrencia de
este requisito del fraude pauliano, recurriendo a la distinción entre las
enajenaciones que el deudor efectúa a título oneroso o a título gratuito. Si la
enajenación fue a título oneroso, para que los terceros adquirentes se vean
afectados, el acreedor debe probar que conocían el mal estado de los negocios
del deudor, es decir, acreditar el consilium fraudis. En cambio, cuando la
enajenación es a título gratuito, basta con la scientia fraudis, esto es, no resulta
necesario acreditar que el tercero tenía conocimiento del mal estado de los
negocios del deudor, de modo que siempre se verán afectados por la acción.
El objeto de esta acción es dejar sin efectos las enajenaciones que hizo el
deudor en perjuicio de sus acreedores, reincorporando los bienes a su
patrimonio.
Esta acción produce un efecto relativo, lo que quiere decir que sólo se
benefician con el reintegro de bienes aquellos acreedores que la hayan
ejercido, excepto cuando el deudor es declarado en quiebra, caso en el cual
beneficia a todos los acreedores.
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confunda el patrimonio del causante con el del heredero, cuando este último se
encuentra sobrecargado de deudas. Puede ser invocado por los acreedores
hereditarios y testamentarios y les confiere una preferencia para el pago
respecto de los bienes de la herencia, por sobre los acreedores propios del
heredero.
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