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HÉCTOR DAVID GATICA

ANTOLOGIA POETICA
RIOJANA

EDITORIAL CANGURO

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Porque la Función Legislativa es el ámbito de resonancia de las
necesidades del pueblo a través de sus representantes, no puede
soslayar lo que acontece en la vida cultural de sus habitantes.
Si bien la cultura nace de los más hondo del sentir de un pue-
blo, de sus vivencias y tradiciones y es recreada y explicitada por
hombres de exquisita sensibilidad y profundidad, en una sociedad
democrática no puede ser privilegio de unos pocos ya que es un
valor que hace al bien común.
Un pueblo que desconoce su cultura pierde su identidad, su
sentido de pertenencia a su provincia, su país, su continente y
como consecuencia, el amor a su tierra que es vínculo de cohesión
fraternal.
Antes de finalizar este milenio la Función Legislativa dejará
para las futuras generaciones esta Antología Poética Riojana de
notables escritores, en un esfuerzo más por preservar esta faceta
de nuestra cultura y en un intento, válido por sí mismo, por ho-
menajear, con caracter permanente a sus hijos más dilectos, que
son aquellos que con su talento nos dieron un perfil de provincia
que nos enorgullece.

Ing. Miguel Angel


Asis

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Prólogo

Toda antología implica asumir riesgos y costos: Cometer injus-


ticias dejando fuera a quien merecía pertenecer a ella o en su lugar,
haciendo entrar a quien debía quedarse fuera, enojos en potencia,
en fin. Mas no hay alternativa. O sí: No hacerla. Optamos entonces.
No faltará después quien pueda perfeccionarla orientándose desde
este punto de partida, que muchos años de conocimiento y trato con
la mayoría de sus autores, y de la lectura de sus manifestaciones,
nos ha llevado.
Hace nueve años presentamos una obra denominada Mapa de la
Poesía Riojana -Edic. Cisandina, 300 págs., 1989- dando a conocer
el movimiento literario riojano desde la fundación hasta esos días.
Como tal edición está a punto de agotarse, se imponía su ree-
dición.
Hasta tanto, he aquí esta antología. Si alguien necesita más
información, podrá consultar el trabajo anterior.
Cumplimos así, al menos en parte, con una falta que se hace
notar, sobre todo, en establecimientos de enseñanza, donde los
docentes se ven en serias dificultades cuando tienen que tratar de
su provincia, por falta de material para informarse.
Y vaya igualmente para todo aquel que quiera saber y gozar de
la riqueza poética de los riojanos.

Algunas consideraciones

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No ha de encontrarse aquí otra ordenación que no sea la fecha
de nacimiento, siempre que se haya logrado obtener tal dato.
Que la poesía escrita parta desde fines del Siglo XIX y comien-
zos del XX, no es sólo en La Rioja; con raras excepciones, se ex-
tiende a toda América, según pudimos constatar cuando trabajamos
en Este canto es América -Ediciones Culturales Argentinas, 2 vol.,
840 págs., 1993- Damos un par de ejemplos de la Argentina: Joa-
quín Castellanos es considerado por algunos como el primer poeta
importante de Salta. Y se marca en trescientos años la oscuridad
sobre la poesía santiagueña, desde Oquendo hasta Ricardo Rojas
-y en La Rioja, desde Oquendo hasta Joaquín V. González-. En
esos tres siglos encontramos el coplerío, felizmente recogido del
venero oral por el catamarqueño Juan Alfonso Carrizo, en varios
volúmenes que se ocupan de las seis provincias del NOA.
Volviendo a Salta, en la Feria del Libro, Bs. As. 1998, Santiago
Sylvester y Alicia Chibán, en un análisis literario, se refirieron
a Juan Carlos Dávalos como el fundador de una región literaria
abarcativa del NOA, al duro testimonio de los problemas de la
gente del campo en Latinoamérica, a la literatura del noroeste, la
influencia de Vallejo, de Neruda -tendríamos que agregar la visita
de García Lorca a nuestro país-, la evolución del folclore con los
poetas cultos, la poesía social, el realismo mágico, la década del
60 al 70 en la que influyen la revolución cubana y lo que ocurre
en Francia el 68.
Por su parte Alfonso Nassif en Antología de poetas santiagueños,

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1978, hace consideraciones sobre el creacionismo y el surrealismo
como las dos corrientes literarias más importantes de este siglo y
su notable influencia.
En nuestra provincia, amén de lo que podemos haber tomado
de la épica para volcarlo sobre la vida de nuestros caudillos, de
los románticos, los clásicos, del modernismo de Rubén Darío y
Leopoldo Lugones, sin duda tampoco hemos escapado, como
parte del NOA, a los procesos marcados por Sylvester y Nassif,
en especial a lo que a los poetas de Calíbar se refiere. Veamos al
más importante de ellos:
En Antología poética del Nuevo Cuyo, 1994, leemos: «Ariel
Ferraro estuvo sin duda muy cerca de Pablo Neruda, por su con-
dición de contemporáneo y poeta de este lado de la Cordillera.
No es de extrañar que algunos títulos (compuesto de sustantivo y
complemento), las medidas de los versos, ciertas asociaciones de
tono surrealista, algunas enumeraciones de tinte panteista, e incluso
campos semánticos comunes (hormigas, abejas) nos recuerden
al poeta chileno y al influjo que sin duda debió ejercer entre los
jóvenes poetas de América (...)
El escritor es también un receptor y la lectura es un medio
para que produzca obras nuevas. En este sentido, Ferraro parece
haber sido auténticamente latinoamericano, dispuesto a leerlo y
absorberlo todo, en primer término a Neruda, a su tono epopéyico,
sus odas, su voluntad de cantar a la tierra natal de sur a norte, de
cantarlo todo, empezando por la greda, leitmotiv, digno de un poeta
riojano, como el mar y la ola lo fueron de Neruda».
Por nuestra parte decimos que más de una vez sentimos de
boca de Ariel Ferraro ufanarse de ser el primer representante del
surrealismo en La Rioja.
En el prólogo que Canal Feijóo hace a la Antología poética de
Ferraro, 1969, leemos: «Por eso no me inquieto, ni pienso que

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Ud. Abjura de nada esencial, al verle decidido a «Abandonar» eso
que llama corriente regional para pasar a esa otra cosa que usted
llama un mundo de creación más exigente. Lo suyo, lo que está
en usted por misterio electivo de su destino, es inabjurable. Está
antes y después de usted. El poeta jamás abandona, por mucho
que pretenda instalarse en otro lugar, geográfico o idiomático (...);
mas, todo eso que usted pareciera remitir a una nueva instancia
lírica futura, todo eso estaba ya cifrado con ingentes creces en esos
«poemas riojanos» (los de esa corriente regional) que usted cree
poder abandonar» (...).
Y en «Apuntes para un análisis de su obra», 1997, Carlos
Mamonde, desde España, se expresa así. «Ariel Ferraro marcó el
horizonte de la vanguardia en la poesía riojana, siendo como fue
un valioso epígono -no demasiado tardío- del surrealismo». Y más
adelante agrega: «Por eso, de un modo natural, su pensamiento
coherente habrá de deslizarse sin traumas desde el discurso poético
al discurso teológico, en sus últimos años dedicados al estudio de
la trascendencia, desde la óptica ideal de las religiones».
Y al nombrar al NOA no podemos dejar de mencionar, como
parte de este contexto, movimientos artísticos tan importantes como
La Carpa, La Brasa, Calíbar y revistas de la envergadura de Tarija
(Jujuy), Signo y Cartón de Poesía (Tucumán), El Arbol (Catamar-
ca), Poesía Amiga, Verborama, Arauco Literario (La Rioja), a las
que podemos agregar Utopía (San Juan), Azor (Mendoza), Laurel
(Córdoba), La Diligencia (Santa Fe). Interesante sería hacer un
estudio acerca de la función que ellas cumplieron en las regiones y
en el país todo, hermanadas con otras revistas literarias aparecidas
en Bs. As. ese mismo tiempo.
Volviendo a nuestra provincia digamos asimismo que en la
fábula incursionaron Joaquín V. González y Juan Zacarías Agüe-
ro Vera -en el presente año apareció un libro suyo con cincuenta

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fábulas; en vida editó un solo libro, apareciendo tres póstumos, de
gran prestigio. Mas de treinta obras suyas permanecen inéditas,
esperando. Otro tanto ocurre con Teófilo Celindo Mercado, no
obstante haber una ley provincial que manda editar toda su obra
de más de treinta títulos.
Hay una literatura provinciana de la nostalgia, de los que par-
tieron a la Gran Metrópoli; de ella no se escapa Arturo Marasso si
pensamos en «La Mirada en el Tiempo», en su poesía «Dicha», la
de mayor difusión, y en otras más.
El color americano se inicia, según Ricardo Rojas, con «Mis
Montañas»: «Los escritores coloniales describieron la tierra argen-
tina, pero por simple enumeración. Algunos apuntes minuciosos
e ingeniosos hay en Schmidel, en Lizárraga, en Macchoni, en
Concolorcorvo, en Azara, autores que no tienen verdadero sen-
timiento de la naturaleza ni maestría verbal. Son ojos infantiles
recién abiertos a la luz. La visión emocionada y el color local que
la traduce en el arte vendrán después, cuando Mis montañas, de
González, descubra las faldas del Famatina, y Montaraz, de Legui-
zamón, los rincones de la Mesopotamia, y El mar austral, de Fray
Mocho, los canales del Onaisín, y Voz del desierto, de Talero, las
cumbres del Neuquén y Campo argentino, de Fernández Moreno,
las praderas de Buenos Aires, y el Cerro nativo, de Quiroga, los
valles de Catamarca, Romances del Río Seco de Lugones, la tra-
dición de la serranía cordobesa, y El País de la Selva, libro mío,
la emoción y leyenda del bosque santiagueño. Tales obras revelan
el sentimiento del paisaje, categoría estética universal, pero de
«nuestro paisaje», que da en sus formas, en su luz, en sus nombres,
caracteres originales a la conciencia nacional que los descubre y
el arte nacional que los representa».
Ricardo Rojas - Eurindia-
En cuanto al creacionismo, seguramente el poeta de Olta, Arte-

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mio Moreno, ya estaba al tanto, al menos así lo suponemos cuando
leemos de el su poesía «El Zorzal»; «Bohemio que a la aurora se
levanta/ para labrar su propia pedrería/ y que en las rubias máquinas
del día/ tuesta al sol el maíz de su garganta».
Pero además La Rioja fue signada por acontecimientos históri-
cos y sociales muy fuertes, de los cuales nuestra poesía no ha podido
evadirse, con más o menos notoriedad, a veces con tratamiento
folclórico y otras, con realismo crítico.
Además de la epopeya de las montoneras, está la otra, la del
sudor y la pobreza, la del hachero y los obrajes, de la sequía y el
calor, de la cual se han ocupado con más ardor los poetas nacidos
en los llanos. Si a esto le agregamos el peón viñador -no tanto el
minero no obstante las explotaciones en nuestros cerros tan de an-
taño- podríamos pensar en una presencia cierta de la poesía social.
No es así, al menos de manera notable; en estos días, solicitado por
el Nuevo Cuyo, un investigador riojano se veía en serios aprietos
pues le pedían cinco autores con ocho poesías c/u de este género.
Hay, si; pero eso de reunir cuarenta poesías sociales antológicas...
Quizás en la temática de la canción folclórica se encuentren más
representantes.
Hay también algunas manifestaciones -no muchas- relacionadas
con el tiempo del Proceso, fundamentalmente por los que estuvie-
ron en la cárcel o padecieron el exilio.
No pretendamos encontrar todo lo que estamos tratando, en
esta antología; para eso hay que adentrarse más en la obra de cada
uno y en la de todos.
La religiosidad, la fe del pueblo riojano, como así su vena mítica,
fueron también factores de mucho peso.
La poesía infantil, en cambio, ha tenido pocos cultores.
Del aborígen sólo nos quedan palabras sueltas, topónimos y
algún himno- que una o dos veces al año cantan los aillis al Niño

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Alcalde-
En cambio si, nos habla el paisaje, la flora y la fauna autóctonas,
la imponencia del Nevado del Famatina, el gran cerro El Velasco,
Talampaya, la costa, los llanos; la sequía, el imperio de los veranos
ardientes presentes en nuestra literatura.
El amor también ha dado libros en autores como Lanzillotto,
López, Pérez, Peralta, Ponce, etc.
Hemos incluido algunos folcloristas -sin desmedro de los letris-
tas, que más de uno es conocido en su provincia, en el país, en el
mundo, a veces por una sola canción y sobre quiénes hay intención
de trabajar muy pronto en un cancionero -que han editado libros
o bien tienen material suficiente para hacerlo pero que aún no se
deciden -Oyola, Navarro, Soria, Cabral-.
Vinieron a nuestra provincia hombres de letras que nos enrique-
cieron, algunos se quedaron para toda la vida, otros permanecie-
ron cinco, diez, veinte años alejándose en el tiempo del Proceso,
llevados a la cárcel, expulsados al exilio.
También sufrimos éxodo de poetas nacidos aquí y que si los
sumamos a los que vinieron y después tuvieron, obligados, que
partir, la cifra ya se siente más. Sin estar muy claro hasta donde
nos daña y cuanto nos beneficia, teniendo en cuenta que los artistas
que alcanzaron reconocimiento nacional fueron, casi siempre, no
quiénes quedaron en su tierra sino aquellos que se fueron a vivir a
Bs. As., o bien los que viajaron permanentemente hacia allá.
Como dato a tener en cuenta, digamos que, con rara excepción,
la mujer riojana recién aparece en el ámbito de la poesía a mediados
de este siglo, pasando después a ser gran mayoría; recordemos que
el CER (Centro de Escritoras Riojanas) llegó a tener en la provincia
de La Rioja más de cien socias.
Seríamos injustos si aquí no ponderamos la existencia de la
Editorial «Canguro», que ha permitido publicar a numerosos au-

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tores, que quizás jamás soñaron con ver un día sus obras impresas
cada vez mejor cuidadas. En la actualidad cuenta con numerosas
ediciones.
Tampoco podemos dejar de señalar como muy auspicioso, la
importante donación que acaba de hacer un profesional a la Biblio-
teca «Mariano Moreno» para la edición de libros riojanos clásicos,
como así de autores nuevos. Esto nos posibilitará rescatar una
treintena o más de libros, quizás, muy valiosos y hoy inhallables
porque sus reducidas ediciones hace tiempo que se agotaron. Y si
es bien manejado, la conservación de un fondo permanente que
permitirá seguir editando.
Con la intención de nuclear poetas jóvenes y dar un mayor
impulso, un empuje de renovación a nuestras letras riojanas, pro-
piciamos en 1991 la edición de «El libro de los poetas jóvenes»,
que sigue siendo recordado especialmente por emisoras radiales;
pero la esperanza de que surgiera algún movimiento literario, la
edición de una revista, la publicación de obras nuevas no se dio aún,
no obstante ser estos autores talentosos en su mayoría, entregados
también a la música y a la pintura. Un par de ellos presentamos en
esta antología, de los demás damos su nombre; algunos continúan
creando, aunque sin publicar, y siguen siendo esperanza; otros,
quizás no tanto. Ni tan jóvenes ya.

Finalmente, como quien hace un alto, medita y evalúa, que le-


yendo esta antología, aún siendo mínimos los datos del currículum
de cada autor -pues es poética, no biografía- al ver sus creadores no
en forma aislada sino reunidos en un solo volumen, nos sorprende-
mos al comprobar el papel protagónico que les cupo desempeñar
a algunos de nuestros máximos poetas en el mundo de las letras.
Miembro activo de numerosas y prestigiosas academias nacio-
nales e internacionales.

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escritos por el poeta, que son los que aquí presentamos.

Juntámonos en Cabildo
todos los capitulares
y escribimos al virrey
un pliego de disparates
que por franquear el sitio
para pueblo y heredades
fuimos con mucho trabajo
para romper adelante
que peleamos tres días
con veinte mil capayanes
salimos muchos heridos
sin haber quien nos curase
y en pago de este servicio
nos acudiese y honrase
enviándonos exenciones
franquezas y libertades.
Mas pues viene la cuaresma
y tengo que confesarme
yo restituyo la honra
a los pobres naturales
que ni ellos se defendieron
ni dieron tales señales
antes nos dieron la tierra
con muy buenas voluntades

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Canciones universales de su creatividad que recorren el mundo.
Versado en literaturas clásicas y modernas, con trabajos enjun-
diosos sobre Rubén Darío, Miguel de Cervantes, Jorge Luis Borges,
Pablo Neruda, Julio Cortázar y tantos célebres más, con dictado de
conferencias acerca de ellos por América y Europa.
Perfeccionamiento en universidades de Israel, Italia, España,
Francia.
Dictado de clases y cursos en Oviedo, la Sorbona, Salamanca
y en universidades de EE.UU.
Dirección de fundaciones culturales de primer nivel.
Profesores de alumnos de postgrado en universidades de otros
continentes.
Digamos, para terminar, que al recorrer estas páginas los más
encontrados sentimientos lo irán habitando y si hay sensibilidad
en usted, sentirá que va vibrando con la voz de un pueblo que ha
sido capaz de sobreponerse a sus adversidades, haciendo fructiferar
su dolor en canto.

Héctor David Gatica


La Rioja, 1998.

MATEO ROSAS DE OQUENDO


Poeta español. Residió en Perú y México.
Dice el poeta Alfonso Nassif que en 1586 llegó a Santiago del Es-
tero, permaneciendo ahí tres años. De acuerdo a lo consignado por el
historiador Armando Raúl Bazán en su «Historia de La Rioja», este
poeta escribió un poema titulado «Famatina» de 22 cantos, 300 págs.,
lamentablemente extraviados al ser enviados a España para su edición.
Por último, Félix Luna hace comentario acerca de unos versos satíricos

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y partieron con nosotros
de sus haciendas y ajuares.
Y no me dé Dios salud
si se sacó onza de sangre.

Siglo XVI

JUAN
ALFONSO
CARRIZO
Llegó a La Rioja en 1937. Realizó una obra monumental en todo el

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noroeste argentino. En publica en tres tomos denominados
La Rioja recogió de «Cancionero Popular de La Rioja»,
la poesía popular oral salvando así casi tres siglos de esa
más de diez mil canta- poesía, teniendo en cuenta desde
res, habiendo separado la llegada de Ramírez de Velasco.
más de cinco mil que
CANCIONERO POPULAR DE LA
RIOJA
Siglo XVII al XIX

1311 - Enfer-
ma en la cama

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estoy
Con un dolor en el lomo
Sanara si me curara
El de sombrerito plomo.

1352- Envidia tengo a la tierra


Y también a los gusanos
Que se tienen que comer
Ese cuerpo tan galano.

1554 - No me tienes que mirar


Ni me tienes que atender,
Dejame estar a tu lado
Que con estar estoy bien.

1777- Si supiera que llorando


Te podría conseguir
Lo pasaría llorando,
Febrero, marzo y abril.

1982- Adiós florcita


De tusca, tusca
Si no me quiere
¿Por qué me busca?

2056- Del cielo cayó una rosa


Envueltita en un papel
Llorando gotas de sangre
Por un ingrato clavel.

2110 - En la verde rama


De un verde ciprés
Está un pajarillo
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Lamentándose.

2263- Ya para mí se acabaron


Las alegrías de ayer
Que los celos son heladas
No dejan la flor crecer.

2451- Eres como los vientos


Y como el río
Un poquito de todos
Y un poco mío.

2782- A ese novio que tú tienes


Primero lo tuve yo.
Me alegro que te diviertas
Con lo que a mí me sobró.

2895 - Mi casa queda en el frente


Número sesenta y dos
A mi me visita gente
Y no perros como vos.

2912- Pañuelito, pañuelito


Pañuelito tras el cerco
¡Cómo quieres que te quiera
Muchacho, cara de chelco!

2976- Adiós, encanto de mi alma


Disciplinado clavel
Rosita de mi esperanza
cortada al amanecer.

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3014- Dame tus brazos, mi vida.
Yo te los daré llorando
Para estrecharte otra vez
Sólo Dios sabe hasta cuando.

3171- Con el de malas costumbres


Nunca trato has de tener
Que un hombre malo y vicioso
A ciento suele perder.

3212- El amor es un bichito


Que se mete donde quiera
Y en llegando al corazón
Ninguno lo saca afuera.

3214- El amor y las flores


Son parecidos
Porque ambos necesitan
Riegos seguidos.

3222- El limón debe ser verde


para que tiña morado
El amor, para que dure
Debe ser disimulado.

3264 -Infeliz del viajero


Que de su prenda se aleja
Por más honrada que sea
No la halla como la deja.

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3270 - La mujer como el caballo
En la raza está el valor
Buena madre, buena hija
Madre mala, hija peor.

3390- Yo vide una hermosa planta


En un instante brotar,
Y vi que una mala lengua
Al punto la hizo secar.

3411- Amushina buena tierra


Y Moicán para llorar
¡Ancotilla de mi vida
Que no te puedo olvidar!

3412- Anillaco es buena tierra


Aminga es malva de olor
Pinchas un ramo florido
Y Chuquis rosa en botón.

3463- En el pago de abajo


Nadie se libra
Está con la algarroba
Cimbra que cimbra.

3472- Echen vino y echen borras


Dijo Jacinto Baigorria
Me gustan las empanadas,
Pero de esas que se chorrian.

3485- La costa con Udpinango

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Trabajan en sociedad
La Costa pal aguardiente
Udpinango pal chañar.

3504- Lo primero que ofrecen


Los de Anjullón
Una bolsa de pasas
Dos de pelón.

3538- Patayaco es lindo


Chima es mejor
Y La Plaza tiene
Su ramo de flor.

3457- ¿Qué quieres que te traiga


De Catinzaco?
-Unos quesillos duros
Charqui i guanaco.

3549- ¿Qué quieres que te traiga


De Las Campanas?
-Un atado de nueces
Otro i manzanas.

3561- Señora, yo soy un pobre


Oficio de platería
Si quiere que le haga un jarro
Déme la chafalonía.

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JOAQUÍN V. GONZÁLEZ (1863-1927)
Posiblemente el riojano más ilustre y talentoso de todos los tiempos.
Nació en Nonogasta, Dpto. Chilecito. El Dr. González fue diputado,
gobernador, senador; ocupó las carteras del Interior, Instrucción Pública
y Relaciones Exteriores. Redactó la nueva constitución de la Provincia,
las reformas al Código de Minería y el Código Obrero. Fundó la Uni-
versidad de La Plata, siendo su primer presidente.

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Mas no magna sonata de estas ci-
todo es mas:
tristeza, porque en las grietas y en
ni dolo- los charcos ríe
la musa cósmica, que esparce
el alma
en sartas de sonidos, como
gotas
de agua fresca dispersas por
el viento.

– OOO –

III
res, EL NOGAL APALEADO
en la
26
Miembro de diversas academias internacionales, recibió numerosas
distinciones. Sus obras completas han sido reunidas y publicadas por
el Congreso en veinticinco tomos, clasificadas en jurídicas, políticas,
educativas y literarias. Su libro más conocido: «Mis Montañas».
II
LA SONATA DE LA CUMBRE

Y esto diciendo, empieza la gran Mima,


cual si de un órgano la llave de oro
poseyese, a exhalar de su garganta
los más bravos acordes, los arpegios,
aires nativos y exóticas, rumores,
susurros, gritos, trinos y graznidos,
sones graves y agudos, fugas leves,
solos dolientes y solemnes coros
de torcazas y ranas; cuchicheo
coreado de jilgueros y canarios
que comentan la sacra melodía
del viento y de las ramas, que se quejan
de indecible dolor; y allá, muy alto,
como la confidencia de las rocas,
con timbre de cristal, la gota de agua
canta el secreto de la negra gruta.

-¿Oyes, poeta, ese doliente duo


de amor que, tiernos, riman dos zorzales
desde una a la otra falda? Son los novios
del valle, que de la nueva primavera
aguardan... Y ese íntimo lamento
de dos notas, del eco repetidas,
es de la triste, inconsolable «viuda»,
que llama sin cesar su esposo ausente
que nunca volverá ¡oh, nunca, nunca...!

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entre doliente e irritado:
-¡Pero bárbaros! ¿Por qué me apaléais de este modo? ¿Así me
pagáis el alimento y la sombra que hace años os regalo?
Y ante la sorpresa y el espanto de sus verdugos al oírlo hablar,
el árbol concluyó:
-Si al que trabaja y produce para vuestro sustento y comodidad
lo maltratáis, y creéis por la violencia arrancarle mayor esfuerzo
y rendimiento, sois unos ignorantes y unos perversos, porque
ni los hombres libres, ni los esclavos, ni los animales, han dado
nunca más por ser más castigados. Todos tenemos una vida y un
alma que necesitan el cuidado del amor y de la ciencia. Si no nos
tratáis bien por amor o caridad, como iguales, hacedlo por vuestra
conveniencia, y seréis así más justos y felices.

Por cálculo ser buenos, nada empece,


ya que no por amor del que padece.

De «Fábulas nativas»

– OOO –

Vidalita
Flor de los cardones
Vidalita
Blanca como el lirio
En lecho de espinas
Vidalita
Sufres tu martirio.

28
E´l tronco suo grido: «Perche mi schianti?»
Inf., C. XIII, 33

En cierto pueblo de la montaña, unos paisanos tenían un Nogal


corpulento y frondoso, el cual les daba para vivir un año con la
suficiencia de los pobres.
Ningún cuidado, a no ser un escaso y tardío riego, dispensaban
al generoso y paciente árbol, y además, para cosecharle su fruto,
se armaban de largos garrotes con los cuales castigaban sus gajos
y hacían caer en confusión, junto con las nueces, las ramas extre-
mas y lozanas.
En uno de esos años comenzó a notarse una gran merma en la
habitual abundancia de la cosecha; y creyendo los dueños que ella
se debía a que no lo castigaban bastante, la emprendieron con él
a palos, con tal furia que no tardó el Nogal en quedar convertido
en un esqueleto.
Fue entonces que, por una de sus heridas abiertas, les gritó,

Como canta el ave Como reina viuda


Vidalita Vidalita
Donde está su nido. Lloras tu amor muerto
Yo canto tus penas Y a tu voz responde
Vidalita Vidalita
¡Oh suelo querido! La voz del desierto.

Es tu voz el eco En tus ojos negros


Vidalita Vidalita
Que llevan los vientos De negro profundo.
A cantar al mundo De amor ignorado
Vidalita Vidalita
Tus padecimientos. Se estremece un mundo.

Deja que te cante


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Eterno el dolor. un vencido, ni un amargado por
derrota ninguna: a mi no me ha
Solitaria y pobre derrotado nadie; y aunque así hu-
Vidalita biera sido, la derrota sólo habría
Reina dolorida. conseguido hacerme más fuerte,
¡Oh Rioja del alma! más optimista, más idealista;
Vidalita porque los únicos derrotados en
Amor de mi vida. este mundo son los que no creen
en nada, los que no conciben un
ideal, los que no ven más camino
– OOO – que el de su casa o su negocio,
y se desesperan y reniegan de sí
Lección de mismos, de su patria y de su Dios,
si lo tienen, cada vez que les sale
Optimismo mal algún cálculo financiero o
político de la matemática de su
Ya véis que no soy un pe- egoísmo. ¡Trabajo va a tener el
simista ni un desencantado, ni Enemigo para desalojarme a mi
del campo de batalla! El territo-
puedo fatigar, desconcertar, desarmar
rio deymianiquilar al adversario,
estrategia es infinito, y
obligándolo a recorrer distancias inmensurables, a combatir sin
comer, ni beber, ni tomar aliento, la vida entera, y cuando se acabe
la tierra, a cabalgar por los aires sobre corceles alados, si quiere
perseguirme por los campos de la imaginación y del ensueño. Y
después el Enemigo no puede renovar su gente, por la fuerza o por
el interés, que no resisten mucho tiempo, y entonces, o se queda
solo, o se pasa al Amor, y es mi conquista, y se rinde con armas y
bagajes a mi ejército invisible e invencible.

Fragmento de una página del discurso de Joaquín V. González.


«La Universidad y el alma argentina»
(18 de setiembre de 1918)

30
Vidalita
Deja que te quiera.
Deja que te inmole
Vidalita
Mi existencia entera.

Llaman los zorzales


Vidalita
A sus compañeras
Y las llantas gimen
Vidalita
Sobre las laderas.

Todos ¡ay! aguardan


Vidalita
Un día de amor.
Sólo en ti parece
Vidalita

31
PEÑALOZA
(1879-1975)
GABINO Nació en Mendoza, vivió algunos años en
Bs. As. y posteriormente se radicó en Chilecito
donde formó su hogar. Ha publicado «Can-
tares», «El profeta indio», «Canción de mis
canciones». Pero a él se le conoce universal-
CORIA mente por la letra del tango «Caminito». Otra
obra musical exitosa, ésta a nivel nacional, la

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letra de su tango «El Pañuelito», con música de Juan de Dios Filiberto.
Vivió hasta los 96 años.

SERRANILLA

Sobre unas piedras sentada


pulsando su guitarrita,
con voz suave y entonada
cantó así la serranita (...)
Sólo el que sufre se apiada
de las desdichas ajenas;
¿quien sofocará este incendio?
tuy, que me quema. (...)
Cuando terminó le dije,
tomándola de sorpresa,
¡quisiese apagar su fuego,
vidita, si usted me deja! (...)
Contestó al irse la moza,
con su parla lugareña:
¡Gua! yo i cantao pa mi sola,
no pa los tontos de ajuera.

(de «Canta-
res»)

Sólo tu vía láctea que es acaso,


madre de ubres repletas
madre cuyos pezones paso a paso
van goteando planetas.
Sólo encontré tus Osas, que parecen,
irradiando arreboles
boleadoras monstruosas que quisiesen

33
y que el tiempo nos mate a los dos!
«Cantares», 1939
EL PAÑUELITO

El pañuelito blanco
que te ofrecí,
bordado con mi pelo
fue para ti
los has despreciado
y en llanto empapado
lo tengo ante mi.

Con este pañuelo sufrió el corazón


con este pañuelo perdí una ilusión;
con este pañuelo llegó el día cruel
que tu me dejaste gimiendo con él.

El fiel pañuelito conmigo sufrió,


el fiel pañuelito conmigo quedó;
el fiel pañuelito conmigo ha de ir
el día que acabe mi lento sufrir.

Este pañuelito fue


compañero de dolor;
¡cuántas veces lo besé
por aquel perdido amor!

Bordado en él tu nombre está


y lo llevo siempre aquí;
¡cuánta pena que me da
recordándome de ti!

34
bolear tus propios soles.

(de «El profeta indio»)


CAMINITO

Caminito que el tiempo ha borrado


que juntos un día nos viste pasar;
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.

Caminito que entonces estabas


bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.

Desde que se fue


nunca más volvió;
caminito amigo
yo también me voy.

Desde que se fue


triste vivo yo;
seguiré sus pasos
caminito, adiós.

Caminito que todas las tardes


feliz recorría cantando mi amor;
no le digas si vuelve a pasar
que mi llanto tu suelo regó.

Caminito cubierto de cardos,


la mano del tiempo tu huella borró;
¡yo a tu lado quisiera caer,

35
ZACARÍAS

« L a AGÜERO
canción de mis cancio-
nes», 1939
VERA
(1886-1943)
JUAN Nació en Ontiveros, llanos de La Rioja.
Político (diputado, gobernador, ministro),
jurista, educador, historiador, escritor, poeta,
investigador, periodista -publicó en La Prensa,
La Nación, Caras y Caretas, El Hogar, Mundo
Argentino-.
En vida editó un solo libro, «Las voces
del camino». Póstumos aparecieron «Cuentos
populares», «Divinidades Diaguitas» y «Fábu-
las». Queda una obra de más de treinta tomos
de sus obras completas, de antropología, historia, folclore, teatro,
visto el éxito que han poesía, novela; traducciones. Urge una edición
36
obtenido las ya publicadas. Hombre de notable erudicción. Sus creaciones
«La nieta del sol» y «Los ojos de Quiroga» fueron difundidos durante
largo tiempo por Radio El Mundo y publicadas en folleto por Mundo
Argentino, 1937.
LOS PERROS DEL CAMINO
-1923-

Iba por el camino un Caballero


llamado por el Rey urgentemente,
cuando acertó a pasar por una aldea
con una calle larga, de tal suerte,
que no acababa nunca. Y para más,
de cada casa, para detenerle,
salían a su encuentro muchos perros
a cual más ladrador y más enclenque.

Los quiso castigar, en un principio,


mas luego recordó, oportunamente,
la urgencia de su caso y despreciando
a la turba canina siguió siempre
adelante, y bien pronto oyó, a lo lejos,
que seguían ladrando los lebreles...

Y si quieres, lector, la moraleja:


¡Cuántas veces los perros nos detienen!

– OOO –

LUZ DE FÓSFORO
-1931-

Mientras estaba en la caja

37
su cháchara picaresca.
No quiso el Mono ser menos,
pero le faltaba tema
y, espigando en campo ajeno,
aderezó una comedia,
o mejor, una revista
de a tres por cuarto, de esas
que agotan boleterías
a la par que la paciencia.
Y dicen que todos triunfaron
en el mundo de las letras,
porque al escribir ponían
el trigo de su cosecha,
menos el Mono porque nada
florecía en su cabeza!

Y yo colijo de aquí
que escribir sólo debiera
el que sabe y el que puede
desarrollar una idea!...

– OOO –

PUPÚ... PUPÚ!...
-1923-

Pupú!... pupú!... lloraba la Paloma


en la copa de un tala que cubrían,
como una lluvia de granitos de oro,
los olorosos frutos.
Una Golondrina,
que pasaban fugaz, ante el doliente

38
el Fósforo no brilló,
pero pasó buena vida
mezclado con el montón.

Pero un día lo encendieron


y alumbró su consunción
y arrojado por los suelos
una escoba lo barrió.

Yo conozco mucha gente


que dio luz y se apagó
y al instante que asomaron
terminaron su misión!

– OOO –

EL LIBRO DEL QUIRQUINCHO


-1931-

Escribió un libro el Quirquincho


hablando de sus cuevas.
Emuló a los animales
aquel escrito de imprenta
y cada cual se propuso
editar lo que supiera.
Líricamente cantaron
los Zorzales sus endechas
y lloraron sus amores
las Palomas, en cuartetas.
El Zorro escribió sus fábulas,
el León, estrofas épicas,
y hasta la Chuña hilvanó

39
y preguntó el porqué:
-¿Lloras por tus hijos?
-Mis polluelos disfrutan la caricia
del padre sol!
-¿Tu compañero ha muerto?
-Vivo en su amor, amiga.
-¿Faltan, acaso, para tu alimento
azucaradas frutas y semillas?
-¡Abundan en el bosque!
-¿Porqué lloras,
como al influjo de dolientes cuitas?
-¡Porque ese es mi destino!...

Y dijo entonces
como una conclusión, la Golondrina:
-El que nace llorón, llorón se muere,

40
que lleva, por adentro,
su desdicha!

ARTURO
MARASSO
(1890-1969)
Nació en Chilecito. Unico riojano
distinguido con el Gran Premio de
Honor, de S.A.D.E. Su erudición fue
extraordinaria en Literatura francesa,
española, latina, griega, americana y uno
clamor paró de los profesores de letras más ilustres
sus alas fugi- de su tiempo. De su bibliografía: Bajos
los astros, La canción olvidada, el Dr.
tivas
Joaquín V. González, Presentimientos,
Estudios Literarios, Paisajes y elegías,
El verso alejandrino, José Enrique Rodó,
Poemas y coloquios, Hesíodo en la lite-
ratura castellana, Retorno, El coloquio
de los centauros, La creación poética y
otros ensayos, Luis de Góngora, Fray
Luis de León, Cervantes y la invención
del Quijote, Lejanías, Melampo, Rubén
Darío y su creación poética, La antología
griega en España, Cervantes y Virgilio,
Homenaje al poeta, Joaquín V. González
el artista y el hombre, Simplemente poe-
mas, Poemas, La mirada en el tiempo,
El pensamiento secreto de Mallarmé,
logía poética de Rubén Dario, Poemas de integración, Joyas de las
Antología de la poesía lírica islas, Libro de Berta, La rama intacta,
Otras poesías, Antología poética, Anto-
41
Ya ha sonado terrible del desengaño la hora;
todo se va al olvido y nuestra vida es breve,
hay un día en que el alma toda es hecha de aurora,
mañana será toda de lobreguez y nieve.

¡Y esta calma de otoño y este cielo tan puro,


estos negros pinares y el álamo que suena,
el peñascal que asciende entre el boscaje oscuro
y el gemir de las hojas con mi lóbrega pena.
¡Cada día una boca que nos habló, se cierra;
cada día unos brazos amantes se hacen yertos,
y unos ojos divinos reposan bajo tierra;
y nos van enterrando cada día los muertos!
Solo estoy en la sombra de la tarde callada;
lleva hojas amarillas con mi esperanza el viento,
¡para siempre el instante del amor ha pasado,
en lo vano de todo muere mi pensamiento!
-Mira en ti -dice el alma-, tus divinos edenes,
la serpiente del odio y el Satán rencoroso,
no mancharon los frutos de los eternos bienes,
del amor los custodia el Angel luminoso.
En los oscuros montes nace la luna clara,
largos claros de luna brillan en el camino,
¡pero mi paso lerdo ya en la noche se para
y ya entregarse quiere al sueño del destino!

– OOO –

DICHA

42
española, Estudios de Literatura castellana, Antología didáctica de la
prosa española.
Su libro más difundido: La mirada en el tiempo. La Universidad de
La Plata editó el primer volumen de sus obras completas, 1984.

NIEVA...

Nieva afuera; las brasas del hogar


se cubren sutilmente de ceniza
blanca; el sedoso gato se ha dormido
al calor del rescoldo; vieja Biblia
yace olvidada en el sillón vacío;
y me digo: que dulce es la visita
del invierno, en la casa en que nacimos,
cuando congrega el frío a la familia
en torno del hogar, y un vago ensueño
su suave seda de ilusiones hila
en el sosiego de las mansas horas.
En mi el mundo florece; y yo quería,
ayer, labrar estrofas que no mueran,
sin ver que sutilmente la ceniza
cubre la brasa... Pero, seré todo
para ti, poesía...

– OOO –

ALMA Y OTOÑO

También, ¡oh!, viejo otoño, nos iremos un día,


caen las secas hojas de la alta selva añosa;
y de lo hondo del bosque llega vaga elegía
de hojarasca, de viento, de música llorosa.

43
AÑORANZA

Lloviznó todo el día... Con la noche que llega


la garúa persiste. Todo calla, no hay viento;
al silencio la frente dolorida se entrega,
y nos fluye del alma cálido arrobamiento.

La llovizna, al oído, dice cosas calladas,


su quietud nos envuelve, de añoranza y de paz;
surgen borrosas, tímidas, de la sombra, las hadas,
que vimos en los días de la niñez fugaz.

Esta es mi vieja casa donde mi ayer despierta


con el alma radiante de la esperanza ilusa,
donde erigí el santuario de la ilusión ya muerta,
en cuyos áureos pórticos hubo más de una musa.

Aquí flota el cariño piadoso de la abuela


que duerme en esta noche, en la tumba callada,
mientras leve garúa su visión me revela
sonriéndome en los días de la niñez pasada.

¡Fue mejor ese tiempo que se extinguió, poeta!


¡Fue mejor ese tiempo que tuvo olor de azahar,
que esta vida sonámbula, recóndita y secreta,
que palpita en borrascas como si fuera el mar!

Salas viejas, henchidas de memorias sagradas,


con moblajes antiguos de bronceado color,

44
Dichoso aquel que vive en mansión heredada,
oye cantar los tordos que escuchó cuando niño;
ve llegar los inviernos entre lluvia y nevada
y siente el mismo acento de familiar cariño.

En la noche, en sosiego, a media luz, en torno


de la mesa, o la lumbre, se conversa, en voz tierna,
de un viaje, de un recuerdo, -de una ida sin retorno
hace ya veintiocho años-, a la mansión eterna.

Triste lágrima asómase y ocúltase medrosa;


recuérdase la historia de la aldea, el pasado
tiempo de la familia, la niñez bulliciosa,
y se ve lo futuro al ayer arraigado.

Se lee el viejo libro con reposo, alguna hoja


anotaciones lleva del padre o del abuelo;
a veces una lágrima casual el texto moja
y se encuentra en las dulces páginas el consuelo.

El antiguo reloj de la pared aún suena:


vienen los largos días de estío, o el invierno;
son las noches oscuras o ya de luna llena;
aunque los años vuelven todo parece eterno.

Feliz aquel que vive en mansión heredada


con fontanares y árboles al pie de una colina,
y del otoño lánguido en la tarde nublada
ve rodar por los campos la lluvia y la neblina.

– OOO –

45
os dejó ya con nada llenar pudo, esa ausen-
la muerte, cia, el amor.
tristes, des-
habitadas,
De Obras Completas
ARTEMIO
MORENO
Nació en Olta. Criminalista, se desempeñó
como juez en Bs. As. De notable erudición;
poeta, ensayista, cuentista. Escribió alrededor
de veinte libros. Algunos títulos: Labor de
ritmo, Niñez abandonada y delincuente, La
justicia de instrucción y la ley positiva, El sen-
timiento en la vida y en el arte, En torno a Mau-
pasant, Ojos
46 alucinados, Parábola del tiempo,
Balzac, El mundo de la comedia humana, De
Stefan Swig a Maritain, Doctrina y práctica del procedimiento penal,
Teoría legal del cuerpo del delito, Interrogatorio judicial e himnotismo,
El procedimiento penal, La naturaleza, el trabajo y la técnica, El espíritu
de la ciudad, La novela de América, Sus últimas poesías (póstumo), 1963,
dedicada a los pájaros.

LLUVIA
(fragmento)

Se oye el trueno imponente, y es un látigo


que castiga los ojos, el relámpago.
El orbe diluvial y apasionado
se coloca al servicio de la lluvia.
Nada más que al servicio de la lluvia.

Y ahora se hace el pródigo milagro,


con la elegante ondulación del árbol.
En la danza salvaje de los vientos.
Se desliza en frescuras
la fortaleza de agua de la lluvia,
llevando por los valles y los cerros,
las faldas y las cumbres,
el poema deshecho de las nubes.

Es la lluvia celeste y prodigiosa,


la lluvia panorámica
volando a la deriva de las ráfagas,
entre una vasta confusión de hojas.
La comarca
bajo el encaje unánime del agua.
El cielo ornamental... toda la altura

47
Especie de Don Juan entre las aves.

De la Hora Confidente, 1948

– OOO –

EL QUEBRACHO

Las leguas mártires, la sed del hombre;


el caracol inmenso del camino,
y el errante avatar del campesino...
Todo está dicho con tu solo nombre.

Retienes la medida del paisaje.


La calidad del verde en su pintura.
Padre nuestro que estás en la llanura,
con la gran bendición de tu ramaje.

Desde tu hermosa voluntad troyana


conquistas el rubí de la mañana,
-virgen de luz que en tu vigor se asombra-

Detallas con la tarde tu elegancia,


y en las noches de luna, a la distancia,
presentas la escultura de tu sombra.

De la hora Confidente, 1948

– OOO –

EL ASNO

48
en diapasón y estética de lluvia.

En todas partes, la visión del agua.


Sobre el ave
que busca protección en el ramaje,
sobre las grandes bestias, que asombradas
asisten a la génesis del agua.
Y la intensa llanura
se transforma en imagen de la lluvia.

(de La Hora Confidente, 1948)

– OOO –

EL ZORZAL

Bohemio que a la aurora se adelanta


para labrar la propia pedrería,
y que en las rubias máquinas del día
tuesta al sol el maíz de su garganta.

En vuelo varonil llega y encanta


la romántica paz de la alquería,
cuando hace él solo toda la armonía
que diviniza el árbol donde canta.

Ser auténticamente fugitivo.


Sabio en amor y en la conquista altivo,
sin la noción de los deberes graves.

Puro resorte y puro movimiento,


artista del placer y del momento.

49
Con ahorro de gracia y escultura
todo lo hizo en él la economía,
disponiendo al final de la osatura
dos orejas de enhiesta simetría.

Su suerte, despojada de alegría,


solo le ofrece pan de desventura,
y en su apariencia -polvo y lejanía-,
parece el borrador de una figura.

Cristianamente adscripto a la penuria,


recibe los guijarros de la injuria,
fiel a los dogmas de la no-violencia.

Su carácter lo debe al ascetismo.


Son sus costumbres, joyas de estoicismo,
y sus actos, modelos de paciencia.

50
De la Hora Confidente, 1948.

CESAR JESÚS VELÁZQUEZ


Nació en Chañar, Dpto. Gral. Belgrano, en 1896. Dr. en Ciencias
Sociales. Codirector de la revista «Nativa» conjuntamente con Díaz
Usandivaras. Publicó en Caras y Caretas, Mundo Argentino, La Prensa,
Clarín, etc. Es autor de Moradas de poetas ilustres, Sinfonías líricas
y cánticos rústicos y una Antología poética con que Edit. «Claridad»
inicia «Modernos de la literatura mundial». Distinguido en su país y en
el extranjero.
mustio y caviloso,
emprendí el repecho
AL TROTE del cerro escabroso.

Por vino y por queso, Desde las alturas


por aloja y miel, miré la hondonada,
y me fui por eso, las vastas llanuras,
me fui hasta Jagüel. la tierra quebrada.

Crucé los malditos Entre mil reflejos,


páramos de sal, su línea cambiante,
de los Telaritos mostraba a lo lejos
hasta el Chamical. la aldea distante.

Cardones resecos ¡Todo era pequeño:


y verde pichana la gloria, el soñar...
cubrían los huecos y hasta el mismo empeño
del sapo y la iguana. de tanto bregar!

Y de trecho en trecho, Cumpliendo mi sino


51
ranchos y más ranchos me fui hasta Jagüel.
vi en Talamuyuna.
(De Antología Poética,
Fraguaba la mina 1968)
su oda pastoril
en el Famatina
JULIO ORTIZ
del cable-carril. Nació en Olta. Poesías suyas
aparecen en «Los mejores poetas
La acequia tejía de la Argentina» (1940), por Eduar-
su endecha en rumor do de Ory, España, junto a Bufano,
con la melodía Nalé Roxlo, Belisario Roldán,
del naranjo en flor. Fernández Moreno, etc. Publicó
«Canción de amor y fuerza».
En los deslumbrantes
huertos de hermosura,
las pomas radiantes
me dieron hartura. ORACIÓN DE LA MAÑANA

Chañar y mistol Oh luz, prodigio-


yo tuve en Guanchín, sísima, dorada
y en el Guandacol, lluvia, en la dulce
molle y piquillín. y juvenil campiña,
regio sol que esta
Por Cuesta de Huaco diáfana apoteosis
con trote zumbón, de esplendor di-
traspuse Anillaco, vinal y primavera
entré en Anjullón. como un dios
presidís, oh claro
Por vino y por queso, cielo,
por aloja y miel, oh cielo todo azul
yo me fui por eso, de las canciones;
monstruo inmenso de paz,

52
de andar con premura,
sin perder el tino
bajé a la llanura.

La huella del carro


se alargaba igual,
y encendí el cigarro
con el pedernal.

Bravía jornada
de Ulapes a Chepes,
una que otra aguada
de Anzulón a Nepes.

Bailamos un gato
de muchas maneras
en el Garabato
y en Las Cortaderas.

La carga de tuna,
de arrope y de pan,
la vendí en Catuna,
Talva y Malanzán.

A campo traviesa,
sin parar en nada,
llegué a la represa
con mula cansada.

Cuervos y caranchos,
reflejos de duna,

53
tendéis el ala y erigís el canto;
oh libébulas mágicas en ronda
sobre el rosal en flor, fiesta de lumbre,
y oh rosa, pudoroso astro de mieles,
copa de luz y aroma de los dioses...
¡Naturaleza elísea, áurea jocunda:
infundid en las almas, bien sereno:
dadnos fe, luz, amor, gracia, templadnos
para el triunfal, supremo advenimiento
de la Justicia y la Dulzura hermanas,
para la excelsitud de la armonía,
para el reinado ideal de la alborada!

– OOO –

ENVIO

¿Por qué esta claridad y estos aromas en el viento...?


-¡Ah, sin duda es que te asomas!

Cuando el prado te ve, cae en asombros


y el cielo, da a la altura de tus hombros.

Vuelan en torno tuyo mariposas


con el amor con que van junto a las rosas.

Hasta la bestezuela asustadiza


lame el guijarro que tu planta pisa.

Como las barcarolas de una fuente


tu voz, es toda música inocente.
54
montaña enorme
defendida de abismos y brisada
por el fragor de bosques seculares;
oh curva en flor que en el confín sonríen
los alcores color de primavera;
oh adorada de ojos besadores
como un iris gentil, pura y hermosa;
oh perfumado sonreir de niños,
alegrías del alma, olor de huerto
en las ondas del aura y el murmullo
de la casta corriente y de las folias;
oh, pájaro pueril, músico y mago
que al despertar glorioso de las albas,

55
ojos
¡Oh el ful- y el ungimiento de tus labios
gor embru- rojos!
jante de tus
Con rumbo a tu casita de las
lomas
corta el azul un bando de palo-
mas...

En los pliegues del aire, lee el


mensaje
que te envía mi alma en su len-
guaje...

(De los me-


56 de la Argentina)
jores poetas
ALBERTO G.
OCAMPO (1901-1979)
Nació en Sañogasta, Dpto. Chilecito. Juntamente con González, Ma-
rasso, Coria Peñaloza, Amatte, -entre otros- Ocampo formó parte de esa
época gloriosa de Chilecito. De su biografía, tanto édita como inédita:
Preludio en la montaña, Natal, Joaquín V. González en la intimidad, Las
almas de Kuntur, La canción de los valles, El pensador de Samay Huasi,
El milagro en la tradición. Canto ante el mundo. Sus hijos han comenza-
do la edición de sus libros inéditos, anunciándose entre otros: Audición
lírica, Lugareñas, El llanto de las cumbres, Libro de los milagros, Elogios
del niño al niño, El verbo alentador, Libro de la superstición, Cuartillas
varias, Crisol, etc.

EL AGUA DE LA ACEQUIA
(Fragmento)

Por la boca angosta y curva de la acequia, entra y se afana


en medir los ritmos bruscos de su canto incomprendido;
por la boca de la acequia va tejiendo el filigrama
musical de su voz múltiple en su múltiple latido
y así grita, gime, llora, canta, silba, sibilina,
quieta un punto, viva y loca cien mil veces.
¿Qué nos dice? ¿De qué parla? ¿Qué palabras articula?
Son fugaces sus vocablos mientras corre, mientras va...
mas, queriendo que la escuchen en sus pláticas, ulula;
-A mis linfas, a mis ondas, nadie, nadie detendrá...
cuando a un tiempo se arrepiente... e impaciente
profundiza y nos confunde con su glu li blo lu la...
Prima el verso incomprensible con la noche silenciosa,

57
Yo sumaré tus íntimos agravios
y restaré de tu cariño entero.
¡Evita en todo tiempo que mis labios
tengan que darte un resultado: cero!

De «Canto ante el Mundo»,


1978

ANGEL MARÍA VARGAS (1903-1976)


Rosarino, se afincó y formó su hogar en ciudad de la Rioja. Ocupó
varios cargos políticos. Como periodista fundó y dirigió el periódico «La
Rioja» por espacio de veinte años, y la revista «Don Joaquín». Como
cuentista, su cuento «El delantal» fue premiado por «La Prensa» entre
unos tres mil escritores y «La felicidad» entre mas de cuatro mil.
Su único libro, «El hombre que olvidó las estrellas», fue galardo-
nado por la Comisión Nacional de Cultural. Un libro digno de las más
exigentes bibliotecas. Dejó alrededor de 33 cuentos, unas 150 poesías
inéditas -algunas de las cuales ya fueron editadas- 67 lecciones para la
educación primaria y numerosos trabajos literarios.

DOLOR DE LA NOCHE

58
y sus voces son entonces un murmullo undisonante
que trasmonta los espacios como el Ave religiosa
del divino Kúntor nuestro transformado en hierofante...
A su paso fugitivo y penetrante se reanima la floresta:
surge el brote, triunfa el germen y revientan los capullos...
a su paso penetrante y fugitivo que divinamente gesta
otra vez armonizando sus bucólicos murmullos,
nuevamente departiendo con la noche y el azul,
e indecisa entre clamores y entre júbilos y arrullos
otra vez descomponiendo su bullir en bul... bul... bul...
Por la boca de la acequia, rápida, épica, sin calma
viene, llega, pasa, sigue, va la lengua de la nieve...
como el agua de mi llanto... por los surcos de mi alma
como el agua de mi llanto... clara o turbia, lenta o leve...
ARITMÉTICA DE AMOR

Multipliqué mis años que son pocos


por los dolores que sufrí en la vida,
y resultó el producto de los locos
amores de mi senda recorrida.

Hoy divido el producto ponderable


por la cifra de muertas ilusiones,
y brilla por cuociente tu inefable
amor que es unidad de mis canciones.

Oyes, lo sé; ms piensa en tu quimera


que aún faltan dos pasos positivos.
Pues en lides de amor, cuando él se altera,
se suman muertos y se restan vivos.

59
Pues mi gran dolor es no tener palabras
Para decirle a la eternidad
Como es este mar, cuyos peces son estrellas,
Y que tengo encerrado en mi esqueleto.

La Rioja, febrero 13 de 1958

– OOO –

ALGARABÍA

Cuando mi vida ruede bajo las raíces


De los muchos árboles aún sin nacer
Y en el rocío que todavía no está en la nube
Pues circula enlutado bajo tierra
Se acumulen las innumerables fuerzas que pugnan por ser
Infinitamente puras, infinitamente ciegas también.

Cuando mi vida vuelva al germen y descanse


Y muchos siglos vengan a borrar mi fatiga
¿Cómo lucirán los pájaros sus cantos?
¿Cómo sembrarán su algarabía?
¡Llevando en sus picos un grano de sol!

Mi voluntad dispersa bajo la tumba


Sólo ansiará ser flor y fruto y un poco de recuerdo.

– OOO –

60
Viene la mañana convocando pájaros.
Por eso la noche le devuelve sus ríos
Y el pasto fresco y todos los árboles del mundo.

Pues el gran dolor de la noche


Es no ser la dueña eternamente
De los pájaros, los árboles, los ríos
Y la yerba que siempre está naciendo.

También yo estuve en la noche


Y voy hacia tí, mañana candorosa,
Con los hombros cubiertos de crespones
Y los pies calzados con tinieblas
A vivir en tu vientre dorado
Tu vientre... el nido del sol.

Voy hacia ti, colgada la muerte a mi espalda


Y soy eterna por un día
Y comparto tu imperio de ramas floridas
Cúpulas de palomas
Y besos que es necesario sembrar
Sobre los senos de las muchachas inéditas.

Vibrante estoy, mañana mía.


Asómbrate. Yo tengo un mar aquí en mis venas.
Y en el hueco de mi esqueleto.
Quiero que te mojen mis espumas
Y quiero que lo proclames en los mil cielos
De la eternidad.
Quiero que lo digas con tus voces,
Tan maravillada como yo mismo,

61
no somos más que voces,
Aunque fuera de bronce nuestra carne
y nuestros gestos de mármol perpetuados,
toda esa fugaz eternidad
no sería más que polvo de carcoma,
arenilla ruin y humo de leños podridos.
Pues sólo voces somos.
Quien no quiso decirlas,
nunca nació.
Nunca amó sus manos doradas por el sol

62
Dibujo:
Xenón Molina

ni cayó de rodillas ante


CLARA UNA VOZ unos labios frescos,
ni vio sonreir a Dios
... Porque, tras una lágrima.
en verdad, Una vez. Nada más.
Conténtate con eso,
pues solo ella es la que
perdura,
ella la que aleja el ce-
menterio
y hace crecer tu esta-
tura, eternizar los días.

63
La voz que corre por el mundo, sin años
y sin leguas y sin nada que sujete al tobillo.
Pero antes hay que ser carne y dolor
y esperar.

HORACIO
ORTIZ
Nació en La Tacanita, Dpto. Gral. Ocampo. Al fallecer su padre se
trasladó a Córdoba donde formó su hogar.
A la muerte de su esposa y uno o dos de sus hijos, regresa y vive so-
litario, ya octogenario, escribiendo sus coplas. En vida publicó «Coplas
al son de mi caja» con el seudónimo Horacio de La Rioja.
De él poseemos un par de obras inéditas: «La paloma enamorada» y
«La copla de Horacio».
COPLAS

En coloquio con la cabra


cuando mi mano la lecha,
en el aire anda la endecha
y el ángel en la palabra.

Arroja hígados afuera


machaca sobre el mortero
mientras te canta la esfera
llenando de luz tu cuero.

Canta y canta la cigarra


y con ella el mundo entero.
Ponele encordado al cuero
y salís hecho guitarra.
64
Arrojé todas las llaves
cuando borré mis dolores
y solo quedé con flores
y solo quedé con aves.

Lo mismo que el animal

65
-para que
aumente la
cría-
cada copla
va al corral
ya puesta
la marca
mía.

66
Duerme el chingolo en la rama,
parece que alquila el pobre.
Si yo tuviera otra cama
no pagaría ni un cobre.

Gastándolo al pobre día


yo voy a lomo de burro
y escribo la poesía
apenas en un susurro.

JORGE
CASTELLANOS
(1910-1966)
Fue premiado por la Comisión Nacional de Cultura y en los Juegos
Florales de 1947 por su «Canto a La Rioja». Con su trabajo «Asedio a
la ciudad» pasó a formar parte de la Junta de Historia y Letras. Dejó
inédita «La epopeya gallarda y andrajosa».
Colaboró en teatro con Victor M. Cáceres.
CANTO A LA RIOJA
(fragmento)

A una orden de Velasco, la Sébila selvosa


abandonó la tropa, por senda polvorosa.

Y talando la zarza o allanando el barranco


se encaminó al Llacampis, tras de su ensueño blanco.

Frente a un tajo del cerro, sobre terreno llano,


Ramiro plantó el rollo y extendió el escribano

circunstanciada el Acta, por la que al Nuevo Mundo


67
nacías, Rioxa Nueva, por Felipe Segundo...

Contemplando extasiado las sierras, hacia el cielo


sus quimeras indianas, febril, echaba al vuelo

Ramírez de Velasco. Ese cerro, algún día,


por gloria bien ganada su nombre llevaría,

y a su pie, para orgullo de la Corte famosa,


la Ciudad crecería, del Rey la más fermosa...

– OOO –

FUGITIVO

Cuando masca raíces de este monte


cobro los jugos de mi bisabuelo.
Ya no pretendo sostener el cielo
ni poner vertical el horizonte.

Incapaz de espolear un nuevo apronte


sé que vivo del corte de un anhelo.
El alma mía ya cabalga en pelo
sobre el ala de un roto guardamonte.

Ya nada me amilana ni me espanta.


Traigo solo una brasa en la garganta
que me quema la voz y la atormenta.

Muerto el Chacho, los cantos y las faldas


ponen tiempo de más a mis espaldas
porque marcho detrás de mi osamenta.

68
– OOO –

AMORODIO

El machete alquilón que aquí despena


esta historia brutal de carne rota

69
bor- no sospecha
bota que deja gota
como a gota
igno- tu yugular llo-
ra que viendo por la
arena.

No sabe cuan-
do el cuello te
así no cercena
des- que aliento
inmaterial allí
70
cogota
tu macho manantial no lo encadena.
El Dr. Horacio Luna Dávila na-
Si el odio es ur- ció en Vichigasta, Dpto. Chilecito,
ticante y prepo- y se afincó en Bs. As. Ha publicado
tente Siguiendo mi estrella, Cantos san-
cual salitre por- martinianos, Devocionario -con
prólogo de Canal Feijóo-, El vien-
fiado que apre-
to en el médano, con prólogo de
tuja Carlos Mastronardi- Romances de
su nieve mineral la patria grande, Rioja entrañable,
en la besana La sombra confidente.

tu bramido final
-perdón caliente- RAÍZ
subyace como
napa que arrem- Llano y montaña,
puja fragosa raíz,
las espigas de luz en cuya simiente
de otra mañana. germinó el país.

Fue Ortíz de Ocampo


(de «La epopeya gallarda y andra- primer general,
josa») jefe de Arribeños
de la Libertad.

Don Nicolás Dávila


HORACIO los Andes cruzó,
con pocos riojanos
LUNA tomó Copiapó.
DÁVILA Nombro a Castro Barros
(1911-1998) sabio congresal

71
Vicente Almonacid Artemio Moreno
al mundo asombró, el juez ejemplar;
volando en la noche estilo brillante,
la gloria ganó. honrado, cabal.

Joaquín V. González Doctor César Reyes,


genio montañés. en el Tribunal
Escritor, maestro, brilló la justicia
creador de la Ley. cuando era fiscal.
– OOO –

Dardo de la Vega
el historiador;
el bronce reclama
profícua labor.

Arturo Marasso
con erudición
habla con Homero,
también con Platón.

Todos testimonian
riojana raíz
¿Que mi Rioja duerme?
Déjenla dormir...

(de Rioja entrañable)

72
de la Independencia
que dio Tucumán.

Facundo Quiroga
glorioso adalid;
en toda batalla
emuló al Cid.

Chacho Peñaloza,
valiente en acción.
En La Banderita,
¡qué bella lección!

Timoteo Gordillo
duro trabajó,
hasta que el transporte
la Patria surcó.

Adolfo E. Dávila,
largo editorial
ilustró la cátedra
del diario de Paz.
les...
CAMINO DE LA QUEBRADA sombra de
color ale-
Unas leguas gre,
de silencio, y las men-
algún chan- tadas vainas
go que can- en los días
ta, de cosecha
aromos, cuando los
algarroba- parrones
73
sueñan y el canto
guitarras de vino tinto, quedó apa-
y guapos labriegos bailan gado
amanecidos de zambas... en lecho de
camino de ¡La Quebrada! arena triste,
bordeado
Unas leguas de recuerdos de piedras
unas leguas de aquel llanto altas;
que las acequias derraman mirar curti-
por donde corría el agua, das mujeres
como a los
hombres alientan
luchar en la tierra yerma,
camino de ¡La Quebrada!

74
(1912-1997)

75
Unas leguas de alegrías,
unas leguas en tus ojos
con el pro- ¡La Quebra-
metido cie- da...!
lo;
qué lindo
sería verte (de La Sombra Confidente, 1989)
entre los
– OOO –
b r a z o s
abiertos EL VIENTO EN EL MÉDANO
del aire de
yerbas fres- Arriba,
cas!, en el lomo del médano
como fue la donde el viento
noche aque- abanica
lla pinos,
de tormen- que soledad
ta y viento hay en el aire
fuerte, cuando no estoy contigo!
girando
gastados Entre arena
goznes, y mar
camino de pasaron días de amor,
sin diarios, ni libros...
a veces,

76
jugando
en la playa.
Oh, cielos
de peces y gaviotas!

Buriles
del viento,
borronean
el huecograbado
que en la arena
asoleado estampó
de ternura. tu cuerpo

77
el colorido encaje
de sus alas;
la noche del espacio
se duerme
bajo un cielo huraño
sin sonrisas;
y yo siento
en el pulso de la tierra
que allá, en la cima
del monte de los muertos,
la Fuerza Primigénita
responsable del cosmos
de pie, frente a su obra,
está solo.

III
Intento caminar
tomada de tu mano,
el iluminado sendero
de la bienaventuranza.
Iniciar
la génesis del llanto
y hacer con ella
un nido de ternuras
en donde cobijarnos
cuando la lluvia
nos desborde.
Pero es inútil;
no puedo detenerme;

78
Arriba,
en el lomo del médano,
donde se oye
cantar a los pinos,
y tan sólo
es recuerdo
tu cuerpo en la arena,
se ha quedado
muy triste
mi pena...

(de El viento en el médano,


1968)

HADA
LELIA COUTONÉ DE OCAMPO
Vivió con la poesía hasta su fallecimiento, ya octogenaria. No le
alcanzó la vida para presentar su último libro «El exilio del cáliz».

Dejó otras obras publicadas. Aleluya, Sombras en el agua, etc.

DE LÁGRIMAS Y DE LUZ

I
Se encienden
las luciérnagas abstractas
del planeta;
en la sombra que llega,
un pájaro dibuja

79
En el rostro de cada hombre
arraigado a este suelo,
está reproducido el mío,
moreno.

La misma arcilla nos integra


y son los mismos alfareros,
los que desde siempre nos modelan
por fuera y por adentro.

Cuando la tierra es parte de uno mismo,


pasa y no pasa el tiempo.
Y aunque el destino agobie las espaldas
o sólo muestre un horizonte ciego,
permanece la esperanza conservando
el siempre verde de los viejos sueños.

La inmensidad del mundo cabe


en estos límites estrechos
es su abismo, su estrella
y su desasosiego.

Mansos y humildes para aceptar la suerte,


asoman, en relámpagos de fuego,
entre nieblas de pobreza y borrachera
los diezmados arrestos montoneros.

América está aquí, cabal, auténtica.


Multiplican su rostro los hombres de mi pueblo.
Integralmente,
soy también uno de ellos

80
debo seguir buscando
la huella
de ese pájaro
color de soledad
que en sus alas enormes
se llevó mis silencios.

(de El Libro Compartido)


JOSÉ M.
PAREDES
(1913-1989)
Nació en Nonogasta, Dpto. Chilecito. Cofundador y primer presidente
de SADE filial la Rioja. De un espíritu amplio y generoso. Uno de los
fundadores del grupo Calíbar. Junto con Daniel Moyano hizo sus estudios
secundarios a la edad de sesenta años. Bibl: Alas en el viento, Rioja de
mi canto, Tras la voz la tierra, Rostro de América. Se hace esperar una
reedición de sus obras.

ROSTRO DE AMÉRICA

81
y lo seré redivivo en los
maña- rasgos de la raza,
na para después que me
siempre, haya muerto.

América, nuestra
entrañable Amé-
rica,
está quemándonos

82
por dentro.
¡Quiere aflorar en libertad, la vida!
¡Es la mañana de los tiempos nuevos!

(de «Rostro de América»)

– OOO –

DESVELADO FUSIL
(Primer Premio en poesía del Concurso Nacional de
Poesía y Cuento propiciado por el Inst. Nac. de Serv. Soc.
para Jubilados y Pensionados, 1985).

Yo no sé porque tengo
un fusil en las manos,
un fusil que sostengo
como se tiene a un niño,
entre los brazos.
Puedo preguntarme:
¿Es un fusil, acaso?

83
en mi rostro
Han la- un duro gesto de
brado quebracho.
los días Tras el puedo ocultar
que solamente soy
fusil y un hombre manso.
estar Para empuñar un

84
alerta
decidido a matar, es necesario
un desprecio total por uno mismo;
un odio espeso y bárbaro
despeñándose oscuro por la sangre
como un alud amargo.

Tal vez no padecí larga injusticia


ni he sido despojado
de los bienes queridos que más duelen...
Acaso no lloré desconsolado
sobre inútiles ruinas...
o ya lo he olvidado.

Hoy empuño un fusil


y estoy atrincherado
circuído por muros transparentes
viajeros con mis pasos.
Con ellos voy ahora a todas partes,
con ellos ha quedado clausurado
el mensaje de amor que trascendía
de la palabra ¡¡Hermano!!

Cayó la muerte poco a poco


sobre mi propio campo.
Lo que quería defender y conservar,
¡yo mismo hice pedazos!
Escombros se amontonan en la entraña,
cenizas en los párpados.
¡Estoy aniquilando la raíz
más esencial del árbol!!

Saldré del parapeto solo a guerrear conmigo.


85
(de Rostro de América)

RICARDA
ROMERO
Cercana a cumplir sus ochenta años, sigue estudiando en la
Universidad de La Rioja, asistiendo a encuentros de poetas, for-
mando parte de instituciones de bien público y escribiendo. Aún
no editó sus obras.

ALFARERO

Alfarero, tus ideas gritan


en la yema de tus dedos
y queda muda la palabra
cuando hablan las formas
en sus labios de tierra
con perfume salvaje
de tus hierbas.
Tus manos emisarias de mensajes
depositan en el vientre
de tus cántaros
un mugrón de tiempo
que supo medir tu pulso y tu latido.
Alfarero en tu oficio humilde
de pensar la greda
vas dejando esencias de misterio
cuando llenas de metáforas la arcilla
porque a tu sombra se llega la luz
extraña de los dias.

86
¡Necesito horizonte por los cuatro costados!!
¡Algo mío ha quedado más allá de los muros,
¡para siempre enterrado!!

Ahora que me crecen mil brazos fraternales.


¡La dimensión del mundo alcanzo!

Al fusil
desvelado,
le ha nacido un enorme
corazón
de pájaro!!!

87
JULIÁN Nació en Chilecito. Eximio do-
cente, de una notable preparación
AMATTE (1919- y capacidad para transmitir cono-
cimientos a sus discípulos. En vida
1973) solo publicó en diarios y revistas.
Apareció después de su muerte un
libro editado por Cultura Municipal
que reúne su poesía.
Aquí nos AQUÍ EN CHILECITO
88
hemos hecho, en la casa de adobe
con el lecho de tierra y el patio con parrón,
en este Chilecito, con esta che mayúscula
alocado de cerros y las tapias en flor.

Aquí fuimos los changos, los juegos, las peleas,


en un aturdimiento de trompo y de piolín,
aquí entre el guardapolvo, sin libros, con escuela,
la mano era pañuelo de feliz del «versiador»
la sangre infantil. con vino guitarrero,
con peñas musiqueras
Aquí la adolescencia le entregamos al pue-
de amores inocentes blo dolido corazón.
en la siesta del Zonda o
en la noche lunar, Por eso se me llena de
y en una fantasía de grillos el pasado
pantalones cortos, y me vuelvo riojano
el agua de la acequia dichoso y nombrador:
nos enseñó a soñar. Fued Nader, López,
Yáñez, Martínez y Ver-
Aquí un montón ro- gara,
mántico, sincero y me- Osmán Paez y Sánchez
dio loco y Eugenio Robador.
me dio la arquirtectura
Aquí se nos murieron los padres y mayores,
aquí lo gané todo y todo lo perdí,
aquí el tiempo nos duele, nos moja y nos acerca,
aquí odiamos y amamos con todo y hasta el fin.

Aquí se olvida todo en la fiesta bullanguera,


y en canto arrepentido se vuelca Navidad,
vive la serenata y llora el Tinkunako
89
4.- No mire tanto el cielo; la tierra tiene hermosas
hermosuras.
5.- No sea lunero; la luna está cansada de que la ma-
noseen los poetas.
6.- No toque el tambor; la poesía no consiste en rimar
«dolor» con «amor».
7.-No tenga miedo; las mejores protestas son las ju-
veniles.
8.- No descubra América; diga algo; un mensaje; ya
sabemos hasta el fastidio que el Famatina es alto y
tiene nieve-.
9.- No sea resonante; es lindo el pasado, pero mejor
es el porvenir.
10.- No sea «humoso»; hasta las más pequeñas cosas
son poéticas.
Ni clásico ni de vanguardia: sea usted.

JOSÉ
JESÚS
OYOLA
(1921- 1977)
En La Rioja se lo considera como «El Padre de la Chaya». Dejó nu-
merosas canciones que diariamente canta su pueblo, algunas con letra y
música suyas, otras con música de sus hijos Severo y Toti.
Editó: Romance a Huaco y son de Huancara. Hay mucha obra inédita.

EL LAGARETERO
(Chaya)

90
y el agua del Famatina nos chaya en Carnaval.

Aquí se me ha secado la piel en emociones,


aquí no tengo miedo de ningún padecer,
aquí una criolla pura me devolvió mis ojos,
aquí una boca gringa me puede florecer.

(de Recopilación Literaria)

– OOO –

A LA JUVENTUD QUE ESCRIBE

1.- No imite; el que imita es otro, y no interesa el «otro»


sino el «yo».
2.- No declame; el que declama, miente; sea sencillo,
pues es muy fácil ser difícil.
3.- No se queje, no sea viejo; la poesía resume la alegría
de vivir; cuando esté triste, cállese.

91
cimos, que yo no he de aprovechar
La tierra me dio la pobre nació de antarca -de mala
la vida, y la vida suerte nomás
conmigo va mi estrella no tiene cielo... ni lumbre
cultivando los ra- con que alumbrar.

Voy cultivando una copla


que ya anda por madurar
la quiero gustar,
la voy a cantar
morada nace la chumaito este carnaval
copla

92
del vino de mi lagar.

(Estribillo)
Plata no tengo
ni en que guardar
ni tengo dueña
por quien pensar
me voy a pelar chayando
chumao este carnaval.

La pobreza anda conmigo


no se me quiere apartar
me come el jornal,
que da mi parral
y el vino de mi lagar...
la tierra me dio la vida
la tierra me llevará.

El día que yo me muera


la tierra me estrujará;
como estrujo yo;
adentro el lagar
las uvas del viñatal...
yo soy el lagaretero
verdugo de mi parral.

– OOO –

ROMANCE A HUACO

Traigo una copla encendida de nostalgias


nacida en el chaguaral de mis ariscos breñales

93
Que lo lloren en silencio
como llora el saucedal...
y el río lleve su llanto
a secarlo en un arenal
donde lo velen estrellas
con lágrimas de cristal.

Que le recen las vidalas


en coplas de carnaval...
porque el alma de un chayero
es de pena y soledad.

El hombre es solo un mensaje


en la tierra y nada más...
las cajas lloran pa dentro
la ausencia del que se va

(de Romance a Huaco)

CARLOS
ALBERTO
LANZILLOTTO
(1922-1989)
Nació en La Jarilla, Dpto. Rosario Vera Peñaloza. Licenciado en
filosofía. Inspector de enseñanza secundaria. Como historiador escribió
abundamentente sobre enseñanza, la Escuela Normal, el Colegio Nacio-
nal, la Universidad de La Rioja, etc. Perteneció a Calíbar. En tiempo del
proceso fue encarcelado. De su obra poética consignamos: El color del
silencio, Ensayos literarios, Continuación del silencio, Padre y símbolo,
94
en donde con voz de alborada, el río besa los sauces...
y se hace música el viento en las cuchillas más altas.
En donde el sol de las mañanas desciende por las quebradas
a desentumecer la escarcha de la joroba de los talas,
y el remanso de la falda viste de noche sus galas
cuando lo besa la lumbre de alguna estrella lejana
y cuando el mugido del toro retumba en tus ondonadas
vuelvo a sentirme de nuevo changuito como era cuanta!
albiador junto a mis tatas, ayudando en la ordeñada!
o gritando cerro adentro pastoreando mi majada!
... Oh Huaco! cuando te nombro
me arraigan antiguos lares!...
el viejo rancho, las pirhuas, el chiquero de las cabras...
el manantial de la huerta espejando la alborada,
que a cada paso te nombran porque me andas en la sangre.
Nativo rincón serrano que vas prendido en mi alma!
como se alegra tu chango cuando te nombra mi caja!
el corazón dentro del pecho te está cantando vidalas!
déjame llevar tu imagen hasta mi últimada morada!

– OOO –

COPLERO
Dedicado a Nicolás Agüero Cisterna, educacionista, gran folklorista y
mejor amigo que se quedó para siempre en el canto y en la copla.

Cuando se muera un chayero


que no lo lloren ¡velay!
que ululen tristes las quenas
entre valle y cardonal...
donde nacieron las cajas
que lo escucharon cantar.
95
Revolean sus flores amarillas
al viento que las baila y acaricia.

Toda la gente vegetal matiza


los verdes de la vida.

En Tello, en el 14, bien servida


por la lluvia, la tierra quedó encinta.

síntesis
Don Tani, de si mismo, saca lluvia;
saca verde si falta y tira seca.

La lluvia moja ya la entrada de Ambil.

Los ojos grandes, la sonrisa grande,


la recibe don Tani.

– OOO –

AMOR

Nuestra Rioja se duele en cada nueva arruga


que nos nace. La siente como un tajo de arena
sobre su piel sin agua.

Vamos, mi amigo; hagamos


que el buen sudor sin lágrimas por ella sea humus,
sea siembra,
sea polen

96
Silencio enamorado, Versos desde un asesinato, Amor a La Rioja, Epica
y dramática de La Rioja.
SOBRE LOS LLANOS

memoria
Recuerdan a don Tani?

Capaz de sacar lluvia de sí mismo,


capaz de sacar verde de sí mismo.

La lluvia, ¿llegará a la entrada de Ambil?

Los ojos grandes, la sonrisa grande,


¿hará llover don Tani?

seca
Entre Ambil y Talva no ha llovido.
La capilla está blanca de sequía.
La represa no está. Un bombardeo
de sed del cielo le ha caído encima.

Blanco colchón de polvo removido


se acuesta en el camino a Torrecitas.

Saliendo de Catuna, entrando a Solca,


chatas y achaparradas las jarillas
no tienen flores; tienen sed. Se agarran
a la tierra amarilla.

lluvia
Altas, cimbreantes como bailarinas
de zamba, se personan las jarillas.

97
La Rioja sonreirá. Ya nos sonríe
cuando mira a su gente
hacer de cada arruga una victoria.

Nuestra Rioja sonríe. Es hermoso


ser uno la sonrisa de la madre.

– OOO –

VIERNES SANTO

Bartolo grande baja de los Bordos el Viernes.


Hace gentes, que porta las andas del Sepulcro.
Dejó el tacho, la brocha y un cielo de pinturas
por tres días de luto.

Baja Bartolo el Viernes con el corazón nuevo.


Estos días de llanto son la fiesta de su alma
sacudida de cales, vino barato, fiambres
y bañada en el duelo de la Semana Santa.

Su ropa de domingo viejo ya le revienta


mientras Bartolo baja, tranco largo y sonrisas.
El cuello toro exime corbata; ya descuelga
su voz de ventarrón grueso desde la esquina.

98
y fecunde la Pasa entre las mujeres de la nave
arruga como Bartolo;
un río nutri- se persigna de lejos; casi cabe en
cio. sus manos
la Virgen Dolorosa cuya imagen
levantan
más con canto y con llanto.

Entre tules Jesús duerme su previa


no podrán muerte.
con el Alba Los pesados cristales, el hierro y
la madera

99
Cabrera y suelta cruel la carcajada
ante la sombra en pie y encadenada
de Coronilla, arreado del cogote.

Le cruza el pecho bruno de un azote


desde toda su rabia encabritada
y dispone el suplicio como nada
mientras sigue atusándose el bigote.

Vivo le atan cada pierna y brazo


a la cola de un chúcaro, que queda
mirando a cada rumbo. Cruel guascazo

con todo y salen a la disparada


partiendo en cuarto al indio, del que rueda
en torso roto sí, la testa alzada

En 1663 el general Cabrera, nieto del fundador de


Córdoba, culminó la represión del alzamiento calchaquí en
tierras riojanas, con el descuartizamiento de Coronhuilla
o Coronilla, cacique de los famatinas; el mismo bárbaro
remedio que otros españoles aplicaran más de un siglo
después, a José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru.

– OOO –
LA MUERTE DEL CHACHO

I
Empujan asesinos a la lanza
mil miedos y una sola cobardía
100
de la Resurrección
pero arguyen Sepulcro para que el hombre pueda
compartir el misterio y adherir al Señor.

Las manos de Bartolo se hacen árbol y engajan


en las andas; dispone, pide, ordena a los otros;
desde todos los huesos su carne ya levanta
el Sepulcro y su cara se hace un mapa de gozo.

Son seis en tres maderas; el sólo en una y cuatro.


Se achica y equilibra dirigiendo el camino.
Ya salieron la Cruz, San José y la Virgen.
Ya en las escalinatas se balancea el Hijo
Bartolo lo conduce como a un niño dormido.

Noche adentro sin vino Bartolo velará.


Tal vez sigan de ayuno los muy hijos del pobre
y un sol de abril más tibio les traerá la Pascua.
Quizá el lunes Bartolo haga una changa y cobre.

Pintor de brocha gorda, sube Bartolo grande


hacia su rancho y gente, cumplida la promesa.
Si algún Viernes Santo próximo falta Bartolo grande.
morirá Cristo vivo con más honda tristeza.

Si es que falta Bartolo


vivirá Cristo muerto con más pena en los ojos.

de «Amor a La Rioja»
EL DESCUARTIZAMIENTO

Tuerce las largas guías del bigote


101
guía
el trámite del brazo; el arma alcanza

la indefensión del pecho y no descansa


hasta romper el corazón, impía.
Aceza el matador. El odio cría
apóstrofes de rabia y de venganza

Porque el mártir de pie en silencio mira


sin un indicio de dolor ni queja.
Mira al compadre Vera que se aleja,

mira al bronco Irrazábal y a su ira:


así mirando atiende al asesino
y cumple con su ley y su destino

Le cortan la cabeza porque mira.

(de Epica y Dramática de La Rioja,


1986)

JUAN
BAUTISTA
ZALAZAR
(1922-1994)
Nació en el Dpto. San Blas de Los Sauces, y falleció en Catamarca
donde formó su hogar y dictó cátedra. Eximio poeta y cuentista. Poesía:
Mis pálidas tardes, Sendas de trece curvas, La voz en el canto, Detrás

102
del sar- de las raíces, Donde quedan mis
gento días, De pie sobre la luz, Cosechas
mayor. de rocío, Las brújulas brujas. Prosa:
El odio Cuentos de Valle vicioso, cuentos a
dos voces, Oración a la madre, Tres
estudios de análisis literario, Ensayos
de interpretación literaria, El método
semiológico en dos obras de Cortázar.
En la
PADRE

103
Se oyen llegar raíces. De su nombre.
Las mismas que alimentan mi camino.
¡Oh, nada es más difícil que ser Hombre!

– OOO –

TESTAMENTO

Aunque la vida siga como cinco


cada día se va cerrando mi hombre.
Dejo mis hijos para bien del mundo
y en alguien un retazo de mi nombre.
Dejo mi voz en siembra de palabras
cenizas de mis sueños y mi sangre,
mi fundar estaciones de futuro
donde me quedo un poco cada tarde.

¡Cómo parte del adiós cuando uno parte!


Le dirán a las lluvias que me entierren,
que me llore la luz en el otoño.
Será en el mes más verde de la suerte.

Ahí queda la llave... y un camino


para seguir llevando otro delirio.

– OOO –

MI CAUSA

Hombremente vivir. Esta es mi causa.

104
fuerza que trepa por mi cuerpo
mi hueso oye los pasos de su sangre.
Creciendo por su trigo y por su vino
vengo de su silencio, padre amigo.
Mi infancia son zorzales y calandrias.
Repitiendo los modos de su sueño
vine entrando en las cosas, renaciendo.
¡Hoy me siento en la vida tan adentro!
Cerro por el silencio -modo nuestro-,
río por el rumor -el río nuestro-
Soy su tiempo en la tierra: nuestro pueblo.

105
Vuelve tu tiempo con
calandria al hombro
y la alegría llega, gajo
ardido,
no se sabe de donde.
Me anda naciendo siem-
pre
aquella edad de luz don-
de la vida
es nada más que aroma.

Por sus siestas desnudas


yo soy el dueño de la
un oído llama,
en el y también de las llaves y
viento. las lluvias.

ENRIQUE
ANGELELLI
(1923-1976)
Obispo de La Rioja, martir de Punta de
los Llanos («y en Chamical y en Punta de
Los Llanos/ desnucado está Dios» -Cantata
Riojana).
Después de su muerte, le fueron publi-
cados «Encuentro y mensaje» y «Pastor y
profeta». Distintos autores han publicado
libros acerca de su pastoral y su vida.
Los hombres
FRAGMENTOS

106
Mitad soñar, mitad pasar umbrales.
Adentro está la sed, afuera las maneras.
Vivir es ensancharse.

Es un venir del blanco surco al negro,


entre el último pan y el primer hambre.
Seguir hecho pedazos a pesar de los pedazos
y a partir de ese llanto abrir la sangre.
Porque hay niños que comen solo el pan
del padrenuestro: un puño por el aire.
Los sueños nos duplican este mundo.
Pisar hacia adelante,
caminar hacia días que nos llamen,
VIVIR mirando siempre lo que NACE.


VALLE VICIOSO

Si el alma es aire
y el agua la segunda madre,
tengo que ser tu sal, tu sol,
en mi hueso y mi sangre.
Cuna de tierracerro y tierrarío:
rezándonos tu piedra llega al cielo
y en leguas de serpiente
la arena sola sujetando al río.
Entra a gritos el sol en tus racimos,
carcajadas de luz en tus granadas.
El álamo plural citando orillas
en la canción más verde del verano.
Bajo un techo de pájaros
tu espacio de tres cielos.
Y es un grano de trino cada trigo:
107
(«Al reaccionario»)

Adónde andará mi suerte


enredada en un cardón
pregúntale a las estrellas
que alumbran el socavón.
(De «Encuentro y mensaje»)

ARIEL
FERRARO
(1925- 1985)
Nació en Corral de Isaac, Dpto. San Martín. La muerte lo alcanzó en
Bs. As. a punto de doctorarse en la Universidad de Salamanca, adonde
concurrió en el tiempo de su exilio. Fue el principal motor del Grupo
«Calíbar», impulsor de numerosos logros de gran trascendencia. Docen-
te. Presidente de S.A.D.E. Como periodista, realizó en Bs. As. más de
cien notas reporteando para la revista «Sintonía» a los más notables de
su época. Primer cronista de televisión, formó parte del primer elenco
fundador de «Clarín». Faja de Honor de SADE, casi todos sus libros
obtuvieron premios, algunos internacionales. Doctor Honoris Causa de
universidades de Carolina del Sur, Brasil y Costa Rica. Traducido a varios
idiomas. Autor de canciones populares. Crítico de arte, con numerosas
notas en revistas especializadas, dejó un ensayo: «Presencia y espíritu
de la pintura riojana». Como hombre de teatro, escribió El homicida de
las constelaciones, La espiga hacia la niebla, Los alfareros de la sangre.
En poesía nos dejó las siguientes obras: Serenata de greda, La Rioja
innominada, La música secreta, Antepasados del insomnio, El Rabdo-
mante, Antología poética, Las aventuras congénitas, Ceremonial para
arqueólogos ebrios. Más datos, ver Mapa de la Poesía riojana de H.D.G.,
1989,. Con todo orgullo los riojanos podemos decir que Ariel Ferraro
ocupa un lugar preponderante entre los más importantes poetas del país.

108
me hablan de técnicas y artes,
no quieren la paz, no quieren amarse.

La noche los envuelve, no saben jugarse,


están tristes... ¡pobres!... y sin coraje
(«Búsqueda»)

... tiene que hacer de todo, aunque no lo pueda,


total es riojana, lo mismo que... ¡nada!...
Quebradas y llanos... cansados y sedientos...
el alero del rancho se lo llevó el viento,
dicen que anoche silbando el silencio...
¿No escuchan el grito de los de tierra adentro?
(«A La Rioja querendona»)

La caja de palo sube la cuesta de la iglesia


va llevando un hombre vestido de mortaja...
y cuando la campana reza su última plegaria,
Sañogasta enciende una luz grande en la quebrada.
(«Ha muerto un hombre»)

Siento que mi tierra, dolorida y esperanzada, reza y canta


con su historia, vida y mensaje...
Peregrina conmigo, en mi carne y en mi sangre
me parece escucharla con su chaya
(«Oración de mi sacerdocio»)

¡Advierte! no eres pasado sino historia,


eres proyecto y siempre mensaje,
pueblo que camina y no desierto,
agua que canta y no estanque.

109
Como un cruento deseo.

(de Serenata de Greda)

– OOO –

RIOJA DEL SUR

Partiendo días, deshojando nombres,


estoy en ti donde me nutro y canto
y arde mi voz sedienta y sin amparo
Bajo los rumbos de tu rumbo solo

y te pronuncias, oh sur bajo mis ojos


y te retuerces entre el polvo abierto.

Oh, las veces que me habré mirado,


sobre la luna de tu espejo duro
con palabras que al decirlas me desangran.

Yo fui orfebre, pastor y hasta custodio


de todas, todas tus dolidas cosas,
que tanta falta hicieron en los días
en que doblé mi nombre en las ciudades.

Oh sur, oh nombre que se ensancha,


como el dun-dun de caja novenera.
Que se gana en los labios y en las venas
y anda ciego buscando sobre el pecho,
la rosa capital para arrastrarla.

Que se nos viene en todos los insomnios


110
IMPOSICIÓN DE LA GREDA

Con la claridad alta que me da la distancia


Yo volví a los caminos que de ti van y vienen
Y fundí las memorias que van de tus leyendas
Hasta tu pie presente
De unidad verdadera.

Estuve como un huésped


Caído sobre el tiempo,
Sin noción del color; de la sed ni del sueño;
Tan solo me asistía la idea enamorada,
Y el aire servicial
De tus profundas cosas.

...Ah, ¿que cómo venía?


¡No me pregunten, no!
El pájaro no sabe de músicas y canta.

El hombre no adivina donde nace el desvelo.

Creo que fue la angustia que madura horizontes


La que me trajo si, este impulso de greda
De los nidos de sombra
Donde nacen y mueren las altas primaveras.
O de tus lentos llanos
Donde el tiempo se ordena bajo la voz del cielo.

De allí esta serenata ritual y valedera


Que quiero modelar
Grata como la albricia.

Que ardua fuerte en mi voz


111
tal vez innumerables.

(de «La Rioja Innominada»)

– OOO –

CUANDO TOQUE EL OLVIDO


A Ursula y Mario Aciar

Aquí, en los palomares de la nieve,


Junto a la luz que asume las más altas miradas,
El Famatina brota por árboles de luna,
Donde vienen las nubes, a desandar lo andado.

Es aquí,
Donde al tiempo de la estación madura,
Elabora el verano sus fértiles arropes
Desparramando al aire un trigo de cigarras.

Y ovillando su sombra de corazón de hierro


Mira sus venas ciegas desangrarse en el limo,
Como un alambre puro y anchamente mojado,
Que abierto en barriletes floridos de esmeralda,
Clavetea las uñas de los algarrobales.
Trazando multiformes garabatos de savia,
Sube a las rojas mieles pedregosas del higo;
Se enreda al cascabel forestal de las nueces,
Y amagando bagualas
Se asoma en la pupila liquen de los racimos.

Por el hueco misterio de su abeja de fuego,


El Famatina crece.
112
con sus médanos rotos y espinudos;

con ese viento zonda que enloquece,


revolcado en el infierno y en la melancolía.
Con el zumo de panzudos algarrobos
y cien nombre montoneros a caballo,
para que tomen gracia los que vengan,
a decirnos que no tuvimos nada.

Oh mi tierra del sur,


quebrada por la guerra de los años.
Estás en mi como una vieja pérdida,
doliendo sin tenerte,
dejando la saliva gusto a sombra,
cuando vuelvo a tus cosas apagadas.
Cuando veo tus ranchos rebotando,
bajo aquel largo miedo de los llanos.

Cuando siento que se mueren poco a poco


las barbas dolorosas del abuelo
y en los techos se ahorcan las guitarras.

Oh mi tierra del sur...


En la paz crucificada de tus predios,
la flor aborta entre tus andurriales,
con pétalos de arena y garfios duros
y crece entre armazones de caballo.

Y el viento arrea sus majadas de polvo


y te quedas allí, sur,
como una albricia descarnada,
o como muchas cosas
113
Alcancía celeste, mirador de los días,
Por el revés del tiempo yo regreso a la fruta.
En tu orilla de piedra quiero sembrar mis huesos.

... Y amanecer en polen,


Cuando toque el olvido.

(de «La Rioja Innominada»)

– OOO –

QUIRQUINCHO

Media luna de barro, duende del hormiguero,


Transeúnte sin rumbo de la miel y el olvido.
Con un río de escamas lo ha quemado el diluvio,
Alargándole el tiempo que socava las uñas.

Hongo animal.
Perdido y doloroso traficante nochero,
Sabe que los perfumes crecen con el rocío
Y que duermen los nidos sin peligro ni miedo.
Urna de fuego frío, carapacho de higuera;
Sólo escucha la pampa su acordeón de alfarero.
Cuando expíe la pena de soledad que lleva,
La magia entre sus huesos pintará un arco iris.
Y fundará altiplanos de música en los ojos
De los hombres que tienen por desierto la piedra.
de «La música secreta»

114
De su cúpula, cóndores
Parten hacia las reses;

De su panal de plata
Parten sueños de siglos.

Y el Famatina crece
Como una sangre cierta,
Por entre silenciosas campanas de sonido:
Leche adentro del oro;
Trueno adentro del vidrio.

115
de la sentencia
Nadie sabe el secre- viva.
to de su boca des- Nadie sabe que
nuda, nombre perdió
Manantial agridulce por los caminos
máscaras Ni en qué sauce
de lluvia se die-
ron los poderes.

¿Qué desoladas

116
– OOO –

LOS ANIMALES SAGRADOS

Laberintos del sol y de la sombra,


Enhebrando collares bulliciosos
Bajo el creciente luto del camino.
Puedo leer el pésame en las hojas
Y seguir desde lejos las exequias
Donde los moscardones se despiden.
Han prohibido al verano jugar con golondrinas
Y hasta incendian sus flores los dueños de la vida;
Porque vendrá un rebaño de animales de plomo
A pastar en la siesta de la hierba de vidrio.
de «Antepasados del Insomnio»

EL RABDOMANTE

«El pastor de agua silba a un manantial y he aquí que


éste, brotando de su lecho, se adelante siguiéndolo».
Henri Michaux

Adscripto entre vestigios y palomas


Llega en las amarillas escamas del otoño
A presenciar la fiesta carnal de la vendimia.

Humillado y soberbio como un escarabajo,


Envuelto entre sus ropas lejanas y apagadas,
Su edad está en pedazos caídos de la Biblia.

117
LOS LUGARES COMUNES

Reclamamos las flores de los jardines viudos,


Los peces del exilio para poblar las aguas,
Y pájaros que borren la afrenta de los aires.

Reclamamos los niños que andaban por el día


Luciendo esa sonrisa que ayer les apagaron.

Reclamamos un foso de dimensión profunda,


No para el mandamiento de estos miles de muertos,
Sino para el entierro de la conciencia humana.

– OOO –

ENVIO

Luciérnagas del mundo: uníos,


Para que la noche ciega de los hombres
Tenga sólo tropiezos de ternura.

de «Ceremonial para Arqueólogos


Ebrios»

CARLOS
MARIO
LANZILLOTTO
118
derrumbaron sus días
Por los extraños ritos de fuegos herrumbrados,
Allí donde la harina se hace desmelenada
Brotando del sombrero
Como un vástago ciego de la sabiduría?

El conoce las leyes de la fauna dispersa


Y el aguijón del vino semental y perfecto.

Y entre los cartabones de su pan desterrado.

Va gritando palabras forestales de miedo;


Como si por el ojo de la llave del mundo
Divisara la muerte sedienta de la tierra.

Por eso es que en sus dedos la obstetricia encantada


Pinta de verde el duro corazón de los bueyes.
Mientras la noche, a solas, le seguirá sus pasos
Florecida en la luz
De un maíz de luciérnagas.

de «El Rabdomante»

– OOO –

119
en sus les.
tenues
recintos Bajo la copa os-
catedra- cura del cielo,
sobre los enfria-
dos rescoldos de
la siesta,
la garra brota en
el fresco cántaro
perfectamente
muelle, dulce
tierra.

120
(1925-1994)
Nació en La Jarilla. Dpto. R.V. Peñaloza. Se recibió de abogado.
Brillante profesional. En poesía publicó un solo y pequeño libro, «El
vástago», tan desolador como hermoso. Perteneció a Calíbar.

PUMA

Poso mis dedos sobre el rastro del puma


y siento latir su hambre,
la boscosa impaciencia de su saliva,
su contraído esófago y su miedo.

Donde silba encelada la perdiz,


sementera de salitre y lodo,
sus elásticos pasos el puma deposita
delante de los perros y el cuchillo.

Felino y cinegética, miedo,


terror y miedo, arbóreo
mundo de una simple desesperanza,
ambos compartimos esa rancia jalea.

Un paraíso de chiqueros
amarillea en la pupila de fija piedra,
redonda uña desgarrando la noche
como una flor suavísima y silenciosa.

Estómago y visión, manjares, olorosa sangre,


calan el juego de la lenta noche
aprisionada y sola como una honda quebrada
121
guarida.

Rastro dejado cuidadosamente,


jeroglífico, canción impresa, huella
del puma, del ágil duende,
hay que leer esa hambrienta caricia
sobre la tierra.

– OOO –

ARBOL Y HACHERO

La sombra cilíndrica del árbol


protege al hosco hachero
que introduce por rápidas heridas
la suave muerte en la madera.

De la hierba antecesora
subsiste una nostalgia enriquecida.
¡Oh! tierra hembra tan poblada
de gérmenes inertes sin futuro,
tierra esperando el cuerpo humedecido
del nunca esposo ausente,
sorbe tu llanto, virgen indebida.

Imprevisibles sendas que jarillas vigilan


recorre un aire estéril.
El hombre mete a golpes afilados
insondables desiertos en el monte.

La vertical presencia expulsa

122
construida por el viento
S e n - que al estrellarse suelta su
da que granito,
no hay, su agua, su talco, su vocin-
glería,
su jauría de rápidos mordiscos.

Por esos desviados astronautas


que un espejismo de cosas
blandas y amorfas
nos restituyen, por esas es-
trellas
hallará después su pozo y su
123
Ya no insisten en morder
los hexágonos de alambre.
Pasan del dolor a la escala,
de la nota al silencio
y un ansia de libertad
acribilla de trinos la jaula.
«Qué alegres los canarios»,
dice un señor que cruza el patio,
y sigue atento hacia el zaguán,
en tanto los erizados pechos
de azufre y cal
crucifican las alas y el canto.
de «Silencio encendi-
do»

– OOO –

EN LA LUZ DE LAS ESQUINAS

Hay una poesía que nace de cierta embriaguez,


que se da la mano en los mesones;
hay un entusiasmo demorado,
un delirio en que somos otros
cuando oímos el verso memorable.

A veces, la poesía es como el hermano triste


que quiere tomar un trago a solas,
que busca caminar sin compañía;
tiene ese pudor de darse a dos o tres amigos,
en la hora feliz de la trasnoche.

124
hacia la abierta pampa de la nada.
El hombre fiel y frágil edifica
un área sin sombras.

El triunfante heroísmo
hostiga el horizonte.
Esperanzada fuga recorriendo,
hambre de luz persigue
a la sombra cilíndrica del árbol.

En el último día,
junto al yerto cadáver del último algarrobo,
apoyará su sien mamente hace letras de canciones.
en el acero
frío del hacha. ADORNO AMARILLO

Hasta mi
de «El Vastago» cuarto llega
el chisporro-
teo
de la casita de
dos aguas.
PEDRO S. Los canarios,
HERRERA en el cantar,
dejan caer
Nació en la ciudad de La Rioja todo el son
en 1925. Se graduó de profesor en de su crista-
Letras estableciéndose en Tucumán lería.
donde da cátedra. Cofundador de
Calíbar. De su bibliografía: Silen-
cio encendido, Tres poemas y un
prólogo. Después las nubes, Tu-
cumán alucinante, Karla, etc. Ulti-

125
en las cantinas,
por aquellos rostros desconocidos
que nos confieren reprimidos secretos.
Todo eso afirma vivir,
a sentirse responsable
de la noche que anhelan, dicen, callan,
a apuntar nuevas palabras también por ellos;
o a esperar el alba de pie,
mientras nos despedimos con algún canto,
-hasta de son mal acordado-
bajo la luz del foco de la última esquina
en que nos tira la noche.

de «Después, las nubes»

126
Y cuando algunos como ardorosa amistad
entienden haber aca- que va dándose
bado la jornada, a uno por uno de los hom-
y otros hay que no bres.
hablaron en casi todo Ese derroche del alma de-
el día, rrime que el día
la poesía surge como no nos cubra con su mortal
postergada sed, ceniza.
Este memorar mío nace
por los amigos
que uno gana, de pronto,

127
de mitas y encomiendas.
Morimos muchas veces sin agonía y sin sangre
porque nuestra muerte es de monta-
ña.
Huimos de la espada y nos vimos con los puños apretados.
La herencia nos nació de pronto desde la increíble muerte.
Llamamos las estrellas con la lengua tibia
de vidalas y cantamos el oficio indio.
Y es este el nuevo mundo que nos mira vivir siempre callados
con los labios de sed, de vino y de canto,
y el alcohol de abejas ácidas desteñidas en crudos violetas.
Con los largos alaridos y el alba vibrando sobre el frío,
con el sol tallándonos a fuego.
Nosotros tenemos el destino de los astros y la órbita resuelta.
Oh el corazón indio!
Oh la tierra Rioja! tierra nuestra! Carnadura
y articulación de América
Abrase el amor para que entremos.

de «Los pórticos de la
sed»

– OOO –

ALLÚ ESTÁ LA LUNA

Allú está la luna


cortando algarroba
si mi niño duerme
tendremos aloja.

128
MARÍA ARGÜELLO
Docente. Perteneció a Calíbar. Ha escrito numerosos artículos pe-
riodísticos. De sus obras: Páginas para un niño, Joaquín V. González,
Sayal de piedra, Patria pensante, Antología despatarrada, Ayer azul,
La salamanca riojana, Versos con carbonilla, Brigadier General J. F.
Quiroga, Palabras de cuna, Ruiseñor final, Profanación del sueño, Vi-
dala del enterrado, Los pórticos de la sed, América nuestra, Don Angel
Vicente Peñaloza, Oda germinal, Rioja de los azahares, Marcelina y el
amor, etc. Premiada en diversas oportunidades, como una de nuestras
máximas poetas

LOS PÓRTICOS DE LA SED

Nada sabíamos del hombre.


Por ello en pergaminos amarillos hundo flechas de aguamarinas
cortadas de las rocas.
Estábamos todos en silencio, soleados,
perfumados con la rosa de los vientos.
Llegaron doblando las rodillas a crear un nuevo mundo.
Entonces salieron las banderas, se inauguró
otra raza a espalda de la
greda,
de la piel de cobre agazapada entre columnas
de jaspes y quebrachos.
Alguien impuso semillas a los cardones y
levantó la miel de la algarro-
ba
Alguien distintos inclinaron los ojos sobre el pecho.
Las cruces que trajeron vigilaban las fiestas

129
C o n
u n a
aceitu-
na
la luna
traba -
ja.
L e
unta
aceites
y jugo
de al-
falfa.
130
Ñañita ñañita
tienes que dormir
Allú está la luna
que te alumbra a ti.

Niño de mi tierra
sangre de arenal
el cielo es un sueño
de nunca acabar.

Ñañita ñañita
muñeco de sal
Mi caja chayera
te habrá de acunar.

Cantando, cantando
te digo arrorró
cantando cantando
el sueño llegó.

Mistoles y tuscas
yo saldré a juntar
y una flor sin lágrimas
para tu ciudad.

Mi caja retumba
retumba arrorró
retumba su parche
acunando amor.

NANA ACEITUNA

131
BARRIONUEVO
Nació en Capital Federal. Hija del notable escritor Zacarías Agüero
Vera, estuvo al frente de la Dirección de Cultura por espacio de varios
años. Algunas de sus obras: Tiempo de ternura, Lebrel de luz, El trueno
y el susurro. Fue llevado a la escena, por Manuel Chiesa, su cuento «El
Bum Bum», del libro Quiero decir mi gente. El hombre y el reino (poe-
sía). Diversas plaquetas. Incluido en más de 20 antologías. Numerosos
premios.
Dedicado a Juan Zacarías, mi
padre
a Héctor Juan, mi hijo
y a Juan Ignacio, mi nieto

I
Te levantas, Juan
con el párpado del sol.

Y comienzas tus días


de inconclusos círculos.
La angustia cotidiana
te da el sabor de los olvidados,
las cruces invisibles
calan en tus hombros
sus llagas de cenizas.

Deambulas tu tiempo
por las calles cargadas
-cataratas de rostros-
o fundas las diarias sementeras
entre senos de piedras
o música de aguas.

132
Hace un corazón,
carozo marrón.
La luna se esconde
entre la arboleda.
¡Duérmelo a mi niño
luna olivarera!

de «Versos con Carbonilla»

CARMEN CELIA
AGÜERO
VERA DE

133
ANGEL Que esa efímera flor
sea perfecta
ORLANDO como un círculo en llamas,
PEREZ que se vista
con túnica de estrellas
y deslumbre en su pistilo
el Oro Vivo
que anima el Universo!
d e
«Lebrel de luz», 1982

134
¿Sientes tu vibrar de hombre
entre los mecánicos fragores
o la incertidumbre gris
de tu oficina?

de «El trueno y el susurro»

– OOO –
ERES HIERBA

Hubo ya una palabra que retumbó


entre los Cielos y la Tierra,
soberana de triunfal sabiduría:
-Eres hierba, débil hierba,
que será paja ardida a medianoche
y tus obras humanas
blancas flores de esa hierba
que caerán
aún antes que tu sombra...

Puñal que flagela el barro humano,


locura de los triunfos engañosos
coronas de oro falso entre los días!

Pero, la lucha cotidiana


se abre con fauces de misterio
y es preciso que esa hierba sea eterna.
que la seda de su verde
sea Amor
en holocausto y en Servicio.

135
Porque la vida te marcó la frente
dándole calidez a tu mirada,
hoy cargas tus espaldas con otoños
y te inclinas como ese viejo árbol
que pierde de sus hojas el ropaje
y azotado por zondas y pamperos
disemina sus flores y sus frutos,
entre himnos de triunfos y fracasos
orgulloso en desértico paisaje.

Has llenado tu alforja con nostalgias...


Detrás de tus pupilas habrá andenes o puertos,
la chatura de un pueblo,
la enorme pequeñez de una escuelita,
una voz, una calle, un campanario,
el gesto de un amigo, un ridículo verso,
una tarde de mate, quizás... hasta una carta.

Caracol sin fronteras replegado en ti mismo


te extenderá su mano algún pálido niño,
cuando dibujas tu sombra diminuta
que sacude del alma las tormentas
después de cada oleaje.

Dialogas con momentos borrados por el tiempo


y el ayer va llenando la soledad del día...
Senderos caminaste con luz de amaneceres vibrantes de rocío
penumbras de crepúsculos, ausencias... despedidas.
Guedejas de tu vida quedaron enganchadas en
hondos vericuetos.

136
LELIA M. MARASCO
DE BILMEZIS
Nació en Bs. As., se radicó en La Rioja. Esposa del ex-Gobernador
Bilmezis. Creadora de varios himnos de diversas instituciones del medio,
ganados por concurso. Ha sido distinguida con numerosos premios. En
La Rioja le fue otorgado el «Famatina de Plata» Editó recientemente
«Un trozo de luna».

UN HIMNO A LA VEJEZ
Primer Premio Certamen Literaio
Nacional
organizado por P.A.M.I., 1985

137
y tus líbidos campos
memoran los rugidos del Río
de «Un trozo de
Talampaya
luna»
que desfloró tu entraña.
En esa brisa eterna que modela
tu piedra,
un mensaje de paz fue soplando
en su seno
que vibrará por siglos llevado
por los cóndores,
hasta que muera el Sol en su
indigencia,
y en profundas tinieblas... ago-
nice la Tierra.

138
Hay nieve en tu cabeza...
y un poco de ese frío se filtra para adentro.

Con tu juicio acertado y tu eterna prudencia,


ves en las simples cosas un resabio divino.
Son ásperas tus manos y suaves tus palabras;
son grises tus auroras y azules tus recuerdos;
son débiles tus huesos y fuerte tu estoicismo,
pues sabes que a la vuelta de la más vieja esquina
te espera agazapada...
la triste morisqueta del destino!

– OOO –

¡TALAMPAYA ETERNO!
Segundo Premio Certamen Literario
«Esta es
mi tierra» organizado por la Direcc. de
Cultura Municipal, 1986.

Allá estás,
sobre riojana greda,
apretando en tu roca recónditos secretos,
murallones violetas, petroglifos prehistóricos,
con mil vientos tañendo Catedrales azules,
cien agujas que hieren la traslúcida nube,
con frailes y pesebres,
Castillos y Cañones,
en una mansedumbre altiva y sin fronteras.
Allá estás,
comarca de silencios que restallan
cuando trepa la luna a la mitad del cielo,
139
con la mente dormida.
El corazón
fue un pájaro
ansioso de otro nido;
y con sus alas rotas,
un Lázaro buscaba,
para encontrar camino.
Yo me quedé en tus días,
en un rincón pequeño,
casi como un olvido.
de «Piscis para Acuario»
SER MÉDICO

Ser médico
es buscar
el dolor
entre los linos,
para llenarse de su tristeza blanca.
Soltar pájaros
con alas de libros,
y descifrar los secretos humanos.
Transformar la niebla
en un cielo azulado,
sembrando prados con sueños de planta.

Ser médico
es ofrecer
el cerebro y el alma,
con proyección de vida, en la mañana.
Es ser el apóstol
que entrega su alegría,
140
Nació en Chelcos, Dpto. Rosario V. Peñaloza en 1926. Docente y
médico. Ya a edad madura comenzó a escribir, habiendo editado «De
Piscis para Acuario», «De Piscis para usted» y recientemente la edito-
rial Angel Estrada le publicó «Memorias de un niño por nacer» en una
excelente edición de cinco mil ejemplares.

MOMENTO TRES

Ha enloquecido
la palabra
en la aguja cónica del tiempo.
Hace apenas
un silencio
que me acerqué a tu sonrisa;
y por sembrar mis canas,
me demoré en la vida.
El color
de los ruidos
es un recuerdo tenue
del tiempo que vivimos.
Te ofrecí
sólo un momento,
mientras acunaba
sueños

141
Municipal, reconocido investigador ha publi-
Nació en la Ciudad cado diversas monografías y ha dictado más de
de La Rioja en 1927 y setenta conferencias. Bibliografía: Romancero
se radicó en Chilecito. del dolor, Retratos y semblanzas, História
Licenciado en Filoso- Poética de Chilecito, Historia del Teatro (este
fía, Director de Cultura último forma parte de cinco libros más sobre
los cuales el Prof. De la Fuente trabajó y tiene
anunciado publicar, acerca de Plástica, Música,
Letras, Periodismo y Medicina). Ha recibido
cuantiosas distinciones, premios, homenajes.

LA MUERTE DE CORONILLA
(fragmento)

142
en el cuerpo de Dios de su lirismo.
Es canción humilde
que siempre está despierta,
y hace suya
la angustia que recibe.

Es poseer
la ternura en los labios,
para que caminen las frases
más allá del naufragio.
En la gota litúrgica
madurarán sus ansias,
y el perfume
de las rosas
descansará en sus manos.

Ser médico
es tener
el pudor en la piel
que le permita besar
la sonrisa moribunda
de una última estrella.

de «Piscis para usted», 1997

EFRAÍN
DE LA
FUENTE

143
Hasta siempre Trovador
Está de duelo la Chaya
desde Pomán al Puquial,
porque se ha ido, muy lejos,
el bardo del Carnaval.

Tal vez silbando una cueca


a falta de otro instrumento,
en don Esteban, pensando
se fue para el Topamiento.

Lo están llorando los cerros,


los guaicos, el pedregal;
lo lloran las urpilitas
y hasta el agreste pencal.

Se ha ido el cantor del pago,


el chayero montañés,
el hacedor de vidalas,
el poeta sin revés.

Mas, cuando oiga la copla


decidora de algún chango,
o se mezclan en el aire
las cadencias de un charango,
cuando en los tiempos de cuánta
estarás, cantor hermano,
como el perfume en la tusca,
como el calor en verano.

Presente estarás, Aquiles,


en el pañuelo agitado
144
¡Ay! cacique Coronilla
arrogante titaquín,
llorando estás la victoria
que te confió Chelemín (...)
-¡Pronto aquí, cuatro caballos!
(dice con voz de metal),
cuatro caballos de estampa,
sin montura y sin bozal.
Pronto también una cuerda
de probada solidez,
y cuatro hombres al indio
atan de manos y pies.
Ya se vislumbra la pena;
no lo hagas, capitán,
no melles con desatinos
tus hazañas de titán.
Sólo faltan cuatro azotes,
ya los van a propinar,
cuatro azotes en la grupa
y todo va a terminar.
Cuatro chasquidos de muerte,
se está acabando el ritual
y su carne la recibe
cada punto cardinal.
Ya terminó, Coronilla,
la maloquiada fatal;
se está trepando a los cerros
un responso vegetal.
de «La muerte de Coronilla»
AL FOLKLORISTA AQUILES PERALTA DÁVILA

145
y con crespón, el lucero.

RAMÓN
ELOY
LÓPEZ
(1929-1989)
Nació en Pozo Largo, Dpto. Independencia. Formó parte de Calíbar.
Docente de prestigio, hombre de gran erudición. Como periodista trabajó
cuatro años en el Diario «El Independiente». Fue Regente de la Escuela
Normal. En vida sólo publicó un pequeño opúsculo denominado «La
parábola y el hombre» y un libro de poesías intitulado «La memoria y
otros poemas». Como póstuma, propiciada por su esposa Nené Andrada
y clasificada por el Prof. E. De la Fuente, apareció su «Obra literaria».
Poeta de extraordinarias cualidades, su poesía aún no ha sido valorada ni
difundida como se lo merece. Padeció la cárcel en tiempo del Proceso.
OBRA LITERARIA

Compaginada por el Prof. Efraín de la Fuente, por pedido del autor


como lo demuestra la siguiente carta.

L a
Rioja, 22-11-88

Señor
Efraín de la Fuente
Chilecito

146
y en el suspiro, hecho verso,
de algún juglar trasnochado.

En el vino generoso,
en el pesebre mejor,
y en el grito de machura
de algún cumpa bebedor.

Estarás, amigo Aquiles,


hecho nota en vidalitas
y hecho almidón en las crenchas
de las donosas chinitas.

Y cuando en el Portezuelo,
como un medallón de plata,
la andariega de la noche
espere tu serenata,

no habrá sones de guitarra,


estará mudo el trovero,
de luto la serenata

147
regresan con su claridad translúcida
el corazón zumbante de las chicharras,
el olor penetrante de los chañares
bajo el primaveral asedio de los abejorros.

Regreso, niño adentro,


como quien va a herir el corazón de la muerte.

Una olorosa albricia forestal


llena de azoramiento mis ojos y mis huesos
desandando la luz de mis llanos amados.
Las tenues hierbas apenas briznas olvidadas
por la furia del verano,
las fatídicas fosforescencias
engrillan el corazón bajo una piel de miedo.

Todas las imágenes de la luz


duermen bajo el humus de los algarrobos.

Desandando los días las despierto,


y rescato mi vocación de pájaro
anhelando ser dueño del páramo,
jinete de todas las bestias,
degustador de las mieles silvestres,
amo de todos los fuegos.

Como una terrestre música


siento el crepitar de las lagartijas
sobre la costra gredosa de los guadales.
Veo los viejos y húmedos cántaros
oliendo a fresca promesa,
los fantasmas de los espejismos
148
Estimado Efraín.
Eloy me está dictado esta carta y dice: «Como ya son pocos los días
que me quedan de andar por el almanaque y vos sos el único capaz de
realizar el trabajo que necesito, te pido que cuando tengas tiempo, te
dediques a bucear entre los papeles que creo escribí durante toda mi vida.
Todo esto con el propósito de nombrarte mi albacea literaria, con todos
los derechos que ello implica, para lo cual mi mujer presta su consenti-
miento, consentimiento que implica entrega de mis papeles públicos y
privados, con cargo de devolución. Quiero, querido amigo, que trate de
que no se desparrame mi obrita, sin importancia por cierto, pero como
cada uno cree que es más de lo que es, aquí estoy yo también. Como yo
no sé nada de regularidades formales, jurídicas, confecciono esta carta,
tal como la leas».
Afectivamente Nené

VII

Los remotos días de la luz


se quedaron, memoriosa nostalgia,
un poco en los rincones de las ciudades
que vieron crecer un muchacho sin urgencias,
otro poco en la palabra esquiva
que iba naciendo a golpes de tristeza.

También en los ojos de los muertos amados,


en los escuálidos montes que trabajosamente
rompen la dura costra de los salares
y se levantan con deshilachadas flores
sobre esos llanos frecuentados por el silencio.

Pero de día en día, por el otoño,

149
un inapelable profeta ciego
que solamente sabe que mi corazón acucioso
es apenas una pobre, envejecida
memoria sin regreso.

de «La memoria y otros poemas»


LA MEMORIA

La memoria es una musgosa costumbre


de permanencia en los días y las cosas.
Es un oscuro río que nos ata ferozmente a la tristeza,
un dios nómada fundador de crueldades

150
sobre los tas
campos que la muerte iba flore-
amarillos, ciendo por la tierra,
las calcina- las hogueras de los ro-
das osamen- deos,
las frágiles flores nacidas
entre las piedras.

asombros; Pero el tiempo es un duro


cerrojo
sellador de todos los

151
Cuando me pides que te recuerde
prefiero inventarte cada día
para que no seas
una pobre huésped más de mi memoria.

III

Cuando se regresa desde más allá de los confines


la resurrección del arcángel vencido
es un lento, doloroso caminar desde el exilio,
una leve llovizna sobre el páramo.
Las palabras que duermen en la oscura memoria
son llamadas por el delirio
que aún nos adhiere desfallecientes a la vida,
para ser también resucitadas.

Vengo desde más allá de las tinieblas.


He cruzado las estaciones yermas,
las milenarias estalactitas,
los desiertos abominables.
Vengo desde los confines del desamor
y traigo en mis viejos huesos,
en mi escuálida carne
esta verde lámpara anunciadora.

La victoria sobre la muerte


es siempre posible

de «Obra Literaria»

152
que injurian nuestra dolida carne,
un intento insaciable de encender el otoño,
de resucitar la ceniza.
Por eso cuando me pides que te recuerde
pienso en nuestras cortas palabras,
en nuestros largos silencios.
Pienso
en la desolada ternura
que repartimos por todos los rincones de la sangre,
en el territorio inviolado donde habitan
las mujeres que me amaron,
en los impúdicos arcángeles que te circundan,
en la inocencia irrescatable.

153
Aire amigo del Sur...;
prefiero que regrese a la
prístina imagen de vaso no
tocado
y no que en carreteles ve-
redas se me vaya
con un algo marido a otro
barrio.

La Niña mira y ríe monta-


da en el caballo de la lluvia
y sé que en la tibieza de
sus tallos morenos está mi
laberinto.
moho de vidrieras
conservando en – OOO –
orejas un relente de
músicas lejanas.
NARRO LA CRUELDAD

Cuando una astilla ínfima


raspa mi corazón
se que me iré a cruzar bal-
díos del crepúsculo
como un grano evadido
En los juegos del
del círculo previsto,
año mi corazón an-
he de irme en los párpados
y el tacto a dolerme en el

154
JOSE MARANO
¿Nació en La Rioja? ¿En el Barrio Matadero? ¿Vino de otra parte?
Lo cierto es que estuvo varios años en nuestra provincia. Y no sabemos
más. De su libro «La evasión del angel», 1958, transcribimos:
José Marano, con la abundancia de su inspiración, hace hablar sus
sentimientos con una gracia deliciosa, con una emoción ingenua cuya
estructuración no se presta a trabas ni retoricismos del lenguaje. José
Marano es un poeta que con su directa espontaneidad configura con
algunos datos la atmósfera general del libro; así, el Angel, la Niña,
la Segadora..., son transfiguraciones de la mujer, sin pretender hacer
ningún simbolismo, sino por el contrario, relacionarnos con un sentido
poético íntimo.

EL LABERINTO

En este día gris le han comprado un caballo a Buenos


Aires.
hecho de un aserrín finísimo de lluvia;
montada en él está la Niña y cuando mira o ríe yo presiento
que está haciendo contratos para volverse viento.

Aire del Sur amigo...,


no le des importancia pues su labio tiene un olor a trébol
todavía,
no le creas si dice que su signo es huir del rio-amor,
que si no le consientes tu ramaje andariego...,
ha de ir en el potro de la lluvia a desandar las calles
para volver después a su presencia de un olvido y un barco
en la botella.

155
y Cultura».

LA RAZA INDIA QUE MUERE


(fragmento)

La raza que otrora sabía de labranzas


pacífica dueña de la extensión inmensa,
que en las tardes amasaba el barro
en la mano gentil de la india alfarera,
que ofrecía a sus muertos y dioses

El tum tum de la caja y la triste endecha,


que intercambiaba sus magros productos
y cazaba jugando el conejo en la maleza,
ya no siente el afán de la lucha,
ya no goza de la chicha y de la fiesta.

La raza comienza a cerrar sus ojos,


sintiendo con dolor como le roban su tierra...
Y poco a poco, sin gesto ni palabra
retoma el camino de la alta cordillera:
Vuelve a la huella del viento y de los venados
que en sus cuernos se llevan el signo de la raza vieja.

Se abre una nueva página en la historia:


es que va a nacer una raza nueva.
En el rescoldo del fogón antiguo
sonríe el postrer suspiro de la raíz que se aleja...

Es ley de los dioses,

156
daba tomando diarias
llagas...,
hoy en cambio la astilla solo por error hiere
pues mi piel ha crecido en escamas inmunes.

Hay días como hoy que llega el Angel imprevistamente


y en el ser me declina su majestad de lluvia inmaculada
y con una creciente de jazmines translúcidos repecha
una tristeza demorada.

Cuando los arbolitos del Angel recordados en perfumes


raspan mi corazón con sus leves saetas,
debo salir al aire hasta encontrar los diálogos del
césped
encarnándome en suelas del zapato;
cuando el Angel con su crueldad y oprobio me persigue
el tiempo me desgaja inútilmente.

de «La evasión del Angel», 1958

MARTÍN
HORACIO
GÓMEZ
- 1929-
Sacerdote prestigioso y muy querido, compuso conjuntamente con el
Prof. Frega la «Misa Riojana». Fue secretario de Cultura de la provincia
y ha editado «Cántico de los cinco siglos», «Chaya y plegaria» «Esta
es mi tierra» y «Antecedentes para una historia desde la Iglesia en La
Rioja». Hace 20 años que colabora domingo tras domingo en «Familia

157
Tres golpes de timbal, Mi música es para esa gente, etc. Obtuvo notables
premios. Es indudablemente uno de los grandes novelistas americanos.

PAISAJES DE LA RIOJA

No holles el suelo con tu pie


por un dios de ojos violentos
duerme dulcemente,
ni levantes la mano
porque hay un cielo
a la altura de los ojos
y horizontes en fuga
en la trama del aire
para tí,
en esta tierra
en que los hombres
devienen dioses suavemente olvidados
y la sangre mezclada al sol
teje al borde de la tierra
su destino incansable.

La sangre y los ojos


son arena.

Las montañas
son hombres.

158
lo sabe la raza vieja!
El invierno descansará en las sombras
para que nazca la nueva primavera...

La raza india, siguiendo la luna,


recostó en las nieves su blanca cabellera,
mientras el ocaso, mortaja de soles,
entonaba un Requiem, con sabor de quena...

Crisol de sangres, el valle mestizo,


hoy anda en los sembrados y canta con las cosechas,
susurra en los olivos y en las viñas se alegra,
para honrar el sueño de la raza vieja...

de «Cánticos de los cinco siglos»

DANIEL
MOYANO
(1930-1992)
Nació en Bs. As., vivió un tiempo en Córdoba y luego se radicó en La
Rioja donde realizó la mayor parte de su novelística, cultivó igualmente
el cuento y en los primeros tiempos la poesía.
Se desempeñó como corresponsal del Diario Clarín permaneciendo
dos décadas en nuestra provincia.
El «Proceso» lo premió con la cárcel, tomando, al salir, el exilio hacia
España, adonde falleció a los 62 años. También fue músico, fotógrafo,
plomero, albañil levantando su casa en La Rioja con sus propias manos.
De su bibliografía consignamos: Artista de variedades, La lombriz, Una
luz muy lejana, El fuego interrumpido, El oscuro, El trino del diablo, El
estuche del cocodrilo, El vuelo del tigre, Libro de navíos y borrascas,

159
Suplemento de Poemario Americano, 1958

– OOO –
EL CUADERNO DE TAPAS DURA

... Y estaba también el mapa de mi provincia,


un desierto salpicado de aldeas de extraños nombres fósiles
(lectores extranjeros, a zamarrearse como puedan):
Anzulón Anjullón Malanzán Chepes Guaja Sanagasta
Ñoqueve Tudcún Patquía Ambil Chepes Udpinango (esto
se parece peligrosamente a una zamba).
Cuando aquí se me escapan esos nombres y las palabras
se van por el aire
los españoles giran los ojos para verlas volar como
animales remotos
escapados de la conquista.
Me olvidaba de Olta, que no es animal ni fósil,
es el pueblo de mis antepasados
donde se afincó (detrás de una india) el primer Moyano,
un extremeño
arcabucero del fundador Ramírez de Velasco
pero que nunca mató un solo indio (según, claro está,
nuestras propias versiones).
Simplemente les hacía cosquillas con el sable,
hasta que cansado de fundar ciudades un buen día de verano
so pretexto de tomarse unas breves vacaciones
se pasó con la india al bando de los indios
y de sus inocentes juegos estivales venimos los que usamos
este apellido.
No obstante siempre dejó en la trastienda de su corazoncito

160
Vayamos a curvarnos en los ríos
entre los dedos cabe
el tamaño del cielo

Y la tierra nos crece


en su oleaje.

Somos piedras sembradas


en este mar
de verde ceniza.

Tendámonos ahora
a dormir en los caminos.

Los caminos mezclados


al viento.

El olvido
aquí es memoria
y las montañas y los hombres
mueren para un recuerdo no nacido
y todo es convocado
para ser temblor, deslumbramiento.
Los días
son despojados de su esencia
y cada noche es la primera
en sus última llamas.
Esta es la tierra inmemorial:
vayamos a tendernos sobre ella
como lo hacen los dioses.

161
del Ande
y O´Higgins u Oígine como decíamos ayer
y el Río de La Plata medio mar medio río perdiéndose en
el oceáno que obviamente nunca cabía en el cuaderno.
Señores este poema o mediopoema se va acabando porque
no soy un Proust ni nací para serlo.
En realidad debí acabarlo en la estrofa que termina con la
palabra Amsterdam,
entre imprecisas lloviznas,
suena bien y tiene extrañas diacronías

162
la posibilidad de volver algún día a su tierra extremeña.

Sabía que nunca podría convencer a la india


cuyas lágrimas podían más que barcos y recuerdos,
y entonces dejó la idea de volver como algo aparte,
como quien se inventa un heterónimo para poder volver
de otro modo.
Y ahora me doy cuenta de que no vine a España, en
realidad he vuelto y soy el heterónimo.

La mitad de lo que el arcabucero tomó prestado de la


india vino conmigo a Europa.

Ella finalmente de algún modo cruzó el mar que temía.


La otra mitad quedó bajo el nombre de Alfredo, cerca de
Olta, en Cortaderas, un pueblito que ya no figura en
los mapas ni en la realidad.
Como se puede ver, yo también, como Borges, tengo mis
mayores.
Mis próceres que diablos. Uno finalmente no es tan tonto
como pudiera creerse en una lectura a primera vista. Y
ese mapa es uno de los dibujos más hermosos que
perdí con el cuaderno.

(...) Había otros dibujos que sin saberlo olvido lentamente.


Una planta de maíz un guanaco un suri una vicuña la
batalla de San Lorenzo
una galería de militarotes y muchas batallas todas nobles
y justas
el almirante Brown como especie de parte buena de Sir
Francis Drake
Belgrano el demasiado bueno y San Martín el más grande
163
DE LUCÍA PARA LUCHO

Cuando la alegría puede


galopar el éter,
en un capullo de papel,
es que han sobrevivido
sorteando aviesos elementos,
valerosos pilotos de tormentas.

Ayer tras largo y tenebroso silencio,


Lucho recibió misiva de su esposa,
desde otro penal,
y en un tremendo si a la vida.
Cuando en un sobre pueden viajar,
una mujer y su aroma,
es que los barrotes resultaron vulnerables,
las letras no han sucumbido,
y los silencios fieros fueron sonorizados,
con el cantarino torrente del amor.

Ante la mínima fisura,


se filtró el abecedario
haciendo revolotear la ternura,
en una frase simple, límpida:
«... mi querido Lucho».
Negra fue la vigilia
de la tormentosa noche,
el oleaje corrosionó con odio,
semidioses enfermizos
164
y un aire de exilio y de nunca como la ciudad de la niebla
de Baroja
que acaba con la palabra Rotterdam.
De todos modos le agregaré una coda como en las partituras
aunque esta sea ya la coda,
como quien la toca por última vez antes de que se escape
hacia el olvido como toda cosa de este mundo.
Sólo quería agregar que como a Proust con los bollitos
a mi estas cosas del cuaderno me vienen a la memoria
cuando le saco punta al lápiz y siento el olor de la madera
y hasta puedo oir la voz de mi tonto compañero de banco
cuando me dice ¿cual Pirulo? y medio siglo después
vuelvo a deleitarme con mi respuesta cruel.
La coda propiamente dicha dice que el cuaderno se
extravió en algún traslado.
Cuando se viaja de prisa no hay tiempo de contar las maletas.
Si alguien lo encontró, favor de devolverlo a mi
casa, calle Corrientes 675
de La Rioja de allá.

Daniel Moyano
de «El cuaderno de tapas duras»
-homenaje a mis amigos riojanos-,
Madrid, 1981
PLUTARCO SCHALLER
Fotógrafo y periodistas de El Independiente, durante el «Proceso»,
por espacio de ocho años, lo tuvieron en siete cárceles. Vive exiliado en
Cuba con su esposa. Más conocidos por el Chacho y la Chacha Schaller,
en 1996 publicaron conjuntamente dos libros, uno de poesías y otro de
cuentos: «Tinkunaco del 81» y «De cuentos y Sueños». Al año siguiente
apareció «Corcino».

165
Se puede humillar;
se puede flagelar la carne,
se puede torturar,
y lo han hecho hasta el hartazgo,
se puede derrochar hipocresía,
se pueden graduar
célebres macabros,
pero no acallarán
la vida en los retoños.
Por eso cuando una carta
nos sacude con un:
«mi querido Lucho»,
allí se acrisolan fuerzas indomables,

166
entro- pero el solo aleteo de
naron una carta,
el sadis- nos trae la buena nueva
mo, del retorno a la luz.

167
voy apoyando confianza
olvidando mi ceguera.

Eres luz de mis tinieblas


en mi camino a llegar,
eres primer elemento
en mi integración social.

Abnegado compañero
como fiel perro a su amo,
ni siquiera pides pan;
mi querido bastón blanco.
de «Coplas de ciego»
CARMEN MORENO DE MERCADO
Nació en La Rioja. Como Lucía Carmona y Teresita Flores, ha realiza-
do encuentros nacionales de poetas, dirigido talleres literarios y asistido
a numerosos congreso de escritores. De sus obras: «Tierra y vuelco»,
«Vértebras de octubre» y «La luz tañe amor». Ha creado y preside en
La Rioja una filial de SALAC. Última obra: «De Orígenes y Perfiles».

INICIACIÓN DEL VINO

El hombre nombra al vino


y al nombrarlo,
se acuerda del exilio del verano
que duerme en sus arropes previsores
para que vuelvan cíclicas las vides
del milagro.

168
llámese amor, fe, convicción, o coraje.

Compañera Lucía,
esos mensajes indelebles,
viajeros de caminos inauditos,
no quedarán sin respuesta.
Respondo por Lucho y todos nosotros,
que en esta otra página de barbarie,
será nuestra posdata universal.

Penal de La Plata, 1979

MIGUEL DORADO
Nació en Asturias. Vivió varios años en nuestra provincia. Al quedar
ciego regresó a su patria. Publicó «Coplas de ciego».

BASTÓN BLANCO

Me vas buscando el camino


y vas marcando mis pasos
en mi mano yo te llevo
tú me llevas de la mano.

Y me vas abriendo al mundo


me vas dando claridad,
tu me das independencia
yo busco la libertad.

En metálico tan tan,


y en tu blanca silueta
169
Por eso se derrumba en confidencias,
para dentro.

Y se levanta en festivas nostalgias


que espiralan la rosa de los vientos
y eluden los gendarmes del metal
y la tristeza.

El vino
moja piadoso las vértebras
y siempre se llega con su ángel
cristalino y cómplice,
tendiendo visillos azulinos
entre los arrabales del tedio
y el corazón en vértigos.

170
Vino:
Verbo lujurioso de la tierra
escarbado por raíces que reeditan.
a espalda de los tiempos,
los sorbos vegetales.

Vino:
milenario colibrí
que llenas de círculos la sangre
arrimando el misterio a la palabra.
Te gestas en el mosto
que se tiende solitario en lagares
para acortar en fermentos distancias entre Dios
y el hombre tributario.

Y sabemos los hombres,


que tiempo y vino se destilan
y arrodillan ante uno,
porque nuestra sed es necesaria
a los oficios y parábolas.

El vino inicia al hombre,


no sé en qué rito imperdonable
de andenes fugitivos y fábulas moradas,
que de tanto gustarlas lo consumen
dejando tendida la memoria
de arpegios intangidos y lejanos.

Entonces,
he visto en siestas de chayas seculares
que el hombre se siembra
en su sombra.
171
MARÍA
CARMONA
Nació en Chilecito. Editó «Cuando cesa el paisaje» (Poema) 1987 y
«Los irredentos» (Plaqueta, 1984). Reside actualmente en la provincia

172
Todo es a esa
hora,
feliz alqui-
mia de astros
y magnolias.


de «La Cruz tañe amor»

173
Entonces si,
víbora,
la única sonrisa
frente al apocalipsis.

– OOO –

LOBO

Hay un perfil de lobo agazapado


en el confín de Dios
junto al abismo.

Quien dibujó su celo en el monte nevado


y señaló su paso
desde la entraña amarga
hasta el aullido.

Quien talló su colmillo en sed y luna


y derramó en sus fauces
la sal de la vigilia.

Sin amo y sin opción


que siniestro tatuaje identifica al lobo
en su puntual misión de dentellada y garra,
de soledad de madriguera y risco.

Quien odia tanto al sanguinario alerta


o quien le ama tan profundamente
que le asignó la mano del verdugo

174
de Córdoba.

VÍBORA

A la izquierda de Dios
hacia la noche
como una inquieta víscera del bosque
se deslizó la víbora.

Ella
la fundadora de la primera culpa
dardo vivo
en la urgencia de sus colmillos plenos
se ciñe a lumbres altas
por perpetuar la sombra.

Tras la náusea
la certera expiación del madero y la sangre
no la alcanza
tan sólo el hombre hereda
la redención del hombre.

Adormecida apenas
bajo el pie del arcángel
repta en pos del prodigio de la metamorfosis
que la convierta en leño
con destino de hoguera.

Será
hacia el final del tiempo
en el crisol total del infinito
la purificación de los latidos.
175
de «Cuando cesa el paisaje»

JAIME ALAZRAKI
- 1933 -

Nació en La Rioja, reside en California.


Doctor en Letras, viajó a Israel estudiando en la Universidad de
Jerusalén, de allí pasó a Estados Unidos, donde se graduó en literatura
española.
Ha sido ganador de un premio con su libro «Poética y poesía de
Pablo Neruda». Es crítico y autor de un ensayo sobre Borges, editado
en Madrid, trabajo que fue denominado como magistral por el profesor
Albino Sánchez Barros en una conferencia dada en el Museo Municipal
de Bellas Artes. Es imprescindible, dijo Sánchez Barros en esa oportuni-
dad, leer primero este libro de Alazraki para poder interpretar a Borges.
Con frecuencia dicta conferencias en Europa y en América. En 1971
S.A.D.E. filial La Rioja publicó un cuadernillo con cinco poemas suyos.
M.P.R.
Recientemente lo hemos rastreado por internet y el único dato conse-
guido es que trabaja en la Universidad de Columbia, donde dicta cátedra
de español y portugués. Gran conocedor y estudioso de la obra de Julio
Cortázar. Nos fue imposible conseguir algo suyo.

HOMUNCULUS

Vino cuando ya el pájaro cantaba,


y el pez, callado, siglos enterraba.
La tierra era ya una hoja verde,
había ceibos, arrayanes y cocos.

176
con la complicidad del justo en agonía.

Tan plenamente lobo


sostén de mansedumbres
repudiará la cena del mendigo
enarbolando su dignidad hambrienta.

Sin la feroz presencia junto al prado


perdería su inocencia la majada
y el cordero pascual
la redención
sin su orgullo asumiendo la tragedia.

177
pasillos de bodegas y
desechos.
Entre cortinas tono fal-
so lujo
llegan -rostro pintado-
los artistas
de variedades. Tienen
ojos turbios
de miseria. De vino. De
inocencia.
Y esperan el momento
de su número,
mostrar su habilidad,
No obstante, es
ante una gente
el mejor de sus
distraída en mujeres.
recuerdos.
Copas. Humo.
Que exige tercamente
una alegría
a precio de ocasión o
de disturbio.

(Antes -siempre hay un antes- nos pagaban


mejor. Nos respetaban. ¡Los apuros
para cumplir contratos! Hubo un tiempo
-siempre hay un tiempo- de completo triunfo.
No nos dejaban ir. Eramos jóvenes.
Ella usaba una piel de zorro ruso).

Trabajaron un tiempo en un teatro.


Con luces de color. Tras de los muslos
del cuadro tropical. Y antes que actuara
la gran figura su semidesnudo.
178
Los metales dormían ignorados;
las estrellas vivían sin poetas,
y el viejo coito de la luz y el aire
procreaba azules en agua y espacio.

Sólo después, mucho después, llegó


Homunculus Sapiens Spientia, Potens,
y el mundo infinito devino cifra.

JOSÉ
ALBERTO
SANTIAGO
Nació en San Juan en 1934. En los años que permaneció en La Rioja
dirigió teatro, mantuvo una librería. Ha publicado Arbol de asombro
(1969), Piel en vano accesit en el premio Vizcaya de Poesía, 1969. Datos
posteriores de este autor no poseemos. Vive en España.

ARTISTAS DE VARIEDADES

Cuando llegó a la ciudad, Ismael deseaba


muchas cosas. Hasta le hubiera gustado
cambiar de rostro.
Daniel
Moyano

De tristes camarines deprimidos


con sillas desfondadas. Por los húmedos
179
La gente se divierte: el tiro al blanco
puesto que los balazos nos retratan.
La música estridente. Las botellas
que se gana el buen pulso. Los fantasmas
en un túnel con besos entre histéricas
explosiones de miedo. Las estatuas
del mal gusto que premian el acierto
en los juegos de azar. Las atestadas
máquinas para ver pornografía.
O leer el futuro. O hacer nada
el tiempo por monedas. Los enanos
exhibiendo el efecto de sus glándulas.
O la mujer barbuda. En fin, el mundo
de la inocente diversión barata.
El mundo de los sábados. El mundo
de la aventura individual en masa.

(No obstante, hay algo a fondo en esta gente


que elige la alegría. Y no se cansa
de buscarla hace siglos. En los sábados.
En el vino. En la suerte. En las palabras

180
Un síntoma -hay quien dice- para estudio

Ch
de un muy típico lumpen. Sin embargo,
es su mejor recuerdo. El menos duro
vivir que han conocido. Al que regresan
a vivir cada vez más a menudo.
En pensiones más pobres. En hoteles

U
cada vez más siniestros. Más oscuros.

(Ella fue hermosa, El ágil. Ella había


logrado una canción. Tenía gusto.

Q
El, mientras tanto, con sombreros, armas,
un paraguas, un vaso -cine mudo-
compone en un costado los sucesos
de una canción con gentes del gran mundo).

U – OOO –

PARQUE DE DIVERSIONES

I

rrón, como nos
P
recuerda
i
Epicteto,
-

S
acostumbraba decir: «No hay diferen-
cia entre vivir y morir».Alguien le
p r e -
guntó: «¿Por qué no mueres, enton-

ces?» «Porque no hay diferencia»,
respondió Pirrón.

181
que aprietan timidez con la corbata.
Toda esta gente en sábado que quiere
conseguir su ración de carcajadas).

Es claro, yo podría predicarles


una vida mejor. Que esto los mancha
ahora y en la muerte. O que el ahorro
es virtud en la gente que trabaja.
O seriamente ya, que con fusiles
conseguirán las cosas que les faltan.
Total, un tiro al blanco si se mueren
por un mundo mejor. Pero en su cara
-cansancio, voluntad, desilusiones,
hambre, trabajo sucio, desconfianza-
comprendo que no quieren mis discursos.
Ellos sienten que el sábado se pasa.

RAMÓN
NAVARRO
Nace en La Rioja, Capital, 1934. Se cría en Chuquis, pueblo del
departamento Castro Barros.
Presentación profesional como solista en el teatro Odeón con «Esto
es Folklore», y al año siguiente con «Otra vez folklore» junto a Ariel
Ramirez, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Jorge Cafrune, El Chúcaro,
Norma Viola y otros.
Graba como voz solista la obra de Ariel Ramirez y Felix Luna «Los
Caudillos» y «Homenaje a la Tierra» acompañado al piano por Ariel
Ramirez.
Se incorpora al Conjunto Los Cantores de Quilla Huasi iniciando una
gira por España y Francia junto a Atahualpa Yupanqui y en años anterio-

182
año nuevo. Feliz. Deseo. Goce.
Esta gente que elige la esperanza.
Que tanto la precisa. Tercos hombres
intentando reírse. Estas muchachas
que se empeñan en ser sus ilusiones.
Estas mujeres que los hombres gastan
en niños y comida. Estos muchachos

183
Es de metal o de dra y río llama bajo la
manos que se estre- lluvia la niña de Ando-
chan el sonido de lucas?
Campanas? En Villa Castelli,
A qué Juan de pie- cómo puede una sola ca-
lle tener tantos saludos?
En Jagüe, para llegar
Podré encontrar a Juan Miranda, se re-
entre Chepes y Corral monta un río o una calle?
Cuántos abrazos de
soles tiene la tibieza del
manantial de Ulapes?

184
res en Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón, Hong Kong, Israel, La
India, etc. Presentándose además en todos los escenarios de Argentina,
sean teatros y festivales, etc. durante 11 años.
Ramón Navarro es además autor y compositor de innumerables
canciones de gran repercusión popular, como «Chayita del Vidalero»,
«Vidala del Chango», «Coplas del Valle», «Patios de la Casa Vieja»,
entre otras.
Conjuntos y solistas argentinos han incorporado a su repertorio obras
de su autoría. Fue ganador del Festival Cosquín de la Canción con «Chaya
de los Pobres». Musicalizó además poemas de grandes autores nacionales
como Manuel Castilla, José Pedroni, Ariel Ferraro y ha compuesto una
obra integral denominada «Cantata Riojana», con texto de Héctor Da-
vid Gatica. Ultimamente ha grabado «Desde La Rioja», «En Familia»,
«Verde de los Patios».
Ha integrado por dos periodos la Comisión Directiva de SADAIC.

LA RIOJA - INTERROGANTES ESDRÚJULOS

Cómo se llama en Cochangasta el color del Velasco en prima-


vera?
Quién asesinó el verde en el viejo Boulevard de los terebintos?
Qué arbol dicta la condena del asesino de la sombra?
Bajo qué paraíso resucitará su frescura?
Llevan pañuelos de azahares los saludos de Plaza Vieja?
Cuánto dolor americano cabe en un Pozo de Vargas?
Cuántas glorietas tiene el amor en la Plaza Nueva?
Es jacarandá el azul del Velasco?
Es de oceános o salitrales el sonido salado del nombre Tajamar?
De qué aroma se cuelga el torrontés de los racimos?
Cuánto sudor por día entra en un grano de moscatel?
Cuánto fue el incendio que dejó las brasas de Los Colorados?
Cuántas vibraciones por perfume tiene el vuelo de un colibrí?
Viene de los abrazos de la arena la fuerza de la piedra?

185
con los ojos?
Cómo hacen las higueras para subir la arena hasta los higos?
Si sueño con Olta, podré despertar antes que lleguen los ase-
sinos?
En Malanzán, un elefante es igual a una montaña?
Si no fuéramos de cuerpo y alma podríamos ser de Famatina?
Cuántos toros tiene un trueno en el cañón de Talampaya?
Es de uvas o puñales la grapa de Pituil?

– OOO –

ACRÓSTICO AL PUEBLO AZUL

ango fui en tus sombras del


estío, en tus soles de la siesta,
en tus mansos callejones que
abanican los viscales.

na señal de altura verde que mira el


más azul de los cielos en la alameda
del estanque.

uieto como la húmeda piedra de la


acequia, que siente pasar el agua rozando
su sueño de pájaro imposible.

n vidalero caja en mano, esperando


en las tardes de febrero, el latido
tembloroso de los parches.

186
Dibujo:
León Guinsburg

de Isaac las lunas per- Cómo se llama el vien-


didas de Ariel? to que en la Quebrada de
Por qué no luce la Troya esculpió tanta
aros de aceituna la magia?
mujer aimogasteña? Si suenan las quenas en
Guandacol, se entristece la
piel de los guanacos?
Los tamarindos de
Tama sueltan pájaros o
nace de Yacurmana son las voces y las sombras
que sólo se puede oir del tiempo de la victoria
Romero?
Qué música secreta

187
te llevan estremecida por remolinos grises que llevan en sus alas
misterios sepultados, heridas enlutadas como árboles sin sombra
y agua sin espuma que te llueve al revés como si aflorara de una
tierra negra.

Horas de un hastío involuntario de una pesadez casi sin peso


que puede de pronto enancarse en un suspiro leve y alejarte para
siempre de esa estrella que ya estabas tocando con el alma, aca-
riciando con las manos que de inmóviles se te arrugan como un
dolor y se doblan en tu cara en veinte muecas silenciosas y lejanas.

Es la última ves que te despierto!! me gritan soledades cubiertas


con sombreros agujereados y ponchos de escarcha sucia sobre los
hombros; brillan en sus manos mariposas de fusiles y un cascabel
de lava enrojecida que sube como un fuego alcoholizado a quemar
la semilla del verde que se asoma. Nunca he podido imitar su voz
y por más que lo intento una nube de palomas negras me tapa
siempre el grito con sus alas de hielo calcinado.

(Inédito)

JUAN
CARLOS
SORIA
-1934-
N a c i ó e n L a R i o j a
-tameño por adopción- Folclorista, investigador, autor de canciones. De
su autoría: «Del mensaje» y «José Oyola patriarca de la Chaya». Tiene
varias grabaciones. Fue Director Gral. de Cultura.

188
nundación de luz en las tardes de verano,
cuando en la resolana levantaba vuelo
el duenderio, con ángeles desnudos en la espalda.

imulación de halcón o de gorrión, según venia


el elogio o el reproche, a ese manojito de la infancia
que andaba de ayuda o travesura.

LA PESADILLA

No siempre el corazón de la tormenta está donde suponemos, es


más, nunca está en el lugar que pensamos. El conflicto se asocia a
sentimientos verdaderamente extraños a veces indescifrables y casi
siempre lejanos y paradójicamente unidos a los estados de alegría
que a la felicidad nos aproxima o a la perturbación, la incertidumbre
y el dolor que de ella nos aleja.

Otra vez el sueño se transforma, el silencio te ofrece un nido


de pájaros oscuros, una cuna punzante y fría, un relámpago negro
que destella furias encorvadas como trozos de alambre retorcidos
en el fango. Nada es azul o verde o claro, nada tiene el color de la
mañana es más bien un atardecido silencio que perturba el mascarón
de la nave que va entre brumas navegando desolada.

Caminos sinuosos y otras veces tan porfiadamente rectos que

189
fun-
da- MINERO DEL ALTIPLANO
ron
e l Con una muerte aprendida
pa- venía los ojos del minero
cuando le sacudieron
las entrañas a su tierra.
Ya andaba hasta el aire
traicionado,
y hasta en su pabellón
no quedaba color a patria.
De la esperana esmeralda
sólo quedaba
el verdor de sucios dóla-
res;
y con el nombre sagrado
del nombre de su tierra

190
VIVIR

Ayer le dieron la espalda a mi canto...


y le pido a la vida
que no me desviva;
que huérfanos de trinos
yo he visto a los hombres endurecerse;
vacíos de amor y armonía;
con el alma con el odio,
agonizaban,
y la vida que vivían
los desvivía lentamente
en un corazón de metal
con el canto del oro cual sirenas,
deslumbrándolos, ahogándolos,
escondiendo su fatalidad...
Volveré por aquellos mis viejos pasos
y estaré mirando aquellas
gastadas mesas en los antiguos bares
donde el alma del pueblo
se dice cosas a si misma,
donde se canta tal vez la pobreza
y el ser nadie
ignorando quizás que ese vivir, es vivir,
huérfanos de trinos
y que el corazón que nos somete
¡se desvive! en la agonía inventada
que no pudieron regalarnos...

– OOO –

191
NO TE DETENGAS

No te detengas, corazón.
Acuérdate cuando mirábamos
aquellas torres del sur
adheridas al suelo
con sus manos de hierro
y el trépano que se hundía
iracundo para izarse después
en una repetición sin tiempo.

Cuántos soles,
Cuántos vientos,
Cuántas lluvias
dan testimonio
de su ritmo incesante.

Acuérdate de esas torres, corazón


y adhiérete a la vida
con tus raíces de sangre
Alzate con la fuerza de la espiga
y húndete profundo en la esperanza.

Habrá miles de soles que nos abrasen


vientos que nos empujen
lluvias que nos golpeen la cara
todavía.

– OOO –

TODAVÍA FALTA

192
trimonio de la entrega.
Su tesón, su dolor, y su sangre
adentro;
el mineral y la ganancia
afuera,
con la sonrisa y la ironía
del que vive del trabajo ajeno
Pero la tierra marcará su rumbo.
Sus entrañas no se maltratan
sin desquite.
Ese dolido minero la irá rescatando
por el himno de su brazo
fuerte y fecundo,
y en el aroma numeroso de su raíz,
cantará su propio destino,
en un salmo de sangre y paz
con el nombre venerado de la tierra.
de «No te detengas
corazón»

JULIO
CÉSAR
REARTE
(1934-1985)
Contador público, perteneció al grupo «La Algarroba». Tras su muerte
sus amigos reunieron y editaron sus poemas bajo el título «No te deten-
gas corazón». A este mismo grupo artístico también pertenecieron Juan
Carlos Soria, César Torres, H.D. Gatica, Edgar Torres, Julio Olivera
Chazarreta y otros.

193
cente. Dos veces Faja de Honor de la S.A.D.E. en poesía y cuento. Faja
de Honor de ADEA. Primer Premio Fondo Nacional de las Artes. Gran
premio de honor de la Fundación Argentina para la Poesía. Ciudadano
ilustre de La Rioja. Cofundador de la revista Alborada, Fundador de las
revistas Poesía Amiga e Integración Cultural. De sus obras: Memoria
de los Llanos, Los días del amor, Los días insólitos; Diarios desde Villa
Nidia, Los fundadores del olvido, Mapa de la poesía riojana, Este canto
es América, El canto de las manos, País desvelado, Crónicas de viajes
por América, Una voz para mi tierra. Varias obras inéditas. Autor de la
letra de la Cantata Riojana con música de Ramón Navarro.
CARBONERO

Un horno está encendido:


dieciocho toneladas de sudor.
Otro horno está tapado:
ciento noventa metros cubicados
de algarrobo y quebracho.
Y otro horno por armar.
Las chatas rodeadoras
amontonan un bosque por cada horno.

Recogiendo los meses


con la horquilla de los dedos
don Luis Fernández, carbonero,
quema un dolor doblado en los riñones.

Embolsado el sudor de cada día


con tizones de sol sobre la nuca
tienen cielos de humo
sus pesos negros.

II
194
que la paloma,
la flor,
una caricia.

Sigue. Hay que ga-


lopar más noches
andar por el camino
de estrellas
Todavía quedan pa-
lomas,
flores y caricias de
una mujer
que quizá está es-
Foto: Tito Mangini perando
Corazón sin conocernos.
no te can-
ses de A mi miedo, a todos
golpear. los miedos
dejémoslos atrás
To d a v í a en el olvido.
nos espe-
ran
ríos sin de «No te detengas, corazón»
orillas.

Llegamos HÉCTOR
hasta aquí
dando el DAVID
amor sin GATICA
otra con- Nació en Villa Nidia, llanos de La
dición Rioja, Dpto. San Martín en 1935. Do-

195
hasta en el alma
y unas ganas ardientes y encimadas
de abrazar más mujer y menos leños.

Vuelve don Luis Fernández quemador


vuelve por doña Juana
sobre la curva de los días apilados en el monte.

Un beso de sabor oscuro


le enciende una mujer de leña.

de «Memoria de los Llanos»

– OOO –

AMOR SALVAJE

Te fui nombrando por todos los caminos.


Fugaz cintura construida de ramas.

Fueron caricias de arena y luna las nuestras


besos de viento y sol.
Por un lado nos crecía el amor
y por el otro el pasto.

Ese pelo tuyo de fronda cubría todo temor.

Los árboles se reunían en alguna parte de tu risa


y yo escuchaba el canto de los pájaros
poniéndote el oído en el cuello.

196
Paladas de esta pena reseca
-jarilla y tierra-
con que tapan los trozos.
Caliente sepultura vegetal

Desvelos con el humo en la almohada.


La frente de estos hombres
se supone que es humana.
¡Bestia de olor que acecha llamaradas
cuidando por las noches que no se incendie el horno!

Mientras más lento el fuego


más pesado el carbón.

Que le saquen la mortaja al bosque


pronto y con siesta.
Lloran ángeles negros en las bolsas
por un infierno más para las manos.

Jornales de saliva tiznada


para nombrar los sueños carboneros.

III

Ha quemado en El Retamo
-como ocho mil hectáreas de quebracho-
en La Gloria, en San Pedro, en todas partes.
Le queda solamente carbonilla
y cisco

197
Apenas si uno sabe que es hijo de estos chacos
porque nota la ausencia de ser dueño.

Alzando el corazón, que aún nos queda sano,


quizás reconozcamos
nuestra sangre.
de «País desvelado»

RAÚL
VERA
OCAMPO
Poeta, ensayista y crítico.
Nació en La Rioja en 1935.
Fue becario en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Roma.
Formó parte del equipo de colaboradores de la revista Sur, dirigida
por Victoria Ocampo; fue integrante del elenco de la revista Papeles de
Saon Armadans, de Palma de Mallorca, España, dirigida por Camilo José
Cela y formó parte del staff de la revista Mundo Nuevo, editada en París
y dirigida por Germán Arciniegas.
Dirigió el Suplemento Cultural del diario La Opinión, de Buenos
Aires.
Fue director del Museo Municipal de Bellas Artes Eduardo Sívori,
de Buenos Aires.
Tuvo a su cargo la sección de artes plásticas de las revistas El Perio-
dista y Humor y de la revista española Telva.
Dirigió la sección cultural de la revista Claves, de Buenos Aires y del
diario Le Monde Diplomatique, de París, en su edición latinoamericana.
Dirigió y organizó los ciclos culturales en la Asociación Psicoanalítica
Argentina y en la Sociedad Científica Argentina.
Tuvo a su cargo el área de Proyectos Culturales Especiales de la

198
Ahora comprendo que el campo está en ti
andándote por la piel.
Si me abrazas
se que es una planta o alguna senda que me ama
o acaso una leona enamorada.
de «Los días del amor»
PAÍS DESVELADO

Crecer con una decisión:


Destrozar los candados
y el estiércol que nos dejan.

Rescatar el maíz desposeído


por lo que tiene de nuestro y de esta tierra.

Pertenecer al sol de Capricornio


donde un hombre de estaño muere por Bolivia.

Mostrarse heroico en esta latitud sur del cobre mutilado


o junto al Golfo de Darién
rescatar por lo menos un pan cada mañana.

Preguntarle al país por su esqueleto


o por el ganado ilustre de las pampas.

Hay días en que todo se sostiene


porque uno acaba con el hambre justa
y no quedan ni ganas de silbar.

La carga que una llama alza en Socompa


es la misma que pesa en nuestro abuelo.

199
o en el ancho valle
que conduce a la zona
o la búsqueda
recién comienza
o todo concluye?

Creemos recorrer siglos,


escalar alturas, ascender
desfiladeros
que en la mente cubren
extraños cementerios
o populosas junglas
de seres y objetos;
creemos cultos haber aprendido
las enseñanzas mínimas
que la aprobación titula
del saber adquirido
pero irrumpen de nuevo
las nítidas barcas que del cerebro
derivan,
bibliotecas lineales
de hibridez demostrando
sus muertos ilustres.

Zona enmohecida o radiante


que significas el pacto
de una sabiduría
aclimatada
en viajes cortos y largos
de un día y de años,
ocasional modo de comprobar
200
Secretaría de Cultura de la Nación.
En 1987 es condecorado por el Ministerio de Cultura de Francia.
Tiene publicados ocho volúmenes de poesía, un tomo de traducciones
y selección propia de la vanguardia italiana y cinco libros de prosa que
comprenden relato, crítica y ensayo.
Hasta 1997 dirigió la revista cultural El ojo del arte y entre los premios
recibidos, merece destacarse recientemente el Primer Premio Municipal
de Poesía por su libro Album de cámara.
ZONA

Que entre la multitud


define un estado de arribo;
o un centro de recogimiento
y pausa
que precede al término del extravío;
inmensidad indeterminada
inexplicable
que rodea y despeja
toda dependencia,
todo límite.
Desierta guarida que asombra
y desorienta
las predisposiciones del nómade,
el desfigurado hijo insomne
que nos supone
la escritura.

¿Estoy en la zona
o más bien creo estar
en la vertiente que lleva
a la zona?
¿No estoy en la caverna

201
o es espejismo inmaduro
que crece con una razón
deseada?
¿Puedo penetrar la oscuridad
indetectable y unir
los polos que describen
la verdad desestimada
por incrédulos?
¿Estoy en la zona
o la zona está en mi?

Como materia evanescente


que desdoblara
dos faces de su ser,
se cumple la inmersión
de lo real en lo inconsciente
para surgir ilesa
aunque acrecentada
la lúcida conciencia
que afirma la experiencia
en su absoluta
exterioridad.
Esa es la zona
y ese es el cuerpo
de la verdad.

Zona
que entre la multitud
define un estado o centro
que ilumina y despeja
todo límite,

202
las ráfagas y los entierros
llevados a cabo
como liturgias o rituales
pronto desechados,
actos puros y pragmáticos
donde el corazón
repliega sus ventrículos
y el hidrógeno es poción,
vil narcótico.

Zona que nos guías


y antecedes
pero que una vez visible
resumes toda la vigilia,
toda la noche atravesada
como un páramo
o vergel en el que confluyen
las sangres
y los filtros, las sospechosas
actividades
que descubre la mañana
cuando interroga.

¿Estoy en la zona

203
toda cia;
im- zona
po- que guía y ante-
ten- cede,
que resume y des-
cubre
nuestra morada,
que oculta o des-
nuda
cultivas la acción,
la unión
y la armonía;
zona que en este
peregrinaje
204
de alucinación
e hipocresía
creces como el puerto
de otra mayor estadía
¿la zona está en mi
o estoy en la zona?

¿O no hemos comprendido
e indivisibles, aturdidos,
volvemos
a los viejos recintos?

verano 1981 - otoño 1996


de «Traumdeutung»

– OOO –

¿VANGUARDIAS POSMODERNISTAS?

Después de la renovación cultural operada en los años 60


apareció en el país un nuevo tipo de intelectualismo, ambiguo,
confuso, destinado quizás a conservar y a establecer pautas más de
«status» que de renovación. Esto produjo a su vez un nuevo tipo
de vanguardismo que no se compromete ni con la imagen ni con
la forma ni con una estructura de pensamiento que inquiete a nadie
y mucho menos al «establishment». Una creencia latente de que
banderías de otras «vanguardias» europeas o norteamericanas ya
caducas o que representan otro contexto social, pueden constituirse
en las verdaderas pautas creadoras interpretativas de nuestra rea-
lidad nacional, invade el territorio creativo sobre todo de Buenos
Aires. La transvanguardia fue el ejemplo más concreto con sus

205
los productos culturales, y por consiguiente, a aumentar la explota-
ción económica de un sector que posee considerables posibilidades
de desarrollo».
Esta caracterización del ámbito ideológico que signará los ob-
jetivos «culturales» perseguidos por la minuciosa instrumentación
de esa política, obtendrá como resultados inmediatos -asevera
Poli- que el arte de vanguardia pierda su peculiar significado y se
convierta en espectáculo, mercancía, adorno, símbolo de clase o
mero objeto de consumo.
A partir de aquí se establece una medular mediocridad que
pueda contener todas las posibilidades de la inmaterialización de
proyectos.
Como dice Hans Magnus Enzensberger «la vanguardia se ha
convertido en su contrario, en anacronismo. No asume el riesgo,
poco visible pero infinito, del cual se alimenta el futuro del arte».
Estamos de frente a una sociedad cuyas vanguardias o movi-
mientos artísticos se convierten en elemento perturbador, confusio-
nista, donde sus razonamientos argumentales llevan a una suerte de
academicismo de la vegetación de ideas muertas que nos sumergen
en la incapacidad y el desengaño o a una suerte de intelectualismo
estéril donde la operatividad de las ideas se consume en su propia
artificialidad elocuente y críptica.
Las pseudo vanguardias, la carencia de ellas o su sustitución
postergada por la ausencia de un verdadero pensamiento estético,
constituye de todos modos un síntoma social que radiografía a una
sociedad que no puede superar sus anacronismos y diferencias para
construirse el espacio cultural que necesita y que es el único que
podría producir los creadores o dirigentes idóneos para conducirlo.
La cultura es el único espejo ideológico libre que refleja nuestras
incapacidades o la intolerancia de nuestro corpus intelectual. No
es en las cotizaciones del mercado en el periodismo light donde

206
cultura tiende, sobre secuencias de «nueva imagen»
todo, a ampliar el y de categórica «mala pintura».
área de consumo de Escribió el crítico italiano
Francesco Poli: «El progresivo
control de los instrumentos de
producción de la cultura por
parte del capital monopolístico,
no deja lugar a dudas, puesto
que esta democratización de la

207
y lo rebuscadamente intelectual.
El fenómeno posmodernista no puede tener asideros serios den-
tro de una sociedad que todavía no ha alcanzado a desarrollar sus
conceptos modernistas. En último caso, la supresión de estilos que
en el fondo acarrea la postura posmodernista, sirve muy bien como
pretexto para apoyar la incoherencia, superficialidad y carencia
total de talento (no hablemos de técnica) de muchos pseudoartistas
lanzados en nuestro medio a la conquista de un mercadito vapu-
leado y enceguecido por los exitismos fáciles.
¿Dónde está dada entre nosotros la condición posmoderna?
Aquí no solo no se ha agotado la razón sino que aún no hemos sido
capaces de intuirla en su sentido -teórico y práctico- más amplio
y mucho menos instrumentarla. Al único enunciado que hemos
quizás llegado es al de la secularización gradual de todo, pero
como impotencia local de lograr una ideología que nos permita
incorporarnos al mundo de lo racional.
La pérdida de fe en las corrientes estilísticas es así una libertad
lograda ¿para que futuro? El desenmascaramiento de la razón
ilustrada que nos ofrece el posmodernismo, legitima así sólo un
poder basado en la eficacia.
En otras sociedades avanzadas esto puede ser un desafío u otro
punto de partida. En las nuestras, pobres sociedades del subdesa-
rrollo, únicamente es un desvío más en la búsqueda de un destino
cultural que el posmodernismo desconoce.

de «Seis aproximaciones al arte», 1997

JOSÉ
LEDESMA
Permaneció varios años en La Rioja con su esposa, una mexicana
208
encontraremos el verdadero sentido de responsabilidad ética que
nos puede sacar del estancamiento. Nuestros próceres culturales
se van muriendo y no hay con quien reemplazarlos. La creciente
iconografía que resucita ahora personajes de la historia (desde el
siglo pasado hasta Perón, Evita, Borges, mañana Sábato, Bioy...
y después, la inundación) para obtener un repertorio que pueda
clasificarse como «cultural», es evidente.
Hoy no podemos dar un Cortázar ni un nuevo Borges o un Xul
Solar ni tampoco un Roberto Arlt, un Sipilimbergo y un Discépolo,
creadores todos inmersos en la auténtica renovación que cambian
la estructura de las ideas y nos acercan a la verdadera praxis acorde
con su contexto socio-cultural.
El naufragio de ese vínculo emocional que se estableció entre
los artistas y un público entonces tímido durante los 60, se ha ido
desvirtuando por causas concurrentes: la creciente comercialización
de la obra de arte como un producto de inversión o especulación
-no de conocimiento- y que hoy define el «mercadito» actual en
las subastas con campeonatos en cifras y aspiraciones para llegar
a la cotización definitiva en Sotheby´s o en Christie´s, como la
suma del deseo creativo.
También la asidua tendencia represiva ejercida por los regimenes
militares a lo largo de décadas, impidiendo la maduración que un
pueblo debe ejercer para elegir libremente. Dentro de ese interregno
que asedia un pensamiento propio, se asienta ahora la vorágine de
un cúmulo de mensajes que abarcan lo superfluamente publicitario

209
Desde el último escalón,
el de los sigilos de las nubes,
te ví manto rosa y gris,
tendida en el llano de la desesperanza,
con la sal en la lengua,
del espino y la brea.
Rioja, única historia, partida libre,
arco del tesoro con dos esquinas heroicas
en el arcón del pasado
y en no abierto designio del futuro.
Rioja tú, ventana a la futura cordillera,
al mar de la langosta.
Mi Rioja de zinc, plomo, acero,
crecimiento computables
y extranjeros de libre elección,
del amor preferido, memorial y nuevo,
antiguo y primerizo.
Te observo mansa desde la altura pétrea,
desde el ojo inviolable del Velasco,
mitad ensoñación y poética,
mitad neblina realizable,
futura y argentina.

– OOO –

LA QUEBRADA

CARDENAL con el plumón indirecto


y turbulento, quebrado arriba
por la quebrada del ala
y hacia el agua de la piedra.

210
que ocupó la Dirección de Cultura Municipal. Periodista, cuentista,
poeta con tres libros de poemas. Preocupados por la antropología
viajaron al país azteca donde se doctoraron. Con un trabajo suyo
al respecto obtuvieron un premio de gran importancia. Al partir,
les pronosticamos que se quedarían allá. Y así nomás fue...

EL OJO DEL VELASCO

Fino aliento para tí,


pequeña flor del Velasco,
una imperceptible vida en sus alturas.

211
«Dénme un río, una cruz y un
hom-
bre para fundar un pueblo»

Arturo Marasso

CANTO 1

En la bóveda celeste
donde el Velasco une su azul al cielo
hay recuerdos sonoros
vientos que susurran
pájaros volando en el atardecer,
ruido de aguas saltarinas
212
Padercitas, laberinto aromático,
la cinta verde de tu espalda
reposada contra la roca inmensa,
plaqueta del subsuelo, riojano andar
de temblores, y esta quebradura afín,
húmeda, habitable y visitada
por la procesión permanente
del aire, en descenso,
de la suprema franja de la brisa,
por entre las fincas del junquillo,
del pan de arrope, del de naranja,
junto a la acequia de «La Soledad».
Besaremos tus hierbas históricas,
terrosas, indígenas, tus tierras
eficientes en el manejo del olvido,
del sarmiento casero,
selectoras de los años de sequía.
Buscaremos que perdure
la lírica de lo imposible, y
el buen pasar de los labriegos suburbanos,
para que el agua corra siempre limpia,
por La Quebrada de los sauces,
violinera y calchaquí.

de «Palabras y
personas»

RENÉE
ANDRADA
Nació en Sanagasta -Docente-. Autora de «Seis cuentos para niños
y una estrella», «Canto a La Rioja», (Cuadernillos «Huayra-puca»).
Coautora de «La décima, el trovo y la copla». Cofundadora de AMUR

213
luminosidad al pan
vibración al monte
destellos de Esperanza al alma indígena.

La sabiduría diaguita voló como el cóndor


que habita sus cerros
y se transformó en laurel,
en suave corona de cactus
en cánticos y polen
en fructíferos campos de gloria.
Nada frenó el ímpetu de su fuerza
soltando crines por los llanos sedientos
para pagar una sangre que por fuerte se hizo polvo,
por invencible se hizo eterna,
para nombrar el nombre de mil caciques orgullosos
de cien razas multiplicadas.
No sabían del oro que deslumbra
pero miraban con asombro sus rostros en los espejos
que se rompían en astillas de plata
mientras el oro, ufano, cruzaba el mar
hasta las costas esmeraldas de otras tierras.

Los espejos se han roto


la palabra colgada quedó
en el horcón de los ranchos
como charqui de baguala.

de «Canto a La Rioja»

GUILLERMO GONZÁLEZ

214
y una raza clamando entre los montes.
Ellos fueron hombres y mujeres de hondas raíces mitológicas.
Los que forjaron mil años de Amor y Libertad.
Defendieron la Herencia ancha de la Tierra
galopada entre montes y quebradas
donde el silencio era un inmenso himno de justicia
y los días y las noches juntaban su límite
la tremenda fuerza del coraje.
El coraje de mil sueños entre piedras y tierra calcinadas,
volviendo por las noches frescas con olor a jume y jarillas.
Aquí multiplicaron los brazos morenos para labrar la Tierra
y desperdigaron acciones para mantener la calma.
Sus dioses fueron el Poder y la dulce espera del milagro
que dieron fuerza al quebracho
vainas al algarrobo

215
des-
cu-
brí,

216
Nació en La Rioja. Publicó «Un canto al amor», 1989 y «Arco
Iris», 1992.

DESCUBRIMIENTO

Caminé.
Fui desandando montañas
bebiendo un tiempo maduro
de nostalgiosa búsqueda.

Trepé acequias resecas,


recorrí la savia vegetal
de las viñas
hasta encontrarme
con la miel del rocío,
fruto maduro de sueños.

Crecí,
por el tenaz recorrido del vino,
ahogando penas,
o tal vez
despertando alegrías,
comprometiendo
el aroma de la albahaca.

Continué descendiendo
lentamente,
rodando hacia la urgencia
de un estanque
pleno de verde vida
y desde él
217
y frágiles, los pájaros,
dibujan iniciales en el cielo.
El río largó su azul cristalería;
hay nardos y amapolas,
y una gran soledad
en mi mirada triste.
He de decir adiós a mi paisaje
cuando me marche lejos;
mas, dejaré mi sangre
mezclada con el río
para volver de tarde.

– OOO –

A MI PUEBLO

Estoy suspendida
en el tálamo terroso de mi Norte,
y me duele ese río
de verdosas riberas
donde reside el duende de la espuma.
La fronda circundante
me lastima
con su crespón de formas
donde duermen
los pájaros sin peso.
Pueblo mío
que sufres y que esperas
sin lágrimas
te dedico mi verso.

de «Mensajes y presencias», 1985

218
como cimbreante junco,
tu nombre
dibujado
en un aletear de golondrinas.

de «Arco Iris», 1992

TERESITA
FLORES
Nació en Sanagasta. Docente, supervisora en San Blas de los
Sauces. Ha realizado varios encuentros nacionales de poetas y diri-
gió talleres literarios. Asistió a numerosos congresos de escritores.
Conjuntamente con Nené Andrada visitaron España para dar una
charla sobre. «La décima, el trovo y la copla». Bibliografía: Men-
sajes y presencias, Incandescencias, De pie sobre la sed, Primeros
destierros, Investigación sobre la décima el trovo y la copla. Cocina
Típica de La Rioja (historias, recetas y curiosidades).
Cofundadora y presidenta de AMUR.

PAISAJE

Helada y penitente
la montaña medita
como un mural sonoro,
más bajo, en el río,
se deshace la aurora
por los hilos del agua,
como una crin de oro.
La pasada noche
huyó soñando la melancolía
por jazmines abiertos;

219
MARGARITA
MASSUD
Escribe y sueña en Desiderio Tello, Dpto Rosario Vera Peñaloza.
Autora de varias plaquetas, y dos libros: «Conexiones I» y «Conexiones
II», 1998.

LLANURA

Te busco;
te reconozco
entre rostros duros,
llanura cansada
que, la múltiple arcilla
armó en amargo germen.

Geografía de vientos
entre vegetación ardida
y cauce seco. Sola.
Sin la agricultura
ni las lenguas del cielo
humedeciendo el polvo.

Sólo el trote
de un negro caballo
marcando tu oscura noche.

– OOO –

NOCHES DE TALAMPAYA
220
– OOO –

VIII

Cuando amanece
quiero que me hables
de tus parras vencidas
donde aposenta el fruto
su peso luminoso.
Que tu voz me describa
el evadido dardo
que el viento se atribuye;
del túnel de tus calles;
de viajeras semillas
y mujeres calladas
que desandan la noche
en la amarga densidad de los secretos.
Pues,
el día promete
el andar del suspiro
en afanosa lealtad de planta,
el agua padecida
y un palmo de los cielos.
Y un ceniciento lirio
se abrirá en la sustancia
por la que camino,
hacia el prohibido suburbio
de tus limos.

de «Incandescencias», 1989

221
y muros aburridos,
cansados, que detienen
las agujas del tiempo,
afiladas. Quietas.

Sin rumbo,
entre árboles talados
se puede durar
en la noche
lustrando las alas
para cruzar
aquellas viejas arenas,
-alguna vez-.
Y entonces,
las confusas luchas
que siempre deciden
las quiebras sin salida,
con estructura firme
-sin flechas ni voces-
golpearán esa puerta
entre las grandes cosas
que pasan sin respuesta.

Primer Premio en el Certamen Literario «Talampaya, su historia, colores,


paisajes, flora y fauna», organizado por la Filial N°1 de Cultura, Chilecito,
La Rioja, 1996.

ROSA PEREYRA
Nació en Villa Casana, Dpto. Rosario Vera Peñaloza, y se radicó en
Mendoza donde ejerció la docencia. La Universidad le editó un libro de
cuentos, premio de un concurso. Tiene varios libros de cuentos y poesías

222
Una noche,
una de tantas
que, el tiempo
va dejando
para llegar a otra
entre todas.

Solitaria, casi helada,


flujo de río seco
atado a la furia
de arenas viejas,
la noche
palpita fácil
entre grietas de sombras

223
m e esta
diste ca-
esta den-
voz cia
y este que
silen- m e
cio, tar-
da el
ha-
bla
y

224
muy bellos que, lamentablemente, su magro sueldo de maestra jubilada
no le permite editar.
En Mza. fue cofundadora del grupo literario «Icthios». En 1975 pu-
blicó «Rosa y Laurel». Integra el Libro «Reencuentro» que Azor editó
en 1985 con 37 autores mendocinos.

PADRE


me entregaste
aquel país de arrope,
de mistoles y miel de lechiguanas.
Tú me acercaste
a un cántaro de espacio
apurando la sed de los quebrachos.

me llevaste
(calles y cristales),
manos de piedra que se truecan en ala,
por el funambulesco derrotero
del alba
equilibrando las guitarras.

me signaste
con la Cruz de estrellas
y con avemarías de chicharras
mientras
que los ocasos conjuraban
los bombos de escondidas serenatas.

225
la tierra que dejamos.
Su sombra trenzó un nido
a nuestra infancia pájaro
y hoy, pichones crecidos,
su pluma abandonamos.

Nos despide saltando,


la inocencia del agua que refluye, que trisca,

226
esta lección de sangre
que hoy repito
abrevada en el río de tus ansias.

de «Reencuentro»

– OOO –

ADIÓS AL HOGAR

Es flecha este camino buscando el horizonte.


El nos lleva en su punta
como el acero lleva el imán a su norte.

Hay que partir, hermanos.


Hay que dejar la casa
con este casto aroma que en el recuerdo exhala
de pan recién horneado.

La última mirada
para poblar eriales de días venideros
con luminar simiente y gémulas de tiempo.

Vamos, hermanos, presto.


Se quede la sonrisa del horno boquiabierto
que alimentó mañanas
y engalanó las tardes
con su tenue penacho aromoso y moreno.

Allí el hermano árbol


nutrido por la dulce savia con que nos cría

227
dejar con amor como creció en los días
sed el cánta- en la paz del terruño sosegado,
ro colmado donde llegó el ensueño a la es-
de tanto peranza
como el polen de fecundante
grano
a la miel de la antera en el verano.

Vamos hermanos, vamos.


Esta tierra de auroras y de ocasos
se nos entra en los ojos y en la vida
años... y germina en adiós, mientras se
afianza
su paisaje en la bruma de los
228
coruscante en la arena, como un nido descalzo.

Adiós, adiós, digamos.


... Que dolor más dolor el de partir, hermanos.

Estrechemos al padre que nos tiende


en bendición la fuerza de su abrazo.
Sus manos de besanas y rebaños
que en el amor, de amor nos engendraron,
nos siguen cuando cierra el horizonte
los lazos del sendero al atraparnos.

Nos deja el viento su regusto a monte


cuando besa, furtivo, nuestros labios.

El pueblo queda atrás como una estampa


que en el alma pintamos, sin saciarnos:
la escuelita, la iglesia, el caserío;
el estanque, las huertas, los sembrados;
las majadas goteando los cencerros
en las lomas rojizas de quebrachos;
el cementerio agreste en que se hunde
con raíces de fe nuestro pasado
y allá en el cerro,
el pañuelito blanco
de la cruz que enclavaron los abuelos
para ungir los crepúsculos, rezando.

Desde el hombro del álamo


nos saludan los pájaros.

Que pesar más pesar el de alejarse;


229
JUAN
CARLOS
FUENTES
LAMADRID
El pueblo de «Pinchas» se siente orgulloso de su hijo el poeta. Autor
de canciones populares, su libro De mis Orígenes ya ha sido presentado
en La Rioja, Café Tortoni, Bs. As., y La Plata.

ME GUSTA VER EL PAISAJE

No me gusta andar de prisa


como en el viento llevado,
me gusta estar en silencio,
allí estoy acompañado,
con tantos viejos recuerdos,
que conmigo se han quedado,
de esas noches estrelladas,
de los días tan soleados,
en el cantar de las aves,
en el suelo calcinado,
en acequias cantarinas,
con que a mi pueblo adornaron.

Me gusta estar en silencio,


porque es cuando yo más hablo,
porque todo ese paisaje
a mi me pasa gritando,
yo le grito lo que siento,
y terminamos hablando,
yo le digo que 230
lo quiero,
Vamos, vamos, hermanos.
Qué dolor más dolor nos va llevando!...
Qué pesar más pesar el de alejarnos!...

Mas, no se turbe el corazón en llanto.


Quede aquí nuestro amor como regalo,
como promesa de un tornar futuro...
Digamos el adiós,
pero cantando.

de Revista «Caminando», 1997

231
Pa- Santo Domingo
sas sombreándose en los
por nogales
no te apures demasiado
para escuchar los zor-
zales.

Aromas de yerba buena


contentos te ven llegar
después regará a mi
huerto
mi parra y mi duraznal.

Ay agüita de Campanas
muchos ya no te verán
afortunados mis ojos
te besarán en Pomán.

de
«Campanas en copla», 1995

MARIO
232
él dice me está cuidando,
me pide que no me aleje,
que me vaya aquerenciando,
que empiece a buscar el árbol
donde ir despacio anidando,
que si me voy, que regrese,
porque me estará esperando,
es eso lo que yo quiero,
es lo que vivo soñando,
no me gusta andar de prisa
como en el viento llevado,
me gusta ver el paisaje
con que a mi pueblo adornaron.

de «De mis orígenes», 1997

ABELARDO ANGEL
Poeta de Campanas. Publicó en 1995 «Campanas en copla».

EL AGÜITA DE CAMPANAS

Agua que viene de lejos


de aquellas cumbres nevadas
cuando llegues a mi pueblo
tal vez llegarás cansada.

Viscales y cortaderas
contentos te ven llegar
con tu mensaje de cumbres
jugando en el jarillal.
233
distinguido con premios muy importantes en Estados Unidos, Cuba,
España. Dirige en Toledo desde 1984 el Centro de Estudios Internacio-
nales de la Fundación Ortega y Gasset. De sus obras: Inventario, Poemas
con Arlt, Antes del diluvio, Quince monedas. De reciente aparición un
ensayo sobre la poesía del uruguayo Mario Benedetti.

AUTORRETRATO DE LOS 42 Y ALGUNOS MESES

Y heme aquí otra vez frente a la Olivetti


como si nada hubiese ocurrido
los árboles con sus ramas, los pájaros en sus nidos.
La Olivetti y yo, hermanitos del alma,
carne y uña, culo y calzoncillo.

234
PAOLETTI permaneció 17 años en La
Rioja trabajando en el pe-
- 1940 - riodismo, Diario El Inde-
Nació en Bs. As., pendiente. El «Proceso» le
regaló cuatro años de cárcel.
Reside en España desde
1980. Autor de poesías, cuen-
tos, novelas, ensayos ha sido

235
lejos del mundanal ruido,
a dos milímetros de la locura y el suicidio.

Cuatro años envasado al vacío


y sin el más leve olorcito a piel de hembra;
solo, solísimo, solomorfo, solocéntrico.
Y un buen día: «609, con todo a la guardia».
Y allá va 609, siempre tan obediente,
con el montoncito de ropa percudida
a comprobar si el asco y el horror
son solubles en libertad.
Allá va 609, con los oídos llenos para siempre
de gritos y de silencios
y con un abono a pesadilla válido por veinte años.
Se equivocaba aquel profesor de Anatomía
que nos decía que un hombre es casi todo agua.
Somos memoria, doctor, memoria comprimida
y no hay más capital que los recuerdos,
frazaditas fieles que calientan en invierno
y no permiten que nos recibamos de Nonno en silla

de ruedas
con la boca torcida y las lagañas amarillas.

Heme pues aquí, en los Madriles,


directamente del encierro al destierro,
sapo de otro pozo.
Soy el almacenero gallego de la esquina
(pero ahora en la esquina de ellos).
«Argentino ¿verdad? Me pareció por el acento».
Acento de otro pozo.

236
Era cierto, tío José:
«la vida tiene más vueltas que una oreja».
Y hay que bancarse la dialéctica
poniendo cara de hombre de mundo
rictus de inglés que toma su té de las cinco
mientras el universo se cae a pedazos.
Y confiar con indoblegale optimismo
que alguna vez no nos toque bailar con la más fea.

Cuatro años viviendo de memoria

237
MAMONDE años en La Rioja, donde le
fue premiado su libro Obje-
tos, residuos y agonías. En
Nacido en Córdoba,
tiempo del Proceso sufrió
permaneció muchos
la cárcel y luego el exilio,
estableciéndose, al parecer
definitivamente, en España
donde ha formado su hogar.
Cultiva el cuento, el ensa-
minado «Tigre». Posee yo, la crítica. De él nos ha
amplios conocimientos llegado un libro sobre San
Martín y otro de poesía deno-

238
RECAPITULANDO,
ESTÁ TODO EN ORDEN:
zafé del basural y el tiro en la nuca
estoy en la madre Madrid (Madred)
hecha a la medida exacta de un exilio,
tengo un techo en Aluche, fregona y Torres 5,
bono-bus, televisión en colores, El País,
cassettes de Troilo, leche La Asturiana,
una novela para escribir
una compañera de grandes ojos negros
tres amigos, un sobretodo casi nuevo
y Volveremos,
como dijo Mac Arthur.
de «Inventario», 1991

EL RELOJERO

No habla nunca. Cuida el físico:


fomentos faciales y rayos ultravioletas.
Pero en la frente tiene
el croquis de una arruga rápida,
la arruga de los que echan la mano a la cintura
para resolver con el revólver la vida o la muerte.
Su sueño dorado es tener una timba
con recreo y parrilla.
Está con Don Hipólito y la democracia.

de «Poemas con Arlt», 1983

CARLOS

239
Temo a las ceremonias y a los niños
al agua y a las piedras
posiblemente temo la memoria del padre
y la luz dolorosa de mi nacimiento
temor es la palabra que ya viene de Siempre
como teme la Tierra a las flores de lava
y los peces al corazón de los cazadores y los faunos
he sabido de miedos que nacen con los huesos
unos miedos históricos que empollan en los libros
penetran la mañana y violan la alegría
miedos como tortugas cuyo exilio es la muerte
conversemos muy lento mis antiguos fantasmas
escuchad a Beethoven como respira,
llueve...
Presiento que ya el miedo madura por el huerto.

240
literarios y ha dictado Ha enseñado Sociología de la Literatura
algunos cursos con- y Ciencias Políticas en la Fundación Ortega
juntamente con Daniel y Gasset. Otras publicaciones: «La figura del
Moyano. terrateniente en la novela latinoamericana»,
Edic. Humanitas; «Gestos en los ojos de un
perro», narrativa, Nueva Estafeta, Madrid; «La
mecánica del universo, narrativa, Cuadernos
Hispanoamericanos; «Poemas», Tenerife.
POEMA Actualmente da clases de postgrado en
universidades de España.

241
Nació en San Blas de Los Sauces. Profesor de Geografía. Autor de
«Poemas para un ángel». Posee obras inéditas

CARBONERO DE LA SALINA

Te debo un tiempo... Carbonero.


Junto a la salina «La Antigua»
En su límite indefinido...
limita tu vida, también indefinida.
Fe que tu corazón quemado
por el rojo vientre de los hornos,
junto al sudor imposible de tus sueños,
se está volviendo quebracho.
Allí... muy cerca tuyo,
cristaliza una esperanza,
que aferrada en sal... parece gritar tu silencio.
Cuando cae el día, con la paz de las torcazas,
por la vera salinera,
tu imagen viaja en blanca espuma,
buscando alcanzar el horizonte azul,
de aguas mas dulces.

Tu piel reseca, lastimada en los obrajes,


me dice... a quien desconocía tu vida.
¡Vuelve...! Vuelve pronto.
Antes... que el último quebracho,
se lleve el canto de mi hacha.
Antes... que mi sangre se vuelva sal,
por la larga... espera.
Para que juntos iluminemos los senderos.

242
Objetos, residuos y agonías

– OOO –

OTOÑO

Cuando sospecho octubre veo días ya ebrios


por el viento del norte y el último recuerdo
de las flores que fueron y que yacen en
las charcas heladas por la rutina agria

la luz mediterránea es sábana luída


y los dientes se entornan como las ventanas
bajo cielos tan fríos igual que tu desprecio;
torvo sin la claridad de mayo

en la tarde la sombra no juega con el oro


que la acacia tenía en la mitad de junio;
las hormigas trabajan
metiendo bajo tierras esas manos que amaron,
y las últimas briznas de mi pensamiento

y cruel se venga octubre de mi infancia


frágil,
de mi torso
quemándose bajo la luz castaña
con que mi madre mira, ausente de lo amado.

de «Tigre Sentimental»,- 1993


ROLANDO
ZALAZAR

243
nuevo el fuego...
de la Vida.

Talvez así no muera ignorado.


Sepas también que alguien...
compartió tu sed...

Tu negro Pan de cada día.

de «La Rioja Mi Universo» -Inédito-

REMO
DALLA VILLA
-1942-
Nació en Italia, y se afincó en La Rioja. Ingeniero metalúrgico. Can-

244
Dibujo: Elsa Pérez
Vicente (1976), Bs. As.

Para que tante lírico, perfeccionado en el Teatro Colón,


encenda- ha grabado discos y publicado libros en italiano
m o s d e y véneto. De reciente aparición «Antología
poética», 1998, 316 págs. y «Los realtos del
Osea» (cuentos).

TE AGRADEZCO DIOS

Te agradezco Dios
por este olor a vida
que mana la atmósfera
de tu tierra ahora
que el sol de nuevo
T e rompe en primavera
245
y de pronto sepultados.

de «Antología Poética», 1998

NICOLÁS
BRIZUELA
(1944-1994)
Nació en Milagro, Dpto. Gral. Ocampo. Se radicó en Córdoba. Apare-
ció un poco tarde en la escena literaria; pero impulsado por un gran apuro,
concurriendo, casi con fiebre, a todo evento cultural posible. Alcanzó a
publicar «Los perros de piedra», un excelente libro; preparaba otro y se
hallaba tras varios emprendimiento más. Lamentablemente un accidente
terminó con su vida y la de su esposa.

NEGRO ANTENOR

Negro Antenor, niño de Dios y barro,


envejecido niño de curtida
inocencia; bebiendo agua en un jarro
te imaginas hartándote de vida.

Negro Antenor, el humo del cigarro


te dibuja en el aire la perdida
cuenta de los caminos, y algún carro
te traquetea en tu garganta herida.

Fumando tu tabaco te adivino,


suspendido en tu tiempo que, sin suerte,
te arrinconó a un costado del camino.

246
agradezco Dios
por haberme hecho imperfecto
y pecador ¡Oh tú!
que me permites
la alegría del perdón
en una falta

Te agradezco Dios
por no hacerme en materia
eterno... y por la muerte
que me impulsa a ver
y sentir al final
la senda que conduce a ti

Te agradezco Dios
por las dudas y el dolor
que ahora me inmoviliza
Porque eres esa quietud
dinámica pienso y estoy vivo

– OOO –

Y DE PRONTO SEPULTADOS

Estamos aquí de paso


y nos cuidamos a manera
de padrones de esto...
cual seres eternos

Y perdemos el sentido de amplitud


del amor de exiguas cosas
para fruir de bienes y poderes:
247
go hasta la muerte.

– OOO –

Las Barrancas
A Juan, que lo leerá desde las barrancas del cielo,
y a su hermano Ramón Rodríguez,
entrañables amigos de la infancia.

248
Sus- quiero ver-
pendi- te;
do en el negro y
humo niño, se-
ñor de tu
destino;
Negro An-
tenor, ami-

249
a las viejas conjeturas de la vida,
enhebrando en los hondos socavones
realidades con mil y una fantasías.

Las barrancas de la vida y de la historia,


las barrancas de las lágrimas del alma,
las barrancas de las sombras y traiciones,
¡las silenciosas y trémulas barrancas!

Ah, cuánto tiempo he pasado en sus honduras,


refugiado de mis miedos y mis penas,
protegido de los vientos y fantasmas,
en esos dulces ovarios de la tierra.

Cuando vuelvo a las barrancas de Milagro,


canta un canto misterioso mi alegría,
y hasta un revuelo de pájaros me brota
en espirales de música sencilla.

Y se despiertan los ecos de la tarde.


El cantar de la torcaza, grave y lento,
por sus hondos recovecos se derrama
mientras yo me reconcentro, lloro y rezo.

Cierro los ojos y alucinado escucho


la risa clara de Juan, como campana,
como creciente de luz en mis oídos,
por la dulce soledad de las barrancas.

Y alimentado de paz vuelvo a la vida,

250
Nos gustaba caminar por las barrancas
para mirar las entrañas de la tierra;
intimar con las raíces de la vida,
y descansar en la arena sin tristeza.

Galerías de hormigueros sorprendidos


por las últimas crecientes del estío,
suspendían las historias y leyendas
que yo contaba a mis cálidos amigos.

Juan y Ramón, compañeros de la infancia;


eramos tres mosqueteros de las albas,
de las siestas, de crepúsculos sangrientos;
buscadores de tesoros y esperanzas.

Le cortábamos el rastro en las barrancas

251
a mojarse mi pueblo
la tibieza. pobrecita la tristeza,
Cuando llueve por mi
Estribillo: pueblo, como crece...
Cuando el sabor del vino nue-
llueve por vo,
cuando llueve... cuan-
do llueve...
Cuando llueve por mi
pueblo
corre el duende de la

252
recordando aquellas viejas aventuras,
y mi alma queda en aquellos socavones,
suspendida en sus raíces, y desnuda.

de «Perros de Piedra». Milagro, 1991

PANCHO
CABRAL
ADOL FO A. CABRAL
1944

No se sabe si nació en Guandacol o en San Vicente... América y Europa


lo han visto caminar con su guitarra a cuestas y han escuchado su voz
privilegiada. Ha formado parte de conjuntos folclóricos de primerísimo
nivel y ha creado canciones muy bellas que cada vez se escuchan más.
Se merece, no obstante, una mayor difusión de acuerdo a la calidad de
su arte.
Las principales figuras del canto del país le han grabado. Además tiene
sus propias grabaciones. Ha ejercido el periodismo, conduce programas
radiales y ha editado «Lo simple», «Coral de la imaginación» y está a
punto de editar nuevas obras.
CUANDO LLUEVE POR MI PUEBLO
(canción)

Cuando llueve por mi pueblo


se refresca la pobreza,
salen todos a la calle
a mirarse la belleza.
Cuando llueve por mi pueblo
qué ternura en las veredas,
vienen todas las muchachas

253
Ay donde tus trenzas largas

Doña Isora Reyes -agua


Perejil ternura canto
Comino bondad cilantro
Tomatito en la mañana
Pimentón salsita de antes
Locrito de todo el año
Abuela palo santo

Ay estos inviernos
Ay abuelita de agua

Yuyito
Frazada de llama
Corzuela provinciana
Cobriza madre callada

de «Coral de la Imaginación»

CÉSAR
TORRES
Actor, Director de la Comedia Provincial, Ex-Director de Cultura
Municipal. Ha publicado «Fábula del infierno».

FOLLETIN

254
siesta
a juntar todos los niños
en el sol de las represas.
Cuando llueve por mi pueblo
hacen rondas en la acequia,
visten todos de esperanza
ilustrando la tibieza.

– OOO –

AY DE CANCIÓN PARA LA ABUELA DORMIDA

En qué pueblo pequeñito


En qué paciencia
En qué cocina su aroma
Esa intuición de maíz
Esa intención de carbonadas

Ay dónde tienes el
sueño
Ay cómo tus enaguas

Cocho con leche al alba


Tortillita quemada
Harina de Guandacol
Torcacita de Agua Blanca
Como soplaré alamedas
Tus mates por mi ventana

Ay como tu batoncito

255
el herrumbre de su melena avanza, mero verano desnudo...

nadie conocerá las intenciones de su corazón


cuando deposite un billete putañero
junto a la almohada
de la vecina enferma.
– OOO –

256
Por el callejón que si de su horcajadura aún pelechan las
hiede a perros muer- noches
tos jadea la mañana entre sus pechos...
cual vinoso enjua-
gue del alba, vuelve: los hombres, adictos, mascan los flori-
pondios de esas axilas;
las adolescentes, dan vuelta los espejos
de sus propios ojos;
viejas virtuosas, invierten las cabezas
cual moscas de tormenta.

pompa de ranchos como túmulos, niños


baldados y yuyales
para el floreteo de sus zapatos violeta
sobre el polvo.

las Magdalenas, ven en las ovejitas de


agua, diablos,
que con hilos merdosos la sostienen.
257
A la muerte de su padre se fue a vivir a Bs. As. Tiene un sello editorial
y mantiene contacto con numerosos escritores. Ha publicado Cantos
cisandinos y Diente de león.

SEQUÍA

Troncada en el día un poco dura


Mi figura de hortelano barrialero
Y en mi ojo el contener furioso,
Que ni el aire se acerca trayéndonos frescura.

No tengo agua para lavarme:


¿Cómo haré para regar mi huerta?

Si en las plegarias corriese humedad


Lo haría... pero ¿adónde?
¡Y soñar con la sequía!

Mas el sol mantiene su postura,


Revienta lo que puede esta canícula,
Destructora de nubes, pasajeras, esperadas,
Que rápidas y tristes se van
Sin dejar el húmedo estirón de anhelos.

Y la tierra se duerme en el sol de la burla


Y el agua raspa las arenas del olvido.

Los coyuyos juegan en su día.

de «Cantos Cisandi-
nos»

258
MONÓLOGO

tengo la garganta constipada de palabras,


será porque amo hablar de mi madre:
ella, que hoy es un agosto-domingo y también
palangana, chirimbolos, dulcificación vacantes,
pero ahora me doy cuenta
¿te das cuenta recuerdo de mi madre?
nunca tuviste un día para mí solo: para qué,
si no has podido carecer de la muerte; esa,
corcovada, baticola del diablo, sucia...
y de aquel, tu demasiado plato de cada momento, yo
te aparté un buen rimero de término
y lo voy almorzando, mientras juego en el palo jabonado,
pero... inútil, a la hora en que es un puño el sol. Alguno
te numeró los días, me pegó el tiro en el paladar,
ya, que sigo cayendo por el palo jabonoso, recuerdo
de mi madre: ¿por qué no fuimos Uno para acudir contigo?

de «Fabula del Infier-


no»

FRANCISCO SQUEO
ACUÑA
Nació en Santa Justina, uno de los barrios de la ciudad de La Rioja.
Más conocido como «El Mono», fundó la revista «Arauco literario», la
albahaca -la «sacronta»- y la poesía son sus inseparables compañeras.

259
de sus dos de silencio
hom-
b r e s
barba- de «Diente de León»
ENZINA SANTACROCE
Actualmente reside en Bs. As. Ha
publicado: De este lado del día, Que
simplemente vuelve de tu nombre, Los
pájaros del silencio, ¿Locos?, Desafío,

260
– OOO –

FÁBULA

El Velasco en el vidrio
crece entre los barrotes de la cama
terrones de letras fugaces
esfera de libros que cuelga de la montaña
como un prendedor de oro
Mi padre me habla desde el geranio
de los criadores de tristeza
que abundan en el país
Avispero de la adolescencia infame
le digo que la felicidad
es un contagio de aves que nunca vimos
El escándalo corre por la nieve
de esos picos que aparecen
en el ensueño de la ventana
Un viento innecesario
se aloja en las ramas que arden
La amistad del vino
en los lagares de la dicha, dice
Don Joaquín al joven Marasso
Me atengo por el coraje de su voz
obediente del suspiro, somos fantasmas
del resplandor de Chilecito, mi padre
repite entre los coyuyos de la huerta
Está envuelto en los carros del sol
La Rioja es un pedazo de asombro
enredado en los rizos

261
de «Libro de Poemas», 1984

TERESA
DEL VALLE
SALINAS
Es oriunda de Chilecito (L.R.), poeta, ensayista. Especialista en Cien-
cia Política, egresada de la U.N.L.P., donde se desempeña como Docente
en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Reside actualmente en
City Bell (Prov. Bs. As.)
Es socia de S.A.D.E., Gente de Letras y el Instituto Literario y Cul-
tural Hispánico, con sede en California, U.S.A. y Corresponsal en La
Plata del mismo. Ha participado en numerosos encuentros de escritores
nacionales y en simposios internacionales.
Obra edita: «Poemario», 1980; «Alas en mi mundo de arena», 1986
(1er. Premio Poesía); «Detrás de la memoria del Angel», 1992 (2do.
Premio Poesía), plaqueta; «Desde este invierno que no cesa», 1993,
(Recomendación especial del jurado -Quijote de Plata, 1993), plaqueta,
«Cuando el alma insiste en la intemperie». 1994 (1er. Premio Poesía),
plaqueta.
VIII

Comprendo
que estoy huérfana de mi
cuando huyen las palabras.
Me vuelvo
mercenaria
de ocios
en un hospicio de silencios
alimentando la miseria

262
Del regreso y las campanas. Obtuvo el premio Nacional Iniciación en
1987.

LOS PÁJAROS DEL SILENCIO

Porque te amo
remontaré hasta los orígenes
y venceré ausencias.

Un árbol va en busca de un pájaro.

Yo seré el pan caliente,


el vino milenario
y el cuerpo humedecido de vida.

Un árbol con un pájaro en la garganta

Dormida en tu entraña de sueño


no podíamos escapar
por ser tiempo en el tiempo.

Un árbol para el pájaro del día.

Yo besé tu frente,
yo mordí tu boca
después
la soledad y el hueco en el espejo.

Un árbol-pájaro-vida reclamándonos

263
18
no sé por que de amar la vida muero
y muero por el extremo amor
en los suburbios del éxtasis
19
di vuelta otra página de mi historia
y aunque los círculos siguen dibujándose
siento la impersonal irreverencia
el junco y el barro
¿cual historia?

20
alguien tañe mis campanas
¿no es que mi madre las guardó
entre algodones?

LUCÍA CARMONA
Chileciteña a más no poder. Encuentros nacionales de poetas, talleres
literarios, asistencia a congresos; conferencias, recitales. Conocida en
todo el país. Fundadora y presidenta de S.A.D.E. filial Chilecito. Su obra
fecunda, su alta poesía ha sido reunida en un libro de 369 págs. denomi-
nado «Poesía», editado en 1988 y por el cual le fue otorgada la Faja de
Honor de la S.A.D.E. Posteriormente editó «Pueblos de la memoria».
A LA RIOJA MUJER - MADRE DE SAL

Por tu mapa de luz,


yo, cuántas veces

264
hasta
los tuétanos.
La alucinada
búsqueda
del verbo,
quiere hacer de las cenizas
la reconstrucción
del fuego...

IX

Yo
enarbolo
una esperanzada
locura
en las palabras,

para correr al tiempo


y quedarme en el tiempo

disputándole a la realidad
todas mis muertes cotidianas

de «Alas en mi mundo de arena», 1986

– OOO –

DESDE ESTE INVIERNO QUE NO CESA


(1993)

265
sed desesperada,
comprendí que una sombra meridiana
cubría tus distancias.

Pero estaban mi cuerpo,


las tormentas de Enero, las mañanas
y no encontré tu reino de jarillas
porque la sal bailaba en mi garganta.

En el recto alarido de los álamos


desperté madre-raza
y sentí que la piedra nos procrea
aunque inventen adornos de palabras.
Sentí tu grito duro
para volverte hombre a la esperanza
pero estaban mi sol y mis ladrillos
y te volví la espalda.

Y hoy vuelvo a caminarte


de la paloma-madre
que me buscó descalza

266
convertí cuántas veces
mi cintura bebí de tu tris-
en piedra teza
antigua, apretando tu
sangre entre
mis manos.

Y alguna vez,
extraña,
interrumpí tu

267
y cuerpo de torcazas.

Yo te adoraba, madre
y te sigo buscando!

de «Poesía, 1967-1987»

– OOO –

LA CASA

La casa entre colinas


tan honda en los inviernos de la curva hojarasca
cuando un olor antiguo a crisantemos
atraviesa los pórticos y mata
es la casa de ciervos malheridos,
sol irrecuperable
la del silencio en lámparas y en sombras
y la vejez lamiendo los caminos del agua.

En la casa
presencia femenina
ardido cirio inmóvil
de historias no narradas
por un rincón de marionetas toscas
nos trazan los ladrillos al barro
imaginado
mientras desde las puertas

268
hasta la mujer-luna que hoy me enfrenta
y se lleva quebrado mi rechazo.

Y estabas tú
blanca de sal mayor,
de zondas palpitantes,
estabas tú
y yo amaba
tu hambre antigua y amarga
tu nocturnal guitarra.

Te encendías en palmeras,
te apagabas en sales,
eras hembra en desiertos
y virgen en quebradas.

Eras mujer,
con pelo de retama

269
un tatuaje de aves descendiendo,
LA CACERÍA ella enciende las luces desveladas,
siempre.
Los tres gal-
Cuando por las ventanas
el viento silba oscuras estructuras
retumba entre las cosas
una pajarería de extranjeros in-
viernos
penetrando de páramos los muros
como si en esa savia destruida
surgiera un holocausto de desier-
tos.

El hierro en las hornallas, la me-


moria de panes
el recuerdo
la casa del jardín entre colinas
era mi madre en sueños.

– OOO –

270
una ausencia de rayos traza en sangres
pequeñas libébulas desmembradas
como de viejas lluvias en infancia.

En las tardes... cuando lentas orugas


tornasolan la tierra de estaciones,
un crujir de maderas
desde una secular sangre de viñas
vigila los toneles
para morar en vértigos.

Y crujen largas cañas


con médula de insectos
siempre al aire los gritos
siempre al aire
los cuerpos como mástiles
para fundar los últimos misterios.

Cuando un humo morado define chimeneas


y un olor a naranjas vuelve cristal las siestas
remolinos fantasmas
agrestes se levantan
ancestrales
como el rugir y el cieno.

La casa
hay una madre
creadora de mitos florales de leyendas
mujer lumbre primera
que tiene entre las manos

271
anhelante tan adentro.
En el acecho de un tendón
cabe toda la tierra
extendida hasta el ansia.

Por los rojos peñascos


alas grises de suris
se agitan en la muerte.

– OOO –

EL RASTREADOR

Llevan las bestias


la mítica pasión de las regiones.

Don Leoncio dibujará la forma del olor,


la esmerada vigilia de los galopes amanecidos.

Don Leoncio sabrá la curva del destello,


la tenaz inclinación de la vehemencia.

Don Leoncio Macías sigue los rastros


de un cosmos asoleado
y es nada más

272
gos devoran patas y el
la distancia ladrido
del campo. se inicia
Entre las la leyenda
de las ru-
Nadie llevó das figu-
la espesura ras sobre
el polvo.

273
y se lleva despacito
todo lo que el agua toca.

Ayer no pude mirarte


la luna se había dormido,
pero me traje este canto
desde las piedras del río
un poco de Suriyaco
en Andolucas metido.

Valle vicioso de verde


el agua encontró el camino
llenó acequias y canales
promesas de duraznillos
allá por Schaqui nogales
y en Cuipán albarillos.

Vino la pared de agua


enancada en los gritos
de los loros asustados
que estaban comiendo higos
las piedras rodando bajan
como si fuera el destino.

Zambita de la creciente
que solo a veces destroza,
algarrobos y sauzales
y hasta algún poco de ropa
olvidada en las orillas
por el amor de una moza.

No necesito guitarra,
274
la ausencia de los fuegos.

Levantando silencios
una sombra de edades
es la señal del viento.

de «Pueblos de la Memoria»,
1996
BEM AMI
SCHARGRODSKY
Nació en Avellaneda, 1947, médico psiquiatra con residencia en la
Rioja de hace varios años. Grabó juntamente con Miguel Marcos «Me
identifico». Editó plaquetas. Varias antologías incluyeron poesías suyas.

LA CRECIENTE

Como serpiente flojita


descansada y perezosa,
la punta de la creciente
va reptando entre las rocas

275
de una pirqueros
madre de recogiendo
metales brillos en la
con hijos arena,
magnéti- pequeños
cos de re- ojos mine-
rales
elementos

276
la música la da el río
en las arenas las cuerdas
y el diapasón en el frío!
Ay quebrada de Andolucas
sauceño es el canto mío.

de «Me identifico»

VIRGINIA
HANSEN
Poeta y Coreógrafa en Danza Expresionista. Tiene editado el libro de
poemas «Tránsito de Voces» 1978. Y «Poemario 72» en 1972, «Argentina
24» en 1979, como obras en conjunto. En «Alba de América», publicación
por premio en la edición, en California USA 1982. Plaqueta de poesía
«Oráculo» 1985. Obtuvo en Primer Premio en Poesía otorgado por el
Instituto Hispanoamericano de Cultura, en California, USA, en 1982.
Como logros destacados ha sido Jurado de Poesía y Teatro. Dirigió
la Revista Cultural «Raíces» en 1991.
Asistió a varios Congresos de Escritores desde 1969 en todo el país.
Y realiza recitales poéticos danzados desde 1971, con un total de 35
coreografías realizadas uniendo la poesía y la danza. Directora de Ballet
en Danza Expresiva, desde 1978. Actualmente directora del Centro de
Animación Socio Cultural en el Departamento Castro Barros en la pro-
vincia de La Rioja. Nació en Bragado Pcia. de Bs. As., residió en Capital
Federal desde su niñez y desde 1984 en La Rioja.
EL NIÑO Y EL ORO ANCESTRAL

Los arenales se visten de ríos secos


hay vientos muy altos en el centro
son quietudes habitadas por signos
petroglíficos que cuentan:
277
la música él, es parecido a la sonrisa
que hereda de otros,
lleva muer- es siempre ángel,
tos en mile- se instala en el lento regre-
nios so de los óxidos,
y lleva la lejana luz de los
espinillos
en la apertura del viejo
tiene la otoño.
blanca El, es aéreo en los montes
inviolables,

278
giones superiores
donde rebrota la greda
donde bendice el triángulo solar
esa pirámide de rayos que es presencia,
cuentan que se elevaron las manos
transformándose en brazos dorados
diademas como el sol
que sostienen custodiados
el camino del Inca
dueño de todos los tiempos.

Todos buscan a los niños pirqueros


no los hallan,
estarán en el corazón de la piedra?
porque la roca
pulsa secretos.

– OOO –

EL NIÑO EN LA PIEDRA

Hay una raza inmune de estaciones


donde el hombre se vale hasta los ojos,
un regreso parecido a la señal del olvido.
El niño nace en la piedra impaciente
de arduos secretos,
tiene el taller de los primeros pasos
donde se esculpen sus sueños,

279
oración, interminable,
que nos puebla de amor toda la tarde;
un puñado de luz,
una sonrisa,
una intimidad
donde se desnudan todas nuestras vergüenzas.
Un costado lluvioso de la vida
donde germinan todos los regresos.

Hoy te puedo decir que yo te espero,


que al final de este rumbo
y más allá de todas las ausencias
me visto cada día con tu aroma,
con tu forma de ser,
con tu alegría,
con tu adiós inventando despedidas.

La espera es la capacidad que tengo


de medir las distancias
y poder trascender al horizonte:
De saber cuando puedo presentir tu regreso.

La espera es inventar todos los días


las ganas de lucir el traje nuevo
y mostrarte que eres, aunque distante,
la causa inmemorial de mis desvelos.
de «Entonces tú»

PARA EL OLVIDO

Voy llevando silencios trasnochados


de agónicas angustias en la noche;

280
sombra de las nubes.

Lo conocí espiando las


gracias de diciembre
al traspasar la inefable
curva de un lento día.

1 º
Premio: del Instituto Literario y Cultural

H i s p á n i c o - We r t -
minster California USA. Abril
1982.

en donde, noche a noche


junto al cansancio de en- MIGUEL
contrarme solo, te imagino ÁNGEL
volviendo.
PERALTA
La espera es una larga - 1947-

Lleva dos ediciones su libro «En-


tonces tú», con hermosas poesías de
amor. Inédito, un libro de 300 págs.
sobre historia eclesiástica.

LA ESPERA

La espera es un milagro de aris-


tas infinitas,

281
en arenales, la memoria.
Cual saucedal que peina al río
mi mano acaricia la nostalgia
en el cristal remanso de su nombre.

Aquella luna, de Diciembre aún,


coquetea la ribera
modelando su sombra en las arenas.
Aquella luna,
arco luminoso besando su cadera,
¡sonroja El Secadal, en la memoria!

XXVI

Salía el sol
y caminaba
agosto, tu sonrisa una mañana.

...«¿Cómo andas?...»
...«¡Extrañándote»... -contesté-.

Estiré mi brazo, y mi mano


recibió el blanco vuelo de tu mano,
floreció la fuente de tu risa
y dijiste...

...«¡Aún es ayer!»...
-con la mirada-.
de «Balcón de los sueños», 1994
ORLANDO
RUBÉN
282
Voy andando, mi vida es un reproche,
gritan con sed mis sueños desvelados.

Gritan con sed mis sueños desvelados,


me golpean con furia mis anhelos,
mudo trajín de sombras, en su vuelo
chocan contra tus ojos enlodados.

Chocan contra tus ojos enlodados


porque te encuentro, soledad despierta,
golpeándome tus noches en mi puerta.

Y un puñado de sueños postergados,


queriendo florecer entrelazados,
encuentran, sin querer, tu vida muerta.

de «Entonces tú»

JORGE
PONCE
-1953-

Profesor, pintor, cuentista, poeta. De sus obras: «El Encuentro» y


«Del balcón de los sueños». Posee obras inéditas.

VII

Por el lento costado de la noche


es un hilo de agua
283
era ver la luna reflejada en oceános de aceite.

Más tarde cuando mi soledad cumplió dieciocho


estaciones
cruzar las vías de Chamical tenía por razón
treparme diez vagones antes a la vida
solamente y simplemente para jugar
en las playas carboneras.

RESPONSO POR LEONA CALIHUEL

284
FLORES
- 1955-

Hombre andariego, llegó desde Mendoza y anduvo viviendo por cuan-


to pueblo riojano. Actualmente se ha quedado quieto en La Patagonia.
¿Hasta cuando? Publicó «Poemas de la escarcha» y «El cementerio de
los pájaros».
Cada vez que vuelve amenaza con otras ediciones. ¡Último momento!:
«Esta nuevamente viviendo en La Rioja, noviembre de 1998...

MEMORIA DE LOS ANDENES

Es un resuello que se aletarga


en la paralela línea que une
el cielo y los salares.

A mi infancia le crecieron trenes


por los costados, recuerdo,
en las tardes de Chepes, cuando el sol
apuntalaba barriletes
ver llegar el sudor de un fogonero
transportando aljibes
era tan lindo, como soportar el estremecimiento
de las galaxias en los andenes.

Primero nos quitaron el paseo de los jueves


después mordieron fuerte en el salario del tanino
ahora solo nos queda la historia del fuego.

De la memoria de los trenes lo que más me


gustaba

285
chihualas
tanto piñonear en el Rahue,
tanto cielo de cobre en tus hojos
no vieron venir la muerte -rio de tormenta-.

No será en una iglesia,


a pura tierra y canto se sepulta la lengua.
No habrá lágrimas en tu gente
pero hasta en los corrales se huele la tristeza.

El viento, ahora ritmo sostenido,


llevará tu alma por senderos azules
sin prisa por delante del sol
por campos donde canta tu luz.
Por alfombras de ternura.
Tu cabellera y el viento
serán un símbolo de cunas risueñas.

Cuando en cada veranada


se encienda tu nombre,
serán guía tus ojos, incierto destino de raza.

Un silbido arriador de ovejas se prendió en mi memoria.

Cruz en el Aire.

de «Poemas de la escarcha»

286
Tanta nieve pisa-
da,
ANÍBAL
tantos atajos en ALBORNOZ
ÁVILA
Nació en el año 1957, en Aimogasta, De-
partamento Arauco, Provincia de la Rioja, y
residió en su niñez y adolescencia en un pueblo
minero del Departamento Guer-Aike, de la
provincia de Santa Cruz.
Desde hace mucho tiempo colabora con
diarios y revistas del país, con poemas, narra-
ciones y artículos, teniendo como publicacio-
nes poemarios en conjunto con otros poetas y
287
su libro «Pájaros con ojos de vidala». Su obra
¿Una comida en la vida de la mesa?
¿Qué será?
¿Será acaso la obsidiana?
¿La madera del tarko?
¿Será un río?
¿La siembra?
¿La aridez?
¿Una siesta con sombrero?
¿Acaso el cereal decapitado?
¿Un volcán?
¿Una montaña acaso?
¿Qué es? Me aparezco preguntando.
Y lo que se sepultó en el viento, animal y anchura, me dice:
¡Divinidades!
Es entonces que me aprieto el alma
con el aroma de la perduración.

de la Cantata «Madre del agua» (poema inicial)

– OOO –

MADRE DEL AGUA

En el telar del tiempo


Yacurmana teje ríos,
en sus manos la rueca
es trabajo sencillo.

La yacurmana teje
cantando en sus vertientes,
-no la oigan en pena

288
«Probanza de los sueños rústicos», en donde ahonda con sus relatos en
los mitos indígenas de los Valles Calchaquíes, aún se encuentra inédita.
En Catamarca fue co-fundador del Taller Literario «Umbral», (con el
que durante muchos años ofreció recitales poético-musicales en nuestra
provincia y provincias vecinas). En el año 1987, junto a otros jóvenes
poetas y músicos, fundó el Grupo de Arte «La Payana».
Obtuvo varios premios provinciales, nacionales y uno internacional.
Sus últimas publicaciones se encuentran en la «Antología de la Nueva
Poesía Social Argentina»; «El Indio de Jarama», Madrid, España; la
revista cultural «El Duende» de la provincia de Jujuy; el libro antología
«Flor de Cardón» de Catamarca, y en la antología latinoamericana «Este
canto es América».
AROMA DE LA PERTURBACIÓN

¿Y qué es el mito?
¿Acaso es la piedra que habla?
¿Será la usanza del barro?
¿Es un sueño de guardar?
¿Qué es?
¿Es la raza del grano que habla en las alturas?
¿ Los rostros del tiempo?
¿Un polen?
¿Un sol a decir basta?
¿Una luna a mitad del corazón?
¿Las estrellas en el menguante del rocío?
¿Qué será? Me aparezco preguntando, con los siglos creciendo
a mis
espaldas.
¿ Acaso es el tiempo de la eternidad a voluntad de un pueblo?
¿Es el agua de la oralidad?
¿El mineral?
¿Será la morada de la aurora?
¿El cántaro de la sombra húmeda?
289
ciente-.

Telera del rocío,


cauces del regadío,
la madre del agua
siembra la voz del río.

290
por
l a
cie-
g a
cre-

291
EL CARNAVAL

El carnaval desnuda
su antigua criatura de
pavesa.
Su fuego clama en multitudes
y sin embargo,
hoy,
es la risa.

Ella,
tu hermana,
serpentina en la danza
por los brazos efímeros del día.

Ronda su ademán de fuego


mis caderas,
y el día ha inaugurado su careta.
Aquí el fulgor inicia un susurro de crepe,
y han sido heridos los ojos de las uvas.

Aquí esplenden las bocas


la dentada alegría
y converge mi grito en la ceniza.
ARBOL

Arbol
de los gajos desnudos,
perfil de palmas
eleva-
das.

292
Ya es tiempo de darle
la música a su agua,
con la vidala lenta,
con su baguala clara.

Para oír a su cauce


como un rezo del alma,
no le quite las piedras
que riega yacurmana.

En el lloro del sauce


con sus ramas en ruego,
la Yacurmana hila
estos sueños eternos.
ELOISA CALDERÓN
Nació en 1945 en Estancia San Roque, Dpto. Gral. Ocampo. Reside
en Córdoba. En 1983 edita «Indicios».

293
Publicó en numero- ta, Dpto. Chilecito, L.R.
sas antologías y obtuvo Reside en Santa Fe, a la
premios de distintas orilla del Río Paraná... Torre
instituciones naciona- 9 -Piso 10- Dpto A. El Pozo -
les e internacionales. Santa Fe (3000). Si le escribe
Nació en Nonogas- le manda agua...

MÚSICA TELAR
FRAGMENTADA

294
Caliz del viento,
pulsa en tu copa la nieve,
fría castidad de la mañana.

Paralelo a la bruma,
con ella nieblas la calle
en mi garganta
y gritas la desazón del ave.

Un plumero de ramas
es tu ademán de entrega
a la mística cúpula del tiempo
y tu nave
des-
cansa
engarzada a la tierra.

de «Indicios»

NICOLÁS
ROJO
Secretario de la Sociedad Argentina de Escritores -SADE-, Seccional
Santa Fe desde el año 1993.
Organizó en el año 1994 el Segundo Encuentro de Escritores del Su-
deste Sudamericano con la presencia de más de 150 escritores argentinos
y de países como Uruguay, Brasil, Paraguay, Guatemala, etc.

295
Acabo de nacer a este sosténme este signo
silencio. de rápida luz, vuelve
Graves suenan las di- conmigo desde
versas armonías, las
infinitas inquietudes,
estas
negras
planicies
para esto es necesario
la primera voz ger-

296
Creceremos deliberadamente desde esta agua clara
domingo tras domingo dispones de un lugar en la esfera
azul cobre azul
nebulosa inquietante después de la noche ya sabemos
la soledad abriga al hombre en la calle
la soledad no tiene forma
en esta segunda hora marrón esta agua que calla esta
agua que avanza ruedo hasta el fondo de la letra fuego
en el fondo del aire.

esta estación de soles detenidos


esta estación de lágrimas queda risas frutales

hago crecer esta rueda trillada en un arco iris de fríos


elevados
hacia esta rueca que sueña esta música telar fragmentada
deseo querer tu piel y tu boca triste
distribuir el sólido estado de la alegría
hablarte de amor

hablarte de amor detenidamente


elevado en el humo fabril cobijado en el cielo
de la huida veloz escapando de la colmena habitual de las
veredas largas
concentrado en tu provincia inquieta
humedecido en la raíz del rosal humano
emergiendo del cansancio
incorporado al sólido estado de la
alegría

deseando querer tu piel y tu boca triste.


VIENTO QUE ORIGINA EL LABERINTO

297
finiendo sus fallas)

ayer descubrieron (descubrimos) la exacta eternidad de la memo-


ria: el viento que origina el laberinto: el viento de la palabra no
inventada.

Ya ves, es solamente el fuego ineludible que perfilas costeando el


desamparo y el presagio:
el escarnio, la voluntad
y el sueño

ya ves

volver hacia nosotros es una canción que nace de las profundidades


de esta noche larga
encendida en la exacta eternidad de la memoria.

ISABEL
MÉRCOL
Profesora de reconocida trayectoria. A colaborado con diversos artí-

298
minal, cielo abierto
el serio aire de la pe- partiendo
numbra
el brote de tu mara-
en el sobrevuelo al villa

también la carne
también el eco

(también la tierra de-

299
Si la vida es una línea fugaz
un verde pájaro de fuego,
que se agita y se esconde
entre las palabras...

Si para vivir se necesita un aliento


un roce de manos, un dulce dolor;
si el momento parece ser sueño,
y el sueño tiembla al ser cierto
he alcanzado una cima invisible
en la intimidad silenciosa:
he sido burbuja en cada suspiro,
he sido ansiedad explosiva
he sucumbido y me he consumido.
He comprendido y he vibrado
porque la vida se ansía si pasas
con su vuelo candente que escapa,
y te sumes en un silencio -tortura
mientras tu piel es un grito en mi sangre.

V
A las seis de la tarde
una luz oculta tristezas...
A las seis de la tarde,
una mesa desierta parece...
Porque todas las tardes, a las seis
hay una ausencia que ya no se siente.

de «Libro Compartido», 1985


HORACIO
300
culos en el diario El Independiente y en programas de Radio Nacional.
Recibió el premio «Santa Clara de Asís». Tiene en preparación diversos
ensayos.

«POEMAS DE LA AUSENCIA»

I
Voy a imaginarte entre los girasoles
entre el cielo nuevo y la tierra nueva
de nuestro amor.
Voy a encontrarte arrodillado en la hierba
besando la simpleza de una tarde
y el dorar del sol
Voy a sentirte entre los árboles
entre las ramas cargadas de rocío
y los pájaros alrededor
Voy a llevarte, imagen de imagen
hasta el universo escondido
lejos del dolor
donde tú eres del fuego y yo del aire
y existe la única urgencia
de ser sólo los dos

IV

301
cada vez que asoma en las ramas
la primavera de estos tiempos.

de «Sentir de mi tierra», 1997

JORGE
CARLOS
SABANÉS
Poeta joven de Nonogasta. Ha publicado, «Camino hacia los credos
del lucero», «Proyección del nacimiento», «Por la tierra que camino», etc.

LA SOLEDAD

Nos encontramos
con la soledad
de la distancia,
en que los vientos
se adueñan de los ríos.

Dejamos
que nombres antiguos
regresen
por los primitivos espacios,
asimilando el idioma
del día.

302
ARTURO
OLIVA
Nació en Milagro, Dpto. Ocampo, 1958, ex combatiente de Malvinas.
Ha escrito una historia de su pueblo, aún inédita. Ha publicado Quebra-
cho, Sentir de mi tierra. Potro salvaje (plaqueta). Este joven inquieto ha
integrado ya algunas antologías.

PADRE SIEMPRE

Tiempos caídos en los latidos


de un recuerdo.
Pasaron guadales, esperanzas
alegrías y lágrimas.
Y siempre te estoy evocando.

El peón terminó su jornal


y los brazos ancianos acunaron olvido.

Este brazo padre tiempo


donde no han muerto tus consejos
El humo de los leños
todavía perfuman el aire,
y el agua de los charcos
entrega el néctar de esperanza
a las pérdidas semillas y raíces.

Andaré buscando tus rastros


entre estas nostalgias,
mientras mis lágrimas humedecen
el brote de tu ausencia,

303
regreso a recoger el agua
para compartir en la fiesta.

En el aliento de mayo
cuando pierde sus hojas,
estaré en tu cruz
suspendido en el cerro,
aguardando la oración
del hombre,
en las arrugas de su canto.
MARÍA
ELIZABETH
BARRIOS

304
Luego
inventamos palabras
para apaciguar
el llanto del alma.

de «Proyección del nacimiento»

– OOO –

NONOGASTA

Cuando tengo
en mis manos los frutos,
en mi pecho crece la esperanza
y vuelvo desde la vertiente
de boca en boca
dejando la frescura.

Sobrevivo
porque las sienes de Dios.
Han dejado sus sueños
en el alma de la tierra.

En octubre,
cuando la fe
se vuelve rezo en las campanas,
el Santo despierta las memorias
en las calles.

Nonogasta,
en tu despertar de sangre

305
NOSTALGIA

Podría enamorarme de ti, Pamplona


Ciudad verde, ciudad lluvia.
Y sin embargo a veces por la ventana,
quisiera ver la aridez de mi tierra,
kilómetros de plantas espinudas,
kilómetros al borde de la sed.
Podría llamarte, ciudad cosmopolita,
pero no encuentro ciertos olores, ciertos sabores,
tampoco esos rostros, en donde yo
puedo leer un paisaje.
Podría enamorarme de sus silenciosos árboles
que en octubre siembran hojas rojas, amarillas, naranjas,
simulando primaveras en las veredas.
Pero no,
prefiero el arrebato del viento zonda,
que se cuela áspero por mis dientes,
me da un abrazo sofocante de polvo,
y luego yo, ya no soy la misma,
sino un barrilete volando por las calles calientes.
Por eso cuando alguien nombra mi país
siento que en las venas,
hay un animal queriendo volver,
puro instinto mordiendo las cuerdas de la razón.
Y es ahí,
cuando necesito que algún tango,
alguna zamba
me recuerden quien soy.

306
Nació en Chilecito. Su poesía fue premiada en España mientras
realizaba estudios de postgrado. Ejerce en la Universidad de La Rioja.

MI PADRE

Mi padre
es un pájaro,
un rústico pájaro
de vuelo encendido
construyendo la mañana.
Encolumna las estaciones,
encadena las horas,
encierra la luz en el ladrillo
y con blanca cal,
sin que nadie lo advierta,
revoca el cansancio y el sudor.
Mi padre,
tiene la edad apresurada
de los niños,
y la risa fresca de las uvas
de su tierra.
Mi padre,
corazón de pájaro
se ha empecinado en ocultar
en el cemento
su ternura de hombre

– OOO –

307
guitarrista de tu pelo y percusionista de tus latidos,
topógrafo de tu espalda, telegrafista de tu ombligo,
el catador de tus labios, el alfarero de tus caderas,
alpinista de tus pechos y esquiador de tu cintura,
el telonero de tu vestido, el pirata de tu corpiño,
arqueólogo de tu piel y acequiero de tu sudor,
el explorador de tu pubis y el buzo de tu sexo...

Por los servicios ofrecidos


habré de pedir sin concesiones
altísimos honorarios de pasión y ternura.

– OOO –

Creyeron que cortando la caña silenciaban su alma. No sabían


que los hombres hacen música de las cañas quebradas. (dedicado
a Monseñor Angelelli).

La experiencia es una pomada que encontramos cuando ya han


cicatrizado las heridas.

Nada más lejos que un amor cercano que nos duele. Y nada más
cerca que un amor lejano que aún nos duele.

En corazones pequeños caben grandes olvidos.

Amigo es quien sigue visitándonos cuando ya es feliz.

Los que consumen música son turistas; los que aman la música,
habitantes.

308
DAVID GABRIEL
Nació en la ciudad de La Rioja en 1970. Estudiante de Letras. Ha
escrito más de setescientos aforismos, que permanecen inéditos por
decisión del autor.

MI TARJETA

Yo, David Gabriel,


arquitecto de castillos en el aire y adicto a la belleza,
pocero de pensamientos y rastreador de certezas,
despilfarrador de tiempo y coleccionista de momentos,
mensajero de la vida y caudillo de la comprensión,
estibador de ideales y arriero de mis pasiones,
sacerdote de la amistad y afiliador del optimismo,
caminante de soledades y mochilero de ilusiones,
torero de incomprensiones y remero de desencantos;
ofrezco ser para vos
mucho más de lo que soy:
ofrezco ser el jardinero de tu sonrisa y el joyero de tus lágrimas,
detective de tu espíritu y vigía de tus palabras,
prestamista de confianza, cerrajero de secretos,
cosmonauta de tus ojos, traductor de tus miradas,
el farolero de tu esperanza y el maquinista de tu entusiasmo,
camillero de tu melancolía y guardián de tu silencio,
el mosquetero de tus sueños y el artesano de tu paz.
También puedo ser el pintor de tus mejillas y el viñatero
de
tus lóbulos,

309
Eduardo Carballido
Armando Marcelo Torralba
Javier Tineo
David Gabriel
Rash
David Levi
Domingo Bordón
Julio C. Salvidio
María Elizabet Barrios
Pablo Fernández Pugliese
Ricardo Silva
Efraín Casiva
Pedro Agost
Exequiel Distancia
Marcelo Lacasa
Laura Nilda Gachón
Josefina De la Fuente
Rafael Cardona
Cristian J. Martinez
Omar Gustavo Juárez

Del Mapa de la Poesía Riojana (1989)

IV

Otros Poetas

310
La infancia es un país en el que se destierra a los que dejan de
ser poetas.

Vivir de migajas de amor duele más que vivir sin amor.

Perdonar es olvidar que aún recordamos.

La muerte no puede cobrarte más peaje que el cuerpo. La vida


te exige hasta el alma.

Tu ausencia es la peor de las presencias.

El libro
de los Poetas Jóvenes

311
312
Indice general

Prólogo............................................................................................................. 7
Algunas consideraciones.................................................................................. 9
MATEO ROSAS DE OQUENDO................................................................. 17
JUAN ALFONSO CARRIZO....................................................................... 19
JOAQUÍN V. GONZÁLEZ .......................................................................... 26
GABINO CORIA PEÑALOZA . .................................................................. 32
JUAN ZACARÍAS AGÜERO VERA .......................................................... 36
ARTURO MARASSO .................................................................................. 41
ARTEMIO MORENO................................................................................... 46
CESAR JESÚS VELÁZQUEZ...................................................................... 51
JULIO ORTIZ................................................................................................ 53
ALBERTO G. OCAMPO ............................................................................. 56
ANGEL MARÍA VARGAS .......................................................................... 59
HORACIO ORTIZ......................................................................................... 63
JORGE CASTELLANOS ............................................................................ 66
HORACIO LUNA DÁVILA ........................................................................ 70
HADA LELIA COUTONÉ DE OCAMPO .................................................. 75
JOSÉ M. PAREDES ..................................................................................... 77
RICARDA ROMERO.................................................................................... 82
JULIÁN AMATTE ....................................................................................... 84
JOSÉ JESÚS OYOLA .................................................................................. 88
CARLOS ALBERTO LANZILLOTTO ....................................................... 92
JUAN BAUTISTA ZALAZAR .................................................................... 99
ENRIQUE ANGELELLI ............................................................................ 103
ARIEL FERRARO ..................................................................................... 106
CARLOS MARIO LANZILLOTTO .......................................................... 116
PEDRO S. HERRERA................................................................................. 120
MARÍA ARGÜELLO.................................................................................. 123
CARMEN CELIA AGÜERO VERA DE BARRIONUEVO...................... 127
LELIA M. MARASCO DE BILMEZIS...................................................... 130
ANGEL ORLANDO PEREZ...................................................................... 134

313
EFRAÍN DE LA FUENTE.......................................................................... 138
RAMÓN ELOY LÓPEZ . ........................................................................... 142
JOSE MARANO.......................................................................................... 148
MARTÍN HORACIO GÓMEZ .................................................................. 151
DANIEL MOYANO ................................................................................... 154
PLUTARCO SCHALLER........................................................................... 160
MIGUEL DORADO.................................................................................... 163
CARMEN MORENO DE MERCADO....................................................... 164
MARÍA CARMONA................................................................................... 167
JAIME ALAZRAKI ................................................................................... 171
JOSÉ ALBERTO SANTIAGO.................................................................... 173
RAMÓN NAVARRO................................................................................... 178
JUAN CARLOS SORIA . ........................................................................... 184
JULIO CÉSAR REARTE ........................................................................... 187
HÉCTOR DAVID GATICA......................................................................... 190
RAÚL VERA OCAMPO............................................................................. 195
JOSÉ LEDESMA......................................................................................... 204
RENÉE ANDRADA.................................................................................... 207
GUILLERMO GONZÁLEZ........................................................................ 210
TERESITA FLORES................................................................................... 212
MARGARITA MASSUD............................................................................ 216
ROSA PEREYRA........................................................................................ 219
JUAN CARLOS FUENTES LAMADRID................................................. 224
ABELARDO ANGEL.................................................................................. 227
MARIO PAOLETTI ................................................................................... 228
CARLOS MAMONDE................................................................................ 232
ROLANDO ZALAZAR.............................................................................. 235
REMO DALLA VILLA .............................................................................. 238
NICOLÁS BRIZUELA .............................................................................. 241
ADOL FO A. CABRAL
CÉSAR TORRES........................................................................................ 249
FRANCISCO SQUEO ACUÑA.................................................................. 252
ENZINA SANTACROCE........................................................................... 255
TERESA DEL VALLE SALINAS............................................................... 257
LUCÍA CARMONA.................................................................................... 260
BEM AMI SCHARGRODSKY................................................................... 267
VIRGINIA HANSEN.................................................................................. 270
MIGUEL ÁNGEL PERALTA .................................................................... 273

314
JORGE PONCE .......................................................................................... 276
ORLANDO RUBÉN FLORES .................................................................. 278
ANÍBAL ALBORNOZ ÁVILA................................................................... 281
ELOISA CALDERÓN................................................................................. 285
NICOLÁS ROJO......................................................................................... 287
ISABEL MÉRCOL...................................................................................... 291
HORACIO ARTURO OLIVA...................................................................... 294
JORGE CARLOS SABANÉS..................................................................... 296
MARÍA ELIZABETH BARRIOS............................................................... 299
DAVID GABRIEL....................................................................................... 302
El libro de los Poetas jóvenes...................................................................... 305
Del Mapa de la Poesía Riojana.................................................................... 306

315
316
Se terminó de imprimir en diciembre de 1998
en los talleres de Editorial Canguro S.R.L.
Buenos Aires 207 - La Rioja
República Argentina

317

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