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Tarta Jardín Japonés

Eva 14 febrero, 2018

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Hoy es San Valentín, un día como otro cualquiera puesto que


debemos amarnos y desearnos todos los días del año. Pero puesto
que es un día de celebración, y ante eso no me puedo contener, os
traigo una tarta más especial. Cierto es que podéis hacerla el día
que más os apetezca sin necesidad de buscar una excusa para ello
a excepción de disfrutar. Tarta Jardín Japonés.

Igual pensáis que cuál es el motivo para darle este nombre a la tarta.
Y, si os soy sincera, es lo que me transmite. No puedo evitar
visualizar los paseos de cerezos en flor (Sakura) de Japón cuando la
miro. Sé que esos grandes pasillos se inundan de tonalidades rosas
y la tarta tiene un abanico más amplio.

Pero, aún así, las disposición de los pétalos, el fondo ligeramente


rosado, la base de la tarta de cacao que me recuerda al color de la
madera de los cerezos… Es lo que me hace sentir y así es como os
lo quiero hacer llegar.

Tarta de queso y gelatina con pétalos.


Siempre he sido fan incondicional de las tartas de queso. Hace
tiempo, compartía muchas recetas en el blog, pero al final comienzas
a investigar y descubrir otras elaboraciones, que van dejando estas
en un segundo plano.

El otro día estuve dándole una vuelta y pensé que debía traer de
nuevo una tarta de queso al blog. Pero, con este estilo de
presentación que me tiene totalmente enamorada. Ya no solo por el
aspecto final, que resulta muy atractivo, sino porque disfruto mucho
con el proceso.

De modo que me puse a buscar alguna receta diferente y me


encontré con el canal de esta chica, decocookie. Lo primero que
vi fue una tarta de té matcha preciosa en el canal de otra chica y,
como sugerido, vi esta tarta. Maravillosa, con una base de tarta de
queso y una capa superior de gelatina con flores. Me pareció súper
elegante, de modo que ya tenía la idea que buscaba para mi tarta.

Tuve que readaptar toda la receta, ya no solo por el tamaño, sino


porque en algunos pasos no dice las cantidades. Tan solo se puede
ver que añade ese ingrediente. Pero no me importó. Lo que pude
ver de su trabajo, fue más que suficiente para llevar a cabo la idea.

Mi tarta Jardín Japonés.


No puedo negar que me hubiera encantado poder llamarla tarta
Sakura, pero al no utilizar flores de cerezo esto no tenía ningún
sentido.

El resultado fue una tarta con una base de cacao acompañada de


una tarta de queso con aroma de limón, ligeramente dulce, y una
gelatina superior de textura muy suave decorada con pétalos de
flores. La unión de todas las capas funciona muy bien y el conjunto
es sensacional.

Lo que más disfrute, sin lugar a dudas, fue decorándola. Siempre es


la parte que más me gusta y disfruto, pero en esta ocasión, fue como
crear mi propio jardín. Espero que con el vídeo os anime a crear
también los vuestros.
Ingredientes

PARA LA BASE DE CACAO:

180 g de harina de trigo floja de repostería


25 g de cacao en polvo

25 g de avellana tostada molida

130 g de mantequilla

1 huevo L
40 g de azúcar
2 g de sal

PARA LA TARTA DE QUESO:

130 g de crema de queso


130 g de nata líquida para montar
40 g de azúcar

25 g de zumo de limón recién exprimido


2 1/2 hojas de gelatina (5 g)

PARA LA GELATINA:
195 g de agua
23 g de azúcar

pizca de colorante en pasta Claret (mojar la punta


del cuchillo)
2 hojas de gelatina (4 g)
pétalos de flores comestibles

Elaboración
Preparamos la base de cacao.

Rallamos la mantequilla fría, reservamos.

En un bol amplio añadimos la harina junto con el


cacao en polvo, la avellana tostada molida, la
mantequilla rallada y la sal, comenzamos a mezclar
con las yemas de los dedos los ingredientes hasta
obtener una mezcla arenosa.

Añadimos el azúcar moscabado, el huevo y


mezclamos ligeramente.

Pasamos la masa a una superficie de trabajo


y terminaremos de trabajarla realizando la técnica
del fraisage. Nos servirá para obtener una masa
homogénea pero sin desarrollar el gluten.

Apoyamos el “talón” de la mano sobre la masa y


deslizamos hacia delante poco a poco la masa de
modo que se vaya amalgamando pero sin obtener
un resultado elástico.

Una vez que esté homogénea, estiraremos la masa


entre dos láminas de teflón o papel de horno. Le
daremos un grosor de 3 mm, para ello utilizaremos
un rodillo ajustable.

Dejamos la masa tapada con las láminas de teflón o


el papel, colocamos sobre una bandeja e
introducimos en el frigorífico durante
mínimo 2 horas o toda la noche.

Horneamos la base de la tarta en blanco.

Retiramos las láminas de teflón y colocamos la masa


sobre una lámina de papel de hornear.

Con ayuda del propio aro, cortamos la base


y dejamos sin mover para que se mantenga ahí.

Cortamos tiras de un poco más de la altura del aro y


colocamos alrededor de este para crear los bordes.
No os preocupéis si tenéis que cortar varias tiras, se
ajustan perfectamente y tras el horneado no se
aprecian las uniones.

Ajustaremos los bordes al aro y la base, pero sin


tocar en exceso para que esta no pierda su forma.
Pinchamos la base ligeramente con ayuda de un
tenedor.

Con ayuda de un cuchillo, cortamos el exceso de


masa superior para dejar un borde perfecto.

Pasamos la hoja con el aro sobre una bandeja e


introducimos en el frigorífico durante 30-40 minutos.

Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y


abajo.

Sacamos el molde del frío, cubrimos con papel de


horno y disponemos pesos, bolas de cerámica
para hornear, o legumbres en la superficie.

Introducimos a media altura y horneamos


durante 15-20 minutos.

Retiramos los pesos, pincelamos con clara de huevo


batida y horneamos durante 5 minutos más para
que la base seque.

Sacamos, con cuidado de no quemarnos y dejamos


enfriar por completo.

Preparamos la tarta de queso.

En un bol pequeño añadimos las hojas de gelatina


con agua muy fría. Dejamos hidratar durante 20
minutos.

Añadimos la crema de queso en un bol mediano


junto con la nata líquida, mezclamos con ayuda de
unas varillas.

Incorporamos el azúcar junto con el zumo de limón y


volvemos a mezclar hasta homogeneizar por
completo.

Vertemos la mezcla en un cazo y colocamos a calor


medio bajo. Dejamos, removiendo constantemente,
hasta que alcance la temperatura de 55-58ºC.

Retiramos del calor.

Escurrimos las hojas de gelatina e integramos en la


mezcla de queso. Removemos muy bien hasta que
se disuelvan por completo.

Vertemos la mezcla sobre la base de la tarta y


refrigeramos durante 30-40 minutos.

Preparamos la gelatina.

En un bol pequeño añadimos las hojas de gelatina


con agua muy fría. Dejamos hidratar durante 20
minutos.

En un cazo vertemos el agua y colocamos a calor


medio hasta que alcance los 65ºC.

Retiramos del calor, incorporamos la pizca de


colorante junto con el azúcar y mezclamos muy bien
hasta que se disuelva por completo.

Escurrimos la gelatina e incorporamos al


agua. Removemos muy bien hasta que se disuelvan
por completo.

Decoramos la tarta.

Sacamos la tarta del frío.

Con ayuda de una cuchara vertemos un poco de la


mezcla de gelatina hasta cubrir la superficie por
completo.

Decoramos la tarta con los pétalos de flores


comestibles.
Vertemos el resto de la mezcla de gelatina por la
superficie procurando cubrir los pétalos.

Con ayuda de un palillo, presionaremos con


suavidad sobre los pétalos que no se han cubierto
de gelatina.

Refrigeramos la tarta durante toda la noche.

Al día siguiente ya estará lista para servir y disfrutar.

Notas
La tarta está elaborada en un aro de 24,5 cm de
diámetro.

No pinceléis la base de la tarta con huevo al


finalizar el horneado, de lo contrario el relleno no
"agarrará" y patinará sobre la base al cuajar.

La tarta de queso se puede aromatizar con zumo


de limón o de lima, cómo prefiráis.

La cantidad de colorante es mínima, mojar la


punta del cuchillo y disolver esa poca cosilla en el
agua hirviendo. Buscamos una tonalidad muy sutil y
delicada.

Debemos verter un poco de mezcla de la


gelatina sobre la tarta fría, para que comience a
cuajar y agarre los pétalos que vamos
colocando. Por supuesto, no cogerá todos porque
los que colocamos sobre otros pétalos, quedarán
sueltos.

Podéis utilizar aquella variedad de flor


comestible que deseéis.

Conservación: Podemos mantenerla refrigerada en


un recipiente hermético durante 4-5 días.

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