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Ensayo final de Epistemología de las ciencias sociales

Profesor: Dr. Oscar Fernando Contreras Montellano


Alumno del DEM: José Israel Ibarra González

Esta investigación bibliográfica desarrolla un “mapa” epistemológico para ubicar donde se


puede hacer una aportación al conocimiento a través del desarrollo de la tesis doctoral sobre la
integración de los deportados y sus familias migrantes en los estados de la frontera norte de
México. El ensayo está dividido en tres partes: 1) una argumentación para investigar la tesis
doctoral con herramientas demográficas y sociológicas; 2) el análisis de la nueva teoría de la
asimilación y la teoría de la integración en relación al paradigma asimilacionista; así como la
propuesta de crear el concepto “integración de retorno”; y 3) los resultados de un estudio de
Heckmann (2006) que muestran como la demografía y la sociología han usado la asimilación y
sus variantes en la migración y por lo tanto es posible desarrollar la investigación de posgrado
desde esta perspectiva interdisciplinaria y teórica.

1. La demografía, la sociología y las migraciones internacionales


Bean y Brown (2015) explican citando a Preston (1993: 593-594) que el campo de la demografía
consiste en una análisis teórico y empírico multi e interdisciplinario de las determinantes y las
consecuencias de los nacimientos, las muertes y las migraciones, los cuales juntos afectan el
tamaño (género y edad) de la composición de las poblaciones y más. También citando a Ryder
(1964) definen que una población es una aglomeración de cualquier tipo de unidades
individuales capaces de reproducirse a sí mismas, sean personas o poblaciones humanas.
También explican que puede ser definida usando criterios físicos, étnicos, religiosos u otros.
Entonces desde la demografía puede comenzar la construcción del objeto de estudio de la
tesis doctoral en la que se trabaja. Primero se busca observar las consecuencias de la migración
de personas que son deportadas desde los Estados Unidos a México y sus familias migrantes. Por
lo tanto las unidades individuales pueden ser los sujetos que son expulsados del territorio

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estadounidense, pero también el grupo familiar cuando deciden reunificar su familia en la
República Mexicana. En el primer caso (de los individuos) el criterio para conformar la
población de personas son las órdenes de deportación en su contra. Mientras que en el segundo
caso (del grupo familiar) el criterio es que uno de sus parientes haya sido deportado y exista una
decisión de reunificar a la familia en México. Por ejemplo, un jefe o jefa de familia es expulsado,
y su esposa y sus hijos emigran con él, aunque no hayan sido deportados, inclusive la cónyuge y
los vástagos pueden tener la ciudadanía estadounidense.
Bean y Brown (2015) explican que existe una distinción entre la demografía formal y la
demografía social. La formal estudia las relaciones de fertilidad, mortalidad, edad y tiempo
siguiendo patrones que pueden fácilmente ser descritos y analizados con modelos matemáticos.
En tanto la social estudia las determinantes no demográficas y las consecuencias de la fertilidad,
mortalidad y la migración, ampliando en un sentido genérico a las ciencias sociales, incluida la
sociología. Este punto es importante porque comienza a vislumbrase la pertinencia de analizar un
fenómeno social como la llegada de los deportados a México y sus familias migrantes desde la
demografía, tanto formal como social, pero también combinar herramientas de la sociología a la
segunda perspectiva demográfica, ampliando el análisis no sólo al desarrollo de los modelos
matemáticos, sino al análisis cualitativo. Un enfoque mixto consistente y que da mayor riqueza a
la investigación. En su matriz sobre las teorías de la migración Brettell y Hollifield (2015: 4)
consideran que la pregunta de investigación para el estudio de las migraciones internacionales
desde los estudios demográficos es: ¿En qué medida las poblaciones inmigrantes y nativas llegan
a ser más similares a través del tiempo?
Dejamos por un momento la demografía para redirigirnos a la sociología, al respecto
FitzGerald (2015: 115-116) expone que la pregunta básica que se hace para el estudio de la
migración desde la sociología es ¿quiénes migran y por qué? Para responder lo hacen desde la
estructura socio-económica y la variación de oportunidades entre el país de origen y el país
destino, pero también han tomado una posición crítica desde el “sistema mundial”, las redes
sociales y los patrones demográficos que forman los flujos de la migración. Entonces la tesis
doctoral propuesta a desarrollar se enmarca en una perspectiva teórica ampliamente estudiada
desde la sociología y que comparte herramientas de la demografía. “La pregunta de qué pasa a
los inmigrantes en su llegada en su país destino fue estudiada en los Estados Unidos bajo la
rúbrica de asimilación”, explica FitzGerald (2015: 118).

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Brettell y Hollifield (2015) señalan que la pregunta de investigación en la que se concentra la
sociología para el estudio de la migración es: ¿Qué explica la incorporación y la exclusión de los
migrantes? Revisadas las preguntas de investigación en las que se han concentrado la demografía
y la sociología para el estudio de la migración, y considerando que se intenta utilizar ambas
disciplinas para el desarrollo del estudio doctoral propio, la cuestión a responder es:
¿En qué medida los adultos deportados y sus familias migrantes son integrados o excluidos
de la estructura socioeconómica de los estados de la frontera norte de México?

2. El paradigma asimilacionista: la nueva teoría y la integración


Bean, Stevens y Wierzbicki (2003: 96) indican que el paradigma que ha constituido la más
prominente perspectiva en el asunto de qué tan rápidamente los grupos de inmigrantes alcanzan
una movilidad ascendente en el país de acogida es la teoría de la asimilación. En sus inicios
Robert E. Park (1926) (perteneciente a la Escuela de Chicago) y Milton Gordon (1964) fueron
sus más prominentes estudiosos. Su trabajo sentó el precedente para la evolución de un
paradigma asimilacionista que con algunas variantes todavía puede considerarse que reúne los
requerimientos de ser un “conjunto de conceptos teórico-metodológicos que el investigador
asume como un sistema de creencias básicas que determinan el modo de orientarse y mirar la
realidad” (Sautu et al, 2005: 34-35). Es como lo dice Kuhn (1962) “un modelo o patrón
aceptado” en la comunidad científica. Aunque como observaremos en este apartado los
académicos han estado experimentando para resolver las ambigüedades que los pioneros no
solucionaron, quizá porque sus hallazgos estuvieron más vinculados a la historia externa y no a
la historia interna (Lakatos, 1993; en Pardo, 2012: 48).
De manera breve se verán los principales postulados de la teoría de la asimilación clásica y la
teoría de la asimilación segmentada; y de manera ampliada la nueva teoría de la asimilación y la
teoría de la integración. Aunque los segmentacionistas, encabezados por Alejandro Portes, y los
nuevos asimilacionistas, encabezados por Richard Alba y Víctor Nee, han intentado desmarcarse
de los clásicos es evidente que no lo han logrado. Incluso me atrevería a pensar que aún le
abonan a la ciencia normal. Respecto a la teoría de la integración, cabe explicar que comparte la
base epistemológica con la nueva teoría de la asimilación, sin embargo, es más aceptada porque
no enfrenta el tabú europeo vinculado al extremo nacionalismo; es pues, más políticamente
correcta. (Heckmann: 2006).

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Gordon (1964) explica que existen tres filosofías o meta-sistemas de la asimilación: la
anglo-conformidad que exige la renuncia completa de la cultura anterior del inmigrante en favor
del nuevo comportamiento y los valores del grupo anglosajón dominante de la época; el crisol
de razas (melting pot) que busca la fusión biológica de los pueblos anglosajones con otros
grupos de inmigrantes y una mezcla de sus respectivas culturas en un nuevo tipo de indígena de
los Estados Unidos; y el pluralismo cultural que postula la preservación de la vida comunal y
porciones significativas de la cultura de los grupos de inmigrantes en el contexto de la
ciudadanía, así como la integración política y económica en la sociedad estadounidense (Gordon:
1964: 85).
Después Portes y Zhou (1993) con el estudio de las segundas generaciones introducen la
perspectiva de la asimilación segmentada.

“Es evidente que los miembros de la segunda generación se asimilarán, sea con éxito o
sin él, lo que se refiere al aprendizaje de la cultura americana, pero será de forma muy
diferente si lo hacen uniéndose a la clase media mayoritaria o a la población de clase baja,
en su mayoría marginados y víctimas del racismo” (Portes, Fernández-Kelly y Haller,
2006: 8).

La pregunta en la teoría de la asimilación segmentada deja de ser entonces si las segundas


generaciones van a asimilarse a la sociedad estadounidense, sino a cuál segmento de esa
sociedad van a integrarse.
Sin embargo, para este ensayo nos interesa estudiar cuáles son los principales postulados de
la nueva teoría de la asimilación que han desarrollado Alba y Nee, así como sus conceptos más
importantes. Alba y Nee (2003) escriben desde una visión estadounidense que ha pasado por
diferentes perspectivas, entre ellas el crisol de razas (melting pot) que Ralph Waldo en 1845
definió como una mezcla entre los descendientes de europeos, incluidos africanos y polinesios,
que contribuían al nacimiento de una nueva raza en territorio norteamericano. En la época
moderna Alba y Nee (2003) señalan que las nuevas concepciones de asimilación han vuelto a
reflexionar el concepto en base a la inmigración no blanca de Asia, el Caribe y Latinoamérica.
“La asimilación no es un concepto estático o incambiable; su definición y especificaciones ha
envuelto constantemente como la sociedad Estadounidense ha cambiado en su experiencia de
inmigración de varios siglos” (Alba y Nee, 2003: 18. Traducción propia).

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En su objetivo de ayudar a entender las causas del fenómeno, los autores explican que para la
construcción de una teoría de la asimilación ellos siguen a los “nuevos realistas” de la filosofía
de la ciencia en un alejamiento del “modelo de cobertura legal” de explicación asociado con el
positivismo clásico. Añaden que la causalidad, en cambio, es identificada como un racimo
central de procesos diversos y específicos concebidos como el mecanismo que producen o
generan el fenómeno para ser explicado. En otras palabras, una teoría es la descripción
aproximadamente verdadera en las causas subyacentes de lo que uno procura explicar. (Alba y
Nee, 2003: 35).
Alba y Nee (2003) critican que el análisis teórico de Shibutani y Kwan fue muy
profundamente impregnado con los principales elementos del estudio de la asimilación desde la
Escuela de Chicago, incluyendo la teoría evolucionista darwiniana. El lenguaje de estas
presuposiciones dio lugar a cuentas para algunas de las limitaciones de su marco teórico.
Entonces Alba y Nee (2003) crean su propio marco conceptual con un lenguaje teórico
basado en los avances recientes del análisis institucional de las ciencias sociales. Señalan que las
teorías institucionales están divididas en dos tradiciones distintas: 1) el individualismo
metodológico del análisis comparativo institucional de Max Weber; y 2) el holismo
metodológico derivado de la influencia del sociólogo francés Emile Durkheim, quien afirma que
las estructuras institucionales no pueden ser reducidas a la acción de los individuos. Añaden que
esas dos grandes visiones se han movido hacia la convergencia:

“En las aproximaciones del nuevo institucionalismo, las explicaciones para el cambio
institucional generalmente se refieren a mecanismos causales incrustados en la acción
intencional del individuo y actores corporativos, quienes son formados por creencias
culturales, estructuras relacionales, trayectorias de dependencia y cambios de los costos
relativos” (Alba y Nee, 2003: 36).

Así la nueva teoría de la asimilación de Alba y Nee, explican, está construida en las suposiciones
conductuales del nuevo institucionalismo en la sociología. Los autores definen en la asimilación
hay un repertorio de mecanismos de operación a nivel individual, grupo primario y nivel
institucional que forma las trayectorias de adaptación de los inmigrantes y sus descendientes.
Ellos proponen que los mecanismos causales sean divididos en dos grupos que son generalmente
del ambiente social: las causas próximas que operan en el individuo y su red social (grupo
primario y comunidad) y que son formadas por el capital que los grupos y los individuos poseen;

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y la distal, a veces de causas más profundas, que están incrustadas en las grandes estructuras,
arreglos institucionales del estado, empresas y mercado laboral (Alba y Nee, 2003).
Portes, Fernández-Kelly y Haller (2006) consideran a la nueva teoría de la asimilación de
Alba y Nee (2003) una perspectiva teórica alternativa. El argumento es que, aunque acepta la
heterogeneidad de los resultados de la asimilación e incluso que no se produzca la asimilación,
“todas esas alternativas pueden englobarse en la teoría “canónica” de la asimilación” (2006: 12).
Explican que existe en la nueva teoría de la asimilación una “sociedad dominante” que
incorpora a la clase media y obrera, blancos y negros, e incluso a una subclase de las zonas
urbanas marginadas. “Alba y Nee […] transforman la palabra “asimilación” en un paraguas
utilizable en todas las situaciones y por lo tanto, empíricamente irrefutable” (2006: 12).
Portes, Fernández-Kelly y Haller (2006) aseguran que Alba y Nee (2003) con su nueva teoría
de la asimilación no aportan nada nuevo más allá de algunas consideraciones sobre la
“racionalidad confinada” y el “nuevo institucionalismo”. “Regresaron al conocido papel del
capital humano, social y cultural que afecta a los patrones de asimilación y aceptan la
posibilidad de la movilidad descendente o incluso de que no se produzca asimilación alguna”
Fernández-Kelly y Haller (2006: 13).
Por otra parte, Esser (2003) considera que para defender el concepto de asimilación Alba y
Nee asumen que hay todavía un núcleo institucional y cultural en la sociedad de acogida, que
está por encima y más allá de todas las diferencias y distancias, actuando como una especie de
irresistible fuerza centrípeta sobre los inmigrantes (de todas las generaciones), que finalmente ha
forzado a una generación tras otra, en virtud de sus propios intereses objetivos para seguir el
camino de la asimilación a este núcleo (referenciando a Alba 1985 en estos procesos para la
antigua forma de inmigración a los Estados Unidos). Esser (2003) señala que esa es la
afirmación que es impugnada por aquellos que insisten en que el concepto de la teoría clásica de
la asimilación ya no se aplica. Niegan que este inequívoco núcleo todavía existe, especialmente
ante la creación de instituciones supranacionales y mundiales con interdependencias entre
diferentes culturas. Un ejemplo son las comunidades transnacionales. En consecuencia,
manifiesta el investigador, la vieja mono y etnocentrista teoría de la asimilación es sencillamente
incapaz de lidiar con este (nuevo) multinivel de policentrismo (Esser, 2003: 4-5).
Agrega Esser (2003) que esta polémica se recrudece entre dos distintas teorías con muy
diferentes hipótesis. El problema que surge aquí, escribe, es uno con el que la sociología en

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general está muy familiarizada. Para el análisis y la explicación de los fenómenos sociales,
algunos conceptos generales e incluso leyes sociológicas están basados en las regularidades
observadas, por ejemplo, la inevitable homogeneización cultural y social del mundo; o al final de
la asimilación de los inmigrantes a través de cohortes. Sin embargo, empíricamente siempre hay
excepciones y desviaciones, y a veces parecen completamente nuevos tiempos, lo que implican
la necesidad de un cambio completo de las leyes respectivas y un radical cambio de paradigma
hacia una nueva teoría. Este problema se presenta, por ejemplo, con respecto a la cuestión de si
uno puede seguir hablando de algunas generaciones, en vista del cambio de rutas que siga la
nueva inmigración, y cómo se podría derivar una conceptualización más adecuada de las nuevas
(segundas u otras) generaciones (Esser, 2003: 4-5).

Gráfico 1.- Supuestos de las principales teorías de la asimilación.

2.1 La teoría de la integración


Heckmann (2006) expone que la integración social se entiende como la inclusión de los
migrantes individuales en las principales instituciones de la sociedad receptora; con la
integración estructural, cultural, interactiva e identificativa como dimensiones de ese proceso. De
acuerdo al investigador la integración en relación a la estructura social se define como:

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“La disminución o ausencia de estratificación étnica y la disminución o la eventual
ausencia de origen étnico o la condición de inmigrante relacionadas a las formas de
diferenciación social. La integración social se entiende como ausencia de inmigración
relacionadas con el conflicto severo del grupo y la cohesión entre los grupos sociales
principales” (Heckmann, 2006: 2.Traducción propia).

El autor explica que se han utilizado diferentes términos en las ciencias sociales para estudiar la
integración: absorción, adaptación, ciclo de relación de razas, asimilación, aculturación,
inclusión, incorporación y, por supuesto dice, la integración, al citar un trabajo de su autoría de
1992. Después Heckmann (2006) enuncia un párrafo que abre la posibilidad de tomar elementos
de las dos teorías propuestas para su análisis en este ensayo: “No podemos rastrear y reconstruir
el significado y el contexto de la mayoría de estos conceptos aquí, pero hablaremos más sobre
"integración" así como "asimilación" (Heckmann, 2006: 8. Traducción propia).
Heckmann (2006) clarifica en la primera parte del estudio la raíz sociológica de la
integración per se y por lo tanto otorga un concepto que puede aplicarse a cualquier nuevo grupo
de población que llegue a una sociedad establecida. El autor define la integración como: “a) La
estabilidad de las relaciones entre las partes dentro de un sistema como "totalidad", con bordes definidos a
su entorno; esto se refiere a un estado de integración, de un sistema que está siendo integrado”
(Heckmann, 2006: 8. Traducción propia). Además añade tres significados que se refieren a procesos
de integración y el grado resultante de la interconexión o la calidad de las relaciones dentro de la
"totalidad": “b) Relacionando elementos individuales entre sí y formando una nueva estructura
de elementos simples; c) adicionando de elementos o estructuras parciales a una estructura
existente y uniendo a un "todo" interconectado; y d) fortaleciendo o "mejorando" las relaciones
dentro de un sistema o estructura”, (Heckmann, 2006: 8. Traducción propia).
Este marco permite analizar el tema de tesis doctoral sobre la integración de los deportados y
sus familias migrantes en los estados de la frontera norte de México, particularmente desde la
concepción c) arriba mencionada, debido a que esta población es un nuevo elemento que viene
unirse a la sociedad establecida en esta región de acogida.
Desde la teoría funcionalista (Heckmann, 2006) señala que la integración es vista como uno
de los prerrequisitos funcionales en cualquier sistema social para garantizar su supervivencia y
añade que “la integración de los inmigrantes tiene que ver principalmente con la integración
como proceso. Si este proceso tiene éxito, hablamos de una sociedad o un sistema social como
"integrado" (Heckmann, 2006: 9. Traducción propia)”. La claridad de la definición permite

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reflexionar que en el análisis de la población de familias de deportados no sólo debe observarse a
los sujetos y sus características, sino a toda la población y como se reestructura el sistema con su
llegada.
Basado en la definición de Lockwood (1964), Heckmann (2006) explica que la teoría
sociológica de los sistemas sociales ha desarrollado los conceptos de integración sistémica e
integración social. La integración sistémica trabaja de manera independiente a los motivos, metas
y relaciones de los actores individuales; se realiza por medio de las instituciones y
organizaciones. En tanto la integración social incluye a los nuevos individuos como actores en
un sistema; se realiza con la creación de relaciones mutuas entre actores como parte de un todo.
Estas dos perspectivas coinciden con la visión que presentan Alba y Nee (2003) para la
construcción de su propio marco teórico y que provienen de las tradiciones weberiana
(individualista) y durkheimiana (institucionalista), unidas en el nuevo institucionalismo. Por lo
tanto, podemos argumentar epistemológicamente la compatibilidad de ambos desarrollos
teóricos, el nuevo asimilacionismo y el integracionismo. Así, en complemento, pueden ser
usados como perspectivas para la tesis doctoral en proceso. Entonces para el caso de los
deportados y sus familias es válido analizar tanto a nivel sistémico como a nivel social su llegada
a territorio mexicano limítrofe con la frontera de los Estados Unidos. Además existe una
aparente ilación longitudinal que permite estudiar la evolución entre las primeras y las últimas
oleadas de expulsados desde los Estados Unidos a México.
Aunque existe este soporte teórico del integracionismo proveniente del asimilacionismo no
quiere decir que esté terminado de construir, por el contrario, es aquí donde reside la oportunidad
para hacer una aportación a la generación del conocimiento con la tesis doctoral. Esser (2003)
explica que en términos de la metodología de explicación sociológica, en este paradigma hay un
problema de incompletitud (refiere a Wippler y Lindenberg, 1987). Manifiesta que la
incompletitud está estrechamente relacionada con la caída de los métodos clásicos sociológicos
de Durkheim, que se basan en la presunción de que el propósito y la premisa de la sociología
consisten en la búsqueda de las leyes (generales) en el nivel macro de los procesos sociales. La
búsqueda de tales leyes sociológicas (sui generis) no ha tenido éxito, a pesar de unos 100 años de
esfuerzo. Hasta la fecha, ninguna de esas leyes sociológicas ha sido encontrada, y lo mismo se
aplica a las diversas teorías y conceptos de las relaciones interétnicas. El camino para salir del
problema de la incompletitud no es, sin embargo, una interminable controversia entre

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paradigmas o la modificación y adaptación de los conceptos (por ejemplo, los de integración o
generación). El único recurso es una alteración del método sociológico. La generación de las
observaciones inductivas de algunas co-variaciones o tendencias estilizadas en leyes (generales)
sociológicas no son el explanans para procesos empíricos, sino que constituyen en sí mismos un
explanandum que aún tiene que ser explicado por algunos argumentos teóricos deductivamente
derivados y los correspondientes a las condiciones empíricas (iniciales). (Esser, 2003: 5).
(Esser, 2003) también señala que la cuestión ahora es por qué la correlación o tendencia
existe, por ejemplo el patrón de segmentar la asimilación, o ciertos efectos generacionales, junto
con las desviaciones de las mismas. Y si se trata de una cuestión de competir las leyes o la teoría,
entonces tiene que haber una explicación de ¿por qué una ley o teoría es válida en algún
momento, y una ley diferente o teoría en otro. Cuando esa pregunta ya ha sido contestada,
hablamos de un correctivo o explicación detallada. Su principio básico es relacionar un
determinado y meramente correlativo aspecto al nivel macro del proceso (por ejemplo, la
asimilación de la segunda generación en comparación con la primera generación) a un
mecanismo general de conexiones causales. Esto implica necesariamente la modelización de la
interacción de multi-nivel de relaciones, especialmente entre esas acciones, por un lado, y las
estructuras en el otro. En el ínterin, algunos desarrollos generales de la teoría de la sociología
proporcionan una bien elaborada metodología para ese propósito: el modelo de explicación. Es el
núcleo de la siguiente reconstrucción de diferentes modelos y resultados de la integración
intergeneracional, que presenta el teórico, generando los mecanismos de estos fenómenos. Sin
embargo, el primero de todos el explanandum tiene que aclararse, señala Esser. (2003: 5-6).
Aunque sin resolver el problema epistemológico planteado por Esser (2003), Heckmann
(2006) se hace la pregunta de usar la asimilación o la integración para el estudio de la migración
y se responde que mientras en los Estados Unidos la asimilación ha sido la norma dominante, en
el caso europeo con la radicalización del nacionalismo y la persecución de las minorías
nacionales en el intento de crear naciones homogéneas el concepto se vinculó con el
etnocentrismo, supresión cultural y algunas veces con el uso de un significado violento para
forzar a las minorías a la conformidad. Un ejemplo fue los crímenes nazis, y por lo tanto la
asimilación se volvió un tabú.
Sin embargo, explica Heckmann (2006: 11) que en los tiempos actuales ese tabú está
cambiando, y el término está creciendo en su uso, por lo que cita a Brubaker (2001), así como

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Bade y Bommes (2004). De ahí cita el caso de Alba y Nee (2004) quienes, explica, argumentan a
favor de la relevancia del concepto, como ya se vio en la primera parte de este ensayo. Por
ejemplo Esser (2004), indica Heckmann, traduce las dimensiones de la integración social
(aculturación, asentamiento, interacción e identificación) en asimilación cultural, asimilación
estructural, asimilación social y asimilación identificativa.

“La experiencia indica claramente que la mayoría de los lectores y espectadores,


particularmente de un público más amplio, no comparten este moderno concepto
sociológico en absoluto, sino que tiene en mente el concepto unidireccional, represivo y
reaccionan emocionalmente a cualquier uso de él. Simplemente por razones pragmáticas
y comunicativas nos comprometemos de la "integración". Como sociólogos, tenemos que
ser conscientes de que nuestros conceptos no sólo han de entenderse en un círculo de
expertos, sino que debe ser capaz de comunicar en un público más amplio. (Heckmann,
2006: 12-13. Traducción propia)”.

La reflexión es que en términos epistemológicos Heckmann (2006) parece decir que aunque se
utilice el término de integración, la base científica tiene elementos de la nueva teoría de la
asimilación, pero su uso es políticamente inadecuado. Por lo tanto podemos argumentar que
pueden utilizarse las herramientas desarrolladas en ambas teorías, que de acuerdo a lo anterior
descrito puede llevar al mismo tipo de interpretación sobre el fenómeno de asimilación-
integración. Sin embargo, existen dos argumentos que las hacen limitantes para su utilización en
el estudio empírico a realizar, que busca estudiar la integración de los mexicanos deportados y
sus familias migrantes: 1) están desarrolladas para la inmigración y no para el retorno; y 2) sus
aplicaciones empíricas no han sido orientadas a las realidades latinoamericanas.
Esta situación abre una ventana de oportunidad para aportar al conocimiento por medio del
concepto “integración de retorno”, mismo que deberá ser desarrollado epistemológicamente y
empíricamente como un aportación de la tesis doctoral. Esta “integración de retorno” deberá
sumar hacia el núcleo del paradigma asimilacionista.

3. El uso empírico de la nueva asimilación y la integración


Heckmann (2006) también realiza un mapeo de la investigación en integración de 1995 a 2004
que refleja que el 86.5% de los estudios se enfocan en la integración social de los migrantes en
las instituciones de la sociedad receptora. Solo un pequeño porcentaje de 5.2% se concentra en
las consecuencias en la sociedad receptora y a apenas un 3.5% en la inmigración y la integración

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social de la sociedad receptora a través de la cohesión. En su clasificación hay una categoría que
vale la pena estudiar para su posible uso: La integración como proceso de socialización y
aprendizaje. La pertinencia es que coincide con los objetivos de la investigación doctoral y por
otra parte su abordaje sólo representa un 15% de los estudios revisados, lo que permite
vislumbrar una oportunidad de aportar al conocimiento.
Entre las investigaciones interesantes a recuperar que son citadas por Heckmann (2006)
es la de Nauck y Settles (2001): “Capital social, transmisión intergeneracional y contacto
intercultural en las familias migrantes”. El estudio se centra en una segunda generación de
adolescentes y utiliza como conceptos y teorías la de integración, asimilación, segregación y
marginalización. Sus resultados están sistemáticamente relacionados con el capital social y
cultural de Bourdieu y Coleman. Fueron investigadas cinco diferentes poblaciones de familias
migrantes: italianos, griegos, turcos trabajando como migrantes; alemanes repatriados de Rusia e
inmigrantes judíos de Rusia a Israel. En cada grupo se hicieron 400 entrevistas estandarizadas.
Hay una variabilidad considerable entre los grupos de inmigrantes, que no pueden ser explicados
por las teorías de asimilación clásicas y por lo tanto demuestran la adecuación del modelo
sugerido. (Nauck y Settles, 2001; en Heckmann, 2006: 189).
De Ahsène Zehraoui (2003) investiga: “La inmigración magrebí: la dinámica familiar y el
proceso de integración”; y su pregunta de investigación es ¿cuál es el papel de la familia durante
el proceso de integración? El abstract (traducido del francés) explica que estas familias se
enfrentan a los procesos sociales contradictorios y multiformes de aculturación y oscurantismo,
de éxito y fracaso escolar, de promoción social y fiascos de naturalización, de franciatización y
de islamización, estabilización y de precarización, de integración, discriminación y exclusión
(Zehraoui, 2003; en Heckmann, 2006).
Entonces puede concluirse que existe la viabilidad de posicionarse desde la demografía y la
sociología para analizar la tesis doctoral propuesta. Y aunque sus métodos son diferentes, el uso
de la nueva teoría de la asimilación y la teoría de la integración pueden permitir alcanzar la
complementariedad.

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