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Volumen 59 -nº 2 buenos aires -Junio 2013

Data · June 2013

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Volumen 59 - nº 2
buenos aires - Junio 2013
ISSN: 0001 - 6896

Editorial

73. De los modelos de la mente


Hugo R. Mancuso

Originales. Trabajos completos

76. Importancia del diagnóstico diferencial


en niños con trastorno por déficit de
atención con hiperactividad
Josefina Rubiales

87. Habilidades sociales y apoyo social


percibido en niños con diagnóstico
de cáncer
MaRisel gutieRRez de Vázquez, ViViana n. leMos

94. Evaluación de la calidad de la


amistad en niños argentinos
santiago aleJandRo Resett, lucas MaRcelo RodRiguez,
José eduaRdo MoReno

104. Predictores de las relaciones


interculturales con estudiantes
universitarios extranjeros migrantes
aleJandRo castRo-solano

Revisión

114. Problematizar la depresión


gonzalo andRade VeRgaRa

Actualización

128. Capital psicológico: una puesta al día


Solana SaleSSi
Nota

137. Hermenéutica e interpretación


simbólica del suicidio
Sergio Javier villaSeñor Bayardo, emma laura ruBio
BalleSteroS

Informaciones

144. V Congreso Internacional de


Volumen 59 - Nº 2 Investigación y Práctica Profesional
Buenos Aires - Junio 2013 en Psicología
ISSN: 0001 - 6896

Fondo para la Salud Mental


Entidad de bien público sin fines de lucro
Personería Jurídica Nº 4863/66
Inscripta en el Ministerio de Salud Pública y
Acción Social con el Nº 1.777

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

Sede Social: Marcelo T. de Alvear 2202, piso 3º - C1122AAJ - Ciudad de Buenos Aires, R. Argentina
Tel.: (54 11) 4966 -1454
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Este número se terminó de imprimir en junio 2013


Acta Psiquiátr Psicol Am Lat. 2013; 59(2): 137-143

nota
Hermenéutica e interpretación simbólica del suicidio

serGio JaVier Villaseñor Bayardo, eMMa laura ruBio Ballesteros

serGio JaVier Villaseñor Bayardo en el presente texto abordamos el tema del suicidio desde una pers-
psiquiatra, pectiva filosófica, tratando de dilucidar el aspecto simbólico que éste
doctor en antropología social tiene en ciertas culturas, en concreto la cultura Maya. presentamos un
y etnología. breve análisis hermenéutico para interpretar el suicidio y comprender-
departamento de Clínicas
lo como un asunto socio-cultural. Consideramos que una prevención
Médicas del Centro
universitario de Ciencias
del suicidio, como la misma hermenéutica fáctica lo plantea, debe
de la salud (CuCs). considerar la intencionalidad de dotar de sentido al contexto del ser
presidente del Gladet. a.C. humano. el suicidio no es un asunto personal, es en primera instan-
(Grupo latinoamericano de cia un problema social que nos atañe a todos y cada uno de nosotros.
estudios transculturales). interpretarlo es dotarlo de sentido de modo que nos confronte y se
universidad de Guadalajara, convierta en nuestro problema de tal manera que logremos concebir
México. en el acto de la muerte un motivo para fortalecer el existir.

Palabras claves: Muerte – sentido – símbolo – Martin Heidegger.


eMMa laura ruBio Ballesteros
Magister en Filosofía.
Hermeneutics and Symbolic Interpretation of Suicide
universidad iberoamericana
Ciudad de México.
this paper addresses the issue of suicide from a philosophical per-
spective, trying to elucidate the symbolic aspect that it has in certain
cultures, particularly in Mayan culture. a brief hermeneutic analysis is
presented to interpret and understand suicide as a socio-cultural
issue. We believe that suicide prevention, as the very factual
hermeneutics puts it, should consider the intentionality of giving sense
to the human context. suicide is not a personal matter, it is primarily a
CorrespondenCia social problem that concerns us all and each one of us. to interpret it
dr. sergio Villaseñor Bayardo. is to give it meaning so that it confronts us and becomes our problem
Calle Herrera y Cairo 611
in such a way that we could conceive a reason to strengthen exis-
Col Centro Guadalajara,
Cp 44100. Guadalajara,
tence in the event of death.
Jalisco, México;
sergiovillasenor@gladet.org.mx Key words: death – Meaning – symbol – Martin Heidegger.
138 SErgio JAviEr viLLASEñor BAyArDo, EMMA LAurA ruBio BALLESTEroS

Hablar sobre el suicidio es hablar sobre la no-ser-más. La muerte no deja de parecer-


muerte, sobre lo indecible; acerca de aquello nos un tema enigmático, un tema que provo-
que nos hace temer. El temor a no existir nos ca la voz del silencio y permite que la palabra
lleva a la no comprensión de este acto que no pronunciada evoque al ser desde lo más
implica darse así mismo la muerte. No es lo íntimo.
mismo para la sociedad decir que alguien ha
muerto a decir que alguien quiso morir. Ante Muchos pensadores consideran que la idea
esta aparente diferencia es que nos encon- de la muerte nos ayuda a vivir pues represen-
tramos sin duda frente a la angustia por la ta la salida esencial a nuestra encerrona exis-
nada, esa angustia que nos lleva a la crea- tencial, así como la posibilidad que abre la
ción de mundos simbólicos con los cuales clausura del ser. En la muerte se da la realidad
nos ayudamos a lidiar con la conciencia de la hermenéutica-simbólica, en donde la ausencia
muerte, sea del modo que sea. forma parte de lo presente, así como para
Heidegger el lenguaje forma parte del ser y el
Aquí nos ocuparemos de hablar sobre esta silencio del habla. La muerte nos revela el
muerte que nos pesa más aún por todo lo sentido como fundamento sin fundamento. Es
que en sí misma conlleva, la muerte dada por como preguntarnos ¿por qué morimos?
mano propia, es decir, el suicidio. ¿De qué Porque debemos morir. ¿Por qué debemos
modo acercarnos a un tema como este sin morir? y ¿por qué no somos eternos? simple-
caer en un cúmulo de datos estadísticos? mente no hay respuesta para ninguno de
Esto es, tratando de ir al fondo de lo que estos cuestionamientos. Porque tanto la vida
implica la naturaleza humana, algo más allá como la muerte surgen del mismo misterio.
del acto de la muerte por mano propia.
La muerte es un vacío que se abre rudamen-
Dado este punto, es necesario decir que para te en plena continuación del ser; el existente
comprender esto que hoy nos atañe hemos que de repente se vuelve invisible, oculto, se
decidido tomar como base la idea del pensa- abisma en una trampa llamada no-ser. La
dor Martin Heidegger del ser para la muerte magia de la muerte es completamente natu-
[1: §46]. Esto, porque consideramos que nos ral; la muerte es literalmente extra ordinem,
hace llegar a la cuestión del no ser desde es de un distinto orden. La muerte es una
una visión ontológica existenciaria. Quizá gran evidencia, una evidencia obvia y familiar
desde esta perspectiva encontremos luces sin embargo, cada vez que nos topamos con
para comprender si no la causa, de menos, el dicho fenómeno nos parece ¡chocante!
sentido que acompaña a un acto suicida. Sin jamás se ha sabido que algún mortal deje de
pretender ser muy ambiciosos en dicha morir y realice el milagro de vivir siempre.
empresa, trataremos de que el objetivo no se Pero entonces ¿Por qué la muerte de cual-
pierda y este es en concreto: comprender el quiera resulta siempre un escándalo?, ¿por
acto suicida y no sólo «tratarlo». qué dicho acontecimiento tan evidente y nor-
mal despierta en todos curiosidad y horror?
Tratar de interpretar la muerte desde una visión ¿Cómo es que todavía no nos hemos acos-
hermenéutica heideggeriana, nos lleva a una
interpretación simbólica de la vida,1 a una con- 1 Cuando decimos que al interpretar la muerte desde
cepción histórica del tiempo y a una actitud dia- una visión hermenéutica, nos lleva a una interpretación
lógica con el otro. Para la interpretación de la simbólica de la vida, nos estamos refiriendo al hecho de
muerte podría ayudarnos el término aristotélico que cuando uno asume a la muerte como un aconteci-
miento fáctico, todos aquellos símbolos que en cada cul-
de «entelequia» expresión que se refiere al tra-
tura hay y que giran en torno a la cuestión de la muerte,
sunto de realización y finalización de la exis- adquieren un sentido distinto. La interpretación (y basán-
tencia humana (en Aristóteles es el alma). donos en la ya muy conocida frase de Nietzsche «No
hay hechos sólo interpretaciones») se torna simbólica en
La realidad de la vida concluye en la muerte, el sentido de comprender cómo se asume la muerte en
cada cultura. Este es un análisis bastante amplio pero
en la finalización del existir, en el modo de también un análisis que valdría la pena hacer.

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HErMENéUTICA E INTErPrETACIóN SIMbóLICA DEL SUICIDIo 139

tumbrado a la muerte si, desde que existe el nada, cada existencia es única en su género;
hombre, ha existido la muerte? ¿Por qué nos la muerte de «x» o «y» es sólo un ejemplo
extraña y nos duele como si siempre se tra- entre otro; algo más que la consecuencia sin-
tase de la primera vez? gular de una propiedad general y abstracta
llamada mortalidad. La propiedad en virtud
En realidad, todos lo que se van muriendo se de la cual somos candidatos para morir, no
nos van presentando como «el primero» en nos dice absolutamente nada de la muerte
morir y es entonces aún más incomprensible personal. Todos sabemos que vamos a morir,
el tratar de responder ¿Por qué quiso morir?, pero no sabemos cómo ni cuándo.
¿Por qué se mató?
Cuando se enfrenta la muerte de un familiar,
La muerte, todos lo saben, es algo que sólo se nos revela que la muerte es algo que tam-
les sucede a los demás. Un ejemplo de esto lo bién nos implica por tanto, nos hacemos
vemos en el inicio de La Muerte de Ivan Ilich: conscientes de que somos mortales y esto
que ya sabíamos, lo comenzamos a interpre-
Gracias a Dios es otro quien ha muerto; y Piotr tar de otro modo, cambiando radicalmente la
Ivanovich se informa con interés sobre las cir- importancia, apreciación y realidad del acon-
cunstancias de esta muerte, como si esta tecimiento. La muerte de un familiar, no nos
muerte fuera la mala suerte personal de Ivan, enseña absolutamente nada que no supiéra-
como si el fallecimiento fuera una desgracia mos ya pero lo que sabemos, lo sabemos de
reservada a otro, como si, por último, fuera la otro modo. ¿Qué se aprende en un luto?
muerte de alguien que no le concerniera en Nada. Pero esta experiencia que no es ni ilu-
absoluto. Ya me llegará a mí el turno. De minada, ni alguna adquisición de conoci-
momento todavía es el turno de Pierre, de
miento, no es más que un descubrimiento de
Elvira, o de la bella Zelanda que tanto he
una profundidad desconocida, la cual nos
amado [5].
lleva a tomarnos en serio a la muerte. Nos
vemos de pronto de cara ante un aconteci-
El escritor ruso sin pretenderlo obviamente,
miento destinado a suceder de verdad sin
nos da un ejemplo claro sobre el pensamiento
duda alguna. Es justo en estos instantes,
heideggeriano acerca de estar aquí frente a la
cuando la voz de Heidegger nos plantea que
muerte. El encuentro consigo mismo del
es precisamente por la conciencia de la
Dasein2 enfrentando a su morir y la revelación
muerte, que podemos situarnos en la exis-
para el moribundo de la existencia auténtica y
tencia misma. Es decir, sólo ante la certeza
la inauténtica. El magistrado Ivan Illich tras
de que morimos, es que hacemos conciencia
haber tenido un pequeño accidente, el estado
de la importancia de nuestra existencia. Y la
de enfermedad aumenta, al grado que se va
muerte, sólo la conoceremos muriendo.
concentrando tanto en ella que se repliega
hacia sí mismo encaminándolo hacia una con-
El hombre lleva a cabo su muerte y la lleva a
ciencia de su soledad. Por tanto, deja de temer
cabo en la angustia cuando comprende que el
a su muerte pues al hacer conciencia de su
último futuro será su presente. En el momento
entorno, hace conciencia de que la muerte es
en el que el mortal ha escuchado el llamado de
lo más auténtico que posee.
la muerte inminente, se convierte en un mori-
bundo a partir de ese momento el hombre com-
La muerte de alguien no se considera nunca
prende que la muerte ya no es una eventuali-
como la aplicación mecánica de una ley uni-
dad abstracta, sino el acontecer que lo llevará a
versal a un caso particular; en primera instan-
otra condición ontológica la de ser cadáver.
cia porque nada es el caso particular de
2 Dasein es el neologismo alemán que utiliza Heidegger Esa es la causa por la que Heidegger consi-
para hablar sobre el ser humano el cual se traduce al dera que la autenticidad del Dasein se da de
castellano como Ser ahí ya que el filósofo Alemán consi- cara a la muerte, pues es en la vida en donde
deraba que el hombre era un ser arrojado al mundo en
podemos proyectarnos, lograr ser lo que
el momento de nacer.

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140 SERgiO JAviER viLLASEñOR BAyARdO, EmmA LAuRA RuBiO BALLEStEROS

debemos de ser. El pensador de la Selva bilidad certera en nuestra existencia es lo que


Negra no se equivoca al ver la finitud como nos lleva a dar el salto de lo teórico a lo fác-
una posibilidad que nos haga conciencia de tico y la libertad que tenemos al poder elegir
todas las demás posibilidades que sí depen- en un momento dado si nos damos o no con
den de nosotros. El saber que vamos a morir, mano propia la muerte. Sin embargo, el único
se convierte en una fuerza interior que nos modo cómo podemos enfrentarnos a nuestra
hace querer vivir bien o en algunos casos ya propia finitud es hablando de ella y ¿No es
no vivir más. cierto, acaso, que intentamos escapar un
poco de la muerte propia hablando de ella?
La propia muerte no es por lo tanto, la muer- ¿Qué decirle a quien se le muere alguien?
te de alguien, sino que es una muerte que ¿Qué decirle al otro de mi muerte? ¿Qué
transtorna un mundo, mi mundo. Con esto, decirme a mí mismo de mi propia muerte
asume un valor ontológico, es el proceso por (presentida, deseada, anunciada, temida)?
el cual el Dasein encuentra la dimensión de ¿Qué tan malo es morirse? ¿Qué tan válido
la ontología anterior a toda determinación es matarse? ¿Qué sentido tiene el darse a sí
puramente antropológica. mismo la muerte?

El objeto de nuestra hermenéutica es la No tenemos respuesta a todo esto, sin


muerte y más propiamente, la muerte dada embargo, el asombro se vuelve tanto superior
por mano propia, pero no el concepto sino el cuanto más grande es el motivo de la sorpre-
acontecimiento que se da en el Dasein, este sa: el acaecimiento de nuestra propia muerte
acontecimiento que requiere ser interpretado cuando vemos nuestro reflejo en el que
y una vez interpretado, comprendido. La her- muere. La muerte es un hecho para el ser
menéutica tiene la tarea de comunicar, decla- humano y el hecho es lo que está hecho y no
rar, contar, averiguar la suerte de autoextra- se puede deshacer. ¿Se nota que es necesa-
ñamiento de la cual, la existencia viene afligi- rio que seamos capaces de afrontar nuestra
da, aquejada y cargada. En la hermenéutica propia muerte y la de los que amamos con el
se forma para la existencia una posibilidad, a fin de poder vivir? Con esta conexión se hace
saber, la de convertirse en entendiente para manifiesto que la muerte tiene un sentido
sí misma. En palabras más sencillas, lo que vital. O sea, que la vida se entiende por la
se busca mediante la hermenéutica es lograr muerte. La muerte es un hecho y algo más.
una autocomprensión y comprensión del Este algo más consiste en que ella, la muer-
hecho de la muerte por mano propia. te, es también algo que nos pasa.

El propósito de la hermenéutica no ha de ser La muerte, entiéndase, no se deja decir, por-


un recoger noticia de algo sino el conocimien- que su ausencia es la condición de posibili-
to existencial, cuyo objetivo ha de ser un ser. dad para que todo lo demás pueda ser dicho.
Esta interpretación, constituye la posibilidad La lucidez de la razón frente a la muerte
decisiva y forma decisiva de toparse la exis- parece llegar hasta aquí.
tencia consigo misma. ¿Es posible hablar
entonces de una hermenéutica del suicidio tal Acercarnos de este modo al tema del suicidio
y como se ha pretendido durante todo el es resultado de las estadísticas conocidas y
camino de este texto? Si partimos de que la por demás preocupantes con respecto al
muerte es un acontecimiento que forma parte fenómeno y en concreto, en la sociedad de
constitutiva de nuestra propia facticidad y que Quintana Roo, pues el creciente número de
el acontecimiento suicida es también parte de suicidios que se dan en dicha zona geográfi-
una cierta facticidad, hablar del suicidio desde ca ha generado la creación de una asocia-
esta perspectiva, nos hace concebirla de un ción para combatir dichos actos.3
modo muy distinto al que cotidianamente se
3 Para saber más al respecto y no perdernos de lo que
comprende. Esto ya lo hemos explicado, el
aquí nos atañe se sugiere consultar: http://salvemosuna
hecho de ver a la muerte como la única posi- vida1.tripod.com/

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HErMENéUTICA E INTErPrETACIóN SIMbóLICA DEL SUICIDIo 141

Dicha noticia nos llevó a pensar en el célebre seguir un equilibrio que hace de él un ser ver-
psiquiatra Carl Jung quien nos habla del hom- daderamente humano y verdaderamente
bre y su desarrollo psíquico por medio de los dueño de sí mismo» [2:156].
símbolos, siendo éstos, los que nos llevan a
experiencias en cierto modo dionisíacas. Es Así entonces, se puede comprender que los
de conocimiento general por medio del pensa- símbolos son imágenes arquetípicas que
miento de antropólogos conocidos como encontramos en las sociedades primitivas y
Mircea Eliade, Joseph Campbell, y psiquiatras que hasta el día de hoy pueden trasmitir su
apasionados por el tema, quienes por medio voz de sentido. Es ahí donde habitan las ver-
de sus eruditos estudios nos explican el papel dades eternas diría Mircea Eliade [3]. Los
preponderante que tienen los símbolos con símbolos son como vemos, arquetipos cultu-
respecto a la mente humana. ¿Qué es aquello rales que mantienen su original luminosidad
que los símbolos hacen en la mente humana? o «hechizo». Por lo cual dice Jung:

Visto desde la perspectiva hermenéutica el Nos damos cuenta de que pueden provocar una
símbolo se encarga de dotar de sentido a la profunda emoción en ciertos individuos, y esa
existencia humana. El símbolo tiene un pro- condición psíquica hace que actúen en forma
pósito civilizador o espiritual a pesar de la parecida a los prejuicios. Son un factor con el
violencia de los ritos que se requieran para cual tiene que contar el psicólogo; es tontería
poner en marcha algún proceso ya sea de desdeñarlos, porque, en términos racionales,
iniciación, de trascendencia, etc. Hay símbo- parezcan absurdos o sin importancia de nuestra
los que pertenecen a las más antiguas tradi- condición mental y fuerzas vitales en la forma-
ción de la sociedad humana, y no pueden des-
ciones sagradas conocidas y que están rela-
arraigarse sin grave pérdida [2:90].
cionadas con periodos de transición en la
vida de una persona dice Jung:
Es este uno de los mayores problemas a
Los símbolos señalan hacia la necesidad del nuestro parecer, porque ante esta pérdida de
hombre de liberarse de todo estado del ser simbolismos es que el ser humano se ha tor-
que es demasiado inmaduro, demasiado fijo o nado sin sentido y por ello se ve orillado a bus-
definitivo. En otras palabras, conciernen al car puertas falsas, sedantes de conciencia, es
desligamiento del hombre –o trascendencia– por ello que nos vimos motivados a hacer un
de todo modelo definidor de existencia, cuan- breve análisis de lo que en la cultura maya
do se avanza hacia otra etapa superior o más pueda en un momento dado, influir en la cons-
madura en su desarrollo [2:149]. trucción de la mente del ser humano contem-
poráneo que habita en territorio maya.
Como vemos, el símbolo dentro de una cultu-
ra tiene un papel de definición en la compren- Los mayas, poseían de entre todos sus dio-
sión de la realidad, sin embargo, hoy día ya ses a la diosa Ixtab; dicha diosa es la protec-
no se puede decir que haya tal conciencia, es tora de los suicidas. Curiosamente, es una
decir, que no es como en los orígenes que la diosa de la cual no hay mucha información
realidad numinosa era el fundamento de la quizá por lo escandaloso que puede parecer
existencia humana. El nuevo orden o modo el hecho de que una cultura tuviese una
de vida tan apegado a la razón y a la ciencia diosa del suicidio. Una hipótesis nuestra con
nos ha envuelto de tal modo, que la vida se respecto a esto, es que quizá la falta de nom-
torna sin esta dimensión lo cual ha traído sus bramiento de dicha diosa se deba a la
consecuencias principalmente psíquicas en Conquista; dado que el suicidio dentro del
el desarrollo del ser humano. pensamiento católico es el mayor de los
pecados mortales y por obvias razones se
Es por medio del símbolo ―dice Jung― que decidió borrar de la existencia la imagen de
«el individuo puede reconciliar los elementos esta diosa. Tan es así, que realmente ha sido
en conflicto de su personalidad: puede con- complejo encontrar información al respecto4

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142 SErgIo JAvIEr vIllASEñor BAyArDo, EMMA lAUrA rUBIo BAllESTEroS

pero lo encontrado ha sido suficiente para suicidios colectivos que se produjeron duran-
poder hacer nuestro análisis simbólico y te y después de la Conquista. Un ejemplo
sobre todo tratando de ir más allá de meras conocido de esto fue el suicidio masivo que
estadísticas y «soluciones» prácticas. protagonizaron los Cholultecas quienes des-
pués de verse conquistados, subieron a lo
El suicidio en la cultura Maya en épocas alto de la gran pirámide de Quetzalcóatl y se
ancestrales era aceptado porque se veía como lanzaron al vacío.5
una especie de ritual sin embargo, se sabe que
éste se intensificó durante la conquista espa- Dicha diosa puede verse en el Códice de
ñola debido a que los habitantes preferían Dresde donde aparece pendiente del cielo
morir para salvar su honor, antes que morir en por medio de una cuerda que está enrollada
manos de las tropas de Cortés. Por otro lado, a su cuello. Tiene los ojos cerrados por la
se llevaba a cabo el acto suicida como en un muerte y en sus mejillas un círculo negro que
acto de sacrificio ritual, se consideraba la últi- representa la descomposición de la carne [4].
ma vía para salvar el honor al no soportar la
vergüenza pública o las desgracias. ¿Cuál será la causa del gran número de sui-
cidios en esta zona del país? Especialistas
Ixtab era entonces la protectora de estas per- en el tema han llegado a la afirmación
sonas que decidían suicidarse y los ayudaba siguiente: el suicido está asociado a los pro-
en su trayecto por los distintos niveles del cesos de individualización institucionalizada,
más allá. A esta diosa la vemos representada por la ruptura de los lazos sociales y las para-
como una mujer ahorcada con una liana, col-E dojas de una colectividad de recíproca indivi-
gando del cielo (figura 1). dualización que es reacia a la solidaridad a la
hora de hacer frente a la adversidad genera-
Entre los métodos utilizados para consumar da por las condiciones sociales, como la
el suicidio se encontraba la no ingesta de ali- pobreza extrema. Ante los huracanes la per-
mentos, el ahorcamiento, el envenenamiento cepción del riesgo tiene una dimensión posi-
y el ahogamiento. Se dice que uno de los tiva porque en la medida en que se advierte
hechos más notables fueron los numerosos la adversidad como pasajera y sobre la
colectividad sin distinción, genera la reactiva-
ción permanente de los vínculos de solidari-
dad y reciprocidad. En los contextos sociales
del suicidio el riesgo está en relación con la
incertidumbre y la falta de garantías, así
como con el peligro que genera el semejan-
te. El suicidio es una salida individual que
busca poner fin a lo indeterminado perpetuo,
a una sensación de riesgo generalizada fren-
te a una amenaza que no es temporal sino
permanente. Quizá en esa percepción de la
indeterminación, de impotencia para revertir
los efectos acumulativos y en aumento, de la
adversidad, en todos los resquicios de la vida
social descansen los móviles principales
para la comprensión del aumento del suicidio

4 Cfr. http://www.arqueomex.com/S2N3nDioses_T88.html
página de una revista de las más reconocidas en mate-
ria antropológica y sin embargo, no se menciona la exis-
tencia de la diosa Ixtab. .
Figura 1. representación de Ixtab, diosa del 5 Cfr. http://www.aztlanvirtual.com/aztlan/nueva_aztlan/

suicidio en la cultura maya noticias/2005/07/el-suicidio-era-una-prctica-tolerada.html

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HERMEnéUTICA E InTERPRETACIón SIMBóLICA dEL SUICIdIo 143

en las zonas turísticas de Quintana Roo.6 tener respeto por la cultura, propiciar una
vida digna a todos los que conforman dicha
Es de llamar la atención, que es precisamen- sociedad, culto y respeto por sus creencias
te en esta zona en donde se percibe una sen- esenciales.
sación de conquista constante, de aletarga-
miento existencial en donde la sociedad local Consideramos que la real prevención del sui-
se percibe sin ánimo de generar cosas nue- cidio, no consiste en una práctica de ubicar y
vas. Sí, no es de extrañar que una cultura en orientar al suicida a prácticas terapéuticas y
donde se ha perdido lo más esencial de sus consumo de antidepresivos. Una prevención
orígenes, en donde hay una constante inva- va más allá como la misma hermenéutica
sión de culturas y una falta de identificación fáctica lo plantea: como intencionalidad de
social, las cosas se tornen de modo trágico. dotar de sentido al contexto del ser humano.
Muchos son los grupos que se han gestado Resignificar y volver al origen de sus creen-
para prevención del suicidio en esta parte del cias, de su propia naturaleza desde la cual
país, pero quizá valdría la pena indagar si la surge el ser en su plenitud. El suicidio no es
prevención se limita meramente al momento un asunto personal, es en primera instancia
en que aparece el suicida o se trabaja real- un problema social que nos atañe a todos y
mente en una prevención y lo que todo esto cada uno de nosotros. Interpretar el suicidio
conlleva. Puesto que debe considerarse un es dotarlo de sentido de tal modo, que nos
proceso social de prevención y esto implica; confronte y se convierta en nuestro problema
de tal manera que logremos concebir en el
acto de la muerte un motivo para fortalecer el
6 Cfr: http://www.ub.es/geocrit/-xcol/88.htm existir.

Referencias

1. Heidegger M. Ser y Tiempo. Santiago de Chile: 4. Morley SG. La Civilización Maya. México:
Editorial Universitaria; 2002. Fondo de Cultura Económica; 1998.
2. Jung C. El hombre y sus símbolos. Barcelona: 5. Tolstoi L. La muerte de Ivan Illich, Buenos
Biblioteca Universal Contemporánea; 2002. Aires: Losada, 1953.
3. Mircea E. Aspectos del mito, Madrid: Paidós; 6. Jankelévith V. La muerte. Valencia: Pre-textos,
2000. 2002. p.33.

Acta Psiquiátr Psicol Am Lat. 2013; 59(2): 137-143

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