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Los inventos en el siglo XX: La primera mitad del siglo veinte se caracterizó por el empleo de las mismas

fuentes energéticas que en el siglo anterior, con el desarrollo adicional de la electricidad industrial y la
búsqueda del dominio de la energía atómica. En este periodo, las principales innovaciones tecnológicas
fueron: en la industria, la invención creciente de aparatos domésticos, la obtención de nuevos materiales de
construcción como el hormigón armado y el cristal, de fibras sintéticas para la producción textil, y de
accesorios plásticos; en medicina, el hallazgo de sustancias contra las infecciones, como la penicilina y otros
antibióticos; la mejora de los conocimientos en agricultura, alimentación y técnicas de conservación de
alimentos; en el transporte la producción en serie del automóvil, que se convirtió en el medio predominante
de locomoción, la invención del aeroplano; en los medios de comunicación el desarrollo de la cinematografía
así como de la televisión creada a partir del invento del cinescopio en los años veinte. Por su parte, las
guerras internacionales impulsaron el desarrollo de nuevas armas bélicas, como el gas venenoso y los
misiles de largo alcance, aunque también propiciaron el desarrollo de la navegación y la aeronáutica que dio
nuevo impulso a la transportación intercontinental.

Desde finales de la Segunda Guerra Mundial los estudios sobre energía atómica procedente del uranio y el
plutonio, desencadenaron una acelerada carrera armamentista protagonizada principalmente por Estados
Unidos y la Unión Soviética, con la consecuente amenaza para la vida en el planeta que inauguró una época
de temores ante una posible destrucción masiva, pero también amplió las posibilidades de desarrollo para la
ciencia, con proyectos tecnológicos a gran escala. La Guerra Fría impulsó la carrera espacial y con ella la
colocación de satélites artificiales que, aparte de su función militar, revolucionaron la tecnología de
telecomunicaciones y prepararon el camino para la exploración del espacio donde se ha producido un logro
tecnológico espectacular, al permitir que por primera vez los hombres pudieran abandonar la biosfera
terrestre y regresar a ella.

Las enormes posibilidades que estas innovaciones ofrecían, se fueron convirtiendo rápidamente en realidad,
e inundaron el mercado al tiempo que proporcionaban innegables beneficios en todas las esferas de la vida
social, incluyendo cambios rápidos y radicales en los métodos y prácticas de trabajo debido a la sustitución
de la mano de obra y a la mecanización de las actividades.

Microelectrónica. En los primeros años de la década de 1950 comenzó a


desarrollarse la microelectrónica como efecto de la aparición del transistor
en 1948. Sin embargo, la microelectrónica sólo fue utilizada por el público en
general hasta los años setenta, cuando los progresos en la tecnología de
semiconductores, atribuible en parte a la intensidad de las investigaciones
asociadas con la exploración del espacio, llevó al desarrollo del circuito
integrado. El mayor potencial de esta tecnología se encontró en las
comunicaciones, particularmente en satélites, cámaras de televisión y en la
telefonía, aunque más tarde la microelectrónica se desarrolló con mayor rapidez en otros productos
independientes como calculadoras de bolsillo y relojes digitales.

Tecnología computacional. En relación con la microelectrónica


fue de gran importancia el surgimiento de la industria
computacional; con la caída de los precios y el perfeccionamiento
del chip de silicio producido en serie, surgieron las computadoras
personales que, al poder colocarse sobre un escritorio sin necesidad de estar vinculadas a una unidad de
procesamiento mayor, pudieron realizar muchas de las tareas de las computadoras centrales que eran
mucho más caras. Al contrario del impacto social negativo que algunos temían sobre el empleo laboral, las
computadoras personales exigieron una capacidad de producción totalmente nueva y crearon nuevas fuentes
de trabajo, en las ventas al menudeo, en la formación y apoyo técnico, en programación de sistemas tanto
para el mercado de consumo como para las tareas especializadas para servicio a clientes individuales.

Gracias al desarrollo de las computadoras personales se descentralizó el procesamiento de la información y


fue posible crear redes de computadoras conectadas entre sí para el intercambio de datos. En un principio
esas redes funcionaron de manera local y más tarde surgieron redes corporativas que conectaban
instituciones o empresas. Todo esto constituyó el proceso que habría de llevar a la aparición de Internet.

El medio de comunicación conocido como Internet, que ha revolucionado el nutricio de las


telecomunicaciones gracias a su capacidad de transmitir y obtener información de manera instantánea a
través de computadoras personales, comenzó a desarrollarse a finales de los años sesenta, en el contexto de
la Guerra fría, como una red informática que a su vez conectaba redes de computadoras de varias
universidades y laboratorios de investigación en Estados Unidos, bajo el patrocinio de la Agencia de
Programas Avanzados de Investigación (ARPA, de acuerdo a sus siglas en inglés) del Departamento de
Defensa de Estados Unidos. En 1989 fue desarrollado X’Vorld Wide Web por el informático británico Timothv
Berners-Lee para el Consejo Europeo de Investigación Nuclear.

En los años noventa, gracias a los avances de la llamada “supercarretera de la información” se ha dado un
vertiginoso crecimiento en la cantidad de usuarios de Internet, que ha cambiado de forma sorprendente la
comunicación a distancia y ha colaborado a satisfacer las necesidades creadas por el mundo globalizado, al
permitir que personas e instituciones puedan compartir información y trabajar en colaboración. El contenido
disponible en Internet ha aumentado con gran rapidez y variabilidad, lo que permite encontrar fácilmente
cualquier información, además de que posibilita la realización de transacciones económicas de forma segura,
lo que ha tratado lluevas grandes oportunidades para el comercio.

Sin embargo, el crecimiento explosivo de Internet ha hecho que se planteen importantes cuestiones relativas
a los riesgos que implica. El aumento de las páginas de Web conteniendo textos y gráficos en los que se
denigraba a las minorías étnicas, se fomentaba el racismo o se exponía material pornográfico, ha suscitado
fuertes críticas y ha conducido a peticiones de censura dirigidas a los suministradores de Internet para que
voluntariamente cumplieran con determinados criterios. Otro elemento negativo de Internet se ha
manifestado en la amenaza, hecha realidad en varias ocasiones, de que personas irresponsables inserten
“virus” en la red causando graves daños en los equipos computacionales en el ámbito mundial.

Fibras ópticas. En la llamada “era de la información” no puede dejarse de lado


el papel que desde los años ochenta ha tenido en diversas aplicaciones el uso de
Fibras ópticas de cristal. Dada su capacidad para transmitir imágenes, las fibras
ópticas se utilizan mucho en instrumentos médicos para examinar el interior del
cuerpo humano y para efectuar cirugía con láser.

En telefonía, las fibras ópticas han sustituido progresivamente a los cables


coaxiales utilizados anteriormente; los mensajes se codifican digitalmente en
impulsos de luz y se transmiten a grandes distancias, de manera que ofrecen mayores posibilidades para
transportar un volumen mucho mayor de información con mayor velocidad de transmisión.

Biotecnología. En el desarrollo de la biotecnología la técnica más


importante es la ingeniería genética. Ésta se originó a partir de las
investigaciones sobre la estructura del ADN realizadas por Francis Crick y
James Dewey Watson en 1953. En la década de 1970 se llevó a cabo la
transferencia de genes, es decir, la posibilidad de insertar genes de un
organismo en otro, técnica de gran potencial que ha traído importantes
beneficios en la lucha contra enfermedades como la hemofilia, la diabetes, la
hepatitis o el SIDA. En años recientes, la ingeniería genética ha desarrollado
un proceso denominado “donación” que consiste en la producción de copias
múltiples de un fragmento específico de ADN. En febrero de 1997 se hizo pública la noticia de que en la Gran
Bretaña, mediante una técnica conocida como transferencia nuclear, había sido donado el primer mamífero
adulto: una oveja, que fue bautizada con el nombre de Dolly.

Los avances de la ingeniería genética que sin duda son de gran importancia para la ciencia médica, han
provocado reacciones contrarias por parte de personas y grupos que advierten sobre los riesgos de orden
ético que implica la donación aplicada a los seres humanos, como también se ha cuestionado otra innovación
biotecnológica, la fertilización in vitro, debido a lo que puede significar para los valores religiosos la
manipulación de embriones humanos, situación que en algunos países ha llevado al establecimiento de
restricciones de carácter legal.

Efectos negativos de la tecnología

Durante las últimas décadas, algunos observadores han comenzado a advertir sobre algunos aspectos
destructivos y perjudiciales derivados de la tecnología, y se argumenta que ello es consecuencia de la
incapacidad de los gobiernos y las industrias para predecir o valorar los posibles efectos negativos del
desarrollo acelerado de los productos tecnológicos.

• La contaminación atmosférica, que proviene de muchas fuentes, principalmente de las centrales térmicas
que queman combustibles fósiles, de los desastres nucleares y de los tubos de escape de los automóviles,
está provocando el “efecto invernadero” o calentamiento de la superficie;

• los recursos naturales, incluso los no renovables como el petróleo, se están usando por encima de sus
posibilidades;

• la destrucción masiva de selvas y bosques, que puede tener a largo plazo graves efectos en el clima
mundial.

• los gases contaminantes, emitidos por los automóviles y las industrias, están provocando el
adelgazamiento de la capa de ozono, lo que conduce a intensificar la radiación ultravioleta con graves
peligros para la salud.
• pesticidas como el DDT amenazan la cadena alimenticia;

• la caza y pesca indiscriminadas, así como los derrames de petróleo en el mar, amenazan la supervivencia
de especies animales en vías de extinción, como es el caso de la ballena;

• los residuos minerales usados por la industria están contaminando ríos, lagos y mares, así como las
reservas de agua subterránea;

• el medio ambiente ha sido tan dañado por los procesos tecnológicos que uno de los mayores desafíos de la
sociedad moderna es la búsqueda de lugares para almacenar la gran cantidad de residuos que se producen;

• en el aspecto social, la amenaza a ciertos valores, como la calidad de vida, la libertad de elección, la
igualdad de oportunidades y la creatividad individual

Los grupos de presión ecologistas. La grave situación producida por los efectos negativos de la tecnología,
ha provocado reacciones entre grupos ecologistas cada vez más influyentes, que en diversas formas se han
manifestado en contra de las amenazas al medio ambiente y a la vida en el planeta. Aunque desde el siglo
XIX se empezó a ejercer presión de estos grupos, logrando en Gran Bretaña la aprobación de leyes que
limitaran la contaminación, en la segunda mitad del siglo veinte estos grupos comenzaron a exigir leyes más
restrictivas, aunque en ocasiones eran poco realistas.

La acción de los ecologistas ha dada origen a un nuevo fenómeno político, la aparición de los partidos
“verdes”, que en diversos países intentan atraer al electorado en relación al tema de la conservación del
medio ambiente, concentrando su atención sobre todo en la producción de energía, cuyas industrias han
presionado de dos maneras. Por un lado, han criticado a las centrales térmicas convencionales que utiliza
combustibles fósiles como el petróleo, bajo el argumento de que los humos generados (compuestos sobre
todo de dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno) producen “lluvia ácida” que, a su vez, causan graves
perjuicios a la vida vegetal y contaminan los ríos, además de que han sido señalados como causantes del
efecto invernadero. Por otra parte, los ecologistas han organizado una tenaz resistencia contra el uso de
cualquier forma de energía nuclear, sobre todo después del desastre de Chernobil.

Los gases desprendidos por el tubo de escape de los automóviles han sido señalados como otro grave factor
de riesgo, con el peligro adicional de que su contenido de plomo puede afectar el desarrollo de las facultades
mentales en la población infantil. Como consecuencia, muchos países han aprobado leyes destinadas a
reducir gradualmente el contenido de plomo de la gasolina, con el propósito de llegar a eliminarlo
totalmente.

Las constantes advertencias de estos grupos a través de los medios de comunicación, han obtenido algunas
respuestas de los gobiernos a favor de reducir los contaminantes y cambiar la actitud hacia la vida animal y
vegetal, buscando protegerla y detener su explotación indiscriminada.

Una alternativa que ya se ha hecho realidad en muchos países para resolver la problemática del agotamiento
de los recursos naturales es el reciclado, que consiste en la transformación de los materiales sólidos o
semisólidos que generan las actividades humanas, en nueva materia prima para uso industrial. Tales
residuos se dividen en cuatro categorías: agrícolas, industriales, comerciales y domésticos. Además de la
ventaja que el reciclado de residuos proporciona a favor de evitar el agotamiento de los recursos de la tierra,
favorecen a las empresas industriales al mejorar los procesos de producción y reducir los costos de
inversión.

A pesar de todas las alternativas planteadas y puestas en práctica para reducir los efectos negativos del
avance tecnológico, aún falta mucho por hacer y se debe insistir una y otra vez en concientizar no sólo a los
gobiernos y a las grandes empresas industriales, sino también al ciudadano común que de manera
irresponsable abusa de la utilización de recursos naturales como el agua, arroja desperdicios a la vía pública
y a los ríos, o por descuido provoca incendios forestales. Es necesaria una profunda toma de conciencia
sobre los graves riesgos que conlleva todo ese tipo de amenazas contra la vida en el planeta; sería
paradójico y terrible que ésta llegara a su fin ya no por el estallido de una tercera guerra mundial
desencadenada por los gobiernos poseedores de energía nuclear, como tanto se temió durante la Guerra
fría, sino por un injustificable y fatal descuido de la especie humana en su conjunto.

Consideraciones finales

Con su indefinición y ambigüedad, el pos modernismo parece reflejar el ambiente que se vive en el mundo
de finales de siglo veinte. El individuo humano de este momento recibe día con día, por los diversos medios
que la tecnología ha puesto a su alcance, una enorme cantidad de información, tan abrumadora, instantánea
y dispersa, que le impide valorar a profundidad su contenido o formarse un criterio definitorio.

Por otra parte, hay ocasiones en que tal información produce un sentimiento de incredulidad ante la
presentación de hechos que contradicen esquemas conceptuales y sistemas de valores sostenidos por mucho
tiempo. Uno de los más claros ejemplos de esto último fue la transmisión televisada de las revoluciones del
Europa del este en 1989 y el derrumbamiento del muro de Berlín.

La caída del “socialismo real” fue uno de los eventos que en mayor medida trastocaron los
esquemas ideológicos y crearon una sensación de vacío e inestabilidad. Algunos intelectuales hablaron
entonces del “fin de la historia” (entendida como ciencia), pues con el triunfo del capitalismo no habría
cambio alguno que esperar ya que lo único que se avistaría es el horizonte no sería más que capitalismo” ,
Esta idea hace referencia a la perspectiva de la modernidad en la que se inscriben las teorías de Hegel y de
Marx, según las cuales la dialéctica de la evolución histórica conduciría al “absoluto”, es decir, al tin de las
contradicciones y, en consecuencia, al fin de la historia.

Pero ni el idealismo hegeliano ni el materialismo histórico marxista tienen la verdad absoluta, menos aún en
un tiempo en el que ya no se cree en verdades absolutas o en posturas unilineales. La historia no ha
muerto; el mundo no se detuvo con la desaparición del socialismo soviético, ni la permanencia del
capitalismo como sistema económico dominante implica que se han de detener los procesos del cambio.

La marcha de la historia continúa y habrá de continuar en tanto existan seres humanos que protagonicen los
acontecimientos y mientras el afán investigador impulse a los estudiosos a compenetrarse del quehacer
humano para transformarlo en el Hecho Histórico que registre el pasado para que los hombres mujeres del
futuro conserven la memoria histórica que cimentará el mundo del mañana
EUGENESIA
Etim.: "buena crianza"

La eugenesia busca afectar por medio de la ciencia la crianza de futuras generaciones. Puede aplicarse al
aspecto físico o mental. El movimiento eugenista fue fundado por Sir Francis Galton (Nació: 1822, primo
hermano de Charles Darwin) quien derivó su idea principal de la crianza de caballos de carrera. Pensó que se
podían criar mejores hombres como se pueden criar mejores caballos. Aplicado a seres humanos, considera
que entre la población algunos son dignos de tener hijos mientras otros no. El movimiento eugenista no se
limita al estudio sino que busca llevar sus ideas a la práctica. Los nazis en Alemania abrazaron la eugenesia
con el propósito de crear un super hombre y eliminar a los que consideraban indeseables.

Margaret Sanger - fundadora de Planned Parenthood -organización en la vanguardia del control de la


población y el aborto en el mundo entero- apoyó los conceptos de la eugenesia. En la actualidad Planned
Parenthood esconde esta realidad pero no ha renunciado a ella.

Especialista en bioética desenmascara los


subterfugios para justificar la eugenesia
Declaraciones de la doctora Claudia Navarini
-6 octubre 2004 (ZENIT.org)

Términos como «eugenesia positiva», «eugenesia buena» o «eugenesia inocente» pretenden justificar
éticamente la injustificable práctica de la eugenesia, alerta una especialista en bioética, la doctora Claudia
Navarini.

«Tras encendidas reacciones de indignación frente a la acusación de querer volver a practicar la eugenesia,
los partidarios de la selección genética pre-implantatoria parecen cambiar de dirección --explica a Zenit la
profesora de la Faculta de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma --. Se presentan de
hecho nuevas expresiones lingüísticas que tienen el objetivo preciso de reconciliarse con la incómoda
práctica».

Así, el «diagnóstico pre-implantatorio» o «el examen de ADN» «suenan bastante inocuos a los oídos del gran
público», y términos como «pre-zigoto» o «pre-embrión» «confunden la percepción común sobre el valor de
la vida prenatal», alerta.

«Pero ahora son sobre todo las locuciones “eugenesia positiva”, “eugenesia buena” o “eugenesia inocente”
las que se atreven a ir más lejos, insinuando la existencia de una diferencia ética entre distintos tipos de
eugenesia», denuncia.

Cita la experta una advertencia reciente sobre los peligros de tal distinción contenida el libro «La vida en
venta. Biología, medicina, bioética y poder del mercado», en el que, dialogando con el filósofo Charles Godin,
el genetista Jacques Testart observa que «nos encaminamos hacia una verdadera posibilidad de elección del
hijo por venir, gracias a la genética diagnóstica».

«En consecuencia, la selección de embriones es una eugenesia positiva sobre la pareja de progenitores y
negativa sobre la casi totalidad de sus embriones», prosigue la profesora.

Para la doctora Navarini, se trata de un «eugenismo enmascarado de espíritu democrático» «que pretende
mantener las distancias del totalitario “ligado para siempre al nazismo”», pero que «“llega a considerar el
embrión (por caridad) como material médico que se puede cribar para ofrecer un producto-hijo lo más
‘perfecto posible’ ”» (Cf. N. Tiliacos, Nasce l’eugenetica innocente, «Il Foglio», 21 septiembre 2004, p. 1).
Igualmente es un «eugenismo en el que se confunde el deseo del hijo con el derecho al hijo sano --añade--,
cultivando contemporáneamente la titánica ilusión de poder eliminar todo dolor y sufrimiento del hombre».

Pero también --apunta-- es «un eugenismo que se intenta hacer que parezca normal, habitual, casi por
descontado», como cuando se afirma que «ya casi todas las mujeres se someten a amniocentesis» o que «la
investigación en las células estaminales se hace ya importando embriones de países que no permiten su
congelación».

Para la doctora Navarini en la eugenesia la clave está en la mala comprensión del valor de la vida humana,
desde el momento «del inquietante intento de hacer coincidir los límites de lo humano con los mucho más
restringidos de lo biológico, promoviendo una “utopía sanitaria” que produce aberrantes discriminaciones
entre los seres humanos».

«En otras palabras, con la selección genética pre-implantación el inicio de la vida se transforma de misterio
--que hay que acoger y aceptar-- a sencilla “hipótesis” o “proyecto” que hay que verificar y, sólo si satisface,
realizar», explica.

Entonces, «como un producto, la vida humana en estadio embrional es despojada de su dignidad personal
para hundirse en el reino de las cosas que se pueden elegir y manipular».

Con todo, «las causas continuamente adoptadas parecen nobles –denuncia la especialista—: impedir la
propagación de enfermedades como la fibrosis quística, tratar la talasemia, salvar millones de vidas
utilizando los embriones “descartados” para la investigación del Alzheimer o del Parkinson».

Sin embargo, subraya que aquí es imprescindible preguntarse: «¿El sacrificio de minúsculas vidas humanas
inocentes, llamadas forzadamente a la existencia para después ser no menos forzadamente eliminadas
podrá ser jamás “el justo precio que hay que pagar” para obtener tales beneficios?».

«El sentido ético común aborrece la eventualidad de una supresión selectiva de las personas sobre base
genética o sanitaria –alerta la doctora Navarini--, recordando no sólo cuanto ocurrió en la Alemania nacional-
socialista y, si bien menos debatido, en el ex imperio soviético, sino cuanto sucedió “democráticamente” en
el norte de Europa hasta los años setenta o sucede incluso hoy “humanitariamente” –a menudo con fondos
de la ONU-- en China y en los países en vías de desarrollo».

«Si la selección de los embriones parece menos aberrante, en cambio, es porque no existe una justa y
coherente concepción de su dignidad humana», aclara.

Decir hoy que «el embrión no es uno de nosotros» --«tanto menos el pre-embrión, o el pre-zigoto»--
«equivale a deshacerse, en nombre del progreso científico, de cuanto la ciencia ha avanzado demostrando
desde hace años la imposibilidad de identificar un momento en el desarrollo embrional en que el ser en
formación no sea una vida humana», subraya la profesora Navarini.

En este punto, considera necesario dar un paso adelante «superando los límites de la ciencia y entrando en
la jurisdicción de la investigación filosófica, que puede autorizadamente responder a la cuestión de si una
vida humana puede ser distinta de la vida personal».

De hecho --explica-- «lo que por esencia distingue a un ser humano de cualquier otro ser es su dignidad
propia»: «algo que subsiste por debajo de todos los aspectos observables del hombre y que tiene que ver
con la unión indisoluble de elemento material (cuerpo) y elemento espiritual (alma) de la que ya hablaba
Aristóteles».

De ahí que el Catecismo de la Iglesia católica precise que el cuerpo del hombre «es precisamente cuerpo
humano porque está animado por el alma espiritual» (Cf. n. 364), cita.

«Si la ciencia, por lo tanto, ha verificado que el zigoto y el embrión son cuerpos humanos, y el cuerpo
humano es tal porque está animado por un espíritu de naturaleza racional, el zigoto y el embrión son, igual
que nosotros, espíritus encarnados, esto es, personas», razona.

Entonces «ninguna característica adquirida en el curso de la vida y ninguna condición contingente del
individuo pueden identificar la aparición de la dimensión personal humana», recalca.

Para la doctora Navarini, «la conclusión, tal vez empíricamente poco intuitiva, pero lógicamente indisputable
y filosóficamente necesaria, es que el zigoto y el embrión tienen los mismos derechos que los demás
hombres», así que «no pueden ser seleccionados y matados» por ningún «objetivo», «justa causa»,
afecciones «hereditarias» o «defectos genéticos».
-Zenit ZS04100603

Eugenesia

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«La eugenesia es la auto-dirección de la evolución humana»: Lema del Segundo Congreso Internacional de
Eugenesia, 1921, representado como un árbol que unifica una diversidad de campos diferentes.

La eugenesia significa, etimológicamente, "el buen nacimiento". Es el proceso de nacer sin malestar para
nadie. Por adaptación a los tiempos, se entiende hoy como una filosofía social que defiende la mejora de los
rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención. 1 Las metas perseguidas han variado
entre la creación de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio
del sufrimiento humano. Los medios antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en
la selección artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la
orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes
arguyen que la eugenesia es inmoral y está fundamentada en, o es en sí misma, una pseudociencia.
Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las
violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas
con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas
inferiores.

La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, pero su
versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al reciente
trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia (término derivado del griego ‘bien
nacido’ o ‘buena reproducción’) fue apoyada por destacados pensadores, incluyendo a Alexander Graham
Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill. La eugenesia fue una disciplina académica en muchos
institutos y universidades. Su reputación científica se vino abajo en los años 1930, época en la que Ernst
Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el
periodo de posguerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica asociaba la eugenesia
con los abusos nazis, que incluyeron la «higiene racial» y la exterminación,
si bien varios gobiernos
regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta los años 1970.

Contenido

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 1 Significados de la eugenesia
 2 Historia

o 2.1 Teoría de Galton

o 2.2 Eugenesia en Latinoamérica

o 2.3 La eugenesia y el Estado (1890-1945)

o 2.4 Otros países

o 2.5 Estigmatización de la eugenesia en los años siguientes al nazismo

o 2.6 Eugenesia moderna e ingeniería genética

 3 Críticas

o 3.1 Enfermedades frente a rasgos

o 3.2 Pendiente resbaladiza

o 3.3 Diversidad genética

o 3.4 Rasgos recesivos heterocigóticos

 4 Contraargumentos

o 4.1 Reductio ad Hitlerum

o 4.2 Disgenesia

o 4.3 Beneficios

 5 La eugenesia en la cultura popular

 6 Véase también

 7 Notas

 8 Enlaces externos

Significados de la eugenesia [editar]

La eugenesia, desde su mismo principio, significó muchas cosas diferentes para muchas personas diferentes.
Históricamente, el término ha sido usado para cubrir cualquier cosa comprendida entre el cuidado prenatal
de las madres hasta la esterilización forzada y la eutanasia. En el pasado tuvieron lugar muchos debates,
algunos de los cuales continúan en la actualidad, sobre qué se considera exactamente parte de la
eugenesia.2

El término eugenesia se usa a menudo para referirse a los movimientos y políticas sociales que tuvieron
influencia a principios del siglo XX. En un amplio sentido histórico, la eugenesia también puede ser el estudio
de la «mejora de las cualidades genéticas humanas». Algunas veces se aplica para describir en términos
generales cualquier acción humana cuya finalidad sea mejorar el acervo genético. Algunas formas de
infanticidio en las sociedades antiguas, la actual reprogenética, los abortos preventivos y los bebés de diseño
han sido llamados (a veces de forma controvertida) eugenesia.

Debido a sus finalidades normativas y a su relación histórica con el racismo científico, así como al desarrollo
de la ciencia de la genética, la comunidad científica internacional se ha desvinculado casi totalmente del
término eugenesia, calificándola a veces de pseudociencia, si bien pueden encontrarse defensores de lo que
se conoce como eugenesia liberal. Las investigaciones modernas sobre los potenciales usos de la ingeniería
genética ha llevado a una cada vez mayor invocación de la historia de la eugenesia en discusiones sobre
bioética, la mayoría de las veces de forma cautelar. Algunos bioéticos sugieren que incluso los programas de
eugenesia no coactiva serían inherentemente poco éticos, si bien este punto de vista ha sido cuestionado por
pensadores tales como Nicholas Agar.3

Los eugenesistas defienden políticas específicas que (de tener éxito) llevarían a una mejora observable del
acervo genético humano. Puesto que el definir qué mejoras son deseables o beneficiosas es percibido como
una elección cultural más que un asunto que pueda determinarse objetivamente (es decir, por
investigaciones empíricas y científicas), la eugenesia ha sido considerada a menudo una pseudociencia. El
aspecto más discutido de la eugenesia ha sido la definición de «mejora» del acervo genético humano, como
qué es una característica beneficiosa y qué es un defecto. Este aspecto de la eugenesia ha sido
históricamente contaminado con racismo científico.

Los primeros eugenesistas estaban más preocupados con los factores observables de la inteligencia que a
menudo se correlacionan fuertemente con la clase social. Muchos eugenesistas se inspiraron en la cría
selectiva de animales (donde se suele trabajar para lograr pura razas) como analogía para la mejora de la
sociedad humana. La mezcla de razas (o miscegenación) solía ser considerada como algo a evitar en nombre
de la pureza racial. En aquella época este concepto parecía tener cierto respaldo científico, y siguió siendo un
asunto beligerante hasta que el desarrollo avanzado de la genética llevó al consenso científico de que la
división de especies humanas en razas desiguales es injustificable. Algunos ven esto como un consenso
ideológico, dado que la igualdad, lo mismo que la desigualdad, es una elección cultural más que un asunto
que pueda ser determinado objetivamente.

La eugenesia también se ha preocupado por la eliminación de enfermedades hereditarias tales como la


hemofilia y la enfermedad de Huntington. Sin embargo, hay varios problemas en calificar ciertos factores
como «defectos genéticos»:

 En muchos casos no hay consenso científico sobre lo que es un «defecto genético». A menudo se
argumenta que es más un asunto de elección social o individual.
 Lo que parece ser un «defecto genético» en un contexto o entorno puede no serlo en otro. Este
puede ser el caso de los genes con una ventaja heterocigota, como la anemia falciforme y la
enfermedad de Tay-Sachs, que en su forma heterocigota pueden ofrecer una ventaja contra,
respectivamente, la malaria y la tuberculosis.

 Muchas personas minusválidas o inválidas pueden tener éxito en la vida.

 Muchas de las enfermedades que los primeros eugenesistas identificaron como hereditarias (por
ejemplo la pelagra) se consideran actualmente imputables completa o al menos parcialmente a las
condiciones medioambientales.

Parecidas preocupaciones han surgido cuando el diagnóstico prenatal de una enfermedad congénita lleva al
aborto (véase también diagnóstico genético preimplantacional).

Las políticas eugenésicas han sido clasificadas conceptualmente en dos categorías: eugenesia positiva,
que fomenta la mayor reproducción de los designados «más aptos», y la eugenesia negativa, que
desaconseja o impide la reproducción de los designados «menos aptos». La eugenesia negativa no necesita
ser coactiva: un estado podría ofrecer recompensas económicas a ciertas personas que se sometan a la
esterilización, si bien algunos críticos podrían responder que este incentivo, junto con la presión social,
podría percibirse como coacción. La eugenesia positiva también puede ser coactiva: el aborto en mujeres
«aptas» era ilegal en la Alemania nazi.

Durante el siglo XX, muchos países promulgaron políticas y programas eugenésicos, incluyendo:

 Promoción de tasas de natalidad diferenciales


 Esterilización obligatoria

 Abortos forzosos

 Restricción del matrimonio

 Exploración genética

 Control de natalidad

 Control de la inmigración

 Segregación (tanto racial como de los enfermos mentales)

 Genocidio

La mayoría de estas políticas fueron posteriormente consideradas coactivas, restrictivas o genocidas, y


actualmente son pocas las jurisdicciones que incluyen políticas explícitamente clasificadas de eugenésicas o
inequívocamente eugenésicas en esencia. Sin embargo, algunas organizaciones privadas ayudan a la gente
con servicios de orientación genética, y la reprogenética puede ser considerada una forma de eugenesia
«liberal» no patrocinada por el estado.

Historia [editar]

Teoría de Galton [editar]

La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, quien creía
que la reproducción humana debía ser controlada por el gobierno. Platón registró estos puntos de vista en La
República: «que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las
peores al contrario». Platón proponía que el proceso se ocultase al público mediante una especie de lotería.
Otros ejemplos antiguos incluyen la supuesta práctica de las polis de Esparta de abandonar a los bebés
débiles fuera de los límites de la ciudad para que murieran. Sin embargo, dejaban a todos los bebés fuera
durante un periodo de tiempo, considerándose más fuertes a los supervivientes, mientras muchos bebés
supuestamente más débiles fallecían.

Francis Galton, uno de los padres de la eugenesia

Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton sistematizó estas ideas y costumbres de acuerdo al nuevo
conocimiento sobre la evolución del hombre y los animales provisto por la teoría de su primo Charles Darwin.
Tras leer El origen de las especies de éste, Galton observó una interpretación de la obra de Darwin a través
de la cual los mecanismos de la selección natural eran potencialmente frustrados por la civilización humana.
Galton razonó que, dado que muchas sociedades humanas buscaban proteger a los desfavorecidos y los
débiles, dichas sociedades estaban reñidas con la selección natural responsable de la extinción de los más
débiles. Sólo cambiando estas políticas sociales, pensó Galton, podría la sociedad ser salvada de una
«reversión hacia la mediocridad», un frase que acuñó primero en estadística y que más tarde cambio a la
hoy frecuente «regresión hacia la media».4
Galton esbozó por vez primera su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios»
(Hereditary Talent and Character), explicándola luego más detalladamente en su libro de 1869 El genio
hereditario.5 Galton comenzó estudiando la forma en la que los rasgos humanos intelectuales, morales y de
personalidad tendían a presentarse en las familias. Su argumento básico era que el «genio» y el «talento»
eran rasgos hereditarios en los humanos (aunque ni él ni Darwin tenían aún un modelo de trabajo para este
tipo de herencia). Galton concluyó que, puesto que puede usarse la selección artificial para exagerar rasgos
en otros animales, podían esperarse resultados similares al aplicar estas prácticas en humanos. Como
escribió en la introducción de El genio hereditario:

Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo
exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico.
Consecuentemente, como es fácil a pesar de estas limitaciones lograr mediante la cuidadosa selección una
raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra
cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotada mediante
matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas.

Galton, El genio hereditario, 1

Según Galton, la sociedad ya fomentaba las enfermedades disgenéticas, afirmando que los menos
inteligentes se reproducían más que los más inteligentes. Galton no propuso sistema de selección alguno,
sino que esperaba que se hallaría una solución cambiando las buenas costumbres sociales de forma que
animasen a la gente a ver la importancia de la reproducción.

Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades
humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar
los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las
cuestiones “eugenésicas”». Incluyó una nota a pie para la palabra que rezaba:

Esto es, con cuestiones relacionadas con lo que se denomina en griego eugenia, a saber, de buen linaje,
dotado hereditariamente de cualidades nobles. Esta y las palabras relacionadas (eugénico, etcétera) son
igualmente aplicables a hombres, bestias y plantas. Deseamos enormemente una palabra breve para aludir
a la ciencia de la mejora del linaje, que en modo alguno se limita a las cuestiones de emparejamientos
sensatos, sino que, especialmente en el caso del hombre, toma conciencia de todas las influencias que
tienden a dar aunque sea en remoto grado a las razas o variedades más aptas una mejor oportunidad de
prevalecer más rápidamente sobre los menos aptos de lo que de otra forma habría hecho. La palabra
eugenesia expresaría suficientemente esta idea, siendo como mínimo una palabra más efectiva que
viricultura, que una vez me aventuré a usar.

Francis Galton, Inquiries into human faculty and its development (Londres, Macmillan, 1883), pág. 17, nota
1

En 1904 Galton aclaró su definición de eugenesia como «la ciencia que trata sobre todas las influencias que
mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que las desarrollan hasta la mayor
ventaja.»6

La formulación de Galton de la eugenesia estaba basada en un fuerte enfoque estadístico, fuertemente


influenciado por la «física social» de Adolphe Quetelet. Sin embargo, a diferencia de éste Galton no exaltaba
al «hombre medio» sino que lo despreciaba por mediocre. Galton y su heredero estadístico Karl Pearson
desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos
modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia
de los rasgos. Sin embargo, con el redescubrimiento de las leyes de la herencia de Gregor Mendel, surgieron
dos bandos separados de defensores de la eugenesia. Uno estaba formado por estadísticos y otro por
biólogos. Los primeros creían que los segundos tenían modelos matemáticos excepcionalmente primitivos,
mientras los biólogos creían que los estadísticos sabían poco sobre biología. 7

La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como intento de obtener niños con
rasgos deseables, generalmente mediante el enfoque de influir sobre las tasas de natalidad diferenciales.
Estas políticas se clasificaban en su mayoría en dos categorías: eugenesia positiva, la mayor reproducción de
los que se consideraba que contaban con rasgos hereditarios ventajosos, y la eugenesia negativa, la
disuasión de la reproducción de los que tenían rasgos hereditarios considerados malos. En el pasado, las
políticas eugenésicas negativas han ido de intentos de segregación a esterilizaciones e incluso genocidio. Las
políticas eugenésicas positivas han tomado típicamente la forma de premios o bonificaciones para los padres
«aptos» que tenían otro hijo. Prácticas relativamente inocuas como la orientación matrimonial tenían
vínculos primitivos con la ideología eugenésica.

La eugenesia era diferente de lo que más tarde se conocería como darwinismo social. Aunque ambos
sostenían que la inteligencia era hereditaria, la eugenesia afirmaba que eran necesarias nuevas políticas
para cambiar activamente el statu quo hacia un estado más «eugenésico», mientras los darwinistas
argumentaban que la propia sociedad «advertiría» naturalmente el problema de la «disgenesia» si no se
ponían en práctica políticas de bienestar social (por ejemplo, los pobres podrían reproducirse más pero
tendrían tasas de mortalidad más elevada).

Eugenesia en Latinoamérica [editar]

Las políticas estatales de algunos países latinoamericanos defendieron el predominio social blanco
incrementando la inmigración europea y erradicando las poblaciones indígenas. Esto puede ser
particularmente obvio en Argentina y Brasil, países en los que este proceso se conoce como blanqueamiento
y branqueamento, respectivamente.[cita requerida]

La eugenesia y el Estado (1890-1945) [editar]

Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como
tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa de sordera en Martha's Vineyard,
Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del
matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a
pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas,
propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos
podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.

Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W.E.B. DuBois
como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los
afroamericanos y mejorar su estatura. Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales
contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados
Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.

La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una
raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada «higiene racial». Entre otras
actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus
teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos
efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante
los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que
consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala
del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del
suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego». 8 Los nazis
fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de
«eutanasia».9

También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que
tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras»
eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la
higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas
«indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena
parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un
programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el
fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una
indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.10

El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en
1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a
cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente
biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold
Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió
fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office
(’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a
promocionar la eugenesia.11

Diagrama de un árbol genealógico de La familia Kallikak destinado a ilustrar cómo «desliz ilícito» podía
provocar una generación completa de «imbéciles».

Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales
podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad
de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos
intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se
promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales
con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes
fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados
de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.

En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y
concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas
tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddard y el conservacionista Madison Grant (todos muy
respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los
«no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos
principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de
todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio.) 12 Aunque su metodología y métodos de
investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación
científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablemente Thomas Hunt Morgan, uno de los
pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la
primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana
como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.13

La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la
American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno
no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de
estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la
clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos,
etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser
dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales,
pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad. 14

Demostración de antropometría en una exhibición de una conferencia sobre eugenesia de 1921.

Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel
protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores»
procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15% de
años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó
las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético. 15 Las
consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte
de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.16

Algunos estados esterilizaron a los «imbéciles» durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los
Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los
considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando
unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos. 17
Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más
esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente
citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y
humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en los Juicios de Núremberg
tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas (unas 450.000 en menos de una
década) citando a los Estados Unidos como sus inspiradores. 18

Otros países [editar]

Casi todos los países occidentales no católicos adoptaron algunas leyes eugenésicas. En julio de 1933
Alemania aprobó una ley que permitía la esterilización involuntaria de «borrachos, criminales sexuales y
lunáticos hereditarios e incurables, y de aquellos que padezcan una enfermedad incurable que pudiera
transmitirse a su descendencia».19 Canadá llevó a cabo miles de esterilizaciones forzosas hasta los años
1970. Muchos First Nations (nativos canadienses), así como inmigrantes del este de Europa, fueron objeto
de este programa que identificaba como genéticamente inferiores a las minorías raciales y étnicas. Suecia
esterilizó por la fuerza a 62.000 personas, principalmente enfermos mentales en las últimas décadas, pero
también minorías étnicas y raciales al principio, como parte de un programa eugenésico que duró 40 años.
Como fue el caso de otros programas, se creía que la etnia y la raza tenían relación con la salud mental y
física. Aunque el programa no era del agrado de muchos suecos, los políticos normalmente lo apoyaban, más
como un medio de mejorar la salud social que como la medida de proteccionismo racial que en realidad era.
(El gobierno sueco ha indemnizado posteriormente a los afectados.) Aparte de los programas a gran escala
de los Estados Unidos, otros países como Australia, el Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca,
Estonia, Islandia y Suiza llevaron a cabo programas de esterilización de personas declaradas deficientes
mentales por el estado. Singapur practicó una forma limitada de eugenesia positiva que incluía la promoción
del matrimonio entre graduados universitarios con la esperanza de que engendrarían mejores hijos. 20

Varios autores, notablemente Stephen Jay Gould, han afirmado repetidamente que las restricciones sobre la
inmigración aprobadas en los Estados Unidos durante los años 1920 (y derogadas en 1965) estuvieron
motivadas por las metas de la eugenesia, en particular por el deseo de excluir a las razas consideradas
inferiores del acervo genético nacional. Durante el comienzo del siglo XX, los Estados Unidos y Canadá
empezaron a recibir un número muy superior de inmigrantes del sur y el este de Europa. Eugenecistas
influyentes como Lothrop Stoddard y Harry Laughlin (quien fue designado como testigo experto por el
Comité del Congreso para Inmigración y Naturalización en 1920) presentaban el argumento de que estas
eran razas inferiores que contaminarían el acervo genético nacional si su número no se restringía. Se ha
argumentado que esto movió a Canadá y los Estados Unidos a aprobar leyes que creaban una jerarquía de
nacionalidades, clasificándolas desde los más deseables anglosajones y nórdicos hasta los inmigrantes chinos
y japoneses, a quienes se les prohibió casi completamente entrar al país. 21 Sin embargo, varias personas,
incluyendo a Franz Samelson, Mark Snyderman y Richard Herrnstein, han argumentado que, basándose en
el examen de los registros de los debates del Congreso sobre política de inmigración, no se dio virtualmente
consideración alguna a estos factores. Según estos autores, las restricciones fueron primordialmente
motivadas por el deseo de mantener la integridad cultural del país frente al fuerte influjo de los
extranjeros.22 Esta interpretación, sin embargo, no es aceptada por la mayoría de los historiadores de la
eugenesia.

En las últimas décadas, se ha denunciado en Australia el engaño por parte de médicos, que aprovechando el
desconocimiento y confusión respecto a la medicina y lenguaje occidental, sonsacaban sesgadas
autorizaciones para ejecutar ligaduras de trompas de Falopio de mujeres aborígenes, incluso sin hijos,
cuando acudían a revisar otros problemas a los hospitales. Estas prácticas subrepticias buscaban reducir la
natalidad entre las etnias naturales del continente.

Algunos de los que no están de acuerdo con la idea de la eugenesia en general sostienen que a pesar de ello
la legislación eugenésica tuvo beneficios. Margaret Sanger (fundadora de Planned Parenthood of America)
halló que era una herramienta útil para impulsar la legalización de los métodos anticonceptivos. En su
tiempo la eugenesia era vista por muchos como científica y progresista, como aplicación natural del
conocimiento sobre reproducción al campo de la vida humana. Antes de los campos de exterminio de la
Segunda Guerra Mundial, la idea de que la eugenesia pudiera llevar al genocidio no era considerada
seriamente.

Estigmatización de la eugenesia en los años siguientes al nazismo [editar]


En las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial, la eugenesia se hizo cada vez más impopular para la
ciencia académica. Muchas organizaciones y publicaciones que tuvieron su origen en el movimiento
eugenésico empezaron a distanciarse de dicha filosofía, como cuando Eugenics Quarterly se convirtió en
Social Biology en 1969.

Tras la experiencia de la Alemania nazi, políticos y miembros de la comunidad científica renegaron


públicamente de muchas de las ideas sobre la «higiene racial» y los miembros «no aptos» de la sociedad.
Los Juicios de Núremberg contra antiguos dirigentes nazis revelaron al mundo muchas de las prácticas
genocidas del régimen y llevaron a la formalización de políticas de ética médica y la declaración sobre las
razas de la Unesco en 1950. Muchas sociedades científicas publicaron sus propias «declaraciones raciales»
parecidas con los años, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollada en respuesta a los
abusos cometidos en la Segunda Guerra Mundial, fue adoptada por la ONU, afirma en su Artículo 16 que
«Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de
raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia».23 A continuación, la declaración de la UNESCO
en 1978 sobre la raza y los prejuicios raciales declara que la igualdad fundamental de todos los seres
humanos es el ideal hacia el que deberían converger la ética y la ciencia. 24

Como reacción a los abusos nazis, la eugenesia pasó a ser casi universalmente vilipendiada en muchas de
las naciones en las que había sido una vez popular (sin embargo, los programas eugenésicos, inluyendo la
esterilización, continuaron discretamente durante décadas). Muchos eugenesistas dedicados antes de la
guerra a lo que más tarde sería calificado como «criptoeugenesia» enterraron decididamente sus creencias
eugenésicas y se convirtieron en respetados antropólogos, biólogos y genetistas en la posguerra (incluyendo
a Robert Yerkes en los Estados Unidos y Otmar von Verschuer en Alemania). El eugenesista californiano Paul
Popenoe fundó la orientación familiar durante los años 1950, un cambio de profesión que surgió de sus
intereses eugenésicos por promover los «matrimonios saludables» entre personas «aptas». 25

Los libros de texto de educación secundaria y universitaria solían tener entre 1920 y 1940 capítulos sobre el
progreso científico que supondría la aplicación de principios eugenésicos sobre la población. Muchas
publicaciones científicas antiguas dedicadas a la genética eran editadas por eugenesistas e incluían artículos
eugenésicos junto con estudios sobre la herencia en organismos no humanos. Después de que la eugenesia
cayese en desgracia ante la comunidad científica, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron
eliminadas de los libros de texto y de las subsecuentes ediciones de las publicaciones importantes. Incluso
cambiaron los nombres de algunas publicaciones para reflejar las nuevas actitudes. Por ejemplo, Eugenics
Quarterly se convirtió en 1969 en Social Biology (la revista sigue existiendo, pero se parece poco a su
predecesora). Entre los miembros notables de la American Eugenics Society (1922–94) durante la segunda
mitad del siglo XX se incluyen Joseph Fletcher, creador de la ética situacional; el Dr. Clarence Gamble de la
farmacéutica Procter & Gamble y Garrett Hardin, un defensor del control de natalidad y autor de La tragedia
de los comunes.

A pesar del cambio de actitud de la posguerra sobre la eugenesia en los Estados Unidos y Europa, unos
pocos países, notablemente Canadá y Suecia, mantuvieron programas eugenésicos a gran escala, incluyendo
la esterilización forzosa de inviduos con taras mentales, así como otras prácticas, hasta los años 1970. En los
Estados Unidos, las esterilizaciones se abolieron en los años 1960, a pesar de que el movimiento eugenésico
había perdido la mayor parte de su popularidad y apoyo político a finales de los años 1930. 26

Eugenesia moderna e ingeniería genética [editar]

Artículo principal: Eugenesia liberal

Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la
historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos. Esfuerzos como el Proyecto Genoma
Humano han logrado que la modificación efectiva de la especie humana vuelva a parecer posible (como hizo
la teoría original de la evolución de Darwin en los años 1860, junto con el redescubrimiento de las leyes de
Mendel a principios del siglo XX). La diferencia a principios del siglo XXI fue la actitud cautelosa hacia la
eugenesia, que se había convertido en una consigna a temer más que abrazar.

Sólo unos pocos investigadores científicos (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido
abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión
minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales. 27 Un intento de implantación de una forma de
eugenesia fue un «banco de esperma de genios» (1980-99) creado por Robert Klark Graham, del que fueron
concebidos cerca de 230 niños (el donante más conocido fue el ganador del premio Nobel William Shockley).
Sin embargo, en Estados Unidos y Europa estos intentos han sido frecuentemente criticados por tener el
mismo espíritu racista y clasista que las iniciativas eugenésicas de los años 1930. En cualquier caso, los
resultados han sido desiguales en el mejor de los casos.

Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra
«eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas.

Sólo unos pocos gobiernos tienen actualmente algo parecido a un programa eugenésico en el mundo. En
1994 China aprobó la Ley de Asistencia Sanitaria Maternal e Infantil, que incluía una exploración premarital
obligatoria para «enfermedades genéticas de naturaleza grave» y «enfermedades mentales relevantes». A
quienes diagnosticaban tales enfermedades se les obligaba a no casarse, a aceptar «medidas anticonceptivas
a largo plazo» o a someterse a la esterilización.

Una política parecida de exploraciones (incluyendo la exploración prenatal y el aborto) destinada a reducir la
incidencia de la talasemia existe en las dos partes de la isla de Chipre. Desde la implantación del programa
en los años 1970, se ha reducido el porcentaje de niños nacidos con esta enfermedad sanguínea hereditaria
de 1 de cada 158 a prácticamente cero. Dor Yeshorim, un programa que busca reducir la incidencia de la
enfermedad de Tay-Sachs en ciertas comunidades judías, es otro programa de diagnóstico que ha atraído
comparaciones con la eugenesia. En Israel, a costa del estado, se anima a la población en general a realizar
pruebas genéticas para diagnosticar enfermedades antes del nacimiento de un bebé. Si se diagnostica la
enfermedad de Tay-Sachs a un feto puede optarse por la interrupción del embarazo de forma voluntaria. La
mayoría de las demás comunidades judías askenazíes también efectúan programas de diagnóstico debido a
las altas tasas de incidencia de ciertas enfermedades hereditarias. En algunas comunidades judías, la
antigua costumbre de la tercería (shidduch) se sigue practicando, y en un intento por evitar la tragedia de la
muerte infantil que siempre resulta de ser homocigótico para la Tay-Sachs, asociaciones como la
fuertemente religiosa Dor Yeshorim (que fue fundada por un rabí que perdió cuatro hijos por esta
enfermedad para evitar que otros sufrieran la misma tragedia) realizan pruebas a las parejas jóvenes para
comprobar si tienen riesgo de transmitir esta enfermedad o alguna otra mortal. Si ambos resultan ser
portadores de Tay-Sachs, es frecuente que el compromiso se rompa. El Judaísmo, como muchas otras
religiones, desaconseja el aborto salvo que haya riesgo para la madre, en cuyo caso la salud de ésta tiene
preferencia. Debe también advertirse que, dado que todos los niños con la enfermedad morirán en su
infancia, estos programas intentan evitar tales tragedias más que directamente erradicar el gen, lo que es
una coincidencia secundaria.

En la literatura bioética moderna, la historia de la eugenesia presenta muchas cuestiones morales y éticas.
Los comentaristas han sugerido que la «nueva eugenesia» surgirá de tecnologías reproductivas que
permitirán a los padres crear los llamados «bebés de diseño» (lo que el biólogo Lee M. Silver denominó
prominentemente «reprogenética»). Se ha argumentado que este tipo «no coactivo» de «mejora» biológica
estará predominantemente motivada por la competitividad individual y el deseo de lograr «las mejores
oportunidades» para los hijos más que por el impulso de mejorar la especie completa que caracterizó las
formas de eugenesia de principios del siglo XX. Debido a esta naturaleza no coactiva, la falta de implicación
del estado y las diferencias en las metas, algunos comentaristas han cuestionado que estas actividades sean
eugenésicas o algo más en conjunto.

Algunos activistas prominusválidos argumentan que aunque sus discapacidades pueden provocarles dolor y
malestar, lo que realmente les incapacita como miembros de la sociedad es un sistema sociocultural que no
reconoce su derecho a un trato genuinamente igualitario. También se muestran escépticos sobre que alguna
forma de eugenesia pudiera beneficiar a los discapacitados si se tiene en cuenta el trato que le dispensaron
las campañas eugenésicas históricas.

James D. Watson, el primer director del Proyecto Genoma Humano, inició el Programa de Implicaciones
Éticas, Legales y Sociales (Ethical, Legal and Social Implications Program), que ha financiado varios estudios
sobre las implicaciones de la ingeniería genética humana (junto con un importante sitio web sobre la historia
de la eugenesia), porque:

Al situar la ética tan pronto en la agenda del genoma, esta dando respuesta a mi propio temor personal de
que demasiado pronto los críticos del Proyecto Genoma Humano señalarían que era un representante del
Cold Spring Harbor Laboratory que una vez albergó a la controvertida Eugenics Record Office. Mi no
formación de un programa ético sobre el genoma podría rápidamente ser usada como falsa evidencia de que
era un eugenesista secreto, teniendo como propósito real a largo plazo la identificación inequívoca de los
genes que llevan a la estratificación social y ocupaciones así como de los que justifican la discriminación
racial.

James D. Watson, A passion for DNA: Genes, genomes, and society (Cold Spring Harbor, Nueva York: Cold
Spring Harbor Laboratory Press, 2000): 202.

Distinguidos genetistas incluyendo a los ganadores del premio Nobel John Sulston («No creo que uno deba
traer al mundo a un niño claramente minusválido»)28 y Watson («Una vez que tienes una forma para
mejorar a nuestro hijos, nadie puede detenerla»)29 apoyan el diagnóstico genético. Qué ideas deberían ser
descritas como «eugenésicas» sigue siendo un asunto polémico en círculos de investigadores y de opinión
pública. Algunos observadores como Philip Kitcher han descrito el uso del diagnóstico genético por parte de
los padres como la habilitación de una forma de eugenesia «voluntaria». 30

Algunas subculturas modernas defienden diferentes formas de eugenesia apoyada por clonación humana e
ingeniería genética humana, algunas veces como parte de un nuevo culto (véase el movimiento raeliano,
cosmoteísmo o prometeísmo). Estos grupos hablan también de «neo-eugenesia», «evolución consciente» o
«libertad genética».

Los rasgos conductuales identificados también como potenciales objetivos de modificación mediante
ingeniería genética humana incluyen la inteligencia, la depresión, la esquizofrenia, el alcoholismo, el
comportamiento (u orientación) sexual y la delincuencia.

Más recientemente, en el Reino Unido podría decirse que el caso La Corona contra James Edward Whittaker-
Williams sentó un precedente al prohibir el contacto sexual entre personas con «problemas de aprendizaje».
El acusado, un hombre con problemas de aprendizaje, fue encarcelado por besar y abrazar a una mujer de la
misma condición. Este fallo se basó en la Ley de Delitos Sexuales de 2003, que redefine los besos y abrazos
como sexuales y afirma que las personas con problemas de aprendizaje son incapaces de dar su
consentimiento independientemente de que el acto implique coacción o no. Los opositores a esta ley la han
atacado por traer de vuelta la eugenesia por la puerta de atrás bajo el disfraz de la exigencia de
«consentimiento».31

Críticas [editar]

Enfermedades frente a rasgos [editar]

Mientras la ciencia de la genética ha provisto cada vez más medios para poder identificar y entender ciertas
características y enfermedades, dada la complejidad de la genética humana, la cultura y la psicología, no
hay en este momento medio alguno para determinar qué rasgos serían definitivamente deseables o
indeseables. Las manipulaciones eugenésicas destinadas a reducir la propensión hacia la criminalidad y la
violencia, por ejemplo, podrían resultar en que la población terminase siendo esclavizada por un agresor
externo si pierde la capacidad de defenderse a sí misma. Por otra parte, las enfermedades genéticas como la
hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y
otras disfunciones. Las medidas eugenésicas contra muchas de estas enfermedades ya están siendo
emprendidas en países de todo el mundo, mientras las medidas contra rasgos que afectan más sutilmente y
se entienden peor, como la criminalidad, están relegadas al ámbito de la especulación y la ciencia ficción.
Los efectos de las enfermedades son en esencia totalmente negativos y las sociedades de todas partes
buscan reducir su incidencia por varios medios, algunos de los cuales son eugenésicos en todo salvo el
nombre. Los otros rasgos que se discuten tienen efectos tanto positivos como negativos y generalmente no
se controlan en la actualidad en ningún lugar.

Pendiente resbaladiza [editar]

Una crítica comúnmente avanzada a la eugenesia es que, como queda demostrado por su historia,
inevitablemente lleva a medidas que resultan poco éticas (Lynn 2001). H. L. Kaye escribió que «la verdad
obvia es que eugenesia ha sido desacreditada por los crímenes de Hitler» (Kaye 1989). R. L. Hayman
argumentó que «el movimiento eugenésico es anacrónico, siendo reveladas sus implicaciones políticas por el
Holocausto» (Hayman 1990).

Steven Pinker ha afirmado que es «una opinión ortodoxa entre los académicos de izquierda que los genes
implican genocidio.» Ha respondido a esta «opinión ortodoxa» comparando la historia del marxismo, que
tenía la posición opuesta a la del nazismo sobre los genes:
Pero el siglo XX sufrió dos ideología que llevaron a genocidios. La otra, el marxismo, no tenía uso para la
raza, no creía en los genes y negaba que la naturaleza humana fuese un concepto significativo. Claramente,
no es un énfasis en los genes o la evolución lo que es peligroso. Lo es el deseo de rehacer la humanidad
mediante métodos coactivos (eugenesia o ingeniería social) y la creencia de que la humanidad avanza
gracias a una lucha en la que los grupos superiores (raza o clases) triunfan sobre los inferiores

Steve Sailer32

Richard Lynn argumenta que cualquier filosofía social es susceptible de uso ético incorrecto. Aunque los
principios cristianos han ayudado a la abolición de la esclavitud y la institución de programas de bienestar
social, Lynn advierte que la iglesia cristiana también ha quemado a muchos disidentes y ha hecho la guerra
contra los infieles, asesinando los cruzados cristianos a gran número de mujeres y niños. También
argumenta que la respuesta apropiada es condenar estas muertes, pero creer que el cristianismo
«inevitablemente lleva a la exterminación de aquellos que no aceptan su doctrina» carece de justificación
(Lynn 2001).

Diversidad genética [editar]

Las políticas eugenésicas también llevan a perder diversidad genética, en cuyo caso una mejora
culturalmente aceptada del acervo genético puede, si bien no necesariamente, terminar en un desastre
biológico debido a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, menor capacidad de adaptación a los
cambios ambientales y otros factores tanto conocidos como desconocidos. Este tipo de argumento
procedente del principio de precaución es a su vez ampliamente criticado. Un plan eugenésico a largo plazo
es probable que lleve a su escenario parecido debido a que la eliminación de rasgos considerados
indeseables reduciría la diversidad genética por definición.

Por el contrario, algunos estudios parecen mostrar que las tendencias disgenésicas llevan a una menor
diversidad genética, una tendencia que en teoría podría ser contrarrestada con un programa eugenésico.

La posible eliminación del genotipo del autismo es un asunto político importante para el movimiento por los
derechos de los autistas, que sostiene que el autismo es una forma de neurodiversidad. Muchos defensores
de los derechos de los afectados por el síndrome de Down (trisomía del par 21) consideran esta enfermedad
un tipo de neurodiversidad, a pesar de que los hombres afectados suelen ser estériles.

Rasgos recesivos heterocigóticos [editar]

En algunos casos los esfuerzos por erradicar ciertas mutaciones de un único gen resultarían baldíos. En el
caso de que la enfermedad en cuestión fuese un rasgo recesivo heterocigótico, el problema es que tras la
eliminación del rasgo visible no deseado, quedarían aún tantos genes para la enfermedad en el genoma
como los que fueron eliminados en virtud del principio de Hardy-Weinberg, que afirma que los genes de una
población se definen como pp+2pq+qq en el punto de equilibrio. Mediante el diagnóstico genético sería
posible detectar todos los rasgos recesivos heterocigóticos, pero supondría un coste enorme con la
tecnología actual. Bajo circunstancias normales sólo es posible eliminar un alelo dominante del genoma. Los
rasgos recesivos pueden ser reducidos drásticamente, pero nunca eliminados a menos que se conozca la
composición genética completa de todos los miembros de la población, como se ha mencionado antes. Dado
que sólo unos pocos rasgos indeseados, como la enfermedad de Huntington, son dominantes, el valor
práctico de «eliminar» rasgos es bastante bajo.

Contraargumentos [editar]

Reductio ad Hitlerum [editar]

Algún sitio web sobre lógica ha usado la sentencia «La eugenesia debe ser mala porque estuvo relacionada
con los nazis» como un ejemplo típico de la falacia de asociación conocida como reductio ad Hitlerum.33 La
estigmatización de la eugenesia por esta asociación, por otra parte, no ha frenado en absoluto la aplicación
de tecnología médicas que disminuyen la incidencia de los defectos congénicos ni tampoco la investigación
sobre sus causas.

Disgenesia [editar]
Los defensores de la eugenesia a menudo se preocupan por el declive disgenésico de la inteligencia, que
creen que llevará al colapso de la actual civilización y que también ha sido la causa del colapso de anteriores
civilizaciones. Este declive haría que la eugenesia fuese un mal necesario, ya que el posible sufrimiento
humano provocado por ella palidecería en comparación con dicha catástrofe.

Beneficios [editar]

Pequeñas diferencias en el CI medio de todo el grupo podrían teóricamente tener grandes efectos sobre los
resultados sociales. Herrnstein y Murray alteraron el CI medio (100) de la muestra del National Longitudinal
Survey of Youth estadounidense borrando aleatoriamente a individuos con un CI inferior a 103 hasta que la
media poblacional subió a 103. Este cálculo fue realizado dos veces y promediado para evitar errores de la
selección aleatoria. El nuevo grupo con un CI medio de 103 resultó tener una tasa de pobreza un 25%
menos que un grupo con un CI medio de 100. También se midieron correlaciones sustanciales parecidas en
las tasas de fracaso escolar, criminalidad y otros indicadores.

Se sigue discutiendo sobre si un incremento global de la inteligencia realmente incrementa la salud nacional,
pues el CI está parcialmente correlacionado con el estatus socioeconómico, que no cambiaría en absoluto.

La eugenesia en la cultura popular [editar]

La eugenesia es un tema recurrente en la ciencia ficción (a menudo distópica). La novela Un mundo feliz de
Aldous Huxley explora el tema en profundidad, al igual que la más reciente (y científicamente actualizada)
película Gattaca, cuya trama gira en torno al diagnóstico genético. Boris Vian (bajo el pseudónimo Vernon
Sullivan) adoptó un enfoque más alegre en su novela Que se mueran los feos.

Algunas de las novelas que tocan este tema son La puerta al país de las mujeres de Sheri S. Tepper y Esa
horrible fortaleza de C. S. Lewis. Las Guerras Eugenésicas son una parte importante de la historia de fondo
del universo de Star Trek (episodios Semilla espacial, Tierra fronteriza, Estación Fría 12, Los amplificados y
la película La ira de Khan). La eugenesia es también una parte importante de la trama de la película de
James Bond Moonraker (el personaje del villano Sir Hugo Drax fue basado en Adolf Hitler).

En la serie de novelas Dune de Frank Herbert los programas de reproducción selectiva constituyen un tema
importante. Al comienzo de la serie, la orden religiosa Bene Gesserit manipula los patrones reproductivos
durante muchas generaciones para crear al Kwisatz Haderach. En Dios Emperador de Dune, el emperador
Leto II vuelve a manipular la reproducción humana para lograr sus propios fines. Los Bene Tleilax también
emplearon la ingeniería genética para crear seres humanos con atributos genéticos concretos.

Tiende a haber una contracorriente eugenésica en el concepto de ciencia ficción del supersoldado. Varias
representaciones de estos supersoldados suelen mostrarlos criados para el combate o seleccionados
genéticamente para que tengan rasgos beneficiosos para el combate.

En las novelas Los hijos de Matusalén y Tiempo para amar de Robert A. Heinlein, se crea un gran fondo de
inversiones para dar incentivos financieros a los matrimonios (las Familias Howard) entre personas cuyos
padres y abuelos han sido longevos. El resultado es un subconjunto de la población de la Tierra que tiene
una esperanza de vida significativamente mayor que la media. Los miembros de este grupo aparecen en
muchas de las otras obras de este autor.

En el libro de Eoin Colfer The Supernaturalist, Ditto es un bebé Bartoli, nombre de un experimento fallido del
famoso Dr. Bartoli, quien intentó crear una raza superior de humanos, pero terminó en desarrollo atrofiado,
con mutaciones, incluyendo percepción extrasensorial e imposición de manos.

En la serie televisiva de ciencia ficción de Gene Roddenberry Andrómeda, toda la raza nietzscheana está
fundada sobre los principios de la reproducción selectiva.

En la serie del Mundo Anillo, de Larry Niven, el personaje Teela Brown es un resultado de varias
generaciones de ganadores de la «lotería de la procreación», un sistema que intenta animar a las personas
ganadoras a procrear.

En la 2ª temporada de Dark Angel, el principal villano Ames White es miembro de una secta conocida como
el «Cónclave», que ha infiltrado en varios niveles de la sociedad a una raza de superhumanos. Esta secta
intenta exterminar a todos los transgénicos, incluyendo al protagonista Max Guevara, a quien ven como un
ser genéticamente impuro por tener algún ADN animal mezclado con el ADN humano.

Eugenesia liberal

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Eugenesia liberal o nueva eugenesia es un término que designa un estudio protocientífico sobre el uso
no-coercitivo de tecnologías reproductivas y genéticas para perfeccionar a los seres humanos en sus
cualidades y características biológicas.1 2 3 4 5

El término no implica necesariamente que sus defensores sean política o económicamente liberales en un
sentido moderno. Más bien se usa para distinguir de los programas autoritarios de eugenesia llevados a cabo
en la primera mitad del siglo XX basados en el la pseudociencia, el racismo, el clasismo y los métodos
coercitivos con el objetivo de erradicar o disminuir ciertos rasgos hereditarios. El aspecto más controvertido
de estas formas negativas de eugenesia radicó en las leyes eugenésicas que permitieron a los gobiernos
esterilizar a ciertos individuos considerados portadores de genes indeseables. Históricamente de ha
distinguido entre eugenesia positiva (animando la reproducción de los considerados aptos genéticamente) y
negativa (obstaculizando la de los no-aptos). A principios del siglo XX, se abogó por y se siguieron muchos
programas que incluían la eugenesia positiva, mientras que los programas negativos impulsaron la
esterilización forzada de cientos de miles de personas en varios estados al tiempo que estuvieron presentes
en gran parte de la retórica nazi así como en sus programas de higiene racial y limpieza étnica.3

La eugenesia liberal se concibe como eminentemente positiva en el sentido de que se apoya principalmente
sobre la modificación genética y no sobre los emparejamientos selectivos. Su objetivo es tanto minimizar las
enfermedades congénitas como facilitar las mejoras genéticas. Se entiende que serán los padres los
depositarios de tal control, optando por ejercer sus libertades reproductivas aunque es posible que la fuerte
inversión necesaria por parte del estado o las empresas sanitarias pueda limitar o direccionar sus elecciones.
En la actualidad se han desarrollado test genéticos tales como el diagnóstico genético preimplantacional que
permiten descartar los embriones portadores de enfermedades congénitas. 3

Un objetivo principal de la eugenesia liberal es reducir el papel del azar en la reproducción. El bioético
Joseph Fletcher sentó las bases de la eugenesia liberal en 1974 cuando describió una alternativa a la "ruleta
reproductiva".6 Sus postulados ganaron notoriedad cuando se desarrolló la fecundación in vitro en 1978.

Cosme Bueno

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Francisco Antonio Cosme Bueno y Alegre (Belver de Cinca, Aragón 1711 - Lima 1798). Médico y
Cosmógrafo Mayor del Virreinato del Perú,

Estudió Latinidad; y hacia 1730 pasó al Perú. Cursó Farmacia y Medicina en la Universidad de San Marcos.
Graduado de Doctor (1750), ganó la oposición a la cátedra de Método de Medicina. Empezó entonces un
ministerio práctico en la materia, como médico de los presos del Tribunal del Santo Oficio y de los hospitales
de Santa Ana (1753), San Bartolomé (1760) y San Pedro (1761). Se distinguió en el ejercicio de su
profesión por sus aciertos farmacológicos, basados en la relación entre la salud y las influencias cósmicas.

Al morir el jesuita Juan Rehr, asumió la cátedra de Prima de Matemáticas (1757), cuyas lecciones cambiaban
de un año a otro, pues aparecen sucesivamente consagradas a Geometría y Trigonometría (1786), Óptica
(1787) y Dióptrica (1788). Anexo a esta cátedra, ejerció el cargo de Cosmógrafo Mayor, al cual competía la
edición anual de un calendario de observaciones astronómicas titulado El conocimiento de los tiempos. Como
introducción a ellas publicó una serie de disertaciones médicas y astronómicas, a las cuales debió su fama de
erudito.

Fue publicando en diversos capítulos la valiosa Descripción del Perú, que empezó a preparar en 1741 por
encargo del virrey Marqués de Villagarcía, y en la cual volcó noticias históricas y datos geográficos muy
acuciosos.

Obras [editar]

 Disertación physico experimental fobre la naturaleza del agua, y fus propiedades. --Lima :
[s.n.], [1750?].

 Colección geográfica e histórica de los arzobispados y obispados del Reyno del Perú, con
las descripciones de las provincias de su jurisdicción. -- [Lima : s.n., 1759-1776].

 Catálogo histórico de los virreyes, governadores, presidentes, y capitanes generales del


Perú, con los sucesos mas principales de sus tiempos. -- [Lima] : [s.n.], [1763?].

 Tablas de las declinaciones del sol, calculadas al meridiano de Lima, que puedan fervir fin
error fenfibe defde el año de 1764, hafta el de 1775, inclufive. -- Lima : [s.n.], 1763.

 Inoculación de las viruelas. -- [Lima : s.n., 1778].

 Geografía del Perú virreinal. -- Lima : [D. Miranda], 1951.

JOSE MANUEL VALDEZ

JOSÉ MANUEL VALDEZ, EL PRIMER MÉDICO NEGRO DEL PERÚ

Vía MesaAfro

Fue el primer hombre oscuro, “pardo”, con título de doctor en Medicina.


Nació en Lima el 29 de julio de 1767, y murió en la misma ciudad el 29 de diciembre de 1843. Fue hijo

natural de Baltasar Valdez, músico de oficio y de María Cavada, negra o mulata libre.

Estudió latín en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Lima y practicó medicina con el doctor Come Bueno,

llegando a ser cirujano latino (1788) y bachiller en Medicina (1797).

Al no poder recibirse de médico debido a su color y bastardía, permaneció estacionario. Colaboró con el

Mercurio Peruano con el seudónimo de Joseph Erasistrato Suadel (1791). Más tarde, venciendo los prejuicios

de su tiempo, gracias a su talento excepcional, se graduó de doctor en medicina por especial privilegio del

rey Carlos IV (1806).

Es el máximo exponente intelectual, académico y profesional con sangre africana en el Perú. Destacó en

muchos campos, como médico cirujano, teólogo, historiador, literato, poeta latinista y parlamentario.

Llegó a ser catedrático en el Colegio de Medicina y Cirugía de Lima (1811); miembro de la Real Academia de

Medicina de Madrid (1816); y accedió al supremo cargo de protomédico del Perú (1836).

Firmante del Acta de Independencia, fue miembro honorario de la Sociedad Patriótica. Culminó sus ascensos

académicos como director del Colegio de Medicina de Cirugía (1840) donde había sido catedrático desde

1816.

Escribió seis estudios sobre medicina y tres obras de connotación teológica. Fueron los primeros: Disertación

quirúrgica sobre el chancro uterino (1801), Elogio de la cirugía(1808), Memorias sobre las enfermedades que

se padecieron en Lima el año 1821 (1827), Memoria sobre la disentería (1835), Relación del estado actual

del arte obstétrico (1836), Salterío peruano o Paráfrasis de los 150 salmos de David (1833) y La vida

admirable del bienaventurado fray Martín de Porres (1841).

Pancho Fierro, mulato como él, lo pintó arrebozado en su capa negra, con pañuelo rojo en la cabeza y

sombrero alón de copa, guantes de cuero, zapatos de lazo y bastón de puño macizo. El caso de José Manuel

Valdez no tuvo parangón en América.

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