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ORIGEN DEL METRO

Medir ha sido una necesidad a través de la historia de la


humanidad. Durante mucho tiempo el hombre utilizó, como
unidad de medida, partes de su cuerpo, como por ejemplo el
pie. También usó el geme, la cuarta y la pulgada, para
determinar la longitud o la altura de lo que necesitaba.

Todas las unidades que te hemos nombrado son arbitrarias,


porque cada pie, pulgada o cuarta, tiene diferente tamaño.
Había que llegar a medidas universales y por eso se determinó
la creación del metro como unidad universal de medida de
longitud.

Metro (m.) viene de la palabra griega metrón y significa medida.

La altura de un edificio, una montaña o una persona, se mide en metros. Esta unidad
de medida se utiliza también para muchas otras cosas, como por ejemplo al comprar
géneros, palos, fierros, cintas, etcétera.

¿Cómo idear un sistema de medidas universal? Hacía falta definir, por ejemplo, una
unidad de distancia que no dependiera de cosas tan variables y fortuitas como el
tamaño del pulgar del que mide, o del pie del rey en turno.

Evolución

A pesar de que las discrepancias que se encontraron habrían quedado totalmente enmascaradas
en las tolerancias de fabricación de la época, cambiar los patrones de medida para ajustarse a las
nuevas mediciones hubiera sido impráctico, particularmente cuando nuevos y mejores
instrumentos acabarían encontrando nuevos valores cada vez más precisos. Por ello se decidió
romper con la relación que existía entre los patrones y sus fuentes naturales de tal forma que los
patrones en sí se convirtieron en la base del sistema y permanecieron como tales hasta 1960, año
en el que el metro fue nuevamente redefinido en función de propiedades físicas y luego, en 1983,
la Conferencia General de Pesos y Medidas celebrada en París hace una nueva definición del
metro como la distancia recorrida por la luz en vacío durante 1/299.792.458 segundo. De esta
forma, el metro recobró su relación con un fenómeno natural, esta vez realmente inmutable y
universal. El kilogramo, sin embargo, permanece formalmente definido basándose en el patrón
que ya tiene dos siglos de antigüedad.

El sistema métrico original se adoptó internacionalmente en la Conferencia General de Pesos y


Medidas de 1889 y derivó en el Sistema Internacional de medidas. Actualmente,
aproximadamente el 95% de la población mundial vive en países en que se usa el sistema
métrico y sus derivados.
Origen y evolución del kilogramo

La primera definición, decidida por la Revolución Francesa,


especificaba que era la masa de un decímetro cúbico (un litro) de
agua destilada a una atmósfera de presión y 3,98 °C , una
temperatura singular dado que es la temperatura a la cual
el aguatiene la mayor densidad a presión atmosférica normal. Esta
definición era complicada de realizar exactamente, porque la
densidad del agua depende levemente de la presión , y las
unidades de la presión incluyen la masa como factor, introduciendo
una dependencia circular en la definición.

Para evitar estos problemas, el kilogramo fue redefinido mediante


una masa estándar particular que creó una cantidad exacta para
aproximar a la definición original. Desde 1889, el Sistema
Internacional de Medidas define que la unidad debe ser igual a la
masa del prototipo internacional del kilogramo, que se hace con
una aleación de platino e iridio (en proporción de 90% y 10%,
respectivamente, medida por el peso) y se trabaja a máquina en un
cilindro derecho-circular (altura = diámetro) de 39 milímetros. El prototipo internacional
se guarda en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, ubicada en Sèvres, en las
cercanías de París.

Las copias oficiales del prototipo del kilogramo se hacen disponibles como prototipos
nacionales, que se comparan al prototipo de París ("Le Grand Kilo") cada 40 años;
este prototipo internacional es uno de tres cilindros hechos en 1879. En 1883, es
aceptado para ser indistinguible de la masa del estándar del kilogramo en ese
entonces, y ratificó formalmente al kilogramo por la primera Conferencia General de
Pesos y Medidas en 1889
Evolución

30 años después se su implantación se iniciaron gestiones para realizar la definición de un


patrón de kilogramo mediante leyes físicas. Se establecieron dos vías principales de
investigación. La primera basada en fijar el valor del número de Avogadro, para luego
materializar la unidad de masa con una esfera de silicio, casi perfecta en su geometría y
composición isotópica, cuyas características dimensionales se pueden conocer con gran
exactitud. Específicamente, se determina el volumen ocupado por la esfera y cada uno de sus
átomos, y finalmente, con el número de Avogadro, se determina la masa. La otra alternativa
consiste en fijar el valor de la carga del electrón o el de la constante de Planck, y luego
mediante mediciones eléctricas se materializa el kilogramo utilizando un dispositivo
denominado balanza de Watt. Varios institutos nacionales de metrología trabajaron en la
puesta a punto de un sistema de este tipo; por ejemplo, el desarrollado por Bryan Kibble
del National Physical Laboratory británico. A principios de 2011, poco antes de la celebración
de la 24.ª Conferencia General de Pesas y Medidas, se halló consenso en que el método que
se utilizaría sería el de la constante de Planck,13 pero la decisión se aplazó, a la espera de una
conclusión unánime de todos los laboratorios en lo referente a la reproducibilidad y exactitud
de este método, ya que para ello es necesario disponer primero de varias balanzas
operativas.14
Segundo
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Para otros usos de este término, véase Segundo (desambiguación).
El segundo es la unidad de tiempo en el Sistema Internacional de
Unidades, el Sistema Cegesimal de Unidades y el Sistema Técnico
de Unidades. Su símbolo es s; no es una abreviatura, por lo que no
admite mayúscula, punto, ni plural.
Supone comúnmente una sesentava parte de un minuto (1⁄60) y es
esencial para la medición en múltiples sistemas de unidades. Antes
se definía como la fracción 1⁄31,556,925.9747 de la duración que tuvo el
año solar medio entre los años 1750 y 1890, pero desde el
año 1967 su medición se hace tomando como base el tiempo
atómico. Su duración aproximada puede observarse tanto de forma
mecánica como eléctrica. El Sistema Internacional de Unidades
definiría así el segundo:
Un segundo es la duración de 9 192 631 770 oscilaciones de la radiación
emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado
fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), a una temperatura
de 0 K.1

Como consecuencia de esto se producen desfases entre el segundo


como unidad de tiempo astronómico y el segundo medido a partir del
tiempo atómico, más estable que la rotación de la Tierra, lo que
obliga a ajustes destinados a mantener concordancia entre el tiempo
atómico y el tiempo solar medio.

Evolución

Sus fases temporales simplemente se suceden las unas a las otras. Pero, por otra parte,
hay otra manera de entender el tiempo. Si la evolución es un proceso de una unidad
evolutiva, entonces el cambio evolutivo consiste en la modulación de una serie de fases
de una unidad que perdura. Es el tiempo cualitativo.

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