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NUBOSIDAD

Es la cantidad de días cubiertos y la extensión de las nubes. Afecta a la radiación solar disponible y la
calidad y cantidad de iluminación natural.

La nubosidad es la fracción de cielo cubierto con nubes, en un lugar en particular.


Según las normas meteorológicas actuales, la nubosidad se expresa en octas, u octavos de la bóveda
celeste.1 Ésta es dividida en 8 partes por el operador, quien evalúa entonces el número de esas partes que
están cubiertas por las nubes. De este modo se puede estimar el rango de visibilidad del observador. El
principal problema asociado con este método dice relación con que no se pueden hacer mediciones bajo
condiciones de visibilidad muy baja (por ejemplo, en caso de niebla) o la dificultad para estimar la
correcta cobertura fraccional del cielo por nubes cercanas al horizonte visual. Gracias a los satélites
meteorológicos es posible calcular la nubosidad con mucha más precisión, aunque aun así es algunas
nubes muy delgadas pueden escapar de la detección satelital y si no se hacen bien las cosas las
nubosidades son más nubes.
Llamamos nubosidad al conjunto de nubes que en un instante determinado aparece en el cielo.

Las nubes se dividen en grupos principales

Los cirros: son nubes altas con un aspecto de mechón o de pluma. Localizados en la atmósfera a una
altitud de unos 8 km, los cirros contienen cristales de hielo.
Altocúmulos: Son nubes compuestas por gotitas de agua, tienen una altitud variable, entre 3 y 6 km sobre
la tierra. Esta familia incluye dos géneros principales. Los altoestratos parecen velos gruesos grises o
azules, a través de los que el Sol y la Luna sólo pueden verse difusamente, como tras un cristal
traslúcido. Los altocúmulos tienen el aspecto de globos densos, algodonosos y esponjosos un poco
mayores que los cirrocúmulos. El brillo del Sol y la Luna a través de ellos puede producir una corona, o
anillo coloreado, de diámetro mucho menor que un halo.

Estratocúmulos: Estas nubes, también compuestas por gotitas de agua, suelen tener una altitud menor de
1,6 km. Este grupo comprende tres tipos principales. Los estratocúmulos son grandes rollos de nubes, de
aspecto ligero y de color gris. Con frecuencia cubren todo el cielo. Debido a que la masa nubosa no suele
ser gruesa, a menudo aparecen retazos de cielo azul entre el techo nuboso. Los nimboestratos son gruesos,
oscuros y sin forma. Son nubes de precipitación, desde las que casi siempre llueve o nieva. Los estratos
son capas altas de niebla. Aparecen, como un manto plano y blanco, a alturas por lo general inferiores a
los 600 m. Cuando se fracturan por la acción del aire caliente en ascensión, se ve un cielo azul y claro.

Cúmulo nimbos: Las nubes de esta familia alcanzan altitudes que varían desde menos de 1,6 km hasta
más de 13 km sobre la tierra. En este grupo se incluyen dos tipos principales. Los cúmulos tienen forma
de cúpula o de madejas de lana. Se suelen ver durante el medio y el final del día, cuando el calor solar
produce las corrientes verticales de aire necesarias para su formación. La parte inferior es, en general,
plana y la superior redondeada, parecida a una coliflor. Los cumulonimbos son oscuros y de aspecto
pesado. Se alzan a gran altura, como montañas, y muestran a veces un velo de nubes de hielo, falsos
cirros, con forma de yunque en su cumbre. Estas nubes tormentosas suelen estar acompañadas por
aguaceros violentos e intermitentes.
La nubosidad es la extensión del cielo cubierta por nubes y se expresa en octavos de cielo cubierto u
Octas, según se ve en la siguiente tabla:

Símbolo Extensión cielo Cubierto Extensión cielo Cubierto


0/8 Despejado

1/8 Poco nuboso

2/8 Poco nuboso

3/8 Poco nuboso

4/8 Nuboso

5/8 Nuboso

6/8 Muy nuboso

7/8 Muy nuboso

8/8 Cubierto

En la práctica la nubosidad se aprecia sin ningún aparato, simplemente se agrupan todas las
nubes que se observan en un determinado momento y se divide imaginariamente el cielo en dos partes: la
cubierta y la libre de nubes. Para la apreciación de la nubosidad hay que tener en cuenta que las nubes
más alejadas del observador se ven juntas (a pesar de que pueden estar muy separadas), especialmente si
las nubes son gruesas. Al observar la cantidad total de nubes hay que tener en cuenta que no se deben
excluir ninguna de ellas, se han de contar también los velos transparentes que forman el cirrus.
Altura de las nubes: la altura a la que se encuentra la base de una nube es un parámetro muy
importante ya que afecta a su temperatura y, en parte, a su composición fisica. La determinación de la
altura debe realizarse mediante aparatos meteorológicos, como globo, los métodos goniométricos o el
método del proyector.

Movimiento de las nubes: resulta muy interesante determinar la dirección de desplazamiento de


las nubes ya que es un buen indicador de la dirección del viento en el nivel en el que se encuentran. En las
nubes bajas la medida es relativamente sencilla ya que sus movimientos son más rápidos debido a su
proximidad al observador. En general, para determinar el movimiento de las nubes, hay que fijarse en una
en particular y observar su movimiento en relación a un sistema fijo, como puede ser una montaña, un
árbol o un edificio. Entonces, y sin moverse, deben tomarse dos medidas de posición y, a partir de las
mismas, determinar la dirección, el sentido y la velocidad de movimiento de la nube. Para las nubes altas,
que se mueven a una velocidad aparente más reducida, deben esperase cinco o más minutos entre las dos
medidas.

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