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aunque
galería para Best Products, unas enormes flores, opuesto; algunos de los arquitectos Posmodernis-
atrevidas y bonitas, enmascaran la inevitable ba- tas más intolerantes de hoy eran Whites el año
nalidad de la forma arquitectónicay se leen como pasado. Es demasiadofácil odiar a nuestros padres
una señal a través del gran aparcamiento y de mientras intentamos sobrepasarlos. Al hacerlo
la autopista. Un ornamento basado en la generali- nos volvemos a proteger de un mundo complejo
zación de los patrones es actualmente el tema y contradictorio por medio de fórmulas simples
de los pintores del Pattern and Decoration Move- para nuestro trabajo y dogmas simples para nues-
ment de Nueva York. Estos pintores han experi- tra filosofia. Denise Scott Brown escribía en nues-
mentado una inevitable reacción contra el Mini- tro prefacio a Learningfrom Las Vegas: «Puesto
malismo de las últimas estéticas Modernas. Al que hemos criticado la arquitectura Moderna de-
igual que ha ocurrido con los movimientos del bemos manifestar también nuestra gran admira-
Pop Art y del Fotorrealismo, la sensibilidad estéti- ción por sus comienzos cuando sus fundadores,
ca de los pintores está por delante de la de los sensibles a su tiempo, proclamaban una revolu-
arquitectos. También los arquitectos, creo, ten- ciónjusta. Nuestra crítica se dirige principalmente
drán que reconocer la impracticabilidaddel expre- a la inadecuada y distorsionada prolongación ac-
sionismo heroico por un lado y de la condescen- tual de esa vieja revolución». Y ahora, a la de
dencia Minimalista por otro y aceptar la riqueza esa vieja revolución con un nuevo disfraz.
potencial que hay en el cobertizo decorado -y
eventualmente en el coche decorado, en cual- Robert VENTURI
quier-cosaque-nos-rodee decorada.
A lo largo de esta argumentación he asignado un
mal papel a la arquitectura Moderna pero quiero
precisar mi actitud hacia el movimiento Moderno
y distinguirla de la de muchos Posmodernistas.
Nunca he intentado rechazar totalmente la arqui-
tectura Moderna, en palabras o en obras porque
me sitúo dentro de una evolución, tal como creo
Traducción
que debía ocurrir con nuestra arquitectura, no del inglés
de una rebelión contra ella. Sus obras maestras de Javier Monedero.
pueden equipararsecon las de cualquier otra épo-
ca. Aparte, quizás, del Rococó, el Moderno ha
sido el primer estilo desde el Gótico basado en
un simbolismo original (reconociendo su deriva- N.d.T.
ción directa del vernáculo industrial de su época).
Hoy nos fijamos en sus excesos y debilidades 1. Venturi utiliza el termino «applique» tomado directamente
finales olvidando los éxitos y la gloria de sus del frances(Applique: Objet fixé au mur &une manièreperma-
nente. Revêtement mural de mosaïque ou de marbre. Applica-
comienzos. Esto nos lleva a querer ser más revolu- tion:...Ornement Rapporté, se distingnant du fond soit par
cionarios que capaces de evolucionar, más anti- la matière, soit par l'execution). Dado que el diccionario de
Modernos que realmente Posmodernos. la Real Academia recoge la palabra «aplique» como: «cual-
quier pieza del decorado teatral que no sea el telón, los
bastidores y las bambalinas» hemos optado por forzar algo
Uno de los fallos del movimiento Moderno h e el galicismo p h facilitar la comprensión de la intencionalidad
su celo revolucionario, su progresista rechazo del del termino.
pasado. Es irónico que muchos críticosdel exclusi- 2. Hay aquí un juego de palabras intraducibles (douxing and
vismo y la rigidez del Modernismo que proclaman overdouxing him) entre «Ledous», «to do» (hacer) y «over
do» (retocar).
ahora fervientementesu liberación de estas atadu-
ELFIN DE LO CLASICO:
EL FIN DEL COMIENZO,
EL FIN DEL FIN
peter eisenman
1
Desde el siglo XV hasta nuestros días, la arquitec- neoclasicismo, modernismo, postmodernismo y
tura ha estado bajo la influencia de tres «ficcio- así sucesivamente- estas tres ficciones han persis-
nes» -representación, razón e historia- I . A pesar tido en una u otra forma durante quinientos años.
de la aparente sucesión de estilos arquitectónicos, Cada una de las ficciones tenía un propósito
~ cada uno con su propia etiqueta -clasicismo, fundamental: el de la representación era dar cuer-
~~
arquitectura como mensaje. El Palacio Ducal no levante» socialmente, y ésta se alcanza a través
es un «decorated shed» ya que no es la representa- de la transformación racional de las formas-tipo.
ción de otra arquitectura; proviene directamente Más tarde, a finales del siglo XIX y principios
del significado encarnado en los aspectos figurati- del XX, la función y la técnica reemplazaron,
vos mismos; es arquitectura «tal como es». La como bases de partida, al catálogo de formas-tipo.
Biblioteca de Sansovino puede parecer un «duck» Pero el caso es que, a partir de Durand se pensó
pero solo por el hecho de integrarse de lleno en que la razón deductiva que se empleaba en cien-
la historia de la tipología de las bibliotecas. La cia, matemáticas y tecnología, era capaz de pro-
utilización de los órdenes en la Biblioteca de ducir un objeto arquitectónico verdadero (P.e.
Sansovino no nos habla ni de la función ni de significante). Y a causa del éxito del racionalismo
la tipología de la biblioteca, sino más bien de la como método científico -uno podría casi hablar
representación de otra arquitectura previa. Las de un «estilo» de pensamiento- en el siglo XVIII
fachadas de la Biblioteca de Sansovino contienen y a principios del XIX, la arquitectura adoptó
un mensaje y no un significado inherente; son los valores evidentes en si mismos que le propor-
signos anunciadores. El error que comete Venturi cionaban los orígenes racionales. Se creía repre-
en la lectura de estos ediicios radica en su prefe- sentar la verdad una vez que la arquitectura pare-
rencia por el «decorated shed». Mientras la repli- cía racional, lo que es tanto como decir que repre-
ca de los órdenes en tiempos de Sansovino tenía sentaba la racionalidad. Ocurre a la arquitectura
una significación (en cuanto que definía lo clási- como en la lógica, donde todas las deducciones
co), hoy no tiene importancia ya que aquella desarrolladas de una premisa inicial corroboran
realidad que los órdenes representaban anterior- que en aquella premisa hay una conclusión lógica
mente esta muerta. Un signo empieza a ser una y, por tanto, cierta verdad. Con este procedimien-
réplica, o en términos de Baudrillard, a mimu- to, además, la primacía del origen permanecía
lam, una vez la realidad que representa ha muer- intacta y lo racional se convertía en la base moral
to' I. Cuando desaparece la distinción entre repre- y estética de la arquitectura. De ahí que la labor
sentación y realidad, cuando la realidad es tan representacional de la arquitectura. en una época
solo simulación, la representación pierde su fuen- de supremacía de la razón sea la de describir sus
te a priori de significación; y entonces es cuando propios modos de conocimiento.
pasa a ser tan solo simulación.
Pero, en este punto de la evolución de la concien-
La ficción de la razón: la simulaciónde la verdad cia algo aconteció: la razón se volvió hacia sí
misma y así empezó, por lo tanto, el proceso de
La segunda ficción de la qrquitectura postmedie- su propia destrucción. Cuestionándose su propio
val es la razón. Si la representación era una simu- status y modo de conocimiento, la razón demos-
lación del significado de lo atemporal a través tró ser una ficciónI3. Los procesos del conoci-
del mensaje de la antigüedad, la razón era una miento -medición, demostración lógica, causali-
simulación del significado de la verdad a través dad- acabaron en una serie de argumentos sobre-
del mensaje de la ciencia. Esta ficción se manifies- cargados de valor que no eran más que modos
ta con fuerza en la arquitectura del siglo XX, así efectivos de persuasión. Los valores dependían
como en la de los cuatro siglos precedentes. Su de otra teleología, de una ficción con otro fin
apogeo fue la Ilustración. La búsqueda del origen bien ajeno a la racionalidad.
de la arquitectura es la manifestación primera
del ansia por encontrar una fuente racional para Así, en términos generales, nada había cambiado
el diseño. Antes del Renacimiento, la idea de un desde que se formuló la idea de origen que tenían
origen se consideraba evidente en sí mismo, su en el Renacimiento. Tanto si la referencia era
significado e importancia eran incuestionables, un orden divino o natural, como en el siglo XV,
pertenecían a un universo de valores a priori. o una técnica racional y una función tipológica,
En el Renacimiento, con la pérdida de un univer- como en la post-Ilustración, todo se resumía en
so de valores evidente en si mismo, los orígenes una sola cosa: en la idea de que el valor de la
se buscaban en fuentes divinas o naturales, lo arquitectura nace en una fuente ajena a ella. Fun-
que implicaba una geometría que iba de lo cos- ción y tipo eran solo «a prioris» sobrecargados
mológico a lo antropomórfico. La reprodución de valor equivalentes a los «a prioris» naturales
de la imagen del hombre vitniviano es el ejemplo o divinos.
más conocido. Dado que se pensaba que en el
origen estaban las semillas del propósito del obje- En esta segunda ficción, la crisis de la creencia
to y, por lo tanto, de su finalidad, no hay que en la razón minó,por último, el poder de la repre-
sorprenderse al considerar que la creencia en la sentación. Tan pronto como la razón empezó a
existencia de un origen ideal llevara directamente cuestionarse su propio status, perdió su poder
a la creencia en la existencia de un fin ideal. Esta para ser portadora de verdad: se evaporó su poder
idea genética de principio-fin estaba relacionada para probar o representar cualquier cosa conclu-
con la creencia en un plan universal de la natura- yente. Los análisis de los análisis revelaron que
leza y el cosmos, el cual, a través de la aplicación la lógica no podía hacer lo que la razón había
de las reglas clásicas de composición, en lo que proclamado: revelar la verdad, evidente en sí
atañe a la jerarquía, al orden y al ajuste, daría misma, de sus orígenes. Tanto lo que el renaci-
lugar a la armonía del todo sobre las partes. De miento consideraba como base de la verdad como
este modo, la perspectiva del fin, dirigía la estrate- lo que proclamaba la modernidad resultó depen-
gia desde el principio. Por lo tanto, tal como der de un acto de fe. Nietzsche apuntó que el
definió por primera vez Alberti en Della Pittura, despertar del siglo XIX al conocimiento era equi-
la composición no era un proceso de transforma- valente, en su valor y en su significado, a su fe
ción neutro o de final abierto, sino, más bien, en el conocimiento. El análisis era una forma de
la estrategia para llegar a un objetivo predetermi- simulación; el conocimiento era una nueva reli-
nado; era el mecanismo por medio del cual la gión. Del mismo modo, se podía considerar que
idea de orden, representada en los órdenes, se la arquitectura no encarnaba a la razón; solamen-
transformaba en una forma específicaI2. te podía formular el deseo de hacerlo. No hay
una imagen arquitectónica de la razón. La arqui-
La arquitectura de la Ilustración, reaccionando tectura expresa la estética de la experiencia de
contra los objetivos cosmológicos de la composi- (la persecución y el deseo de) la razón. El análisis,
ción renacentista, aspiraba a ser un proceso racio- y la ilusión de la demostración en un proceso
nal de diseño, cuyos fines fueran producto de la contínuo que remite a la definición nietzschiana
razón pura y secular y no del orden divino. Sin de «verdad» es una serie interminable de figuras,
embargo, la visión renacentista de la armonía (fe metáforas y metonimias.
en lo divino) llevó, naturalmente, al esquema de
orden que iba a reemplazarla (fe en lo racional), En un entorno cognoscitivo, en el cual la razón
que era la determinación lógica de una forma a se conoce dependiente de la f e en el conocimiento,
partir de tipos a priori (funcionales). y por lo tanto metafóricamente irreductible, una
arquitectura clásica, o sea, una arquitectura cuyos
Durand personifica este momento de suprema procesos de transformación no son otra cosa sino
autoridad de la razón; En su tratado, los órdenes estrategias sobrecargadas de valor, basadas en
formales pasan a ser formas-tipos, y los orígenes unos -evidentes en sí mismos o contingentes-
naturales o divinos son reemplazados por solu- orígenes a priori, será siempre una arquitectura
ciones racionales a los problemas de acomodo y de reafirmación o réplica (y no de representación),
construcción. El objetivo es una arquitectura «re- independientemente de cuan ingeniosamente se
seleccionen los orígenes para esta transjòrmación ria, invocaba al zeitgeist, sólo continuó siendo
o cuan creativa sea la transformación. la «comadrona de la forma históricamente signifi-
cante». En este sentido, la arquitectura moderna
La reafirmación arquitectónica -la réplica- com- se revela a sí misma no como una ruptura con
porta una nostalgia por la seguridad del conoci- la historia, sino como un momento avanzado
miento, la fe en la continuidad del pensamiento del mismo continuum, un nuevo episodio en la
occidental. Cuando el análisis y la razón reempla- siempre cambiante evolución del zeitgeist. Y la
zaron a la representación como medios para reve- representación que la arquitectura hizo de este
lar la verdad, la cualidad clásica o atemporal de específico zeitgeist, resultó ser menos «moderna»
la representación finalizó y comenzaron las fic- de lo que se había pensado en un principio.
ciones de lo clásico.
Una de las preguntas que nos podemos hacer es
La ficción de la historia: la simulación de lo atem- porqué los modernos no se vieron a ellos mismos
poral como un episodio más de esta continuidad. Una
respuesta es que la ideología del zeitgeist les ligaba
La tercera ficción de la arquitectura clásica es la a su historia presente, con la promesa de liberarles
historia. Hasta mediados del siglo XV, el tiempo de su historia pasada. Estaban atrapados ideológi-
se concebía de un modo no-dialéctico. Desde la camente por la ilusión que significaba el creer en
antigüedad hasta la Edad Media no se tenía con- la eternidad de su propio tiempo.
ciencia del movimiento progresivo del tiempo.
El arte no buscaba su justificación en relación La segunda parte del siglo XX, sabiendo retros-
con el pasado o el futuro; era inefable y atempo- pectivamente que la modernidad ya es historia,
ral. De este modo, en la antigua Grecia, el templo ha heredado nada menos que la conciencia del
y el dios era uno y el mismo; la arquitectura era fin de la incapacidad que tenía la arquitectura
divina y natural. Por ello fue considerada como clásica, o referencial, para expresar su propio
«clásica» por la época «clásica» que vino después. tiempo como algo atemporal. La atemporalidad
Lo clásico no podía ser representado o simulado, ilusoria del presente trae consigo una consciencia
tan sólo podía ser. En su descarada afirmación de la naturaleza temporal del tiempo pasado. En
de sí misma era no-dialéctica y atemporal. este contexto, la representación del zeitgeist im-
A mediados del siglo XV, apareció la idea de un plica siempre una simulación. Ese es el uso clásico
origen temporal y con ella la idea del pasado. Al de la réplica de un tiempo pasado para invocar
poner un punto fijo para el comienzo, el ciclo lo atemporal como la expresión de su propio tiem-
eterno del tiempo se vio interrumpido. De ahí, PO.
la pérdida de la atemporalidad, ya que la existen-
cia de un origen requería una realidad temporal. Así, en esta discusión acerca del zeitgeist, siempre
El intento de lo clásico por rescatar lo atemporal estará presente esta no reconocida ficción, una
se convirtió, paradójicamente, en un concepto simulación de lo atemporal a través de una répli-
de historia, definido en el tiempo, como fuente ca del pasado: tan sólo nos queda el pasado para
de la atemporalidad. Además, la conciencia del verificar el presente.
movimiento progresivo del tiempo vino a «expli-
cam el proceso de cambio histórico. Ya en el La historia del zeitgeist está también sometida a
siglo XIX, este proceso fue considerado «dialécti- toda una serie de preguntas acerca de cuál sea
co». Con la idea de tiempo dialéctico apareció su autoridad. ¿Cómo se puede determinar la ver-
la idea de lo que conocemos por «Zeitgeist», dad de su «espíritu», desde dentro de la historia?
enraizándose causa y efecto en un presente que Así, la historia ya no es una fuente objetiva de
aspira, por ello, a la atemporalidad. verdad, los orígenes y los fines pierden una vez
más su universalidad (es decir, su valor evidente
Además de su aspiración por la atemporalidad, en sí mismo) y, como la historia, se convierten
el ((espíritu de la época» mantenía la existencia en ficciones. Si ya no es posible plantear el proble-
de una relación a priori entre la historia y todas ma de la arquitectura en términos de un zeitgeist
sus manifestaciones en un momento dado. Tan -es decir, si la arquitectura no puede establecer
sólo era necesario identificar el espíritu gobernan- su relevancia en consonancia con el zeitgeist-
te para saber qué estilo arquitectónico era el pro- nos encontramos en una situación tal que se hace
piamente expresivo o relevante de la época. Esta- preciso volverse hacia otra estructura. Para eludir
ba implícita la noción de que el hombre ha de la dependencia para con el zeitgeist- es decir,
estar siempre en «armonía» -o, por lo menos, para eludir la idea de que el propósito de la
en una relación no-disyuntiva con su tiempo. arquitectura es encarnar la época- es necesario
proponer una idea alternativa de arquitectura,
El movimiento moderno, en su polémico rechazo una idea en la que su propósito no sea la expre-
de la historia que lo precedió, intentó apelar, sión de su propio tiempo, sino su inevitabilidad.
para esta relación armónica a valores distintos En este sentido, la idea de que el propósito de
que aquellos que hasta entonces encarnaban lo la arquitectura es expresar su propia época se
eterno y lo universal. El hecho de considerarse convierte en un serio problema.
a sí mismo como sustituto de los valores de la
arquitectura precedente, hizo que el movimiento Una vez que los valores tradicionales de la arqui-
moderno sustituyese una idea universal de rele- tectura clásica no son entendidos como significa-
vancia por una idea universal de historia, análisis tivos, verdaderos, o atemporales, tenemos que
del programa por análisis de la hstoria. El movi- admitir, como conclusión, que estos valores clási-
miento moderno presumía ser una forma de in- cos fueron siempre simulaciones (y que no sólo
tervención colectiva y libre de valores, en vez nos consideramos así dada la presente ruptura
del conoisseur informado y del individualista vir- con la historia o la presente desilusión con respec-
tuoso personificados en el arquitecto postrena- to al zeitgeist). Parece evidente que lo clásico,
centista. En la arquitectura moderna, lo impor- en sí mismo, era una simulación que la arquitec-
tante es la incorporación de un valor distinto del tura había mantenido durante quinientos años.
natural o del divino; el zeitgeist era considerado Precisamente porque lo clásico no fue capaz de
contingente del presente y no absoluto ni eterno. verse como una simulación, intentó la representa-
Pero la diferencia de valor entre lo presente y lo ción -cosa que no logró- de valores extrínsecos
universal -entre ei valor contingente del zeitgeist que llegaron a ser entendidos como atributos de
y el valor eterno de lo clásico- sólo dio como su propia realidad.
resultado otro conjunto de preferencias estéticas
(de hecho, un conjunto opuesto). El espíritu pre- El resultado de considerar clasicismo y modernis-
sumiblemente neutro de la «voluntad de los tiem- mo como parte de una sola continuidad histórica,
pos» defendió la asimetría por encima de la sime- la de «lo clásico» supone entender que ya no hay
tría, el dinamismo por encima de la estabilidad, valores evidentes en sí mismos en la representa-
la ausencia de jerarquía por encima de la jerar- ción, la razón, o la historia, que confieran legiti-
quía. midad al objeto. Esta pérdida de valores eviden-
tes en sí mismos permite a lo atemporal desligarse
Los imperativos del amomento histórico» son de lo significativo y de lo verdadero. Permite
siempre evidentes en la conexión existente entre entender que no hay verdad (una verdad atempo-
la representación de la función de la arquitectura ral) o un significado (un signficado atemporal).
y su forma. Irónicamente, por lo tanto, la arqui- En el momento en que surge la posibilidad de
tectura moderna, que, en vez de suprimir la histo- que lo atemporal se libre del ancla de lo temporal
i
Jeff Kipnis, de un seminario en la Graduate School of Design, 19. Lo que se cuestiona, en un origen artificial pero motivado,
Harvard University. Ver también ((ArchitecturaUn Bound», no es la motivación (en vez de uan causa esencial u originaria,
manuscrito no publicado del mismo autor. como el origen clásico), sino más bien la idea de evidencia
en sí mismo. Por medio de la lógica deductiva, entendemos
9. Robert Venturi, Learningfrom Las Vegas. The MIT Press, que leer hacia atrás produce inevitablemente una evidencia
Cambridge/Londres, 1972. (Nota del Traductor: Los términos en sí misma. Por lo tanto, el proceso analítico clásico produci-
«duck» y ((decorated shed» introducidos por Venturi, y a los rá siempre un origen evidente en sí mismo. Pero, incluso
que habría que traducir por «pato» y «tinglado decorado» así, no hay procedimientos evidentes en sí mismos a priori
se mantienen en el idioma original dado su peculiar significa- que puedan dar a un origen un valor y no a otro. En una
do: el propio Eisenman explica claramente, en las próximas arquitectura de lo no-clásico, se puede proponer que cualquier
líneas, cuales son las intenciones de Venturi al establecer condición inicial pueda crear procedimientos evidentes en sí
estas dos categorías para una posible clasificación de las cons- mismos que tengan una motivación interna.
trucciones.)
20. La idea de arbitrariedad o artificialidad, en este sentido,
10. Véase la película Beyond Utopia; Changing Attitudes in ha de distinguirse de la idea clásica de arquitectura como
American Architecture, Michael Blackwood Productions, naturaleza artificial, o de la idea de arbitrariedad del signo
Nueva York, 1983. en el lenguaje. En este contexto, lo arbitrario es aquello que
no tiene ninguna conexión natural. Para que los orígenes
11. Baudrillard, refiriéndose a la muerte de la realidad de puedan ser leídos (para dar alguna muestra de que son una
Dios, dice: «pero su metafisica empezó con la idea de que contingencia del lenguaje), ha de haber un requerimiento de
las imágenes no encubrían absolutamente nada, y que, en lectura; el origen puede ser arbitrario porque es contingente
realidad, no eran imágenes, ..., sino perfectos simula- en una lectura que aporta su propia estrategia.
cros...».
21. Esta idea es básicamente la misma que utiliza Derrida
Jean Baudrillard, OP. cit., págs. 8 y 9. cuando habla de injerto en la deconstrucción literaria. Consi-
dera que el injerto es un elemento que puede descubrirse en
12. Leon Battista Alberti, On Painting. Yale University Press, el texto por medio de una lectura deconstructiva.
New Haven/Londres, 1966, págs. 68-74.
«... la deconstrucción es, entre otras cosas, el intento de
13. Morris Kline, Mathematics, The Loss of Certainty, Ox- identificar injertos en los textos que analiza: ¿Cuáles son los
ford University Press, Nueva York, 1980, pág. 5. puntos de unión y tensión donde una línea o un argumento
se acoplan a otros?... Centrándose en estos puntos, la descom-
14. «La propensión a errar es la contra-esencia fundamental posición analiza la heterogeneidad del texto.»
de la esencia primordial de la verdad. Se nos presenta como
una región abierta a toda la verdad esencial contraria. La Jonathan Culler, On Deconstruction: Theory and Criticisrii
propensión a errar y el encubrimiento de lo encubierto perte- ajer Structurism, Cornell University Press, Ithaca, 1982, pág.
necen a la esencia primordial de la verdad». 135. Las tres características del injerto, tal y como se emplea
en este artículo son: 1) EI injerto surge de la conjunción
Martín Heidegger, «On the Essence of Truth», en Basic Wri- artificial y arbitraria de 2) dos características diferenciadas
tings. Harper & Row Inc., Nueva York, págs. 136 y 137. que, en su forma inicial, son inestables. Es precisamente la
inestabilidad de las características iniciales lo que facilita la
15. Jean Baudrillard, OP. Cit. motivación (el intento de volver a la estabilidad) y lo que
posibilita también que la modificación tenga lugar. 3) En la
16. En su ensayo «The Precession of Simulacra»,Jean Baudri- incisión ha de haber algo que permita la energía, a partir de
llard estudia la naturaleza de la simulación y la implicación la unión de las dos características.
de los simulacros actuales en nuestra percepción de la natura-
leza de la realidad y la representación:«Algo ha desaparecido; Este artículo, que intenta la transposición de estas ideas de
la soberana diferencia entre ellos (Lo real y... los modelos un marco de trabajo puramente analítico a un programa para
de simulación) que era el encanto de la abstracción». trabajar, se centra más en averiguar lo que ocurre en el
proceso de hacer injertos conscientemente, que en encontrar
Jean Baudrillard, «The Precession of Simulacran. en OP. cit., aquellos injertos que hayan podido colocarse inconsciente-
pág. 2. mente en un texto. Puesto que un injerto, por definición, va
modificándose progresivamente, sería poco probable encon-
17. Baudrillard distingue entre simulación y lo que él llama trar un momento de injerción estático o no desarrollado en
disimulación diciendo que ((disimular es fingir no tener lo un texto arquitectónico; sería más probable que se leyeran
que uno tiene. Simular es fingir tener lo que uno no tiene... los resultados.
‘Alguien que finge una enfermedad puede, simplemente, irse
a la cama y hacer creer que está enfermo. Alguien que simula EI empleo del término injerto aquí se parece mucho al análisis
una enfermedad llega a autoproducirse algunos de los sínto- que hace Culler del método de Derrida para la deconstrucción
mas’. Por lo tanto, mientra fingir... es solamente un disfraz; de la oposición: ((Deconstruiruna oposición... no es destruir-
la simulación, en cambio, amenaza la diferencia entre ‘real’ la... Deconstruir una oposición es deshacerla y desplazarla.
e ‘imaginario’,entre ‘verdadero’y ‘falso’. Ya que el simulador para situarla de otro modo. Esquemáticamente,esto comporta
posee síntomas ‘verdaderos’, ¿está enfermo o no?». unos cuantos movimientos que podemos distinguir: (A) Se
puede demostrar que la oposición es una imposición metafica
Jean Baudrillard, «The Precession of Simulacran, en OP. Cit., e ideológica, i ) sacando a relucir sus presuposiciones y su
pág. 5. rol sobre el sistema de valores metafisicos -una tarea que
puede requerir extensivos análisis de gran cantidad de textos
Según Baudrillard, la simulación es la generación a través enunciados y confiados en esta idea. Pero (B). al mismo
de modelos de algo real sin origen ni realidad; ya no ha de tiempo, se puede mantener simultáneamente la oposición.
ser racional, puesto que ya no se mide por medio de ejemplos I ) empleándose ésta en el argumento y 2) reestableciéndola
ideales o negativos. Aunque ésto se parezca mucho a mi de modo que se le da otro status e impacto diferente)).
propuesta de lo no-clásico, la diferencia reside, fundamental-
mente, en que lo no-clásico es una disimulación y no una Jonathan Culler, OP. cit.. pág. 150.
simulación. Baudrillard habla del peligro que supone realizar
simulacros -porque su naturaleza les obliga a hacerse con «Esta concentración en lo que es aparemente marginal hace
los atributos «reales» de lo que están simulando. La disimula- funcionar la lógica de la suplementariedad como una estrate-
ción se define aquí de un modo diferente: como un acto, gia interpretativa: lo que ha estado relegado o marginado
L
22. «La naturaleza arbitraria del signo y del sistema, sin 25. Siempre hemos leído la arquitectura. Tradicionalmente
ningún término positivo, conlleva la noción paradójica de no inducía a la lectura sino que la respondía. La utilización
«huella instituida)), una estructura con gran cantidad de refe- de arbitrariedad, es una idea para estimular o inducir la
rentes, en la cual sólo hay huellas -huellas previas a cualquier lectura de huellas sin referencias al significado sino a otras
entidad de la que quizá sea la huella-)). condiciones del proceso -es decir, estimular la lectura pura
sin valores ni prejuicios, en vez de la interpretación-.
Jonathan Culler, Op. cit., pág. 99.
26. Anteriormente se consideraba que existía un lenguaje de
Esta descripción de ((huella instituida)) puede relacionarse valor a priori, una poesía, dentro de la arquitectura. Ahora
con la idea de motivación, tal como la entendemos en este decimos que la arquitectura es meramente lengua. Leemos
artículo. La motivación, aquí, es similar a la descripción que tanto si sabemos que’lengua estamos leyendo como si no.
hace Derrida de d(ficrance»- la fuerza de dentro de un objeto Podemos leer francés sin entender francés. Podemos saber
que hace que éste sea dinámico en cualquier punto de una que alguien está diciendo algo sin sentido o emitiendo ruido,
transformación continua. La motivación interna determina es decir, sabemos que no hay significado previo a la compren-
la naturaleza de la modificación para el objeto, y se hace sión. Antes de ser competentes para leer y entender poesía,
leíble a través de la huella. AI igual que la «huella instituida)) podemos saber que algo es lengua. Leer, en este contexto,
de Derrida, la motivación describe un sistema que es interna- no se trata de decodificar para obtener significado o contenido
mente consistente, pero que también es arbitrario puesto que poético, sino para obtener la comprensión.
no tiene ni principio ni fin, ni ninguna dirección necesaria
o valorada. Sigue siendo un sistema de diferencias, y sólo 27. Es una coincidencia que el titulo del artículo de Franco
puede entenderse en términos de espacios entre elementos o Rella, al que esta nota hace referencia, «Tiempo del Fin y
momentos del proceso. Tiempo del Comienzo)), y el título de mi artículo se parezcan
tanto, puesto que ambos utilizamos los términos comienzo
23. L,a modificación es un aspecto de la extensión (véase y fin con propósitos totalmente diferentes. Rella identifica
Jeff Kipnis, ((Architecture Un Bound)), OP. cit.) que es defini- el presente como el tiempo del fin, afirmando que el resultado
do por Kipnis como un aspecto de la decomposición. Mien- paradójico del progreso ha sido el de crear una cultura que
tras que la extensión es cualquier movimiento que empiece simultáneamente desea progreso y se siente abrumada por
con una condición inicial o un origen (no necesariamente un sentimiento de eventualidad y un sentimiento crónico de
un origen), la modificación es una forma especial de exten- pérdida irredimible. El resultado es una cultura que «no ama
sión. centrada en presentar la evidencia de las condiciones lo que ha sido sino el fin de lo que ha sido. Odia el presente,
iniciales como un ejemplo, sin sustraer ni sumar materialidad. el existente y el cambiante. No ama, por lo tanto, nada.)) El
Por otro lado, la síntesis, por ejemplo, es un tipo de extensión artículo de Rella se pregunta si, hoy por hoy, es posible
que no intenta mantener la evidencia de las condiciones edificar con en vez de contra el tiempo. Rella desea el retorno
iniciales. sino que intenta conseguir un todo creado de nuevo hacia un sentimiento de limitación temporal y hacia la posibi-
(del mismo modo, el análisis intenta trasladar cualquier con- lidad de vivir nuestro propio tiempo sin intentar retornar al
dición específica a su condición original). pasado. El mecanismo por medio del cual propone recrear
esta posibilidad, es el mito. Rella diferencia entre mito y
Idealmente. la traslación no es una extensión sino una pura ficción, y es esta diferencia lo que evidencia la oposición
relocalización. Esto difiere de mi definición. Véase mi texto entre su propuesta y las proposiciones de este artículo. El
sobre la House X, en el cual defino, por primera vez, los mito es definido como una narración de acontecimientos
términos transformación y decomposición. ostensiblemente históricos que sirve para revelar -arte de la
visión del mundo de una gente determinada, o explicar una
24. EI concepto de huella en arquitectura, tal como lo enten- práctica, creencia o fenómeno natural. El mito es la creación
demos en este artículo, es parecido a la idea de huella de de orígenes, en el sentido tradicional sobrecargado de valor,
Derrida. en que sugiere que no puede haber un objeto repre- dando historia y, por lo tanto, valor a acontecimientos inexpli-
sentacional ni una «realidad» representable. La arquitectura cables o atemporales. Rella propone el mito como invención
se convierte en texto más que en objeto cuando se concibe de otro plan, de otro mundo y despide la ficción como verosi-
y presenta como un sistema de diferencias y no como una militud, meramente creando la apariencia de la verdad. En
imagen o una presencia aislada. La huella es la manifestación vez de intentar un retorno al pasado, el mito intenta la
visual de un sistema de diferencias, un registro del movimien- creación de un nuevo comienzo, situándonos en un estado
to (sin dirección), que nos obliga a leer el objeto presente de ansiedad menos agudo. Pero el mito no puede aliviar la
como un sistema de relaciones, ligado a otros movimientos paradoja del progreso. Por el contrario, El Fin del Comienzo
previos y anteriores. El término huella, en este sentido, ha y El Fin del Fin propone la disimulación, que no es ni la
de ser distinguido del uso que hace Derrida de él, puesto simulación de la realidad tal como la conocemos, ni la pro-
que Derrida relaciona su idea de «differance» con la imposibi- puesta de una verdad alternativa, que se apoye en estructuras
lidad de la «presencia» como entidad aislable. «La presencia de creencia verificantes de idénticas características -es decir,
del movimiento es solo concebible si sabemos que cualquier orígenes, transformaciones y fines. «El Fin de lo Clásico))
instante está marcado con las huellas del pasado y el futuro... insiste en mantener un estado de ansiedad, proponiendo la
si el instante presente no es ni el pasado ni el futuro... si el ficción en un sentido auto-reflexivo, un proceso sin orígenes
instante presente no es algo dado, sino el producto de las ni fines que mantiene su propia ficticiedad, en vez de propo-
relacioncs entre pasado y futuro. Si el movimiento es presente, ner una simulación de la verdad.
la presencia ha de estar previamente marcada por los términos Franco Rella, ((Tempo della fine e tempo dell’inizio)) en
‘differance’ y ‘deferral’)). Casabella n.O 4891499, EneroIFebrero 1984, págs. 106-108.
CONTRA EL
NEOACADEMICISMO
bruno zevi
Este artículo ha sido publicado en Casabella, n . O En arquitectura, el retorno a lo privado se mani-
4 74/4 75, noviernbre/diciembre 1981. fiesta en tres tendencias diferentes que convergen
en un mismo intento restaurador:
Los dos años transcurridos desde el Congreso
Nacional de Arquitectura de 1979 (N. del T. 1) I 1. la neo-academia que maniática del orden y
han visto, en la cultura internacional, primero los «órdenes», rezuma los temas más nauseabun-
la exhacerbación y después el agotamiento del I dos de las dictaduras;
retorno a lo privado, así como de todas las formas 2. el post-modernism que, en un clima pseudo-
de evasión de las obligaciones y responsabilidades anárquico y pseudo-historizante, reincide en las
del presente. I más pálidas formas del eclecticismo;
I
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