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Soluciones sobre Bullying y Acoso escolar

La escuela del siglo XXI ha revolucionado la pedagogía educativa con elementos


muy positivos: ha incorporado conceptos clave como la Psicología Positiva, la
Inteligencia Múltiple, la Educación Emocional y el entrenamiento en la autogestión
emocional, poniendo además el enfoque en la singularidad de cada estudiante y
por consiguiente en la adaptación al ritmo de aprendizaje de cada persona.

Sin embargo, el lado oscuro de la escuela actual es la incidencia de casos de


acoso escolar o bullying que, aunque no es un fenómeno nuevo, ha sufrido un
alarmante incremento en los últimos años. Además, la gravedad de los mismos
(con secuelas no solo académicas y sociales, sino psicológicas y emocionales –
pudiendo llegar a la tragedia del suicidio -) han encendido las alarmas de la
necesidad de tomar medidas para prevenir y erradicar este grave problema.

Según el Ministerio de Educación, 4 de cada 100 escolares españoles sufren


acoso escolar. Situándonos así (según la Organización de las Naciones Unidas)
en el cuarto lugar en el ranking por incidencia de acoso escolar, por detrás de
Reino Unido, Rusia e Irlanda. Otro dato alarmante: según la Organización Mundial
de la Salud (OMS) cada año se suicidan 600 mil adolescentes entre los 14 y los 28
años, la mitad de los cuales estarían relacionados con una situación de acoso
escolar.

A principios del año 2016 el Gobierno de España aprobó la creación de un Plan


Estratégico de Convivencia Escolar que incluirá, cuando se acabe de desplegar, la
creación de un protocolo, el establecimiento de un registro y un observatorio
estatales de la convivencia escolar, el impulso a la formación específica del
personal educativo y un teléfono de atención a víctimas del acoso escolar (ya
operativo desde noviembre del 2016)

El teléfono contra el acoso escolar es el 900 018 018. Funciona las 24 horas
del día los 365 días del año. Las llamadas a este servicio son gratuitas,
anónimas y no aparecen en la factura del teléfono. Las llamadas son atendidas
por psicólogos, trabajadores sociales, sociólogos y juristas dependiendo del caso,
y en caso de que estos profesionales sean conocedores de un caso de acoso
grave, lo trasladan a las fuerzas de Seguridad.
Contenidos

1 Qué es el acoso escolar o “bullying” y el “ciberbullying”


 2 Quién puede ser agresor/a o víctima
o 2.1 Estrategias de prevención del acoso escolar. Mejor prevenir que curar
o 2.2 Estrategias para la identificación del acoso escolar
o 2.3 Estrategias de intervención y tratamiento del acoso escolar
Qué es elacoso escolar o“bullying” yel “ciberbullying”
El acoso escolar o “bullying” es una forma específica de violencia escolar,
donde uno o varios agresores intencionalmente acosan (persiguen física, verbal o
psicológicamente) y someten reiteradamente a otro compañero/a, al que se
escoge como víctima de repetidos ataques durante un tiempo, situándola en una
posición de indefensión de la que es difícil escapar por sus propios medios.

Las manifestaciones de acoso escolar más habituales son: acoso físico, burlas o
insultos, exclusión social, hostigamiento sexual y discriminación por motivo de
raza, etnia, religión, discapacidad, orientación sexual e identidad de género.

Aunque todas las formas de acoso tienen un componente psicológico, se pueden


distinguir 4 tipos de bullying:

1- Físico: conductas agresivas dirigidas contra el cuerpo (pegar, empujar,


patear…) o contra las propiedades de la víctima (robar, ensuciar, esconder,
robar…)

2- Verbal: conductas verbales despectivas (insultos, motes, burlas…)

3- Social: conductas mediante las cuales se aísla a la víctima, se le excluye del


grupo, se le margina, se le ignora, se cuentan mentiras o falsos rumores sobre la
víctima para que sea rechazada por otros…

4- Psicológico: conductas dirigidas a minar la autoestima, crear inseguridad y


miedo (le amenazan, chantajean, le exigen hacer sus deberes, se ríen de él, le
humillan).

El cyberbullying es la conducta de bullying “tradicional” pero en el contexto de las


tecnologías de la información y la comunicación (TIC), principalmente internet y
móvil. Es una conducta agresiva e intencional que se realiza utilizando dispositivos
electrónicos sobre una víctima que no puede defenderse por sí misma fácilmente.
Por ejemplo, realizar llamadas telefónicas o enviar mensajes a través del móvil, o
Internet amenazantes, insultantes, desvalorizantes, humillantes, hacen llamadas
de teléfono anónimas para atemorizar a la víctima. Manipular fotografías para
ridiculizar a la víctima que luego distribuyen por móvil o Internet, no dejar participar
en las redes sociales, en los grupos de Facebook, Tuenti, Twitter, My Space,
WhatsApp…, robar la contraseña de la víctima para que no pueda entrar en su
corro o en sus cuentas online, leer sus mensajes, violar su intimidad, o suplantar la
identidad de la víctima (por ejemplo enviando mensajes agresivos a sus contactos
para que se enfaden con la víctima), difundir mentiras de esa persona para
perjudicarla, difundir información confidencial, secreta o embarazosa que la
víctima no desea desvelar(por ejemplo sobre su orientación sexual), hablar mal de
la persona en una web, en el blog personal…, dar una paliza o colocar a la víctima
en una situación humillante, gravarlo con el móvil y difundir el video vía móvil,
correo electrónico, YouTube, redes sociales, páginas web…

En el contexto del acoso escolar se identifican tres tipos de protagonistas; el


agresor, la víctima y los espectadores. Aunque hasta hace poco tiempo
únicamente se consideraba el binomio agresor-víctima, actualmente sabemos que
los espectadores silenciosos forman parte del problema y de su solución. Esto es
especialmente importante en el cyberbullying, ya que la percepción de anonimato
facilita la participación de todo el grupo.

Las secuelas del acoso escolar avaladas por la investigación son:

– Problemas de adaptación escolar.

– Soledad.

– Ansiedad generalizada.

– Ansiedad social.

– Baja autoestima.

– Altos niveles de síntomas psicosomáticos.

– Problemas de depresión en la edad adulta.

– En los casos más graves, el acoso escolar puede conducir al suicidio.

En el caso del ciberbullying, además de las anteriores, puede resultar un uso


problemático de Internet.

Es importante destacar que las secuelas no únicamente afectan a las


víctimas del acoso escolar sino a TODOS los alumnos implicados en una
situación de esta naturaleza, también a los “acosadores” y los “testigos
silenciosos”.
Quiénpuede seragresor/a o víctima

Aunque es importante corregir los mitos e ideas erróneas sobre el acoso escolar:
como que “los acosadores son personas ansiosas e inseguras que utilizan el
acoso como medio para compensar su falta de autoestima”, o “los acosadores
suelen ser los estudiantes más impopulares del centro escolar” la revisión de la
investigación sugiere un perfil del agresor distinto al de la víctima:

Perfil del agresor/a

Presentan alteraciones “externalizantes”, es decir, que provocan consecuencias


negativas para los demás. Comportamiento manifiesto o externo de carácter
disruptivo y desafiante, con actitudes negativas hacia las otras personas, una
autopercepción negativa de sí mismo, un déficit en las habilidades de solución de
problemas y bajo rendimiento académico. Además, suelen provenir de una familia
con conflictos en la que sus progenitores habitualmente tienen poco control sobre
el hijo/a; el agresor percibe que el clima de su escuela es negativo y suele dejarse
influir negativamente por sus iguales

Perfil de la víctima

Presentan alteraciones “externalizantes”, es decir, que provocan consecuencias


negativas para ellos mismos. Habitualmente presentan una baja autoestima. Con
actitudes y creencias negativas sobre ellos mismos, suelen presentar un déficit de
las habilidades sociales y de resolución de problemas. A veces provienen de un
ambiente familiar negativo. Perciben el clima escolar de manera negativa,
sufriendo aislamiento social por parte de sus compañeros/as.

A pesar de estos perfiles debemos recordar que cualquier escolar puede llegar
a ser víctima, cualquier escolar puede llegar a ser acosador y cualquier
escolar puede llegar a sumarse al grupo del acosador para evitar ser víctima.
Debemos estar atentos a las señales de alarma.
Estrategias de prevención del acoso escolar. Mejor prevenir que curar

Hasta hace poco el maltrato entre iguales se consideraba “cosa de niños” o “casos
aislados sin importancia”, y se adoptaba una actitud pasiva. Actualmente sabemos
que hay que actuar, y que hay que hacerlo sobre TODOS los actores.

Existe un consenso general entre los profesionales en cuanto a la necesidad de


desarrollar programas psicoeducativos de prevención, identificación e intervención
para combatir el bullying.

Implementar de forma sistemática programas de desarrollo socio-emocional como


programas de juego cooperativo, de inteligencia emocional y dedicar una o dos
horas a la semana a realizar actividades y dinámicas con la finalidad de fomentar
la convivencia

– Entrenar en habilidades sociales (capacidad de escucha activa, de dialogar,


negociar, tomar decisiones por consenso)

– Entrenar en conducta prosocial (conductas de ayuda y cooperación)


especialmente la empatía y el asertividad.

– Reforzar la educación emocional. Entrenar en la capacidad para identificar


emociones, para comprender causa y consecuencias de las emociones, así como
el afrontamiento constructivo de las mismas, la autogestión emocional positiva,
corrigiendo las emociones negativas fomentando las positivas.

– Educar en la no violencia, la capacidad para resolver conflictos de forma pacífica


– Educar en los valores de convivencia. Fomentar el desarrollo moral, de valores
ético-morales como la igualdad, la solidaridad, la paz…

– Fomentar la tolerancia ante la diversidad, el respeto por las diferencias, la


inhibición de los prejuicios y la potenciación de la interculturalidad

– Estimular el pensamiento crítico

– Fomentar la autoestima y la estima de los demás

– Educar en una ciudadanía digital responsable y ética

-Estrategias para la identificación del acoso escolar

– OBSERVAR la conducta de los niños/as, adolescentes y jóvenes.

– Utilizar test de clima escolar.

– Utilizar test de acoso como el “Cyberbullying. Screening de acoso entre iguales”,


el “AVE acoso y violencia escolar”, ambos publicados por ediciones TEA.

Pistas para identificar a las víctimas: muestran conductas depresivas, de miedo,


ansiedad, no suelen tener amigos, son objetos de burla y están indefensos,
empeoran su rendimiento académico, tienen enfermedades o dolencias frecuentes
(dolor de cabeza, de estómago…), presentan señales de agresión física, sus
objetos desaparecen o se deterioran, reciben llamadas de teléfono anónimas,
rechazan ir a la escuela, no quieren salir de casa…

Estrategias de intervención y tratamiento del acoso escolar

Cuando ya se está produciendo una situación de acoso escolar la detección


temprana es clave para reconducir el curso del mismo y evitar consecuencias
irreversibles o muy profundas.

Existen programas de avalada eficacia, entre ellos destaca:

Cyberprogram 2.0 Programa de intervención para prevenir y reducir el


ciberbullying, desarrollado por M. Garaigordobil y V. Martínez-Valderrey y
publicado por la editorial Pirámide.

Además, este programa se complementa con un video-juego disponible


en http://www.cybereduca.com

Sea cual sea el programa que se implemente es crucial tener en cuenta que las
medidas que se tomen deben:

– Implicar a TODO el centro educativo como comunidad, no solo a la víctima y al


agresor/a, sino también a los espectadores.

– Promover el apoyo a la víctima por parte del grupo de espectadores.


– Tener siempre un carácter restaurativo y de protección (incluido el agresor).

– Implicar a las familias. (Sabemos que un 30.7% de las víctimas de bullying


oculta su situación a la familia).

– Incorporar psicólogos educativos en los centros escolares. Las ventajas de


incorporarlos han sido proclamadas en numerosas ocasiones por el Consejo
General de la Psicología de España, por la organización internacional Save the
Children, y expuesta en diferentes investigaciones como el estudio realizado por el
Centro de Salud Mental del Reino Unido (Centre for Mental Health), que concluye
que las intervenciones psicológicas aplicadas en centros escolares dirigidas a
reducir el acoso escolar suponen una buena inversión ya que reducen el impacto y
las consecuencias del acoso.

En los casos graves además de la intervención que se realice en el centro


educativo es necesario que aquellas personas con secuelas importantes reciban
tratamiento psicológico individualizado, pudiendo llegar a requerir tratamiento
farmacológico.

El “bullying” o acoso escolar constituye una forma de agresión verbal, física o


escrita que genera un daño en otro individuo. Estos ataques suelen estar fundados
en temas de género, orientación sexual, apariencia, discapacidad, raza o
religión. Presente tanto en el aula y el patio de recreo como en las redes sociales
y otros ámbitos externos a las instituciones, se trata de una situación que puede
traer graves consecuencias psicológicas y físicas tanto en las víctimas como
en los que incurren en este tipo de abusos.
Esta problemática que sin duda supone un desafío para padres, docentes y
educadores, ya que a menudo puede escaparse de los ojos de incluso el más
observador y parecer una lucha imposible de ganar.
Becki Cohn-Vargas, directora de la campaña Not In Our School (“No en nuestra
escuela”), una iniciativa que busca generar conciencia y evitar el maltrato en las
escuelas de Estados Unidos, considera que el primer paso para lidiar con el
bullying es reconocer e iniciar un diálogo sobre el problema. Conoce las 5
estrategias para prevenir el bullying según la especialista:

1) Reconoce el problema
De acuerdo con la experta, los docentes deben educar a los estudiantes, padres,
colegas y a la comunidad en general sobre la importancia de tomar en serio esta
problemática y cómo reconocerla.

Además, debe establecer un plan de acción para responder a los maltratos que ve
cada día, por más insignificantes que parezcan. Bajo ningún concepto
debes recomendarles a las víctimas de los agravios que sean “menos sensibles” o
que hagan un mayor esfuerzo por hacer amigos: esto no hace más que
estigmatizar y culpabilizar al niño por lo que le está sucediendo.

2) Involucra a los estudiantes


Una estrategia que recomienda Cohn-Vargas es fomentar un diálogo abierto con
los estudiantes acerca del acoso y la intolerancia, mediante asambleas o foros
“anti-bullying” y así dejar que ellos propongan ideas y discutan soluciones a los
problemas. De esta manera, ningún alumno se sentirá ajeno a la problemática.

3) Convierte a los estudiantes pasivos en activos

Al participar en una discusión abierta sobre el tema, los estudiantes que no son
víctimas ni victimarios directos del bullying, los “observadores”, tendrán más
herramientas para sentirse involucrados y convertirse en agentes activos en contra
de los maltratos.

Realiza juegos de roles explicándole a los alumnos cómo ponerse en el lugar del
otro y ayudarse mutuamente a alzar la voz en contra del abuso de sus
compañeros.

4) Promueve la tolerancia y la inclusión


Generar un ambiente inclusivo, seguro y tolerante en la clase es esencial para que
los alumnos sientan que su identidad es respetada y valorada. Como docente,
debes mostrar una actitud abierta a los estudiantes, de manera que ellos
entiendan que pueden confiar en ti si están sufriendo situaciones de hostigamiento
o violencia.

5) Presta atención a los agresores


De la misma manera que las víctimas, los niños responsables del bullying deben
recibir atención y ayuda para disminuir su conducta agresiva. A menudo el atacar
y sentir la necesidad de dominar a los compañeros responde a inseguridades
propias e incluso a situaciones de violencia experimentadas en el hogar. Ignorar al
agresor y solo enfocarse en la víctima es incompatible con una verdadera
resolución del problema a largo plazo.

¿Cómo identificar a una


víctima de bullying?

Tristeza

Irritable

Ansiedad

Dificultad para hacer amigos o hablar en público


Aislamiento

Falta de sueño

Malas calificaciones

Excusas para no a ir al colegio

Cambio en el apetito y baja de peso

Hematomas o heridas en el cuerpo

El acoso escolar o bullying es un problema que se da con frecuencia en las aulas


de todo el mundo. En ocasiones es difícil de detectar, no solo porque tenga lugar
lejos de la presencia física y visibilidad de los adultos, sino porque tiende a
diversificarse y, en el caso del ciberbullying, aprovecha las nuevas tecnologías
para amplificar los actos de humillación a la víctima preservando, además, el
anonimato de los acosadores. Hasta el momento se han tipificado 6 tipos de
bullying, dándose frecuentemente situaciones de varios tipos de acoso contra la
misma víctima durante mucho tiempo: meses, todo un curso escolar e incluso
varios años. Si quieres saber qué tipos de bullying existen, cuáles son los factores
de riesgo y cómo detectarlo y prevenirlo, te recomendamos la guía "Bullying en el
aula".

Bullying físico

Es el tipo de acoso más común, especialmente entre chicos. Incluye golpes,


empujones e incluso palizas entre uno o varios agresores contra una sola víctima,
En ocasiones, se produce también el robo o daño intencionado de las
pertenencias de las víctimas.

Bullying psicológico

En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje,


manipulación y amenazas al otro. Son acciones que dañan la autoestima de la
víctima y fomentan su sensación de temor, con el problema añadido que son las
más difíciles de detectar por parte de profesores o padres porque son formas de
acoso o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que
pueda advertir la situación. Frecuentemente, los agresores utilizan esta forma
de acoso con el fin de subrayar, reforzar o resaltar acciones llevadas a cabo
con anterioridad, manteniendo así latente la amenaza. Incrementan la fuerza del
maltrato, pues el acosador exhibe un poder mayor al mostrar que es capaz de
amenazar, aunque esté presente una figura de autoridad. En el agredido, aumenta
el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad, pues percibe este atrevimiento
como una amenaza que tarde o temprano se materializará de manera más
contundente. Pueden consistir, por ejemplo, en una mirada, una señal obscena,
una cara desagradable o un gesto.

Bullying verbal

Son acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir chismes o


rumores, realizar acciones de exclusión o bromas insultantes y repetidas del tipo
poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los otros, generar rumores
de carácter racista o sexual, etc. Es más utilizado por algunas chicas a medida
que se van acercando a la adolescencia.

Bullying sexual

Se presenta un asedio, inducción o abuso sexual o referencias


malintencionadas a partes íntimas del cuerpo de la víctima. Incluye el bullying
homófobo, que es cuando el maltrato hace referencia a la orientación sexual de
la víctima por motivos de homosexualidad real o imaginaria.

Bullying social

Pretende aislar al niño o joven del resto del grupo, ignorándolo, aislándolo y
excluyéndolo del resto Puede ser directo: excluir, no dejar participar a la víctima
en actividades, sacarlos del grupo o indirecto: ignorar, tratar como un objeto,
como si no existiera o hacer ver que no está ahí.

Ciber-bullying o bullying cibernético

Con la penetración de las nuevas tecnologías, cada vez es más frecuente este tipo
de actos. Es un tipo de acoso muy grave y preocupante por la gran visibilidad y
alcance que se logra de los actos de humillación contra la víctima y
el anonimato en que pueden permanecer los acosadores. Los canales son muy
variados: mensajes de texto en móviles, tablets y ordenadores, páginas web y
blogs, juegos on line, correos electrónicos, chats, encuestas on line de mal
gusto, redes sociales, suplantación de identidad para poner mensajes, etc. El
contenido del acoso va desde los típicos insultos a montajes fotográficos o de
vídeo de mal gusto, imágenes inadecuadas de la víctima tomadas sin su permito,
críticas respecto al origen, religión, el nivel socioeconómico de la víctima o de sus
familiares y amigos, etc. Todo vale con el fin de humillarla. Con independencia del
tipo de bullying, el perfil del acosador suele ser el de una persona físicamente
fuerte, impulsiva, dominante, con conductas antisociales y con una ausencia
total de empatía con sus víctimas.

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