Sie sind auf Seite 1von 4

6.3. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): LA CONSTITUCIÓ DE 1869.

EVOLUCIÓN POLÍTICA: GOBIERNO PROVISIOAL, REINADO DE


AMADEO I Y PRIMERA REPÚBLICA.

1. CRISIS DEL MODERANTISMO Y LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1868.


1.1. CRISIS DEL MODERANTISMO
1.2. LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1868.
1.2.1. La Revolución de septiembre de 1868
1.2.2. El Gobierno provisional
1.2.3. Las Cortes Constituyentes
1.2.4. La Constitución de 1869
1.2.5. La regencia del general Serrano
2. LA MONARQUÍA DE AMADEO I DE SABOYA
3. LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874)
3.1. REPÚBLICA DEL 73
3.2. LA REPÚBLICA DEL 74

Esta etapa se denomina Sexenio democrático porque constituyó el primer intento de establecer en España
una democracia en los términos en los que esta era entendida en e1 siglo XIX. Se abordaron novedosas
fórmulas políticas y sociales más allá del liberalismo (la democracia, la república y el federalismo) para
integrar a las masas populares en el nuevo Estado nacional. La experiencia, no obstante, fracasó.

1. CRISIS DEL MODERANTISMO Y LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1868.

1.1. CRISIS DEL MODERANTISMO


A mediados de los años sesenta se manifiesta una crisis que provoca que progresistas y demócratas se
orienten a la revolución:
a) Crisis moral: el sistema parlamentario aparece esencialmente viciado, en el que los grupos y
camarillas políticas que actúan sobre la reina, ignorando los sectores populares.
b) Crisis económica: la grave crisis europea de 1865-1866 va a repercutir en España, (bancos,
compañías ferroviarias, industria siderometalúrgica y textil). Como consecuencia, se produce paro
obrero, favoreciendo un ambiente propicio a una revolución.
c) Crisis política: O’Donnell morirá en 1867, Narváez en 1868. Se trata de una crisis interna del
moderantismo que no había sabido resolver los problemas fundamentales del país. En efecto, entre 1863
y 1868: los gobiernos son poco duraderos y de tendencias reaccionarias, aumenta la difusión de las
ideas demócratas y contrarias a la reina, los progresistas pasan a participar en insurrecciones.
Hubo conflictos estudiantiles (1865, la noche de San Daniel). Dos ataques contra el gobierno
(pronunciamiento de Villarejo y sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil, 1866).
Progresistas, demócratas establecerán, en el Pacto de Ostende (1866), las bases de un programa
común que preveía el destronamiento de Isabel II. La adhesión de los unionistas al Pacto de Ostende,
con el general Serrano en la dirección de la Unión Liberal, fue una afianza formidable: los progresistas
aportaban el apoyo masivo; los demócratas, las ideas; los unionistas, la fuerza militar.

1.2. LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1868.

1.2.1. La Revolución de septiembre de 1868.


Conocida por sus partidarios como la Gloriosa, o más modestamente, como la Septembrina, se inició con
un pronunciamiento militar en Cádiz (17 de septiembre) dirigido por los generales Prim y Serrano. A
ellos se unió el almirante Topete, también unionista, al mando de la Armada. E1 manifiesto de los
sublevados se titulaba “Viva España con honra” y proponía un Gobierno provisional, el sufragio universal y
criticaba a la reina y a los Borbones.
La insurrección se propagó por numerosas ciudades españolas y obtuvo el apoyo popular. Se
organizaron juntas revolucionarias, cuyos manifiestos recogen amplias demandas de democratización.
1
Las tropas leales a la reina fueron derrotadas en Alcolea (Córdoba) por las de Serrano, lo que dejó a los
sublevados el camino hacia Madrid libre de obstáculos. Isabel II huyó a Francia (29 de septiembre); era la
segunda vez (tras el episodio de 1808-1814) que esta dinastía partía al exilio.

1.2.2. El Gobierno provisional.


Se formó un Gobierno provisional que debía promover la elección de Cortes Constituyentes. Estaba
presidido por Serrano y compuesto por progresistas (Prim, Sagasta) y unionistas (Topete). Sin embargo,
estaban excluidos los demócratas, los cuales tenían una gran influencia en las populares juntas revoluciona-
rias, desde las que se reclamaba la implantación de derechos democráticos (sufragio universal, libertad de
imprenta, de culto y de asociación) y la supresión de los consumos y de las quintas.
El doble poder (Gobierno provisional y juntas) se resolvió a favor del primero, que disolvió las juntas y
a sus grupos de voluntarios armados (Voluntarios de la Libertad). A cambio, procedió a cumplir la mayor
parte del programa demócrata con la excepción del asunto de las quintas.
Esto provocó la inmediata escisión del Partido Demócrata en dos facciones:
- Por una parte, los que estaban dispuestos a cooperar con el Gobierno con independencia del régimen
político (monarquía o república), siempre que se respetase la democracia, los cimbrios.
- Por otra, los que creían indispensable, para garantizar una democracia en España, la implantación de una
república federal. Eran republicanos Francisco Pi y Margall y Estanislao Figueras.

1.2.3. Las Cortes Constituyentes.


El Gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes en enero de 1869, las primeras que se
celebraron en España con sufragio universal directo masculino. Se organizaron campañas y mítines.
Las fuerzas políticas que ocuparon las nuevas Cortes eran las siguientes:
- Los carlistas. Obtuvieron un buen resultado electoral en el País Vasco y Navarra, aunque eran un
minoría muy exigua. No tardaron en reavivar la guerra (Tercera Guerra Carlista).
- Los moderados. Apoyaban la Constitución de 1845 y la restauración monárquica, encarnada en Alfonso,
el hijo de Isabel II. Pronto recibieron el nombre de alfonsinos. A partir de 1873, su líder fue Antonio
Cánovas del Castillo, que en el futuro presidiría el Partido Conservador.
- Los partidos que apoyaban al Gobierno, es decir, unionistas, progresistas y demócratas cimbrios.
Defendían una monarquía parlamentaria y democrática, pero buscaron otro candidato al trono. Vencieron
por mayoría, sin embargo, tras aprobar la Constitución acabaron disgregándose.
- El Partido Republicano Federal. Se encontraba a la izquierda y era el segundo en número de
diputados. En su programa, además del cambio de régimen, incluía medidas avanzadas, como la
abolición de las quintas, la supresión de la esclavitud en las colonias y una legislación social.

1.2.4. La Constitución de 1869.


La tarea fundamental de las Cortes fue elaborar la Constitución de 1869, la más liberal de las aprobadas
hasta entonces, base del liberalismo democrático. Su contenido era el siguiente:
- Se proclamaba la soberanía nacional como principio básico.
- Monarquía parlamentaria y democrática.
- Se establecía una nítida división de poderes. E1 legislativo residía en las Cortes bicamerales (Congreso
y Senado); el ejecutivo lo ostentaba el monarca (aunque, en realidad, lo ejercía el Gobierno, porque el
rey reinaba pero no gobernaba); y el judicial correspondía a los tribunales, a los que se incorporó el
jurado, un tribunal democrático. Los jueces acceden por oposición.
- Se establecía un sistema parlamentario. Para llevar a cabo sus propuestas, el Gobierno debía contar con
el apoyo de las Cortes, cuyos miembros eran elegidos por sufragio universal masculino: los del
Congreso eran votados directamente por los ciudadanos, y los del Senado, por sufragio indirecto. Para
ser senador, no obstante, había que cumplir ciertos requisitos, como tener más de cuarenta años, haber
desempeñado cargos públicos, disponer de título universitario, etcétera.
- Se incluía una declaración de derechos individuales, naturales e inalienables. Era la primera vez que
un texto legal español los recogía con tanto detalle y amplitud; entre ellos se encontraban algunos que no
figuraban en las constituciones anteriores, como el derecho de reunión y asociación o la inviolabilidad
del domicilio y la correspondencia.
- Descentralización administrativa y judicial.
- Se admitió la libertad de cultos (oposición de moderados y carlistas).
2
1.2.5. La regencia del general Serrano
Una vez aprobada la Constitución de 1869 fue nombrado regente el general Serrano, hasta que se
encontrara un nuevo monarca que ocupara el trono español.
El nuevo régimen tuvo que afrontar una serie de graves problemas:
- Las insurrecciones populares y republicanas
Muchos trabajadores identificaban la república con cambios profundos, distribución de bienes (reparto de
bienes en el caso del campo andaluz) y justicia social. A las reivindicaciones de los trabajadores se unieron
las de los intransigentes del Partido Republicano Federal (Cataluña, Valencia y Andalucía). A estos
conflictos se añadieron los motines de subsistencia y las huelgas industriales, primeros pasos de un
movimiento obrero que comenzaba a alejarse de los partidos políticos dirigidos por la burguesía.
- Los problemas de la Hacienda
Laureano Figuerola, ministro de Hacienda, intensificó las medidas liberalizadoras del Bienio progresista:
estableció la peseta como única moneda nacional. Rebajó los aranceles aduaneros (arancel Figuerola;
promulgó de la Ley de Minas, la llamada desamortización del subsuelo. Sin embargo, no abordó ninguna
reforma fiscal, por lo que el volumen de la deuda pública no se redujo.
- La Guerra de Cuba
Duró una década (1868-1878) y se inició como una sublevación liderada por el hacendado Carlos Manuel
de Céspedes. La insurrección estalló en Yara, fue conocida como “Grito de Yara”. El conflicto se limitó a la
zona oriental de la isla y consistió en el hostigamiento, mediante guerrillas, de las tropas españolas. Estas no
estaban acostumbradas al clima tropical y no se sentían respaldadas por el Gobierno español, más
preocupado por los problemas políticos y bélicos de la península. La guerra finalizó con la Paz de El Zanjón
(1878).
- La búsqueda de un rey
Fue elegido Amadeo de Saboya, hijo del rey italiano Víctor Manuel II. Las presiones de Prim resultaron
decisivas. El nuevo rey, desembarcó en España pocos días antes de que Prim fuera asesinado.

2. LA MONARQUÍA DE AMADEO I DE SABOYA.


El reinado de Amadeo I duró dos años, de enero de 1871 a febrero de 1873, fecha en la que abdicó. Este
monarca, impopular pero decidido a ser un rey constitucional, fracasó por varias razones.
-Tras la muerte de Prim la coalición gubernamental comenzó a disgregarse, provocando una gran
inestabilidad política: tres elecciones a Cortes y se sucedieron seis gobiernos diferentes. La rivalidad dentro
del Partido Progresista se encarnó en los dos herederos políticos de Prim: Práxedes Mateo Sagasta, que
formaría el Partido Constitucionalista; y Manuel Ruiz Zorrilla, que acabaría fundando el Partido Radical.
Amadeo I no logró establecer un turno entre los partidos que proporcionara estabilidad al sistema.
-Tuvo el rechazo de los adeptos de la República.
-Fue considerado un intruso por los partidarios de los Borbones, tanto carlistas corno alfonsinos.
-A su llegada a España tuvo que hacer frente, entre otros problemas, a la Guerra de Cuba y a la Tercera
Guerra Carlista, que comenzó en 1872. Después de las elecciones de 1872, se inició la Tercera Guerra
Carlista en Valencia y el Maestrazgo, con una inmediata repercusión en Aragón y Cataluña, y una mayor
virulencia en Navarra y en el País Vasco. Era un problema cuya solución tendría que afrontar, como en el
caso de Cuba, la monarquía de Alfonso XII.
-Durante este período se desarrolló otro debate de contenido social, centrado en la abolición de la
esclavitud en Cuba y Puerto Rico. Con esta medida se pretendía negociar la paz en la isla, pero fue
abortada por los anti abolicionistas (hacendados españoles, respaldados por la nobleza, Cánovas y los
alfonsinos. Tras el debate, solo se logró la abolición en Puerto Rico.
-Frialdad de las clases dirigentes y populares. Debido a su condición de extranjero. Su acatamiento de la
Constitución (libertad de cultos y aconfesionalidad del Estado), lo enfrentaron con la Iglesia.
-El movimiento obrero, que alcanzó gran vitalidad gracias a la libertad de asociación.

En febrero de 1873, aprovechando un conflicto entre el Gobierno de Ruiz Zorrilla y el ejército, Amadeo I,
decidió abdicar. En esta situación, el establecimiento de la República se convirtió en una solución de
urgencia pactada entre los radicales de Ruiz Zorrilla y los diputados republicanos.

3
3. LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874).
La I República fue proclamada por las dos cámaras legislativas reunidas (lo cual prohibía la Constitución
de 1869) el 11 de febrero de 1873. Los problemas de la I República no fueron menos que los de Amadeo I.
El nuevo régimen nació débil y con menos apoyos. No procedía de unas elecciones ni de una revolución,
sino de un pacto político coyuntural. El nuevo Gobierno se enfrentaba a dos guerras, la carlista y la cubana,
además de a la oposición frontal de la derecha política, de la Iglesia y de la mayoría de los estados europeos
(sólo fue reconocida por EEUU y Suiza). A estas dificultades se sumó la división interna de la republicanos
(federalistas y unitarios) y una situación económica caótica.

1.3. República del 73 (desde el 11 de febrero al 3 de enero de 1874).

-En principio fue un régimen indefinido e inestable políticamente. Se procedió a formar un Gobierno,
presidido por el republicano Estanislao Figueras, pero con mayoría de radicales. Los republicanos, sin
embargo, deseaban convocar elecciones, que finalmente se celebraron; el partido federal obtuvo la mayoría
(un 90 % de los votos), aunque la abstención fue elevada (más del 60 % del electorado).

-República Federalista. El nuevo Gobierno, presidido por Pi y Margall, elaboró una constitución (1873)
que no llegó a entrar en vigor. La nueva República federal, creada desde el poder, fue desbordada por la
izquierda: por una parte, por los propios republicanos intransigentes; por otra, por movimientos sociales
como el de los campesinos andaluces, que ocupaban tierras ajenas con el fin de repartírselas, o el de los
obreros de Alcoy, que promovieron una huelga general.
Los republicanos intransigentes o de izquierda promovieron un movimiento federalista espontáneo a partir
de 1873, que consistió en el establecimiento inmediato de la estructura federal del Estado, combinada con
algunas medidas de carácter social. Este movimiento fue conocido como cantonalismo porque se formaron
cantones (municipios autónomos) en Levante, Murcia y Andalucía. Entre ellos, destacaron el de Málaga y,
sobre todo, el de Cartagena, que resistió hasta 1874 gracias al apoyo de los marinos sublevados. El
cantonalismo, con alguna excepción, fue una revolución protagonizada por una clase media radicalizada con
participación de trabajadores de las ciudades. La insurrección cantonalista y la Guerra Carlista del norte,
obligaron a Pi y Margall a dimitir.

-República Unitaria. Para sofocarlo, la República dio un giro hacia la derecha, apoyándose en el ejército,
en especial en militares alfonsinos que habían luchado contra los carlistas, como los generales Pavía y
Martínez Campos. En esta etapa, los presidentes del Gobierno fueron Nicolás Salmerón (que sustituyó a Pi
y Margall en julio, no quiso firmar las penas de muerte de los cantonalistas) y Emilio Castelar (que asumió
la presidencia en septiembre). Este gobernó de forma autoritaria disolviendo las Cortes; buscó el apoyo del
ejército (restableció las quintas) y de grupos financieros y propietarios.

3.2. La República del 74, autoritaria (4 enero- 29 diciembre de 1874). (Dictadura de Serrano)

-En enero de 1874, los republicanos presionaron a Castelar y le obligaron a reabrirlas, forzándole a dimitir.
La sesión de las Cortes (se elegía a su sucesor) fue interrumpida por el general Manuel Pavía, y las disolvió
sin apenas resistencia. Impidió la formación de un gobierno de centro izquierda.

-El año 1874 fue un período de transición entre la I República y la Restauración de los Borbones en al
trono durante el cual el poder pasó a manos del general Serrano, presidente del Gobierno, quien continuó
con la línea autoritaria de Castelar. (sin Constitución, sin Cortes). La Guerra de Cuba y la Tercera Guerra
Carlista proseguían sin que el régimen les pusiera fin.

-Por su parte, Cánovas, que se negó a participar en los gobiernos, intentaba promover el regreso de los
Borbones. En el Manifiesto de Sandhurst -escrito por Cánovas en 1874- don Alfonso se manifestaba
partidario de una monarquía hereditaria y constitucional, a la vez que se proclama, español y católico,
verdaderamente liberal. Contrariando los proyectos de Cánovas, que deseaba una restauración estrictamente
civil, el general Martínez Campos precipitará la solución al proclamar rey de España a Alfonso XII, el 29 de
diciembre de 1874, tras el pronunciamiento en Sagunto. Once días después, el nuevo rey desembarca en
Barcelona.
4

Das könnte Ihnen auch gefallen