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Preparación Espiritual

Espíritu Santo, guíame para descubrir


Lo que Jesús me tiene preparado en Su Palabra.
Espíritu Santo, háblame
Para poder escuchar la Buena Noticia.
Espíritu Santo, comunícame lo más profundo del Evangelio
Para poder anunciarlo y vivirlo en comunidad.
Domingo 4 de Amén.
noviembre de
2018 Texto Bíblico Mc 12,28b-34
Domingo trigésimo
28
primero durante el año Uno de los maestros de la Ley que oyó la discusión y se había dado cuenta
de lo bien que Jesús les había respondido, se acercó para preguntarle: «¿Cuál es
“Yo te amo, el primero de todos los mandamientos?».
29
Señor, mi fuerza, Jesús le contestó: «El primero es: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único
Señor, mi Señor. 30 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
Roca, mi fortaleza mente y con todas tus fuerzas.
31
y mi libertador” El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento
Sal.17 más importante que estos».
32
Entonces el maestro de la Ley le dijo: «¡Muy bien, Maestro! Tienes razón al afirmar
que Dios es el único y no hay otro fuera de él, 33 y que amarlo con todo el corazón, con
Pag.1 todo el entendimiento y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo vale
más que todos los holocaustos y sacrificios».
34
Jesús, al darse cuenta de que había respondido con acierto, le dijo: «No estás lejos
del Reino de Dios». Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

¿Qué dice el texto?


Lectura

P. Damián Nannini:
sacerdote de la Algunas preguntas para una lectura atenta
Arquidiócesis del Rosario
(Argentina); Licenciado en 1) ¿Qué le pregunta el maestro de la Ley? ¿Por qué pregunta esto?
Sagrada Escritura por el
Pontificio Instituto Bíblico; 2) ¿De dónde toma Jesús la cita para responder? ¿Se trata de un
Director de la Escuela mismo texto o de dos distintos?
Bíblica del CEBITEPAL – 3) ¿Cuál es el primer verbo de la cita y por qué es tan importante?
CELAM.
4) ¿A quiénes hay que amar?
5) ¿Está de acuerdo el maestro de la Ley con la respuesta de Jesús?
6) ¿Cómo se encuentra este hombre en relación al reino de Dios?

Algunas pistas para comprender el texto:


P. Damian Nannini

Un escriba o maestro de la ley se acerca a Jesús y le pregunta: “¿Cuál es el


primero de todos los mandamientos?". Para entender el porqué de esta pregunta
debemos recordar que los rabinos contabilizaban un total de 613 mandamientos, cifra
1
que resultaba de la suma de los 248 preceptos y 365 prohibiciones presentes en la
Torá. El debate se centraba entonces en la posibilidad de distinguir entre preceptos
"grandes" y "pequeños"; y en la gravedad de la falta que derivaba de su incumplimiento.
En general el grupo de los fariseos pensaba que todos los mandamientos eran
importantes y debían ser cumplidos con extrema fidelidad. Otros, en cambio,
reconocían cierta jerarquía en los mandamientos y en las exigencias de su
cumplimiento. Además, debatían sobre la existencia de un mandamiento que fuera el
principio fundamental o regla de oro del comportamiento del judío fiel. La pregunta que
el fariseo dirige a Jesús va sobre todo en esta última línea.
Jesús responde en primer lugar citando Dt 6,4s. Este texto forma parte del pasaje
de Dt 6,4-9, que juntamente con Dt 11,13-21 y Nm 15,38-41, integran el famoso Shemá
Israel (Escucha Israel), oración que desde finales del s. I no han dejado de rezar
mañana y tarde los judíos observantes. Este texto expresa el imperativo de amar a Dios
con la totalidad de la persona, con todas las fibras interiores, sin residuo y sin reserva.
Luego enuncia un segundo mandamiento con una cita Lev 19,18. Este versículo
pertenece al Código de Santidad (Lv 17-24), y que contiene varias normas de índole
más bien social, donde resaltan la del amor al prójimo y la del rechazo de la venganza.
En fin, "el amor a Dios y del prójimo aparecen como un comentario resumido de ambas
tablas del decálogo" (J. Gnilka).
A continuación viene la "devolución" del escriba quien repite la respuesta de
Jesús con algunas modificaciones: acentúa la unicidad de Dios, une el amor a Dios con
el amor al prójimo y los presenta como superiores a los holocaustos y sacrificios. Esto
último implica una relativización del culto; o por lo menos, en la línea de los profetas,
una subordinación del mismo al amor y a la respuesta de vida.
Jesús aprueba esta "devolución" del escriba diciéndole: "Tú no estás lejos del
Reino de Dios". Es decir, está bien encaminado para llegar al Reino que hará presente
Jesús.

Meditación ¿Qué me dice el Señor en el texto?

El evangelio de hoy nos invita a meditar en la necesidad que todos tenemos de


distinguir entre las cosas esenciales y fundamentales de la vida; de aquellas que son
secundarias. Esta búsqueda de la unidad y la simplicidad es una tendencia en todos
los órdenes de la vida, incluido el de la vida espiritual. Más aun, podemos decir que
todo proceso de maduración en la vida conduce a una mayor simplificación o
concentración en lo esencial y fundamental. Por ello no está de más recibir también
nosotros con un corazón abierto la enseñanza de Jesús sobre el "primer mandamiento",
con todo lo que ello supone.
Para Jesús es muy claro que el primero y fundamental mandamiento es el amor.
Más aún, como dice San Pablo, si no hay amor, caridad, mis obras, aún las
extraordinarias, no valen nada (cf. 1Cor 13,1-3). Por tanto, es justo y necesario un
permanente examen de amor y sobre el amor en nuestras vidas.
También es cierto que el amor, como todas las cosas sublimes y profundas, no
es nada fácil de definir; y más aún si se trata del amor a Dios. Es importa dejar en claro
que el amor no es solamente un sentimiento. Los sentimientos van y vienen. Pueden
ser una maravillosa chispa inicial, pero no son la totalidad del amor. Es propio de la

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madurez del amor que abarque todas las potencialidades del hombre e incluya, por así
decir, al hombre en su integridad. Se trata de amar a Dios con todo nuestro ser.
En cuanto al segundo mandamiento, el del "amor al prójimo como a uno mismo",
remarcamos que el concepto de «prójimo» se refiere a cualquiera que tenga necesidad
de mí y que yo pueda ayudar. Así como Dios me pide en primer lugar amarlo con todo
mi ser, también me pide que ame a mi prójimo como una prolongación y verificación
del amor a Dios.
También es importante no perder de vista que en este segundo mandamiento
hay dos amores: el amor al prójimo y el amor a uno mismo. En concreto, se nos manda
amar al prójimo de la misma manera en que nos amamos a nosotros mismos. O sea
que el amarse a uno mismo es también algo que Dios nos pide; pero no en primer lugar,
sino en segundo lugar y en paralelo con el amor al prójimo.
En fin, amor a Dios, amor al prójimo, amor a sí mismo. Siempre el amor.

ag.3 Continuamos la meditación con las siguientes preguntas:

1. ¿Cuáles considero los principales mandamientos de Dios en mi vida?


2. ¿Uno o separo el amor a Dios del amor al prójimo?
3. ¿Incluyo el amor a mí mismo junto con el amor al prójimo?
4. ¿Priorizo el amor como lo primero que me pide Dios?
5. ¿Comprendo que el amor da sentido a los sacrificios cultuales?

Oración ¿Qué le respondo al Señor que me habla


en el texto?
Gracias Jesús por amarme como soy.
Quiero amar contigo al Padre, sin recortes.
Con todo lo que soy, lo que tengo.
Dame el regalo de la escucha.
Sin apuros ni interrupciones.
Que amar sea mi prioridad.
Que me anime a amarme más:
sólo así podré amar y más amar a mis hermanos.
Y el Reino no estará lejos.
Amén.
¿Cómo hago propias en mi vida
Contemplación las enseñanzas del texto?

Jesús ayúdame a amarme para amar a los demás

¿A qué me comprometo para


Acción demostrar el cambio?

Durante esta semana me propongo amar, escuchando sin interrumpir cuando me hablen.

Bitácora de grandes Lectionautas


"El amor es la medida de la fe. ¿Cuánto me amas tú? Y cada uno se de la
respuesta. ¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor” Papa
Francisco.
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