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Chilenización de Tacna, Arica y

Tarapacá
Chilenización de Tacna, Arica y Tarapacá es la denominación utilizada para designar un
proceso de transculturación o aculturación de las zonas ocupadas, administradas e
incorporadas por Chile, tras la Guerra del Pacífico (1879-1883), con la finalidad de trasplantar
las tradiciones culturales chilenas, en reemplazo de aquellas cultivadas en Perú.
En el Tratado de Ancón de 1883, la República del Perú cedió a la República de Chile, «perpetua
e incondicionalmente», el territorio de Tarapacá; además, se estipuló la posesión por Chile de
las provincias de Tacna y Arica, que quedaron sujetas a la legislación y autoridades chilenas,
por un plazo de diez años, al cabo de los cuales se realizaría un plebiscito que definiría
el dominio y soberanía sobre estas últimas, este plebiscito no se realizó, finalmente el Tratado
de Lima solucionó el asunto de la soberanía. Tanto Perú como Chile realizaron esfuerzos para
intentar asegurar tales territorios y sus habitantes para sí.2
El Estado chileno, por su victoria bélica, la ocupación y administración del territorio, pudo
iniciar un amplio proceso de «chilenización» dirigido a la población local, interviniendo en las
organizaciones privadas y públicas de la zona, utilizando como ejes a la escuela fiscal,
el servicio militar y la labor de la Iglesia Católica.2 Perú, por su parte, recurrió a las
autoridades eclesiásticas y sacerdotes peruanos, las escuelas privadas y los diarios, para frenar
los planes del gobierno chileno.2
A inicios del siglo XX la «chilenización» se hizo más intensiva y compulsiva, llegando a puntos
exacerbados hacia el primer centenario de la Independencia de Chile,2 por la actividad de
ciertos grupos de población civil chilena, de naturaleza nacionalista, que comenzaron la
creación de "ligas patrióticas" y clubes de diversa índole, con la finalidad de hacer desaparecer
los rasgos peruanos de los territorios de Tacna, Tarata, Arica y Tarapacá.
Estos hechos, tanto políticos como violentos, continuaron hasta la firma del Tratado de Lima, el
3 de junio de 1929.
Comercio en el virreinato
Los metales preciosos extraídos de las colonias americanas se
convirtieron en la base del comercio para el expansionismo de España
y la consolidación de las economías europeas, además de estimular su
comercio exterior y permitirles subsidiar las numerosas guerras que
protagonizaron las monarquías absolutistas en los inicios de la edad
moderna. Por ello, en el siglo XVI se instauró una política comercial
exclusivista y una serie de instancias de control estatal que
permitieran exportar la mayor cantidad de estos metales hacia la
península del modo más eficaz.

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