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EL DERECHO PROCESAL

 Al estudiar el Derecho Procesal, podemos comenzar definiéndolo como aquel sector del
ordenamiento jurídico que se ocupa del proceso como medio de tutela de los derechos e
intereses legítimos, la constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y Tribunales,
las condiciones de los sujetos que ante ellos intervienen y los requisitos y efectos de los actos
de unos y otros.
 En cuanto a su naturaleza jurídica, hay que señalar que el Derecho Procesal constituye una
rama del Derecho Público ya que tiene por objeto el cumplimiento de una función de carácter
público como es la tutela de los derechos e intereses legítimos y el mantenimiento del orden
público y la paz social.
 Por otro lado, hay que señalar que el ejercicio de la jurisdicción viene atribuido a un órgano
estatal como son los Juzgados y Tribunales. En este sentido, el Juez y las partes no se hallan
situadas en un plano de igualdad sino que aquéllas vienen sometidas al poder del Estado
representado por el Juez.

CONTENIDO

 En cuanto al contenido del Derecho Procesal, dentro de él distinguimos tres elementos como
son la jurisdicción, la acción y el proceso.
 En cuanto a la jurisdicción, podemos definirla como aquella potestad estatal atribuida a los
Juzgados y Tribunales que consiste en la declaración y realización del Derecho en el caso
concreto para satisfacer una pretensión ejercitada ante ellos. En este sentido, el concepto de
jurisdicción difiere del concepto de competencia ya que ésta supone la aptitud o idoneidad de
un órgano jurisdiccional concreto para conocer sobre un proceso determinado.
 Por su parte, el art. 117 de la Constitución fija las siguientes reglas:
1º. La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y
Magistrados integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables
y sometidos únicamente al imperio de la ley.
2º. Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni
jubilados sino por alguna de las causas y con las garantías previstas en la Ley:
3º. El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo
ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales
determinados por las leyes según las normas de competencia y procedimiento que las
mismas establezcan.
4º. Los Juzgados y Tribunales no ejercerán más funciones que las señaladas en el
apartado anterior y las que expresamente les sean atribuidas por la Ley en garantía de
cualquier derecho.
5º. El principio de unidad jurisdiccional es la base de la organización y funcionamiento de
los Tribunales. La ley regulará el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito
estrictamente castrense y en los supuestos de estado de sitio, de acuerdo con los
principios de la Constitución. Se prohíben los Tribunales de excepción.
 Finalmente, el art. 122 dispone que la Ley Orgánica del Poder Judicial determinará la
constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y Tribunales, así como el estatuto
jurídico de los Jueces y magistrados de carrera, que formarán un Cuerpo único, y del personal
al servicio de la Administración de Justicia
 Por su parte, su apartado 2º dispone que el Consejo General del Poder Judicial es el órgano
de gobierno del mismo. La ley orgánica establecerá su estatuto y el régimen de
incompatibilidades de sus miembros y sus funciones, en particular en materia de
nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario.
 En cuanto a la acción, hay que señalar que el problema de su naturaleza jurídica ha dado
lugar históricamente a diversas posturas doctrinales.
o En efecto, el Derecho Romano concibe la acción como la facultad del titular de un
derecho subjetivo para exigir la plena reintegración en el disfrute de su derecho frente
a quien lo hubiera lesionado o puesto en peligro.
o Por su parte, algunos autores han concebido a la acción como un derecho frente al
Estado para obtener de sus órganos jurisdiccionales una tutela jurisdiccional concreta
frente a la vulneración o puesta en peligro de un derecho subjetivo.
o Finalmente, la doctrina moderna concibe la acción como un derecho frente al Estado
para obtener de sus órganos jurisdiccionales una mera actividad jurisdiccional con
independencia del resultado de la misma. Por tanto, la acción supondría el derecho a
obtener la incoación de un proceso, el derecho a que éste se desarrolle en sus distintas
fases y el derecho a que se pronuncie una sentencia sobre el fondo del asunto.
 En cuanto al proceso, hay que señalar que también el concepto de proceso ha dado lugar a
diversas posturas doctrinales como son las teorías privatistas y las teorías publicistas.
o En cuanto a las teorías privatistas, hay que destacar dos teorías:
 En primer lugar, el Derecho Romano concibe al proceso como el objeto de un
contrato de litiscontestatio en virtud del cual las partes acordaban someter a un
juez las cuestiones litigiosas surgidas o que pudieran surgir entre ellas al
tiempo que se comprometían a acatar su decisión.
 En segundo lugar, el Derecho Canónico medieval concibe al proceso como el
objeto de un cuasicontrato de litiscontestatio de modo que el demandado
quedaba sujeto al proceso no como consecuencia de la celebración de un
contrato sino por la voluntad unilateral del demandante a la que la ley atribuia el
poder de sujetar al demandado al proceso.
o En cuanto a las teorías publicistas, destacamos las siguientes:
 En primer lugar, la teoría de la relación jurídica concibe el proceso como aquella
relación jurídico-pública que se establece entre las partes y el Juez en virtud de
la cual el primero viene obligado a declarar y realizar el Derecho en un caso
concreto mientras que las partes vienen obligadas a someterse a su decisión.
 En segundo lugar, la teoría de la situación jurídica concibe el proceso como
aquel conjunto de cargas y facultades que la ley reconoce a cada una de las
partes con el fin de obtener el reconocimiento de una pretensión ejercitada ante
los órganos jurisdiccionales.
 Por último, la doctrina moderna concibe al proceso como aquel instrumento
jurisdiccional establecido por el Estado para garantizar la tutela judicial efectiva
de los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos.

FUENTES DEL DERECHO PROCESAL EN GENERAL

 Pasando a ocuparnos de las fuentes del Derecho Procesal, el art. 1 de la Ley de


Enjuiciamiento Civil dispone que en los procesos civiles, los Tribunales y quienes ante ellos
intervengan deberán actuar con arreglo a lo dispuesto en esta ley.
 No obstante, conviene recordar el art. 1 del Código Civil dispone que las fuentes del
ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho.
LA LEY

 En cuanto a la ley como fuente del Derecho Procesal, ésta constituye la fuente primordial del
mismo y se manifiesta en una pluralidad de normas como son la Constitución, el Derecho
Comunitario y las leyes españolas.
 En cuanto a la Constitución, conviene recordar el art. 5.1 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial dispone que la Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico y vincula
a todos los Jueces y Tribunales, quienes interpretarán y aplicarán las leyes y los reglamentos
según los preceptos y principios constitucionales conforme a la interpretación de los mismos
que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de
procesos.
 Por su parte, el art. 24 dispone que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela
judicial efectiva de los Jueces y Tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión. Asimismo, todos tienen
derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado,
a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones
indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su
defensa, a no declarar contra si mismo, a no confesarse culpables y a la presunción de
inocencia.
 En cuanto al Derecho Comunitario, hay que recordar que el mismo forma parte de nuestro
ordenamiento y que sus relaciones con los Derechos internos de los Estados miembros se
rigen por los principios de efecto directo y primacía.
o Por otro lado, su incidencia en el Derecho Procesal se manifiesta a través de distintos
cauces como son los tratados y convenios de cooperación judicial y la jurisprudencia
del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que tiene carácter vinculante para los
Estados miembros tanto por la vía del recurso directo como de la cuestión prejudicial.
o En particular, dentro de los primeros, cabe destacar el Reglamento sobre cooperación
judicial y ejecución de resoluciones en materia civil y mercantil de 2001 o el
Reglamento de procedimientos de insolvencia de 2002.
 En cuanto a las leyes nacionales, hay que destacar la Ley Orgánica del Poder Judicial de
1985, la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000 con los preceptos vigentes de la Ley de 1881 y la
Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1885. En relación con ellas, se ha planteado la cuestión de
determinar si las leyes procesales deben tener carácter ordinario u orgánico.
o En este sentido, la doctrina mayoritaria sostiene que las leyes procesales deben tener
carácter ordinario aunque se encuentren recogidas en una ley orgánica como sucede
con las normas de carácter procesal incluidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial.
o En este sentido, el art. 81 de la Constitución dispone que son leyes orgánicas las
relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las
que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás
previstas en la Constitución.
 Finalmente, hay que destacar que la Ley de Enjuiciamiento Civil constituye la norma procesal
común en nuestro ordenamiento como se deriva de su art. 4 que dispone que en defecto de
disposiciones en las leyes que regulan los procesos penales, contencioso administrativos,
laborales y militares, serán de aplicación a todos ellos los preceptos de la presente ley.

LA JURISPRUDENCIA

 En cuanto a la jurisprudencia como fuente del Derecho Procesal, siguiendo a Díez Picazo,
podemos definirla como el conjunto de criterios de interpretación de las normas jurídicas
establecidos por el órgano jurisdiccional al que se atribuye la función de controlar la aplicación
de las leyes y uniformar sus criterios de aplicación.
 En cuanto a la función de la jurisprudencia, el art. 1.6 del Código Civil dispone que la
jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que, de modo
reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la Ley, la costumbre y los
principios generales del Derecho. En este sentido, las funciones de la jurisprudencia son dos:
o En primer lugar, una función uniformadora consistente en la fijación de criterios de
aplicación uniformes de las normas jurídicas mediante la determinación del sentido y
alcance de cualquier expresión ambigua o oscura de aquéllas
o En segundo lugar, una función integradora consistente en la resolución de las lagunas
del ordenamiento mediante el recurso a la analogía y a los principios generales del
Derecho si bien hay que advertir que no es misión de la jurisprudencia producir tales
principios sino únicamente llevar a cabo su consagración o reconocimiento.
 En cuanto a la vinculación del Juez a la jurisprudencia, hay que señalar que ésta no tiene
carácter de fuente del Derecho por lo que el Juez no se encuentra sometido a ella.
o Por su parte, la jurisprudencia constitucional ha declarado que los Tribunales inferiores
pueden discrepar válidamente del criterio sostenido por el Tribunal Supremo sin que
ello suponga vulneración de los principios constitucionales de igualdad en la aplicación
de la ley, seguridad jurídica e interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos ya
que se trata de órganos jurisdiccionales distintos.
o Por otro lado, tampoco los órganos jurisdiccionales están vinculados por sus propios
precedentes sino que podrán modificarlos aplicando soluciones nuevas para resolver
supuestos sustancialmente iguales siempre que el cambio sea razonable y motivado y
se adopte como solución genérica y no como resultado de un voluntarismo selectivo.

EL PAPEL DE LOS PRINCIPIOS GENERALES

 Pasando a ocuparnos de los principios generales, el art. 1.4 del Código Civil dispone que los
principios generales del Derecho se aplicarán en defecto de ley o de costumbre sin perjuicio
de su carácter informador del ordenamiento jurídico.
 En cuanto a las funciones de los principios generales, distinguimos los siguientes:
o En primer lugar, una función informadora ya que constituyen las reglas estructurales
básicas que convierten al ordenamiento jurídico en una realidad coherente y unitaria.
o En segundo lugar, una función interpretativa ya que expresan las ideas esenciales de
una determinada institución por lo que ofrecen pautas de interpretación de las normas
que la regulan.
o En tercer lugar, una función supletoria de modo que el Juez debe aplicarlos cuando no
existe ley ni costumbre aplicable conforme al principio de interdicción de las sentencias
non liquet del art. 1.7 del Código Civil, que dispone que los Jueces y Tribunales tienen
el deber inexcusable de resolver en todo caso los asuntos de que conozcan,
ateniéndose al sistema de fuentes establecido.
 En cuanto a la aplicación de los principios, la jurisprudencia ha declarado tradicionalmente
que el Juez sólo podrá fundar la sentencia en uno de estos principios cuando no existiere ley
ni costumbre aplicable y el principio hubiere sido reconocido por, al menos, dos sentencias
concordantes del Tribunal Supremo. Por otro lado, el Juez podrá aplicar los principios sin
necesidad de alegación de parte en aplicación del principio iura novit curia.
 En cuanto a la función de los principios en el Derecho Procesal, hay que destacar los
principios consagrados en la Constitución y, dentro de ellos, el derecho a la tutela judicial
efectiva y las garantías procesales del art. 24 que ha dado lugar a importantes cambios de
interpretación de las normas procesales.
LA COSTUMBRE

 En cuanto a la costumbre, el art. 1.3 del Código Civil dispone que la costumbre sólo regirá en
defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral o al orden público y que
resulte probada. Los usos jurídicos que no sean meramente interpretativos de una declaración
de voluntad tendrán la consideración de costumbre.
 En este sentido, la doctrina viene sosteniendo que la costumbre no constituye una de las
fuentes del Derecho Procesal ya que contradice la naturaleza pública del proceso y no existe
una opinio iuris necessitatis sobre el carácter vinculante de la costumbre formada por la
repetición de actos en el ámbito del proceso.

LOS USOS FORENSES

 En cuanto a los usos forenses, se ha planteado la cuestión de determinar si las prácticas o


usos habitualmente observados en el foro son vinculantes para el Juez.
 En este sentido, tanto la doctrina como la jurisprudencia se inclinan por la tesis negativa ya
que se trata de usos diferentes entre los distintos Juzgados y Tribunales y que contradicen la
naturaleza pública del proceso.

NORMAS PROCESALES Y NORMAS SUSTANTIVAS

 Pasando a ocuparnos de las normas procesales y sustantivas, hay que señalar previamente
que la norma procesal presenta dos caracteres fundamentales:
o En primer lugar, se trata de normas imperativas ya que la consecuencia jurídica
derivada del supuesto de hecho viene fijada obligatoriamente por la propia norma sin
que pueda ser modificada o sustituida por la voluntad de los particulares.
o En segundo lugar, se trata de normas formales o adjetivas por oposición a las normas
materiales o sustantivas si bien hay que advertir que la norma procesal no regulan sólo
las formas de los actos procesales sino también sus requisitos, contenido y efectos.
 Por otro lado, se ha planteado la cuestión de determinar cuáles sean los criterios que permitan
distinguir entre unas y otras a efectos de determinar la aplicación de la ley en el tiempo y en el
espacio y de distinguir entre el recurso de casación por infracción procesal o sustantiva.
 En cuanto al criterio de la ubicación sistemática, éste sostiene que son normas procesales
las recogidas en las Leyes de Enjuiciamiento Civil y Criminal y sustantivas las contempladas
en el Código Civil, el Código Penal y demás cuerpos legales sustantivos.
o Sin embargo, la doctrina rechaza este criterio ya que también los cuerpos legales
sustantivos contienen normas procesales como las normas del Código Civil relativos a
los documentos públicos o las recogidas de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
o En relación con estas últimas, la Exposición de Motivos de la Ley de Enjuiciamiento
Civil de 2000 señala que Ley Orgánica del Poder Judicial debe circunscribirse al
contenido previsto en el art. 122 de la Constitución desprendiéndose progresivamente
de normas procesales ubicadas indebidamente en ella
 En cuanto al criterio de la consecuencia jurídica, éste sostiene que son normas procesales
las que inciden sobre los actos procesales anteriores a la sentencia y normas sustantivas las
que inciden sobre el contenido de la sentencia.
 Sin embargo, hay que advertir también la infracción de normas procesales puede influir en el
contenido de la sentencia dando lugar a un fallo absolutorio sin entrar a conocer el fondo del
litigio como cuando se dicta auto de sobreseimiento por falta de algún presupuesto procesal
insubsanable como la cosa juzgada o la litispendencia.
 En cuanto al criterio de la relación afectada, éste sostiene que son normas procesales las
que inciden en la relación jurídica procesal por afectar a los presupuestos, contenido y efectos
de los actos procesales y normas sustantivas las que inciden en la relación jurídica material
sobre la cual versa el litigio.

LA LEY PROCESAL EN EL TIEMPO

 Pasando a ocuparnos de la ley procesal en el tiempo, cabe recordar que la fuerza obligatoria
de las normas jurídicas está sometida a unos límites espaciales y temporales. En particular,
estos últimos vienen determinados por el comienzo y final de vigencia de las normas y por las
normas de Derecho transitorio.
o En cuanto al principio de la vigencia, el art. 2.1 del Código Civil dispone que las
leyes entrarán en vigor a los veinte días de su completa publicación en el Boletín
Oficial del Estado, si en ellas no se dispone otra cosa.
o En cuanto al término de la vigencia, el art. 2.2 dispone que las leyes sólo se derogan
por otras posteriores. La derogación tendrá el alcance que expresamente se disponga
y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley nueva, sobre la misma materia,
sea incompatible con la anterior. Por la simple derogación de una ley no recobrarán
vigencia las que ésta hubiere derogado.
o En cuanto al problema de la retroactividad, el art. 2.3 del Código Civil dispone que
las leyes no tendrán efecto retroactivo, si no dispusieren lo contrario.
 Por su parte, el art. 9.3 dispone que la Constitución garantiza el principio de
legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad
de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos.
 Finalmente, el art. 2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil dispone que salvo que
otra cosa se establezca en las disposiciones legales de carácter transitorio, los
asuntos que correspondan a los Tribunales civiles se sustanciarán con arreglo
a las normas procesales vigentes, que nunca serán retroactivas.
o Por su parte, la Disposición Transitoria Segunda dispone que los procesos declarativos
que se hallaren en primera instancia al tiempo de la entrada en vigor de la ley seguirán
rigiéndose por la legislación procesal anterior hasta que recaiga sentencia en dicha
instancia. Por su parte, la segunda instancia, los recursos extraordinarios y la ejecución
se regirán por la nueva ley.
o Del mismo modo, también se establecen normas análogas para los procesos que se
hallaren en segunda instancia, casación o ejecución al tiempo de la entrada en vigor de
la nueva ley.

LA LEY PROCESAL EN EL ESPACIO

 Pasando a ocuparnos de la ley procesal en el espacio, el art. 3 de la Ley de Enjuiciamiento


Civil dispone que con las solas excepciones que puedan prever los Tratados y Convenios
internacionales, los procesos civiles que se sigan en el territorio nacional se regirán
únicamente por las normas procesales españolas.
 En este sentido, hay que entender que los Tribunales españoles sólo aplicarán las normas
procesales españolas aunque deban aplicarse normas sustantivas extranjeras con arreglo a
las normas de Derecho Internacional Privado del Código Civil.

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