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Instituto IACC
En los tiempos actuales nos encontramos con una ciudadanía cada vez más empoderada,
organizada y exigente de ser partícipes de las decisiones que son atingentes a sus intereses y
necesidades, ya no nos conformamos con ser actores pasivos y seguidores de los lineamientos
que establezcan los gobiernos de turno. Por otro lado, esta evolución de la acción ciudadana, ha
obligado a los gobiernos a crear las instancias de participación ciudadana en las actividades y
funcionamiento de los servicios e instituciones públicas, además, estas instancias se han visto
favorecidas por la masificación en el uso de las tecnologías de la información y comunicación,
en donde, las plataformas de internet y las redes sociales han contribuido a una participación más
activa y en tiempo real.
Todo este involucramiento activo de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones de los
planes, programas y políticas publicas que están directamente relacionadas con su calidad de
vida, han sido tan importante, que en nuestro país estas instancias han recibido un
reconocimiento legal a través de la promulgación de la Ley sobre Asociaciones y Participación
Ciudadana en la Gestión Pública, que en uno de sus extractos establece que “el Estado reconoce
a las personas el derecho de participar en sus políticas, planes, programas y acciones”.
Dentro de los principios de la participación ciudadana, creo que aquel que representan un grado
fundamental de importancia, es el principio de transparencia, esto porque es de vital relevancia
que la ciudadanía tenga acceso a la información del funcionamiento y accionar del Estado de
forma fácil, rápida, clara y transparente.
La transparencia permite que las acciones del gobierno puedan abrirse a los ciudadanos, no solo
para que sean conocidas, sino para puedan ser evaluadas por la ciudadanía, de esta manera se
produce una instancia de vigilancia del accionar del gobierno en los diferentes ámbitos de acción
que repercuten en el diario vivir de los ciudadanos.
Sin embargo, creo que la transparencia no solo debe contar con un cuerpo legal y regirse bajo
ella, se debe garantizar que exista una cultura de transparencia, que la información no se
encuentre disponible por una exigencia normativa, sino que esté internalizada como parte de los
valores y conductas éticas de todo el aparato estatal. No sólo es importante saber que se hacen
con las platas o cuales son los planes o programas de desarrollo socio-económicos, sino que todo
tipo de información relevante pueda ser proporcionada de forma rápida, clara y de forma
completa, para no generar dudas o suspicacias con respecto a la realidad de la información
entregada. Por ejemplo, en esta última semana se produjo la muerte de un comunero mapuche en
un confuso operativo policial, sobre el cual hemos tenido información poco clara y transparente
del poder político y las instituciones que dependen del Estado, lo cual genera un grado de
incertidumbre y una sensación de manipulación de la información, lo cual no solo genera una
desconfianza de nuestras instituciones al interior del país, sino que también frente a la
comunidad internacional.
Bibliografía