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PERFIL ESTRATÉGICO DEL ORDENAMIENTO

Y PLAN DE MANEJO DE LA CONCHA NEGRA

I. Árbol de problemas de la explotación de la especie.

La fase final del estudio de ordenamiento y plan de manejo de la “concha negra” en los distritos
de Alanje, David y San Lorenzo, se abrió el sábado 21 de julio de 2012 con un taller
interdisciplinario realizado por el equipo investigador de Planeta Panamá Consultores.

Durante este se hizo un recorrido por todos los pisos de estudio que conforman el sistema
ambiental alrededor de la especie, y que fueron definidos en el Plan de Trabajo del Proyecto
Mar Viva ATN/ME-12186PN, BID/FOMIN. Fue una síntesis de lo alcanzado en las investigaciones
desarrolladas hasta la fecha, expresada en forma de problemas construidos sobre los
fenómenos descubiertos y sus causales; pero también fue una oportunidad para tomar
conciencia de la complejidad del trabajo de modelación que significa la tarea encomendada.
Porque del intercambio nacieron nuevas preguntas que crearon un entretejido más complejo
del sistema y su ordenamiento; y éstas tienen respuestas sólo desde ángulos sistémicos,
partiendo de la singularidad de las diversas ramas de especialidad del equipo hacia la dimensión
de las explicaciones omnilaterales, totalizadoras y lo más óptimas posible.

La socialización de la información sirvió también para darnos una visión articulada de los
diversos fenómenos que comprometen a la Anadara tuberculosa, develando las variables que
en cada uno de los componentes (ecosistema natural, sociedad, economía y normativa) del
sistema ambiental, juegan un papel destacado en la vida y desarrollo de la especie, por la
jerarquía que representan su pertinencia en el sistema.

Al final pudimos observar que sea por la causa que sea, la conducta de la concha no es
homogénea en el sistema estuarino estudiado. Hay áreas donde hay mayor densidad de la
especie que en otras; áreas diferenciadas por la abundancia de ciertos tamaños; áreas donde
antes se extraía el producto y ahora no hay; sitios que difieren por los rendimientos en la
extracción, etc… También se percibió que hay ciclos en la reproductividad y meses donde ésta
es pronunciada y otros donde no lo es. Las explicaciones a estos fenómenos representan sin
dudas el sustrato del conocimiento para las medidas de manejo que se van a proponer.

Se decidió por otro lado, como parte de la formulación del plan estratégico de manejo y factor
de la reorganización territorial, la realización de un modelo de ordenamiento alrededor de la
especie, con sus categorías espaciales de área, mediante la información de la estructura y
funcionamiento del sistema ambiental que la sostiene y que forman parte de la problemática
encontrada. Significó esto definir las variables pertinentes del sistema que se relacionan con la
“concha negra”, de forma a seleccionar aquellas que inciden en sus problemas de reproducción,
crecimiento y explotación 1, jerarquizarlas y articularlas para formular una propuesta adecuada.

1
Estas variables pueden ser indistintamente sociales, económicas, ecológicas o legales.

1
El modelo así construido es validado en cuanto dé respuestas a todas las preguntas planteadas
sobre los fenómenos de la especie.

En este campo de la actividad conceptual se encontró la primera dificultad. Y es que los


modelos de ordenamiento existentes, aún aquellos destinados a la gestión ambiental, están
considerados para manejos territoriales de amplio espectro y escalas como son el urbanismo,
desarrollo agrario, parques protegidos e incluso recursos físicos como el agua, pero no hay
antecedentes claros de ordenamiento para garantizar la sostenibilidad de una especie biológica.
Utilizando entonces un modelo tradicional, realizamos los ajustes pertinentes a sus factores de
análisis para ser aplicados al caso presente, especialmente en lo referente al uso de variables de
micro-escala que deben definir unidades de macro-escala en materia de la gestión ambiental.

La idea plasmada en el Plan Indicativo General de Ordenamiento Territorial Ambiental (PIGOT),


aprobado por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), de reconocer esta tarea de
planificación como la acción de “adecuar y preservar la base de sustentación ecológica, entre
ellos los recursos naturales, en atención a las demandas socioeconómicas y reorientar dichas
demandas si la fragilidad ecológica así lo recomienda y si las condiciones y cualidades de los
recursos naturales no favorecen su aprovechamiento intensivo, así como la asignación de usos
del territorio y la localización de actividades económicas e infraestructura asociadas a los
mismos”, nos pareció desde un inicio el más correcto como principio rector. Partimos así de
este concepto, para llevarlo a la aplicación de la sustentabilidad de la especie en el contexto de
su explotación.

En tal sentido se estudió el sistema de análisis integrado de los componentes de diagnóstico,


recogido por el documento PIGOT. Una gran relevancia −en la interacción entre las condiciones
físicos naturales y las condiciones socioeconómicas−, asume lo que califican de “problemas
restricciones”. Esto, porque encierra en su dinámica los asuntos que realmente se deben
resolver con el ordenamiento y manejo, a partir de los recursos y potencialidades existentes
(ver Diagrama 1).

Se estableció de esta forma, primeramente, un esquema aproximado del ciclo que caracteriza la
problemática actual de la especie, con el fin de seleccionar las variables de su sostenibilidad que
aparecen como fuerza de fricción. Este ciclo quedó resumido así (ver Diagrama 2):

Se inicia en el plano de la economía familiar, con una relación económico-social cuyo rasgo
medular se origina por la desigualdad que golpea al conchero, entre sus egresos por el costo de
la vida y los ingresos por la explotación de la especie, anclado como está en la tradición de la
“concha negra”, que no le ilumina sino que le nubla las opciones de otras oportunidades. En
otras palabras, el desequilibrio “Ingreso familiar < Costo de la vida”, deviene el eje principal que
mueve el ciclo de problemas, una fórmula en la que el costo de la vida está condicionado por
factores exógenos como lo es la tasa inflacionaria impuesta por el desarrollo regional,
especialmente en el territorio del Valle de la Luna.

2
DIAGRAMA 1

En el desarrollo regional se distinguen entonces dos factores de presión: uno que actúa como
condicionante del cuadro familiar del conchero (costo de la vida, conducta del mercado
regional, oportunidades del medio, etc.) y otro que incide directamente sobre el orden
ecosistémico (densificación de la población, industrialización, desarrollo agrícola y pecuario,
procesos de conurbación, políticas de saneamiento, etc.), con efectos inequívocos sobre el
hábitat estuarino en el que se desenvuelve la especie.

3
CICLO PROBLEMÁTICO DE LA CONCHA NEGRA
(DIAGRAMA 2)
Ingreso / Costo familiar Desarrollo regional
Situación social del Orden ecosistémico
conchero regional
Hábitat de la
Sistema productivo
especie
Relaciones de Nivel de fuerzas Calidad agua Textura suelo Bosque manglar
producción productivas
Esfuerzo pesquero/
rendimiento productivo
Afectación de la especie
Este desbalance del “conchero”, entre el ingreso y egreso familiar, resulta crítico cuando se
asienta sobre su situación social concreta, en la que concurren variables específicas
relacionadas con la actividad extractiva de la “concha negra”: irregularidad de la ocupación
laboral, ausencia de seguro social, carencias educativas, visión tradicionalista de la especie,
hábitos obsoletos y fragmentada organización social productiva, que en conjunto nos hablan de
un contexto social grave. El hecho es que este binomio incide directamente sobre el sistema
productivo actual, correspondiente a la explotación de la especie.

En efecto, todos estos elementos son condicionantes que recaen poderosamente sobre el
sistema de explotación de la Anadara tuberculosa. En el fondo este sistema, que tiene como
marco más general la estructura económica social regional, se debate entre una economía
pujante de mercado capitalista, en proceso de tejer su madurez (David, Boquete, etc.), y las
prácticas productivas de una economía familiar artesanal y tradicionalista, de tipo pre-
capitalista. Como bien lo sostienen los especialistas de la economía ambiental: la dimensión
económica del desarrollo sostenible tiene sus raíces fundamentales en la economía política, sin
la cual es incomprensible la problemática económica que la envuelve.

Este eslabón tiene dos columnas dinámicas que lo mueven y que definen en sustancia la “base
económica” local, dentro del modo de producción capitalista dominante. A nivel de las
“relaciones de producción”, se encuentran las relaciones que se establecen en la cadena de
valor entre productores, intermediarios y consumidores, y la relación que le sigue de
costo/precio/beneficio del producto, sin que haya por cierto ninguna reglamentación que fije un
mínimo de equilibrio. En este punto la víctima (para decirlo de alguna manera), por las
anomalías de la cadena es el extractor conchero, que pone todo el costo de la explotación; y el
victimario sería el intermediario, muchos de los cuales son también dueños de los instrumentos
como el transporte acuático y/o equipos de procesamiento. Pero hay algo más: quien pone el
mayor esfuerzo y riesgo es el extractor conchero, siendo al mismo tiempo el que recibe la
menor parte de la riqueza producida.

También están las relaciones que se dan dentro de un mismo segmento social productivo (los
propios extractores por decir uno). Consiguientemente, cabe identificar la función de cada
grupo del segmento en la actividad correspondiente y sus interacciones. Por ejemplo algunos
extractores ponen valor agregado al producto que cosechan y compran el de otros colegas,
mientras que otros no. Hay así un nivel de intercambio combinado entre ellos, que poco a poco
dibuja una jerarquización social, la cual disloca el interés común.

La otra columna del sistema es el nivel de desarrollo de las “fuerzas productivas”. En este campo
la investigación arroja dos aspectos principales del problema: el estado de desarrollo del capital
social, a nuestro criterio, con muy baja capacidad técnico-cognoscitiva, gerencial y organizativa
de la producción, vistos los nuevos retos planteados por la especie y el mercado y las
oportunidades para enfrentarlos; y luego, la propia infraestructura tecnológica y financiera, que
abarca desde los métodos de manejo y equipamientos de extracción actuales, hasta las
tecnologías de sanidad, envase, presentación del producto, reciclaje de residuos y los accesos a
flujos de capital de inversión y operación.

5
Del análisis de la interacción entre estas dos columnas de variables, se desgajan anomalías
importantes del sistema productivo, las cuales advierten sencillamente, una gran ausencia de
competencias para responder a las expectativas de sostenibilidad económica del productor, en
función de la rama de actividad. Esto presiona entonces sobre la especie, por aquella búsqueda
de un mejor rendimiento del esfuerzo pesquero. Y eh aquí un segundo problema presente!...
Cuando se revisa la data recogida, lo que se percibe es que el rendimiento por el esfuerzo ha
venido bajando en promedio; incluso se presentan momentos en los que la relación “cantidad
de unidades vs esfuerzo”, se vuelve realmente regresiva porque los frutos de la extracción
devienen constantes a pesar del incremento del esfuerzo.

En este renglón del ciclo conviene desentrañar el otro factor de presión señalado, de orden
regional. Este imprime su huella sobre el medio ecosistémico, afectando indirectamente el
hábitat de la “concha negra”. En efecto, la actividad productiva regional transfiere materia y
energía sobre los ecosistemas locales, produciendo como consecuencia una estructura
contradictoria cuya más clara expresión se puede leer en el paisaje de los usos de suelos, contra
el potencial edáfico, tanto en sus pormenores rurales como urbanos. El hecho sobresaliente es
que este orden ambiental, de carácter antropogénico, ha venido recibiendo transformaciones
derivándose graves irregularidades que están alimentando procesos de empobrecimiento del
hábitat de la concha negra. Tres aspectos medulares se subrayan como variables de incidencia:
la calidad del agua (destacándose las variables de salinidad, coliformes, metales, nitratos y
temperatura 2); la textura de suelos del estuario (resultado directo del manejo de suelos
continentales3), y los usos del bosque de manglar (cáscara de corteza, leña, varas, etc.).

Los tres atributos crean en conjunto situaciones problemáticas en el sistema estuarino, en


particular la calidad sanitaria del agua, que no garantizan la mejor sostenibilidad y calidad de la
especie respecto a la necesidad productiva del “conchero”; o sea que inciden directamente
sobre el resultado del esfuerzo pesquero en aquella búsqueda del mejor rendimiento de la
producción…

No corresponde ahora detenerse a encontrar el término preciso que recoja la esencia del saldo
de esta evolución; pero consideramos que al presente hay suficientes elementos para afirmar,
que se está en presencia de lo que calificaríamos de “riesgo” con significativa probabilidad de
ocurrencia, de una regresión cualitativa de la población, condición que exigiría por el momento
la operación de buenas prácticas y manejos mediante un plan específico de gestión. En todos los
casos, lo que se advierte al final de los análisis estadísticos es un fenómeno contradictorio
grave; pues aparece con claridad que el productor hace cada vez mayor esfuerzo con resultados
de menor rendimiento, lo cual es un indicador de que las capturas por unidad de esfuerzo (índice
de abundancia relativa pesquera) ha llegado a su nivel máximo de explotación, o lo que
llamamos el “Rendimiento Máximo Sostenible”; y esto es crítico en momentos en que salvar la

2
Estas variables han sido analizadas en su distribución espacial y periodo climático mediante la concentración, y en
sus consecuencias sobre la sanidad ambiental del ecosistema.
3
El mal manejo está produciendo texturas altamente arenosas en el estuario, donde no las había.

6
situación de pobreza local está exigiendo (por ejemplo a los 44 pescadores activos de Pedregal),
un incremento severo de la cantidad de conchas extraídas por salida ante los precios del
mercado.

Es así como llegamos a la situación de la propia especie, la “concha negra”. A esta altura del
diagrama, las variables afectadas son indiscutiblemente la distribución por densidad y tamaño y
la reproductividad. Y la pregunta inmediata que surge es: ¿qué está pasando realmente con la
población, vistos los atributos de presión?... ¿Cuánto inciden en su situación los factores
entrópicos del orden ecosistémico, y cuánto el factor antropogénico de pesca?…

Lo que se puede aducir con la información recogida y debidamente validada durante los nueve
meses de trabajo de campo, en el año de actividad 4, es que la población de la “concha negra”
muestra signos de un deterioro real, fenómeno que la ha puesto inobjetablemente en ese
estado manifiesto de máxima explotación; pero también que está favorecida por los espacios
extensos del ecosistema estuarino, los cuales son lo suficientes para que ella haya podido
moverse encontrando siempre hábitats adecuados dentro de la variabilidad climática anual y la
condición contaminante, solventando así sus existencias. Esto es lo que permite proponer a la
fecha una puesta en marcha de regulaciones de manejo, más que de prohibiciones de pesca.
Agregamos que cuando hacemos los análisis correlativos entre las densidades y tamaños de
especies, y las variables ambientales estudiadas, por ejemplo de calidad de agua, surge de
inmediato al ver sus resultados (R^2 = 0,80 y R^2 = 0,75 respectivamente), que hay una estrecha
relación entre estos componentes; en tanto que la correlación entre Captura y Esfuerzo es muy
baja (R^2 = 0,3). A esto se suma también una correlación muy estrecha que aparece entre las
texturas de suelos y las densidades de especie 5. Es decir que, asumiendo que tanto la pesca
como el orden ecosistémico concurren juntos para la formación del fenómeno observado del
organismo, no hay dudas que la variabilidad de la condición ecosistémica tiene hoy por hoy un
peso superior a la actividad de captura, en la situación. Y esta variabilidad tiene por igual causas
naturales como antropogénicas, siendo las últimas más complejas en su solución, porque
rebasan el estricto espacio del “conchero”, para alcanzar una escala de carácter regional.

El análisis de la información nos da suficientes argumentos entonces, para trazar la tesis


fundamental del problema de la explotación y sostenibilidad de la especie. Ésta la resumimos de
la siguiente manera:

“La presión antropogénica del extractor, dinamizada por su condición social precaria,
junto a la situación del hábitat debida a las transformaciones en el orden ecosistémico,
son los dos factores centrales que concurren actualmente al deterioro que afecta a la
especie, con un impacto que no resulta cualquiera si nos atenemos a las cifras definidas a
lo largo del diagnóstico realizado, pero que tampoco está desencadenando por el
momento un proceso entrópico irreversible en su población. Para ser exactos, esta
4
Es un tiempo que nos parece corto para la tarea fijada, pues un programa adecuado de recolección de datos
debiera haber durado dieciocho meses.
5
En los estudios realizados de textura de suelo vs densidad de especies queda establecido que las bajas
concentraciones de arenas, son determinantes para la densidad de especies.

7
combinación de factores ha llevado al organismo a su “fase plena de explotación”, o sea al
estado de su límite máximo de pesca, el cual, si lo transgredimos puede efectivamente
romper la medida del equilibrio dinámico que garantiza su sostenibilidad, generándose
inevitablemente cambios cualitativos en el ciclo de vida de la población, con efectos
indiscutibles en la cadena ecológica del sistema estuarino. La consecuencia en la especie
de estos factores de presión, cuyo mayor peso lo lleva la condición actual del orden
ecosistémico, es lo que se manifiesta en ese esfuerzo cada vez más alto en materia de
pesca, con rendimientos productivos más bajos”.

La tesis queda demostrada cuando observamos la estadística lograda en el curso de las


investigaciones y resumida en el Informe N° 2 de febrero 2012 6, Producto 8, en su parte de la
“oferta” producida sobre una serie de tiempo de 10 años. Ésta muestra una tendencia negativa
en la curva de regresión del 2001 al 2011, marcando en su extrapolación al 2012 y 2013 una
extracción aproximada de 31 y 24 docenas por extractor/salida respectivamente, cuando 10
años atrás la cantidad era de 111 docenas.

Gráfica
Extracción Total Anual de Concha Negra
120 y = -6.832x + 112.5
R² = 0.9822
100

80
Extracción Total Anual
60 de Concha Negra
Linear (Extracción Total
40 Anual de Concha Negra)

20

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

Fuente: Equipo investigador, en base a datos proporcionados las encuestas y entrevistas a concheros

Y bien; la cifra está dentro de los márgenes cercanos y aceptables de la data de trabajo de
campo 2011 – 2012, recogida al pie de los desembarcos, la cual establece que un conchero
levanta actualmente alrededor de 448 conchas en promedio por día, y trabaja un aproximado
de 24 días al mes7. Es decir que está en el rango de unas 35 docenas de conchas por salida. Pero

6
Producto 8: Análisis de factibilidad del mercado de la cadena de comercialización de la “concha negra”.
7
Informe N° 3 de junio 2012: Producto 3, Actividad extractiva.

8
nos demuestra también ‒tomando en cuenta por ejemplo el universo de 44 concheros activos
que se dedican hoy a la faena en Pedregal, área que nos permite tener la mejor regularidad‒,
que al llegarse a la captura por unidad de esfuerzo de las 448 conchas, se está tocando ya el
techo del esfuerzo y que a partir de allí, más esfuerzo solamente significa menos rendimiento
porque la curva de la Captura Mensual comienza a descender.

Captura Mensual vs Esfuerzo (número de pescadores) durante los meses de colecta.


Comunidad de Pedregal

Captura mensual vs Esfuerzo


600000 50
Captura mensual (número de conchas

45

Esfuerzo (Número de pescadores)


500000
40
35
400000
30
extraidas)

300000 25

Captura Mensual 20
200000
15
Esfuerzo (número de
pescadores) 10
100000
5
0 0
Nov. Dic. Ene Feb. Mar. Abr. Mayo
Meses

Fuente: Equipo investigador.

El hecho es que este estado de “fase plena de explotación” retorna al inicio del ciclo
problemático de la especie en forma de lastre, por las condiciones de producción existentes; es
decir, que termina nuevamente en la fórmula de “Ingreso familiar < Costo de la vida”, con la
característica de que en cada vuelta se agrava la situación del productor en el tiempo, porque
los costos de producción crecen, las cantidad de extracción por salida baja, los precios de venta
se mantienen constantes y el costo de la vida (inflación) sube. Desde este punto de vista, el que
no se sale de este ciclo bajo nuevas oportunidades, se queda encerrado entre una pared y el
abismo, haciendo peligrar con su caída a la propia Anadara tuberculosa.

Esto es en síntesis el ciclo de la problemática de la “concha negra”, funcionando de arriba hacia


abajo a través de las dos columnas señaladas de presión (producción y ecosistema) y de abajo
hacia arriba, desde el estado de la especie hacia el deterioro del ingreso.

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II. Consideraciones sobre el modelo de ordenamiento.

El ciclo formulado contiene un conjunto de variables, que son las que finalmente forman parte
del ordenamiento que se plantea. Éstas son las siguientes:

Medio ecosistémico natural:


Geomorfología regional
Suelos (potencial edáfico y usos de suelos)
Atributos climáticos
Atributos marino fluviátiles (dinámica de corrientes)
Calidad del ecosistema estuarino (textura de suelos, calidad de agua y bosque manglarítico)

Medio biológico pesquero:


La especie (situación de densidad, tamaños, reproducción)
Pesquería (situación de la especie por captura vs esfuerzo pesquero)

Medio social y cultural:


Marco regional (dinámica de población; desarrollo agrario, industrial y comercial; procesos
de conurbación, oportunidades laborales, servicios e infraestructuras de saneamiento
ambiental)
Pobreza (ingreso familiar, irregularidad de ocupación, seguridad social, educación,
alimentación y salud del “conchero”).
Dimensión cultural (visión del “conchero” de la “concha negra” y de su hábitat)
Prácticas (hábitos y organización social)
Desarrollo del capital social (organización productiva, capacidad técnico-cognoscitiva,
capacidad gerencial).

Medio económico:
Marco regional (estado de desarrollo del mercado regional, costo de la vida)
Agentes económicos
Base tecnológica y financiera
Oferta/demanda
Relaciones de la cadena de valor
Efecto costo/precio/beneficio
Valor agregado

Medio Legal:
Normativa de área protegida
Normativas existentes que regulen los procesos actuales que inciden en la especie.

De este ciclo podemos deducir, por el diagnóstico realizado, que los eslabones críticos para una
reorganización del sistema ambiental, en dirección a crear las condiciones de una producción
sostenible de la especie, se concentran en tres puntos fundamentales: la condición ecosistémica
del estuario, el sistema productivo y las reglas de pesca de la especie.

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En relación a la condición ecosistémica del estuario, el factor determinante es la insostenibilidad
del desarrollo actual del entorno continental del Valle de la Luna chiricano. El manejo agrario,
industrial y urbano en su forma de producción intensiva, no ha incorporado todavía la
dimensión ambiental del desarrollo, ingresando en los procesos productivos solamente de
forma fragmentaria, impulsada más por normativas derivadas de los mercados de exportación,
que por políticas locales, regionales o nacionales, que operan con instituciones sumamente
débiles. El ecosistema del estuario sufre en estos momentos de una altísima presión
antropogénica regional, que lo ha puesto en condiciones de deterioro visible y con perspectivas
de ubicarse en un alto riesgo de irreversibilidad por sus impactos. El uso intenso de
agroquímicos persistentes, los vertidos elevados de contaminantes por efluentes industriales sin
tratamientos, la generación actual de un alto volumen de aguas servidas urbanas sin planta de
saneamiento, la ausencia de rellenos sanitarios para los diferentes desechos producidos por una
ciudad densa con la de David, son factores que están actuando ya a favor de este proceso
entrópico del sistema. Este modelo de desarrollo tiene que cambiar.

Respecto al sistema productivo, el nuevo orden debe comenzar por el fomento y desarrollo de
las fuerzas productivas del sector. Se debe dar un salto cualitativo de lo extractivo artesanal, a lo
extractivo industrial asociativo, sea esta unidad pequeña o grande, incorporando
particularmente tecnologías apropiadas de manejo y sostenibilidad ambiental, que garanticen
sobre todo el sello de la sanidad del producto y que genere además valor agregado a la materia
prima. Esto es un tránsito necesario para que evolucionen las relaciones actuales de producción.
Pero para ello, es imprescindible una gran transformación cultural del “conchero”, que abra las
puertas a la adquisición de nuevas capacidades (gerenciales, tecnológicas y financieras), así
como también a una nueva visión del desarrollo.

El salto implicará a no dudarlo, el rompimiento de una serie de eslabones obsoletos de la


cadena de valor y de retrancas a la competitividad. En el fondo, es poner en fase las relaciones
actuales pre-capitalistas de producción, con el modo de producción capitalista dominante en la
región, pero dentro de una óptica moderna propia de la economía verde. De seguro, si esto se
logra, el intermediario especulador, que extrae del conchero el mayor porcentaje del plusvalor
realizado, se caerá ante la perspectiva de la unidad productiva de ingresar directamente al
mercado por una vía industrial transformadora; y será con un producto limpio y obtenido
mediante el manejo sostenible de la especie, o sea, certificado.

Por lo que se refiere a la propia especie, queda claramente establecido que no hay necesidad de
prohibición, o de las llamadas “vedas” de pesca. El espacio del estuario resulta suficiente para
garantizar la sostenibilidad en su explotación, a base de regulaciones del esfuerzo, del tamaño
adecuado de la especie y sobre todo, del uso correcto del espacio estuarino, mediante
categorías de áreas que definan reglas claras de uso y manejo.

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III. Líneas estratégicas de manejo.

Las líneas estratégicas están dirigidas, obviamente, a lograr un reordenamiento del sistema con
el propósito de resolver las incongruencias y deficiencias encontradas… Se cae así de su peso,
que tal como está planteada la situación, el plan de manejo responderá a los problemas de cada
uno de los eslabones del ciclo y de su totalidad; y que en su expresión territorial tendrá un
orden geográfico que exprese los manejos y reglas del sistema ambiental y la especie, para
sostener su existencia económica. Al respecto se observará que las casillas del ciclo encierran
problemas diversos: de normativas en unas, de usos del territorio en otras, de controles de
pesca y programación en otras, etc… Al final, el plan debe responder a todos ellos.

Los lineamientos estratégicos son así los siguientes:

1. Propuesta biológica pesquera.

Esta propuesta está levantada sobre la base de que actualmente existen alrededor de 40
pescadores que se dedican a la actividad extractiva. En promedio se ha estimado la captura
actual en 448 conchas, realizando la actividad 24 días al mes. Ya se ha dicho, con estas cifras,
que la Captura por Unidad de Esfuerzo (CPUE), disminuye aún si el número de pescadores
aumenta; y que las características reproductivas en el medio actual de Anadara tuberculosa han
permitido que se pueda seguir extrayendo por todos estos años. No obstante ya se comienza a
ver el declive de la especie en general.

Los análisis realizados para determinar la relación entre el organismo y el medio ambiental,
indican que individualmente los parámetros físico químicos no inciden significativamente sobre
la concha, pero en conjunto establecen una asociación marcada. La correlación entre el
esfuerzo y el número de conchas obtenidas por pescador diariamente es casi inexistente. Este
dato reafirma entonces que, actualmente, la captura puede estar en el punto de inflexión donde
supere la producción natural de toda el área de los manglares de Chiriquí (o David,
particularmente).

1.1. Limitar el número de pescadores o concheros que se dediquen a la actividad, a cuarenta


(40) individuos como máximo.

Los datos indican que cuando el esfuerzo o número de pescadores aumenta, esto no contribuye
a una mayor captura, sino que se puede comenzar a ejercer una mayor presión sobre el recurso.
Dado que los datos indican que se ha llegado a una producción máxima del recurso, es
importante regular el número de personas que se dedica a la actividad diariamente.

1.2. Establecer la talla mínima de extracción a 45 mm.

Los resultados del estudio reportan tallas mínimas de maduración de 31 mm a 36 mm para


machos y hembras, respectivamente. El tamaño encontrado para los organismos desovados fue
de 32 mm para los machos y 36 mm para las hembras. Los datos nos indican que una captura de

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organismos superiores a los 45 mm aseguraría al menos, la primera fase de desove para la
Anadara tuberculosa (concha negra). En caso de que se capturen conchas más pequeñas
pueden ser sembradas en lugares designadas como áreas de cultivos.

1.3. Establecer un número de conchas por pescador por día.

Al encontrarse la especie en un estado de explotación máxima, es importante llevarla a una


explotación óptima, la cual permite que pueda ser utilizada por mucho tiempo dando mejores
beneficios a los extractores. En este sentido un número de conchas extraídas por pescador
limitado a 400 unidades/día permite mantener el eje económico establecido con la especie y
propuesto en el presente estudio. Lo óptimo es bajarlo a 250 tomando en cuenta la
convergencia a las áreas de pesca de extractores con embarcaderos distintos a Pedregal.

1.4. Implementar rigurosamente las categorías de áreas de manejo.

La caracterización de cada área de manejo permite realizar actividades específicas en cada una
de ellas, permitiendo un mejor manejo de la especie para su explotación. Al asignar actividades
concretas en cada una de estas zonas, se podrán desarrollar cultivos y estudios, e inclusive
asignar lugares para la no captura del recurso debido a condiciones específicas.

1.5. Crear un registro de extractores de “concha negra” por la institución responsable.

La creación del registro permite establecer un mejor control en la pesca del recurso, al tener un
control personalizado de los extractores que se dedican a la actividad. Esto es de suma
importancia debido a que puede ser la base para poder manejar el recurso concha negra con
efectividad. El registro puede complementarse además con el establecimiento de embarcaderos
únicos para la descarga del producto, con fiscalización.

Todas estas líneas de acción deben ser realizadas mediante talleres explicativos sobre la
condición de la especie, el grado de explotación y otros factores que afectan el recurso.
Algunos miembros de la comunidad han recibido además capacitaciones que les permiten
colectar muestras para la determinación de densidades en diferentes zonas, pudiéndose
mantener un permanente monitoreo sobre la especie.

2. Propuesta ambiental y sanitaria.

2.1. Mejorar la calidad sanitaria ambiental del área.

Las áreas de producción de bancos naturales deben ser evaluadas, clasificadas y sometidas a un
programa de vigilancia sanitaria de la calidad de las aguas, que demuestre que al momento de la
extracción o recolección de los moluscos bivalvos vivos, destinados al procesamiento o a la
comercialización para el consumo humano, se encuentren cumpliendo con los criterios
sanitarios referidos y establecidos en la norma. Para el desarrollo de esta estrategia es
fundamental la acción coordinada de todas las instituciones que tienen jurisdicción sobre el uso

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y políticas de conservación de los recursos naturales en las zonas directas y/o adyacentes al
área, y deberá ser a nivel nacional, regional y local.

Las instituciones principales son el Ministerio de Salud, la Autoridad de los Recursos Acuáticos
de Panamá (ARAP), la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), la Autoridad Marítima de
Panamá (AMP), los Municipios de la región, las ONG’s.

Este lineamiento exige una serie de actividades colaterales, entre las que se pueden mencionar:

Hacer de conocimiento general los hallazgos sobre la calidad sanitaria del agua.
Mantener y operar por parte de los concheros una política propia de limpieza del estuario y
de educación sobre la necesidad de la sanidad en el entorno
Promover el intercambio de información a través de talleres institucionales, sobre los
proyectos que se están realizando en la región de influencia del estuario referente a la
problemática existente.
Desarrollar sinergias entre el sector institucional y el sector académico para crear un plus,
que aporte Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I).
Designar un grupo técnico, de preferencia estatal, de monitoreo interdisciplinario e
interinstitucional sobre la variabilidad del ecosistema, implementando lo expuesto en el
CODEX Alimentarius.
Establecer un Centro de Datos que ofrezca el servicio de información en el ámbito regional
de estudio, el cual debe trabajar con un Sistema de Información Geográfica para el área.

2.2. Mejorar la calidad sanitaria del producto.

El aprovechamiento racional de los moluscos bivalvos vivos requiere de la aplicación de una


normativa sanitaria diferenciada de aquella aplicada a los productos pesqueros de consumo
humano, por presentar riesgos para la salud diferentes a los detectados en pescados. Por lo
tanto toda actividad que se dedique al proceso y comercialización de productos vivos para
consumo humano, debe contar con el aval y técnicas establecidas por la autoridad competente
en materia sanitaria (MINSA).

Sin embargo, creemos que es propicio adelantar algunas acciones que deben conllevar al
mejoramiento de la calidad sanitaria de la concha post captura. Proponemos al respecto lo
siguiente:

Transporte del producto.


− Lavar el producto para retirarle el lodo, preferiblemente con agua de mar limpia.
− Evitar que las conchas tengan contacto con las aguas del bote; combustible y otras
substancias que podrían ocasionar una contaminación directa o indirecta.
Acciones a Bordo.
− Ubicar el producto a una distancia prudente del motor y tanque o consumidor.
− colocarlas en recipientes abiertos pero de fondos rígidos, evitando el contacto con
personas o agua sucia.
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Sitio de desembarque.
− Al descargar el producto evitar que el mismo tenga contacto con las aguas próximas al
sitio, ya que los niveles de contaminación fecal y total son muy elevados en la zona.
− Adecuar el sitio de desembarque con agua potable, energía eléctrica, implementar un
plan de recolección de los sólidos.
− Definir un sitio para el desconchado, que reúna condiciones de sanidad y se recomienda
utilizar instrumentos de fácil lavado y no adherentes de partículas y material orgánico.
− Ubicar un sitio para la disposición final de las valvas (Anexo1- Alternativas para el
aprovechamiento de las valvas).
Desconchado.
− Tener un plan HACCP aprobado por la Autoridad para el proceso de reducción de
patógenos a niveles seguros para la salud pública en el producto. El procesador debe
demostrar que el proceso reduce los niveles de patógenos en el área niveles no
detectables, lo cual debe ser determinado usando el método aprobado por la FDA
(Tamplin, et al), considerado en el Bacteriological Analytical Manual, 7th Edition, 1992, u
otra metodología aprobada por la Autoridad competente en materia Sanitaria.
El plan HACCP debe considerar:
− Controles de proceso que aseguren que se alcance el criterio final en cada uno de los
lotes de moluscos bivalvos sometidos a proceso.
− Un programa de muestreo que verifique periódicamente que se logre el cumplimiento
de los criterios establecidos.
− En el proceso se debe utilizar agua potable y el tiempo de inmersión del producto debe
ser recomendado por la autoridad competente en salud pública, que permita mantener
la calidad organoléptica e inocua del mismo.
− Capacitación en higiene y manejo de productos pesqueros por el Ministerio de Salud.
− Implementar el CODEX en todo su contexto para la comercialización y las normas para
los moluscos bivalvos crudos y vivos.

3. Propuesta socio cultural.

Este eje va dirigido a la formación y organización del capital social. Comprende todas aquellas
acciones necesarias para elevar las capacidades del conchero, hasta ahora disperso, sin
organización alguna que lo cohesione para emprender una actividad sostenible con los recursos
presentes en el ecosistema de manglar. Las acciones están orientadas principalmente a la
creación de capacidades para la conformación de la organización social necesaria para
fortalecer sus relaciones con el mercado de la concha negra y otras especies emergentes en la
región chiricana. Por lo tanto, los emprendimientos resultantes del esfuerzo colectivo mayor no
sólo apuntan al aprovechamiento de la especie de la concha negra, sino hacia el desarrollo de
las múltiples alternativas de uso que ofrece el ecosistema de manglar.

Se trata entonces de generar un proceso nuevo de relacionamiento entre los concheros y el


ecosistema en el que se encuentra la especie, con oportunidades para una mejor calidad de
vida, seguridad alimentaria, conservación del ecosistema y el bio-comercio en la región,

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aprovechando todas las ventajas comparativas de contar con un ecosistema tan rico como el
manglar, y transformándolo en ventajas competitivas, con beneficios directos para las
organizaciones que logren conformarse.

Esta propuesta encuentra su mejor sustento en la idea de que un re-ordenamiento del sistema
ambiental no podrá ser efectivo, si no se reorganizan las relaciones sociales presentes en el
ecosistema. De esta forma, consideramos que el reordenamiento de los manglares y el uso de
la especie presente en ellos, como la concha negra, requieren no sólo de una organización social
de los concheros que la extraen; sino también de la creación de un nuevo tejido social en el que
coordinen de otro modo sus relaciones de producción con el mercado; las autoridades y
municipios; y accedan a nuevos fondos para el fortalecimiento de esta re-organización social
que debe emerger, creando una cultura ambientalmente sostenible.

3.1. Reorganización del sistema y actores involucrados

Pirámide organizativa hacia la sostenibilidad ambiental

Fuente: equipo social del estudio

3.2. Promover iniciativas alternas.

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Promover iniciativas de conservación del ecosistema de manglar y de su diversidad
biológica a partir de especies como la concha negra, la “pastelera” y otras, que
culturalmente son muy apreciadas localmente.
Promover mecanismos de compensación y/o pago por servicios ambientales para la
conservación del ecosistema de manglar, que a su vez genera una multiplicidad de servicios
ambientales tanto a los ecosistemas terrestres como marinos.
Impulsar el desarrollo del mercado de la biodiversidad y los recursos genéticos a través del
biocomercio y la biotecnología, dado que la biodiversidad es una gran ventaja de esta
región del país.
Estimular la coordinación y fortalecimiento de la conectividad entre organizaciones sociales
de concheros, autoridades gubernamentales, organismos donantes y académicos para la
formación de una cultura ambiental sostenible en la región

Estas 4 líneas de acción pueden ser financiadas por el Programa de Bio-CAF si para ello se
realizan los esfuerzos que culminen con la creación de una red de organizaciones sociales entre
los concheros de los tres distritos en atención: Alanje, Pedregal y San Lorenzo. De igual modo, la
creación de la “organización social” y su fortalecimiento son vitales para acceder a recursos
proporcionados por ejemplo, por la Fundación NATURA, la propia Mar Viva o bien, el Programa
de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD/GEF/PNUD).

3.3. Promover y estimular la necesidad de la organización social entre los concheros.

Informar a los concheros sobre las diferentes figuras de organización que existen en el país,
con sus ventajas y desventajas, a través de talleres enfocados al entendimiento de estas
figuras y sus trámites.
Promover la necesidad de la organización social, con el mejor ajuste a las necesidades de la
región y áreas de estudio y a la cultura de los concheros.
Crear conciencia jurídica para la formal actuación legal de las organizaciones sociales
productivas, a través de talleres de fortalecimiento de las capacidades de la organización
seleccionada.
Establecer alianzas estratégicas con otras organizaciones productivas, instituciones,
agencias de cooperación y universidades (por ejemplo cooperativas de pescadores,
CONADES, fundaciones, universidades, etc.)

3.4. Formación de capacidades.

Formar las capacidades de las organizaciones sociales, a partir de la comprensión del territorio y
la necesidad de su reordenamiento. De igual modo, la formación de estas capacidades debe
incluir el conocimiento y manejo del ecosistema de manglar para estimular el mejor uso de las
ventajas comparativas de que disponen con el fin de convertirlas en ventajas competitivas que
representen una mayor calidad de vida para los miembros de las organizaciones.

3.5. Transición cultural.

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Crear los elementos para la transición cultural que hace falta para implementar alternativas de
transformación del paisaje y sus usos, así como la diversificación de productos y de las
alternativas que presenta el ecosistema.

Crear y fortalecer las organizaciones de productores y concheros, vinculados a procesos


asociativos en torno a la soberanía alimentaria en su localidad y región.
Fortalecer la participación comunitaria ‒entre organizaciones creadas y comunidades‒,
para que sean gestoras de su desarrollo y se apropien de sus problemas relativos a la
actividad extractiva, proponiendo soluciones adecuadas y de las que participen en el
reparto de sus beneficios.
Ejecutar un plan de capacitación que responda al diagnóstico socioeconómico, biológico-
pesquero y ambiental-sanitario entregado en el cual se estimule los principios de:
− Educación a partir de “aprender haciendo”
− Intercambio o diálogo de saberes con otros grupos del país en ecosistemas similares
− Construcción de nuevos conocimientos y prácticas productivas
− Desarrollo de acciones de organización social en la comunidad
− Desarrollo personal y de liderazgo
− Fortalecimiento constante del grupo, que estimulen el desarrollo de nuevos
conocimientos, habilidades y destrezas
− Fortalecimiento de la organización en la que se pase del trabajo individual al colectivo,
con principios de solidaridad entre los miembros, para conformar una unidad productiva
consolidada como una empresa solidaria, con una estructura administrativa que genera
nuevas posibilidades de ganancias a sus miembros.
Capacitación continua de los grupos en el manejo gerencial-administrativo y de las finanzas.
En este sentido se puede formalizar un convenio con la Universidad de Chiriquí para un
programa de capacitación continúa en materia administrativa, esto como parte del servicio
social de la Facultad de Administración de Empresa de UNACHI.

3.6. Consolidación de una nueva cultura.

Acompañamiento por parte de la Fundación Mar Viva y otras instituciones como la ARAP,
ANAM, MINSA y el MIDA en la aplicación responsable del Plan de Manejo y el Ordenamiento de
la Concha Negra, hasta llegar a consolidar una cultura de la responsabilidad ambiental en vez de
una cultura del despilfarro de los recursos naturales y el ambiente.

Fortalecimiento de los diálogos de saberes entre organizaciones, empresas, sectores


académicos, científicos e investigadores.
Talleres de fortalecimiento del proceso de toma de decisiones y planificación de sus
acciones, para las organizaciones
Intercambio de experiencias y conocimientos con otros grupos organizados en el país
Visita a proyectos comunitarios que desarrollan sus propios negocios verdes, o servicios
ambientales

3.7. Fortalecimiento de los extractores en el mercado.


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Fortalecer las condiciones de los extractores en el mercado para establecer políticas de
comercios responsables.

Capacitar al consumidor a través de volantes, campañas radiales o televisivas.


Crear mecanismos de coordinación y acuerdos multisectoriales entre los actores vinculados
a la actividad de comercialización y extracción de la concha negra.

4. Propuesta económica.

4. 1. Desarrollar el sistema asociativo de los extractores para el mejoramiento económico.

Implementar la alternativa de producción de ceviche como fase inicial de producir valor


agregado.

De acuerdo a las estimaciones orientadas a garantizar una rentabilidad sostenible a los


concheros por un lado, y por el otro, de estabilizar y lograr una tendencia favorable a la
recuperación en la producción de concha por parte manglar, se selecciona esta alternativa
como la más adecuada dentro del orden actual.

Actividades.
− Obtención de un terreno por parte del Municipio de Pedregal.
− Desarrollo de la viabilidad y factibilidad del proyecto (Estudio Técnico)
− Desarrollo del estudio de impacto ambiental del proyecto.
− Desarrollo de los manuales para el procesamiento adecuado del ceviche (contratación
de consultor o consultora experta en procesos de producción de alimentos).
− Obtención de los permisos municipales, comerciales (aviso de operación) y de salud.
− Construcción de una pequeña planta para el procesamiento de ceviche.
− Compra e instalación del equipamiento de la planta.
− Contratación del personal para la producción y venta del ceviche.

Acceder a líneas de financiamiento de organizaciones gubernamentales y no


gubernamentales.

Con la finalidad de que el proyecto del grupo de beneficiarios de la extracción de la concha


negra tenga éxito, es importante que obtenga financiamiento de organismos no
gubernamentales o del gobierno, ya que por la otra vía, de entidades de financiamiento
tradicionales (banca privada, financieras y banca pública), los concheros no pueden acceder
al crédito.

Actividades.
− Formalización de la Organización Jurídica de los extractores.

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− Desarrollo de una propuesta social y ambiental (compromiso), para identificar los
objetivos a alcanzar con este proyecto.
− Análisis de propuestas de financiamiento no rembolsable y rembolsable.
− Solicitud formal a los organismos de financiamiento, que incluya todos los estudios y
sustentadores de dicho proyecto.
− Propuesta del pago del servicio de la deuda adquirida, de acuerdo a los plazos de
vencimiento y la tasa de interés.

4. 2. Fortalecer las condiciones de los extractores en el mercado de la concha negra

Romper con el eslabón de la cadena que implica a los intermediarios sin procesamiento.

Es indiscutible que en el estudio de la Factibilidad del mercado de la concha negra se


demuestra que el 52% de los clientes de los extractores son intermediarios, lo cual implica
que tienen un control de los precios en perjuicio de los concheros. Esta situación debe
cambiar para garantizar una condición socioeconómica conveniente y sustentable.

Actividades.
− Los concheros deben vender las docenas extraídas a la organización de concheros
beneficiarios.

Aumentar los ingresos de los extractores: incremento del 10% de los precios.

El modelo económico de la actividad de extracción de concha negra revela que al


incrementar en un 10% los precios, los concheros obtendrían ingresos proporcionales por
encima de los costos unitarios, derivando en utilidades adecuadas para la actividad.

Actividades.
− Los concheros deben vender a un precio de B/. 1.75 la libra de pulpa de concha negra.

4. 3. Establecer la política de comercios responsables

Mejorar la comercialización mediante las prácticas de extracción y procesamiento de la


concha negra.

Los requisitos sanitarios, tal como queda establecido en la propuesta ambiental y sanitaria,
permitirán la obtención de un mercado de mejor valor agregado, lo cual redundará en
beneficios económicos para la organización de concheros beneficiarios. Esto exige inversión
en tecnologías, pero también instalaciones apropiadas para el procesamiento y luego un
manejo adecuado del producto hasta llegar a la venta (sistemas de enfriamiento,
empaques, sello).

Fomento comercial de la talla sostenible de la especie.

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Una auto-regulación de la talla comercial de la especie al tamaño planteado en la propuesta
biológica pesquera, puede ser desarrollada mediante el establecimiento de convenios
marcos con comercios que conlleven políticas de Responsabilidad Social Empresarial.

Sello de Producción Más Limpia (PML) del ceviche de concha negra.

Siendo la contaminación unos de los problemas principales en el área de estudio, la


organización de concheros beneficiarios al establecer este tipo de producción, debe contar
con las infraestructuras necesarias para tal actividad.

Actividades.
− Manejo adecuado de desechos y residuos sólidos orgánicos e inorgánicos. En tal sentido
desarrollar políticas de reuso y/o reciclaje de los sólidos residuales.
− Manejo adecuado de fluidos residuales, producto de la producción de ceviches.

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IV. Ordenamiento del territorio estuarino.

El ordenamiento ambiental del territorio para la especie, es un instrumento complementario a


las líneas estratégicas de acción del plan de manejo, toda vez que los sistemas ambientales
tienen expresión concreta solamente en la territorialidad. Visto el problema desde este ángulo,
la forma en que se diseña el uso de los espacios es mediante categorías de áreas.

Estas categorías son el resultado de la superposición de la información geográfica alcanzada,


conteniendo variables que poseen una dimensión territorial claramente delimitada. A
continuación se dan las que alcanzan un despliegue cartográfico de buena precisión y que son
las seleccionadas para la determinación de las categorías de áreas del presente estudio.

Hidrografía y planimetría (especialmente accesos y desembarcaderos)


Textura de suelos (puntos de muestreos y resultados)
Calidad de aguas (pH, salinidad, nitratos y coliformes fecales)
Vegetación (áreas con Rizophora mangle, Rizophora racemosa, gramíneas o pastizales, etc.)
Densidad de especies
Tamaño de especies
Extracción de especies
Cambios en existencias de la especie en el territorio

Siguiendo la lógica de lo expuesto, la discusión del modelo consideró las siguientes categorías
para el ordenamiento:

Área con potencial de cultivos (APC)


Áreas de amortiguamiento (ADA)
Área de extracción alterna (AEA)
Área de extracción frecuente (AEF)
Área de alto riesgo (AAR)
Área de reserva marina (ARM)
Área de uso reservado del bosque (ARB).

1. Área con Potencial de Cultivos (APC).

Son áreas que pueden ser destinadas a la actividad de cultivos, por ejemplo, de semillas y
repoblamiento de la concha. Para la asignación de este uso se ha considerado que la zona
Noreste de Isla Mono presenta características físico químicas (durante la estación seca y
lluviosa) más estables; el rango de salinidad se encuentra entre 16 y 29 ppm y el de temperatura
entre 25,0 y 29,6 °C. Además, la densidad de la especie está de 0,3 a 1,7 organismos/m2, con
tallas entre 37,7 mm y 47,7 mm. Es un estero con gran abundancia de Rizophora mangle y con
muy buena textura lodosa de suelo. También se encuentra ubicada en un lugar con acceso a la
Universidad Nacional de Chiriquí (UNACHI) por la costa Norte. Esto permitiría establecer zonas
específicas donde se podría realizar en el momento que se considere un plan piloto de cultivo
experimental de la especie.

22
2. Área de Amortiguamiento (ADA).

La descripción del área está basada en la Resolución ADM/ARAP Nº 058 de 22 de julio de 2009,
“Por la que se definen las áreas de amortiguamiento para los predios colindantes con la zona
Marino‒Costera dentro de las áreas declaradas de regularización y titulación masiva de tierras
por el Programa Nacional de Administración de Tierras (PRONAT) y se dictan otras medidas”. En
lo medular, se trata de una franja intocable de manglar que debe mantenerse entre las
fronteras agrícola, pecuaria o urbana y el bosque y aguas del sistema estuarino, cuyo papel es
de protección (filtrante) frente a los efectos de los usos antropogénicos del suelo.

3. Área de Extracción Alterna (AEA).

La denominación de esta zona está basada fundamentalmente en su ubicación y el tiempo de


viaje utilizado para realizar la faena de extracción, pero también por sus condiciones de
reproducción de la especie. Su uso, como su categoría lo indica, es alterno, especialmente para
cuando baje la producción en áreas permanentes de extracción. Es decir, puede utilizarse
cuando alguna zona se encuentra cerrada por alguna causa específica (contaminación, sobre-
explotación, etc.). En éstas se pueden establecer periodos para su utilización (cada 2, 3 o 4
semanas), considerando que es necesario realizar un viaje más largo en distancia y días para
obtener una buena pesca. Los lugares están ubicados en Cedro, Indio, Boca Brava, El Bongo,
Guerrero y Horconcito.

4. Área de Extracción Frecuente (AEF).

Principalmente abarca Isla Sevilla y alrededores. Pero para ser más explícitos, se extiende por
una franja costera tomada desde el borde de los manglares, en toda la extensión de lo que se
denominó Área N° 2 a lo largo del estudio 8. Son áreas que comúnmente se utilizan para la
extracción, tomando en consideración viajes que sólo duran la marea de un día en su ida y
regreso. Esta zona presenta una densidad promedio de 0,7 organismos/m2, la cual se mantiene
independientemente del periodo estacional, siendo así mismo el área más grande donde se
reporta la actividad extractiva.

5. Área de Alto Riesgo (AAR).

El área de alto riesgo esta determinada por características sanitarias principalmente,


influenciada por la hidrodinámica del sistema estuarino. La presencia de cualquier
contaminante de origen biológico o químico en concentraciones superiores a las permitidas por
la normativa puede generar un riesgo a la salud. Este criterio puede aplicarse también a otros
sitios. Un factor que puede generar un área de no extracción por alto riesgo, por ejemplo, es
que se determine en algún momento, una sobre explotación de la especie en una zona en

8
Ver mapa de zonificación del estudio

23
particular. El área presente se extiende desde Punta Las Matitas hasta el extremo Norte del
Sabino, incluyendo la parte Oeste de Isla Mata de Jobo y Sigüeros.

6. Área de Reserva Marina (ARM).

Lo fundamental de esta área es posibilitar el desarrollo de la especie de forma natural, como


espacios semilleros, permitiendo que exista un incremento en número de organismos por metro
cuadrado (densidad). Las densidades en esta categoría se encuentran entre 0,1 y 0,3
organismos/m2. El lugar se ubica fundamentalmente al Este de Isla Sigüeros.

7. Área de uso reservado del bosque (ARB).

Se ha establecido ya, que el bosque de manglar es de fundamental importancia para el


desarrollo de la especie. La categoría ARB está definida por los bosques manglaríticos que, por
debajo de la franja de la franja de amortiguamiento, solamente puede ser explotado bajo
reglamentos de manejo, por razones de los efectos que pueda tener sobre las áreas de
explotación de la Anadara tuberculosa.

En lo concreto, cada una de estas categorías representa una propuesta de uso y manejo de
áreas, que apunta a facilitar el funcionamiento del territorio a favor del modelo propuesto de
reorganización económica, social, cultural y ecosistémica, con el fin de garantizar la
sustentabilidad de la especie en el marco de su explotación, mejorando la calidad de vida del
agente principal de presión: el “conchero”.

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