En primer lugar, es necesario clasificarlas, según:
Su origen: primarias y secundarias
Su naturaleza material: escritas y no escritas
En segundo lugar, se requiere analizarlas, lo que implica reconocer al autor, ubicarlo en su
contexto histórico y comprender la información y el mensaje que transmite.
En tercer lugar, es necesario evaluarlas, lo que permite comprender las posibilidades de
información de una fuente a partir de su origen y propósito.
En cuarto lugar, corresponde el empleo de fuentes para resolver un problema de investigación
de carácter histórico. La resolución de este tipo de problemas recoge lo aprendido en los niveles anteriores y lo pone en práctica. Para ello, habría que plantear una pregunta y resolverla usando las fuentes como «informantes», pues proporcionan la evidencia que sustenta la argumentación.