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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014,

RELACIONADO CON EL A.D.R. **********.


QUEJOSA Y RECURRENTE: **********.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO

MINISTRO PONENTE: JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.


SECRETARIA: MERCEDES VERÓNICA SÁNCHEZ MIGUEZ.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día
veinticinco de febrero de dos mil quince.

V I S T O S para resolver los autos relativos al amparo directo en


revisión 3799/2014, interpuesto en contra de la sentencia dictada por
el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en el
juicio de amparo directo **********; (relacionado con el juicio de amparo
directo **********) y,

RESULTANDO

PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el


trece de marzo de dos mil catorce, en la Quinta Sala Familiar del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, **********, por su
propio derecho, promovió demanda de amparo en contra de la
autoridad y por el acto que a continuación se precisan:

 Autoridad Responsable:

Quinta Sala Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito


Federal.
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 Acto Reclamado:
Sentencia de diecisiete de febrero de dos mil catorce, dictada en
los autos del toca número **********.

SEGUNDO. Preceptos constitucionales y convencionales


que la parte quejosa estimó violados. La parte quejosa señaló que
se violaron en su perjuicio los artículos 4, 14 y 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos así como 3.1, 7.1, 8.1, 9.1,
16.1, 19.1 y 27.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, 24
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 19 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José), Principios 2, 6 y 9 de la Declaración de los Derechos del Niño,
12.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y 16 del Protocolo Adicional a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Protocolo de San Salvador); y como
tercero interesado designó a **********.

TERCERO. Trámite y resolución del juicio de amparo. Por


razón de turno correspondió conocer de esa demanda al Sexto
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, cuyo
Presidente la registró bajo el número D.C. **********, admitiéndola a
trámite mediante proveído de siete de abril de dos mil catorce, en el
cual también ordenó dar vista al Ministerio Público de la Federación. 1

Seguidos los trámites procesales correspondientes, el dos de


julio de dos mil catorce, el órgano colegiado dictó sentencia en la que
resolvió negar el amparo a la quejosa.2

CUARTO. Interposición del recurso de revisión. Inconforme


con la resolución anterior, mediante escrito presentado el quince de
1
Cuaderno del juicio de amparo directo civil ********** Fojas 48 y 49.
2
Ibid. Fojas 60 a 104.

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agosto de dos mil catorce, en la Oficina de


Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados
en Materia Civil del Primer Circuito, **********, por su
propio derecho y en representación de sus menores hijos ********** y
**********, de apellidos **********, interpuso recurso de revisión.

Por auto de dieciocho de agosto de dos mil catorce, el Sexto


Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, tuvo por
interpuesto el recurso de que se trata y ordenó remitir los autos del
juicio de amparo y el escrito de expresión de agravios a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.3

QUINTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema


Corte de Justicia de la Nación. Con la remisión anterior, el
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por auto de
veintiséis de agosto de dos mil catorce, ordenó formar y registrar el
recurso de revisión bajo el número 3799/2014, y lo admitió con la
reserva del estudio de importancia y trascendencia que en el momento
procesal oportuno se realice.

Asimismo, turnó el expediente para su estudio, al Ministro Jorge


Mario Pardo Rebolledo4.

SEXTO. Avocamiento. El Presidente de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdo de diez de
septiembre de dos mil catorce, decretó el avocamiento del asunto y
ordenó el envío de los autos a la ponencia de su adscripción, a fin de
elaborar el proyecto de resolución correspondiente. 5

3
Ibid. Foja 137
4
Toca 3799/2014. Fojas 17 a 19
5
Ibídem. Foja 23

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CONSIDERANDO

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente para
conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto
por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de Amparo; y, 21,
fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; así como en los puntos primero y tercero del Acuerdo
General 5/2013, emitido el trece de mayo de dos mil trece y publicado
en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno del mismo mes y año,
por el Pleno de este Alto Tribunal, toda vez que se interpone en contra
de una sentencia dictada en el juicio de amparo directo que deriva de
una controversia familiar, cuya materia en términos de lo dispuesto en
el artículo 37 del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, incide en la especialidad de esta Sala y su resolución no
requiere la intervención del Tribunal Pleno.

SEGUNDO. Oportunidad del recurso. Por tratarse de un


presupuesto procesal cuyo análisis debe hacerse de oficio, es
necesario corroborar que la interposición del recurso fue oportuna.

El recurso de revisión planteado por la quejosa fue interpuesto


en tiempo y forma, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 86
de la Ley de Amparo, pues de las constancias de autos se advierte
que la sentencia dictada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, fue notificada por lista, el martes quince de
julio de dos mil catorce, surtiendo efectos el día hábil siguiente, es
decir, el viernes uno de agosto de dos mil catorce, de conformidad
con la fracción II, del artículo 31 de la Ley de Amparo.

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Así, el plazo de diez días que señala el artículo


86 de la Ley de Amparo, corrió del lunes cuatro de
agosto de dos mil catorce, al viernes quince del mismo mes y
año, sin contar en dicho plazo los días dos, tres, nueve y diez de
agosto de dos mil catorce por ser días inhábiles conforme a los
artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación.

En tales condiciones, dado que de autos se desprende que el


recurso de revisión fue presentado en la Oficina de Correspondencia
Común de los Tribunales Colegiados en Materia Civil del Primer
Circuito el quince de agosto de dos mil catorce, resulta evidente
que se interpuso oportunamente.6

TERCERO. Problemática jurídica a resolver. En el presente


asunto, deberá dilucidarse si el recurso de revisión resulta procedente
y, en su caso, determinar si los agravios formulados por la parte
recurrente resultan o no aptos para revocar la sentencia recurrida.

CUARTO. Cuestiones necesarias para resolver el asunto. A


fin de comprender y resolver adecuadamente la problemática antes
planteada, se estima necesario precisar brevemente: I. Los
antecedentes que informan el juicio de amparo directo en el que se
emitió la sentencia recurrida, II. Los conceptos de violación que se
relacionan con la materia del recurso; III. Las consideraciones en que
se sustentó la respuesta que el Tribunal les dio y IV. Los agravios
formulados en su contra.

I. Antecedentes:

6
Ibídem. Foja 3.

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1. Primera Instancia.

1.1.- Demanda inicial. El asunto tiene su origen en una


controversia familiar, en donde **********, por su propio derecho, y
en representación de sus menores hijos ********** y **********,
todos de apellidos **********, demandó de **********,
esencialmente la declaración sobre la existencia de actos de violencia
familiar cometidos por el demandado en contra de la integridad física
y psicológica de sus menores hijos; el establecimiento de medidas
provisionales y/o en su caso, definitivas, destinadas a la protección de
la integridad física y emocional de los menores.

De la demanda correspondió conocer al Juez Tercero de lo


Familiar del Distrito Federal, quien radicó el asunto con el número de
expediente **********.

1.2. Contestación de la demanda. Mediante escrito


presentado el veintiséis de marzo de dos mil doce, el demandado
**********, por su propio derecho, contestó la demanda instaurada en
su contra, oponiendo las excepciones y defensas de su interés.

1.3. Reconvención. Asimismo, al dar contestación a la


demanda **********, por su propio derecho, reconvino de la parte
actora, las siguientes prestaciones:

“a) El cumplimiento forzoso del régimen de visitas y convivencias


contenido en el convenio de divorcio aprobado mediante sentencia
definitiva de fecha diecinueve de agosto del año dos mil ocho, por el Juez
Sexto de lo Familiar de la Ciudad de México, en los autos del
procedimiento de Divorcio Voluntario promovido por la señora
********** y **********, expediente **********, especialmente en
cuanto hace al régimen de visitas y convivencias decretadas en mi favor y
de mis menores hijos ********** y ********** de apellidos
**********.

b) La entrega de las llaves, controles y demás instrumentos necesarios


para el acceso al domicilio donde habitan los menores en compañía de la

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señora **********, en términos del régimen de


convivencias pactado en el convenio de divorcio
referido en las prestaciones que antecede.

c) La declaración judicial que decrete las medidas necesarias para hacer


cesar los actos de violencia familiar que ejerce la señora ********** en
contra de mis menores al impedir que yo conviva con los mismos.

d) La declaración judicial mediante la cual se obligue a la señora


********** a abstenerse de llevar a cabo actos de alienación parental
tendientes a perjudicar, enturbiar, menospreciar o minimizar la imagen
paterna que me corresponde frente a mis hijos.

e) El pago de los gastos y costas que la presente reconvención juicio


origine”.

1.4. Contestación de la demanda reconvencional.


Mediante escrito presentado el veinte de abril de dos mil doce, la
actora **********, por su propio derecho, contestó la demanda
reconvencional y opuso las excepciones y defensas que estimó
pertinentes.

1.5. Sentencia de Primera Instancia. Seguido el juicio en


todos sus trámites, el treinta de agosto de dos mil trece, la Juez
Interino Tercero de lo Familiar del Distrito Federal, dictó sentencia, en
la que básicamente señaló que la parte actora acreditó su acción;
requirió a **********, a fin de que se abstuviera de realizar actos de
violencia en contra de sus hijos, bajo el apercibimiento que de no
hacerlo así, se le impondría como medida de apremio una multa por
desacato a un mandato judicial, en consecuencia consideró que por
el momento no debían desarrollarse las visitas y convivencias de los
menores con su señor padre y determinó someter a psicoterapia a las
partes, así como a sus menores hijos, asimismo, determinó que
atendiendo al avance de las terapias a que deberían someterse las
partes, como sus menores hijos se dejaban a salvo los derechos de
**********, para que en su caso solicite la restitución de las visitas y
convivencias con sus menores hijos.

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2. Segunda Instancia.
En contra de la sentencia anterior, el demandado **********,
interpuso recurso de apelación, de igual forma la actora **********,
se adhirió a dicho recurso, del que conoció la Quinta Sala Familiar del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la que por sentencia
definitiva de diecisiete de febrero de dos mil catorce, dictada en el toca
de apelación **********, modificó la sentencia recurrida, conforme a
los siguientes resolutivos:

“PRIMERO.- Ha sido procedente la vía de CONTROVERSIA DEL


ORDEN FAMILIAR en la que la parte actora acreditó parcialmente su
acción.

SEGUNDO.- Ha sido procedente la reconvención en la que la parte


actora acreditó parcialmente su acción.

TERCERO.- Se absuelve a la demandada en la reconvención de las


prestaciones que se le reclaman en los inciso b), c) d) y e).

CUARTO.- Se requiere al C. ********** a fin de que se abstenga de


realizar actos de violencia en contra de sus hijos de nombres
********** ambos de apellidos **********, como conductas
denigratorias, agresiones verbales, físicas, denostar a la madre de los
mismos, ridiculizarlos, en atención a que ello les ha generado
precisamente sentimientos de tristeza y enojo, la cual los coloca como
víctimas de violencia familiar, así mismo se le previene para que se
abstenga de realizar dichas conductas frente a sus dos hijos más
pequeños de nombres ********** ambas de apellidos **********,
bajo el apercibimiento que de no hacerlo así, se le impondrá como
medida de apremio una multa por la cantidad de ********** por
desacato a un mandato judicial, de conformidad con lo dispuesto por
los artículos 62 y 73 del Código Procesal de la Materia, en el entendido
que dicha medida de apremio se aplicará en atención a que se ven
involucrados derechos de menores, los cuales deben ponderarse por
encima de los del demandado y que en caso de incumplimiento con lo
ordenado podrán generarse daños de difícil reparación. En atención a
los razonamientos expuestos en el considerando V de la presente
resolución.

QUINTO.- Se considera procedente que por el momento se modifique


el régimen de visitas y convivencias entre los menores ********** y
********** todos de apellidos **********, con su señor padre
**********, en atención a los razonamientos expuestos en el
considerando VI de la presente resolución, debiendo quedar en los
siguientes términos:

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Los días sábados y domingos de cada quince días,


por lo tanto, acorde con lo previsto por el artículo 12
del Reglamento que fija las bases de organización y
Funcionamiento del Centro de Convivencia Familiar
Supervisada de este Tribunal, deberá girarse oficio a la Directora de
dicha Institución, con el fin de que proporcione los horarios disponibles
para las convivencias en fin de semana y se haga del conocimiento de
las partes para los efectos procedentes. Lo anterior por tratarse de un
caso excepcional y en atención al interés superior de los menores
involucrados en el asunto que nos ocupa, debiendo ambas partes
otorgar las facilidades necesarias para que las convivencias se lleven a
cabo en buenos términos, apercibidas que de no hacerlo sí se harán
acreedoras a las medidas de apremio establecidas en la legislación
vigente.

SEXTO.- Deberán someterse a psicoterapia las partes en el presente


juicio, así como sus menores hijos para los efectos precisados en el
considerando VII de la presente resolución, por lo que se deberá girar
atento oficio al Centro Comunitario de Salud Mental para que en apoyo
de las labores de este Juzgado y de no existir inconveniente legal
alguno se sirva designar personal capacitado a fin de que las partes en
este negocio y sus menores hijos sean sometidos a terapias en los
términos aludidos en el considerando precisado.

SÉPTIMO.- Atendiendo al avance de las terapias a que deberán


someterse las partes, así como sus menores hijos se dejaron a salvo
los derechos del C. ********** para que en su caso solicite la
modificación de las visitas y convivencias con sus menores hijos.

OCTAVO.- No se hace especial condena en gastos y costas...”

3.- Demanda de amparo.


Inconforme con dicha resolución, **********, por su propio
derecho, promovió juicio de amparo directo, del que conoció el Sexto
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien por
resolución de dos de julio de dos mil catorce, determinó negar el
amparo a la quejosa.

En contra de esta última determinación se hace valer el recurso


de revisión que ahora nos ocupa.

II. Conceptos de violación. En la demanda que motivó la


concesión del amparo en lo referido, la parte quejosa, esencialmente
adujo:

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Primer concepto de violación


La quejosa acusa la violación cometida por la responsable a los
Derechos Humanos y garantías contenidas en los artículos 14 y
16 Constitucional, que refieren la necesidad de que cualquier
acto de autoridad deba emitirse “debidamente fundado y
motivado”, debiéndose dictar las sentencias en materia civil
conforme a la letra de la ley o a su interpretación, y a falta de
ésta, con base en los principios generales del Derecho.

Sostiene que existe una evidente violación de la responsable al


principio de la debida fundamentación y motivación, toda vez que
las conclusiones y considerandos a los que llega, no toman en
consideración que los agravios que fueron presentados por el
apelante, hoy tercero interesado, debieron ser calificados en su
conjunto como IMPROCEDENTES POR SER INOPERANTES,
debido a que a través de los mismos agrega cuestiones que son
ajenas a la litis las cuales no fueron hechas valer en el momento
procesal oportuno.

Que mediante escrito presentado el día 15 de febrero del 2013,


la quejosa añadió hechos y pruebas supervinientes al escrito
inicial, los cuales no fueron contestados por la parte demandada.

Señala que el tercero interesado, al momento de presentar el


recurso de apelación, agregó múltiples argumentos que
resultaban ‘ajenos a la litis’, ya que los mismos no fueron
expuestos al contestar la demanda, sino al momento de
presentar los agravios contenidos en su escrito de apelación,
pretendiendo con ello mejorar la indebida defensa presentada en
el presente caso por la parte demandada.

Que la trascendencia de dicha violación cometida por la


responsable radica principalmente en que aquellos argumentos
que fueron agregados a la litis, efectivamente fueron estudiados
y analizados por la responsable, sirviendo en algunos casos
como considerando y fundamento de la presente resolución.

Agrega que dicha violación igualmente viola las normas del


procedimiento debido a que a través de las mismas se vulneran
los principios de igualdad y parcialidad que deben regir en todo
procedimiento, pues la valoración hecha por el A quo respecto a

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los agravios inoperantes se traduce en una


actuación que beneficia a una parte en particular
(apelante, hoy tercero interesado), en perjuicio de
los intereses de la quejosa.

Que la violación radica principalmente en que no obstante que el


tercero interesado no precisó en su recurso de apelación en
forma clara y precisa, cuál o cuáles fueron la(s) prueba(s) que
supuestamente fue(ron) indebidamente valorada(s) por el juez de
primera instancia, ni tampoco la forma en que ésta(s)
debió(ieron) haber sido valorada(s), lo cual era suficiente para
que dichos argumentos hubieran sido calificados como
inoperantes, la responsable procedió a suplir la deficiente queja
del tercero interesado, a través de la realización de una nueva
valoración de los dictámenes periciales y de las declaraciones
que fueron rendidas por las partes, no obstante que dicha
suplencia no opera en favor del padre de los menores, haciendo
con ello que resulten violados los principios de igualdad e
imparcialidad que debe operar en todo procedimiento.

Que los agravios vertidos por el tercero interesado en su escrito


de apelación debieron haber sido calificados como
IMPROCEDENTES POR INOPERANTES, ya que a través del
referido recurso, el recurrente, hoy tercero interesado, fue omiso
en atacar o combatir la totalidad de los argumentos torales que
fueron expresados por el A quo y que sirvieron de fundamento
para la condena decretada en la resolución de primera instancia .

Que tomando en consideración el contenido y alcance de los


agravios que fueron expuestos por el tercero interesado en
contra de la sentencia definitiva de primera instancia, el
promovente NO HIZO MANIFESTACIÓN NI PRESENTÓ
AGRAVIO ALGUNO en contra de las consideraciones del Juez
Natural sobre la valoración que el A quo realizó sobre las
pruebas que no le son en su beneficio, y más aún sobre la
determinación de la juzgadora en el sentido de que el señor
********** es el generador de la violencia física y económica
respecto de sus menores hijos, situación que además fue
confesada expresamente por dicho demandado.

Asimismo, el recurrente no hizo manifestación alguna de la


ocasión en que abandonó a su hijo en el campo deportivo en

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aras de darle “educación y buen ejemplo”, lo cual no puede,


como lo señala la A quo, aceptarse de ninguna forma.

Agrega que el tercero interesado **********, en ninguna forma


combatió las consideraciones de la juzgadora de primera
instancia en el sentido que los menores ********** y **********,
de apellidos **********, efectivamente han sido sujetos de
violencia familiar por parte de su progenitor, ni mucho menos la
valoración y alcance probatorio que le concede a los dictámenes
periciales que obran en autos.

De la misma forma, destaca que la parte apelante nada señaló


sobre la consideración que hizo el juez natural en el sentido de
que durante las visitas realizadas por el padre es cuando se
desarrolla la violencia familiar, haciendo con ello necesario que
dichas visitas deban ser ‘limitadas por un tiempo’ , en aras de
proteger a los menores y para su sano desarrollo, ni mucho
menos hace señalamiento alguno en cuanto a que la juzgadora
no puede esperar que dicha violencia sea generada igualmente
en contra de los menores más pequeños de nombres **********.

Insiste, en que desconocer la inoperancia de los agravios


presentados por el recurrente, como lo hizo la responsable, es
una violación procesal (sic) que vulnera abiertamente el principio
de igualdad de las partes en el proceso, así como el de
imparcialidad, pues es a través de dicha actuación y ante la
omisión de la responsable al no haber valorado correctamente la
inoperancia mencionada, que se beneficia a una de las partes y
se suple su queja deficiente, perjudicando con ello la
imparcialidad que debe prevalecer en todo procedimiento y
particularmente los intereses de la quejosa

Segundo concepto de violación


Alega la debida fundamentación y motivación, toda vez que las
conclusiones y considerandos a los que llega la responsable y
que sirven de fundamento para modificar el régimen de visitas
decretado por la Juez de Primera Instancia, resultan ilegales y
contrarias a derecho.

Que la A quo llegó a la decisión que por el momento no deben


desarrollarse las visitas y convivencias de los menores con su
señor padre, derivado de la valoración que en su oportunidad

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hizo a las constancias, declaraciones,


dictámenes y demás pruebas desahogadas en el
curso del procedimiento natural, las cuales fueron
suficientes para considerar que efectivamente
existían signos de violencia familiar cometidos por el señor
**********, en contra de sus menores hijos **********, ambos
de apellidos **********; que dichos actos fueron cometidos en el
desarrollo de las visitas que el demandado realizaba a sus hijos,
y que por lo que tocaba a los dos hijos más chicos **********, si
bien no había signos de violencia, resultaba necesario establecer
“medidas protectoras” para evitar que dichos pequeños llegaran
a sufrir los mismos actos de violencia que recibieron los hijos
mayores.

Aduce la violación cometida por la responsable al modificar el


régimen de visitas de los menores, toda vez que dicha
determinación resulta violatoria a los principios de debida
motivación y fundamentación, y particularmente al derecho
fundamental de los menores de vivir en un ambiente familiar de
respeto y protección, libres de cualquier acción o ‘amenaza’ de
violencia, debiendo anteponer dicho derecho fundamental al
derecho de visitas que pudiera tener el tercero interesado, ante
la necesidad de proteger a los menores de situaciones lesivas
(agresiones físicas, psicológica e incluso sexuales) que pudieran
dejar marcas de por vida.

Manifiesta que la responsable hace una indebida valoración de


los argumentos y consideraciones del A quo al sostener que ésta
no hizo una diferenciación de la situación y características de
cada menor, pues la juez natural efectivamente tomó en cuenta
la diversidad existente entre los menores y el grado de afectación
de cada uno de ellos, señalando que si bien no todos tienen
rasgos de violencia familiar (refiriéndose a los menores de edad
más pequeños: **********), resultaba necesario limitar el
derecho de visitas del progenitor en aras de proteger la
integridad y seguridad de éstos ante la simple amenaza o
posibilidad de sufrir la misma violencia o conducta violenta del
padre.

Que contrariamente a lo que sostiene la responsable, la A quo sí


diferenció la situación de todos los menores y con base en ello
ordenó la suspensión del régimen de visitas, bajo la
consideración de que dicha medida debía ser PREVENTIVA y
debía ampliarse a todos los niños, pues con ella se pretendía

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proteger a todos los menores de la evidente posibilidad de sufrir


la misma violencia que habían sufrido los hermanos mayores
********** de apellidos **********, argumentando la a quo que
dicha ampliación de la protección obedecía a que no debía
esperarse a que hubiera actos de violencia para dictar tales
medidas.

De la misma forma, aduce que no le asiste la razón a la


responsable al señalar que ‘…si bien de los estudios psicológicos
practicados a los menores; **********, se desprenden
indicaciones de violencia familiar en contra de dichos infantes, la
resolución NO es acorde al interés superior de los menores, toda
vez que el derecho de convivir con ambos progenitores resulta
prioritario para aquellos niños separados de uno o ambos
padres.’

En este sentido, es falso y contrario a los intereses de los


menores suponer, como lo hace la responsable, que el derecho a
convivir con los padres es un derecho superior al derecho de los
menores de vivir una vida libre de violencia.

Sobre este particular, tal y como lo señaló la juez de Primera


Instancia, es menester proteger la integridad y salud física y
mental de los menores, evitando cualquier acto de violencia o
simple amenaza, sin importar que con ello lleguen a restringirse
los derechos de convivencia; más aún y cuando dicha violencia
se llevó a cabo precisamente durante las visitas realizadas por el
tercero interesado.

Agrega que es derecho fundamental del menor convivir con sus


padres; sin embargo, dicho derecho debe quedar
excepcionalmente restringido en los casos en que resulte
necesario protegerlo del maltrato o descuido por parte de sus
progenitores.

Que es evidente la violación cometida por el A quo al dejar sin


efecto la suspensión del régimen de visitas decretado por la Juez
Natural, fundándose para ello en la errónea consideración de que
con dicha medida se protegería el interés superior de los
menores de convivir con su padre, sin importar que con ello está
dejando a dichos menores expuestos a la conducta violenta y
desórdenes emocionales del progenitor.

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Alega que es evidente la violación cometida por


la responsable al considerar en un rango superior
el derecho que tienen los menores de convivir con sus padres,
frente al derecho fundamental de vivir una vida libre de violencia,
sin importar que en el presente caso haya quedado demostrado
que los menores ********** de apellidos **********, sufrieron
actos de violencia cometidos por su padre en el curso de las
visitas que éste realizaba a los menores, circunstancias que se
realizaron en presencia de los demás menores ********** de
mismos apellidos

Que dicha determinación vulnera los derechos fundamentales de


los menores en el sentido de que toda autoridad debe tomar
medidas que no solamente corrijan o suspendan los actos de
violencia cometidos en contra del menor, sino que también debe
tomar medidas para evitar que dicha violencia suceda (medidas
preventivas), como originalmente lo consideró la Juez Natural al
determinar que no debía esperarse a que los menores más
pequeños sufrieran de forma personal los actos de violencia de
su padre para suspender tal régimen de visitas.

Por supuesto, como lo señaló en su momento la Juez de Primera


Instancia, dichas medidas deben ser ‘preventivas’ y no se debe
esperar que exista la agresión física o emocional para dictarlas,
aún y cuando con ello se vulneren otros derechos, como son los
del padre para ver a sus hijos. Apoya lo anterior, con los
siguientes criterios jurisprudenciales: “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. DEBE PONDERARSE SU PREFERENCIA EN
RELACIÓN CON OTROS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES
ATENTO AL CASO CONCRETO”, “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. SU CONCEPTO” e “INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR. SU RELACIÓN CON LOS ADULTOS”.

Tercer Concepto de Violación.


Alega que la sentencia reclamada viola en su perjuicio las
garantías de audiencia y de exacta aplicación de la ley, así como
de la debida motivación y fundamentación de los actos de
autoridad consagradas en los artículos 14 y 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en particular por la
indebida valoración que hizo de las manifestaciones tendientes a
mejorar las consideraciones de la sentencia de primera instancia,
realizadas en la apelación adhesiva promovida.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Que la autoridad responsable de forma ilegal resolvió que la


apelación adhesiva promovida por la quejosa resultaba
insuficiente para no modificar el fallo apelado, pues dicha
autoridad consideró que la referida apelación adhesiva ‘… más
que un recurso tendiente a lograr la modificación de la parte
propositiva de una sentencia, busca su confirmación mediante la
expresión de argumentos que le den mayor solidez a los
expuestos por la A quo en la parte considerativa de la sentencia
apelada, bien sea porque ésta se apoye en razonamientos
débiles o poco convincentes, y mediante la adhesión al recurso
se pretenda mejorar sus fundamentos, o porque los expresados
se consideran erróneos y se estime que los correctos sean los
que se aducen; siendo que los argumentos de agravios sólo se
limitan a reiterar lo considerado por la juzgadora…’.

Señala que la sala responsable pasó por alto lo dispuesto por el


artículo 690 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, el cual de forma clara y precisa establece que la
apelación adhesiva tiene por objeto que la parte que la interpone
exprese los razonamientos tendientes a mejorar las
consideraciones vertidas por el juez de origen.

Que la sentencia reclamada viola lo dispuesto por el artículo en


cita, pues en la apelación adhesiva, dice, expresó los
razonamientos lógico-jurídicos por los cuales consideró que
debería subsistir la sentencia de primera instancia y no ser
modificada.

La quejosa agrega que expresó los argumentos por los cuales se


precisaron los elementos que tomó en consideración el juez de
origen para la emisión de la sentencia de primera instancia, lo
anterior con la finalidad de que se mantuviera en iguales
condiciones lo resuelto por dicha autoridad; es decir, que el fallo
relativo subsista en sus términos y adquiera mayor fuerza
persuasiva

III. Consideraciones del Tribunal Colegiado. Se declararon


ineficaces y fundados pero inoperantes los conceptos de violación, al
tenor de las consideraciones siguientes:

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

“En efecto, la quejosa afirma que la ad quem


no debió atender los agravios que expuso su
contraparte tendientes a controvertir la sentencia de
primera instancia, dado que sus argumentos no
formaron parte de la litis primigenia, pues adujo que todo juez
honesto, ético e imparcial preocupado por la singularidad del caso,
ante una conflictiva familiar, debía resolver acorde a las
circunstancias de cada miembro que se encontrara involucrado en la
familia.
Tales motivos de disenso son ineficaces, porque en sentido
opuesto a lo sostenido por la quejosa, el aserto expuesto por el hoy
tercero interesado en el recurso de apelación contra la sentencia de
primera instancia, al afirmar que ante una conflictiva familiar, debía
resolverse acorde a las circunstancias de cada miembro que se
encontrara involucrado en la misma, debe decirse, que si fue
materia de la litis, pues el enjuiciado al dar contestación a la demanda
incoada en su contra (foja 95 del juicio natural) adujo: “Las situaciones
aisladas que menciona, trata de atribuirlas a mis cuatro hijos,
olvidando que cada uno de ellos, tiene una esencia, una
personalidad y madurez diferentes, que hacen que la visión de las
situaciones sean totalmente acordes a sus circunstancias
personales”, de ahí que al haber sido materia de la litis, la afirmación
que expuso el apelante otrora demandado en su escrito de apelación,
el argumento vertido por la quejosa deviene ineficaz.
Por las razones antes apuntadas no resulta aplicable, la tesis
que invoca la quejosa, bajo el rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
INOPERANTES, CUANDO ATACAN CUESTIONES QUE NO
FORMARON PARTE DE LA LITIS DE PRIMERA INSTANCIA
(LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL).
Por otra parte, afirma la quejosa que el tercero interesado al
apelar de la sentencia primigenia no combatió la totalidad de los
argumentos contenidos en el fallo de primera instancia, pues omitió
realizar señalamiento sobre la valoración que el a quo realizó sobre
las pruebas que no le fueron benéficas, así como la determinación
de la juzgadora en el sentido de que el señor ********** era el
generador de la violencia física y económica respecto de sus
menores hijos, situación que además fue confesada expresamente
por dicho demandado.
Que el hoy tercero interesado no hizo manifestación alguna de
la ocasión en que abandonó a su hijo en el campo deportivo en aras
de darle “educación y buen ejemplo”, lo cual no podía, como lo
había señalado la a quo, aceptarse de ninguna forma.
Que su contraparte no combatió las consideraciones de la
juzgadora de primera instancia en el sentido que los menores

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

**********, de apellidos **********, efectivamente habían sido


sujetos de violencia familiar por parte de su progenitor, ni mucho
menos la valoración y alcance probatorio que le concedió a los
dictámenes periciales que obraban en autos.
Que el apelante nada señaló sobre la consideración que hizo
el juez natural en el sentido de que durante las visitas realizadas por
el padre era cuando se desarrollaba la violencia familiar, haciendo
con ello necesario que dichas visitas debían ser limitadas por un
tiempo, en aras de proteger a los menores y para su sano
desarrollo, ni mucho menos hizo señalamiento alguno en cuanto a
que la juzgadora no podía esperar que dicha violencia fuera
generada igualmente en contra de los menores más pequeños de
nombres **********.
Que la trascendencia de dicha violación cometida por la
responsable al no haber decretado los agravios presentados por el
tercero interesado como inoperantes por no haber atacado todos los
fundamentos y consideraciones de la sentencia de primera
instancia, no obstante que dichos argumentos fueron
trascendentales para condenar al demandado como generador de
violencia y como responsable de los actos de violencia familiar que
le fueron imputados, así como para imponer la suspensión
provisional del régimen de visitas de los menores.
Tales motivos de disenso son fundados pero inoperantes.
Se dice que son fundados en el sentido de que la sala
responsable en la sentencia que constituye el acto reclamado, no
declaró inoperantes los agravios a pesar de que el tercero interesado
al apelar de la sentencia primigenia no combatió la totalidad de los
argumentos contenidos en el fallo de primera instancia, así como los
medios de prueba sobre la valoración que el a quo realizó sobre las
pruebas que no le fueron benéficas, así como diversos aspectos
aducidos en las periciales respecto a distintos actos de violencia
inferidos en los dos hijos más grandes (adolescentes) y que dicha
violencia fuera generada igualmente en contra de los menores más
pequeños de nombres **********.
Empero, aun cuando son fundadas dichas afirmaciones,
resultan inoperantes para que por esa circunstancia, se le conceda a
la impetrante de garantías el amparo y protección de la Justicia
Federal que solicita, atento a que el agravio medular del recurrente
otrora enjuiciado, se sustentó en la imperiosa necesidad de convivir
con sus hijos, lo cual no había acontecido desde hace dos años, tan
es así, que reconvino de la parte actora el cumplimiento forzoso de
visitas y convivencias de acuerdo a lo pactado en el convenio de
divorcio, la declaración judicial de medidas para hacer cesar los
actos de violencia inferidos por su ex cónyuge y de que se
abstuviera de inducir a sus hijos con la intención de menospreciar,

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

alienación parental respecto a su imagen como


padre.
Empero, en tratándose de controversias del
orden familiar en donde se encuentren involucrados
derechos de menores, la autoridad jurisdiccional competente debía
implementar un régimen de vistas y convivencias a favor de los hijos
menores de edad, atendiendo a su interés superior con independencia
de los intereses y derechos de sus progenitores.
Lo anterior es así, dado que como acertadamente lo consideró la
ad quem, al haber determinado el juez de origen la suspensión de
las visitas a todos los menores con su progenitor, se hace
nugatorio lo dispuesto por el artículo 4o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, párrafos segundo y cuarto al décimo,
que tutela los derechos de los miembros del núcleo familiar; así como
los artículos 138 Ter, 138 Quáter, 138 Quintus, 138 Sextus, 282, 283,
293, 296, 323, 323 Ter del Código Civil y 940, 941, 942 del Código de
Procedimientos Civiles, ambos para el Distrito Federal, que regulan las
controversias sobre guarda, custodia y convivencias, respecto de los
menores de edad, conforme a las cuales se justifica que los miembros
del núcleo familiar, unidos por parentesco de consanguinidad, en que
se desarrolla el infante, tengan el deber de comparecer a cumplir las
órdenes del juzgador en beneficio del interés superior del menor, toda
vez que las referidas disposiciones se sustentan en el concepto de
que los problemas inherentes a la familia se consideran de orden
público, por constituir la base de la integración de la sociedad.
Por ello, en materia familiar, los vínculos que se establecen entre
sus miembros siempre resultan afectados, en mayor o menor medida,
por las acciones que despliegan y generan controversias
jurisdiccionales, dado que provienen del derecho natural de las
personas unidas por consanguinidad; motivo por el cual, las leyes
sustantivas y adjetivas otorgan a los juzgadores la facultad de
tomar las providencias que estimen pertinentes para mantener
las situaciones que beneficien a la familia, como cuando se trata de
controversias sobre guarda y custodia de menores, cuyo concepto se
explica en lo dispuesto por el artículo 414 Bis del Código Civil para el
Distrito Federal, es decir, el ejercicio de la patria potestad o la tutela
que los padres tienen legalmente sobre sus menores hijos, son
derechos innegables que les permiten decidir sobre su educación,
seguridad física, psicológica y sexual y, a su vez, les impone
responsabilidades inherentes a su bienestar.
De ahí que al juzgador le corresponda asegurar las mejores
condiciones de su entorno familiar que pudieran favorecer su estado
emocional, desarrollo integral y muchos aspectos relacionados con su
felicidad.
Asimismo, en atención a que el régimen de visitas y
convivencias es un derecho humano de los menores que se debe

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

respetar en términos de los artículos 1o. de la Constitución Federal; 1


al 41 de la Convención sobre los Derechos del Niño; 3, 4, 7, 41, 48 y
49 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes; 1 y 4 de la Ley de los Derechos de las Niñas y Niños en
el Distrito Federal; y 282, apartado B, fracción III, y 283, fracción III, y
último párrafo, del Código Civil para el Distrito Federal; el juzgador se
encuentra obligado a ser prudente y tener buen cuidado para
determinar cuál es el régimen de visitas y convivencias más
conveniente para los menores, y no forzar situaciones en torno a las
convivencias que en ocasiones no es posible resolver sin previa
asistencia profesional, ya que una propuesta precipitada puede
provocar daños en aquél o un mayor rechazo hacia los progenitores, y
por ello traer resultados contraproducentes a la convivencia y a las
relaciones humanas, garantizando con ello que las visitas y
convivencias sean resueltas conforme al interés superior del menor.
En tal virtud, el artículo 941- Bis y 941- Ter del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, establece que el Juez
de lo familiar antes de regular, aún de manera provisional, el derecho
de convivencia, tomará en cuenta todos los elementos que estén
a su alcance para decidir bajo el principio del interés superior del
infante, pues incluso, el segundo numeral en cita prevé que el Juez
valorará el hecho de que una de las partes haya manifestado que ha
habido violencia familiar, pudiendo solicitar valoración psicoemocional
que determine si existen esos síntomas, con independencia de los
intereses y derechos de sus padres, para incentivar, preservar y
reencausar la convivencia en el grupo familiar.
Luego, si al haber agravio del recurrente demandado en el
sentido de que también la hoy titular de la acción constitucional no lo
dejaba convivir con sus menores hijos desde hace dos años, y que era
su deseo convivir con ellos, se insiste, ante ese panorama es
obligación por imperio de la ley, que el Juez de lo familiar antes de
regular, aún de manera provisional, el derecho de convivencia,
tomará en cuenta todos los elementos que estén a su alcance
para decidir bajo el principio del interés superior del infante, con
independencia de los intereses y derechos de sus padres, para
incentivar, preservar y reencausar la convivencia en el grupo
familiar.
En ese contexto, es inconcuso, que al existir causa de pedir por
parte del recurrente y estar involucrados menores de edad, e incluso
existir la figura de la suplencia de la queja en materia familiar, no
es dable el argumento de la quejosa en el sentido de que sus
argumentos no hubiesen conformado la litis primigenia y de que
no combatió la totalidad de los argumentos que expuso el juez de
primera instancia, pues se reitera, el interés superior de los
menores, está por encima de los de sus progenitores.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Luego, de las constancias de autos, las cuales


gozan de valor probatorio pleno en términos de lo
dispuesto por los preceptos 129, 197 y 202 del
Código Federal de Procedimientos Civiles de
aplicación supletoria a la Ley de Amparo, por así prescribirlo el
numeral 2°, de este último cuerpo de leyes, se observa que de la
diligencia de dieciocho de marzo de dos mil doce, en la cual se
escuchó la opinión de los menores, los estudios psicológicos
practicados a los niños así como a sus progenitores, le asiste la razón
a la sala responsable al haber determinado que de los estudios
psicológicos practicados a los menores, **********, se desprenden
indicadores de violencia familiar en contra de dichos infantes, así
como situaciones de estrés para los más pequeños de nombres
**********, pues de la audiencia, se aprecia que ********** ha
presenciado actos de violencia familiar por parte de su progenitor,
pues afirmó que al que más le pegaba su padre era a su hermano
**********, que le gustaba estar con su papá pero cuando estaba
tranquilo, sin embargo, ya enojado insultaba a su mamá en el
momento en la que se la mencionaban, que era demasiado agresivo,
asimismo, manifestó que él deseaba convivir con su padre si él
cambiaba de actitud; los menores coincidieron en que su padre los
pone en riesgo, porque cuando se enojaba, manejaba muy rápido,
que incluso su hermana menor **********a se espantaba; la niña
manifestó que su papá la trata bien; el menor ********** manifestó que
su papá no vivía con ellos, empero, trataba mal a su hermano
**********, no obstante ello, le gustaría seguir viéndolo.
En los exámenes psicológicos practicados a los menores, las
conclusiones a que llegaron los especialistas en psicología,
categóricamente manifestaron que habían encontrado indicadores
emocionales de inestabilidad emocional, tendencias introvertidas,
ansiedad, represión de la agresividad con la autoridad y seguridad
asimismo, irritabilidad, despersonalización, sintomatología de menores
violentados, temor al padre; en el caso de **********, percibía al
padre como autoritario y amenazante para su integridad física y
emocional, ocasionándole enojo y tristeza.
De los resultados de la psicóloga **********, respecto al menor
**********, tenía un criterio ajustado a la realidad y de defenderse por
temor al padre, indicadores que podían estar relacionados con la
problemática familiar que sufría; en relación a ********** adujo que
mostraba inseguridad, temor, necesidad de apoyo y conflicto con el
padre; referente a **********, presentaba tendencias introvertidas,
ansiedad, represión de la agresividad, dificultad en las relaciones
interpersonales así como temor al padre; atinente a **********
presentaba una posible angustia, concluyendo la especialista que en
cuanto a los menores **********, no encontraba sintomatología
directamente relacionado con la violencia familiar, sin embargo, en los

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

menores **********, sí encontró un estado emocional directamente


relacionado con sintomatología de menores víctimas de violencia
familiar.
Así, de dichos estudios se aprecia también y cobra gran
relevancia el deseo de los menores de seguir viendo a su progenitor,
es de considerarse, que el ejercicio del derecho de visitas y
convivencias de su progenitor se hace necesario que las convivencias
se lleven a cabo de manera supervisada y controlada en el Centro de
Convivencias Familiar Supervisado, del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, a fin de poder estar en condiciones de controlar y
determinar los efectos de la convivencia con su padre, y, por ende,
debe de supervisarse el régimen de convivencia fijado por la
responsable.
En esa virtud, este Órgano Colegiado considera que no es de
considerarse como lo afirma la quejosa, que se suspenda el
régimen de visitas y convivencias con los menores, pues ante las
nuevas eventualidades que fueron evidenciadas a través de los
exámenes psicológicos realizados a las partes y a los menores de
edad, se hizo patente ante el indicio de violencia familiar el que las
visitas fueran supervisadas, por lo que no es dable, como lo sostiene
la quejosa de que se suspendan las visitas, pues es menester verificar
el resultado de tales visitas respecto de las reacciones que pudieran
tener sus menores hijos.
No pasa inadvertido que la convivencia de los menores con
su padre es un derecho que no puede ser vedado por ninguna
circunstancia, salvo aquélla que implique peligro para los
menores, entendiéndose como tal, aquello que importe un riesgo
a la salud e integridad física, psicológica o sexual de los hijos.
Sin embargo, cabe considerar que esa convivencia después de
períodos largos de ausencia como en el caso sucedió (dos años de
acuerdo a lo vertido por el quejoso), deba ser supervisada para
advertir la conducta del padre y la reacción de los menores, en la
inteligencia de que la premisa es el interés superior de los menores.
Entonces, es legal que la autoridad responsable haya fijado un
régimen de visitas de los menores con su padre a fin de propiciar la
convivencia entre ambos y procurarles un ambiente equilibrado, atento
a las circunstancias particulares del presente asunto y que han
quedado establecidas con antelación, es necesario que exista
supervisión para que después, en su caso, de considerarlo pertinente,
la parte interesada pueda promover lo conducente, atendiendo al
resultado de esas convivencias.
Esto es, ante las consecuencias del caso debe vigilarse tal
convivencia a efecto de determinar cuál es el resultado de las mismas
en el sentido de no causar a los menores un desequilibrio mayor al
que ya han sufrido, ya que si es realmente interés del padre, hará lo
posible por demostrar su apego a los menores y su ánimo de cuidarlos

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

y protegerlos cumpliendo cabalmente con sus


deberes, y posteriormente, en aras del interés
superior de los menores hijos de las partes podrían
modificarse las convivencias, entre tanto deben ser
supervisadas en el Centro de Convivencias Supervisadas del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal.
Así, dependiendo de sus resultados, el juez de lo familiar de
oficio o a petición de parte podrá cambiar a un régimen no
supervisado y de mayor libertad de convivencia o de suspensión.
Es aplicable, la tesis III.4o.(III Región) 2 C (10a.), consultable
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Libro XII, Septiembre de
2012, Tomo 3, visible en la página 1961, que dice: “RÉGIMEN DE
CONVIVENCIA DE MENORES. PARA DETERMINAR SI PUEDEN
CONVIVIR CON SUS PADRES, TANTO CON QUIEN EJERCE SU
CUSTODIA COMO CON QUIEN DEMANDÓ AQUELLA
CONTROVERSIA FAMILIAR, LA AUTORIDAD DEBE EJERCER EL
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD DIFUSO Y PRIVILEGIAR EL
DERECHO DE LOS NIÑOS A CONVIVIR CON AMBOS
PROGENITORES”. (Se transcribe).
En ese evento, debe decirse, que a nada práctico conduciría
otorgarle el amparo y protección de la Justicia Federal que insta la
quejosa, para que la autoridad responsable dictara una nueva
resolución, en la que se pronunciara respecto a los asertos que
esgrime la quejosa, los cuales se encuentra reseñados en párrafos
anteriores, si de cualquier forma, aun cuando son fundadas deben
declararse inoperantes; pues no obstante cumplir con ello, la misma
autoridad o bien el Tribunal Colegiado respectivo en un amparo
diverso promovido en su oportunidad, tendría que resolver respecto a
ese punto, en contra de los intereses de la solicitante de garantías; por
lo tanto, es innecesario esperar otra ocasión para resolverlo
negativamente.
Ilustra lo anterior, la jurisprudencia número II.3o. J/17, visible en la
página 45, tomo 56, agosto de 1992, Octava Época, Tribunales
Colegiados de Circuito, Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación y su gaceta, cuyo epígrafe y contenido rezan de la
siguiente manera: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN FUNDADOS
PERO INOPERANTES”. (Se transcribe).
Por otro lado, argumenta la quejosa que la responsable llegó a la
conclusión de modificar el régimen de visitas y convivencias,
permitiendo que los menores quedaran expuestos ante la violencia
de su progenitor, pues los menores tenían el derecho de vivir libres
de toda violencia, debiendo anteponer dicho derecho ante el del
tercero interesado.

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Que de no ser así, quedarían expuestos los menores ante


conductas de violencia generadas por su progenitor así como
desórdenes emocionales del progenitor.
Tales asertos son ineficaces, porque al llevarse a cabo las visitas
de manera supervisada, como correctamente lo sostuvo la sala
responsable, existe personal capacitado para atender a los
miembros de la familia, como abogados, psicólogos, trabajadores
sociales y personal de seguridad, lo que implica que no correrían
riesgo los menores ante la supervisión del personal capacitado para
ello.
Así tenemos que el artículo 941 Ter del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, reconoce como
derecho de los progenitores el convivir con sus menores hijos y
viceversa, con el objeto de continuar con el sano desarrollo del
menor, aun ante la disolución de la familia.
Por excepción, ante la sola manifestación por cualquiera de las
partes de la existencia de violencia familiar, ante la duda generada con
dicha declaración el Juez, a efecto de continuar con la salvaguarda de
los hijos menores de edad o incapaces, debe ordenar que las
convivencias de los menores con sus progenitores se realicen en los
centros e instituciones destinados para tal efecto, únicamente durante
el procedimiento, de ahí que es conveniente que ante el deseo de los
menores de convivir con su progenitor sea de manera supervisada la
convivencia no así como lo sostiene la quejosa de que sean
suspendidas, pues el interés superior del menor debe anteponerse
ante el de sus padres.
Es aplicable, la tesis I.3o.C.1062 C (9a.), consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Tribunales Colegiados de Circuito, Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo
2, visible en la página 1387, que es del tenor siguiente: “MENORES
DE EDAD. VIOLENCIA FAMILIAR. BASTA LA EXISTENCIA DE
DUDA PARA QUE LAS CONVIVENCIAS PROVISIONALES CON
SUS PROGENITORES SE LLEVEN A CABO EN UN CENTRO DE
SUPERVISIÓN”. (Se transcribe
Ahora bien, si en el supuesto de que las convivencias no tengan
resultados benéficos, y de que como lo afirma la quejosa, se torne
un ambiente en donde prevalezca agresión, denostación inferida por
el padre de los menores hacía sus integrantes, la actora podrá
solicitar la modificación de dichas convivencias, como también
podría suceder de que al tener resultado favorables, el demandado
solicite las convivencias de manera directa.
Así, tratándose de sentencias ejecutorias, que revisten la
característica de la inmutabilidad, por disposición de la ley, esta misma
puede eliminar esa calidad y generar un caso de excepción,

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

permitiendo la modificación de alguna o algunas


sentencias ejecutorias.
Tal excepción a esa regla general se contempla
en el artículo 94 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, conforme al cual, es posible plantear la acción de
modificación de las resoluciones firmes dictadas.
Por ende, teniendo en cuenta que la demostración de que
cambiaron las circunstancias que imperaban al momento de ejercer la
acción de visitas y convivencias, las partes están en aptitud de
hacer del conocimiento del juzgador familiar tales cambios de
circunstancias, ya sea para que se suspendan o se lleven a cabo
de manera directa con los menores.
Es aplicable a lo anterior, la tesis XIII.2o.9 C, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XX,
Diciembre de 2004, Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito,
visible en la página 1321, que es de tenor siguiente: “CONVIVENCIA
FAMILIAR PACTADA POR CONVENIO JUDICIAL ELEVADO A LA
CATEGORÍA DE COSA JUZGADA. NO DEBE IMPEDIRSE MOTU
PROPRIO”. (Se transcribe).
Es también aplicable, la tesis consultable en el Semanario
Judicial de la Federación, Volumen 91-96, Cuarta Parte, de la otra
Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Séptima
Época, visible en la página 8, que literalmente dice: “ALIMENTOS, EN
MATERIA DE, NO SE CONSTITUYE COSA JUZGADA”. (Se
transcribe).
Por otro lado, resulta ineficaz el argumento de la quejosa en el
sentido de que al promover su apelación adhesiva, expresó diversos
razonamientos por los cuáles consideró que debía subsistir la
sentencia primigenia y que la ad quem soslayó.
Ello es así, porque la titular de la acción constitucional de
manera alguna menciona cuáles fueron aquellos argumentos que
omitió su pronunciamiento la sala responsable y que reforzaron lo
considerado por el a quo, pues este órgano colegiado se encuentra
imposibilitado jurídicamente a emprender un estudio general, de no
ser así, se propiciaría el rompimiento del equilibrio procesal y de la
seguridad jurídica que deben imperar en los juicios.
Es aplicable por similitud jurídica, la tesis pronunciada por este
Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación, Tomo X,
Septiembre de 1992, Octava Época, Tribunales Colegiados de
Circuito, visible en la página 227, que literalmente dice: “AGRAVIOS.
CUANDO SE RECLAMA LA OMISIÓN DE SU ESTUDIO, DEBE
PRECISARSE CUÁLES NO FUERON ANALIZADOS”. (Se
transcribe).

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

IV. Agravios de la parte quejosa. En contra de la decisión de


negar el amparo, la parte quejosa, básicamente argumenta como
agravios lo siguiente:

 Alega que el Tribunal Colegiado da una restringida interpretación


al artículo 1º de la Constitución General de la República respecto
a la obligación que tienen las autoridades jurisdiccionales de
respetar, proteger y garantizar el derecho humano de los
menores a un régimen de visitas y convivencias, pues si bien
aparentemente busca favorecer a los menores con la protección
más amplia de este derecho, lo cierto es que dicha interpretación
del artículo 1º. Constitucional, no cumple con el “PRINCIPIO DE
PROTECCIÓN A VÍCITIMAS O PRINCIPIO FAVOR DEBILIS”,
por virtud del cual, en la interpretación de situaciones que
comprometen derechos en conflicto, es menester considerar
especialmente a la parte situada en inferioridad de condiciones,
cuando las partes no se encuentren en un plano de igualdad.

Señala que cuando el artículo 1º. de nuestra Carta Magna señala


que “las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta constitución y con los
tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo
tiempo a las personas con la protección más amplia”, consagra
lo que en la doctrina se conoce como “PRINCIPIO PRO HOMINE
O PRO PERSONA”, por virtud del cual se debe ponderar el peso
de los derechos humanos a efecto de estar siempre a favor del
hombre, por lo que “entre varias opciones para alcanzar ese
objetivo debe escogerse aquella que restrinja en menos escala el
derecho protegido”.

Que cuando en el párrafo tercero del artículo 1º constitucional se


establece la obligación de las autoridades de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, ello evidentemente
conlleva la obligación de dichas autoridades de ponderar el peso
de los derechos humanos para alcanzar el objetivo de la
protección más amplia.

Señala que el “PRINCIPIO PRO HOMINE O PRO PERSONA”,


implica la obligación a cargo de las autoridades de buscar la
interpretación que optimice más un derecho constitucional. Así,
esta obligación interpretativa da lugar a su vez a dos principios
más: “PRINCIPIO FAVOR LIBERTATIS”, que postura la
necesidad de entender al precepto normativo en el sentido más
propicio a la libertad en juicio y el “PRINCIPIO DE

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

PROTECCIÓN A VÍCTIMAS O PRINCIPIO


FAVOR DEBILIS”; referente a que en la
interpretación de situaciones que comprometen
derecho en conflicto, es menester considerar
especialmente a la parte situada en inferioridad de condiciones,
cuando las partes no se encuentran en un plano de igualdad.
Apoya lo anterior, con el criterio de rubro: “PRINCIPIO PRO
HOMINE. VARIANTES QUE LO COMPONEN”.

Reitera que el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Primer Circuito, realizó una incorrecta interpretación del alcance
normativo del artículo 1º de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, pues si bien reconoce la obligación
que tienen las autoridades de garantizar la protección de los
derechos humanos y específicamente la obligación que tienen
los juzgadores de garantizar el respeto al derecho humano de los
menores a un régimen de visitas y convivencias, pierde de vista
que cuando un derecho humano se encuentra en conflicto con
otro, la autoridad correspondiente tiene que hacer uso de los
métodos interpretativos de la norma, para efectos de determinar
cuál de los derechos en pugna otorga una mayor protección a la
persona, ésta es precisamente la garantía que otorga el artículo
1º de nuestra Carta Magna.

Que la interpretación hecha por el A quo del mencionado artículo,


es restrictiva, en virtud de que simple y llanamente consideró que
conforme al artículo 1º constitucional, se debía respetar el
derecho humano de los menores a un régimen de visitas y
convivencias, sin considerar que de acuerdo con el “PRINCIPIO
PRO HOMINE O PRO PERSONA”, se debe ponderar el peso de
los derechos humanos a efecto de estar siempre a favor del
hombre, por lo que en el caso concreto y dado que existe un
conflicto entre el derecho humano que tienen los menores a un
régimen de visitas y convivencias con el derecho humano de los
menores a vivir una vida libre de violencia, es evidente que no
basta con que el juzgador simplemente garantice el primero de
estos derechos, sin antes considerar el segundo.

Más aún cuando tratándose de derecho humanos de menores,


es innegable que los menores se encuentran en una situación de
vulnerabilidad y en condiciones inferiores a las de la otra parte;
en cuyo caso es incuestionable la obligación que tiene la
autoridad de atender al “PRINCIPIO DE PROTECCIÓN A
VÍCTIMAS O PRINCIPIO FAVOR DEBILIS”, por virtud del cual,
cuando existen derechos en conflicto, es necesario considerar
especialmente a la parte situada en inferioridad de condiciones.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Agrega que la incorrecta interpretación que hizo el A quo del


artículo 1º constitucional, fija un criterio de importancia y
trascendencia, en virtud de que los derechos humanos de los
menores deben garantizarse por encima de cualquier derecho,
precisamente derivado de la condición de vulnerabilidad de la
que son sujetos los menores, por lo que no debe permitirse que
se sienten precedentes en los cuales se deje duda acerca de la
efectiva protección y garantía de sus derechos humanos.

QUINTO. Requisitos indispensables para la procedencia del


recurso. Una vez que se conocen las cuestiones que se estiman
necesarias para resolver el presente asunto, atendiendo a la
problemática jurídica que se debe dilucidar, la cual fue precisada en el
considerando cuarto de esta ejecutoria, en primer término se debe
establecer si el recurso de revisión que nos ocupa es o no procedente.

Para ese efecto, se debe tener presente que el artículo 107,


fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, establece lo siguiente:

“Artículo. 107.- Las controversias de que habla el artículo 103 de esta


Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán
a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con
las bases siguientes:
IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra
de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de
normas generales, establezcan la interpretación directa de un
precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones
cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de
importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del
Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las
cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender
otras;”

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

En la exposición de motivos de la reforma que


dio origen a la redacción del artículo 107, fracción IX,
de la Constitución Federal, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el seis de junio de dos mil once, se señala que
entre los objetivos de la reforma se persigue fortalecer y perfeccionar
la estructura del Poder Judicial de la Federación y consolidar a su
órgano superior: la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como un
tribunal garante de nuestra Constitución, a fin de que pueda
concentrarse en la resolución de aquellos asuntos que revistan la
mayor importancia y trascendencia para el ordenamiento jurídico
nacional y del Estado Mexicano en su conjunto. 7

De esta manera, la Ley de Amparo aplicable, en el numeral


conducente establece:

“Artículo 81. Procede el recurso de revisión:


[…]
II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan
sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los

7
En la exposición de motivos mencionada se indica, entre otras cosas, lo siguiente:
“… Siendo la idea eje de la reforma, como lo afirma la exposición de motivos, la de perfeccionar a
la Suprema Corte de Justicia de la Nación como supremo interprete de la Constitución y asignar a
los Tribunales Colegiados el control total de la legalidad en el país.
Estas fueron las reformas que habilitaron y fueron el antecedente directo para la transformación
estructural del Poder Judicial de la Federación efectuado en la reforma de diciembre de 1994, de
donde resultó la organización competencial y estructural actual de los órganos que lo integran.
Esta última reforma no es, entonces, una modificación aislada, sino una más en una línea continua
y sistemática de modificaciones con las mismas ideas fundamentales que se fueron gestando
desde la década de los cuarentas en nuestro país y que le ha permitido una constante evolución y
perfeccionamiento de la estructura y función de los órganos integrantes del Poder Judicial de la
Federación.
La reforma que aquí se presenta a los artículos 94 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos se inscribe en esta lógica, la de fortalecer y perfeccionar la estructura del Poder
Judicial de la Federación y consolidar a su órgano superior: La Suprema Corte de Justicia de la
Nación, como un tribunal garante de nuestra Constitución que pueda concentrarse en la resolución
de los asuntos de importancia y trascendencia para la totalidad del ordenamiento jurídico nacional
y del estado mexicano en su conjunto.
Lo anterior claramente debe pasar por el fortalecimiento de los Tribunales Colegiados de Circuito y
el reconocimiento de sus integrantes como conformadores de los criterios de interpretación de
legalidad. Este fortalecimiento debe ser, además, consistente con las anteriores reformas y con las
ideas que las sustentan para lograr una consolidación adecuada del sistema en su totalidad y no
como soluciones parciales y aisladas que no son consistentes con la evolución del sistema judicial
mexicano.”

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en


los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u
omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo
disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento
de acuerdos generales del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones
propiamente constitucionales, sin poder comprender otras.”

Lo anterior pone en claro que la procedencia del recurso de


revisión en contra de las sentencias emitidas en los juicios de amparo
directo es de carácter excepcional; y que por ende, para su
procedencia, es imprescindible que se surtan los siguientes requisitos:

1. Que en la sentencia recurrida se haya hecho un


pronunciamiento sobre la constitucionalidad de una norma de
carácter general, o se establezca la interpretación directa de
un precepto constitucional, o cuando, habiéndose planteado
alguna de esas cuestiones en la demanda de amparo, se
haya omitido su estudio; y

2. Que el problema de constitucionalidad resuelto u omitido en la


sentencia de amparo, sea considerado de importancia y
trascendencia, según lo disponga el Pleno de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación en sus acuerdos generales.

No obstante, con relación a esos requisitos, conviene hacer las


siguientes precisiones:

A raíz de la reforma publicada en el Diario Oficial de la


Federación de diez de junio de dos mil once, el artículo 1°
constitucional, en sus dos primeros párrafos establece lo siguiente:

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

“Art. 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos


todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de
las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta
Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán
de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales
de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección
más amplia.”

Ahora bien, atendiendo al contenido de este último precepto, el


Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis 293/2011, señaló que los derechos humanos
reconocidos en los tratados internacionales suscritos por el Estado
mexicano, forman parte del bloque constitucional de derechos
humanos, por lo que al igual que los previstos en la Carta Magna
gozan de supremacía constitucional y constituyen un parámetro de
control de regularidad.

Lo anterior encuentra apoyo en la jurisprudencia P./J. 20/2014,


cuyo contenido y datos que se relacionan con su publicación en el
Semanario Judicial de la Federación (electrónico), son los siguientes:

“Época: Décima Época


Registro: 2006224
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 5, Abril de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 20/2014 (10a.)
Página: 202

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA


CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES.
CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD
CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA
UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE
DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO
CONSTITUCIONAL. El primer párrafo del artículo 1o. constitucional
reconoce un conjunto de derechos humanos cuyas fuentes son la
Constitución y los tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y
originalista del contenido de las reformas constitucionales de seis y diez
de junio de dos mil once, se desprende que las normas de derechos
humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en
términos jerárquicos, entendiendo que, derivado de la parte final del
primer párrafo del citado artículo 1o., cuando en la Constitución haya
una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se
deberá estar a lo que indica la norma constitucional, ya que el principio
que le brinda supremacía comporta el encumbramiento de la
Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexicano, lo
que a su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser
acordes con la misma, tanto en un sentido formal como material,
circunstancia que no ha cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de
las reformas constitucionales en comento es la configuración del
conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales puede predicarse
dicha supremacía en el orden jurídico mexicano. Esta transformación
se explica por la ampliación del catálogo de derechos humanos previsto
dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
cual evidentemente puede calificarse como parte del conjunto
normativo que goza de esta supremacía constitucional. En este sentido,
los derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de
control de regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse
la validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico
mexicano.

Contradicción de tesis 293/2011. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal


Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y el

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.


3 de septiembre de 2013. Mayoría de diez votos de los
Ministros: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien se reservó su
derecho a formular un voto concurrente; Margarita Beatriz Luna Ramos, quien se
manifestó a favor de las consideraciones relacionadas con la prevalencia de la
Constitución y se apartó del resto; José Fernando Franco González Salas, quien
indicó que formularía un voto concurrente; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien
manifestó que haría un voto aclaratorio y concurrente para explicar el consenso al que
se llegó y el sentido de su voto a pesar de que en los límites tuvo un criterio distinto;
Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reservó el derecho de formular voto
concurrente; Luis María Aguilar Morales, con reservas respecto de las
consideraciones y, en su caso, realizaría un voto concurrente; Sergio A. Valls
Hernández, reservándose el derecho de hacer un voto concurrente; Olga Sánchez
Cordero de García Villegas, reservándose su derecho a voto concurrente en relación
con los límites; Alberto Pérez Dayán, quien se manifestó a favor del reconocimiento de
la prevalencia constitucional y Juan N. Silva Meza, quien se reservó su derecho de
formular voto concurrente para aclarar su posición de entendimiento constitucional del
texto propuesto y, a reserva de ver el engrose, aclararía u opinaría sobre las
supresiones que se pretenden hacer, sin variar su posición en el sentido; votó en
contra: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Arturo Bárcena Zubieta.
Tesis y/o criterios contendientes:
Tesis XI.1o.A.T.47 K y XI.1o.A.T.45 K, de rubros, respectivamente:
"CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EN SEDE INTERNA. LOS TRIBUNALES
MEXICANOS ESTÁN OBLIGADOS A EJERCERLO." y "TRATADOS
INTERNACIONALES. CUANDO LOS CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN
CON DERECHOS HUMANOS, DEBEN UBICARSE A NIVEL DE LA
CONSTITUCIÓN."; aprobadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito, y publicadas en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, mayo de 2010,
páginas 1932 y 2079, y tesis I.7o.C.46 K y I.7o.C.51 K, de rubros, respectivamente:
"DERECHOS HUMANOS, LOS TRATADOS INTERNACIONALES SUSCRITOS POR
MÉXICO SOBRE LOS. ES POSIBLE INVOCARLOS EN EL JUICIO DE AMPARO AL
ANALIZAR LAS VIOLACIONES A LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES QUE
IMPLIQUEN LA DE AQUÉLLOS." y "JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL. SU
UTILIDAD ORIENTADORA EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS."; aprobadas
por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, y publicadas en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomos XXVIII,
agosto de 2008, página 1083 y XXVIII, diciembre de 2008, página 1052.
El Tribunal Pleno, el dieciocho de marzo en curso, aprobó, con el número
20/2014 (10a.), la tesis jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a
dieciocho de marzo de dos mil catorce.

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Esta tesis se publicó el viernes 25 de abril de 2014 a las 09:32 horas en el


Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 28 de abril de 2014, para los efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013”.

En esa tesitura, el primer requisito de que se habla, debe


considerarse extendido a los casos en que la sentencia recurrida
determine si una norma de carácter general es o no contraria a algún
derecho humano previsto en algún tratado de índole internacional en
que el Estado mexicano sea parte, así como en aquellos casos en que
establezca la interpretación directa de uno de esos derechos, o bien,
se omita decidir al respecto a pesar de haber una solicitud expresa en
la demanda.

Lo anterior se robustece con lo decidido el nueve de septiembre


de dos mil trece, por el Pleno de este Máximo Tribunal, al resolver la
contradicción de tesis 21/2011, en la que se estableció que estos
temas sí conllevan un aspecto de naturaleza constitucional para
efectos de la procedencia del recurso de revisión en amparo directo.

En efecto, esa contradicción dio origen a la jurisprudencia P./J.


22/2014, cuyo contenido y datos que se relacionan con su publicación
en el Semanario Judicial de la Federación (electrónico), son los
siguientes:

“Época: Décima Época


Registro: 2006223
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 5, Abril de 2014, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 22/2014 (10a.)
Página: 94

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

CUESTIÓN CONSTITUCIONAL. PARA


EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL RECURSO
DE REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO, SE SURTE
CUANDO SU MATERIA VERSA SOBRE LA COLISIÓN ENTRE UNA
LEY SECUNDARIA Y UN TRATADO INTERNACIONAL, O LA
INTERPRETACIÓN DE UNA NORMA DE FUENTE CONVENCIONAL,
Y SE ADVIERTA PRIMA FACIE QUE EXISTE UN DERECHO
HUMANO EN JUEGO. Mediante la reforma al artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el
Diario Oficial de la Federación el diez de junio de dos mil once, el Poder
Constituyente Permanente, además de modificar el catálogo formal de
derechos que pueden ser protegidos mediante los medios de control de
constitucionalidad, buscó introducir al texto constitucional el concepto
de derechos humanos con toda su carga normativa, siendo una de sus
implicaciones la revisión del estándar jurídico que determina la
existencia de una cuestión de constitucionalidad, a la cual se hace
referencia en el artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos como elemento que actualiza la
procedencia excepcional del recurso de revisión en el amparo directo.
Así las cosas, según se desprende de la jurisprudencia de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, una cuestión propiamente
constitucional se actualiza cuando de por medio se exija la tutela del
principio de supremacía constitucional, porque justamente se presenta
un conflicto interpretativo de la solución normativa otorgada por la
Constitución, en tanto texto normativo, lo cual implica la exigencia de
desentrañar el significado de un elemento normativo de dicha norma
fundamental mediante el despliegue de un método interpretativo. Así,
de un análisis sistemático de la jurisprudencia, se desprende que el
principio de supremacía constitucional se desenvuelve en dos
concepciones distintas, cada una dando origen a un tipo de cuestión de
constitucionalidad: una relativa a la protección consistente del sistema
de fuentes y a su principio de jerarquía normativa y otra relacionada
con la protección coherente de la unidad de principios objetivos del
ordenamiento jurídico, mediante el principio de mayor protección de los
derechos humanos. Sobre estas bases, cuando se alega una
confrontación entre una ley secundaria y una norma de un tratado

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

internacional que no regule un derecho humano, la confronta de estas


normas secundarias es, en principio, una cuestión de legalidad que sólo
implica una violación indirecta a la Constitución Federal, debido a que,
en el fondo, lo que se alega es una "debida aplicación de la ley" a la luz
del principio jerárquico del sistema de fuentes. En ese aspecto, es
criterio de esta Suprema Corte que los tratados internacionales se
encuentran por encima de las leyes secundarias y, por ende, la solución
de su conflicto normativo o antinomia corresponde a una cuestión de
legalidad: determinar la forma en que una ley se subordina
jerárquicamente a un tratado internacional. Al no concurrir la exigencia
de un desarrollo interpretativo de un elemento constitucional, no existe
una genuina cuestión de constitucionalidad y el recurso de revisión en
amparo directo debe declararse improcedente. No obstante, cuando la
confronta entre un tratado internacional y una ley secundaria implique la
interpretación de una disposición normativa de una convención que,
prima facie, fije las relaciones o posiciones jurídicas, sentido y/o
alcance de un derecho humano, debe concluirse que sí existe una
cuestión propiamente constitucional, toda vez que cuando se estima
que una ley viola un derecho humano reconocido en una convención
subyace un juicio de relevancia jurídica fundado en la idea de
coherencia normativa. Lo mismo debe decirse cuando se trate de la
interpretación de una disposición convencional que a su vez fije las
relaciones o posiciones jurídicas, sentido y/o alcance de un derecho
humano. Consecuentemente, el escrutinio no se agota en la
constatación de la consistencia de las normas entre sí -los criterios
relacionales de creación de normas-, sino en verificar la coherencia del
orden constitucional como una unidad dotada de sentido protector o
promocional de los derechos humanos, el cual se remite a argumentos
sustanciales y no a razonamientos de índole formal. En ese sentido, es
viable el recurso de revisión en el amparo directo, siempre que se
cumplan las condiciones necesarias de procedencia, como es la
exigencia técnica de desplegar un método interpretativo del referido
derecho humano; es decir, el presente criterio no implica suprimir los
requisitos técnicos de procedencia del recurso de revisión en amparo
directo, requeridos por la Ley de Amparo y la jurisprudencia de esta

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Suprema Corte, pues ese supuesto se inserta en los


criterios procesales ordinarios.

Contradicción de tesis 21/2011-PL. Entre las sustentadas por la Primera y la


Segunda Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 9 de septiembre de
2013. Mayoría de nueve votos de los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José
Fernando Franco González Salas, quien formulará voto concurrente puesto que se
separó de algunas consideraciones; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien anunció que
haría voto concurrente en relación con las dos salvedades que indicó en su
exposición; Jorge Mario Pardo Rebolledo , quien se reservó el derecho a un voto
concurrente; Luis María Aguilar Morales, con salvedades, de las que dejará
constancia en un voto; Sergio A. Valls Hernández, quien se reservó su derecho a
hacer voto concurrente; Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien se reservó
su derecho a formular voto concurrente; Alberto Pérez Dayán, quien se reservó su
derecho a formular voto concurrente; y Juan N. Silva Meza, quien anunció voto
concurrente; votaron en contra: José Ramón Cossío Díaz y Margarita Beatriz Luna
Ramos. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretarios: David García Sarubbi,
Miguel Antonio Núñez Valadez y Karla I. Quintana Osuna.
Criterios contendientes:
El sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, al resolver el amparo directo en revisión 1169/2008 y el diverso sustentado
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el
amparo directo en revisión 2336/2010.
El Tribunal Pleno, el dieciocho de marzo en curso, aprobó, con el número
22/2014 (10a.), la tesis jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a
dieciocho de marzo de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 25 de abril de 2014 a las 09:32 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 28 de abril de 2014, para los efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013”.

Por otro lado, como el segundo requisito de importancia y


trascendencia ya se exigía aún antes de la reforma de seis de junio de
dos mil once, con relación al tema, el Pleno de este Alto Tribunal
emitió el Acuerdo General 5/1999, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintidós de junio de mil novecientos noventa y nueve,
en cuyo punto primero señaló que por regla general, se entenderá que
no se surten los requisitos de importancia y trascendencia cuando
exista jurisprudencia sobre el problema de constitucionalidad hecho

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

valer en la demanda de garantías, así como cuando no se hayan


expresado agravios o, en su caso, estos resulten ineficaces,
inoperantes, inatendibles o insuficientes y no haya que suplir la
deficiencia de la queja, o en casos análogos.

Corrobora lo anterior la tesis de jurisprudencia 2a./J. 64/2001,


sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que esta Primera Sala comparte, cuyo contenido y datos que
se relacionan con su publicación en el Semanario Judicial de la
Federación (electrónico), son los siguientes:

“Época: Novena Época


Registro: 188101
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XIV, Diciembre de 2001
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 2a./J. 64/2001
Página: 315

REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU


PROCEDENCIA. Los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93 de la
Ley de Amparo, 10, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación y el Acuerdo 5/1999, del 21 de junio de 1999, del
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece las
bases generales para la procedencia y tramitación de los recursos de
revisión en amparo directo, permiten inferir que un recurso de esa
naturaleza sólo será procedente si reúne los siguientes requisitos: I.
Que se presente oportunamente; II. Que en la demanda se haya
planteado la inconstitucionalidad de una ley o la interpretación directa
de un precepto de la Constitución Federal y en la sentencia se hubiera
omitido su estudio o en ella se contenga alguno de esos
pronunciamientos; y III. Que el problema de constitucionalidad referido
entrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia a juicio

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

de la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el


entendido de que un asunto será importante cuando
de los conceptos de violación (o del planteamiento
jurídico, si opera la suplencia de la queja deficiente) se advierta que los
argumentos o derivaciones son excepcionales o extraordinarios, esto
es, de especial interés; y será trascendente cuando se aprecie la
probabilidad de que la resolución que se pronuncie establezca un
criterio que tenga efectos sobresalientes en materia de
constitucionalidad; por el contrario, deberá considerarse que no se
surten los requisitos de importancia y trascendencia cuando exista
jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad planteado, cuando
no se hayan expresado agravios o cuando, habiéndose expresado,
sean ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes, siempre que
no se advierta queja deficiente que suplir y en los demás casos
análogos a juicio de la referida Sala, lo que, conforme a la lógica del
sistema, tendrá que justificarse debidamente.

Amparo directo en revisión 1124/2000. **********. 17 de abril de 2001.


Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes
Bazán.

Amparo directo en revisión 1575/2000. **********. 6 de julio de 2001.


Cinco votos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Eva Elena
Martínez de la Vega.

Amparo directo en revisión 758/2001. **********. 6 de julio de 2001.


Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: José Manuel Quintero
Montes.

Amparo directo en revisión 828/2001. **********. 8 de agosto de 2001.


Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente:
Juan Díaz Romero. Secretaria: Sofía Verónica Ávalos Díaz.

Amparo directo en revisión 939/2001. **********. 22 de agosto de 2001.


Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón. Ponente: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: Eduardo Ferrer Mac Gregor Poisot.
Tesis de jurisprudencia 64/2001. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto
Tribunal, en sesión privada del nueve de noviembre de dos mil uno”.

Aunque lo anterior demuestra que la procedencia del recurso de


revisión en contra de las sentencias emitidas en el juicio de amparo

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

directo es verdaderamente excepcional, esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación, de manera indirecta, estableció un supuesto en
el que el recurso puede resultar procedente aún y cuando no se
satisfagan los requisitos antes señalados.8

Este supuesto se actualiza cuando en el recurso de revisión se


impugnan las disposiciones de la propia Ley de Amparo; no obstante
es de destacarse que esta Primera Sala acotó ese supuesto al
cumplimiento de los siguientes requisitos: a) que exista un acto de
aplicación de dicha ley al interior del juicio de amparo; b) que la
impugnación de ese acto de aplicación pueda trascender al sentido de
la decisión adoptada; y c) que exista un recurso contra tal acto (en
este caso el recurso de revisión), en donde pueda analizarse tanto la
regularidad del acto de aplicación, como la regularidad constitucional
de la norma aplicada.

Lo anterior tiene sustento en la tesis aislada 1a. CCXLI/2013


(10a.), cuyo contenido y datos que se relacionan con su publicación en
el Semanario Judicial de la Federación (electrónico), son los
siguientes:

“Época: Décima Época


Registro: 2004320
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 1
Materia(s): Común
Tesis: 1a. CCXLI/2013 (10a.)
Página: 745

REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA


IMPUGNAR DISPOSICIONES DE LA LEY DE AMPARO A TRAVÉS
8
Esto se determinó a raíz de lo resuelto por el Pleno en el recurso de reclamación 130/2011,
fallado el veintiséis de enero de dos mil doce.

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

DE ESTE RECURSO. De los artículos 107, fracción


IX, de la Constitución Federal y 83, fracción V, de la
Ley de Amparo, esta última vigente hasta el 2 de
abril de 2013, se advierte que para la procedencia del recurso de
revisión en amparo directo se requiere que: a) en la sentencia recurrida
se realice un pronunciamiento sobre la constitucionalidad de una ley, un
tratado internacional o algún reglamento, o se establezca la
interpretación directa de un precepto constitucional, o habiéndose
planteado, se omita su estudio y b) el problema de constitucionalidad
entrañe la fijación de un criterio jurídico de importancia y trascendencia
a juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ahora bien, el
Pleno de ésta, al resolver el recurso de reclamación 130/2011, el 26 de
enero de 2012, estableció que es susceptible de actualizarse la
procedencia del recurso de revisión en el juicio de amparo directo
cuando se cuestione la constitucionalidad de un precepto de la Ley de
Amparo, pues a partir de la reforma al artículo 1o. constitucional, se ha
desvanecido el obstáculo técnico que impedía conocer sobre su
regularidad constitucional. Este planteamiento debe formularse en los
recursos previstos en el juicio constitucional, ya que no es dable
señalar como acto reclamado destacado en la demanda a la Ley de
Amparo, ya que es hasta que se genere un acto de aplicación en
perjuicio del particular cuando lo puede combatir. Así, en dichos casos,
el órgano revisor no sólo se debe limitar a evaluar la regularidad de la
decisión recurrida, sino también puede inaplicar la norma que sirvió de
sustento cuando sea violatoria de algún derecho humano. Así, esta
Primera Sala concluye, sobre la premisa de que el control constitucional
es un elemento transversal a toda función jurisdiccional, que el recurso
de revisión procede no sólo cuando exista una cuestión de
constitucionalidad vinculada con la litis original, sino también cuando se
combata la Ley de Amparo y se satisfagan los tres requisitos siguientes:
a) la existencia de un acto de aplicación de dicha ley al interior del juicio
de amparo; b) la impugnación de ese acto de aplicación cuando
trascienda al sentido de la decisión adoptada; y, c) la existencia de un
recurso contra tal acto, en donde pueda analizarse tanto la regularidad
del acto de aplicación, como la regularidad constitucional de la norma
aplicada.

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Amparo directo en revisión 301/2013. 3 de abril de 2013. Mayoría de cuatro


votos. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su derecho a formular
voto particular. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: David García
Sarubbi”.

SEXTO. Análisis de los requisitos de procedencia en el caso


concreto. Atendiendo a los requisitos exigidos para la procedencia del
recurso de revisión, esta Primera Sala estima que el presente medio
de impugnación sí resulta procedente, porque en el caso estos sí se
encuentran satisfechos.

En efecto, el primero de los requisitos se encuentra


satisfecho, porque la lectura de la demanda de amparo permite
advertir que si bien la quejosa no reclamó la inconstitucionalidad de
una norma de carácter general, ni solicitó de manera expresa la
interpretación directa de un precepto constitucional o derecho humano
contenido en algún tratado internacional suscrito por el Estado
Mexicano, lo cierto es que en la demanda de amparo se plantearon
argumentos, que necesariamente conducían a realizar una
interpretación de índole constitucional, vinculada con el interés
superior del menor.

Esto es así, porque en el segundo concepto de violación, la parte


quejosa y ahora recurrente hizo valer argumentos que no sólo
implicaban la necesidad de interpretar el interés superior del menor
previsto en el artículo 4° constitucional y en el numeral 3, apartado 1,
de la Convención sobre los Derechos del Niño, sino que además,
requerían ponderar si en función de ese interés, la posibilidad de que
los menores sean objeto de violencia familiar, puede trascender al
derecho de convivencia con sus progenitores, al grado de suspender
esa convivencia, que si bien es un derecho de los menores, también

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

conlleva un derecho-deber del progenitor que no tiene


la guarda y custodia de los mismos.

Se asevera lo anterior, porque si bien en el concepto de violación


mencionado, la parte quejosa argumentó diversas cuestiones de
legalidad que escapan a la materia del presente medio de
impugnación, también dejó de manifiesto que la decisión del juez de
primer grado, en el sentido de que no debían desarrollarse las visitas y
convivencias de los menores con su padre y que por ende debía
suspenderse ese derecho, se sustentó en la valoración de las
constancias, declaraciones, dictámenes y demás pruebas existentes
en autos, las cuales fueron suficientes para considerar que en el caso
había existido violencia familiar por parte del demandado hacía sus
menores hijos **********; y que si bien no había signos de violencia
en lo que toca a los menores **********, sí era necesario establecer
medidas protectoras para evitar la posibilidad de que fueran objeto de
la violencia que recibieron los mayores; no obstante -asevera la
quejosa-, contrario a lo resuelto por el A quo y sin tomar en cuenta el
interés superior de los menores, así como la necesidad de que estos
sean protegidos ante la simple amenaza de sufrir violencia familiar, la
responsable estableció un régimen de convivencias entre los menores
y su progenitor, sin advertir que esa determinación es violatoria del
derecho que tienen los menores a vivir en un ambiente de respeto y
protección, libres de cualquier amenaza de violencia, derecho que se
antepone al derecho de visitas que pudiera corresponder el padre,
pues ante la posibilidad de sufrir violencia por parte de su progenitor,
era necesario proteger a los menores evitando cualquier tipo de
violencia que pudieran sufrir, ya que su derecho a tener una vida libre
de violencia, es superior al derecho de convivencia que le pueda
asistir a los padres, el cual debe quedar restringido cuando resulte

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

necesario proteger a los menores de maltratos o descuidos de parte


de ellos.

Como se advierte, el planteamiento formulado por la quejosa en


la demanda de amparo, requería responder la siguiente interrogante:

¿El interés superior de la infancia autoriza a restringir


la convivencia entre un menor y su progenitor, cuando
existe la posibilidad de que el menor sea objeto de
violencia por parte de dicho progenitor?

Para ese efecto, era necesario ponderar el interés superior del


menor frente al derecho de convivencia con el progenitor que no tiene
a su cargo la guarda y custodia.

No obstante, el Tribunal Colegiado omitió realizar tal


ponderación; y por ende, no dio respuesta a la interrogante que el
asunto planteaba.

Esto es así, pues la lectura de la sentencia recurrida, permite


advertir que el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, se limitó a responder las cuestiones de legalidad planteadas
en la demanda de amparo; sin embargo, no realizó ningún análisis
tendiente a determinar si el interés superior de la infancia autoriza a
restringir la convivencia entre un menor y su progenitor, cuando existe
la posibilidad de que el menor sea objeto de violencia por parte de
dicho progenitor.

Ante esa omisión, en el caso debe considerarse satisfecho


el primero de los requisitos indicados.

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

El segundo requisito también se cumple,


porque si bien esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha emitido diversos criterios
que se relacionan con el interés superior del menor, en ellos no se ha
abordado el tema que aquí se plantea, por lo tanto, al respecto no
existe jurisprudencia.

Atendiendo a lo anterior, esta Primera Sala concluye que el


recurso de revisión que nos ocupa sí es procedente; y que en
consecuencia, debe ocuparse de la cuestión omitida por el Tribunal
Colegiado.

OCTAVO. Estudio de la cuestión omitida por el Tribunal


Colegiado. Como se analizó, la cuestión omitida por el Tribunal
Colegiado, requería determinar si el interés superior de la infancia
autoriza a restringir o suspender la convivencia entre un menor y su
progenitor, cuando existe la posibilidad de que el menor sea objeto de
violencia por parte de dicho progenitor.

Para determinar lo anterior, lo primero que debe decirse es que


el interés superior de la infancia encuentra su fundamento en el
artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

En efecto, dicho precepto en lo que interesa, establece lo


siguiente:

“Artículo 4o.- […]


En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y
cumplirá con el principio del interés superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas
tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su


desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño,
ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas
dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación
de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y
principios.
El Estado otorgará facilidades a los particulares para que
coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez.
[…]”

Este interés, también se encuentra reconocido en el artículo 3,


apartado 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, pues en él
se indica lo siguiente:

“Artículo 3.
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño.”

De lo dispuesto en esos preceptos, se advierte que en cualquier


decisión, actuación o medida que involucre a la niñez, el Estado a
través de sus diversas autoridades, tiene la ineludible obligación de
atender el interés superior de la niñez; sin embargo, dichas
disposiciones, no precisan qué es lo que debe entenderse por ese
interés.

No obstante, esta Primera Sala ya ha señalado que el interés


superior de la infancia constituye una pauta que se debe tomar en
consideración en cualquier decisión, actuación o medida en que se
vea involucrado un menor; por tanto, dicho interés se erige como una

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

obligación que asume el Estado a través de todas sus


autoridades, para asegurar que en el ámbito de sus
respectivas competencias, todas la normas, asuntos,
decisiones y políticas públicas en las que se involucre a la niñez, se
garantice y asegure que todos los niños y niñas disfruten y gocen de
todos los derechos humanos que les asisten, especialmente aquéllos
que resultan indispensables para su óptimo desarrollo.

En concordancia con lo anterior, esta Primera Sala también ha


señalado que del principio de referencia, se desprende la necesidad
de considerar al interés superior de la infancia como un criterio rector
no sólo en la elaboración de las normas, sino también en la
interpretación y aplicación de las mismas, a fin de que en todos los
órdenes relativos a la vida del niño o niña, puedan gozar y ejercer
plenamente de sus derechos.

En esa virtud, tanto el legislador al momento de elaborar las


normas que inciden en los derechos de la infancia, como el juzgador
al momento de interpretar o aplicar esas normas, están obligados a
tomar en cuenta este principio a fin de que en todo momento se
potencialice la protección integral de los niños y niñas, evitándoles
cualquier afectación, lo que se traduce en la obligación de que al
ponderar sus intereses frente a los intereses de terceros, cuiden de no
restringir aquéllos derechos cuya naturaleza implica el goce esencial
de los derechos de la infancia.

En esa lógica, cuando los juzgadores tienen que decidir una


controversia que incide sobre los derechos de un menor, deben tener
en cuenta que los menores de edad requieren una protección legal
reforzada, y que la única manera de brindarles dicha protección,
implica tener en cuenta todos sus derechos y el rol que juegan en la

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

controversia sometida a su consideración a fin de garantizar el


bienestar integral del menor, teniendo presente que ese bienestar sólo
se alcanza cuando se garantiza al menor el disfrute pleno y efectivo
de todos sus derechos; y como consecuencia, se le protege de
manera integral logrando el desarrollo holístico del mismo.

En efecto, en mayo de dos mil trece, la Organización de las


Naciones Unidas por medio del Comité de los Derechos del Niño,
emitió la observación general número 14 sobre el derecho del niño a
que su interés superior sea una consideración primordial 9, esto a fin de
explicitar el alcance del párrafo 1 del artículo 3 de la Convención sobre
los Derechos del Niño. En dicho documento se establece claramente
que el objetivo del interés superior del infante es garantizar el disfrute
pleno y efectivo de todos los derechos reconocidos en la Convención,
así como el desarrollo holístico del menor, desarrollo que de acuerdo a
la diversa observación general número 5 del mismo Comité 10, abarca
el desarrollo físico, mental, espiritual, moral, psicológico y social del
niño.

En consecuencia, el interés superior de la infancia implica


garantizar que ninguno de sus derechos se vea perjudicado por una
norma o interpretación negativa de la misma, esto es, la plena
aplicación del principio relativo al interés superior del menor exige
adoptar un enfoque basado en los derechos de la infancia, en el que
colaboren todos los intervinientes a fin de garantizar la integridad
física, psicológica, moral y espiritual del infante y promover su dignidad
humana.

9
Disponible en: http://www2.ohchr.org/English/bodies/crc/docs/GC/CRC.C.GC.14_sp.pdf (última visita 12
de mayo de 2014 a las 11:02 horas).
10
Disponible en: http://www1.umn.edu/humanrts/crc/spanish/Sgeneralcomment5.html(última visita 12 de
mayo de 2014 a las 11:25 horas).

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

En efecto, la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, ha señalado que el interés superior del
menor es un principio regulador de la normativa de los
derechos del niño, el cual se funda en la dignidad misma del ser
humano, en las características propias de las niñas y los niños, y en la
necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno
aprovechamiento de sus potencialidades11.

Y que la prevalencia del interés superior del niño debe ser


entendida como la necesidad de satisfacción de todos los derechos de
la infancia y la adolescencia, que obliga al Estado e irradia efectos en
la interpretación de todos los demás derechos de la Convención
cuando el caso se refiera a menores de edad12, de lo cual se puede
concluir que no hay duda respecto a que el interés superior de la
infancia consiste en un principio insoslayable tanto para el legislador
como para el juzgador encargado de analizar las problemáticas
jurídicas que inciden directa o indirectamente en el grupo de la
infancia o bien en un niño o niña determinado.

En esa virtud, si el interés superior de la infancia radica en que


cualquier decisión que se tome en torno a ella, debe ser acorde con lo
que más convenga a sus intereses, ello implica que para poder
cumplir con esa obligación, en primer lugar es necesario tener
presente cuáles son los derechos que la Constitución y los Tratados
Internacionales reconocen a su favor, después es preciso que esos
derechos se interpreten y apliquen en forma adecuada, es decir, de la
manera que más favorezca las prioridades de los infantes, teniendo
11
Corte IDH. Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012 Serie C No. 246, Párrafo 126; y Caso
Atala Riffo y Niñas Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 24 de febrero de 2012.
Serie C No. 239, Párrafo 109.
12
Corte IDH. Caso González y otras ("Campo Algodonero") Vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205, Párrafo
408.

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

siempre en cuenta su condición personal, a efecto de salvaguardar su


sano desarrollo en todos los ámbitos posibles, como son el físico, el
mental, espiritual, moral, psicológico y social, pues es evidente que
por su falta de madurez física y mental, los menores requieren de
cuidados especiales y una protección legal reforzada.

Lo anterior implica que en un juicio en el que se discuten


derechos de menores como ocurre en el caso; el juzgador a efecto de
salvaguardar el interés superior de la infancia, también está
constreñido a atender todas las circunstancias o hechos que en el
caso concreto se relacionen con la niñez, ya sea que éstas formen
parte de la litis o vayan surgiendo durante el procedimiento, para lo
cual también puede recabar, repetir o perfeccionar las pruebas que
estime conducentes.

Atendiendo a lo anterior, es evidente que si bien el interés


superior de la infancia obliga a todas las autoridades en el ámbito de
sus respectivas competencias a proteger y preservar los derechos de
los menores a fin de resolver lo que resulte más favorable a sus
intereses, también lo es que debido a ello, el interés superior de la
infancia constituye un concepto jurídico indeterminado, pues en cada
caso concreto el juzgador debe analizar los hechos y circunstancias
que rodean al menor, a fin de que resuelva lo que más convenga a
dicho menor.

Respecto al tema relativo al del interés superior de la infancia


resultan orientadores los criterios que se contienen en las
jurisprudencias 1a./J. 25/2012 (9a.), 1a./J. 18/2014 (10a.) y 1a./J.
44/2014 (10a.), cuyo contenido y datos de publicación en el
Semanario Judicial de la Federación (electrónico), son los
siguientes:

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

“Época: Décima Época


Registro: 159897
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 25/2012 (9a.)
Página: 334

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONCEPTO. En


términos de los artículos 4o., párrafo octavo, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 3 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, ratificada por México y publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 25 de enero de 1991; y 3, 4, 6 y 7 de la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los
tribunales, en todas las medidas que tomen relacionadas con los
menores, deben atender primordialmente al interés superior del niño;
concepto que interpretó la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(cuya competencia contenciosa aceptó el Estado Mexicano el 16 de
diciembre de 1998) de la siguiente manera: "la expresión 'interés
superior del niño' ... implica que el desarrollo de éste y el ejercicio
pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores
para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los
órdenes relativos a la vida del niño.

Amparo directo en revisión 908/2006. 18 de abril de 2007. Unanimidad de


cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretario: Heriberto Pérez Reyes.
Amparo directo en revisión 1475/2008. 15 de octubre de 2008. Unanimidad
de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretaria: Dolores Rueda Aguilar.
Amparo en revisión 645/2008. 29 de octubre de 2008. Mayoría de cuatro
votos. Disidente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juan N. Silva Meza.
Secretario: Jaime Flores Cruz.
Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco
votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y
Javier Mijangos y González.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Amparo directo en revisión 2076/2012. 19 de septiembre de 2012. Cinco


votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Alejandro García Núñez.
Tesis de jurisprudencia 25/2012 (9a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión privada de veintiuno de noviembre de dos mil doce”.

“Época: Décima Época


Registro: 2006011
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 4, Marzo de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 18/2014 (10a.)
Página: 406

INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL ÁMBITO


JURISDICCIONAL. En el ámbito jurisdiccional, el interés superior del
niño es un principio orientador de la actividad interpretativa relacionada
con cualquier norma jurídica que tenga que aplicarse a un niño en un
caso concreto o que pueda afectar los intereses de algún menor. Este
principio ordena la realización de una interpretación sistemática que,
para darle sentido a la norma en cuestión, tome en cuenta los deberes
de protección de los menores y los derechos especiales de éstos
previstos en la Constitución, tratados internacionales y leyes de
protección de la niñez. Cuando se trata de medidas legislativas o
administrativas que afecten derechos de los menores, el interés
superior del niño demanda de los órganos jurisdiccionales la
realización de un escrutinio mucho más estricto en relación con la
necesidad y proporcionalidad de la medida en cuestión.

Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco


votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Juan
N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y José de Jesús Gudiño
Pelayo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra Olguín
y Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 1005/2012. 12 de septiembre de 2012. Cinco
votos de los Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz,
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Zaldívar Lelo de Larrea; Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y Olga


Sánchez Cordero de García Villegas reservaron su derecho
para formular votos concurrentes. Ponente: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.
Amparo directo en revisión 3759/2012. 27 de febrero de 2013. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, quien reservó su derecho a formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, quien reservó su derecho a formular voto particular. Ponente: Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria: Cecilia Armengol Alonso.
Amparo directo en revisión 583/2013. 11 de septiembre de 2013. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González.
Amparo directo en revisión 3248/2013. 22 de enero de 2014. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria:
Luz Helena Orozco y Villa.
Tesis de jurisprudencia 18/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión privada de veintiséis de febrero de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 28 de marzo de 2014 a las 10:03 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 31 de marzo de 2014, para los efectos previstos en el
punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.”

“Época: Décima Época


Registro: 2006593
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 7, Junio de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 44/2014 (10a.)
Página: 270

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN


COMO CONCEPTO JURÍDICO INDETERMINADO Y CRITERIOS
PARA SU APLICACIÓN A CASOS CONCRETOS. Resulta ya un lugar
común señalar que la configuración del interés superior del menor,
como concepto jurídico indeterminado, dificulta notablemente su

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

aplicación. Así, a juicio de esta Primera Sala, es necesario encontrar


criterios para averiguar, racionalmente, en qué consiste el interés del
menor y paralelamente determinarlo en concreto en los casos
correspondientes. Es posible señalar que todo concepto indeterminado
cabe estructurarlo en varias zonas. Una primera zona de certeza
positiva, que contiene el presupuesto necesario o la condición inicial
mínima. Una segunda zona de certeza negativa, a partir de la cual nos
hallamos fuera del concepto indeterminado. En tercer y último lugar la
denominada zona intermedia, más amplia por su ambigüedad e
incertidumbre, donde cabe tomar varias decisiones. En la zona
intermedia, para determinar cuál es el interés del menor y obtener un
juicio de valor, es necesario precisar los hechos y las circunstancias
que lo envuelven. En esta zona podemos observar cómo el interés del
menor no es siempre el mismo, ni siquiera con carácter general para
todos los hijos, pues éste varía en función de las circunstancias
personales y familiares. Además, dicha zona se amplía cuando
pasamos -en la indeterminación del concepto- del plano jurídico al
cultural. Por lo anterior, es claro que el derecho positivo no puede
precisar con exactitud los límites del interés superior del menor para
cada supuesto de hecho planteado. Son los tribunales quienes han de
determinarlo moviéndose en esa "zona intermedia", haciendo uso de
valores o criterios racionales. En este sentido, es posible señalar como
criterios relevantes para la determinación en concreto del interés del
menor en todos aquellos casos en que esté de por medio la situación
familiar de un menor, los siguientes: a) se deben satisfacer, por el
medio más idóneo, las necesidades materiales básicas o vitales del
menor, y las de tipo espiritual, afectivas y educacionales; b) se deberá
atender a los deseos, sentimientos y opiniones del menor, siempre que
sean compatibles con lo anterior e interpretados de acuerdo con su
personal madurez o discernimiento; y c) se debe mantener, si es
posible, el statu quo material y espiritual del menor y atender a la
incidencia que toda alteración del mismo pueda tener en su
personalidad y para su futuro. Asimismo, es necesario advertir que para
valorar el interés del menor, muchas veces se impone un estudio
comparativo y en ocasiones beligerante entre varios intereses en
conflicto, por lo que el juez tendrá que examinar las circunstancias

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

específicas de cada caso para poder llegar a una


solución estable, justa y equitativa especialmente
para el menor, cuyos intereses deben primar frente a
los demás que puedan entrar en juego, procurando la concordancia e
interpretación de las normas jurídicas en la línea de favorecer al menor,
principio consagrado en el artículo 4o. constitucional.

Amparo directo en revisión 348/2012. 5 de diciembre de 2012. Unanimidad de


cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho a formular voto concurrente, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ausente: Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González.
Amparo directo en revisión 2554/2012. 16 de enero de 2013. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 583/2013. 11 de septiembre de 2013. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González.
Amparo en revisión 310/2013. 4 de diciembre de 2013. Mayoría de cuatro
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho a formular voto
concurrente y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho a formular voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Amparo directo en revisión 2252/2013. 4 de diciembre de 2013. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho a formular
voto concurrente y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho a formular voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Tesis de jurisprudencia 44/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión privada de veintiuno de mayo de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 06 de junio de 2014 a las 12:30 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 09 de junio de 2014, para los efectos previstos en el
punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013”.

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Como lo anterior releva que el interés superior de la infancia


implica conocer cuáles son los derechos que la Constitución y los
Tratados Internacionales reconocen a favor de la niñez, a fin de que
éstos se interpreten y apliquen en forma adecuada, es decir, de la
manera que más favorezca las prioridades de los infantes, para
responder la interrogante que el caso plantea, se debe tener presente
que entre los derechos reconocidos en pro de la infancia, se
encuentran los establecidos en la Convención sobre los Derechos del
Niño, misma que en los numerales 3.2, 8.1, 9.1, 9.2, 9.3, 12.1, 18.1,
18.2, 19.1 y 19.2, establece lo siguiente:

“Artículo 3
[…]
2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la
protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u
otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán
todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas
[…]”

“Artículo 8
1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del
niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las
relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
[…]”

“Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado
de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva
de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal
separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal
determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo,
en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte

56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

de sus padres o cuando éstos viven separados y


debe adoptarse una decisión acerca del lugar de
residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el
párrafo 1 del presente artículo, se ofrecerá a todas las partes
interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus
opiniones.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté
separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales
y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es
contrario al interés superior del niño.”

“Artículo 12
1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en
condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su
opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y
madurez del niño.
[…]”

“Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar
el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen
obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales
la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su
preocupación fundamental será el interés superior del niño.
2. A los efectos de garantizar y promover los derechos
enunciados en la presente Convención, los Estados Partes prestarán la
asistencia apropiada a los padres y a los representantes legales para el
desempeño de sus funciones en lo que respecta a la crianza del niño y
velarán por la creación de instituciones, instalaciones y servicios para el
cuidado de los niños.
[…]”

“Artículo 19

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas,


administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un
representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su
cargo.
2. Esas medidas de protección deberían comprender, según
corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de
programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria
al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de
prevención y para la identificación, notificación, remisión a una
institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos
antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la
intervención judicial.”

De lo dispuesto en los numerales antes referidos, se desprende


que un derecho primordial de los menores, radica en no ser separado
de sus padres, a menos que tal separación sea necesaria en el interés
superior del niño.

Este derecho se encuentra directamente relacionado con la


patria potestad, ya que si bien ésta es una institución que se
encomienda a los padres, dicha encomienda es en beneficio de los
hijos, ya que está dirigida a la protección, educación y formación
integral de mismos, cuyo interés es siempre prevalente en la relación
paterno-filial.

Esto es así, porque a través de la institución de la patria


potestad, ambos progenitores no sólo tienen el deber de representar
legalmente a sus hijos y administrar sus bienes; sino que además, y
de manera primordial, se encuentran constreñidos a proporcionarles
alimentos, habitación, vestido y educación, brindándoles una

58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

protección integral en los diversos ámbitos de su vida,


como son el físico, psicológico, moral y social.

Así, aunque para dar cumplimiento a la función que se les


encomienda a través de la patria potestad, ambos padres tienen el
derecho de corregir a sus hijos, esa corrección debe ser en un ámbito
de respeto a la dignidad del menor, de ahí que ese derecho, no puede
utilizarse como estandarte para ejercer actos de violencia sobre los
hijos, pues la violencia en cualquiera de sus clases, física, psico-
emocional, económica y sexual, no se justifica en ningún caso como
una forma de educación o formación hacia el menor.

Esto es así, porque la patria potestad tiene una función tutelar,


establecida en beneficio de los hijos, por ello, cuando la conducta de
los padres ponga o pueda poner en peligro la integridad o la formación
de un menor, cabe privar o suspender a aquellos de la patria potestad,
esto de conformidad con lo que establezcan las leyes de la materia.

Ahora bien, aunque ambos padres tienen a su cargo la


encomienda de proteger a los hijos, cuando deciden separarse, ello
no debe repercutir en el ejercicio de la patria potestad que ambos
padres ejercen sobre los hijos, la cual como ya se dijo, se ejerce en
función de los menores, por tanto, cuando surge una separación entre
los padres y sólo uno de ellos debe ejercer la guarda y custodia de los
hijos, el otro debe gozar de un régimen de visitas y convivencias.

En efecto, los padres que no ejercen la guarda y custodia de sus


hijos, en función de la patria potestad que ejercen, tienen el derecho
de visitar a sus hijos y convivir con ellos; sin embargo, no se debe
perder de vista que este “derecho de los padres”, es primordialmente
un derecho de los menores.

59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Esto es así, pues al respecto se ha considerado que el


desarrollo integral de un menor sólo puede lograrse si mantiene lazos
afectivos con sus padres.

En ese orden de ideas, cuando un niño que es “separado” de


uno de sus padres porque sólo uno de ellos puede ejercer la guarda y
custodia, necesariamente debe establecerse un régimen de visitas y
convivencias entre el menor y su otro progenitor, en tanto que como
ya se mencionó, dicho menor tiene derecho a mantener relaciones
personales y contacto directo de un modo regular con el que no
ejerce su guarda y custodia.

No obstante, cuando estos aspectos deben decidirse en el


marco de una contienda judicial, resulta de suma importancia
escuchar la opinión de los menores, a fin de que en función de su
edad y madurez, dicha opinión pueda tomarse en consideración al
resolver lo conducente.

En esa virtud, si bien la convivencia entre los menores y el padre


que no ejerce la guarda y custodia del menor, representa un derecho
para el padre que no ejerce la guarda y custodia, no debe perderse de
vista que también conlleva un deber, en tanto que ese régimen de
visitas y convivencias más que satisfacer un derecho del padre, se
establece en beneficio del menor.

Atendiendo a ello, las visitas y convivencias entre el padre que


no ejerce la guarda y custodia y sus hijos, sólo debe restringirse o
suspenderse cuando el interés superior del menor así lo manda.

60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

En ese orden de ideas, como el interés superior


del menor constituye un concepto jurídico
indeterminado, para decidir cuándo deben restringirse
o suspenderse las visitas y convivencias entre los hijos y el padre que
no ejerce la guarda y custodia, el juzgador debe analizar en cada caso
concreto, cuáles son los hechos y circunstancias que rodean a
menores en torno a los cuales gira la controversia, a fin de resolver lo
conducente.

Atendiendo a lo anterior, para resolver la problemática que el


caso plantea, se estima necesario recordar que la controversia del
juicio natural se suscitó en razón de lo siguiente:

En la vía de controversia familiar, la ahora recurrente **********


-madre de cuatro menores-, demandó de ********** -padre de los
menores- la declaración de que éste ha ejercido actos de violencia
familiar en contra de sus hijos, solicitando como consecuencia de esa
declaración, el establecimiento de las medidas necesarias tendientes
a proteger la integridad física y emocional de sus hijos.

Por su parte, ********** reconvino el cumplimiento forzoso del


régimen de visitas y convivencias contenido en el convenio celebrado
entre él y la actora en lo principal en el marco de un juicio de divorcio
previo, solicitando en consecuencia, el establecimiento de las medidas
necesarias a fin de que la actora no obstaculizara la convivencia entre
él y sus hijos.

Como se advierte, la controversia se centró en determinar si


********** ejerce o ha ejercido actos de violencia sobre sus hijos; y si
ello, en su caso, justifica suspender o restringir el régimen de visitas
entre él y sus menores hijos.

61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Ahora bien, de las constancias remitidas por la autoridad


responsable al momento de rendir su informe justificado, las cuales
tienen valor probatorio pleno en términos de lo dispuesto en los
artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
aplicado supletoriamente en términos del artículo 2° de la ley de la
materia, se advierte que por lo que hace al primer punto, no existe
controversia de que respecto a los menores **********, de apellidos
**********, no se desprende indicio alguno de violencia familiar por
parte de su progenitor, en tanto que si bien se perciben en un medio
hostil y estresante, ello obedece a la problemática en que se
encuentran inmersos los miembros de su familia.

Mientras que por lo que hace a los menores **********,


tampoco existe controversia en que con relación a ellos se determinó
que sí presentan indicadores de violencia familiar, esto en razón de
que el demandado y padre de los menores, ha presentado diversas
conductas agresivas consistentes en golpes e insultos hacia ellos, que
si bien el demandado ha tratado de justificar bajo el argumento de
corregir y educar a sus hijos, dichas conductas no pueden encontrar
justificación en ese argumento, en tanto que como ya se dijo, si bien
los padres tienen el derecho y el deber de corregir a sus hijos, esa
corrección debe ser en un ámbito de respeto a la dignidad del menor,
de ahí que ese derecho-deber, no puede utilizarse como estandarte
para ejercer actos de violencia sobre los hijos, pues la violencia en
cualquiera de sus clases, física, psico-emocional y sexual, no se
justifica en ningún caso como una forma de educación o formación
hacia el menor.

Por el contrario, de la Convención sobre los Derechos del Niño


se deprende que los menores deben ser protegidos de cualquier

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o


trato negligente, malos tratos o explotación, de ahí
que si bien los padres tienen el derecho y el deber de
educar y formar a los hijos, la dirección y orientación que deben darles
para educarlos y formarlos, deben ser apropiadas a la edad y la
dignidad del menor.

En efecto, de la Observación General número 8 del Comité de


los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, relativa a “El derecho
del niño a la protección contra los castigos corporales y otras formas
de castigo crueles o degradantes”, cuyo objetivo fue orientar a los
Estados en la interpretación de las disposiciones de la Convención
sobre los Derechos del Niño, relativas a la protección de los niños
contra toda forma de violencia, se desprende la preocupación por
eliminar todos los castigos corporales crueles o degradantes que
sufren los niños en la familia u otros entornos.

Esto ante la prevalencia casi universal de los castigos corporales


en la familia y también por su persistente ilegalidad en las escuelas y
en otras instituciones, así como en los sistemas penitenciarios para
los niños en conflicto con la ley.

Al respecto el Comité indicó que desde la Observación General


número 1, relativa al tema “propósitos de la educación”, se señaló que
el castigo corporal es incompatible con la educación, pues ésta debe
impartirse de tal forma que se respete la dignidad intrínseca del niño y
se permita a éste expresar su opinión libremente, insistiendo en la
necesidad de prohibir todas las formas de violencia por leve que esta
sea, ya sea en la familia o en las escuelas.

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Así, indicó que el castigo corporal o físico puede definirse de la


siguiente manera:

“11. El Comité define el castigo corporal o físico como


todo castigo en el que se utilice la fuerza física y que tenga
por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, aunque
sea leve. En la mayoría de los casos se trata de pegar a los
niños (“manotazoz”, “bofetadas”, palizas”), con la mano o con
algún objeto –azote, vara, cinturón, zapato, cuchara de
madera etc.- Pero también puede consistir en, por ejemplo,
dar puntapiés, zarandear o empujar a los niños, arañarlos,
pellizcarlos, morderlos, tirarles del pelo o de las orejas,
obligarlos a ponerse en posturas incomodas, producirles
quemaduras, obligarlos a ingerir alimentos hirviendo u otros
productos (por ejemplo, lavarles la boca con jabón, u
obligarlos a tragar productos picantes). El Comité opina que
el castigo corporal es siempre degradante, además hay otras
formas de castigo que no son físicas pero que son
igualmente crueles o degradantes, y por lo tanto
incompatibles con la convención. Entre éstas se encuentran
por ejemplo, los castigos en que se menosprecia, se humilla,
se denigra, se convierte en chivo expiatorio, se amenaza, se
asusta o se ridiculiza al niño”.

Como se advierte, cualquier maltrato físico por leve que este sea
y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, así
como cualquier castigo que tenga por objeto menospreciar, humillar,
denigrar, amenazar, asustar o ridiculizar al menor, es incompatible con
la dignidad y el respeto que se debe a los menores.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

En tal virtud, los padres no pueden maltratar


físicamente a sus hijos, ni humillarlos, denigrarlos o
ridiculizarlos, bajo el argumento de estarlos educando,
pues esa educación no puede ser positiva si atenta contra la dignidad
del menor.

Al respecto el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones


Unidas, señala que en el artículo 37 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, se indica que los Estados tienen la obligación de
velar porque ningún niño sea sometido a tortura ni a otros tratos o
penas crueles o degradantes, y que esa obligación se complementa
con lo que se establece en el artículo 19, en el que se ordena a los
estados adoptar todas las medidas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o
trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres; y
respecto a lo indicado en este último numeral, señala que en la
expresión “toda forma de perjuicio o abuso físico o mental ”, no existe
ninguna ambigüedad, pues no deja espacio para ningún tipo de
violencia legalizada contra los niños, de tal manera que los castigos
corporales y otras formas de castigo crueles o degradantes son
formas de violencia y perjuicio ante las que los Estados deben adoptar
todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas
que resulten apropiadas para eliminarlas.

En ese orden de ideas, si bien los padres tienen el derecho y el


deber de educar a los hijos, dicha educación debe impartirse en un
marco de respeto a la dignidad y los derechos de la niñez, de tal
manera que la educación de un menor no puede utilizarse como
argumento para propiciar una disciplina violenta, cruel o degradante.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Es importante destacar que cuando el Comité de los Derechos


del Niño de las Naciones Unidas, rechazó toda justificación de la
violencia y la humillación como formas de castigos a los niños, de
ninguna manera rechazó el concepto positivo de disciplina, pues
incluso reconoció que la crianza y el cuidado de los niños,
especialmente de los lactantes y niños pequeños, exigen frecuentes
acciones e intervenciones físicas para protegerlos, pero aclaró, que
ello es totalmente distinto al uso deliberado y punitivo de la fuerza
para provocar cierto grado de dolor, molestia y humillación.

Así, el citado Comité destacó que no incumbe a la Convención


sobre los Derechos del Niño, prescribir detalladamente de qué manera
los padres deben relacionarse con sus hijos u orientarlos; sin
embargo, sí ofrece un marco de principios que sirve de guía para las
relaciones dentro de la familia, esto porque los niños aprenden lo que
hacen los adultos, no sólo de lo que dicen, sino que cuando los
adultos con los que están estrechamente relacionados, utilizan
violencia y humillación en sus relaciones con los menores, no sólo
están demostrando una falta de respeto por los derechos humanos,
sino que además transmiten un mensaje poderoso y peligroso en el
sentido de que esos son medios legítimos para procurar resolver
conflictos o cambiar comportamientos.

En esa virtud, el educar o formar un hijo, no autoriza que los


padres puedan violentar o maltratar a sus hijos, pues incluso
atendiendo al interés superior del menor, esa violencia podría dar
origen a que el menor sea separado de sus padres.

Atendiendo a lo anterior, válidamente se puede concluir que el


interés superior de la infancia sí autoriza a restringir la convivencia

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

entre un menor y su progenitor, cuando el menor es


objeto de violencia por parte de dicho progenitor.

No obstante, como el interés superior del menor también dicta


que los menores de edad tienen derecho a ser cuidados y educados
por sus padres, así como a mantener relaciones familiares, dicha
medida sólo debe tomarse en casos que realmente ameriten esa
separación.

En efecto, en la citada Observación General número 8 del


Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, se indica
que el principio de protección de los niños contra la agresión, incluida
la que tiene lugar en la familia, no significa que todos los casos que
salgan a la luz de castigo corporal de los niños por sus padres, tengan
que traducirse en el enjuiciamiento de los padres, pues atendiendo al
principio de minimis –la ley no se ocupa de los asuntos triviales- el
cual garantiza que las agresiones leves entre los adultos sólo lleguen
a los tribunales en circunstancias muy excepcionales, también aplica
para las agresiones de menor cuantía a los niños, esto porque
además, la situación de dependencia de los niños y la intimidad
característica de las relaciones familiares, exigen que las decisiones
de enjuiciar a los padres, o de intervenir oficialmente de otra manera
en la familia, deban tomarse con extremo cuidado, pues en la mayoría
de los casos no es probable que el enjuiciamiento de los padres
redunde en el interés superior de los hijos.

Así, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas,


opina que el enjuiciamiento y otras intervenciones oficiales (por
ejemplo separar al niño o al autor) deberían tener lugar sólo cuando
se considere necesario para proteger al niño de algún daño
importante y cuando vaya en beneficio del interés del niño afectado,

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

para lo cual debe tenerse en cuenta su opinión en función de su edad


y madurez.

Así, si en el caso a estudio, los actos de violencia que el


demandado ejerció sobre dos de sus menores hijos (gritos, golpes con
la mano, cachetadas, nalgadas, insultos) no pueden considerarse de
tal gravedad que ameriten esa separación, no existe razón para
suspender la convivencia entre él y sus hijos como pretende la
quejosa, máxime cuando los propios menores manifestaron su deseo
de seguir conviviendo con su progenitor.

En efecto, de la diligencia de dieciocho de marzo de dos mil


doce, en la cual se escuchó la opinión de los menores involucrados en
la controversia, se desprende que estos manifestaron el deseo de
seguir conviviendo con su padre.

Esto es así, pues al respecto ********** (quien al momento de


la diligencia contaba con 15 años), manifestó lo siguiente:

“ … Que a él le gustaría convivir con su papá, si él


cambia de actitud …”
“… Que quisiera que se llevara bien con sus papás y
él quiere seguir con las convivencias, pero sólo cuando él
13
tenga ganas, no porque lo obliguen a hacerlo …”

Por su parte ********** (quien al momento de la diligencia


contaba con 8 años de edad), manifestó lo siguiente:

“… su mamá no le ha dicho porque no ve a su papá,


14
pero que ella a veces lo extraña …”
13
Juicio de amparo directo **********. Fojas 146 y 146 vuelta.
14
Ibídem. Foja 147.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

El menor ********** (quien contaba al


momento de externar su opinión con 13 años de
edad), expresó lo siguiente:

“… que si quiere ver a su papá pero sufre por la actitud


que tiene con él …” 15

Finalmente, ********** (quien tenía 8 años), indicó lo siguiente:

“… que él extraña mucho a su papá y le gustaría seguir


16
viéndolo como lo hacía antes …”

En ese orden de ideas, si los menores involucrados en la


controversia, expresamente manifestaron el deseo de seguir
conviviendo con su padre, dicha opinión debe ser atendida, pues los
Estados tienen el deber de dar por supuesto que el niño tiene la
capacidad suficiente para formarse sus propias opiniones y
expresarlas, en tanto que el niño es capaz de formarse sus propias
opiniones y expresarlas desde muy temprana edad.

Ahora bien, la quejosa argumenta que la simple posibilidad de


que el padre de los menores siga ejerciendo actos de violencia sobe
ellos, es suficiente para suspender la convivencia entre ellos, de ahí
que en ese sentido, como ya se adelantó, en el caso surge la
interrogante relativa a determinar si el interés superior de la infancia
autoriza a restringir o suspender la convivencia entre un menor y su
progenitor, cuando existe la posibilidad de que el menor sea objeto de
violencia por parte de dicho progenitor.

15
Ibídem. Foja 147
16
Ibídem. Foja 148.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Al respecto debe decirse que el Estado tiene el deber ineludible


de dictar las medidas tendientes a proteger a los menores contra toda
forma de perjuicio o maltrato, aun y cuando ese perjuicio o maltrato
sólo se manifieste como una posibilidad, en tanto que atendiendo al
interés superior de la infancia, no es dable esperar a que un menor
sufra un perjuicio o maltrato para entonces tomar esas medidas; no
obstante, cuando esas medidas deben tomarse a la luz de una
controversia, éstas deben establecerse en función de cada caso
concreto, según lo que resulte acorde al interés superior del menor
involucrado en la controversia.

Atendiendo a lo anterior, si en el caso a estudio existe la


posibilidad de que el progenitor de los menores involucrados en la
controversia siga ejerciendo actos de violencia en contra de sus hijos,
resulta acertado que como parte de esas medidas, se haya declarado
que las visitas deben ser vigiladas, ya que de esta forma se respeta la
opinión de los menores, se preserva el derecho que tienen a ser
cuidados y educados por ambos progenitores, así como a mantener
contacto directo con ellos, preservando las relaciones familiares y por
otro lado, se satisface la obligación de proteger de manera preventiva
a los menores

Esto es así, pues al restringir la convivencia entre los menores y


su progenitor, a fin de que dicha convivencia se realice en el Centro
de Convivencia Familiar Supervisada del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, el juzgador no sólo busca facilitar la convivencia
entre los menores y su padre, sino que además busca proteger a
dichos menores contra toda forma de perjuicio o maltrato por parte de
su progenitor.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Esto es así, pues dicho Centro constituye un


lugar seguro para el encuentro y la convivencia
paterno-filial, ya que dentro de su interior se garantiza
la integridad física, psicológica y moral de los menores, en tanto en
dicho Centro se cuenta con personal profesionalmente capacitado
para encausar el correcto desarrollo de las convivencias, ya que
cuenta con trabajadores sociales, psicólogos, abogados, personal de
seguridad y personal administrativo.

En efecto, de lo dispuesto en los artículos 1, 2, fracciones VI,


XVII,14, fracciones IV y VI, 22, 24, 25, 26, 27 y 29 del Reglamento
que fija las bases de Organización y funcionamiento del Centro de
Convivencia Familiar Supervisada17, se desprende que entre las
17
“Artículo 1.- Las disposiciones contenidas en el presente Reglamento son de orden público,
interés social y de observancia obligatoria para el personal del Centro de Convivencia Familiar
Supervisada, para los justiciables usuarios de los servicios y para las Autoridades Judiciales y del
propio Centro, así como para toda persona que por cualquier motivo tenga que hacer uso de las
instalaciones o servicios prestados por el mismo, y tiene por objeto regular el desarrollo de las
convivencias familiares supervisadas, la entrega o regreso de menor, así como los servicios de
evaluación psicológica que se llevan a cabo en dicho Centro.
Las actividades sustantivas del Centro de Convivencia Familiar Supervisada, consisten en facilitar
las convivencias paterno-filiales al interior de sus instalaciones, así como la entrega o regreso de
menor, en aquellos casos que, a juicio de los órganos judiciales, éstas no puede realizarse de
manera libre o se ponga en riesgo el interés superior del menor, en términos del artículo 169 de la
Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en relación con el numeral 941-
Ter del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal. Debiendo minimizar los riesgos de
daños físicos o psicológicos de los miembros involucrados en controversias familiares,
coadyuvando al sano desarrollo emocional de los integrantes de la familia, apoyando además a la
Autoridad Judicial en materia Familiar en la aplicación de evaluaciones psicológicas que ésta
solicite al Centro.”

“Artículo 2.- Para los efectos del presente Reglamento se entenderá por:
[…]
VI. Convivencia(s) Supervisada(s): Convivencia familiar que se establece entre un padre o madre,
familiares ascendentes y colaterales hasta el cuarto grado y su(s) hijo(s), ante la presencia de una
tercera persona independiente y neutral, que se desarrolla al interior del Centro de Convivencia
Familiar Supervisada del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal;
[…]
XVII. Trabajador Social: Personal calificado encargado de supervisar y realizar los reportes de las
convivencias y entrega o regreso de menor de manera fidedigna e imparcial;
[…].”

“Artículo 14.- Son causa de suspensión de las convivencias, entrega o regreso de menor, las
siguientes:
[…]
IV. Cuando cualquiera de los participantes de las convivencias, entrega o regreso de menor o
evaluaciones psicológicas, realicen conductas agresivas o violentas que alteren el orden y la
tranquilidad de las personas dentro del Centro. En caso de llegar a darse alguno de estos
comportamientos, las Autoridades del Centro enviarán acta informativa de los hechos a la
Autoridad Judicial para que determine lo conducente, atendiendo a lo señalado por los artículos 29
y 85 del presente ordenamiento;

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

actividades sustantivas del Centro se encuentra la relativa a facilitar


las convivencias paterno-filiales al interior de sus instalaciones,
debiendo minimizar los riesgos de daños físicos o psicológicos de los
miembros involucrados en la controversias familiares, coadyuvando al
sano desarrollo emocional de los integrantes de la familia, además la
convivencia familiar debe desarrollarse ante la presencia de una
tercera persona independiente y neutra, convivencia de la cual se

[…]
VI. En caso de que los menores ante la presencia del Trabajador Social, expresen su inquietud de
no querer participar en la convivencia, entrega o regreso de menor, y lo informen verbalmente al
padre con quien se tenga ésta, o bien cuando el personal técnico detecte previa valoración, que el
menor no quiere o se resiste a convivir con el padre con el que se llevará a cabo cualquiera de
éstas, se suspenderá y ambos se deberán retirar; y
[…]”

“Artículo 22.- Las convivencias y entrega o regreso de menor serán llevadas a cabo previa
aceptación del menor o menores involucrados, sin que en momento alguno pueda constreñirse la
voluntad de los mismos para la realización de dichas actividades dentro o fuera del Centro, a
menos que mediante oficio la Autoridad Judicial así lo disponga. Ningún menor alterado o con
signos evidentes de inestabilidad emocional podrá permanecer más de 15 minutos dentro del
Centro.”

“Artículo 24.- Cuando llegada la hora programada para la conclusión de la convivencia, entrega o
regreso de menor no se encuentre presente el padre o tutor que tiene la guarda y custodia, las
Autoridades del Centro se pondrán en contacto con las personas autorizadas por la Autoridad
Judicial para su entrega. Por ningún motivo se podrá entregar al menor a persona no autorizada
por los Magistrados o Jueces.
Si después de media hora de concluida la convivencia, entrega o regreso de menor o evaluación
psicológica ninguna de las personas autorizadas acude a recoger al menor o menores, será
levantada inmediatamente ante la presencia de las Autoridades del Centro, acta circunstanciada o
de hechos en donde se hará constar tal situación, quedando obligado el padre o familiares que
conviven a permanecer en el Centro, hasta en tanto se concluya dicha diligencia, debiendo
además de solicitarse la presencia de un tercero emergente autorizado por la Autoridad Judicial,
para que el menor sea entregado al padre que convive y al tercero emergente, quienes serán los
encargados de preservaran la integridad física y psíquica del (de los) menor (es), hasta en tanto la
Autoridad Judicial del conocimiento determine sobre el particular; lo anterior sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 45 del presente Reglamento, debiendo comunicarse dicha situación
inmediatamente al siguiente día hábil a la Autoridad Judicial, a fin de que determine lo conducente,
sin que ello implique modificación de guarda y custodia.
En caso de que el personal del Centro perciba indicios de que la persona autorizada para recoger
a los menores, se encuentre en estado inconveniente, esto es, en estado de ebriedad o bajo los
influjos de alguna droga o enervante, se le sugerirá que de manera voluntaria se someta a la
práctica del examen correspondiente, utilizando el instrumento denominado alcoholímetro o
examen médico, siendo el caso que de existir negativa por parte de éste se procederá en los
términos señalados en los párrafos que anteceden, informándole de dicha situación a la Autoridad
Judicial respectiva a fin de que determine lo procedente.
Asimismo, si a la práctica del examen médico antes señalado se aprecia el estado inconveniente
de dicha persona, a efecto de preservar el interés superior del menor, resguardando en todo
momento su integridad física y psíquica se procederá en los términos señalados en los párrafos
anteriores.
Las Autoridades del Centro por medio de acta de hechos, harán del conocimiento de la Autoridad
Judicial la medida adoptada, para los efectos legales a que haya lugar, de conformidad con lo
señalado por el artículo 29 del presente ordenamiento.”

“Artículo 25.- Toda información que soliciten los padres, tutores, interesados o personas que
participan en las convivencias, entrega o regreso de menor o terceras personas, tales como video

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

deberán realizar reportes de manera fidedigna e


imparcial de la manera en que se llevó a cabo la
convivencia, existe un sistema de circuito cerrado de
televisión y se respeta la voluntad del menor; de ahí que en ese
sentido, la determinación tomada por la autoridad responsable no
transgrede el interés superior de los menores involucrados en la
controversia.

En tales condiciones, al no advertir un motivo que conduzca a


suplir la deficiencia de la queja en favor de los menores involucrados
en la controversia, lo que procede es confirmar la sentencia recurrida
en la materia de la revisión.

grabaciones del Circuito Cerrado de Televisión, así como copias certificadas o simples de cualquier
tipo de documentos que obren en los expedientes del Centro, deberá realizarse a través de la
Autoridad Jurisdiccional o Ministerial competente. Para efectos de la Subdirección de Evaluación
Psicológica se procederá conforme al artículo 69 del presente Reglamento.”

“Artículo 26.- En las convivencias y/o entrega o regreso de menor los Trabajadores Sociales
realizarán las siguientes actividades:
I. Asegurar que las convivencias y entrega o regreso de menor se den conforme a la orden de la
Autoridad Judicial y según lo convenido, con una actitud de neutralidad hacia las partes en
conflicto;
II. Supervisar y llevar un registro de las convivencias y entrega o regreso de menor;
III. Encargarse de que el menor durante las convivencias, reciba todas las atenciones necesarias
según lo estipulado por la Autoridad Judicial del conocimiento;
IV. Elaborar un reporte de las convivencias con resumen de las actividades llevadas a cabo
durante la misma y un recuento de los incidentes críticos, si hubiere alguno.
V. Elaborar un reporte de las entrega o regreso de menor donde se especifique si se llevó a cabo o
no la entrega y un recuento de los incidentes críticos, si hubiere alguno;
VI. Sugerir acciones para el mejor desempeño de la convivencias y entrega o regreso de menor; e
VII. Intervenir cuando sea necesario, para asegurar el bienestar de los menores por un lapso no
mayor a 15 minutos.”
“Artículo 27.- La labor de convencimiento para que los menores convivan dentro y fuera del
Centro, es estrictamente de los padres, quienes deberán propiciar la armonía para que el menor no
se vea afectado en su esfera emocional. Para tal efecto, contará con el apoyo de los Trabajadores
Sociales durante un lapso que no podrá rebasar los quince minutos, lo anterior para brindar
atención a todas las convivencias y entrega o regreso de menor. Y en caso de que el menor se
rehusare a convivir, se procederá conforme a la fracción VI del artículo 14 de este Reglamento.”
“Artículo 29.- En caso de alguna eventualidad se procederá a levantar acta ante el Secretario
Auxiliar y al no contar con el apoyo de éste, se levantará en presencia de dos testigos.
El Centro solo reportará a las Autoridades Judiciales el estado higiénico, físico o de salud de los
menores, así como el conflicto que pudiere darse entre los padres, cuando ésto afecte
directamente al menor o a otros usuarios, dando fe de los hechos los Secretarios Auxiliares,
conforme a lo dispuesto en el párrafo que precede.
Los Trabajadores Sociales y Psicólogos reportarán todo tipo de lesiones que los menores sufran
en el interior del Centro, y cuando éstas lo ameriten a consideración de las Autoridades del Centro,
se solicitará apoyo al Médico del Centro o al personal médico del Servicio Médico Forense para la
debida certificación de las mismas o en su caso a discreción de las Autoridades del Centro, se
harán del conocimiento de la Autoridad Ministerial para el tratamiento correspondiente.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se confirma la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


**********, en contra de la autoridad y acto precisados en el
resultando primero de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los


autos relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad archívese el
toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario
Pardo Rebolledo (Ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas,
quien se reserva el derecho de formular voto concurrente y Presidente
Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente,


con el Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3799/2014

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

PONENTE

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO

EL SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES

**********En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18, de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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