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Semiología Musical
ISBN 970-32-0031-1
Introducción y VII
S.G.A.
INTRODUCCIÓN
IX
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
X
INTRODUCCIÓN
XI
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
XII
Semiología musical:
el caso de Debussy
Jean-Jacques Nattiez
DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
EL MODELO TRIPARTITO EJEMPLIFICADO EN LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE
DEBUSSY*
Jean-Jacques Nattiez
I. LA SEMIOLOGÍA NO EXISTE
8
*
El presente texto es una ampliación y revisión que, para su publicación en este libro, el propio autor
hizo del artículo “De la sémiologie générale à la sémiologie musicale. L’Exemple de La Cathédrale
engloutie de Debussy”, aparecido en Protée, Québec, vol. XXV, no. 2, otoño 1997, pp. 7-20. Traducción
de Mario Stern.
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
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EJEMPLO 1
DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
1
Traité de musicologie genérale, a publicarse próximamente en Actes Sud.
19
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Es evidente que estas frases son más o menos absurdas, porque fueron
enunciadas sin reflexionar acerca de lo que quieren decir. Pero además del
hecho de pertenecer a la lengua española, es difícil sostener que estas frases
carecen de sentido, porque habiendo sido construidas sobre el modelo de una
relación lógica clara, siempre es posible para un lector extraer de la infinidad de
los interpretantes que se pueden asociar a estas palabras aquellos que, siendo
comunes a esos términos tomados de dos en dos, permitirán la construcción
de un paralelismo plausible. ¡Dejo a los lectores la responsabilidad de decidir
acerca del o los sentidos que puedan tener esos enunciados!
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
de la semiología.
Entre el proceso poiético y el proceso estésico existe, por lo tanto,
definitivamente una huella material que no es en sí misma portadora de
significaciones inmediatamente legibles, pero sin la cual las significaciones no
podrían existir. Para poder establecer con qué signos se relacionan las redes
de significaciones, es necesario ser capaz de identificarlos, delimitarlos y
describirlos.
La semiología no es, por lo tanto, la ciencia de la comunicación. Es el estudio
de la especificidad del funcionamiento de las formas simbólicas, es decir,
el análisis de la organización material de sus signos (el análisis del nivel
neutro) y de los fenómenos de remisión a los que esos signos dan lugar: esas
remisiones se reparten entre el polo de lo poiético y el de lo estésico. El
análisis del nivel neutro describe formas y estructuras más o menos regulares
(es por esto que sería preferible, aun cuando la expresión sea pesada, hablar
de cuasiestructuras); los análisis poiéticos y estésicos describen e interpretan
procesos.
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
1. nivel neutro
análisis inmanente (o material)
2. proceso poiético ← nivel neutro
análisis poiético inductivo
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
cómo las obras deben ser tocadas y percibidas. Está claro que, en este caso
preciso, la estésica inductiva de Schenker es normativa.
Para que se comprenda bien la relación entre los tres polos, conviene aclarar
tres problemas que frecuentemente son objeto de preguntas, sobre todo por
la especificidad musical, y que se relacionan con la reglamentación y el lugar
de la percepción en este modelo.
1) El primero concierne al lugar del analista o del musicólogo en
relación con estos esquemas. Su discurso se relaciona con la poiética, el nivel
neutro y la estésica. Pero él mismo está en una posición estésica en relación
con lo que estudia:
Metalenguaje
EJEMPLO 2
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
de lo que el discurso del analista debe simular para dar cuenta de y explicar
las conductas de producción, de ejecución y de recepción, cuyo objetivo es
llegar a la percepción de una huella sonora. Hay una gran diferencia entre
percibir un fenómeno natural para un físico –el sistema solar no fue creado
para ser percibido– y percibir un fenómeno musical: ¿qué sería una obra que
no es percibida musicalmente? Es necesario pasar por un análisis del nivel
neutro, entre otras razones, debido a que la percepción del musicólogo no
puede ser confundida con la percepción natural del escucha.
2) La segunda confusión proviene del lugar de la percepción en el
modelo tripartito mismo. Prefiero, por mi parte, hablar sistemáticamente de
“estésica” más que de “percepción”, porque el compositor también percibe
la música que crea en el curso del proceso de creación, sea por intentos
y errores, si compone al piano, sea apelando a lo que Varèse llamaba tan
bellamente “la oreja interior”. No es de esa percepción de lo que trata el
análisis estésico, pues la percepción particular del compositor no debería
confundirse con la de los oyentes, que sucede en tiempo real. Por más que
el compositor pueda hacer previsiones sobre la manera en la que su obra
será escuchada, las estrategias perceptivas propias de los oyentes las pueden
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
Se ha subrayado que, para dar una idea de lo que creo que son las seis grandes
situaciones del análisis musical, desde la perspectiva de la tripartición, he tomado
mis ejemplos no del análisis de inspiración semiológica, sino de la literatura
musicológica y analítica común. Una de las primeras cosas que propone, en
efecto, la semiología musical, es un marco crítico para los análisis musicales
existentes.2 Los seis esquemas dibujan una geografía de los estudios que
permiten definir el alcance real de un análisis dado.
A pesar de las ambiciones holísticas de la tripartición, son ciertamente
los límites del análisis musical los que esbozan las seis situaciones analíticas
8
2
Para una ilustración sistemática de un examen crítico y pormenorizado de los diferentes modelos de
análisis a propósito de un solo texto musical (el tema de la Sinfonía en sol menor, K 550, de Mozart), Cfr.
Nattiez, 1998.
29
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
3
Según el término propuesto por Narmour (1990).
4
Hay otra dimensión capital de las obras y de las producciones musicales: las relaciones de prolongación,
pero no las puedo tratar aquí. Cfr. Nattiez, 1998.
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EJEMPLO 4
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EJEMPLO 6
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EJEMPLO 8
EJEMPLO 9
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8
5
La expresión es de Célestin Deliège.
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cuando el análisis poiético se sitúa en ese nivel, puede llegar, como es aquí
el caso, a señalar las intenciones, pero para ello tiene que proporcionar
argumentos. El primero es de orden estructural (la puesta en evidencia de
relaciones); el segundo es de orden estadístico (esas relaciones son demasiado
numerosas como para ser producto del azar); el tercero es de orden estilístico
(esas relaciones son demasiado específicas como para no ser intencionales).
Este último argumento es muy importante: apela, aquí, implícitamente, a
una serialización: es en efecto debido a que comparamos (sin siquiera darnos
cuenta de ello) esta configuración de alturas y de intervalos con otras mucho
más comunes –por ejemplo el arpegio do-mi-sol–, que la especificidad de re-
mi-si se impone a nosotros como poiéticamente pertinente.
Además, tomaré un ejemplo opuesto que demostrará que todo lo que el
análisis del nivel neutro pone en evidencia no es necesariamente pertinente
poiéticamente. El paradigma del “tema” (ejemplo 10) revela una tercera
descendente como componente estructural de ese tema. Esta tercera puede,
paradigmáticamente, ser relacionada con el descenso dentro del ámbito
de una tercera que se observa en el bajo de los compases 1 a 5 (sol-fa-mi),
y con la continuación de este descenso en los compases 13 y 14 (mi-re-do).
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
el compás 14, donde el mi se enlaza por fin con el si agudo inicial del compás 15.
Sin duda la similitud del patrón juega también su papel.
¿Es posible percibir el vínculo entre el re-mi-si inicial y su transformación
en el compás 2, la otra transformación en el compás 7-8, y la macroestructura
que recorre la página? Eso, a priori, es mucho más dudoso. En el caso del
vínculo re-mi-si / re-sol-fa / mi-si-re-do, se pierde la individualidad del perfil, y
entre los compases 2 y 4 por un lado y 13-14 por el otro, sin duda la distancia es
demasiado grande. Entre re-mi-si y do#-re#-sol# (compás 7-8), se puede temer
que la integración del motivo en la continuidad del “tema” desvanezca cualquier
regularidad esquemática; en cambio, la individualidad del perfil (segunda-cuarta
/ quinta, siempre ascendentes) se mantiene. Por último, en el caso de la relación
entre micro y macroestructura, la gran variedad de los elementos que intervienen
entre las tres apariciones del re (compases 1, 3, y 5) durante el ostinato del mi
(compases 5-6 a 13) y el alargamiento del si del compás 14 de los enunciados
iniciales del motivo 1 (compases 1, 3 y 5), todo eso obliga a tener serias reservas
en cuanto a la pertinencia estésica de esas relaciones.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
F. Análisis comunicacional
Como puede observarse, hemos pasado hasta ahora a través de las cinco
primeras situaciones analíticas derivadas del esquema tripartito de la
semiología musical. La sexta nos permite responder a la pregunta: ¿cuál es el
estado de la comunicación musical en La Cathédrale engloutie?
Haremos para comenzar una observación importante. A lo largo de
estas páginas no he estudiado más que un aspecto de los quince primeros
compases de la obra: el motivo re-mi-si y sus transformaciones. Para esta
dimensión específica, se ha establecido:
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
EJEMPLO 11
propia (línea 3). Al inicio, su tercera nota si, cayendo en el segundo tiempo
del compás en 6/4, adquiere un peso ligeramente más fuerte que las dos
primeras. El movimiento ascendente y el intervalo de quinta entre el mi y el si
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crea eso que Meyer llama un gap, un agujero que deberá ser llenado. El si toma
tanto más importancia cuanto se ausenta en el primer tiempo del compás 2,
mientras que la repetición del motivo lo hace esperar. Es solamente en el
compás 15 que esta espera es reemplazada, pero no de manera satisfactoria,
dado que Debussy escoge, para llenar el gap (lo que Meyer llama el fill) el
regreso en espejo del motivo en el compás 15 (si-mi-re-si-mi-re). Solamente
el estudio de toda la obra permitiría dar cuenta del tipo reservado a las
prolongaciones de si y de sus transposiciones. Se puede afirmar, no obstante,
que es en el compás 85, cinco compases antes del final, que acaba en un sol
dominante, completado en el bajo por la tónica do (tercer tiempo del compás
86), con una etapa intermedia en el compás 28, pero ésta no se produce en la
continuidad del motivo re-mi-si, sino del motivo sol-la-re.
El resultado, en el compás 5, del motivo en un pedal de mi (compases
5 a 13), aparece como una prolongación del segundo mi del compás 1 y de
su regreso en el compás 3 (línea 2). El “tema” de los compases 7 a 13 hace
ahora la función de paréntesis en medio de eso que acaba de haber sucedido.
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EJEMPLO 12
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k
Como puede observarse, este esbozo de análisis está lejos de haber
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6
Ver Nota 1, p. 7.
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DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
distinguir entre nivel neutro, poiético y estésico. Falta mucho por hacer.
¿Es esto decepcionante? No lo creo. Nadie está obligado a dar cuenta de
una obra en su totalidad y en todos sus aspectos, pues un análisis, sea de tipo
exegético o semiológico, es siempre parcial. Una de las aportaciones del proyecto
de la semiología musical es tomar plena conciencia de las diferentes
dimensiones que, en una obra, pueden ser objeto de análisis; cada una de las
seis situaciones puede aplicarse a los diversos tipos de referentes intrínsecos
y extrínsecos. Cada quien decidirá sus prioridades, con la conciencia de que,
a fin de cuentas, cierto número de aspectos de la obra habrán quedado en la
penumbra. Sin embargo, estoy convencido de la necesidad, para el análisis
musical, de distinguir entre estructuras, estrategias poiéticas y estrategias
estésicas, si quiere dar cuenta de la complejidad del funcionamiento de la
música y, por esta razón, creo necesario plantearla como condición previa a
todo paso analítico y exegético.
Referencias bibliográficas
FORTE, A., The Structure of Atonal Music, New Haven y Londres, Yale University
Press, 1973.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
JAKOBSON, R., Essais de linguistique générale II, París, Éditions de Minuit, 1973.
KRISTEVA, J., Sémiotike (Recherches pour une sémanalyse), París, Editions du Seuil,
1969.
MOLINO, J., “Fait musical et sémiologie de la musique”, en Musique en jeu, no. 17,
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
NARMOUR, E., The Analysis and Cognition of Basic Melodic Structures. The Implication-
Realization Model, Chicago, The University of Chicago Press, 1990.
NATTIEZ, J.-J., Fondements d’une sémiologie de la musique , París, U.G.E., col. “10-18”,
1975.
50
DE LA SEMIOLOGÍA GENERAL A LA SEMIOLOGÍA MUSICAL
REESE, G., Music in the Middle Ages, Londres, Dent and Sons, 1940.
RUWET, N., Langage, musique, poésie, París, Seuil, 1972. [Capítulo al que se refiere
traducido al español en este volumen].
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Metodología y práctica de la
semiología musical
Nicolas Ruwet
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA *
Nicolas Ruwet
A André Souris
I
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
de todo tipo de juicios metalingüísticos que los sujetos tienen sobre el código;
juicios que, tratados con precaución, proveen toda una serie de índices sobre
la estructura del código.5
Además, si la constitución del código sigue dependiendo de la
existencia de los procedimientos analíticos, éstos serán necesariamente
fragmentarios y múltiples, y será solamente al nivel de la formulación de un
modelo sintético que el código podrá ser descrito de un modo unificado,
con el máximo de coherencia interna y de simplicidad. Cabe agregar que,
como lo ha mostrado la experiencia, los modelos analíticos más elaborados
han tenido siempre un carácter estático, no tan apto para dar cuenta de dos
tipos de problemas fundamentales: el de la creatividad, de la productividad,
de los sistemas lingüísticos o semióticos, y el de las leyes universales que los
gobiernan. Un código comprende esencialmente dos partes: los inventarios
de elementos y las reglas de combinación y de funcionamiento de estos
elementos. Ahora bien, los modelos semióticos tienden a privilegiar el lado
del inventario, dejando en la sombra el asunto de las reglas. De ahí su faceta
estática, de ahí también su falta de universalidad: es a nivel del inventario
de los elementos donde más divergen las lenguas (o los sistemas musicales),
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
mientras que las reglas que emplean estos elementos presentan un carácter
mucho más general.
Ha sido necesario indicar brevemente las limitaciones de los modelos
analíticos. Si uno intenta establecer los métodos de descubrimiento en
musicología, corre el riesgo de retrasarse en problemas metodológicos
aparentemente muy difíciles, pero en los que el interés es en definitiva
limitado: al nivel del modelo sintético, esos problemas ya no se presentan.
Así, una pregunta –que puede concernir a los músicos– ha preocupado
durante mucho tiempo a los lingüistas: ¿debe el análisis ser llevado “de
arriba hacia abajo”, o al revés, “de abajo hacia arriba”? Para Hjelmslev, lo
8
5
Cfr. Chomsky (1961). Este autor se acerca, de cierta manera, a la convicción expresada por C. Lévi-
Strauss, de que el análisis de los mitos no es posible sino a partir de dos clases de datos: los textos y su
contexto etnográfico; el análisis íntimo del texto es necesario, pero no suficiente (véase “La structure et
la forme”, 1960). En música, se entiende de manera suficientemente clara a qué pueden corresponder
algunos de esos datos adicionales; el analista no dispone solamente de un corpus de piezas grabadas,
sino también de descripciones de instrumentos, de grabaciones sobre las maneras de tocarlos, de datos
sobre las condiciones de ejecución, de comentarios diversos –aunque sean solamente los títulos de las
obras– que son como índices directos o indirectos sobre la estructura del código.
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
que está dado es el texto total no analizado (que puede ser muy vasto,
en el límite el conjunto de enunciados emitidos en una lengua dada), y el
análisis toma la forma de una división progresiva de aquel todo en partes
cada vez más pequeñas, definidas por sus relaciones mutuas –esta división
desemboca en los elementos últimos indivisibles. Harris, por el contrario,
parte de enunciados relativamente breves y los descompone primero en
unidades mínimas (los fonemas) que agrupa progresivamente en clases de
unidades más vastas (morfemas, sintagmas, frases), para atender al final al
análisis del discurso. Los resultados de los dos tipos de análisis, aplicados a
los mismos materiales, se duplican parcialmente, pero como de todas formas
un procedimiento único no puede ser jamás suficiente, la alternativa entre
los dos procedimientos deja de ser crucial: en la práctica, los dos se mezclan
constantemente. Naturalmente, es muy útil haber previsto de manera precisa
las consecuencias del empleo de tal o cual procedimiento particular.
Una vez hechas esas reservas, quedan sólo los procedimientos de
descubrimiento explícitos, que aun cuando sean parcialmente insuficientes,
resultan indispensables, aunque sea para garantizar que el modelo sintético
no se convierta en sistema normativo. La historia de la lingüística demuestra
II
45
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
6
Quiero de paso agradecer a André Souris por haber llamado mi atención sobre esta obra capital, que
está prácticamente agotada, y de la cual él es uno de los que han sabido apreciar su valor.
7
Sin duda encontramos en las obras de Gevaert o de Braïloïu bastantes materiales que permitirían
en ciertos casos reconstruir un modelo analítico. Ver por ejemplo Gevaert (1907), cuarto estudio, 2a
sección, p. 64 y ss. En Sur une mélodie russe, Braïloïu (1953) ofrece cierto número de índices a partir de
los cuales reconocemos analíticamente los pyens (p. 339 y ss.), pero no los agrupa bajo un procedimiento
ordenado sistemáticamente, lo que lo conduce a errores de interpretación; cfr. el ejemplo 10, p. 343.
Agreguemos sin embargo que el problema de los métodos de descubrimiento comienza a preocupar a
los músicos –está planteado, por lo menos implícitamente, en André Souris (cfr. por ejemplo el artículo
“Frase” en Souris, 1961)– y los etnomusicólogos que llegan ahí inevitablemente por el rodeo de la
transcripción (cfr. los trabajos pendientes de Gilbert Rouget así como las actas de un simposio sobre
la transcripción publicadas en Ethnomusicology, vol. VIII, no. 3, 1964).
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
que una melodía pertenecía al modo del cual la última nota era la “tónica”;8
no obstante, este procedimiento resulta demasiado simplista. De hecho, a
pesar de la insistencia de diversos musicólogos en el papel de las fórmulas
melódicas, por ejemplo, en la determinación de los modos,9 hay un gran
hueco entre, por una parte, los mensajes concretos (el corpus gregoriano por
ejemplo) y, por otra parte, el sistema de los modos, que no constituye más
que la parte más arbitraria del código. Falta todo el conjunto de reglas que
hizo pasar de aquello a esto (y viceversa).
Otro problema: a todo el mundo le parece obvio que una obra musical
que tiene un mínimo de complejidad, está sometida a una organización
jerárquica, y se divide en partes en diferentes niveles. Así, según Ferretti,10
las melodías gregorianas se dividen en periodos, éstos a su vez en frases, las
frases en miembros, y éstos en incisos. Tales análisis, sin embargo, engendran
una multiplicidad de preguntas, de las que la menos importante no es la de
la validez de la concepción taxonómica de la estructura musical que parecen
implicar (ver más adelante). Podemos también preguntarnos si esas nociones
de periodo, de frase, etc. son susceptibles de recibir definiciones generales
o universales, o si, por el contrario, no es necesario considerarlas más que
8
8
Cfr. sobre todo G. Reese (1940: 161 y ss.).
9
Cfr. para la pentatónica, Braïloïu (1953: 351 y ss.) Está claro que las fórmulas –diversos tipos de incipit,
etc.– son utilizadas a título ilustrativo. El problema se plantea por otra parte en saber cómo fue establecida la
autonomía de esas fórmulas, lo que plantea de nuevo la pregunta acerca de los métodos de descubrimiento,
en un plano diferente (ver más abajo, problemas de la división).
10
Cfr. Reese (1940: 169), y los artículos de André Souris (1951).
11
En mis propios análisis de Debussy [Cfr. en este mismo libro, el siguiente artículo], la división de
los fragmentos analizados es tomada por un dato adquirido: ver por ejemplo el análisis de Fêtes en
las secciones y subsecciones. Yo ofrezco, sin embargo, un bosquejo rudimentario del método de
descubrimiento a propósito del Preludio de Pelléas.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
variación)?
Esas preguntas corren peligro de parecer poco importantes a los
músicos y musicólogos. Sin embargo, su importancia en el estudio de las
músicas no europeas es indiscutible. Por otro lado, la aplicación de los
procedimientos de descubrimiento explícitos en los sistemas musicales más
familiares bien puede no llegar más que a conclusiones banales ya reconocidas
intuitivamente. Pero esto mismo está lejos de ser desdeñable. Es, en efecto,
muy útil poder verificar paso a paso la elaboración de un procedimiento
por el recurso de la intuición; este procedimiento, una vez que ha sido
determinado completamente, podrá ser aplicado al estudio de materiales
menos conocidos. Además, incluso en los dominios igualmente conocidos
8
12
Por ejemplo: supongamos que basándome en la pausa, dividí una sección dada en dos segmentos A
y B; esta división tiene grandes posibilidades de ser confirmada; si investigamos las equivalencias
en la estructura interna de A y de B, descubriremos que A y B tienen la misma longitud absoluta (en
términos de tiempo, de compases, etc.) y/o que A = a + b, y que B = a + c (por lo tanto que A y B son
equivalentes desde cierto punto de vista).
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
8
13
El aplicar a las fugas del Clavecín bien temperado un procedimiento análogo, a grandes rasgos, al
basado en el principio de repetición que se expondrá más adelante, permite derivar las unidades de
diversos niveles, que corresponden frecuentemente a las unidades definidas por la teoría tradicional
(exposición, divertimento, sujeto, etc.). Podemos, sin embargo, determinar de una manera puramente
formal que es imposible, en el caso de alguna fuga particular, hablar por ejemplo de contra-sujeto o
de cabeza del sujeto.
14
No defiendo necesariamente la idea de que sea posible determinar una tónica en las músicas no
tonales –véase Braïloïu, (1953: 346 y ss.), a propósito de la inestabilidad de la tónica en los sistemas
pentatónicos. La discusión es aquí puramente de método. Se subraya por otra parte que Nettl mezcla
los criterios cuantitativos (a) y cualitativos (b, c). Convendría separarlos más netamente, y tratar de
definir las escalas en términos enteramente estructurales, es decir cualitativos. De todas maneras, la
frecuencia relativa de tal o cual sonido no me parece del todo decisiva.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
III
8
15
Es evidente que la estructura lingüística de las palabras debe tomarse en cuenta en el análisis de la
música vocal. Pero esta evidencia no debe mezclar los dos niveles, como es frecuente en el estudio de
las “formas” de la canción medieval. Reese (1940: 224) analiza “Por conforter ma pesance” de Thibaut
de Navarre en:
1) a + b + a + b + c + d + E
Si dejamos provisionalmente de lado el contraste entre el coro (E) y el solista, un análisis musical,
basado en el criterio de repetición, ofrece una primera segmentación en A + A + X; en un segundo
nivel, A se descompone en a + b, y X en a’ + c (a’= a traspuesta). De donde:
2) a + b + a + b + a’ + c (c se divide enseguida a partir de un principio muy diferente: la oposición coro/
solista).
El análisis lingüístico arroja una estructura diferente; desde el punto de vista de las rimas (que no es
más que un aspecto), se tiene 3., que puede superponerse a 2. de la manera siguiente:
3) m + n + m + n + n + m + p
2) a + b + a + b + a’ + c
Este análisis no tiene más que un valor indicativo; quiere sobre todo reaccionar contra una
tendencia a aplastar la realidad musical y lingüística proyectando sobre un solo plano las estructuras
multidimensionales. Agreguemos que, en el plano puramente lingüístico, se impone la distinción de
muchos niveles: las divisiones obtenidas en términos de sintaxis no corresponden necesariamente a
las obtenidas en términos de fonología o de métrica. Véase como ejemplo el análisis de “‘Les Chats’
de Charles Baudelaire” por R. Jakobson y C. Lévi-Strauss (1962), y mi artículo “Sur un vers de Charles
Baudelaire”, en Ruwet (1972: cap. 8).
Por último, es inútil recordar que los elementos lingüísticos pueden intervenir en el análisis musical en
tanto que son elementos musicales: así, la rima puede ser tratada como timbre, o la oposición silábico/
melismático como oposición staccato/legato, etc.
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
8
16
Esta distinción no es absoluta, y toda una gama de transiciones es posible. Subrayemos que la palabra
paramétrico aquí es utilizada en un sentido ligeramente diferente del que tiene en los escritos de
los músicos seriales. Para designar lo que ellos entienden por parámetros, hablaré simplemente de
dimensiones de la sustancia musical.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
IV
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
índices provistos por las pausas o por el análisis lingüístico de las palabras, si
se trata de música vocal.
c) Si las operaciones (b) y (b1) no terminaron, y si los restos no son
asimilables a las unidades de nivel I, se presentan dos casos: 1) X, Y, etc. son
mucho más breves que A, B, etc.; pasamos entonces estos sobrantes a una
etapa ulterior del análisis, atendiendo a los resultados de las operaciones
siguientes (d); 2) el resto es mucho más largo que A, B, etc.; en este caso,
ya sea gracias a las operaciones de (b), (b1) y (d), puede ser segmentable18 en
unidades de nivel I, que serán transformaciones de A, B, etc. –y entonces,
por ejemplo A + A + X, será descrito como A + A + B + C– o bien se reducirá
ulteriormente –después de una nueva aplicación de (a) a unidades apreciadas
en el nivel I– en unidades de nivel II, o, por último, debe ser considerado
como unidad no analizable del nivel O (ver más abajo, (e)).
8
18
Eventualmente, con nuevos silencios breves, para transmitirse a un estado ulterior del análisis; por
ejemplo, A + A + X = A + A + B + C + y (representaremos las unidades del nivel I con mayúsculas y las
del nivel II con minúsculas).
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
muoter reinû maît” (Cfr. Ejemplo 1).19 Permítanseme unas palabras de entrada
sobre la representación gráfica de los ejemplos. Me pareció esclarecedor,
en el estudio de las monodias, retomar un procedimiento que Claude Lévi-
Strauss (1958: 234 y ss.) aplicó al análisis de los mitos –inspirado él mismo de
hecho en la notación musical de las partituras de orquesta. Las secuencias
equivalentes están, hasta donde fue posible, escritas unas debajo de otras,
en una misma columna, y el texto debe leerse haciendo la abstracción de los
blancos, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Así, ciertos rasgos
de estructura son inmediatamente aparentes, de igual manera, por cierto
que algunas ambigüedades. Sería evidentemente muy difícil aplicar el mismo
procedimiento a la representación de estructuras polifónicas.
8
19
Citado según Reese (1940: 239), quien lo retoma de Paul Runge Die Lieder und Melodien der Geissler
des Jahres 1349 (1900) p. 9. Como no me interesé aquí por los problemas de transcripción, traté las
transcripciones como datos, sin prejuzgar su validez.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
20
Cfr. Z. S. Harris (1951: l): “These procedures also do not constitute a necessary laboratory schedule
in the sense that each procedure should be completed before the next is entered upon. In practice,
linguists take unnumbered short cuts and intuitive or heuristic guesses, and keep many problems
about a particular language before them at the same time... The chief usefulness of the procedures
listed below is therefore as a reminder in the course of the original research, and as a form for checking
or presenting the results...”
21
Para simplificar, en lo que sigue del análisis, no tomaré en cuenta más que la primera variación, la
segunda se explica muy bien como una variante combinatoria debida a la estructura silábica y
métrica de las palabras (dos sílabas, acentuada y no acentuada respectivamente, contra una sola sílaba
acentuada); no conservo, pues, aquí más que dos unidades de nivel II, b y b’.
58
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
59
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
V.I
60
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
final, o de transición, que ocupan los sonidos en las diversas unidades. Las
posiciones inicial y final son consideradas como privilegiadas,22 y se admite
que la posición inicial y/o final en las unidades de nivel superior tienen más
peso que la misma posición en las unidades de nivel inferior.
1. Fa es inicial y final de A, A’ y B; fa es igualmente inicial de a2 y de d1;
2. Do es el final de a;
3. La es inicial de b, final de c, final de a1, b1, b’1, c1, d1;
4. Re es inicial de c, y está ausente en todo lo demás;
5. Si bemol es inicio de b2; en todos los demás lugares está en posición
de transición (notemos por otro lado que b es la unidad más “soldada” de
nivel II, porque si bemol va del la al la, y también a causa de la invasión de b2
y de la unidad del “nivel IV”, que es una transformación retrógrada de d1;
también, aun ahí, la posición de si bemol está muy próxima a una posición de
transición);
6. Sol no aparece más que en posición de transición. Un criterio
secundario –prácticamente derivado del primero– considera el papel
de diferentes sonidos como notas de paso, bordaduras, etc., su lugar en
movimientos conjuntos contra disjuntos y el hecho de que estén o no
8
22
Este criterio, suficiente bajo esta forma para la pieza en cuestión, tendría que ser refinado. Sería
necesario por lo menos tener en cuenta la estructura rítmica (anacrusas, etc.).
61
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
VI
Aquí, por ejemplo, una chanson del trovador Guiot de Provins, “Molt me
mervoil ...”23 (Cfr. Ejemplo 2).
1. Un análisis basado en la métrica y las pausas daría enseguida ocho
unidades distintas de nivel I; nuestro proceso llegará al mismo resultado por
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el camino siguiente:24
a) X + B + Y + B;
b) X = A (duración igual a la de B);
c) y (d): Y se descompone en unidades de igual longitud que A o B
(resumo el proceso que implica un desvío –referente a las unidades de nivel
II– y recurro a las transformaciones: C = C’), de donde surge la siguiente
estructura:
A + B + C + D + E + F + C’ + B
8
23
Según F. Gennrich (1951: 25).
24
Que este camino sea más largo no significa necesariamente que sea menos económico. No solamente
es más riguroso, sino que aporta una información que está ausente en el otro caso: por ejemplo, indica
que, desde cierto punto de vista, todo lo que está comprendido entre las dos emisiones de B constituye
una sola unidad.
62
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
63
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
EJEMPLO 2 (b)
EJEMPLO 2 (c)
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EJEMPLO 2 (d)
EJEMPLO 2 (e)
64
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
A=x+a B=y+b
C=z+a D=w+b
E = v + a’’ F=?
C’= z’+ a’ B=y+b
{} {}
x y
a b
z w
8
25
Esta noción está tomada de los lingüistas transformacionalistas; Cfr. por ejemplo E. Bach (1964). Yo
desatiendo aquí la diferencia entre a y a’, z y z’.
65
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
66
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
VII
A + A + B + B’ + c + c + D + c + c + D’
67
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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68
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
EJEMPLO 3 (b)26
EJEMPLO 3 (c)
26
En este cuadro, como en el siguiente, algunos segmentos son reproducidos dos veces –de los cuales uno
entre paréntesis– en una misma línea pero en columnas diferentes. En este caso, los dos eventos valen
para un solo elemento y significan que este elemento podría igualmente figurar en dos unidades, pero
que –más o menos arbitrariamente– se ha asignado a una de las dos.
69
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
VIII
EJEMPLO 4 (b)
70
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
71
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
27
Éstas, con la insistencia sobre el la que introducen, tienen sobre todo el efecto de dar a esa sección una
velocidad suspensiva, que la hace contrastar con la sección correspondiente en A.
72
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
73
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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EJEMPLO 4 (c)
74
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
Enero de 1965
Referencias bibliográficas
_____________ “Sur une mélodie russe”, en Musique russe, tomo II, París
P.U.F., 1953, pp. 329-391.
75
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
76
MÉTODOS DE ANÁLISIS EN MUSICOLOGÍA
REESE, G., Music in the Middle Ages, Londres, Dent and Sons, 1940.
RIFFATERRE, M., “Criteria for style analysis”, en Word, no. 15, 1959, pp.
154-174.
77
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY *
Nicolas Ruwet
8
*
Publicado originalmente en francés en la Revue belge de Musicologie, no. 16, 1962, pp. 57-70, y
posteriormente recogido en el libro Langage, musique, poésie, del propio autor, París, Éditions du Seuil,
1972. Traducción de Alejandro Romero.
1
Si la esencia, no solamente de la poesía sino de todo el arte de todos los tiempos, reside en la
proyección, en la cadena temporal, de relaciones de equivalencia, la duplicación es verdaderamente
la forma más primitiva de esta proyección: a + a. Ésta se reencuentra, bajo formas distintas, en las
numerosas músicas y poesías populares: véase, por ejemplo, el paralelismo de la canción popular eslava
(Cfr. Roman Jakobson (1963), y consúltese también Bruno Nettl (1956: 108)): “(En el aire cultural de
la Gran Cuenca en América del Norte), la mayor parte de los cantos son iterativos, repitiéndose cada
frase una vez; sin embargo los cantos con repeticiones múltiples se reencuentran ocasionalmente”. De
una forma general, la esencia cultural de la repetición, y en particular de la duplicación, debería ser bien
entendida; la duplicación juega un papel fundamental en los primeros pasos que constituyen la Cultura,
y especialmente en los inicios del lenguaje infantil. “La reduplicación de sílabas... es un procedimiento
favorito en el lenguaje de los bebés... Contrariamente a los “sonidos salvajes” de los ejercicios del
balbuceo infantil, los fonemas deberían ser reconocibles, distinguibles, identificables; conforme a sus
exigencias, uno debería poder repetirlas a voluntad. Este carácter repetitivo encuentra su expresión
más concisa, más sucinta, por ejemplo, en papá” (Roman Jakobson, 1963: 542).
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
80
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
81
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
82
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
8
2
Hubiera preferido usar, al lado de duplicación, el verbo duplicar. Pero, contrariamente a duplicación, es
un neologismo. Empleo, pues, doblar, aun a riesgo de crear confusiones con el sentido que tiene esta
palabra, por otra parte, en el lenguaje musical.
3
Nota, 1972: Esto prefigura el análisis que Claude Lévi-Strauss (1971 b) ha dado del Bolero de Ravel,
donde ve una “fuga mise à plat”.
83
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
{ { 27-28 (27=28) a
27-32
29-32 b
27-38
33-38
{ 33-34 (33=34)
35-38
a’
b’
84
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
EJEMPLO 1
85
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
89
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
4
Esto debería leerse: a es a b como x es a y, etc. Debe añadirse la presencia en ambas partes de un motivo
de tresillos en las cuerdas divididas, en acompañamiento.
90
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
1a parte 2a parte
inicio : marcado no marcado
clímax : no marcado marcado
declinación : no marcada marcada
Pasemos por último al análisis de las relaciones entre (a) y (b), o entre
(a’) y (b’). Existe una clara asimetría entre los dos motivos: (a) está doblado,
(b) no lo está; además, mientras que (a) forma un solo bloque unitario, (b)
está escindido en dos motivos superpuestos –la melodía de las flautas y de
los oboes y el motivo de acompañamiento de las cuerdas–; así pues, estos dos
motivos se encuentran, con respecto a (a), en una relación hasta cierto punto
inversa: mientras que la melodía de las maderas es esencialmente “discursiva”
y se opone por lo tanto a (a) como no doblada a doblada, el motivo de las
cuerdas consiste en una repetición obstinada de un grupo de tres acordes
91
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
92
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
93
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
95
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
lo que le confiere una gran ambigüedad, ya sea: mi-si-re, re-la-do (con nota
común re: se tiene entonces dos veces seguidas el mismo motivo con empalme
parcial),
8
5
Notemos además que al final de (b) (o de b’) se observa una verdadera inversión de las relaciones entre
la melodía y el acompañamiento: se trata, propiamente dicho, de una inversión de las relaciones entre
la figura y el fondo. La melodía, de figura, deviene fondo, y el acompañamiento pasa al primer plano,
lo que porta la transición, la primera vez a la repetición de (a), y la segunda, al motivo de los cornos
y de las trompetas, que comienza, como habíamos visto, por una variante melódica de ese motivo de
acompañamiento.
96
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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les
98
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
1. _ _ _/ _ _ _ _
2. _ _ _ _/ _ _ _
1-8 { 1-4
5-8
(a)
(a’)
9 - 10 (b)
8
6
Se trata de un diccionario francés [n. del t.].
99
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
8
7
Este análisis debe mucho a las conversaciones sostenidas con André Souris.
100
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
que conserva ambigüedades, pero que tiene la ventaja práctica de darnos una
visión global de la pieza:8
8
8
Los números entre paréntesis remiten a los compases.
101
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
PELLÉAS et MÉLISANDE
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
102
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
103
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
que decir acerca de estos seis compases. Al interior de este cuadro, caracterizado
por una parte por el contraste neto en los materiales, y por la equivalencia
formal, por otra, aparece una serie de relaciones sutiles entre (a) y (b):
3. Desde el punto de vista armónico, si se considera la estructura
interna de cada motivo a partir de una perspectiva puramente formal,
(b) aparece como una simplificación de (a). En efecto, en (a) tenemos
realmente dos acordes, uno por compás: el primero es un acorde de
quinta, sin tercera, sobre re; el segundo, un acorde perfecto sobre do (con
un la como nota de adorno). 9 Desde el punto de vista de la relación entre
estos acordes, notemos que no se puede realmente hablar del “modo en
re”: para empezar, porque este modo está incompleto –no tiene más que
cinco notas (do, re, mi, sol, la), el fa no aparecerá sino hasta (a 1) y el si
8
9
Se puede notar aquí una de las numerosas ambigüedades que, siguiendo el punto de vista según el
cual uno se ubique, permiten leer la obra de maneras diferentes: desde el punto de vista puramente
melódico, el sol podría aparecer como un bordado inferior de la; desde el punto de vista armónico, la
situación se invierte, es el la el que aparece como un adorno.
104
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
8
10
La escala por tonos puede aparecer como una transformación del modo defectivo de re: do, re, mi
permanecen en su lugar, sol desciende a fa sostenido, y/o sube a la bemol, la desciende a la bemol y/o sube
a si bemol. El contraste sucesivo de acordes de re y de do es neutralizado por la superposición de do y re
en un solo acorde.
11
La dinámica es más fluctuante en (b); calmado, igual y lento en (a), el movimiento, en (b), es inicialmente
rápido (re-mi negras), y, como por un remordimiento, ralentado (prolongación de mi por síncopa del
tercer tiempo), y de nuevo, decididamente, acelerado para recuperar nuevamente el tiempo perdido
(tresillos), y al final estabilizado (corcheas).
105
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
mi mi
re– –re– en redondas.
do do
variada de los seis primeros. En relación con (a), (a1) presenta las siguientes
características:
1. Es más denso y ocupa un registro más extenso.
2. (a) se encuentra en cierto modo desdoblado: en lugar de un acorde
por redonda, tenemos un acorde por blanca; de aquí una cierta inversión de
las relaciones melódico/armónicas; en (a), la armonía, muy sobria, formaba
un fondo sobre el cual se desprendía la melodía; en (a1), la armonía se
afirma como tal. Al mismo tiempo, hay una afirmación de la nota re (cfr. el
movimiento de bajo: re-fa-la-fa-re...); el desplazamiento de re a do, típico de
(a), ha desaparecido. Es preciso notar finalmente el movimiento “latente”
re-mi-re-do, transformación del movimiento latente de (a).
En cuanto a (b1), lo que lo distingue esencialmente de (b) es la
desaparición de la escala por tonos enteros en beneficio de un franco
acorde de si bemol mayor, sobrecargado y bordado –ese si bemol que estaba
perfectamente ausente de (a), e inmerso en los tonos enteros en (b).
A decir verdad, el contraste que dominaba el principio de la pieza
106
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
107
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
B. Por otra parte, se puede hacer una división entre los compases 18-
20 y 21-23:
1. En cada caso, tenemos un motivo duplicado, seguido de uno no
duplicado, que es una variación de aquél:
(f + f ’) + g / (h + h) + i.
1. La sección 21-23 es simétrica e inversa de 18-20 (si no se considera,
en 18-20, más que el motivo que corresponde a b + b’), en efecto, se tiene un
doble contraste entre:
a) movimiento ascendente / movimiento descendente;
b) crescendo/decrescendo, esto en cada ocasión en tres etapas: a (– <<)
responde (>> –).
2. Entre 18-20 y 21-23 existe además una relación que puede llamarse
de simplificación, y eso doblemente:
a) los bordados, la complejidad rítmica, típicos de los compases 18-20,
desaparecen en 21-23;
b) en lugar de una escala por grados conjuntos, tenemos un arpegio por
grados disjuntos: de la una a la otra hay empobrecimiento, “evidentemente”,
si así puede decirse.
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
“modal”
tonos enteros
con fa sostenido con fa becuadro
108
NOTA SOBRE LAS DUPLICACIONES EN LA OBRA DE CLAUDE DEBUSSY
8
15
La oposición “modo de re” / tonos enteros se encuentra aquí acentuada por la falsa relación si becuadro
/ si bemol, que estaba ausente en la primera sección.
109
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Referencias bibliográficas
LÉVI-STRAUSS, C., “Finale”, en L’Homme, vol. 11, no. 2, 1971 a, pp. 5-14.
1956.
110
El hecho musical y la semiología
de la música
Jean Molino
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA*
Jean Molino
I. EL HECHO MUSICAL
A. La impureza confundida
La música, ya sea que intentemos definirla o describirla en sus diversos aspectos, nunca
puede ser reducida a una entidad única.
¿Qué es la música? Por supuesto, una pregunta trivial y ridícula. Todo mundo
sabe lo que es la música. Pero veamos las definiciones. ¿La música es “el arte
de ordenar sonidos conforme a reglas (que varían de acuerdo al lugar y al
tiempo), para organizar un lapso de tiempo con componentes acústicos”,
como plantea el diccionario Petit Robert? En ese caso, la música es definida por
las condiciones que la produjeron (es un arte) y por sus materiales (sonidos).
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
Para otra autoridad, “el estudio del sonido es una materia de la física. Pero
la elección de sonidos que son placenteros para el oído es una materia de la
estética musical” (P. Bourgeois, en Encyclopédie, 1946: 1). Una definición por
las condiciones que la produjeron da lugar a una definición por los efectos
producidos en el receptor: los sonidos deben ser placenteros. Para otros,
la música es virtualmente idéntica a la acústica, una rama particular de la
física: “Es aceptado que el estudio de la acústica y las propiedades del sonido
en un sentido va más allá del dominio estrictamente musical, pero estas
‘emergencias’ son mucho más pequeñas y menores en cantidad de lo que
generalmente se supone” (Matras, 1948: 5).
Estas tres definiciones, escogidas de entre muchas otras, resaltan la
dificultad experimentada al aprehender la realidad polimórfica conocida
como música. Al mismo tiempo, revelan una dimensión inicial de variación
8
* Publicado en francés como “Fait musical et sémiologie de la musique”, en Musique en jeu, no. 17, enero de
1995, pp. 35-62; en versión en inglés como “Musical fact and the semiology of music”, en Music analysis,
vol. 9, no. 2 (1990), pp. 105-156. Traducción de Juan Carlos Zamora.
112
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
113
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
114
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
Los eventos que hemos estudiado son todos, si se puede permitir el término,
totales, o, si se prefiere –aunque no nos agrade la palabra–, hechos sociales
generales. Es decir, en ciertos casos ponen en marcha a toda la sociedad y
sus instituciones... Todos estos fenómenos son al mismo tiempo legales,
económicos, religiosos, y aun estéticos, morfológicos, etc. (1950: 274).
115
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
moderno.
Por lo tanto, la historia musical de occidente es vista como un
proceso de racionalización y especialización. Usando el lenguaje propio
de la fábula, podríamos narrar la historia de la música occidental de la
siguiente manera: érase una vez un hombre (blanco) que descubrió las leyes
de la acústica y cimentó las reglas universales de la música, basadas en la
naturaleza de las cosas. De esta manera, la música, habiendo alcanzado su
verdad, la culminación de errores y experimentos anteriores, finalmente se
realizó en su pureza. El hombre era una combinación de Pitágoras, Rameau,
Hanslick y Théodore Dubois. Porque aun cuando la gente no adopte el
esquema explicativo de Weber, continúa pensando en términos de un
contraste entre tipos de música impura y música pura, y afirmando que los
otros tipos –músicas primitivas, músicas “orales” o “tradicionales”– no son
obras de arte; están mezcladas con otra cosa, llevando a cabo una función
social o religiosa, por lo que es apropiado, al estudiarlas, eliminar la música
de la matriz en la cual se ha encontrado aprisionada y distorsionada.
116
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
117
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
fácilmente argumentar, no sólo con otro, sino contra mí mismo” (1967: 297).
sensaciones
El sentido o el valor expresivo de la música tiene su origen en asociaciones a cada uno de
subjetivas evocadas por el sonido: “En segundo lugar, lo que hace a cierta los oyentes.
gente querer bailar, puede despertar en otros deseos de llorar” (1963: 252).
Los Galileo, los Mersenne y los Joseph Sauveur procedieron a cons-
truir una ciencia: “Es durante el siglo diecisiete que, paralelamente a la mecá-
nica, de la cual es una rama, a pesar de tener ciertos desarrollos independientes,
la acústica rompe con el arte musical para convertirse en una verdadera ciencia
del fenómeno sonoro” (Costabel, 1958: 510). Como una rama de la mecánica,
la acústica no conoce más que figuras y movimientos. También se desarrolla al
imponer un único modelo de explicación a todos los aspectos del fenómeno
sonoro. La producción, comunicación y propagación, así como la transmisión
al oído del fenómeno sonoro, fueron estudiadas a partir del dominio de refe-
rencia que constituye las propiedades físicas susceptibles del análisis mate-
mático de un sonido considerado como proceso vibratorio. El sonido pierde
su cualidad, sólo tiene propiedades medibles.
118
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
121
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
122
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
Weber las que trajeron esta dislocación; es también, y sobre todo, la utilización
de todas las posibilidades excluidas por la norma lo que continuamente fue
alejando las fronteras de lo “componible” y lo “escuchable”. No es tanto que
una regla sea represiva, sino que hay una invitación permanente a violarla.
¿No es acaso sintomático constatar que se codifican las reglas en el momento
mismo en que “espíritus malintencionados” dejan de acatarlas? El hecho
es que nunca existe un sistema cerrado y estable. Éste existe sólo en la
imaginación retrospectiva del teórico, que siempre aparece cuando la batalla
ha terminado. La teoría es solamente un intento para justificar, por medio
de “principios”, las regularidades más impactantes de una práctica común
en un momento dado de su desarrollo. Asimismo, la dislocación del edificio
tonal no es más que el resultado de un descubrimiento, teórico y práctico; de
hecho, nunca hubo tal “sistema”.
Pero junto a esta desintegración interna, ha ocurrido una dislocación
externa, que ha cuestionado el papel del sistema musical en el conjunto
del hecho musical total. El cuestionar la armonía tradicional o darle nueva
importancia a las duraciones y a los timbres, es seguir operando dentro del
marco de la música restringida, de la música pura. No obstante, paralelamente
123
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
que pertenezca al hecho musical total puede ser separado y tomado como variable
de producción musical estratégica. Esta autonomización juega el papel de una
experimentación musical genuina, al ser gradualmente reveladas las diferentes
variables del hecho musical total. Se observa que un tipo particular de música
ha hecho una elección entre esas variables, favoreciendo un cierto número
de ellas. Dadas estas condiciones, el análisis musical deberá empezar por
reconocer estas variables estratégicas que caracterizan un sistema musical.
La creación musical y el análisis de la música se ayudan mutuamente.
¿Significa esto que la música se está estandarizando para dar origen
a una música de consumo unidimensional con una función ideológica y
política? Esto es evidentemente un tema deseado por los profetas del juicio
final y del apocalipsis de los medios masivos, que han sido criticados pero
que siempre han emergido de sus cenizas (Cfr. Bourdieu y Passeron, 1963).
¿Así que la música occidental está conquistando el mundo? Bueno, lo está
haciendo en el momento mismo de su propia desintegración, en un tiempo
en el que está preparada para darle la bienvenida a cada sugerencia, a cada
124
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
125
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
o quiera reconocer las reglas iniciales: él podrá inventar otras. Esto abre la
infinita variedad de juegos musicales posibles, una creación experimental que
hace posible tanto conocer mejor la música, como, “a través de semejanzas
y diferencias, dilucidar los hechos de nuestro lenguaje” (Wittgenstein, 1969:
74). El juego musical, que de acuerdo con Wittgenstein es el equivalente
preciso del juego del lenguaje, revela la infinita multiplicidad de formas de
lo musical y, por lo tanto, de todas las formas simbólicas. La creación de un
juego –“no es una cuestión de explicar un juego del lenguaje por medio de
nuestra propia experiencia, sino de establecerlo” (ibidem: 76)– corresponde a
una “propiedad fundamental de apertura de lo a priori” (Granger, 1969: 76),
por lo que es posible hablar de “final del juego” en relación con la música de
hoy o de mañana (Deliège, 1974: 38). Sin embargo, en vez de vislumbrar aquí
un apocalipsis, debemos escuchar la voz del croupier, anunciando un nuevo
juego: “Caballeros, hagan sus apuestas...”
Por lo tanto, es muy probable que la gente continúe por mucho
tiempo produciendo algo como música –o sea, algo que es tanto una ruptura
126
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
como una continuación de lo que entendemos hoy día como música. Por eso
es poco probable que tengamos que modificar el término música, más allá
de las transformaciones que se lleven a cabo en el hecho musical (Mathews,
Moore y Risset, 1974: 268). La música ha conocido tantas revoluciones que
una más, o aun varias más, no lograrán extinguirla.
Para definir la música y entender su evolución es necesario concebirla como una forma
simbólica.
127
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
que hay una evocación de la totalidad ausente por medio de la parte presente?
De otra manera, el humo que evoca el fuego no es meramente un índice, sino
un signo.
Definir la señal es una operación igualmente delicada si rechazamos
la alternativa sencilla de definirla a través del experimento del reflejo
condicionado y por la función que parece llevar a cabo en los animales.
En lo que concierne al hombre, la misma señal virtualmente involucra una
evocación. Los llamados del clarín ciertamente son señales –y órdenes– pero
también son símbolos que se refieren a significados y al mismo tiempo están
imbuidos de valor.
El hecho es que, desde la primera aparición de la función semiótica
en el niño, la evocación siempre es una posibilidad. Como observaron
claramente los escolásticos, todos los sustitutos constituyen una categoría
definida por la relación de un sustituyente con la cosa sustituida. Y esa
fertilidad simbólica hace imposible cualquier clasificación precisa de tipos
de signos que acaba en criterios abstractos (presencia o modo de evocación).
128
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
129
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
130
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
131
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
conocer nada acerca de los leones, ni siquiera que existen... sino solamente
algo sobre el significado de la palabra león” (ibidem: 103). De hecho, este
tipo de préstamo –muy a la moda en la lingüística– de nociones lógicas
de un carácter parcialmente indeterminado, no sirve a ningún propósito,
porque desafortunadamente no hay nada en la vida cotidiana que nos lleve
a distinguir entidades o proposiciones que son “simbólicas”, de aquellas
que no lo son:
mayores ilustran muy bien el grado de sutileza que pueden alcanzar las
construcciones teóricas del simbolismo religioso, la razón opera tanto en
esos sistemas como en el conocimiento “empírico” del mundo. Lo que surge
de la teoría de Sperber es el prejuicio empírico-racionalista: hay ciencia –o
conocimiento empírico– que dice la verdad, dice lo que es, y hay simbolismo,
lo imaginario, que confabula libremente. El pensamiento simbólico está
hecho de “pedacería” que, como tal, no puede ser incorporada a un marco
de “representaciones conceptuales” –en gran medida éste es el punto de
vista sobre la religión tomado por Voltaire y el presidente de Brosses. El
simbolismo es tan “conceptual” como el conocimiento científico o empírico.
El conocimiento científico o el empírico son, en sí mismos, fenómenos
simbólicos.
Por lo tanto, lo simbólico no es la libertad para confabular sin obligación
o sanción, comparado, digamos, con la seriedad de la tecnología o la ciencia.
Entender lo simbólico involucra, en principio, describir los sistemas en los
que se encuentra incorporado.
132
EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
133
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
... la historia muestra que una ciencia satisfactoria no necesita ir tan lejos
y que puede, a través de los siglos y posiblemente a través de los milenios
(debido a que no conocemos cuándo alcanzará su objetivo), progresar en el
conocimiento de su contenido bajo el amparo de una distinción eminentemente
inestable entre las cualidades peculiares del objeto, que son las únicas que
busca explicar, y otras que son una función del sujeto y que pueden dejar de
ser consideradas (Lévi-Strauss, 1950: xxvii-xxviii).
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
“La falacia básica se encuentra en el supuesto (hecho por Jakobson, así como
por quienes proponen las dos aproximaciones generativas) de que hay un marco
fonético universal: con esto no queremos decir que ‘cualquier marco universal
es tan bueno como cualquier otro’, sino que ‘marco fonético universal’ no es
una expresión con sentido. Es preciso, de hecho un marco universal para cada
aspecto de la fonética: un marco perceptual, un marco acústico, y un marco
articulatorio” (Fudge, 1972: 174).
135
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
entre una fuga como fue escrita y una fuga como es escuchada (Francès,
1958: 229-46) La percepción de la música está basada en la selección, entre
el continuo de sonidos, de estímulos organizados en categorías que surgen
principalmente de nuestros hábitos de percepción. Para la música barroca,
por ejemplo, sin duda ha ocurrido una diseminación y una familiarización,
que han hecho posible un encuentro entre las intenciones del compositor,
la música y las interpretaciones del escucha. Sin embargo, solamente dentro
de ciertos límites, porque la música barroca se presenta como única entidad
homogénea sólo cuando es vista desde una gran altura. La intercomprensión
musical –es decir, la correspondencia más precisa posible entre la producción
y la recepción– es simplemente un fin, un ideal que nunca se alcanza.
Por lo tanto, lo importante no es clasificar signos de manera abstracta
en tipos y especies; una aproximación más apropiada es estudiar las
operaciones en las cuales entran y los cuasisistemas que constituyen. En vez
de empezar por preguntar si los signos musicales –o unidades– son índices,
íconos o símbolos, es mejor describir las propiedades que despliegan en las
clases a las cuales se incorporan.
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
pesadas presuposiciones que los guían y que son el legado de su historia, y finalmente su
confusión, con respecto tanto a principios como a métodos.
Una vez que las reglas y los preceptos de la lógica son conocidos, ofreciendo el
profesor su demostración al enseñar el tema, no existe ninguna dificultad en
utilizarlos para aplicarlos a éste o aquel caso; es suficiente que se dé tal caso
para aplicarle las reglas y cubrirlo sin que tal caso tenga nuevas dificultades
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
para ser vencidas. Así como el que posee el arte de la música o toca la cítara,
es capaz, con base en los mismos preceptos del arte, de utilizar sus dedos en
cualquier instrumento que le sea dado (Jean de St. Thomas, citado en Gilson,
1958: 133-4).
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
(cfr. Bukofzer, 1948: 417-31). En ese periodo se aceptaba que un amateur –o,
usando el vocabulario de ese tiempo, un “curioso”– no pudiera entender la
música (o el dibujo, o la pintura), a menos que también fuera un connoisseur,
es decir, excepto si supiera cómo producir una obra, siendo ésa la única
manera para juzgarla objetivamente. Ésa es la significación fundamental de
las reglas –academicismo o clasicismo– en la música o en la literatura. Aun
en el contexto de la teoría de los afectos, lo importante no es sentirlos: el
problema (poiético) que uno se plantea es conocer cómo producirlos.
Durante el siglo XVIII hubo un cambio gradual de punto de vista.
Previamente el arte había sido concebido como una técnica, es decir, había
sido visto principalmente desde el punto de vista del creador. Sin embargo,
poco a poco –hay que recordar que fue en el s. XVIII cuando se estableció
la estética, el nombre de la cual revela asombrosamente los fundamentos
sobre los que se basa–, el punto de vista privilegiado se convirtió en el
del consumidor, observador o escucha. De ahí el nacimiento de la crítica
musical, que fue virtualmente contemporánea a la crítica de arte. Ahora era
una cuestión de dar alguna explicación de la música, no para los connoisseurs,
sino para los curiosi, amateurs, que no querían muchos análisis técnicos. Era
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B. La revolución saussureana
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8
1
Utilizo la palabra “conmutación” aquí en un sentido amplio. Pero es apropiado puntualizar que,
contrario a las apariencias, la conmutación en la lingüística no es una operación claramente definida.
En la fonología y la morfosintaxis no es la misma operación la que está involucrada, y es virtualmente
imposible dar una definición estricta de ella. Por lo que es legítimo extender el término, y el uso de la
conmutación en la música debería darnos un mejor entendimiento de su valor y su función.
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C. La revolución postsaussureana
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combinación, por muy sofisticada que sea, puede dar cuenta exhaustiva de
un texto musical.
La situación se aclara cuando nos referimos a la lingüística y a
los dos momentos más grandes de su desarrollo reciente: lo que puede
llamarse el momento de pureza y el momento de mezcla, el momento
de langue y el regreso a la parole como una serie heterogénea de hechos
del lenguaje. El primer momento es la era saussureana. Establecer
los fundamentos de la lingüística, así como cuando era cuestión de
establecer los fundamentos de la física o la economía, significaba definir
un campo restringido de fenómenos puros, abstractos, alrededor de los
cuales las relaciones definitivas se planteaban, descartando sin piedad
todo el grosor concreto tan ciegamente obvio que no dejaba separar lo
que era esencial. Así podían constituirse sintaxis que tarde o temprano
serían reemplazadas por sistemas formales. Pero la noción de sintaxis es
relativa, no absoluta, como creía Morris. O más bien, hay dos objetos que
no deberían confundirse: la descripción sintáctica y el sistema formal
usado para la descripción. Sin embargo, después de un cierto tiempo,
en cierto momento del análisis, los datos que la descripción sintáctica
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
está claro cómo estamos obligados a trabajar, por decirlo así, desde un
“enfoque suave”: la combinación encuentra sus limitaciones en todos lados.
La separación de langue –como opuesto a parole– es, por lo tanto,
doblemente relativa. Es relativa con respecto a los procesos teóricos y
prácticos que la hicieron posible, y es relativa con respecto a la realidad del
intercambio simbólico. Por un lado, la langue es eliminada del trabajo de
construcción cultural, del cual es la culminación; por el otro, es eliminada
de la producción y la recepción, que son una parte integral del intercambio
de paroles. Lo que está en juego hasta este día es la posibilidad de completar
un análisis combinacional del texto (lingüístico o musical), como separado
de su producción y recepción, reducido a una transcripción específica y
considerada como definitiva. Sin embargo, se le podría hacer una objeción
adicional al método combinacional como tal (Cfr. Thom, 1970). De hecho,
podemos preguntarnos si otros modelos no podrían ser más propicios que
los combinacionales para describir ciertas propiedades de los sistemas
simbólicos del lenguaje y posiblemente también de la música.
A este respecto es útil plantearse preguntas sobre la naturaleza de la
transformación como la definida y utilizada por los lingüistas. Recordemos
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
antes que nada que parece haber pocas oportunidades, por el momento, de
formalizar de manera clara las operaciones de transformación, a pesar de
varios intentos por hacerlo. Surge entonces la pregunta de si la razón de esto
no es que el contenido intuitivo de la transformación se presta con dificultad
al tratamiento combinacional. Ese contenido intuitivo es de hecho más una
idea de parecido, de semejanza –y no siempre de paráfrasis–, de proximidad
entre varios enunciados hablados. ¿Pero es cierto que estas propiedades de
proximidad pueden ser analizadas con los tipos de herramientas provistas
por gramáticas formales? Lejos de ello, preferimos hablar, no de langue como
opuesto a parole, sino de un nivel de mensaje, un nivel neutro de análisis. Es un nivel
doblemente neutro debido a que consiste en una descripción del fenómeno,
en el que las condiciones de producción y recepción del mensaje no están
involucradas, y en el que no se cuestionan ni la validez de la transcripción ni
las herramientas utilizadas para dar cuenta de ella. Por ello, la delimitación
y descripción del nivel neutro son provisionales: éste es el comienzo de una
dialéctica ininterrumpida.
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REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Conclusión
realidades... Por largo tiempo hemos pensado que una de las características
del hecho social era precisamente su aspecto simbólico. En la mayoría de las
representaciones colectivas, lo que se tiene no es una representación única
de una cosa única, sino una representación escogida arbitrariamente, o más
o menos arbitrariamente, para significar otras y para controlar prácticas
(Mauss, 1950: 294-5).
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Reflexión 1990
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EL HECHO MUSICAL Y LA SEMIOLOGÍA DE LA MÚSICA
variables y constantes de su evolución. Para esta labor, todavía creo que una
semiología de las formas simbólicas aplicada a la música es la fuerza más
poderosa (Cfr. Nattiez, 1987; Molino, 1988, 1989, 1990 y en preparación).
La música es un producto simbólico, y el análisis es inseparable del “hecho
social total”, una experiencia musical que es el alfa y omega de la práctica y
la teoría.
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1933, pp. 19-90.
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MOLINO, J., “La musique et le geste”, en Analyse musicale, no. 10, 1988, pp. 8-15.
__________
en preparación: “Musique et travail: concepts, pratiques, anthropologie”.
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(tesis, University of Montreal, sin publicar) 1974.
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español en este volumen].
WHITE, L. A., The Science of Culture, Nueva York, Farrar, Strauss y Giroux, 1969.
172
Teoría y práctica
de la semántica musical
Michel Imberty
Nuevas perspectivas de la semántica
musical experimental*
Michel Imberty
8
*
Publicado originalmente como “Perspectives nouvelles de la semántique musicale expérimentale”, en
Musique en jeu, no. 17, 1975, pp. 87-109. Traducción de Ladidet López Vélez y Rubén López Cano.
NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
175
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
mientras que las respuestas que indican una tensión muscular o corporal han
desaparecido. Las correspondencias entre elementos del lenguaje musical y los
contenidos semánticos sin lugar a dudas existen, pero a cada forma de ritmo,
de armonía, o a cada modo, corresponden varios contenidos cercanos, y a cada
contenido le corresponde un gran número de patrones o formas elementales.
176
NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
Hay que considerar que la relación entre el signo musical y aquello que
representa no es sino fruto de una convención que aparece en un momento
determinado de la historia de la música. En muchos casos, se ha pretendido
justificar esta convención por medio de una analogía formal. Esto ha sucedido,
por ejemplo, con la oposición entre los modos mayor y menor, la cual ha sido
abordada por numerosos tratados desde el siglo XVIII.
Pero, aun cuando la analogía es flagrante, como en todos los simbolismos
figurativos señalados desde hace ya algún tiempo por los musicólogos, la
parte de la convención sigue siendo importante. Así, Chailley (1963) muestra
cómo los recitativos de las Pasiones de Bach están basados en un sistema
significante simbólico, en el que cada ritmo, cada intervalo, cada acorde,
denota un objeto, un movimiento o un sentimiento específico, de la misma
manera que el texto cantado. Definitivamente siempre hay una analogía entre
la forma musical y la idea que ésta quiere expresar: de este modo, al inicio de
la Pasión según San Juan, un movimiento melódico descendente acompaña el
descenso de Jesús y de sus apóstoles hacia el río, y un movimiento ascendente
acompaña su ascenso hacia el Jardín de los Olivos. La jerarquía entre Jesús,
el Maestro, y sus apóstoles, está marcada frecuentemente por una diferencia
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8
2
Estos sujetos no habían recibido ninguna educación musical particular, y fueron incapaces, al final de
la experiencia, de identificar al autor: citaron a Chopin, Beethoven, Schumann; algunos mencionaron
3
también a Mozart y Wagner.
Aunque dulce no se dice denotativamente más que en relación con conmover. Sin embargo aquí se trata
de un sentido totalmente corriente que tiene un valor denotativo general.
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d’ouest, la parte central de Vent dans la plaine. Las respuestas de los sujetos
diferencian bien los fragmentos en función de su aspecto de conjunto, así
como de su dinamismo o estatismo.
Un segundo eje factorial ordena, por el contrario, los adjetivos y los
fragmentos musicales no únicamente en función de la forma percibida por
los sujetos, sino en función del sentido que ellos le dan a esta forma. Esto
se manifiesta en el hecho de que el eje opone esencialmente las respuestas
tímicas positivas a las respuestas tímicas negativas. En este eje, los fragmentos
musicales se ordenan de la siguiente manera: Danse de Puck, el inicio de Vent
dans la plaine, Ondine, Bruyères, Voiles, la parte melódica de Sérénade interrompue,
Feuilles mortes, Ce qu’a vu le vent d’ouest, Des pas sur la neige, la parte central de
Vent dans la plaine, Danseuses de Delphes.
Frecuentemente, los adjetivos dados por los sujetos ejercen
simultáneamente dos funciones: connotación de la impresión de conjunto y
connotación de un posible sentido de la forma percibida. Esto se debe a que
los sujetos, al ignorar los términos técnicos que permitirían caracterizar la
forma escuchada, recurren por ende a la metáfora. Esto es particularmente
evidente en respuestas como acuático, cristalino, marino, fresco, fluido. Estos
185
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a los sujetos que únicamente valoren los fragmentos musicales sobre escalas
bipolares, indicadoras del nivel de expresividad a la manera de Osgood. Por
otra parte, el asunto consiste en saber qué es lo que ocurre con la relación
puesta en evidencia [la relación orden/desorden; n. del t.] cuando se trata de
obras reales, en las cuales es muy difícil medir la entropía (aquí únicamente
han sido considerados los aspectos melódicos y rítmicos).
Para resolver estas dificultades, hemos recurrido a los resultados de
nuestro propio trabajo experimental.
TABLA 1
Referencias de los dieciséis fragmentos utilizados en el experimento
189
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FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
FIGURA 1
Para no aludir al texto con enumeraciones fastidiosas, ofrecemos únicamente la interpretación
de conjunto de cada eje factorial. De cualquier forma, podemos proponer aquí algunas
indicaciones a propósito del plano de los ejes 1 y 2 del análisis de las correspondencias
entre los dieciséis extractos de Debussy y las respuestas asociadas.
Cuadrante arriba a la izquierda: plano, lento, solitario, desesperado, adormecido, nostálgico,
sentimental, pesado, siniestro, silencioso, apagado, gris, difícil, sensible, fatigado,
moribundo, monótono, lánguido, romántico, negro, soñador, triste, melancólico, nocturno,
reposado, apacible, tierno, profundo, dulce, calmo.
Cuadrante abajo a la izquierda: claro, fluido, feliz, jubiloso, transparente, fresco, plateado,
límpido, ondulante, acuático, en cascada, chorreante, huidizo, brotante, ligero, puro,
cristalino, despreocupado, ágil, marino, primaveral.
Cuadrante abajo a la derecha: alegre, risueño, alerta, irónico, provocador, divertido, amoroso,
que trota, que corre, travieso, juguetón, contento, saltarín, galopante, animado, danzante,
vivo, viviente, entrecortado, desenfrenado.
Cuadrante arriba a la derecha: tumultuoso, brutal, peligroso, diabólico, apasionado,
fogoso, estruendoso, aterrador, fuerte, atormentado, tormentoso, combativo, decidido,
enloquecedor, brillante, arrebatado, colérico, resplandeciente, agresivo, furioso, violento,
duro, catastrófico, brusco, encendido.
Los números dentro de los triángulos corresponden a los fragmentos musicales. [Las
abreviaciones de los términos se han conservado como en el original; n. del t.]
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como un ritmo fluido. Éstos son: Ondine, Voiles, Bruyères, Brouillards, Vent dans
la plaine (parte central), Ce qu’a vu le vent d’ouest. Precisemos una vez más que
los sujetos no conocían nada de Debussy. Éste es un factor de simbolización
en el sentido de que supone una trasposición del dominio auditivo al dominio
espacial, siendo las asociaciones de carácter netamente visual. Los otros dos
factores no supusieron esta trasposición, sino que indicaron una relación
directa entre la música y la vida interior. La simbolización descansa en la
analogía de grave / bajo y de agudo / alto, tanto en el plano armónico como
en el plano melódico. En gran medida, los simbolismos descritos por los
musicólogos se fundamentan en esta analogía.7
8
7
Con el fin de no abrumar al lector, hemos omitido aquí la disposición gráfica de este tercer eje. Ésta se
encuentra en Imberty (1975).
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8
8
Imberty (1974). Igualmente, Actes du premier congrès international de Sémiotique musicale, Belgrado,
octubre 1973, en el que este estudio fue objeto de una ponencia.
197
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D=IxV
Fragmento 8 4 2 10 1 13 7 6 5 9 12 11 14 3
D 2,25 2,85 3,40 4,72 4,99 5,32 6,30 6,60 7,36 7,92 9,90 11,40 13,0 16,8
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
C 5,90 5,39 6,18 3,30 2,20 6,67 1,12 2,35 7,61 1,08 2,25 2,14 7,18 6,98
TABLA 2
Valores de los coeficientes C y D (Cfr. tabla 1)
8
9
10 Cfr. nota 8.
Naturalmente, constatamos que la concordancia entre los valores de los coeficientes y la posición
de los fragmentos musicales sobre los ejes factoriales de la figura 1 no es más que aproximada. Sin
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NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
8
embargo, es estadísticamente significativa. Dos valores de C están claramente fuera de la relación
general: los que corresponden a los fragmentos 13 y 5. Constatamos en la figura 1 que estos fragmentos
han permanecido suficientemente cercanos al centro de gravedad de la nube de los puntos-adjetivos.
Esta posición muestra que estos dos fragmentos han dado lugar a respuestas muy heterogéneas. Esto
se reporta en nuestro estudio detallado ya citado, así como lo concerniente a la verificación efectuada
sobre una muestra de fragmentos musicales de Brahms. Era imposible, en el marco de este artículo,
desarrollar más este punto.
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8
2
4 TINIEBLAS 14
INERTE VIOLENCIA
TRISTEZA PESADEZ 3
ANGUSTIA
c ió n
AFLICCIÓN
ión
AGUA DESMONTADA
d e la d u r a
rac
13
a du
5
l
15 AIRE VIOLENTO
d e
o
ie n to
ient
(Distensión) (Tensión)
REPOSO
am
Ac e le r a m
AGUA 16
eler
MUERTA 11
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ac
Des
HISTERIA
10 AGUA
CLARA
CAMPO
LUZ
12
6 MOVILIDAD 9
ALEGRÍA
IRONÍA/
DESENVOLTURA
(Integración)
VIDA
FIGURA 2
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NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
Éste sería el sentido que los sujetos han percibido en la música de Debussy
o, mejor dicho, el sentido del cual ellos han percibido individualmente sólo
una parte. El fantasma circunscribe el estilo y el movimiento de la obra, y este
fantasma sería la esencia profunda de la imaginación creadora de Debussy.
Sin embargo, estas observaciones pueden parecer arriesgadas en la
medida en la que permanecen incompletas. Ellas destacan en efecto la idea
de que un contenido fantasmal es transmitido por la obra musical, sobre la
base de evocación de esquemas de tensión y distensión, esquemas afectivos y
esquemas de integración o desintegración del yo. Así pues, destaca la idea de
que la psicología individual del creador rebasa las representaciones generadas
por la cultura de toda una época. Muerte original-vida-muerte cosmogónica,
representadas por las tres imágenes del agua, constituyen los polos de una
experiencia vital humana que es compartida, en parte, por toda la cultura de
finales del siglo XIX, en la que la angustia metafísica se generaliza, “eleva el
rango del escritor” (Jankélévitch, 1968). La muerte aparece por todos lados
en Maeterlink, como aparece en todas partes en Baudelaire. La decadencia
209
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
y de la experiencia vital del yo. Una vez más, la incultura musical de nuestros
sujetos no puede dar lugar a ninguna influencia de la crítica musical y mucho
menos a libros como los de Jankélévitch. Por el contrario, la emergencia
espontánea de estas significaciones muestra que la expresión musical está
fundada en esta experiencia interior, accesible a todo escucha. Es decir, la
expresión musical se basa en la liberación de connotaciones emocionales
modeladas sobre grandes esquemas de la vida psíquica. En particular, la
desintegración del yo nutre las amenazas que se encuentran en el origen del
miedo a la muerte. Miedo que reaparece en la emoción sugerida por música
cuyo principio de organización es la desintegración rítmica y formal.
Aún persisten algunas interrogantes: ¿es acaso la inspiración debussiana
legible dentro de la obra?, ¿rebasan las respuestas de los sujetos los clichés
culturales? La mayoría de los autores ha respondido afirmativamente a la
primera pregunta. Si esto es cierto, entonces ¿cómo han identificado nuestros
sujetos, ignorando todo acerca de Debussy, incluso hasta su nombre, el
sentido que nosotros hemos creído poder develar a través de la topología
semántica de sus respuestas? Nos parece que la única respuesta posible es la
universalidad de los procesos psíquicos que conducen a la construcción del
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
210
NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
211
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA SEMÁNTICA MUSICAL EXPERIMENTAL
_____________, [al momento de la publicación del texto aquí traducido, la ficha del
artículo citado seguía en prensa, n. del t.] “III. Représentation sémantique du
style de Debussy”, en Science de l’Art, 1975.
213
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MEYER, L. B., Emotion and Meaning in Music, Chicago, The University of Chicago
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OSGOOD, C., The Measurement of Meaning, Illinois, The University of Illinois Press,
1957.
214
La Cathédrale engloutie de Claude Debussy:
de la percepción al sentido*
Michel Imberty
216
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
8
1
Falta en Bibliografía [n. del t.]
217
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
218
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
219
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
define como “unidad, formante o figura” (1984: 177) al grupo impulso, cima,
descenso (anacrusa, acento, desinencia) ampliamente descrito por Messiaen.
Ahora bien, Deliège vincula explícitamente esta unidad (aquí entendida por
el término de figura), a un fenómeno de percepción como los descritos por
la Gestalttheorie. Pero, ¿por qué recurrir a resultados anticuados y triviales
de una teoría de la percepción tan caduca para dar cuenta de una estructura
que, a priori, podría revelar un sistema de reglas derivado de un sistema
sintáctico? ¿Por qué es necesario recurrir a la ilusión de una teoría de la
autorrepartición de estímulos, de la cual se sabe que no corresponde a ningún
fenómeno neurofisiológico real? ¿Es necesario agregar que las hipótesis de
Köhler (traducido en Francia, es cierto, apenas en 1964) sobre las supuestas
correspondencias entre la percepción visual del espacio y la percepción
temporal, ponen en relieve fenómenos fuertemente culturalizados y no leyes
universales? Por otra parte, las conclusiones del capítulo dedicado a esta
cuestión muestran cómo se acumulan las dificultades para encontrar esta
figura primordial apenas se abandona el sistema tonal más ortodoxo... Es
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LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
221
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
[la percepción total de la obra] sin duda está condicionada por la cantidad
de elementos sensoriales que el escucha puede abarcar a cada instante y
por el grado de presencia o relieve de estos elementos [...]. Pero el escucha
que intenta comprender la unidad del conjunto, su variedad, lo propio de
223
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
225
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Todos los trabajos de semiología musical toman como punto de partida una
operación de segmentación del fluido musical, y podemos decir, al menos en
una primera fase, que la estructura de una pieza musical se desprende de esta
226
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
227
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
228
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
de una sucesión contrastante que introduce una ruptura dentro del flujo
continuo del tiempo. Tal como lo escribe Fraisse, “el cambio discontinuo,
para ser percibido, implica que yo perciba no solamente el estado A y después
el estado B sino el pasaje de uno a otro, es decir, su sucesión” (1957: 70).
Es entonces el pasaje el que constituye la realidad perceptiva de la relación,
base de las estructuras musicales. Por lo menos toda pieza musical, durante
la audición, se organiza en “partes” más o menos largas que se distinguen por
el hecho de que cada una de ellas presenta cualidades distintas a la parte que
la precede. En cierto modo, el cambio de parte introduce una discontinuidad
entre los conjuntos sonoros delimitados, los cuales, cada uno en sí mismo,
“producen una forma de síntesis casi estática del devenir” (Fraisse, 1957: 97).
Podemos entonces pensar que la nitidez más o menos amplia de estas
partes, la facilidad con la cual los contrastes, las rupturas, las entradas de
temas son percibidos, la relevancia de tal o cual elemento en relación con los
otros, constituyen una jerarquía más o menos fuerte de unidades que encajan
unas con otras o se yuxtaponen y que testimonian la organización intrínseca
de la pieza musical o, al menos, la parte de esta organización que da lugar a
comportamientos reactivos observables en el sujeto.
229
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
FIGURA 1
Estructura perceptiva de La Puerta del Vino de Debussy
230
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
FIGURA 2
Estructura perceptiva del Intermezzo de Brahms
231
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
232
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
cuanto más débiles sean estas distancias, la jerarquía será más débil y las
unidades de base serán perceptivamente más relevantes, aisladas unas de
otras, yuxtapuestas. Tenemos ventiocho unidades en la base de la Puerta del
Vino, y treinta y dos unidades en la base del Intermezzo. Sin embargo la tabla 1
muestra que las distancias son muy diferentes, mucho más fuertes en Brahms
que en Debussy ( 42 = 11.4 significativo para ~= .02)2
x
Número de unidades Número de unidades
de la base (Debussy) de la base (Brahms)
2 7 0
3 15 11
Distancia 4 4 7
5 2 10
6 0 4
28 32 x 42 = 11.44 (.02)
233
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
234
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
235
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
etc.). Los esquemas de relación de orden tienen que ver con las relaciones
orgánicas que permiten establecer los vínculos entre las partes temporales
parecidas (temas, variaciones de temas, relaciones sintácticas generales,
en resumen, todo aquello que tiende a sintetizar el tiempo en una suerte
de presente psicológico aprehendido como tal). Si se quiere, los esquemas
de orden asimilan el tiempo en tanto que devenir y correr sucesivo
irreversible; los esquemas de relación de orden asimilan el contenido de los
acontecimientos sonoros variados de este correr para aprehenderlo, fuera de
lo sucesivo, dentro de una coherencia más abstracta.
Son los esquemas de relación de orden los que principalmente
intervienen en la percepción de las estructuras fuertemente jerarquizadas (Cfr.
Brahms, figura 2), donde ciertos cambios aparecen más como encadenamientos
o transiciones en función coordinadora, que como contrastes o rupturas del
devenir temporal. Estos cambios son, en su mayoría, relevantes y se sitúan
en los niveles inferiores del árbol. Pero también es claro que los estereotipos
culturales producen relaciones de orden que sintetizan la forma sonora fuera
236
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
237
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
238
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
239
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
240
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
Una obra musical está compuesta de partes más o menos largas, las cuales
son perceptibles durante la audición gracias a la intervención, en el fluido
musical, de cambios de atmósfera, de ritmo, de armonía o por la aparición de
temas. Algunos de estos cambios, contrastes o rupturas son inmediatamente
identificables y son los que delimitan las partes principales. Otros son más
tenues y delimitan, al interior de las partes grandes, las unidades más pequeñas.
Podemos presentar las cosas de otra manera haciendo una comparación: un
poema se compone de estrofas, las estrofas están compuestas a su vez por
versos. Pero, al interior de la estrofa, los versos también pueden reagruparse
en dos. Tenemos entonces una serie de unidades o partes que encajan unas
241
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
registro más grave, que dura, de hecho, los dos últimos tiempos del compás.
Pero es claro que, cuando uno se interesa en los cambios menos importantes
o menos relevantes, señalados por tres o cuatro sujetos solamente, resulta
mucho más difícil decir si la respuesta corresponde a un error debido al
tiempo de reacción del sujeto y se trata de un cambio percibido uno o dos
segundos antes, o si se trata de un cambio realmente percibido: llevado al
límite, en una pieza como La Cathédrale engloutie, tomando en cuenta su tempo,
podemos imaginar que toda nota advertida sea percibida como un cambio.
Además, en una duración de 330 segundos, ya en la primera audición, se
obtienen 226 cambios localizados distintamente. Este fenómeno ya era claro
en el caso de La Puerta del Vino.
El problema radicaba en saber si era necesario reagrupar ciertas
respuestas y localizarlas en la partitura. ¿En la figura 3 debemos considerar
que las respuestas dadas en los segundos 50, 51 y 52 se refieren a la
percepción del mismo cambio? Si en este caso la respuesta parece evidente,
no siempre es así. En consecuencia, y por prudencia, no hemos efectuado
242
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
FIGURA 3
Debussy 1era audición
243
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
FIGURA 4
Debussy 2a audición
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
FIGURA 5
Estructura perceptiva de La Cathédrale engloutie
244
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
245
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Valores de X2: todos son altamente significativos en las comparaciones de los números en bruto.
En los números corregidos son significativas las X2 de comparación entre La
Cathédrale y el Intermezzo, tanto en la primera como en la segunda audición (P = .01).
En los números corregidos, no significativo entre la Cathédrale y la Puerta, en la
primera audición; significativo en la segunda audición, pero es la Puerta la que
aparece con la duración de los cambios más fuerte en relación con la duración
total, mientras que en los números en bruto es a la inversa.
TABLA 2
Comparación de la Cathédrale engloutie con el Intermezzo de Brahms y la Puerta del Vino
(número de cambios percibidos).
246
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
247
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Este último punto está muy ligado con el anterior. Acabamos de ver
(y las figuras 3 y 4 son muy explícitas en este sentido), que los puntos de
condensación perceptiva principales se aglutinan al inicio. En seguida, todo
sucede como si las rupturas y los cambios se atenuaran, como si la macro-
estructura fuese menos caótica, más ordenada y controlada. Constatamos
este hecho al reencontrarlo en La Puerta del Vino, donde al final, a partir
del compás 50, parece haber una organización mejor jerarquizada. Esta
disimetría está totalmente ausente en Brahms, ya que, por el contrario, la
pieza está dominada por el estereotipo formal ABA; por esta razón, en la
música de Debussy la disimetría parece ser una característica de la forma.
Sin duda sería necesario efectuar experimentos de este tipo con un gran
número de obras del compositor antes de poder generalizar con certeza; sin
embargo, el hecho de que el fenómeno aparezca en dos piezas tan diferentes
como La Cathédrale engloutie y La Puerta del Vino, tiende a mostrar que ésta es
una disimetría del tiempo musical debussiano que sostiene la organización
temática misma: las “reexposiciones” de la frase de acordes, primero (compás
248
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
B. Disimetría de la macroestructura
249
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
ABA, pero que se compone de una introducción que crea una atmósfera antes
del desarrollo de la pieza propiamente dicha, más estructurada, en la que
el sujeto espera reconocer temas, una progresión hasta un clímax central y
quizá el regreso a esos mismos temas en una atmósfera más tranquila y más
distendida. Podemos pensar que el inicio de La Cathédrale en cierto modo
es percibido por los sujetos según este esquema, pero el bello desarrollo
esperado a partir del momento en el que el ritmo se acelera (compás 16,
1’02”) y modifica la atmósfera de espera del inicio (¿acaso Debussy no anota
en la partitura “poco a poco saliendo de la bruma”? ), no llega, o más bien
llega mal, ya que el clímax central, que podría corresponder, desde el punto
de vista de la intensidad sonora, a la famosa frase de los grandes acordes
(entrada al 1’49”), no es seguido por indicaciones perceptivas simétricas
demasiado relevantes. Además, esta frase no es percibida claramente más
que al inicio del allegro-crescendo, mientras que podríamos haber pensado que
esta gran cima hubiera sido señalada como un momento clave por todos los
sujetos.
De esta manera, en la primera audición, La Cathédrale engloutie aparece
como una forma incompleta, o más bien como una forma fuertemente
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
250
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
251
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
(Imberty, 1981): en la primera audición, la parte final, a partir del compás 50, dio
lugar a muy pocas respuestas por parte de los sujetos. En la segunda audición,
aparecieron dos puntos de condensación perceptiva muy relevantes, primero en
el compás 79 y después en el compás 83, coincidiendo con el reconocimiento
de un elemento escuchado al principio y ahora aislado (compás 21 y 25). Pero
al mismo tiempo notamos que este elemento no era un “tema” propiamente
dicho y que se percibía esencialmente por su impacto dinámico. El único
elemento verdaderamente temático (y que podemos tratar como tal) es la
melodía ibérica del inicio (compás 5 y ss). Sin embargo, ya hemos notado que
cuando esa melodía se “reexpone”, los sujetos no la perciben en absoluto (figura
2, 1’57”, compás 66). Por consiguiente, la vuelta al equilibrio de los puntos de
condensación perceptiva durante el transcurso de la segunda audición se realiza
únicamente por la asimilación de un esquema de orden y no por la puesta en
acción de relaciones de orden formalizadas. En este caso, este esquema puede
considerarse como un esquema de remanencia, cuyo principio es la asimilación
de ciertos fenómenos sonoros pasados a través de fenómenos presentes, sobre
la base de una persistencia implícita de las imágenes de los primeros en la
memoria. Naturalmente esta permanencia de las imágenes sonoras pasadas en
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la memoria del sujeto se refuerza por las audiciones sucesivas, y es normal que
el efecto de las remanencias no sea, o sea poco sensible en la primera audición.
Pero este surgimiento del pasado al momento de un recentramiento perceptivo
presente subraya el carácter puntual y parcelario de estas asimilaciones: éstas no
tienen efecto de unificar ni de reunir entre sí las zonas temporales más o menos
largas, sino únicamente de hacer surgir ciertos acercamientos en la mente del
sujeto, acercamientos que no se refieren más que a elementos breves y aislados.
Reminiscencias en suma, por la reactivación de un recuerdo que no concierne a
la trama del fluir musical, sino sólo a los puntos sobresalientes que han llamado
la atención del escucha.
En el estilo de Debussy podemos decir que la macroestructura se
apoya de hecho en estas reminiscencias, más fuertes y más relevantes
que las transiciones, los retornos, las reexposiciones. Muchas codas están
construidas así, con la irrupción frecuente de un tema suspendido sobre
la armonía de una tonalidad diferente, recuerdo que vuelve de un pasado
lejano y que, al regresar a la forma a su punto de partida, no la cierra, sino
252
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
253
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
elemento temático del compás 7 en adelante (compás 47, que por otra parte
no es muy relevante en la segunda audición), éste no sea reconocido como
tal, sino asimilado a los esquemas de orden en función del cambio de tempo y
sin duda por el simple hecho de que después de las notas largas tenidas que
se desvanecen en el silencio, cualquier cosa “retoma” y atrae nuevamente la
atención.
Nos encontramos nuevamente en un punto importante que ya marcaba
una diferencia entre la macroestructura de La Puerta y la del Intermezzo de
Brahms: los sujetos no perciben y no identifican los temas sino solamente los
elementos dinámicos. Ninguno de los elementos identificados parece jugar
un papel como tema, ya que, en el caso concreto de La Cathédrale, estos
elementos jamás se perciben dos veces con la misma intensidad a lo largo
de la pieza. Los “temas” se advierten al inicio, a continuación todo parece
imprevisible y nuevo, una sucesión de momentos, un no correr del tiempo.
Y es fácil darse cuenta de que los principales puntos de condensación
perceptiva coinciden con los elementos de color sonoro particular, que
constituyen finalmente la base de la organización de la macroestructura. La
tabla 3 presenta el análisis de estos elementos en las dos audiciones, dentro
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
254
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
A. Definición
8
3
1970 en Bibliografía (n. del t.).
255
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
256
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
TABLA 3
Análisis de los principales puntos de condensación perceptiva. 1a audición y 2a audición de
La Cathédrale engloutie (umbral P escogido con base en las figuras 3 y 4: P = .07)
257
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
258
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
8
4
Queremos decir: no señalable directamente en el nivel neutro en las unidades ni en el texto escrito.
259
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
ahí donde no han sido identificados por los sujetos, aun cuando el examen
de la partitura los pone en evidencia, es donde no juegan este papel para
ellos. El sentido nace de la dinámica perceptiva y de la intención creativa
misma subyacente a la organización temporal. Encontramos aquí (pero de
manera muy diferente) esta totalidad dinámica, esta forma concreta de la cual
nos ha hablado largamente Deliège (1984). Pero es ante todo de naturaleza
expresiva y semántica, no solamente perceptiva.
C. Los resultados
260
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
261
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
262
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
263
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Serenidad - Reposo
Muerte - Tristeza
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Espera - Incertidumbre
FIGURA 6
Respuestas semánticas asociadas durante el transcurso de la audición de La Cathédrale
engloutie (en la abscisa, las secuencias y su duración, en la ordenada, el número de respuestas
para cada secuencia). Clasificación por categorías de respuestas.
264
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
Movimientos
Respuestas acuáticas
FIGURA 7
Respuestas semánticas asociadas en el transcurso de la audición de La Cathédrale engloutie
(en la abscisa, las secuencias y su duración, en la ordenada, el número de respuestas para
cada secuencia). Clasificación por categorías de respuestas.
265
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
Violencia-angustia
Sentimientos positivos
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Respuestas temporales
FIGURA 8
Respuestas semánticas asociadas en el transcurso de la audición de La Cathédrale engloutie
(en la abscisa, las secuencias y su duración, en la ordenada, el número de respuestas para
cada secuencia). Clasificación por categorías de respuestas.
266
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
267
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
268
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
FIGURA 9
Perfil emocional “medio” de la Cathédrale engloutie
+ Serenidad; reposo; sentimientos positivos; respuestas temporales; respuestas acuáticas,
“aguas claras”
– Muerte-tristeza; violencia-angustia; espera-incertidumbre; respuestas acuáticas,
“tempestad”
FIGURA 10a
Perfil “mediano” del clima emocional de La Puerta del Vino
269
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
FIGURA 10b
Perfil “medio” del clima emocional del Intermezzo de Brahms
270
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
271
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
una época, aquélla del simbolismo literario cuya visión poética del mundo está
como refractada a través de las imágenes múltiples del agua. El movimiento
simbolista que busca liberar la palabra de significaciones para reencontrar
la música originaria y encantadora de las palabras, reinventa, de hecho,
uno de los aspectos más profundos del lenguaje poético, la “liquidez” de la
palabra. Esta liquidez es el gran símbolo universal de la armonía primitiva
que el poeta simbolista busca en los sonidos del lenguaje. Como lo ha escrito
Bachelard, “el agua es la maestra del lenguaje fluido, del lenguaje sin choque,
del lenguaje continuo, continuado, del lenguaje que suaviza el ritmo, que
da una materia uniforme a los ritmos diferentes” (1948: 250). A través de
este nuevo lenguaje se intenta reencontrar la ambigüedad de las cosas, las
impresiones fugaces y delicadas que éstas producen. Dentro de este gusto
por lo impreciso, lo vago y lo impar, es decir por un arte que no emplea de
manera categórica las significaciones, sino que deja siempre libre al lector
para escoger o no entre las sensaciones y las imágenes contradictorias, el
agua aparece como el tema privilegiado, la imagen de todas las imágenes
272
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
273
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
que han sido descritas por Bachelard: el agua estancada (o el agua muerta), el
agua clara, y por último, el agua agitada. El agua muerta y estancada habita los
Brouillards, las Feuilles mortes, incluso puede ser que el desierto frío de los Pas
sur la neige donde el hielo es el agua petrificada. Esta agua “melancolizante”
(Bachelard) es sin duda la que los sujetos perciben en los acordes de quinta del
inicio de la Cathédrale, aun en las sonoridades cristalinas pero lejanas y frías
que siguen, como una suerte de inmovilidad inhumana. El agua clara, como la
de los arroyos, las fuentes, la del mar a pleno medio día, habita tanto en Ondine
y Voiles, como en Les fées sont d’exquises danseuses o Bruyères, o también en la
pirueta fluida y fantástica de la Danse de Puck. El agua clara y matinal también
está en ciertos destellos sonoros que se traspasan en el singular ascenso antes
de la entrada de los grandes acordes perfectos paralelos (esta secuencia no
es de tonalidad muy sombría, y sobre todo parece muy fluctuante desde el
punto de vista del clima), es sobre todo el sosiego central, cuando la catedral
se difumina, y la calma final con sus sonoridades diáfanas. Pero hay que decir
en seguida que, en definitiva, poco importa lo que son estas sonoridades de
do mayor: hemos visto cómo el resultado de la pieza en conjunto es apertura,
bosquejo, sueño. Es entonces cuando la imagen del agua clara corresponde
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
274
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
39, y esta inmensa progresión parece como una amenaza, dejando filtrarse
la angustia. Además, las resonancias que se escuchan por todo el piano
fácilmente dan la impresión de divergencia de aguas y de una profundidad
gigantesca que ayudan a la evocación del océano. Sin embargo, aun aquí, lo
importante no es que tal o cual elemento musical sugiera efectivamente por
analogía los oleajes desencadenados: el agua agitada físicamente sólo tiene
valor como imagen de muerte y de angustia destructiva, representación de la
deformidad, del parcelamiento del universo y del Yo psíquico. Tengamos en
cuenta que no es la primera vez que Debussy utiliza acordes paralelos para
sugerir la muerte: pensemos en el castillo “tan viejo y sombrío” de Pelléas et
Mélisande; las columnas fantasmagóricas en la noche del templo en ruinas
(y la luna desciende sobre el templo que fue); el dulzor melancólico y extraño
que se desprende de las figuras funerarias que se adivinan en la Canope. En
La Cathédrale engloutie, son estos mismos acordes los que hacen aparecer la
visión inquietante de la catedral muerta dentro de las aguas: el vínculo entre
el agua agitada y la muerte es de nuevo muy relevante, si entendemos aquí
que el agua agitada es, en principio, el poder amenazante de la muerte.
3) ¿Realmente es legible la inspiración debussiana dentro de la obra?
275
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
del día y los “franceses aprenden por primera vez a pronunciar la palabra
nirvana” (Jankélévitch, 1968: 8). Debussy, quien frecuenta todos los martes
el salón de Mallarmé, se impregna de esta atmósfera. Naturalmente, él
reelabora en su obra lo que es a la vez su propia experiencia y la de sus
contemporáneos. Pero, al mismo tiempo, es necesario reconocer que la obra
debussiana no está del todo hecha con este humor elegiaco de fin de siglo.
Con más exactitud, el agua agitada que trae consigo la muerte violenta y
destructiva es más debussiana que las delicias acogedoras de la nada. De
igual forma, el agua muerta o estancada que acarrea la muerte original, la
nada absoluta frente a toda vida, tiene un tinte más desesperado y frío,
mucho más horroroso que las lágrimas de los serafines deshechos en llanto
de Mallarmé. La Cathédrale engloutie misma no se complace con lo atractivo
del hundimiento, sino que presenta una visión mucho más inquietante por
su simplicidad y su evidencia.
Por consiguiente, podemos decir que en el origen de la creación
artística encontramos dos tipos de arquetipos imaginarios: los que provienen
de la cultura y los que provienen de los fantasmas inconscientes individuales.
Tanto unos como otros constituyen el material primitivo del inconsciente y
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
del preconsciente de todo individuo, a partir del cual se elaboran los sueños y
las obras. Estos arquetipos poseen una generalidad y una relevancia psíquica
excepcionales en relación con todas las producciones oníricas, las cuales
explican que éstos sean reconocidos por cualquier individuo de manera más
o menos implícita. Éstas no son las imágenes aisladas y definitivas, sino es lo
que Guillaumin (1974: 225) llama las “figuraciones dinámicas” o, si se quiere,
las energías que absorben las cargas afectivas de las relaciones psíquicas más
centrales. Por lo tanto, las imágenes particulares visuales o sonoras, “no son
más que casos particulares del símbolo y además ellas llaman en secreto a todo
un conjunto asociativo de imágenes complementarias preconscientes, listas
para intervenir dentro de un orden más o menos riguroso”. De manera general,
agrega Guillaumin, “las investigaciones contemporáneas, en concreto en el
dominio del lenguaje, han mostrado suficientemente que la simbolización
siempre se presenta en redes dentro de un contexto determinado y que cada
uno de sus términos se enriquece gracias a las relaciones que mantiene con
los otros”. Los procesos de simbolización se apoyan en estos arquetipos
276
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
277
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
1) El problema
Si intentamos hacer un recuento acerca de lo que podríamos llamar los episodios
más representativos o más sugestivos de La Cathédrale engloutie a través de las
descripciones más o menos completas que han dado los críticos musicales,
quienes han intentado encontrar episodios con un contenido semántico
preciso a lo largo de la obra, ubicándolo en un lugar determinado de la materia
sonora, resulta que ciertas secuencias de la pieza son más sugerentes o más
inmediatamente descriptivas (si es que este término tiene aún sentido, después
de todo lo que hemos dicho) que otras. Ciertamente, el inicio (compás 1 al 15), los
compases 28 a 41 (los grandes acordes perfectos paralelos) y el final (a partir del
compás 70) constituyen, para nuestros autores, los jalones de la interpretación
semántica de La Cathédrale. Sin embargo, es necesario señalar que no todos hacen
sistemáticamente referencia a estas tres secuencias a la vez, y por otro lado, que
no les dan siempre la misma significación. Para algunos, el inicio evoca las aguas
transparentes, calmas y estáticas; para otros, las aguas lúgubres y opacas.5 Por su
FACULTAD DE MÚSICA • UNAM
8
5
Nos apoyamos en un extracto inédito, comunicado amablemente por J. J. Nattiez.
278
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
secuencias 1 2 3 4 5
compás er
1 a 7 (1 t.) o er
7 (2 t.) a 13 (1 t.) o
13(2 t.) a 15 16 a 21 22 a 27
secuencias 6 7 8 9
compás er
28 a 40 (1 t.) o er
40 (2 t.) a 46 (1 t.) o
46 (2 t.) a 67 68 a 83
secuencia 10
compás 84 al final
Los sujetos (38 personas distintas a las del experimento anterior), reciben
una hoja de respuestas dividida en diez partes numeradas, correspondientes
a las secuencias ya definidas de la pieza. Sobre la banda magnética un altavoz
anuncia los números de secuencias conforme va sonando la música. Los
sujetos escriben entonces sus respuestas en la hoja siguiendo la indicación de
2) Los resultados
a) Los resultados muestran en seguida, a pesar de la consigna, el título y
las indicaciones de “programa” propuestas, que ocho de los sujetos dan
respuestas totalmente independientes del tema legendario. Sus respuestas,
todas semánticas (no respuestas formales) no aportan ningún elemento nuevo
en relación con el experimento anterior. Por consiguiente, podemos decir
que el título y el conocimiento de la leyenda no constituyen los elementos
necesarios para la interpretación de La Cathédrale, o, más concretamente,
que parece ser que no son indispensables y pertinentes para un número nada
despreciable de sujetos. Por otro lado, estos mismos sujetos dan respuestas
279
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
que entran perfectamente dentro del cuadro más general definido por las
asociaciones espontáneas libres.
b) Trece sujetos dan respuestas que no tienen que ver más que
parcialmente con La Cathédrale y la leyenda del pueblo de Ys. Los aspectos
que se tomaron en cuenta son, en principio, los referentes al mar y, de manera
general las imágenes del agua. Pero hay que notar que, para el mismo número
de sujetos, las respuestas acuáticas se presentan en número equivalente
en este experimento y en el anterior, en donde ni el título ni la leyenda
pudieron influir en los sujetos. Encontramos nuevamente la importancia del
agua en el imaginario de Debussy. Los otros aspectos de la leyenda que se
tomaron en cuenta son las campanas, reconocidas aunque no localizadas,
y el hundimiento de la catedral o su desaparición en el final, a pesar de la
consigna que aclaraba que la pieza no contaba el final del pueblo de Ys, sino
que evocaba la visión a través de los oleajes marinos: este hundimiento se
impone desde la desaparición de los grandes acordes, en el momento en el
que hacen su aparición las connotaciones de tristeza y de muerte (secuencias
7, 8 y 9). La visión del pueblo es el aspecto menos sugerido por los sujetos
que no tomaron en cuenta más que una parte de la consigna: sin duda, y
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280
LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
Secuencias 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
mar, agua, lluvia 11 8 4 6 5 4 7 6 9 4
7 5 6 10 6 6 2 2 6 0
campanas 0 2 3 6 3 2 3 2 1 2
2 2 1 1 1 1 2 1 1 0
bruma (aparición 1 1 1 2 3 3 1 1 1 0
o desaparición) 2 0 0 1 1 0 2 2 0 0
luz, alba, día 1 1 1 0 0 1 0 0 0 0
TABLA 4
Principales semantemas asociados a La Cathédrale engloutie,
por los sujetos que conocían el título y la leyenda del pueblo de Ys.
Valor crítico = 5 (P = .02)
Para cada semantema: la primera línea concierne a las respuestas proporcionadas por los
sujetos que tomaron en cuenta completamente la consigna; la segunda línea concierne a los
resultados de quienes no retuvieron más que algunos aspectos de la consigna.
281
REFLEXIONES SOBRE SEMIOLOGÍA MUSICAL
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Referencias bibliográficas
ANZIEU, D., “Freud et la mythologie”, en Nouvelle revue de psychanalyse, no. I, 1970, pp. 114-45.
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LA CATHÉDRALE ENGLOUTIE DE CLAUDE DEBUSSY
PIAGET, J., Les mécanismes perceptifs, París, Presses Universitaires de France, 1962.
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Charles L. Boilès
Semiótica de la etnomusicología*
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la escala Selisir, considerada como ideal para los gending alus. Por su aspecto
más oscuro, la Tembung se adapta mejor a los gending kras que acompaña a
los personajes principales de tipo vigoroso, así como a sus principales
antagonistas; por su parte, la Baro se reserva para entradas de personajes
secundarios, como los heraldos, los oficiales, o los acompañantes de bufones.
La Lebeng se usa más tarde en el espectáculo, a veces para los gending alus, pero
fundamentalmente en las escenas de recriminación y de acción dramática.
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relaciones que conciernen a los signos que se combinan de acuerdo con las
reglas de formación y de transformación. Las reglas de formación determinan
las series o cadenas combinatorias posibles, que permiten cualquier grupo de
signos; las reglas de transformación determinan cuáles son las otras cadenas
que se pueden derivar de la serie original.
Las reglas de la armonía tonal europea constituyen uno de los
mejores ejemplos para ilustrar la sintaxis. Winograd (1969), entre otros, ha
demostrado la existencia de esta dimensión sintáctica al intentar aplicar la
lingüística al análisis, en computadora, de la armonía tonal. Para exponer
los hechos de una manera sintáctica, el orden en el que pueden presentarse
encadenamientos de acordes específicos es sometido a reglas de formación
musical, mientras que las variantes de este tipo de ordenamiento están
sujetas a reglas de transformación. En el sistema europeo, varios acordes
o combinaciones de éstos tienen el papel de signos, y su función es la de
indicar el inicio y el final de las frases, o bien de poner mayor o menor énfasis
en algunos elementos al interior de las líneas melódicas.
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histórico; ofrece una metodología que es un primer paso hacia este rincón
de la conciencia humana donde el pensamiento musical y el simbolismo
musical esperan a ser descifrados, como libros aún no leídos, aguardando
sobre el estante de una biblioteca, cerrados, pero listos para divulgar su
contenido al espíritu curioso. El desciframiento de esta historia, que sólo la
semiótica es capaz de realizar, deberá probar que es una de las aventuras más
estimulantes ofrecidas a la musicología, que trae consigo un entendimiento
más profundo de la música y, a través de ello, una mejor comprensión de las
culturas humanas.
Referencias bibliográficas
MALM, W. P., Japanese Music and Musical Instruments, Rutland, Cermont, Charles E.
Tuttle Company, 1968.
McPHEE, C., Music in Bali, Hartford, Connecticut, Yale University Press, 1966.
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Reflexiones sobre semiología musical se terminó de imprimir
en el mes de enero de 2011,
en el taller de Estampa y Artes Gráficas,
Privada de Dr. Márquez #53, Col. Doctores
Tel. 55305289
El cuidado de la edición estuvo a cargo del
Departamento de Publicaciones
de la Escuela Nacional de Música.