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bifurcaciones LTDA
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ISSN (Versión impresa):
ISSN (Versión en línea): 0718-1132
CHILE
2005
Tatiana Calderón
RESEÑA DE "CARTOGRAFÍA DE LA CIUDAD: LA CASA SUBVERSIVA EN
NACISTE PINTADA (1999)" DE CARMEN BERENGUER
Bifurcaciones, primavera, número 004
bifurcaciones LTDA
Santiago, Chile
aparece como una metonimia de la ciudad, un Roland Barthes también establece una relación
puesto de observación desde la marginalidad: dialógica entre un yo y el entorno urbano.
“No utilizo recursos metafórico, sino algo más Existe ahora una homología entre lenguaje y
bien metonímico” (Berenguer, 1999b: C12). ciudad; los dos sistemas funcionan con
Berenguer tiene una escritura condensada, unidades finitas, que constan de un
elíptica, alusiva, citacional. Palpa la ciudad en inconsciente y de una memoria. De Certeau,
forma sugestiva. “El puerto aún conserva su influenciado por Foucault (1989), ve la ciudad
estilo estival y sus movimientos aún no llegan a como un diseño panóptico. Es una imagen que
la pluma. Esos vacíos contienen el verdadero aparece también en Naciste pintada. “Al otro
relato” (Berenguer, 1999a: 74). Articula en total lado del Parque Bustamante se está
libertad los fragmentos que instaura desde construyendo el edificio más alto de Chile, es
cualquier parte. No todo es su escritura pero de la CTC. [...] Es un celular gigante que
todo es escritura. “La pregunta, no enunciada, recorta nuestra cordillera de los Andes. Este es
podría ser, ¿dónde reside hoy la literatura? el panóptico de la ciudad de Santiago de Chile”
¿Cuál podría ser su lugar de resistencia? Esta (Berenguer, 1999a: 28) Así, el celular, símbolo
primera pregunta se lee implícita en la escritura tecnológico de la comunicación perpetua, se
de este texto que habla de casas, que construye convierte en un objeto vigilante y alienante.
casas de lenguaje en las partes que lo
constituyen. La cita como operación textual Los discursos oficiales ideologizan el
marca en el texto de Berenguer el intersticio de espacio urbano. Sin embargo, el transeúnte los
una política escritural que ella ubica en el orden subvierte. De Certeau (1988) distingue tres
de los géneros sexuales y literarios, para funciones de las relaciones entre espacio y
levantar ahí un desplazamiento, un desajuste prácticas significantes: lo creíble, lo memorable
con los órdenes institucionales” (Olea, 2001: y lo primitivo. El transeúnte transgrede el
146). orden disciplinario, la enunciación de sus pasos
crea otro discurso dentro de la ciudad.
La escritura, la literatura, están en todas Berenguer es una nómade, una citadina
partes, según Berenguer, o al menos, la lectura transeúnte que subvierte y crea su propio mapa
puede ver literatura en todas partes. De manera hecho de fragmentos unidos. Perfora y provoca
que la autora, siendo productora del texto, se diseminaciones en el signo ciudad. Berenguer
define primero, como lectora y cuerpo de representa a la vez el flâneur de Baudelaire y la
almacenamiento de objetos legibles. errante en busca de su centro (Valparaíso). El
flâneur inventa la ciudad sobre la ciudad
La otra particularidad de la escritura de instituida. Deja marcas en la superficie de la
Berenguer consiste en la repetición ciudad, marca la estructura urbana como un
desenfocada de discursos. La repetición toma texto atravesado por formas alucinadas. En esa
lugar desde varias perspectivas y articula perspectiva, caminar, flâner en la ciudad a su
diversos sentidos. Permite la simultaneidad propio ritmo, es navegar metafóricamente,
pero también induce la locura, un disco rayado abriéndose a motivaciones contradictorias. Los
reproduciendo un estancamiento de la caminantes, en Naciste pintada, son a menudo
reflexión, una voluntad de protejerse de los locos proféticos que denuncian los falsos
flujos demasiado veloces de la ciudad, o una mecanismos de la sociedad, como la obrera
necesidad de ampliar los fenómenos a fin de loca travestí: “Nómade urbana, atraviesa sin
recalcarlos. miedo entre las gentes, perpetuando el
sarcasmo y ruin fracaso y húmedo y siniestro
La ciudad cosmética, la nación violentada espectro de ciudad nueva” (Berenguer, 1999a:
40).
La ciudad es un espacio habitado que va
transformando sus significados imponiendo La ciudad es un sitio en la memoria, plagada
una nueva regimentación del espacio urbano. de palimpsestos, que el pueblo no quiere leer
De Certeau (1988 y 1998) abre la posibilidad de pero que la poeta apunta. La memoria no es
la subjetividad y de la maleabilidad de la ciudad. lineal ni acumulativa, no deja de generar nuevas
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tatiana calderón
la casa subversiva en naciste pintada
producciones de sentido. Se activa en un flujo “Tú y Maradona tienen una diferencia más allá
similar al de la identidad, en los bordes de lo de las pelotas y los goles. Tú, Cóndor Rojas
adscrito. Es parte del andamiaje y del sustento chileno, naciste pintado para perder”
de lo que somos. La pérdida de la memoria (Berenguer, 1999a: 39). Alude, como lo indica
equivale a la pérdida de lo que somos. el título del fragmento, al “mito
Berenguer alude en un poema de amor a los latinoamericano en la nueva utopía del éxito (su
desaparecidos, los NN, que implementan, destino fatal; su ruindad)” (Berenguer, 1999a:
según Butler (23003), la pérdida de la pérdida: 39). Berenguer considera que el éxito y la
“Algo en algún lugar alguna vez se perdió y ya farándula son espejismos de la modernidad. Sin
no se puede contar su historia [...] Un embargo, el dicho reviste otros significados
horizonte fracturado por el cual encaminarse dentro del relato. La mención de la pintura
en una agencia espectral para la cual la total evoca también el maquillaje ostentatorio de las
recuperación es imposible. Para la cual lo prostitutas, el maquillaje de la noche, de lo
irrecuperable se convierte de manera paradójica ficticio o de lo marginal. El maquillaje es la
en la condición de una nueva agencia de herramienta del transformismo: “El rostro
carácter político” (467). Berenguer (1999a) se tiene una ausencia, por ello es la reina del
apoya en una cita de Deleuze para enfatizar el maquillaje. Cuando el rostro habla, la boca calla
mecanismo complejo de la memoria y del y así en un juego de ilusiones, la estratega lúcida
olvido: “A nosotros nos parece que nunca mueve los labios queriendo decir algo”
hubiera existido el más mínimo Goulag, si las (Berenguer, 1999a: 80). En fin, la ciudad está
víctimas hubiesen tenido el discurso que tienen también maquillada, con sus anuncios
hoy día los que lloran sobre ella” (36). El publicitarios, sus graffitis, sus paneles de
olvido de lo traumático impulsa la repetición de seguridad, etc. De noche, sus luces la
lo traumático, la memoria puede, en cierta transforman y la embellecen tal como la mujer.
medida, evitar la catástrofe. Para Berenguer La ciudad es macha pero con cobertura
(1999a), “la memoria es vieja. La memoria es femenina, la ciudad es travestí.
senil. La memoria es una muerte memorable”
(73). Marot (2003), para volver al vínculo entre La modernidad provinciana
memoria y ciudad, destaca que “la ciudad es
una estructura, espacio temporal, cuya La ciudad es, en la perspectiva de
densidad, a veces opaca a veces transparente, Berenguer, a la vez un apogeo de la
permite el viaje de la memoria, pero también el modernidad tecnológica y la ruindad de los
juego de la conciencia y de la imaginación valores nacionales e identitarios. La profunda e
retrospectiva” (32). Naciste pintada hace emerger intrínseca constitución del chilena, cuerpo y
esa dialéctica entre la ciudad memoria, la alma, se ha vendido a lo extranjero: “Esta
ciudad pulso y la ciudad fragmentada. ciudad ayer parisina, antier española, tiene
socavadamente una intención moderna de
Naciste pintada ciudad, después de la modernidad” (Berenguer,
1999a: 21). Es el reino de lo nuevo, del flujo
“Naciste pintada”, dicho popular, consta de continuo de materias efímeras: “Quiere ser
una doble connotación, positiva y negativa: alegórica en su construcción y mítica en su
encajar perfectamente en una situación, calzar, necesidad de ritual. Noble pretensión de ser
haber nacido para emprender tal tarea. Sin ciudad inventada” (Berenguer, 1999a: 22). Es
embargo, este sentido de sino, de una ciudad construida a partir de dos
predestinación, se aplica también en un sentido invasiones, la española y la norteamericana,
inverso. Berenguer se refiere, para usar el 1
pero necesita conservar una identidad, que sería
término, al futbolista chileno, el Cóndor Rojas : fundamentada en lo ritual. No obstante, no
consigue la autenticidad:
1 Se alude aquí al episodio que marcó la caída en
La casa pública: cotidiana (poeta), poética (prostituta), instituyera, casa ocupada después por la figura
inmóvil (presa) siniestra del verdugo” (Olea, 2001: 145).
Las tres casas de Naciste pintada se ubican en Vamos a concentrarnos en las dos primeras
el margen del discurso hegemónico, en la casas que dan cuenta de un movimiento
subversión de todo tipo de discurso. poético entre las dos ciudades de Berenguer:
“Berenguer ideó un tríptico con diferentes Santiago hábitat y Valparaíso creativa.
espacios: la ‘Casa Cotidiana’ –la calle-, el lugar
donde la ciudad vive su transformación; la La voz de la poeta mediadora: la casa cotidiana
‘Casa de la poesía’, un sector superior, ‘algo así
como un techo’ que también sirve de cobijo a Cuando sitúa su mirada desde su hábitat, en
la ‘Casa inmóvil’: el lugar donde se detiene la Plaza Italia, Berenguer se erige en voz
memoria” (Berenguer, 1999b: C12). mediadora, en traductora de los cambios
ocurridos. Pone a pensar la ciudad de otra
La fotografía que encabeza este texto forma. Se fija en pequeños detalles que
aparece repetida tres veces en la novela. significan mucho más de lo que parecen: “La
Representa el Instituto de Química Fisiológica Plaza Italia, símbolo mítico de las últimas
y Patológica (1950-1975) que se convirtió en manifestaciones públicas, señalaría el límite de
casa de tortura durante la dictadura (1976- nuestras fijaciones en la distancia, entre los de
1990), y se muestra diferente cada vez. La arriba, y los de abajo. Fijaron la diferencia en
primera entrega una imagen borrosa donde la nuestras heridas” (Berenguer, 1999a: 24).
casa, fantasmal, parece estar desvaneciéndose.
Puede significar la pérdida de la memoria o la Hace aquí una crítica vigente al terrible
voluntad de olvido. Justamente en esta sección, clasismo social en Chile . Se ubica Berenguer
Berenguer describe una ciudad descontrolada en el nosotros pero ella está en el límite justo,
por el consumo rápido, por el bienestar su postura es diferente. No pertenece ni a los
económico pero sin implantación de valores de arriba ni a los de abajo. Es la voz marginal,
duraderos. El segundo tiraje es el negativo de la interpretativa de la artista, encargada, al igual
foto, donde se destacan las puras líneas blancas que los locos, de denunciar o tratar de enunciar
del objeto. Podría ser la noche que encubre los una verdad. Los locos proféticos aparecen, de
recuerdos sirviéndose de ellos para la creación. hecho, en su observación y toman varias
Podría ser también la otra historia, la de la formas. Vimos que la locura atraviesa
mujer latinoamericana oprimida desde 1492 instituciones masculinas como , por ejemplo, la
hasta 1992. Brenda, esta mujer inventada, la loca obrera travestí, una mujer que se viste de
encarna y le otorga una voz creadora. Por fín, hombre y que desempeña un oficio de hombre.
la tercera fotografía, la más obvia ya que está Otra institución destituida es la policía. Más
indicada su referencia, aparece como real y adelante en el texto, el discurso del orden está
tangible. Representa la casa inmóvil y la casa desviado por una ex-mujer policía.
actual también, que se erige como una sombra
sobre la mala memoria chilena. Indica el La ciudad de Berenguer es también la
desplazamiento del progreso hacia la barbarie, ciudad de su infancia y hace un recorrido que
desde la búsqueda científica a favor del hombre apunta a la denunciación: “Esta ciudad ha
hasta la desarticulación, mediante la tortura, del construido la paranoia haciendo sus listas
cuerpo y alma del ser humano. Las mujeres que negras a los que visten de negro [...] He
están presas son víctimas de una doble barbarie reconstruido mi viaje entre la ciudad donde fui
por estar encerradas, y minoritarias, entremedio concebida, Valparaíso, y mi ciudad de Santiago
de hombres libidinosos. Es la casa de la . Entre ellas recorrí mi infancia, en torno a sus
infamia, sin vuelta atrás : “Luego del fin y caída plazas, mi viaje literario tiene un especial
de la casa de tortura, operando el callejeo primario en el cité frente a la Plaza
desplazamiento de la casa patriarcal y fin de la Artesanos, construcción imitativa francesa,
figura del patriarca para ser reemplazada por el cerca de la estación Mapocho donde se
dictador en la casa vaciada del orden que él estrechaba el camino con Valparaíso, hoy
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tatiana calderón
la casa subversiva en naciste pintada
estos fragmentos con los titulares de La Cuarta En Naciste pintada tenemos dos discursos de
evocan una creación popular. Berenguer se la mujer: uno es poético y el otro coloquial.
interesa a la racionalización que hacen las Tanto la ciudad como el yo (la mujer poeta)
prostitutas de su cuerpo. Cuando una dice “yo son cartografías significantes, insertas en
creo que no hay esclavitud, porque sería la diversas relaciones de poder. Berenguer vive y
mismo decir que la esposa es la esclava sexual se sirve de lo proveído por la posmodernidad
del marido, porque cuando ella no quiere tener para construir una hiperrealidad, una
relaciones y éste la obliga, porque si no no le da simultaneidad de espacios: “Interrogando su
para la comida, esa sí que es una esclavitud” propia ‘incapacidad de narrar' la escritura de
(Berenguer, 1999a: 179), invierte el rol de la Berenguer cede, entrega, otorga palabra, al
mujer y consta de una lucidez que pone a la luz recado como testimonio, al fragmento
su verdadera condición, anclada en prácticas testimonial como relatoría de la historia, a la
milenarias. La prostituta es callejera, nómade, o crónica roja como soporte cultural de
se integra en el burdel, el sauna, en la casa desorganización de la autoridad poética. [...]
pública de una mujer pública. La pérdida del Berenguer una vez más elige el roce urbano y el
carácter privado subvierte el imaginario de la ritmo callejero, la narración de la ausencia de
casa y deja entrar los cambios sociales. La casa narración, de las polifonías carnavalescas de las
pública es el lugar de conversación de los mujeres, de la desjerarquización de los cuerpos
hombres públicos. de lenguaje” (Olea, 2001: 147).