BLOQUE
1 Describes las ideologías que formaron a México como Estado-Nación
1.1 Contexto histórico en el
que surge México como país
independiente en los aspectos
políticos, económicos y sociales
El 27 de septiembre de 1821, la Nueva España se convirtió en un
país independiente, y contrario a todo lo que se deseaba —gobier-
no popular, rápido crecimiento económico, igualdad social, rege-
neración cultural y grandeza nacional— se inició una larga lucha
por el poder, donde dos ideologías trataron de imponer sus pro-
yectos políticos.1 Además, el movimiento benefició únicamente a
las elites que habían apoyado a Agustín de Iturbide en su aventura:
españoles absolutistas, criollos conservadores, el Alto Clero y casi
todos los jefes y oficiales del antiguo ejército realista.2
1.2 Diferentes ideologías
del siglo XIX
Luego de los actos de celebración que se realizaron con motivo de
la independencia; se empezó a discutir cuál sería la forma de go-
bierno que el país tendría; entonces, los diferentes actores políticos
se congregaron en dos principales grupos ideológicos:
Conservadores
Los conservadores eran los grupos políticos que representaban los
intereses de las clases altas, el ejército y la iglesia. Buscaban el de-
sarrollo del país sin que se afectaran sus fueros y privilegios, y que
el catolicismo se mantuviera como religión oficial. Creían que se
podía transitar hacia el capitalismo respetando los privilegios del
viejo orden, por una vía semejante a la inglesa o prusiana, esto es,
mediante la alianza de la aristocracia con la burguesía, estratos so-
ciales en los que deberían subordinarse los intereses regionales y
A
las demandas populares, para lo cual se requería de un Estado fuer-
te y autoritario, así como el fortalecimiento ideológico de la Iglesia.
2HH FDEP
Consideraban que la forma de gobierno debía ser la monarquía o
un imperio que estuviese en manos de un príncipe europeo que
PF
inaugurara la casa reinante mexicana. Mostraron su deseo de imitar
5AFP F H
a los grandes reinos europeos. En su mayoría criollos y españoles
que pertenecían a la aristocracia, elite eclesiástica y militar; además
) 7Q
eran terratenientes, magistrados y miembros del gobierno. Fueron
los que se mostraron a favor de que Fernando VII gobernara Méxi-
co (borbonistas), los que finalmente apoyaron a Agustín de Iturbi-
FDEP
de para que se coronara emperador (imperialistas) y los que junto
3
1 3
Martínez, 2003, p. 55.
2 4
Jiménez, 1963, p. 402.
J E 5 FJ 6 J F : F P H 8F P F A F A 7 Q 5AFP F H
EPP / ? G JP H MQ P I HF? QH A P FH PF J1A 940( - -
3
6
P A C I QH J . , ,/ /((
a los liberales moderados organizaron la Logia Escocesa y después
en el Partido del Orden. También se les llamó centralistas y durante
la intervención francesa declararon su simpatía por el imperio de
Maximiliano. 3
Liberales
Los grupos políticos contrarios a los conservadores recibieron
el nombre de liberales. Eran seguidores del modelo republicano,
gobierno que se estableció en Estados Unidos, creían que dicha
forma de gobierno iba de la mano con los ideales de La Ilustra-
ción, que buscaba el progreso de las naciones. Para aplicar sus ideas
políticas, como ya vimos, se dividieron en dos bandos: los modera-
dos, los cuales se agruparon en la logia escocesa y los radicales, que a
su vez fundaron la logia Yorkina y el Partido del Progreso, que luego
se llamó Partido Liberal.4
En efecto, los liberales formaron grupos secretos llamados logias
masónicas, asociaciones de carácter político que recibieron la in-
fluencia de las corrientes de pensamiento que circulaban en Eu-
ropa a principios del siglo xix, que discutían la conveniencia de
volver al absolutismo o crear gobiernos democráticos basados en
la soberanía popular. Fueron las primeras organizaciones políticas
que se consolidaron en el México independiente, las cuales te pre-
sentamos a continuación.
Liberales moderados (Logia escocesa)
La Logia de Rito Escocés o Escocesa se fundó en México en 1813 en
oposición a los cambios que permitía la Constitución de Cádiz.
Originalmente estuvo conformada por liberales moderados y a
ella pertenecieron Nicolás Bravo, Miguel Barragán, Carlos María
de Bustamante y Manuel Mier y Terán. Con el paso del tiempo, se
integró una buena cantidad de oficiales españoles. En 1821, luego
de la consumación de la independencia, ingresaron varios conser-
vadores, es decir, miembros de la antigua aristocracia colonial, el
alto clero, criollos de ideas conservadoras y representantes de la na-
ciente burguesía, como Lucas Alamán, quien admiraba a Inglaterra,
donde capitalistas y terratenientes, con el apoyo de la monarquía y
la Iglesia habían conciliado sus intereses para lograr el desarrollo
de ese país.
La logia escocesa tenía su sostén teórico en los ideales de las obras
de Jeremy Benthan y en las de economistas españoles como el
Conde de Campomanes, Gaspar Melchor de Jovellanos y el reli-
gioso Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro. Como asociación, el
rito escocés estaba abierto a cualquier cambio que no amenazara
la posición social de sus miembros, ya que en su mayoría eran aris-
Ibidem, p. 61.
Gallo, 1998, p. 184.
PF ) =Q P 5? G 3 JP H

tócratas. Para los masones escoceses, la idea de una República era
aceptable, pero tenían una concepción elitista: debía ser ordenada,
centralizada, y no tenía por qué representar ninguna amenaza para
la división de la sociedad en estamentos tal como existía. 5
Los miembros del rito escocés eran seguidores del centralismo.
Para divulgar sus ideas crearon en 1823, el periódico El Sol. Más
adelante, organizaron el Partido del Orden, que estuvo conformado
por representantes del clero, milicia, aristocracia y terratenientes,
que se llamaban a sí mismos gente decente o de bien. En contraposi-
ción dieron el nombre de anarquistas o canalla a los que no simpa-
tizaban con ellos.
Liberales radicales (Logia yorkina)
Los liberales radicales en cambio, pretendían superar las contradic-
ciones políticas del Antiguo Régimen. Defendían el sistema federal,
la libertad de expresión, la división de poderes (Ejecutivo, Legisla-
tivo y Judicial), la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición de
los fueros y privilegios de las clases altas, el desarrollo de la econo-
mía capitalista, la eliminación del latifundismo, libertad de cultos y
despojar a la Iglesia del control de la educación.
En 1825, los políticos de ideas liberales más radicales que apoya-
ban el federalismo, se agruparon en la Logia del Rito de York o Yor-
kina ante la necesidad de crear una asociación que enarbolara sus
ideas. Participaban políticos de provincia, burócratas, rancheros,
artesanos, intelectuales y profesionistas de clase media. Eran en-
cabezados por Vicente Guerrero y sus miembros más destacados
fueron Miguel Ramos Arispe, Guadalupe Victoria y Lorenzo de
Zavala.
Los yorkinos consideraban como primer objetivo la defensa de la
independencia de México contra la amenaza española, externa e
interna. Tenían la idea de que la logia escocesa era ambivalente en
cuanto a la cuestión de soberanía, por eso no eran de confiar para
la protección de la nación contra los que llamaban “lacayos de Fer-
A
nando” y aunque el partido de rito escocés estuvo encabezado por
Nicolás Bravo; su indulgencia durante las guerras de independen-
2HH FDEP
cia con los prisioneros españoles fue esgrimida en su contra por los
yorkinos hasta sus últimas consecuencias.
PF
Los miembros de esta logia se atribuyeron el papel de defensores
5AFP F H
de la Constitución de 1824. Debido a que los escoceses creían en
la necesidad de contar con un gobierno centralizado que mantu-
viera la unidad nacional, exigieron que el Congreso federal tuviera
) 7Q
la atribución de declarar anticonstitucionales y abolir las leyes de
los Estados que no convinieran a sus intereses, idea que los yorki-
FDEP
nos no aprobaron. Las discusiones sobre este asunto dividieron al
3
5 7
Sims, op. cit., p. 20.
J E 5 FJ 6 J F : F P H 8F P F A F A 7 Q 5AFP F H PF
EPP / ? G JP H MQ P I HF? QH A P FH PF J1A 940( - -
3 P A C I QH J . , ,/ /((
Grupo Editorial Patria®
Congreso, ya que la Constitución otorgó a este organismo y no a
las autoridades judiciales, dicha competencia.
La logía yorkina favoreció la creación de milicias estatales y locales,
aparentemente para la defensa de los derechos regionales si el go-
bierno federal trataba de violarlos. Por este motivo, su prestigio cre-
ció, demostrando su popularidad entre las clases altas locales, que
deseaban proteger su patrimonio. Para ellos la base legal y consti-
tucional de la nación, residía primeramente en las constituciones
estatales y en las leyes promulgadas por las legislaturas locales, lue-
go en el Acta Constitutiva, la Constitución de 1824 y finalmente,
en las leyes expedidas por el Congreso de la Unión. La ciudadanía
correspondía a los estados y por ende, las garantías constituciona-
les debían emanar de éstos y no del gobierno federal, cuya función
era simplemente la de hacer cumplir la voluntad de las entidades
federativas.6
Como sus adversarios, los yorkinos difundieron sus ideas a través
del periódico El Águila Mexicana y con el paso del tiempo empeza-
ron a ser conocidos como federalistas, luego se denominaron libe-
rales y se agruparon en el Partido del Progreso, que posteriormente
cambió a Partido Liberal.
La logia yorkina recibió el apoyo Joel Poinsett, ministro plenipo-
tenciario de Estados Unidos que intervino para que los grupos
políticos de Nueva York y Filadelfia reconocieran a sus similares
mexicanos. El norteamericano fue miembro activo y con derecho
a voto de La Federación, Real Logia Número Cuatro de la Ciudad
de México. Poinsett consideraba que su misión en el país reque-
ría de una participación activa en los partidos políticos de aquella
época, con el fin de neutralizar la influencia del agente británico,
H.G. Ward, quien a su vez apoyaba a la logia escocesa, aunque no
perteneciera a ella.
Como resultado de su relación con los yorkinos, Poinsett estuvo
enterado de varios de los secretos políticos que Ward, al igual que
muchos políticos mexicanos, ignoraba. Su influencia hizo posible
que la Logia Yorkina se consolidara como la agrupación política
más importante del país. Poinsett asumió el papel de autoridad. El
poder que llegó a tener fue suficiente para ocasionar que en solo
nueve semanas de estancia en México contribuyera al derroca-
miento de Iturbide y sentara las bases de la futura independencia
de Texas, además de que aceleró la discordia ideológica de los gru-
pos políticos, incluso entre los yorquinos, que se dividieron entre
moderados y radicales, lo que agudizó la crisis social que padeció
el país durante el siglo xix.7
6
Ibidem, p. 22.
Benítez, 1994, p. 50.
) =Q P 5? G 3 JP H
7