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CELEBRACIÓN PENITENCIAL
Monición:
En estos días de encuentro más íntimo con Dios, queremos celebrar la fiesta del perdón. El
amor de Dios sale a buscarnos y nos invita a la alegría: Su perdón nos devuelve la alegría.
Pero nosotros, a menudo, merodeamos buscando alegrías efímeras y nos cuesta aceptar
que necesitamos cambiar, que hay otro modo de vivir más satisfactorio y feliz. Quizás hoy
mismo, nos falte valor, atrevimiento. Por eso, hermano , sintiendo el inmenso amor de un
Dios que sale a nuestro encuentro, “atrévete a cambiar” y celebra con gozo el abrazo del
Padre, festeja y goza los pequeños frutos y descubrirás que Dios cuenta contigo para
involucrarte en su misión de llenar el mundo del Evangelio de la alegría.
Canto de entrada
1. RITOS INICIALES
Saludo del Presidente: La gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre, que nos invita a
la conversión, y de Jesucristo, nuestro Salvador, a quien queremos seguir con fidelidad,
estén con ustedes.
Oremos
Todos: Amén.
2. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición:
Jesús nos invita a vivir unidos a él: es la única manera de dar fruto y de ser felices. El
pecado rompe esta unión. Aclamemos la Palabra.
—Yo soy la vid verdadera y mi Padre el viñador. Él corta todos los sarmientos
que no dan fruto en mí, y limpia los que dan fruto para que den más.
Ustedes están ya limpios por la palabra que les he dicho. Sigan unidos a mí,
que yo lo seguiré estando con ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí
mismo si no está unido a la vid, así tampoco ustedes si no están unidos a mí.
Respuesta cantada:
Homilía
«Durante nueve años -desde los diecinueve a los veintiocho- fui a la vez seducido y
seductor, engañado y engañador (...). Me comportaba como un soberbio en mi
actividad y como un supersticioso en lo religioso, y siempre como un hombre vacío
(...). Perseguía la popularidad, los aplausos en el teatro, el éxito en los certámenes
poéticos, la rivalidad por alcanzar una corona de heno, el montaje de espectáculos y
el desenfreno de la concupiscencia (...).
Al volver y pasar por una de las calles de Milán, me fijé en un pobre mendigo que,
despreocupado de todo -eso me pareció-, reía feliz. Yo entonces interiormente lloré.
Me acompañaban unos amigos y les dije que era nuestra ambición la que nos hacía
sufrir y nos torturaba, porque todos nuestros esfuerzos, como ese deseo de triunfar
que me atormentaba, no hacía más que aumentar la pesada carga de nuestra
infidelidad. Que era nuestra sensualidad la que nos hacía arrastrar esa pesada carga
de amargura».
Monición
Presidente:
Pidamos a Dios misericordioso que purifique los corazones de quienes nos confesamos
pecadores y pedimos el perdón de nuestras culpas y debilidades.
Lector:
Presidente:
Con las palabras que Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros
pecados y nos libre de todo mal: PADRE NUESTRO…
Presidente:
4. ACCIÓN DE GRACIAS
Monición:
Concluimos cantando como acción de gracias por las maravillas que Dios hace en
nosotros y su continua misericordia, la oración de Maria, el Magnificat:
Presidente: Oremos
5. BENDICIÓN
Canto final