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LOS AMIGOS EN LA COMEDIA ROMANA

Lupus est horno homini, non horno quom qualis sit non nouit.
( P l . Asin. 495)
A lo largo de un amplio diálogo, el mercader de Asinaria se niega a
entregar su dinero al esclavo Leónidas; casi vencida ya su resistencia, ex-
pone las razones de su desconfianza: Leónidas es para él un desconoci-
do. Vierte entonces el verso sentencioso, cuya primera parte tantos creen
inventada por la filosofía moderna: lupus est homo homini...
La otra cara de la sentencia está expresada por Terencio en la forma:
solus est homo amicus amico (Phorm. 561) 1, coincidente con Apolodo-
ro, como señala Donato: ~ Ó V O CE n i m a ~ a(p~h&Tv
~ ~ o t q(pihouq, aunque
el paralelo no es del todo exacto.
Es mi propósito exponer aquí brevemente los rasgos que caracterizan
la relación humana de amistad, tal y como la presentan los comediógra-
fos romanos.

1. Los pasajes de la palliata en los que se hace alguna referencia al


trato entre amigos son relativamente abundantes; la aproximación a
ellos descubre, en primer término, una coincidencia bastante generaliza-
da entre los rasgos característicos que al amicus atribuye Plauto y los
correspondientes en las piezas de Terencio. La posibilidad de indagación
que abren estos pasajes, y la semejanza de pensamiento que traslucen,
llevan a plantearse cuál es la filosofía latente en ellos. No es ésta una
pregunta por los modelos, ni un nuevo intento de separar lo que parece
inseparable en la obra de los comediógrafos romanos, sino una descrip-
ción de los aspectos más sobresalientes de la palliata en lo que se refiere
a la amistad, con el objetivo de detectar, en lo que sea posible, su rela-
ción con los conceptos fijados ya en Aristóteles en la Ética a Nicómaco,
cuyo influjo en Eurípides y en la Comedia Nueva parece innegable: «lo
que transmite la palliata -ha escrito Grimal- es la ética y más ge-

1 Amicus amico E y Donato, pero vid. F. LEO,Plautinische Forschungen, Berlín,


1912 (repr. Darmstadt, 1966), p. 260 n. 4; defiende Leo en este lugar la lectura eo ego ut
quae mandata amicus amicis tradam (Merc. 385); con este motivo, estudia los lugares
plautinos en que se encuentra la expresión amicus amico y da paralelos en la tradición lite-
raria y epigráfica.
174 CARMEN CASTILLO

neralmente la paideia de inspiración peripatética, el ideal moral y huma-


no de Menandro~2.
Destaca el estudioso francés la importancia de la palliata en el proce-
so de transmisión a Roma de las modas de pensamiento extendidas en
Atenas desde finales del siglo IV, atmósfera que ha sido ampliamente es-
tudiada a propósito de Eurípides, considerado en ciertos aspectos como
padre de la Comedia Nueva; e insinúa que hay en Plauto un mensaje fi-
losófico más variadobyprofundo de lo que se suele pensar 3.

2. El tipo de amistad que se presenta en las Comedias corresponde


por lo general al primero y más bajo de los descritos por Aristóteles: oi
pEv 6ia TO ~pfioipov(~I~OUVTEC, la amistad de conveniencia, que se da
-dice el filósofo- preferentemente entre los de avanzada edad, pero
también entre los jóvenes: el afecto está basado en los beneficios que se
espera alcanzar del otro. Aristóteles incluye en esta forma de cpihia la
que va unida a los lazos familiares y de hospitalidad 4. Patronus, adfr-
nis, cognatus, hospes y familiaris, son términos que en Plauto se presen-
tan asociados al de amicus
La asociación con familiaris (Trin. 89): Haben tu amicum aut farni-
liarem quemquam quoi pectus sapiat? denota el trato frecuente, rasgo
también señalado por Aristóteles, al tiempo que abre la relación al terre-
no más amplio de los simples conocidos o próximos 6; aunque también
hay casos en que el amigo se convierte ya en algo similar a un hermano:
Nunc tu mihi amicus es in germanum modum (Cas. 615).
En correspondencia con esta noción del amigo como protector, fami-
liar o próximo, encontramos en Terencio las enumeraciones amicum tu-
torem patrem (Andr. 295), cliens amicus hospes (Ad. 529) o bien las
asociaciones pater-amicus (Andr. 970), noti atque amici (Eun. 238),
entre otras 7.

3. Otro tópico aristotélico es el de la amistad entre iguales. La


igualdad la encontramos en las comedias referida más que a los rasgos

2 P. GRIMAL, «Le théstre a Rome», ap. Actes du IX Congrks de I'Association Budé,


París, 1973 (publ. 1975), vol. 1, p. 299.
3 P. GRIMAL,I.c. alude a su análisis del Trinummus presentado al 111 Congreso del
Drama Antico, Suacusa, 1969.
4 Arist. Eth. 1156a.
5 Cf. Asin. 757, Bacch. 380-81, Trin. 702, Mil. 670.
6 Cf. amicus atque notus (Ps. 127), amicus et uicinus proxumus (Merc. 475).
7 Cf. Habeo hic neminem neque amicum neque cognatum... cupio aliquos parere
amicos beneficio meo (Eun. 148 SS.); tum autem ex amicis inimici ut sint nobis adfines fa-
cis (Hec. 2 1 1).
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de carácter o costumbres, a la edad y a la condición social: adolescentes


amigos de adolescentes, ancianos de ancianos, esclavos de esclavos.
Para referirse a amigos de la misma edad -la E ~ a i p t xcpihia
~ de
Aristóteles- emplea Plauto los términos aequalis y sodalis; a este res-
pecto, Leo llegó a pensar en un trasunto de los ouvÉcpqSoi, destacando
el hecho de que la asociación de amicus, con aequalis o sodalis se en-
cuentra en Mercator, Trinurnmus y Epidicus, piezas que según su autori-
zada opinión dependen de originales de Filemón; lo que le lleva a
concluir que se trata de un rasgo presente ya en el modelo 8.
Aunque no se descarte esta posibilidad, conviene sin embargo tener
en cuenta que la ouvscpqBia es una realidad bien documentada en el
mundo helenístico hasta el siglo 1 del Imperio 9, y que Plauto no aplica
estos términos sólo a jóvenes: como amicus atque aequalis saluda el
viejo Calicles a Megarónides en el mismo Trinummus (v. 48), y Cleós-
trata en Casina (v. 581) llama a un amigo de su marido sodalis tuus. Pa-
ralelamente, aequalis se refiere en Terencio tanto al ámbito de los an-
cianos como al de los jóvenes lo.
La igualdad referida a la condición social está presente en el término
popularis empleado por Terencio en boca del esclavo Davo, aludiendo a
su compañero Geta: arnicus surnrnus rneus et popularis (Phorm. 3 9 , pa-
saje que Donato comenta así: 'popularis' a fortuna: eiusdem condicionis
gregisque.
4 . Is, est amicus qui in re dubia re iuvat (Epid. 113). La buena dis-
posición -&6voia- hacia el amigo 11 se manifiesta en los favores que se
le hacen y en hablar bien de él: bene velle, bene facere, bene dicere son
las obligaciones del amigo hacia el amigo, condensadas por Calicles en
el desenlace de Trinummus, comedia en la que la lealtad al amigo cons-
tituye, si no el asunto, sí el tema de fondo, que aflora a lo largo de toda
la acción. La lealtad se plantea como exigencia en un doble plano: a)
entre los ancianos: Megarónides, Calicles y Cármides y b) entre los jóve-
nes: Lisíteles y Lesbonico.

8 Vid. F . LEO, o.c., pp. 128 SS., donde cita Merc. 612, Trin. 326 y Epid. 102. La
atribución del original de Epidicus a Filemón no es segura: ERNOUT, en la introducción a
su edición de la col. Budé, t. 111, París, 1961, p. 114, propone con duda el i'&opyó< de
Menandro. Excluye Leo el par de Pseudolus, porque Charinus es extranjero, y alude de
pasada a Bacch. 475: nam illi amico et beneuolenti suo...
9 Vid. POLAND, RE IV A', 1932, col. 1357-1361.
lo Cf. Ad. 465: aequalem llama Hegión a su antiguo Símulo; Don. ad l.:
«aequalem». aequauom, bp7jhtxa. Heaut. 417: se refiere a hijos de la misma edad.
11 Beneuolus/beneuolens se encuentra reiterademente en Plauto: cf. Bacch. 475, Cas.
435, Cist. 640, Merc. 887, Ps. 699, Trin. 1177. En Most. 195 se encuentra idéntica aso-
ciación, pero aquí se refiere al amante.
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En el plano de los ancianos, las exigencias de la amistad se presentan


en forma de máximas: así son las respuestas de Cármides al sicofanta: Te
potius bene dicere aequomst homini amico quam male (v. 924), Ne male
loquere apsenti amico (v. 926); al deber de desear el bien del amigo se
une el de hablar bien de él en su ausencia; la obligación de prestar ayu-
da aparece como un deber ineludible: Si quid amicum ergo bene feci aut
consului fideliter / non uideor meruisse laudem, culpam caruisse ar-
bitror (w. 128-29); es una sentencia de Calicles, al final de la pieza, de
acuerdo con su actuación desde el comienzo: no hay más que recordar
los versos en los que aclara que la compra de la casa, que aparece ante
los ojos de todos como una manifestación de avaricia, está motivada
exclusivamente por el deseo de conservar intacto el tesoro que le había
confiado su amigo Cármides. Deshace así el entuerto que había provoca-
do la reprensión de su otro amigo, el anciano Megarónides.
El deber de reprender es una manifestación de la amistad aceptada y
pregonada por los ancianos; forma parte del bene facere. Megarónides
lo proclama en monólogo:
Amicum castigare ob meritam noxiam
inmoene est facinus, uerum in aetate utile
et conducibile. Nam ego amicum hodie meum
concastigabo pro commerita noxia... (VV. 23 SS.)
Calicles, por su parte, participa de la misma filosofía:
Si quid scis me fecisse inscite atque improbe
Si id non me accusas, tu te ipse obiurgandus es (w.
94-96).

5. No son precisamente las virtudes la base de la amistad entre los


jóvenes Lisíteles y Lesbonico. Este último no es un dechado, cosa que
Filtón echa en cara a su hijo Lisíteles, que quiere cumplir con su deber
de amigo, favoreciendo a Lesbonico. Se expresa el joven en un tono tan
sentencioso como el de los ancianos, en respuesta al reproche de su
padre: ...bene si amico feceris / ne pigeat fecisse, ut potius, pudeat, si
non feceris (w. 347 s.).
La ayuda de Lisíteles es reconocida por el esclavo, que en el acos-
tumbrado lenguaje -la aventura amorosa es un combate- dice a su
amo: Satin tu's sanus mentis... / qui condicionem hanc repudias? Nam
illum tibi ferentarium 12 esse amicum inuentum intellego (VV.454 SS.).

12 Ferentarius amicus, cf. Paul. Diac., ap. Fest. Epit. p. 369 M : Cato eos ferentarios
dixit, qui tela ac potiones militibus proeliantibus ministrabant, encaja bien en el modo
plautino de traducir la trama amorosa en términos guerreros; relacionado con el botín de
guerra está el hapax: manubiarius amicus (Truc. 880).
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Sin embargo, Lesbonico tiene un peculiar concepto del bene facere: lo


que su amigo hace no es recibido como beneficio, porque contraría su
voluntad; hacer el bien, es hacer lo que el amigo quiere: Nullum benef-
cium esse duco id quoi facias non placet (v. 368); postura ésta que no
encuentra apoyo en la ética aristotélica.

6. La óptica del esclavo tiene como punto de mira el interés. Esta


visión se concentra en los versos finales de la Comedia, en un monólogo
en el que se establecen 'principios generales'. El esclavo pone sobre avi-
so de que hay al menos un favor que no se debe hacer al amigo, si es
que se le quiere conservar: prestarle dinero. Si cui mutuum quid
dederis... (VV.1052 SS.);con lo que se pone de manifiesto la fragilidad
de algunas amistades, las ínfimas, basadas exclusivamente en el pro-
vecho.
Idéntica opinión -el dinero prestado es dinero perdido- manifiesta
en Asinaria el esclavo Leónidas: Si uelis ?da7 commoda amicum (Asin.
445). Pero lo que aparentemente no es más que la visión propia del
mundillo en que se mueve el esclavo, resulta ser también filosofía común
entre los venerables ancianos. Véase el elocuente diálogo entre Calicles y
Megarónides:
CA. A b amico alicunde mutuum argentum rogem.
ME. Potin est ab amico exorari?
CA. Potest.
(ME) Gerrae! ne tu illud uerbum actutum inueneris:
'Mihi quidem hercle non est quod dem mutuom'
CA. Malim hercle ut uerum dicas quam ut des mutuum!
(Trin. 758 SS.)

El tópico del interés como base de la amistad está principalmente de-


sarrollado por el anciano en Stichus: Vt cuique homini res paratast, pe-
rinde amicis utitur. / Si res firma, item firmi amici sunt. / Si laxa res la-
bat, itidem amici contabescunt. Res arnicos / inuenit (w. 520 SS.).
La misma idea, condensada en forma de vieja sentencia, es recitada
por Fronesion, la cortesana de Truculentus: Verum < uetus > est uerbum
quod rnemoratur: ubi amici ibidem opes (v. 885).
El único contrapunto a esta 'communis opinio' son las palabras de la
joven hija del parásito Saturión, que dice, aludiendo a los asuntos de su
padre: Nam etsi res sunt fractae, amici sunt tamen (Pers. 655), hecho
que contradice a la sabiduría popular y que quizá deba achacarse a la
inexperiencia de la joven.
Terencio insiste menos en este tópico: sólo se encuentran referencias
en Formión, orientadas en el sentido de la dificultad que representa re-
178 CARMEN CASTILLO

cuperar el dinero prestado o simplemente conseguir el prometido. Hay


una divertida caricatura de estas excusas en boca del esclavo Geta (VV.
705 SS.).
Por otra parte, Terencio va más allá que Plauto en la expresión del
escepticismo sobre las amistades. No hay en la Palliata ninguna frase
tan dura en este sentido como la del anciano Simón: Namque hoc tem-
pore / obsequium amicos, ueritas odiurn parit (Andr. 67-68); sentencia
de la que Cicerón se hará luego amplio eco; a sapientibus irnprobata se-
gún dice Donato, cuya presentación se puede permitir sólo en el teatro.

7. En un monólogo del Epidicus, Perífanes, viejo rico, canta las


alabanzas a los servicios prestados por el amigo: Nihil homost opportu-
no amicius. / Sine tuo labore quod uelis actumst tamen (VV.425-26); si
llega a encargarle el asunto a otro menos enterado y menos hábil ... Tor-
pe y lento en realizar su encargo le parece, en cambio, a Agorástocles,
amante impaciente, el amigo a quien ha llamado como testigo; cuando
éste toma la palabra, responde agriamente: Si properas, cursores meliust
aduocatos ducere (Poen. 546). La conversación deriva hacia una auténti-
ca disputa, hasta tal punto airada, que Agorástocles se ve obligado a
suavizar la situación diciendo que hablaba en broma, lo que provoca un
reproche del aduocatus: Nec tuum quidem est arnicis per iocum iniuste
loqui (Poen. 573).
Injurias, reticencias, reproches, son azares que sólo ocurren cuando
la amistad no es de buena ley 13. A este propósito, es significativo el fa-
moso discurso sobre los falsos amigos en Bacchides (537 SS.),pasaje pri-
vilegiado por lo que hace a la posibilidad de comparación con el mode-
lo. Del cotejo se desprende la independencia de Plauto respecto a Me-
nandro en la elaboración del alegato cuya peculiaridad escénica ha sido
puesta de relieve por Poschl 14. Pistoclero describe esa mala ralea de gen-
tes a quienes se tiene por amigos y se comportan engañosamente: falsos,
incapaces de una buena acción, envidiosos del éxito de otros ... es el re-
verso de la chota. A su descripción añade Mnesíloco una apostilla mo-
ralizante: acaban pagando su culpa, porque nadie los quiere como ami-
gos; sólo tienen enemigos 15.
Los amigos fallan especialmente cuando se trata de prestar dinero:
situación que se corresponde con la filosofía a la que aludíamos más

13 Cf. Arist. Eth. 1156a y 1 1 6 2 ~ .


14 V. POSCHL, «Les nouveaux papyri de Ménandre et l'originalité de Plaute», ap. Ac-
tes du ZX Congr6s de I'Association Budé, París, 1973 (publ. 1975), vol. 1, pp. 306-321.
15 La antítesis amicus/inimicusocurre en bastantes pasajes plautinos; cf. Cas. 515, Trin.
93, 1052, Capt. 773, Bacch. 618, Poen. 1090, Ps. 880. En Terencio: Hec. 211 y 766 s.
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arriba: prestar es perder el dinero, el amigo, o ambas cosas. En Curculio


se presenta una variante de esta situación: Fédromo ha encomendado a
Curculión que visite a un amigo suyo en Caria para solicitar de él ayuda
económica; Curculión está de regreso:
...uideo tuom sodalem, argenti rogo ut faciat copiam
scires uelle gratiam tuam; noluit frustrarier
ut decet uelle hominem amicum amico atque opitularier
Respondit mihi paucis uerbis atque adeo fideliter
quod tibi est item sibi esse, magnam argenti inopiam (w. 330-34)
Se encuentran aquí resumidas todas las obligaciones del amigo: la be-
nevolencia, la ausencia de engaño, la disposición de ayuda, la fidelidad,
y una alusión a la xotvcovia 16; pero todas estas protestas de lealtad están
utilizadas en función irónica: la verdad lisa y llana es que el solicitado
está tan identificado con el solicitante, que está, como él, sin dinero. En
su relato, Curculión emplea todos los tópicos del amigo fiel, para anun-
ciar que ha negado su ayuda.
Un ejemplo similar lo proporciona en Epidicus el joven que pide
hechos además de palabras: ...nam quid te igitur retulit / beneficum esse
oratione, si ad rem awcilium emortuum est? (VV.1 16-17). Ante la excusa
de Queribulo, que se confiesa lleno de deudas, responde con palabras
que son más una maldición que una queja: Malim istiusmodi mihi ami-
cos furno mersos quam foro (v. 119).
8. El foro es, en efecto, el lugar de encuentro donde se acude a sa-
ludar a los amigos y a darles los encargos 17. El encargo se expresa me-
diante el giro operam dare 18, y en algunos casos, con connotación paró-
dica, imperare '9; los servicios prestados se entienden como rem manda-
tam gerere, o bien inseruire 20. Dos son las tareas que hábilmente se en-
comiendan a los amigos: la de servir de testigos 21 y la de dar consejo.

16 Respecto a la ausencia de engaño, cf. Poen. 1090: Potin tu fieri subdolus? / Inimi-
co possum, amico insipientiast. Para el tema de la xoivovia vid. infra, apartado 9.
17 Cf. en Plauto: deos atque amicos iit salutatum ad forum (Bacch. 347), in foro ope-
ram amicis da (Trin. 651); en Terencio: amicus quidam me a foro abduxit modo / huc
aduocatum sibi (Ad. 645-46).
18 Cf. en Plauto: Trin. 651, Poen. 512; en Terencio: Heaut. 910 y el desideratum de
Siro: Quam uellem etiam noctu amicis operam mos esset dari! (Ad. 532).
19 Cf. imperare oportet (Pers. 19).
20 Cf. en Plauto: Ztane oportet rern mandatam gerere amici sedulo? (Bacch. 447) y
Merc. 385 (supra, n. 1); en Terencio: item ut filium meum amico atque aequali suo uideo
inseruire (Heaut. 41 7-18).
21 Vid. la escena de Poenulus (504-575), comentada supra, y Ad. 645. En el comenta-
rio a Phormio 313, Donato escribe: «amicos» et pro testibus et pro aduocatis ueteres po-
suerunt; defensor, en Andr. 814.
180 CARMEN CASTILLO

Esta última función es abundantemente mencionada. Y nunca se tra-


ta del consejo de un amigo aislado, sino siempre de un grupo, lo que
parece apuntar a una asociación con más cuerpo que el de la simple re-
lación personal de afecto o benevolencia. En Stichus son varias las sali-
das o entradas del parásito en escena anunciando que se va a consultar o
que ha consultado su situación crítica con los amigos, para que le acon-
sejen acerca de la decisión que debe tomar 22; lo mismo hace en Phorrnio
el viejo Dernifonte (VV.447-459), aunque los amigos no resuelven nada:
'debes deliberar con más calma, el asunto es grave'. Podría parecer que
se trata de un simple recurso para favorecer el 'crescendo' dramático,
pero son variadas las situaciones y las piezas en que se acude a este pro-
cedimiento: amici cornpulerunt, dice el lenón de Curculio, excusándose;
el viejo Megadoro de Aulularia consulta sobre su proyecto de boda:
narraui arnicis rnultis consiliurn rneurn; en Captiui, el parásito se ofrece
al mejor postor: nisi qui rneliorern adferet quae rnihi atque amicis pla-
ceat condicio rnagis; y Menecmo: ibo et consularn hanc rern arnicos
quid faciendurn censeant; arnicos consulam se dice también en
Poenulus 23. Esta avalancha de consultas responde sin duda a una reali-
dad social más que a un simple procedimiento escénico. Aunque no con
la abundancia que en Plauto, el grupo de amigos confidentes y conseje-
ros está presente en la obra de Terencio 24.

9. Laudo rnalurn quorn arnici tuurn ducis rnalurn (Capt. 151) es el


elogio que Hegión hace a Ergásilo cuando el parásito se lamenta de la
suerte de su patrono; aunque Hegión está fuera de la realidad, porque lo
que a Ergásilo le duele es haber perdido la despensa, su alabanza respon-
de a un ideal -xowa z a z 6 v cpihov- que Aristóteles repite, tomado de
un proverbio ya antiguo en su tiempo 25. Como tal dicho antiguo lo re-
coge Terencio: Narn (uetus) uerburn hoc quidernst cornrnunia esse arni-
corurn inter se ornnia (Ad. 802); Donato afirma que se atribuye a la sen-

22 Mihi auctores ita sunt arnici (v. 128), ami& uestra consilia eloquar (v. 143), cer-
tumst amicos conuocare (v. 503), cum amicis deliberaui (v. 580), amicos meos curabo hic
adueniant (v. 682).
23 CJ Aul. 475, Capt. 180, Curc. 685, Men. 700, Poen. 794 y 1333. La abundancia de
consejos provoca una burla en Truculentus: consiliarius hic amicust quam auxiliarius
( v . 216).
24 CJ además de la escena de Phormio que acaba de citarse: Nam ceteri quidem
hercle amici omnes modo / uno ore auctores fuere ut praecipitem hanc daret (Phorm.
624); nemo est meorum amicorum hodie apud quem expromere omnia mea occulta, Cli-
tipho, audeam (Heaut. 574).
25 Eth. 1159~:xai 3 napotpia «xotva ?a 7 0 v ípíhwv» 6 p e 0 ~ E .v xotvwvia yap
cpihia.
LOS AMIGOS EN LA COMEDIA ROMANA 181

tencia un origen pitagórico. Es éste uno de los casos en que con mayor
seguridad puede seguirse la línea de la tradición que han heredado los
comediógrafos romanos. En otra pieza plautina Calicles, en diálogo con
Megarónides, repite la sentencia casi a la letra, aunque la situación en
que 18 hace no está exenta de carga irónica: omnibus amicis quod mihist
cupio esse idem (Trin. 54). Este ideal responde a la forma más elevada
de amistad, de la que la comedia tiene noticia, aunque no sea ésta la que
sus personajes ponen habitualmente en práctica 26.
En la comedia, como en la vida, amigos así son poco frecuentes:
pauci ex multis sunt amici homini qui certi sient (Pseud.-390);Aristóte-
les, que afirma lo mismo, daba como razón la limitación humana: es
imposible una verdadera amistad con muchos, como es imposible el
amor -amistad en grado superlativo- con más de uno, porque no se
puede corresponder a muchos, ni convivir ni sentir a una con muchos 27.
Plauto no se entretiene en dar razones, pero afirma que el amigo que
lo es de verdad, es decir, aquel que «responde al nombre de amigo)) es
cosa escasa y difícil de hallar:
Nimium difficile est reperire amicum ita ut nomen cluet
quoi tuam cum rem credideris, sine omnia cura dormias (Trin. 620-21)
Un amigo así es casi como un dios:
Homini amico qui est amicus ita uti nomen possidet
nisi deos ei nihil praestare (Bacch. 386-87).
Esta forma perfecta de amistad, la que se da &ter bonos», es dura-
dera: la amistad perdurable es un desideratum 28, para cuya consecución
se requiere tiempo.
En este contexto hay que situar otro tópico aristotélico: no se llega a
conocer a un hombre hasta que se ha consumido en su compañía el pro-
verbial modio de sal 29;de ahí que los mejores amigos sean los más anti-
guos: certe hercle quam ueterrimus, tam homini optumust amicirs (Truc.
172), frase que encontramos en Cicerón, adornada con el símil del vino:
amicitia ueterrima quaeque, ut ea uina quae uetustatem ferunt, esse de-
bet suauissima 30. ES la falta de conocimiento, como recordaba Plauto,
la que hace del hombre homini lupus.

26 Nostrum id omne, non tuum est (Poen. 538) dice el aduocatus a su amigo Agoras-
tocles.
27 Cf.Eth. 1171a.
28 Cf.amicus sempiternus (Most. 247), (Pers. 35); amicus aeternus (Most. 195).
29 Eth. 1156~.
30 Cic. Lael. 67; vid F . LEO,o.c., p. 128, donde aduce otros testimonios de este
tópico.
182 CARMEN CASTILLO

Concluyendo: las actitudes y los ideales que, respecto a la amistad,


presenta la palliata responden en gran parte a tópicos aristotélicos. Aun-
que está generalizada la idea de que la humanitas es una característica
propia de la comedia de Terencio, la filosofía que predican los persona-
jes plautinos no difiere del ideal terenciano; e igualmente éste presenta
formas de perversión de los ideales humanos, como muestra claramente
la sentencia del viejo Simón en Andria: hoc tempore obsequium amicos,
ueritas odium parit.
Hay rastros, como son los de la amistad entre los de igual edad y la
función de consejo que se atribuye al grupo de amigos, que apuntan a
una referencia a la realidad social; parece lógico deducir que esta reali-
dad no sería un mero trasunto de los modelos sino algo vivo y por tanto
fácilmente asimilable a la vida por parte del público ante quien se repre-
sentaba la acción. En buena parte, la actuación de los amigos en la Co-
media es el reflejo de la forma más baja de amistad: la que se apoya en
el interés. No obstante, hay actitudes -como son las de los ancianos de
Trinummus- que corresponden a un elevado ideal de lealtad y benevo-
lencia para con el amigo. En otros casos, la conducta de los personajes
ofrece un marcado contraste con lo que ellos mismos expresan en forma
de sentencias que proceden de un fondo popular muy antiguo.

Carmen CASTILLO
Universidad de Navarra

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