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TEMA 2.-
CONQUISTA MILITAR Y POLÍTICA DE CANARIAS: 100 AÑOS
DE GUERRA, CONSPIRACIONES Y TRAICIONES.
Con estas primeras visitas organizadas se empieza a desear por las potencias
europeas de la época la anexión de las islas y de sus riquezas naturales, lo que abre
un debate “legal” sobre a quién pertenece los derechos de conquista y colonización.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
crea un Obispado en Telde en el año 1351, antes del inicio de la conquista, y que sólo
tuvo una vigencia formal.
Jean de Bethencourt
las nuevas tierras a su territorio.
Foto Fedac
Esta distinción sobre islas conquistadas por señores o por reyes es muy
importante de cara a las características sociales que cada tipo de conquista imprimió
en la nueva sociedad y cultura que se crearía tras la dominación absoluta de las islas
por los Reyes Católicos.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
Lanzarote y Fuerteventura.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
Una vez que el rey legítimo obtiene de nuevo el poder inicia el ataque continuo
a los normandos, los cuales deciden poner todo su poderío militar en marcha para
reconquistar la isla de nuevo, esta vez por las armas. Lo único que libro a todos los
indígenas de una muerte segura fue la intervención de los capellanes de los franceses
que bautizaron a los nativos para que como cristianos no fueran asesinados.
Tras ser reducida en gran parte la revuelta aborigen, aunque aún quedaba
alguna resistencia aislada, los normandos de Gadifer iniciaron la invasión de
Fuerteventura. En este primer intento los conquistadores encontraron una gran
resistencia, por lo que Gadifer cumple con el encargo de Bethencourt e inicia un viaje
por toda Canarias.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
intentaron desembarcar en la Gomera para recoger agua, pero sus habitantes con su
actitud defensiva se lo impidieron. Por esa razón regresan al Hierro y allí permanecen
casi un mes completo, capturando esclavos y ganado. Finalmente regresan a
Lanzarote tras tres meses de ausencia.
Los normandos comprenden que las islas no ofrecen los tesoros y riquezas que
ellos pensaban cuando iniciaron la conquista y empieza a producirse graves
problemas entre Bethencourt y Gadifer. Este no perdona a su compañero de aventuras
su sometimiento al rey de Castilla y reclama para sí alguna de las islas en pago por su
contribución a la conquista.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
Una vez organizadas las islas conquistadas parte a Francia para, entre otras
cosas, trasladarse a Roma para pedir la creación de un obispado en las islas.
Bethencourt logra su propósito y el Papa crea el Obispado solicitado. El mismo se
establece en el Rubicón, en Lanzarote. El conquistador normando nunca más
regresaría a Canarias, continuando en las islas su labor su sobrino Maciot.
Por esa época la isla del Hierro se subleva ante los conquistadores por los
continuos abusos de los que son objeto por los europeos. En dicha revuelta muere el
capitán de la isla por lo que Maciot decide enviar a un nuevo gobernador para
apaciguar los ánimos por medio del diálogo. Este castiga a los soldados que
cometieron los desmanes denunciados por la población indígena, por lo que la
tranquilidad regresa de nuevo a la isla.
Castilla mira con recelo a Maciot, sobre todo por su relación con Francia y
pretende enviar a las isla a soldados que lo capturen y lo conduzcan a la corte para
intentar descubrir cuales son sus verdaderas intenciones. El normando, para evitar
males mayores, vende sus derechos sobre las islas al Conde de Niebla en el año
1418, manteniéndose él como gobernador ahora por encargo del nuevo señor de
Lanzarote, Fuerteventura y el Hierro.
En el año 1420 el rey de Castilla Juan II cede los derechos de conquista sobre
Gran Canaria, La Palma, La Gomera y Tenerife a Alfonso de las Casas, por lo que el
Conde de Niebla se siente perjudicado ya que el se creía en posesión de ese derecho
al habárselo comprado a Maciot. La familia Casas, por medio de Guillen de las Casas
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
El nuevo propietario de las islas muere en 1442, dividiéndose las islas entre
sus herederos. El marido de una de sus hijas, Hernán Peraza, unifica de nuevo los
derechos sobre las islas alcanzando un acuerdo con su cuñado. Junto a su hijo,
Guillén Peraza viaja a las islas para tomar posesión de su reino y para conquistar las
islas que permanecían libres.
Para evitar esa posibilidad Peraza, con autorización real, captura a Maciot y a
su familia y lo encarcela en la isla del Hierro. Los portugueses atacan la isla y liberan a
sus aliados, optando Maciot por no volver a su isla y por vender sus derechos sobre
ella a Portugal.
Cerrada la venta llegan a la isla dos barcos portugueses para tomar posesión
de la misma, pero la población de la isla se rebela, los expulsa y manifiestan su
voluntad de depender de forma directa de la Corona de Castilla. Mientras se aclaraba
la titularidad de la isla, Castilla nombra un Gobernador interino.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
En 1452 Hernán Peraza muere sin poder cumplir su sueño de conquistar todas
las islas. Deja como heredera de las islas a su única hija, Doña Inés Peraza. Su
esposo, Diego García de Herrera intentará una vez más hacerse con las islas que
permanecían libres y además pretende agregar a sus dominios la isla de Lanzarote,
cuya titularidad estaba en disputa. Con tal fin, pide la intervención de Juan II de
Castilla, este encarga a los juristas un pronunciamiento sobre Lanzarote. El mismo se
produce el 7 de septiembre de 1454 y en él da la razón a Doña Inés y a Diego García
de Herrera, los cuales pasan a ser dueños de Lanzarote de forma legal. La sentencia
fue ratificada por el heredero de Juan II, Enrique IV de Castilla.
Hay que mencionar que ese mismo rey que ratificó los derechos de los
herederos de Hernán Peraza donó los derechos de Conquista sobre La Palma,
Tenerife y Gran Canaria a los portugueses Don Martín de Atayde y Don Pedro
Meneses de Castro. Esta decisión traería consecuencias desastrosas para las islas y
fue tal la polémica suscitada que el rey debió revocar la decisión en el año 1460.
Con la excusa de crear un almacén, para guardar los productos que obtenía en
trueque de los aborígenes, Herrera empieza a hacer una torre en Gando, la cual irá
poco a poco fortificando.
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Gomera
Ante la imposibilidad de Diego de Herrera y de su hijo de conquistar el resto de
las islas los Reyes Católicos deciden el 11 de diciembre de 1474 hacer suyos los
derechos de conquista de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, indemnizando por ello a
Inés Peraza y nombrando conde de la Gomera a su marido Diego de Herrera.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
Gran Canaria
Con la finalidad de conquistar Gran Canaria los
Reyes envían una expedición fuertemente armada al
mando de Juan Rejón en el año 1478, con la orden de no
causar problemas a los Herrera. A la llegada de éste
gobernaban en la isla los guanartemes de Telde y el de
Agaldad. Juan Rejón estableció su fuerte en el Real de
Las Palmas, tras desembarcar de noche el la zona de La
Isleta. Los aborígenes, al mando de Doramas, Adargoma
y Maninidra atacan el asentamiento europeo y salen
Juan Rejón.
Foto Fedac
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derrotados en la que se llamaría la batalla del Guiniguada. Un año más tarde los
castellanos intentan entrar en la isla por el sur, por la zona conocida por Tirajana. Sin
embargo esta vez salen derrotados por los isleños, al igual que ocurre en Tenoya y en
Arguineguín.
La conquista llega a un punto muerto durante cuatro años, hasta que en el año
1481 Doramas desafía a un combate cuerpo a cuerpo a Pedro de Vera, sucesor de
Juan Rejón. Uno de sus hombres se hace pasar por él y resulta muerto por Doramas.
Ante la fortaleza del líder aborigen varios europeos le atacan a la vez y logran herirlo
por la espalda. Una vez muerto, los europeos corta su cabeza y la colocan como trofeo
en el Real de Las Palmas.
Los españoles vuelven a intentar atacar a los aborígenes entrando una vez
más por Tirajana y de nuevo son rechazados por los guerreros canarios. Con la ayuda
de Fernán Peraza, Pedro de Vera prosigue la conquista y coge por sorpresa al regente
Tenesor Semidan y a sus guayres (capitanes), incluyendo al famoso Maninidra.
Probablemente fuera una captura pactada ya que, después de cinco años de conflicto
y una Guerra de desgaste que incluía la quema de cultivos y bosques, la conquista
estaba estancada: ni los españoles podían conquistar el interior de la isla ni los
canarios podían expulsar totalmente a los españoles.
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Ajodar, e intentan atacarla pero son masacrados por los canarios en la que sería la
última gran victoria de los aborígenes.
La Palma
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Tenerife
Ya solo quedaba una isla bajo el poder aborigen, Tenerife. En el año 1494
existían nueve menceyatos o reinos: Anaga, Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icod, Daute,
Adeje, Abona y Güimar, cada uno gobernado por un mencey y achimencey.
Los menceyatos del sur de la isla; Anaga, Guimar, Abona y Adeje, mantenían
contactos desde hacia años con los españoles. Por esa razón prefirieron pactar con
los invasores antes que luchar contra ellos como pretendía hacer el Mencey
Benchomo de Taoro (Actual Valle de la Orotava). A la resistencia iniciada por
Benchomo se unieron los menceyes de Tegueste, Tacoronte, Taoro y Daute. Se
confederaron e Icod y Daute prefirieron defenderse por su propia cuenta.
Lugo regresa otra vez a Tenerife con 2600 hombres, dispuesto a vengar la
derrota sufrida. En la Laguna se produce el encuentro entre las tropas insulares y los
conquistadores. La lucha es brutal y los guanches empiezan a ganar el combate,
momento en que los canarios al mando de Fernando Guanarteme intervienen en la
lucha e inclinan la balanza hacia el invasor. Tinguaro muere en el combate y
Benchomo logra escapar herido tras llegar a luchar con hasta siete soldados a la vez
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
De esta forma en diciembre de 1495 las siete Islas Canarias quedaron bajo la
soberanía española. En los años siguientes a la conquista se mantuvieron pequeños
focos de resistencia aborigen de aquellos que se retiraron a las cumbres y
pretendieron vivir como lo habían hecho sus antepasados y ellos mismos, antes de la
llegada de los invasores; a estos se los llamó “los alzados”.
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Autor: Juan Carlos Saavedra Supervisión científica: Jorge Miranda Valerón
que se huen andan alçados cinco o seis años entre los libres, porque como
todos son de una nación y biven en los campos e sierras acógense y
encúbrense unos a otros, y esto házenlo tan sagazmente, de más de ser la
tierra aparejada para ello, segund los barrancos de malezas e cuevas y
asperujas que no se puede saver sino por presenciones. Especialmente
por que es jente que aunque unos a otros se quieran mal encúbrense tanto
e guárdense lo secreto que antes morirán que descubrirse y tienlo esto por
honra y este estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y todavía les ha
quedado, pues saberlo dellos por tormento es inposible aunque los hagan
pedaços por que jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta
condición e manera es gente muy dañosa…muchos esclavos guanches e
negros e moriscos de los vezinos e moradores de la dicha isla se an huido
e ausentado e huyen de cada día e se han andado e andan por las sierras
e montañas un año e dos e cuatro e cinco e más tiempo…”
Rumeu de Armas.
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