REFLEXIONES DEL QOHELETH

Cristianismo y pensamiento occidental (VI)

Julio César De León Barbero

Una de las consecuencias de la idea juedeocristiana del tiempo ha sido el énfasis en la

importancia de la historia. La historia –con minúscula- entendida como el cúmulo de

acontecimientos y sucesos humanos a lo largo del tracto temporal; y la Historia –con mayúscula-

entendida como la reflexión, la teoría o ciencia que estudia aquel acontecer.

Fue precisamente un teólogo del siglo XVII quien llamó la atención sobre la importancia de

la historia y de su estudio. En medio de los éxitos que cosechaba la física en plena Revolución

científica este teólogo conocido como Juan Bautista Vico hizo sonar la alarma: El interés por el

universo físico-material había conducido a dejar de lado lo auténticamente humano.

Vico lo puso en estas palabras: Solamente el creador de algo está capacitado para conocer

perfectamente ese algo. De modo que solo el Creador, Dios, está en capacidad de conocer

plenamente el universo que él ha creado. Los hombres, por su parte, estamos mejor capacitados

para conocer aquello que es creatura nuestra: La historia. Vico propuso lo que llamó una nueva

ciencia que estaría dedicada a estudiar lo histórico, lo humano, y la manera como los

acontecimientos de ayer forjan y moldean el presente.

Debemos a Juan Bautista Vico la importancia que en el terreno sociológico, político,

económico, ético y, sobre todo, antropológico, tiene hoy el estudio de la historia, la conservación

de la memoria. Gracias a él nos mantenemos conscientes del peso que el pasado tiene en la
configuración de lo que hoy somos, de lo que hoy pensamos, de las ideas y valores que hoy

sostenemos.

Ningún ser humano, ninguna familia, ningún conglomerado social surge en el aire, pensando

y actuando desde cero. No. Hay todo un torrente cultural que constituye la herencia que nos han

dejado miles, millones, de generaciones de seres humanos. Humanos que lucharon, sufrieron,

trabajaron, descubrieron, inventaron, enmendaron errores para generar un mundo material e

intelectual que nosotros solamente venimos a encontrar y en buena medida a disfrutar.

Eso sí, olvidando trágicamente que se trata de una herencia forjada a sangre y sudor por

muchos que ya no están entre nosotros. Y según Juan Bautista Vico el estudio de todo aquello puede

conducirnos a entender mejor lo que somos, lo que tenemos, lo que pensamos y lo que hace de

este tiempo ser lo que es.

(continuará…)