La evolución biológica es el proceso histórico de transformación de unas especies en otras especies
descendientes, e incluye la extinción de la gran mayoría de las especies que han existido (Barbadilla, s.f). La evolución orgánica puede tomarse como el desarrollo de una postura respecto al origen de las especies, dicha noción fue desarrollada por científicos europeos incluso antes de que Charles Darwin lo hiciera. Dicha postura según Jessop en 1990, implicaba cambios en el deposito genético de una población en muchas generaciones (Gallardo, 2017). La evolución orgánica se puede dar a diferentes velocidades, en sentidos o direcciones reales o aparentes que llamamos tendencias, y que las velocidades y tendencias son diferentes y generalmente independientes en todos los grupos taxonómicos, relacionados o no filogenéticamente. Pero no implica la transformación de un individuo de una especie en uno de otra especie (Becerra, et al, 2015). Tampoco implica que las especies surgen a partir de los cambios más o menos drásticos que ocurren a lo largo de una vida. Para que haya evolución es preciso que los cambios se hereden a las siguientes generaciones (Valero & Jardón, 2014). La similitud entre ambas es clara, ambas definiciones se centran en los cambios que ocurren a lo largo del tiempo, en donde esto deben de ser transferidos a las siguientes generaciones, sin embargo, una diferencia es que la evolución orgánica implica los cambios genéticos en una especie a lo largo del tiempo, pero no necesariamente su transformación en otra especie, mientras que la evolución biológica tiene implícito las transformaciones en especies distintas. En conclusión, ambos conceptos son parte de una idea general que es la evolución de las especies, ya sea gran o pequeña escala, algo importante a mencionar es que en muchos casos los autores suelen tomarlas como el mismo concepto, haciendo difícil saber cuál es la forma correcta de entenderlo. Macroevolución: La macroevolución toma lugar por el proceso de selección natural, es decir la reproducción diferencial de los individuos, y la mejora adaptativa sobre un periodo de tiempo muy grande. Este tipo de evolución tiene como fundamento interpretar la aparición de nuevas especies o grupos grandes, así como también las extinciones en masa, con la subsecuente proliferación de nuevos grupos. Desde esta perspectiva, el proceso aleatorio entre la cladogénesis, formación de nuevos linajes evolutivos, y la extinción debiera tener importantes consecuencias al nivel macroevolutivo (Meraz, 2011). Sin embargo, no todos están de acuerdo con esto, algunos sugieren que los procesos que producen el cambio de las frecuencias génicas en las poblaciones no son suficientes para comprender el cambio evolutivo en otras escalas. Por ejemplo, así como en las poblaciones opera la selección natural a través del éxito reproductivo diferencial de los individuos, en el nivel macroevolutivo podría operar un proceso análogo al que se ha denominado selección de especies, cuyas unidades de selección son las especies (Curtis, et al, 2008). Microevolución: En la genética de poblaciones, el neodarwinismo explica la microevolución como cambios en las frecuencias de las variantes pre-existentes; la mayoría de los caracteres muestran variación y el carácter evoluciona en función de la alteración, por selección, de su distribución de frecuencias, de generación en generación, dentro de una población o un deme (subpoblación reproductiva) (Meraz, 2011). Desde esta perspectiva, la microevolución se aboca al estudio del cambio en las frecuencias alélicas, o frecuencia de cualquier gen prescrito en una muestra o población. Con esto podemos decir que una de las grandes diferencias entre ambos conceptos es que la microevolución opera en un nivel de organización distinto, que es la población, mientras que la macroevolución se enfoca en la evolución de las especies y de los taxones de rango supraespecifico. Así mismo, desde un punto de vista metodológico la microevolución está relacionada con los genetistas y ecólogos, en caso contrario la macroevolución es el punto de estudio del paleontólogo. Las similitudes entre estos dos conceptos son claras, ambos se centran en el cambio de los organismos, aunque explicados por diferentes procesos, sin embargo, bien se puede tomar como los extremos finales de un continuo, es decir la evolución comienza a pequeña escala con la microevolución y desemboca en la aparición de nuevas especies (macroevolución). Ejemplos de macroevolución: Las extremidades de los tretapodos evolucionaron a partir de aletas de los peces precursores. Los primeros tetrápodos que vivieron en tierra firme necesitaban regresar al agua para reproducirse. La separación definitiva del agua llego a principios del periodo Carbonífero (Curtis, et al, 2008). Uno de los ejemplos de Macroevolución mejor documentada entre los vertebrados, específicamente entre los mamíferos vivientes del Orden Perisodáctilos, es la del caballo. La evolución del caballo durante los últimos 60 millones de años, ha incluido por lo menos una decena de géneros desde el llamado Hyracotherium del Cenozoico, época Eoceno (hace unos 55 a 60 millones de años), que señala la línea evolutiva de los caballos ramoneadores, hasta el género Equus, que representa a los caballos modernos pastadores y que es el único sobreviviente (Arita, 2010). Ejemplos de microevolución: Los gorriones comunes se introdujeron en los Estados Unidos en 1852; desde entonces, han desarrollado características diferentes en lugares diferentes. Las poblaciones de gorriones del norte tienen el cuerpo más grande que las poblaciones de gorriones del sur. Esta divergencia de las poblaciones es probablemente, al menos en parte, resultado de la selección natural: las aves con cuerpos más grandes a menudo pueden sobrevivir a temperaturas más bajas que las aves con cuerpos más pequeños. El tiempo más frío del norte selecciona las aves más grandes. La especie de mosquito Wyeomyia smithii, que se muestra en una planta trompeta, ha evolucionado en respuesta al calentamiento mundial. Los mosquitos utilizan la duración del día (no la temperatura) como señal para saber qué época del año es y cuándo hibernar, y esta «señalización» está controlada genéticamente. En un clima más cálido con inviernos más cortos, se esperaría que los mosquitos que esperasen un poco más para hibernar tuvieran una eficacia biológica más alta y fueran seleccionados. De hecho, los investigadores que han estado recogiendo datos sobre estos mosquitos durante casi 30 años han observado precisamente este tipo de cambio. Las poblaciones de mosquitos han evolucionado de forma que requieren días ligeramente más cortos como señal para hibernar (Gould & Johnston, 1972). Bibliografía -Meraz, J. F. (2011) Macroevolución y microevolución. Ciencia y Mar 15 (44). Pp 45-47 -Curtis, H., N. S., Barnes, A., Schnek & A. Massarini (2008). Biología 7° ed. Madrid, España. Editorial Medico Panamericana. -Gould, S.J. & R. F. Johnston (1972) Geographic Variation. Annual Review of Ecology and Systematics 3:457-498. Tomado de: https://evolution.berkeley.edu/evolibrary/article/0_0_0/microexamples_01_sp -Gallardo, M. N. (2017) Evolución. El curso de la vida. Buenos aires, Argentina. Editorial Medica Panamericana. -Becerra, A., A. Castañeda. & D. Piñero. (2015). Evolución orgánica. México, D.F. Universidad Nacional Autónoma de México. -Valero, A. M. & Jardón, L. B. (2014). ¿Qué es la evolución biológica? México, D.F. Universidad Nacional Autónoma de México. -Barbadilla, A. (s.f.) La evolución biológica. Recuperado de: http://bioinformatica.uab.es/divulgacio/la%20evoluci%C3%B3n%20biol%C3%B3gica.pdf -Arita, H. T. (2010). El regreso del caballo: lo macro y lo micro en la evolución. Ciencias 97. Pp 46-45.
Enfermedades infecciosas, la historia de la humanidad y los actuales cambios climático y global: Lección magistral leída en el solemne acto de apertura del curso 2017-2018