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La meningitis es una enfermedad infecciosa provocada por virus o

bacterias que en muchas ocasiones se encuentran en la nariz y en la


garganta de personas sanas (portadores sanos) que la contagian a terceras
personas.
La enfermedad provoca la infección e inflamación de las meninges, unas
membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Cuando se infectan
sólo las meninges se habla de meningitis. En algunas ocasiones, la bacteria
se introduce en la sangre diseminándose. A este problema se le denomina
sepsis meningocócica. También puede ocurrir que se den ambos problemas
a la vez.

Causas

Las causas más frecuentes de la meningitis son las infecciones, que


pueden estar provocadas por virus o por bacterias. La más común, y menos
grave, es la infección vírica, que generalmente mejora sin que se la
administre ningún medicamento al paciente. Sin embargo, las bacterianas
son muy graves y pueden llegar a provocar daños cerebrales e incluso la
muerte.
Además de por las infecciones, la meningitis puede aparecer debido
a hongos, tumores, y otros virus como el de las paperas, el VIH, el herpes
labial y el genital.

Contagio
El contagio de esta patología se produce a través de la saliva y las gotitas
que se expulsan al hablar, estornudar o toser. El contagio a través de
objetos no es habitual y ocurre en pocas ocasiones

Síntomas
Una vez contagiada, una persona puede tener los primeros síntomas entre
los dos y los diez días posteriores al contagio. Entre los que están Fiebre
alta, dolor de cabeza intenso, rigidez de la nuca, vómitos bruscos
Somnolencia, pérdida de conciencia, agitación, delirio y/o convulsiones o
manchas de color rojo-púrpura en la piel, lo que implica una mayor gravedad.
Prevención
La mejor prevención es la vacunación. Esta vacuna estimula la formación
de defensas contra el germen. La protección se produce a las dos
semanas de la vacunación. Para niños mayores de un año basta con una
dosis, pero para los niños de entre 7 y 12 meses son necesarias dos dosis y
para los de entre 0 y 6 meses, tres.
La vacunación está indicada en los menores de 6 años y puede provocar
efectos secundarios leves, como inflamación y molestias en el lugar de la
inyección, fiebre baja e irritabilidad. Está contraindicada cuando existen
estados febriles en el momento de la vacunación; si el niño es hipersensible
a alguno de los componentes de la vacuna, o en personas
inmunodeprimidas.
Tipos
Las meningitis se dividen en:

Meningitis víricas
Este tipo tiene un pronóstico leve y en la mayoría de los casos no requiere
tratamiento, el paciente se cura por sí solo. No suelen dejar secuelas y no
requiere de vacuna ni de profilaxis.

Meningitis bacterianas
La meningitis bacteriana es grave y requiere la hospitalización del
paciente. Puede dejar secuelas cerebrales y llegar a provocar la muerte del
paciente, incluso cuando éste recibe el tratamiento.
Las meningitis bacterianas más frecuentes son:
 Meningococo B.
 Meningococo C.
 Haeemophilus b.
 Neumococo.

Diagnóstico
El diagnóstico de la meningitis bacteriana se realiza analizando una muestra
de líquido cefalorraquídeo (de la médula espinal). Dicha muestra se
obtiene mediante una punción en la la columna vertebral (punción
lumbar).
Además, el especialista puede pedir otras pruebas para confirmarlo, como
una ecografía o una tomografía axial computadorizada (TC) que permitan
determinar si existe un absceso responsable de la meningitis.

Tratamientos
La mayor parte de las personas que sufre una meningitis viral se cura sin
problemas.
En la meningitis bacteriana el tratamiento consiste en cuidados específicos
en el hospital y terapia intensa con antibióticos.
Si el diagnóstico de la meningitis se hace tarde o el paciente no recibe el
tratamiento adecuado, esta enfermedad puede provocar lesiones en el
paciente. Las más destacadas son:
 Hipoacusia (sordera).
 Hidrocefalia.
 Convulsiones.
 Hemorragia subdural.
 Daño cerebral.

Las bacterias alcanzan las meninges de tres maneras, a saber, por vía hematógena, en forma
directa a través de soluciones de continuidad naturales o artificiales y por extensión por
contigüidad desde un foco supurado próximo.
La primera forma es la más frecuente. Los microorganismos que causan el ochenta por ciento
de los casos de meningitis, es decir N. meningitidis, S. pneumoniae y H. influenzae, son
residentes habituales de la nasofaringe y la orofaringe, sitios en los que normalmente no
causan daño. Sin embargo, por motivos que se ignoran, de tanto en tanto pasan a la sangre y
por esa vía llegan a las meninges y las colonizan.6 Como esos microorganismos son
capsulados, es posible que la cápsula, con su propiedad antifagocítica, se relacione de algún
modo con la diseminación. Además, el polisacárido capsular conferiría a los gérmenes cierto
tropismo meníngeo, tal vez por la presencia de receptores de superficie en las meninges, pero
se trata de especulaciones dado que nada de eso se ha demostrado.6 En ocasiones antes de
la invasión del torrente circulatorio se producen infecciones virales de las vías aéreas
superiores pero su papel como favorecedoras de la invasión hemática es dudoso. El fracaso
de algunos de los mecanismos de defensa del huésped contra la agresión explica la
predisposición a determinadas infecciones. Así, por ejemplo, la anemia de células falciformes,
la asplenia, las deficiencias congénitas o adquiridas de inmunoglobulinas y el alcoholismo
predisponen a las infecciones por S. pneumoniae. Muchas veces los microorganismos llegan a
las meninges desde otros puntos de origen, como sucede en el caso de S. pneumoniae, que
puede llegar a partir de un foco pulmonar, de S. aureus, que puede hacerlo desde una
endocarditis, y de los gramnegativos, cuyos puntos de origen pueden ser el tubo digestivo y el
sistema genitourinario.6
La segunda forma, como ya se dijo, es la llegada directa de los agentes patógenos a las
meninges a través de soluciones de continuidad naturales (mielomeningocele) o artificiales
(fracturas de cráneo, fisuras de la lámina cribosa del etmoides, intervenciones quirúrgicas,
derivaciones ventriculoauriculares o una punción lumbar).6
La tercera forma es la diseminación por contigüidad desde un foco supurado próximo, como
los senos paranasales, una mastoiditis supurada o la ruptura de un absceso cerebral en las
meninges. Algunos autores piensan que es posible que los microorganismos se desplacen de
la nasofaringe a las meninges por las vénulas en un trayecto intracraneal directo.6
Las meninges son tres membranas que, junto con el líquido cefalorraquídeo, encierran y
protegen el encéfalo y la médula espinal (es decir el sistema nervioso central). La piamadre es
una membrana impermeable muy delicada que se adhiere con firmeza a la superficie
encefálica y se continúa por todas las circunvoluciones menores. La aracnoides (llamada así
debido a su apariencia de tela de araña) es un saco laxo en la parte superior de la piamadre.
El espacio subaracnoideo separa la aracnoides y la piamadre y está lleno de líquido
cefalorraquídeo. La más externa, la duramadre, es una membrana gruesa y resistente que se
une tanto a la aracnoides como al cráneo.37
En la meningitis bacteriana las bacterias llegan a las meninges por una de dos vías
principales, a saber, a través del torrente sanguíneo o por contacto directo entre las meninges
y la cavidad nasal o la piel. En la mayor parte de los casos la meningitis es secundaria a la
invasión del torrente sanguíneo por microorganismos que residen sobre superficies mucosas
como la cavidad nasal. Esa invasión, a su vez, suele ser precedida por infecciones virales que
rompen la barrera normal provista por las superficies mucosas. Una vez en el interior del
torrente sanguíneo las bacterias ingresan en el espacio subaracnoideo en sitios en los que
la barrera hematoencefálica es vulnerable, como por ejemplo el plexo coroideo. La meningitis
ocurre en el veinticinco por ciento de los recién nacidos con infecciones del torrente sanguíneo
causadas por estreptococos del grupo B; ese fenómeno es menos común en los adultos.35 La
contaminación directa del líquido cefalorraquídeo puede originarse en dispositivos
permanentes, fracturas de cráneo o infecciones de la nasofaringe o los senos nasales que han
formado un tracto con el espacio subaracnoideo; en ocasiones es posible identificar defectos
congénitos de la duramadre.35
La inflamación en gran escala que se produce en el espacio subaracnoideo durante la
meningitis no es un resultado directo de la infección bacteriana sino que en gran parte puede
atribuirse a la respuesta del sistema inmunitario a la entrada de bacterias en el sistema
nervioso central. Cuando los componentes de la membrana celular bacteriana son
identificados por las células del sistema inmunitario del cerebro (astrocitos y microglia),
responden con la liberación de grandes cantidades de citosinas, mediadores similares a
las hormonas que reclutan otras células del sistema inmunitario y estimulan otros tejidos para
que participen en una respuesta defensiva. La barrera hematoencefálica se vuelve más
permeable, lo que genera edema cerebral "vasogénico" (tumefacción del cerebro debido a la
fuga de líquido de los vasos sanguíneos). El ingreso de gran cantidad de leucocitos en
el LCR causa inflamación de las meninges y conduce a edema "intersticial" (edema debido al
líquido intercelular). Además, las paredes mismas de los vasos sanguíneos se inflaman
(vasculitis cerebral), lo que conduce a una disminución del flujo de sangre y a un tercer tipo de
edema, el llamado edema "citotóxico". Las tres formas de edema cerebral que se acaban de
mencionar conducen a un aumento de la presión intracraneal; ese aumento, junto con el
descenso de la presión arterial que suele acompañar a la infección aguda, dificulta la entrada
de sangre en el cerebro con la consiguiente carencia de oxígeno en las células cerebrales,
que por ende experimentan apoptosis (muerte celular programada).35
Se reconoce que la administración de antibióticos en un principio puede empeorar el proceso
descrito al aumentar la cantidad de productos de la membrana celular bacteriana liberados
como resultado de la destrucción de las bacterias. Para amortiguar la respuesta del sistema
inmunitario a ese fenómeno se utilizan ciertos tratamientos, en particular el basado en el
empleo de corticosteroides.354
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/infecciosas/meningitis.html

Toma de muestra El LCR normal es un líquido claro descrito como “agua de roca”, lo que significa
que es totalmente transparente, como agua pura. La presión del LCR en adultos es de 90 – 180
mmHg y en niños entre 10 – 100 mmHg, de manera que de la punción sale gota a gota. Es seguro
obtener hasta 20 mL en un adulto si la presión es normal. En casos de hipertensión, que se puede
inferir durante el procedimiento de punción, es mejor obtener menor volumen, hasta 2 mL. El LCR
se recolecta rutinariamente por punción lumbar entre la tercera y cuarta vértebra lumbar, o entre
la cuarta y quinta vértebra lumbar, con el paciente sentado o acostado, como se esquematiza en la
Figura N°1, corresponde a un procedimiento estrictamente médico, previa evaluación clínica para
descartar hipertensión endocraneana. Se utiliza una técnica aséptica que prevenga la introducción
de infección y daño al tejido neural. Se recomienda recolectarlo (aproximadamente 20 mL) en
cuatro tubos estériles, provistos de tapas herméticas, el primero de los cuales es para exámenes
químicos y serológicos, el segundo y el tercero para pruebas microbiológicas y estudios
moleculares para agentes infecciosos y el cuarto para recuento de células sanguíneas (en caso
necesario agregar un quinto tubo para búsqueda de células malignas). Idealmente los tubos deben
ser de plástico (polipropileno) para evitar adherencias de las células de la muestra al vidrio del
tubo.

Conservación y transporte Una vez obtenido el LCR debe ser analizado lo más pronto posible, en
caso contrario se debe conservar refrigerado para el recuento celular y congelado para las pruebas
químicas y serológicas. Si se requiere de exámenes adicionales, cuidar condiciones especiales para
almacenamiento de acuerdo a naturaleza del examen. Todas las muestras de LCR deben
manipularse con las mismas medidas de bioseguridad que para el manejo de otras muestras
biológicas adoptadas en el laboratorio, considerándolas como potencialmente infecciosas

http://www.ispch.cl/sites/default/files/Recomendaciones%20para%20el%20Analisis%20Liquido
s%20Biologicos.pdf

https://es.slideshare.net/doctor-Alfredo-Bolano/3-interpretacin-dx-de-hemograma
https://es.wikipedia.org/wiki/Meningitis

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