Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
TEXTO Nº 1:
Anzieu, Didier: “El concepto de grupo”. La dinámica de los grupos pequeños,
Madrid, Biblioteca Nueva, 2004, Cap. 1.
Etimología
1
Un estudio más profundo de la palabra grupo se encuentra en Anzieu (1964, págs. 399-401 y
422-424) y en el Dictionnaire historique de la langue française (Le Robert), 1992. Un estudio
de los términos Seminaire, Sesion, Stage se encuentra en KAES (1974 a).
1
Yo hago, atravesando los grupos y los redondeles
Sonar las palabras como las espuelas.
La idea de fuerza aquí es la del grupo de iguales. Habría que hacer un estudio
sobre su camino histórico y su valor simbólico 2: se trataría de una tradición celta (los
caballeros de la tabla redonda), recogida por la orden de los Templarios (el ara de sus
iglesias tenía una forma circular, para que los caballeros estuvieran todos en primera
fila durante la misa, y todos a la misma distancia de Dios). Otra investigación debería
realizarse sobre la palabra grupo fuera de las lenguas occidentales.
2
Cfr. G. Poulet, Les meramorphoses du cercle
2
de horda, de peregrinaje, de tumulto. Las motivaciones pueden ser igualmente
negativas: todos esos hombres se reúnen ahí por la misma coacción. Tan pronto se
trata de coacciones sociales: contingente de reclutas en el patio del cuartel, colonia de
prisioneros, campo de personas sospechosas o desplazadas, jaleo de estudiantes de
un curso obligatorio, hornada o carretas de condenados, multitud de esclavos. Como
las coacciones se deben a los acontecimientos: manojos de sobrevivientes de una
catástrofe, caravanas de fugitivos, oleadas de gente cercadas por un incendio o una
inundación, embotellamientos, bullicios, tumultos espontáneos. La situación de
multitud desarrolla un estado psicológico propio: a) pasividad de la gente reunida hacia
todo lo que no es satisfacción inmediata de su motivación individual; b) ausencia o
bajo nivel de contactos sociales y de relaciones interhumanas; c) contagio de las
emociones y propagación rápida, al conjunto, de una agitación nacida en un punto; d)
estimulación latente producida por la presencia masiva de los demás, y que puede
estallar en forma de acciones colectivas pasajeras y paroxístias, marcadas con el sello
de la violencia o del entusiasmo, o que puede inducir, a la inversa, a una apatía
colectiva impermeable a todas las intervenciones3.
Nuestra definición de la multitud excluye las manifestaciones preparadas
previamente, que reúnen a los adeptos, encuadrados por un servicio de orden. Aquí,
en efecto, el proyecto de reunirse pasa al primer plano. En los participantes y sobre
todo en los organizadores, está presente la intención de provocar y explotar los
fenómenos de multitud en provecho de objetivos que son los de un grupo secundario.
Es éste un ejemplo de interferencias entre las diversas categorías grupales sobre las
que nos esforzamos en distinguir. La organización de las multitudes es un problema
familiar de los dirigentes de movimientos políticos y sociales, de los teóricos de la
acción psicológica, y de los responsables de las fueras de policía y de seguridad.
W. A. Wesley distinguió, al lado de esas multitudes organizadas, las multitudes
convencionales que se reúnen a una hora y en un lugar fijos o conocido (auditorios y
asistencias; público de una reunión, de una representación, de una manifestación,
pelotones de corredores, bañistas en una piscina; bailarines en un baile público), y las
multitudes espontáneas, reunidas por un incidente, con reacciones imprevisibles y
fácilmente peligrosas, y donde no hay, en principio, ni dirigentes, ni organización, ni
reglas.
Los fenómenos de multitud no deben separarse de los fenómenos de masa.
Ciertamente, la presencia masiva de otros seres humanos es una de las causas
esenciales de algunos comportamientos comprobados en las multitudes. Pero sería
deseable emplear el término de multitud para toda reunión espontánea o convencional
de gran número de personas y reservar la expresión de masa para todos los
fenómenos de psicología colectiva que se refieren a un número aún más grande de
personas, las cuales no están físicamente reunidas, ni incluso reunibles: la moda, la
opinión pública, los rumores, las corrientes de ideas, las obstrucciones, los lectores de
un periódico, los auditores de una emisión radiofónica, los admiradores y admiradoras
de una vedette, los trabajadores de cierta categoría, los jóvenes entre trece y veinte
años, los aficionados a la música o al bricolaje constituyen semejantes masas. De ahí
incluso, el esfuerzo para organizar esas masas en agrupamientos y para reunirlas en
multitudes que es familiar para los especialistas de la acción política, sindical,
comercial o publicitaria.
3
en los animales con el nombre de interatracción. En los seres humanos, consiste en
buscar en los «congéneres» los mismos modos de pensar y de sentir que los de sí
mismo y de lo cual no se es necesariamente consciente. Las pandillas de niños y de
adolescentes, normales o delincuentes, son las más conocidas. El placer de estar en
pandilla procede de lo que se suprime o suspende la exigencia de adaptarse, al precio
de una tensión psíquica penosa, a un universo adulto o social y a sus reglas de
pensamiento y de conducta; la copresencia de otras personalidades homólogas a sí
mismo —incluso, por ejemplo, por su sincretismo mental y afectivo, su débil nivel
intelectual, su sentimiento de ser incomprendido por los padres o los mayores, su
asociabilidad, sus tendencias perversas— permite abandonarse a ser sí mismo sin
coacción ni remordimientos y justifica ser como se es. Además, la pandilla aporta a sus
miembros, de lo que por otra parte están privados, la seguridad y el sostén afectivos,
es decir, un sustituto del amor. Los niños desamparados o abandonados, las
personalidades inafectivas o débiles o amorales (niños y adultos), los individuos
separados de los vínculos sentimentales y familiares, los que salen de comunidades
con una fuerte disciplina en las cuales sus necesidades afectivas no son satisfechas
(pensionistas, soldados, marinos), constituyen naturalmente las pandillas. En el adulto
socialmente adaptado, la pandilla —pandillas de compañeros, de felices jaraneros, de
juerguistas, reuniones prohibidas, andanadas—autoriza actividades que están en el
límite de las reglas morales y sociales: el juego, la bebida, el flirteo, la licencia erótica,
el escándalo en la vía pública, el envilecimiento, la destrucción de objetos, el
mancillamiento de algunos valores (patrióticos, religiosos, etc.). No obstante, las
actividades realizadas en común no aparecen como un fin esencial de la pandilla: el fin
es el de estar juntos porque se es parecido. Hacer algo juntos no es más que una
ocasión, más que un medio de experimentar intensamente que se está juntos: por otra
parte, esto puede consistir en escuchar discos, contar historias, incluso en callarse.
La pandilla es muy diferente de la multitud, por el número limitado de sus
miembros (algunas unidades o algunas decenas), por la atadura de éstos a su
colectividad, por su mayor duración. No obstante, la pandilla es bastante efímera. O
bien se duerme y se reconstituye para reuniones episódicas, o bien la evolución
psicológica individual de sus miembros la desagrega: algunos maduran, salen de la
adolescencia, se casan, progresan, y el bello parecido entre todos se destruye. Si se
trata de delincuentes no reincidentes, el arresto de los menores es suficiente en
general para dispersarlos.
La pandilla se hace duradera si se transforma en un grupo primario, pero cambia
entonces de características: afirma los valores comunes (por ejemplo antisociales),
privilegia la lealtad y la solidaridad de sus miembros, diferencia sus funciones, fija sus
fines distintos de la complacencia colectiva con sí mismo. La pandilla de gamberros se
convierte en una pandilla de malhechores; la pandilla de chicos, unos brutales otros
afeminados, se convierte en una comunidad de homosexuales4; la pandilla de
compañeros de escuela o de regimiento se convierte en una sociedad anónima de
responsabilidad limitada.
En los animales, la interatracción reúne a un gran número de individuos de la
misma especie (por el contrario, las muchedumbres comprenden a los representantes
de varias especies): bancos de pescados, colonias de insectos, hordas y manadas de
mamíferos, nubes o nubarrones de langostas o de mariposas, vuelos o revoloteos de
los pájaros. La actividad de estas pandillas se reduce en general al desplazamiento en
común, fundamentalmente a las migraciones.
Los zoopsicólogos se han sorprendido por el hecho de que un animal de una
especie dada, al menos los insectos (langostas, saltamontes), presentaban caracteres
físicos y psicológicos diferentes, según se viviera aislado o en pandilla y han llamado
efecto de grupo al hecho de que en el animal aislado que se aglutina en una pandilla
se producen cambios de tamaño, de color y de forma de algunos órganos, cambios
4
Una descripción de esta evolución en el seno de una escuela militar de estilo prusiano nos la
proporciona la novela de Robert Musil, Les désarrois de l'éleve Türless [1906].
4
que le conducen a parecerse más a sus congéneres. Un efecto análogo se ha descrito
a menudo a propósito de las pandillas humanas: los miembros tienden a multiplicar los
signos exteriores de parecido en la postura (por ejemplo el desaliño), el vestido
(cazadoras negras), el arreglo personal (peinado), el lenguaje (argot), los objetos que
se exhiben (cadenas de bicicleta, coches deportivos, etc.).
El fenómeno de la pandilla ha sido ilustrado en la célebre novela humorística a
de Jules Romains, Le copains [1913]. Siete jóvenes despliegan la gama de sus
actividades propias de una pandilla normal: juegos de sociedad, borracheras,
novatadas. Estas, en conformidad con las teorías unanimistas del autor, están
destinadas a crear, después a disolver, los grandes sentimientos colectivos: maniobra
militar nocturna improvisada; sermón festivo en la catedral, inauguración de una
pseudo estatua de Vercingétorix. Los compañeros celebran sus pintorescas aventuras
en un picnic terminal: «Estaban contentos de ser siete buenos compañeros marchando
en hilera, llevando en la espalda o en el costado, bebidas y comida... Estaban
contentos por ser siete buenos compañeros, solos, perdidos al atardecer en una
inmensidad humana, a miles de pasos del primer hombre... Estaban contentos por
haber actuado juntos y de estar juntos en un mismo lugar de la tierra para recordarlo.»
Uno de ellos alza su copa en grupo y describe sus características: poder constructivo y
destructivo, acto puro, libertad pura. «Pero no he terminado de enumerar vuestros
atributos. Poseéis todavía, a partir de esta noche, la Unidad suprema. Se ha
constituido lentamente. Yo he seguido su gestación. Esta noche, vosotros sois un dios
único en siete personas...»
5
La noción de reunión, opuesta por Jean Paul Sartre, en la es de cursiva (1960) a
la de grupo, recubre tanto la muchedumbre, como la agrupación. No obstante, las
características descritas por el filósofo se aplican muy bien, a la agrupación: serialidad
de los individuos, sub-humanidad de sus relaciones, pasividad en la realización
práctica de los fines (el práctico-inerte), explicación por los directores o por las
agrupaciones defendiendo un interés antagonista.
numero restringido de miembros, de tal forma que cada uno pueda tener
una percepción individualizada de cada uno de los otros, ser percibido
recíprocamente por él y que puedan tener lugar numerosos intercambios
individuales;
prosecución en común y de forma activa de los mismos fines, dotados de
cierta permanencia, asumidos como fines del grupo, que respondan a
diversos Intereses de los miembros, y que sean valorados;
relaciones afectivas entre los miembros que puedan hacerse intensas
(simpatías, antipatías, etc.) y constituir subgrupos de afinidades;
intensa interdependencia de los miembros y sentimientos de solidaridad;
unión moral de los miembros del grupo fuera de las reuniones y de las
actuaciones en común;
diferenciación de las funciones entre los miembros;
constitución de normas, de creencias, de señales y de ritos propios al
grupo (lenguaje y código del grupo).
Todas estas características no están necesariamente presentes a la vez en el
mismo grupo. El vocabulario es especialmente rico en términos que entran en esta
categoría: antena, areópago, bando, brigada, cartel, casta, cenáculo, clan, colega,
comité, comando, comisión y subcomisión, comunidad, común, consorcio, cuerpo,
camarilla, corte, directorio, equipo, grupúsculo, jurado, patrulla, falange, fratría,
pléyade, núcleo, secta, tribu.
En un grupo definido así se desarrollan conductas de mantenimiento, que
pretenden la conservación del grupo como realidad física y como imagen ideal, y
conductas de progresión, que llevan a la transformación: a) de las relaciones entre los
miembros; b) de la organización interna; c) del sector de la realidad física o social en el
cual el grupo ha elegido sus fines. El predominio del primer tipo de conducta
caracteriza la reunión mundana o los grupos conmemorativos. Los grupos de acción
privilegian el segundo tipo de conducta, sin poder, no obstante, pasar del primero.
En cuanto a la actividad del grupo o de la agrupación, tomada en los sentidos
precedentes, consiste únicamente en una reunión con debates, el término apropiado
es el de reunión-discusión. Ahí, todavía, la terminología es abundante: audiencia,
tribuna, coloquio, comicios, conciliábulo, conferencia, congreso, consejo, convención,
entrevista, discusión, encuentro, seminario, simposio, así como palabras tomadas del
inglés: meeting, staff-meeting, brain-trust.
Las características del grupo pequeño o primario, que nosotros retenemos,
incitan muchas discusiones. Según los autores, se pone el acento en tal o cual de
ellas. Kurt Lewin define al grupo por una doble interdependencia, entre los miembros y
entre las variables del campo; Catell, por la satisfacción que aporta a las necesidades
de sus miembros; Moreno, por las afinidades entre éstos; Homans y Bales, por las
comunicaciones en el interior del grupo y la interacción, que de ello resulta, en cada
uno de los miembros. He aquí dos definiciones tomadas de esta escuela
«interaccionista»:
6
para que cada uno pueda comunicarse con todos los demás, no por
medio de una persona interpuesta, sino cara a cara» [Homans, 1950].
«Un grupo pequeño se define como un número de personas en
interacción con cada uno de los demás, en una reunión o una serie de
reuniones cara a cara, reunión durante la cual cada miembro recibe una
impresión o percepción de cada uno de los miembros considerados como
suficientemente distinto de los demás en la medida que eso es posible,
ya sea en el mismo momento, ya sea informándose a continuación, y
durante la cual emite alguna reacción hacia cada uno de los demás,
considerado como una persona individual, con la condición, por lo
menos, de recordar que la otra persona estaba presente» [Bales 1950,
página 33].
5
Social Organization. 1909. Págs. 23-28.
7
resolución de problemas intelectuales, tal como se han multiplicado en los laboratorios
de psicología social, manifiestan generalmente una gran cortesía, pero no el
sentimiento de pertenencia ni la solidaridad típicas del grupo primario. Hablando de
grupo pequeño, se pone el acento en una dimensión numérica del grupo que permite a
cada miembro percibir a cada miembro, reaccionar a él, ser percibido por él, sin
prejuzgar la cualidad afectiva de sus relaciones. Una cuestión es saber en qué
condiciones un grupo pequeño se convierte en un grupo primario. No obstante, a nivel
de definiciones generales, y por oposición a la muchedumbre o al grupo secundario,
grupo pequeño y grupo primario pueden reunirse en una misma categoría.
8
diversos grados; la adhesión inconsciente a las representaciones sociales imaginarias,
de los clichés, de los estereotipos.
El CUADRO I resume los rasgos propios de cada una de las cinco categorías.
Semejante clasificación sistemática tiene, sobre todo, un enfoque eurístico. El cuadro
hace que aparezcan las hipótesis, que pertenecerían a la observación cuantitativa y a
la experimentación para verificar: