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Javier Ormazabal Echeverría Grandes Obras de la Edad Media y el Renacimiento

Una aproximación a la figura de Brunilda

El nombre deriva etimológicamente del alto alemán antiguo “brunia”


(armadura) y “hitia” (conflicto). Brunilda es, en la mitología nórdica, una valquiria, de
gran relevancia en la “Saga de de los vonsulgos” y en la “Edda poética”, además de
en el “Cantar de los Nibelungos”. Las valquirias eran, en la mitología nórdica,
guerreras al servicio de Odín que elegían a los más valientes de entre los muertos
de una batalla para llevarlos al Valhalla y convertirlos en ​einherjer, soldados muertos
que ayudarían a los dioses en el Ragnarok o la batalla final contra los gigantes y los
hijos de Loki. La “Saga de los vonsulgos”, texto islandés del siglo XIII, es una
versión arcaica y escrita en prosa del tema tratado en el “Cantar de los Nibelungos”.
En ella se cuenta cómo Sigfrido mata al dragón Fafnir y se apodera de un tesoro
mágico. Brunilda, en esta historia, es encerrada en un castillo por Odín y rescatada
por Sigfrido, quien promete volver para casarse con ella. No obstante, Sigfrido se
casa con Gudrun (Krimilda en el “Cantar de los Nibelungos”) y engaña a Brunilda
haciendo que se case con Gunther. Cuando descubre el engaño, Brunilda se venga
de Sigfrido, pero el arrepentimiento la hace suicidarse junto al cuerpo de Sigfrido. Se
trata de una historia basada en poemas tradicionales, algunos recogidos en la “Edda
poética”, una colección preservada en el manuscrito medieval islandés “Codex
Regius”, fuente importantísima para el estudio de la mitología escandinava y de las
leyendas heroicas germanas. En él figuran poemas mitológicos y cantos heroicos
escritos en nórdico antiguo, de entre los cuales algunos conforman el “Ciclo
Nibelungo” y cuentan la vida de Brunilda, como es el caso de ​“​Helreið Brynhildar” o
“Viaje de Brynhild al infierno”, donde se narra el viaje por el “otro mundo” de Sigfrido
y Brunilda tras la incineración de sus cuerpos. Probablemente el personaje de
Brunilda esté inspirado en Brunegilda, princesa visigoda hija de Atanagildo y
Gosuinda que posteriormente llegaría a ser reina de Austrasia.

En cualquier caso, es por su importancia en el “Cantar de los Nibelungos” y


por el posterior ciclo de óperas de Wagner que en él se basan por lo que el
personaje de Brunilda ha cobrado tanta fama. El “Cantar de los Nibelungos” es uno
de los tres cantares de gesta más conocidos. Los cantares de gesta son largos
relatos en verso sobre hechos históricos más o menos desfigurados que constan de
breves composiciones destinadas al canto. Durante mucho se pensó que estos
cantares procedían de las “cantinelas”, canciones épico-líricas contemporáneas de
los acontecimientos que relataban, y que estas pequeñas canciones iban
extendiéndose por la agregación de nuevos elementos a medida que eran cantadas
de generación en generación. Actualmente, por la influencia de los estudios de

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especialistas tales como Martín de Riquer, se han popularizado esas tesis


tradicionalistas, que anteriormente habían sido disputadas por Joseph Bédier, según
quien los cantares de gesta era creaciones individuales. Riquer sostiene que esas
canciones breves son objeto de numerosas reelaboraciones hasta alcanzar el
estado de los textos que se conservan1. El “Cantar de los Nibelungos” es un cantar
de gesta de origen germánico escrito en torno al siglo XIII. Son las hazañas de
Sigfrido cantadas por las eddas, sagas o escaldas, las que dan lugar a este cantar.
Algunos de sus rasgos creativos distintivos son la caracterización psicológica de la
protagonista Krimilda, que evoluciona desde la inocencia y castidad juveniles al
rencor despiadado, y la grandeza de los personajes, capaces de hazañas
sobrenaturales. La lengua en la que está escrito es el dialecto germánico, y la
métrica se distingue por la regularidad y perfección formal con estrofas de cuatro
versos largos con dos rimas distintas2.

En el “Cantar de los Nibelungos”, Brunilda es descrita como una reina


hermosa y poderosa, peligrosa según Sigfrido. Es víctima de una treta mediante la
cual Sigfrido logra que se case con Gunther, de modo que éste le pueda conceder la
mano de su hermana Krimilda. Sigfrido hace uso de la capa mágica que obtuvo del
enano Alberico para ayudar a Gunther en las tres pruebas que debe superar para
poder casarse con Brunilda. Posteriormente volverá a utilizarla para dominar a
Brunilda con el fin de que pueda acostarse con el rey Gunther. Brunilda es, pues,
arrebatada de su tierra y de su gente, y con ello de su orgullo como la gran y
poderosa reina que era, y pasa a vivir en la corte de Worms como una reina menos
relevante y, sobre todo, sometida al poder de Gunther. Su malicia en este cantar es
relativa, ya que en verdad la rivalidad que surge entre ella y Krimilda se sigue de
unas declaraciones humillantes de Krimilda. Krimilda, ante la acusación de Brunilda
de que tanto ella como su esposo Sigfrido son vasallos al servicio del rey, la tacha
de concubina de Sigfrido y le muestra el cinturón y el anillo que dice Sigfrido haberle
robado cuando la sometió en el lecho a petición de Gunther. No obstante, Brunilda
de veras creía que Sigfrido era un vasallo del rey Gunther, pues así se lo habían
hecho creer en su país, antes de ser vencida en las tres pruebas, por lo que no es
de extrañar que, por motivos culturales, le indignara el trato que habían recibido
aquellos dos “vasallos” y el hecho de que vivieran tan lejos, en los Países Bajos,
libremente. Luego, si bien es cierto que también es descrita como una bruja y que
no carece de maldad, no se puede negar que tiene un cierto carácter de víctima, ya
que no sólo Krimilda la ha ofendido, sino que Sigfrido la ha engañado, y su propio
marido Gunther la ha usado. Su vida es, pues, objeto de juego a capricho de los

1
V.V.A.A. 2006. Cantar de gesta. En Enciclopedia Universal (5, 1013) Madrid: Larousse.
2
B. Arévalo, Ó. Ayala, M. Duran, A. López, C. Martín, A. Rico. (2012). Literatura Universal.
Barcelona: Casals.

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reyes de Burgundia y los Países Bajos, y ella no puede dejar que una vasalla como
Krimilda pretenda estar por encima de ella.

En la adaptación cinematográfica realizada por el célebre director alemán


Fritz Lang en 1924 y titulada “Los Nibelungos: La muerte de Sigfrido”, Brunilda es un
personaje más burlón, más hiriente y malintencionado. En ella Brunilda pide ir a la
misa expresamente con los atavíos de reina de Burgundia para poder hacer rabiar a
Krimilda poniéndose delante de ella, y la llama “esposa de un vasallo” repetidas
veces para molestarla. Su propósito es que o Hagen o Gunther maten a Sigfrido, o
que lo envíen cuanto antes a su país de origen. En el libro también quiere que lo
echen de Worms, pero no hay un odio personal antes del enfrentamiento entre ella y
Krimilda. El carácter malévolo de Brunilda está remarcado por Fritz Lang. En el libro
Brunilda llora cuando Krimilda y Sigfrido se van a casar; esto parece deberse a un
factor meramente relacionado con el honor, con el hecho de que la hermana de su
marido, que es de sangre real, vaya a contraer matrimonio con un vasallo, pero no
hay odio ni desprecio, sino más bien un cierto desdén debido a su superioridad, y
parte de su tristeza aparece cuando el tesoro de los nibelungos está siendo
derrochado. Además, en la película a Brunilda no le cuesta nada convencer a
Gunther para que maten a Sigfrido; consigue hacer ver a Gunther enseguida que su
honor ha sido manchado y que sienta rencor para con Sigfrido. En el libro es Hagen
el que propone matar a Sigfrido, no Brunilda directamente (la muerte de Sigfrido
tiene más que ver con la ambición y la envidia de Hagen que con el odio de
Brunilda), y Gunther simplemente decide seguir los consejos de Hagen, sin ser él
mismo quien decide por voluntad propia matar a Sigfrido. Después, cuando Gunther
le cuenta a Brunilda que Sigfrido ha muerto, Brunilda se ríe a carcajadas, no así en
el libro: parece ser que en la película el personaje de Brunilda se identifica más con
el concepto que se suele tener de una bruja, más que con el tipo de bruja que se
describe en el Cantar, donde Brunilda es fuerte, poderosa, temible y arrogante, pero
no tan mezquina.

En cualquier caso, lo que caracteriza a Brunilda es su orgullo, su soberbia. El


hecho de que un rey extranjero logre vencerla en las tres pruebas le es demasiado
humillante como para simplemente aceptar la derrota humildemente; tanto es así
que luego no querrá ser tocada en el lecho. Es en todo momento la impotencia y la
vulnerabilidad la que la hacen ceder, pues nunca lo haría por voluntad propia. Por
eso, si desarrolla un odio personal contra Sigfrido no es por envidia o celos como le
ocurre a Hagen, sino porque considera que su dignidad ha sido manchada. La
deshonra que recibe por parte de Krimilda es tan hiriente para ella que se paga con

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la misma muerte de Sigfrido. Después de haber cumplido su papel narrativo,


Brunilda no vuelve a aparecer en la segunda parte del “Cantar de los Nibelungos”.
Es posteriormente en “​Die Nibelungenklage”, poema heroico que funciona como
secuela del cantar, donde se describe cómo Brunilda llora la muerte de Gunther y
cómo, tras reunirse con todos los nobles del reino, se decide coronar como nuevo
rey de Worms a Sigfrido, hijo de Brunilda y del fallecido Gunther.

La influencia que ha tenido este personaje en obras posteriores es notoria, no


sólo en las directamente relacionadas con la historia de los nibelungos, como puede
ser el ciclo de “El anillo del nibelungo” de Wagner, hasta el punto en que existen
multitud de personajes de ficción actuales basados en Brunilda. Uno de los ejemplos
más destacables es “La Bella Durmiente”, cuento de hadas que consta de más de
una versión literaria y que fue llevada a la gran pantalla en 1959 por la productora
Walt Disney. Este cuento toma como una de sus fuentes principales la “Saga
Volsunga”, y el paralelismo entre Aurora y Brunilda deja verse en la misma trama
principal, en la que Aurora es encerrada en la torre de un castillo remoto del que no
podrá escapar a menos que un príncipe la rescate y se case con ella. En los cómics
de Marvel, el personaje “Valquiria” está basado en Brunilda. En la película de
Quentin Tarantino “Django desencadenado”, la esposa del protagonista tiene por
nombre Broomhilda, y se hace referencia a su cautiverio por esclavistas alemanes y
a la leyenda en la que la princesa Brunilda era castigada por su padre y encerrada
en una torre custodiada por un dragón. Otros ejemplos podrían ser la película de
Hayao Miyazaki “Ponyo en el acantilado”, cuya protagonista es llamada “Brunilda”
por sus padres, la serie de televisión “Vikingos”, en la que se menciona a Brunilda
como madre de la princesa Aslaug, y el manga y anime “Los caballeros del
Zodiaco”, en el que el personaje Hilda de Polaris, de mismo carácter y rasgos físicos
que Brunilda, ambiciona el anillo nibelungo y posee la espada Balmunga tras la
muerte de Siegfried.

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