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TERREMOTOS EN MÉXICO Y CONTANDO…

Septiembre/2017
Texto: Susana Zavala-Orozco
Análisis: Daniel Gómez, Wilant Gomari y Erandi Flores

Como bienvenida al siglo XX, México recibió un terremoto de 8.4 grados de magnitud, el epicentro se focalizó
en el estado de Jalisco. No hay registro de víctimas mortales.
Los avances tecnológicos han permitido saber cuántos sismos, en dónde, a qué hora ocurrieron y de qué
magnitud fueron, lo que aún no es posible precisar es la frecuencia exacta de cuándo van a repetirse y en que
escala.
Por ejemplo, sabemos que en 1902 cuatro sismos por arriba de 7.0 grados cimbraron distintos puntos de las
costas del Pacífico en la zona el Cinturón de Fuego y que de 1917 a 1920, aunque hubo intensa actividad
telúrica, no se presentaron movimientos que rebasaron esta intensidad.
Unos meses antes de despedirse la Era, el 30 de septiembre de 1999, un movimiento con intensidad de 7.5 grados
con epicentro en Puerto Ángel, Oaxaca, azotó varios estados, el saldo del desastre natural reportó 50 decesos,
215 heridos, cientos de viviendas y edificios dañados, los servicios públicos fueron interrumpidos y los caminos
bloqueados por deslizamientos de tierra.
En 117 años, al territorio mexicano lo han cimbrado 85 terremotos con una magnitud mayor o igual a 7.0 grados.

México y su geografía de riesgo


28 placas tectónicas, de 70 kilómetros de grosor aproximadamente, componen la Tierra. Éstas tienen diferentes
características físicas y químicas, y se encuentran en un proceso de acoplamiento desde hace millones de años.
De hecho, la forma de la superficie de nuestro planeta se debe a este continúo acomodo, los relieves
geográficos de los continentes se deben a estos cambios.
El continente americano y concretamente nuestro país cuenta con un área de actividad sísmica que afecta
no sólo a la región donde se conectan las placas tectónicas sino al interior del territorio nacional, siendo la
Ciudad de México (CDMX) una de las más afectadas.
En materia sismológica, nuestro país esta geográficamente divido en cuatro zonas. La zona A es la más segura,
ahí no se han reportado sismos de gran magnitud en los últimos años, la B y C son de mediano riesgo y no son
origen de los movimientos.
Para conocer más sobre la situación en que se encuentra la CDMX, la doctora Ericka Solano, profesora de
sismología en la UNAM y becaria en Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional de México (SSN-
UNAM) nos da más detalles con respecto a la ciudad.
"La más peligrosa es la zona D que se divide en dos tipos de riesgo, en el Norte por la Falla de San Andrés, límite
entre la placa Norteamericana y la placa del Pacífico; y al sur, por la Brecha de Guerrero, entre la Placa de
Cocos y la placa Norteamericana, llamada Trinchera Mesoamericana".
"La Ciudad de México se ubica en la zona B, que posee un terreno acuoso, está ubicada justo en lo que hace
500 años era el corazón del Lago de Texcoco y aunque, no es zona de origen de epicentros de gran magnitud,
tiende a magnificar la intensidad de los movimientos", señaló la académica.

Sismos: de la irá de los Dioses a la certeza científica


La energía que detonan las capas de la corteza en su continuo roce es colosal, su fuerza es inagotable, así
como su permanente movimiento.
Este fenómeno no cesa, ni cesará. En las regiones sísmicas la actividad telúrica de baja magnitud es totalmente
natural y necesaria, los ajustes tectónicos periódicos evitan los colapsos en las placas y espacian los terremotos
intensos.
El siguiente gráfico muestra el registro de la actividad sísmica, considerando todas las magnitudes (Mw), de dos
meses de actividad previa al terremoto del pasado 7 de septiembre con epicentro en Tonalá, Chiapas y que
dejó devastación en más de 40 municipios de Oaxaca.

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