Sie sind auf Seite 1von 4

UNA REALIDAD EN LAS FAMILIAS SALVADOREÑAS LLAMADA: VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Por: Mario Alfonso Ortiz Morán

El problema de violencia intrafamiliar o como le prefieren llamar otros: violencia

doméstica, no distingue esferas sociales, edad, sexo; y sus efectos se reflejan

mediante diferentes modalidades, ejercidas en el seno del hogar; por cuanto, este

problema debe ser erradicado desde sus causas más determinantes como por ejemplo

el machismo, los mitos, el pensar que la mujer es “el sexo débil” y el no uso de las

teorías de género, son solo algunas de las causas que influyen en el acrecentamiento

de la violencia intrafamiliar.

Por décadas las relaciones interpersonales entre la pareja humana

(sentimentalmente ligada) ha generado que hayan desavenencias entre ambos; por lo

cual es conveniente que siempre se dé entre lo consortes, o en su caso, entre los

convivientes una perfecta armonía para que se cumpla el principal objetivo de la

convivencia de la pareja; pero la violencia intrafamiliar no es estrictamente sólo de la

pareja ya que puede recaer también en los hijos y en las personas adulto mayor; otra

situación importante es también que no solo sufren violencia intrafamiliar las personas

más vulnerables físicamente, sino también, en muchos casos los hombres son víctimas

de violencias intrafamiliar pero no tienen la suficiente madures socio-cultural para

denunciar.

Entremos entonces más a fondo en lo que interesa del tema que se trata y para

lo cual es necesario determinar desde la óptica jurídica que es lo que el Estado según

sus leyes establece como violencia intrafamiliar, y dicho concepto lo trata una ley
2

específica llamada del mismo nombre Ley Contra la Violencia Intrafamiliar (en adelante

LCVIF) y esta regula en su artículo tres: constituye violencia intrafamiliar, cualquier

acción u omisión, directa o indirecta que cause daño, sufrimiento físico, sexual,

psicológico o muerte a las personas integrantes de la familia, entendemos pues que no

sólo es un daño físico, es también psicológico que en muchos casos es mucho más

grave porque no es sanable a corto plazo.

Surge entonces la siguiente pregunta y ¿en qué calidades se puede vivir la

violencia intrafamiliar? existe un sujeto agresor que a través de una acción u omisión

busca un daño sobre la integridad física, psicológica o una afectación económica de la

persona que recibe la acción; existe también una víctima que es la que se convierte en

la receptora de las acciones de aquel.

También nos podemos preguntar ¿quiénes son los sujetos de violencia

intrafamiliar? los que se pueden convertir en sujeto activo o pasivo según el artículo

uno inciso último de la LCVIF son: los cónyuges, ex-cónyuges, convivientes, ex-

convivientes, ascendientes, descendientes, parientes colaterales por consanguinidad,

afinidad, adopción, los sujetos a tutela o guarda, así como cualquier otra relación

interpersonal que pueda generar este tipo de violencia. Vemos pues, que el alcance

para la aplicación de esta ley es muy amplio en cuanto a los miembros de la familia

que, no solamente se limita a la familia nuclear sino también a la extensa ya que toma

en cuenta a todos los miembros ligados por grados de parentesco por consanguinidad

o afinidad.
3

Ante el fenómeno de la violencia intrafamiliar existe una protección para la

víctima por parte del Estado, por cuanto le da los medios de defensa a través de sus

instituciones protectoras como Ciudad Mujer, ISDEMU, para el caso la Policía Nacional

Civil, es la primera en la mayoría de veces en tener el primer contacto con la víctima ya

que los agentes policiales pueden intervenir de manera preventiva en los casos de

violencia intrafamiliar sea por denuncia o aviso y en su caso de oficio, teniendo en

cuenta que el proceder policial no está limitado a una intervención somera, sino

también puede incluso llegar a privar de libertad a la persona agresora en caso de que

sea reincidente o la violencia constituya delito por habérsele atribuido judicialmente

violencia intrafamiliar en proceso previo.

Está también el procedimiento en la Procuraduría General de la República en

donde la víctima acude a pedir intervención estatal y se cita al supuesto agresor para

que en audiencia conciliatoria acepte los hechos de violencia o no y en caso de que

sea evidente la violencia y no haya una aceptación del agresor, esta institución notifica

y traslada el proceso a la otra institución gubernamental interviniente que es el Órgano

Judicial a través de los Juzgados de Paz o de Familia en donde se sigue un proceso de

violencia intrafamiliar en donde puede atribuírsele la violencia intrafamiliar al sujeto

agresor.

El juez puede imponer medidas preventivas o de protección para el menor

contacto entre agresor y víctima, aunque también lo puede hacer desde el momento en

que se inicia el proceso o dentro de este dependiendo de la necesidad del caso. Si se

atribuye la violencia intrafamiliar al sujeto agresor por el Juez y este incumple las

medidas preventivas o de protección, este comete el delito de Violencia Intrafamiliar por


4

que ya se cumple el requisito sine qua non que establece el Código Penal en el artículo

doscientos para que se configure dicho delito.

El problema comentado se encuentra en los hogares salvadoreños, no

importando su esfera social, religión o condición política, son muy pocos los hogares

que no sufren algún tipo de violencia y por lo general en los estratos más altos no se

denuncia la violencia intrafamiliar en la medida como lo hacen los estratos sociales

marginales, es obvio que los primeros se sientan presionados por acondicionamiento

social y económicos ya que la mujer a este nivel, depende mucho económicamente del

hombre el cual aparece como mayor agresor, pero no porque sea sólo él el sujeto

activo, sino más bien porque este muy pocas veces se atreve a denuncian el maltrato,

debido al machismo u orgullo de que no se burlen de él, ya que nuestra sociedad ésta

llena de paradigmas que serán muy difíciles de cambiar, pero no imposible.

En tal sentido lo realmente importante es hacer consciencia a que se tenga el

valor de permitir al Estado, a través de las instituciones que se encargan de su

tratamiento, su intervención para erradicar este flagelo que afecta considerablemente

de manera silenciosa a muchas más familias de las que nos imaginamos en El

Salvador.

Das könnte Ihnen auch gefallen