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El Ámbito Homófilo En Memorias De Adriano

La homosexualidad en Memorias de Adriano no es un tema para tratar con el criterio o el


entendimiento del término homófilo (homosexual) que se concibe hoy en día; puesto que
en esa época tan antigua las relaciones entre dos individuos del mismo género eran vistas
como un aspecto normal y de elección personal por el hecho de que las personas se veían
atraídas a la belleza mas no exclusiva y excluyentemente a la belleza del sexo opuesto. El
desprecio por la mujer de estos tiempos pudo haber sido un factor determinante que da
una explicación a la tendencia homosexual.

La mujer de la era antigua, de manera exagerada, se destacó por desarrollar un papel de


invisibilidad. Las mujeres no tenían raciocinio ni voluntad y solo eran valoradas entre los
quince y los veintitrés años porque era en ese período cuando se consideraba que sus
cuerpos eran útiles y apetecibles para el sexo opuesto. En cuanto a su desempeño
político, la mujer no tenía derechos reconocidos; ni públicos ni privados, no tenían
autonomía para decidir sobre sus propias vidas ni sus propios cuerpos, sobre su
matrimonio ni su concepción. También su desarrollo en el entorno sociocultural fue muy
limitado, así como sus capacidades intelectuales y espirituales; les fue prohibida una
educación de algo diferente o que no se relacionase con su función maternal.
Indudablemente esa sociedad patriarcal tipificaba a la mujer como un ser insuficiente, de
modo que el individuo que naciera mujer sería considerado más bien “un hombre
frustrado”. Así que la idea de que un hombre se estableciera con un ser analfabeta,
ignorante y despreciado era poco apetecida y solo de una forma el hombre estaba en
necesidad de una mujer: cuando deseaba un heredero y sucesor de sus más valiosos
méritos. Definitivamente no tener más que una mujer podría ser visto como el equivalente
a vivir en la mediocridad. Sin embargo, Adriano no fue el único gobernante destacable por
su gusto por los hombres.

Plutarco argumentaba que el amor de Alejandro Magno (Megas Alexandros) hacia los
hombres tenía un contexto ético, inspirado por las enseñanzas de su mentor, Aristóteles.
Alejandro fue rey de Macedonia desde 336 a.c. hasta su muerte en 323 a.c. en Babilonia y
es considerado como uno de los líderes militares más importantes de la historia por su
conquista del imperio persa.

Se cree que su mayor apego emocional por otro hombre fue el que tuvo con su compañero
y posible amante, Hefestión. Seguramente se conocían desde niños puesto que Hefestión
también se educó en la corte de Filipo. Alejandro tiene otra similitud con Adriano y es que
Alejandro también consideró y reflexionó acerca de los placeres. Alejandro repudiaba a tal
punto las relaciones con finalidad sexual (los placeres sexuales) que su madre, Olimpia,
estaba ansiosa por temor de que Alejandro no dejara descendencia. Eumenes afirmaba
que “Alejandro no se sentía a gusto con el sexo”.

En lo referente a las mujeres, Alejandro pasaba frente a ellas, sin importar su belleza,
como si fueran las imágenes sin alma de unas estatuas. Por ende, Alejandro y Adriano
compartieron aspectos similares de sus vidas y vivieron en épocas caracterizadas por el
desprecio ante las mujeres, donde el término “homosexual” no existía y tener una relación
afectuosa con otro individuo del mismo género era visto como algo común.

Carlos Escobar

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