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Sacramentado
Ritos Iniciales
1. Se ha de preparar el lugar como se considere pertinente, siempre teniendo en cuenta
que el lugar donde la custodia sea colocada debe ser visto por todo el pueblo y ser céntrico,
así mismo para el ambón desde donde se ha de proclamar el Evangelio del día.
2. El altar donde se expondrá el Santísimo Sacramento debe tener doce espacios para
las velas que representan a los doce apóstoles en la Última Cena del Señor, y al centro de
éstas el espacio en alto para la custodia.
4. Se inicia la ceremonia con la procesión de entrada con el turiferario, luego las velas
y seguido los acompañantes hasta terminar con el presidente de la ceremonia; mientras el
coro entona Cantemos al Amor de Los Amores.
5. Cuando todos estén en sus sitios, el presidente se dirige al sagrario y pone la hostia
consagrada en la custodia, la cual coloca en el altar, el presidente se pone de rodillas ante el
Santísimo con la mirada hacia el pueblo e inicia con las oraciones iniciales.
Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a ti. Quizá no se
nos ocurran muchas cosas para decir, pero queremos quedarnos y sentir tu
amor, queremos aprender a amar como Tú. Estar abiertos a tu presencia. Y
agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente
estar.
Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos,
llénanos de la vida que sólo tú puedes dar.
Meditación Contemplativa.
8. En este momento, todos, en silencio y a media luz, meditan de forma contemplativa
ante el Santísimo. Es recomendable y, si se considera oportuno, hacer lecturas de fondo
relativas a la Solemnidad de la Anunciación y sobre la Pasión y Muerte del Señor; o en su
defecto música apropiada para la contemplación.
9. Después de un espacio de tiempo apropiado, el monitor hace la invitación al pueblo
a escuchar la Proclamación del Evangelio del día.
E
n aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la
estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios.
Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será
grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, y Él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado
no tendrá fin”.
María le dijo, entonces, al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo
permanezco virgen?” El ángel le contesto: “El Espíritu Santo descenderá sobre
ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a
nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a
pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que
llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó:
“Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho”. Y el ángel se
retiró de su presencia.
Palabra del Señor
10. En la reflexión del Evangelio se expone la intención de Dios de presentarse a los
hombres por medio del ángel Gabriel a María, de igual forma de que esta intención fue para
traer a su Hijo, Redentor de la Humanidad. Así mismo los detalles de la Última Cena del
Señor, su mandamiento de amor: “Amaos como yo os he amado” y el sacrificio hecho en la
Cruz por la Salvación del Mundo.
13. El presidente de la ceremonia baja de la sede y se dirige, junto con los acólitos, al
frente del altar, el incensario debe estar cerca. Todos se arrodillan ante el Santísimo, el
presidente pone incienso en el incensario y lo inciensa arrodillado, mientras el coro entona
el Himno Tantum Ergo.
Oremos: Oh Dios que, bajo este admirable Sacramento, nos has dejado el
recuerdo de tu Pasión: concédenos, te pedimos, venerar de tal modo los
sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre para que continuamente sintamos en
nosotros los frutos de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
15. Seguido los acólitos disponen a retirarse en procesión, mientras el coro entona el
Ángelus y el Ave María.