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56 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios?

le tributaron una devoción que expresaba el reco­ 2


nocimiento típicamente cristiano de que Jesús era LA DEVOCIÓN A JESÚS
el emisario exclusivo de Dios, en quien se refleja­
ba de forma singular la gloria del Dios uno y para
Y LA PIEDAD MONOTEÍSTA DEL
JUDAÍSMO DEL SEGUNDO TEMPLO
quien Dios Padre exigía ahora una veneración to­
tal «como para un Dios».

Lo.'<Y'( 'N . ttwnolo Tanto para quienes observan la tradición cristia­

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na desde fuera como para quienes la siguen, tal vez
el rasgo más distintivo de la piedad y la fe cristianas

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neración a Jesús como un ser divino probablemente
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s,¡1�, sea lo que marque la diferencia, en lo que se refiere

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a la fe y a la praxis devocional, entre el cristianis­
mo y sus dos religiones hermanas, «procedentes de
Abrahán», que profesan el monoteísmo. De hecho,
a lo largo de los siglos, para muchos judíos y musul­
manes piadosos el culto tributado a Jesús ha sido el
aspecto más inaceptable de la fe cristiana 1•
Si se me permite la franqueza, desde la perspec­
tiva del riguroso monoteísmo de los judíos y los
musulmanes piadosos, la veneración cristiana por
Jesús como un ser divino puede ser vista como algo
ridículo e incluso blasfemo. En términos históricos,

1. Por ejemplo, ya en el siglo II Trifón considera la devoción a


Jesús como algo blasfemo (Justino Mártir, Dial. 38, 1).
58 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 59

parece muy difícil entender cómo este culto a Je­ antigua a Jesús como un ser divino se interpreta de
sús como alguien divino pudo surgir en la matriz forma más adecuada como una asombrosa innova­
del judaísmo del Segundo Templo de donde nace el ción y como una novedosa expresión de la piedad
cristianismo primitivo. monoteísta característica de la tradición del judaís­
Como señalamos en el capítulo anterior, la excel­ mo del Segundo Templo3•
sa condición de Jesús en la devoción cristiana tradi­
cional suele explicarse históricamente como el resul­ 1. IMPORTANCIA DE LAS CUESTIONES CRONOLÓGICAS
tado, en gran medida, del influjo pagano de la época
romana, y más en concreto de la disposición del pa­ Lo primero que deseo subrayar es que la devo­
ganismo antiguo a divinizar figuras humanas, tales ción a Jesús se desarrolló muy pronto y muy rápida­
como héroes y gobernantes (apoteosis). Bajo esos mente. Al comienzo de mi investigación, fue sobre
influjos ­de acuerdo con una teoría muy divulgada­ todo el profesor de la Universidad de Tubinga Mar­
la piedad monoteísta supuestamente «más pura» de tín Hengel quien, con los contundentes argumentos
los círculos originales de seguidores judíos de Jesús ­tan característicos de él­ que exponía en uno de
se transformó en la pauta de fe y praxis devocional sus trabajos, me hizo reparar en esto4. Las fuentes
cristiana que nos resulta más conocida. históricas más antiguas que han llegado hasta noso­
En una serie de publicaciones a lo largo de mu­ tros para estudiar los orígenes del cristianismo son
chos años, he ofrecido descripciones y análisis his­ las cartas del antes fariseo Saulo de Tarso, más co­
tóricos de la primitiva devoción a Jesús, subrayan­ nocido hoy como el apóstol Pablo". Estas cartas for­
do sus rasgos más llamativos2• Asimismo, junto a man parte del Nuevo Testamento, «Escritura» para
otros estudiosos he planteado que los testimonios
históricos realmente no permiten atribuir la devo­ 3. A. F. Sega!, Rebecca's Children: Judaism and Christianity in
the Roman World, Cambridge 1986, explora en este sugerente libro
ción a Jesús a los influjos paganos, ni tampoco res­ de una forma más minuciosa los orígenes del judaísmo rabínico y del
paldan un modelo de desarrollo evolutivo, según cristianismo como movimientos «hermanos» que surgieron a partir
de la tradición bíblico/judía de la época romana anterior.
el cual el Jesús divino no apareció hasta una etapa 4. M. Hengel, Christologie und neutestamentliche Chronologie, en
H. Baltensweiler ­ B. Reicke (eds.), Neues Testament und Geschichte.
posterior del movimiento cristiano primitivo. En la Festschrift O Cullmann, Zürich­Tübingen 1972, 43­67. Cito la traduc­
reflexión siguiente, y basándome en esos estudios ción inglesa: Christology and New Testament Chronology, en Between
Jesus and Paul, London 1983, 30­47.
previos, pretendo mostrar por qué la devoción más 5. La literatura académica sobre Saulo/Pablo es inmensa. Con
fines propedéuticos, cabe destacar el reciente libro de C. Roetzel,
Paul: The Man and the Myth, Minneapolis 1999. Para un arsenal de
2. Cf en especial L. W Hurtado, Señor Jesucristo, Salamanca información fundamental, cf. G. F. Hawthome ­ R. P. Martín ­ D. G.
2008; Id., One God, One Lord, Philadelphia 1988, London 22003. Reid (eds.), Dictionary of Paul and His Letters, Downers Grove 1993.
60 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Dcvocion a Jesús y 11101101císmo judío 61

los cristianos y también valiosísimas para la investi­ Pablo probablemente sea el más famoso converso
gación histórica sobre el cristianismo primitivo. a la fe cristiana primitiva. De acuerdo con todos
Por lo general, los exegetas coinciden en que los cálculos, su conversión debe fecharse muy po­
siete de las cartas neotestamentarias atribuidas a cos años después de la ejecución de Jesús ( o sea, en
Pablo fueron sin duda alguna escritas por él. Estas algún momento de comienzos o mediados de la dé­
se suelen fechar entre finales de los años cuarenta cada de los treinta). Además, en un pasaje autobio­
y comienzos de los sesenta del siglo l. Tal como gráfico de su carta a los conversos de Galacia (una
advertía Hengel, llama la atención que las cartas de región de la actual Turquía), descubrimos que antes
Pablo llegadas a nosotros presupongan un elevado de su conversión se había dedicado con celo a seguir
concepto de Jesús como «Mesías» ( christos en grie­ las tradiciones judías y que, llevado por ese celo, ha­
go), «Señor» (kyrios en griego) e «hijo» de Dios, así bía intentado enérgicamente destruir el joven movi­
como un modelo de devoción que venera a Jesús de miento cristiano (Gal 1, 13­14)9. Obviamente, debió
una manera que equivale a tratarlo como si fuera de encontrar en él algo inaceptable, tan reprochable
en cierto sentido divino6. Sin embargo, el espacio que puso todo su empeño en eliminarlo.
de tiempo entre la probable fecha de la ejecución de A fin de evitar malentendidos, debo insistir en
Jesús (30­33 d.C.) y la primera de las cartas de Pa­ que su oposición violenta iba dirigida contra algu­
blo conservadas (ca. 50 d.C., tal vez algunos años nos correligionarios judíos. Hemos de advertir que
antes) es de apenas veinte años7• Citando fa gráfica la «iglesia» que provocó la ira de este celoso fariseo
frase de Hengel, «en lo esencial, para la cristología de nombre Saulo era todavía un nuevo movimiento
[la fe en y sobre Jesús] fue más trascendental lo que religioso totalmente inmerso en la comunidad/tra­
sucedió en esos pocos años que durante los siguien­ dición judía de la época. Por tanto, parece que este
tes siete siglos de historia de la Iglesia»8• devoto fariseo estaba preocupado por proteger la
De hecho, si reflexionamos algo más al respecto,
llegaremos a una conclusión cronológica más asom­ 9. Gal 1, 11­2, 21 es el pasaje autobiográfico más amplio en las
cartas auténticas de Pablo, e incluye la referencia más explícita a su
brosa todavía. El hombre conocido como el apóstol conversión, pasando de ser un violento oponente al movimiento de
Jesús a un ferviente defensor de la devoción a su persona. En este
pasaje atribuye su transformación religiosa a una revelación divina
6. He reflexionado sobre los testimonios acerca de la devoción (Gal 1, 11­17). Otro relevante pasaje autobiográfico es Flp 3, 1­11,
a Jesús en las cartas de Pablo con mucha mayor extensión en L. W donde también remite a sus muy tradicionales antecedentes judíos y a
Hurtado, Señor Jesucristo, 105­186. su actitud religiosa previa a la conversión, incluyendo su afirmación
7. 1 Tes suele datarse entre el 48 y el 51 d.C. Sobre las fechas de las de haber sido fariseo. En 1 Cor 15, 8­1 O hay otra referencia más breve
actividades de Pablo en los debates exegéticos, cf. por ejemplo L. C. A. a su conversión. Para una reflexión más minuciosa, cf. por ejemplo
Alexander, Chronology of Paul, en Dictionary of Paul, 115­123. M. Hengel, The Pre-Christian Paul, London 1991, y más brevemente
8. M. Hengel, Between Jesus and Paul, 39­40. C. Roetzel, Paul: The Man and the Myth, 8­43.
62 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monotelsmojudio 63

integridad religiosa de su religión ancestral frente dición única y sublime. Es decir, en lo fundamental,
a las ­según él­ inapropiadas e incluso peligrosas fa conversión de Pablo parece haber sido un cambio
transformaciones que se manifestaban en los prime­ radical de sus ideas acerca de Jesús.
ros círculos de creyentes judíos en Je$ÚS. De hecho, otros pasajes de sus cartas nos pro­
Pablo no dice de forma explícita qué aspecto de porcionan bastantes indicios de hasta qué pun­
los seguidores de Jesús motivó su vehemente oposi­ to fue radical ese cambio en su forma de pensar
ción, de modo que los exegetas han considerado un acerca de Jesús. En Gal 3, 13­14 (en medio de una
abanico de posibilidades". Algunos han propuesto discusión que contiene sutiles y complejas referen­
que a Saulo le preocupaba el hecho de que los ju­ cias a pasajes de distintos libros de la Biblia), Pa­
deocristianos no cumplían adecuadamente la To­ blo se refiere a Jesús diciendo que ha redimido a
rá, o de que confraternizaban con excesiva libertad los creyentes «haciéndose una maldición por noso­
con los gentiles. En cualquier caso, no hay pruebas. tros», y luego cita un versículo del Deuteronomio:
de que alguna de esas posibilidades fuese un ele­ «Maldito es el que cuelga del madero» (Dt 21, 23).
mento característico del movimiento de Jesús du­ Una posibilidad interesante es que aquí Pablo esté
rante los primeros años, cuando Saulo desplegaba reinterpretando en sentido positivo una referencia
sus celosos esfuerzos. Parece probable que entre las extremadamente negativa a Jesús como «maldito»
razones que tenía para proceder contra los prime­ que pudo haber tenido su origen entre quienes lo
ros judeocristianos sobresaliera su indignación a veían como un falso maestro/ profeta. Para ellos,
causa de las afirmaciones que estos hacían acerca la ejecución de Jesús había sido un castigo justo e
de Jesús y de la veneración que le tributaban. A mi indicaba que había caído bajo la maldición divina a
entender, resulta particularmente significativo el causa de su mala conducta 11• Si Saulo el fariseo, el
hecho de que Pablo explique que su reorientación Pablo «precristiano», se encontraba entre quienes
religiosa se debió a una revelación divina de Jesús juzgaban que Jesús era un profeta/ maestro falso
como «Hijo» único de Dios (Gal 1, 15). Esto su­
11. G. N. Stanton, Jesus of Nazareth: A Magician and False Pro-
giere que el elemento cognitivo fundamental en la phet Who Deceived God's People?, en J. B. Green ­ M. Turner (eds.),
conversión de Pablo fue su descubrimiento de que Jesus of Nazareth, Lord and Christ. Essays on the Historical Jesus and
New Testament Christology, Grand Rapids 1994, 164­180, estudia los
Jesús (a quien hasta entonces probablemente había testimonios más antiguos de dichas acusaciones polémicas contra Je­
considerado un falso maestro) gozaba de una con­ sús en las fuentes judías primitivas. La declaración paulina según la
cual el Espíritu de Dios jamás impulsaría a nadie a pronunciar un
«anatema» contra Jesús (1 Cor 12, 3) puede ser otra alusión a lo que
10. Por ejemplo, cf. A. J. Hultgren, Paul's Pre-Christian Perse- sabía que era la imagen negativa de Jesús que algunos correligionarios
cutions of the Church: Their Purpose, Locale and Nature: Journal of judíos sostenían, aquella imagen que en otro tiempo compartió antes
Bíblica! Literature 95 (1976) 97­111. de creer haber recibido una revelación de la verdad.
64 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 65

y maldito, y por eso consideraba que la devoción razonable, por lo tanto, es que su oposición previa
que le tributaba el movimiento de sus seguidores había estado dirigida precisamente contra el con­
era escandalosa, esto ciertamente explicaría sus de­ cepto de Jesús que se sintió movido a adoptar a raíz
nodados esfuerzos por suprimirlo. Además, si des­ de su conversión. Ello significa, a su vez, que entre
pués terminó por creer que Dios le había mostrado la aparición de un movimiento judío de seguido­
que estaba completamente equivocado y que, en res de Jesús muy poco después de que este fuera
realidad, Jesús contaba con la aprobación suprema crucificado y la conversión de Pablo (quizás en el
por parte de Dios y gozaba de su favor especial, sin transcurso de uno o dos años, o en cualquier caso
duda esto daría razón del repentino y trascendental pocos más), la devoción a Jesús ya era un rasgo
cambio de Pablo, por el que pasó de ser un oponen­ definitorio de dicho movimiento. Más aún, ya en
te a un defensor del movimiento cristiano y de su ese momento la devoción a Jesús debía ser lo sufi­
mensaje acerca de Jesús. cientemente llamativa (audaz, incluso) como para
En otro pasaje, Pablo considera que los judíos hacer que este antes ferviente fariseo se decidiera
que son incapaces de percibir que el Jesús resucita­ a destruir lo que consideraba una innovación ina­
do y exaltado porta la gloria de Dios, y que es acla­ ceptable en la religión judía del Segundo Templo.
mado justamente como «Señor», padecen ceguera Tuvo que tratarse de una ofensa enorme por parte
espiritual (2 Cor 3, 7­4, 6, especialmente 3, 12­18). de los judeocristianos la que suscitó el tipo de celo,
Parece bastante probable, además, que aquí Pablo similar al de Pinjás, con el que Saulo / Pablo atacó
se inspira en su pasado, en su concepto previamente el movimiento de Jesús12•
negativo de Jesús y en la radical reconsideración de No es probable que relacionarse socialmente con
él que creía haber recibido por revelación divina. A los gentiles, ni siquiera el ser menos observantes
la luz de dicha revelación, Pablo se percató de que de la Torá de lo que habrían preferido los fariseos,
su anterior rechazo de la proclamación de la condi­ provocase este tipo de acción. De hecho, existía una
ción gloriosa de Jesús era ciego y erróneo. considerable diversidad dentro del judaísmo del Se­
Resumamos lo que hemos expuesto hasta aho­ gundo Templo, y los fariseos no poseían ni la au­
ra. Pablo remite a su propia conversión como un toridad ni el poder de regular una expresión unifor­
acontecimiento centrado fundamentalmente en el me de ser judío. Sin embargo, parece ser que para
reconocimiento de la condición gloriosa de Jesús.
Además, después de su conversión se incorporó en­ 12. La referencia de Pablo a su «celo» sugiere una alusión a la
tradición asociada con la acción de vigilancia de Pinjás (Nm 25). Cf.
seguida al movimiento religioso y a la fe en Jesús T. Seland, Saul of Tarsus and Early Zealotism: Reading Gal 1, 13-14
que había tratado de destruir. La deducción más in Light of Philo's Writings: Bíblica 83 (2002) 449­471.
66 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteismo judío 67

el devoto fariseo Saulo/Pablo el joven movimiento ensalzado a quien se invoca como «Señor» en esta
de Jesús traspasó los límites aceptables dentro de la fórmula. Nótese que en este caso Pablo opta por no
variedad, y a su juicio ello exigía una acción urgente traducir la expresión para su iglesia grecoparlante
y contundente. de Corinto, posiblemente porque esperaba que sus
Asimismo, es importante notar que, después de lectores la reconociesen. Ello puede deberse a que
su conversión, Pablo nunca da a entender que las era una de las fórmulas de devoción de los grupos de
afirmaciones y las prácticas devocionales que afir­ lengua aramea del movimiento cristiano primitivo
ma y refleja en sus cartas representen algo novedoso que él transmitió a sus conversos gentiles de lengua
para él. De hecho, insiste en que, en esos temas, griega; una especie de gesto de solidaridad religiosa
tanto él como otros judeocristianos de la iglesia de hacia los creyentes de Judea, de quienes Pablo dice
Jerusalén comparten la misma fe y el mismo patrón que son predecesores de sus conversos gentiles ( cf.
de devoción (por ejemplo, 1 Cor 15, 1­11). Por con­ 1 Tes 2, 13­16; Rom 15, 25­27). Otros ejemplos de
siguiente, no hay razón alguna para pensar que Pa­ expresiones devocionales que derivan de los círculos
blo fuera particularmente responsable de inventar cristianos de lengua aramea y que Pablo hizo circu­
la idea de que Jesús debía ser venerado como un lar entre las asambleas que fundó incluyen «Abba»,
ser divino, o que esta visión de Jesús distinguiera a como expresión piadosa para dirigirse a Dios en la
las iglesias fundadas por él. En realidad, todas las oración (Rom 8, 15; Gal 4, 6) y «amén».
pruebas apuntan hacia la conclusión opuesta: que Para que quede bien claro, insisto en que la ex­
la devoción a Jesús que Pablo constata en sus car­ presión «Marana tha» tuvo que ser transmitida a
tas ya era patente en los primeros círculos de judeo­ los conversos grecoparlantes de Pablo como una
cristianos, incluyendo aquellos de los primerísimos fórmula piadosa ya convencional, lo cual confirma
años ( tal vez meses) en la Judea romana. que la postura reflejada en dicha expresión era un
Gran parte de los exegetas admite que incluso rasgo conocido de los grupos cristianos de lengua
poseemos en 1 Cor 16, 22 un fragmento lingüísti­ aramea mucho antes de la fecha en que se escribió
co, una auténtica reliquia de la praxis devocional de 1 Corintios. De hecho, como he planteado aquí (y
los grupos de judeocristianos de lengua aramea. La de modo más exhaustivo en publicaciones anterio­
expresión sin traducir que hallamos aquí, «Marana res), parece muy probable que este tipo de devoción
tha», suele considerarse una oración o una fórmula a Jesús estallase con sorprendente fuerza y rapiid ez 13 .
de invocación, y probablemente deba ser traducida
más o menos como «¡Señor, ven!». La mayoría de 13. Por ejemplo, L. W Hurtado, Lord Jesus Christ, 134­153 (ver­
los estudiosos también coincide en que es el Jesús sión cast.: Señor Jesucristo, 165­186).
68 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios?
Devoción a Jesús y monoteismojudio 69

Según sostenía Hengel en aquel importante trab ·


. ªJo ciones populares, y pese a lo dificil que pueda re­
que ya he �itado, el periodo verdaderamente crucial
sultar explicarlo, muy pronto aparece con bastante
para
. el ongen
. de esas llamativas creencias sobre l a
claridad una fuerte devoción a Jesús, la cual fue
importancia de Jesús son «los cuatro o cinco prime­
una característica general en los primeros años del
ros años» del primitivo movimiento cristiann«
movimiento cristiano.
Un periodo de tiempo tan extraordinaria�ente
temprano y breve no permite un proceso evolutiv
con múltiples fases, en el que las influencias paga, 2. DEMOGRAFÍA
nas se filtren de manera paulatina y tengan efectos El segundo aspecto en el que me gustaría insistir
presuntamente trascendentales a lo largo de varias es en la cuestión demográfica. Debemos recordar
décadas. Por el c?ntrario, los hitos cronológicos pa­
que estamos tratando de un movimiento religioso
rece que nos obligan a pensar que la devoción a Je­ de procedenciajudía, especialmente en las trascen­
sús reflejada en las cartas de Pablo se produjo más dentales dos primeras décadas de lo que llegó a ser
como una explosión que como una evolución, al el «cristianismo». La religión que a finales (o a lo
menos en sus componentes más importantes. Los largo) del siglo II d.C. estaba compuesta predomi­
datos cronológicos contradicen cualquier idea de nantemente por gentiles, sin lugar a dudas comen­
una lenta «filtración» de las ideas paganas politeís­ zó en la Judea romana y, al menos en un principio,
tas Y I o de héroes deificados como la causa histó­ parece haber estado compuesta totalmente por
rica de la devoción a Jesús. Igualmente, y frente a judíos (y quizá también algunos prosélitos del ju­
determinadas suposiciones muy apreciadas, a la daísmo, como el Nicolás de Hch 6, 5). Además, en
luz de los datos cronológicos no resulta coherente la medida en que podemos decir algo, se trataba de
imaginar una fase posterior en el cristianismo pri­
judíos piadosos que se identificaban estrechamente
mitivo que fuese más propensa a tales influencias con los rasgos distintivos de la tradición bíblica/ju­
religiosas Y que constituyese el marco decisivo en día de la época.
el que surgiese por vez primera la devoción a Jesús Cuando examinamos en particular aquellas per­
como un ser divino. sonalidades conocidas que parecen haber ocupado
Resumiendo, el método histórico adecuado nos una posición destacada e influyente, descubrimos
exige tomar en serio los datos cronológicos. Pese a que son este tipo de judíos. Los discípulos cuyos
lo incómodo que pueda resultar para algunas no­ nombres se nos han transmitido y que constituían
el séquito (de hombres y mujeres) de Jesús, eran
14. M. Hengel, Between Jesus and Paul, 44.
todos judíos de la Judea romana (principalmente

­­­­­­­­­­­­­­­­­­�­­­­­­­··
70 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devocion a Jesús y monoteísmo judío 71

galileos, al parecer 15). Las primeras figuras iden tífi­ lo de Nicolás, y otros como el etíope de Hch 8, 27 y
cadas vinculadas con la iglesia de Jerusalén, como Cornelio (Hch 10, 1­2), presentados como personas
Simón bar Yona (apodado «Cefas» y más conocido atraídas por la religión judía, aunque al parecer to­
como «Simón Pedro»), Yakov («Santiago», el her­ davía no habían completado su conversión 18•
mano del Señor) y los dos hijos de Zebedeo (Yo­ Incluso si nos ceñimos a las actividades y los
hanan ­«Juan»­ y Yakov ­<<Santiago»­), así como grupos de Saulo / Pablo, el «apóstol de los gentiles»,
la madre de Jesús, María (Miriam), eran también los personajes que se nombran (es decir, aquellos
judíos 16• Había otros judíos de la diáspora de época que tenían un puesto destacado) son principalmen­
romana, como Bernabé (de Chipre), probablemente te judeocristianos como Bernabé, Priscila (Prisca) y
Esteban, otros identificados como dirigentes entre Águila, Apolo, Andrónico y Junia, Jasón y Sosípa­
los judeocristianos de lengua griega de Jerusalén, y tro". Estos judeocristianos eran todos (o casi todos)
el más conocido de todos, claro está, Saulo / Pablo de la diáspora, pero Pablo los identifica claramen­
( de Tarso, según nos han informado )17• te como judíos". Además, no existe motivo alguno
Más aún, otros personajes nombrados en nues­ para pensar que ellos o los judeocristianos de la Ju­
tras fuentes más antiguas, tales como Silas / Silva­ dea romana hubieran sido apóstatas del judaísmo o
no, Juan Marcos y Felipe, son todos judíos. fueran más propensos que otros judíos de su tiempo
Los gentiles de los primeros años cuyos nombres (entre aquellos que se identificaban con su pueblo
conocemos incluyen prosélitos del judaísmo, al esti­ y con su tradición religiosa) a la hora de aceptar
ideas o prácticas del entorno religioso pagano que
15. En los evangelios del Nuevo Testamento y en Hch 1, 12­14
se hace referencia a todos esos personajes como galileos. Frente a 18. Existían distintos grados en la relación de los gentiles con
declaraciones anteriores, según las cuales la Galilea del siglo I d.C. el judaísmo y el pueblo judío en época romana. Cf. S. J. D. Cohen,
estaba poblada por un número importante de gentiles y las influen­ Crossing the Boundary and Becoming a Jew: Harvard Theological Re­
cias religiosas paganas eran intensas, cf. M. A. Chancey, The Myth view 82 (1989) 13­33; P. F. Stuehrenberg, Proselyte, en D.N. Freed­
of a Gentile Galilee (SNTSMS 118), Cambridge 2002. man (ed.), Anchor Bible Dictionary V, New York 1992, 503­505.
16. Son nombres que se encuentran entre los más populares de 19. Pablo identifica a Bernabé como un judeocristiano en Gal 1,
los judíos de Judea de aquella época. Cf. T. Ilan, Lexicon of Jewish 13. Respecto a Aquila y Priscila, cf. Hch 18, 2; sobre Apolo, cf. Hch
Names in Late Antiquity, Part 1: Palestine 300 B. c. E. - 200 C.E. (TSAJ 18, 24. Las referencias que hace Pablo acerca de distintas personas
91), Tübingen 2002. nombradas en Rom 16 como «parientes» (en griego, sungeneis)-An-
17. Los Hechos de los apóstoles (Nuevo Testamento) propor­ drónico y Junia (v. 7), Herodión (v. 11), Lucio, Jasón y Sosípatro (v.
ciona información sobre esas figuras y otras: por ejemplo, la madre 21)­ probablemente signifiquen que eran correligionarios judíos.
de Jesús, María (1, 14), Bernabé (4, 36­37; 13, 1), Santiago, el herma­ 20. Las cartas de Pablo remiten a un número mayor de indivi­
no de Jesús (15, 13), Esteban (6, 5­6) y Saulo/Pablo (7, 58; 9, 1­9). duos identificados por su nombre (más de treinta solo en Rom 16),
Asimismo, Pablo menciona a algunos de estos personajes en sus car­ todos los cuales son mencionados porque por lo visto participaban y
tas: por ejemplo, Cefas/Pedro (Gal 1, 18; 2, 11; 1 Cor 9, 5); Santiago destacaban en la difusión de la fe cristiana en ese momento. Para un
(el hermano de Jesús) y Juan (Gal 2, 9­10); Bernabé (Gal 2, 13; 1 Cor repaso, cf. E. E. Ellis, Coworkers, Pau/ and His, en Dictionary of Paul
9, 6); y algunos otros son identificados en 1 Cor 15, 3­ 7. and His Letters, 183­189.
Devoción a Jesús y monoteísmo judío 73
72 ;. Cómo llegó Jesús a ser Dios?
de la !anak (el «Antiguo Testamento» cristiano) en
representaran una desviación radical respecto de la el período del Segundo Templo es una prueba cierta
actitud religiosa de la tradición judía. Esta es otra de que �abí! muchos judíos cuya lengua materna
razón para cuestionar la noción de que la sorpren­ era el gnego=. No obstante, estas adaptaciones cul­
dente devoción a Jesús que apareció tan temprano
tural�s en a�s�!uto indicaban proclividad alguna a
y tan rápidamente en el cristianismo primitivo se asumir la religión pagana23• Resulta también plausi­
comprende desde el influjo o la adopción masiva de b�e aventurar q_ue, en cualquier caso, hubo otros ju­
ideas y prácticas religiosas paganas. díos d� aquel �iempo que no cometieron apostasía,
A decir verdad, en época romana, y tal vez es­ pero bien pudieron haber llegado a cualquier tipo
pecialmente en la diáspora, los judíos se enfrenta­ de com��nendas o haber asimilado rasgos de la cul­
ron a un entorno religioso más amplio, de naturale­ tura religiosa mayoritaria. Por ejemplo, resulta cla­
za politeísta y dispuesto a aceptar deidades nuevas ro que algunos judíos, al igual que muchos otros en
e incluso seres humanos deificados. Además, desde la é�oca romana, tuvieron escarceos con prácticas
una perspectiva mundana, algunos judíos rápida­ asociadas con la «magia», como la invocación de
mente vieron ventajas en la asimilación de la cul­ nombres y seres divinos poderosos".
tura dominante, incluso en cuestiones y prácticas Sin emb�rgo, _es importante advertir que no po­
religiosas (como Tiberio Alejandro, el sobrino de
�eem?s testrmoruos de que aquellos judíos que se
Filón de Alejandría); incluso se oye hablar de algu­ identificaban a sí mismos con su tradición religiosa
nos varones judíos que se sometieron a cirugía para ancestral aceptaran voluntariamente la asimilación
enmascarar la circuncisión21• En época helenística d� deid�des distintas del Dios de Israel, 0 que estu­
y romana, obviamente muchos judíos se adaptaron viesen dispuestos a acceder de buen grado a la idea
de diversas maneras a la cultura mayoritaria, por de q_ue los humanos deificados tuvieran que com­
ejemplo, haciendo uso de la lengua griega y asimi­ partir la veneración que su tradición reservaba ex­
lando elementos de la tradición filosófica, el vestido
y las costumbres relacionadas con la mesa propios 211:,os exegetas normalmente se refieren a la traducción griega
d 1 «.. tiguo _Testamento» como la _«Septuaginta». Para una. intro­
de
de los griegos. Los estudiosos normalmente citan a ¿cc1�n;cc�J1ble, K. H. Jo bes ­ M. Silva, Invitation to the Septuagint
api s 2000, Y para un estudio avanzado, E. Tov The Tex/
Filón de Alejandría como el ejemplo más sobresa­ r�1:1
Critical Use o/ the Septuagint in Biblical Research, Jerusal�m 21997
liente. La popularidad de las traducciones griegas 23i9!r �Jei.1w10, cf. A. Mendelson, Philo's Jewislt Jdentity,
lan t a
At­
, · Birnbaum, The Place of Judaism in Philo's Thou h ·
Israel, Jews, m:d Proselytes, Atlanta 1996. g t.
21. Josefa se refiere a Tiberio Alejandro en Ant. 20, 100 y Bel!. 2, 2_4. Por eJem�!o, cf. P. Schafer, Magic and Religion in Ancient
220. Las antiguas referencias a los judíos que se sometieron a cirugía luda1!m, en P. Sc�afer ­ H. G. Kíppenberg (eds.), Envisioning Ma ic·
para esconder su circuncisión incluyen 1 Mac 1, 15. Cf. R. G. Hall, A Prznceton Seminar and Symposium, Leiden 1997, 19­44. g ·
Circumcision, en ABD I, 1025­1031 (esp. 1029).
74 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 75

clusivamente al Dios uno. De hecho, a juzgar por con todas las fu entes, los judíos leales de la época,
los testimonios judíos de la época (y por las refe_ ya estuviesen en Judea o en la diáspora, precisa­
rencias paganas), estos escrúpulos con la singula­ mente percibían esos rasgos del ambiente religioso
ridad del Dios uno parecen haber sido el rasgo me­ romano como algo particularmente repugnante27.
jor conocido y más fervientemente abrazado de la En los trascendentales primeros años, exactamen­
praxis religiosa judía de época romana25• De hecho te cuando se produjeron las transformaciones más
hay buenas razones para pensar que, a partir de la' importantes en relación con la devoción a Jesús,
crisis macabea, la reacción judía al influjo religioso simplemente no había un número significativo de
pagano se hizo más hostil, y que el interés judío por paganos conversos al joven movimiento cristiano.
mantener las particularidades étnicas y religiosas se La demografía de los primeros años decisivos no
consolidó más que en épocas anteriores26• nos permite suponer que los conversos gentiles pu­
Por lo tanto, sencillamente resulta poco creíble dieran hacer que las ideas paganas influyeran so­
que el influjo del ambiente religioso pagano fue­ bre los grupos cristianos de la época. En cualquier
ra el factor crucial que generó la devoción a Jesús caso, se esperaba que los conversos gentiles al pri­
como un ser divino. Según he subrayado anterior­ mer mensaje cristiano, al igual que los prosélitos
mente, el «cristianismo» primitivo era en su origen judíos de época romana y otros gentiles a los que
un movimiento religioso judío, y siguió estando se denomina «temerosos de Dios», contemplasen
dominado por judíos a lo largo de las primeras y su fe y su praxis religiosa previas a la conversión
decisivas décadas. Es muy poco probable que los como una necedad en el mejor de los casos y como
judíos que se identificaban firmemente con su pue­ veneración de los demonios en el peor de ellos28•
blo y con su tradición religiosa, como los judeocris­ Por ello, resulta bastante improbable suponer que
tianos de los primeros años cuyos nombres cono­ de algún modo los conversos gentiles hubieran ol­
cemos, admitieran a Jesús en tan excelsos términos vidado la preocupación firmemente establecida de
porque estuvieran influidos por las nociones paga­
nas de apoteosis, o porque en el entorno religioso 27. Téngase en cuenta, por ejemplo, la larga crítica de la apoteo­
sis de los gobernantes que hace Filón, Gaius. Para una introducción,
general se veneraran varias deidades. De acuerdo el texto y la traducción, cf. F. H. Colson (ed.), Filón de Alejandría.
Obras completas V, Madrid 2009, 233­302.
28. Adviértase, por ejemplo, la caracterización que hace Pablo
25. Cf. L. L. Grabbe, Judaic Religion in the Second Temple Period: de las actitudes religiosas anteriores y posteriores a la conversión de
Belief and Practice from the Exile to Yavneh, London 2000, 210­231, los creyentes gentiles de Tesalónica (1 Tes 1, 9­10), así como las
espec. 216­219. exhortaciones a los conversos gentiles para que no continuaran su
26. Cf. V A. Tcherikover ­ A. Fuks ­ M. Stern, Corpus Papyro- praxis religiosa anterior (I Cor 1 O, 14­22). En la siguiente sección de
rum Judaicarum I, Cambridge 1957, 1­110. este capítulo trataré más detenidamente estos pasajes.
76 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 77

evitar la idolatría y cualquier componenda en el cul­ sus héroes divinizados. Por el contrario, en un mo­
to debido al Dios uno, y que además fueran capaces vimiento novedoso y sorprendente que después exa­
de influir en la praxis devocional judeocristiana en minaremos con más detenimiento, la veneración de
un aspecto tan fundamental. Jesús se expresa firme y sistemáticamente en el con­
Resumamos nuestro análisis hasta aquí: tanto texto del compromiso con el monoteísmo judío evi­
los datos cronológicos como los demográficos ha­ dentemente tradicional de época romana ", Se trata
cen que sea extraordinariamente dudoso atribuir a de una razón más para plantearse la devoción a Je­
las influencias sincretistas del contexto religioso pa­ sús como un fenómeno que debe ser interpretado
gano el grado de devoción a Jesús que caracterizó el históricamente en el seno del judaísmo del Segundo
cristianismo primitivo. La devoción a Jesús surgió Templo. Tal como he señalado en un reciente libro,
demasiado pronto, y se originó en círculos del pri­ «esto no requiere excesivas pruebas para cualquie­
mitivo movimiento de Jesús compuestos ­o cierta­ ra que esté familiarizado con el Nuevo Testamento
mente dominados­ por judíos que no parecían más y la mayor parte de los primitivos textos cristianos
dispuestos que otros judíos piadosos de la época a que han llegado hasta nosotros»31• Me limitaré a
asimilar influjos religiosos paganos. unos pocos ejemplos esclarecedores.
Me centraré en ejemplos de la correspondencia
de Pablo, dado que son las primeras fuentes cris­
3. EL MONOTEÍSMO EN EL NUEVO TESTAMENTO
tianas conservadas32. Además, esas cartas resultan
En cualquier caso, no debemos limitarnos al tipo particularmente importantes para esta reflexión
de conjeturas eruditas que he venido desarrollando precisamente porque están directamente vinculadas
hasta ahora. Las fuentes históricas más antiguas lle­ con la misión paulina a los gentiles, que pretendía
gadas a nosotros muestran el rechazo categórico de lograr que fuesen obedientes al evangelio. Si existie­
la religión pagana y la correspondiente afirmación se alguna proclividad en el cristianismo primitivo a
monoteísta de la validez exclusiva del Dios uno29• asumir el influjo religioso pagano, tal vez debería­
Es decir, en estas fuentes la veneración otorgada a
30. L. W Hurtado, First-Century Jewish Monotheism: Journal
Jesús en el cristianismo primitivo nunca está justifi­ for the Study of the New Testament 71 (1998) 3­26; Id., Señor Jesu-
cada o articulada haciendo referencia al politeísmo cristo, 49­75.
31. Id., Señor Jesucristo, 70.
pagano de la época, con sus múltiples deidades y 32. Cf. también K. W Niebuhr, Jesus Christus und der eine Gott
Israels: Zum christologischen Gottesglauben in den Paulusbriefen, en
R. Rittner (ed.), Glauben Christen und Muslime an dense/ben Gott?,
29. Por ejemplo, cf. R. M. Grant, The Gods and the One God, Hannover 1995, 10­29; C. H. Giblin, Three Monotheistic Texts in
Philadelphia 1986. Paul: Catholic Biblical Quarterly 37 /4 (1975) 528­547.
78 Devocion a Jesús y monoteísmo juclio 79
¿Cómo llegó Jesús a ser Dios?

mos esperar encontrar signos de ello en estos gru­ con el término «ídolos» y contrastándolas con el
pos cristianos más fácilmente que en aquellos otros «Dios vivo y verdadero», solamente puede derivar
compuestos de creyentes judíos. Con10 pondré de del discurso religioso del monoteísmo judío de la
manifiesto en las observaciones que siguen, resulta época33. A decir verdad, íntimamente ligada a esta
aún más interesante advertir que, de hecho, no hay afirmación está la referencia a Jesús como Hijo úni­
indicio alguno de esta actitud tolerante para con el co de Dios, a quien este resucitó de entre los muer­
escenario de la religión pagana. tos y el cual es portador de la redención de la «ira»
En la carta que la mayoría de exegetas considera escatológica [de Dios]. En cualquier caso, esto pone
el escrito cristiano más antiguo llegado a nosotros, claramente de manifiesto que, por lo general, la pri­
1 Tesalonicenses, Pablo se dirige al pequeño grupo mitiva devoción cristiana a Jesús, su glorificación y
de cristianos que fue fruto de su labor misionera en las afirmaciones acerca de él se encuentran encua­
Tesalónica. En 1 Tes 1, 2­1 O el apóstol aplaude a sus dradas en la referencia al Dios uno. Todas tienen un
conversos tesalonicenses por su fe ejemplar, descri­ claro tono monoteísta, aunque sin duda se trata de
biendo cómo «os convertisteis a Dios, tras haber un monoteísmo con un rasgo novedoso para el que
abandonado los ídolos, para servir al Dios vivo y no contamos con una verdadera analogía en otros
verdadero, y esperar así a su Hijo que ha de ve­ lugares de la tradición judía de la época: Jesús como
nir de los cielos, Jesús, a quien resucitó de entre los el principal agente singular de Dios34•
muertos y que nos salva de la ira venidera» (1 Tes 1, Prestemos atención a otro pasaje relevante, to­
9­10). La implicación sociológica más obvia es que mado de una de las cartas de Pablo a la iglesia co­
se trata de gentiles que han renunciado a su vida re­ rintia. En 1 Cor 8­10, Pablo se dirige obviamente a
ligiosa pagana anterior para servir exclusivamente conversos gentiles tratando de cuestiones que tie­
al Dios uno. Los judeocristianos no podrían haber nen que ver con el entorno religioso pagano y sus
sido descritos abandonando la idolatría. actividades religiosas previas en Corinto. Tales te­
No obstante, la verdadera trascendencia de esta mas no eran en absoluto privativos de Corinto, sino
afirmación consiste en que Pablo afirmaba y pro­ que, por el contrario, constituían el tipo de cues­
movía en sus iglesias una clara distinción entre el tiones a las que debían enfrentarse los cristianos
carácter politeísta del entorno gentil general y la ac­ gentiles de aquel entonces que vivieran en cualquier
titud monoteísta exclusivista que constituía un re­
quisito fundamental a la hora de aceptar el mensaje 33. Por ejemplo, para algunas referencias y la reflexión al res­
pecto, cf. E. Best, A Commentary on the First and Second Epistles to
del evangelio que anunciaba. Más aún, el lenguaje the Thessalonians London ­ New York 1972, 82­83.
aquí empleado, designando a las deidades paganas 34. Cf. en especial L. W. Hurtado, One God, One Lord, passim.
¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios'! Devo cion a Jesús y monoteísmo judío 81
80

ciudad romana (al menos fuera de Judea). Funda­ molan los gentiles, lo hacen a los demonios y no a
mentalmente, Pablo instruye a sus conversos para Dios» (v. 20). Por consiguiente ­insiste­, la partici­
que rechacen cualquier actividad y cualquier prác­ pación en el culto a esas deidades paganas resulta
tica religiosa pagana manifiesta, haciéndolo en los totalmente incompatible con la participación en la
términos más exigentes. asamblea cristiana: «No podéis beber de la copa del
Desde el principio de la reflexión, habla de las Señor [alusión al banquete eucarístico cristiano] y
ofrendas a los dioses paganos corno eidnlothyta, de la copa de los demonios [alusión a los banquetes
«ofrendas a los ídolos» (1 Cor 8, 1.4), una fórmula cultuales del entorno pagano]» (v. 21). Sin duda, la
manifiestamente despectiva. A continuación pasa misma disposición de Pablo a adaptarse en algunas
a establecer un claro contraste entre las numerosas cuestiones a la praxis de los gentiles, «los que están
deidades del ambiente religioso romano y el «Dios sin ley» (1 Cor 9, 21), no le llevaba a permitirles
uno, el Padre, del cual proceden todas las cosas y continuar participando en sus actividades religio­
para el cual existimos; y un solo Señor, Jesucristo» sas previas a la conversión.
(1 Cor 8, 6). Volveremos sobre esta última decla­ Si extendiéramos nuestro examen a otros ejem­
ración más adelante. De momento, deseo advertir plos de los escritos neotestamentarios, se vería re­
que expresa una actitud exclusivista y un rechazo forzada la conclusión obvia de que el punto de vista
decidido de la naturaleza politeísta del mundo reli­ fundamental que se adopta en estas fuentes histó­
gioso pagano, del cual Pablo trataba de conseguir ricas del cristianismo del siglo I es el de un fuerte
conversos gentiles. Aquí, el «Dios uno» no es uno monoteísmo. Está igualmente claro que el Dios uno
entre otros, sino la única deidad verdadera. que se afirma frente al politeísmo de la época roma­
En 1 Cor 10, 1­22 Pablo aborda nuevamente la na es el Dios del Israel bíblico. Es decir, el mono­
cuestión de si los conversos pueden continuar par­ teísmo reflejado en estos escritos deriva de la matriz
ticipando en las ceremonias religiosas de su vida judía en la que se originó el movimiento cristiano.
anterior, y rechaza tal cosa en los términos más es­ La firmeza del compromiso monoteísta reflejado
trictos. La comparación que establece (v. 6­13) con en el Nuevo Testamento y el categórico desdén por
el relato bíblico de la apostasía de Israel en Nrn 11 toda forma de religión pagana se combinan para
sin duda pone de relieve la manera en que Pablo constituir otra seria dificultad a la hora de atribuir a
contemplaba este asunto. El absoluto desdén del los primeros cristianos la predisposición a absorber
culto pagano por parte de Pablo queda reflejado y asimilar las creencias y categorías mentales reli­
cuando se refiere a él corno «el culto a los ídolos» giosas del paganismo. Por supuesto, los primeros
(v. 14). De hecho, llega a afirmar que «lo que in­ círculos de creyentes cristianos se vieron modelados
82 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios'! Devoción o Jesús y monoteistno judío 83

de muchas maneras por su entorno histórico, como este fenómeno históricamente, pero no se trata de
todos los judíos de época romana, al igual que las algo tan sencillo como se pudiera imaginar.
personas de cualquier época están configuradas por De hecho, a mi juicio, no existe una verdadera
su ambiente cultural. Sin embargo, y como algo analogía coetánea. Presuntos paralelos del panora­
característico de los judíos piadosos de época ro­ ma religioso más general de época romana, como
mana, en los grupos del movimiento cristiano del los héroes o humanos deificados y la aparición de
siglo I que conocemos, ya estuviesen compuestos nuevas deidades, no son auténticas analogías, pre­
por judíos o por gentiles, se potenciaba una actitud cisamente porque requieren de la «lógica» del poli­
monoteísta, a la vez que se condenaba la partici­ teísmo pagano. Una cosa es acoger una deidad más
pación en las ceremonias religiosas paganas como o imaginar que alguna figura humana se convirtiese
algo incompatible con el bautismo cristiano. Así en una divinidad digna de culto dentro de un esque­
pues, contamos con una razón más para considerar ma politeísta en el que las múltiples deidades, las
poco creíble que la devoción a Jesús que aparece en nuevas deidades y la apoteosis constituyen rasgos
estos primeros años haya de atribuirse a las ideas legítimos e inherentes de esa perspectiva teológica;
y prácticas religiosas paganas. La retórica religio­ y otra muy distinta que, dentro de una actitud fer­
sa del cristianismo primitivo es abrumadoramente vientemente monoteísta, en la que exclusivamente
monoteísta, y el lenguaje coincidía con las sólidas el Dios uno es el objeto legítimo de culto y todo lo
expectativas que se tenían respecto a la conducta. demás se distingue por ser creación suya, se asimile
una segunda figura en la praxis devocional cultual
y se considere que esta comparte hasta cierto punto
4. JESÚS Y Dros
de forma verdadera y singular los atributos y la con­
Descubrir el excelso lugar ocupado por la figura dición excelsa del Dios uno.
de Jesús en las creencias y las prácticas religiosas En la reflexión anterior hemos advertido que la
cristianas primitivas resulta, por lo tanto, mucho perspectiva religiosa del cristianismo primitivo en
más admirable. La enorme importancia de Jesús y absoluto mostraba simpatía hacia la naturaleza po­
la devoción en la que comparte una condición sin­ liteísta del ambiente religioso mayoritario y que,
gular junto a Dios constituyen un fenómeno llama­ además, los factores cronológicos y demográficos
tivo que no puede explicarse sencillamente como hacen extremadamente improbable que la primitiva
un ejemplo más de un tipo común de desarrollo del fe cristiana pudiera conllevar la adopción de nocio­
que contemos con otros modelos de la época. Sin nes paganas como la apoteosis. En realidad, si tales
duda, valoro el esfuerzo que conlleva interpretar ideas tuvieron algún efecto en el cristianismo primi­
Devoción o Jesús y monoteísmo judío 85
84 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios?

tivo fue el de fortalecer su interés por distinguir la «agen te Principal»


· · Hay ejemplos de atributos de
· que son presentados como su
devoción a Jesús de la asimilación de nuevas deida­ Dios personificados . . , 1
des y héroes divinos en el entorno romano35. te principal, en especial la Sabiduría y la Pa a­
�� � en
:
griego, logos) de Dios36• También hay figuras
a) Agentes principales del Dios uno d "'"nerados ancestros que aparecen en los relatos
b�b ¡·· ·�os como Enoc, Jacob y sobre todo Moisés, a
l 1 ' . .
Tampoco existe una verdadera analogía dentro r

Cuales se les asigna a veces una condición que


de la tradición judía de época romana para el gra­ l os . di 1
do de devoción que los primeros grupos cristianos parece hacer de ellos el ag�nte espec�al y pnmor ia
d Dios". y en otras ocasiones un angel es presen­
mostraron por Jesús. Indudablemente, en la tradi­ e - 38
tado con esa función y esa con di1c1011: ·
ción judía del Segundo Templo tuvieron cabida va­ De hecho, a esas figuras se les atribuye una con­
rias figuras que fueron presentadas como agentes de
dición sorprendentemente excelsa. Pueden ser ��e­
los designios de Dios, incluyendo algunas descritas
sentadas, por ejemplo, participando de la cre_ac10n
como poseedoras de una función y una condición
y el gobierno del mundo y sentada_s junto a D10s en
asignadas particularmente. Por supuesto, los profe­ el cielo (Sabiduría), o como un «dios segundo» por
tas, los ángeles y las figuras mesiánicas eran todos medio del cual Dios se revela al mundo (Logos),
ellos agentes de Dios con responsabilidades varias. como un ser dotado del nombre divino (el ángel
No obstante, también en la antigua tradición judía Yahoel), como aquel para quien fue creado el mun­
tenemos ejemplos de alguna figura concreta des­ do (Moisés) o como el capitán puesto al frente de
crita en términos enormemente excelsos. Podemos los demás ángeles (Miguel). Aunque los detalles
pensar que se trata del «agente principal» de Dios, varían fundamentalmente cada una de esas figuras
distinto de todos los demás seres que forman la ex­ parece' actuar como visir de Dios,_ distinto de los
tensa comitiva divina. He tratado de los ejemplos demás seres y segundo sólo ante D10s.
más destacados y de los textos antiguos de mayor En cualquier caso, a pesar de que algun_as de las
relevancia en mi libro One God, One Lord, de modo formas concretas en que Jesús es caractenzado en
que aquí solo resumiré los contenidos. los primeros escritos cristianos guarda i�teresantes
He propuesto que en los textos judíos de la an­ similitudes y paralelos con las referencia� a est�s
tigüedad existen tres tipos principales de figuras de figuras de «agentes principales», hay una diferencia

35. A tal conclusión llegó también hace décadas el estudio fun­ 36. L. W. Hurtado, One God, One Lord, 41­50.
damental de S. Lósch, Deitas Jesus und antike Apotheose: Ein Beitrag 37. Ibid., 51­69.
zur Exegese und Religionsgeschichte, Rottenburg t933. 38. !bid., 71­92.
86 ¿ Cómo 1/egó Jesús a ser Dios? De Poción a Jesús)' monoteísmo judío 87

crucial que hace que todas ellas no sirvan en modo te una sorprendente naturaleza «dual» en este tipo
alguno como una analogía válida y auténtica del particular de fe y praxis devocional declaradamen­
puesto que ocupa Jesús en los primitivos grupos te monoteísta. En otras partes lo he caracterizado
cristianos. Ninguna de las figuras de agentes princi­ como una forma de monoteísmo «binitario», pro­
pales de los textos judíos más importantes tiene la poniendo asimismo que debería ser considerada
función que desempeña Jesús en la praxis devocio­ una mutación o «variante» del monoteísmo exclu­
nal de los primeros grupos cristianos. En concreto, sivo. Este monoteísmo «binitario» obviamente de­
tal como he planteado en otras partes y pondré de riva de la fuerte actitud monoteísta de la tradición
manifiesto más adelante, en los primeros círculos judía de época romana y está relacionado con ella.
cristianos Jesús es objeto del tipo de expresiones Sin embargo, representa igualmente algo novedoso
de devoción que de otro modo están reservadas a y sorprendente.
Dios solo, y que sencillamente no tienen paralelo Al emplear el término «binitario» pretendo re­
en la tradición judía del periodo del Segundo Tem­ flejar las claras inquietudes recogidas en los prime­
ros escritos cristianos en su intento de evitar el «di­
plo­". En pocas palabras, este culto al Jesús resu­
citado/ exaltado constituye una innovación radical teísmo», es decir, concebir a Jesús como un segundo
Dios. Antes bien, los primeros cristianos cuya fe se
en la religión judía monoteísta.
refleja en esos escritos expresaron de forma bastan­
te sistemática la condición divina de Jesús en rela­
b) La devoción a Jesús como monoteísmo «binitario»
ción con el Dios uno de la antigua tradición judía.
Parece, por lo tanto, que los escritos cristianos Prestemos atención a algunos ejemplos al respecto,
más antiguos llegados a nosotros reflejan la actitud comenzando una vez más por un par de pasajes fun­
religiosa de personas que adoptaron una postura damentales de las cartas del apóstol Pablo. Como
firmemente monoteísta, pero que a la vez incor­ ya hemos señalado, las epístolas paulinas nos pro­
poraron a sus creencias y praxis devocional una porcionan el acceso más antiguo que poseemos a la
segunda figura distinguible (Jesús) de una manera devoción cristiana.
novedosa y carente de paralelismo. Es decir, exis­ Más arriba hemos analizado pasajes de 1 Co­
rintios en los que el apóstol Pablo da instruccio­
39. L. W Hurtado, One God, One Lord, 93­128; Id., The Binitari- nes a los conversos gentiles acerca de la conducta
an Shape of Early Christian Worship, en C. C. Newman ­ J. R. Davila ­
G. S. Lewis (eds.), The Jewish Roots of Christian Monotheism, 187­213. religiosa y cultual, especialmente acerca de si pue­
Este último trabajo también aparece como un capítulo en L. W. Hur­ den seguir participando en el culto de las numero­
tado, At the Origins of Christian Worship: The Context and Character
of Earliest Christian Devotion, Carlisle ­ Grand Rapids 2000, 63­97. sas deidades del mundo romano. Allí indicamos
88 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 89

1 Cor 8, 5­6, donde Pablo insiste en que para los distinción supone una subordinación funcional del
cristianos solamente puede haber un Dios, «el Pa­ «Señor» (Jesús) al Dios uno. Aquí Dios es el crea­
dre» del cual fueron creadas todas las cosas y al cual dor y la fuente de todas las cosas, aquel al que todo
pertenecen los creyentes ( «nosotros» o «para quien pertenece y por el que todo existe, y el «un Señor,
estamos destinados»). Luego, en la línea siguien­ Jesucristo» es presentado a continuación explícita­
te, Pablo presenta inmediatamente a Jesús como el mente como el agente singular de los designios divi­
«Señor» por medio del cual todas las cosas fueron nos de la creación y la redención. Mediante un hábil
creadas y por medio del cual «nosotros» existimos uso de las preposiciones griegas, Pablo distingue la
( o somos redimidos y vinculados a Dios )40• Los exe­ función de Jesús de la del «Padre». Todas las cosas
getas por lo general consideran que este pasaje es son de (ek en griego) y se dirigen a (eis en griego)
una llamativa adaptación interpretativa de la for­ «un Dios Padre», y todas las cosas son por medio de
mulación del Shema' (Dt 6, 4) en lo que podríamos (dia en griego) «un Señor Jesucristo» (1 Cor 8, 6).
llamar una novedosa dirección «binitaria»41• La re­ En la carta de Pablo a la iglesia de Filipos encon­
dacción de Pablo en este pasaje sin duda afirma un tramos otra afirmación audaz de la excelsa impor­
monoteísmo exclusivo, rechazando las numerosas tancia de Jesús. Debido a que se trata de una decla­
deidades paganas, tal como era característico de la ración temprana y relativamente extensa acerca de
religión judía de época romana. Sin embargo, la in­ Jesús, Flp 2, 6­11 ha recibido una enorme atención
mediata inclusión de Jesús junto al «Padre» en la por parte de los estudiosos, dirigida a una diversi­
misma declaración señala claramente una transfor­ dad de cuestiones que no podemos considerar en
mación religiosa fundamental, si lo comparamos estos momentos42• Cabe destacar, sin embargo, que
con otros ejemplos que conocemos del judaísmo de por lo general se piensa que el pasaje es ( o deriva
época romana. de) un primitivo himno cristiano43• Eso significa que
En cualquier caso, hemos de advertir que la au­
daz inclusión de Jesús aquí como el «Señor uno» se 42. R. P. Martín, Carmen Christi: Philippians 2:5-11 in Recent In-
formula de tal modo que mantiene una clara distin­ terpretation and in the Setting of Earl:y Christian Worship, Cambrid�e
1967, Grand Rapids 21983; R. Martm­B. Dodd (eds.), Where Chris-
ción entre él y «el Padre». Más concretamente, esta tology Began: Essays on Philippians 2, Louisville 1998. Estudio es�e
pasaje con mayor detenimiento en L. W Hurtado, How on Earth Dzd
Jesus Recome a God?, 179­204.
40. No hay verbo en 1 Cor 8, 6, así que debemos intentar expre­ 43. Los exegetas creen que este y otros pasajes de los escritos
sar el sentido de la frase lo mejor que podamos a la luz del contexto. neotestamentarios derivan de himnos cristianos primitivos. Por
41. Por ejemplo, R. A. Horsley, The Background of the Confes- ejemplo, cf. L. L. Thompson, Hymns in Early Christian WorshiJ:: An­
sional Formula in J Coi: 8:6: Zeitschrift für die neutestamentliche glican Theological Review 55 (1973) 458­472; K. Wengst, C�rzstolo-
Wissenschaft 69 (1978) 130­134. El Shema' es tradicionalmente la eische Formeln und Lieder des Urchristentums (SNT 7), Gutersloh
confesión fundamental del judaísmo. 1972; L. W Hurtado, Philippians 2:6-11, en M. Kiley (ed.), Prayer
¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús)' monoteistno judío 9!
90

en este pasaje tenemos una presentación de Jesús fervientes' de la singularidad de Dios, adaptado (y
que fue adoptada y afirmada comunitaria y litúr- por lo visto, interpretado) para afirmar la superio­
gicamente, una expresión «popular» de devoción ridad de Jesús sobre toda la creación.
a Jesús (es decir, no el esfuerzo especulativo de un De hecho, las líneas culminantes del v. 11 predi­
individuo o una declaración teológica formal). La cen una aclamación universal, «Jesucristo es Señor»,
naturaleza hímnica del pasaje queda reflejada en que casi sin duda confirma que «el nombre sobre
el carácter extremadamente denso de la redacción. todo nombre» otorgado a Jesús (v. 9) es en realidad
Ello exige algún comentario para «desentrañar» el el nombre divino. Probablemente, «Señor» (Kyrios
sentido de expresiones que pueden haber resultado en griego) funciona aquí como el equivalente grie­
más conocidas a los cristianos del siglo l. go de Adonay, el conocido y venerable sustituto del
En este caso, estoy particularmente interesado tetragrama sagrado en hebreo. En resumen, aquí se
en el pasaje por la idea central de las últimas líneas, vincula a Jesús con Dios de unas formas que, enten­
los vv. 9­11. En esos versículos se presenta a Jesús didas correctamente, resultan asombrosas y distin­
habiendo recibido de Dios una condición singular­ tivas. El impulso monoteísta de la tradición judía
mente exaltada, la cual se indica tanto por la for­ que se expresa firmemente en Is 45, 23 se adapta
ma intensiva del verbo «exaltar» (hyperypsosen en para expresar en términos igualmente categóricos
una forma nueva y llamativa de monoteísmo «bini­
griego: v. 9) como por la declaración siguiente, se­
tario», con dos figuras íntimamente vinculadas pero
gún la cual Dios dio a Jesús «el nombre sobre todo
distinguibles: Dios y Jesús.
nombre» (v. 9). Además, los versículos que vienen
Al margen de lo que otros piensen de este tipo
a continuación adaptan la redacción de Is 45, 23
de afirmación, para los cristianos cuya fe se halla
para mostrar a Jesús como alguien que es venerado
representada en este pasaje no se trata realmente
por toda criatura «en el cielo, en la tierra y en los
de diteísmo, y no se aboga por Jesús sencillamente
abismos» (v. 10). Se trata de otro ejemplo sorpren­
como otra nueva deidad junto al Dios uno. Al lado
dente de cuán lejos llegaron los primeros cristianos
de la referencia explícita a las dos figuras, existe
a la hora de expresar la elevada condición de Jesús.
también un marcado interés por presentar la im­
En particular, nos encontramos aquí ante un pasaje
portancia de Jesús a la vez que se manifiesta y se
bíblico que constituye una de las expresiones más
promueve la unidad de Dios. Es Dios (ho Theos:
v. 9) quien exalta a Jesús por encima de todas las
from Alexander to Constantine, London 1997, 235­239; R. J. Karris,
A Symphony of New Testament Hymns: Commentary on Philippians cosas y le otorga el nombre sobre todo nombre, y
2:5-11, Colossians 1:15-20, Ephesians 2:14-16, 1 Timothy 3:16, Tifus
3:4-7, 1 Peter 3:18-22, and 2 Timothy 2:11-13, Collegeville 1996. la aclamación universal de Jesús como «Señor» que
92 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 93

consiguientemente se exige está destinada a susci­ ejemplo, normalmente se piensa que el evangelio
tar «la gloria de Dios Padre» (v. 11). Es decir, la de Juan refleja una visión de Jesús muy «elevada»,
condición divina de Jesús se presenta haciendo re­ quedando explícita su condición divina desde el co­
ferencia a la voluntad y a las acciones del Dios uno mienzo de la obra mediante una declaración bien
y su exaltación está orientada realmente a manifes­' conocida en la tradición cristiana: «En el principio
tar y servir la gloria divina. era la Palabra [Lagos], y la Palabra estaba con Dios,
Por un lado, resulta perfectamente comprensible y la Palabra era Dios» (Jn 1, 1). Sin duda se trata
que muchos judíos piadosos de aquel momento y de una afirmación admirable por postular la «pre­
también de época posterior hayan encontrado este existencia» de Jesús y por designar a Jesús como la
tipo de expresión de la condición divina de Jesús «Palabra» divina e incluso como «Dios».
como algo reprobable e incompatible con el mo­ Sin embargo, incluso en esta noción asombrosa­
noteísmo judío, incluso blasfemo, pues parece que mente excelsa de Jesús, este es definido en relación
pone en peligro la singularidad y unidad de Dios. con el Dios uno. La «Palabra» está ahí al comienzo
Es especialmente importante advertir que, en el (del cosmos) con Dios. Además, en las siguientes
caso de los primeros grupos cristianos cuya devo­ líneas del pasaje se plantea que la Palabra es aquel
ción se refleja en los pasajes que hemos analizado, por medio del cual ( dia) fueron creadas todas las
se perciben indicios de praxis devocional y no sim­ cosas (Jn 1, 2). Es decir, la Palabra es el agente sin­
plemente de retórica religiosa. Así pues, queda cla­ gular a través del cual se produjo la creación divi­
ro que tenemos ante nosotros una auténtica trans­ na de todo. Ello sin duda supone una afirmación
formación. Sin embargo sostengo que, en términos admirable. No obstante, lo que intento poner de
de su derivación histórica, y teniendo en cuenta las manifiesto es que tal afirmación se formula tratan­
intenciones de aquellos para quienes tales expresio­ do de «situar» a la Palabra/ Jesús, por así decirlo,
nes de devoción a Jesús eran capitales en su vida de una forma que refleje una actitud monoteísta;
religiosa, esta innovación religiosa representa una así, la función de la Palabra se encuentra implícita
nueva forma «binitaria» de monoteísmo. (pero claramente) subordinada al Dios uno.
Si ahora pasamos a los textos del Nuevo Testa­ De hecho, el interés por afirmar la condición
mento que generalmente se consideran escritos ha­ exaltada de Jesús y de evitar las acusaciones de di­
cia finales del siglo I, varias décadas después de las teísmo se pone de manifiesto explícitamente en otros
cartas de Pablo y en un momento en el que un alto pasajes del evangelio de Juan. En algunas períco­
porcentaje de cristianos eran gentiles, advertimos pas, las controversias respecto a las afirmaciones
básicamente el mismo patrón de fe y devoción. Por divinas a favor de Jesús se sitúan en la época de la
94 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? De Poción a Jesús y monoteísmo judío 95

actividad del mismo Jesús, si bien los exegetas coin­ valía a hacer de Jesús un rival de Dios o un segundo
ciden por lo general en que estas particulares po­ dios. No obstante, también debemos señalar que,
lémicas surgieron más probablemente (y de forma pese al énfasis que el autor pone sobre la condición
más clara) en el contexto histórico de los esfuerzos divina de Jesús, está igualmente convencido de que
del cristianismo primitivo por promover sus reivin­ la gloria divina de Jesús procede del Dios uno.
dicaciones acerca de Jesús entre los correligiona­ En otro pasaje del evangelio de Juan se presenta
rios judíos del siglo 144• Adviértase, por ejemplo, Jn a Jesús ofreciendo una última oración antes de la
5, 18, donde voces judías acusan a Jesús de «equi­ próxima prueba de su arresto y ejecución, y remite
pararse a Dios», y Jn 10, 31­33, donde se presenta a la gloria divina que compartía con Dios «antes de
a los judíos preparándose para lapidar a Jesús por que existiese el mundo» (J n 17, 5). Sin embargo, en el
blasfemo porque, según dicen, «siendo hombre, te mismo pasaje Jesús se pone al servicio de Dios, sien­
haces a ti mismo Dios»45. do su única meta la glorificación de Dios (por ejem­
No podemos detenernos a considerar los demás plo, Jn 17, 4.25­26), y reconoce que cuanto posee (o
asuntos delicados implicados en esos pasajes. Me li­ a lo que tiene derecho) le ha sido dado por Dios ( así,
mito a insistir en que el contexto pone de relieve en Jn 17, 7­8). De hecho, aquí aparece otra afirmación
cada caso que el autor presenta estas acusaciones ­bien conocida en la tradición cristiana posterior­
como algo injusto y equivocado. Sin duda el autor que define la vida eterna simplemente diciendo que
del evangelio de Juan defendía la condición divina consiste en «que te conozcan a ti, el único Dios ver­
de Jesús, vinculándolo con Dios de una forma tan dadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,
inmediata que no resulta difícil ver cómo tal noción 3). Tanto la importancia esencial de Jesús como el
de Jesús pudo llevar a que se considerara que equi­ lenguaje monoteísta hacen de esta declaración algo
asombroso. En cualquier caso, no es sino un indi­
44. La mayoría de los estudiosos también está de acuerdo en cio de todo el entretejido de afirmaciones religiosas
que el evangelio de Juan refleja una enérgica oposición por parte de
los judíos a los judeocristianos cuya fe queda reflejada en este texto. que aparecen en el evangelio de Juan. Los exegetas
Normalmente algunos pasajes son considerados el reflejo de la ex­ coinciden en que uno de los rasgos más llamativos
pulsión de los judeocristianos de la comunidad o comunidades judías
mayoritarias de la época; cf. en especial Jn 9, 22; 12, 42; 16, 2. Cf. J. L. de este evangelio es esta combinación de una idea
Martyn, History and Theology in the Fourth Gospel, Nashville 21979. excelsa de Jesús como un ser divino y la igualmente
45. El término griego que traducimos por «Dios» no tiene ar­
tículo determinado. Personalmente sospecho que debemos interpre­ clara subordinación de Jesús al Dios uno46•
tar _esta afirmación como la acusación de que Jesús está poniendo en
peligro la singularidad de Dios al hacer declaraciones extravagan­
tes respecto de sí mismo. Es decir, Jesús es acusado de hacerse «un 46. Por ejemplo, cf. C. K. Barrett, «The Father Is Greater than
Dios». No obstante, los comentaristas y los traductores discrepan I»: John 14:28. Subordinationist Christology in the New Testament,
respecto a la manera exacta de interpretar la acusación. en Id., Essays on John, London 1982, 19­36; Id., Christocentric or

Ji
96 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 97

Resumamos lo expuesto. Desde su propia pers­ 5. EVOLUCIÓN DOCTRINAL POSTERIOR


pectiva, los primeros cristianos no adoptaron el
Nos hemos ocupado aquí de las expresiones de
concepto de la apoteosis para presentar a Jesús en
devoción a Jesús más antiguas llegadas a nosotros,
términos tan excelsos, y tampoco traicionaron la
preocupación monoteísta de defender al Dios del y dentro de los límites de esta reflexi?,n no es p?sible
considerar detenidamente la evolución postenor de
antiguo Israel como el único Dios verdadero. Estos
la fe cristiana primitiva. A lo largo de las décadas Y
devotos de Jesús (quienes, recordémoslo una vez
de los primeros siglos que siguieron a los textos a los
más, en los primeros años eran mayoritaríamen­
que hemos prestado atención hubo ciertamente m�s
te judíos que se identificaban a sí mismos con su
transformaciones. De hecho, existió una notable di­
religión ancestral y con sus valores y esperanzas)
versidad y se produjeron también graves polémicas
proclamaban su condición suprema como «Hijo»
respecto al modo de expresar mejor la impo_rtancia
único de Dios y «Señor» suyo en términos de las
de Jesús e incluso acerca de quién era el D10s con
acciones y la voluntad del Dios uno.
el que Jesús debía ser vinculado47• Respecto a esta
Así pues, su fe y su praxis devocional represen­
última cuestión, la postura más popular, y la que
tan lo que podemos denominar una «mutación bi­
acabó siendo la noción «ortodoxa», siempre fue bá­
nitaria» del monoteísmo judío de época romana.
sicamente aquella por la que se abogaba en el Nue­
En su fe y en su vida devocional, se vincula a Jesús
vo Testamento: el Dios uno y verdadero con el que
con Dios de una forma tal que convirtió su pos­
había que vincular a Jesús era el Dios de la tradición
tura religiosa en algo verdaderamente novedoso y,
bíblica, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, el crea­
al mismo tiempo, problemático para los monoteís­
dor de cielo y tierra. En cuanto a las doctrinas acer­
tas que no compartían sus mismas convicciones y
ca de Jesús, también estas provocaron controversias
experiencias religiosas. En cualquier caso, en tér­
y grandes luchas a fin de encontrar una �xpresió�
minos históricos puede considerarse acertadamen­
adecuada de su divinidad que al mismo tiempo hi­
te que este planteamiento religioso apareció, en un
ciera justicia a su naturaleza humana y preservara
principio, como una transformación sorprendente
una postura mono t ets t a48 .
r

en el seno de la tradición religiosa del judaísmo del


Segundo Templo. Si los cristianos hubiesen estado dispuestos a
considerar a Jesús sencillamente como un profeta
47. Por ejemplo, cf. L. W Hurtado, Señor Jesucristo, 553­ 730
Theocentric? Observations on the Theological Jvlethod of the Fourth (caps. 8­10). . . ·
Gospel, enld., Essays on John, 1­18; P. N. Anderson, The Christology 48. W R. Schoedel, A Neglected Motive for Secan deentury -r-.1 rt-

of the Fourth Gospel (WUNT 2/78), Tübingen 1996. nitarianism: Joumal of Theological Studies 31 (1980) 356­367.
1)8 ¿ Cómo llegó Jesús a ser Dios? Devoción a Jesús y monoteísmo judío 1)9

o si hubiese triunfado la idea según la cual se creía y categorías religiosas o intelectuales, ya fuera del
que Jesús era en realidad un ser celestial o divino judaísmo o de la tradición filosófica de su época.
como un ángel cuya existencia terrena no era sino Con más frecuencia lo que hicieron fue adaptar las
un complejo disfraz (algo parecido al modo en que tradiciones para expresar sus convicciones acer­
se describen la apariencia y la actividad terrena­ ca de Jesús, las cuales, por lo general, estuvieron
les del ángel Rafael en el libro de Tobías), no ha­ motivadas y configuradas de forma decisiva por la
brían necesitado todo el tiempo y el esfuerzo que devoción a Jesús más antigua tal como la hemos
dedicaron a sus inquietudes cristológicas. De igual estado analizando aquí, esa veneración a Jesús de
manera, si hubiesen estado dispuestos a adoptar Nazaret que parece haber estallado en los prime­
el modelo de la apoteosis, entendiendo que el Je­ rísimos momentos del movimiento cristiano. Esta
sús humano fue convertido en un nuevo Dios por devoción no solo impulsó la ferviente transmisión
derecho propio, deificado a causa de sus méritos· del mensaje evangélico en las décadas que siguie­
excepcionales, las energías gastadas en cuestiones ron; también modeló y exigió considerables esfuer­
doctrinales habrían sido mucho menores. Sin em­ zos ·durante los siguientes siglos a fin de formular la
bargo, ningún modelo anterior parecía adecuado, doctrina cristiana sobre Jesús y Dios. Además, en
al menos para aquellos cristianos cuyos esfuerzos la que terminó siendo la idea dominante, la activi­
sirvieron de marco para lo que se convirtió en la dad histórica y humana real de Jesús siguió siendo
doctrina cristológica más clásica. Lo que terminó tan importante como la gloria celestial que se creía
por formularse en las largas indagaciones doctri­ que compartía.
nales de los primeros siglos cristianos fue una con­ En el proceso que trató de articular una noción
cepción novedosa y muy destacada: Jesús seguía de Jesús, los cristianos también formularon una
siendo verdaderamente humano y verdaderamente nueva interpretación de la unidad del Dios uno de
divino, digno de devoción cultual. la tradición bíblica, una unidad en la que Jesús, «el
En estas luchas doctrinales, especialmente des­ Hijo», es parte integral. De acuerdo con el lenguaje
de el siglo II al siglo V, los cristianos se inspiraron doctrinal que empezó a gozar de mayor populari­
en un conjunto más amplio de categorías concep­ dad a partir del siglo II, el Hijo comparte la misma
tuales, tomándolas de las tradiciones bíblicas, de «naturaleza» (ousía en griego) divina que «el Pa­
escritores judíos de la época del Segundo Templo dre». Claro está, en la formulación clásica de la en­
(especialmente Filón de Alejandría) y de las tradi­ señanza cristiana acerca de Dios, la doctrina de la
ciones filosóficas del momento. Sin embargo, rara Trinidad, el «Espíritu Santo» también terminó por
vez se limitaron simplemente a asimilar términos ser incluido como el tercer componente de la uni­
100 ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios?

dad triádica divina49• Las principales inquietudes 3


a lo largo de esta prolongada y compleja disputa
y del desarrollo de la doctrina cristiana acerca de VIVIR Y MORIR POR JESÚS
Dios fueron la de expresar la importancia y condi­ CONSECUENCIAS SOCIALES Y POLÍTICAS DE LA DE­
VOCIÓN A JESÚS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO
ción verdaderamente divinas de Jesús y, con la mis­
ma intensidad, la de mantener que Dios es «uno».
Es especialmente en esta última preocupación, que
siguió siendo capital durante los primeros siglos,
donde se percibe el incesante influjo del monoteís­
mo judío del Segundo Templo.

Normalmente, la religión conlleva una impor­


tante dimensión social. Creencias, rituales, escrú­
pulos éticos y morales ... por lo general todos estos
aspectos encuentran expresión a nivel social, ya sea
al participar en los actos religiosos de un grupo de­
terminado o a través de relaciones interpersonales
moldeadas por convicciones y doctrinas religiosas.
Además, a menudo la religión forma parte de lo que
constituye e identifica a un determinado grupo so­
cial, sea un pueblo, una nación o una tribu. Habi­
tualmente somos miembros de tales grupos sociales
«tradicionales» en virtud de nuestro nacimiento, y
por lo general la religión «se hereda» junto al resto
de lo que significa ser parte de ellos.
Incluso una religión «voluntarista» ­esto es, una
religión a la que la gente se adhiere por decisión per­
sonal; por ejemplo, mediante la conversión­ conlle­
49. Con el término «componente» intento emplear un vocablo va habitualmente una dimensión social. Sostener
no técnico para Jo que los primeros cristianos querían decir al referir­
se al «Padre», al «Hijo» y al «Espíritu Santo» como las tres «perso­ una u otra afirmación religiosa supone con frecuen­
nas» (personae en Jatín, hypostases en griego) de la Trinidad. cia asociarse con otras personas que comparten el

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