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ESTUDIO LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA

ÍNDICE
GÉNERO LITERARIO .................................................................................................... 2
La novela Histórica ....................................................................................................... 2
La novela policíaca ....................................................................................................... 2
El folletín ...................................................................................................................... 3
TÉCNICAS NARRATIVAS ............................................................................................ 5
ESTRUCTURA ............................................................................................................ 5
ESTRUCTURA EXTERNA .................................................................................... 5
ESTRUCTURA INTERNA. .................................................................................... 6
EL NARRADOR .......................................................................................................... 8
Un narrador en primera persona. ............................................................................. 8
Un narrador omnisciente .......................................................................................... 8
El tercer punto de vista ............................................................................................. 9
EL TIEMPO ............................................................................................................... 10
El tiempo externo o histórico (marco histórico y social) ....................................... 10
El tiempo de la historia (la duración) ..................................................................... 11
El tiempo interno: alteraciones temporales ............................................................ 13
ESPACIO ................................................................................................................... 14
1. Los grandes edificios .......................................................................................... 14
2. Lugares de la delincuencia y el proletariado ...................................................... 15
LOS PERSONAJES ....................................................................................................... 15
La alta burguesía......................................................................................................... 15
El funcionariado ......................................................................................................... 16
El grupo de los asalariados ......................................................................................... 17
El proletariado ............................................................................................................ 18
Los bajos fondos barceloneses ................................................................................... 19
Personajes históricos .................................................................................................. 19
Simbología de los nombres......................................................................................... 19
GÉNERO LITERARIO
Eduardo Mendoza es un maestro del pastiche (imitación
intencionada de diversas maneras o estilos), que tiene una
importancia capital en la obra. Se imitan fundamentalmente tres
géneros:

La novela Histórica
Hay en Mendoza un deseo claro de conocer el pasado concreto de
su ciudad. Barcelona y de centrarse en un momento de su historia
singularmente conflictivo. En el momento en que escribe (últimos
años de la dictadura de Franco), parecía especialmente necesario
conocer los movimientos obreros que, en los últimos años había
tenido que pasar a la clandestinidad y, en el caso del
anarquismo, casi habían desaparecido del todo. Por otro lado, la
riqueza comercial y fabril de Cataluña se había creado por unas
gentes emprendedoras y que, en muchos casos, no habían tenido
reparos en recurrir a medios ilegales para mantener su situación
de privilegio. Mendoza iniciaba, con esta novela, un proyecto de
conocimiento y expresión de la realidad de su ciudad que tendría
su ampliación en La ciudad de los prodigios.
* Ver tiempo externo o de la historia
Este aspecto de la elaboración del libro fue seguramente el que
más trabajo llevó a Eduardo Mendoza. Utilizó una serie de libros
de los que extrajo datos:
 Los archivos del terrorismo blanco de P. Foix
 Montjuich, notas y recuerdos históricos de I. Bo y Singla
 Origen y actuación de los pistoleros de M. Casal
 Los dramas del anarquismo de G. Núñez de Prado
 La verdad sobre el terrorismo de E. de P. Calderón

Como se ve, el tema que le interesaba, sobre todo, era el


terrorismo en sus diversas facetas y la cuestión del anarquismo.

La novela policíaca
Eduardo Mendoza funde este relato histórico con una estructura
narrativa que conserva elementos de la novela policíaca o de la
novela negra. Aparecen varios crímenes misteriosos (el de

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Pajarito de Soto, el de Savolta, el de Parells, el de Lepprince)
y se nos van ofreciendo datos que pueden contribuir a su
esclarecimiento. Además, la intervención final del comisario
Vázquez (que vuelve a aparecer un poco sorpresivamente para este
propósito) se parece mucho a las explicaciones finales de muchos
relatos policíacos en los que se pretende aclarar los cabos que
han quedado sueltos. Otros elementos de la novela policíaca son:
enigmas, sospechas, falsas pistas, pesquisas de un comisario,
interrogatorios

Otra línea temática tiene que ver con obras como el Lazarillo de
Tormes o muchas de las grandes novelas del siglo XIX. Se trata
de presentar la andadura vital de un personaje que, sin tener
grandes riquezas familiares, tiene que luchar para sobrevivir y
enfrentarse a fortunas y adversidades. Javier Miranda se
encuentra siempre al borde del fracaso, pasando siempre
penalidades económicas. Cuando Lepprince se fija en él y le
ofrece algunos trabajos, está comprometiendo su honradez e,
incluso, su seguridad, aunque Miranda circula entre esos
peligros con una tremenda ingenuidad. Cuando Lepprince le ofrece
el trabajo de secretario político para luchar por la alcaldía de
Barcelona, Miranda parece ignorar que ese ofrecimiento magnánimo
encierra la contrapartida de compartir con él su mujer, como el
Lazarillo la compartía con el Arcipreste de San Salvador. La
verdad sobre el caso Savolta narra un caso político y policial,
pero a la vez nos presenta la historia de un individuo y de sus
dificultades para sobrevivir en esa selva en que se ha
convertido la ciudad de Barcelona.

El folletín
El otro gran género sometido a pastiche es la novela
folletinesca (novela por entregas caracterizada por la acción,
el enredo, el misterio, el gusto por los bajos fondos y, sobre
todo, las historias sentimentales). Su presencia en la obra se
percibe en tres aspectos.

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En primer lugar, en la importancia del enredo y de las
aventuras: misterios, personajes que aparecen y desaparecen
inesperadamente...

En segundo lugar, son reconocibles los elementos folletinescos


de las escenas de los bajos fondos: el cabaret, las tabernas, el
hampa, los círculos de conspiradores; en donde conviven lo
mísero y lo noble, los toques sociales y las truculencias...

En tercer lugar, hay que destacar la anécdota sentimental: la


historia de María Coral, su origen oscuro, sus amoríos con el
hombre rico y su boda con el hombre humilde, su intento de
suicidio, sus fugas, sus retornos... (a veces roza la novela
“rosa”).

Así pues, otro aspecto temático de la novela es el amor, que se


centra fundamentalmente en la figura de María Coral. Amor que,
en ocasiones, se desvincula claramente de las relaciones
sexuales y que alcanza su mayor grado de expresión en esa
capacidad de sacrificio y aguante que posee Javier Miranda.
Tiene mucho de atracción irracional e inexplicable, pero es un
afecto duradero que renace cuando menos podía esperarse que así
sucediera, hasta llegar a ese acuerdo final, en los años de la
emigración a Nueva York: “nos vamos haciendo viejos, pero
nuestro amor se ha transformado en un afecto y una
compenetración que ilumina y justifica nuestras vidas”. Final
feliz, al que se llega tras rocambolescas peripecias.

En este sentido, también podría relacionarse la obra de Mendoza


con ciertos rasgos del folletín, tipo de novela popular que se
dio en la segunda mitad del siglo XIX y que se caracterizaba,
entre otras cosas, por la variedad de los sucesos, por mantener
el interés del lector dejándolo en suspenso al final de cada
entrega –así muchas escenas se cortan en momentos de intriga- y
por la posición de clases sociales y de comportamientos morales.
Era frecuente, en la novela de folletín, que las gentes más
humildes tuvieran que soportar los abusos de los poderosos.

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Además, se ha señalado que la novela de folletín sirvió de
vehículo para la expansión de las ideas de los movimientos
obreros.

Lo asombroso de todo ello es que el “pastiche” no choca con lo


que la novela encierra de serio y de profundamente humano; va
más allá de lo paródico o humorístico y se logra una
dignificación estética de los citados tipos de “subliteratura”;
junto a las truculencias, ofrece una pintura exacta del ambiente
social y político de la época; junto a los ingredientes de
folletín sentimental, posee la talla de una honda novela de
amor.

TÉCNICAS NARRATIVAS

ESTRUCTURA

ESTRUCTURA EXTERNA. Se divide en dos partes: I de cinco


capítulos (con 111 secuencias) y II de diez (con 73 secuencias).
Cada capítulo se compone de secuencias de número variado: el
primer capítulo de la 1ª parte tiene 35 secuencias, el 2º dos, y
el último una solamente.
Ejemplo, en el Capítulo I tenemos:
 Artículo periodístico del 6-XII-1917 publicado en La Voz
de la Justicia de Barcelona y firmado por Pajarito de
Soto.
 Notas taquigráficas de la Declaración de Javier Miranda el
10-I-1927 ante un juez de Nueva York.
 Narrador omnisciente en tercera persona (fiesta de Fin de
año en casa de los Savolta)
 Narrador en primera persona. Es Javier Miranda quien desde
la distancia recuerda los hechos acaecidos.
 Affidávit (documento que da fe) del comisario de policía
Alejandro Vázquez (que también murió asesinado poco

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después de que Javier Miranda abandonase España para ir a
EEUU) ante el cónsul de EE.UU, en 1926

ESTRUCTURA INTERNA.
La obra consta de 184 secuencias –fragmentos de diferente
extensión en que están divididos los capítulos, separados por
espacios en blanco- que se suceden como un auténtico
rompecabezas temporal al estilo de la novela policíaca (desde la
confusión hasta la claridad final).

En la primera parte –Capítulos I a V


Hasta la secuencia 129, se consigue la confusión con la técnica
de acumulación de fragmentos que como caleidoscopio desordenado
(técnica que consiste en mezclar anécdotas y personajes en
varias historias que se combinan y alternan; perspectivismo (uso
de diversos puntos de vista); y caos temporal van aportando los
datos necesarios. A raíz de las declaraciones de Javier Miranda
ante el juez neoyorquino, se combinan todo tipo de materiales:
recuerdos, cartas (del comisario Vázquez a Totorno...),
artículos de periódico (fragmentos de La Voz de la Justicia),
documentos judiciales (affidavit ante el cónsul), notas
taquigráficas... Estos documentos se alternan con 2 narraciones,
que muchas veces se alternan paralelamente:
a) Una narración en 3ª persona
b) Una narración en 1ª persona, en la que Javier Miranda va
contando la versión de los hechos

En la segunda parte
Desde la secuencia 130, sigue una narración lineal donde casan
todas las piezas sueltas y desaparecen todos los documentos
relacionados con la investigación oficial, pero continúa la
doble narración.

a) Capítulos I-V de la 2ª parte: ofrecen menor complejidad. Sin


embargo, se siguen alternando varias líneas narrativas y se
conserva el desorden cronológico. Continúa la historia en el año

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siguiente (1918), pero se retrocede a 1917 para asistir -desde
el punto de vista de Nemesio Cabra- a algunos acontecimientos ya
narrados en la primera parte. El relato va saltando libremente
de una época a otra. Con eventuales saltos temporales, se nos
cuenta el ascenso social de Lepprince y el matrimonio de Miranda
con María Coral. Algunos personajes están empeñados en descubrir
los sucios manejos del francés. En los capítulos restantes, la
trama se desarrolla de forma lineal.

b) Capítulos VI-X de la 2ª parte: se desarrolla con la máxima


sencillez: hay un solo hilo argumental, contado linealmente y de
acuerdo con patrones narrativos tradicionales. Se aclaran los
aspectos oscuros de la trama y Javier Miranda se da cuenta de
cómo él también ha sido utilizado por Lepprince. Hacia el final,
el comisario Vázquez hace un resumen de los hechos.

Son diversas las técnicas de narración utilizadas por Eduardo


Mendoza: en la primera parte domina la fragmentación de la
historia, el montaje “caleidoscópico” y la presentación abrupta
–sin aclaración previa- de personajes o hechos. En los últimos
capítulos, encontramos un relato ágil y de ritmo rápido. Esta
variación se explica por la consciente imitación de diversos
modelos narrativos.

Estas secuencias producen un cambio de perspectiva muy frecuente


en la lectura de la novela; el lector tiene que ir adaptando su
percepción a los nuevos datos que se ofrecen y saltando, con
rapidez, de un tema al otro. Un mismo documento puede ir
dividido en varias secuencias; así, por ejemplo, el artículo que
inicia la novela y que ha aparecido en La voz de la justicia
firmado por Domingo Pajarito de Soto se inicia en la secuencia
primera, continúa en la siete y vuelve a reaparecer, ya sin
título, en la secuencia veintiséis, en la treinta y uno para
concluir en la secuencia treinta y seis. El lector tiene que
recomponer en su lectura esa unidad que constituye todo el
artículo, pieza esencial en los hechos que van a costar la vida
a su propio autor.

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En otros momentos, acciones sucesivas se dividen en varias
secuencias. Muchas veces el final de una secuencia anuncia lo
que va a suceder en la siguiente; para poner un ejemplo que es
bien claro, el interrogatorio del juez Davidson a Miranda
aparece dividido en varias secuencias; en una de ellas, le acaba
preguntando el juez:
- “¿De modo que fueron Lepprince y usted a contratar
matones?”
- Sí

La secuencia siguiente narra en 1ª persona ese episodio de la


asistencia a un cabaret para contratar a un par de forzudos que
actúan como matones a sueldo.

En otras ocasiones, es la referencia a unos determinados


personajes o a un lugar antes descrito lo que nos lleva a
enlazar una secuencia con la siguiente.

EL NARRADOR
Un narrador en primera persona.
El hilo conductor, como hemos dicho, son las declaraciones de
Javier Miranda —desde su residencia en Nueva York, pasados casi
diez años, y con motivo de un juicio para tratar de cobrar el
seguro que había suscrito Lepprince— recuerda una serie de
acontecimientos en los que se vio implicado y que giraron en
torno a un núcleo determinado: la fábrica de armas de Savolta
(“Del juicio y mis declaraciones han brotado estos recuerdos”).
Este narrador en primera persona es un narrador limitado -
ignora las relaciones adúlteras entre María Coral y Lepprince-,
ya que sólo conoce parte de los hechos e ignora una porción
fundamental de lo sucedido.

Un narrador omnisciente.
Además de este narrador en primera persona, existe otro que narra
en tercera persona. Sabe todo lo que sucede e incluso entra a

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explicar los pensamientos de los personajes y sus deseos más
profundos. Sin embargo, ello es, a veces, engañoso. Así ocurre
en la narración de las dos fiestas: aunque se comienzan a narrar
en tercera persona, el protagonista estaba presente en ambas y
es él quien las evoca; pero no del todo, un examen detenido nos
descubrirá que no todo lo que allí pasa ha podido ser
presenciado por Javier. De este modo aparece subrepticiamente el
narrador omnisciente.

El tercer punto de vista adopta las formas de los documentos que


sirven de prueba en la acción judicial, que pretende aclarar lo
sucedido. Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y
utilizando la técnica del contrapunto (se van alternando
secuencias que pertenecen a situaciones distintas). Se salta de
una secuencia a otra, de un punto de vista a otro, y no siempre
se respeta el orden lineal.

Por ello, algunas veces tiene la apariencia de un diálogo,


transcrito como las actas de un interrogatorio.

En otros casos, los textos recogidos están narrados en primera


persona, por un personaje que participa en la acción, y que
muestra la perspectiva limitada que tiene sobre los hechos.

En determinados momentos, como en el caso del artículo de


Pajarito de Soto, dividido en varias partes, la perspectiva
adoptada es la del ensayo, en que la voz que habla, aunque en
ciertos momentos adopte la forma verbal de la primera persona,
no lo hace para contar hechos propios, sino para dar una
perspectiva amplia de un asunto de interés general.

En otros lugares, el documento adquiere también una forma


impersonal, como ocurre en las fichas policiales, en las que no
figura el nombre de quien hace las afirmaciones allí contenidas.

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En ciertos momentos de la novela, y de modo señalado, en el
tramo final se recurre también a la forma epistolar, en la que
un personaje cuenta su vida en primera persona.

Esta variedad de técnicas puede desorientar, en un principio, al


lector, pero posteriormente contribuye no sólo a la amenidad de
la novela, sino también a darnos una perspectiva múltiple,
propia del interés histórico que mueve al novelista.

Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y utilizando la


técnica del contrapunto (se van alternando secuencias que
pertenecen a situaciones distintas):
 Notas taquigráficas de la declaración de Javier Miranda
ante el juez Davidson
 Copias de los artículos de Pajarito de Soto en la prensa
anarquista de Barcelona
 Copia de la declaración prestada por el comisario Vázquez
ante el cónsul de EEUU en Barcelona
 Fichas policiales de personajes que se cree que pudieron
tener relación con el caso Savolta
 Copias de cartas cruzadas entre el comisario Vázquez y el
teniente Toronto
 Copia de carta de Nemesio Cabra al comisario Vázquez
 Copias de sueltos publicados en prensa

EL TIEMPO
El tiempo externo o histórico (marco histórico y social)
La historia del Caso Savolta se desarrolla entre 1917 y 1919. El
autor tiene verdadero interés en situar la acción cronológica de
manera minuciosa. En la obra encontramos un panorama muy
completo de la Barcelona de la época. Es el fin de la “belle
époque” de una burguesía, junto al auge de los negocios durante
la I Guerra Mundial, la crisis económica tras la contienda y la
crisis social agudizada desde 1917. En esta encrucijada nos
sitúa la obra, con especiales referencias a los acontecimientos
políticos y a los conflictos entre las clases sociales. El

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entramado histórico y social se entrelaza con las peripecias
individuales, y se convierte en mucho más que un puro marco o
fondo del relato. El marco temporal abarca los años 1917 y 1919.

La neutralidad española en la primera guerra mundial produjo


grandes ventajas económicas para diversos sectores, España
suministró productos diversos, alimentos básicos, calzado,
tejidos, municiones… Las industrias catalanas se vieron
implicadas en esta situación, fabricaron multitud de productos y
suministró beneficios a la clase burguesa y gran descontento a
la clase proletaria.

Este ambiente de descontento provocó disturbios y huelgas, que


culminó en 1916, con la primera huelga general en todo el país.
El conflicto se convirtió en un enfrentamiento entre patronal y
obreros, cuyas organizaciones, sobre todo la UGT (Unión General
de Trabajadores) y CNT (Confederación Nacional del Trabajo)
tenían una gran fuerza. En 1917 se declaró la huelga general
revolucionaria, reprimida con extrema dureza por parte del
ejército y la policía, aliados con la oligarquía catalana.
Además, se formaron redes de gánsters a sueldo y un clima de
gran inseguridad política. La industria catalana fabricaba
material de guerra destinado a los aliados, sobre todo a
Francia, lo que llevó a redes de espionaje y chantajes que
intentaban cortar este sector industrial. Como resultado de esta
serie de luchas y chantajes se produjo el atentado que inspira
el título de la novela: el asesinato del fabricante de armas
José Alberto Barret y Monet.

El tiempo de la historia (la duración)

Conviene apuntar que en cuatro ocasiones la novela se sale del


marco temporal apuntado.

1. La primera y más importante es la que registra el narrador


Miranda como punto de partida de su relato, el momento en que
recuerda los hechos, que coincide con sus declaraciones ante el
juez Davidson del 10 de enero al 6 de febrero de 1927, casi diez

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años después de los acontecimientos, lo que explica sus dudas e
imprecisiones. Este es el momento en que Javier Miranda,
emigrado a América, cree que ha pasado suficiente tiempo para
reclamar que se haga efectivo el seguro de vida que contrató
Lepprince, tal y como este le aconsejó en una carta que dejó
escrita y que le entregó Cortabanyes

2. La segunda en importancia es la que figura en el "affidávit"


prestado por el comisario Vázquez ante el cónsul de Estados
Unidos por la misma razón que Miranda el 21 de noviembre de
1926.

3. La tercera se refiere al capítulo final del libro, en la


misma fecha que la primera, en la que Miranda relata brevemente
su vida en los últimos diez años y recibe la carta de María Rosa
Savolta, agradeciéndole la carta en la que decía que les iba a
enviar el dinero del seguro, y le da a conocer los últimos
avatares de su vida y de su hija.

4. La cuarta, después de su partida todavía se entera, por carta


de Cortabanyes, de algunos hechos como la muerte de Doloretas,
sucedida en 1920, cuando Miranda está ya en Nueva York.

Distinguiremos, de acuerdo con las dos partes de la novela, dos


espacios temporales: el primero se extiende desde el 8 de
octubre de 1917 hasta el año nuevo de 1919, final de la primera
parte, con dos periodos, 1917 y 1918, separados por el asesinato
de Savolta; el segundo, ocupa todo el año 1919 y coincide con la
segunda parte.

En el tratamiento del tiempo se advierte por un lado una


datación concreta gracias a los nombres de los personajes y
acontecimientos históricos, las fechas exactas de los documentos
y cartas. No obstante, también existe un desorden cronológico e
imprecisiones temporales.

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El tiempo interno: alteraciones temporales

Aunque la novela, y sobre todo en su segunda parte, sigue un


cierto orden cronológico lineal, sin embargo, en todo momento y
más en la primera parte, se dan frecuentes analepsis, o como se
dice en lenguaje cinematográfico flashback. Estas vueltas atrás
sirven sobre todo para la aclaración de los sucesos o para
presentar los antecedentes de personajes que tienen un papel
fundamental en la trama. La novela tiene una gran influencia del
montaje cinematográfico; así como en una película se suceden
hechos que ocurren en momentos y lugares distintos y es el
espectador el que debe organizar el desarrollo de la historia;
también aquí, en la novela, es el lector el que tiene que ir
componiendo en la cabeza el orden cronológico de la sucesión de
los hechos.

Cuando el lector comienza a leer la novela se da cuenta


inmediatamente de que se encuentra ante “una estructura
endiabladamente saltarina”. Así, en la primera secuencia, se le
propone un fragmento de un artículo de Domingo Pajarito de Soto
que fue publicado en Octubre de 1917. A continuación aparece un
interrogatorio del juez Davidson a Miranda fechado el 10 de
Enero de 1927; se ha producido pues una prolepsis, un salto en
el tiempo hacia delante. Pero, para complicar más las cosas en
ese interrogatorio se preguntan por hechos anteriores a 1917,
cuando Miranda llega, por primera vez a Barcelona. Dentro del
interrogatorio, aparece por lo tanto una analepsis ya que hemos
dado como un salto atrás en el orden temporal. La secuencia
siguiente, nos introduce en una fiesta en casa de Savolta lo que
nos vuelve a llevar a 1917. La siguiente secuencia continúa el
interrogatorio de Miranda.

Estas vueltas atrás o analepsis todavía son más visibles, al


producirse el paso de la primera a la segunda parte, cuando el
lector tendrá que revisar de nuevo algunos sucesos que han
aparecido en los interrogatorios, en los testimonios policiales
y en la misma narración de la primera parte.

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ESPACIO
El espacio de la novela es, sobre todo, un espacio urbano,
ceñido a la ciudad de Barcelona, formada a su vez por múltiples
espacios presentados desde el punto de vista de Javier Miranda.
Barcelona era en la época una ciudad industrial a la que acudían
un gran número de personas para encontrar trabajo y ascender
socialmente, como le ocurre a Javier Miranda. Éste percibe la
ciudad como un espacio hostil, en el que le resulta difícil
encontrar su lugar.

Excepto en cuatro momentos argumentales, la novela de Mendoza se


desarrolla en Barcelona, verdadera protagonista. Los cuatro
momentos son, por orden de aparición, la sala del tribunal del
estado de Nueva York, ante la que presta declaración Javier
Miranda; la ciudad de Valladolid, adonde viaja el protagonista
de la secuencia final de la primera parte por escapar de una
mala situación emocional; el hotel donde pasan su viaje de
novios Miranda y María Coral; y, el viaje de persecución que
realiza Miranda tras los pasos de Max y María Coral por la
provincia de Lérida, en los Pirineos, pasando por Cervera,
Balaguer y Tremp, lugares que describe con gran meticulosidad.

En cuanto a las localizaciones ciudadanas, asistimos a un paseo


por muy distintos ámbitos urbanos.
1. Los grandes edificios
Son una exhibición del orgullo burgués y del industrial
enriquecido, se pueden ejemplificar, sobre todo, en la propia
casa de los Savolta; una casa capaz de albergar a gran número de
invitados y digna de que incluso sea visitada por el Rey.

Ese ámbito de las clases económicamente poderosas se puede ver


también en otros ambientes que aparecen en la novela, como en el
teatro del Liceo con sus representaciones de época, en el Casino
del Tibidabo o el gran Hotel Balneario al que va a parar Javier
Miranda en su visita de novios. Esos lugares resultan, en cierto
modo, emblemáticos de un modo de ser de la alta burguesía
catalana.

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2. Lugares de la delincuencia y el proletariado.
Pero en la novela aparece también el otro extremo de la escala
social. Son lugares por los que pulula una variada cantidad de
personajes que se mueven entre la delincuencia o el proletariado
más humilde. Las tabernas más cutres, los cabarets nocturnos en
la zona del puerto destinados a los marineros, las pensiones de
última categoría, las casas de citas, los hoteles inferiores,
que también se destinan a lo mismo, las casas de realquilados,
los prostíbulos son algunos de los lugares que dibujan una
geografía de la miseria.

Mendoza tiene una gran habilidad para situar las acciones de la


novela en los lugares adecuados y se ha documentado con
precisión para reproducir un tipo de vida que, sólo en parte,
puede ya descubrirse en la actualidad.

LOS PERSONAJES
El panorama social en la novela es completo y los personajes,
junto a su comportamiento corrupto, pretenden ejercer una cierta
función representativa de clase. Ésta es la razón por la que
Mendoza no elige sólo una clase específica, sino que pulula por
distintos estratos que acaban convergiendo, como es lógico, en
el más poderoso: la burguesía.

Mendoza los escribe de muy diversas formas: los muñequiza cual


marionetas grotescas, aplica sobre ellos una distanciación
irónica o incluso los repasa con una mirada tierna.

La alta burguesía
Se refleja en los directivos de la empresa, marcados por la
ambición de poder, crea alrededor de ellos una atmósfera de
banalidades y vidas vulgares, donde internamente se deja
entrever una sociedad corrompida.

Claudedeu (“clavo o llave de Dios”), es conocido también como


"Mano de hierro", conservador inflexible y de modales burdos.

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Parells es el asesor financiero y fiscal de la empresa, liberal
de trato distinguido, el único obstáculo de Lepprince y
personaje que cabe relacionar con el modelo de Maquiavelo.

Todos ellos representan a los inflexibles capitalistas


directivos de la empresa que mantienen una implacable estrategia
de explotación capitalista y no tienen inconveniente en recurrir
a maniobras sin escrúpulos para sofocar los conflictos sociales.

Las respectivas mujeres (Rosa Savolta, María Rosa Savolta, Neus


Claudedeu y la Sra. Parells) mantienen en toda la novela una
actitud sumisa, propia de su educación burguesa.

El propio Savolta basado, como apuntábamos, en la figura


histórica del industrial del metal Barret Moner.

Lepprince (“el Príncipe”), deudor de los mafiosos


cinematográficos, el gran personaje de Mendoza. Guapo, refinado,
brutal. Envuelto en un halo de misterio, es un amoral trepador,
sigue fríamente sus planes de poder sin reparar en la entidad
moral de los medios, lleva una doble vida, siempre llena de
lujos y utilizando a todos en su beneficio. Sabe analizar con
lucidez la sociedad que le rodea, una selva deforme en la que se
ha propuesto triunfar con procedimientos que no difieren de los
habituales entre los poderosos. Nada le detiene, recurre
fríamente al crimen. Su fascinación sobre todos, incluido
Javier, le facilitan la tarea. Sin embargo, en algún momento
adivinamos su soledad, lo vemos necesitado de amistad. Lepprince
es quien mejor encarna esa obsesión de Mendoza por el poder; el
francés se define, ante todo, por su individualismo absoluto y
por su capacidad de actuar.

El funcionariado
Viene representado por el comisario Vázquez y el abogado
Cortabanyes ("Cortacuernos").

Cortabanyes es un colaborador oscuro de la corrupción del poder,


retrata la hipocresía que bajo la apariencia de bondad roñoso-

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paternal esconde un pozo de tetemanejes indignos. Cortabanyes
simboliza el poder que se mueve en las sombras.

El comisario Vázquez está sacado de la novela policíaca, de


psicología monolítica y coordenadas obsesivas en su análisis de
la realidad social aunque, a la vez, muestra una implacable
voluntad de solucionar un caso. Creemos que el referente
histórico inmediato de Vázquez es el comisario Casal Gómez. El
comisario Vázquez reúne las características del héroe de la
serie negra, pues actúa al margen de las instituciones. A pesar
de ser un funcionario al servicio del Estado y por lo tanto
defensor de éstas, seguirá la investigación del caso aún después
de que los supuestos asesinos de Savolta hayan sido
ajusticiados. Su alto sentido del deber hará que incluso después
de haber sido alejado de Barcelona e incluso después de haber
dejado de formar parte de la policía, continúe buscando al
asesino de Savolta, lo cual lo identifica con el héroe
justiciero de la literatura popular decimonónica.

El grupo de los asalariados


Se refleja en los empleados del despacho de Cortabanyes, y,
especialmente, en el protagonista de la novela.

Javier Miranda: es un pícaro que va en busca de fortuna, trabaja


para varios amos y acepta el papel de "consentido. A partir del
esclarecimiento del caso Savolta, Javier Miranda intenta arrojar
alguna luz sobre su propio "caso", como dice el Lazarillo de
Tormes: dilucidar cómo ha llegado a la situación en que se
encuentra.

En su propio nombre simbólico se encuentra la esencia de su


personalidad: Miranda pudiera derivarse perfectamente de un
personaje que se dedica a "mirar" sin actuar. Hay en él nobleza,
bondad, sentido de la justicia; pero es también débil,
vulnerable. Al igual que los personajes barojianos es sincero,
sensible y de buen corazón, pero incapaz de actuar. En medio de
un mundo de fieras se ve arrastrado por las circunstancias. Así,

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se deja tentar por el panorama que, frente a su vida gris, ve
tras Lepprince. A la vez, se siente atraído por sueños
revolucionarios.

Indignidad y amor se mezclan también en su vida sentimental.

Está claro que Miranda es un trepador social: un personaje


arribista y fracasado que trata de acercarse a las esferas del
poder. Javier admite que "lo que buscaba era el éxito a
cualquier precio" y sólo parece ver en el francés Lepprince la
esperanza, la fortuna y, sobre todo, el acceso a ascender en las
altas esferas sociales para abandonar la pobreza.

Del mismo estilo son la Doloretas y Perico Serramadriles,


compañeros de Miranda en el despacho de Cortabanyes, personajes
que pasan su vida trabajando sin levantar cabeza. También, en el
personaje de la secretaria, hemos de ver su crítica hacia un
sistema de vida (el catalán) basado en el trabajo y en la
escasez de diversión.

El proletariado
Forma un cuadro sin individualizar, presente en huelgas,
mítines, ambientes anarquistas y discursos. Destaca Domingo
Pajarito de Soto, un pseudointelectual bohemio, idealista
desvalido e ingenuo, cuya alta misión obrera contrasta con la
miseria de su vida, la generosa reflexión sobre la causa de los
trabajadores y la ceguera e insensibilidad para la realidad
cotidiana como la triste situación que padece su propia familia.
El personaje de Pajarito bien podría estar basado en algún
periodista ácrata del momento, como Fortunato Bartho, redactor
jefe de la publicación Espartaco. Es, pues, Pajarito un
idealista muy particular que arriesga su vida de forma
consciente por la lucha obrera, pero que proporciona el
desamparo a su propia familia por su difusa ideología utópica y
sus preocupaciones sociales.

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Los bajos fondos barceloneses
Aparecen representados, entre otros, por María Coral, gitanilla
de 18 ó 19 años, artista de cabaret que es un producto de la
miseria; de ahí sus contradictorios perfiles. Lepprince la
define certeramente: "Era suave, frágil, sensual como un gato; y
también caprichosa, egoísta, desconcertante." Conoce el poder de
su belleza misteriosa, la impresión que produce en los hombres y
juega con ellos, como si se complaciera en dominarlos. Vital y
esquiva, su única ambición es salir de la miseria al coste que
sea.

Otro de los personajes de este grupo se llama Nemesio Cabra


Gómez. El primer apellido alude quizá al maestro Cabra del
Buscón o, simplemente, a que está loco como este animal. El
referente real de este personaje está basado en la persona de un
confidente de la policía.

Personajes históricos
La aparición de personajes históricos como personajes
integrantes de la novela. Así, a lo largo de la historia son
citados políticos como Francesc Cambó (fundador de la Sociedad
Catalana y ministro), Alejandro Lerroux (fundador del Partido
Radical y ministro), Antonio Maura (jefe del gobierno
conservador), García Prieto (jefe del gobierno liberal), Eduardo
Dato (jefe del gobierno conservador) y otros como Cánovas,
Sagasta, el ingeniero Pearson o el mismísimo Alfonso XIII.

También están presentes en la novela conocidos anarquistas


revolucionarios como Paulino Pallás, Santiago Salvador, Ramón
Sempau, Salvador Seguí y Francisco Ferrer Guardia.

Simbología de los nombres


Para concluir, destacaremos que los nombres del los personajes
importantes parecen tener un nombre escogido a conciencia por el
autor. Así, es manifiesta la motivación en Javier Miranda; su
apellido es acorde con la caracterización de espectador, de
mirón que no se implica en nada. En Pajarito de Soto; el

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personaje es en verdad un pájaro que revolotea por todas partes,
pero su ingenuidad e indefensión le llevarán a ser anulado por
la misma selva que tan bien él ha observado. En Nemesio Cabra,
el nombre no necesita mucha explicación, teniendo en cuenta que
es un loco, mezcla de pícaro y místico. En María Coral, el
nombre, que alude a un objeto de joyería, simboliza el papel del
personaje en la novela, que no es otro que el de objeto de valor
y conquista para los hombres. Mayor sutileza presenta la
motivación de los nombres catalanes. Así Cortabanyes
"literalmente cortacuernos-, representa el poder diabólico en la
sombra (los niños catalanes llaman al diablo "banyetes").
Claudedeu, que hace estremecer a los obreros, el "Hombre de la
Mano de Hierro", significa en catalán "clavo de Dios", férrea
mano justiciera que oprime a los obreros. Savolta sería en
mallorquín "la vuelta", puede simbolizar el motivo de la novela
el cambio de las cosas. Lepprince, el caballero elegante,
vendría del francés "el príncipe". Igualmente, Doloretas será la
persona que sufre y María Rosa, la dueña de la belleza y el
frescor de una rosa.

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