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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LIMA - Sistema de

Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE ALZAMORA VALDEZ,
Secretario De Sala:CHINCHAY ARANDA LUIS MILTON /Servicio Digital
- Poder Judicial del Perú
Fecha: 09/07/2018 16:06:35,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
LIMA / LIMA,FIRMA DIGITAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA


TERCERA SALA CIVIL

EXPEDIENTE : 02362-2009-0-1801-JR-CI-07
DEMANDANTE : OSCAR JESÚS PÉREZ AMBROCIO
DEMANDADO : COMUNIDAD CAMPESINA DE JICAMARCA Y OTROS
MATERIA : NULIDAD DE ACTO JURÍDICO

RESOLUCIÓN N° 22
Lima, dos de julio de dos mil dieciocho.-

V I S T O S: Observándose las formalidades previstas en el


artículo 131° del Texto Único Ordenado de la Ley Or gánica del Poder Judicial;
interviniendo como Juez Superior ponente el señor Quinte Pillaca; y,

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO: Viene en grado de apelación la sentencia contenida en la resolución


número ciento dieciocho, de fecha once de abril de dos mil doce1, que declara: 1.
Infundadas las tachas formuladas tanto por los demandados como por el demandante,
las mismas que se hacen referencia en el quinto considerando; y, 2. Fundada la
demanda de nulidad de acto jurídico, consecuentemente declara: a) la nulidad del acto
jurídico constituido por la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08
de noviembre de 1999, por las causales de falta de manifestación de voluntad y
finalidad ilícita; b) la nulidad de la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y
su aclaratoria de fecha 21 de setiembre de 2001, por las causales de falta de
manifestación de voluntad y finalidad ilícita; c) ordena la cancelación de la Partida
Electrónica N° 01953613, Asiento A00047 del Registr o de Mandatos y Poderes del
Registro de Personas Jurídicas, con costas y costos.

SEGUNDO: Conforme al artículo 364° del Código Procesal Civi l, el recurso de


apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a solicitud de
parte o de tercero legitimado, la resolución que les produzca agravio, con el propósito
de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.

1
Fs. 2446 a 2464

1
TERCERO: Los demandados Bacilio Guzmán Huamaní, Nieves Cutipa Torres
y Aurelio Milla Trujillo, interponen recurso de apelación2 señalando como agravios:
1. El artículo 25 (incisos d y j) y el artículo 67° in ciso c) del Reglamento de la Ley
General de Comunidades Campesinas, obligaba al demandante que en su
condición de comunero calificado a denunciar ante la Asamblea de su comunidad
todo acto atentatorio contra la comunidad como paso previo al ejercicio de la
acción judicial, obligación que no fue cumplida hasta la fecha al no agotar la vía
previa.
2. La concurrencia de alguna trasgresión a las normas estatutarias de la Comunidad
Campesina de Jicamarca al momento de tomar los acuerdos del 8 de noviembre
de 1999, no enerva los derechos adquiridos por los demandados en la
compraventa efectuada al amparo de la publicidad registral, dado que la
transferencia de propiedad se efectuó a titulo oneroso bajo estrictas reglas de la
buena fe, conforme señala el articulo 197° del Códi go Civil.
3. Conforme el artículo 92° del Código Civil, el deman dante en su condición de
miembro de la Comunidad Campesina de Jicamarca debió interponer la presente
acción dentro de los treinta días siguientes a la inscripción del mandato para
vender otorgado por acuerdo de la Asamblea de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, por ello en mérito del articulo 2003° de l Código Civil que establece que
“la caducidad extingue el derecho y la acción correspondiente”, puede ser
declarada de oficio o a petición de parte, conforme prescribe el articulo 2006° del
acotado código, por ello solicitan se emita un pronunciamiento expreso al respecto.
4. Se ha desatendido el tercer párrafo del artículo 121° del Código Procesal Civil al
declarar infundada la tacha, roda vez que se señaló que, los instrumentos
tachados no contenían defectos formales, además de limitarse a enumerar sin
desarrollar motivación técnico legal alguna que sustente la decisión.
5. La sentencia se sustenta sobre la lectura e interpretación de copias que carecen
de valor probatorio, en siete declaraciones juradas que no fueron ratificadas,
máxime si no existe documento alguno que pruebe la interposición de
procedimiento alguno al interior de la Comunidad Campesina.
6. No se ha tomado en cuenta la concurrencia de los dispositivos contenidos en el
Código Civil y el Reglamento General de los Registro Públicos sobre la buena fe y
la existencia de un mandato dotado de publicidad registral, en ese contexto, los
demandados actuaron conforme a los procedimientos de compra establecidos por
la Ley General de Comunidades Campesinas, el Código Civil y el Reglamento

2
Fs. 2485 a 2496

2
General de Registros Públicos, a tal punto que no podrían ser responsables de
cualquier situación ajena a su participación como simples compradores.

CUARTO: De la demanda3, se aprecia que Oscar Jesús Pérez Ambrocio,


solicita:
1. Como pretensión principal, se declare la nulidad de la Asamblea General
Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de noviembre de 1999, contenida en el
acta de la citada fecha, obrante en el Libro de Asambleas Generales de la
Comunidad de Jicamarca, en la que aparece los presuntos acuerdos referidos a
facultar a Dionisio Huapaya Jiménez para que suscriba minuta y Escritura Pública
para vender 350 hectáreas de terreno comunales a favor de Bacilio Guzmán
Huamaní, Nieves Cutipa Torres y Aurelio Milla Trujillo, invocando las causales de
falta de manifestación de voluntad, jurídicamente imposible, fin ilícito, simulación
absoluta, y contravención a las leyes que interesan al orden público y a las buenas
costumbres.
2. Como primera pretensión accesoria, se declare la nulidad del acto jurídico
contenido en la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria
de fecha 21 de setiembre del 2001, en la que aparece la compra venta del
inmueble de propiedad de la Comunidad Campesina de Jicamarca a favor de los
señores Bacilio Guzmán Huamaní y esposa Selmira Santillán Meléndez, Nieves
Cutipa Torres, Aurelio Milla Trujillo, transferencia efectuada por el señor Dionisio
Huapaya Jiménez en representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca
sin contar con las facultades especiales para realizar dicho acto jurídico, invocando
las causales previstas en los incisos 1, 3, 4, 5 y 8 del Código Civil.
3. Como primera pretensión accesoria la cancelación de la Partidas Electrónica N°
01953613 Asiento A 00047 del Registro de Mandatos y Poderes del Registro de
Personas Jurídicas, donde se inscribió el poder a Dioniso Huapaya.

QUINTO: En el texto de la demanda el demandante señala que, en su


condición de comunero de la Comunidad Campesina de Jicamarca aduce que dicha
comunidad es propietaria de 100,041.00 hectáreas de terreno, titularidad que se
encuentra inscrito en los Registros Públicos, la cual ha sido transferida de manera
ilegal a los demandados, pese a no haberse realizado Asamblea General de fecha 08
de noviembre de 1999, donde se habría autorizado la venta de 350 hectáreas de
terrenos comunales y la facultad para que Dionisio Huapaya Jiménez suscriba la

3
Fs. 331 a 351

3
minuta u otro documento de transferencia, pues conforme el artículo 42° del Estatuto
de la Comunidad, las asambleas ordinarias y extraordinarias se efectúan solamente el
primer domingo de cada mes, por ello resulta jurídicamente imposible que el lunes 08
de noviembre de 1999 se haya producido la asamblea con 95 comuneros. Aduce
además que, no aparece la aprobación en la parte final del acta conforme el artículo
49.c del Estatuto, los 95 que aparecen firmando el acta no estuvieron presentes en la
asamblea, figura las firmas de 4 comuneros analfabetos que no saben firmar, existe 3
firmas falsificadas probadas por pericia grafotécnica y 30 firmas falsificadas conforme
al cuadro comparativo de firmas. Arguye que, conforme el artículo 7° de la Ley 24656,
para vender un inmueble comunal se requiere 2/3 del número de comuneros
calificados, es decir 88 comuneros, resulta que sólo asistieron 81, o alcanzando el
quórum requerido; en ese sentido la escritura pública de compraventa de fecha 03 de
diciembre de 1999 adolece de falta de manifestación de voluntad, debido que el señor
Dionisio Huapaya carecía de facultades para celebrar el acto jurídico de compraventa.

SEXTO: De lo expuesto, se desprende que la controversia en este proceso, se


centra en determinar si los actos jurídicos cuestionados como la Asamblea General
Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de noviembre de 1999 y el contrato de
compraventa contenida en la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su
aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001 (celebrado por Dionisio Huapaya
Jiménez en representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca a favor de
Nieves Cutipa Torres, Aurelio Milla Trujillo, Bacilio Guzmán Huamaní y su cónyuge
Selmira Santillán Meléndez), se encuentran afectados de nulidad por la causal
contenida en el artículo 219° incisos 1, 2, 4, 5 y 8 del Código Civil; para tal efecto,
corresponde verificar si se ha cumplido con lo dispuesto en el artículo 7° y siguientes
de la Ley 24656 - Ley de Comunidades Campesinas.

SÉTIMO: Que, expuestos los agravios y el tema debatido, es pertinente señalar


que el artículo 196° del Código Procesal Civil, señ ala que la carga de probar
corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los
contradice alegando nuevos hechos; en ese sentido, corresponde a la parte
demandante la carga de probar los hechos que sustentan la pretensión expuesta en la
demanda; y, a los demandados desvirtuarlos.

4
OCTAVO: En relación tachas interpuestas por los demandados Bacilio
Guzmán Huamaní4, Nieves Cutipa Torres5 y Selmira Santillan Melendez6 contra: 1) el
Libro de Padrón Comunal N° 4 de la Comunidad Campes ina de Jicamarca; 2) Las
hojas de identificación del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil – RENIEC,
de 132 comuneros; 3) Cuadro comparativo de firmas de 132 comuneros calificados; 4)
Informe pericial grafotécnico de fecha 25 de setiembre de 2002; y, 5) Certificación
emitida por el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil – RENIEC; y las
deducidas por el demandante7 contra: 1) Escritura Pública de Aclaración de Ubicación
y Rectificación de linderos y medidas perimétricas de fecha 25 de noviembre de 2000;
2) Escritura Pública de Aclaración de Ubicación y Rectificación de linderos y medidas
perimétricas de fecha 21 de febrero de 2003; 3) Declaración jurada de autovalúo; y 4)
Minuta de Aclaración de Ubicación y medidas del predio. Debemos precisar que la
tacha como cuestión probatoria solo puede ampararse en los supuestos contenidos en
los artículos 242° y 243° del Código Procesal Civil , es decir, por falsedad o nulidad del
documento; en ese sentido, un documento será falso, cuando lo expuesto en él no
corresponda a la realidad o será nulo cuando resulte manifiesta la ausencia de una
formalidad esencial que la ley prescribe bajo sanción de nulidad.

NOVENO: En ese sentido, se aprecia que los argumentos en los cuales basa
se la acotada cuestión probatoria planteada, son: que el libro de Padrón Comunal N° 4
de la Comunidad Campesina de Jicamarca no está relacionado a los hechos
controvertidos en autos; las hojas de identificación del RENIEC de 132 comuneros no
prueban la validez de las firmas, huellas digitales, estado cultural o existencia legal de
la persona; el cuadro comparativo de firmas de 132 comuneros calificados es una
prueba simulada al haberse utilizado fotocopia de mala calidad del acta de asamblea
general extraordinaria; y, el informe pericial grafotécnico de fecha 25 de setiembre de
2002 es una prueba simulada porque se ha efectuado sin la presencia física de las
personas a que se hace referencia. Sin embargo, los argumentos de los demandados
no se encuadran en ninguno de los supuestos determinados en la acotada normativa,
toda vez que a través de las tachas planteadas se cuestionan el contenido de los
mismos, sin tener en consideración que acto y documento son distintos, como lo
establece el artículo 237° del Código Procesal Civi l, situación que determina que no se
encuentra probada la ausencia de formalidad, lo que significa que las tachas
deducidas no merecen ser amparadas. Asimismo, las tachas deducidas por el
4
Fs. 411 a 417.
5
Fs. 474 a 480.
6
Fs. 537 a 543.
7
Fs. 800 a 803.

5
demandante, cuestionando las escrituras públicas de fecha 25 de noviembre de 2000
y de fecha 21 de febrero de 2003, la declaración jurada de autovalúo y la minuta de
aclaración de ubicación y medidas del predio, también merecen ser desestimadas,
dado que los argumentos alegados tampoco se encuadran en ninguno de los
supuestos determinados en acotada normativa, además de estar referidos a
instrumentos públicos que mantienen su vigencia. Contexto por el cual se infiere que,
el extremo de la resolución materia de alzada respecto a las tachas ha sido emitida
conforme a ley, por tanto, y teniendo en cuenta lo dispuesto en el último párrafo del
artículo 172° del Código Procesal Civil, debe confi rmarse la resolución recurrida
también en dicho extremo.

DÉCIMO: En atención a la impugnación presentada relacionado a la caducidad


y la aplicación del artículo 92° del Código Civil, que establece el plazo de 60 días
contados a partir de la fecha de los acuerdos para impugnar judicialmente, debemos
señalar que, la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la República (Cas. N° 17158-2015-Lima) 8, ha precisado que no resulta
aplicable dicha normativa al presente caso, toda vez que, una Comunidad Campesina
se rige por la Ley N° 24656, normativa especial apl icable en virtud de lo previsto por el
artículo 89° de la Constitución Política del Perú y la última parte del artículo 134° del
Código Civil.

DECIMOPRIMERO: Con relación al pronunciamiento de fondo y, debe


recordarse que la nulidad de acto jurídico busca que se declare que un acto jurídico es
inexistente, no surte efectos por incurrir en alguno de los supuestos contemplados en
la norma legal; ya que la nulidad de un acto jurídico es la sanción legal por la cual se
desconoce la existencia de los efectos jurídicos de un acto celebrado, el que carece de
los requisitos elementales para su validez, conforme al artículo 219º del Código Civil.
Sobre el particular el profesor Lizardo Taboada nos señala que: “El acto nulo es aquel
que carece de algún elemento, presupuesto o requisito, o como aquel cuyo contenido es ilícito
por atentar contra los principios de orden público, las buenas costumbres, o una o varias
9
normas imperativas” . El mismo autor indica que “la nulidad es el supuesto más severo y
grave de invalidez, pues supone en todos los casos actos jurídicos que no se han llegado a
formar por ausencia de algún elemento o presupuesto que se han formado inválidamente con
10
ausencia de alguno de los requisitos establecidos por la ley” .

8
Fs. 3150 a 3171.
9
Taboada Córdova, Lizardo, “Nulidad del Acto Jurídico”, Lima - Perú. Editora Jurídica Grijley 2002, Pág. 83.
10
Ídem. Pág. 84.

6
DECIMOSEGUNDO: Respecto a la causal de falta de manifestación de
voluntad del agente (inciso 1 del artículo 219° del Código Civil), debe recordarse
que “la manifestación de voluntad no solo constituye un requisito de validez sino que es
también la conclusión del proceso formativo de lo que hemos denominado la voluntad jurídica,
11
que es la voluntad interna una vez formada y exteriorizada mediante su manifestación” . Por
ello, es menester precisar que “la declaración de voluntad, que es una sola unidad entre la
voluntad y la declaración, requiere para su configuración de dos voluntades: la voluntad
declarada, que es lo que aparece expresado en la conducta en que consiste la misma
declaración, es decir, el contenido del negocio; y la voluntad de declarar. Esta última importa a
su vez dos tipos de voluntades: la voluntad del acto externo, esto es, de la conducta en que
consiste la propia declaración, y el conocimiento del valor declaratorio de dicha conducta.
Siendo esto así, resulta simple de entender que faltará la manifestación de voluntad del agente,
12
en cualquier supuesto en que falte tanto la voluntad declarada como la voluntad de declarar” .

DECIMOTERCERO: Que, asimismo el tercer considerando de la Casación


N°03254-2012-LIMA, ha establecido que “esta causal de nulidad por falta de manifestación
de voluntad está referida a la circunstancia de que en determinado supuesto no existe
realmente manifestación de voluntad del declarante. La declaración de voluntad es una sola
unidad entre la voluntad y lo que aparece expresado en la conducta en que consiste la misma
declaración. Por lo tanto, se tiene por falta de manifestación de voluntad: i) Cuando el sujeto al
que se le imputa la declaración carece de existencia jurídica; ii) Cuando la manifestación de
voluntad no ha sido materialmente efectuada por el sujeto; iii) Cuando la manifestación de
voluntad materialmente efectuada carece de relevancia negocial, esto es, a) Cuando no esté
dirigida a crear, modificar, regular o extinguir una reglamentación de intereses, b) En caso de
que la misma no demuestre la intención de su autor de quedar jurídicamente vinculado,
además c) En caso de que exista disenso entre las partes; y, iv) Cuando la manifestación de
voluntad ha sido exteriorizada por la presión física ejercida sobre el sujeto”.

DECIMOCUARTO: En el presente caso, el demandante fundamentalmente


sostuvo que “no se produjo ninguna asamblea general de comuneros con fecha 08.11.99 a
horas 16:00 p.m. ni mucho menos se ha acordado la venta de terrenos comunales de 350 Has.
ni se acordó el otorgamiento de facultades al sr. Dionisio Huapaya Jiménez”, por ende, la
Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de noviembre de 1999,
es nula; como consecuencia de ello, el contrato de compraventa contenido en la
escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de
11
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El Acto Jurídico. Séptima edición, Gaceta Jurídica, Lima – Perú, 2007, pág. 491
12
Taboada Córdova, Lizardo, “Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato”, Lima - Perú. Editora Jurídica Grijley 2002,
Pág. 329.

7
setiembre del 2001, celebrada por el señor Dionisio Huapaya Jiménez en
representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca, también resultarían nulos,
dado que, el señor Dionisio Huapaya Jiménez no tenía representación para transferir
los terrenos comunales de 350 hectáreas a favor de los codemandados.

DECIMOQUINTO: Al respecto, debemos precisar que según el artículo 7° de la


Ley N° 24656, Ley de Comunidades Campesinas, es req uisito para enajenar sus
tierras, cuando se cuenta con “el acuerdo de por lo menos dos tercios de los miembros
calificados de la Comunidad, reunidos en Asamblea General convocada expresa y únicamente
con tal finalidad. Dicho acuerdo deberá ser aprobado por ley fundada en el interés de la
Comunidad, y deberá pagarse el precio en dinero por adelantado”.

DECIMOSEXTO: En ese contexto, conforme el libro padrón de la Comunidad


Campesina de Jicamarca13 y la copia literal del Título Archivado N° 02484 14 de fecha
07 de enero de 1999 de la Comunidad Campesina de Jicamarca emitido por la
Gerencia de Personas Jurídicas y Naturales de la Oficina Registral de Lima, se aprecia
que figuran empadronados 132 comuneros calificados; en ese contexto, conforme a lo
previsto por el artículo 7° de la Ley 24656, para e najenar las tierras de la Comunidad
Campesina se requiere 88 votos conformes de comuneros calificados.

DECIMOSETIMO: Del acta de Asamblea General de Comuneros de 08 de


noviembre de 199915, se puede ver que “se acordó por unanimidad, aprobar la
transferencia de terrenos comunales en calidad de compra-venta a favor de Julio Guzmán
Mamani, Nieves Cutipa Torres, Aurelio Milla Trujillo, sobre un área de 350 Has. (trescientos
cincuenta hectáreas) en el lugar denominado sector EL CERCADO, ubicado en la quebrada de
CANTO GRANDE, distrito de San Antonio, provincia de Huarochirí, departamento de Lima,
cuyos linderos y medidas perimétricas en coordenadas H.T.M. obran en la memoria descriptiva
y respectivo plano perimétrico suscrito por el ingeniero CIP 30524. La presente transferencia se
realiza bajo los siguientes términos: PRIMERO.- la transferencia de terrenos en calidad de
compraventa cuyo precio pactado es de S/. 25,000.00 (veinticinco mil nuevos soles) que serán
cancelados en su totalidad a la firma de la presente minuta y escritura pública (…)”; asimismo,
se aprecia 94 firmas de personas que firmaron en la parte final del acta de Asamblea
General de 08 de noviembre de 1999.

13
Fs. 11 a 123.
14
Fs. 906 a 1040.
15
Fs. 03 a 10.

8
DECIMOCTAVO: En relación a las firmas que aparecen en dicha acta de
asamblea, se advierte que siete (7) de ellas, no fueron suscritas por los comuneros
Nancy Amelia Mercado Fuertes, Walter Pérez Ambrocio, Vicente Pérez Tello, David
Paravecino Bravo, Arturo Eilder Paravecino Salazar, Víctor Robin Pérez Ambrosio y
del demandante Oscar Jesús Pérez Ambrosio, pues conforme se aprecia de las
declaraciones juradas de fecha 20 de noviembre de 200216 efectuadas por dichas
personas bajo juramento ante autoridad pública competente (6 ante Notario y 1 ante
Juez de Paz), han manifestado que las firmas que aparecen en el acta de asamblea
de fecha 08 de noviembre de 1999 no les corresponde y que no se llevó a cabo
ninguna asamblea general extraordinaria de comuneros calificados en su local
comunal para efectos de vender terrenos comunales y otorgar poder a Dionisio
Huapaya Jiménez para la suscripción de minutas y escrituras pública; documentos que
restan validez al acta de asamblea de fecha 08 de noviembre de 1999, los mismos que
no han sido objeto de cuestionamiento ni tacha.

DECIMONOVENO: Por ello, debemos señalar que la falta de manifestación de


voluntad en la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de
noviembre de 1999, queda evidenciado con las citadas declaraciones juradas
efectuadas bajo juramento ante autoridad pública; sumado a ello, debe tenerse en
cuenta el Dictamen Pericial Grafotécnico de fecha 10 de octubre de 200217, por el cual
se que determinó que la firma de los comuneros, Alejandro Orellana Lizarga, Yene
Marlene Vilcapoma Sauri y Rosita Espinoza Pacheco de Saavedra, fueron falsificadas,
pues conforme se desprende de las conclusiones del Dictamen Pericial que utilizando
el método analítico, comparativo, exegético, descriptivo y sintético, se estableció que
“las signaturas que a nombre de: Alejandro ORELLANA LIZARGA, Yene Marlene VILCAPOMA
YAURI, Rosita ESPINOZA PACHECO DE SAAVEDRA, aparecen trazadas en el Acta de
Asamblea General, fechada el “08NOV1999” (16.00 hrs.), del “Libro de Actas de Asambleas
Generales de los Comuneros de la Comunidad Campesina de Jicamarca”, HAN SIDO
FALSIFICADAS POR IMITACIÓN” (Subrayado nuestro), pericia que demuestra la
divergencia gráfica de las firmas de los comuneros que figuran suscribiendo el Acta de
Asamblea de fecha ocho de noviembre de 1999 con las firmas que mantiene archivado
el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil – RENIEC. Medio probatorio que
no ha sido desvirtuado con otro documento técnico que señale lo contrario y/o le reste
validez.

16
Fs. 261 a 267
17
Fs. 253 a 258.

9
VIGÉSIMO: Asimismo, del cotejo efectuado entre la lista que figuran
suscribiendo el acta de Asamblea General de fecha 08 de noviembre de 199918 y la
Esquela de Observación del Título N° 00006332 19, efectuado el 24 de enero de 2000
por el Registro de Personas Jurídicas, se advierte que Baseliza Saavedra Bravo y
Magda Vicente Alarcón Orozco aparecen como asistentes de la Asamblea General; sin
embargo, no figuran registradas como comuneras calificadas, por tanto, la
participación de dichas personas no resulta trascendental para la toma de acuerdos a
nombres de la Comunidad Campesina de Jicamarca, por no tener legitimidad para
actuar como comuneras calificadas.

VIGESIMOPRIMERO: Al quedar demostrado la inexistencia de la


manifestación de voluntad del agente en la Asamblea General de fecha 08 de
noviembre de 1999, debido que no se ha cumplido con el acuerdo de por lo menos dos
tercios de los miembros calificados de la Comunidad, esto es de 88 votos conformes
de comuneros calificados, debido que 12 de las 94 firmas que aparecen registradas en
la parte final del acta de dicha Asamblea General, no resultan válidas (10 no fueron
suscritas por los comuneros Nancy Amelia Mercado Fuertes, Walter Pérez Ambrocio,
Vicente Pérez Tello, David Paravecino Bravo, Arturo Eilder Paravecino Salazar, Víctor
Robin Pérez Ambrosio, Oscar Jesús Pérez Ambrosio, Alejandro Orellana Lizarga,
Yene Marlene Vilcapoma Sauri y Rosita Espinoza Pacheco de Saavedra; y 02 no son
comuneras calificadas Baseliza Saavedra Bravo y Magda Vicente Alarcón Orozco), lo
que determina el incumplimiento de lo previsto por el artículo 7° de la Ley 24656,
requisito indispensable para enajenar las tierras de una Comunidad Campesina.

VIGESIMOSEGUNDO: En ese contexto, es evidente que la escritura pública de


fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001, en
la que aparece la compraventa por el cual el señor Dionisio Huapaya Jiménez en
representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca transfiere tierras de la
comunidad a favor de Bacilio Guzmán Huamaní y esposa Selmira Santillán Meléndez,
Nieves Cutipa Torres, Aurelio Milla Trujillo, no resulta válido por adolecer de nulidad
por la causal de falta de manifestación de voluntad del agente, pues quien participó
como representante del vendedor para transferir no tiene facultad para ello al ser
inexistente tal autorización, conforme ha quedado establecido en los documentos
antes citados; por tanto, este Colegiado considera que dicha persona se ha atribuido

18
Fs. 2 a 10.
19
Fs. 896.

10
una facultad que no tenía como representante de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, producto de haber utilizado un poder manifiestamente nulo, con falta de
manifestación de voluntad del agente y con un fin ilícito. En consecuencia, la
celebración de la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de
noviembre de 1999, la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su
aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001, carecen de nulidad absoluta en
aplicación del inciso 1 del artículo 219° del Códig o Civil.

VIGESIMOTERCERO: Respecto a la causal de haberse practicado por


persona absolutamente incapaz (inciso 2 del artículo 219° del Código Civil) ,
debemos tener en cuenta que “La voluntad está conformada por dos elementos, a saber:
discernimiento, el cual es la distinción intrínseca que hace el hombre para determinar si desea,
o no, hacer algo y, si ese "algo" es bueno o malo; el otro elemento, es la volición, que es el
acto, la materialización de tal decisión. Por consiguiente, en el caso de aquella persona privada
de discernimiento, que no puede expresar su verdadera voluntad, lo que se realiza es un acto
carente de una valoración subjetiva. Es por eso que el Derecho protege este tipo especial de
20
sujetos” .

VIGESIMOCUARTO: Ante lo expuesto, no corresponde amparar la demanda


de nulidad de acto jurídico por la causal de incapacidad del agente, por cuanto no está
acreditado que el señor Dionisio Huapaya Jiménez se encontraba incapacitado de
discernimiento para expresar su voluntad, causal que no debe confundirse con la la
falta de manifestación de voluntad del agente que, ya ha sido desarrollada en extenso
en los considerandos precedentes, donde se ha señalado que el señor Dionisio
Huapaya Jiménez no tenía autorización para disponer de los terrenos de la
Comunidad Campesina de Jicamarca a la fecha de celebrase el acto jurídico.

VIGESIMOQUINTO: Respecto a la causal de fin ilícito (inciso 4 del artículo


219° del Código Civil) , esta referido a la finalidad de las consecuencias del acto y no
a la de cada una de las obligaciones recíprocas que dicho acto comprende, es decir, si
el negocio jurídico es bilateral la finalidad lícita debe ser la del acto en su conjunto,
atendiendo a su repercusión social, y no la íntimamente pretendida por cada una de
las partes, salvo que se advierta perjuicio a terceros. Dicho razonamiento se sustenta
en: a) La seguridad jurídica. La validez del Contrato no puede estar supeditada a la
finalidad ilícita de una de las partes, mantenida oculta; b) Sería incongruente admitir

20
Código Civil Comentado por los 100 mejores especialistas. Gaceta Jurídica, Tomo I, Pág. 1243

11
como finalidad la pensada en el fuero interno por cada parte; y, c) La redacción textual
del inciso 4) del artículo 219° del Código Civil, n o alude expresamente a que la
finalidad del acto corresponda a cada una de las obligaciones recíprocas, dicha
finalidad está referida a cada negocio en concreto.

VIGESIMOSEXTO: Cuando hablamos de un acto jurídico lícito, nos referimos a


que el acto debe encontrarse de conformidad con las leyes (que no vulneren normas
de orden público o imperativo), las buenas costumbres o no atenten contra derechos
legítimos de terceros o afecten atributos esenciales de las personas, o en general, que
estén prohibidas por la ley. Por tanto, los negocios jurídicos -según nuestro Código
Civil actos jurídicos- que incurren en cualquiera de los supuestos antes indicados no
son dignos (susceptibles) de protección jurídica, vale decir, que la finalidad (causa) se
tipifica como un requisito de los negocios que encauza la esfera de la autonomía de la
voluntad y evita que una institución jurídica se constituya como medio para regular
intereses no admitidos por la conciencia social que el derecho recoge; siendo una
consecuencia lógica que tales negocios no produzcan efectos jurídicos, vale decir, son
negocios inválidos (invalidez estructural del negocio) puesto que incurren en la causal
prevista en el inciso 4) del artículo 219° del Códi go Civil 21. En conclusión, la causal de
nulidad por fin ilícito, contemplada en el artículo 219°, deberá entenderse como de aquel
negocio jurídico cuya causa, es su aspecto subjetivo, ser ilícita, por contravenir las normas que
interesan al orden público o a las buenas costumbres. Se trata, pues, de una causal de nulidad
por ausencia del requisito de la licitud, aplicable al fin, que constituye uno de los elementos del
22
acto jurídico .

VIGESIMOSÉTIMO: Siendo ello así, y conforme los argumentos de la


demanda se desprende que los actos jurídicos cuestionados en autos no tuvieron un
fin lícito, pues conforme se viene sosteniendo, se contravino la esfera de la autonomía
de la voluntad de la Comunidad Campesina de Jicamarca que no autorizó la venta de
los terrenos de su propiedad en beneficio de los demandados, lo que está prohibido
por ley, habida cuenta que el señor Dionisio Huapaya Jiménez actuó sin
representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca por lograrse el asentimiento
de transferencia por parte del dos tercios de los miembros calificados de la
Comunidad, porque se demostró la invalidez de algunas firmas que figuran registradas
en la parte final del acta de la Asamblea General; por ello resulta evidente que la
escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de
21
Extraído de Lohmann Luca de Tena, Guillermo: “El Negocio Jurídico”. Editorial Jurídicas Grijley. Segunda Edición 1994.
22
Op. Cit. Pág. 117.

12
setiembre del 2001, no tienen un fin lícito; por tanto, este Colegiado considera que los
actos jurídicos objeto del proceso son nulos no solo por la falta de manifestación de
voluntad del agente, sino también porque tuvieron un fin ilícito. En consecuencia, la
celebración de la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de
noviembre de 1999, la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su
aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001, carecen de nulidad absoluta en
aplicación del inciso 4 del artículo 219° del Códig o Civil.

VIGESIMOCTAVO: Respecto a la causal de simulación absoluta (inciso 5


del artículo 219° del Código Civil) , para este Colegiado, no se configura la causal de
simulación absoluta contenida en el inciso 5) del artículo 219 del Código Civil, en
concordancia con el artículo 190° del Código Civil, en tanto que los actos jurídicos
celebrados no fueron aparentes sino más bien se celebraron falseando la
manifestación de voluntad de la Comunidad Campesina de Jicamarca, pues no se
presentan los tres elementos que caracterizan al acto simulado: “a) Disconformidad entre
la voluntad interna y la voluntad manifestada: b) Concierto entre las partes para producir el acto
simulado; y, c) Propósito de engañar a los terceros; agregando este autor que: “En la
simulación absoluta, pues, no se ha dado existencia a un acto jurídico, sino a una apariencia de
acto, pues, en realidad, el acto en apariencia no es querido por las partes ni es real ni
23
verdadero, simplemente no existe” .

VIGESIMONOVENO: Respecto a la causal de orden publico (inciso 8 del


artículo 219° del Código Civil) , que se encuentra íntimamente ligado a la licitud de un
acto jurídico, debemos señalar que dicha causal también merece amparo, en razón a
que conforme se ha desarrollado líneas arriba, los actos jurídicos derivan de una
secuencia de hechos y actos que alteran el orden público y las buenas costumbres en
razón a que se ha determinado la presencia del fin ilícito y la contravención del
ordenamiento legal que acarrea en causal de nulidad.

TRIGÉSIMO: Por otro lado, debemos señalar que un acto jurídico nulo de
ninguna manera puede quedar convalidado con otro acto jurídico nulo, como señalan
los demandados, que invocan la buena fe del artículo 2014° del Código Civil en la
escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de
setiembre de 2001, pues ha quedado evidenciando que la venta efectuada por el
señor Dionisio Huapaya Jiménez en representación de la Comunidad Campesina de

23
Vidal Ramírez, Fernando. “El Acto Jurídico”. Editorial: Gaceta Jurídica. Primera Reimpresión: Mayo 1999.

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Jicamarca no tiene validez, pues conforme se sostuvo precedentemente, se encuentra
probado técnica y científicamente que la Comunidad Campesina de Jicamarca no
autorizó la celebración del acto jurídico al ser inexistentes los acuerdos de los
comuneros para dicho efecto, lo que le ha motivado a uno de los comuneros a iniciar
el presente proceso para revertir de la propiedad de la Comunidad Campesina a su
dominio, al no manifestar su voluntad de transferir sus terrenos a los demandados; en
ese contexto, se permite declarar la nulidad del contrato celebrado, por la causal de
falta de manifestación de voluntad por extensión, al ser esta pretensión accesoria de la
nulidad de la Asamblea General que autoriza la venta de terrenos celebrado en forma
irregular. Sin perjuicio de ello, debe señalarse que la protección al sub adquirente de
buena fe, conforme a lo previsto por el artículo 197° del Código Civil, está prevista en
los casos de ineficacia del acto jurídico por fraude y no cuando un acto jurídico es nulo
e inexistente.

TRIGÉSIMO PRIMERO: De lo expuesto, se infiere que la Asamblea General


Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de noviembre de 1999, es nulo de acuerdo
a lo establecido en los incisos 1), 4) y 8) del artículo 219° del Código Civil; asimismo,
la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de
setiembre de 2001, son nulos conforme lo establecido en el inciso 1) del artículo 219°
del Código Civil; actos jurídicos que no son válidos ni producen efectos jurídicos; razón
por la cual, corresponde confirmar la venida en grado.

Por estas consideraciones;


SE RESUELVE:

CONFIRMARON la sentencia contenida en la resolución ciento dieciocho, de fecha


once de abril de dos mil doce, que declara: 1. Infundadas las tachas formuladas tanto
por los demandados como por el demandante, las mismas que se hacen referencia en
el quinto considerando; y, 2. Fundada la demanda de nulidad de acto jurídico,
consecuentemente declara: a) La Nulidad Del Acto Jurídico constituido por la
Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de noviembre de 1999,
por las causales de falta de manifestación de voluntad y finalidad ilícita (debiendo
precisarse que también resulta fundada la causal de conforme a lo expuesto en el
fundamento vigesimonoveno de la presente sentencia); b) la nulidad de la escritura
pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de setiembre de
2001, por la causal de falta de manifestación de voluntad; y c) ordena la cancelación

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de la Partida Electrónica N° 01953613, Asiento A000 47 del Registro de Mandatos y
Poderes del Registro de Personas Jurídicas, con costas y costos; MANDARON
devolver los autos al Juzgado de su procedencia, luego que la presente resolución
quede consentida. En los autos seguidos por Oscar Jesús Pérez Ambrosio contra la
Comunidad Campesina de Jicamarca y otros, sobre nulidad de acto jurídico.-
S.S.

RIVERA QUISPE ABANTO TORRES

QUINTE PILLACA

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