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EXPEDIENTE : 02362-2009-0-1801-JR-CI-07
DEMANDANTE : OSCAR JESÚS PÉREZ AMBROCIO
DEMANDADO : COMUNIDAD CAMPESINA DE JICAMARCA Y OTROS
MATERIA : NULIDAD DE ACTO JURÍDICO
RESOLUCIÓN N° 22
Lima, dos de julio de dos mil dieciocho.-
C O N S I D E R A N D O:
1
Fs. 2446 a 2464
1
TERCERO: Los demandados Bacilio Guzmán Huamaní, Nieves Cutipa Torres
y Aurelio Milla Trujillo, interponen recurso de apelación2 señalando como agravios:
1. El artículo 25 (incisos d y j) y el artículo 67° in ciso c) del Reglamento de la Ley
General de Comunidades Campesinas, obligaba al demandante que en su
condición de comunero calificado a denunciar ante la Asamblea de su comunidad
todo acto atentatorio contra la comunidad como paso previo al ejercicio de la
acción judicial, obligación que no fue cumplida hasta la fecha al no agotar la vía
previa.
2. La concurrencia de alguna trasgresión a las normas estatutarias de la Comunidad
Campesina de Jicamarca al momento de tomar los acuerdos del 8 de noviembre
de 1999, no enerva los derechos adquiridos por los demandados en la
compraventa efectuada al amparo de la publicidad registral, dado que la
transferencia de propiedad se efectuó a titulo oneroso bajo estrictas reglas de la
buena fe, conforme señala el articulo 197° del Códi go Civil.
3. Conforme el artículo 92° del Código Civil, el deman dante en su condición de
miembro de la Comunidad Campesina de Jicamarca debió interponer la presente
acción dentro de los treinta días siguientes a la inscripción del mandato para
vender otorgado por acuerdo de la Asamblea de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, por ello en mérito del articulo 2003° de l Código Civil que establece que
“la caducidad extingue el derecho y la acción correspondiente”, puede ser
declarada de oficio o a petición de parte, conforme prescribe el articulo 2006° del
acotado código, por ello solicitan se emita un pronunciamiento expreso al respecto.
4. Se ha desatendido el tercer párrafo del artículo 121° del Código Procesal Civil al
declarar infundada la tacha, roda vez que se señaló que, los instrumentos
tachados no contenían defectos formales, además de limitarse a enumerar sin
desarrollar motivación técnico legal alguna que sustente la decisión.
5. La sentencia se sustenta sobre la lectura e interpretación de copias que carecen
de valor probatorio, en siete declaraciones juradas que no fueron ratificadas,
máxime si no existe documento alguno que pruebe la interposición de
procedimiento alguno al interior de la Comunidad Campesina.
6. No se ha tomado en cuenta la concurrencia de los dispositivos contenidos en el
Código Civil y el Reglamento General de los Registro Públicos sobre la buena fe y
la existencia de un mandato dotado de publicidad registral, en ese contexto, los
demandados actuaron conforme a los procedimientos de compra establecidos por
la Ley General de Comunidades Campesinas, el Código Civil y el Reglamento
2
Fs. 2485 a 2496
2
General de Registros Públicos, a tal punto que no podrían ser responsables de
cualquier situación ajena a su participación como simples compradores.
3
Fs. 331 a 351
3
minuta u otro documento de transferencia, pues conforme el artículo 42° del Estatuto
de la Comunidad, las asambleas ordinarias y extraordinarias se efectúan solamente el
primer domingo de cada mes, por ello resulta jurídicamente imposible que el lunes 08
de noviembre de 1999 se haya producido la asamblea con 95 comuneros. Aduce
además que, no aparece la aprobación en la parte final del acta conforme el artículo
49.c del Estatuto, los 95 que aparecen firmando el acta no estuvieron presentes en la
asamblea, figura las firmas de 4 comuneros analfabetos que no saben firmar, existe 3
firmas falsificadas probadas por pericia grafotécnica y 30 firmas falsificadas conforme
al cuadro comparativo de firmas. Arguye que, conforme el artículo 7° de la Ley 24656,
para vender un inmueble comunal se requiere 2/3 del número de comuneros
calificados, es decir 88 comuneros, resulta que sólo asistieron 81, o alcanzando el
quórum requerido; en ese sentido la escritura pública de compraventa de fecha 03 de
diciembre de 1999 adolece de falta de manifestación de voluntad, debido que el señor
Dionisio Huapaya carecía de facultades para celebrar el acto jurídico de compraventa.
4
OCTAVO: En relación tachas interpuestas por los demandados Bacilio
Guzmán Huamaní4, Nieves Cutipa Torres5 y Selmira Santillan Melendez6 contra: 1) el
Libro de Padrón Comunal N° 4 de la Comunidad Campes ina de Jicamarca; 2) Las
hojas de identificación del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil – RENIEC,
de 132 comuneros; 3) Cuadro comparativo de firmas de 132 comuneros calificados; 4)
Informe pericial grafotécnico de fecha 25 de setiembre de 2002; y, 5) Certificación
emitida por el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil – RENIEC; y las
deducidas por el demandante7 contra: 1) Escritura Pública de Aclaración de Ubicación
y Rectificación de linderos y medidas perimétricas de fecha 25 de noviembre de 2000;
2) Escritura Pública de Aclaración de Ubicación y Rectificación de linderos y medidas
perimétricas de fecha 21 de febrero de 2003; 3) Declaración jurada de autovalúo; y 4)
Minuta de Aclaración de Ubicación y medidas del predio. Debemos precisar que la
tacha como cuestión probatoria solo puede ampararse en los supuestos contenidos en
los artículos 242° y 243° del Código Procesal Civil , es decir, por falsedad o nulidad del
documento; en ese sentido, un documento será falso, cuando lo expuesto en él no
corresponda a la realidad o será nulo cuando resulte manifiesta la ausencia de una
formalidad esencial que la ley prescribe bajo sanción de nulidad.
NOVENO: En ese sentido, se aprecia que los argumentos en los cuales basa
se la acotada cuestión probatoria planteada, son: que el libro de Padrón Comunal N° 4
de la Comunidad Campesina de Jicamarca no está relacionado a los hechos
controvertidos en autos; las hojas de identificación del RENIEC de 132 comuneros no
prueban la validez de las firmas, huellas digitales, estado cultural o existencia legal de
la persona; el cuadro comparativo de firmas de 132 comuneros calificados es una
prueba simulada al haberse utilizado fotocopia de mala calidad del acta de asamblea
general extraordinaria; y, el informe pericial grafotécnico de fecha 25 de setiembre de
2002 es una prueba simulada porque se ha efectuado sin la presencia física de las
personas a que se hace referencia. Sin embargo, los argumentos de los demandados
no se encuadran en ninguno de los supuestos determinados en la acotada normativa,
toda vez que a través de las tachas planteadas se cuestionan el contenido de los
mismos, sin tener en consideración que acto y documento son distintos, como lo
establece el artículo 237° del Código Procesal Civi l, situación que determina que no se
encuentra probada la ausencia de formalidad, lo que significa que las tachas
deducidas no merecen ser amparadas. Asimismo, las tachas deducidas por el
4
Fs. 411 a 417.
5
Fs. 474 a 480.
6
Fs. 537 a 543.
7
Fs. 800 a 803.
5
demandante, cuestionando las escrituras públicas de fecha 25 de noviembre de 2000
y de fecha 21 de febrero de 2003, la declaración jurada de autovalúo y la minuta de
aclaración de ubicación y medidas del predio, también merecen ser desestimadas,
dado que los argumentos alegados tampoco se encuadran en ninguno de los
supuestos determinados en acotada normativa, además de estar referidos a
instrumentos públicos que mantienen su vigencia. Contexto por el cual se infiere que,
el extremo de la resolución materia de alzada respecto a las tachas ha sido emitida
conforme a ley, por tanto, y teniendo en cuenta lo dispuesto en el último párrafo del
artículo 172° del Código Procesal Civil, debe confi rmarse la resolución recurrida
también en dicho extremo.
8
Fs. 3150 a 3171.
9
Taboada Córdova, Lizardo, “Nulidad del Acto Jurídico”, Lima - Perú. Editora Jurídica Grijley 2002, Pág. 83.
10
Ídem. Pág. 84.
6
DECIMOSEGUNDO: Respecto a la causal de falta de manifestación de
voluntad del agente (inciso 1 del artículo 219° del Código Civil), debe recordarse
que “la manifestación de voluntad no solo constituye un requisito de validez sino que es
también la conclusión del proceso formativo de lo que hemos denominado la voluntad jurídica,
11
que es la voluntad interna una vez formada y exteriorizada mediante su manifestación” . Por
ello, es menester precisar que “la declaración de voluntad, que es una sola unidad entre la
voluntad y la declaración, requiere para su configuración de dos voluntades: la voluntad
declarada, que es lo que aparece expresado en la conducta en que consiste la misma
declaración, es decir, el contenido del negocio; y la voluntad de declarar. Esta última importa a
su vez dos tipos de voluntades: la voluntad del acto externo, esto es, de la conducta en que
consiste la propia declaración, y el conocimiento del valor declaratorio de dicha conducta.
Siendo esto así, resulta simple de entender que faltará la manifestación de voluntad del agente,
12
en cualquier supuesto en que falte tanto la voluntad declarada como la voluntad de declarar” .
7
setiembre del 2001, celebrada por el señor Dionisio Huapaya Jiménez en
representación de la Comunidad Campesina de Jicamarca, también resultarían nulos,
dado que, el señor Dionisio Huapaya Jiménez no tenía representación para transferir
los terrenos comunales de 350 hectáreas a favor de los codemandados.
13
Fs. 11 a 123.
14
Fs. 906 a 1040.
15
Fs. 03 a 10.
8
DECIMOCTAVO: En relación a las firmas que aparecen en dicha acta de
asamblea, se advierte que siete (7) de ellas, no fueron suscritas por los comuneros
Nancy Amelia Mercado Fuertes, Walter Pérez Ambrocio, Vicente Pérez Tello, David
Paravecino Bravo, Arturo Eilder Paravecino Salazar, Víctor Robin Pérez Ambrosio y
del demandante Oscar Jesús Pérez Ambrosio, pues conforme se aprecia de las
declaraciones juradas de fecha 20 de noviembre de 200216 efectuadas por dichas
personas bajo juramento ante autoridad pública competente (6 ante Notario y 1 ante
Juez de Paz), han manifestado que las firmas que aparecen en el acta de asamblea
de fecha 08 de noviembre de 1999 no les corresponde y que no se llevó a cabo
ninguna asamblea general extraordinaria de comuneros calificados en su local
comunal para efectos de vender terrenos comunales y otorgar poder a Dionisio
Huapaya Jiménez para la suscripción de minutas y escrituras pública; documentos que
restan validez al acta de asamblea de fecha 08 de noviembre de 1999, los mismos que
no han sido objeto de cuestionamiento ni tacha.
16
Fs. 261 a 267
17
Fs. 253 a 258.
9
VIGÉSIMO: Asimismo, del cotejo efectuado entre la lista que figuran
suscribiendo el acta de Asamblea General de fecha 08 de noviembre de 199918 y la
Esquela de Observación del Título N° 00006332 19, efectuado el 24 de enero de 2000
por el Registro de Personas Jurídicas, se advierte que Baseliza Saavedra Bravo y
Magda Vicente Alarcón Orozco aparecen como asistentes de la Asamblea General; sin
embargo, no figuran registradas como comuneras calificadas, por tanto, la
participación de dichas personas no resulta trascendental para la toma de acuerdos a
nombres de la Comunidad Campesina de Jicamarca, por no tener legitimidad para
actuar como comuneras calificadas.
18
Fs. 2 a 10.
19
Fs. 896.
10
una facultad que no tenía como representante de la Comunidad Campesina de
Jicamarca, producto de haber utilizado un poder manifiestamente nulo, con falta de
manifestación de voluntad del agente y con un fin ilícito. En consecuencia, la
celebración de la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de
noviembre de 1999, la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su
aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001, carecen de nulidad absoluta en
aplicación del inciso 1 del artículo 219° del Códig o Civil.
20
Código Civil Comentado por los 100 mejores especialistas. Gaceta Jurídica, Tomo I, Pág. 1243
11
como finalidad la pensada en el fuero interno por cada parte; y, c) La redacción textual
del inciso 4) del artículo 219° del Código Civil, n o alude expresamente a que la
finalidad del acto corresponda a cada una de las obligaciones recíprocas, dicha
finalidad está referida a cada negocio en concreto.
12
setiembre del 2001, no tienen un fin lícito; por tanto, este Colegiado considera que los
actos jurídicos objeto del proceso son nulos no solo por la falta de manifestación de
voluntad del agente, sino también porque tuvieron un fin ilícito. En consecuencia, la
celebración de la Asamblea General Extraordinaria de Comuneros de fecha 08 de
noviembre de 1999, la escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su
aclaratoria de fecha 21 de setiembre del 2001, carecen de nulidad absoluta en
aplicación del inciso 4 del artículo 219° del Códig o Civil.
TRIGÉSIMO: Por otro lado, debemos señalar que un acto jurídico nulo de
ninguna manera puede quedar convalidado con otro acto jurídico nulo, como señalan
los demandados, que invocan la buena fe del artículo 2014° del Código Civil en la
escritura pública de fecha 03 de diciembre de 1999 y su aclaratoria de fecha 21 de
setiembre de 2001, pues ha quedado evidenciando que la venta efectuada por el
señor Dionisio Huapaya Jiménez en representación de la Comunidad Campesina de
23
Vidal Ramírez, Fernando. “El Acto Jurídico”. Editorial: Gaceta Jurídica. Primera Reimpresión: Mayo 1999.
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Jicamarca no tiene validez, pues conforme se sostuvo precedentemente, se encuentra
probado técnica y científicamente que la Comunidad Campesina de Jicamarca no
autorizó la celebración del acto jurídico al ser inexistentes los acuerdos de los
comuneros para dicho efecto, lo que le ha motivado a uno de los comuneros a iniciar
el presente proceso para revertir de la propiedad de la Comunidad Campesina a su
dominio, al no manifestar su voluntad de transferir sus terrenos a los demandados; en
ese contexto, se permite declarar la nulidad del contrato celebrado, por la causal de
falta de manifestación de voluntad por extensión, al ser esta pretensión accesoria de la
nulidad de la Asamblea General que autoriza la venta de terrenos celebrado en forma
irregular. Sin perjuicio de ello, debe señalarse que la protección al sub adquirente de
buena fe, conforme a lo previsto por el artículo 197° del Código Civil, está prevista en
los casos de ineficacia del acto jurídico por fraude y no cuando un acto jurídico es nulo
e inexistente.
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de la Partida Electrónica N° 01953613, Asiento A000 47 del Registro de Mandatos y
Poderes del Registro de Personas Jurídicas, con costas y costos; MANDARON
devolver los autos al Juzgado de su procedencia, luego que la presente resolución
quede consentida. En los autos seguidos por Oscar Jesús Pérez Ambrosio contra la
Comunidad Campesina de Jicamarca y otros, sobre nulidad de acto jurídico.-
S.S.
QUINTE PILLACA
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