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ANTICRESIS

DEFINICIÓN DE ANTICRESIS

ARTICULO 1091

Por la anticresis se entrega un inmueble en garantía de una deuda, concediendo


al acreedor el derecho de explotarlo y percibir sus frutos.

CONCORDANCIAS:

C.e. arts. 885, 890, 891, 892


C.p.e. arts. 692, 720
LEY 26887 arto 307

Comentario

Juan García Montúfar

Se entiende por anticresis el derecho real de garantía en virtud del cual el deudor
entrega al acreedor, en garantía de una deuda, un bien inmueble para que el
acreedor lo explote, es decir lo utilice y obtenga frutos, hasta que se cobre el
monto de la deuda.
Con relación a este tema Luis Díez-Picazo y Antonio Gullón afirman que la
anticresis u... concede al acreedor un derecho de disfrute, que el Código Civil
simboliza en la percepción de los frutos de un inmueble, para la satisfacción de
su crédito; por esto debe imputarlos al pago de intereses y capital" (p. 588).
Por su parte, Eleodoro Romero Romaña señala que la anticresis
etimológicamente significa u... 'uso contrario', ya que se ha formado de las voces
griegas anti, que quiere decir 'contra'; y ehresis, que significa 'uso'; esto es, uso
que no hace el dueño, que no hace el propietario, sino el acreedor, quien tiene
el aprovechamiento del bien" (p. 427).

En conclusión, estamos ante un tipo de garantía particular que consiste en el uso


por parte del acreedor de un bien de su deudor para hacerse pago de una deuda.
Definida la anticresis, es conveniente compararla con otros derechos reales de
garantía como la hipoteca y la prenda, con los cuales existen diferencias
saltantes que pasaremos a analizar:

1. Diferencias con la hipoteca

La anticresis se distingue de la hipoteca por el hecho de que la primera requiere


la desposesión, es decir la entrega del bien al acreedor, mientras que la segunda
no requiere la tradición del bien al acreedor.
Por esta razón en doctrina se ha denominado a la anticresis como la "prenda
sobre inmuebles", esto es un derecho real de garantía sobre inmuebles que
requiere para su constitución de la entrega física al acreedor y no de la
inscripción del gravamen.
En vista de lo antes expuesto no cabe constituir sucesivas anticresis sobre un
mismo bien, ya que no se podría cumplir con el requisito de la entrega física del
bien a todos los acreedores para que cada uno de estos pudiese explotarlo y
obtener sus frutos.

En cambio, en el caso de la hipoteca sí es posible inscribir sucesivos


gravámenes sobre el mismo bien y por ende constituir sucesivas hipotecas, ya
que no es necesario proceder a su entrega física para constituir la garantía.
Sin perjuicio de lo antes expuesto, podrían darse casos en los que la hipoteca y
la anticresis coexistan y ello puede generar que surjan interrogantes como, ¿cuál
de las. dos garantías, anticresis o hipoteca, debe primar?, ¿cómo se ejecuta la
preferencia entre una y otra? Responderemos a estas interrogantes a
continuación.

a) Caso en que la hipoteca se constituyó primero

Si la hipoteca ha sido constituida en primer lugar y luego el deudor entrega el


inmueble en anticresis a un tercero, podríamos sostener que se va a producir
una disminución del valor del bien, razón por la cual el acreedor hipotecario
debería ejercer su derecho de aceleración previsto en el artículo 1110 del Código
Civil y en esa medida proceder al remate del bien.
En este caso el juez debería respetar el derecho preferente del acreedor
hipotecario, por tratarse de un derecho real constituido con anterioridad.
b) Caso en que la hipoteca se constituyó con posterioridad
La constitución de la anticresis no priva al acreedor hipotecario de su derecho de
rematar el bien en el caso de que el deudor incumpla con ejecutar su prestación,
aunque la hipoteca se haya constituido con posterioridad.

Sin embargo en este supuesto el acreedor anticrético sería un acreedor


preferente y por lo tanto a él le correspondería el monto obtenido del remate,
siendo el acreedor hipotecario uno de segundo rango.
Vemos que aquí coinciden dos formas distintas de dar publicidad a la existencia
de derechos reales. Así, la anticresis se hace pública con la posesión, mientras
que en el caso de la hipoteca basta con la inscripción.
En vista de ello, el acreedor hipotecario podría sostener que al amparo del
artículo 2022 del Código Civil, conforme al cual para oponer derechos reales
sobre inmuebles a quienes también tienen derechos reales sobre los mismos, es
preciso que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquel a
quien se opone.
En este sentido, el derecho real de anticresis no inscrito no sería oponible al
acreedor hipotecario, por cuanto no se encuentra inscrito en el Registro Público
con anterioridad a la hipoteca, aun cuando se hubiese administrado posesión al
acreedor anticrético primero.

2. Diferencias con la prenda

Con respecto a la prenda, la distinción más saltante con la anticresis está dada
por el hecho de que la primera recae solo sobre bienes muebles, mientras que
la segunda se constituye sobre inmuebles.
Asimismo, el uso del bien por parte del acreedor prendario requiere de un
acuerdo expreso con el deudor, mientras el uso del bien por el acreedor es
consustancial a la anticresis.
Igualmente, si bien ambas figuras permiten que el acreedor haga suyos los
frutos, el objetivo principal de la prenda es que el bien sea vendido en el supuesto
de incumplimiento; mientras que en el caso de anticresis su función principal es
la explotación del bien, es decir la percepción de los frutos como forma de cobrar
el monto adeudado, de ahí que en doctrina se haga referencia a un supuesto de
"permuta de rentas" (MAISH VON HUMBOLDT, en REVOREDO, p. 260).
En efecto, mientras que la prenda es la afectación de un bien mueble al
cumplimiento de una obligación con el objeto de permitir al acreedor su venta
para cobrarse con el producto de la realización del mismo, la anticresis consiste
en la entrega del bien al acreedor para que a través de su explotación proceda
al cobro de su acreencia.
Por consiguiente, la prenda consiste en otorgar al acreedor el derecho de vender
el bien en caso de incumplimiento (evento futuro), mientras que la anticresis
consiste en la entrega inmediata del bien al acreedor (evento presente) para
permitirle a través de su uso el cobro de la acreencia.

3. Elementos característicos

Analizado el concepto de anticresis y su diferencia con otros derechos reales de


garantía, es necesario revisar brevemente cuáles son sus elementos
característicos:

a) Derecho real.- En la medida en que la anticresis concede al acreedor el


derecho de usar y disfrutar de un bien determinado, y tal derecho es oponible a
los terceros adquirentes del bien, debemos considerar que se trata de un
derecho real.
Por otro lado, el hecho de que pueda ejercerse un derecho de retención sobre el
inmueble que genere un derecho preferente a favor del acreedor hasta que se
haya pagado la deuda, es un hecho que resalta el carácter real de la anticresis.
En efecto, como señala Eleodoro Romero Romaña: "Con el nuevo concepto que
se tiene hoy de la anticresis, que no solo concede un derecho preferente sobre
los frutos del inmuebles, sino también sobre el importe del bien en caso de
incumplimiento (...), no cabe siquiera plantear la discusión sobre su carácter real,
que es incuestionable" (p. 428).

b) Accesorio.- Como quiera que la anticresis tiene por función garantizar el


cumplimiento de una obligación, sigue la suerte de esta, por lo que extinguida la
obligación se extinguirá la garantía. Este hecho se encuentra reconocido en el
artículo 1091 del Código Civil, conforme al cual este derecho real se constituye
para garantizar el cumplimiento de una obligación.
Sin embargo, dadas las particularidades de la anticresis es discutible que en el
caso de transferencia del crédito garantizado, también se transfiera la garantía.
En efecto, dado que la anticresis implica entregar físicamente el bien al acreedor
para su explotación directa, la habilidad del acreedor para explotar el bien o la
calidad personal del acreedor podrían haber sido determinantes para la
constitución de garantías.

Mucho se ha discutido sobre la naturaleza de la anticresis y si el acreedor puede,


conjuntamente con su crédito, ceder el derecho real de anticresis, para que sea
el nuevo acreedor quien explote directamente el bien.

Esta discusión se ha basado en el hecho de que la entrega de un bien en


anticresis importa una confianza del deudor para con el acreedor, en el sentido
de que la explotación que hará del bien será eficiente y le permitirá cubrir el
monto de la deuda en el plazo acordado, con lo cual no hay temor por parte del
deudor en el sentido de que su acreedor se pueda mantener indefinidamente en
posesión del bien gravado.

Como quiera que el artículo 1 094 del Código Civil hace aplicables a la anticresis
las normas del arrendamiento, debemos entender que para ceder el crédito
garantizado con la anticresis se requerirá del asentimiento del deudor, así como
se requiere el del propietario o arrendador para el caso del subarrendamiento o
cesión de arrendamiento.
Sin embargo, debe quedar claro que el acreedor siempre estará facultado para
transferir el crédito, pues se trata de un derecho del cual es titular. El
consentimiento del deudor solo será necesario para transferir conjuntamente con
el crédito la anticresis. De transferirse el crédito sin la anticresis, es evidente que
esta última concluirá y por lo tanto el acreedor original estará obligado a entregar
el bien al deudor, renunciando de esta manera a la garantía.
Esta última opción resulta viable, pues al haber obtenido el acreedor un monto
determinado por su crédito, ha visto satisfecha su obligación y por lo tanto la
garantía que le fue constituida carece ya de utilidad para él.
e) Indivisible.- El acreedor retendrá y explotará el bien hasta que se cancele el
íntegro de la obligación, de allí su carácter de indivisible.
d) Inmobiliario.- En la medida en que la anticresis solo puede recaer sobre bienes
inmuebles, asume el carácter de un derecho inmobiliario, a diferencia de la
prenda que, como indicamos anteriormente, solo recae sobre bienes muebles.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código


Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
111, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBACKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 1/1, Tomo V, p. 254. Lima, 1985;
ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, tomo 11,
segunda edición aumentada. Lima.
FORMALIDADES
ARTICULO 1092

El contrato se otorgará por escritura pública, bajo sanción de nulidad,


expresando la renta del inmueble y el interés que se pacte.

CONCORDANCIAS:

C.C. arts. 143, 144

Comentario

Juan García Montúfar


El artículo bajo comentario describe los requisitos de forma para constituir
válidamente el derecho real de anticresis.
No obstante, hay otros requisitos que deben ser tomados en
consideración, los que junto con los requisitos formales pasamos a analizar:

1. Debe constar en escritura pública

El artículo 1092 del Código Civil ha establecido un requisito de forma para la


constitución de la anticresis, esto es que conste en una escritura pública, bajo
sanción de nulidad. En dicha escritura pública deberá incluirse el interés pactado
y el monto de la renta que se percibirá, para que de esa manera los terceros
puedan determinar el tiempo durante el cual el acreedor se encontrará en
posesión del bien.

Estimamos que establecer la formalidad de la escritura pública resulta excesiva,


en especial tratándose de un derecho que se constituye con la entrega del bien
y que por su naturaleza no permite la constitución de sucesivos derechos de las
mismas características.

En esta medida, habría bastado con establecer que el contrato constase de un


documento de fecha cierta, como sucede en el caso de la prenda, pues de esta
manera se determinaría sin lugar a dudas la fecha en que se celebró el contrato
de constitución de la garantía, para efectos no de preferencia entre acreedores
anticréticos, sino tal vez para el posible conflicto con otro tipo de acreedores,
como es el caso del acreedor hipotecario.
Sin embargo, en el caso de anticresis que se constituyan sobre bienes inscritos,
lo recomendable es inscribir el gravamen a efectos de que el acreedor anticrético
sea preferido frente a cualquier otro titular de derechos reales que pueda inscribir
su derecho en el registro, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 2022 del
Código Civil.

2. Debe entreflarse el bien al acreedor


No existe una norma expresa en materia de anticresis que exija la entrega del
bien al acreedor. Este hecho se ha verificado también en otras legislaciones, por
lo que autores como Díez-Picazo y Gullón opinan que u... el Código (oo.) no
prohíbe una constitución de anticresis sin desplazamiento de la posesión del
acreedor. De todos modos es materia discutida" (p. 588).

Sin embargo, en el caso peruano el artículo 1096 del Código Civil hace aplicables
a la anticresis las normas sobre prenda, las mismas que sí establecen la
obligación de entrega del bien.
Asimismo, es evidente que el acreedor necesita estar en posesión del bien para
explotarlo, percibir frutos y cobrarse, por lo que resulta indispensable que el
deudor cumpla con entregar el bien al acreedor para que efectivamente se
constituya el derecho real de garantía.
Esta opinión se encuentra reforzada por el hecho de que la posesión es en
muchos casos el único signo que permite a los terceros conocer de la existencia
del gravamen. Por ello, la constitución de un derecho real de anticresis en el que
no haya entrega de posesión resultaría cuestionable.

3. El constituyente debe ser el propietario del bien

Como quiera que la constitución de un gravamen importa el ejercicio de la


facultad de disposición, solo el propietario del bien se encuentra facultado para
constituir el gravamen.

Sin embargo, cabría un caso excepcional en el que se constituya la anticresis a


non domino, esto es cuando el acreedor celebre el contrato con aquel que
registralmente aparece como propietario e inscriba su derecho, gozando así de
la protección que le otorga el artículo 2014 del Código Civil.
Esto no sucedería en el caso de bienes inmuebles no inscritos, pues
lamentablemente nuestro ordenamiento no reconoce derechos al acreedor que
recibe un bien de buena fe de su deudor, aparte de la eventual acción de daños
y perjuicios contra el deudor por el acto indebido que realizó al entregar un bien
de tercero en garantía a su acreedor.

DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código
Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
111, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBAKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 111, Tomo V. p. 254. Lima, 1985;
ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, tomo 11,
segunda edición aumentada. Lima.

JURISPRUDENCIA

"El contrato de anticresis tiene que constar en escritura pública, bajo sanción de
nulidad, como lo establece el artículo 1092 del Código Civil, por lo que si solo
constara la minuta con firmas legalizadas de los contratantes, la que no fue
elevada a escritura pública como ordena la ley, afectaría al acto de nulidad
absoluta, reputándose inexistente, por lo que la resolución del contrato
anticrético demandado resultaría improcedente, porque esta deja sin efecto un
contrato válido, tal como prescribe el artículo 1371 del Código Civil"
(Exp. N° 1413-90 La Libertad, Ejecutoria Suprema de/11/11191, SP/J).

"El hecho de que el contrato de anticresis no haya sido celebrado con las
formalidades que establece el Código Civil, no significa que el deudor dejara de
ser titular del derecho de propiedad del inmueble entregado en garantía a su
acreedor, ni que la posesión que este ejercía cambiase de naturaleza"
(Cas. N° 520-96-Ancash, El Peruano, 31/12/98, p. 2324).
IMPUTACIÓN DE LA RENTA DEL INMUEBLE

ARTICULO 1093

La renta del inmueble se aplica al pago de los intereses y gastos, y el saldo al


capital.

CONCORDANCIAS:

C.C. arts. 1242, 1257

Comentario

Juan García Montúfar

El fundamento de la anticresis es entregar el bien al acreedor para que este


perciba los frutos y de esta manera se haga pago de la deuda. Por ello, la ley se
limita a establecer que el acreedor debe aplicar dichos frutos primero al pago de
intereses y gastos, y finalmente al capital, siguiendo la regla establecida en
materia de obligaciones respecto de la imputación del pago.

El uso del bien otorgado en anticresis es fundamental para poder explotarlo, por
lo que el Código Civil ha establecido en su artículo 1094 que si bien son
aplicables al acreedor las obligaciones del arrendatario, no lo es la de pagar la
renta, pues sería un sinsentido que el acreedor que está en posesión del bien
para percibir los frutos, tenga además que pagar una renta al deudor.
Sin embargo, lo que sí es usual es que la anticresis se constituya sobre un bien
y que el acreedor lo ocupe sin obligación de pagar renta alguna por el tiempo
necesario para la cancelación de la deuda.
Así por ejemplo, si Juan adeuda a Pedro la suma de 300 y Pedro es propietario
de un departamento cuya renta promedio es de 100, nada impediría que Juan
celebre un contrato de anticresis en favor de Pedro, constituya el derecho real y
en esa medida Pedro pueda vivir tres meses en el inmueble, sin obligación de
pagar renta alguna, para de esta manera cancelar la acreencia que tiene con el
propietario, Juan.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código


Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ -PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
111, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBACKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 111, Tomo V. p. 254. Lima, 1985;
ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, tomo 11,
segunda edición aumentada. Lima.
OBLIGACIONES DEL ACREEDOR ANTICRÉTICO

ARTICULO 1094

Las obligaciones del acreedor son las mismas del arrendatario, excepto la de
pagar la renta.

CONCORDANCIAS:

C.C. arto 1681

Comentario

Juan García Montúfar

Las obligaciones del acreedor son las mismas que establece el Código Civil para
el arrendatario, básicamente relacionadas con la protección y cuidado del bien,
con el objeto de obtener frutos, pero sin deteriorar el bien.
De esta manera el legislador ha buscado establecer al acreedor un cierto nivel
de conducta que asegure al deudor que la posesión ejercida por el primero no
pondrá en riesgo el bien o disminuirá su valor para el deudor, perjudicándolo
indebidamente por actos del acreedor.

En este sentido, la posesión que ejerce el acreedor sobre el bien está sujeta a
importantes limitaciones en beneficio del deudor.
Resulta interesante comprobar que las normas a las que el legislador hace
remisión son las del arrendamiento y no así las de la prenda, en el entendido de
que la posesión que ejerce el acreedor anticrético difiere en su esencia de
aquella que ejerce el acreedor prendario, quien actúa como un depositario de los
bienes prendados y en principio no puede hacer uso de los mismos sin
autorización del propietario.

Una disposición similar estaba contenida en el Código Civil de 1936 y fue


criticada por Eleodoro Romero Romaña, quien sostenía que debía haberse
hecho referencia a las normas del usufructo y no a las del arrendamiento.
Coincidimos en este punto con Max Arias-Schreiber, quien afirma que"... en la
práctica, resulta equivalente, pues las obligaciones del arrendatario y las del
usufructuario son similares, en la medida en que ambos utilizan un bien ajeno"
(p. 149).
Nótese que el Código no se detiene a establecer las obligaciones del deudor,
pues estas se limitan a la entrega de la posesión del bien y al otorgamiento de
las formalidades exigidas. Como afirma Eleodoro Romero Romaña, el deudor
"prácticamente no tiene obligaciones, dado que se trata de un contrato de
bilateralidad imperfecta; todas las obligaciones corresponden al acreedor que
recibe el bien" (423).

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código


Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
1/1, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBACKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 1/1, Tomo V; p. 254. Lima, 1985;
ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, tomo /1,
segunda edición aumentada. Lima.
RETENCIÓN DEL INMUEBLE POR OTRA DEUDA

ARTICULO 1095

El acreedor no puede retener el inmueble por otra deuda, si no se le concedió


este derecho.

CONCORDANCIAS:

C.C. arto 1123

Comentario

Juan García Montúfar

El artículo 1095 del Código Civil establece la facultad del acreedor anticrético de
retener el bien hasta que los frutos que perciba cancelen la obligación que ha
asumido para con el deudor. Sin embargo, esta facultad se restringe únicamente
a la deuda garantizada con la anticresis, salvo pacto en contrario.

En consecuencia, las partes bien podrían establecer en el contrato de


constitución de anticresis que la garantía que se constituye asegure el
cumplimiento de una obligación determinada, así como de otras obligaciones
que se celebren entre los mismos acreedor y deudor, por lo que de esta manera
el acreedor podría permanecer en posesión del bien extinguida la obligación
originalmente garantizada, si es que aún no hubiese visto satisfecha otra
obligación asegurada con la anticresis.

De esta manera, se opta por un régimen similar al de la prenda tácita, donde un


mismo bien puede servir de igual garantía a otras obligaciones entre los mismos
acreedor y deudor, siempre que la nueva obligación conste en documento de
fecha cierta.
Este requisito formal para efectos de extender los efectos de la prenda a la nueva
obligación no se ha establecido para el caso de la anticresis. Sin embargo, al
hacer referencia la norma al hecho de que el deudor debía haber otorgado
previamente el derecho de retención al acreedor, debemos concluir que la
extensión de la prenda debe establecerse al momento de constituirse el derecho
real de anticresis o al menos con anterioridad a la existencia de la nueva
obligación, a diferencia del caso de la prenda tácita donde la asunción de la
obligación en documento de fecha cierta hará automáticamente extensiva la
garantía a dicha obligación, sin necesidad de un acuerdo previo.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código


Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
111, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBACKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 111, Tomo V, p. 254. Lima, 1985;
ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, tomo 11,
segunda edición aumentada. Lima.
NORMAS APLICABLES

ARTICULO 1096

Son aplicables a la anticresis las reglas establecidas para la prenda en lo que no


se opongan a las consignadas en este título.

CONCORDANCIAS:

C.C. arto 1055 Y ss.

Comentario

Juan García Montúfar

Como señalamos al analizar la definición de la anticresis, esta es considerada


como una prenda de inmuebles, un derecho real de garantía sobre un bien que
se constituye mediante su entrega al acreedor.

En ese sentido, resulta razonable que se establezca como regla supletoria la que
se refiere a la prenda, en lugar de otro derecho real.
Sin embargo, como mencionamos anteriormente, existen diferencias saltantes
entre la prenda y la anticresis, por lo que resulta acertado establecer que dichas
reglas serán aplicables solo si no se oponen a lo dispuesto en el título de
anticresis, esto es respecto de los requisitos de constitución, de las obligaciones
del acreedor respecto del bien y la extensión de la garantía a otras obligaciones
entre los mismos acreedor y deudor.

Sin perjuicio de lo antes señalado, debemos recordar que es fundamental para


el deudor que ha otorgado un bien en anticresis, vigilar la actividad del acreedor
para que la explotación del bien no devenga en la destrucción o deterioro del
mismo.
En este sentido, debería entenderse que al amparo del artículo bajo comentario,
los derechos con que cuenta el deudor para evitar el deterioro o pérdida del bien
prendado deben ser aplicables al deudor anticrético.

Por consiguiente, el deudor podrá privar al acreedor de la posesión del bien


cuando este no lo cuide diligentemente, ya sea porque abusa de él, lo explota
indebidamente o el bien se deteriora por su uso abusivo.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER, Max y CARDENAS QUIROS, Carlos. Exégesis del Código


Civil de 1984, tomo VI, Derechos Reales de Garantía. Lima, Gaceta Jurídica,
1995; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol.
111, Derecho de Cosas. Madrid, Tecnos, 1990; MAISCH VON HUMBOLDT,
Lucrecia: en REVOREDO DE DEBACKEY, Delia (compiladora). Código Civil.
Exposición de Motivos y Comentarios. Parte 111, Tomo
V; p. 254. Lima, 1985; ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los
Derechos Reales, tomo 1/, segunda edición aumentada. Lima.

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