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CANTOS IBEROS
POR
GABRIEL CELAYA
E D IC IO N E S TU R N ER , S. A.
MADRID
............................ Dejar quisiera
m i verso, com o deja el capitán su espada;
famosa por la mano v iril que la blandiera,
no p or el docto oficio del fo rja d o r preciada.
A n t o n io M a c h a d o
© Gabriel Celaya
© De la edición en lengua española:
E d ic io n e s T u r n e r , S. A.
Génova, 3. Madrid-4
ISBN: 84-85137-07-8
Depósito legal: M. 42.235-1977
Reservados todos los derechos que marca la ley
Primera edición en esta colección, marzo 1975
Segunda edición, noviembre 1975
Tercera edición, marzo 1976
Cuarta edición, diciembre 1976
Quinta edición, diciembre 1977
Diseño de la cubierta: Diego Lara
Fotografía de la cubierta: Alberto Schommer
Tirada de la cubierta: Royper, S. A.
Composición e impresión:
Closas-Orcoyen, S. L. Martínez Paje, 5. Madrid-29
Encuadernación: F. A. E., S. A. Torrejón de Ardoz, Madrid
Papel fabricado por Torras Hostencb
NOTA
9
No se olvide que si CANTOS IBERO S nació del furor
y de la esperanza, nació también en los años en que yo re
petía: «L a poesía es un arma cargada de futuro», y «L a
poesía es un instrumento, entre otros, para transformar
el mundo». Como tal instrumento la traté en este libro, y
no me sería d ifícil dar una explicación de cóm o compuse
estos poemas, parecida en el estilo, aunque no en el valor,
a la que Poe dio de su poema «E l cuervo».
La segunda parte de este libro — OTROS POEMAS, ex
traídos de LO QUE FALTABA— está escrita de una mane
ra mucho más laxa, y a veces casi com o una crónica de
sucesos. Por eso, y porque al cambiar las circunstancias CANTOS IBEROS
muchos de estos versos han perdido, con la anécdota a
que aludían, su soterrada intención, he suprimido mu
chos poemas de la 1* edición, y he dejado sólo los que
me parecían de un interés general.
G. C.
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D IM E QUE SI
Hasta la flor,
hasta el grito de gloria y explosiva radiación,
te alzaré desde la tierra tenebrosa y trabajada,
corazón.
Hasta el color nunca visto, ro jo al blanco de sol,
hasta el real esplendor,
com o furor absoluto, dolor quizá, fulgor
que palpita en las alturas con razón o sin razón,
serás fiesta y evidencia, corazón.
13
L
Cuando te duelo por dentro, te trabaja el porvenir.
N o me niegues lo que espero. Quiero hacerte nueva en mí.
España, dime que sí.
ESPAÑA E X T R A Ñ A
Y o no puedo pensarla.
Y o no puedo decir si España es buena o mala,
si es triste o violenta, si es hermosa o si mata.
Yo no puedo juzgarla
porque yo soy en ella y ella en mí, trascendiendo,
y así a fondo me sumo fieramente existiendo.
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ancha España que en vano cabalgo, nunca abarco,
dulce aceite espesado,
España que en mí lates
seco esparto, sal pura, ríos con larga historia,
y más y más te afirmas cuanto más te combato,
cuerpo ibero con venas de metales hirientes
y eres yo sin ser mía, no consciente, de carne.
que fulgen golpeando,
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trabajos de un dios ibero
que no pasó de paisaje
hasta que el hombre, tomando
entre manos, con buen aire,
ese caos, le dio a vueltas
su redondez perdurable.
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N o reniego de mi origen,
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
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Vivim os com o vivim os porque tenemos aún tripas, Sancho-claro, Sancho-recio,
Sancho Panza, Sancho terco. Sancho que vistes las cosas como son y te callaste,
Vivim os de tus trabajos, de tus hambres y sudores, metiendo el hombro, tratando
de la constancia del pueblo, de los humildes motores. de salvarnos del derrumbe con tu no lírico esfuerzo.
Sancho-vulgo, Sancho-ibero,
Sancho con santa paciencia,
porque tú existes, existen aún mi patria y mi esperanza.
Sancho con buenas alforjas,
Porque hay patria y esperanza vas a existir tú de veras
que en el último momento nos das, y es un sacramento,
con menos sueño y más tierra.
el pan, el vino y el queso.
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Sancho-tierra, Sancho-santo, Sancho-pueblo,
tomo tu pulso constante,
m iro tus ojos que brillan aún después de los desastres.
Tú eres quien es. ¡Adelante!
LA NECESIDAD, LA S E N C ILLE Z,
LA ALE G R IA
He aprendido a cantar
la necesidad, la sencillez, la alegría.
He palpado la vida.
He aprendido a cantar
la necesidad que es dulce para el fuerte
lo que me cumple por hombre,
la alegría de luchar.
He palpado la vida,
las limitaciones que dan form a a mi impulso,
el ansia de infinito puesta al día.
He respirado la mar
y he seguido en la curva de todas sus sonrisas
femeninas, perdidas,
la rúbrica posible de un tratado de paz.
He palpado la vida:
La necesidad, la sencillez, la alegría:
la evidencia que en mí grita.
He aprendido a cantar
lo mucho que en lo poco que soy se exalta a gloria,
clama realidad,
golpe a golpe en mi pecho va ganando libertad:
La libertad forzosa,
la libertad del hombre que no cabe en sí mismo:
el heroico crecerse en el destino.
He aprendido a cantar
M ANOS A LA OBRA
y me inclino hacia el futuro con dulce gravedad
según mandan las leyes
El rostro de la paz se eleva del abismo
que llevan por su cauce mi impulso hacia la paz.
y sonríe, siempre en vilo.
Sus ojos son azules, transparentes
¡La necesidad, la sencillez, la alegría,
cuando los m iro de frente.
la fuerza de ser hombre, la conquista concreta,
la justicia que envuelve una sonrisa!
Sus ojos son terribles;
son puros, son sencillos, la luz libre,
He aprendido a cantar
y si crecen extasiados — todo y nada— ,
para ti, para todos, para mí hasta morir,
se confunden con el alba.
la sabrosa, la dulce, la triste realidad
y el cuento de no acabar.
¡La libertad, la libertad! — se canta
com o una transparencia que ha despejado un ala.
Soy, por hombre, libertad.
Mas la justicia y la paz
Me crezco, cuando me acepto fabricándome la paz,
tenemos que edificarlas con nuestro esfuerzo a compás.
y si canto, esperanzado, me convierto en mi cantar.
Hay milagros
que podemos hacer con nuestras manos.
En la inerte vaguedad,
levantemos ese pulso de un jardín no original.
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¡Manos a la obra!
Entremos en cuerpo y alma por el surco de la Historia.
N o llamemos belleza a ese triste equilibrio
de la naturaleza que repite sus giros.
La libertad, lo posible,
la luz parada que clama, la increíble realidad
dan razón de lo que exalto,
dan y crecen siempre a más.
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la belleza gratuita que flota sobre todo,
la gloria candorosa de un mundo irrebatible,
la luz de un dios antiguo,
es algo tan difícil que el yo a solas no entiende.
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Hablando en castellano,
tan sólo con hablar, construyo y salvo,
mascando con cal seca y fuego blanco,
dando diente de muerte en lo inmediato,
el estricto sentido de lo amargo.
Hablando en castellano,
las sílabas cuadradas de perfil recortado,
los sonidos exactos, los acentos airados
de nuestras consonantes, com o en armas, en alto,
H ABLAND O E N CASTE LLANO atacan sin perdones, con un orgullo sano.
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Hablando en castellano,
no hay poeta que no sienta que pronuncia de prestado.
Digo m ortaja o querencia, digo al azar pena o jarro.
Y parece que tan sólo con decirlo, regustando
sus sonidos, los sustancio.
Hablando en castellano,
en este castellano vulgar y aquilatado
que hablamos cada día, sin pensar cuánto y cuánto
de lírico sentido, popular y encarnado
presupone, entrañamos. E SPAÑA EN P IE
El crecimiento a compás,
la mortal necesidad,
la obediencia a mi destino, la mar que tiembla en lo igual
y el relámpago sin más.
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Esta es mi ley: mi conciencia.
Este es mi peso: mi tierra.
N o vuelo com o quien busca lo absoluto y se disgrega.
Soy español: de una pieza.
Corazón, corazón,
dulce sol interior,
me iluminas, me envuelves:
soy más de lo que soy.
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Y no termina nada.
Empieza la fantástica esperanza.
Yo tenía una muchacha sólo mía, privada,
y ahora tengo este vacío que me exalta.
¡Camaradas!,
salvemos las distancias,
venzamos las nostalgias.
Nuestras manos obreras, todos a una,
darán form a a la esperanza.
¡Camaradas!
dejémonos de canciones que suenan a más llorar.
Aquí no ha pasado nada
y si pasó, no hay que hablar.
Todo está p or inventar.
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Cuando luchamos, creamos, ¿Quién d ijo que España es vieja si aún está por estrenar?
somos de veras quien somos palpitando cara al cielo, ¿Qué me importan quince siglos?
somos pura actividad, Yo arranco de mis principios iberos y apunto a más.
y al cantar, Nadie ha dicho todavía lo realmente real.
cantemos lo que cantemos, cantamos la libertad. ¡Camaradas, a luchar!
¡Camaradas!,
abandonarse no es paz.
Sólo son buenos los sueños del que sabe despertar,
sobresaltarse, luchar,
y atreverse a la aventura del «mañana, Dios dirá».
¡Camaradas!
nuestra lucha es eficaz.
Vencedores o vencidos, salvamos la libertad,
la dignidad de ser hombres,
la alegría del mañana, la juventud natural.
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Cuando hablo del futuro,
no abanico utopías.
Sólo pienso en el niño que de frente me mira.
¡Camaradas, seamos
dignos de esa mirada!
LOS N IÑ O S M IR A N DE FR E N TE Sólo quien la sostenga podrá sentirse a salvo.
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E ibero indemne,
con estilo procuro
ser siempre un eje.
Cuente o no cuente,
com o un lujo me digo:
«T ú eres quien eres».
Te siento indestructible,
corazón que levantas
mi ser, ser para todos,
una voz que se ensancha,
mi ser con alegría
de fuerza acompasada,
el pálpito conjunto
de una hermosa constancia,
la unidad de los puros,
la magnética calma,
la luz que inmoviliza
o el o jo que agiganta
los bellos pormenores
que anuncian «¡h ay mañana!».
Te siento indivisible,
corazón, en tu pausa
de universal latido.
¡Oh total, oh confianza
DEFENDAM OS N U E STR A V ID A
que pautas la evidencia
sencillamente humana,
contra el «todo es verdad y es men
la guerra de los justos, tira» de Calderón.
la gloria declarada,
las multiplicaciones %
de la luz que es un ala, Todo es verdad y es mentira. Todo es mentira y verdad.
y, entera y verdadera, A la vuelta de una esquina, topamos con lo increíble
la decisión con calma y sin pensarlo dos veces, lo llamamos natural.
de cuantos com partimos
la fe que siempre avanza!
Todo es verdad. T odo es mentira.
Nuestra Historia fabulosa nos cuenta sus mil y un
Y el saber que no pueden
[días.
matarnos, que si tratan
¡ Hasta América existía! Y, en corro, cantan las niñas:
de matar estos brotes,
«M aravilla, maravilla, que te pongas de rodillas».
crecerá nuestra rabia,
crecerá la evidencia,
crecerá cuanto exalta, Todo es mentira. Todo es verdad.
crecerá com o crece N o hay m ilagro inverosímil para un español cabal,
mi canto, camaradas, ni hay hecho que bien mirado tenga peso sustancial.
nos arma de paciencia, Lo pasado es lo pasado. Lo que no ha sido será.
nos da valor, nos salva.
¿Qué im porta un hombre solo
Todo es verdad. Todo es mentira.
trente a tanta esperanza?
Un delirio. Un fogonazo. Una aventura. Una prisa.
¿Cómo pueden matarnos?
Un terrem oto de absurdos y minúsculos sucesos,
Nuestro nombre es Mañana.
y allá arriba, sin perdones, el cielo azul de Castilla.
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Todo es mentira. Todo es verdad.
¡ Disfraces de fantasía para unos pocos que imperan
y aburridos uniformes para los hombres sin más!
Una danza macabra y un perpetuo carnaval.
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Porque vivim os a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Poca cosa me queda si resto lo que os debo, ¡Oh puras, trasnochadas y absueltas evidencias!
ruiseñores maestros que os fuisteis por las ramas, ¡Oh vértebras del rayo! ¡ Oh pájaro enjaulado
mas si canto, mi canto resulta diferente. que, a fuerza de dar vueltas, termina en transparencia,
N o quiero condenaros — ¡ay, todo lo contrario!— . central vertiginosa de todo lo que tiembla,
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locura con su eje, vertical esplendente, Trastornáis las distancias con metáforas puras:
velocidad inmóvil, proclamación radiante Ponéis a la belleza su nombre intercambiable.
de algo que pese a todo resulta pronunciable Resolvéis lo infinito jugando a cuatro esquinas.
com o ese telegrama transcrito por el rayo! Adoráis los excesos del ser uno y distinto.
Maestros, me enseñasteis cierta lírica sabia Mas no quiero, no quiero ceder a vuestra magia,
más allá de las reglas del juego planetario: ni al respeto que os debo, ni a ese cóm odo'elogio
Poemas que funcionan com o una guillotina con que conseguiría la palmada en la espalda.
de dos y dos son cinco, de tres y diecisiete Me recojo en mí mismo y escucho cóm o suena
es la hora del Correo del hastío incontable. la vida informulada que va y viene doliente,
Son hechos fulminantes. Son formas increíbles. me sumerge en mi centro, me convierte en la boca
Son cosas que suceden mientras en la garganta de sombra que form ula más de lo que pretendo,
cerrada gorgotean las sílabas del agua. me utiliza y explota, me arrebata y me anula.
N o obstante, tristemente, quisiera daros cuenta Sois vosotros, vosotros, anónimos hermanos,
de todo lo que dentro de mí, cambiando, quema. con la pobre ternura, con la fe sin perdones,
Veinte años nos separan. Chocamos com o choca con esos violines de luz indeformable
la piedra con la rueda, la rabia con lo terco, de vuestros corazones dolidamente heroicos.
lo bárbaro aún no dicho con el justo poema Vosotros que aguantasteis sin armas, sin poetas,
que acaso por logrado nos parece aún más muerto. sin defensa en un mundo que no era un mundo humano,
Quisiera denunciaros, mas vuelvo a vuestros versos. sin pan, sin ese poco de pan que era obligado,
Y me muerdo los puños. Comprendo que son bellos. sin la ayuda de aquellos que debieron cantaros.
Contáis uno por uno los dientes a la luna Camaradas, quisiera deciros :«N o estáis solos».
magnética y rabiosa de luz m ortal e hiriente. Quisiera que encontrarais en mis versos el eco
Inventáis el m ilagro con todo lo que cambia. del latido secreto que a todos nos sostiene,
Jugáis al dom inó con los huesos impares. nos salva en el conjunto con una fe y m il rostros.
Levantáis un penacho casi fosforescente Pueblo es Juancho Berridi, de profesión piloto,
de eléctrica inconsciencia, de foscos y alterados con todas sus virtudes y todos sus defectos.
insectos que crepitan en un claro de tierra Pueblo es Ricardo Trecu, de oficio carpintero.
o libélulas leves que, liberadas, vuelan. Y pueblo yo con ellos que se creen traicionados.
Limpiáis esos espejos donde el ala de un ángel Charlando en las tabernas, viajando codo a codo
quedó cogida en frío, y él mueve todavía en los bamboleantes cajones de tercera,
melodías, buscando su espacio incalculable me encuentro con personas que piensan lo que pienso,
con el ala segunda que tiembla informulada. que sufren lo que siento y agitan lo que incendio,
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que animan mis canciones, levantan mi esperanza,
mas callan recelosas, me miran con sospecha,
me obligan a valiente y, abriendo en ancho el pecho,
a decir que aún hay patria para todos nosotros.
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E L U LTIM O RECURSO
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SOL OCULTO A A M P A R IT X U
A A N G E L G ONZALEZ M U Ñ IZ
VERSOS DE BAEZA
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A PR E N D E A TRAG AR LA FALSA PAZ
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CARTA DE UN VIEJO S.S. A UN JOVEN PILO TO IN F O R M E
N O R TE A M E R IC A N O
Se han estudiado todos los datos del problema.
En aquellos tiempos se pensaba poco, Se han hecho mil diez fotos. Se han tomado medidas
se vivía mal, del lugar del suceso y cuanto le rodea.
se bebía bien, quizá demasiado, Se han aplicado al reo las técnicas modernas
para no pensar. sin peligro de vida, con médica asistencia.
Como iba a cambiar el mundo, todo daba igual. Después, previo el permiso, se ha machacado el cráneo,
pues algo debe haber que sigue allí secreto.
Ahora vienen con historias de otro tiempo, N o se ha encontrado nada que valiera la pena
¡y vaya, vaya, bah! para hacer racional el supuesto m isterio
¿Qué tengo yo que ver con esos magazines aunque se ha recurrido a lo pluscuamperfecto.
que hablan de Buchenwald? Pero no hay criminal que no acabe gritando.
¿Y qué hubiera usted hecho, colocado en mi lugar? Vamos a examinar a su madre y sus hijos
de un modo humanitario aséptico-anestésico.
Lo que todos, lo que nadie, sonámbulos hicimos, Se trata de estudiar, porque es fundamental,
bien aquí, bien allá. cóm o pueden surgir monstruos tan disconformes
Si nos vendan los ojos, estamos vendidos. com o este que estudiamos, no del todo anormal.
Es lo normal. Hay que estudiar a fondo a su madre, y salvar
Hay que ser un canalla para atreverse a acusar. si es posible a sus hijos, operando en directo
esos tiernos cerebros, quizás aún corregibles.
N o hay duda de que usted, puesto en el caso, Es una gran empresa super-occidental
hubiera obrado igual. que ejercemos en nombre de la Humanidad.
Y o disculpo en usted sus vitales instintos.
Hay que perdonar
a quienes todavía no han podido asesinar.
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¿ Y feliz? ¿Qué diré de las felicidades
de nombres contrapuestos o delicia arrastrada.
Soy feliz y soy puro com o fuera del mundo,
y a la vez en la tierra, con su sabor oscuro.
N i soy, ni quise ser un dios iluminado.
Ahora mismo me siento rebajado y amargo,
tirado tristemente, sabiendo lo barato
del chasco sin tragedia ni sin gesto elevado.
Pero sí, soy feliz. Nadie podrá borrarm e
del rostro cierta luz com o de aparecido,
SED PUROS Y FE LIC E S cierta locura ausente, cierto ser contra todo
que quizás, en grotesco, fusile mi retrato.
Cuando se reunieron los Altos, decidieron: Mi apariencia de dios no me extraña. Me extraña
«Tod os los hombres deben ser puros y felices». que este dios sea un dios que orina y que trabaja.
Hubo mil discusiones, porque algunos pensaban
que nunca se podría lograr que fueran puros,
y otros consideraban que ser feliz es menos
y es más que ser un hombre, es decir, algo absurdo.
Los Altos olvidaron en su exim io debate,
largo com o un Concilio, justo com o la ONU,
que el hombre come, orina, moquea y eyacula,
suda, y en fin, es cierto que a veces hasta piensa,
o hace com o que piensa (o bien escribe versos).
De aquí muchos errores que han sido ya estudiados
por la URS y la USA y los PV de Marte
que ya descubriremos, si ellos no se adelantan
a descubrir que somos siguiendo sin misterio.
Comemos y orinamos. Hurgamos las matrices.
Pensar es lo de menos. Mas, ¡ ah!, perdón, pintamos,
componemos canciones y jugamos al fútbol.
De aquel prim er dictado: «S ed puros y felices»,
entendemos muy poco. La y griega es ya un problema.
¿Qué diré de pureza? Puro soy aunque sólo sea por vio-
tiento,
o nuevo y arrancado desde un prim er comienzo.
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E STO Y E NVEJE CIE ND O LAS MADRES
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I
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8 A GARCILASO DE LA VEGA
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T
Después de mucho andar, mucho perder, mucho luchar, Con la cabeza vacía
me dicen: «¿Para qué?» y el corazón a punto
Y o digo simplemente: «Para v ivir m ejor». se iba dando en las paredes susto a susto,
Me dicen: «¿C óm o es eso, con barruntos
si tú vives bien? ¿Qué más quieres, d i?» de que había algo posible, realizable,
Y o digo en tonto: «N o sé». traicionado,
Pero es claro lo que quiero para todos, si eran ciertos los anuncios.
y me digo por lo bajo: «¡Pues sí que estamos b ien !» ¡Y nunca daba en lo justo!
Y sigo trabajando más que tonto Le decían:
por una gloria total, «H a y cosas que vuelan, y hay otras, ya se sabe,
con inocencia, que se posan y esperan».
y a veces con tan alta claridad, ¿Esperar?
que esa luz casi parece una ferocidad. ¿Qué podía él esperar?
¿V olver de nuevo a la cárcel
o callarse y aguantar?
Le decían...
¡ Tantas cosas le explicaban,
que ya no entendía nada!
Le decían: «T ú eres un campesino
y tienes que estudiar para ser más consciente,
porque todos vamos juntos, iremos,
y quizá tras pocas vueltas
nos encontrarem os».
¡Vaya viaje!
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■
Era el tío vivo. Caballitos y cerdos.
Vueltas, y vueltas, y vueltas,
la falsa revolución.
A veces contemplaba lo que siempre da vueltas,
y sólo con seguir, domina y se acrecienta.
Otras veces sonaban la polka o la habanera
popularmente grotescas de la Feria.
Y se veían venir, se veían
los cerdos y caballitos cabalgados por los niños
señoritos del momento, tan bonitos
com o los niños obreros que a su lado se reían IN D IC E
en el tío vivo.
¡ Qué poco les bastaba para no ser distintos
a obreros y señoritos: Cinco perras bien contadas!
Y entonces Juan González creía en el prodigio,
creía en el futuro,
y creía en el m isterio progresivo volviendo a sentirse niño,
y creía en la paz,
y en la magia natural de la igualdad vivaz,
y en la pequeña alegría que a veces nos dan.
Y viendo a los niños
sentía que valía la pena de luchar
aunque a veces no se sepa bien adonde se va.
¡Por los niños, por los niños juntos en el tío vivo!
V
N o t a ............................................................................ 9
Cantos i b e r o s ............................................................ 11
Dime que s í ........................................................... 13
España e x t r a ñ a .............................. ................... 15
La arcilla que palpó y b e s ó ................................. 18
España en m a rc h a ................................................ 21
A Sancho P a n z a .................................................... 23
La necesidad, la sencillez, la a le g r ía .................. 27
Manos a la o b r a .................................................... 29
La dificultad y el deber de la a c c ió n ................. 31
A Juan Ruiz, arcipreste de H i t a ........................ 33
Hablando en c a stella n o ....................................... 36
España en p i e ....................................................... 39
Todos a u n a .......................................................... 41
Con los labios en la h e r id a ................................. 43
Todo está por in v e n ta r....................................... 45
Los niños miran de fr e n t e .................................. 48
En el que se cita al t o r o ...................................... 50
Mañana será otro d í a ........................................... 53
Defendamos nuestra v i d a ................................... 55
La poesía es un arma cargada de futuro ........ 57
V iv ir para v e r ....................................................... 59
/
O tros p o e m a s ............................................................ 65
El últim o re c u rs o ................................................. 67
Por de pronto, e s t o ............................................. 68
El c o c id o ............................................................... 69
I
Justicia e le m e n ta l..........................\ ................... 70
El amor, esa b r is a ................................................ 71
Sol o c u lt o ........ ................................................... 72
A A m p a ritx u .......................................................... 73
A Angel González M u ñ iz ...................................... 75
Versos de B a e z a ................................................... 77
Aprende a t r a g a r .................................................. 78
EDICIONES TURNER
La falsa p a z ........................................................... 79
Carta de un viejo S. S. a un joven piloto nor Títulos publicados
teamericano ..................................................... 80
In fo r m e ................................................................. 81 1. E l bandolerismo andaluz, por C. Bernaldo de Quirós
Sed puros y fe lic e s ............................................... 82
y Luis Ardila.
Estoy e n v e je c ie n d o .............................................. 84
Las m a d re s ........................................................... 85 2. Cruz y raya: Antología. Selección y prólogo de José
A Garcilaso de la V e g a ......................................... 93 Bergamín.
Mi lo c u r a ............................................................... 94 3. E l cántico americano de Jorge Guillén, por J. Ruiz
A un campesino a n d a lu z...................................... 95
de Conde.
4. La sociedad madrileña fin de siglo y Baroja, por
Carmen del Moral. Prólogo de Blanco Aguinaga.
5. Las cartas boca arriba, por Gabriel Celaya.
6. E l espartaquismo agrario andaluz, por C. Bernaldo
de Quirós.
7. Las cosas de España, p or Richard Ford. Prólogo de
Gerald Brenan.
8. Azaña, por E. Giménez Caballero. Prólogo del autor.
9. H ora de España: Antología. Selección y prólogo de
Francisco Caudet.
10. Num ancia, por Rafael Alberti.
11. Yo, inspector de alcantarillas, por E. Giménez Caba
llero. Prólogo de Edward Baker.
12. Cantos iberos, p or Gabriel Celaya.
13. Prim era imagen de..., por Rafael Alberti.
14. La picota. Figuras delincuentes, por C. Bernaldo de
Quirós. Prólogo de Antón Oneca.
15. E scritores políticos españoles, 1780-1854. Selección y
prólogo de Albert Dérozier.
16. P olítica obrera en el País Vasco, 1880-1923, p or Juan LA N O V E LA SO CIAL E SPAÑ O LA
Pablo Fusi.
1. E l m édico rural, p or Felipe Trigo. Prólogo de José
17. Discursos fundamentales, por Indalecio Prieto. Se Bergamín.
lección y prólogo de E. Malefakis.
2. La vida d ifícil, por A. Carranque de Ríos. Prólogo de
18. Galdós: Burguesía y revolución, p or Julio Rodríguez- José Luis Fortea.
Puértolas. 3. Los caimanes, p or Manuel Ciges Aparicio. Prólogo
19. De m itólogos y novelistas, por C. Blanco Aguinaga. de José Esteban.
20. Leviatán. Antología. Selección y prólogo de Paul 4. .L a turbina, por César M. Arconada. Prólogo de Gon
Preston. zalo Santonja.
5. Jarrapellejos, por Felipe Trigo. Prólogo de Rafael
21. Cartas a Galdós, por Em ilia Pardo Bazán. Edición
Conte.
de C. Bravo-Villasante.
6. Doña Mesalina, p or J. López-Pinillos. Prólogo de
22. Ideas recurrentes en A ntonio Machado, por Domin José Carlos Mainer.
go Ynduráin. Prólogo de Aurora de Albornoz. '
7. E l blocao, por J. Díaz Fernández. Prólogo de V íctor
23. Las revistas poéticas españolas, 1939-1975, p or Fan- Fuentes.
ny Rubio. 8. La fo rja de un rebelde.
24. Conciencia burguesa y otros ensayos sobre el si I. L a fo r ja.
glo X IX , por José María Jover. Arturo Barea.
25. Todos mis sonetos, por Blas de Otero. 9. La fo rja de un rebelde.
II. L a r u t a .
26. Costa, Azaña, el Frente Popular y otros ensayos, por Arturo Barea.
Gabriel Jackson.
10. La fo rja de un rebelde.
27. Los afrancesados, por Miguel Artola. III. La lla m a .
Arturo Barea.
28. L o demás es silencio, por Gabriel Celaya.
29. Lectura y lectores en la España de los siglos X V I
y X V I I , p or Máxime Chevalier. COLECCION B E LTE N E B R O S
30. A lejandro Sawa. M ito y realidad, por Alien W.
Apartada orilla (1971-1972).
Phillips.
/José Bergamín.
31. H istoria verdadera y real de la vida y hechos del Muestra.
bandolero Juan Caballero. Edición, prólogo y notas Angel González.
de José M.* de Mena.
Jacinta la pelirroja .
32. Los gitanos en España, por George Borrow . José M oreno Villa.
33. Manuel José Quintana y el nacim iento del libera Velado desvelo.
lism o en España, por Albert Dérozier. José Bergamín.
«CANTOS IBEROS» (1954) «fue escrito en los años de
furor y esperanza», en los años en que el poeta repetía
«La poesía es un arma cargada de futuro» y «La poesía
es un instrumento, entre otros, para transformar el
mundo». A tales consignas responden los versos de este
libro.
La segunda parte recoge con el título «OTROS
POEMAS» una selección entresacada de «LO QUE
FALTABA». Escritos como una crónica de sucesos
reflejan la atención del poeta hacia las cosas y
acontecimientos en apariencia sencillos.
Gabriel Celaya nació en Hernani (Guipúzcoa), en 1911.
Su obra, iniciada en 1935, llena toda una época de la
poesía española. Con la publicación de «CANTOS
IBEROS» no sólo queremos poner al alcance del lector
un texto agotado, sino contribuir a la revitalización de
unas ideas poéticas «mal entendidas por muchos y peor
expuestas por mí —en frase del poeta— en interviús y
artículos de ocasión».
Ediciones Turner ha publicado ya del mismo autor «LAS
CARTAS BOCA ARRIBA», «LO DEMAS ES
SILENCIO» y «DE CLARO EN CLARO».
Ediciones Turner