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Las facultades mentales que dependen del lóbulo frontal son la capacidad para

controlar los impulsos instintivos, la toma de decisiones, la planificación y anticipación


del futuro, el control atencional, la capacidad para realizar varias tareas a la vez, la
organización temporal de la conducta, el sentido de la responsabilidad hacia sí mismo
y los demás o la capacidad empática.

Lóbulo Frontal: Anatomía y funciones


El lóbulo frontal se sitúa en la parte anterior del cerebro, inmediatamente por delante
del conocido como surco central. Se considera el lóbulo de mayor importancia
funcional en la especie humana, ocupando una tercera parte del total del cerebro,
mientras que en otras especies su extensión es inferior (17% en chimpancés, 7% en
perros).
Las funciones que desempeña este lóbulo son diversas y dependen del área concreta
de éste, encontrándose involucrado tanto en el control de movimientos, como en las
funciones mentales de alto nivel o en el control de la conducta y emociones. El lóbulo
frontal se divide en dos grandes territorios: corteza motora y corteza prefrontal.

Corteza motora del lóbulo frontal


La función básica de la corteza motora es controlar los movimientos voluntarios,
incluyendo entre éstos el lenguaje expresivo, la escritura y el movimiento ocular. Esta
corteza se encuentra subdividida en tres áreas:

Corteza motora primaria


Transmite órdenes hacia las neuronas situadas en el tronco cerebral y la médula
espinal. Se encuentran dirigidas a ejecutar movimientos voluntarios y
especializados. En el interior de la corteza motora primaria, en ambos hemisferios,
existe una representación de la mitad contralateral del cuerpo. Es decir, en cada
hemisferio se halla una representación del lado opuesto del cuerpo. Esta
representación se conoce como homúnculo motor y se encuentra invertida, de
manera que la representación de la cabeza se sitúa en la parte inferior.

Corteza premotora
Se encarga de la preparación y programación del movimiento. La corteza
premotora automatiza, armoniza y archiva programas de movimiento relacionados con
las experiencias previas. Además, dentro de ésta se localizan dos áreas:
 Área motora suplementaria: se encarga de los movimientos de naturaleza
postural
 Campo ocular: controla la desviación conjugada de la mirada a la hora de
explorar un campo visual de manera voluntaria

Área de Broca
Se considera el centro del lenguaje expresivo. Su función es coordinar los
movimientos de la boca, laringe, faringe y órganos respiratorios, los cuales controlan la
expresión del lenguaje. Además, se ve implicada en los movimientos necesarios para
la escritura.

Corteza prefrontal del lóbulo frontal


La corteza prefrontal se encuentra en la parte anterior del lóbulo frontal. Se considera
la máxima expresión del desarrollo cerebral humano. Es la responsable última del
control de la cognición, conducta y actividad emocional. La corteza prefrontal recibe
información del sistema límbico (implicado en el control emocional) y actúa como
mediador entre cognición y sentimientos a través de las funciones ejecutivas. Las
funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas de orden superior, las
cuales controlan nuestra conducta y emociones. Dentro de la corteza prefrontal
pueden diferenciarse tres áreas o circuitos: dorsolateral, cíngulo anterior y orbital.

Área dorsolateral del lóbulo frontal


Establece conexiones con áreas temporales, parietales y occipitales (es decir, áreas
pertenecientes a los otros tres lóbulos cerebrales) y transforma los pensamientos en
decisiones, planes y acciones. El área dorsolateral es la encargada de capacidades
cognitivas superiores como:
 Control de la atención: focalización, inhibición de otros estímulos, alternancia
del foco atencional.
 Memoria de trabajo: mantenimiento y manipulación de información de manera
mental.
 Memoria temporal: ordenamiento temporal de los eventos.
 Memoria prospectiva: programación de acciones que se van a producir en un
futuro.
 Generación de hipótesis: análisis de las posibles causas de una situación.
 Metacognición: análisis de la propia actividad cognitiva a través del desempeño
continuo.
 Resolución de problemas: análisis de la situación y elaboración de un plan de
acción.
 Flexibilidad mental: capacidad de adaptar nuestras respuestas a nuevas
situaciones.
 Planificación: organización de la conducta dirigida a un objetivo.

Área cingulada del lóbulo frontal


Destaca por ser la responsable de regular los procesos motivacionales. Además, el
área del cíngulo anterior se ve implicada en la detección y solución de conflictos, así
como en la regulación y esfuerzo atencional (atención sostenida).

Área orbital del lóbulo frontal


El área orbitofrontal es la encargada del control de la afectividad y la conducta
social. Interviene en el procesamiento y regulación de emociones y estados afectivos,
controla y adapta la conducta en función del contexto y detecta situaciones
ambientales cambiantes, tanto de riesgo como de beneficio.

continuación mencionamos solo algunas de las perturbaciones mentales de mayor


incidencia criminógena, hacemos la aclaración de que tener dicha afectación no
siempre desemboca en una conducta delictiva.

 Esquizofrenia paranoide (y otras psicosis): enfermedades mentales caracterizadas


por presentar cuadros clínicos donde se pierde el sentido de la realidad, la
objetividad y la lógica, se desorganiza la personalidad y se tiene alucinaciones e
ideas delirantes. Si además se trata de esquizofrenia paranoide, usualmente quienes
la padecen tienen manías persecutorias y suspicacia sobre cualquier sujeto sea
conocido o no. En ocasiones dichas manías en las que el sujeto se siente perseguido
en combinación con su pérdida de contacto con la realidad desemboca en diversas
conductas antisociales. Un ejemplo es el del famoso caso de El Vampiro De
Sacramento que cometió una serie de asesinatos atroces tras haber
sido diagnosticado de esquizofrenia paranoide.

 Trastorno antisocial de la personalidad: se estima que entre un 25% a un 50% de


reclusos en los centros penitenciarios padecen este trastorno. Son personas
caracterizadas por un fracaso general para adaptarse a las normas y reglas sociales,
deshonestidad, mitomanía, irritabilidad, agresividad y falta de remordimiento, entre
otras características. Comúnmente se refiere a este trastorno como psicopatía. Nos
reservamos el derecho de enumerar todos los posibles delitos que el sujeto antisocial
puede llevar a cabo. Sobre la cuestión de su inimputabilidad, aún se generan los más
diversos debates sobre si el psicópata en cuestión es capaz o no de discernir entre el
bien y el mal.

 Trastorno bipolar de la personalidad: es un trastorno del estado de ánimo


caracterizado por un aumentos y disminución en la actividad expresada en el
estado mental que prevalece y que se caracteriza por la presencia de uno o más
episodios anormalmente elevados de energía y estado de ánimo que fluctúan entre
estados euforia y episodios depresivos; de modo en que quien lo padece oscila entre
las fases de manía (excitación, delirios de grandeza) y fases depresivas.. Durante la
fase maníaca, el sujeto puede experimentar cuadros súbitos de impulsividad y
agresividad que en ocasiones puede manifestarse en la conducta delictiva. En
contraste con la fase depresiva en la que la disminución de neurotransmisores como
la serotonina y la dopamina puede causar que el sujeto quiera atentar contra su
propia vida.

 Trastorno límite de la personalidad: también conocido como trastorno


bordelinde otrastorno limítrofe de la personalidad. El DSM-IV lo define como “un
trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad
emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones
interpersonales caóticas”. Suele decirse que quienes padecen este trastorno se hallan
en el borde entre la neurosis y la psicosis, e inclusive muchos autores califican la
sintomatología de este trastorno como “pseudopsicótica”. El delito puede llegar a
surgir en ocasiones cuando se presentan episodios psicóticos muy breves, sin
embargo, por lo general dichos sujetos son capaces de comprender el carácter
ilícito de sus actos.

 Trastornos del control de los impulsos: grupo de trastornos caracterizados por un


deficiente o nulo control sobre sus impulsos que los lleva a realizar acciones casi
incontrolables, un aumento de la tensión emocional antes de cometer un acto, placer
al cometer la acción y un sentimiento posterior al acto de arrepentimiento o
culpabilidad. Los aquí mencionados son los comúnmente más relacionados con la
conducta criminal. A) Trastorno explosivo intermitente: caracterizado por expresiones
extremas de enfado, a menudo hasta el punto de rabia incontrolada, que son
desproporcionadas respecto a las circunstancias en que se producen, lo que puede
dar lugar a delitos, particularmente dirigidos contra la propiedad y la integridad física.
B) Piromanía: trastorno en el cual la persona se siente impulsada a ver y producir
fuego, lo que en ocasiones puede terminar en catástrofes que pueden incluir la vida de
muchas personas. C) Cleptomanía: impulso irresistible por el robo de diversos objetos,
sin importar si son o no de valor. El cleptómano no busca lucrarse del robo, solo siente
placer por hacerlo.

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