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INDUSTRIA

La Industria es la actividad económica fundamental de sector secundario, que se encarga


de transformar los productos naturales (materias primas) en otros productos elaborados
y semielaborados. Gracias a la Revolución Industrial ocurrida en Gran Bretaña en el siglo VIII,
y al invento de nuevas máquinas que hicieron las tareas anteriormente realizadas por personas,
se ha logrado el crecimiento de préstamos y expansión de la banca, la producción industrial
a gran escala, concentración de capitales, división de trabajo, aumento de productividad,
uso de nuevas tecnologías, etc.

Las características más representativas de la industria es que consume grandes cantidades de


energía, indispensable para sus procesos productivos; requiere de la inversión de mucho
capital, de enormes cantidades de materias primas, de mano de obra calificada y de
mercados de alto poder de compra.

Está fuertemente concentrada a escala mundial, en Norteamérica, Europa Occidental, Rusia


y Japón; y a escalas de los países, en principales centros urbanos, pues es una actividad
propia de las grandes ciudades. Esta concentración responde a la centralización de intereses
administrativos, financieros y políticos.

La economía ha otorgado a la industria un papel clave en el desarrollo de las naciones, hoy en


día se emplea el término “país industrializado” como sinónimo de “desarrollado”. Este
desarrollo ha sido impulsado por factores como la invención tecnológica, cada vez existen
máquinas e instrumentos con mayor perfección; la producción de energía, los países
industrializados son los que consumen mayor cantidad de ésta; y el crecimiento agrícola,ningún
país se ha industrializado sin el desarrollo previo o paralelo del sector agrícola.

Según el grado de complejidad de los procesos productivos las industrias son pesadas y ligeras.
Las primeras se encargan de transformar la materia prima en productos semielaborados, se
caracteriza por requerir una mayor concentración de capitales y una constante renovación
tecnológica. Pueden ser de dos tipos: industrias de base, aquellas cuyos productos sirven de
materias primas a otras industrias. Tradicionalmente se consideran la siderúrgica, la
metalúrgica y la petroquímica. Y por otro lado, se tiene las industrias de bienes de equipo,
emplean los productos semielaborados de las industrias de base para fabricar maquinaria y
herramientas para otras industrias. Las más importantes son las de la construcción y las
mecánicas.
PROCESO HISTÓRICO DE LA INDUSTRIA

La Revolución industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del
siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de
Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones
socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el
neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la
industria y la manufactura.
La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de
los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las
rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril.
Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la
denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil.
Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de
producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos
primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó
también su producción.
Así es que en la Revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se
disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya
que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar
cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo
bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo
costo fijo.
INDUSTRIA PRIMITIVA

Desde hace 30.000 años, la pintura ha sido no solo decorativa sino también durable. El betún, por sus
propiedades protectoras, fue apreciado en primitivas civilizaciones de la Mesopotamia.
Por tener en su estado natural la doble condición de sustancia pigmentaria y adherida, se utilizó para
impermeabilizar embarcaciones hechas de juncos tejidos.
Luego, las fábricas de barniz, junto con los productores de pigmentos, los refinadores de aceite y los
destiladores de trementina, suministraban los materiales de un comercio cada vez mayor.
El coche fue la culminación del arte de decorar. Pero tan pronto como el arte depintar coches llegó a la
cumbre del refinamiento, los dictados de la moda fueron sobrepasados por las más urgentes demandas
de la Revolución Industrial.
En el siglo XIX se comenzó a pintar no solo con el propósito de la decoración sino, también, de
protección en una escala sin precedentes.
Pues había que pintar al por mayor y con el menor costo.
Los fabricantes experimentaron nuevos procedimientos basados en plomo y cinc para combatir el óxido
y el orín. Pero al avanzar el siglo se vieron claramente las limitaciones de la pintura: su funcionamiento
no servía para la dureza del nuevo ambiente, originado por el auge de la industria.
INDUSTRIA MEDIEVAL

Ante esta situación localista producida por la desaparición del poder imperial y el poco
dominio de las nuevas monarquías sobre los territorios que nominalmente dominaban,
sobrevino un cambio en los hábitos de vida que derivaron en aspectos positivos y
nega tivos en cuanto a la facilidad para la subsistencia. Roma empleaba los
suelos agrícolas más feraces que suministraban alimentos al Imperio. Esto
hacía que se trabajara con utillajes arcaicos como el arado romano uncido
a
bueyes apoyados por la mano de obra esclava tan abundante. Los pueblos
bárbaros de hombres libres unidos por lazos consanguíneos debían innovar. La
destrucción del mundo romano que dejó la agricultura y las artesanías derivadas de ella
debilitadas, generaron la necesidad de cambiar la visión productiva Ante esta situación
localista producida por la desaparición del poder imperial y el poco dominio de las nuevas
monarquías sobre los territorios que nominalmente dominaban, sobrevino un cambio en
los hábitos de vida que derivaron en aspectos positivos y nega tivos en cuanto a la
facilidad para la subsistencia. Roma empleaba los suelos agrícolas más
feraces que suministraban alimentos al Imperio. La industria más significativa de todo
el Medievo fue, sin duda ninguna, la textil. En los siglos finales de la Edad Media se
benefició de una importante novedad técnica, la rueda de hilar. Dicho instrumento ya era
conocido en la segunda mitad del siglo XIII, pero su uso sólo se propagó en el transcurso
del XIV, por más que su implantación definitiva no tuviera lugar hasta la decimoquinta
centuria. De todas formas el mapa textil europeo experimentó en la época que nos ocupa
algunas variaciones importantes con respecto al de periodos anteriores.
Tradicionalmente se ha venido hablando de un retroceso de la industria textil de Flandes.
Sería el precio que pagó aquella región tanto por el estallido de la guerra de los Cien
Años como por el cierre de las importaciones de lana procedente de Inglaterra. En
cualquier caso es preciso ser muy cautos a la hora de contemplar lo ocurrido en la
producción flamenca de tejidos a fines del Medievo. Ciertamente puede hablarse de
retroceso, en lo que a la fabricación de tejidos se refiere, en algunas ciudades del sur de
Flandes, casos de Saint-Omer, Ypres, Douai, Arras o Lille. Estas urbes intentaron hacer
frente a las dificultades poniendo trabas crecientes a la producción textil de los núcleos
rurales y, en general, fomentando las medidas monopolísticas. Pero el éxito, ciertamente,
no las acompañó. Ahora bien, no es menos cierto que, al mismo tiempo, otros centros
fabriles que hasta aquella época apenas habían destacado conocieron, a partir del siglo
XIV, un notable progreso. De todas formas lo más significativo, siempre pensando en lo
acontecido en los siglos finales de la Edad Media, fue el auge de la pañería de territorios
vecinos de Flandes, como el Hainaut, Lieja, Brabante u Holanda.
INDUSTRIA MODERNA

El comercio por parte del grandes naciones, ya lo hemos dicho y


lo seguiremos diciendo, fue una de las cuestiones mas importantes para el
planteamiento del desarrollo que tuvieron los países de la Europa Occidental, unos mas
que otros, en el final del siglo XVII, inicios del siglo XVIII. El que mas destacó, con
bastante ventaja sobre el resto fue Inglaterra, que poseía una gran flota que le permitía
llegar a cualquier confín de globo y ayudado por su espíritu colonizador, que esto le
beneficiaba en el sentido que recogía los productos de estos países y situar los suyos,
los primeros a bajo coste los segundos a coste altos. Por lo tanto, las necesidades que
todas estas empresas de transporte marítimo tenían, tenía que ser satisfechas lo más
rápidamente posible. La situación social y productiva existente no era suficiente para
alcanzar los objetivos que se marcaban y que eran creciente sobre la base de las tierras
conquistadas y había que recuperar las inversiones lo antes posible, si el hombre no
podía producir mas, habría que inventar maquinas que lo sustituyera. Esta industria
moderna, surgen con la época llamada de la Revolución Industrial, con la aparición de
maquinas que aumentan la capacidad de producción, fundamentalmente en el sector
textil, donde se da un gran valor al abaratamiento de la mano de obra. La Revolución
Industrial, surge en Siglo XVIII, hacia 1750, y nos encontramos con una población,
fundamentalmente campesina que se dedica a la agricultura y a la ganadería, sus
recursos son mínimos y mediocres, se auto abastecían, lo que no tenían no lo usaban y
lo que tenían que usar lo fabricaban.
¿Por qué surge en el sector textil?
“que realizan un trabajo por cuenta ajena y bajo la dependencia de otra”
Porque el vestido, es prácticamente lo que más se usa, a la gente en general le gustar
vestirse y vestirse bien y no siempre llevar lo mismo, y los que podían se hacían la ropa
en casa, el resto la tenían que comprar.
En esta época, comienza el tráfico de esclavos y como consecuencia de ello la recogida
del algodón, como la mano de obra era gratis el algodón se abarata, por lo que el sector
textil era barato.
Antes de la Revolución Industrial, el empresario, recogía el algodón y la lana, la distribuía
por los campesinos, y cuando tenían tiempo fabricaban ropa.
INDUSTRIA CONTEMPORÁNEA

La Revolución industrial es la segunda de las transformaciones productivas


verdaderamente decisivas que ha sufrido la humanidad, siendo la primera la Revolución
Neolítica que transformó la humanidad paleolítica cazadora y recolectora en el mundo de
aldeas agrícolas y tribus ganaderas que caracterizó desde entonces los siguientes
milenios de prehistoria e historia. La transformación de la sociedad
preindustrial agropecuaria y rural en una sociedad industrial y urbana se inició
propiamente con una nueva y decisiva transformación del mundo agrario, la
llamada revolución agrícola que aumentó de forma importante los bajísimos rendimientos
propios de la agricultura tradicional gracias a mejoras técnicas como la rotación de
cultivos, la introducción de abonos y nuevos productos (especialmente la introducción en
Europa de dos plantas americanas: el maíz y la papa). En todos los periodos anteriores,
tanto en los imperios hidráulicos (Egipto, Mesopotamia, India o China antiguas), como en
la Grecia y Roma esclavistas o la Europa feudal y del Antiguo Régimen, incluso en las
sociedades más involucradas en las transformaciones del capitalismo
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comercial del moderno sistema mundial, era necesario que la gran mayoría de la fuerza
de trabajo produjera alimentos, quedando una exigua minoría para la vida urbana y el
escaso trabajo industrial, a un nivel tecnológico artesanal, con altos costes de producción.
A partir de entonces, empieza a ser posible que los sustanciales excedentes agrícolas
alimenten a una población creciente (inicio de la transición demográfica, por la
disminución de la mortalidad y el mantenimiento de la natalidad en niveles altos) que está
disponible para el trabajo industrial, primero en las propias casas de los campesinos
(domestic system, putting-out system) y enseguida en grandes complejos fabriles (factory
system) que permiten la división del trabajo que conduce al imparable proceso de
especialización, tecnificación y mecanización. La mano de obra se proletariza al perder
su sabiduría artesanal en beneficio de una máquina que realiza rápida e incansablemente
el trabajo descompuesto en movimientos sencillos y repetitivos, en un proceso que llevará
a la producción en serie y, más adelante (en el siglo XX, durante la Segunda revolución
industrial), al fordismo, el taylorismo y la cadena de montaje. Si el producto es menos
bello y deshumanizado (crítica de los partidarios del mundo preindustrial, como John
Ruskiny William Morris), no es menos útil y sobre todo, es mucho más beneficioso para
el empresario que lo consigue lanzar al mercado. Los costos de producción disminuyeron
ostensiblemente, en parte porque al fabricarse de manera más rápida se invertía menos
tiempo en su elaboración, y en parte porque las propias materias primas, al ser también
explotadas por medios industriales, bajaron su coste. La estandarización de la
producción reemplazó la exclusividad y escasez de los productos antiguos por la
abundancia y el anonimato de los productos nuevos, todos iguales unos a otros.
INDUSTRIA REPRODUCTIVA

INDUSTRIA TRASFORMADORA

INDUSTRIA EN NUESTRA COMUNIDAD

PEQUEÑAS EMPRESA

MICRO EMPRESA

MEDIANA EMPORESA

GRANDE EMPRESA

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