Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.
Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
http://about.jstor.org/terms
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Cecilia Montes-AlcaláVLindsey Sweetnich"
Abstract: The purpose of this study is to explore the situation of Spanish in Atlanta, paying
particular attention to language attitudes among Spanish speakers and how they influence
the prospective maintenance/loss of the language. Because few studies have examined this
relationship, we intend to fill a gap in the literature by providing insight into the language
retention of Spanish speakers living in a "new growth" state. Using an online survey and
statistical analysis, we determine statistically significant relationships that reveal the critical
factors in Spanish maintenance/loss. Furthermore, we try to refute the inevitability of the
"shift happens" theory suggesting that it is possible to preserve the native language after
the second generation. Our hypothesis is that the greater the contact with Spanish, the more
positive attitudes toward the language will be and, consequently, the greater the opportunity
to use and maintain the language.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
78 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
1. Introducción
Según el último censo de EE. UU., de los 60,6 millones de personas que usan un
lengua diferente al inglés en casa, casi dos tercios (más de 37,5 millones)1 hablan español
un 13 % de la población total. Las proyecciones indican que podrían alcanzarse los 4
millones de hispanohablantes para el año 20202. Estas cifras sitúan a EE. UU. com
la quinta nación del mundo con más hispanohablantes por detrás de México, Españ
Colombia y Argentina aunque se prevé que para el 2050 podría ser la primera3.
Si hablamos de la población hispana total (no de hispanohablantes en particular), en
2012 ésta comprendía un 17 % de la población de EE. UU. con 53 millones y el Cens
Bureau estima que llegará al 31 % con 130 millones de hispanos en 2060. Los hispan
son la minoría más grande del país y se calcula que aproximadamente un 40 % son inm
grantes recientes mientras que el 60 % restante ha vivido en el país a lo largo de varia
generaciones. Como es de esperar, se trata de un grupo que presenta gran diversidad e
términos de nivel educativo, estatus socio-económico, orígenes, cultura y mantenimient
de la lengua nativa.
El desplazamiento lingüístico (el paso gradual de una lengua a otra) es un fenómeno
que ha sido estudiado extensivamente y que parece irremediable en situaciones en
que se va perdiendo el contacto directo con la lengua materna, lo cual hace cada v
más difícil transmitirla entre generaciones. El típico patrón de asimilación lingüística
propuesto por Fishman (2001) y comúnmente aceptado por los sociolingüistas consiste
en una primera generación que aprende el suficiente inglés para sobrevivir, una segun
generación bilingüe que habla la lengua materna en casa e inglés en los dominios públi
y un desplazamiento al inglés prácticamente completo en la tercera y subsecuentes gen
raciones (Portes/Schauffler 1994: 643).
Este modelo, jocosamente llamado shift happens en inglés (Hurtado/Vega 2004, ent
otros) se repite en todas las lenguas minoritarias en EE. UU. y, a primera vista, se presen
como inevitable. Sin embargo, dada la fuerte presencia del español en el país, las conti
nuas oleadas de inmigración hispana, el apoyo institucional y la expansión de la lengua
en los medios de comunicación, podemos conjeturar que el español está en condiciones
no sólo de sobrevivir sino de florecer y permanecer más allá de las segundas generacion
de hispanos. Para ello conviene considerar variables independientes tales como el nivel
educativo, la edad, el estatus socioeconómico, el tiempo vivido en EE. UU. y las actitud
hacia la lengua española, entre otros factores que pueden influir en el mantenimiento d
español.
La gran mayoría de los estudios realizados sobre el mantenimiento y pérdida del
español en EE. UU. se ha enfocado en los tradicionales estados fronterizos considerados
puntos de acceso para la inmigración hispana (los llamados "gateway states") y/o en
estados con gran población hispana como California, Nuevo México, Texas, Florida o
Nueva York. Sin embargo, los estados de "nuevo crecimiento" hispano, como es el caso
de Georgia, no han recibido tanta atención (Ishizawa 2009: 724).
1 <http://www.census.gov/prod/2013pubs/acs-22.pdt>.
2 <http://www.census.gov/hhes/socdemo/language/data/acs/Ortman_Shin_ASA201l_paper.pdf>.
3 <http://www.elpais.com/articulo/cultura/speak/Español/Espana/elpepucul/20081006elpepicul_l /Tes>.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 79
TABLA 1
Los 10 estados de EE. UU. con mayor población hispana (en millones, 2011) según
el Pew Research Center
9.8
Georgia
Colorado 5.1
B.8
Nueva Jersey
Arizona 6.5
1 Población total
Illinois 12.9
1 Población hispana
Nueva York 19.5
Florida 19.1
Texas 25.7
California 37 .3
0 5 10 15 20 25 30 35 40
4 <http://www.census.gov/compendia/statab/2012
5 <http://www.pewhispanic.org/2013/08/29/iii-ran
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
80 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
TABLA 2
Crecimiento de la población hispana en los 10 estados de EE. UU. con incremento
hispano más rápido (2000-2011) según el Pew Research Center6
6 La tabla muestra los 10 estados con mayor crecimiento porcentual de hispanos de 2000 a 2011. La pobla
ción hispana general en todo EE. UU. aumentó 47,5 % en el mismo periodo
7 <http://www.georgiaencyclopedia.org/articles/history-archaeology/latino-immigration>.
8 <http://w w w. pe wh i spanic. org/states/state/ga/>.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 81
es que a mayor contacto con la lengua española, más positivas serán las actitudes hacia la
misma y, en consecuencia, mayores serán las oportunidades de usarla y de mantenerla.
Las actitudes lingüísticas son evaluaciones que asocian una lengua con ciertos valores
(Achugar/Pessoa 2009: 200). Beaudrie (2009: 95) descubrió que sus participantes valo
raban de manera positiva el mantenimiento del español y el bilingüismo y que la compe
tencia en español era un componente crucial de su identidad hispana. Esto significa que
las actitudes positivas pueden servir de indicador de mantenimiento de la lengua. Por otro
lado, Galindo (1995: 96) notó que algunos hispanohablantes pueden tener actitudes nega
tivas hacia el español y sus hablantes y por ello deciden hablar sólo inglés (especialmente
un inglés sin acento español) con la esperanza de distinguirse así de los inmigrantes más
recientes pero aún conservan un sentido de lealtad hacia su lengua y expresan la nece
sidad de preservarla en futuras generaciones. Sin embargo, Martínez (2009: 82) sugiere
que las "actitudes positivas hacia el español por parte de los padres no siempre conducen
a un compromiso por parte de los mismos en la transmisión del idioma a sus hijos" y
Velázquez (2009: 132) apunta que dichas actitudes tampoco "translate into the invest
ment of time and resources to foster Spanish development". Ante estas contradicciones,
nos interesa ver cómo se relacionan las actitudes de nuestros participantes con su posible
mantenimiento del español.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
82 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 83
Varios estudios han observado que ciertos grupos étnicos conservan ei español mejor
que otros. Portes/Schauffer (1994: 654) notaron que los participantes de origen nicara
güense preservaban el español mejor que los de origen cubano, por ejemplo. También
se ha demostrado que, en general, los niños hispanos mantienen el español más que los
niños de otros grupos étnicos (Mora et al. 2009: 247). En particular, Alba et al. (2002:
475) señalan que los mexicanos son el grupo que mayor retención de español y frecuencia
de bilingüismo presenta en EE. UU. debido a la gran población que reside en el país. En
contraste, Linton (2004: 299) descubrió que los cubanos y los puertorriqueños tenían
más probabilidades de ser bilingües que los mexicanos, especialmente los cubanos por la
dimensión añadida de una élite profesional y de negocios.
Al comparar inmigrantes con residentes en EE. UU., Hurtado/Vega (2004: 139)
señalan que los inmigrantes latinos suelen ser más dominantes en español, lo cual contri
buye a la vitalidad de la lengua mientras Lutz (2006: 1424) descubrió una competencia
en español superior en los estudiantes latinos que se autoclasificaban como "blancos" que
quienes se clasificaban como latinos negros. Además, Beaudrie (2009: 100) encontró que
quienes están conectados con su raza, su cultura y sus raíces tienden a sentirse también
conectados con su lengua materna.
Como mencionamos antes, en 2011 los hispanos componían cerca del 5,2 % de la
población total de la ciudad de Atlanta y 11 % de la población del área metropolitana,
donde más de la mitad son originarios de México (57 %). Nos proponemos averiguar si
la teoría de Alba et al. (2002) según la cual los mexicanos son el grupo étnico que mejor
retiene la lengua se puede aplicar a la zona de Atlanta.
2.6. La familia
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
84 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
Dado que en EE. UU. la mayoría de la escolarización tiene lugar en inglés, los niños
de minorías lingüísticas tienen que aprender y desarrollar su lengua materna en casa. En
este sentido, merece la pena mencionar la teoría de Fishman (2001) sobre la "inversión
del desplazamiento lingüístico", un modelo que consiste en ocho pasos para mantener
o revivir la lengua minoritaria y en el cual los adultos actúan como "aprendices de la
lengua" y juegan un papel vital para transmitirla creando una población de hablantes
activos socialmente integrada. En resumen, para evitar la pérdida de la lengua es nece
sario un esfuerzo considerable de la familia por mantenerla.
Para que una lengua minoritaria sea viable y sostenible, es imperativo que se utilice
en diferentes dominios, bien sea la familia, la comunidad, la escuela o el lugar de trabajo.
Mejías et al. (2003: 143) clasifican los dominios de uso en cuatro categorías que llaman
"dimensiones de actitud": sentimental (disfrute privado de la lengua), instrumental (esen
cial para la escuela o el trabajo), lealtad lingüística (preservación de los valores culturales)
y comunicación. En su estudio de actitudes, los participantes ordenaron su uso de español
en primer lugar para la comunicación, en segundo lugar por lealtad lingüística, seguida
de la instrumental y, por último, la sentimental. Además, se observaron diferencias inter
generacionales. La primera y segunda generación de participantes eligieron el español
por valores sentimentales y propósitos comunicativos mientras la cuarta y quinta genera
ción lo consideraban como instrumental, importante por la lealtad lingüística pero menos
sentimental (149). Todo esto apunta a que el estatus del español está motivado extrínse
camente, lo cual es un fiable indicador de mantenimiento lingüístico según Mejías et al.
Bahrick et al. (1994) encontraron que el inglés se usaba cuatro veces más que el
español en todas las actividades excepto la conversación y que el español se usaba más
frecuentemente con miembros de la familia y en la iglesia (valor comunicativo) mientras
el inglés se usaba primordialmente en el trabajo y en el colegio (valor instrumental). La
mayoría de los participantes se sentía más cómodo escribiendo y leyendo en inglés que en
español, de modo similar al 73 % de los adolescentes chícanos en el estudio de Galindo
(1995) que preferían usar inglés por motivos de "seguridad lingüística" (90). Por tanto, los
dominios de uso nos sirven de indicador para determinar el mantenimiento del español.
3. Metodología y participantes
10 Con la excepción de Ishizawa (2009), cuya investigación se centra en barrios de Chicago y Atlanta entre
1990 y 2000 pero no considera las actitudes lingüísticas.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 85
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
86 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
La gran mayoría de los participantes evaluó su competencia como muy buena o nativa
en cinco de las siete destrezas. Es importante matizar que todos los participantes hablaban
inglés también (eran bilingües). Al ejecutar las tabulaciones cruzadas usando las preguntas
de competencia como variables dependientes y la información de los participantes (edad,
sexo, generación, etc.) como variables independientes, los factores más influyentes en la
competencia en español resultaron ser, en este orden: la edad de inmigración (aquellos
participantes que llegaron a EE. UU. más tarde se evaluaron con una competencia más
alta que quienes inmigraron a una edad más temprana o nacieron en EE. UU., resultado
similar al que encontraron Bahrick et al. en su estudio longitudinal de 1994), la genera
ción y el tiempo de residencia en EE. UU. (cuantos más años vividos en EE. UU., menos
se clasificaban como nativos en español, excepto quienes habían vivido 63 años o más en
EE. UU., resultado que concuerda con el de Portes/Schauffler 1994: 647).
Otros factores que influyen en la competencia en español son la clase social, el grupo
étnico, la presencia de hispanohablantes en casa (pareja, niños) y el lugar de residencia. Las
tabulaciones cruzadas muestran que la competencia (autoevaluada) aumenta a medida que
sube la clase social empezando por la clase trabajadora en todas las categorías excepto la
clase alta en las categorías de ortografía, gramática y escritura. Este hecho contrasta con los
resultados de Lutz (2006), cuyos participantes mostraban una tendencia al monolingüismo
en inglés en las clases sociales más altas. El grupo étnico que consistentemente se autoe
valuó con competencia nativa fue el de hispanos, seguido del de caucásicos y de "otros".
Ya que la competencia puede ser un indicador de mantenimiento lingüístico, nuestros resul
tados (de acuerdo con los de Mora et al. 2009) contrastan con la teoría de Alba et al. (2002)
según la cual los mexicanos son el grupo que mejor mantiene el español. La presencia de
niños pequeños en casa aumenta la competencia de español con una media de diferencia de
13 % con respecto a quienes no los tienen y los participantes con hispanohablantes en casa
(padres, abuelos u otros parientes) también se evaluaron con mayor competencia que los
demás, resultado que concuerda con los de Linton (2004) y Alba et al. (2002). Igualmente,
los participantes casados con un(a) hispanohablante se evaluaron con mejor competencia en
español en todas las categorías excepto la gramática. En cuanto al lugar de residencia, un
porcentaje mayor de residentes en Atlanta se evaluó con competencia nativa en contraste
con los residentes del área metropolitana, hecho que contradice el estudio de Lutz (2006)
según el cual las zonas con mayores porcentajes de hispanohablantes (en este caso, el área
metropolitana de Atlanta) se autoevalúan con mejor competencia en español.
En resumen, los participantes que inmigraron a una edad más tardía, las generaciones
más jóvenes, quienes habían vivido en EE. UU. menos tiempo y aprendido inglés a una
edad más tardía indicaron mayor competencia en español. Sin embargo, los participantes
al otro lado del espectro (nacidos en EE. UU., generaciones mayores, residentes en EE.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 87
UU. durante más tiempo y quienes habían aprendido inglés más temprano) no eran
estrictos monolingíies en inglés ni liabían abandonado por completo el español.
En esta categoría se examinó con qué lengua se sentían más cómodos los participantes,
con quién(es) la usaban y con qué frecuencia. Los resultados indican que nuestros partici
pantes prefieren usar ambas lenguas para todos los dominios (hablar, leer, escuchar, contar
soñar, maldecir y pensar), pero el español para escribir. La mayoría de los participantes
escogió el español como su lengua preferida de comunicación en todas las categorías (con
los padres, abuelos, hermanos, amigos hispanohablantes y en casa) excepto en el trabajo.
Para la frecuencia de contacto con el español, la mayoría indicó que nunca escucha la radio
o lee el periódico pero ve la televisión 1-3 veces al mes y escucha música todos los días.
El análisis estadístico de las variables reveló que los factores que tenían mayor
influencia en los dominios de uso eran la edad de llegada a EE. UU., la generación y e
lugar de nacimiento. La relación más significativa se produjo entre la edad de inmigración
y la lengua en la que se siente más cómodo escribiendo. Una gran mayoría de participantes
nacidos en EE. UU. respondieron que se sentían más cómodos escribiendo en inglés que
en español, resultado también consistente con el de Bahrick et al. (1994). Por otro lado,
quienes inmigraron a una edad más tardía señalaron sentirse más cómodos escribiendo
en español. El segundo factor más influyente fue la generación, la cual está relacionada
directamente con la edad de inmigración. La mayoría (67 %) de los hispanohablantes de
primera generación hablaba sólo español con sus hermanos mientras la mayoría de la
generaciones subsecuentes hablaba sólo en inglés con sus hermanos (la segunda un 65,2 %,
la tercera un 100 % y la cuarta y subsecuentes 83,3 %). El lugar de nacimiento, también
relacionado con las dos variables anteriores, y la lengua usada con los hermanos reveló
la tercera relación más robusta de todas. 65 % de los individuos nacidos en EE. UU. usan
sólo inglés con sus hermanos mientras 66,7 % de los que nacieron fuera de EE. UU. us
sólo español con sus hermanos.
Otras relaciones significativas fueron aquéllas entre pareja hispanohablante y lengu
usada en casa, grupo étnico y lengua usada en casa, y presencia de niños en casa con la
lengua usada con ellos. Tanto el estar casado/a con un/a hispanohablante como el tene
niños en casa incrementan sustancialmente las probabilidades de hablar español en
hogar. Estos resultados corroboran los estudios de Alba et al. (2002) y Linton (200
quienes concluyeron que la presencia de niños en edad preescolar y de hispanohablante
monolingües conlleva un aumento de uso de español en casa. Por grupo étnico, el
más frecuentemente usa español en los varios dominios es el de los chícanos (100 % us
español en casa, en la iglesia, con sus padres, abuelos y amigos hispanohablantes),
contraste con el grupo de hispanos en el estudio de Mora et al. (2009).
Para sintetizar, nuestros participantes se sienten cómodos usando ambas lenguas, l
cual es un indicador de bilingüismo y mantenimiento lingüístico. Los mismos factore
que favorecen una mayor competencia en español indican también un aumento del uso d
la lengua. Así, los participantes que inmigraron a una edad más tardía, las generacione
más jóvenes y quienes habían vivido en EE. UU. menos tiempo y habían sido educa
primordialmente en español son los que más usan el español en todos los dominios.
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
88 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
4.3. Actitudes
Las actitudes hacia una lengua a menudo ayudan a determinar la selección idiomática
y, como explica Cashman (2009: 44), la vitalidad etnolingüística es un gran indicador del
mantenimiento de una lengua. En esta sección los participantes tuvieron que expresar
su acuerdo o desacuerdo con una serie de afirmaciones usando una escala de Likert de
7 puntos. A continuación presentamos las seis afirmaciones que revelaron actitudes más
positivas ("completamente de acuerdo") con sus respectivos porcentajes:
Según los análisis estadísticos, los factores que mayor influencia tuvieron en las
respuestas a las actitudes fueron la pronunciación, hablar y leer en español (todos ellos
parte de la autoevaluación de la competencia). Esto indica que la competencia en español
es la variable más significativa de todas produciendo las asociaciones más fuertes y el
impacto más significativo en las actitudes.
Otra variable que también juega un papel importante en las actitudes es el tiempo vivido
en EE. UU. De las nueve variables consideradas en el historial de los participantes, el
tiempo en EE. UU. produjo el valor significativo más alto y la asociación más fuerte con
la afirmación "he enseñado (o enseñaré) español a mis hijos". El 97,7 % de los partici
pantes que habían vivido en EE. UU. entre 0 y 15 años estaban completamente de acuerdo
con la afirmación pero sólo un 62,5 % de los que habían vivido en EE. UU. entre 32 y 47
años señalaron su acuerdo (una diferencia del 35,2 %), y un 12,5 % de este grupo estaba
en desacuerdo.
Las tabulaciones cruzadas revelaron que respondieron consistentemente con actitudes
más positivas la tercera y cuarta (o subsecuentes) generaciones más que las primeras o
segundas en el 77 % de los casos, así como el 73 % de los participantes que aprendieron
español en la escuela media (entre los 8 y 12 años) y quienes escuchan la radio y música
en español y viajan a su país de origen más frecuentemente.
Otros factores significativos que demostraron tener una fuerte asociación con actitudes
positivas hacia la lengua fueron la clase social, la educación y el grupo étnico. Los partici
pantes de clase alta y el grupo de chícanos mostraron las actitudes más positivas mientras
que, por nivel educativo, las actitudes más positivas se reparten por igual (en términos
porcentuales) entre quienes no terminaron la secundaria, los graduados de universidad y
los que tienen estudios de posgrado. El lugar de residencia no produjo relaciones estadís
ticamente significativas pero en general los residentes de la zona metropolitana de Atlanta
señalaron actitudes más positivas que los residentes en la ciudad.
En conclusión, queda evidenciado que los participantes tienen actitudes positivas
hacia la lengua y la variable que más influye en estas actitudes es la mayor competencia
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 89
en español, además de, en menor medida, el tiempo vivido en EE. UU., la primera lengua
aprendida y escuchar música y radio en español.
4.3.2. Análisis de las dimensiones de las actitudes: ¿por qué se usa el español?
1. Lealtad 6,57
2. Comunicación 5,42
3. Sentimental 5,4
4. Instrumental 4,63
Este resultado concuerda con el estudio de Achugar et al. (2009) aunque difiere ligera
mente del de Mejías et al. (2003: 145) donde la comunicación aparecía en primer lugar y
la lealtad en segundo, seguidas del valor instrumental y por último el sentimental. Según
estos autores, una disminución en el valor sentimental significa que el español tiene más
probabilidades de mantenerse, especialmente si dominan los factores comunicativos y de
lealtad lingüística (148).
Siguiendo a Mejías et al. (2003), tratamos de establecer una correlación entre las
dimensiones de las actitudes y las variables demográficas. Para ello examinamos cinco
variables (clase social, edad, generación, sexo y lugar de residencia) en tabulaciones
cruzadas con cada una de las 13 preguntas sobre las dimensiones de actitud. La tabla 3
resume los resultados para cada variable demográfica14.
TABLA 3
Clasificación de las dimensiones de actitudes según variable demográfica
Clase social Edad Generación Sexo Residencia
Cuarta o
Alta L~ 51-60 LCSI CLIS*
mas
61-70+ LCIS
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
90 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
El análisis revela que la clase trabajadora usa el español sobre todo por motivos de
lealtad lingüística mientras las demás dimensiones están dominadas por la cuarta (y
subsecuentes) generaciones. En general, la clase trabajadora sobrepasa a las demás clases
en todas las dimensiones con actitudes más positivas consistentemente. El 94,1 % de los
participantes de clase trabajadora pero solo el 50 % de la clase alta estaban de acuerdo
completamente con la afirmación "he enseñado (o enseñaré) español a mis hijos", una
diferencia-de 44,1 %. La clasificación general de las dimensiones para todas las clases
sociales fue: lealtad, comunicación, sentimental e instrumental.
Por edades, los participantes de entre 41 y 50 años fueron quienes más frecuente
mente mostraron lealtad lingüística, aquellos entre 31 y 40 años respondieron más a las
dimensiones de comunicación y sentimental y los mayores de 61 años indicaron valores
instrumentales. En todos los grupos demográficos, las dos principales razones para usar el
español son la lealtad y la comunicación.
La única variable que produjo resultados inesperados fue la de generación. Nuestra
predicción, basada en los resultados de estudios anteriores, era que las primeras gene
raciones tendrían actitudes más positivas (especialmente en las categorías de lealtad y
comunicación) y que las generaciones subsecuentes usarían el español por motivos instru
mentales (por ejemplo, para obtener un trabajo). Sin embargo, observamos que las gene
raciones cuarta y subsecuentes superaron sistemáticamente a las primeras generaciones
en todas las dimensiones. La tabulación cruzada revela una diferencia del 49,6 % entre la
primera y la cuarta (o subsecuentes) generaciones que respondieron con completo acuerdo
a "uso el español porque es necesario para la comunicación diaria" y una diferencia del
15,7 % en la afirmación "me gusta usar el español". Es más, un participante de la primera
generación incluso mostró desacuerdo con esta afirmación.
Por tanto, se observan claras diferencias en las respuestas a las dimensiones de acti
tudes y el uso de español entre generaciones. En contraste con los resultados de Mejías
et al. (2003: 148), nuestros participantes de la cuarta y subsecuentes generaciones justifi
caron su uso del español principalmente por motivos de comunicación y lealtad lingüís
tica, seguidos de valores instrumentales y sentimentales (algo similar a las primeras dos
generaciones en el estudio de Mejías et al.) aunque en ambos casos seleccionaron el valor
sentimental en último lugar al considerarlo menos importante para expresar emociones.
Puesto que el valor comunicativo del español es tan alto y ha demostrado ser un indicador
fiable de mantenimiento lingüístico, podemos conjeturar que el español se conservará en
esta comunidad. Esto discrepa con la teoría tradicional del desplazamiento lingüístico
para la tercera o cuarta generación.
Por sexos, las mujeres indicaron actitudes más positivas hacia la lengua que los
hombres. Esto coincide con el estudio de Galindo (1995: 95) según el cual las mujeres
mostraban un mayor sentido de lealtad lingüística que los hombres. Sin embargo, es
importante señalar que ambos sexos coinciden en la misma clasificación de los valores:
lealtad, comunicación, sentimental, instrumental.
Por último, según el lugar de residencia, los participantes de la ciudad de Atlanta seña
laron más frecuentemente motivos de lealtad lingüística y comunicación mientras que los
residentes en la zona metropolitana mostraron más valores sentimentales e instrumen
tales. Como ejemplo, el 86,4 % de los residentes en la ciudad pero solo el 78,3 % de los
residentes en el área metropolitana estaban de acuerdo completamente con "me gusta usar
el español", una diferencia del 8,1 %, y un participante de la zona metropolitana mostró
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Español en el Sureste de EE UU: el papel de las actitudes lingüísticas en el mantenimiento o pérdida de la lengua 91
su desacuerdo con dicha afirmación. No obstante, ambas zonas clasificaron los valores de
las dimensiones en el mismo orden: lealtad, comunicación, sentimental e instrumental.
En conclusión, tras examinar cuidadosamente las cinco variables demográficas y sus
respectivas clasificaciones en el uso del español podemos aseverar que las variables que
juegan un papel más importante en las actitudes son la generación, la clase social y la
edad. Las generaciones cuarta y subsecuentes se desviaron de la norma clasificando el
valor comunicativo como el principal motivo de uso, mientras que tanto la clase trabaja
dora como los participantes entre 41 y 50 años de edad enfatizaron la lealtad lingüística
por encima de los demás valores.
Los resultados indican que nuestros participantes valoran las dimensiones motivadas
extrínsecamente (lealtad, comunicación, instrumental) por encima de las motivadas intrín
secamente (sentimental), lo cual tiene importantes implicaciones para el mantenimiento
de una lengua. El hecho de que la lealtad lingüística fuera la dimensión elegida con mayor
frecuencia que todas las demás indica que el español tiene prestigio y vitalidad etnolin
güística para los participantes y constituye una parte crucial de su identidad que merece
conservarse.
5. Conclusiones finales
Nuestra meta era examinar una muestra lo más representativa posible de la poblaci
hispanohablante en un estado "de nuevo crecimiento". Dado que muy pocas invest
ciones se han centrado en la relación entre actitudes y mantenimiento o pérdida del españ
especialmente en el sureste de EE. UU., es crucial que se lleven a cabo más estudios
este tipo para determinar la importancia de la relación entre ambos.
Nuestra hipótesis postulaba que a mayor contacto con el español, más positivas sería
las actitudes hacia la lengua y mayor probabilidad habría de mantenerse. Los resultado
indican que, efectivamente, las actitudes positivas y el uso en la familia y la comunid
pueden pronosticar el mantenimiento del español a pesar de que estas actitudes no siem
se traduzcan en una transmisión intergeneracional. Una mayor competencia lingüístic
conlleva actitudes más positivas. Otros factores influyentes son la generación, la edad
inmigración y de adquisición de ambas lenguas y el tiempo vivido en EE. UU.
Para concluir, nuestros participantes afirman mantener la lengua española así com
actitudes positivas hacia la misma. El hecho de que todos fueran bilingües corrobora e
esfuerzo y energía invertidos para preservar el español, no sólo a nivel individual sino
también en la familia y en la comunidad. A pesar de los malos augurios sobre la inevit
bilidad del desplazamiento lingüístico, nuestros resultados presagian que el español en
Atlanta y su área metropolitana no corre peligro de desaparecer en un futuro próximo.
Agradecimientos
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
92 Cecilia Montes-Alcalá/Lindsey Sweetnich
Referencias bibliográficas
This content downloaded from 168.176.5.118 on Tue, 20 Feb 2018 19:59:46 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms