1. Una primera aproximación al significado del término cultura, es la que
establece la analogía entre la dimensión síquica o espiritual de la persona individual y la de la sociedad. Los individuos no pueden subsistir fuera de la cultura y la sociedad, y ésta última adquiere realidad sólo en la personalidad y conducta de los individuos.” 2. El concepto de civilización, surge a lo largo del siglo XVIII e inicialmente se identificó con la forma de vida y los conocimientos de las sociedades avanzadas, contraponiéndose al término de barbarie que se atribuía a la forma de vida y los conocimientos de los pueblos colonizados o más atrasados. 3. El término civilización para referirse al conjunto de elementos espirituales que posee una sociedad, nacional o internacional, mientras que el término cultura lo aplicarán preferentemente a los aspectos espirituales que caracterizan la personalidad de los individuos. 4. término civilización lo encontramos en la definición que nos aporta Huntington, Una civilización es la entidad cultural más amplia y todos tienen culturas distintas con diferentes grados de heterogeneidad cultural. agrupamiento cultural humano más elevado y el grado más amplio de identidad cultural 5. en las tradiciones germana y eslava, ésta última por influencia de la primera, el término de cultura designa el substrato de elementos espirituales compartidos por los miembros de una sociedad (valores; ideas; mitos; religiones; lenguas; etc.) mientras que el término civilización se atribuye a las condiciones de vida que desarrolla esa misma sociedad. 6. Duverge, conjuntos culturales se van articulando históricamente de forma diferenciada aunque siguiendo patrones o pasando por estadios análogos, que permiten contemplarlos como partes de agrupaciones más amplias a las que denomina “civilizaciones”. Para este autor, las civilizaciones son realidades sociales surgidas históricamente como consecuencia de la aglutinación de los conjuntos culturales. Ante esto podemos establecer una distinción entre la civilización universal y las civilizaciones particulares, que podemos definirlas como los los diferentes elementos espirituales y materiales que definen una forma de vida y que son comunes a varias culturas como consecuencia de una historia compartida entre ellas.
7. En la actualidad, civilización sería más bien y sobre todo el bien común
que se reparten desigualmente todas las civilizaciones, ‘lo que el hombre ya no olvida. Lo cierto es que la evolución de la sociedad internacional en los dos últimos siglos, ha terminado implantando una visión del mundo en el que la diversidad cultural y/o civilizatoria de las colectividades humanas que la constituyen.
EL FACTOR CULTURAL Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES
CULTURALES 1. Toynbee, ha analizado las diversas manifestaciones a través de las cuales se impone el orden jerárquico de unas civilizaciones asaltantes, así como de las formas de resistencia civilizatoria que oponen las segundas a las primeras. Estas manifestaciones las categoriza en tres grandes fórmulas a las que denomina: “deshumanización”; “zelotismo y herodianismo” o “evangelismo”. Apunta claramente a dos de ellas: el “zelotismo” que consiste en el rechazo, incluso violento y el “herodianismo”, consistente en la incorporación a la civilización propia, especialmente a través de la imitación 2. Merle ha realizado una interesante aportación en este terreno desde la óptica particular de nuestra disciplina, al estudiar las distintas formas en las que el factor cultural ha incidido en las relaciones internacionales, partiendo de una tesis general según la cual la tensión y conflictividad generada por las relaciones culturales se acentúa cada vez que las sociedades con culturas diferentes e históricamente aisladas entre sí entran en contacto generando unas relaciones interculturales. 3. A finales del siglo XVIII, es potencias percibieron una realidad internacional política, económica y culturalmente plural, empeñándose en proteger su mundo a través de la instauración de un orden jerárquico en el que la dirección debía corresponderle a los Estados civilizados frente a los pueblos barbaros. Este proceso culmina con la tendencia, iniciada tras la Segunda Guerra Mundial y lastrada durante décadas por la dialéctica de la bipolaridad, por la que los Estados desarrollados. al tiempo que van redescubriendo su alteridad en los Estados subdesarrollados y se va gestando una auténtica concepción universal, común a ambos grupos de Estados, que fundamenta el orden general de una única sociedad mundial.
4. La permanente tensión dialéctica entre las culturas y la civilización
universal se superpone a la que existe entre los Estados y la Sociedad Internacional, irrumpiendo así de una manera directa y contradictoria en la configuración. De este modo, la dimensión cultural aparece en el contexto internacional bajo dos formas diferentes pero conectadas entre sí: como factor cultural y como relaciones internacionales culturales. La primera de estas formas, la cultura como factor, hace referencia a los aspectos más permanentes y estructurales de cada una de las diversas culturas que coexisten en una misma sociedad internacional. 5. las relaciones internacionales de naturaleza cultural, su tratamiento desde una perspectiva general de las sociedades internacionales (nivel macrointernacional), aborda primordialmente las relaciones interculturales, es decir las que se generan y desarrollan por las propias culturas, en cuanto actores internacionales, o por otros actores cuya naturaleza es específicamente cultural y cuyos efectos inciden directamente en el substrato civilizatorio común.